Autoregulacion
Autoregulacion
Autoregulacion
2004, vol. 20, nº 1 (junio), 69-79 ISSN edición impresa: 0212-9728. ISSN edición web (www.um.es/analesps): 1695-2294
Resumen: Las diferentes aproximaciones teóricas al estu- Title: Developmental characteristics of emotional self-
dio de la autorregulación la definen como la capacidad de regulation in infancy.
los individuos para modificar su conducta en virtud de las Abstract: Several approaches to the study of self-regulation
demandas de situaciones específicas. Dentro de este cam- define it as the ability of the individuals to modify one's
po, la regulación emocional en la infancia ha cobrado rele- behavior in responding to the demands of specific situa-
vancia en los últimos años por su probada influencia sobre tions. In this field, emotional self-regulation in infancy has
diversas áreas del desarrollo del individuo, especialmente gained interest in the last years because of its implications
de su funcionamiento social. En el desarrollo de la autorre- for different areas of individual development, especially
gulación emocional en la infancia, se han identificado fac- social functioning. In the development of emotional self-
tores endógenos, con especial énfasis sobre la maduración regulation in infancy, exogenous factors have been identi-
de las redes atencionales. Como factores exógenos, a los fied, with a special emphasis on the maturation of the at-
padres se les ha otorgado un papel importante como guias tentional networks. Concerning to exogenous factors, par-
del desarrollo de la regulación emocional de sus hijos. Por ents have been given an importante role in guiding the de-
otro lado, las diferencias individuales encontradas en la au- velopment of their children. On another hand, individual
torregulación emocional en la infancia parecen tener un differences found in emotional self-regulation seem to be
origen temperamental. temperamentally based.
Palabras clave: Autorregulación; infancia; temperamento; Key words: Self-regulation; infancy; temperament; con-
contexto; cuidador. text; caregiver.
- 69 -
70 Ester Ato Lozano et al.
ción de las redes atencionales; dado que las es- por Rothbart, Ziaie y O´Boyle (1992). En su
tructuras cerebrales implicadas en las diferentes estudio, los niños de 3 meses de edad demos-
redes atencionales maduran a diferente ritmo, traron habilidad para tranquilizarse y estimular-
las habilidades de autorregulación de los niños se por ellos mismos, si bien no tuvieron ten-
también variarán en el tiempo en virtud de tales dencia a iniciar otras conductas más autóno-
cambios madurativos. mas. Para estos niños la autotranquilización fí-
En los tres primeros meses de vida, la auto- sica es la estrategia más frecuentemente utiliza-
rregulación emocional está bajo la influencia de da, puesto que su sistema atencional todavía no
la red de alerta. Esta red está implicada en el está suficientemente desarrollado. En cambio,
mantenimiento y ajuste de las distintas fases de sólo un mes más tarde, hacia los 4 meses, estos
alerta, y se piensa que facilita la focalización de mismos niños comenzaron a utilizar con fre-
la atención sobre estímulos importantes de cara cuencia el desenganche y el cambio atencional
a la adaptación del niño a su entorno (Posner y como estrategia de autorregulación, disminu-
Raichle; 1994; Posner y Rothbart, 1992). No yendo de forma eficaz el arousal emocional.
obstante, esta atención es fundamentalmente La edad de 6 meses marca otra etapa im-
reactiva, muy dependiente de las características portante en la adquisición de las estrategias de
de los estímulos que rodean al niño, por lo que regulación emocional, aunque todavía se hace
la autorregulación en este período se entiende a evidente la relativa inmadurez del sistema aten-
un nivel muy primario y apenas se observa. Pa- cional. El cambio más importante que obser-
ra Kopp (1982), este período se caracteriza por vamos a esta edad es el desarrollo de las habili-
una primitiva organización y control del siste- dades motoras, lo que facilita la aproximación y
ma autorregulatorio, marcado por la modula- evitación de estímulos con la finalidad de regu-
ción del estado de arousal y la activación de lar los niveles de arousal de forma óptima.
comportamientos tempranos de regulación. Para Rothbart, Ziaie y O´Boyle (1992), en
Por esta razón, la regulación emocional de los este período hay un cambio en el tipo de evita-
bebés será muy dependiente de las conductas ción que utiliza el niño para suprimir el males-
de los padres, quienes podrán aumentar o dis- tar. A los 6 meses, la evitación es más activa
minuir la estimulación ambiental, consiguiendo que a los 3, ya que debido a la emergencia de
con ello una óptima regulación del arousal habilidades motoras, el niño puede separarse fi-
emocional del niño. sicamente del estímulo provocador de malestar.
Cumplidos los 3 meses de edad, comienza a Por otro lado, a esta edad los niños utilizan
emerger un segundo conjunto de circuitos mucho más la estrategia de desenganche de la
atencionales, denominado red de orientación. atención, son buscadores más activos de estí-
Este sistema permite al niño desenganchar la mulos, y redirigen su atención con mayor fre-
atención de la fuente provocadora de malestar, cuencia hacia objetos físicos que hacia perso-
mover la atención hacia otro lugar, e implicarse nas.
o potenciar esa nueva localización. Además, Más tarde, alrededor de los 9 meses de vida,
cuando el niño está implicado en una localiza- se hace manifiesta la presencia de un tercer sis-
ción particular, la amplitud de la atención tam- tema atencional, la red ejecutiva, y podríamos
bién puede reducirse para proporcionar más describirla como un sistema ejecutivo respon-
detalles de las características locales, o por el sable de regular la red atencional posterior y de
contrario puede ampliarse para proporcionar controlar la atención al lenguaje. Este cambio
una cobertura más amplia de información glo- permitirá un uso flexible de los mecanismos
bal (Posner y Raichle, 1994; Posner y Rothbart, atencionales como estrategias de autorregula-
1992; Rothbart, Posner y Rosicky, 1994). ción. Así, en el estudio de Lirewise, Gianino y
Esta nueva habilidad facilitará un cambio Tronick (1988) se mostró que los niños de 9
en las estrategias de autorregulación disponibles meses de edad fueron más capaces de mante-
para los niños. Dicho cambio fue identificado ner la atención sobre un objeto y cambiar la
atención una vez fijada la mirada en el objeto, la estrategia de orientación hacia la madre, lo
comparados con los niños de 3 y 6 meses. que supone un capacidad para cambiar la foca-
Por otro lado, la maduración del cortex lización atencional del estímulo provocador del
frontal también va a permitir la aparición de malestar a la madre. Este cambio en la refocali-
mecanismos inhibitorios en el niño. Una de las zación atencional desde estímulos inanimados
formas de manifestación es la inhibición en la (como observamos en los 6 meses) hacia per-
aproximación a estímulos nuevos y/o de alta sonas puede ser atribuido a la emergencia de
intensidad, tal como fue mostrado por Roth- las capacidades comunicativas en el niño.
bart (1988). Esta autora expuso a niños de dife- A su vez Kopp (1982) habla en esta etapa
rentes edades a estímulos en el laboratorio. de la emergencia de la habilidad por parte del
Unos eran de baja intensidad y familiares para niño a mostrar una mayor conciencia ante de-
los niños, mientras que otros eran nuevos y de mandas sociales definidas por los cuidadores,
alta intensidad. Encontró que a los 6 meses de caracterizada por el inicio, mantenimiento, mo-
edad, los niños tendieron a coger con la misma dulación y cese de movimientos físicos, comu-
rapidez los juguetes nuevos que los familiares, nicación y señales emocionales de acuerdo con
mientras que a la edad de 10 meses los niños estas demandas.
incrementaron sus latencias en la aproximación Después del primer cumpleaños, debido a
a los juguetes nuevos. Al mecanismo subyacen- la mejora en las capacidades cognitivas, se pue-
te a estas conductas se le ha denominado In- de observar la puesta en marcha de estrategias
hibición Conductual, y se activa ante situacio- con un mayor grado de autonomía. En el estu-
nes de incertidumbre, es decir, las que implican dio de Rothbart, Ziaie y O´Boyle (1992), los
novedad, estimulación de alta intensidad, ante niños de 13 meses fueron más activos en la
la expectativa de un castigo, o ante miedos filo- búsqueda de estimulación, mostraron menos
genéticamente programados (Kagan, 1998). autotranquilización, más conductas de aproxi-
En este período se producen paralelamente mación, menores comportamientos de evita-
en el niño otros logros cognitivos tales como la ción y mayores comportamientos de autoesti-
permanencia del objeto, la resolución de tareas mulación, comparados con los niños de menor
que implican la coordinación de esquemas de edad. En cuanto a la regulación emocional, in-
acción sobre los objetos, la imitación vocal y crementaron su focalización sobre aspectos in-
motora, y una primitiva planificación interna animados del ambiente y mostraron también
que controla su comportamiento, o lo que es lo mayor comunicación gestual.
mismo, la aparición de la conducta intencional. Por otro lado, otros estudios han identifi-
Otro cambio que merece especial atención cado algunas de las limitaciones propias de esta
hace referencia a la comunicación. Los niños edad. Así, Bridges, Grolnick y Connell (1997)
de 9 meses ya son capaces de comunicarse con encontraron que a los 12 meses, ante las situa-
otra persona y hacer referencia a un tercer ele- ciones de espera para tocar un objeto deseado y
mento del ambiente, es decir, se hace patente la de separación de la madre, la probabilidad de
función de referencia social (Klinnert, Emde, que los niños se implicaran activamente en el
Butterfield, Campos; 1983). Rothbart, Ziaie, y juego era menor que en otros momentos poste-
O´Boyle (1992) aluden a dichas capacidades riores del desarrollo, tanto estando solos como
comunicativas así como a la memoria del niño, en presencia del cuidador, y era mayor la pro-
para explicar los resultados de su estudio. En babilidad de utilizar estrategias más dependien-
éste, se administraron al niño varios estímulos tes, como la búsqueda de contacto. En otro es-
con el fin de provocar respuestas emocionales tudio de Grolnick, Cosgrove y Bridges (1996)
de diferente tipo. Una de las tareas consistió en encontraron que la frecuencia de expresiones
la aparición de máscaras a través de una venta- de afecto positivo iniciadas por el niño en una
na, lo que generó altos niveles de malestar.Los situación de juego libre eran menores a esta
autores encontraron un aumento en el uso de edad que en niños mayores.
La edad de 18 meses no supone demasia- lación cada vez más flexibles y autónomas, que
dos cambios con respecto a los 12 meses. Para favorecen la adaptación del niño a las distintas
Mangelsdorf et al. (1995), a los 18 meses hay demandas de su entorno.
una menor probabilidad de mostrar compor-
tamientos de evitación y autotranquilización, y 3.2. Factores exógenos asociados al de-
una mayor frecuencia en los comportamientos sarrollo de la autorregulación emo-
de autodistracción que implican una explora- cional
ción activa del ambiente. Además, hay un au-
mento en la tendencia a dirigir la interacción, En el recorrido que hemos realizado en el
puesto que entre los 12 y los 18 meses los ni- apartado anterior, se ha puesto el énfasis sobre
ños empiezan a mostrar una mayor conciencia los aspectos madurativos de los individuos. Sin
de las demandas sociales y a modular sus res- embargo, son muchos los investigadores que
puestas en función de estas demandas. En el conceden cada vez más importancia a la con-
estudio de Grolnick et al. (1996) que citábamos tribución de la interacción cuidador-niño a la
anteriormente, los autores encontraron que los hora de explicar los procesos autorregulatorios
niños de 18 meses eran capaces de responder que muestra éste último.
con afecto positivo a acciones neutrales y ver- La influencia de la conducta de la madre
balizaciones de sus madres. Para Parritz (1996) sobre las estrategias de autorregulación emo-
hay una mayor probabilidad a esta edad de rea- cional de los niños ha sido puesta de manifiesto
lizar intentos por controlar la situación de es- por una diversidad de estudios. Algunos de
trés con una amplia variedad de estrategias ellos hacen constar cómo los niños utilizan es-
comportamentales, tales como buscar informa- trategias de afrontamiento más complejas
ción en sus madres sobre el estímulo de interés. cuando la madre está participativa que cuando
Por último, a los 24 meses observamos ya está pasiva. En el estudio de Grolnick et al.
una madurez importante en las habilidades au- (1996) se observó la conducta de niños de 24
torregulatorias de los niños. Grolnick et al. meses de edad en una situación de demora de
(1997), encontraron que los niños de esta edad un objeto deseado en dos condiciones; en una,
utilizaban preferentemente estrategias de impli- la madre era libre de hacer lo que quisiera
cación activa en el juego, siendo menos proba- mientras que el niño esperaba (madre-activa) y
ble el uso de estrategias dirigidas a otros tales en la otra se le pedía que leyera una revista y
como la búsqueda de contacto. que permaneciera relativamente pasiva, a pesar
Kopp (1982) considera que en este periodo de que podía responder al niño en el período
se da el “control del impulso”, caracterizado de espera (madre-pasiva). Los autores encon-
por la emergencia del yo, y un equilibrio entre traron diferencias en las conductas de los niños
acción y verbalización. Los factores que deter- ante estas dos condiciones, de manera que los
minan esta etapa son fundamentalmente madu- niños que utilizaron estrategias más adaptativas
racionales, siendo en este sentido esenciales las cuando la madre estaba en actitud activa, mien-
habilidades lingüísticas, si bien la sensibilidad tras que la situación madre-pasiva favoreció el
del cuidador a las necesidades del niño también uso de estrategias más pasivas y reactivas. Estos
es importante en esta etapa, tal como veremos mismos resultados fueron replicados en un es-
en el siguiente apartado. tudio longitudinal entre 12 y 14 meses (Bridges
A modo de conclusión, a lo largo de la in- et al., 1997).
fancia se observan diferencias en las estrategias Más recientemente, Diener et al.(1999) en-
disponibles para los niños en cada momento contraron que las estrategias regulatorias de los
evolutivo, oscilando desde métodos más palia- niños se encontraban en función del grado de
tivos de control del malestar hasta formas de implicación materna en situaciones de laborato-
afrontamiento más activas, es decir, se produce rio creadas para elicitar miedo o ira, de manera
una progresión evolutiva hacia formas de regu- que los niños utilizaron con mayor frecuencia
estrategias tales como la implicación activa en El temperamento ha sido definido como di-
objetos y la referencia social cuando la madre ferencias individuales en las tendencias a expre-
se encontraba implicada. Por el contrario, sar y experimentar las emociones y el arousal,
cuando la madre no se halló implicada, se en- así como en la capacidad para regular tales ten-
contró una mayor frecuencia de estrategias de dencias (Rothbart, 1989). Conceptualizado de
búsqueda de contacto hacia ésta. En consonan- esta manera, el temperamento puede afectar
cia con estos resultados, en un estudio realiza- tanto a la intensidad de la emoción experimen-
do por nuestro grupo de investigación (Ato, tada, como a la estrategia de autorregulación
Gonzalez, Carranza y Ato, 2003) con niños de seleccionada.
12 meses de edad, observamos las estrategias A este respecto, Fox (1989) destaca la im-
de autorregulación de los niños cuando la ma- portancia de la intensidad emocional sobre la
dre estaba presente y participativa en compara- adquisición de las habilidades de autorregula-
ción a cuando la madre estaba ausente, obser- ción. Argumentó que los niveles de reactividad
vándose que cuando hubo una implicación por de los niños dan forma al tipo de estrategia de
parte de la madre se dieron estrategias más au- regulación emocional que necesitan adquirir.
tónomas por parte del niño, como implicación Según este autor, el hecho de que un niño sea
activa en el juego, mientras que la ausencia de altamente reactivo puede hacer que necesite la
la madre correlacionó con una mayor frecuen- asistencia de sus cuidadores más a menudo que
cia de uso de estrategias más dependientes, otro niño menos reactivo o, lo que es lo mis-
como uso pasivo de los objetos y búsqueda de mo, que tenga menos oportunidades que otros
contacto. de expandir su repertorio de habilidades auto-
Todos estos trabajos redundan en mostrar, rregulatorias. El estudio de Mangelsdorf (1995)
por un lado que la presencia activa de la madre da apoyo empírico a esta hipótesis, encontran-
favorece el uso de estrategias de autorregula- do que los niños descritos por sus madres co-
ción emocional más sofisticadas por parte del mo precavidos o cautelosos tendían a utilizar
niño, y por otro que la sensibilidad del cuida- un tipo de estrategia más pasiva, como la auto-
dor y su capacidad para proporcionar ambien- tranquilización física o la búsqueda de la ma-
tes y estrategias adecuadas, son una fuente de dre, mientras que los niños descritos como
influencia muy importante en el desarrollo de menos cautelosos tendían a utilizar estrategias
las habilidades del niño. más activas, como la autodistracción. De forma
similar, nosotros (Ato et al., 2003) encontramos
4. Diferencias individuales en auto- que los niños descritos con mayor nivel de
rregulación emocional: la contri- miedo a través de informe materno, eran los
niños que mostraban mayores niveles de males-
bución del temperamento tar en una versión modificada de la Situación
Extraña, utilizando con mayor frecuencia estra-
En las secciones anteriores hemos abordado el tegias primitivas, como la autotranquilización
desarrollo de la autorregulación emocional a lo física y búsqueda de contacto, y mostrando una
largo de la infancia, identificando en dicho pro- menor frecuencia de uso de estrategias autó-
ceso tanto aspectos endógenos como exógenos. nomas como implicación activa en el juego, en
Por otra parte, dentro de un mismo grupo de comparación con los niños que puntuaron más
edad, se ha constatado la existencia de diferen- bajo en miedo.
cias individuales, tanto en la intensidad emo- Por otro lado, Calkins y Johnson (1998),
cional como en el tipo de estrategia utilizada. El encontraron que mayores niveles de ira se aso-
hecho de que estas diferencias individuales ciaron con el uso de la agresión como estrategia
muestren estabilidad tanto a través de las situa- de autorregulación, mientras que menores nive-
ciones como a lo largo del tiempo, apoya la les de malestar se relacionaron con un afron-
hipótesis de un origen temperamental. tamiento constructivo (Calkins y Johnson,
y baja autotranquilización a edades posteriores. gos que pudieran darle apoyo emocional y
Por otra parte, Kochanska (1994) ha señalado compañía, además de estar insatisfechos en su
que los niños temerosos a edades tempranas, relación de pareja. Por el contrario, los niños
muestran una mejor interiorización de los prin- del grupo "bien ajustado" (well-adjusted) mos-
cipios morales a la edad preescolar. traron un apoyo social y relaciones de pareja
Más aún, las habilidades de autorregulación satisfactorios.
tempranas pueden tener un efecto a largo plazo En conclusión, la autorregulación emocio-
sobre el funcionamiento social de los indivi- nal a una edad tan temprana como la infancia
duos. Esto ha sido mostrado por Caspi (2000) resulta relevante a la hora de explicar el ajuste
en un destacado estudio longitudinal desde los social en etapas posteriores, de manera que ba-
3 hasta los 21 años. Encontró que los niños jos niveles de autorregulación en la infancia se
diagnosticados como "bajo control" (undercon- asocian a una peor competencia social, mien-
trolled) a la edad de 3 años, caracterizados por tras que una óptima regulación emocional se
ser impulsivos, inquietos, negativos, de distrac- relaciona con un adecuado funcionamiento so-
ción fácil y emocionalmente inestables, a la cial.
edad de 21 años informaron de carecer de ami-
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