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Introducción Básica

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Tema 2: Introducción a la Biblia:


I.- Introducción: Dios se revela a los hombres.

Muchas veces pensamos que conocemos la Biblia, pero como un buen libro, tiene todavía
muchos secretos que revelarnos, mostrándonos por sobre todo que Dios está presente en la historia del
hombre. Por eso que continuamente debemos ir profundizando en su conocimiento. Y preguntarnos ¿Qué
he aprendido este año sobre la Palabra de Dios?.

El papa Benedicto XVI en su última exhortación apostólica, que tiene por título “Verbum Domini”
(palabra de Dios), nos dice lo siguiente: “Un concepto clave para comprender el texto sagrado como
Palabra de Dios en palabras humanas es ciertamente el de inspiración…. La Sagrada Escritura es « la
Palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo ». De ese modo, se reconoce toda la
importancia del autor humano, que ha escrito los textos inspirados y, al mismo tiempo, a Dios como el
verdadero autor. Cuando se debilita nuestra atención a la inspiración, se corre el riesgo de leer la
Escritura más como un objeto de curiosidad histórica que como obra del Espíritu Santo, en la cual
podemos escuchar la voz misma del Señor y conocer su presencia en la historia.” (Verbum Domini nº 19),
es decir no podemos empezar una lectura de la Palabra de Dios sin tener claro esto, primero que el autor
es Dios a través del Espíritu Santo, quiere decir que está en la verdad y segundo que es Palabra del
hombre, porque al ser inspirada, Dios no va a escribir sin la ayuda del hombre, el cual con sus cualidades,
virtudes y defectos ayuda en la redacción del plan de Dios.

Por ello podemos afirmar lo que dice el Concilio Vaticano II en el documento “Dei Verbum”:
Mediante la revelación divina quiso Dios manifestarse a Sí mismo y los eternos decretos de su voluntad
acerca de la salvación de los hombres, "para comunicarles los bienes divinos, que superan totalmente la
comprensión de la inteligencia humana". Confiesa el Santo Concilio "que Dios, principio y fin de todas las
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cosas, puede ser conocido con seguridad por la luz natural de la razón humana, partiendo de las
criaturas"; pero enseña que hay que atribuir a Su revelación "el que todo lo divino que por su naturaleza
no sea inaccesible a la razón humana lo pueden conocer todos fácilmente, con certeza y sin error alguno,
incluso en la condición presente del género humano (nº 6)

“Dios, en su tiempo llamó a Abraham para hacerlo padre de un gran pueblo, al que luego instruyó
por los Patriarcas, por Moisés y por los Profetas para que lo reconocieran Dios único, vivo y verdadero,
Padre providente y justo juez, y para que esperaran al Salvador prometido, y de esta forma, a través de
los siglos, fue preparando el camino del Evangelio. Después que Dios habló muchas veces y de muchas
maneras por los Profetas, "últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo". Pues envió a su Hijo, es
decir, la Palabra eterna, que ilumina a todos los hombres, para que viviera entre ellos y les manifestara
los secretos de Dios; Jesucristo, pues, la Palabra hecha carne, "hombre enviado, a los hombres", "habla
palabras de Dios" y lleva a cabo la obra de la salvación que el Padre le confió. Por tanto, Jesucristo -ver al
cual es ver al Padre-, con su total presencia y manifestación personal, con palabras y obras, señales y
milagros, y, sobre todo, con su muerte y resurrección gloriosa de entre los muertos; finalmente, con el
envío del Espíritu de verdad, completa la revelación y confirma con el testimonio divino que vive en Dios
con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y resucitarnos a la vida eterna”.(Dei
Verbum nº 3 – 4)

Dios necesita del hombre para crear un acto comunicativo. Dios utiliza por lo tanto algo
propiamente humano que es el lenguaje. Habiendo, pues, hablado Dios en la Sagrada Escritura por
hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que El quiso
comunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar realmente los hagiógrafos y
plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos. (Dei Verbum, 12)
Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para
invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan de la revelación se realiza con
hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la
historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras, y las
palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la verdad
íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que
es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación. (DV, 2)
Jesucristo, pues, Palabra hecha carne, hombre enviado a los hombres, habla las palabras de
Dios y realiza la obra de la salvación que el Padre le encargó. Por eso, quien ve a Jesucristo, ve al Padre;
El, con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su
muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la Revelación y
la confirma con testimonio divino; a saber, que Dios está con nosotros para librarnos de las tinieblas del
pecado y de la muerte y para hacernos resucitar a una vida eterna. (DV, 4).

Por medio de la palabra, Dios se nos revela y por medio de las Sagradas Escrituras, Dios
nos habla. El trabajo de una verdadera lectura de la Palabra de Dios, no sólo consiste en aprender
a leer bien la Biblia sino sobre todo en aprender a “escuchar”.

Realiza tu síntesis:

Del capítulo anterior, ¿qué es lo que más te llamo la atención o lo que te parece más importante?

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II.- iniciación a la lectura bíblica.

El mueble o lugar donde se conservan los libros, se llama BIBLIOTECA, porque en griego, libro
se dice "biblion" (en plural biblia). Por lo tanto, la palabra Biblia en castellano debería traducirse como
"libros".
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La BIBLIA es para los cristianos el libro que contiene el conjunto de escritos, reunidos desde
hace mucho tiempo en un solo volumen, que consideramos como Palabra de Dios. En sus partes
más antiguas tiene casi tres mil años de antigüedad. Está traducida a 1500 idiomas y dialectos (es
grande, considerando que hay unos dos mil en todo el mundo).

a) La Biblia se divide en dos partes: ANTIGUO TESTAMENTO y NUEVO TESTAMENTO

La palabra Testamento significa ALIANZA. La primera alianza, o antigua alianza duró hasta
Jesucristo. Con Él se dio inicio a la nueva alianza que no terminará jamás.
Ambos testamentos se dividen en libros (46 el AT, y 27 el NT).
En el siglo XIII, un obispo de Inglaterra dividió cada libro en capítulos, y algunos siglos después,
un editor en París dividió cada capítulo en versículos.
El texto original de la Biblia no se ha conservado. Esto se debe sobre todo al material en el que
fueron escritos los libros sagrados: el papiro, que se fabricaba con la pulpa de esta planta acuática que
crecía en el río Nilo, Egipto, y solía enrollarse en un cilindro. Para las copias se utilizó más tarde el
pergamino, más duradero, más costoso, y cambió la forma al libro.
La mayor parte de la Biblia fue escrita en hebreo, la lengua de Moisés y del pueblo israelita. Es
una lengua concreta, muy rica en palabras que designan las cosas de la vida diaria. Es también una
lengua poética, llena de imágenes para hacerse comprender.
Unos 200 años antes de Cristo, el griego se hizo la lengua más popular de los pueblos del
mediterráneo; algo así como el inglés en la actualidad. Entonces los libros del AT ya escritos, fueron
traducidos al griego.
Los últimos libros del Antiguo Testamento fueron escritos también en griego, lo mismo que todos
los libros del Nuevo Testamento.
En el siglo IV d.C. cuando la civilización romana ya había sustituido a la griega, la Biblia fue
traducida al latín por San Jerónimo. Su traducción es conocida como la Vulgata.

b) Siete llaves para la lectura bíblica.

Tienes siete llaves que abren la "casa" de la Biblia de forma liberadora, agradable y
correcta. Estas "llaves" son fáciles de recordar, pues ellas tienen relación con algunas partes de
nuestro cuerpo. El Apocalipsis, en el capítulo 5, habla de un libro cerrado con siete sellos. El visionario
del Apocalipsis llora porque nadie es capaz de abrir, leer y explicar el libro. Pero los seres vivos y los
ancianos entonan un cántico a Jesucristo, Señor de la historia, único capaz de abrir el libro y desvelar
sus misterios. Ciertamente este libro es también el libro de la historia de la humanidad y en él está
también la historia del pueblo de Dios y la nuestra. Y tanto la Biblia como la vida deben ser leídas a
partir de Jesús, el Cristo y Señor

1. Pies firmes en la realidad. Para leer bien la Biblia es necesario leer bien la vida.
Conocer la realidad personal, familiar y comunitaria del país y del mundo.
También es necesario conocer la realidad en la cual vivió el Pueblo de la Biblia. La Biblia no
cayó del cielo ya hecha. Ella nació de las luchas, de las alegrías, de la esperanza y de la fe
de un pueblo (ver Ex 3,7-10).

2. Ojos bien abiertos. Una mirada sobre el texto de la Biblia y otra sobre el texto de la vida.
¿De qué habla el texto de la Biblia? La Palabra de Dios está en la Biblia y está en la vida.
Necesitamos ojos para escudriñarla.

3. Oídos atentos, en alerta. Un oído para escuchar el clamor del pueblo y otro para escuchar
lo que Dios quiere decir.

4. Corazón libre para amar. Leer la Biblia con amor y con cariño, con la emoción que el texto
provoca. Sólo quien ama a Dios y al prójimo puede entender lo que Dios habla en la Biblia y en
la vida. Corazón disponible a convertirse.

5. Boca. Para anunciar y denunciar aquello que los ojos vieron, los oídos oyeron y el corazón
sintió sobre la Palabra de Dios y la vida. ¿Cómo me puedo callar?
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6. Cabeza para pensar. Usar la inteligencia para meditar, estudiar y buscar respuestas a nuestras
dudas. Leer la Biblia, y leer también otros libros que nos expliquen la Biblia.

7. Rodillas dobladas en oración. Sólo con mucha fe y oración se puede entender la Biblia y la
vida. Pedir ayuda al Espíritu Santo para entender el "espíritu" de la Biblia. No podemos hacer
una lectura al pie de la letra, porque la letra mata y el espíritu vivifica, como lo advierte San
Pablo (ver 2 Cor 3,6).

Es bueno juntar las llaves a un llavero fuerte y firme. Este llavero es la familia, el círculo bíblico, la
comunidad. La Biblia leída con la comunidad se hace más fácil, más provechosa, más agradable y es
signo de la presencia de Dios (ver Mt 18,20).

Antiguo Testamento

El Pentateuco- Los primeros cinco libros del AT se llaman Pentateuco. Es una palabra de
lengua griega que significa cinco libros. Ellos contienen la ley de la primera Alianza. Son
llamados también TORA (ley).

Ellos son:

Génesis (abreviado Gen) = orígenes. El Pueblo hace sus reflexiones sobre preguntas
existenciales, como por ejemplo:
¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos en este mundo? ¿Por qué existe la maldad? ¿Dónde está
Dios?

El pueblo reflexiona también sobre el origen de su historia como Pueblo de Dios a partir de la
conciencia que tiene de Dios que es fiel y que camina con el pueblo.

Éxodo (Ex) = salida. Reflexiona sobre la salida del pueblo hebreo de Egipto y sobre el liderazgo
de Moisés, Aarón y Miriam.

Levítico (Lev) = levita. Trae reflexiones y leyes referentes al culto y a los servidores del mismo, a
los levitas y a las obligaciones de los sacerdotes del Pueblo de la Biblia.

Números (Núm) = lista. Este libro comienza contando el número de los habitantes de Israel.
Hace un censo.

Deuteronomio (Deut) = segunda ley. Trae las reflexiones sobre la relectura de la ley y su nueva
proclamación. Invita a una vida de conversión y penitencia.

Libros históricos- Son 16 los libros históricos y cuentan la formación del Pueblo de la Biblia: su
vida, su nombre, las luchas y la fe de sus héroes y del propio pueblo.

(En el dibujo, continuamos examinando los diferentes estantes y aprendiendo de memoria los
nombres de los libros).

Libros sapienciales- Los libros Sapienciales son siete. En estos libros encontramos reflexiones y
expresiones de sabiduría, poesías, cantos, oraciones, himnos, proverbios en los cuales el pueblo
graba sus sentimientos, y expresa su sabiduría sacada de la experiencia de la vida.

Libros proféticos- Son 18 los libros proféticos. Estos libros traen el mensaje, las acciones y
algunos datos sobre la vida de los profetas.

Entre ellos están incluidos otros tres libros: el libro de las Lamentaciones y el libro de Baruc que
no son netamente proféticos y Daniel que tiene un matiz apocalíptico.
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Nuevo Testamento

También los libros del NT nacen en las comunidades. Los apóstoles y discípulos no tenían
grabadora, fumadora etc. para grabar las palabras y los gestos de Jesús. Y él no dejó nada escrito.

Los Apóstoles fueron transmitiendo a través de la palabra, cartas y hojas lo que Jesús hizo y
enseñó. Y daban consejos de como continuar la misión.

Pero más tarde las comunidades comenzaron aquí y. allá a escribir esta predicación que se
comenzó a llamar Evangelio. No podemos olvidar que Pablo fue el primero en escribir.

Los Evangelios- Los Evangelios son cuatro: Mateo (Mt), Marcos (Me), Lucas (Le) y Juan (Jn).
Evangelio es una palabra de lengua griega que significa BUENA NUEVA, BUENA NOTICIA. Los
Evangelios por lo tanto, traen lo que las diferentes comunidades guardaron y reflexionaron sobre
Jesús, Buena Nueva del Padre y Buena Noticia de Salvación, su persona, sus enseñanzas y sus
actitudes. Tenemos cuatro narraciones diferentes.

Mateo, Marcos y Lucas son también llamados evangelios sinópticos porque al colocarlos en
columnas paralelas se puede percibir entre ellos mucha semejanza (ver Me 3,1-14; Mt
12,9-14; Le 14,1-6), mientras el estilo del evangelio de Juan es diferente.

Hechos de los Apóstoles (abreviado He)- Este libro narra la reflexión de Lucas sobre los hechos
de los apóstoles, pero especialmente de Pedro y de Pablo. Describe también algo sobre la
organización y las dificultades de algunas de las pri- meras comunidades cristianas y reflexiona
sobre eso con la mirada de Dios.

Es así que en los Hechos está muy presente la acción del Espíritu Santo. El es la fuerza y la
alegría profunda de los Apóstoles y de las comunidades.

Cartas- (ver en la Biblia como se abrevia cada una de las cartas).

Cartas de Pablo- Hoy los estudiosos atribuyen con certeza, tan sólo siete cartas a San Pablo:
Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón.

Las cartas a los Efesios, a los Colosenses y la segunda a los Tesalonicenses pertenecen a los
discípulos de Pablo. En estas cartas encontramos algo de la vida del Apóstol, su predi- cación,
su trabajo, su misión, problemas y orientaciones en la organización de las comunidades. Las
cartas de San Pablo son más antiguas que los Evangelios. .

El primer escrito del Nuevo Testamento es la primera carta a los Tesalonicenses. Pablo murió
entre los años 64-68 d.C., antes de que fuese escrito el primer Evangelio, el de Marcos.

Las cartas llamadas Pastorales por dirigirse a los líderes, es decir, a los "pastores" de las
comunidades, son la primera y la segunda a Timoteo y la carta a Tito.

Las cartas llamadas Católicas porque no se dirigen a ninguna comunidad ni tampoco a ningún
líder, sino a todas las Iglesias cristianas (católico significa universal).

Las cartas católicas son: la carta de Santiago, Judas, las


dos cartas de Pedro, y las tres cartas de Juan.

La carta a los Hebreos es de autor desconocido. Esta carta hace una reflexión teológica sobre
Jesucristo, el gran sacer- dote, mediador entre Dios y el pueblo. Tiene el estilo de una
predicación y no de una carta.

El Apocalipsis (abreviado Ap)- Es un libro que reflexiona sobre la presencia de Jesús en la


historia y en la vida de las comunidades en tiempo de persecución. Jesús es el Señor, y el
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Dueño de la historia. La palabra apocalipsis es de lengua griega y significa quitar el velo,


revelación. Es la revelación de Jesús y de las comunidades que esperan en la victoria de Dios.

El Apocalipsis es el último libro de la Biblia.

III.- Cómo se cita:

Cada libro tiene una abreviatura, la que aparece en los índices de las Biblias. Los libros se
dividen en capítulos (el número grande de las biblias) y cada capítulo en versículos (los números
pequeños).Para encontrar un texto hay que ubicar primero el Libro al que pertenece, para lo que puede
servir el índice de la Biblia. Luego se ubica el capítulo y el o los versículos.

Por ejemplo: Mc. 2,12 Evangelio de Marcos, capítulo 2, versículo 12.

Libro

Capítulo Versículo

Tipos de citas:

Citas Explicación
Mc. 1,2-5 Marcos, capítulo 1, versículos 2 al 5

Lc. 5, 1s Lucas, capítulo 5, versículo 1 y siguiente

Lc.5,1ss Lucas, capítulo 5, versículo 1 y siguientes

Gen. 1,2A Génesis, capítulo 1, primera parte del versículo 2

Gen.1,2.4 Génesis, capítulo 1, versículos 2 y 4

Cf. Gen.1, 1 Confrontar idea con Génesis, capítulo 1, vers. 1

Cita; cita El punto y coma se usa para separar citas

Cita//cita Indica dos textos paralelos, también se usa “par”

Gen.1,1;2,3 Cuando no aparece el libro se supone que es el


mismo que se nombró antes o del que se está
hablando.

Gen.1,1-2,4 Génesis, capítulo 1, versículo 1 hasta el capítulo


2, versículo 4.
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Ejercicio: Busca y anota el significado de las siguientes citas:

1Co. 1,2-5; 3,4-8


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Jer. 1,4-8: 2,1-5.6


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Is. 6,1-8; Mt. 2,3s


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Deut. 6,1-5
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Jn. 1,1 ss.


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Gen. 1,1-2,4A.
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IV.- ¿En qué debemos estar atentos al leer nuestra Biblia?

En un verdadero proceso de lectura cristiana de la Biblia, es muy importante aprender a mirar la


propia vida en toda su profundidad; no sólo en su dimensión personal, sino también en su dimensión social
e histórica. De este modo se ponen las bases para el diálogo entre la experiencia reflejada en los textos de
la Biblia y la experiencia de quienes la leen. La relectura que los primeros cristianos hicieron del AT nos
enseña que las Escrituras revelan el sentido de los acontecimientos y que los acontecimientos revelan el
sentido de las Escrituras.

En el diálogo que supone este proceso de lectura, la Escritura ayuda a comprender, desde la
mirada de Dios y desde su plan salvador, lo que nos sucede hoy con una claridad y una certeza que no
podríamos alcanzar de otra forma; otras veces es la vida, sobre todo las nuevas situaciones, la que pone de
manifiesto el alcance hasta entonces oculto de algunos pasajes.

Cuando afirmamos que la Palabra de Dios es una palabra viva, queremos decir que aquellas
experiencias de fe del pasado tienen como objeto iluminar las experiencias de fe de cada generación y,
dentro de cada generación, las experiencias que se viven en diversas situaciones personales y en diversos
contextos sociales. 1Los cristianos en general advierten la centralidad de la persona de Jesucristo en la
Revelación de Dios. Pero no siempre saben comprender las razones de tal importancia, ni entienden en qué
sentido Jesús es el corazón de la Palabra de Dios, y por lo tanto, también en la lectura de la Biblia,
experimentan dificultad para hacer de ella una lectura cristiana.

Los creyentes leemos la Biblia desde nuestro lugar en la vida y es evidente que lo hacemos
desde situaciones y contextos distintos. Esto significa que, al cambiar uno de los dos interlocutores que
intervienen en el proceso de lectura, es posible que cambie también el contenido de la conversación y los
resultados de la misma.

1
Sínodo de los obispos XII asamblea general ordinaria. “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”
(Lineamenta).
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Es legítimo hablar de una pluralidad de interpretaciones, que nace de una lectura de la Biblia en
diferentes contextos. Las preguntas que se dirigen a los textos, la sensibilidad desde la que se hacen y las
resonancias que se encuentran son distintas. Y así la luz que encuentra en un texto concreto una
comunidad de base en América Latina en medio de una situación de inseguridad e indigencia, es distinta de
la que percibe una comunidad en la Europa rica, que goza de prosperidad económica y de bienestar.

No estamos hablando ahora de la interpretación dogmática de los textos que sirve como fundamento a la
reflexión teológica y a la fe, sino de la lectura cristiana de la Biblia que busca en la Palabra de Dios aquello
que buscaban los primeros cristianos: luz para el sendero de sus vidas. En este tipo de lectura cabe y es
deseable una pluralidad de interpretaciones, que revelan la riqueza insondable de la Palabra de Dios, que
es nueva en cada generación; una pluralidad que debe mirar siempre a la unidad y tener en cuenta la
tradición de la fe.

V.- trabajo en el texto:

Cada uno de nosotros debe elegir un texto bíblico, ya tiene los conocimientos básicos necesarios
para poder entrar en este mundo, por eso vamos a trabajar sobre ellos.

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