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La Piedra de Rayo

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La Piedra de Rayo: ¿Mito o Realidad?

Debemos partir de una realidad, aunque muchos creyentes van a sentirse muy desilusionados, ya
que la piedra de rayo, no es lo que muchos creen. De hecho, la tradición popular de muchas
culturas, llevó a pensar que estas piedras se formaban en el suelo como consecuencia del impacto
de los rayos, cuando lo cierto es que la mayoría de ellas, son antiguas hachas manufacturadas por
el hombre prehistórico. Fin de la historia

Sin embargo, resulta curioso encontrar una misma idea repetida en diferentes culturas que han
llegado a la misma conclusión, no habiendo tenido contacto unas con otras. Las piedras de rayo
han tenido diversos nombres por diversas culturas clásicas y en los cinco continentes han existido
culturas que les han dado nombres e interpretaciones místicas o supersticiosas.

Así, en Islandia o Japón se llamaban «piedras de trueno», en Suecia «mallas de Thur», en Hungría
«flechas de Dios», «piedras de Ukko» en Finlandia, «dientes de rayo» en Java, «flechas de rayo»,
en India, «flechas de trueno» en Siberia, «dardos de hada» en Irlanda o Silum Baling Go (uña del
dedo gordo del pie de Baling Go) en Borneo. Incluso hoy en día en Grecia, algunos campesinos
griegos llaman a estas hachas de piedra astropelekia, que significa «hachas del cielo». En Italia las
llamaban sagitta, debido a su forma de flecha y en la antigua Roma ceraunia. En nuestra tradición
son llamadas Odú Ará. (García Castro, Juan Antonio. Mitos y creencias de origen prehistórico: «Las
Piedras de Rayo». Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria, t.l (1998): págs. 427-443.).

En la mayoría de los casos, como podemos deducir por los nombres que le daban las diversas
culturas presentadas, pensaban que estos objetos eran producidos por los rayos al caer a la tierra
o formados en las nubes y traídas a la tierra en el descenso del mismo o sencillamente eran
producciones divinas. Debido a que eran halladas en una época donde el uso del metal era la
tecnología dominante y se tenía poco conocimiento sobre la antigüedad prehistórica, les sería
difícil concebir un origen humano para dichas piedras y para explicar una forma de origen,
descaradamente no natural, eran interpretadas directamente como piedras de origen celeste o
divino. Difícilmente se podía pensar en estas piedras como herramientas o artefactos bélicos o de
caza, puesto que carecería de sentido que alguien fabrique herramientas de piedra, existiendo el
metal.

A estas piedras se les asignaban distintas propiedades, como la protección contra naufragios,
contra el fuego o los rayos o relacionadas con propiedades curativas o para uso médico. Algunas
religiones de contorno animista como la nuestra, piensan que estos objetos eran espíritus o genios
con poderes relacionados con fenómenos atmosféricos y naturales.

Lo importante es que sepas, que esas “Hachas” no son piedras que sean formadas por un rayo,
sino que son en efecto, hachas prehistóricas y con ese objeto fueron talladas. Las “piedras” que se
forman por la caída de los rayos, se llaman fulguritas y tienen en su mayoría forma tubular y son
en realidad de sílice o piedra blanda vitrificada que se puede encontrar en suelos arenosos o
piedras blandas y que sí se forman como resultado de la caída de un rayo. La caída del rayo sobre
un terreno arenoso o de rocas blandas, provoca la fusión de los granos de sílice, pero en una zona
muy estrecha. Esto es lo más cercano que tendrás a una piedra de rayo y no tienen esa forma
glamurosa de hacha, sino que tienen formas bastante irregulares y más bien tubulares en su
mayoría. De hecho, los que tienen enormes piedras de Rayo en forma de una gota pulida, lo que
tienen en realidad, es un hacha de gran tamaño y muy probablemente, con fines “militares”.
Esto se explica en el hecho que la mayoría de las religiones y culturas, personalizan la función de
las fuerzas naturales en deidades antropomorfas. Este es el primer paso en la "humanización" de
las fuerzas naturales y sobrenaturales. El segundo paso es dar un concepto "real" o “tangible”,
asegurando que ciertos "objetos" (estatuas, máscaras, cuchillos o piedras simples) como el
"contenedor" de esa fuerza divina. Estos objetos entonces pasan a ser sagrados y de esta forma, al
adorador se le permite ver, tocar o acercarse al objeto y así, centrar su fervor sobre el objeto. Esta
es una creación importante de la mente humana y la vemos a diario en nuestra religión. Estos
objetos concretan y dan forma a una fuerza misteriosa que entonces, no era enteramente
desconocida o incontrolable.

Las piedras neolíticas cumplen cabalmente esta función. Estas se convirtieron en los
"contenedores" de la fuerza de Changó, que según nuestro marco de creencias, las lanza desde el
cielo. Las ideas complejas sobre Changó fueron "objetivizadas" en esta piedra y se convirtieron en
símbolo importante de su culto.

Sabiendo todo esto, las seguiré llamando Piedras de Rayo, aunque sabemos ya, que en realidad no
lo son. Las piedras de Rayo de Changó se pueden encontrar en dos contextos rituales. 1). Como
objetos rituales colocados en el altar o en una urna en el trono de Changó, por medio del cual se
atiende a la deidad y 2). Para el saqueo ritual de los sacerdotes de Changó en África.

En algunos casos se les describe como una piedra pulida o como una cabeza de hacha pulida
(Farrow, Yoruba Paganism, página 93). Muchas fuentes reportan que tienen rastros de sangre al
examinarlas, lo que da testimonio de uso militar y/o en la caza. En el contexto de “Objeto del
Altar”, la piedra de rayo tiene varias funciones importantes. La más importante, es que sirve como
una representación concreta y tangible del poder de Changó.

Bascom señala que estas piedras, cuando son mantenidas por los sacerdotes de Changó en sus
altares, proporcionan un medio por el cual la deidad recibe el alimento y cuidados. Sangre de
sacrificios, agua, leche, aceite y otras libaciones se vierten sobre la piedra como alimento para
Changó. Esta actividad posiblemente podría explicar también, las huellas de sangre que se ven en
estas piedras. No es extraño entonces ver este tipo de adoración y en tiempos específicos, tal
como lo describía Doña Lydia Cabrera en su libro El Monte, que cuando tronaba o se veía venir mal
tiempo, como muchos salían a aplacar a Changó de diferentes formas y “Otros meten en una
vasija llena de leche a la piedra de rayo o el hacha atributo de Orisha”.

Otro contexto ritual importante en el que se encuentra una piedra de Rayo, en el trono de Changó,
es el del saqueo religioso. En África, cuando una casa es golpeada por un rayo, los sacerdotes de
Changó vienen y realizan rituales para aplacar la ira de Changó. En este momento, quitan la piedra
o piedras lanzadas por Changó en su cólera y descontento contra la gente de la casa afectada. El
descubrimiento de las piedras en estos hogares, refuerza la creencia de que la muerte y
destrucción causada por el rayo, es en realidad obra del propio Changó. Algunos eruditos, creen
que debido a que los sacerdotes invariablemente descubren y desmontan una Piedra de Rayo, son
ellos mismos los que plantan las piedras durante la confusión que acompaña al trágico
acontecimiento, o simplemente traen piedras extra en su Bolso (Laba), que todos llevan en esta
ocasión ritual particular.

Los sacerdotes de Changó se llaman Oni-Changó u Odushu-Changó. Sus principales sacerdotes se


llaman Magbas. Magba (emi a gba "yo tomo") significa "Receptor". Los sacerdotes llevan una
cartera para "recibir" el botín o las multas que imponen. En algunas partes, las personas muertas
por un rayo no pueden ser enterradas, hasta que el cuerpo sea rescatado de manos de los
Magbas. Antiguamente, las personas golpeadas, pero que quedaban inconscientes y no muertos,
eran sacrificadas. En sus cantos hablan de cómo Changó lanza piedras (ja "tirar", okuta "piedra").
Cuando una casa es golpeada por un rayo, los sacerdotes de Changó se apresuran en llegar a la
casa, "para encontrar la piedra" - ¡Nada difícil, ya que llevan la piedra con ellos! Ellos se apropian
de todos los bienes que pueden salvar de las llamas, ya que "su dios lo ha reclamado y se los ha
dado a ellos. Un "canto" de los adoradores de Changó que se escucha a menudo es:

Eyin Shango, iwọ li oluwa!

Iwọ ya ni li ọwọ rẹ awọn Idaj okuta

Lati bẹ jẹbi!

Lati ni itẹlọrun rẹ ibinu!

Ohun gbogbo ti won lu ni run

Iná je soke ni igbo,

Awọn igi ti wa ni wó lulẹ,

Ati ohun gbogbo ngbe ti wa ni pa

¡Oh, Changó, tú eres el amo!

Tomas en tu mano las piedras ardientes,

¡Para castigar a los culpables!

¡Para satisfacer tu ira!

Todo lo que golpean es destruido.

El fuego devora el bosque,

Los árboles se rompen,

Y todas las cosas que viven son asesinadas

Otro Académico describe este ritual de la siguiente manera:

Cada vez que una casa o propiedad es golpeada por un rayo, los sacerdotes de Changó se dirigen
al lugar, diciendo que van a encontrar el rayo y sacan invariablemente del lugar una piedra de
Rayo, que aseguran haber encontrado. Con el hallazgo del "Trueno" va todo un saqueo ritual, en
nombre de Changó. El cuerpo de una víctima de un rayo es reclamado por el sacerdote y,
tradicionalmente, son sólo ellos los que realizan los entierros a un costo tremendo para los
familiares. Y si una víctima sólo queda inconsciente, los sacerdotes tienen que decidir rápidamente
entre completar la obra que Changó ha hecho tan imperfectamente, o aceptar un alto rescate en
nombre de un servicio propiciatorio (Idowu, Olodumare: God in Yoruba Belief, pp. 91-92).
En las representaciones escultóricas de Changó y de las figuras descritas como representaciones
de sacerdotes de Changó, estas los muestran a menudo sosteniendo una piedra de rayo en una
mano y un Oshe o un hacha labris en la otra.

Como puedes ver, nosotros no heredamos esta parte de la religión, pero lo cierto es que
prevaleció el hecho de que solo los hijos de Changó, son los que pueden recoger estas “Piedras de
Rayo”. Esos mitos de que la auténtica piedra de rayo al chocarla hace chispa o que si le das con un
machete debe hacer chispas sin romperse, también tiene una explicación. Para fabricar estas
hachas, el hombre prehistórico tenía preferencia por una roca en particular, debido a su facilidad
para tallarla por su capacidad de romperse en lascas de bordes muy agudos. Esta roca es el Silex.
El silex es lo que se conoce como PEDERNAL, la piedra usada para hacer chispas. Tiene muchos
colores, siendo el más común el negro. Por ello, te harán pensar que las “Auténticas” hacen
chispa, pero eso es un MITO. Eso depende de que hacha fue la que conseguiste. Si es hecha de
Silex tirará chispas si es de otro material, no hará chispas.

Lo cierto es que las piedras de Rayo auténticas, no tienen forma de hacha y por lo general deben
buscarse en suelos arenosos, que al caer un rayo, es cuando en verdad se da la formación pétrea.
Claro que no tengo nada en contra de la tradición de poner hachas, pero si vamos a poner piedras
de rayo, ya sabemos dónde encontrarlas, más si tienes la ventaja de vivir junto al mar o cerca de
este.

Ahora, no pretendo, bajo ningún concepto, que cambiemos la tradición, es solo dar la realidad de
los hechos y este tipo de piedra tallada como hacha, es la que se le pone tradicionalmente a
Changó, pero no son producto del rayo. Estas piedras deben pasar por una pequeña, pero
significativa ceremonia llamada Ashiri Iyasi Mimon Oduara, ANTES de ponérselas a Changó y
deben tener un tamaño lo suficientemente grandes, porque con ellas trabaja el hijo de Changó,
pero además se le sacrifica un animal bastante específico con ellas y no puede ser con una “Piedra
de Rayo” profana.

Tu amigo de siempre,

Águila de Ifá

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