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2.4. El Sistema Monetario y La Banca: Bolivia Moneda y Cambio en Los Siglos XX y Xxi

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bolivia: moneda y cambio en los siglos xx y xxi 363

su escasez. Por ejemplo, en 1924 se organizó una Junta Controladora con el fin de evitar
la escasez de divisas, estabilizar el tipo de cambio y asignar divisas a distintos sectores
comerciales e industriales (Rodríguez, 2015). En 1925 se aumentó el porcentaje de entrega
obligatoria de divisas al 25 por ciento que quedó sin efecto cuando en 1928 se adoptó
patrón oro (Memoria del bcb, 1929).
En los años 20 surgieron propuestas a favor de una mayor presencia del Estado en la
economía para controlar los sistemas monetario y cambiario, que parecían muy vulnerables
ante las condiciones externas, y las decisiones de los grandes mineros de mantener sus
ingresos por exportaciones fuera del país. En el ámbito cambiario surgieron corrientes que
postulaban una mayor entrega obligatoria de divisas por parte de los exportadores para
tener algún control sobre el sistema monetario y cambiario. Así, en la última Memoria
del Banco de la Nación Boliviana que estaba en proceso de liquidación para convertirse
en Banco Central de Bolivia, se lee: “… la balanza económica del país continúa dando un
resultado favorable, pero que, sensiblemente, como tanto lo han dicho, es un excedente
apreciable de capital que se refugia en las plazas del exterior, por concepto de dividendos y
de beneficios, merced a que los capitalistas extranjeros, dueños de las minas, y los naciona-
les, radicados en el exterior, retienen esos capitales en los mercados donde actúan, dejando
en Bolivia apenas lo estrictamente necesario para la explotación de sus industrias…” (23va
Memoria del Banco de la Nación Boliviana, febrero de 1928, p. 8).

2.4. El sistema monetario y la banca

A fines del siglo xix destacaban en la banca boliviana el Banco Boliviano fundado en 1867,
el Banco de Crédito Hipotecario de Bolivia en 1869, el Banco Nacional de Bolivia en 1872.
A estos bancos se sumaron el Banco Industrial de La Paz (1899), el Banco Agrícola (1904)
el Banco de Bolivia y Londres (1907), el Banco Mercantil (1905), el Banco del Comercio
(1901) y algunos bancos extranjeros con sede fuera del país (Péres, 2003. Loza, 2015).
Casi todos los bancos eran emisores ya que la mayoría de las transacciones económicas
en el país se realizaban con dinero fiduciario de modo que la emisión de billetes era un
negocio rentable. Los bancos trataban de emitir la mayor cantidad posible de billetes
otorgando créditos sin que existiera mayor control a estas prácticas por deficiencias en las
normas, limitaciones técnicas del Estado y fuertes influencias políticas de los accionistas
de los bancos. En efecto, desde fines del siglo xix (leyes de 17 de agosto de 1871 y de 30
de septiembre de 1890) la emisión monetaria en el país estuvo a cargo de bancos privados
que podían emitir dinero en una proporción de 150 por ciento de su capital la cual se
redujo al 100 por ciento el año 1900, volviendo al 150 por ciento en 1922. Este año la
relación de reservas con la oferta monetaria llegó 80,1 por ciento, siendo que entre 1911
y 1921 en promedio fue 47,9 por ciento, aunque, en 1922, a diferencia de años pasados,
la emisión estaba casi completamente centralizada en un sólo banco.
Luego de muchos debates fruto de intereses y posiciones encontradas, en enero de
1914 se promulgó una ley de bancos que estableció nuevas bases para la organización de
los bancos y su control por el Estado (Benavides, 1972; Péres, 2003). Ya en 1905 se había
propuesto una reforma bancaria que comprendiera la creación de un banco estatal como
único emisor de billetes; algo que no se concretó sino muchos años después (Rodríguez,
2015). El monopolio estatal de emisión de billetes fue un proceso paulatino iniciado
364 un siglo de economía en bolivia (1900-2015)

cuando­el Banco de la Nación Boliviana emitió su propio billete. Este banco fue fundado
en 1911 en medio de críticas y cuestionamientos de la banca privada y contaba con capitales
públicos y privados a mitades y participación estatal, aunque minoritaria, en su directorio
(Rodríguez, 2015). Sus emisiones monetarias fueron teniendo cada vez mayor importan-
cia en el total de los billetes que circulaban en la economía boliviana. Paralelamente este
banco fue teniendo creciente importancia en la gestión de los negocios bancarios del país.
Con la finalidad de avanzar hacia la existencia de un banco único a cargo del emisión
monetaria y regular la circulación monetaria con base en su encaje metálico, en 1914 se
otorgó al Banco de la Nación Boliviana el monopolio de la emisión monetaria por 25
años, acompañada de la incineración paulatina de los billetes de otros bancos, aunque
luego se concedió a los bancos Mercantil, Nacional y Argandoña un plazo mayor para
sacar sus billetes de circulación.
Con la centralización de la emisión fiduciaria en el Banco de la Nación Boliviana,
el país entró en un período de transición en la organización de su sistema monetario. En
1924, este banco ya emitía el 91 por ciento del total de los billetes en Bolivia y fue la base
para la creación del Banco Central de Bolivia en 1928.
El Banco Central de Bolivia fue creado por ley 632 en julio de 1928, con base en
las recomendaciones de Edwin Kemmerer, contratado por el gobierno de Bolivia el año
1927. En su informe Kemmerer consideraba que Bolivia tenía muchas limitaciones eco-
nómicas, una elevada deuda externa, condiciones políticas poco favorables y una minería
sobrecargada impositivamente (Pacheco, 2005). Las recomendaciones de Kemmerer se
concretaron en la mencionada ley que transformó al Banco de la Nación Boliviana –que
cerró sus actividades en julio de 1929– en Banco Central de Bolivia otorgándole las fa-
cultades de monopolio de la emisión monetaria; cámara de compensación de cheques;
dar préstamos y descuentos a los bancos comerciales; recibir depósitos; comprar y vender
oro; ocuparse de los giros y letras extranjeros; ser agente financiero del Estado, entre las
más importantes.
Además se establecieron sus bases de organización, aportes de capital y la composición
de su directorio. El Estado pese a ser el accionista mayoritario del bcb (62 por ciento de
las acciones), sólo tenía dos directores de un total de nueve, como una forma de garantizar
un margen de independencia del gobierno (Memoria del bcb, 1929).
La creación del Banco Central de Bolivia fue acompañada de la promulgación de la
Ley General de Bancos (608 de julio de 1928) que definía las normas básicas acerca de
la organización de los bancos, la regulación del crédito, capital, encaje, clasificación de
los bancos en comerciales, hipotecarios, de ahorros, normaba la creación de secciones
hipotecarias en los bancos comerciales y creaba la Superintendencia de Bancos. También
se promulgó la Ley Monetaria 609 de 20 julio de 1928 que definía la moneda boliviana
como el boliviano (Bs.), establecía la vigencia del patrón oro, la relación de convertibi-
lidad de la moneda boliviana con el oro, los tipos de cambio de la libra esterlina y del
dólar estadounidense. Además se reconocía a la libra esterlina inglesa y peruana como
monedas con capacidad monetaria plena, se eliminaba las restricciones a la exportación
de oro y monedas de plata, y se precisaba los tipos de moneda de curso legal en el país así
como sus especificaciones. Es esta la ley que llevó del sistema “gold standard” al “gold
exchange standard”. (Pacheco, 2005; Benavides, 1972; Memoria Anual del bcb, 1929;
Rodríguez, 2015). Mientras el sistema “gold standard” establecía la convertibilidad del
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billete solamente en oro amonedado, con el “gold exchange standard” el Banco Central
podía convertir sus billetes “… en determinadas monedas de oro, barras de oro y letras a
la vista o a tres días vista sobre Londres o Nueva York, pagaderas en oro y giradas contra
bancos de primera clase establecidos en esas plazas.” (Memoria del bcb, 1929, p. 21).
Las tres leyes, aunque después algunas de sus disposiciones sufrieron modificaciones
en la compleja situación creada en el mundo y en Bolivia por la crisis de 1929, sentaron las
bases institucionales de la moneda, la banca y el tipo de cambio, configurando un sistema
más integrado con reglas claras y mayor regulación estatal.

3. El período de transición 1930-1952

3.1. Una visión de conjunto

Conflictos, tensiones y disputas caracterizaron la economía y la política boliviana de 1930


a 1952. La dominación de la gran minería fue contestada por actores emergentes en la
política boliviana como la clase media y el proletariado minero. Aspectos como el tipo
de cambio, la entrega obligatoria de divisas, los impuestos a la gran minería, los derechos
laborales, una creciente atención a la problemática agraria, tensionaron al extremo al país
que en 22 años tuvo 11 presidentes. Para la gran minería fue cada vez más difícil mantener
el régimen económico que a inicios de siglo le había facilitado una acelerada acumulación
de capital. La economía boliviana completamente dependiente de las exportaciones mi-
neras, sufrió con fuerza los avatares de la gran depresión y de la segunda guerra mundial
que afectaron los precios y la demanda principalmente del estaño, su más importante
producto de exportación.

3.2. Economía y políticas monetaria y cambiaria en el período de la guerra del Chaco

Los años 1930 y 1931 la economía boliviana vivió una recesión fruto de la contracción
del mercado mundial de minerales consecuencia de la crisis mundial desatada de 1929.
El precio de la tonelada larga de estaño bajó de 227 a 118 libras esterlinas de 1928 a 1931
ocasionando una baja en las exportaciones que de 116 millones de dólares en 1928 bajaron
a 17 millones en 1931 y una reducción a la mitad en los ingresos fiscales (Gómez, 1978),
con los consiguientes efectos negativos en la economía precisamente en los prolegómenos
de la guerra con Paraguay.
Los primeros acuerdos (marzo 1930) del Comité Internacional del Estaño que fijaron
las cuotas de exportación a los países productores, si bien ayudaron a controlar la baja
de los precios del estaño, mostraron la vulnerabilidad de la economía boliviana, pues los
costos de producción eran muy altos frente a la competencia internacional, algo que habría
de continuar con tendencias a agravarse en años siguientes. Además se inició en Bolivia
una fuerte pugna por la entrega de divisas al Estado y el tipo de cambio.
Después de 1931 el precio del estaño y de otros minerales comenzó a recuperarse
levemente pero la caída que experimentó la libra esterlina neutralizó las ventajas de la
recuperación de los precios, y aunque algunos sectores como la manufactura y el comer-
cio mejoraban, la crisis continuaba. 1931 fue un año crucial pues Inglaterra suspendió el
366 un siglo de economía en bolivia (1900-2015)

patrón oro en septiembre por lo que a los pocos días el bcb suspendió temporalmente la
convertibilidad del billete bancario, medida que luego se hizo definitiva en 1932 con la
llamada “Ley de Emergencia”. Se dejó definitivamente de lado el patrón oro, adoptán-
dose la libra esterlina para el cambio internacional, se determinó que el bcb sea el único
comprador de las divisas provenientes de las exportaciones mineras, poniéndolas a dispo-
sición del público velando que no haya salida de capitales ni importaciones de artículos
de lujo. Asimismo se adoptó un cambio variable con límites máximos y mínimos para la
libra esterlina, según el alza o baja con relación al dólar.
Desde 1930 el servicio de la deuda externa era un grave problema para la economía
boliviana, por lo que se buscaron alternativas para enfrentarlo. Puesto que el Estado ca-
recía de recursos y divisas, se terminó declarando la suspensión del servicio de la deuda
externa en enero de 1931. En agosto de este año se ratificó esta suspensión que habrá de
durar más de dos décadas (Pacheco, 2005).
Las dificultades económicas fruto de la crisis provocaron una agudización de los
conflictos sociales y políticos que provocaron inestabilidad en el país y prácticas represivas
por el gobierno. Varios análisis apuntan a señalar que el presidente Daniel Salamanca
(1931-1934) precipitó la guerra con el Paraguay como una manera de atenuar las fuertes
contradicciones políticas. (Malloy, 1978; Gallo, 1992; Huber, 2005; Rodriguez, 2015).
Antes de la guerra, el bcb sostenía firmemente una posición de política monetaria
pasiva que planteaba que las variables monetarias no podían incidir en las reales, razón
por la cual proponía evitar emisiones de dinero que intenten contrarrestar la contracción
de la economía o financiar el déficit fiscal (ver por ejemplo la Memoria del bcb de 1931).
Pero con la guerra del Chaco que comenzó en 1932 y los problemas que ocasionó a la
economía boliviana, el bcb tuvo que convertirse en una de las dos principales fuentes
de financiamiento del conflicto bélico, aumentando el crédito fiscal con el consiguiente
impuesto inflación implícito en la baja del poder adquisitivo de los ingresos fruto de esta
política. La otra fuente de financiamiento fue el cobro de impuestos extraordinarios de
emergencia, particularmente a la minería (Huber, 2005. Un detalle de los impuestos
mineros está en Gómez, 1978, p. 67).
En cuanto a los préstamos del bcb, pese a las restricciones al crédito fiscal establecidas
en su ley del año 1928 y a las objeciones de su directorio que tuvo “serias diferencias”
al respecto con el gobierno (ver Huber, 2005 y las memorias del bcb de los años 1931 a
1935), en los años de la guerra, el gobierno requirió del bcb financiamiento vía empréstitos
de emergencia de defensa (de 1932 a 1935 se cuentan 18 empréstitos) que consolidados
llegaron a 393 millones de bolivianos para el año 1935, con lo que la deuda pública interna
se incrementó en casi 16 veces, siendo que el 90 por ciento correspondía a empréstitos
para la defensa nacional (cuadro Nº 2).1
En el contexto bélico con una mayor intervención estatal en la economía, con
el abandono del patrón oro y sin convertibilidad del billete, los préstamos del bcb al
gobierno llevaron a un importante aumento de la oferta monetaria en casi 10 veces (de
38,6 millones de Bs., en 1931 a 378 millones en 1935), (cuadro Nº 2) con la consiguiente

1 (Cuadro Base col 11 y Memoria del Banco Central de 1936, pp. 16 y 32). (Huber, 200, p. 97
coincide –dice que aumentó de 25.318.100 Bs a 392.963.298 Bs de 1931 a 1935 y cita Memo
bcb de 1931 pp. 66 y de 1935 pp. 77).
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elevación de los precios. La inflación sin embargo, hace notar Gómez (1978, página 67),
“… fue relativamente suave en comparación a la expansión de la oferta monetaria (una
tasa promedio de inflación anual de 26 por ciento de 1931 a 1936)”, frente a una tasa
promedio de expansión de la oferta monetaria del 80 por ciento (cuadro Nº 2).2
A consecuencia de la recesión económica, empezaron a darse algunos pasos, al prin-
cipio tímidos, hacia una mayor intervención del Estado en la economía como el creciente
financiamiento del presupuesto estatal por el Banco Central, la creación de la Junta de
Control de Giros (1932) para distribuir divisas, y del Consejo Supremo de Economía Na-
cional (1932) para estudiar medidas de política económica ante la crisis con participación
de representantes del Estado, del bcb, de los empresarios y hasta de los trabajadores.

3.2.1. Las políticas cambiaria y monetaria durante el conflicto bélico

La escasez de divisas y la dificultad de hacer que los exportadores entreguen suficientes


divisas al bcb, llevó a que desde 1931 (octubre) el Banco Central comience a determinar
el tipo de cambio de la libra esterlina y el dólar de modo que como señala Pacheco, 2005,
p. 67, se comenzó a hacer política cambiaria propiamente dicha en el país.
Inicialmente se estableció que el tipo de cambio sería variable dentro de límites
máximo y mínimo; poco después se determinó que el tipo de cambio se modificaría
teniendo en cuenta los cambios de los precios del estaño, dado que la oferta de divisas
dependía principalmente del valor de las exportaciones de este mineral (Memoria del
bcb, 1932). Además se estableció la concentración de las operaciones de compra y venta
de divisas (letras de cambio y oro) en el bcb que debía atender las demandas de divisas
para importaciones (Ley de 19 de mayo de 1932), reduciéndose además el encaje. Dada
la necesidad de administrar las escasas divisas, la Junta de Control de Giros funcionó
varios años priorizando las demandas de divisas, llegando incluso a tratar de controlar los
precios de los bienes importados con las divisas que otorgaba. En diciembre de 1932, en
el marco de lo que se llamaba economía de guerra, se expropiaron las divisas extranjeras
y oro físico del Banco Central, de los bancos Mercantil y Nacional y de la Asociación de
Industriales Mineros, con los consiguientes reclamos y conflictos sin que la resistencia de
los bancos haya empero modificado la disposición, pues la medida continuó.
A fin de garantizar las divisas necesarias para un más efectivo control de cambios,
se estableció la venta obligatoria de divisas al bcb, una política que, como ya vimos, se
comenzó a aplicar años antes. Se determinó que los exportadores entreguen al bcb un
mínimo de 65 por ciento de las divisas fruto de sus exportaciones, aunque a los pocos días
se suspendió la medida y se estableció que los exportadores mineros entreguen al bcb
porcentajes diferenciados de las divisas de acuerdo a sus costos de producción (Rodríguez,
2015). Posteriormente el porcentaje se redujo al 62 por ciento en enero de 1934, al 52 por
ciento en febrero de 1934 y al 50 por ciento en el mes de enero de 1935 (ver Huber, 2005
y las Memorias del bcb, años 1931 y 1932). En febrero de 1933 ya en plena guerra, se fijó
el tipo de cambio en 19,55 Bs. por libra esterlina, en medio de desacuerdos profundos y
obvios entre exportadores e importadores. El bcb sin embargo mantuvo el tipo de cambio

2 Otras fuentes sostienen que la inflación de 1932 a 1935 fue del 16,6 por ciento. Ver Huber,
2005, pp. 118-que no cita fuente y también Rodríguez, 2015, 112 citando a la cepal, 1958).
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(en la Memoria del bcb de 1933 se autocalifica “dirimidor” de las disputas sobre el tipo de
cambio entre exportadores e importadores). El tipo cambiario oficial subió ligeramente
en 1934 y se mantuvo hasta 1935.
En enero de este año se estableció además, un tipo de cambio “de exportación” de
80 Bs. para el comercio, la industria y el público que fue bajado a Bs. 70 un año después.
La escasez de divisas y el control cambiario hizo surgir un mercado negro de divisas con
las correspondientes prácticas especulativas con un tipo de cambio que llegó a Bs. 125 en
1935. (Memoria del bcb, 1935).
En el período de la guerra (septiembre de 1932 a junio de 1935) las disposiciones
sobre entrega de divisas se modificaron mucho; hasta el fin de la guerra se promulgaron
siquiera 10 disposiciones legales sobre la entrega de divisas (Huber, 2005). Desde disponer
un porcentaje importante de entrega del valor de las exportaciones, pasando por libera-
lizar parcialmente los cambios, para terminar concentrando en el bcb los giros sobre el
exterior. Al terminar la guerra estaban vigentes el régimen de inconvertibilidad del billete
y el control de cambios (Memoria del bcb año 1936).
Desde 1930 las reservas fueron disminuyendo. Antes de la crisis de 1929, en el marco
de la convertibilidad, las reservas llegaban al 94 por ciento de la oferta monetaria. En
1933 el gobierno dispuso flexibilizar los artículos 71 y 73 de la Ley del bcb de 1928, que
determinaba un respaldo legal mínimo del 50 por ciento, con lo cual se abrió las puertas
para la contratación de empréstitos del Banco Central sin la restricción del llamado encaje
legal. Así, por ejemplo, la relación de las reservas y oferta monetaria fue descendiendo del
73 por ciento en 1931 al 6,7 por ciento en 1934 (cuadro Nº 2). Esta relación también fue
baja en 1935, año en que si bien las reservas casi se duplicaron respecto al año anterior,
la oferta monetaria aumentó en un 69 por ciento.

3.3. Economía y política en la transición al estatismo (1936-1951)

Terminada la guerra del Chaco, Bolivia vivió una larga coyuntura de agudos conflictos
sociales y políticos mientras los problemas económicos del país se profundizaban. Aunque
las condiciones del mercado mundial de minerales mejoraron, en particular durante la
2ª Guerra Mundial, la minería del estaño comenzó a decaer. Las reservas se incremen-
taron pero los ingresos del Estado eran insuficientes por lo que la deuda pública interna
continuó aumentando de modo que en valores nominales en 1951 era más de 11 veces
mayor que en 1935.
La dinámica política fue muy compleja. Entre 1936 y 1951 se pueden identificar
cuatro fases en la vida política del país. Una primera, de 1936 a 1939 de reformas radicales,
una segunda de 1940 a 1943 de reacción restauradora, una tercera de continuación de
las reformas que va de 1943 a 1946 y una cuarta de 1946 a 1951 de intentos de retroceso
(Malloy, 1989). El movimiento de los trabajadores mineros se reorganizó y cohesionó
sindical y políticamente, mientras la clase media crecientemente descontenta con el orden
económico y político vigente, se hacía permeable a las posibilidades de una transformación
del sistema político en Bolivia.
Desde 1936 se promulgaron normas de reformas laborales y sociales en beneficio
de los trabajadores que aunque posteriormente no se aplicaron plenamente, no fueron
revertidas. Aunque la estructura económica del país no se había modificado sustancialmente­
bolivia: moneda y cambio en los siglos xx y xxi 369

y continuaba sólidamente asentada la extracción de minerales para la exportación, con-


trolada en lo fundamental por un reducido grupo de capitalistas mineros, la participación
del Estado en la economía fue creciente y, tal como sucedía en el mundo capitalista y en
la mayor parte de los países latinoamericanos, predominaban tendencias a una mayor
participación del Estado en la economía como regulador y promotor de la actividad
económica. Los principales hitos de la participación del Estado en la economía fueron
los siguientes: en 1936 la creación del Ministerio de Trabajo, Comercio y Previsión So-
cial, la sindicalización, la fundación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y la
creación del Banco Minero de Bolivia (67 por ciento de aporte estatal, el resto privado).
En 1937 la nacionalización de la Standard Oil Company. En 1938, la realización de una
convención nacional en la que se elaboró una nueva constitución del Estado que, con
una orientación nacionalista y de carácter social, planteó un régimen económico y finan-
ciero con mayor intervención estatal en la economía, subordinando lo económico a los
principios de justicia social, dando al Estado las facultades de intervenir en la economía
y regular el comercio, la industria y el ámbito laboral. (Malloy, 1989 y Rodríguez, 2015).
En 1939, se promulgó la Ley General del Trabajo, se nacionalizaron el Banco Central
de Bolivia y el Banco Minero de Bolivia con lo que el Estado pasó a ser el único titular
de estos bancos. También en 1939 se decretó la entrega del 100 por ciento de las divisas
de las exportaciones al Banco Central (una medida que después fue revertida); en 1940
se creó la sección de crédito rural del Banco Central que dio lugar al Banco Agrícola en
1942 y en 1942 se fundó la Corporación Boliviana de Fomento.

3.3.1. La política monetaria

Entre 1936 y 1943 la oferta monetaria aumentó en 22,99 por ciento anual, pasando de
443 a 1878 millones de Bs., mientras el nivel de precios lo habría hecho al 26,13 por
ciento y la tasa cambiaria al 59,78 por ciento. Mientras la deuda del gobierno con el
bcb subió en 40 por ciento (cuadro Nº 2). El crédito otorgado por el bcb al público
aumentó en 389 por ciento (de Bs. 38 millones a diciembre de 1939 Bs. 186,3 millones
a diciembre de 1943) y la cartera de la banca privada aumentó en 182 por ciento (de Bs.
180.700.000 en enero de 1941 a Bs. 508.484.000 en diciembre de 1943).
De 1936 a 1943, la política monetaria se sujetó a las necesidades fiscales y del sector
privado de la economía. A inicios de los años 40 se pretendió parar las presiones inflaciona-
rias con acciones de restricción a la oferta de dinero, principalmente mediante una política
de regulación de los créditos tanto públicos como particulares, (Memoria del bcb año
1940). Sin embargo esa política de moderada restricción chocaba con las necesidades de
una economía que necesitaba dinamizarse por lo que no pudo sostenerse. En diciembre de
1943 el flamante gobierno de Gualberto Villarroel (1944-1946), decidió enfrentar lo que se
caracterizó como una inflación fiscal y del crédito bancario (Memoria del bcb, 1945) con
una política de austeridad dirigida por Víctor Paz, en ese entonces Ministro de Hacienda.
Los lineamientos de la política antiinflacionaria de 1944 a 1946 fueron los siguientes:
se limitó la capacidad de los bancos de recibir depósitos a 3,5 veces su capital y reservas; se
elevó el encaje que los bancos debían mantener en el Banco Central; se puso límite a las
obligaciones fiscales y al crédito del bcb estableciendo que sólo podía otorgar créditos al
Estado y a los prestatarios privados con los recursos provenientes de las amortizaciones de
370 un siglo de economía en bolivia (1900-2015)

los créditos vigentes al 31 de diciembre de 1943; se incrementó el encaje legal del Banco
Central de 19 millones de dólares en 1943 a 32 millones en 1946, limitando su capacidad
de crear dinero; se controlaron los gastos en obras públicas; se estableció un tipo de cambio
fijo complementado con controles a las exportaciones e importaciones y se aumentaron
los porcentajes de la venta obligatoria de divisas al Banco Central. Y en 1944 se otorgó al
Ministro de Hacienda la potestad de elevar o disminuir las proporciones del encaje legal
de los depósitos a la vista y a las bancos comerciales según si aumentaban o disminuían los
medios de pago, de modo que desde el ministerio se orientaba la expansión o contracción
del crédito bancario para controlar las variaciones en los precios (Memoria del bcb, 1944).
En 1944 la oferta monetaria aumentó en sólo 3 por ciento, pero luego subió 32 por
ciento en 1945 y 11 por ciento en 1946 para evitar efectos contractivos en la economía,
con una política que el bcb llamó “antiinflacionista que no fue deflacionista”, (Memoria
del bcb, 1944).
La deuda pública con el bcb apenas subió en 545 millones de Bs. en 1943 a 583 en
1946 (cuadro Nº 2).
Desde 1944 el país vivió tres años de relativa estabilidad de precios fruto de las polí-
ticas de austeridad arriba descritas con tasas de inflación de 8 por ciento en 1944 y 1945
y 12 por ciento en 1946. Sin embargo, tras el derrocamiento del gobierno de Villarroel,
la inflación recrudeció debido al incremento del gasto público así como de los créditos
que otorgó el bcb al gobierno. En efecto, la deuda pública interna subió de 584 millones
de Bs. en 1946 a 1.366 millones en 1950 (cuadro Nº 2).
Posteriormente la tasa de inflación aumentó el 24 por ciento en promedio anual para
los años 1947 a 1951 habiéndose disparado al 62 por ciento en 1951, en un contexto de
inestabilidad y aguda confrontación política. En esos años el Banco Central había finan-
ciado el déficit fiscal del gobierno central, los programas de obras públicas, los requeri-
mientos financieros de prefecturas y municipalidades y otorgado préstamos a Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos, al Banco Minero y al Banco Agrícola, con lo que hubo
una permanente alimentación a la inflación desde el ámbito monetario. El efecto, total del
circulante aumentó de 2.833 millones de bolivianos en 1946 a 6.892 millones de bolivianos
en 1951 y la deuda pública interna de 584 millones de Bs. a 4.473 millones de Bs en 1951.
La oferta monetaria en 1951 había aumentado en un 70 por ciento respecto a 1949. En
suma, la oferta monetaria en promedio anual se incrementó en 23 por ciento entre 1936
y 1943; 15 por ciento de 1944 a 1946 y 20,17 por ciento de 1947 a 1951 (cuadro Nº 2).

3.3.2. La política cambiaria

La relación de las reservas con respecto a la oferta monetaria había bajado considera-
blemente durante el período de la Guerra del Chaco, del 73 por ciento en 1931 al 8 por
ciento en 1934 (cuadro Nº 2). Posteriormente aumentó al 52 por ciento en 1944. Desde
1945, con la nueva ley del bcb sólo se tomó en cuenta la relación del encaje legal respecto
a la oferta monetaria del Departamento Monetario del Banco Central. En esa medida la
proporción aumentó considerablemente, ubicándose por encima del 70 por ciento. En
los años 40 la coyuntura externa fue relativamente favorable por el crecimiento de las
exportaciones con lo que se incrementaron las reservas de 3,1 millones en diciembre de
1939 a 35,2 en 1946, bajando luego a 19,5 millones en 1951 (cuadro Nº 2).
bolivia: moneda y cambio en los siglos xx y xxi 371

La política cambiaria en los años de la posguerra del Chaco hasta inicios de los años
50 fue compleja y muy cambiante. Un elemento clave fue el control de cambios que se
implantó en 1932. Si bien éste respondió inicialmente a las necesidades de la economía
de guerra y luego a necesidades específicas de la economía del país, surgieron corrientes
que defendían el control de cambios como una manera efectiva de retener en el país parte
del excedente generado en la minería y reducir lo que se dio en llamar “ausentismo de
capitales”, la salida de recursos en la forma de exportación de minerales que no retornaban
al país (Memoria del bcb, 1943). El control de cambios fue el mecanismo que se utilizó
varios años con el fin de estabilizar el tipo de cambio amortiguando la variación de las
reservas del país.
En 1935 se había introducido el tipo de cambio libre paralelo. Los exportadores de
estaño vendían el 50 por ciento de sus divisas al gobierno al tipo de cambio oficial (20
Bs.); el gobierno usaba las divisas abaratas para necesidades fiscales, importar combusti-
ble, materias primas y artículos primera necesidad. El otro 50 por ciento lo vendían –al
igual que los demás exportadores al tipo de cambio paralelo (fijado en 80 Bs.) con el que
se atendían las demandas de comerciantes, industriales y el público. El gobierno estaba a
cargo de fijar los tipos de cambio en consulta con el bcb y atendiendo las demandas de
varios actores (Huber, 2005).
En 1936 se introdujo el tipo de cambio múltiple consistente en que los tipos de cam-
bio variaban según los bienes exportados e importados. La especulación en el mercado
de divisas provocó el desmesurado crecimiento de un mercado negro donde la libra llegó
a cotizarse hasta en 200 Bs. Ante esta situación, en septiembre de 1936, se estableció el
cambio plural consistente en un cambio oficial de Bs. 50 para el gobierno y las importa-
ciones priorizadas; un cambio intermedio Bs. 120 para importaciones no esenciales; un
cambio libre de Bs. 161 para los bancos privados y el público que varió entre Bs. 161 y
Bs. 200 (Memoria del bcb, 1936). Meses después, por la mayor oferta de giros, el tipo de
cambio libre disminuyó a Bs. 120 unificándose con el intermedio y luego ambos bajaron
llegando a Bs. 100. (Memoria del bcb, 1937). En este contexto considerado favorable,
en mayo de 1937 se restituyó la libre importación, pero por poco tiempo ya que las res-
tricciones a las importaciones volvieron a imponerse a fin de ese mismo año. En julio de
1937 se unificaron todos los tipos de cambio a Bs. 100. Como consecuencia, en agosto de
1937 desapareció la Junta de Control de Cambios (Memoria del bcb, 1937) que al asignar
las divisas discrecionalmente había contribuido al desorden cambiario y a prácticas de
corrupción. Y en abril de 1938, se volvió al sistema de tipos de cambio múltiples para las
necesidades no oficiales de divisas, mientras el tipo de cambio oficial se mantenía en Bs.
100. Después de unos meses de manipulaciones cambiaras, en junio de 1938 de fijó un
nuevo tipo de cambio “no oficial” de Bs. 141 mientras el oficial se mantuvo en Bs. 100
incluso en el año 1939. (Memorias del bcb, 1938, 1939).
El lado de la oferta de divisas en la posguerra funcionaba de manera diferente. Los
exportadores de estaño entregaron primero el 40 por ciento y luego en 1938 el 45 por
ciento de sus divisas a un tipo de cambio oficial que variaba según las decisiones guberna-
mentales y que era menor a la tasa de cambio del mercado. Otras escalas de porcentajes
de entregas y de tipos cambiarios estaban definidas para exportadores de otros minerales
y para los de castaña, goma y cueros. (Memoria del bcb, 1938). Sin embargo, entre los
tipos de cambio señalados que eran para la venta y lo que se pagaba a los exportadores
372 un siglo de economía en bolivia (1900-2015)

por las divisas había diferencias importantes. Esta política de tipos de cambio múltiples
que incluía un tipo cambiario menor para la entrega de divisas por los exportadores al
Estado, creó una forma de tributación implícita que según Gómez, 1978, p. 67 pasó de
Bs. 17 millones en 1936 a Bs. 160 millones en 1939.
En junio de 1939 el gobierno de Germán Busch estableció la entrega obligatoria del
100 por ciento de las divisas de las exportaciones de minerales al bcb, disposición que
luego del cambio de gobierno acaecido en agosto, fue normada determinándose escalas
y luego modificada, estableciéndose una proporción del 42 por ciento para las divisas
provenientes de las exportaciones de estaño y escalas para la entrega obligatoria de divisas
para los exportadores de otros minerales.
En 1940 comenzó la era del dólar en Bolivia al disponerse que la unidad monetaria
del país se rija por un cambio único y uniforme de 40 Bs. por dólar, inicialmente mientras
dure la Segunda Guerra Mundial (d.s. 10 de mayo de 1940 –Memoria del bcb,1940).
Luego, por decreto de 12 de febrero de 1943 se estableció que el dólar sería la base del
cambio internacional en Bolivia (Memoria del bcb, 1945).
Desde 21 de junio de 1941, el tipo de cambio único del dólar subió a Bs. 46, ba-
jando en 1942 a Bs. 42 y manteniéndose varios años hasta que al final de la década se
regresó a la política de tipos de cambio diferenciados con un dólar oficial fijado en Bs.
60 (cuadro Nº 2).
En 1945, en el marco de los esfuerzos del gobierno para estabilizar y dinamizar la
economía, se decretan aumentos3 en los porcentajes de venta obligatoria de divisas al
Estado, restricciones a las importaciones y se estableció dos tipos de cambio: uno oficial
y otro diferencial.
Ésta política fue mantenida en años siguientes, de modo que en 1947 había un tipo
de cambio oficial de 42 Bs. y otro diferencial de 58 Bs –conocido como rescate de oro–
(Memoria del bcb año 1947). En este contexto, la necesidad de asignar mejor las divisas
había llevado a que en 1945 se forme un “Comité de Importaciones” para administrar las
divisas priorizando las importaciones de consumo básico y las necesidades de la industria.
En 1947 este comité establecía cupos de divisas para las importaciones en los que debían
priorizarse las de alimentos y algunas manufacturas.
En 1948 el 93 por ciento del total de compras moneda extranjera por el Banco
Central provenía de las exportaciones mineras (Memoria del bcb, 1947), siendo que
los exportadores debían entregar el 60 por ciento de sus divisas al tipo de cambio de Bs.
42. En octubre de 1949, ante una demanda de los pequeños exportadores de estaño que
argumentaron que era insostenible mantener la producción del mineral por la baja de los
precios internacionales, se creó un tercer tipo de cambio llamado libre a Bs. 115 por dólar
(Memoria del bcb, 1947). En 1950, pese a los criterios contrarios del bcb, se introdujeron
otros dos tipos de cambio, un cambio llamado de trueque de Bs. 130 y otro de Bs. 190
para la venta del 10 por ciento de las divisas de exportaciones para favorecer a la minería;
mientras en el mercado negro el dólar se traficaba en más de Bs. 200. (Memoria del bcb,
1951). En febrero de 1950 se determinó mantener el tipo de cambio de Bs. 42 para las
necesidades del gobierno y la importación de artículos importantes, se creó un tipo de
cambio comercial de Bs. 60 por dólar (al cual los exportadores entregarían sus divisas),

3 Decretos supremos del 25 de enero de 1945 y 3 de abril de 1945.


bolivia: moneda y cambio en los siglos xx y xxi 373

manteniéndose el tipo de cambio libre y bajándolo de 115 a 100 Bs. Además se prohibió
la importación con divisas propias. Poco después con el fin de regularizar el ámbito cam-
biario y evitar las florecientes prácticas especulativas en los mercados de divisas y bienes,
en abril se determinó establecer sólo dos tipos de cambio: un tipo de cambio oficial de
Bs. 60 para necesidades fiscales y artículos de primera necesidad, aceites, combustibles,
maquinaria agrícola y un tipo de cambio de bolivianos 100 para el resto, mientras los
exportadores entregarían el 100 por ciento de sus divisas a Bs. 60 por dólar (Memoria
del bcb, 1950). Al respecto el bcb argumentaba: “Aunque el establecimiento de la nueva
paridad de bolivianos 60 suscitó críticas que coincidían en la inoportunidad de la medida,
otras opiniones, situando el debate en un terreno estrictamente técnico, demostraron,
con argumentos irrefutables, que el país había vivido una ficción con el cambio de bo-
livianos 42 y que una política realista aconsejaba abandonar dicha paridad que, más que
al consumidor boliviano, beneficiaba al especulador y al agiotista que obtenían pingües
utilidades, ya sea re exportando clandestinamente mercaderías o negociando divisas en
el mercado negro.” (Memoria del bcb, 1950).
Si bien es difícil hacer una caracterización única de la política cambiaria en este
período, las líneas maestras eran la inconvertibilidad del billete, el control de cambios
que buscaba aumentar la proporción de divisas bajo control del bcb, tipos de cambio
múltiples, entrega obligatoria de divisas por los exportadores en porcentajes que fueron
variando según la coyuntura y regulación de las importaciones. Ésta política generó des-
orden cambiario y dio paso prácticas de carácter especulativo con la compra de divisas
baratas y su venta a precios mayores, que enriquecieron a quienes, al calor de contactos
con funcionarios encargados de la gestión de divisas, pudieron llevarlas a cabo.

3.3.4. La institucionalidad del régimen monetario y cambiario

El bcb fue creado en 1928 en un contexto en que el sistema bancario precisaba de un


marco normativo que se estableció en la ley de creación del bcb de ese año y en las leyes
bancaria y monetaria que le acompañaron.
Históricamente hay dos momentos que destacan en el período 1930-1952. Un primer
momento fue el de la de la crisis de 1929 y la Guerra del Chaco (1932-1935) que impac-
taron fuertemente en la economía boliviana llevando, por razones prácticas y de manera
casi espontánea, a una mayor intervención estatal y a políticas económicas, monetarias y
cambiarias más activas, a contrapelo de la ortodoxia dominante, con resultados ambiguos
y efectos contradictorios.
Un segundo momento, fue el de la promulgación de la nueva ley orgánica del Banco
Central de Bolivia el 20 de diciembre de 1945, con la que se reestructuró esta entidad, en un
contexto de dificultades económicas, con una intervención estatal en la economía que trataba
de conciliar la estabilidad monetaria con el apuntalamiento de la diversificación productiva
y el crecimiento económico, procurando enfrentar el desafío de controlar la inflación sin
provocar recesión. La ley reorganizó al bcb dividiéndolo en dos departamentos, monetario
y comercial, para diferenciar los roles de regulación monetaria y de promoción del crédito
que hasta ese momento se hallaban entremezclados. En el ámbito monetario, se abandonó
oficial y definitivamente el patrón oro y se definieron líneas de política para elevar el enca-
je de los bancos comerciales, a fin de esterilizar parte del aumento de los medios de pago
374 un siglo de economía en bolivia (1900-2015)

producto de las mayores compras de divisas. Asimismo se establecieron límites crediticios


al Estado y a los particulares para frenar las presiones inflacionarias. Se institucionalizó la
venta obligatoria de divisas por los exportadores y se creó un Comité de Importaciones para
priorizar la asignación de divisas para las importaciones. La idea clave era que para terminar
con la inflación tenía que controlarse la cantidad de dinero reduciendo la emisión monetaria
a través de la regulación del crédito para lo cual se proponía elevar la tasa de interés y el
uso de operaciones de redescuento (Rodríguez, 2015), dando al banco mayor autonomía y
restringiendo su capacidad de otorgar créditos al gobierno (sólo podía conceder adelantos
al gobierno hasta el 8 por ciento de ingresos del presupuesto nacional, adelantos que debían
cancelarse en 90 días a partir de la fecha de su concesión).
Por otro lado, Bolivia se incorporó a los acuerdos de Bretton Woods en diciembre
de 1945, participando regularmente de las reuniones del Consejo de Gobernadores del
Fondo Monetario Internacional (fmi) y del Banco Internacional de Reconstrucción y
Fomento (birf).
Finalmente, en cuestiones puntuales se puede mencionar que en julio de 1943 se esta-
bleció la cámara de compensación de cheques (Superintendencia, 2003, p. 73), que facilitó
el funcionamiento del sistema bancario. En 1949 se decide introducir modificaciones en
la estructura de billetes y monedas vigentes en la economía boliviana. En 1950 se hacen
modificaciones de tipo monetario haciendo aparecer y desaparecer billetes y monedas
para mejorar la circulación monetaria y, por ley de noviembre de 1950 se determinó que
el bcb incorpore en sus reservas el 10 por ciento de cada emisión monetaria.

3.4. Hacia la revolución de 1952

Tras la caída de Villarroel en 1946, se inició un proceso que en medio de profundas


contradicciones políticas fue acercando al país a la revolución de 1952. En este período
conocido como el sexenio, Bolivia vivió una complicada coyuntura política que Malloy,
1989, p. 169, caracteriza como “un estado de guerra civil”. La dominación oligárquica
en Bolivia se resquebrajaba aceleradamente. En el gobierno de Villarroel se promulgó
una nueva constitución que había retomado las bases de la constitución de 1938, dando
importancia al Estado como regulador de la economía con políticas como la obligatorie-
dad de la entrega parcial de las divisas al gobierno, aranceles para proteger a la industria
nacional, la propuesta de un plan nacional para la diversificación de la economía.
Por otro lado, en mayo de 1945 se llevó a cabo el Primer Congreso Nacional In-
digenista, que terminó con la aprobación de los decretos de abolición del pongueaje y
la introducción de salarios en el agro, que si bien no se aplicaron, dieron rumbo a las
posteriores transformaciones agrarias. Si bien los gobiernos posteriores al de Villarroel
no siguieron la línea reformista reduciendo la presión a las grandes empresas mineras,
mientras se ignoraban las disposiciones que beneficiaban a los trabajadores, las bases de
la dominación oligárquica eran ya muy precarias. Por ejemplo, en 1951 se estableció la
venta obligatoria del 100 por ciento de las divisas provenientes de las exportaciones, esta
vez a un tipo de cambio menor al del mercado, aunque luego esta medida fue levantada,
revelando las contradicciones de una economía necesitada de recursos y un sistema de
dominación que aún respondía a los intereses de la gran minería. “Hacia 1949, el país era
un caos a nivel social, político y económico.” (Malloy, 1989, p. 179).

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