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La Politica Economica Del Tercer Gobierno Peronist

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LA PoLíT|cA EcoNÓM|cA DEL TERCER coB|ERNo

PERoN|sTA Y LAS PR|Nc|PALEs RUPTURAS ENTRE


LAS cEsT|oNEs DE GELBARD Y RoDR|co(*)
THE ECONOMIC POLICIES OF THIRD PERONIST GOVERN/\/IENT AND THE
MAJOR RUPTURES BETWEEN THE POLICIES OF GELBARD AND RODRIGO

Cecília Víttof l

Resumen: Este trabajo analiza la política económica llevada a cabo durante el tercer gobierno
peronista (1973 1976). En particular, se examinan las características que asumió la gestión
dejose Ber Gelbard (mayo de 1973 octubre de 1974) y sus principales puntos de ruptura
con respecto al denominado “Rodrigazo” de junio de 1975. Con este propósito, se aborda el
estudio de los objetivos y de los resultados de estas políticas, haciendo hincapie, asimismo,
en las alianzas de clase en que ambas se sustentaban.
Palabras clave: Peronismo, Política Economica, Rodrigazo, Plan Trienal, Gelbard.

Abstract: This paper analyzes the economic policy carried out during the third Peronist
government (1973 1976). In particular, We examine the features ofjose Ber Gelbard management
(May 1973 October 1974 ) and the main points of rupture With the so called “Rodrigazo”
of June 1975. For this purpose, the study addresses the objectives and outcomes of these
policies, focusing also on the class alliances in Which both Were based.
Keywords: Peronism, Economic Policy, Rodrigazo, Three year Plan, Gelbard.

( ) Se agradecen los valiosos comentarios realizados por Daniel Azpiazu y Ricardo Aronskind a verslones anteriores de
este artículo, exiniiendolos de toda responsabilidad en cuanto a eventuales errores u omisiones.
( ) Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnicas (CONICET). E mail: <ceciliav1tto@
gmail.com>. Recebido em 13.08.2012 e aceito em 30.05.2013.
Cecilia Vitto _ Cadernos PROLAM/USP (Ano 12 _ Vol. 1 _ 2013), p. 9 24

INTRODUCCIÓN

El tercer gobierno peronista (25 de mayo de 1973 24 de marzo de 1976) representó


uno de los períodos mas complejos y controvertidos de la historia argentina reciente.
El peronismo volvía al poder luego de dieciocho años de proscripción, en un contexto
de significativa movilización social y de gran expectativa por parte de vastos sectores de
la población. En tal contexto, la política económica delineada inicialmente no era ajena
a estas perspectivas de cambio.
Esta propuesta, simbolizada en la figura de jose Ber Gelbard (quien estuvo al
frente del Ministerio de Economía entre la asunción del gobierno, en mayo de 1973, y
octubre de 1974) residia en la implementación del Plan Trienal para la Reconstrucción
y la Liberación Nacional, programa que expresaba una “alianza” entre los trabajadores
organizados, el Estado y los empresarios nacionales. Apoyado en tales sectores, y en el
marco del funcionamiento de la segunda etapa del regimen de acumulación de capital
basado en la industrialización por sustitución de importaciones, el Plan establecía una
planificación integral de la economía que se proponía, entre otras cuestiones, obtener
la plena vigencia de la justicia social, garantizar una alta calidad de vida, contribuir a la
integración latinoamericana, reconstruir el Estado, modificar la estructura tributaria del
país y redimensionar las relaciones de fuerza en el agro y en la industria.
Por otro lado, luego de la gestión de Gómez Morales, en junio de 1975 asumió
Celestino Rodrigo como ministro de Economía e implemento una fuerte devaluación y
un significativo incremento tarifario, con el objetivo proclamado de mejorar las cuentas
externas y fiscales.
Varios autores coinciden en señalar que el “Rodrigazo” implicó un fuerte quiebre
respecto del programa inicial del tercer gobierno peronista (Restivo y Dellatorre, 2005;
Abalo, 1976; Leyba, 2003; Horowicz, 2005; y Marongiu, 2006), dado que representaban
proyectos antagónicos. Otra interpretación, en cambio, sostiene la existencia de una
continuidad entre ambas políticas, señalando que las medidas efectuadas a mediados de
1975 eran una consecuencia “lógica” que se derivaba de las inconsistencias de la política
inicial del gobierno (De Pablo, 1980), y argumentando que el “caos” económico que tuvo
lugar con posterioridad al “Rodrigazo” _ que incluía una significativa inflación junto
con una paralización de la actividad económica _ tenía su origen en las limitaciones del
programa original (De Pablo, 1980; y Ferrer, 1977).
En tal sentido, la discusión sobre la existencia o no de un quiebre entre ambas políticas
no resulta menor ya que conduce a una pregunta sustancial: ¿fue el programa de Gelbard
el que generó la situación de crisis económica, o la misma se explica, fundamentalmente,
por un giro en la política económica en el marco de las disputas políticas en el seno del
peronismo? En tal contexto, este trabajo busca analizar la política económica llevada a cabo
durante el tercer gobierno peronista. En particular, se pretende examinar las principales
características que asumieron las gestiones de Gelbard y de Rodrigo, y las relaciones de
continuidad y quiebre que pueden establecerse entre las mismas.
El trabajo está integrado por cinco apartados. En el primero, se presentan los principales
lineamientos del programa económico de Gelbard, en el marco de la instrumentación del

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La politica económica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional. En el segundo, se describen


las principales caracteristicas que asumió la politica de shock llevada a cabo por Celestino
Rodrigo en junio de 1975. En el tercero, se introducen las principales interpretaciones
existentes sobre las líneas de continuidad y ruptura entre ambas políticas; mientras que,
en el cuarto, se reflexiona sobre las principales vinculaciones que pueden establecerse
entre el “Rodrigazo” y el proyecto inicial del tercer gobierno peronista, particularmente
en lo referente a los objetivos y los resultados de las politicas implementadas. Por último,
se presentan las conclusiones del trabajo.

1 LA POLÍTICA ECONOMICA DE JOSE BER GELBARDI PRINCIPALES LINEAMIENTOS

El tercer gobierno peronista aunaba una diversidad de sectores con orientaciones


y expectativas sumamente disímiles, cuya unidad se asentaba, basicamente, en la indis
cutible figura de Perón. El núcleo central de la alianza que representaba el regreso del
peronismo al poder, se encontraba en el movimiento sindical organizado en la CGT y en
la a ru ación em resaria ue reunia a los e ueños Y medianos em resarios nacionales
(la CGE). La propuesta de dicha alianza tenia como uno de sus estandartes principales
la defensa del mercado interno y de un capitalismo “nacional”, con pleno empleo y con
una distribución del ingreso favorable a los asalariadosm.
El programa económico inicial del tercer gobierno peronista, residia, fundamen
talmente, en la implementacíón del Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación
Nacional. Este plan establecía una planificación integral de la economia que buscaba la
“reconstrucción y la liberación nacional” y que abarcaba múltiples aspectos de la vida
económica.
Una de las intenciones prioritarias del programa inicial del tercer gobierno peronista, era
la búsqueda de compatibilizar la acumulación de capital con una distribución del ingreso
más equitativa. El Plan preveia alcanzar, entre 1973 y 1977, una tasa de crecimiento de
la producción de bienes y servicios del 7,5% anual acumulativo, ritmo que se apoyaria
en una alta tasa de incremento de la inversión, en el aumento de la productividad del capital
instalado y en la duplicación del volumen de las exportaciones de mercancias. Estas
previsiones suponían una reorganización de la estructura económica y del capital que se
encontraba asociada, fundamentalmente, a la promoción de la pequeña y mediana empresa,
al estímulo a las exportaciones industriales y a la redefinición del papel del Estadom, y
que implicaba, asimismo, un significativo redimensionamiento del poderio económico
del sector agropecuario mas concentradocll.

(1) Dentro de la alianza que llegaba al poder en 1973 se encontraban tambien los grupos juveniles de izquierda, los cuales
habian tenido un significativo protagonismo en los años finales de la “Revolución Argentina” y durante la campaña
electoral _ siendo alentados por Perón desde su exilio en Madrid _ y se encontraban a la espera de reafirmar su posición
dentro del movimiento, en detrimento de la “burocracia sindical”, con la que estaban fuertemente enfrentados.
(2) La promoción de la industria nacional, las exportaciones industriales y el uso de la tecnologia local; asi como la redefinición del
papel del Estado se fomentaron mediante distintas legislaciones, entre las que se destacan las que regulaban la entrada
de capitales extranjeros (Ley n. 20.557), el funcionamiento de las pequenas y medianas empresas (Ley n. 20.568), el
trabajo y la producción nacional (Ley n. 20.545), la promoción industrial (Ley n. 20.560) y el funcionamiento de las
empresas del Estado (Ley n. 20.558).
(3) En el redimensionamiento del sector agropecuario resultaron cruciales las Leyes ns. 20.535 y 20.573, mediante las que
se establecian nuevas facultades para lasjuntas Nacionales de Carnes y de Granos (León y Rossi, 2003), y por medio de

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El ritmo de crecimiento de la economía proyectado, debia ser un medio en pos de


conducir a una transformación profunda de la estructura socioeconómica del país, con
siderándose esencial el logro de una distribución equitativa de los logros del progreso
economico. Se pretendia garantizar, para el año 1977, una participación de los asalariados
en el ingreso similar a la de 1955 (47,7%), lo que significaba un aumento de mas de 5
puntos porcentuales respecto del valor de 1973.
De esta manera, se buscaba fomentar una redistribución del ingreso a favor de los
asalariados, a partir de un incremento de los salarios reales por encima de la productividad
media de la economia, previendose un incremento de estos del orden del 7% anual acumu
lativo. Asimismo, se preveia una expansión del empleo que suponia el logro de la plena
ocupación para el año 1977, proyección que se encontraba estrechamente asociada a las
metas de crecimiento económico e inversión.
En este marco, la política de ingresos se constituía en uno de los pilares principales
del plan económico. La política económica llevada a cabo por Gelbard, tenía, como
uno de sus núcleos centrales el denominado “Pacto Social”, consistiendo, en términos
generales, en una política concertada entre los sindicatos (la CGT), los empresarios (la
CGE) y el Estado que incluía, luego de un incremento salarial inicial, un congelamiento
de precios y salarios. A tal fin, una de las principales medidas que se puso en práctica
fue un incremento de salarios (una suma fija de $200), a partir del primero de junio de
1973, que debió ser absorbido en su totalidad por el sector no asalariado, respetándose,
asimismo, los aumentos por convenios ya pactados. Este aumento suponia un intento
de paliar la fragmentación salarial dado que, al ser igual para todos, impactaba en mayor
medida en los sectores con menores ingresos (Testa, 1975, p. 61)(4). Una vez trasladados
los mayores costos derivados del reajuste tarifario, los precios debian mantenerse conge
lados hasta el 19 de junio de 1975. Así como estos últimos, los salarios tambien debian
mantenerse congelados hasta esta fecha, con un ajuste a mediados de 1974 por aumento
de productividad.
El congelamiento de precios efectuado se complementaba asimismo con la reducción
de los mismos de una serie de productos de la canasta familiar y de otros que afectaban el
poder de compra de los asalariados _ como alimentos, productos farmacêuticos, artículos de
indumentaria y calzado _ fij ándose una disminución del valor de la carne en el mercado
de Liniers y en las carnicerías, y estableciendose un precio máximo para el trigo para
asegurar importes razonables para la harina (Rougier y Eiszbein, 2006, p. 117). Estas
medidas, aplicadas de manera conjunta con el incremento salarial señalado, pretendian
no solamente contribuir al objetivo estructural de incrementar la participación de los
trabajadores en el ingreso nacional, sino tambien generar una estabilización en el corto
plazo de los precios, buscando contener el proceso inflacionario.

las cuales el Estado buscaba controlar el comercio externo de dichos productos, para asegurar una adecuada colocación de
los saldos exportables y garantizar los precios de los productores. En esta misma línea, merece mencionarse el impuesto
a la renta normal potencial de la tierra, que buscaba alentar la expansión de la actividad y premiar a los productores
mas eficientes, ya que al tratarse de un impuesto fijo, castigaría en mayor medida a los que menos producian. Por
último, el anteproyecto de Ley Agraria, propuesto pero nunca aprobado por el Congreso, disponia la expropiación de
las tierras improductivas, proponiendo su explotación bajo regimenes de propiedad estatal o cooperativa.
(4) Asimismo, se determino un incremento de las asignaciones familiares (40%) y de las jubilaciones (28%), estableciendose
tambien un aumento de las tarifas de bienes y servicios suministrados por el sector público, el cual seria diferencial
(tratando de que recayera sobre aquellos que tuvieran una mayor capacidad económica).

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La politica economica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

De esta manera, la politica efectuada tenia un claro objetivo redistributivo. En primer


lugar, la politica tarifaria diferencial buscaba asumir un “sentido social”, ya que los incre
mentos se establecerían según su impacto en la distribución del ingreso. En este mismo
sentido puede considerarse la politica de precios y salarios, en particular la suba de las
remuneraciones llevada a cabo de manera conjunta con el congelamiento de los precios.
En este marco, la creacion de la Comision Nacional de Precios, ingresos y Nivel de Vida,
encargada de analizar la evolución del costo de vida y de poner en práctica medidas de
defensa y acrecentamiento del poder adquisitivo de los salarios, tambien estaba en con
sonancia con dicha meta. Por último, en el Plan Trienal (1973, p. 49) se establecía que la
politica redistribucionista no se agotaba en el “computo tradicional de la participación de
la remuneración de los asalariados en el ingreso” y en estructuras tarifarias favorables a
los sectores mas postergados, sino que existia un concepto más profundo, asociado tanto
a la puesta en marcha de una reforma tributaria, como al incremento de los bienes sin
contraprestacion (salud, educación, alimentación escolar) y al subsidio de otros bienes
como la vivienda.

2 LA Potirlca ECONOMICA DE CELESTINO RoDRtGo


En el contexto signado por la muerte de Peron y la posterior renuncia de Gelbard, y
luego de la gestión de Gómez Morales, el 2 de junio de 1975 asumió el cargo de Ministro
de Economia el Ingeniero Celestino Rodrigo. En el dia de su asunción, Rodrigo dirigio
un mensaje al pais, en el que estableció los principales lineamientos de la politica que se
implementaria. En este, sostenia que los principales enemigos del pueblo eran el terrorismo y
la especulación, y que el pueblo, para combatir a esta última, debia abstenerse de “derrochar”,
eliminando la demanda excesiva de bienes _ sobre todo de origen importado _ absteniendose
de comprar aquellos bienes cuyos precios habian sido distorsionados por la especulacion.
El 4 de junio, las drásticas medidas fueron anunciadas. Estas incluían una “maxide
valuación”, que implicaba la duplicación del valor del dolar para transacciones financieras,
pasando de $ 15 a $ 30; un aumento de 80% del dólar turista; y un aumento de 160% del
dolar para transacciones comerciales, pasando de $ 10 a $ 26. Asimismo, se estableció un
considerable aumento tarifario (que implicó una suba de entre 40% y 60% en las tarifas
de gas, de entre 40% y 50% en las de electricidad, y de 75% en las de consumo industrial
y del transporte). Se estableció tambien un incremento de la nafta común (181%) y de la
nafta especial (172%); una liberación de la tasa de interes de los certificados transferibles
de depósito a plazo fijo; y un aumento del cospel de subte de 150%(5).
Se trataba de una politica de shock, dada la intensidad y lo sorpresivo del ajuste rea
lizado. La misma suponia una fuerte transferencia de ingresos en detrimento del sector
asalariado, a través del incremento de los precios de los bienes y servicios; así como una
recuperacion de la deficitaria situación fiscal del Estado, mediante el incremento de las

(5) En esta misma linea de liberalización de los precios, el 18 de junio 1975 se firmó un Acta Compromiso con la industria
automotriz que establecía que, durante dos años, las fabricas terminales postergarían las remesas en divisas al exterior
que debieran realizar en concepto de importaciones de bienes; asi como tampoco remesarían utilidades al exterior. A
cambio, los vehículos automotores producidos por las empresas firmantes quedarían excluídos del sistema de fijación
oficial de precios (Horovvicz, 2005, p. 292).

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tarifas de los servicios públicos; y la mej ora de los precios agropecuarios y la resolucion de
los problemas existentes en el “frente externo”, lo que se pensaba lograr fundamental
mente a partir la devaluación de la moneda.
Las medidas aplicadas suponían un enorme perjuicio para la industria, dado el enca
recimiento de los insumos importados _ imprescindibles para la producción _ que la
fuerte devaluación del tipo de cambio implicaba. De esta manera, implicaba una fuerte
traslacion de ingresos desde los sectores asalariados e industriales hacia los exportadores
y el sector agropecuario. Asimismo, de manera concomitante al deterioro del poder adqui
sitivo del sector asalariado, se pretendia debilitar el poder de los sindicatos, en el marco
del enfrentamiento de estos últimos con el ala “de derecha” del partido (Di Tella, 1983;
Torre, 2004; De Riz, 1987).
Estas medidas fueron acompañadas por una suba salarial de tan sólo 38%, y por
el posterior anuncio hecho por la Presidente el 6 de junio, que el salario minimo sería
incrementado un 65%. Este mismo dia, asimismo, se reabrieron las paritarias sin fecha
limite, dejando el resto de los salarios librados a lo que cada una de ellas resolviera. No
obstante, el 9 de junio, Isabel Martinez de Peron advertía que los aumentos que debian
negociarse en las paritarias no debian superar el 38% determinado originalmente. La
CGT, no obstante, se opuso a dicho limite y, en un marco de significativa movilización
obrera, a mediados de mes el gobierno dio libertad a empresarios y sindicatos para que
negociaran los salarios en el ambito de cada industria
En este marco, se “lograron” incrementos que rondaban entre 60% y mas del 200%.
Sin embargo, la Presidenta Isabel Peron anuncio, el 28 de junio, la anulacion de lo decidido
en las paritarias, dictaminando un incremento salarial del 50%, que seria seguido por dos
reajustes posteriores, de 15% cada uno. La reacción sindical fue contundente: el 7 y el 8
de julio se llevaron a cabo dos paros generales, siendo la primera vez en la historia que
las organizaciones gremiales realizaban esta medida de protesta a un gobierno peronista
(Restivo y Dellatorre, 2005, pp. 84 85). Ante la importancia de la huelga, la presidenta
elimino los topes salariales establecidos, y los convenios que antes habian sido eliminados
fueron convalidados por el Gobierno. La principal consecuencia de este proceso fue la
renuncia de López Rega y, varios días mas tarde _ el 21 de julio _ de Celestino Rodrigo.
Asimismo, los sindicatos pasaron a detentar un rol central dentro del escenario politico,
convirtiéndose en el principal respaldo del gobierno (Di Tella, 1983, p. 215 216).

3 PRINCIPALES INTERPRETACIONES SOBRE LAS LINEAS DE CONTINUIDAD Y


RUPTURA

Antes de considerar las principales rupturas y continuidades entre las gestiones de


José Ber Gelbard y de Celestino Rodrigo, resulta imprescindible pasar revista a las principales
interpretaciones existentes dentro de la literatura disponible. En términos generales, esta
última se divide entre los autores de cuya lectura se desprende que habria existido una
continuidad entre ambas politicas, y los que sostienen que habria existido un quiebre.
Entre los que sostienen que habria existido una continuidad, hay autores de distinto
signo ideológico. En este grupo se encuentran De Pablo (1980) y Ferrer (1977).

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La politica economica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

Dentro de esta primera interpretación, De Pablo, autor ideologicamente hostil a


la experiencia de Gelbard, considera a la política implementada por Rodrigo como la
consecuencia logica de la primera. De manera rudimentaria, el esquema es el siguiente:
si se distorsionan los precios relativos como consecuencia del aumento de salarios y de
las rigideces en el nivel de precios (que es lo que habria hecho Gelbard), entonces nece
sariamente se deriva la necesidad de un programa de ajuste como el llevado a cabo por
Rodrigo. De Pablo explicita esta posicion, al sostener que “Rodrigo no es ni un intruso
ni un traidor al proceso iniciado el 25 de mayo de 1973, sino mas bien la consecuencia
directa de la politica economica de Gelbard” (De Pablo, 1980, p. 246). Si bien en si mismas
las politicas economicas son totalmente diferentes, de esta vision se desprende que habria
continuidad entre las mismas, en tanto de una se desprende necesariamente la otra. Esta
interpretación sostiene que Rodrigo, dentro de un mismo programa, habria tratado de
arreglar las distorsiones que se generaron como correlato de una deficiente implemen
tación inicial del mismo. Es en este sentido que sostiene que la búsqueda deliberada del
salario real era el “precio que habia que pagar para lograr el mantenimiento del pleno
empleo via la superación de la crisis de la Balanza de Pagos” (De Pablo, 1980, p. 185).
Ferrer, por su parte, si bien sostiene que el plan Rodrigo supuso un intento de cambio
brusco de politica; argumenta que el proceso de hiperinflación con recesión recibió un
impulso definitivo en el tercer trimestre de 1975 (es decir, luego del “Rodrigazo”), pero que
“sus causas profundas se estaban incubando desde tiempo atras” (Ferrer, 1977, p. 47),
estableciendo asi una relación de continuidad entre la evolución de las variables econó
micas post junio de 1975 y la politica inicial del gobierno. En este mismo sentido, este
autor afirma que “en 1973 no existían recursos disponibles para cubrir la expansión de los
gastos corrientes del gobierno y el déficit sin una explosión inflacionaria y el descalabro
del sistema, como efectivamente ocurrió a partir de 1975” (Ferrer, 1977, p. 41). De esta
manera, para Ferrer, el resultado de la politica economica de Gelbard fue un deterioro de
la posición financiera del Estado, que redundó en un déficit fiscal y condujo a la hiperin
flacion de mediados de 1975(6).
Otros autores, en cambio, sostiene la existencia de un quiebre entre ambas politicas.
Dentro de este grupo, Abalo (1976), si bien considera que fue a partir de la renuncia de
Gelbard que se genero un quiebre en la política económica, sostiene que fue Celestino
Rodrigo quien llevo a un punto culminante al caos de los precios y de los tipos de cambio,
barriendo con los últimos controles de precios. Para Horowicz (2005), entre el Pacto Social
y el “Rodrigazo” también existiria un claro quiebre, representando, incluso, distintos tipos
de peronismo. En esta misma linea, Restivo y Dellatorre (2005) sostienen que la politica
economica llevada a cabo por Celestino Rodrigo también representa una clara ruptura, no
sólo en relación a la politica de Gelbard, sino en términos históricos. Marongiu (2006),

(6) Este autor, si bien critica aspectos parciales de la experiencia de Gelbard, vinculados especialmente a los desequilíbrios
no atendidos, no reniega, a diferencia de De Pablo, de la intervención gubernamental en la economia. Otra diferencia
sustantiva entre ambos autores remite a la “inevitabilidad” del paquete económico. Mientras De Pablo “naturaliza” el
Rodrigazo, pensandolo como desemboque necesario de las politicas dirigistas previas, Ferrer cuestiona la necesariedad
de este tipo de políticas de shock (asi como de las denominadas “gradualistas”), a las que contrapone una politica de
inversiones integrada, considerando que esta elección de politica económica remite, en última instancia, a un problema
político mas que técnico. Al respecto, véase Ferrer, 1977, p. 95 101.

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por último, en un artículo que analiza las politicas de Rodrigo y de Mondelli, sostiene
una tesis similarm. No obstante, si bien estos autores señalan la existencia de un quiebre,
no profundizan especialmente en la tematica.

4 PRINCIPALES PUNTOS DE RUPTURA DEL “RODRIGAZO” RESPECTO DE LA


POLÍTICA ECONOMICA INICIAL DEL TERCER GOBIERNO PERONISTA

A partir de todos estos elementos, cabe preguntarse: ¿Existe una ruptura en la politica
económica durante el tercer gobierno peronista, y en tal caso, en qué se basa la misma?
I Iaciendo una somera revision de ambas politicas, pueden establecerse significativos
quiebres en varios aspectos, que abarcan desde los principales lineamientos hasta las
consecuencias economicas de las mismas:
° Las medidas de precios y salarios implementadas poseian objetivos contrapuestos.
El Pacto Social contenia varios elementos progresivos, entre los que se encuentran
la política tarifaria (las tarifas de servicios públicos buscaban tener un incremento
diferenciado según su impacto en la distribución del ingreso); la politica de precios, en
particular el congelamiento de los mismos y la revision de los aumentos ocurridos
durante 1973, “a fin de determinar aquellos injustificados y retrotraerlos a sus justos
niveles” (Poder Ejecutivo Nacional, 1973, p. 313); la politica salarial (aumentos
de salarios, de asignaciones familiares, del salario y la jubilación minima “con la
finalidad de restituir al salario su poder adquisitivo, independientemente de los
mayores esfuerzos que se realicen en materia de rebajas y congelación de precios de
productos esenciales, y reparar injusticias evidentes en sectores postergados”) (Poder
Ejecutivo Nacional, 1973, p. 313), y la reforma tributaria. La politica economica de
Celestino Rodrigo, en cambio, tenia objetivos fundamentalmente regresivos, dado
que buscaba deteriorar la participación de los asalariados en el ingreso, para, cuanto
menos, incrementar los saldos exportables, y equilibrar las cuentas fiscales.
° Ambos programas suponían un contrapuesto lugar de la industria. Mientras el
Plan Trienal buscaba fortalecer la industria nacional, y en particular el sector de las
pequenas y medianas empresas; el “Rodrigazo” pretendia, en contraposición, realizar
una traslacion de ingresos desde esta última hacia el sector agropecuario/exportador.
0 En estrecha conexion con lo anterior, puede sostenerse que ambas politicas
economicas pretendian una muy diferente insercion del pais en el escenario inter
nacional. El programa de Gelbard buscaba fomentar la exportacion de productos
manufacturados y el desarrollo de una tecnologia local para mitigar la dependencia
con los grandes centros industriales, vinculado a una profundizacion del régimen
de acumulación de capital basado en la industrialización por sustitución de impor
taciones. En contraposición, el plan de Rodrigo suponia una articulación con el

(7) Así, sostiene: “el Plan economico de Rodrigo (...) implicó un violento cambio de rumbo respecto a las politicas basadas
en el Pacto Social que habia implementado el gobierno justicialista hasta el momento. Puede decirse que este plan es
el certificado de defunción de este acuerdo entre trabajadores, empresarios y Estado” (Marongiu, 2006, p. 5).

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La politica economica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

mercado mundial a partir de la exportacion de materias primas, y en perjuicio de


la industria (Leyba, 2003, p. 152). Es en tal sentido que puede considerarse que el
mismo constituyó un anticipo de la politica que _ a partir de 1976 _ seria imple
mentada por Martínez de 1 Ioz en el marco de la dictadura militar que pondria fin
definitivamente a la industrialización sustitutiva.
° Los programas suponían un rol contrapuesto del Estado. El programa delineado en
el Plan Trienal y llevado a la practica por Gelbard suponia una activa intervención de
éste, un lugar central del mismo en la planificacion económica y un fortalecimiento
de su capacidad operativa. En contraposición, el “Rodrigazo” implicó el momento
inicial de un progresivo desmantelamiento de las politicas de regulacion por parte
del Estado. Este último plan suponia además un rol de la politica económica llevada a
cabo por éste como “sinceramiento” de las variables economicas, en contraposición
a la politica de Gelbard, que consideraba a la misma como instrumento de transfor
mación social y de mejora de las condiciones de vida.
° El lugar de los asalariados en ambas politicas también diferia sustantivamente.
El Plan Trienal pretendia, explicitamente, incrementar la participación de los asa
lariados en el ingreso nacional, llevando a cabo varias medidas para incrementar
los ingresos, particularmente de los sectores mas postergados, con la finalidad de
asegurar una distribución del ingreso mas equitativa. El plan de shock de Rodrigo,
en cambio, dado que implicaba un fuerte incremento de precios y de tarifas aplicado de
manera conjunta con un aumento salarial muchisimo menor, suponia una retraccion
deliberada del salario real.
° En estrecha relación con el punto anterior, otra ruptura entre ambos programas
refiere al rol del consumo. Si bien el Plan Trienal sostenia que éste debia incrementarse
en menor medida que la inversión (con vistas a liberar recursos para la acumulación
de capital), se preveia un aumento sustantivamente mayor del consumo de los
sectores asalariados, lo que se encuentra vinculado a la meta de incrementar la
participación de estos sectores en el ingreso. En contraposición, el programa de
Rodrigo propiciaba, explicitamente, la necesidad de disminución del consumo, con
el objetivo de aumentar la disponibilidad de bienes para la exportacion y generar
disponibilidad de ahorro.
° El lugar contrapuesto del salario se encuentra estrechamente vinculado, asimismo,
al lugar de los sindicatos dentro de cada plan económico. En el proyecto de Gelbard,
éstos tenian un lugar central, siendo uno de los pilares en los que se sustentaba el
programa de concertación. Contrariamente, el “Rodrigazo” supuso un intento de
debilitar el poder de los mismos, en el marco de una lucha entre el sector del partido
basado en los gremios y el ala política de la derecha.
° Los dos programas tenian una muy diferente vision del lugar que debia tener el
sistema financiero. El Plan Trienal sostenia que el mismo tenia que estar al servicio
del fomento de las actividades que se considerasen prioritarias, debiendo estar in
tegrado no sólo con el sector productivo sino con las necesidades sociales basicas

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(Poder Ejecutivo Nacional, 1973, p. 30). En cambio, el plan de Rodrigo pretendia


incrementar significativamente el endeudamiento en moneda extranj era.

° Asimismo, también diferia el tratamiento que ambos programas buscaban brindarle a


las empresas según origen del capital. Mientras el proyecto inicial del tercer gobierno
peronista buscaba fomentar el desarrollo de la burguesia nacionalfg), y particular
mente de la pequena y mediana empresa; Rodrigo pretendia igualdad de tratamiento
para las empresas extranjeras y nacionales, siempre que las primeras cumplieran
con la ley. De esta manera, se proponia “la eliminación de los defectos de la ley de
inversiones extranjeras que hacen imposible su actuación en el pais, sobre todo la
discriminacion sobre los capitales ya radicados”, tratando de promover la inversión
extranjera dentro de “reglas de juego razonables”(9).

° Ambos programas se apoyaban, en suma, en alianzas de clase contrapuestas.


La politica de Gelbard se sustentaba en una “alianza defensiva”(1O), en la que la
burguesia nacional (nucleada en la CGE) y el sindicalismo organizado (en torno a
la CGT) tenian un lugar central. El “Rodrigazo”, en contraposición, represento una
politica tendiente a beneficiar a los exportadores de materias primas, sumamente
beneficiados por la devaluación de la moneda, lo cual implicaba una “alianza” con
el sector agropecuario que el proyecto de Gelbard buscaba redimensionar, a partir
de lasjuntas Nacionales de Carnes y de Granos y del intento de implementación del
impuesto a la renta normal potencial de la tierra y del ante proyecto de Ley Agraria.

° Si las politicas de Gelbard y Rodrigo diferian sustantivamente en términos de sus


principales lineamientos, también es posible establecer significativas rupturas entre
ambas en términos de los resultados de las mismas.

Una de las primeras cuestiones a considerar es la evolución del producto bruto


interno. En tal sentido, resulta sumamente relevante que, durante la gestión de Gelbard,
éste tuvo un crecimiento ininterrumpido, que en ciertos trimestres llego a superar el 6%
y que no se alejaba considerablemente de las metas establecidas. El producto industrial,
en 1973 y 1974, tuvo incrementos que se encontraban en consonancia con el compor
tamiento del producto agregado. En contraposición, como correlato del “Rodrigazo” se
produjo una paralización de actividad economica, y en particular, de la actividad indus
trial de pais; en el tercer trimestre de 1975, el producto bruto industrial tuvo una caída
de 6%, que se profundizo en el último trimestre del año, cuando la misma fue de 7,6%.

(8) Esta fracción del capital se encontraba vinculada al abastecimiento del mercado interno a partir de la producción de
bienes de consumo popular, siendo conducida por grandes firmas industriales oligopólicas, con capacidad para esta
blecer acuerdos con los sectores asalariados.
(9) Véase discurso de Celestino Rodrigo del dia 28 de junio, en Boletin Semanal del Ministerio de Economia, n. 89, 18 de
julio de 1975.
(10) En términos de O`Donnell (1977) esta “alianza defensiva”, compuesta por las fracciones mas débiles de la burguesia
urbana y el sector popular, durante la segunda fase de la industrialización sustitutiva se habia opuesto sistematica
mente a los planes de estabilización llevados a cabo durante las fases descendentes del ciclo, y en 1973 llegaba por
primera vez en la historia argentina por si sola, con exclusión de la gran burguesia, a sustentar la alianza gobernante.

18
La politica economica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

Otro punto sustantivo a considerar es el que refiere al control de la inflación. Puede


considerarse que la gestión de Gelbard tuvo una eficacia “decreciente” en lo que respecta
a este punto. Si bien durante los primeros meses de su implementación el Pacto Social
tuvo un resultado positivo en términos de la estabilización del nivel de precios (entre
junio y noviembre de 1973, el incremento intermensual del nivel de precios minoristas
fue en promedio de 0,1%), vinculado tanto al poder de arbitraje del nuevo gobierno como
al propício escenario internacional; a partir de abril de 1974, comenzaron a producirse
aumento de los precios mas significativos (de alrededor del 3%). No obstante, como puede
observarse en el Grafico n. 2, fue como consecuencia del “Rodrigazo” que se produjo
sin lugar a dudas el mayor incremento del nivel de precios del periodo (en junio, julio
y agosto los mismos tuvieron una suba intermensual de 21,1%, 34,7% y 22,5%, respec
tivamente, que contrasta claramente con las subas verificadas anteriormente, siempre
inferiores a dos dígitos).
Grafico n. 1 _ Evolucion intermensual de Índice de Precios al Consumidor,
enero 1973 diciembre 1975 (en porcentajes)
39,121
3zi,|{_Ii 345'
2ÉÍ',|[_ÍI

24.0
' 22.5
21,1
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Octubre
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Nove
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iara i9?4 isns
Fuente: elaboracion propia en base a datos del indec.
Encuanto a la participación de los asalariados en el ingreso, resulta relevante que,
mientras en 1973 y 1974 la misma se incremento, llegando a representar en este último
periodo practicamente el 50% del ingreso; en 1975 (año del “Rodrigazo”) descendio a
menos del 45% (Grafico n. 2).

19
Cecilia Vitto _ Cadernos PROLAM/USP (Ano 12 _ Vol. 1 _ 2013), p. 9 24

Grafico n. 2 _ Participacion asalariada en el ingreso,


1970 1976 y evolución interanual (en porcentajes)
50% ¬ r 10%
'*15'% 5%
__ Q Í.: l ?¡ %" qlll” ..._
40°ƒb
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1 í Partieipaeion asalariada eo el ingreso ‹I› Evolucion interanual 11%) 1

N ota: se tomo en consideracion la versión “habitual” de la distribución del insreso, en E esos corrientes o con sueldos
y salarios y producto deflactados por indice de precios implicitos en el producto. Incluye aportes patronales.
Fuente: elaboracion propria en base a datos de Orsatti (1983).

De manera concomitante al quiebre producido en la actividad industrial y en la


participación asalariada en el ingreso, otro de los principales quiebres entre ambas poli
ticas refiere a la evolución de la desocupacion. En tal sentido, puede sostenerse que uno
de los principales logros del plan economico de Gelbard, fue reducir sustancialmente la
desocupacion. Mientras el Plan Trienal estimaba una desocupacion urbana para el año
1973 de 6,2%, en octubre de 1974 la misma fue de tan solo 3,4% (superando asi la previsión
para dicho año, de 5%). De esta manera, practicamente se lograba el cumplimiento de
la meta de alcanzar el pleno empleo. En contraposición, luego del “Rodrigazo” la tasa
de desocupacion del total de aglomerados urbanos verifico una ligera suba (pasando de
3,5% en mayo de 1975 a 3,8% en el mes de octubre).
Otra ruptura entre las consecuencias de ambos programas refiere a la evolución del
consumo. Como consecuencia de la implementación del Plan Trienal, éste evoluciono
durante todo este periodo positivamente y practicamente a la par del crecimiento del
PBI (incluso en ciertos trimestres por encima de este último). En contrapartida, como
consecuencia del “Rodrigazo”, el consumo se desplomó; merma que se produjo de
manera conjunta con un fuerte incremento de los precios al consumidor (superior al 20%
intermensual).
Una última cuestión sustantiva a considerar es la evolución del comercio exterior.
El programa de Gelbard pretendia lograr un incremento de las exportaciones totales y
especialmente las de origen industrial. Esta politica buscaba otorgarle sustentabilidad al
proceso de desarrollo, acotar la dependencia de divisas con respecto al sector agropecuario,
y superar definitivamente el estrangulamiento externo. En tal marco, si bien el año 1973
habia tenido un superávit comercial superior a los 1.000 millones de dólares; a partir del

20
La politica economica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

tercer trimestre de 1974, la balanza comercial se torno deficitaria, lo que se encuentra


vinculado en buena medida a la modificacion abrupta del escenario internacional, que
produjo un significativo incremento de las importaciones asociado fundamentalmente al
aumento de los precios de las mismas.
No obstante, cabe analizar la evolución del sector en el marco de la propuesta del
gobierno, particularmente en lo referente a la búsqueda de incentivar las exportaciones
industriales. Durante la segunda etapa de la industrialización sustitutiva las exporta
ciones industriales habian crecido a tasas muy superiores con respecto a las ventas
externas totales, alcanzando su mayor incidencia relativa durante el tercer gobierno
peronista. Entre 1964 y 1975, la participación de las exportaciones de manufacturas de
origen industrial (MOI) dentro del total se incremento mas de 12 puntos porcentuales,
pasando de representar poco mas del 7% a alrededor del 20% del total en un lapso de
poco mas de diez años. Ahora bien, resulta significativo que el mayor dinamismo de las
MO1 se produjo, fundamentalmente, en el periodo correspondiente al tercer gobierno
peronista, por lo que podria sostenerse que _ en el marco del incentivo que se les
brindó a las mismas durante la segunda etapa de la industrialización sustitutiva _ la
politica de incentivo a las mismas fue relativamente exitosa en términos del signifi
cativo dinamismo que obtuvieron. Sobre todo en 1974, año en el cual, pese al magro
desempeño previamente señalado, las exportaciones industriales crecieron a una tasa
que duplicaba la del total de las ventas al exterior (Vitto, 2010).
El “Rodrigazo”, en cambio, buscaba la mejora de los precios agropecuarios y la
resolucion de los problemas existentes en el “frente externo”, lo que se pensaba lograr
fundamentalmente a partir la devaluación de la moneda. Si bien a partir de la implementa
ción de dicha politica el déficit de la balanza comercial disminuyó, esto fue producto,
como se visualiza en el Grafico n. 4, de que la disminución de las importaciones entre el
segundo y el tercer trimestre de 1975 fue mayor a la caída de las exportaciones, con un
severo impacto recesivo en el nivel de la actividad industrial, debido a la mayor dificultad
para la obtencion de insumos necesarios para la producción. Es en tal sentido que puede
sostenerse que esta política condicionaba y se contraponia al proyecto de promoción de
las exportaciones industriales aplicado inicialmente, dado que el encarecimiento de los
insumos afectaba significativamente a las empresas tanto productoras como exportadoras
de bienes industrialesfm.

(11) No obstante, merece mencionarse que el paquete implicaba también, de haber triunfado, un tipo de cambio muy
fuertemente favorable a cualquier actividad exportadora, por lo que el sector industrial concentrado con capacidad
exportadora también podria haberse beneficiado en este punto de ese cambio en los precios relativos.

21
Cecilia Vitto _ Cadernos PROLAM/USP (Ano 12 _ Vol. 1 _ 2013), p. 9 24

Grafico n. 3 _ Evolucion de las exportaciones, importaciones


y balanza comercial 1973 1975 (en miles de dólares)
1.51ÍHJ.{Í1'[H] 1 0

I Eiiportaeiones
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1973 I97¿1 97.
3tio.otio

5{.10.00'tJ

Fuente: elaboracion propia en base a datos de CEPAL.

5 REFLEXIONES FINALES

Como se analizó, pueden establecerse significativos quiebres entre el Pacto Social


y el “Rodrigazo”, tanto en lo referente a los objetivos de politica economica, a la alianza
de clases en que ambas politicas se sustentaban, como a los resultados de las mismas.
En este marco, se considera errónea la tesis de la continuidad _ cuyo maximo exponente
es De Pablo (1980) _ dado que la misma no toma en consideracion ni el cambio en la
situación política con posterioridad a la muerte de Peron ni la consecuente modificación
de las alianzas en el interior del peronismo, estableciendo una linea directa y sin media
ciones entre las “inconsistencias” en la politica económica implementada y la necesidad
de “correccion” de la misma (para esta lectura, el plan de ajuste). Esta interpretación
supone, por ende, una lectura del “Rodrigazo” principalmente como ““sinceramiento”” de
las variables macroeconómicas, omitiendo, en consecuencia, el componente netamente
politico e ideológico de la política de shock implementada, vinculado al desmoronamieto
de la “alianza defensiva” en que se habia sustentado el programa inicial del gobierno.
Asimismo, considera que el descalabro de las principales variables macroeconomicas a
mediados de 1975 tiene sus causas “profundas” en las inconsistencias del programa econo
mica de Gelbard, omitiendo el efecto desestabilizador de la politica de shock.
No obstante, debe decirse que hay un aspecto sefialado por Brodersohn (1973) que
debe rescatarse, ya que permite matizar la interpretación y valorar un aspecto de dicha
tesis. Este autor sostiene que el elevado “colchón de reservas internacionales” existente en
el momento de asunción del gobierno peronista constituía un vinculo crucial que podia
permitir el proceso de compatibilización de los objetivos de crecimiento de exportaciones

22
La politica economica del tercer gobierno peronista y las principales rupturas entre las gestiones de Gelbard y Rodrigo

y redistribución de ingresos a los asalariados. Así, en un escrito de 1973 argumentaba:


“mientras maduran los proyectos necesarios para mej orar y consolidar la posición externa,
las necesidades inmediatas de mejorar la participación de los asalariados en el ingreso
puede ser financiada con una parte de las reservas internacionales. Pero asi como el “colchón
externo” puede ser utilizado para facilitar la etapa de ajuste hacia una superación de la
barrera externa a fin de dar lugar a tasas de crecimiento compatible con el pleno empleo,
también puede servir para financiar un esquema de politica económica que desemboque,
como en el pasado, en una nueva crisis externa con su secuela posterior de depresion
cíclica y aceleración del ritmo inflacionario” (Brodersohn, 1973, p. 57 58).
Asimismo, sostiene: “el conjunto de factores precedentes indica que el ciclo de
expansión económica por encima de las pautas históricas _ dado el rezago en el ajuste
cambiario _ terminaria por generar tarde o temprano una nueva crisis externa, salvo que
se suponga que el favorable comportamiento de los términos del intercambio se manten
ga en el futuro y que aumente significativamente la productividad agropecuaria. De no
ser asi la eventual crisis requerira para equilibrar el Balance de pagos y reconstruir las
reservas internacionales, revertir la tendencia expansiva del ciclo a través de una política
monetaria restrictiva y de una política de ingresos favorable a los sectores exportadores
en contra de los asalariados urbanos” (Brodersohn, 1973, p. 60).
Esto establece una cierta continuidad entre ambos programas ya que los “augurios”
de Brodersohn se vieron cumplidos practicamente en su totalidad. Durante la gestión de
Gelbard, el tipo de cambio no se modificó lo cual, sumado a la abrupta modificación del
escenario internacional (que supuso un derrumbe de los términos del intercambio y
crecientes presiones a la politica de congelamiento de los precios, dado el incremento de
los valores de los insumos importados) ponia de manifiesto la necesidad de realizar ciertos
ajustes en la política de concertación. Esto no significa, no obstante, que la manera en la
que tenian que ser “resueltos” muchos de los problemas era una política de shock como
la que efectivamente se llevo a la practica.
Si bien no es el objetivo de este trabajo, resulta menester señalar que el programa de
Gelbard tenia significativas debilidades estructurales, asociadas, en buena medida, al lugar
estructural de las fracciones de capital que lo impulsaban, que fueron exacerbadas por el
cambio del contexto mundial. No obstante, esto no implica que el programa se “agoto”
economicamente, sino que sobre sus debilidades (y en particular, sobre las debilidades
del gobierno en términos de su capacidad de articulación de una alianza hegemónica y de
consolidación de un suj eto social capaz de llevar adelante un modelo sustentable de desarrollo)
se montó otra estrategia, basada en intereses y fracciones totalmente contrapuestos. Es
en este sentido que, considerados ambos programas en su esencia, puede sostenerse que
existe una radical ruptura entre las politicas de Gelbard y Rodrigo.

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23
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