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Leucemia en Pediatria
Leucemia en Pediatria
Leucemia en Pediatria
En los países desarrollados se presenta en forma aproximada 33.000 casos anuales de cáncer en la niñez, en los
subdesarrollados 180.000; en los primeros, el 100% de los niños tienen acceso a tratamiento, mientras
la diferencia más importante radica en que las probabilidades de curación de los niños son 30% más altas que las de
adultos de manera global, pudiendo llegar a un 85% de curación.
La LLA es la neoplasia infantil más común, constituye el 23% del total de las neoplasias en niños menores de 15 años,
mas frecuente en hispanos y caucásicos que en raza negra
Leucemias agudas
Las leucemias crónicas son poco comunes en los niños. Estas leucemias suelen
crecer más lentamente que las leucemias agudas, aunque también son más
difíciles de curar. Las leucemias crónicas se pueden dividir en dos tipos
principales:
leucemia linfoblástica aguda (LLA) tratorno linfoproliferativo clonal que se acracteriza por por la
proliferación de células malignas que remplazan a las normales e infiltra órganos y tejidos. Se manifiesta con
diferentes grados de falla medular o infiltración extarmedular
es la neoplasia más frecuen- te en la infancia, constituyendo el 80% de todas las leucemias agudas de la edad
pediátrica. El 25 y el 19% de todos los tumores en menores de 15 y 19 años, respectivamente, son LLA. La
supervivencia de los pacientes con se ha incrementado notablemen- te en las últimas décadas, pasando de una
supervivencia de menos del 10% en los años sesenta a presentar, con los tratamientos actuales, una
supervivencia libre de enfermedad superior al 80% en la mayoría de los casos. Las publicacio- nes más
recientes sitúan la supervivencia global a 5 años de los pacientes con LLA en un 91%(1,2). A pesar de estos
exce- lentes resultados, todavía un pequeño grupo de pacientes, en torno al 10-20%, fracasan en el tratamiento
La leucemia mieloblástica aguda (LMA), grupo heterogéneo de enfermedades hematológicas malignas originadas
en células precursoras de líneas mieloide, monocítica, eritroide, y/o megacariocítica. aunque no es tan frecuente como
la LLA (tan sólo el 15-25% de las leucemias pediátricas), es la responsable del 30% de las muertes por
leucemia en la edad pediátrica. Esto es debido a la peor respuesta al tratamiento quimio- terápico, al mayor
número de compli- caciones hemorrágicas al diagnóstico y a la necesidad de tratamientos más agresivos,
como el trasplante de proge- nitores hematopoyéticos
LLA
El cáncer pediátrico no es prevenible, pero se puede detectar oportuna- mente. La demora en la remisión de un paciente
con cáncer y la iniciación tardía o suspensión del tratamiento pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
FISIOLOGIA
Estos precursores linfoides presentan una alta tasa de proliferación y de reordenamientos genéticos; carac-
terísticas que favorecen la aparición de mutaciones espontáneas. Enmásdel75%delasLLAdepa- cientes
pediátricos, se pueden detectar anomalías genéticas primarias.
Los factores genéticos tienen un papel cada vez más importante en la etiología de las leucemias agudas. Esta
afirmación esta basada en: 1) existe una estrecha asociación de las LLA y algunas translocaciones
cromosómicas (Tabla II); 2) la frecuencia de leuce- mia aguda es mayor en los familiares de pacientes con
LA; y 3) determina- das enfermedades genéticas cursan con mayor incidencia de LA (síndrome de Down,
Klinefelter, neurofibromatosis, Schwachman, Bloom, Fanconi, etc.)
diferentes productos quí- micos, como el benceno, se ha asociado a LMA en el adulto.También, la quimio-
terapia, utilizada para el tratamiento de distintos tumores, puede tener efecto leucemógeno
CLINICA
Se sugiere evaluar al paciente en búsqueda de los siguientes signos y síntomas: palidez, fiebre, anorexia,
adinamia, edema, astenia, pérdida de peso, sangrado de piel y mucosas, linfade- nopatías, fatiga, cianosis,
soplo, taquicardia. dolor en abdomen, distensión abdominal, dolor en huesos, inflamación articular,
esplenomegalia/ hepatomegalia, ictericia, nódulos en piel, exof- talmos, vómito, cefalea, convulsiones, edema
facial, plétora, tos, masa en el mediastino, ingurgitación yugular, cambio en el comportamiento, circulación
colateral, dificul¬tad para ori- nar, desviación de comisura labial, disminución de la atención/ con¬centración,
dificultad para respirar, irritabilidad, malestar general, protru¬sión ocular, sudoración/escalofrío, sangrado en
órganos internos, agrandamiento del testículo.
Raras veces las LLA se presentan con pan- citopenia severa. En este caso, siempre deberemos realizar el
diagnóstico dife- rencial con la aplasia de médula ósea. El 65% de los pacientes con LLA presentan algún
grado de hepatoesplenomegalia, que suele ser asintomática. La duración de los síntomas en pacientes con
LLA puede ser de días e, incluso, meses.
La presentación clínica de las LLA de estirpe T (un 15% del total de LLA) posee unos rasgos característicos.
Los pacientes son, generalmente, de mayor edad y presentan recuentos leucocita- rios mayores al diagnóstico.
No es raro que estos niños debuten con una masa mediastínica (Fig. 2) y tienen una in- cidencia mayor de
afectación del SNC al diagnóstico.
FACTORES DE RIESGO
Entre los factores de riesgo que se han asociado con el desarrollo de las leucemias en nin os ̃ están: la
radiación ionizante; exposición prenatal y postnatal a rayos X o dosis altas de radiación1,2; contacto con
pesticidas e hidrocarbu- ros durante la concepción; el uso de alcohol y de sustancias psicoactivas en la
madre gestante
El OR para la asociación de alto peso al nacer para todas las leucemias fue de 1,35 (IC 95%:1,24-1,48) para
LLA: 1,23 (IC 95%: 1,15-1,32)5,6. Una historia familiar de tumor sólido en los familiares en primer o segundo
grado se asoció con mayor
LABORATORIOS
debemos realizar una buena anam- nesis en busca de signos y síntomas compatibles con el fracaso hematopo-
yético o la infiltración extramedular. La exploración debe ser exhaustiva y mi- nuciosa. Se debe explorar la
presencia de equimosis, petequias, adenopatías, pali- dez cutánea..., se deben palpar hígado y bazo, realizar
una buena exploración neurológica y, en los varones, debemos palpar siempre los testículo
Se recomienda tomar hemograma con recuento de pla- quetas, extendido de sangre periférico, En él nos
encontra- mos con una leucocitosis a expensas de linfoblastos en un 50% de los casos aproximadamente,
anemia en el 80% y trombopenia (con menos de 100 x 109/L plaquetas) en el 75% de los casos. En la
extensión de la sangre periférica al microscopio, se suelen observar los linfoblastos (aunque no siempre apa-
recen).
DIAGNOSTICO
Tomar biopsia de médula ósea en todos los pacientes con sos- pecha diagnóstica de leucemia linfoide aguda
sin importar la edad, las características de la muestra del aspirado ni la presencia o no de pancitopenia.
Fuerza de recomendación: Fuerte a favor
A todos los pacientes tomar muestra de sangre periférica, aspirado de médula ósea y biopsia para el
diagnóstico confir- matorio. A todos los pacientes se les debe realizar estudio morfológico, inmunológico,
genético y biología molecular. Fuerza de recomendación: Fuerte a favor
Separar la muestra en dos tubos, un tubo con una mues- tra de 5 ml con EDTA para estudio morfológico
inmunología y de biología molecular, y un tubo con una muestra de 3 ml con heparina para citogenética y
cariotipo
TRATAMIENTO
El tratamiento de los pacientes con LLA está adaptado al riesgo del pacien- te al diagnóstico y comprende tres fases: inducción,
intensificación (consolidación) y mantenimiento. La duración total es de dos años.
Actualmente, el factor pronóstico más importante de las LLA es la res- puesta precoz al tratamiento, cuantifi-
cado por la enfermedad mínima residual (EMR). La respuesta precoz al tratamien- to refleja las características
genéticas de los linfoblastos, las características far- macodinámicas y farmacogenéticas del paciente y el
efecto de la quimioterapia sobre las células.
Los pa- cientes que tras las primeras 4-6 sema- nas que dura la inducción no presentan remisión completa,
tienen una alta tasa de recaída y una supervivencia libre de enfermedad muy reducida
Los pacientes con LLA por lo general se clasifican en grupos de riesgo definidos por características clínicas y de
laboratorio: edad al diagnóstico, recuento de leucocitos al diagnóstico, linaje de las células leucémicas, compromiso por
infiltración del sistema nervioso central, anomalías cito- genéticas y más recientemente de acuerdo a la respuesta al
tratamiento y
B, edad entre 1 y 9 años, recuento leucocitario inicial menor de 50 x 109/L y presentar la fusión TEL- AML1
y/o hiperdiploidia (trisomías 4, 10 y/o 17). Los pacientes que cumplen estos criterios tienen un pronóstico
excelente.
• Riesgo estándar: las mismas caracte- rísticas que el grupo de bajo riesgo pero sin presentar las alteraciones
citogenéticas (fusión TEL-AML1 o trisomías).
• Alto riesgo: resto de los pacientes con LLA de estirpe B y pacientes con LLA de estirpe T.
• Pacientes de muy alto riesgo: este grupo lo constituyen un reducido número de pacientes, constituido
principalmente por los enfermos que no tienen una buena respuesta a la quimioterapia, no alcanzando la
remisión completa tras la inducción o manteniendo cifras de EMR eleva- das durante el tratamiento.
• Lactantes: la leucemia en el lac- tante (niños menores de un año), por su peor pronóstico, se consi- dera un
grupo de riesgo aparte
. MANEJO DE LEUCEMIA LINFOIDE AGUDA EN ADOLESCENTES
Históricamente, los adultos jóvenes entre 16 y 21 años de edad con leu- cemia linfoblástica aguda han tenido menor
sobrevida global y sobevida libre de evento comparado con pacientes de menor edad. Esto en parte relacionado a otros
factores de riesgo como mayor incidencia de linaje T y presencia de Cromosoma Filadelfia. En la actualidad, varios
pacientes mayores de 16 años son tratados con protocolos de adultos quienes pue- den tener sobrevida libre de eventos
20% menos que si se tratarán con EL esquema pedistrico
INDUCCION
El objetivo de la inducción es erra- dicar más del 99% de las células leucé- micas iniciales y restaurar una
hema- topoyesis normal y un buen estado de salud. Decimos que un paciente está en remisión completa
cuando no existe evidencia de leucemia ni en su explo- ración física ni en el examen de sangre periférica ni de
médula ósea. Los valores en sangre periférica deben ajustarse a los normales para la edad del paciente, y la
médula ósea debe tener una celu- laridad normal, con menos del 5% de blastos. La remisión completa incluye
también la ausencia de afectación del SNC o de afectación extramedular
Tras el ingreso ini- cial (aproximadamente, 10-15 días), el paciente acude casi a diario al hospital para recibir
la quimioterapia i.v., mien- tras en casa recibe quimioterapia oral. Con la mejoría de los tratamientos de
soporte y de los agentes quimioterápi- cos, la tasa de remisión completa alcan- zada se aproxima al 96-99%.
Aunque no se han observado diferencias significa- tivas entre los distintos tratamientos de inducción de los
diferentes protocolos internacionales, la administración de ciclofosfamida y el tratamiento inten- sificado con
asparraginasa se conside- ran beneficiosos en el tratamiento de inducción de las LLA-T.
tratamiento con imatinib (un inhibidor de tirosín cinasas) y los nuevos inhi- bidores, como el dasatinib o
nilotinib, han aumentado la tasa de remisión en los pacientes con LLA con cromosoma Philadelphia positivo.
Es por ello que, en los pacientes con LLA Phi positivo, se inicia tratamiento con imatinib desde el día +15 de
la inducción.
INTENSIFICACION (CONSOLIDACION)
cientes ingresan en el hospital durante periodos de 4-6 días para recibir los ci- clos de quimioterapia.
Posteriormente, se realiza una reinducción que consiste en la repetición del tratamiento de in- ducción con
ligeras modificaciones a los tres meses de adquirir la remisión completa.
Los antineoplásicos utilizadosn en esta fase son análogos de la inducción para evitar la resistencia cruzada a los
medicamentos. Los diferentes esquemas utilizados en la reinducción han permitido identificar los componentes de
tratamiento más efectivos para ciertos subtipos de leucemias.
MANTENIMINETO
Los pacientes con LLA requieren tratamientos de mantenimiento muy prolongados. Se ha comprobado que
algunos pacientes que están en aparente remisión completa, al analizar sus célu- las con técnicas de biología
molecular, nos encontramos con una enfermedad mínima residual(15). Es por ello que los tratamientos de
mantenimiento se
mantienen al menos durante dos años, con reevaluaciones frecuentes para la detección de recaídas. El
tratamiento estándar de mantenimiento consiste en la administración de mercaptopurina a diario y de
metotrexato semanal. Los pa- cientes realizan el tratamiento de forma ambulatoria, acudiendo a sus revisiones
cada 2-4 semanas. Durante el mismo, reciben profilaxis antiinfecciosa con co- trimoxazol tres días a la
semana. Pueden acudir a la escuela y realizar una vida prácticamente normal.
RADIOTERAPIA
La radioterapia es una forma de tratamiento basado en radiaciones ioni- zantes, provoca la destrucción celular en los
diferentes tejidos mantenien- do un daño aceptable en las estructuras adyacentes. Existen diferentes técnicas y tipos de
radioterapia que se han modificado con el tiempo, ini- cialmente en la LLA se planeaba craneoespinal con el objetivo de
irradiar de forma homogénea el grupo de células blásticas del espacio subarac- noídeo cerebral y espinal. El uso de
radioterapia cada día es más limitado por las secuelas neurocognitivas, neuroendocrinas y segundas neoplasias lo que
obliga a un manejo integral
SEGUIMIENTO
TRASPLANTE HEMATOPOYETICO
Como ya hemos visto, con la qui- mioterapia convencional se obtienen unos resultados excelentes en el tra-
tamiento de los pacientes con LLA. Sin embargo, pacientes con criterios de muy alto riesgo al diagnóstico, así
como aquellos que sufren una recaída tienen, en general, una mala evolución si se les trata sólo con
quimioterapia convencional. Es en estos pacientes en los que el trasplante de progenitores hematopoyéticos
(TPH) ha consegui- do aumentar su supervivencia. Actual- mente, las indicaciones de TPH en la LLA se
resumen en: 1) pacientes que no alcanzan la remisión completa tras el tratamiento de inducción; 2) persis-
tencia de enfermedad mínima residual tras la consolidación; 3) hipodiploidia extrema al diagnóstico (<44
cromoso- mas); 4) menores de 6 meses con reor- denamiento MLL e hiperleucocitosis; 5) pacientes con
recaída medular precoz (previa a 6 meses tras finalización del tratamiento); y 6) recaída combinada o
extramedular en los 18 primeros meses desde el diagnóstico
LMA