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Universidad La Salle - EL FUTURO ESTÁ HECHO AHORA!

Cristina Murillo - Ética Profesional - Carrera de Derecho - 2021

EL FUTURO ESTÁ HECHO AHORA!

Resumen—La tecnología representa nuevos retos para el derecho y para la profesión de Abogado. Lograr
comprenderla permite avanzar significativamente en la gestión de proyectos TI, y en regular aspectos de
tipo tecnológico que lo requieren gracias a los avances de la revolución tecnológica, toma gran
importancia conocer en qué consiste y cuáles son los retos frente a ella desde el ejercicio del derecho.

Índice de Términos— Educación, Ética, Smart Contracts, Tecnología.

INTRODUCCIÓN

L a posibilidad de que un robot tome el lugar de un abogado para defender puede parecer el argumento
de una serie de ciencia ficción, pero la realidad es que esta alternativa quizás no esté tan lejana. No hace
falta acudir a visiones apocalípticas, porque la transformación digital de las profesiones jurídicas ya esta
teniendo lugar.

La tecnología ha cambiado nuestra forma de ver el mundo. En un mundo cada día más globalizado, toma
gran importancia conocer en qué consiste y cuáles son los retos a los que se debe enfrentar un
profesional en derecho. Por su parte, el avance de las Nuevas Tecnologías (NTIC’s) y el surgimiento de la
aldea global, entendida como consecuencia del fenómeno de la globalización que permitió la interacción
social en la red, resultó en cambios significativos como en la interacción personal, la producción y la
dinámica.1

I. PARA EL DERECHO LA TECNOLOGÍA ES TODO UN RETO

Empezando por la rapidez que conllevan sus procesos, sus componentes que también necesitan una
regulación activa y las soluciones que debe brindar no solo desde la norma sino a través de la utilización
de los principios de derecho que ayudan a la norma en caso de vacíos. Adicionalmente, el componente de
flexibilidad en las nuevas regulaciones es vital, las normas no deben ceñirse estrictamente a un tema, sino
mirar con una óptica amplia, dónde se desarrollan estas nuevas tecnologías.

Hasta ahora el énfasis de la tecnología en el sistema legal ha sido apoyar a los abogados y su personal en
algunos de los trabajos que realizan, como correo electrónico, sistemas de contabilidad y procesamiento
de textos, entre otros. Actualmente se empieza a ver las ventajas de utilizar la tecnología para
automatizar algunas tareas, como el análisis de documentos o la redacción de documentos pasando de un
enfoque puramente operativo a un matriz más estratégico.

1 Huidobro, J.M. Los avances tecnológicos y su impacto en la sociedad, 2019

Uno de los muchos desafíos, a los que la abogacía se está enfrentando, en países como Estados Unidos,
es el surgimiento de los smart contract2 o traducido, los contratos inteligentes, estos son escritos en
código de computadora que se ejecutan automáticamente de manera inmediata. Como correlato del
mundo real, se puede pensar en una máquina expendedora. Uno coloca una moneda y la máquina
automáticamente entrega un producto.

Según Federico Ast, Ph.D. en Blockchain, los smart contracts, van a ser la base del nuevo sistema legal
de la era de internet. Creados por Nick Szabo a mediados de la década de los 90, son contratos que se
ejecutan solos, cuando se cumple cierta condición establecida en su código informático. Estos contratos
no necesitan notarios ni abogados. No hay lugar para la ambigüedad ni los malabares interpretativos en
los que según Bentham se erige el poder de la corporación judicial.

Los contratos inteligentes no son contratos legales. En muchos casos, no pueden ser un buen reemplazo
de los contratos tradicionales. Sin embargo, son una nueva herramienta. En las próximas décadas, los
contratos inteligentes van a dar a personas de todo el mundo el poder de hacer acuerdos unas con otras a
pesar de instituciones corruptas y rotas, y transformar millones de vidas.

Los smart contracts son el software que desintermedia el poder judicial, El sueño de Bentham de un
mundo sin abogados.

Actualmente está surgiendo una nueva rama del derecho que se conoce como derecho informático y de
nuevas tecnologías3. Estudia varios componentes de la tecnología en los proyectos TIC, desde un punto
de vista del derecho y analiza temas como: Habeas Data, contratos digitales, derecho de autor en
conexidad con internet, las aplicaciones y el software entre otros. Sin embargo, viendo los grandes
avances que tiene la tecnología es necesario abarcar otras nuevas tecnologías como el Blockchain o los
Bitcoins para su respectivo estudio y regulación por parte del derecho.

A. Bentham y su sueño
Jeremy Bentham (Londres, 1748-Londres, 1832) no fue un filósofo de gabinete. No le interesaba ser un
teórico sino cambiar el mundo. Esto lo llevó a investigar en temas tan diversos como la ética, la
economía, las ciencias políticas, el derecho y hasta la administración judicial. Su contribución a tantas y
tan variadas disciplinas lo convirtió en uno de los intelectuales más destacados del siglo XIX.4

A medida que su carrera avanzaba, el derecho se fue convirtiendo en su obsesión. En una época en que la
ley se basaba en la tradición oral, Bentham lanzó una batalla por la codificación (de hecho, hasta se le
atribuye haber inventado el término codificación).

Para Bentham, era un asunto básico de justicia. Quería desarticular el sistema perverso creado por lo que
llamó Judge & Co. (algo así como la corporación judicial), un sistema de reglas arbitrarias para defender
sus intereses a expensas del público. Gracias a su conocimiento de la Ley y su destreza en el uso del
lenguaje, jueces y abogados manipulaban el sistema para su propio beneficio.

En este contexto, el resultado de un juicio era tan impredecible que una persona pobre no podía correr el
riesgo de buscar justicia en un tribunal, podía perderlo todo.

2 Bit2Me, 2020

3 Peña, A.C. El derecho y las tecnologías de la información C&T Universidad de Palermo

4 Ast, F. El sueño de Bentham, Un mundo sin abogados, 2016

II. LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL BUSC TORNARSE EN INTELIGENCIA HUMANA.

No deja de llamar la atenci n, el hecho que si bien es cierto que a nivel contempor neo se concibe, con
curiosidad y b squeda incesante, a la inteligencia artificial como un eventual, como muy pr ximo
reemplazo a la inteligencia humana o al ser humano finalmente; es evidente que desde sus inicios
siempre fue as .

Jeremy Campbell, en su obra La Máquina Increíble, manifestaba que:


“Todos estaban buscando una especie de piedra filosofal, un mecanismo que cuando se colocara
en un computador s lo requiriera los datos para que esta se volviese verdaderamente
inteligente. La piedra filosofal jam s existi . No se intentaba demostrar teor as de Inteligencia
natural o descubrir principios universales del pensamiento; m s bien estaban dirigidas al
mercado”(1997, p.38)5

El mundo legal despierta a la era de la inteligencia artificial (IA), sin embargo, pasarán algunos años más
para que su abogado sea reemplazado por un robot, pero eso no significa que las computadoras
inteligentes no puedan ayudar con alguna etapa de la asistencia legal. En países como Brasil, los bufetes
de abogados ya están automatizando parte del trabajo e incluyen software de inteligencia artificial para
ayudar a los clientes a resolver problemas legales.

Otra actividad que empieza a cambiar se llama "mediación". La startup brasileña Sem Processo logra
mediar en disputas legales entre empresas y consumidores utilizando chatbots. Con la ayuda de un
abogado, el software evalúa los intereses de los involucrados en la disputa y sugiere un acuerdo sin tener
que pasar por un juez o tribunal. Una negociación que podría llevar meses podría ser terminada en 24
horas.

Muchos se han preguntado si los abogados deberían tener miedo a los robots. Según un informe
publicado por la consultora estadounidense Deloitte6, la tecnología ya ha contribuido con la extinción de
31 mil empleos en el área de derecho. La previsión es que más del 40% de las actividades del sector
puedan quedar obsoletas en 20 años.

Para el estadounidense Daniel Linna, profesor de tecnologías legales en la Facultad de Derecho de la


Universidad de Michigan Estados Unidos, esto no significa un reemplazo, sino. que, a partir de ahora,
los abogados tendrán que adquirir nuevas habilidades para poder permanecer en el mercado,
especialmente las que involucran interpretación de datos.

III. LA TECNOLOGÍA NO TIENE ÉTICA, PERO LA HUMANIDAD DEPENDE DE ELLA

Es de gran interés analizar la influencia que tiene la inteligencia artificial en los conceptos sociales y
morales, pues a medida que hay nuevos conocimientos e invenciones es necesario definir los límites
éticos que componen reglas y normas sociales.

Hay que tener en cuenta que, una de las grandes innovaciones que se han desarrollado con la tecnología,
son las redes sociales, las cuales han cambiado la forma de interactuar entre las personas y han
aumentado la individualidad, así mismo, han impuesto innovadoras normas de conducta, que están
compuestas de nuevos presupuestos éticos, los cuales en algunas ocasiones pueden llegar ser
cuestionados por su falta de contenido moral, por tanto, podemos deducir que tecnológicamente estamos
avanzando a una velocidad impresionante, pero que la raza humana poco a poco va involucionando en el
desarrollo de las actividades de su vida cotidiana.

5 Campell, J. La máquina increíble. Fondo de Cultura Económica. México 1997

6 Deloitte, La tecnología y las fuentes laborales, 2019












Lo cual pone grandes desafíos para el derecho puesto que, teniendo en cuenta el factor cultural de cada
sociedad, es de gran importancia desarrollar márgenes éticos, es decir, un manual para el manejo de las
tecnologías en cada uno de los ámbitos de la vida de un ser humano, como en la niñez, adultez, en la
familia, en el trabajo, etc.
Esto con el fin de enseñar a las personas y a las futuras generaciones a utilizar de forma apropiada la
tecnología, dado que, en ausencia de estas reglas, existe un gran libertinaje respecto a las formas de
emplear los conocimientos e invocaciones, por consiguiente, los individuos y la sociedad no logran
identificar los comportamientos malos o buenos en el uso de la tecnología.

IV. CÓMO EMPIEZO?

Históricamente, muchos abogados empezaban su carrera de muy jóvenes en una firma e iban avanzando
hasta llegar a socios. En la actualidad ante el avance de la tecnología surge una pregunta:
¿Así es como seguirá siendo la carrera del abogado en el futuro?

A nivel nacional, la carrera sigue siendo similar desde el punto de vista de las etapas. Los jóvenes
abogados van aumentando el grado en función de la experiencia. Sin embargo, las tendencias que se
observan a nivel global difieren bastante de esa realidad.

Lo que se ve, en general, es un cambio en el modelo de las firmas. Varios autores han escrito sobre cómo
serán las firmas de abogados del futuro. Y todos coinciden en que esta carrera tradicional va a ser cada
día más obsoleta porque gran parte de las funciones de los abogados junior son trabajos rutinarios
automatizables.

Por consecuencia, las tareas mecánicas serán realizadas por machine learning o tercerizadas a algún
servicio paralegal.

Ese aprendizaje previo, que en la carrera tradicional constituía la base de la formación de un abogado, es
un aprendizaje que va a estar ausente. Entonces, surge una vez más la gran pregunta: ¿cómo van a ser
educados los abogados del futuro?
Este va a ser un gran cambio de paradigma que se va a dar en la estructura de carrera de los abogados en
los próximos años.

Esto significa que, en el futuro, la resolución de conflictos ya no será dominio exclusivo de los abogados.
Particularmente en las disputas de menor sofisticación, donde la argumentación jurídica o la
interpretación de la norma no sean una condición esencial, se requerirá cada vez menos de la
participación de abogados.

Esto incluye, por ejemplo, temas de derecho del consumidor o resoluciones fiscales vinculadas con
aplicaciones de multas. En muchos casos, estas situaciones van a poder ser resueltas por máquinas. Ya
existen prácticas reales y palpables donde el uso de herramientas de predicción y automatización permite
presentar escritos judiciales y determinar cuáles son los mejores argumentos para lograr el resultado.

Las máquinas incluso pueden ayudar a confeccionar el documento y verterlo al poder judicial en forma
automática. Esto no es el futuro. Ya es el presente.

Los abogados sí seguirán siendo imprescindibles en casos que requieran un talento jurídico altamente
sofisticado. Casos en los que sea importante la interpretación de las normas y que la capacidad de
persuasión sea clave.

Entonces, un abogado en las primeras etapas de su carrera. ¿Cómo puede formarse para este futuro?

Muchas de las personas que trabajan en el mundo de la educación en derecho aún piensan en términos
del viejo paradigma, en formar a los abogados con habilidades tradicionales como el análisis de casos y
la interpretación de las normas. Eso está bien. Es la base de lo que debe saber un abogado.

Pero muchos abogados no tienen conocimiento de cómo funcionan los negocios. En general, no saben de
tecnología, de estrategia, de procesos, de liderazgo. Es que no aprenden cómo funciona una empresa en
la facultad de derecho.

Todas estas herramientas son fundamentales para el futuro. E incluso para el desempeño actual. Hoy en
día, un abogado que no sabe lo que es administrar una base de datos, clasificar información o diseñar un
proceso agrega muy poco valor a sus clientes7. Por supuesto, ese abogado resuelve lo cotidiano.

En la medida en que las empresas se empiezan a sofisticar y a requerir servicios más integrales, esas
capacidades se vuelven muy limitadas. Hay un espacio importante de capacidades que no están siendo
puestas como prioridad en los programas de formación de las universidades tradicionales.

En síntesis, estamos frente a un entorno lleno de cambios y oportunidades. El mercado de los servicios
legales se ha mantenido relativamente estable por muchos años, y existen tremendas oportunidades de
generar elementos de diferenciación, de construir ventajas competitivas basadas en el conocimiento y en
la aplicación, obviamente, de las tecnologías.

V. CONCLUSIÓN

Salir de la zona de confort y cambiar la mentalidad es la clave para cambiar definitivamente el status quo
de la forma de ejercer el derecho en Bolivia y en el mundo. Con esto, el profesional del futuro es el que
está abierto a nuevos retos y es capaz de implementar este pensamiento en la práctica diaria.

Este nuevo profesional, debe tener la mentalidad de que las tecnologías se utilizan para potenciar sus
habilidades y conectar genuinamente a todos los agentes del ecosistema legal del país, colocando al
practicante legal como protagonista de este movimiento irreversible.

7Dr. Luis Sánchez Córdoba, ponencia presentada en el marco del IV Pe Congreso de Derecho Procesal, Pamplona
2019

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