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Ficha 9
Ficha 9
Ficha 9
Cátedra: Oller
Ficha N° 9
Tema: Metateoremas de corrección y completitud. Metateorema de consistencia.
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Hemos definido dos nociones de consecuencia para la lógica de primer orden, una
sintáctica y otra semántica, y nos preguntarnos cuál es la relación entre ambas nociones.
Los metateoremas de corrección y completitud contestan esta pregunta y tomados
conjuntamente permiten afirmar que las dos nociones de consecuencia clásica para la lógica
de primer orden —la sintáctica y la semántica— son coextensionales: una fórmula es una
consecuencia sintáctica de un conjunto de premisas si y sólo si es una consecuencia
semántica de dicho conjunto:
├ si y sólo si ╞
El metateorema de corrección (fuerte) afirma que si, en la lógica de primer orden, es una
consecuencia sintáctica de Γ, entonces es una consecuencia semántica de Γ. Es decir, este
metateorema prueba uno de los condicionales metalingüísticos que componen el
bicondicional ├ si y sólo si ╞ :
Si ├ , entonces ╞
Este metateorema puede ser interpretado filosóficamente, como veremos, como una
justificación semántica de las reglas de inferencia clásicas. Lo que afirma este metateorema
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en esta lectura es que nuestras reglas de inferencia son correctas porque aseguran la
transmisión de verdad de premisas a conclusión.
Esta formulación del teorema se llama metateorema de corrección fuerte, porque Γ puede
ser cualquier conjunto de fórmulas. Ahora bien, un caso particular es aquel en el que Γ es
el conjunto vacío. El metateorema de corrección en su versión débil se enuncia para Γ
vacío:
Si ├ , entonces ╞
(∀xPx ∀xPx)
Aunque esta fórmula pertenece a la lógica de predicados, sin embargo es una verdad lógica
en virtud de su estructura proposicional, porque es un caso particular de ( ). Entonces
para determinar que esta fórmula es una verdad lógica no necesito apelar a cuestiones
propias de la interpretación de los cuantificadores, porque es una verdad lógica en virtud de
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su estructura proposicional. Es un caso de ( ) y todas las instancias de sustitución de
la forma ( ) son verdades lógicas. Uno podría preguntarse ¿todas las verdades lógicas
de la lógica de predicados son como esta, es decir, son casos de verdad lógica en virtud de
su estructura proposicional? La respuesta es que no es así. Por ejemplo, la siguiente
fórmula:
(xPx → xPx)
(→)
¿Es esta una verdad lógica de la lógica de proposiciones? No. Esto quiere decir lo siguiente:
hay verdades lógicas que lo son en virtud de su estructura cuantificacional, no en virtud de
su estructura proposicional. De manera que, dicho de otro modo, tenemos verdades lógicas
que son propias de la lógica de predicados, que son características de la lógica de
predicados, que no son casos de verdades lógicas de la lógica proposicional. Entonces a
esas verdades lógicas las vamos a llamar, siguiendo el texto de GAMUT, fórmulas
universalmente válidas, para distinguirlas de las verdades lógicas de la lógica
proposicional.
El metateorema de completitud o completud también tiene una versión débil y una versión
fuerte. La versión débil es un caso particular de la versión fuerte: el caso en el que el
conjunto de premisas es vacío.
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metateorema de completitud fuerte afirma que, en la lógica de primer orden, si es una
consecuencia semántica de Γ, entonces hay por lo menos una derivación de a partir de Γ.
Este metateorema prueba el otro condicional metalingüístico que componen el
bicondicional .
Lo que les asegura la prueba del metateorema de completitud respecto de, por ejemplo, el
conjunto de reglas presentadas por GAMUT, es que si un argumento es válido entonces
vamos a poder derivar su conclusión a partir de sus premisas usando el conjunto de reglas
básicas de introducción y eliminación que aparecen allí. Es decir, el metateorema de
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completitud nos dice intuitivamente que tenemos suficientes reglas para construir las
derivaciones de las conclusiones de los argumentos válidos a partir de sus premisas. No va
a suceder que tengamos un argumento válido cuya conclusión no podamos derivar a partir
de sus premisas usando las reglas básicas del sistema.
Lo que me permiten afirmar los dos metateoremas conjuntamente es que las dos nociones
de consecuencia clásica para la lógica de primer orden —la sintáctica y la semántica— son
coextensionales: siempre que una fórmula sea una consecuencia sintáctica de un conjunto
de premisas, va a ser una consecuencia semántica de dicho conjunto, y viceversa. Como
hemos definido dos nociones matemáticamente precisas, pero diferentes, de consecuencia
para la lógica de primer orden, podemos preguntarnos si las extensiones de esas dos
nociones coinciden y estos metateoremas me aseguran que sí lo hacen:
├ si y sólo si ╞
Las demostraciones de estos metateoremas son propias de una disciplina que se llama
metalógica o metamatemática. Esta disciplina surge alrededor de los años 20’ del siglo XX
por impulso de un matemático alemán muy notable, David Hilbert, que propone esta
disciplina como una manera de terminar con lo que se llamó, a fines del siglo XIX
principios del XX, la crisis de los fundamentos de la matemática. Con ese fin, a Hilbert le
interesaba fundamentalmente demostrar la consistencia o no contradicción de las teorías
matemáticas.
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Uno puede plantearse el problema de la consistencia también respecto de la lógica de
primer orden. ¿Qué quiere decir que la lógica de primer orden sea consistente? Puede
querer decir varias cosas, de acuerdo a cómo definamos consistencia, ya que hay varios
conceptos de consistencia. Una de estas nociones de consistencia se puede caracterizar de
este modo: un sistema de deducción natural para la lógica de primer orden es consistente si
y sólo si no es el caso que haya una fórmula del sistema, tal que tanto ella como su
negación sean teoremas del sistema:
No (├ y ├ ¬)
A CTIVIDAD 14