Este documento es una oración de sanación espiritual por las heridas emocionales. En ella, el autor se dirige a Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo para pedirles que lo liberen y sanen de todo mal, pecado, duda, miedo, orgullo, recuerdos dolorosos y debilidades que afectan su corazón, alma, mente y cuerpo. También pide perdón por sus ofensas y que curen a quienes haya herido.
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Este documento es una oración de sanación espiritual por las heridas emocionales. En ella, el autor se dirige a Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo para pedirles que lo liberen y sanen de todo mal, pecado, duda, miedo, orgullo, recuerdos dolorosos y debilidades que afectan su corazón, alma, mente y cuerpo. También pide perdón por sus ofensas y que curen a quienes haya herido.
Este documento es una oración de sanación espiritual por las heridas emocionales. En ella, el autor se dirige a Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo para pedirles que lo liberen y sanen de todo mal, pecado, duda, miedo, orgullo, recuerdos dolorosos y debilidades que afectan su corazón, alma, mente y cuerpo. También pide perdón por sus ofensas y que curen a quienes haya herido.
Este documento es una oración de sanación espiritual por las heridas emocionales. En ella, el autor se dirige a Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo para pedirles que lo liberen y sanen de todo mal, pecado, duda, miedo, orgullo, recuerdos dolorosos y debilidades que afectan su corazón, alma, mente y cuerpo. También pide perdón por sus ofensas y que curen a quienes haya herido.
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ACTO DE SANACION ESPIRITUAL POR LAS HERIDAS EMOCIONALES
Padre Eterno, en el Nombre de tu Hijo Jesucristo me presento
delante de ti. Con tu Santo Espíritu, con su Divina Luz ilumíname y descubre Señor las heridas que hay en mi corazón, sáname Señor, en el Nombre de Jesús.
Señor Jesús, que tu misericordia me invada, te doy gracias por
mi existencia, Tú me has creado, dígnate Señor acompañarme en el itinerario de mi vida, hoy, desde el comienzo de mi concepción hasta el momento presente.
Sáname Señor de toda herida que haya alcanzado mi corazón
emocional, que haya afectado mí sensibilidad, mi memoria, mi imaginación, mi voluntad, mi alma, mi cuerpo, mi ser; libérame de toda atadura, de toda cadena que me tenga esclavo.
Deseo ser libre Padre Eterno, por tu Santo Espíritu, para poder entregarme alegremente a tu servicio y para ayudar a mis hermanos.
Jesús mi Señor: para Gloria del Padre Eterno, yo me entrego
completamente a ti, en mente, cuerpo, alma, espíritu y corazón, con todos mis sentidos, con todo mi ser, con todo lo que soy, con todo lo que hago, con todo lo que tengo, tuyo soy, te pertenezco.
Señor Jesucristo, Tú eres el Hijo de Dios, nacido de la Virgen
María; gracias porque entregaste tu vida en la Cruz, y con tu Sangre nos rescataste; has resucitado y vives con nosotros y quieres llevarnos a tu Gloria Eterna.
Dios de Misericordia y de Bondad, eres Dios de Perdón, porque
eres el Amor, te pido perdón por todos mis pecados, de todo corazón. Padre Eterno por el poder de tu Hijo Jesús, por su Nombre, por su Sangre Redentora y por su Santa Cruz, por el poder de tu Santo Espíritu, por las Heridas de sus manos, de sus pies y de su costado; por la agonía de Cristo en el huerto y en la Cruz, por el Dolor emocional que Cristo padeció viendo el sufrimiento de su Santísima Madre.
Yo te pido Señor, libérame y sáname en las profundidades de mi
ser, hasta mis raíces.
Libérame y sáname de todo el mal que hay en mí y que Tú
conoces Señor, libera mi inconsciente, libera mi subconsciente, libera mi conciencia, de todo aquello que me haya podido herir, en mi amor, voluntaria o involuntariamente.
Libérame y sana mi espíritu de todo sentimiento egoísta.
Libérame y sana mi espíritu de todo orgullo de autosuficiencia,
de juicios temerarios.
Libérame y sana mi memoria Señor; libera y sana mi memoria
del recuerdo doloroso, de la historia de todo aquello que ha causado aflicción en mi alma.
Libérame y sáname Señor, de toda duda acerca de tu Amor, de
lo que me hace dudar de tu bondad, de tu misericordia con la cual me perdonas.
Libérame y sana mi voluntad, de toda debilidad; Ayúdame
Señor a renunciar a lo que sea necesario para poder hacer el bien y rechazar el mal.
Libera mi corazón y sánalo de toda ansiedad, de toda angustia,
de todo miedo, temor, de toda fobia que me mantiene encerrado, que me aprisiona. Ayúdame y libera en mi Señor la capacidad para perdonar. A quienes me han hecho daño, consciente o inconscientemente, les perdono de corazón por siempre y sin condición, en el Nombre de Jesús nuestro Señor.
Señor Jesús visita a quienes yo he ofendido; a quienes yo he
herido, visítales con Tu Santo Espíritu; a quienes herí con palabras, con gestos, con actos, con ofensas, toca sus corazones y sánales; libérales, para que ellos también me puedan perdonar. Padre Eterno, sáname y libérame de todo aquello que me ata, por no haberme aceptado así como soy, como nací: con mi sexo y mis rasgos físicos, con mis debilidades, con mis incapacidades, con mi carácter, con mi temperamento, con mi cobardía.
Te doy gracias Señor, por la liberación y sanación que Tú me
das ahora; gracias por Tu Amor, yo sé que Tu estas aquí, que has tocado mi ser; Yo creo en tus promesas Jesús, son verdaderas; haz dicho “Todo lo que pidas al Padre, en Mi Nombre, sea lo que fuere, yo lo haré”. En ti confío Padre Eterno, en ti confío Jesús y Espíritu Santo, te alabo Trinidad Santa, te exalto eternamente.
A ti María Santísima Madre Celestial, gracias, por ser mi Madre