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Expo Realismo

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El Realismo fue un movimiento artístico y literario cuyo propósito fue la representación objetiva de la

realidad basada en la observación de los aspectos cotidianos que brindaba la vida de la época. Esta
contemporaneidad facilitó a los artistas un amplio campo de representación entre 1840 y 1880. La
aparición y desarrollo del Realismo fue fruto de la agitada situación política francesa desde la
proclamación de la República, en 1848, hasta el advenimiento de la Comuna de París. Es a lo largo
de estos años cuando surgen los movimientos obreros y proletarios que inspiran nuevos
sentimientos sociales y nuevas ideas políticas. Este Realismo comenzará como movimiento
reivindicativo: la representación del pueblo sin idealismo. El desarrollo del Realismo estuvo también
vinculado a los avances tecnológicos de la Segunda Revolución Industrial: ferrocarril, teléfono,
telégrafo…

En estos mismos años se elaboraba la filosofía positivista de Compte para afrontar la realidad
directamente con las armas de la razón, para someterla a sus leyes. La pintura realista tendría en
común con la filosofía positivista su interés por la observación meticulosa.

El Realismo se caracterizó por su afán de veracidad, al retratar campesinos o trabajadores; su


contemporaneidad, al sostener que el único tema válido para el artista era el mundo coetáneo; su
compromiso social, al abordar temas que hasta entonces se habían ignorado, en estrecha conexión
con la literatura y su variedad de temas: intimistas, familiares, reuniones al aire libre, paisajes rurales
y urbanos.

El realismo en filosofía es una doctrina de pensamiento que afirma que la existencia objetiva de los
objetos que percibimos a través de nuestros sentidos es independiente del propio ser percibido.
Esto significa que los objetos, un vaso, una mesa, una silla, que se representan en nuestra mente
como un concepto o una abstracción, son realidades que existen independientemente de nosotros.
Como tal, es una corriente filosófica opuesta al idealismo de George Berkeley (1685-1753), que
sostiene que el objeto solo existe en nuestra mente.

En la filosofía medieval, el término realismo hacía referencia a una posición que consideraba las
formas platónicas, o conceptos universales, como reales. Esta posición se llama ahora realismo
aristotélico. En la filosofía de Platón, un nombre común, como cama, se refiere a la naturaleza ideal
del objeto, sugerida por su definición, y esta naturaleza ideal tiene una existencia metafísica
independiente de los objetos particulares de esta clase. Así, la circularidad existe aparte de los
círculos particulares, la justicia, independientemente de los individuos o Estados justos particulares, y
la idea de cama, independientemente de las camas particulares.

El término realismo, interpretado con facilidad en su aplicación a la filosofía, no es la defensa de un


mundo natural, ni la oposición al idealismo (el opuesto de éste sería, en todo caso, el empirismo), ni
siquiera está ligado de forma directa o explícita con la verdad.

El realismo literario es una corriente que se desarrolla en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y
se abre paso durante el declive del romanticismo.

Esta tendencia viene a alejarse de la fantasía y de la imaginación imperante durante la primera mitad
del siglo XIX con el fin de explicar la realidad social y analizarla. Asimismo, supone en cambio en el
lenguaje y el estilo del periodo anterior.

La novela se impone en este periodo como la manifestación literaria más destacada y adecuada para
observar, reflejar y explicar la realidad social.

El realismo literario surge en Francia, pero pronto se desarrolla en otros países.


Como toda corriente el realismo literario presenta una serie de características. Es decir, un conjunto
de peculiaridades en contenido y forma que la distinguen de otras. Así, las características del
realismo, relativas a la técnica y a la forma de creación, se pueden resumir en los siguientes puntos:
Observación y descripción fidedigna de la realidad: la naturaleza “es como es” y así lo plasman los
autores en sus obras literarias. Es algo muy parecido a lo que hacen las ciencias experimentales a
través de los métodos de observación. Crítica social y política: los autores realistas escriben con el
propósito de denunciar los conflictos de la vida cotidiana, por ello en sus novelas siempre se
postulan de manera crítica a la sociedad y a la política. El propósito final de la obra es contribuir, de
una forma o de otra, a la transformación y al cambio social.

Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y


describiendo objetivamente los problemas sociales. Para ello, se valieron de un nuevo tipo de
novela, la novela burguesa. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y
preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente en los
diálogos. Es decir, la adaptación de los niveles de lenguaje adecuados a los personajes que
representaban todos los estratos sociales.

Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:

Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y muy apegada a los detalles de la realidad, por
lo que abunda en descripciones. Se opone al Romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo
trascendental y en su alejamiento de los escenarios exóticos; aspira, en cambio, a reflejar la realidad
individual y social burguesa en el marco del devenir histórico. Debido a su afán verista o de
verosimilitud, el realismo literario se opone, asimismo, directamente a la literatura fantástica. Hace un
uso minucioso de la ejemplificación, para mostrar perfiles diversos de los temas, personajes,
situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y lo no exótico es el tema central, exponiendo problemas
políticos, humanos y sociales según una mentalidad burguesa materialista e individualista. El
lenguaje utilizado en los diálogos de estas obras abarca diversos registros y niveles, ya que expresa
el habla común de todas las capas de la sociedad e incluso reproduce el habla popular, el registro
coloquial y las características propias de las hablas regionales; en los pasajes narrativos, sin
embargo, el estilo es académico, de largos y complejos períodos henchidos de subordinación.
Conforme va avanzando esta estética comienza a utilizarse cada vez más el monólogo interior y de
la mera descripción física de los ambientes y los actos de los personajes se pasa a ahondar en su
psicología. Los distintos personajes son complejos, evolucionan e interactúan entre sí incluyéndose
mutuamente. Las obras muestran una relación inmediata entre las personas y su entorno económico
y social, del cual son exponentes. La historia muestra a los personajes como testimonio de una
época, una clase social, un oficio, etc., por lo cual, el autor se documenta visitando los ambientes y
lugares, conversando con sus tipos y tomando notas de los mismos, que luego usa en sus obras
para que den la sensación de realidad que busca. El autor analiza, reproduce y denuncia los males
que aquejan a su sociedad, por lo que transmite unas ideas tradicionales o progresistas de la forma
más verídica y objetiva posible recurriendo frecuentemente al género de la novela de tesis.

 La burguesía como protagonista: generalmente los personajes del realismo literario son
pertenecientes a esta clase social. Los personajes pueden ser individuales o grupos sociales
completos, los cuales sirven para denunciar y tratar de reparar los problemas de la vida
cotidiana.
 La novela como género literario por excelencia: para los escritores realistas la novela fue el
medio más adecuado para plasmar la realidad.
 La novela realista destaca por tener una estructura lineal y cronológica de los
acontecimientos.
 Uso del narrador omnisciente que maneja y conduce la narración.
 Monólogo interior: a parte del uso del narrador omnisciente, aparece cada vez con más
frecuencia en las novelas esta técnica narrativa, a través de la cual se da a conocer
pensamientos íntimos de los personajes.
 Verosimilitud: existe una clara oposición a la literatura fantástica, lo que se traduce en un
intento constante por crear historias creíbles, casi como si fueran un “fragmento de la
realidad”.
 Lenguaje claro y conciso: el narrador se expresa a través de un lenguaje austero y presenta
un estilo claro y exacto para evitar dificultad de comprensión en el lector. Por otro lado, el
lenguaje de los personajes se adapta a su condición social. Así, en las novelas realistas
aparecen diferentes registros y niveles del lenguaje.

Francia: Stendhal, Balzac y Flaubert


Francia fue el país que vio nacer al movimiento realista. Allí surgieron algunas de las novelas más
importantes de la literatura universal. Stendhal, Balzac y Flaubert fueron los autores más
representativos del realismo francés.
Stendhal
Su verdadero nombre era Henry Beyle (1783- 1842). En sus obras destacó por hacer uso del estilo
directo y por el análisis psicológico de los personajes. Por otro lado, el engaño y el egoísmo fueron
temas recurrentes en su obra. También hizo una crítica sobre la sociedad de clases y sus
convenciones.
Para Stendhal, tal y como indicó en su obra Rojo y negro, la novela es “un espejo que se pasea por
un camino real. Tan pronto refleja el cielo azul como el fango de los cenagales del camino”.
Honoré de Balzac
Honoré de Balzac (1799-1875) fue un novelista francés. A menudo es considerado el padre del
realismo literario y también uno de los grandes escritores más influyentes de su época.
Su obra más representativa es Comedia Humana, un total de 137 novelas forman parte de este
proyecto, de las cuales 50 quedaron sin concluir. Balzac se caracterizó por hacer una crítica a la
sociedad francesa y la hipocresía contenida en ella.
Flaubert
Gustave Flaubert (1821-1880) fue uno de los mayores representantes del realismo francés. Su obra
contribuyó a la renovación de las técnicas literarias durante la segunda mitad del siglo XIX. Por otro
lado, destacó hacer un estudio psicológico de los personajes y por elaborar un retrato de la sociedad
de la época en sus novelas.
Asimismo, fue el creador de Madame Bovary, una de las obras cumbres de la literatura universal.
Con ella asentó uno de los temas más recurrentes de la literatura realista y naturalista posterior: la
insatisfacción femenina.
Gran Bretaña: Dickens y Thackeray
En Inglaterra el realismo surge durante el reinado de la reina Victoria, asimismo coincide con el
periodo de la Revolución Industrial. Sin embargo, no irrumpió con tanta fuerza como en otros países
como Francia. La novela se convierte en el género literario por excelencia para los autores realistas.
Dickens y Thackeray fueron algunos de los autores más influyentes del realismo inglés.
Charles Dickens
Charles Dickens (1812-1870) fue un escritor y novelista británico, el máximo representante de la
novela realista en Inglaterra. Su obra destaca por la combinación de elementos trágicos y cómicos.
También por la creación de personajes complejos. Los capítulos de sus novelas destacan por
mantener la intriga entre uno y otro. Sus novelas más conocidas fueron:
William Makepeace Thackeray
William Makepeace Thackeray (1811-1863) fue un escritor y novelista británico del realismo y uno de
los más reconocidos junto a Charles Dickens, su principal competidor y principal influencia en sus
primeras novelas. Fue el autor de La feria de las vanidades, una de sus novelas más reconocidas.
En su obra destacó por hacer un análisis psicológico de los personajes y por hacer uso de un
lenguaje satírico e irónico.
Rusia: Dostoyevsky, Tolstoí y Chejov
Durante la segunda mitad del siglo XIX en Rusia también se despierta entre algunos autores la
necesidad de reflejar la sociedad y sus desgracias a través de la literatura. Entre los representantes
más influyentes del realismo literario ruso se encuentran Fiódor Mijailovich Dostoievsky, Leon Tolstoí
o Antón Chejov.
Fiodor M. Dostoyevsky
Dostoyevsky (1821-1881) fue uno de los autores más importantes de la literatura rusa del siglo XIX.
Su obra supuso un minucioso análisis de la psicología del ser humano y un vivo retrato de la
sociedad rusa, gracias a la creación de personajes grandiosos y fuertes. Los problemas sociales, el
poder o la muerte fueron algunas de sus preocupaciones.
León Tolstoí
León Tolstoí (1828-1910) es uno de los mayores representantes de la novela realista y uno de los
autores más importantes de la literatura universal.
La sociedad y la búsqueda del sentido de la vida fueron algunas de sus grandes preocupaciones. Así
lo plasmó en sus obras que suponían un retrato de la sociedad rusa del momento, asimismo Tolstí
destacó por la habilidad de adentrarse en el alma y la psicología de sus personajes.
Antón Chejov
Antón Pavlovich Chejov fue un gran dramaturgo y uno de los máximos representantes del realismo
ruso. Destacó especialmente en el teatro y también por la creación de multitud de cuentos. En sus
obras plasmó una crítica a la sociedad de su tiempo. Entre sus temas más recurrentes destacan: los
problemas de la vida humana, la pobreza o la soledad. Los personajes, a menudo, muestran sus
frustraciones e inquietudes.

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