El documento habla sobre la devoción al Santo Ángel de la Guarda. Explica que los ángeles son amigos y compañeros fieles que han protegido a las personas de muchos peligros. También cita a San Agustín diciendo que los ángeles son centinelas que vigilan y defienden a los cristianos. Finalmente, propone un acto de ofrecimiento para consagrar cada martes al Santo Ángel de la Guarda personal, pidiéndole protección y guía.
El documento habla sobre la devoción al Santo Ángel de la Guarda. Explica que los ángeles son amigos y compañeros fieles que han protegido a las personas de muchos peligros. También cita a San Agustín diciendo que los ángeles son centinelas que vigilan y defienden a los cristianos. Finalmente, propone un acto de ofrecimiento para consagrar cada martes al Santo Ángel de la Guarda personal, pidiéndole protección y guía.
El documento habla sobre la devoción al Santo Ángel de la Guarda. Explica que los ángeles son amigos y compañeros fieles que han protegido a las personas de muchos peligros. También cita a San Agustín diciendo que los ángeles son centinelas que vigilan y defienden a los cristianos. Finalmente, propone un acto de ofrecimiento para consagrar cada martes al Santo Ángel de la Guarda personal, pidiéndole protección y guía.
El documento habla sobre la devoción al Santo Ángel de la Guarda. Explica que los ángeles son amigos y compañeros fieles que han protegido a las personas de muchos peligros. También cita a San Agustín diciendo que los ángeles son centinelas que vigilan y defienden a los cristianos. Finalmente, propone un acto de ofrecimiento para consagrar cada martes al Santo Ángel de la Guarda personal, pidiéndole protección y guía.
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DEVOCIN
Al Santo ngel de la Guarda
Cmo podrs olvidar, alma cristiana, a tu fiel tutor, amigo y
compaero inseparable, que de tantos peligros te ha preservado, prestndote tantos y tan eminentes servicios? Quin? El Santo ngel de la Guarda. El glorioso doctor San Agustn en los soliloquios del alma no sabe cmo encarecer la divina bondad, que mand a Espritus tan sublimes te guardasen en todos tus caminos, para que ni an tropezases en ellos: Estos son, dice, los centinelas que velan en los muros de esta nueva Jerusaln, los baluartes que la rodean y defienden. Nos aman como a moradores de una misma ciudad, pues hemos de llenar los vacos que dejaron sus malos compaeros. Y por esto en todo tiempo y lugar se hallan con nosotros, ya socorriendo con gran cuidado todas nuestras necesidades, ya presentando a vuestra Majestad todas nuestras peticiones y suspiros. No se apartan de nosotros por donde quiera que vayamos, atentos grandemente a ver con qu ansia buscamos vuestro reino. Aydannos cuando trabajamos; hcennos sombra cuando reposamos; anmannos cuando peleamos; cornannos cuando vencemos; compadcense cuando padecemos por Vos. Grande es el cuidado que de nosotros tienen, y grande el afecto con que nos aman; porque aman a los que Vos amis, guardan a los que Vos guardis, desamparan a los que Vos desamparis. Alabo, Seor, y confieso la grandeza de estos beneficios. Nos habais dado todo lo creado debajo del cielo, y todo os pareci poco, si no aadais lo que est sobre los cielos. Admirable es Seor, vuestro nombre en toda la tierra; porque, qu cosa es el hombre, que as le engrandecis? Verdad es ciertsima que todo vuestro regalo y entretenimiento lo tenis puesto en los hombres. Ya que tanto debes a los santos ngeles y principalmente a tu Custodio, consgrale el martes de cada semana, y hazle aquel da el siguiente: Acto de Ofrecimiento ngel de Dios, que ests encargado de mi custodia desde el primer hasta el ltimo instante de mi vida; aunque me reconozca indigno de tus amores y cuidados; con todo, seguro de que me amas y tienes ardiente celo de mi salvacin, te elijo en este da en presencia de toda la Corte celestial, para que seas mi especial protector y gua.
Propongo firmemente honrarte todos los das de mi vida, seguir
fielmente todos tus consejos, y obedecer las rdenes que Dios me comunique por tu ministerio; suplicndote, fidelsimo Custodio mo, que contines dispensndome sin cesar con tu poderosa intercesin. Lbrame de los lazos de Satans, mi cruel enemigo; defindeme de los terribles combates con que me asalta; ilumina mi espritu, abrasa mi voluntad y ensame el camino que conduce a la verdad y aleja del error. nclito prncipe de la Corte del Rey de reyes, ofrece mis oraciones al Seor, e intercede para que se muestre propicio a mis splicas; consulame en mis penas, y sobre todo presrvame del pecado. Si alguna vez tuviere la desgracia de apartarme de la senda de la virtud, vulveme luego al buen camino, y no me abandones un solo momento; pero sobre todo fortalece mi alma en el terrible trance de la muerte, llevndola al cielo, como la del pobre, pero dichossimo Lzaro, a fin de que en compaa de todos los Santos alabe y bendiga a Dios con ellos, contigo, y con toda la familia anglica por todos los siglos de los siglos. Amn