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Tema 58

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Tema 58: Realismo y Naturalismo en la novela del siglo XIX.

0.- Introducción. Contexto Histórico.

Es durante el Romanticismo cuando la clase social burguesa asume la ideología liberal y


conquista el poder en gran parte de Europa Occidental. La Revolución Industrial y el capitalismo
van a transformar totalmente la sociedad, eliminando la importancia de la aristocracia heredada y
encumbrando en la cima de la pirámide social. Pues como dijo Quevedo: “Poderoso caballero es
Don dinero”.

La época realista en Europa se inicia con la revolución obrera de 1848. La Europa


posterior a esta fecha se caracteriza por un rápido crecimiento demográfico y económico.
Destacaremos especialmente la evolución en el campo de la alfabetización, debido a la necesidad
de trabajadores cualificados. En la primera mitad del siglo XIX crece el mercado de lectores
generando así una expansión de las editoriales y periódicos. Los autores conocedores de esto
habían convertido sus obras en instrumentos para la expresión social. La novela por
entregas sería el medio más utilizado para hacer llegar estas nuevas obras a la clase lectora.
((Esta afición por la lectura en el ámbito español generó el nacimiento de los llamados “ Gabinetes
de Lecturas” centros culturales de socios que se reúnen para leer periódicos, revistas, libros… De
esta forma ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia erigieron una fuerte industria
editorial.))

A la brevedad del Romanticismo contribuyeron una serie de factores que actuaron


poderosamente a partir de 1850 y que sirvieron para sustituir el sistema de valores romántico por
otro nuevo concepto del mundo y, por tanto, del arte. Como veremos en los siguientes apartados
el artista ya no busca la evasión e idealización romántica sino que se ciñe a su realidad más
circundante, así Galdós equipará la sociedad presente a materia novelable. Desde el punto de
vista ideológico, frente al idealismo de la 1ª mitad del siglo, se desarrolla la filosofía positivista,
que defiende que el saber debe basarse en la experiencia y en los hechos comprobables; con ello
se produce un auge de las ciencias y en la filosofía que influyen en la literatura: el método real
experimental de Claude Bernard aplicado a la medicina, el evolucionismo de las especies de
Darwin y las leyes de la herencia de Mendel.

0.1.- Esquema de los apartados. Vinculación con el currículo.

El estudio en el aula de estos movimientos ayuda a la reflexión sobre la literatura y los


contextos de los que esta bebe. En las siguientes líneas definiremos los conceptos de realismo y
naturalismo en cuanto a movimientos estéticos de la novela en el s. XIX. Explicaremos sus
características y su evolución en líneas generales para así trazar, de forma paralela, su desarrollo
en España.
1.- El concepto de Realismo

Se suele presentar al Realismo como antítesis del Romanticismo. Ello es inexacto; más
bien el Realismo surge por evolución a partir del Romanticismo, aunque con el tiempo se oponga
a él. El Realismo desarrolla ciertos elementos románticos: el interés por la naturaleza, o por lo
regional, lo local y lo costumbrista.

Darío Villanueva en Teorías del realismo literario indica que el concepto de realismo es un
término que alude a la semejanza que existe entre la creación artística y el entorno y que ya venía
apareciendo desde Aristóteles y el arte como imitación de las acciones humanas y los fenómenos
naturales. La obra realista tiene en cuenta dos aspectos:

Por un lado, el conocimiento del mundo que se quiere reflejar, ya que Wellek en
Conceptos de crítica literaria define el Realismo como la “representación objetiva de la sociedad
contemporánea”, igualmente Auerbach en Mimesis. La representación de la realidad en la
literatura occidental determina que el Realismo es, por esencia, historicista, ha de reproducir no
sólo los hechos externos, sino la realidad total, social, política y económica en constante cambio.

Y, por otro lado, la elección de los medios estilísticos adecuados para provocar la
sensación de que se halla ante su ámbito cotidiano

1.1-. Características de la literatura realista.

El escritor realista vive en una sociedad en que los valores burgueses se encuentran cada
vez más consolidados; esa sociedad será su punto de partida: es decir, ya no huye de la realidad
sino que se propone retratarla, frecuentemente con intención crítica. Para Oleza en Realismo y
naturalismo en la novela española, el Realismo está en conexión con la fatiga del proceso
revolucionario y el desencanto por los resultados, por lo que el artista es un constatador del
fracaso del sentimiento individual.

Las máximas aspiraciones del movimiento son la impersonalidad, en cuanto a la


desaparición de la escena, ruptura del yo romántico; negar la existencia de una realidad de
esencias o formas que no sea accesible a la percepción de los sentidos y, convertir la literatura en
una ciencia exacta. No obstante, se presentan contradicciones. En sentido que su observación ha
de ser al mismo tiempo objetiva y apasionada. El autor es una especie de demiurgo, por lo que lo
sabe todo de sus personajes, en el mundo de la creación literaria la vida secreta es visible. El
intento de crear una realidad fiel conlleva a la ausencia radical de desviaciones, es decir la
negación del estilo. Finalmente, el intento de mostrar la realidad es, casi siempre, una invitación a
cambiarla.

Entre los numerosos cultivadores del Realismo nos detendremos en algunos cuyas
aportaciones decisivas contribuyeron al desarrollo de esta narrativa en sus respectivos países.
1.2.- El Realismo Francés

El Realismo Francés contaba con las preocupaciones y los conflictos del romanticismo
entre el deseo y la realidad, o entre la aspiración individual y la constricción social. Destacaremos
de su lista de autores a Stendhal, Balzac y Flaubert.

Henri Beyle, “Stendhal” Bajo una concepción vital que llamó beylismo, un epicureísmo
apasionado, en lo literario quiso reprimir esa impulsividad para ejercitar su mirada analítica, dado
que la novela era un «espejo a lo largo del camino» que reflejaba el mundo. Su obra más
destacada es "Rojo y Negro”.

Balzac explica cómo su obra queda planificada en cuanto a técnica desde (Comedia
humana), en cuyo «Prólogo» explica el sistema que seguirá para elaborar el estudio humano que
enfoca la lucha por el poder y el dinero, y que siente una especial predilección por delincuentes o
mujeres de «moral dudosa».

Flaubert se define por su invencible voluntad de estilo y por su incapacidad de sentirse


identificado con la realidad. Su estilo se caracteriza por la búsqueda apasionada de la perfección
del lenguaje. Su obra más célebre Madamme Bovary supone un análisis de las pasiones
humanas.

1.3.- El realismo Inglés.

Charles Dickens (1812-1870) es el máximo representante del realismo inglés. La sociedad


de la revolución industrial se ve reflejada perfectamente en sus novelas. Sus dos obras más
famosas son Oliver Twist y David Copperfield. En Oliver Twist, probablemente la más famosa
novela inglesa del Siglo XIX, se denuncia la vida del hampa y critica la sociedad inglesa de la
época. La obra tuvo un gran éxito debido sobre todo a la crudeza del ámbito que la rodea y al
lenguaje sencillo e irónico.

La ironía que emplea para dotar de comicidad a sus novelas hace que Jane Austen sea
contada entre los clásicos de la novela inglesa, a la vez que su recepción va, incluso en la
actualidad, más allá del interés académico, siendo leída por un público más amplio. Jane Austen
ha publicado novelas como Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio

George Eliot es el seudónimo que empleó la escritora británica Mary Anne Evans. Usó
un nombre masculino para asegurar que su trabajo fuera tomado en serio. Pocas escritoras
publicaban bajo sus nombres verdaderos y se veían obligadas a usar seudónimos.

Destacamos las figuras femeninas no solo por la indudable calidad de sus obras, sino por
la consideración del cambio de la mujer desde su status de objeto (musa) al de sujeto
(creadora) en este periodo, o cómo estas escritoras toman como punto de partida el modelo
literario masculino para subvertir.
Incluiremos en esta lista a S. Langhorne Clemens, que bajo el seudónimo de Mark Twain
supo convertir en literatura su rica experiencia vital, con una sencillez y un humor admirables.
Escribió Las aventuras de Tom Sawyer, donde relata las travesuras y sueños de un grupo de niños. A
uno de ellos lo convertirá en el protagonista de su mejor novela, Huckleberry Finn.

1.4.- El realismo Ruso.

La novela realista se concibió en Rusia como un instrumento de crítica social capaz de


salvar la censura del régimen despótico de la época. La novela rusa concibe positivamente el
sentido del sufrimiento y del sacrificio humanos, se exaltan los valores de la Rusia tradicional
encarnada por un campesinado miserable. Se describe con profundidad psicológica a los
personajes. Esta novela psicológica alcanza su madurez con Gogol y Turgueniev y su esplendor
con Tolstoi (Ana Karenina, Guerra y paz) y Dostoievski (Crimen y castigo, Los hermanos
Karamazov).

2.- Naturalismo

Entre 1860-1880 el Realismo se une al positivismo y al experimentalismo científico y


filosófico, lo que lleva al naturalismo. El escritor intenta reflejar con verismo y distancia el
mundo exterior, renunciando a la idealización y a la preocupación psicológica o moralizante.
López Jiménez subraya que “naturalismo” y “naturalista” encierran una metáfora, pues establecen
paralelismo entre el escritor y el científico que estudia y describe el mundo natural. Se trata de
aplicar el método experimental a la literatura. El novelista es un científico que aplica este
método basándose en una hipótesis esencial: el ser humano se presenta sin albedrío,
determinado por la herencia genética y el medio en que vive (“determinismo ambiental”) gracias a
las nuevas teorías como el Darwinismo. El naturalismo es determinista en lo individual, pero
también cree en la capacidad colectiva para el cambio. El escritor debe basarse en una
documentación exhaustiva sobre los temas que trata y en una observación exigente del hombre,
su temperamento y su medio. La naturaleza humana es aquí cuerpo, fisiología y herencia, Dios no
cabe aquí.

2.1.- Emile Zola.

Emile Zola (1840-1902), da un paso adelante en la evolución del movimiento realista, en lo


que se habría de llamar Naturalismo. Zola se preocupó de establecer claramente las bases
teóricas. El más importante de estos ensayos es La novela experimental 1879, manifiesto estético
en el que se fijan las líneas maestras de la corriente literaria. Zola piensa que la novela —como la
medicina—, tenía que pasar del estado de observación al de experimentación: se observa un
hecho, individual o social; inventa una situación para controlar aquella observación —la hipótesis
—, y se verifica esta mediante la intriga, que hace pasar al personaje por las circunstancias en
que se le va a experimentar.

Su primera novela naturalista es Therèse Raquin, pero la serie que realmente sigue sus
propios preceptos naturalistas es Les Rougon-Macquart. En ella, se narra la historia de una familia
que, a lo largo de varias generaciones, se va transmitiendo por herencia fisiológica las pasiones y
vicios que produce su degeneración.

2.2.- La época dorada de la novela. Siglo XIX.

Es de obligatoria necesidad estudiar los movimientos estéticos que permean a la novela en


el siglo XIX. El género alcanza su perfección técnica con el realismo y el naturalismo. Es en esta
época cuando la novela alcanza su madurez como género; su forma y su estética ya no
cambiaron más hasta el siglo XX y es aquí donde encontramos las obras más insignes de este
género, a la lista de autores ya comentados podemos añadir figuras como Joseph Conrad con El
corazón de las tinieblas; Melville en Moby Dick,o el verismo italiano a manos de Giovanni Verga
Los Malavoglia…

3.- El Realismo y Naturalismo en España

En el siguiente apartado nos centraremos en el caso español. El desarrollo del realismo en


España corre en paralelo con la serie de sucesos políticos y sociales que motivaron los cambios
que ya relatamos en Europa pero unas décadas más tarde. Aunque salvando las distancias, debe
tenerse en cuenta que la literatura española arrastraba una corriente realista que algunos
estudiosos como Menéndez Pidal o Dámaso Alonso han retrasado hasta el mismísimo Cantar de
mio Cid, y que tendría en obras como en La Celestina y en el Quijote sus máximos
representantes. Tal vez, por esto, no se implantó el realismo con tanta rapidez, pues la tradición
ya existía desde antaño.

3.1.- Contexto histórico.

La segunda mitad del siglo XIX estuvo marcada por toda una serie de conmociones
bélicas y políticas: la Guerra de Liberación de las tropas napoleónicas y el absolutismo de
Fernando VII. Los intereses de los burgueses quedan refrendados en la Constitución de 1869,
expresión de un liberalismo puro. Tras la serie de fracasos políticos se produce la restauración de
los borbones en 1875 y se consolida la forma de gobierno ya conocida como el turno pacífico en el
que conservadores y liberales se alternaban en el poder. La época de nuestros autores está
fuertemente marcada por la experiencia de La Gloriosa, revolución de 1868, fracasada, pero con
la que se abrió paso para iniciar un nuevo modelo de sociedad liberal que necesitaba referentes,
es aquí cuando confluyen la serie de condiciones nacionales que provocan que la novela eclipse
al resto de géneros.

3.2.- Novela realista en España.

En el Romanticismo español ya podemos encontrar un género que anticipa algunas de las


características del Realismo. Nos referimos al costumbrismo. El tránsito entre el costumbrismo y la
novela realista se va a hacer de una forma gradual, a través de la obra de dos autores muy
interesantes, Fernán Caballero (Cecilia Bölh de Faber) y Pedro Antonio de Alarcón.
Según Ferreras en Introducción a una sociología de la novela española del siglo XIX , la
nueva narrativa “nace con la revolución de 1868 y de la mano de la revolución”. Clarín afirma en el
Libre examen y nuestra literatura presente que hay que esperar las libertades que trae ese cambio
político para que la novela pueda “reflejar cómo se debe la vida moderna, las ideas actuales, las
aspiraciones del espíritu del presente”.

Hasta 1881 existen tres modalidades novelescas:

● la novela de sucesos contemporáneos, como las tres primeras series de los Episodios
nacionales de Galdós;
● el realismo idealizante como el de Juan Valera con su obra Doña Luz y,
● la novela de tesis, que pone al servicio de las ideas morales del autor la trama argumental
y el desarrollo de los personajes como Galdós en Doña Perfecta. En este caso concreto Galdós
toma fogosamente la defensa del movimiento filosófico krausista, consciente del impulso que éste
le dio a la estancada cultura española.

A pesar de la influencia de los escritores realistas europeos, los autores españoles rara
vez se ajustarán totalmente a los cánones del realismo francés o de otros países. La aplicación de
esas técnicas y la selección de los temas dependerá de la orientación ideológica del novelista: los
escritores de línea progresista llevarán más lejos el enfoque realista; mientras que los de
mentalidad tradicionalista o conservadora impondrán claros límites al realismo, rechazando ciertos
temas y ambientes que eran usuales en los novelistas extranjeros y someterán la realidad a una
mayor o menor idealización. El Realismo de la narrativa española tiene un marcado carácter
regionalista. Así , Pereda sitúa sus obras en los ambientes y paisajes de Cantabria; Valera, en
Andalucía; Galdós, en Madrid; Clarín, en Asturias; Emilia Pardo Bazán, en Galicia

3.3.- El giro al naturalismo

El realismo español se enfoca demasiado cerca la realidad, hasta el punto de poder


desagradar, lo que llevó a la pregunta de si era lícito mostrar esos aspectos feos, viles y
miserables de la condición humana. Clarín respondió que sólo en cuanto que existían en el mundo
real, pero no haciéndolos materia exclusiva de la novela. Galdós añadió que la realidad mostrada
sugiriera un parentesco simbólico con nuestra historia cultural y literaria. Las reacciones se dividen
en dos grupos, los conservadores que lo consideran obscenidad y grosería, y los liberales como
Clarín, para los que era válida esa investigación, observación de la realidad y tributo a la
perspectiva científica.

El naturalismo en España vino acompañado de una fuerte polémica que inició Emilia Pardo
Bazán en su ensayo La cuestión palpitante (1882) en el que, por un lado, alaba la fuerza creadora
de Zola y lo defiende contra quienes lo acusan de “inmoral”. Pero, por otro lado, rechaza
enérgicamente el determinismo y las demás bases ideológicas de la escuela, en nombre de una
concepción cristiana. Se declara ferviente partidaria de un realismo “nuestro”, como fórmula “más
ancha y larga” que la de Zola.
Al naturalismo español no le servía la fórmula francesa, como no le sirvió al ruso, porque
nuestro proceso cultural era muy distinto del francés, donde la evolución política y social había
llevado a un escepticismo y desconfianza totales frente al espíritu, frente a todo lo que oliera a
«ideal» o a «subjetividad», mientras que en España estábamos todavía en una fase de
esperanzada lucha, de conquista y estabilización de los grandes ideales democráticos. Cuando la
realidad democrática española, con la Restauración, no satisfaga estos ideales, toda Europa
habrá girado ya su mirada desviándose, en un nuevo subjetivismo, de la realidad exterior. El éxito
obtenido por la literatura rusa en España fue el comienzo del fin del naturalismo. Aunque se
prolongó durante unos pocos años más, y dejó una herencia que aún es visible, estaba ya en
declive. Entonces, la última fase de la obra de Galdós,Pardo Bazán y Clarín, girará desde el
naturalismo hacia un espiritualismo progresivo que encontrará en su camino a la generación del
98.

Debido a esto, el naturalismo no representa en España el comienzo de la crisis de la


ideología burguesa, con la consiguiente ruptura de la identificación entre novela y burguesía, sino
todo al contrario: es la expresión de una cierta burguesía liberal, de una vanguardia burguesa.

En España el Naturalismo presenta características muy particulares. Adoptaron tan solo


algunos de sus temas y técnicas. No se profundiza tanto en lo morboso, desagradable y obsceno.
Los instintos se muestran con menos ferocidad. Ofrece un aspecto mucho más humano que el de
Zola, pues a la máquina humana le ha añadido el espíritu”. Uno de los grandes puntos de
divergencia es la ausencia de determinismo: defienden el libre albedrío pese a los influjos
biológicos.

4.- Autores fundamentales

4.1- Emilia Pardo Bazán

Emilia Pardo Bazán publica La cuestión palpitante y es ahí cuando comienza su matizada
defensa del naturalismo narrativo. Sus obras más célebres son La tribuna es una novela social
sobre el mundo de las obreras y de la fábrica de tabacos de La Coruña y el ciclo de Los Pazos de
Ulloa y La madre naturaleza, intensa descripción de la decadencia de la hidalguía gallega. Estas
obras muestran cómo la temática amorosa suele adoptar en el Realismo y Naturalismo unas
manifestaciones más concretas. El amor imposible, móvil novelesco tradicional, llega a situaciones
extremas que provocan tensiones argumentales inéditas. Es el caso del amor entre hermanos,
descubierto cuando ya es difícil oponerse a los hechos consumados, como sucede en La madre
naturaleza

4.2.- Galdós

Galdós es el autor realista que mejores frutos ha obtenido. Comenzó con La Fontana de
Oro a escribir novelas con relatos de historia reciente. La Desheredada (1881) supone su
madurez novelística. La irónica narración omnisciente muestra que nuestras acciones nos
influyen y somos producto más de ellas que de nuestras ideas. Isidora Rufete se niega a trabajar,
se refugia en su fantasía y ello la conduce a la degradación moral. Fortunata Y Jacinta (Dos
Historias De Casadas), entre 1885-1886 es la novela cumbre y más ambiciosa del autor
canario. Intenta recrear todos los ambientes de Madrid. Supera tesis naturalistas porque tras los
condicionamientos de la sociedad, Galdós enfoca el drama del individuo y su lucha entre su ser
social y personal, descubriendo que las fuerzas determinantes no bastan para dar sentido a la
tragedia de los humanos ni para explicar sus actos. Sus personajes, como ocurría con los de
Balzac, van reapareciendo en las novelas, de tal manera que recrea un mundo propio, véase el
ejemplo de Clotilde Viera en La Incognita y Realidad.

4.3.- Clarín

Leopoldo Alas, «Clarín» (1852 - 1901) , ha pasado a la historia de la literatura como crítico,
ensayista, cuentista y novelista. Se consideraba a sí mismo como periodista, sobre todo, y
pensaba que en un país que leía tan pocos libros el periódico tenía fundamentalmente una función
formativa, no solo informativa. A pesar de su admiración, censura a Galdós, que en realidad sólo
refleja lo que los personajes creen de sí mismo, y no una amplia introspección del novelista en el
alma. Cultivó un naturalismo donde la ciencia y el arte debían decir la verdad de los hechos y de la
experiencia. Se necesitaba documentación, imitación de la realidad moral y social, personajes
complejos, diálogos, estilo indirecto libre, etc. Su mayor obra es La Regenta, novela de estética
naturalista que también alberga una preocupación religiosa por el sentido de la existencia y la
razón del dolor humano. Su acción se centra en la figura de Ana Ozores, casada insatisfecha y
soñadora, por el sacerdote Fermín de Pas y por Álvaro Mesía. Ana Ozores es otra Mme. Bovary
de «Vetusta» (Oviedo), que distrae la soledad con sus ensoñaciones de relatos románticos.

4.4.- Otros autores naturalistas.

Aunque en torno a los noventa tenemos aún importantes novelas naturalistas como La
espuma de Palacio Valdés, el movimiento camina hacia su ocaso siguiendo los derroteros del
Realismo espiritualista como ya hemos indicado. Es un proceso de interiorización y una nueva
valoración del mundo moral, patentes en obras como Ángel Guerra, de Pérez Galdós o La
quimera de Pardo Bazán. Valera, decaído el Naturalismo, volverá a ofrecer una última serie
narrativa que abarca desde la novela idealizante y de evocación a la de carácter simbólico
(Morsamor).

5.- Conclusión

A modo de conclusión y cierre, Realismo y Naturalismo son la batalla sobre el papel de la


literatura en la sociedad. La aventura de la novela como género literario consciente de sí mismo y
de sus posibilidades de transformación de la sociedad se alinea con los duros enfrentamientos
ideológicos del siglo revolucionario. La narrativa se pone al servicio de los intereses de clase.
La cultura occidental camina a grandes pasos hacia los movimientos que, como el
impresionismo y el simbolismo, representan la crisis del sistema de valores erigido por la
burguesía en el siglo XIX. La crisis del capitalismo liberal viene acompañada por una crisis de la
ideología burguesa, cuyas primeras fases vienen representadas por la quiebra del positivismo y el
progresivo distanciamiento de la realidad. Esta fase de desconcierto, de crisis del sistema vigente
y de búsqueda de una alternativa no proletaria, se expresa en la cultura burguesa europea por la
aparición del irracionalismo en sus múltiples formas. El asalto a la razón ha comenzado y va a
dominar el arte y la literatura del primer cuarto del siglo XX, llevando en su seno no sólo el reflejo
de una quiebra y del consiguiente desconcierto, sino también la subversión de todos los valores
establecidos

6.- Esquema.

0.- Introducción. Contexto Histórico...................................................................................................................


0.1.- Esquema de los apartados. Vinculación con el currículo..........................................................................
1.- El concepto de Realismo.................................................................................................................................
1.1-. Características de la literatura realista......................................................................................................
1.2.- El Realismo Francés.................................................................................................................................
1.3.- El realismo Inglés......................................................................................................................................
1.4.- El realismo Ruso.......................................................................................................................................
2.- Naturalismo.......................................................................................................................................................
2.1.- Emile Zola.................................................................................................................................................
2.2.- La época dorada de la novela. Siglo XIX..................................................................................................
3.- El Realismo y Naturalismo en España...........................................................................................................
3.1.- Contexto histórico......................................................................................................................................
3.2.- Novela realista en España........................................................................................................................
3.3.- El giro al naturalismo.................................................................................................................................
4.- Autores fundamentales...................................................................................................................................
4.1- Emilia Pardo Bazán....................................................................................................................................
4.2.- Galdós.......................................................................................................................................................
4.3.- Clarín.........................................................................................................................................................
4.4.- Otros autores naturalistas.........................................................................................................................
5.- Conclusión........................................................................................................................................................
6.- Esquema............................................................................................................................................................

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