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Autor:
Alonso Gil-Casares Satruestegui
Contexto Empresarial
“Un instrumento que ya tiene 50 años de experiencia que se caracteriza por medir
con exactitud el transcurso de milésimas de segundo, segundos, minutos y horas
hasta períodos de 24 horas.
“¿No es, entonces, perfecto? Sin duda que sí. Por eso no consigo comprender
cómo es posible que los consumidores se conformen con alternativas.”
Escenario de la decisión
ANTECEDENTES
Estos relojes alternativos eran aparatos artesanales que tenían mucho mérito. Se
desarrollaban en talleres y entre familias que pasaban sus conocimientos de una
generación a la siguiente. No había grandes cambios y las innovaciones se
desarrollaban a partir de tecnologías complejas, pero ampliamente comprobadas.
Y... entonces apareció el reloj de cuarzo. Lo diseñamos como un reloj que tenía
un oscilador de cristal en su núcleo para la exactitud. El cuerpo cristalino cortado
de una forma determinada tenía una característica de generar la vibración
constante cuando se le aplicaba un voltaje sobre ese oscilador. Al largo de los
siglos, había existido la idea de que esta propiedad eléctrica cristalina específica
se utilizaría para un oscilador de cristal y que su precisión sería el nuevo estándar
de la relojería. En 1969, Seiko logró resolver todas estas cuestiones y se puso a
disposición del mundo por primera vez ¡un reloj de cuarzo comercialmente
viable!
Sí, un nuevo reloj, venido del país del sol naciente oriente era un “don nadie”.
Una maquinaria perfecta que utilizaba una tecnología completamente diferente,
la electricidad. Ese reloj, el de cuarzo, revolucionó el concepto convencional de
los relojes. A través de baterías de tamaño mínimo conseguía proporcionar a los
usuarios de esos relojes suizos una exactitud mayor y a un precio sensiblemente
más barato.
A finales de los años 70 todo el mundo compraba relojes de cuarzo, incluso los
mismos suizos los compraban. Se sabía que eran exactos, prácticos y muy
económicos. Para dar una idea del impacto en el mercado, en un período de 10
años el valor de exportaciones de relojes suizos cayó a la mitad y su cuota de
mercado global se redujo del 50 % al 15 %. El número de trabajadores que en
Suiza trabajaba en la industria del reloj se redujo de 90.000 a menos de 25.000.
Estaba claro que los relojeros suizos eran una especie en peligro de extinción. No
era extraño. Como decía un anuncio1 “algún día todos los relojes se fabricarían
así”.
LA NUEVA COMPETENCIA
Estaba claro que podía esperarse alguna reacción por parte de aquellos que se
irían al paro.
Era una idea interesante, pero en cualquier caso insuficiente para frenar la
imparable inundación de relojes de cuarzo en todos los canales. Se necesitaban
soluciones rompedoras y nada podía superar al reloj de cuarzo en tecnología y
precisión. Entonces ocurrió lo inesperado, esos momentos en la historia de la
humanidad en que parece, desde el punto de vista de la innovación tecnológica,
que en vez de avanzar se retrocede.
La investigación sobre el reloj del futuro sufrió un giro y la radicalidad del mismo
se centró en un concepto irrelevante para la medición del tiempo. La simplicidad.
Dicha investigación comenzó a evaluar materiales y métodos de fabricación que
pudieran producir un tipo de reloj suizo completamente diferente. Se empezaron
a buscar materiales sintéticos, materiales que pudieran aguantar golpes, que
pudieran fabricarse en serie, que pudiera llegar a una gama amplia de bolsillos y
que fueran lo suficientemente precisos. “Lo suficientemente precisos”. ¿A quién
podría interesar ese tipo de producto? Podría argumentarse que se es preciso o
no se es preciso, nunca se es suficientemente preciso. Además, comenzaron a
experimentar con colores, muchos colores.
Todo muy bonito, pero nada que ver con la precisión del reloj.
Sin embargo, poco a poco empezaron a llegar “tribu por tribu” a diferentes
entornos sociales con edades más avanzadas y cada vez tipología de
compradores más diversa. Además, lo hacían desarrollando una estrategia que
contrastaba, ciertamente, con la anterior marcha victoriosa de los relojes de
cuarzo.
a) Tenían claro que el precio de venta no podía cambiarse y que sería el mismo
en todos los canales donde se vendieran.
1. https://www.youtube.com/watch?v=WVt4tEoSYF8
2. Para saber más sobre Responsabilidad Social Corporativa del grupo Swatch
puedes visitar la siguiente página:
http://www.swatchgroup.com/group_profile/corporate_responsibility
Reto
¿Cómo es posible? ¿Qué hemos hecho mal? ¿Qué han hecho ellos bien? ¿No
deberíamos prohibirlo a nivel mundial?