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Maturana para Principiantes
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Columna | Alvaro Lopez B.
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Columna | Ignacio Fernández
Opinión | Alvaro Lopez B.
El curioso efecto Dunning-Kruger: cuanto
menos sabemos, más creemos saber
El Efecto Dunning-Kruger, nos muestra que las
personas con pocas capacidades o conocimientos,
creen que tienen más capacidades y conocimientos de
los que efectivamente poseen, y viceversa: quienes
son más competentes, tienden a subvalorarse. ¿A qué
se debe?
28
25
70 25 4 0 1 %
Hace poco, Humberto Maturana (1928) se vio envuelto en una polémicarespecto al coaching
y la naturaleza de sus propias investigaciones. Y aunque sería interesante desarrollar el tema
de hasta donde el autor de un avance científico, puede intervenir en los posteriores
desarrollos y aplicaciones de ese avance, preferí enfocarme en lo que me parece que ha
sido el gran legado del Dr. Maturana: La biología del amar y del conocer.
Entonces, un sistema autopoiético es aquél que se reproduce, crea y repara sus propios
elementos, y para Maturana y Varela, se trata de la propiedad básica y distintiva de los
seres vivos, pues al no existir autopoiesis, o sea, al no poder renovar sus células, limpiar las
toxinas, etc., el ser vivo muere. Este concepto ha tenido un profundo impacto en la cibernética,
la sociología, la psicología y múltiples otros campos.
En esta interesante entrevista, el Dr. Maturana se explaya sobre la autopoiesis y otros temas. MW Producciones.
En general, tratamos lo racional como si fuera un fundamento universalmente válido para todo
lo que hacemos. Y no es así. Porquetodo sistema racional está basado en premisas
aceptadas a priori, de forma arbitraria, desde las preferencias personales. En el
fondo,somos seres emocionales, que buscamos validar racionalmente esas emociones.
Esto es efectivo incluso en ámbitos tan “fríos” o “abstractos” como la matemática y las ciencias
exactas, pues las premisas fundamentales, los puntos de partida, uno los acepta porque
quiere hacerlo, lo hace por motivos emocionales, no racionales. (No hace mucho escribí un
artículo sobre las premisas de la ciencia que, irónicamente, no pueden ser probadas y que, de
demostrarse equivocadas, podrían echar por tierra todo lo que conocemos. Los invito a leerla).
A partir de esta conciencia de nuestra propia emocionalidad, nos podemos dar cuenta
que hay dos tipos de desacuerdos. El primero, se centra en cómo entendemos los
procedimientos lógicos: si uno dice, por ejemplo, que 1 mas 1 suma tres, o bien explico qué
quiero decir con eso o debemos ponernos de acuerdo sobre las reglas. O sea, si yo pienso
que 1+1=3, y todo el resto del mundo piensa que es 2, es un tema de cómo se entienden los
procedimientos lógicos, y nadie se siente realmente agredido o amenazado por ello.
Por ejemplo, en el tema del fútbol: si yo soy del equipo A y mi archienemigo del equipo B, dice
que el equipo A es de lo peorcillo y que son feítos, si mi identificación con el equipo es muy
grande, reaccionaré de forma violenta, pues en el fondo lo que percibo no es que se hable de
fútbol… sino que se habla de mí mismo. Y ante esa negación de mi propia existencia,
reacciono con muchísimo vigor, con consecuencias que tristemente están a la vista de todos.
Situaciones similares ocurren cuando hablamos de nuestra visión política o religiosa, donde
es casi imposible mantenerse impasible. Ambas cosas definen, en buena medida, nuestra
construcción del mundo.