Nature">
Barrios y Sandoval
Barrios y Sandoval
Barrios y Sandoval
1Cátedras de Edafología, Manejo y Conservación de Suelos y Planificación del uso del suelo. 2
Cátedra de Fitopatología. Facultad de Ciencias Agrarias Universidad Nacional de Lomas de
Zamora
Introducción
Los suelos contienen una amplia variedad de formas biológicas, con tamaños muy
diferentes, como los virus, bacterias, hongos, algas, colémbolos, ácaros, lombrices,
nematodos, hormigas y, por supuesto, las raíces vivas de las plantas superiores
(Fassbender, 1982; Wild, 1992). Los hongos pueden representar el 50% de la
población microbiana total. La estructura de la comunidad fúngica es dependiente del
ambiente edáfico en el cual se desarrollan. Las principales influencias internas que se
imponen a la comunidad de hongos son: el nivel y el tipo de materia orgánica, el pH, la
aplicación de algún tipo de fertilizantes orgánicos e inorgánicos, el contenido de
humedad, la aireación, variación de temperatura y la composición de la vegetación
nativa o cultivada (Hatakka, 2001). Los hongos constituyen el segundo de los dos
grandes grupos de microorganismos del suelo. Todos son eucariotas heterótrofos,
necesitan nitrógeno y están desprovistos de capacidad fijadora. Las especies edáficas
presentan gran diversidad en cuanto a exigencias en sustratos carbonados, variando
desde los que pueden utilizar hidratos de carbono, alcoholes y ácidos orgánicos
sencillos hasta los que son capaces de descomponer compuestos polimerizados,
como la celulosa y la lignina. Este es el caso de los que son parásitos obligados de los
vegetales superiores o de los que han desarrollado una simbiosis obligada con
determinadas plantas, como las micorrizas. Los saprófitos comunes en el suelo
pueden ser eficaces transformadores de sustratos edáficos en tejidos microbianos.
Algunos de ellos pueden asimilar entre el 30 y 50% del carbono presente en la materia
orgánica que descomponen, lo que representa una tasa de conversión muy superior a
la de las bacterias, que es del 5 al 20%. El crecimiento rápido de los hongos origina
una elevada demanda del N disponible en el suelo, aunque ésta puede quedar
mitigada por su relación C/N, que es superior a la que presentan las bacteria (Wild,
1992).
Los hongos oscilan entre el nivel microscópico y los visibles a la vista. Algunos hongos
pueden sintetizar compuestos polifenólicos, que se parecen a las formas encontradas
en la fracción húmica del suelo, contribuyendo a la formación de la materia orgánica.
Además, los hongos disponen de diversos métodos para sobrevivir durante épocas
desfavorables, como el calor y la sequía del suelo (producción de esporas en cuerpos
fructíferos, clamidosporas, esclerocios, etc.). Por otro lado, la excesiva humedad suele
ser desfavorable para ellos (Wild, 1992).
Materiales y métodos
Resultados y Discusión
Suelo de uso agrícola
Las observaciones realizadas permitieron identificar los siguientes microorganismos: i)
Rhizopus stolonifer Vuillemin (30%) (Figura 1), un hongo que puede sobrevivir durante
meses en los suelos en una amplia gama de temperatura y humedades relativas. Es
además un fitopatógeno versátil que causa pudriciones postcosecha (Velázquez del
Valle et al., 2008); ii) Trichoderma Pers. spp. (10%) (Figura 2), es un organismo de
vida libre en suelos y ecosistemas de raíz, es además fácil de aislar y cultivar en
medios de cultivo naturales o semisintéticos (Rey et al., 2000); iii) Pythium Dick spp.
(5%) (Figura 3), un género que incluye más de 120 especies (Dick, 2001) que se
encuentran ampliamente distribuidas. Pythium puede vivir como saprófito sobre restos
de plantas muertas, o comportarse como patógeno en sistemas de producción agrícola
ocasionando pudrición de semillas, de plántulas, pudrición de raíces, frutos y otros
órganos vegetales que se encuentran en contacto con el suelo (Agrios, 2005); iv)
Penicillium Link spp. (5%) (Figura 4), sus especies son comunes en el ambiente y
algunas de ellas pueden causar algún tipo de degradación. Sus hábitats incluyen el
suelo, alimentos, materia orgánica en descomposición, compost, semillas y cereales
(Mycota, 2018); y v) Mycelia sterilia (50%), un grupo de hongos que se considera
equivalente a la categoría de orden y comprende géneros de hongos imperfectos que
no tienen una etapa conocida de esporas y producen esclerocios, rizomorfos o
simplemente masas miceliares. Las características macroscópicas de las colonias:
micelio blanco de rápido crecimientos, el desarrollo de microesclerocios y la presencia
de fíbulas (clamp connection) permitieron indicar la presencia de Sclerotium Tode spp.
(Figura 5) en las muestras analizadas. Sclerotium es un hongo polífago que sobrevive
saprofíticamente en suelo y rastrojos de diferentes plantas, produciendo esclerocios
que afectan al próximo cultivo (Agrios, 2005).
La relación frecuencia – taxa, en orden descendente fue la siguiente: Incertae sedis,
Zygomycota, Ascomycota, y Oomycota.
Suelo prístino
El análisis de las muestras procedentes del bosque de Santa Catalina mostró la
presencia de: Trichoderma spp. (75%), una especie que presenta una alta tasa de
supervivencia debido a que posee una gran plasticidad de adaptación a diferentes
ambientes (Samuel, 2006).Las especies de Trichoderma. son utilizadas en la
agricultura para el manejo de fitopatógenos, ya que limitan el desarrollo de otro hongos
dañinos como Rhizoctonia solani, Fusarium oxysporum, y Verticillium dahliae, entre
otros (González et al., 2005). Este fenómeno es muy importante, pues muchos hongos
fitopatógenos forman estructuras de resistencia en el suelo que les permiten sobrevivir
bajo condiciones adversas del ambiente hasta por más de 20 años (Higuera et al.,
2003); y ii) Penicillium spp. (25%). A nivel taxonómico, los géneros fúngicos se
incluyen en Ascomycota.
Los dos géneros detectados se caracterizan por incluir especies que toleran bajos
niveles de humedad (Carrillo, 2003; Gato Cárdenas, 2010), como el existente en las
muestras de suelo prístino que al momento de los ensayos registraban un período de
almacenamiento de 18 meses. El reducido contenido de humedad explicaría,
asimismo, la detección de sólo dos géneros.
Consideraciones finales
De manera contraria a los registros en la bibliografía que trata sobre el tema se
encontró un mayor número relativo de géneros fúngicos en el suelo de uso agrícola.
Toda vez que todos los hongos son regulados por la cantidad y calidad del sustrato
(Paul, 2007), estos resultados requieren de la continuación y ampliación de
aislamientos sistemáticos con el objetivo de determinar las causas del escaso número
relativo de hongos presentes en las muestras de suelo de uso agrícola y el escaso
número presente en las muestras de suelo prístino.
A nivel taxonómico, en suelo de uso agrícola los géneros denominados Incertae sedis
fueron los aislados con mayor frecuencia y en suelo prístino los géneros
correspondieron en su totalidad al taxón Ascomycota.
Se destaca la presencia del género Trichoderma spp., de potencial uso antagonista,
en los dos suelos de uso contrastante analizados
Bibliografía
Agrios G. 2005. Plant Pathology 5th Edition. New York: Elsevie rAcademic Press. 952 pp.
Arens PL. 1983. La importancia actual del reciclaje de los residuos orgánicos para la
agricultura. En: El reciclaje de materias orgánicas en la agricultura de América Latina. Roma:
FAO. Disponible en: http://www.fao.org/docrep/018/ar127s/ar127s.pdf
Barnett HL, Hunter BB. 1998. Illustrated genera of Imperfecti Fungi. St. Paul: APS Press.
Carrillo L. 2003. Penicillium. En: Los hongos de los alimentos y los forrajes. Salta: Universidad
Nacional de Salta.
Finch HC, Finch AN. 1974. Los hongos comunes que atacan cultivos en América Latina.
México: Trillas.
González SJC, Maruri GJM, González AA. 2005. Evaluación de diferentes concentraciones de
Trichoderma contra Fusarium oxysporum agente causal de la pudrición de plántulas de papaya
(Carica papaya L.) en Tuxpan, Veracruz, México. Revista UDO Agrícola 5 (1): 45-47.
Hattaka A. 2001. Biodegradation of lignin. En: Hofrichter M, Stenbuchel A. (eds) Lignin Humic
Substances and Coal. Vol 1. Weinheim: Wiley-VCH. Pp. 129-180.
Hyde KD. 1997. ¿Can we rapidly measure fungal diversity? Mycologist. 11:176–178.
Ludwig H, Pfenning P, Magalhães de Abreu L. 2008. Hongos del suelo saprófitos y patógenos
de plantas. Cap. 8. En: Moreira FMS, Jeroen Huising E, Bignell DE. (eds.). A Handbook of
Tropical Soil Biology. Sampling & Characterization of Below-ground Biodiversity.
Disponible
en:https://books.google.com.ar/books?id=mQMZaBiP0YC&pg=PA243&lpg=PA243&dq=hongos
+suelo+Ludwig+H.+Pfenning+y+Lucas+Magalh%C3%A3es+de+Abreu&source=bl&ots=Lf6sVhl
og2&sig=om9AnZUZlWWMes3X0gdX3qod9I&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiijqzU37zZAhVJPJA
KHfxBioQ6AEIKDAA#v=onepage&q=hongos%20suelo%20Ludwig%20H.%20Pfenning%20y%2
0Lucas%20Magalh%C3%A3es%20de%20Abreu&f=false
Marasas WFO, Nelson PE, Tousson TA. (eds.) 1983. Fusarium species.An Illustrated Manual
for Identification. Pennsylvania: Pennsylvania State University Press.
Miller RM, Jastrow JD. 2000. Mycorrhizal fungi influence soil structure. En: Kapulnik Y, Douds
DD Jr. (eds.). Arbuscular Mycorrhizas: Physiology and Function. Dordrecht: Kluwer Academic
Publishers. Pp- 3-18
Disponible en:
http://mycota-crcc.mnhn.fr/site/genreDetail.php?lang=eng&num=33&n=Penicillium
Paul EA. 2007. Soil Microbiology, Ecology, and Biochemistry. 3rd ed. Burlington: APS.
Rey M, Delgado JJ, Rincón AM, Limón MC, Benítez T. 2000. Mejora de cepas de Trichoderma
para su empleo como biofungicidas. Rev. Iberoam Micol 17: 531-536.
Rifai MA. 1979. A revision of the genus Trichoderma. Mycol. Pap.116: 1-56
Samuels GJ. 2006. Trichoderma: Systematics, the sexual state, and ecology. Phytopathology
96: 195-206.
Velázquez del Valle MG, Bautista Baños S, Hernández Lauzardo AN. 2008. Estrategias de
control de Rhizopus stolonifer Ehrenb. (Ex Fr.) Lind, agente causal de pudriciones pos cosecha
en productos agrícolas. Revista Mexicana de Fitopatología. 26: 49-55
Wild A. 1992. Condiciones del suelo y desarrollo de las plantas según Russell. Versión
Española de Urbano Terrón P, Rojo Fernández C. Madrid: Mundi-Prensa. 1045 p.