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Funciones Del Psicólogo en La Intervención Social
Funciones Del Psicólogo en La Intervención Social
Funciones Del Psicólogo en La Intervención Social
1. Atención directa
Esta faceta se comparte de modo general con otros muchos ámbitos de la psicología
aplicada en los cuáles el psicólogo interviene directamente con la población objetivo de
los servicios para evaluación, orientación y/o solución de problemas. Esta atención directa
puede realizarse de formas muy diferentes según se trate de atención directa a individuos,
grupos o comunidades. A modo de ejemplo en el primer caso podría tratarse de una
valoración u orientación de una persona mayor para una medida de alternativa a la
convivencia (residencia de tercera edad, vivienda tutelada, etc.). En el segundo caso,
atención grupal, podría ejemplificarse con las intervenciones con grupos de autoayuda,
como en el caso de intervenciones con padres con problemas de relación con sus hijos.
Finalmente, en el nivel comunitario, podría citarse el trabajo desde programas de
prevención de malos tratos a la infancia.
Sin embargo, una nota característica que merece subrayarse es la orientación que la
atención directa tiene hacia la construcción de habilidades, competencias y recursos que
permitan al destinatario de la intervención enfrentar sus problemas con mayores
posibilidades de éxito.
2. Asesoramiento y consultoría
Como uno de los rasgos más distintivos de la intervención social destaca esta función
profesional en la cual el psicólogo realiza un trabajo dirigido no al cliente de los servicios,
sino al personal o a la dirección de programas o servicios, respecto de su funcionamiento,
implementación, opciones alternativas, superación de crisis. Se trata en este caso de una
intervención indirecta en la cual el psicólogo de la PSIS intenta obtener un efecto
multiplicador al orientar y asesorar a aquellos que están en contacto con la población
objetivo.
3. Dinamización comunitaria
Desde el modelo comunitario aparece con fuerza la intervención del psicólogo que
persigue una mayor conciencia de comunidad y la dinamización del potencial de recursos
que ella encierra. La posibilidad de reconstruir un tejido social más solidario creando flujos
de apoyo en la comunidad, la promoción de movimientos asociativos, el impulso a la
generación de proyectos nacidos de las propias necesidades de cada comunidad, etc.,
suponen en la actualidad un tipo de intervención muy relevante en la PSIS.
4. Investigación
5. Planificación y programas
6. Evaluación de programas
Como un aspecto que destaca por la importancia que entraña para las tomas de
decisiones, la evaluación de programas se refiere al estudio sistemático de los
componentes, procesos y resultados de las intervenciones y programas. En este caso
también la formación del psicólogo en técnicas de evaluación y diseño, junto al
conocimiento del ámbito concreto de trabajo, le permite obtener una posición ventajosa
para realizar esta función esencial a cualquier programa.
7. Dirección y gestión
8. Formación
Además de las técnicas y procedimientos que comparte con los profesionales de otros
campos de la psicología aplicada, se pueden destacar algunos aspectos metodológicos
que caracterizan específicamente este ámbito.
1. Intervención grupal
En la PSIS el psicólogo trabaja frecuentemente con grupos para alcanzar objetivos que
únicamente con esta metodología son posibles. Se trataría de intervenciones centradas en
la ayuda mutua, desarrollo de la solidaridad, participación ciudadana, competencia para el
análisis de situaciones y tomas de decisiones que afectan a un colectivo, habilidades de
trabajo en equipo, etc. Las técnicas de intervención grupal permiten al psicólogo
desarrollar objetivos de organización y dinamización comunitaria.
Como un caso muy específico y de obligada referencia para muchos de los sectores de
intervención social, el grupo familiar se convierte en escenario frecuente del trabajo del
psicólogo. En este caso existen múltiples conexiones con los modelos de intervención
familiar que desde la psicología clínica se han planteado, aunque adaptándolos a los
objetivos sociales propios de este ámbito. Un aspecto que atrae especialmente la atención
de los profesionales y en el que existen en la actualidad notables avances, es el que se
refiere a la necesidad de realizar evaluaciones del grupo familiar (como en los casos de
desamparo infantil) para llegar a elaborar juicio de capacidad o competencia de la familia
para cumplir con sus obligaciones. Otro tanto cabe decir de las intervenciones en sectores
como la tercera edad.
3. Técnicas de mediación
Siguiendo las características que plantea el modelo comunitario en otros ámbitos como la
salud o la educación, la intervención con la comunidad se plantea la meta del incremento
del bienestar social y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que la componen.
El psicólogo trabaja orientado por la finalidad de una promoción de la competencia de la
comunidad para analizar sus problemas y generar recursos para superarlos. Se
desarrollan trabajos de investigación social, dinamización de grupos, consultoría, etc.,
desde una perspectiva preventiva y proactiva. Un aspecto importante tiene que ver con la
intervención sobre los factores que facilitan fenómenos como la exclusión, discriminación,
racismo y xenofobia.
Uno de los contextos de trabajo más relevantes para los psicólogos en este sector son los
servicios sociales comunitarios, si bien en este caso el trabajo con la comunidad se
complementa con la atención directa a los ciudadanos.
2. Familia e Infancia
Con este rótulo se hace referencia a las actuaciones que se llevan a cabo con el sector de
población que no ha alcanzado la mayoría de edad. El objetivo general de la intervención
de los psicólogos en este área es el desarrollo de los derechos de los menores de edad,
velando por las condiciones que deben potenciar su desarrollo y protegiéndole del
impacto de situaciones adversas que lo amenacen (malos tratos, abusos, etc.). En la
actualidad se ha pasado a denominar este sector como "familia e infancia" para resaltar la
necesidad de intervenir en el contexto familiar del que el niño forma parte inseparable, y
en el que se encuentran las claves que permiten evaluar el problema y diseñar
soluciones.
El psicólogo interviene con especial incidencia en este sector y en los diferentes tipos de
recursos que se instrumentan para cubrir las necesidades de la infancia. En un primer
momento el psicólogo aborda junto con otros profesionales con los que forma equipo los
casos en los que existe posibilidad de situaciones de riesgo o desamparo, investigando y
evaluando la veracidad y el alcance de la situación. En el caso de que exista un riesgo
importante para los menores se debe valorar la intervención idónea que puede consistir en
alguna de las siguientes alternativas:
Intervención familiar
Cuando existe la posibilidad de trabajar con el grupo familiar para superar la situación de
desprotección del niño. El objetivo del psicólogo puede ser el trabajo para el desarrollo de
habilidades de cuidado y educación de los hijos, la integración de la familia en redes de
apoyo social, la mejora de las relaciones personales del grupo familiar, la conexión con
otros recursos sociales, etc. Existe un buen número de profesionales trabajando en
programas de habilidades parentales para padres que tienen problemas de competencia
para la crianza de sus hijos o desde una perspectiva más preventiva en escuelas de
padres dirigidas a la comunidad en general.
Acogimiento familiar
Cuando se debe tomar la medida de separación temporal del niño con respecto a la
familia, las nuevas orientaciones en este sector están promoviendo que se realicen
mediante acogimientos familiares que permitan al sujeto de la intervención mantenerse en
un contexto de desarrollo normalizado. Esta medida plantea la necesidad de un intenso
trabajo para el psicólogo tanto en la evaluación de las familias acogedoras, como en la
disposición del niño, y lo que es igualmente importante, en el seguimiento del
acoplamiento que debe producirse entre ambos. Una parte importante en este proceso es
el asesoramiento a las familias sobre las posibles incidencias que vayan ocurriendo en
este proceso de adaptación, que complementa la formación que inicialmente han debido
recibir.
Adopciones
Acogimiento residencial
El trabajo en residencias de menores ha sido uno de los ámbitos más tradicionales de los
psicólogos. En la actualidad los objetivos profesionales con respecto a estas medidas se
orientan hacia la evaluación de los niños que ingresan en residencias, el seguimiento de
su desarrollo en el periodo de estancia, la intervención en problemas de desarrollo que
puedan plantear y el apoyo técnico a los educadores en sus programaciones e
intervenciones con los niños.
Otro de los ámbitos importantes de este sector es el de los menores de edad que
presentan conductas infractoras y que tradicionalmente se ha conocido como la
intervención en reforma. En este caso el trabajo del psicólogo tiene una faceta muy
importante en cuanto al asesoramiento técnico al juez para tomar decisiones en el ámbito
de los juzgados de menores. Para ello elabora informe técnico antes de la comparecencia
del menor y asiste como perito durante la misma. Igualmente tiene una función importante
en el seguimiento de las medidas que se adopten, sea en régimen de medio abierto
(libertad vigilada y trabajos de compensación a la comunidad), semi-abierto (centros de
día) o cerrado (mediante ingreso en los centros específicos).
3. Tercera Edad
Como sector de población definido como las personas mayores de 65 años, este ámbito
es por razones demográficas y sociales uno de los que mayor proyección están
presentando para los profesionales de la psicología, aglutinándose en la actualidad en
torno a nuevos conceptos como psicogerontología o gerontología social. El enfoque en el
que la vejez era caracterizada fundamentalmente por un declive y deterioro generalizado,
ha ido cambiando hacia una visión de esta etapa de la vida como un reto adaptativo que
cada persona supera de forma diferente en función de un conjunto de factores muy
heterogéneos.
La evaluación psicológica en esta edad exige una adaptación de las técnicas que son
utilizadas en otros ámbitos, así como el desarrollo de instrumentos específicos
(actividades de la vida cotidiana, salud percibida, etc.). Las intervenciones individuales y
grupales están dando lugar a programas de habilidades cognitivas y sociales, de
dinamización de la actividad y el ocio, de la participación social, etc.
Los servicios a los que el psicólogo se incorpora con mayor frecuencia son los servicios
especializados como las residencias geriátricas, centros de día, hogares, etc., aunque
cada vez van apareciendo con mayor fuerza programas desde la atención primaria y los
enfoques más preventivos. En el ámbito de los servicios sociales la Ayuda a Domicilio es
uno de los programas cuyo destinatario principal es este sector de edad. En esos casos el
psicólogo evalúa la situación de cada caso junto a otros profesionales para valorar la
situación de necesidad y el tipo de prestación a desarrollar. Un objetivo específico muy
importante en este programa lo constituye en la actualidad la intervención de apoyo a
cuidadores de enfermos con demencias y en especial la ayuda a familiares cuidadores de
enfermos de Alzheimer.
Entre otras muchas actividades merece destacarse el papel del psicólogo en su trabajo
con asociaciones como las de familiares de discapacitados, cuya iniciativa está
impulsando nuevos proyectos y recursos. El papel de apoyo a estos movimientos
asociativos combina el conocimiento del sector de las discapacidades con las técnicas de
grupo y dinamización de actividades. Igualmente es de destacar la fuerte presencia de
algunas organizaciones no gubernamentales en este sector, desde las que trabajan
numerosos psicólogos.
En la actualidad cabe distinguir una serie de programas y servicios en los que el psicólogo
se ha incorporado. En primer lugar, los Centros de Información y Asesoramiento a la
Mujer están destinados a ofrecer a las mujeres información sobre sus derechos legales y
los recursos disponibles para hacer efectiva la igualdad de oportunidades, así como a
prestar asesoramiento especializado ante problemáticas específicas que afectan a la
mujer (malos tratos, agresiones sexuales, aborto, etc.). La función del psicólogo en estos
centros abarca la valoración y diagnóstico psicológico de las mujeres que lo precisen, así
como la aplicación de la correspondiente terapia de apoyo y posterior seguimiento.
Igualmente, asesora al equipo del centro en el diseño de campañas de concienciación y
sensibilización de la comunidad, destinadas a prevenir la aparición de dichas
problemáticas.
Finalmente, las Casas de Acogida para mujeres con problemas de malos tratos configuran
un tipo de dispositivo en el que el psicólogo debe intervenir sobre las secuelas y el
impacto psicológico que este tipo de situaciones ocasiona. Entre otras actividades
posibles se podría destacar la intervención sobre los problemas de autoestima que sufren
estas mujeres y la aparición de técnicas individuales y grupales para abordarlos.
6. Juventud
Desde hace tiempo las políticas sociales vienen reparando en la importancia de un sector
de población como la juventud que en la actualidad está sujeto a importantes cambios con
respecto a su rol social. La transición que en el pasado se venía realizando sin solución
de continuidad entre la educación y el mundo laboral, en la actualidad se está alargando
de tal manera que este periodo evolutivo cobra una nueva importancia. La integración
familiar, escolar, la citada transición e incorporación al mundo laboral, el acceso a la
información y a los recursos, la intervención sobre problemas cuya mayor incidencia se
encuentra en estas edades (riesgo de drogodependencias, hábitos saludables, educación
sexual, etc.) son algunos de los objetivos esenciales en este sector.
Las actividades preventivas se están centrando para este sector en los temas de
delincuencia, adicciones, fracaso académico, sexualidad, etc. En todas ellas el diseño de
dispositivos de información cercanos y de fácil acceso, junto a campañas de divulgación,
suponen contextos laborales relevantes para los psicólogos.
El papel del psicólogo en este amplio sector se dirige hacia la adquisición por parte de
estos colectivos de las habilidades personales precisas que garanticen una mayor
integración en su entorno, desarrollando sus propios recursos personales, para lo cual son
importantes tanto las técnicas de trabajo grupal como individual. Otro nivel de actuación
muy significativo es el de trabajo familiar, procurando que la familia cumpla un rol
socializador, incidiendo sobre las pautas educativas y desarrollo de estilos de
comunicación más eficaces, relaciones de ayuda y expresión de la afectividad.
El papel del psicólogo desde una intervención comunitaria está orientado a diseñar,
ejecutar, y evaluar programas que favorezcan cambios de actitud en la sociedad con
respecto a la estigmatización y prejuicio que dificultan la integración e inserción de estas
minorías sociales, mediante un incremento de la sensibilización y la tolerancia social.
8. Cooperación para el desarrollo
9. Psicología Ambiental
Una de las finalidades que persigue el psicólogo ambiental son las de una conducta
ecológica responsable, es decir, un cambio en los patrones de relación entre el individuo y
su medio. Desde los clásicos estudios de cómo preservar los parques y jardines de las
ciudades, hasta la educación de los ciudadanos en el tratamiento de residuos, consumo
de energías, etc., son objetivos en los que el psicólogo se ha venido implicando. El
estudio sobre actitudes ante el medio, preferencias ambientales, relaciones entre salud y
entorno, percepción de riesgos, etc., han ayudado al desarrollo de programas para cubrir
estos objetivos.
La aparición de nuevas manifestaciones del ocio, como el ocio tecnológico ligado a los
avances en materia de información, como la televisión, los ordenadores y las redes
informáticas y el ocio ecológico, que englobaría una serie de actividades que va desde la
deportiva, el turismo rural o ecoturismo, el turismo de aventura, etc., han generado nuevas
posibilidades pero también nuevos problemas. Las consecuencias del ocio tecnológico
presentan algunos aspectos como el aislamiento o la adicción que están generando cierta
alarma social. En este contexto el psicólogo interviene mediante la investigación de estos
efectos, el diseño de una oferta asequible e igualitaria de las nuevas alternativas, la
adaptación a los diferentes colectivos en función de sus necesidades y de las
posibilidades que el ocio tiene para promocionar el desarrollo personal y la integración
social, entre otras finalidades.
La intervención del psicólogo se realiza en el ámbito empresarial que diseña estas ofertas,
el diseño e intervención en los programas de animación socio-turística, y los programas de
ocio destinados a determinados colectivos como la tercera edad o jóvenes con problemas
de adaptación social.
Formación
La formación en la intervención social ha contado hasta hace muy poco tiempo con fuertes
carencias por lo que a la carrera universitaria se refiere. Eran muy contadas las facultades
que contaban con opciones de especialidad hacia este ámbito. Los nuevos planes de
estudio desarrollados en esta década han corregido, aunque de modo aún insuficiente, la
situación anterior.
Partiendo del enfoque de los nuevos planes de estudio como una oferta para que cada
alumno configure su propio curriculum, la oferta educativa consiste más bien en una
propuesta de varias materias que tengan que ver con las necesidades de intervención. De
este modo, además de la tradicional psicología comunitaria han ido apareciendo otras
materias con denominaciones como psicología y servicios sociales, intervención
psicosocial, bienestar social, psicología ambiental, además de asignaturas referidas a
sectores como la tercera edad, la infancia o las discapacidades.
Sin embargo, por compensación, los grandes esfuerzos en formación han venido desde la
organización colegial que se veía en la necesidad de cubrir estas lagunas. Desde el
Colegio se ha promovido e intervenido en masters y cursos en cooperación con las
instituciones sociales que están implicadas en la demanda de profesionales competentes
(caso del INSERSO, por ejemplo) y se han realizado esfuerzos más modestos de las
delegaciones para poner en marcha también otros cursos de formación.
Consideraciones Finales
La segunda cuestión es la necesidad de subrayar que esta breve definición del rol del
psicólogo de la intervención social conlleva un marco de referencia ético y de
comportamiento profesional que va más allá del código estrictamente deontológico de
nuestra profesión.