Revista Huellas v20
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Ramiro Rodríguez Carámbula Huellas ha sido evaluada en los años 2004 y
2014 por el CAICYT (CONICET) como nivel Figu-
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La Pampa (mayo de 2015) de América Latina, El Caribe, España y Portugal y
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da de Revistas Científicas). Indizada en el portal
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ISSN 2362-5643 (en línea)
ISSN 0329-0573 (impresa)
HUELLAS
Directora:
Dra. María Eugenia Comerci
Universidad Nacional de La Pampa (Universidad Nacional de La Pampa/CONICET, Argentina)
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Comité Académico *
6. Caracterización de la agricultura de
proximidad al área metropolitana de
Santa Rosa-Toay (La Pampa, Argentina):
aportes para la discusión sobre
soberanía alimentaria
Pablo Valentín Ermini, Beatriz Giobellina
y Andrés Barsky....................................... 125
Presentación
1 Presentación realizada por la Dra. Norma Medus en la conferencia de cierre de las 5tas Jor-
nadas de Geografía, Docencia e Investigación, llevadas a cabo en el mes de octubre de 2016
en la Facultad de Ciencias Humanas (UNLPam).
La intención que nos guía al iniciar esta publicación tiene mucho que ver
con el nombre que hemos elegido para ella. La huella es la vía de entrada,
de conocimiento y exploración de un territorio. La impulsa una actitud
abierta que busca nuevos ámbitos, otros horizontes y, sobre todo, a quie-
nes quieran incorporarse a la marcha. Como toda huella, seguramente no
será de tránsito fácil, y el avance se hará a veces lento y dificultoso, pero
esperamos convertirla, de a poco, en un camino consolidado. Este intento
nace además con un nombre bien pampeano, en la certeza de que estamos
hechos de tiempo y espacio, y de que los vínculos con los lugares y con la
historia nos construyen cotidianamente”.
E
l Equipo Editorial está reconfortado por presentar el volumen 20
de la Revista Huellas que, en esta oportunidad, cumple veinte años
de producción, edición y publicación de investigaciones científicas
de Geografía y demás Ciencias Sociales. Desde el primer número, impul-
sado por el imperioso trabajo de la Dra. Norma Medus en 1996, y luego
continuado por la Dra. Stella Maris Shmite, se ha sostenido el compromiso
desde el Instituto y el Departamento de Geografía en difundir las investiga-
ciones y socializar la producción generada en el ámbito académico.
1
Reflexiones sobre los frentes de agua
en el contexto de las intervenciones
urbanas
@ [ ejgarriz@gmail.com ] | [ roschroeder@hotmail.com ]
Cita sugerida: Garriz, E. y Schroeder, R. (2016). Reflexiones sobre los frentes de agua
en el contexto de intervenciones urbanas. Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geogra-
fía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/
index.php/huellas
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2002
Resumen
El presente trabajo reflexiona sobre la problemática de los frentes de agua,
vinculada a procesos de revitalización urbana. La metodología plantea la
búsqueda de bibliografía general y específica a fin de confrontar distintas
perspectivas de estudio, teniendo en cuenta: los cambios que se fueron
produciendo a lo largo del tiempo y los impactos sobre la organización y
dinámica del espacio que conllevaron; las problemáticas (sociales, econó-
micas) que se observan y las formas de articulación, principalmente, entre
las políticas urbanas y los agentes que accionan sobre estos espacios. En
líneas generales, los frentes de agua presentan complejidades al momen-
to de su estudio debido a las fuertes diferenciaciones en sus condiciones
naturales y, también, a partir de las acciones sobre ellos propuestas. Las
grandes intervenciones se han volcado, en general, a replicar un modelo
de intervención que se identifica con una cierta exclusividad en cuanto a
su uso, asociada a la creación de nuevos espacios de consumo. La política
urbana asume una función de suma importancia dado que debe ser flexible
pero a la vez crear normativas e instrumentos que permitan regular el
mercado, procurando intervenciones que no solo pasen por el costo/bene-
Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 17
ficio, en términos económicos, sino hagan hincapié en la condición social
del espacio público como parte indisociable de la experiencia urbana.
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Introducción3
3 El trabajo forma parte del Proyecto: “Lógicas y Tendencias en la Expansión Urbana y Resi-
dencial de Ciudades Medias. El Caso de Bahía Blanca a partir de 1990”. Financiado por la
Secretaría General de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional del Sur y dirigido por
Eduardo Julio Garriz.
Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 19
El presente trabajo lleva por objetivo realizar una reflexión de carácter
descriptivo-exploratorio sobre los frentes de agua a través de distintas ex-
periencias en ámbitos de costa, que no solo se restrinja a enumerar acciones
emprendidas sino, además, intente comprender los aspectos que subyacen
dentro de estas intervenciones, teniendo en cuenta diferentes rangos de ciu-
dades. Referido a la metodología de trabajo, se plantea, en esta primera ins-
tancia, una revisión a partir de la búsqueda de bibliografía general y espe-
cífica a fin de confrontar distintas perspectivas de estudio sobre los frentes
de agua. La complejidad de la temática nos obliga a acotarnos a tratar al-
gunos elementos que permitan aproximarnos al objetivo del trabajo; en tal
sentido, es importante destacar los cambios que se fueron produciendo en
los frentes de agua, a lo largo del tiempo (impactos sobre la organización
y dinámica del espacio); las problemáticas (sociales, empresariales) que
se observan y las formas de articulación (políticas, agentes) que accionan
sobre estos espacios.
Las ciudades de menor rango o escala pueden motorizar cambios mor-
fológicos y funcionales de valor hacia este tipo de intervenciones, siempre
en un contexto viable y teniendo en cuenta las reales posibilidades que
les permitan favorecer su concreción. Por lo que se podría hablar que el
proceso guarda dinamismo, pero acotado a las posibilidades de cada rango
de ciudad, procurando la recuperación del espacio urbano, en general, y
público, en particular, para el conjunto social.
20 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
costa y portuarias han perseguido objetivos muy diferentes y hasta inclu-
so contradictorios, entre los más conocidos se pueden mencionar aquellos
que buscaban el fortalecimiento económico local (Londres y Melbourne),
el reordenamiento del espacio urbano (Boston, Shanghai, Hong Kong), la
rehabilitación urbana (Vancouver), la práctica de nuevas culturas de pla-
neamiento (Nueva York, Rotterdam), el desarrollo de nuevos usos (Oslo,
Génova, Amsterdam) o recuperación del patrimonio (Copenhage, Chica-
go) (Schubert, 2004).
Dentro del contexto Latinoamericano, los esfuerzos de la investigación
urbana muestran similitudes y un posicionamiento también crítico respecto
a los proyectos que se han y vienen implementando. Pese a las discrepan-
cias y especificidades de cada disciplina, existe cierto grado de consenso
acerca de los importantes cambios que producen referidos éstos a la ren-
tabilidad del uso del suelo, las características del espacio físico funcional,
en áreas centrales estratégicas y a las modificaciones en los mecanismos
de gestión al incorporar nuevas formas de articulación público-privadas.
La intervención en Puerto Madero (Argentina) se destaca por su fuerza
paradigmática y capacidad para influenciar otras experiencias en Latino-
américa, así como también los proyectos de Recife, Río de Janeiro, Belém,
Santos y Porto Alegre (Brasil) (Cuenya, 2012; Nuñez y Ruiz de Gopegui,
2013; Jajamovich, 2016).
En síntesis, los aportes generales sobre la temática coinciden en señalar
el carácter especulativo de las intervenciones, vinculadas a estrategias de
marketing sobre el espacio urbano y a modelos de desarrollo neoliberal
que propician procesos de expulsión poblacional. No obstante, existen evi-
dencias en algunas ciudades europeas, que comenzaron más tarde estos
procesos, de haber aprendido de los errores y lograr mejores resultados, al
desarrollar conceptos y estrategias más acordes a situaciones y problemáti-
cas locales (Schubert, 2004).
Existe una indudable valoración cuando se combinan ciudad y agua.
Ha sido una condición muy favorable, desde su fundación o elección del
sitio fundacional, la proximidad a un curso de agua o bien a la costa; le
ha permitido a la ciudad la particularidad en su evolución y, en muchos
casos, ser un sector de fuerte identidad, por las inversiones y el desarro-
llo desplegado, como espacio de acogida de habitantes de distinto origen,
por su diversidad cultural y por lo que todo ello implicó en su dinámica.
Es así que Galimberti (2014: 20) manifiesta que esta combinación es “...
responsable de la identidad más profunda de la ciudad, la “razón de ser”
de la misma...Si bien este vínculo se encuentra cargado de conflictos e
incompatibilidades, también constituye una relación urbana vital de gran
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potencial.” Autores como Bruttomesso (2008: 2) consideran la presencia
del agua como un “valor agregado” del tejido urbano, tanto desde el plano
de la estética del paisaje como en lo que refiere a la importancia estratégica
para el desarrollo de la ciudad. Talesnik y Gutiérrez (2002: 22), destacan
que “Para las ciudades que cuentan con mar o ríos navegables, los terrenos
que se enfrentan al agua, y en particular los puertos, han sido desde hace
cientos de años lugares estratégicos.”.
En consecuencia, es interesante destacar que muchas de las ciudades
con frente de agua adquirieron valor en siglos anteriores como lugares pro-
picios para la instalación de puertos que fueron utilizados, posteriormente,
como nodos de acceso, nexo e intercambio (económico, cultural) con di-
ferentes lugares en el mundo. No obstante, a partir de los avances tecno-
lógicos, la lógica económica dominante y las decisiones que los grupos de
poder imponen, han ido produciendo un cambio de paradigma productivo;
se produce el declive de las áreas portuarias, afectando de esta manera la
estructura interna del frente de agua. Al respecto, de Sena Abrahão y Gan-
dara (2014: 210) afirman que “La combinación de cambios tecnológicos y
logísticos influye directamente en la redefinición del papel de cada puerto
marítimo en el sistema global”. De tal forma, las actividades industriales
se relocalizan por la influencia de los avances tecnológicos en los ámbitos
de la información y comunicación, produciendo fuertes deslocalizaciones
industriales. En consecuencia, esta situación propició el abandono de ac-
tividades, obsolescencia y deterioro en determinadas infraestructuras por-
tuarias, cuya repercusión fue la pérdida de competitividad de ciertos secto-
res, convirtiéndose en áreas con alto grado de marginalidad e inseguridad
(Iazzetta, 2007).
De todas maneras, existen renovadas dinámicas, generadoras de nue-
vas centralidades y de elevada oportunidad para intervenciones urbanísti-
cas, dominadas por actividades residenciales, comerciales y de ocio (Gos-
pondini, 2006; O´Callaghan y Linehan, 2007; Ferreira y Visser, 2007;
Casellas, Dot y Pallares-Barbera, 2012; Ferreira y de Villiers, 2014), cuyo
grado de relevancia dependerá de cada núcleo urbano y sus posibilidades,
destacando por su importancia las reestructuraciones que se observan en
la denominada “ciudad-puerto”. En tal sentido, de acuerdo con Etulain
(2009: 63),
…durante la segunda mitad del siglo XX, comienza a percibirse el sur-
gimiento de gran cantidad de proyectos de reconversión, explotando su
potencialidad de desarrollo urbano. La combinación de centralidad y
accesibilidad permite que las viejas instalaciones portuarias vuelvan a ser
atractivas para fines turísticos, comerciales o inmobiliarios.
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Si bien esta situación quedó reflejada en diversos países y con diferente
variación temporal, las acciones de renovación, con intervenciones urba-
nísticas de distinto impacto, se vieron materializadas sobre finales del siglo
XX, con repercusiones de variada escala, donde se dieron las condiciones
para su efectivización. Como menciona Bruttomesso (2008: 1),
Si a fines del siglo pasado ha habido un uso del agua como elemento de im-
portancia para las ciudades, este siglo se caracterizará por una revaluación,
una valorización del agua, contribuyendo de este modo a mejorar la cali-
dad de la vida urbana y a favorecer el desarrollo de actividades económicas,
colocadas en las zonas de waterfront.
Es así que este tipo de áreas han tomado protagonismo en los últimos
años; los frentes de agua constituyen sectores que, pese a los cambios pro-
ducidos a lo largo del tiempo, continúan gozando de una posición estraté-
gica producto, principalmente, de la necesidad de accesibilidad y conec-
tividad, y que se presentan como lugares donde se establecen nuevas e
importantes conexiones visuales y físicas, dentro de la ciudad misma y
con el medio natural. En tal sentido, las políticas públicas de cada gestión
deben asumir en su agenda la idea de revitalizar estas áreas, cuando corres-
ponda, de manera que el agua sea realmente un elemento de cohesión y no
de límite entre distintos ambientes, incluyendo tanto a la “ciudad-puerto”
como a aquellas que sólo cuentan con frente de agua.
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(Vormann, 2015: 358) al observarse la presencia de nuevos usos del suelo
y ocupaciones. El desarrollo inmobiliario ha sido una constante que, desde
complejos de negocios hasta emprendimientos relacionados con lo turísti-
co-recreacional, rescata el sector terciario de la economía dando énfasis a
la oferta de servicios (Iazzetta, 2007).
Cuando se analizan las repercusiones que generan sobre el espacio
público, existe coincidencia en el carácter ideológico que éste asume al
reconfigurar la ciudad como “un sistema unificado de circulación y acti-
vidades” (Barreto, 2004:257; citado por Millán, 2010: 14) fomentando la
valorización inmobiliaria y la cualificación del espacio para actividades
económicas, residenciales y aquellas vinculadas con el ocio (turismo y re-
creación) (Vieira y Castrogiovanni, 2010; Vieira, 2011; Girola, Yacovino
y Laborde, 2011). Para Licnerski (2008) generaría un tipo de centralidad
restringida (por lo selectivo del proceso), enclaves monofuncionales o es-
pacios carentes de significados, al imponerse una estética dominante y pri-
vilegiar los intereses económicos sobre los sociales.
Las ciudades han encarado estas renovaciones de diferentes maneras,
como plantean Talesnik y Gutiérrez (2002: 23) “Algunas ciudades copian
ejemplos, otras los modifican, otras diseñan algo nuevo y otras simple-
mente reciclan el antiguo puerto”. Comúnmente, los frentes de agua crean
lugares de actividades diversas donde antes no existían y “...responde a una
categoría emergente de espacio público.” (ibíd.). Lo que cabe preguntarse
aquí es si dan respuesta a la necesidad individual y colectiva de renovar
el vínculo con el elemento agua o funcionan bajo la lógica del consumo y
la renta, dando lugar a un uso privativo del espacio, tomando el rol que,
previamente, pertenecía al espacio público.
Debemos considerar que cada frente de agua presenta particularidades;
muchos de ellos difieren en su escala, nivel de desarrollo, magnitud de
las intervenciones y proyecciones a futuro. Es decir, presentan estructuras
portuarias disímiles (o carecen de ellas), no tienen la misma función ni je-
rarquía, por ello la vastedad de casos es importante. Lo anterior, nos remite
a establecer que pueden identificarse diversas tipologías relacionadas a sus
actividades como: comercial, industrial, deportiva; espacio que ocupa: flu-
vial, marítimo, lacustre o mixto; y, por último, a las acciones emprendidas:
proyectos de pequeña escala a grandes emprendimientos lucrativos.
De las distintas intervenciones realizadas sobre los frentes de agua,
durante algunas décadas, queda en claro que se han generado debates in-
teresantes. Por un lado, se encuentran aquellas que solo representan la ex-
trapolación de un modelo, a lo mejor exitoso a nivel mundial, pero que
pierde algún significado con el espacio donde se materializa por no res-
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petar aspectos vinculados con dicho medio. En general, el conflicto está
dado en el espacio pero se pone de manifiesto cuando se analiza en su con-
junto (inversores, ganancias, beneficios, participación gubernamental –en
términos de gestión– y participación comunitaria). Por otro lado, existen
debates acerca de la escala de intervención e importancia del proyecto y sí
están integrados y logran mejores condiciones asociadas a la ciudad y a sus
habitantes. Razón por la cual es menester trabajar en este último aspecto
con una profunda convicción de que si bien recuperar estas áreas conlleva
proyectos interesantes, no puede dejarse de lado una planificación acorde
que se realice a partir de un plan y programas que planteen aspectos sustan-
ciales tendientes a mejorar las condiciones de vida en la ciudad y la dote de
nuevos espacios públicos, a través de proyectos específicos.
Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 25
un desarrollo urbano integral por lo que, en algunos casos, las rupturas son
mayores y se manifiestan de forma muy diferente en cada lugar. Múltiples
intervenciones han fracasado debido a una proyección aislada que no con-
sidera las dinámicas urbanas locales y que poseen una visión limitada de su
desarrollo estratégico como pieza dentro de una estructura urbana mayor
(Schubert, 2004; Mashini, 2010).
De tal forma, las intervenciones producen cambios morfológicos, socia-
les, productivos y funcionales los que determinan, en su asociación, nuevos
perfiles para cada espacio, en función de las modificaciones en el uso del
suelo y la nueva combinación de actividades en base a sectores de espacios
públicos (recreación, cultura), centros comerciales, oficinas y residencia,
entre los principales.
26 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
conseguir asociarlo al resto de la ciudad”. Aquí, la planificación jugó un rol
fundamental, cuya flexibilidad fue un aspecto interesante para ir ajustando
“los programas a las necesidades de los promotores privados (ibíd.)”.
Para el caso Latinoamericano, y en particular de Argentina, se orienta
hacia el modelo europeo y su caso paradigmático es Puerto Madero, en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mediante una gestión unificada, con
fuertes orientaciones a crear espacios comerciales y de servicios, importantes
sectores orientados a lo gastronómico de elite y espacios específicos para el
ocio y la recreación representativa, aquí semejante al modelo norteamericano
(Etulain, 2009). Cabe destacarse que estos procesos reconocen la relación
público-privado, donde el Estado acciona en estas intervenciones de múlti-
ples formas: (a) impulsando el plan de actuación y ciertos proyectos en parti-
cular; (b) financiando y construyendo diversas infraestructuras; (c) apoyando
política y económicamente las intervenciones y; (d) propiciando beneficios
fiscales, que conllevan como objetivo favorecer el accionar privado.
Para el caso de las ciudades de menor rango, Bellet y Llop (2004) anali-
zan varios núcleos urbanos de escala intermedia en el mundo y determinan
que el tratamiento de frentes de agua y otras áreas de costa suelen incluir
un objetivo más amplio como es el de recuperar estos espacios, integrarlos
a la estructura y a la vida urbana, incorporando, además, junto con medidas
de control y regulación, acciones relacionadas con el saneamiento de aguas
y adecuación de los mismos como espacios libres y cívicos.
Asimismo, se han tenido en cuenta algunos ejemplos actuales que mues-
tran la diversidad existente dentro de los procesos de intervención en frentes
de agua. Puerto Norte en Rosario, aunque su Plan Maestro fuese elaborado
en el año 2004, el proyecto aún no se encuentra finalizado, consta de 100
ha, para su desarrollo, donde el 42% del espacio debería destinarse a espa-
cio público, según se postula. Otro ejemplo que guarda cierta proximidad
al anterior, es el Paseo de la Costa, en la ciudad de Neuquén. Si bien cuenta
con desarrollos inmobiliarios, relacionados con la residencia, el comercio y
los servicios, está orientado a un público local-regional, y ha recuperado una
importante área de costa con alta aceptación en la comunidad local.
Desde el Municipio se ha anunciado que se proseguirán con las obras
incorporando un nuevo tramo, favoreciendo el uso de “los balnearios Al-
bino Cotro, Río Grande y Gatica [que] se interconectarán a través de pea-
tonales, bicisendas y caminos que bordean el [río] Limay” (Municipalidad
de Neuquén). En la misma comunicación, se resalta que “el destinatario
de todos estos proyectos es el vecino”, asegurando que de esta forma se
consolida y da jerarquía “...al espacio público que es el espacio más demo-
crático que hay porque nos iguala a todos”; además, se sostiene que “...con-
Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 27
vivir con el río es empezar a vivir en una ciudad distinta” (...) hasta hace
algunos años el río solo se disfrutaba en verano” (ibíd.). Millán (2010: 2),
sobre el caso de Posadas, destaca el emprendimiento vinculado a su frente
de agua, indicando que “La construcción de la Avenida Costanera (vía de
circulación-recreación para la ciudad y obra de contención del lago que se
formará por la represa Yacyretá) y la estructuración de un nicho territorial
en la costa norte-noreste para los sectores más adinerados, son manifes-
taciones de la particularidad local que adquiere ese nuevo orden urbano”
agregando también que “...con la remodelación del espacio urbano costero
y céntrico, se apunta a la creación de espacio público orientado hacia acti-
vidades comerciales recreativas” (ibíd.).
Por último, el caso de Bahía Blanca, dentro del área portuaria-indus-
trial, luego de muchos proyectos vinculados a su frente costero, ha podido
materializar un proyecto, que si bien su nivel de intervención (infraestruc-
tura y equipamiento) no es comparable con el de los casos anteriores, es
importante pues los habitantes pueden disfrutar de un paseo denominado
“Balcón del Mar”, con un mirador, mientras que el denominado “Frente
Costero o Paseo del Humedal” se encuentra en vías de materializarse, como
nuevo espacio público. Estos ejemplos permiten destacar que muchos de
estos proyectos, independientemente de su jerarquía en términos urbanís-
ticos, buscan fundamentalmente recuperar el espacio público y revitalizar
el vínculo de los habitantes con el elemento agua, procurando generar una
conciencia que en muchos casos no se tiene o ha desaparecido, ante otros
atractivos de la ciudad.
No obstante lo dicho, resulta necesario no caer en generalizaciones ya
que las áreas de costa vinculadas con funciones portuario-industriales o el
frente de agua en general se encuentran, en su mayoría, subvaluadas y son
utilizadas, en muchos casos, a los fines económicos o por sectores de vi-
vienda, a espaldas de la propia ciudad “... convertidas en cloacas abiertas y
botaderos de basura de las mismas. Excepcionalmente han sido desarrolla-
das como frentes de agua, para el beneficio de la vida pública de la ciudad”
aclara Rangel Mora (2001: 325).
De esta manera, se observa que los proyectos son múltiples y que hay
ciertas diferencias en cuanto a su implementación y forma de gestión don-
de, en algunos casos, se observan discrepancias entre las necesidades y
objetivos de la comunidad y los grupos de inversores, promotores y de-
sarrolladores inmobiliarios, aunque exista cierto beneficio general para la
ciudad. En muchos casos, la intervención es solo la extrapolación de un
proyecto a un espacio diferente donde, a priori, no se ha tenido en cuenta
plenamente las características del medio natural y social.
28 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
A partir de lo que hemos analizado consideramos que existen aspectos
que necesariamente deben ser tenidos en cuenta al momento de estudiar las
intervenciones: a) el objetivo que se busca, sea revitalizar un área deprimi-
da, obtener la mera ganancia, o formar parte de una estrategia de city mar-
keting, entre otros; b) el nivel de superficie sobre el que se llevará a cabo
la intervención y cómo se materializarán los espacios que dan lugar a las
distintas actividades que, en definitiva, permiten observar como es la divi-
sión del mismo y qué relación hay con la superficie original y la construida,
identificando los niveles de ganancia y el porcentaje de uso sobre el total de
superficie a intervenir; en relación con lo anterior, c) la asignación de usos
y los niveles de ganancia, en cuanto a “suelo creado”, fundamentalmente,
en altura y verificar si la inversión beneficia a la ciudad o es simplemente
un proceso de especulación y apropiación de plusvalías urbanas, vincula-
dos con los porcentajes de ocupación asociados a la residencia, complejos
de oficinas, centros comerciales, paseos públicos, entre otros; d) la escala
de ciudad y condiciones de sitio y situación que conlleva obtener, en térmi-
nos posicionales, ventajas respecto a ganancias sobre el capital invertido;
e) la funcionalidad en cuanto a accesibilidad y conectividad, que refuerza
la relación con el resto del espacio urbano; f) la evaluación del impacto
que tendrá el proyecto a nivel de trama urbana, ponderando los nivel de
inversión en obras, a fin de mejorar las infraestructuras y equipamientos,
superando la condición de ganancia inmediata y el influjo de la moda im-
perante; g) el compromiso necesario que debiera asumir la gestión de que
los emprendimientos respondan a un orden asociado a la planificación ur-
bana teniendo en cuenta el esquema lógico de Plan-Programa-Proyecto,
donde se siga esta línea y no prime solo el Proyecto sobre el resto cuya
consecuencia, en muchos casos, es solo la creación de un enclave; h) la
puesta en marcha de instrumentos (indicadores, evaluación) que permitan
trabajar sobre condiciones favorables para la integración plena del sector
en la ciudad; i) cumplimiento de la legislación pertinente y la concertación
de instancias participativas, por ejemplo, audiencias y consultas públicas,
plebiscitos u otra formas, a fin de asegurar la opinión de la ciudadanía; j)
tener en cuenta siempre y como condición indispensable la integralidad de
la intervención que requiere, a su vez, lograr equilibrio de usos, priorizan-
do el espacio público para beneficio de la ciudad y sus habitantes.
Si bien hasta ahora hemos mencionado intervenciones, también hay ciu-
dades que presentan controversias pues teniendo la posibilidad de accionar
sobre sus frentes de agua, no lo han hecho4. También hay emprendimientos
4 Al respecto, véase el siguiente link: http://www.arquitecturayempresa.es/noticia/valencia-de-
espaldas-al-mar-la-ciudad-sin-waterfront.
Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 29
que no se inician, o son parcialmente realizados, por cuestiones económi-
cas o políticas. El interrogante que se nos plantea es si solo son cuestiones
de orden económico, falta de rentabilidad o de oportunidad, como también
una situación de crisis o depresión del mercado, o bien de tipo especulati-
va, al esperar que se imponga la moda y los nuevos usos.
Por último, es importante destacar que la dinámica urbana genera cam-
bios permanentemente, los cuales pueden producirse de manera paulatina
mediante una evolución de la ciudad conforme a su crecimiento pobla-
cional, económico, morfológico, pero donde las intervenciones debieran
realizarse en base a un proceso ordenado y acordes a un plan urbano con-
sensuado, de manera que su impacto permita sostenibilidad dentro del es-
pacio urbano.
No obstante, en este tema en particular –el frente de agua– se obser-
van impactos de importancia, pues se da en el marco directo de la im-
plementación de proyectos alterando lo que debería ser el esquema lógi-
co: Plan-Programa-Proyecto; esta situación determina, en muchos casos,
la concreción de inversiones que buscan el mayor rédito económico, que
seleccionan lugares de alta calidad y que producen enclaves dentro del
espacio urbano, pero se lo legitima a través de un discurso que los presenta
como un desarrollo favorable para la ciudad y que insertan a la misma en
un contexto mundial.
La bibliografía consultada muestra un cierto consenso en los efectos de
la extrapolación de un modelo, donde inversores, promotores, segmentos
de demanda, entre otros, se asocian directa o indirectamente en este nego-
cio inmobiliario.
Ahora bien, estas intervenciones podrían verse desde un punto de vista
menos crítico y el mismo se enmarca en que cuando hay consenso y se
trabaja sobre la base de un beneficio para la ciudad y sus habitantes, estos
lugares son formadores de nuevos espacios públicos de calidad, siendo un
tema a discutir sobre cómo será la apropiación de los mismos por parte de
la población en general.
Reflexiones finales
30 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
menor rango. De todas maneras, se puede observar que cuando la escala
de intervención es menor, suele incorporar equipamientos colectivos y ac-
tividades para el conjunto de la sociedad. En general, constituyen acciones
más simples que encara la administración local apoyada en aportes de pri-
vados y en consenso con la comunidad en la cual se insertan. Se observan
mejoras en el nivel de gestionar los proyectos, a nivel discursivo se tiende a
la incorporación del espacio público para el colectivo social y, cuando hay
posibilidades, se encara la puesta en valor del medio natural. En este caso,
presentan mayores posibilidades de conformar un espacio público en sí
mismo. Estas acciones tienen su mayor desarrollo en pequeñas ciudades o
en sectores particularizados de ciudades de naturaleza media a grande. En
otro orden, encontramos aquellas que podríamos mencionar como de gran
impacto, donde se reconvierten ciertas estructuras portuarias que han que-
dado obsoletas, propiciando espacios residenciales, comerciales, sectores
de oficinas, de servicios (gastronómicos, hoteleros, turístico-recreativos) y
espacios públicos. Conforman proyectos de gran envergadura que tienden
a ubicarse en lugares de mayor aprecio simbólico y/o paisajístico e involu-
cran complejos mecanismos de gestión público-privada. Normalmente, se
materializan sobre ciudades de gran importancia.
El frente de agua presenta complejidades al momento de su estudio de-
bido a las fuertes diferenciaciones en sus ambientes/condiciones naturales
y, también, a partir de las acciones sobre ellos propuestas, vinculadas a:
–actividades industriales-portuarias; –productivas-comerciales, con y sin
integración al tejido urbano; –desarrollo inmobiliario-rentístico, dado el
fuerte proceso de renovación y rehabilitación urbana sobre sus instalacio-
nes obsoletas; y, vinculado con lo anterior, –valorización turístico-recreati-
va, relacionada con nuevas prácticas sociales y de consumo cultural.
En líneas generales, las grandes intervenciones se han volcado al apro-
vechamiento y reutilización de antiguas estructuras portuarias-industriales,
acotadas a un espacio cerrado, o bien sobre áreas abiertas, en frentes lito-
rales. Muchas de ellas van replicando un modelo de intervención que ha
sido puesto de moda y se identifica con una cierta exclusividad en cuanto
a su uso, asociada a la creación de nuevos espacios de consumo, que han
articulado lugares de diversión, esparcimiento y socialización más indivi-
dualizados y segregados supuestamente protegiendo las posibles amenazas
que el espacio público tradicional pudiera generar.
El nivel de la intervención debería definir si se trata de solo una tipo-
logía más del espacio público, o bien está inserto dentro de un término
o concepto mucho más amplio, reservado a un espacio que es necesario
categorizar de manera diferenciada, por su complejidad, por la diversidad
Huellas n° 20 (2016) | Reflexiones sobre los frentes de agua en el contexto de las intervenciones urbanas (pp. 17-34) 31
de elementos presentes y por el nivel de superficie que requiere la inter-
vención, donde el espacio público es solo una parte más de este conjunto.
Varios autores (Richards y Wilson, 2006; Sepe 2013) coinciden en que du-
rante el proceso de transformación urbana es necesario prestar atención a
lograr un adecuado equilibrio entre las políticas urbanas y la participación
de los diferentes agentes y actores locales, la identidad del lugar, así como
también, la factibilidad de las intervenciones. Al respecto, cuanto más va-
lor se le dé a las particularidades culturales locales –patrimonio cultural y
características identitarias– el proceso de intervención urbana puede estar
más arraigado en el imaginario colectivo local y ser atractivo para los lo-
cales y visitantes. En este sentido, se puede agregar que la política urbana
asume una función de suma importancia dado que debe ser flexible pero a
la vez crear normativas e instrumentos que permitan regular, a fin de acotar
las acciones de los distintos agentes y evitar el imperio del mercado, procu-
rando intervenciones que no solo pasen por el costo/beneficio en términos
económicos sino hagan hincapié en la condición social de los espacios pú-
blicos como parte indisociable de la experiencia urbana.
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34 Eduardo Julio Garriz y Romina Valeria Schroeder | Huellas n° 20 ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo
2
Tipología de áreas de influencia de los
Centros de Atención Primaria de Salud
en la ciudad de Luján, Provincia de
Buenos Aires, Argentina
@ [ buzai@uolsinectis.com.ar ]
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2003
Resumen
Los métodos cuantitativos utilizados a través de los Sistemas de Infor-
mación Geográfica (SIG) presentan una importante aptitud para el trata-
miento de la información geográfica en estudios de Geografía Aplicada. Se
utiliza una combinación de estas posibilidades en el campo de la Geografía
de la Salud para el estudio de la distribución espacial de la población y del
servicio de atención médica. El objetivo de este trabajo consiste en definir
y analizar las áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de
Salud (CAPS) en la ciudad de Luján (Provincia de Buenos Aires) como base
de su sistema socio-espacial sanitario.
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 35
Typology of the areas of influence of the Primary Health Care
Centers in the city of Lujan, Province of Buenos Aires, Argentina
Abstract
Quantitative methods used through Geographical Information Systems
(GIS) are extremely useful for the treatment of geographic information
in Applied Geography studies. A combination of these possibilities is ap-
plied in the field of Health Geography to study the spatial distribution of
population and health care services. The aim of this paper is to define and
analyze the areas of influence of Primary Health Care Centers (PHCC) in
the city of Lujan (Province of Buenos Aires) as the basis of health socio-
spatial system.
Resumo
Os métodos quantitativos utilizados através dos Sistemas de Informação
Geográfica (SIG) apresentam uma importante aptidão para o tratamen-
to da informação geográfica em estudos de Geografia Aplicada. Utiliza-se
uma combinação destas possibilidades no campo da Geografia da Saúde
para o estudo da distribuição espacial da população e do serviço de aten-
ção médica. O objetivo deste artigo consiste em definir e analisar as áreas
de influência dos Centros de Atenção Primária de Saúde (CAPS) na cidade
de Luján (Província de Buenos Aires) como base de um sistema socioespa-
cial sanitário.
36 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
1. Introducción
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 37
El hito que da nacimiento a la Geografía Médica es el libro pu-
blicado en 1782 con el título Versuche inerall gemeinen medicinisch-
praktischen Geographie de Leonhard Ludwing Finke donde presenta el
campo de estudio (Koch, 2005) como análisis de la relación entre las
enfermedades y el ambiente bajo el paradigma filosófico del determi-
nismo.
Con la finalidad de poder enmarcar la línea histórica de este trabajo es
necesario centrarnos en dos congresos realizados por la Unión Geográfica
Internacional (UGI):
Lisboa (Portugal, 1949): donde se brinda reconocimiento oficial a la
Geografía Médica (Olivera, 1993). El objetivo era el de cartografiar las
áreas de enfermedad con principal atención al análisis sistémico de las
relaciones de asociación espacial entre variables físico-naturales y socio-
económicas.
Moscú (URSS, 1976): se establece un cambio de denominación y el
nombre de Geografía Médica es reemplazado por el de Geografía de la Sa-
lud, incluyendo dos líneas de aplicación. Por un lado la Geografía Médica
centrada en el estudio de la distribución espacial de las enfermedades y, por
otro, la Geografía de los Servicios Sanitarios correspondiente al estudio
de la distribución espacial de la oferta y demanda de centros de atención
(Olivera, 1993).
De esta manera quedan definidas dos claras líneas de estudio en el in-
terior de la temática completa del estudio de la salud humana, que según
Howe (1985) estaría compuesta por (1) la biología humana, (2) el ambien-
te, (3) la forma de vida, y (4) el sistema de asistencia médica. La Geografía
Médica se focaliza en la segunda línea y la Geografía de los Servicios
Sanitarios en la cuarta.
Llegamos así a la situación actual en la cual se presenta una línea de
aplicación sumamente dinámica con una actualizada producción relativa
al campo científico centrado en la dimensión espacial (Santos y Barce-
llos, 2006, Pickenhayn, 2009, 2014; Meade y Emch, 2010; Anthamatten y
Hazen, 2011;Santana Juárez y Galindo Mendoza, 2014; Gatrell y Elliott,
2015) y en los actuales aportes metodológico-técnicos en los que sobre-
salen los Sistemas de Información Geográfica (SIG) (Lang, 2002; OPS,
2002;Guagliardo, 2004; Ramírez, 2005; Santos y Souza Santos, 2007;
Aveni y Ares, 2008; Fuenzalida Díaz y Moreno Jiménez, 2010; Cromley y
McLafferty, 2012;Buzai, 2009, 2015a).
La Geografía de los servicios de salud adquiere identidad como blo-
que temático de la Geografía de la Salud, y los SIG se presentan con
gran suficiencia para la aplicación de diferentes metodologías especí-
38 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ficas del análisis espacial que puedan brindar apoyo a la obtención de
soluciones concretas en materia de localización y búsqueda de equidad
espacial.
El análisis de las áreas de influencia de los CAPS se inscribe claramente
en la segunda línea de abordaje científico de la Geografía de la Salud y a
continuación serán detallados los aspectos teórico-metodológicos centrales
que, desde la Geografía Cuantitativa mediante el uso de SIG, permiten ob-
tener los resultados de la aplicación.
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 39
Figura 1. Ciudad de Luján. Mosaico de radios censales y CAPS
40 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ginales (MDO). Esta matriz se encuentra estructurada en 90 filas (unida-
des espaciales = radios censales) por 26 variables sociales, entre las cuales
se encuentran los datos utilizados para el presente análisis: Demográficos
(Población, Varones, Mujeres, Grupos de Edades y Necesidades Básicas
Insatisfechas), de Servicios de provisión de agua a la vivienda (Red, Moto
bombeador, Bombeador Manual y Otros) y Tipo de Vivienda (Departamen-
to, Casa, Casilla y Otros). La Matriz de Datos Originales (MDO) permite
calcular la Matriz de Datos Índice (MDI) y la Matriz de Datos Estandariza-
dos (MDE) para posibilitar estudios de asociaciones espaciales.
Los datos de salud fueron obtenidos a partir de las planillas de registro
de las atenciones brindadas en los diferentes CAPS de Luján. En las mis-
mas se registran los datos del paciente atendido (sexo, edad y barrio de
residencia) y su diagnóstico. Cada CAPS registra en hojas de 26 renglones
cada una de las atenciones brindadas, produciendo un cierre de cada mes
del año. Dado que el total de registros supera los 46.000 casos, se optó por
hacer un muestreo estratificado ponderado de hojas de registros (Delfino,
2014), que contemplara los 17 CAPS y los diferentes servicios de aten-
ción médica dentro del CAPS. Se seleccionaron de manera sistemática 483
hojas de registro. En función del diagnóstico de la atención escrito por el
médico interviniente, se codifico según la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE10). Cada uno de los diagnósticos se asignó a cada ba-
rrio de la ciudad, previa expansión de la muestra y por ajuste difuso a los
radios censales del área de estudio.
4. Resolución modelística
Desde un punto de vista ideal, las áreas de influencia para una serie de
puntos distribuidos sobre el espacio geográfico son circulares, tarea que
puede ser realizada a partir de definir buffers de diferentes alcances.
Cuando estos círculos se agrandan comienzan a superponerse y de-
finirse límites entre ellos, los que se ubican a una distancia media de
los puntos vecinos. De esta manera, se genera un mosaico en el cual
cada punto pasa a ser el centro de un polígono y cada localización en
su interior se encuentra más cercano a su correspondiente centro que a
cualquier otro.
El resultado corresponde a los denominados Polígonos de Voronoi o
Polígonos de Thiessen, nombrados indistintamente en la terminología geo-
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 41
gráfica (Buzai y Baxendale, 2012) en el primer caso en honor a quien estu-
diara sus propiedades matemáticas y en el segundo a quien los utilizara por
primera vez en una aplicación de tipo geográfico.
Esta configuración ideal puede ser ajustada en base a modelos gravita-
torios que incorporan diferentes pesos para cada punto y valores de fricción
a la distancia, como la fórmula de Reilly y Huff (Bailey, 1981). De esta
manera los límites se corren generando una mayor área en los centros que
tienen mayor influencia.
42 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
El análisis de áreas de influencia mediante modelos analíticos ha sido el
primer paso de abordaje temático. Corresponde a la aplicación de buffers
en evaluación multicriterio (Buzai, 2012, 2015a)cálculo de superficies por
polígonos de Voronoi-Thiessen (Buzai y Baxendale, 2012) y aplicación de
modelos de localización-asignación (Buzai, 2011, 2013) para pasar en una
siguiente etapa a trabajar con los datos empíricos que permiten ampliar la
situación funcional en el área de estudio.
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 43
La combinación de las metodologías del modelo empírico permiten ob-
tener los resultados cartográficos y gráficos que se presentan como base
para la definición espacial de las áreas de influencia asistencial.
5. Aplicación
44 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura 2. Ciudad de Luján. Distribución espacial de
diagnósticos e intensidades con base en los radios censales urbanos
2a. Ameghino
2c. El Milagro
Fuente: El autor.
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 45
2d. Juan XXIII
2e. La Loma
2f. La Palomita
2g. Lanusse
46 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
2h. Los Gallitos
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 47
2l. Policlínico
48 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
2o. San Pedro
Fuente: El autor.
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 49
Cuadro 1. Tipología de áreas de influencia asistencial
Tipo Categorías Fricción CAPS b
Alta La Palomita, Los Gallitos y Padre Varela. -3,19
Ameghino, CIC San Fermín, Juan XXIII,
A A:1-2-3 Media La Loma, Lanusse, Parque Lassa y San -2,25
Pedro.
Baja Santa Elena -1.56
Alta
B1: 1-2 Media --- ---
Baja
Alta El Milagro -5,47
B B2: 2-3 Media San Cayetano -2,29
Baja Policlínico -0.90
Alta Los Laureles -3,95
B3: 1-3 Media --- ---
Baja --- ---
Alta
C1: 1 Media --- ---
Baja
Alta San Francisco -9.42
C C2: 2 Media San Bernardo -2,43
Baja --- ---
Alta
C3: 3 Media --- ---
Baja
6. Características socioespaciales
de las áreas de influencia empíricas
50 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
representación espacial (2)Noroeste: el área de influencia del CAPS La
Loma queda desplazada a un radio censal sin contigüidad espacial ya que
el radio censal contiguo queda incorporado al CIC San Fermín, y (3)Sur: el
área de influencia del CAPS Parque Lassa muestra un desarrollo lineal que
se interrumpe por la intromisión de una pequeña área urbana que pertenece
al CAPS Los Gallitos.
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 51
SUPERFICIE NBI
AREA POBLACION VARONES MUJERES ED_014 ED_1564 ED64M NBI
(Ha) (%)
9 407,45 1408 712 696 399 897 112 158 11,22
10 244,57 2978 1453 1525 941 1821 216 362 12,16
11 114,86 7974 3907 4067 1893 5235 846 377 4,73
12 539,44 19925 8568 11357 2989 12154 4782 392 1,97
13 56,99 2966 1415 1551 710 1929 327 104 3,51
14 171,74 8420 3981 4439 1826 5466 1128 457 5,43
15 34,18 804 403 401 201 518 85 49 6,09
16 102,80 1392 694 698 450 887 55 320 22,99
17 280,62 6751 3252 3499 1653 4301 797 449 6,65
TOTAL 3542,64 79790 37873 41917 19325 50297 10168 6803 8,53
Fuente: El autor.
Fuente: El autor.
52 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Como principal población de demanda de los CAPS en el ámbito ur-
bano, merece particular atención el porcentaje de población con Necesida-
des Básicas Insatisfechas (NBI) (Guagliardo, 2004), a partir de realizar el
gráfico que permitirá sus agrupamientos por cortes naturales.Al respecto
son tres áreas de CAPS las que se agrupan con valores superiores al 20%
(San Pedro, Ameghino y CIC San Fermín) y otras cuatro con valores entre
el 10% y 20% (Lanusse, Padre Varela, Los Gallitos y Los Laureles). Estas
áreas aparecen con valores más oscuros enel mapa de la Figura 4.
Fuente: El autor.
7. Consideraciones finales
Huellas n° 20 (2016) | Tipología de áreas de influencia de los Centros de Atención Primaria de Salud... (pp. 35-56) 53
Las preguntas que permite responder el trabajo están relacionadas con
la cantidad, tamaño y distribución espacial de las áreas de influencia, al
mismo tiempo presentar los datos agrupados de variables censales ante la
necesidad de caracterización de la población de demanda potencial en cada
una de ellas.
Con la obtención de estos resultados se cuenta con el material necesario
para comprender la estructura del sistema espacial.
Consideramos que el análisis espacial cuantitativo muestra su utilidad
a la Geografía al permitir la comprensión de las estructuras espaciales que
organizan la vida y las actividades socio-económicas de los ciudadanos.
En este caso fue aplicado al servicio de salud pública basado en los
CAPS, con lo cual se generó un claro material de base que debe encon-
trarse presente ante toda toma de decisiones administrativa por parte del
gobierno local en el futuro.
8. Bibliografía
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56 Gustavo Daniel Buzai | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo
3
Grandes sistemas técnicos y espacio
geográfico. Revisión de posturas y
articulaciones conceptuales
@ [ adryfurlan@hotmail.com ]
Cita sugerida: Furlan, A. (2016) Grandes sistemas técnicos y espacio geográfico. Re-
visión de posturas y articulaciones conceptuales. Revista Huellas Nº 20, Instituto de
Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.
ar/index.php/huellas
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2004
Resumen
El estudio de las modernas redes de infraestructura en términos de “gran-
des sistemas técnicos” fue inaugurado por Hughes y desarrollado por ana-
listas sociales de la técnica como Joerges, Mayntz y Gras. Milton Santos
incorporó nociones procedentes de dicha área del saber en su caracteriza-
ción del sistema técnico actual y del espacio geográfico. El artículo revisa
el concepto de gran sistema técnico, haciendo hincapié en una selección
de contribuciones que poseen pertinencia para su adopción en la Geogra-
fía, es decir, miradas susceptibles de ser integradas a través del momento
espacial de la teorización. La base para ordenar la articulación conceptual
se encuentra en la teoría del espacio de Milton Santos. Las ideas que se
discuten son reinterpretadas, así, a la luz de un marco teórico que pre-
figura una comprensión particular de la naturaleza de lo geográfico. La
reunión de aportes, por lo tanto, pretenden ofrecer un bagaje conceptual
para el abordaje de la estructuración, el funcionamiento y el desarrollo de
los grandes sistemas técnicos: creaciones heterogéneas, complejas, diver-
sificadas y eminentemente políticas que desempeñan papeles estratégicos
en la modernización de la sociedad, implicados en prácticamente todas las
prácticas humanas, y que definen un espacio propio.
1 Profesor en Geografía (Universidad Nacional de Mar del Plata) y Doctor en Geografía (Uni-
versidad Nacional de La Plata). Becario Posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas. Miembro del Centro de Investigaciones Geográficas y Socio-ambien-
tales de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Autor y expositor de trabajos sobre la
temática de los servicios de infraestructura, con especial interés en la energía, en eventos aca-
démicos de alcance nacional e internacional. Cuenta con publicaciones sobre dicha temática
en libros y revistas científicas.
Abstract
The study of modern infrastructure networks in terms of “large technical
systems” was firstly established by Hughes and later developed by social
analysts of technology such as Joerges, Mayntz and Gras. Milton Santos
incorporated notions from this area of knowledge when he characterized
the current technical system and the geographical space. The article re-
views the concept of large technical system, emphasizing a set of con-
tributions that are highly useful in the field of geography, i.e. insights
likely to be integrated at the moment of space theorizing. The basis for
organizing conceptual articulations is present in Milton Santos’ theory of
space. So, the ideas discussed are reinterpreted applying a theoretical
framework that foresees a particular understanding of the nature of the
geographical element. The contributions, therefore, aimed at providing a
conceptual background to approach the structure, operation and develop-
ment of large technical systems: heterogeneous, complex, diversified and
highly political creations that play strategic roles in the modernization of
society, involved in virtually all human practices and which define their
own space.
Resumo
O estudo das modernas redes de infraestrutura em termos de “grandes
sistemas técnicos” foi inaugurado por Hughes e desenvolvido por analistas
sociais da técnica como Joerges, Mayntz e Gras. Milton Santos incorporou
noções precedentes desta área do saber na sua caracterização do sistema
técnico atual e do espaço geográfico. Este artigo visa o conceito de grande
sistema técnico, fazendo ênfase em uma seleção de contribuições que
possuem pertinência para sua adoção na Geografia, isto é, olhares suscep-
tíveis de serem integrados através do momento da teorização. A base para
ordenar a articulação conceitual se encontra na teoria do espaço de Milton
Santos. As ideias que se discutem são reinterpretadas sob a luz de um
marco teórico que prefigura uma compreensão particular da natureza do
que é geográfico. Consequentemente, os aportes pretendem oferecer uma
bagagem conceitual para a abordagem da estruturação, o funcionamento e
o desenvolvimento dos grandes sistemas técnicos: criações heterogéneas,
complexas, diversificadas e eminentemente políticas que desempenham
papéis estratégicos na modernização da sociedade, envolvidos pratica-
mente em todas as práticas humanas e que definem um espaço próprio.
58 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Introducción2
60 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
sociedad y naturaleza y participan por su inmediata presencia en la pro-
ducción y reproducción del medio técnico-científico-informacional, según
modos atribuidos por el desarrollo de las fuerzas productivas y el estado
dinámico de las relaciones sociales y con desiguales grados de difusión-
concentración y eficacia. Construcciones de envergadura al servicio de la
circulación de bienes y personas o de la concreción de unas funciones es-
tratégicas menos visibles y accesibles que le dan su apariencia geohistórica
a la fase del desarrollo capitalista de la globalización. Una etapa en la que
la proliferación de efectos sociales y ambientales del crecimiento desmesu-
rado enciende alarmas y pone en jaque la sostenibilidad de las estrategias
de desarrollo. Los GSTs son piezas medulares de estos desequilibrios sisté-
micos y atraviesan de lleno el núcleo de la moderna disyuntiva axiológica
que pesa sobre la tecnología.
3 La lista de propiedades del actual sistema técnico, aludidas a lo largo del libro, es sumamen-
te extensa. Solamente para apoyar este punto, trabajado con suficiencia por el autor, valga
agregar: interdependencia, complementariedad, cohesión, unificación, rapidez de difusión,
invasión, indiferencia en relación al medio en se instalan, artificialización, racionalización,
estandarización, indivisibilidad y autonomía relativa, entre otras (Santos, 2000: 151-154).
62 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
El planteo general de Milton Santos permite inferir algunas ideas adi-
cionales sobre los macrosistemas técnicos. Esta clase singular de sistema
de ingeniería4 se halla jerárquicamente posicionada en la base del siste-
ma técnico total. Todas las acciones y funciones que ocurren en el me-
dio técnico-científico-informacional estarían atravesadas por la ineludible
co-presencia de los macrosistemas técnicos, ya que sin su concurrencia
ninguno de los objetos técnicos modernos, y menos aún los más recientes
y sofisticados de ellos, podría intervenir en las acciones para las cuales fue-
ron concebidos o lo harían muy deficientemente, con un mínimo grado de
eficacia y sin manifestación de su intencionalidad. Debido a la dependencia
funcional que ejercen sobre el funcionamiento del conjunto, los macrosis-
temas técnicos son, por lo tanto, componentes estratégicos del sistema téc-
nico hegemónico. El comportamiento invasivo del sistema técnico actual
sobre prácticamente todos los lugares del planeta, y la consecuente tenden-
cia a la homogeneización de los patrones de producción y uso del espacio,
aún con diferenciales de densidad técnica e informacional y complejidad
organizativa, sería posible gracias a los macrosistemas. Y si la conjetura es
atinada, también debería aseverarse la necesaria precedencia o expansión
simultánea de los macrosistemas con respecto a la distribución espacial de
los objetos no macrosistémicos en la evolución poco uniforme del medio
geográfico.
Ahora bien, el modo en que Milton Santos trata el asunto del macro-
sistema técnico, o GST, despierta ciertos interrogantes que deben ser es-
clarecidos. Primero, más allá de su importante condición de técnica base,
Santos no detalla cuáles serían los atributos del macrosistema técnico,
¿hay un isomorfismo pleno entre las cualidades del GST y las del sistema
técnico actual? ¿Comparte sólo algunas propiedades generales? O, en
cambio, ¿es dueño de unos rasgos singulares que es preciso dilucidar?
El uso que Santos realiza de la noción de “reverse salient” de Hughes,
como se verá más adelante, es alcanzada por planteos de tenor similar.
Segundo, la expresión de “macrosistema técnico” (“macro-système tech-
nique”), que Santos adjudica a los ya mencionados autores, le pertenece
a Alain Gras, mientras que el resto inscribe sus reflexiones en la locución
“gran sistema técnico” (“large technical system” o “grosse technische
system”). Aquí no hay una mera cuestión terminológica o lingüística, sino
conceptual: el macrosistema técnico representa una categoría específica
de GST (Gras, 1993a: 17). La conceptualización del GST está habitada
64 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ca mediante los alcances del control y tendencia a incorporar el entorno en
su interior para eliminar fuentes de incertidumbre5.
La propuesta de una explicación histórica alrededor de la interacción de
sendos dominios –social y técnico– y, por lo tanto, contraria a las posturas
deterministas (tanto tecnológica como histórico-social), le dio una novedosa
impronta al enfoque de Hughes, ejerciendo notable influencia en investiga-
dores de Europa occidental y Estados Unidos (Mayntz y Hughes, op.cit.; Ai-
bar, 1996; Zachary, 2014). Unos pocos años después, en un trabajo publicado
en 19876, que conserva las líneas generales de Networks…, Hughes señalará
que: un (gran) sistema tecnológico se orienta a la resolución de problemas
complejos, relacionados en su mayor parte con el reordenamiento del mundo
físico, de modos que se consideran útiles o deseables, y que alcanza sus me-
tas utilizando medios disponibles y apropiados (2008: 105). En relación a sus
partes, detalla que un GST incluiría: componentes técnicos (físicos), organi-
zaciones, “artefactos legislativos”, componentes científicos (libros, investi-
gaciones, etc.) y recursos naturales (101). La presencia de lo natural, en la
forma de recursos o materia prima, no es inquirida por Hughes, que mantiene
la representación de la heterogeneidad (de “sustancias”) en la división social/
técnico. Aunque la cuestión no se explicita, la división analítica que practica
sugiere que es válido considerar a la naturaleza, objeto del reordenamiento
social del mundo físico, en el dominio de lo técnico7.
Al esbozar una breve génesis conceptual, Renate Mayntz ofrece una
pista para despejar dudas sobre el sentido de la técnica y la composición
del GST, ya que defiende que éste debe ser considerado como un sistema
sociotécnico al estilo de Emery y Trist (Mayntz, 2009)8. Según Eric Trist,
5 El enfoque sistémico de Thomas Hughes fue criticado por su empleo “metafórico” (Joerges,
1999) y “pragmático” (Barnes, 1984; Callon, 1998) de la noción de sistema. Hughes reconoce
esa debilidad y afirma que su concepto es “más útil para los historiadores”, en comparación
con el aplicado por otros científicos (Hughes, 2008: 101).
6 Nos referimos a The Evolution of Large Technological Systems, capítulo publicado en el libro
coeditado por Bijker, Hughes y Pinch, The social construction of technological systems. Aquí
utilizamos paginación de la versión traducida al español, publicada por la Universidad Na-
cional de Quilmes en 2008.
7 Que en el desglose de elementos se enlisten los recursos naturales es un dato que deseamos ponde-
rar, ya que suele pasar desapercibido en las reseñas y discusiones. Por ejemplo, Fox (1996) comenta
que los sistemas tecnológicos de Hughes incluyen realidades heterogéneas tales como “organiza-
ciones humanas” y “artefactos técnicos”, y Erik van der Vleuten (2004) dice que las publicaciones
canónicas sobre GTSs reclaman exactamente la interacción entre la “tecnología” y la “sociedad”
en su dominio de estudio. A menos que se expliciten las posiciones, “artefactos” y “tecnología” son
denominaciones que no necesariamente interpelan a la técnica como una realidad híbrida.
8 Emery y Trist acuñaron la expresión “sistema sociotécnico” en el contexto de los estudios
laborales industriales que se llevan a cabo en el Instituto Tavistock de Londres a fines de los
años cincuenta (Ropohl, 1999).
Dependencia y riesgo
66 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
sencia de innovación y desarrollo tecnológico, desproporción costo-benefi-
cio, imprevisibilidad, etc.). De ahí que no siempre sea plausible hablar de una
correlación directa, en un sentido funcional, entre dependencia y riesgo. Por
otra parte, sí es lícito conjeturar que los GSTs son las principales formas de
intermediación en el metabolismo sociedad-naturaleza y que por ello están
íntimamente ligados a los mayores impactos y desajustes ecológicos de la era
moderna-industrial y a la producción de los mayores riesgos ambientales.
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co. En el desarrollo, el carácter social de la tecnología deviene transparente,
los nuevos objetos se adecuan al mundo que habrá de usarlos, y a través de
la forma y el contenido técnico, asimilan aspectos culturales, económicos y
políticos. El diseño de un proceso de producción y consumo estructurado en
torno a la inserción social y espacial de los objetos técnicos producto de la
invención radical se vincula con la innovación, es la implementación en ex-
tenso del novedoso GST propiamente tal. Junto a la prefiguración del diseño
que inducen las propiedades de la técnica particular en la organización del
proceso de trabajo, surgen rasgos genéricos de configuración territorial y re-
glas de funcionamiento más o menos normalizadas. A menudo, la expansión
del GST hace aparecer dificultades cuando es transferido a otro entorno. La
transferencia exige acciones destinadas a la adaptación del sistema técnico
al entorno extraño, compuesto por los sistemas de objetos y de acciones pre-
existentes y sus normas asociadas. La adaptación consagra un estilo del GST,
que es entendido de la misma manera que en el arte o la arquitectura. Las
fases de crecimiento, competencia y consolidación son abordadas de forma
conjunta por Hughes por medio de los conceptos de factor de carga, “reverse
salient” y “momentum” 11. El factor de carga (razón entre promedio de pro-
ducción real y máximo de producción teórica), de uso corriente en la econo-
mía de los sectores de infraestructura, es, tal vez –según Hughes–, la mayor
explicación para el crecimiento de los GSTs, ya que a través de la curva de
carga (distribución de la carga en el tiempo) se hace fiable la estimación del
retorno de la inversión en áreas intensivas en capital. Nos ocupamos de los
dos últimos conceptos del esquema en el siguiente apartado.
11 El término reverse salient fue traducido al español como “saliente reversa” en Hughes (2008),
“saliente reverso” en Lander (1992), “reverso saliente” en Jiménez Becerra (2010), “saliente
entrante” en Sfez (2005) y “cuña invertida” en Callon (1998). Para el vocablo momentum, con
excepción de Lander (op.cit.), quien lo reemplaza por “momento”, los autores mencionados
mantienen la expresión latina. En ambos casos, optamos por preservar las voces originales.
70 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Ahora bien, frente a la utilización de la noción de reverse salient, hay
una llamativa ausencia del concepto de momentum, que, de acuerdo con los
lineamientos teóricos que sustentan el momento activo del espacio socialmen-
te producido, sugeriría una pertinencia incluso mayor que aquélla. Más aún,
notándose que, al igual que hace Santos respecto de las rugosidades, Hughes
define al momentum por medio de la inercia dinámica, propiedad que no asig-
na a la reverse salient. Por las razones enunciadas, el momentum puede reco-
nocerse como una de las más poderosas fuerzas de propagación de las formas
espaciales en el tiempo y de difusión del tiempo social a través del espacio
construido. Puesto en otros términos igualmente miltonianos, el momentum es
una importante condición contribuyente en la explicación de la perpetuación
de las formas concretas de artificialización del medio geográfico, del hecho de
que el territorio sea usado según formas predeterminadas por los GSTs12.
El macrosistema técnico y la
construcción del espacio-tiempo
72 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
1993a: 2). Los MSTs forman parte de la infraestructura “invisible y sub-
terránea” de la vida cotidiana, profundamente arraigados en las prácticas
humanas contemporáneas (Gras, 1997: 3). La fuerte dependencia que la so-
ciedad tienen de ellos produce consecuencias muy significativas: normali-
zación del equipamiento, automatización, homogeneización del comporta-
miento, formalización de relaciones con las máquinas y entre los hombres
y desconocimiento generalizado de su funcionamiento y su inscripción te-
rritorial (Gras, 1993a: 2). Pero, así como traen comodidad e innumerables
beneficios, la dependencia de los MSTs, que vuelve cautivos de éstos a los
ciudadanos, cuestiona la legitimidad de los valores de soberanía y libertad
individual que rigen en un Estado democrático (Gras, 1997: 5). El MST es
un ensamble de objetos y acciones eminentemente político.
En relación a sus aspectos formales, la composición y la estructura del
MST son semejantes a las del GST de Hughes, dado que combina: i) un
objeto industrial, en el sentido más amplio (como la central nuclear); ii) una
organización de la distribución de flujos (para tomar el mismo ejemplo: la
red eléctrica); y iii) una empresa de gestión comercial para vincular la oferta
con la demanda (Gras, 1997: 4). La trama espacial del MST está hecha de:
líneas que forman un espacio discontinuo y se intersectan en los nodos de
las mallas, flujos (desplazamiento de objetos reales o virtuales) que recorren
esas líneas y enlazan centros de emisión y de recepción y también centros de
almacenamiento situados en las propias líneas, el espacio de otros sistemas
que se superponen y conectan en particulares puntos o lugares que juegan el
rol de “intercambiadores” y suelen llamarse “interfaces” (Gras, 1993b: 136).
Desde el punto de vista del papel que cumplen en la sociedad, los MSTs son
estructuras que: a) transportan personas, señales o energía en todos los pun-
tos de su espacio; b) forman parte de un juego político a la vez externo (crean
un nicho social que induce nuevos comportamientos) e interno (incentivan
la competencia entre grupos en el marco de la gestión del servicio) y c) unen
una red informacional con la red articulada en torno a un objeto técnico que
constituye su razón de ser (1997: 33).
Para diferenciar al MST de otros tipos de redes, Alain Gras pone el acento
en “la novedad radical” introducida por un “modo de gestión de los flujos
(…) donde el control es a la vez indirecto y centralizado, es decir, des-locali-
zado desde el punto de vista de la unidad del flujo” (1993b: 16). En la noción
del MST se omiten las modalidades alternativas de control y coordinación
a cuya pluralidad se abren otros enfoques teóricos del GST. Las tecnologías
avanzadas de comunicación son decisivas en la configuración del MST, por-
que la deslocalización sólo puede operar a través de la “instantaneidad o la
rapidez extrema en el contacto de las partes” (Gras, 1993b: 138). El progreso
Conclusión
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fica diferenciada en el mismo sistema técnico. Así, pueden licuarse las exi-
gencias de Bernward Joerges de “reterritorializar” la investigación de los
GSTs, puesto que en las narrativas de esta esfera temática el espacio es uno
de los tópicos que representa “lo no contado” (Joerges, 1999: 19-22). Una
vez postulado el GST como pieza constitutiva del medio geográfico, ya
sea que su realidad espacial individual esté confinada en una red o en otras
arquitecturas, son las posturas conceptuales particulares las que delinean
las propiedades y relaciones sociotécnicas que posibilitan el acceso a su
conocimiento y que deben articularse en la teoría del espacio propuesta.
Para realizar la integración de elementos provenientes de distintas pos-
turas, el análisis emprendido procuró minimizar la carga de significado atri-
buido a la variable “espacio” tal como es interpretado, elaborado y enun-
ciado por autores del GST, para, en cambio, releer, identificar e incorporar
los aportes que hemos considerado pertinentes siguiendo los lineamientos
generales del basamento teórico de Milton Santos. Desde el inicio, hay
una evidente familiaridad entre el abordaje geográfico mediante objetos y
acciones y la idea de unidad sociotécnica adoptada en todas las posturas del
GST. Pero en las trayectorias que describe cada conceptualización se reco-
nocen inclinaciones hacia el tratamiento de distintos fenómenos, procesos
y problemas espaciales: producción y diversificación del entorno físico, del
riesgo y la dependencia, a partir del crecimiento y funcionamiento de los
GSTs (Hughes, Joerges, Gras); fases de difusión espacial del GST (Mons-
tadt y Naumann); construcción del espacio-tiempo específico del MST y de
su significación político-ideológica en la vida moderna (Gras). Debemos
resaltar, aquí, la colaboración que el concepto de momentum de Hughes
puede prestar a la teoría del espacio de Santos. La confluencia de estos
elementos enriquece el marco conceptual y traza rumbos de investigación
empírica fructíferos tanto para las geografías sectoriales (del transporte, de
la energía, de los servicios, etc.), donde, por razones obvias, el GST es una
unidad de análisis privilegiada, como para su interpelación en otras divisio-
nes y regiones discursivas de la ciencia geográfica toda.
En cuanto a la caracterización de las tendencias del sistema técnico ac-
tual, que motivaron el interés de Milton Santos por el macrosistema técnico,
debemos agregar algunos comentarios. Los GSTs son formas dominantes
de organización sociotécnica de la época contemporánea y las fuerzas sin-
tetizadas en el momentum anunciarían que seguirán siéndolo por un largo
tiempo. Sin embargo, en el mundo de hoy la modalidad del GST coexiste
con formas alternativas de organización de los suministros y servicios bá-
sicos. Gras (2005) se pregunta por la desconexión de los MSTs y las ten-
tativas de construcción de “sistemas técnicos a escala humana” y Hughes
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78 Adriano Daniel Furlan | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo
4
Procesos de ocupación y construcción
del espacio rural pampeano: el caso
del partido de Patagones
@ [ julitagabella@gmail.com ] | [ amcampo@uns.edu.ar ]
*
Departamento de Geografía y Turismo
**
Universidad Nacional del Sur (UNS) y CONICET
Fecha de recepción:07/03/16
Fecha de aprobación: 01/08/2016
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2005
Resumen
El objetivo principal de este trabajo consiste enidentificar y describir cinco
momentos histórico-territoriales que determinaron la organización espa-
cial de lasáreas rurales del sur pampeano argentino y el partido de Pata-
gones en particular.Para ello se utilizó como estrategia de investigación
el estudio de caso y cortes temporales identificando diversos procesos de
ocupación del espacio que tuvieron su correlación con los modelos expli-
cativos del mundo rural, los momentos histórico-territoriales de la Pampa
y con los sistemas territoriales a nivel nacional. Así, se enmarcaron en un
proceso espacio-tiempo, los acontecimientos que construyeron el espacio
rural del área de estudio, localizado en el sur de la provincia de Buenos
Aires.
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 79
Occupation and construction processes of the
pampas rural area: the case of the Patagones district
Abstract
The principal aim of this work is to identify and to describe five histori-
cal - territorial moments that determined the spatial organization of the
rural areas of the southern pampas in Argentina, and especially the district
of Patagones. To this end, the research strategy used was the case study
and temporary cuts, to identify different processes of occupation of the
space, in correlation with the explanatory models of the rural world, the
historical-territorial moments of the pampas and the territorial national
systems. In this way, the events that constructed the rural space of the
area under study, located in the south of the province of Buenos Aires,
were framed in a space-time process.
Resumo
O objetivo principal deste trabalho consiste em identificar e descrever
cinco momentos históricos territoriais que determinaram a organização
espacial das áreas rurais do sul pampeano argentino e, particularmente, o
território de Patagones. Por esse motivo é que se utilizou como estratégia
de investigação o estudo de caso e cortes temporais identificando diversos
processos de ocupação do espaço que tiveram correlato com os mode-
los explicativos do mundo rural, os momentos históricos territoriais de La
Pampa e com os sistemas territoriais em nível nacional.
Finalmente, este estudo enquadrara em um processo espaço-tempo os
acontecimentos que constituíram o espaço rural da área de estudo, locali-
zado no sul da província de Buenos Aires.
80 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Introducción
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 81
El partido se encuentra inserto dentro de la Diagonal Árida Templada
Argentina3. Posee una alternancia de ciclos húmedos y secos, recurrentes y
variables y a su vez diferenciaciones a lo largo y ancho del partido, manifes-
tándose en los regímenes de precipitación, en la temperatura y en el desarro-
llo de los suelos, los cuales exhiben una gran susceptibilidad a los problemas
erosivos (Gabella, 2015). Patagones representa una continuidad espacial del
sistema rural pampeano pero en una zona naturalmente diferenciada a partir
de la dominancia florística (Petagnade del Río et al., 1998). La vegetación
nativa considerada fundamental para el mantenimiento del bioma y hábitat
de numerosas especies, es una formación boscosa con individuos vegetales
desarrollados que se adaptan a las condiciones ambientales de aridez y cum-
plen funciones y servicios ecosistémicos (Gabella y Iuorno, 2013).
Patagones está unido de norte a sur por la Ruta Nacional Nº 3, única vía
de acceso pavimentada a Carmen de Patagones. El resto de las localidades
se encuentran alejadas de la ruta, entre 3 y 9 km. Los caminos de jurisdic-
ción provincial son de tierra, uno de ellos recorre el partido en dirección
norte-sur paralelo a las vías del ferrocarril. Otro conjunto de caminos de
tierra comunican el oeste del partido (Figura Nº 2).
La ocupación, construcción y apropiación del espacio rural en el parti-
do de Patagones fue el resultado de un proceso que también se manifestó
en la región pampeana, pero a diferencia de esta amplia región, dominada
por pastizales naturales y un clima benigno para la producción agrícola, el
área de estudio posee características propias que han limitado por periodos,
la evolución y desarrollo del partido. También es el resultado de sucesivos
modelos de ocupación y desarrollo fuertemente dependiente de la econo-
mía internacional y del proceso de globalización, presente a través de sus
tendencias políticas, económicas, sociales, culturales y tecnológicas. Es
por ello que el objetivo principal de este trabajo consiste en identificar y
describir cinco momentos histórico-territoriales que determinaron la or-
ganización espacial de las áreas rurales del sur pampeano argentino y el
partido de Patagones en particular.
3 La Diagonal Árida en la Argentina abarca una gran extensión latitudinal y por ende, diversos
tipos de climas. Para delimitar su ubicación, se le añadió el término “Templada”, por encon-
trarse el área de estudio, dentro de la zona planetaria de climas templados. La misma es una
extensa y a su vez estrecha franja, de ambientes áridos sucesivos, con escasas precipitaciones,
que interrumpen la continuidad de las zonas húmedas. Atraviesa sesgadamente el continente,
desde el norte de Perú, hasta las costas patagónicas, con una orientación en sentido noroeste-
sureste. Puede considerarse como una gran unidad fisiográfica, un espacio con caracteres pro-
pios, derivados de su común aridez, aunque también representa un límite climático lineal y
real, en el cual las áreas al norte y noreste quedan bajo el dominio de climas más húmedos,
mientras que hacia el sur y suroeste, lo hacen climas más áridos (Bruniard, 1982).
82 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura Nº 2.Localidades, población y vías de comunicación
Metodología
4 El corte temporal y el tema vertical son dos métodos tradicionales de la Geografía Histórica.
Combinados resultan en la denominada metodología Sandwich de Dagwood. El primero con-
siste en un período seleccionado a causa de su importancia o de la abundancia de información.
El segundo es un tópico elegido ya sea por su mayor influencia en los cambios acaecidos en
un espacio o por su valor para el estudio en cuestión (Newcomb, 1984).
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 83
ría de análisis geográfico. Se seleccionaron cinco momentos histórico-
territoriales desde el año 1779 hasta el 2014. Los mismos evidencian la
dinámica y la evolución del área, inmersa dentro de un contexto regional,
nacional e internacional.
84 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura Nº 3. Procesos y escalas témporo-espaciales.
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 85
áreas rurales presentan ahora, un nuevo modelo de organización fragmen-
taria, producto de una creciente diferenciación social, de la deslocalización
de las relaciones sociales y económicas, de una nueva relación campo-
ciudad y de la imposición del agronegocio sobre las lógicas agropecuarias
familiares. El campo de esta manera, constituye un mosaico de fragmentos
territoriales.
Los dos primeros períodos analizados en este trabajo (1779-1880;
1880-1930) podrían situarse bajo el modelo explicativo del mundo rural
que hasta mediados del siglo XX se denominó enfoque dicotómico o de
oposición rural-urbano (Sili, 2010). El período (1930-1970) se enmarca
dentro de otro modelo explicativo de organización y dinámica de las áreas
rurales, que se denomina teoría del continuum y las últimas dos etapas his-
tóricas analizadas (1970-1990; 1990-2014) se consideran bajo el modelo
que Sili (2010) denomina de fragmentación rural.
86 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
muy particulares, oriundas de una pequeña región al noroeste de León,
España, conocida como la Maragatería. Tan significativa fue la influencia
de este grupo, que trascendió la memoria e identidad de Carmen de Pata-
gones, haciendo que cada nacido en la ciudad hoy se auto reconozca con el
gentilicio de “maragato”.
El modelo de ocupación del territorio del partido fue de enclave fronte-
rizo. Primero como puesto de avanzada en la frontera con el indio y luego
como articulador regional, desarrollándose en la ciudad cabecera, la base
del comercio y los servicios. La ocupación de la tierra se logró a través
del pago o algún tipo de compensación a los habitantes originarios. Esta
relación inicial con los indígenas basada fuertemente en la entrega de ob-
sequios y compensaciones, signó durante mucho tiempo la historia del po-
blado y fue el pilar de su supervivencia.
Se cultivaba trigo, con preferencia a otras especies de granos. Luego
de infructuosas cosechas entorpecidas por las continuas crecidas del río
Negro, la agricultura pudo desarrollarse y llegó a exportarse a Buenos Ai-
res. También se explotaba la sal de las salinas vecinas. La cría de ganado
fue otra de las fuentes de enriquecimiento de la zona. Se adquirieron en un
principio caballos, vacas y ovejas mediante el trueque con los indígenas y
algunos animales entraron a la región por barco, enviados desde el río de
La Plata. El auge de los saladeros rioplatenses y del sur de Brasil permitió
hacia 1820 que Patagones se convirtiera en una importante proveedora de
sal. Esta vinculación abrió además mercados regulares para el trigo, cue-
ros, carne salada y los productos provenientes de la economía indígena
(Casanueva, 2009; Municipalidad de Patagones, 2014; Ratto, 2008).
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 87
necesaria para la formación de un espacio económico integrado, en función
de un proyecto de inserción internacional: el modelo agro-exportador.
El rol de la Argentina era la producción agropecuaria para el mercado
internacional. Las características sobresalientes de este tipo de economía
fueron la dependencia económica del mercado externo; el latifundio como
unidad de producción agropecuaria; gran intervención del estado para ga-
rantizar el orden político y jurídico; participación de capitales extranjeros
en infraestructura y servicios y la inmigración extranjera, que proporcionó
la fuerza de trabajo necesaria para llevar adelante este modelo (Alonso et
al., 1997).
Se calcula que llegaron a la Argentina aproximadamente 3.500.000
inmigrantes, pero cuando “la ola de inmigrantes inunda la Argentina se
encuentra con que esta Pampa vacía ya tiene dueños…” (Gaignard, 1989:
223). Esta organización social y productiva fue sostenida y estructurada
por el ferrocarril, cuya función principal era transportar las mercaderías
desde las ciudades hacia el campo y los cereales y carnes desde el campo
hacia el puerto. El avance y tendido de vías del ferrocarril hacia el sur de la
región, generó un mayor crecimiento para el área. En las figuras N º 4 y 5
se observan algunas imágenes representativas de la época.
Fuente: http://www.patagones.gov.ar.
88 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura Nº 5. Imagen ilustrativa de la época.
Fuente: http://caminosdehierroenbahiablanca.blogspot.com.ar.
En 1886, la provincia de Buenos Aires fijó los límites definitivos del par-
tido de Patagones: al norte con el río Colorado, al este con el Océano Atlán-
tico, al sur con el río Negro y al oeste con el meridiano V. El sojuzgamiento
de las tribus aborígenes permitió la ocupación de las tierras del norte del
partido y la consolidación de estancias aledañas a la Bahía San Blas. Entre
1900 y 1915 se asientan los primeros colonos europeos (italianos, españoles,
franceses y en su mayoría alemanes del Volga5) y se inauguran las primeras
5 Los alemanes del Volga eran alemanes étnicos que vivían en las cercanías del río Volga en la
región europea meridional de Rusia y que a fines del siglo XIX fueron expulsados. Conserva-
ron el idioma alemán, la cultura, sus tradiciones y religión. Muchos de ellos emigraron a la Ar-
gentina a finales del siglo XIX y principios del siglo XX fundando diversas colonias agrícolas,
especialmente en la provincia de Entre Ríos y en la provincia de Buenos Aires. Vulgarmente
se los denomina Rusos-alemanes. De acuerdo al Centro Argentino Cultural Wolgadeutsche la
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 89
estaciones de ferrocarril, con la consecuente creación de pueblos y parajes
como: Cardenal Cagliero, José B. Casás, Stroeder, Villalonga y Pradere.
Con el paso del tiempo las tierras dejan de ser fiscales y comienzan
a ser compradas por terratenientes, quienes luego las subdividen, lotean,
arriendan o venden a otros colonos del área. Uno de estos hombres fue
Juan Francisco Pradere, quien junto a su señora María Juana Etcheto, emi-
graron entre 1830 y 1840 de Sare, Bajos Pirineos, lo que se denominó la
emigración temprana del País Vasco. Entre los años 1850 y 1930 la familia
llegó a tener más de 180.000 ha en la provincia de Buenos Aires, además
de 182 ha donadas al Ferrocarril Sud, para la construcción de una estación.
El 20 de noviembre de 1874, el presidente del Senado Don Álvaro Barros,
vende a Don Francisco Pradere, un campo en el partido de Patagones de
16.149 ha (Municipalidad de Patagones, 2014). Gaignard (1989) describe
la ocupación del suelo en la Pampa seca y afirma que la empresa alemana
Stroeder fue la más dinámica de las sociedades de colonización de toda la
región y, en general, de las tierras nuevas. En 1906 la empresa posee 68
colonias que cubren 780.000 ha y en la provincia de Buenos Aires 314.000
ha ocupadas por 27 colonias (Figura Nº 6).
Fuente: http://caminosdehierroenbahiablanca.blogspot.com.ar
población total de descendientes de alemanes del Volga en la Argentina está estimada en algo
más de 2.000.000 de habitantes (http://www.aadav.org.ar/).
90 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
La expansión de la población rural hacia zonas cada vez más alejadas
se debió a la influencia de dos factores: el continuo aumento de población
que iba en búsqueda de las mejores tierras ocupadas y por otro lado, los
beneficios que prometían las tierras nuevas, porque eran más económicas
(Zarrilli, 2010). Estas tierras de la “Pampa seca o tierras nuevas” presentan
una estructura agraria muy diferente a la del resto de tierras de la región
pampeana, de estructura pastoril. Se caracterizaron por la extensión de la
gran propiedad, mantenida en amplios bloques, que luego se subdividían,
en parte por sucesiones y en parte por la venta a colonos-ganaderos.
Hasta finales del siglo XIX, la actividad económica fundamental del su-
roeste bonaerense fue la ganadería extensiva ovina. Antes de las crisis del
treinta se mantuvo con la producción de ovinos desplazados de las áreas
centrales pampeanas y se desarrolló la cría de vacunos. La sustitución de
vacunos por cereales se manifestó en las explotaciones familiares y em-
pezó a consolidarse la zona triguera sur de la región pampeana, lo cual
también incluyó al área de estudio (Romero Wimer, 2012).
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 91
Frente a este conjunto de factores externos e internos que originaban
la disminución de la renta de los capitales agrarios, los sectores dirigentes
políticos y económicos del país propusieron profundizar la intervención
del estado en la economía. Esto se lograría mediante una serie de medidas
que mantuvieran estable el valor de la moneda dentro del mercado interno
y regulara la producción y los precios aduaneros a la demanda externa.
Al mismo tiempo se impulsó un proceso de sustitución de importaciones
de manufacturas importadas que originó la expansión de la industria ori-
ginal y el surgimiento de una nueva clase obrera. El creciente desempleo
en las áreas rurales y los requerimientos de mano de obra de las nuevas
industrias instaladas en las grandes urbes motivaron un movimiento de
migraciones internas que afectó la vida de los habitantes citadinos (Alon-
so et al.,1997).
A partir de 1945 se desarrolló una etapa de estructuración (Bustos Cara,
2002) en el marco de un estado-nación dominante, regulador y benefactor.
En lo económico se propuso un modelo basado en el desarrollo industrial
orientado hacia el mercado interno, con gran intervención estatal y redistri-
bución del ingreso a favor de los sectores asalariados. En lo social se llevó
adelante una amplia política de reformas que establecieron importantes de-
rechos sociales para los trabajadores y en el plano político se modificaron
sustancialmente las relaciones entre el estado, las clases sociales y sus or-
ganizaciones representativas.
La Segunda Guerra Mundial implicó para el agro un sensible retraso en
mecanización. El alza del nivel de precios, principalmente en el sector in-
dustrial, se tradujo en la descapitalización del sector agrario que, a cambio
de lo que producía solo podía adquirir una cantidad de artículos mucho me-
nor que en la época de preguerra. Al finalizar la guerra se produjo la intensa
demanda mundial de productos agrícolas. La Argentina se encontraba en
inmejorables condiciones para reponerse de los inconvenientes sufridos
tras la contienda. Sin embargo, la política de cambios y precios iniciada en
el cuarenta y seis, fue netamente desfavorable para las actividades agrope-
cuarias (Alonso et al., 1997).
En el partido de Patagones, la ganadería era en su mayoría ovina y en
menor grado bovina. Era necesario a su vez, una gran cantidad de equinos
utilizados como tracción a sangre para el funcionamiento de las maquina-
rias. Con el correr del tiempo el ganado pasó a ser mayoritariamente bovi-
no y las explotaciones se fueron poco a poco abocando hacia la agricultura.
En lo que respecta a la tenencia de la tierra, algunos arrendatarios alcan-
zaron a comprar sus parcelas. Así, muchos agricultores pudieron instalarse
definitivamente y generar un nuevo tipo de relación social y productiva en
92 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
la cual predominaron las explotaciones de carácter familiar. Por otra parte,
este nuevo tipo de productor familiar estableció nuevas relaciones sociales
y productivas.
En las áreas rurales los pueblos constituían un pilar fundamental. Eran
los que proveían de bienes y servicios al campo. Además de ser el centro
económico, político y social de la población rural. La mayoría de los ha-
bitantes de los pueblos eran trabajadores denominados “changarines” que
se especializaban en el trabajo de cosecha. En ese entonces, las bolsas
de cereales aún se cosían a mano, por lo que se convertía en un trabajo
tedioso y lento. Estos mismos trabajadores eran los encargados de cargar
en los vagones del ferrocarril todo el cereal que se transportaba hacia el
puerto de Bahía Blanca. El ferrocarril continuó siendo el principal medio
de transporte con el que contaba la población rural. Los vehículos particu-
lares eran escasos y la mayoría de los caminos y accesos de tierra se en-
contraban en pésimas condiciones de transitabilidad, lo que sumado a las
grandes distancias convertía a los viajes en travesías largas y cansadoras
(Gabella et al., 2010).
Las políticas de desarrollo de los años 50 y 60 del siglo XX produjeron
una modernización no sólo en términos tecnológicos sino también socia-
les. El estado impulsa políticas económicas y sociales que generaron un
aumento en la productividad agropecuaria, importantes cambios sociales
y culturales y una profunda transformación del territorio. La política cre-
diticia permitió la capitalización de los agricultores en maquinarias, he-
rramientas y en infraestructura. Este proceso de mecanización permitió el
mejoramiento general de las prácticas agrícolas.
A fines de la década del cincuenta y principios de los sesenta fueron
creadas un conjunto de instituciones destinadas a regular la actividad agro-
pecuaria (cooperativas, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA); Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA);
Secretaría de Ganadería, Pesca y Agricultura (SAGPYA)) que intentaron
articular y relacionar a los agricultores y ganaderos con el mercado, con el
estado y con el territorio. Esta articulación de las sociedades rurales pam-
peanas con la sociedad global, es lo que Albadalejo (2006) denominó como
“Mediación Moderna”.
En el área de estudio se produjo por un lado una concentración de tierras
por parte de aquellos productores que lograron adaptarse a los cambios, por
medio de la compra o alquiler de tierras a productores vecinos y por otro
lado, subdivisiones en aquellos que se quedaron en el campo con sus hijos
y después de unos años tuvieron que dividir las propiedades. Esta tenden-
cia en la reducción de las explotaciones agropecuarias, se puede observar
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 93
sobre todo en cercanías de los poblados, como es el ejemplo de los campos
alrededor de Stroeder, Cardenal Cagliero y J. B. Casas. Esta situación trajo
aparejada consecuencias negativas en el accionar de los productores que se
tradujo luego en un uso intensivo del recurso suelo.
94 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
completo de maquinarias, existían también diferencias en cuanto a la anti-
güedad y potencia.
La agriculturización, bajo las pautas tecnológicas de la modernidad,
prescindía del trabajo permanente y cotidiano estacionalizándolo. Como
consecuencia la población rural descendió abruptamente. Productores y
asalariados no encontraban razones para vivir en el espacio rural y esto
trajo aparejado, entre otros factores, el despoblamiento del campo.
Diez Tetamanti (2012) analizó estos procesos de configuración del espa-
cio y dinámicas demográficas de las pequeñas localidades del interior bo-
naerense, en las que se manifestó un proceso de despoblamiento intenso.
El área de estudio no fue ajena a esta realidad y comenzó a manifestar una
disminución significativa de su población. Los productores de aquellas ex-
plotaciones que no pudieron asimilar los condicionamientos externos y no
lograron incorporar estrategias para su permanencia, tuvieron que abandonar
el campo en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida. Los que
formaban parte de otro grupo con capacidad de gestión y manejos adecuados
asumieron riesgos mayores y adoptaron un perfil más empresarial. Los pro-
ductores ya no compartían las prácticas y lógicas de producción.
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 95
y a la vez, se abandonan y desaparecen un gran número de explotaciones
agropecuarias. “El uso más intenso del capital y exigencias cada vez más
rígidas en materia de administración de los campos condujo a una elimina-
ción de las unidades menos rentables…” (Albadalejo, 2006: 42).
Se evidenció un descenso del ingreso real del productor agropecua-
rio, situación que explica la desaparición de numerosas explotaciones
durante esta etapa. El campo pampeano perdió el 29 % de sus explota-
ciones entre 1988 y 2002. Las unidades de menos de 500 ha fueron las
más afectadas (CNA, 1988; 2002). La desaparición de las explotaciones
agropecuarias generó un descenso de la población, que trajo como con-
secuencia la pérdida de servicios y equipamiento y el envejecimiento y
desaprovechamiento de la capacidad productiva instalada en las áreas
rurales.
El nuevo modelo de organización de los territorios rurales según Sili
(2010) fue el modelo de organización rural fragmentario. El espacio rural
se fragmentó de a poco por el cierre de estaciones de ferrocarril, el aisla-
miento ocasionado por el trazado de rutas pavimentadas, alejadas de los
antiguos caminos de tierra, la falta de inversión en mejoramiento de rutas
existentes y la falta de transportes públicos.
El despoblamiento rural, la disminución y pérdida de fuentes de trabajo
en las explotaciones agropecuarias, los cambios en los sistemas producti-
vos y las estructuras agrarias (Luque et al., 2011) fueron solo algunos de
las consecuencias de este modelo de desarrollo adoptado por el país, que
generó también una profunda fragmentación social asociada a la ruptura
de las relaciones sociales entre los habitantes rurales. En las últimas dos
décadas el sector agropecuario argentino atravesó distintos procesos socio-
productivos, por un lado se observó un notable crecimiento en cantidad y
calidad de algunas producciones, principalmente de oleaginosas y cereales
particularmente de soja; por otro, un grave deterioro ambiental, procesos
de concentración y extranjerización de los medios de producción, lo que
ocasionó una reducción del número de trabajadores rurales en relación de
dependencia, favoreciendo el éxodo y la migración campo-ciudad (Gabella
y Álamo, 2013).
Las visiones cortoplacistas de los productores, potenciadas por la ines-
tabilidad de la economía argentina, los bajos precios mundiales para pro-
ductos agropecuarios y la escasa productividad natural del área, no estimu-
laron ni estimulan hoy en día las inversiones a largo plazo, ni la capitaliza-
ción de la actividad agrícola, produciendo una degradación cada vez mayor
de los suelos de la zona, situación que se ha incrementado con el paso del
tiempo (Gabella et al., 2011).
96 Julia Inés Gabella y Alicia María Campo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Actualmente el partido en análisis presenta degradación ambiental que
involucra tres aspectos de una misma realidad: el natural, con la deforesta-
ción del monte nativo y alteraciones en las características físicas y químicas
del suelo lo cual provoca desertificación y pérdida de biodiversidad; el eco-
nómico, con el endeudamiento de los productores rurales y la consecuente
pobreza rural y el social, donde la degradación se asocia al abandono de
tierras, éxodo rural y la pérdida de valores y tradiciones culturales.
Conclusiones
Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 97
Bibliografía citada
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Huellas n° 20 (2016) | Procesos de ocupación y construcción del espacio rural pampeano... (pp. 79-99) 99
Artículo
5
Capacidad competitiva y dinamismo
en la horticultura de La Plata
interpretada desde el enfoque basado
en los aglomerados de empresas
Matías García1
Universidad Nacional de La Plata-CONICET
@ [ garciamatias@agro.unlp.edu.ar ]
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2006
Resumen
El Cinturón Hortícola Platense ha mostrado un crecimiento económico,
productivo y tecnológico irrefutable e ininterrumpido desde su nacimiento
(1882) hasta la actualidad. Más aún, la velocidad y magnitud de las trans-
formaciones en los últimos años parecerían corresponder a causales que aun
no se identifican o explicitan claramente y/o en su totalidad. En ese senti-
do, resulta destacable que las consideraciones del territorio en los estudios
económicos de los últimos años buscan dilucidar los factores que explican
tanto los procesos de concentración de actividades productivas y de servi-
cios en determinados espacios, como los que conducen a que determinadas
localizaciones muestren un mayor dinamismo y capacidad competitiva que
otras. Precisamente, los objetivos planteados son relevar los enfoques de
aglomerados económicos y determinar las externalidades derivadas de la
aglomeración de empresas hortícolas de La Plata. Para ello se realizó un
ordenamiento bibliográfico de las diferentes conceptualizaciones, caracte-
rísticas y tipos de aglomerados de empresas. Seguidamente se identificaron
y analizaron las interrelaciones existentes en el aglomerado platense y sus
ventajas competitivas emergentes. Se concluye que el caso de la horticultu-
ra en La Plata muestra una evolución que se asemeja a la de otros aglomera-
dos económicos, siendo el concepto de Sistemas Productivos Locales el que
en la actualidad mejor se adapta a describir e interpretar su dinámica.
100 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Competitive capacity and dynamism in horticulture in La Plata
interpreted from the perspective of companies agglomerates
Abstract
The Platense Horticultural Belt has shown an economic, production and tech-
nological irrefutable and uninterrupted growth from its birth (1882) up to the
present. Moreover, the speed and magnitude of the transformations in the last
years would seem to correspond to causes that have not yet been clearly and
/ or fully identified or stated. In this sense, it is noteworthy that the consid-
erations of the territory in the economic studies of recent years seek to elu-
cidate the factors that explain the concentration processes of production and
service activities in certain spaces, as well as those which lead certain loca-
tions to show greater dynamism and competitive capacity than others. Thus,
the objectives posed in this work are to locate the approaches of economic
agglomerates and to determine the externalities resulting from the agglom-
eration of horticultural companies in La Plata. A bibliographical classification
of the different conceptualizations, characteristics and types of companies
agglomerates was performed to this end. Afterwards, the existing interrela-
tionships in La Plata’s agglomerate were identified and analyzed, as well as
their emergent competitive advantages. It is concluded that the case of horti-
culture in La Plata shows an evolution that resembles that of other economic
agglomerates, being the concept of Productive Local Systems the one that, at
present, is best suited to describing and interpreting its dynamics.
Resumo
O Cinturão Hortícola Platense tem mostrado um crescimento econômico,
produtivo e tecnológico irrefutável e ininterrompido desde seu nascimento
(1882) até a atualidade. Ademais, a velocidade e a magnitude das transforma-
ções nos últimos anos parecem corresponder a causas que ainda não podem
se identificar ou explicitar claramente em sua totalidade. Neste sentido, re-
sulta destacável que as considerações do território, nos últimos estudos eco-
nómicos, dos últimos anos, tentem dilucidar os fatores que explicam tanto os
processos de concentração de atividades produtivas e de serviços em deter-
minados espaços como, por exemplo, aqueles que conduzem a determinadas
localizações a que mostrem um maior dinamismo e capacidade competitiva
do que outras. Justamente os objetivos expostos são relevar os enfoques de
aglomerados econômicos e determinar as externalidades derivadas da aglo-
meração de empresas hortícolas de La Plata. Por isso, realizou-se um ordena-
mento bibliográfico das diferentes conceptualizações, características e tipos
de aglomerados de empresas. Seguidamente, identificaram-se e analisaram-
se as inter-relações existentes no aglomerado platense e suas vantagens com-
petitivas emergentes. Concluiu-se que, no que respeita à horticultura, em La
Plata, esta mostra uma evolução que é semelhante à de outros aglomerados
econômicos, considerando que o conceito de Sistemas Produtivos Locais é o
que melhor enquadra ao descrever e interpretar sua dinâmica.
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 101
Introducción
2 Se hace referencia a: i) ventajas productivas (mayor calidad del producto, mayor período de
cosecha, menor costo por unidad de producto, mayor rendimiento, mayor eficiencia en el uso
de los medios de producción) (García, 2010b); ii) la retracción de la superficie y producción
extra región platense; iii) el avance del horticultor boliviano en toda la cadena de producción-
consumo, y en el eslabón de comercialización en particular; iv) las ventajas del transporte que
posibilitan competir en regiones otrora imposibles económicamente (García, 2012).
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Los motivos de la concentración espacial de la producción en el partido de
La Plata en parte fueron identificados y discutidos en García, 2012. Los
elementos que ahora emergen junto con el nuevo dinamismo se pretenden
comenzar a desarrollar en este estudio.
Concretamente, una hipótesis que emerge como línea de trabajo es que
la actual dinámica de la horticultura platense puede ser mejor interpretada si
se la analiza como un aglomerado económico o de empresas, en el cual exis-
ten sinergias que le otorgan al territorio un grado mayor de competitividad,
ingresando éste a una nueva etapa en su ciclo de desarrollo. La evolución
de la horticultura platense podría ser representada de la siguiente manera,
planteándose como supuesto el surgimiento de una nueva etapa en su desa-
rrollo (Ver Figura Nº1).
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 103
Marco Teórico
104 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
mismas parecerían ajustarse mejor a la interpretación de la actual dinámica
del Cinturón Hortícola Platense. Estas revalorizan el territorio a partir de
las innovaciones tecnológicas y organizativas, los nuevos determinantes de
la competitividad, los procesos de conocimientos y aprendizaje en el seno
de las redes o conjuntos de agentes, y los impactos locales de la globaliza-
ción (Cfr. Pedreño y Quaranta, 2002). Surgen de esta manera las nociones
de “clústers”, “distritos industriales”, “sistemas locales de innovación” y
“sistemas productivos locales”, entre otros. Todas éstas pretenden resaltar
las formas locales de organización de la producción, otorgando un énfasis a
los “componentes endógenos” que estimulan el desarrollo territorial.
En estos aportes, los espacios locales-regionales desempeñan un doble
rol; (a) un locus (lugar) que reúne los atributos naturales específicos para
el desarrollo de la actividad primaria y/o de procesamiento y servicios co-
nexos; (b) un ambiente o entorno que favorece o dificulta la incubación de
condiciones para acciones colectivas (convergencia de representaciones,
cooperación entre actores) en una determinada trayectoria o dirección (re-
putación de producto u origen) (Gutman y Gorenstein, 2003). Siguiendo a
estas investigadoras, los elementos comunes presentes en las aproximacio-
nes de distritos, cluster y sistemas locales de innovación, giran en torno a
cuatro ejes básicos:
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 105
Diferentes tipos de aglomeraciones productivas en el territorio
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trobelli & Rabellotti, 2004). Las diferencias de los “Sistemas Productivos
Locales” y del “Distrito Industrial” en relación al concepto de clúster es
que en los primeros se destaca la participación de empresas de pequeña y
mediana dimensión. Un clúster se caracteriza por la presencia de grandes
empresas, y una constelación de PyMES, que trabajan para ellas, directa o
indirectamente.
Entonces, las características principales de estos tipos de aglomerados
económicos son, según Climent López (1997) y Naclerio (2010):
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 107
Características de los aglomerados de empresas
4 Si bien algunos autores, restringen de la definición de clúster a las empresas y relaciones entre
ellas establecidas, otros (entre los que se encuentra Porter) incluyen a las instituciones y orga-
nizaciones que afectan a la actividad o capacidad innovadora de los aglomerados económicos
(por ejemplo, universidades, institutos de investigación, servicios empresariales intensivos en
conocimiento, instituciones puentes –consultores– y clientes).
108 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de aquellas que se realizan en forma no deliberada. Más aún, señala
que la agudización de la competencia y las mayores posibilidades de
cooperación que posibilita la pertenencia al AdE, son factores que se
convierten en fuentes de ventajas competitivas por los efectos que ge-
neran sobre la innovación empresarial.
d) Flujos de productos y/o flujos de conocimiento/innovación: La relación
entre los agentes que componen un AdE puede estar basada en un vínculo
comercial, es decir en un intercambio de productos; o en un vínculo de
tecnología/conocimiento/innovación. Si bien la mayoría de los estudios se
focalizan sobre los primeros básicamente por la mayor facilidad de obtener
datos (mediante las tablas de input/output), a veces ambos flujos parten de
una misma empresa, o bien se trata de empresas de diferentes ramas.
Origen de los AdE: La aparición de un AdE puede ser causado por, al me-
nos, tres factores (García Sánchez y Wandosell Fernández, 2004): a)Factores
geográficos: diferentes elementos pueden favorecer la formación de un AdE,
tales como un reducido costo del transporte, cercanía al mercado, disponibi-
lidad en el área de inputs de difícil acceso y/o costoso transporte, específicos
factores físicos –tales como el clima y suelo–, disponibilidad de mano de obra
flexible y barata, etc. b)Factores históricos: a veces el inicio de un AdE puede
encontrarse en motivaciones históricas que posibilitaron o incentivaron que
empresas se concentraran en determinadas regiones. Estas motivaciones no
necesariamente deben persistir para que el AdE se desarrolle. c)Factores insti-
tucionales: los costos de transacción comercial determinan el tiempo necesa-
rio, el esfuerzo a aplicar, la incertidumbre, etc. Su reducción posibilitada por
el marco institucional es un factor que influye en la localización de empresas
en determinadas áreas, pudiendo ser ello causal del origen de un AdE.
Causales de la persistencia de los AdE: Las ventajas que se derivan de
la concentración espacial de empresas interrelacionadas son, a su vez, las
causales de su existencia (y estudio). A nivel general, un AdE genera venta-
jas derivadas de las economías de aglomeración. Se trata de externalidades,
economías externas no planificadas o bien pasivas, ya que se generan por
y para las empresas ubicadas en un espacio concreto de modo espontáneo,
como subproducto de la actividad económica y no necesariamente como
fruto de acciones conscientes. Se pueden ordenar según afecten positiva o
negativamente a los agentes participantes de una aglomeración económica
(Navarro Arancegui, 2003).
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Externalidades positivas:
Externalidades negativas:
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• Por otra parte, el incremento que la competencia e innovación reduce
en los mercados de outputs los precios, las ventas y –por ende– los be-
neficios por empresa.
• Sin embargo, según Porter (1998) todas estas externalidades negativas
resultan beneficiosas, por el estímulo que conlleva para una intermina-
ble mejora e innovación.
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 111
rial y su devenir socioeconómico. Justamente, sucesos que –con sus di-
ferencias y particularidades– se identifican claramente en la horticultura
de La Plata.
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El desenvolvimiento del Cinturón Hortícola Platense puede ser dividi-
do en etapas (García, 2010a).
Inicios: La Plata se diferencia de otras ciudades porque su fundación
previó una estricta planificación de las formas de ocupación del espacio,
entre ellas del incipiente sector generador y abastecedor de alimentos fres-
cos (Garat, 2002). Si bien las explotaciones ubicadas en forma adyacente a
la ciudad tenían como propósito abastecer a la ciudad, en forma temprana
comienzan a comercializar sus excedentes en la ciudad de Buenos Aires,
evidenciando este sub-sector un vigor mayor al demandado o planificado.
La llegada de inmigrantes provenientes principalmente de Italia (Gutman
et al, 1987) de larga tradición en esas tareas le va a conferir una impronta
particular y distintiva (Archenti, 2000).
Consolidación: La consolidación de la estructura productiva hortícola
platense se concreta en un período que va desde mediados del siglo XX
hasta 1990. Las variables que determinan este proceso fueron múltiples e
interdependientes.
La expulsión rural (relacionado al proceso de mecanización del agro)
junto al incremento de la demanda de mano de obra urbana (asociado al
proceso de industrialización), provoca en la Argentina un importante mo-
vimiento de personas desde el campo hacia las grandes urbes a mediados
del siglo XX (Barsky y Gelman, 2005). La Plata, debido a su ubicación
espacial, la barrera natural que significa el Parque Pereyra Iraola y su rela-
tiva autonomía política y económica, es poco influenciada por este proceso
concatenado de industrialización-migración-urbanización-desplazamiento
y ampliación desordenado del periurbano bonaerense. Por lo que no sufre
un desplazamiento o desaparición de quintas hortícolas como sucedió en
el resto del periurbano productivo bonaerense. Todo esto posibilita que la
horticultura platense se consolide al no verse afectada su actividad y, más
aún, al aumentar la demanda debido a la merma productiva regional, suma-
do al aumento demográfico del conurbano bonaerense de la época.
Diferenciación: Consolidada la producción hortícola platense en rela-
ción a la bonaerense, esta adquiere una 3º fase a partir de la década del ´90,
logrando un proceso de diferenciación que se basó en la temprana y excep-
cional incorporación del paquete tecnológico del invernáculo (Benencia et
al, 2009), en interacción con el rol asumido por el horticultor boliviano en
la región (García y Kebat, 2008). Este proceso de fuerte protagonismo del
horticultor boliviano e incorporación tecnológica en La Plata ocurre en un
contexto económico que lo estimula (tipo de cambio sobrevaluado y sobre-
producción), junto a exigencias del Supermercadismo (Bifaretti y Hang,
1997; Viteri y Ghezan, 2003).
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 113
En esta última etapa se observan transformaciones en la estructura de
la tierra (García, 2008), la comercialización (Ferratto et al, 2010; Le Gall
y García, 2010), la producción (Benencia et al, 2009). Y más aun, se dis-
tingue a La Plata no sólo como la región hortícola más capitalizada, sino
como uno de los de mayor importancia de todo el país.
Estas transformaciones generaron a nivel nacional una ampliación en
el aprovisionamiento del mercado del Gran Buenos Aires6 cuanti y cualita-
tiva, generando una oferta más regular a lo largo del año (Viteri, Ghezan,
& Iglesias, 2013). A nivel regional, las estrategias claramente diferenciales
en juego (La Plata vs Norte y oeste del Cinturón Hortícola Bonaerense)
fueron responsables de la desestructuración del viejo Cinturón Hortícola
Bonaerense y de la reestructuración del Archipiélago Hortícola (Le Gall &
García, 2010). Mientras que a nivel local, las transformaciones generadas
resultaron de tal magnitud que hasta ponen en duda la categorización de La
Plata como “cinturón verde”, al menos según sus rasgos típicos. Si recor-
damos la caracterización o definición de Vigliola (2007: 5):
Corresponden a las ‘quintas’ que rodean a las grandes ciudades. Se caracte-
rizan por poseer dimensiones pequeñas (15 has promedio), gran diversidad
de cultivos (10 o más), tecnología más rudimentaria y gran inversión de
mano de obra. En general producen verduras de hoja, crucíferas, remola-
cha y frutos estivales u ’hortalizas de estación’.
6 El INDEC denomina bajo el término de Gran Buenos Aires (GBA) a la megaciudad argentina,
que integra a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su extensión natural o conurbación de 24
partidos pertenecientes a la provincia de Buenos Aires, sin constituir en su conjunto una uni-
dad administrativa (Ver: http: //www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/4/folleto%20gba.pdf).
114 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
iii) La gran diversidad típica de cultivos también ha desaparecido. Las
quintas hoy día se especializan en grupos de hortalizas de hoja o de
fruto, existiendo también aquellas en transición (y por ende, con un
mayor número de productos). Pero lo normal son quintas con una
variedad de no más de 5-6 hortalizas.
iv) Lejos ha quedado La Plata de ser un sector con tecnología rudimen-
taria. Es la más capitalizada del país, con una expansión tanto hori-
zontal como vertical de la tecnología. Esto ha generado que si bien
no necesariamente se haya visto reducida la inversión en mano de
obra (en forma absoluta), sí se incrementa la composición orgánica
del capital.
v) El término “hortalizas de estación” va perdiendo nitidez ante el
avance del invernáculo. Hoy La Plata produce hortalizas todo el
año, si bien algunos cultivos muestran límites fisiológicos aun in-
expugnables.
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 115
Es en este marco en donde el enfoque de aglomerados de empresas in-
tenta captar o interpretar mejor su dinámica caracterizada por un aumento
de la competitividad. Para ello, a continuación se identifican las externali-
dades que emanan del aglomerado hortícola de La Plata.
116 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
posibilita tanto el déficit como una mejor situación para el trabajador en
la puja distributiva (García, 2014).
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 117
fueran elementos disconexos de un medio, de un territorio que atiza con
exigencias y a la vez que brinda sinergias positivas. Para ello se analizan
algunos elementos indispensables para entender los motivos por los cuales
se sigue privilegiando a La Plata como zona de producción hortícola:
118 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
horticultura de La Plata. Ello se complementa, en cierta medida, con el
asesoramiento brindado por las agronomías (Cfr. Seibane, 2013).
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 119
nes, restaría en este apartado discutir qué tipo de aglomerado económico se
adapta mejor a la realidad bajo estudio y hacia cual se perfila.
Se entiende que el AdE platense no se corresponde a un “Área de Es-
pecialización Productiva”. Ya que existen fuertes relaciones interempresas,
como las que se observan entre las quintas de la comunidad boliviana, entre
las quintas en general y los comercios de agroquímicos y plantineras, entre
las instituciones (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA–,
Universidad Nacional de La Plata –UNLP–) y diferentes tipos de empresas
del sector. Por otra parte, si bien se puede decir que existe cierto predominio
de empresarios extranjeros como sería el caso de los horticultores de origen
boliviano, ello no debe ser entendido como capitales que ingresaron al país
como inversión directa. Por último, la actividad principal (horticultura) no
necesariamente se origina por condiciones favorables para la localización
empresaria, tales como disponibilidad y flexibilidad de la mano de obra y
tierras. La horticultura platense tiene un origen planificado de abastecimiento
a la ciudad capital bonaerense y al conurbano del GBA, similar a los orígenes
del resto de las localidades que componen el Cinturón Hortícola Bonaerense
(Garat et al, 1999; García y Lemmi, 2011). Su consolidación y diferenciación
ha sido posterior, generándose en dicha evolución las condiciones favorables
para generación de un aglomerado económico.
En un orden de complejidad y evolución mayor al de “Área de Especia-
lización Productiva”, se encuentra el “Sistema Productivo Local” (SPL),
modelo que bien podría ser adaptado a la actualidad (2015) del AdE hortí-
cola de La Plata. Tal afirmación se basa en:
i) la presencia de pequeñas empresas, produciendo muchas de ellas el
mismo producto. Esta es una característica explícita de la horticul-
tura platense, en donde según el CHFBA´05, el 66% de los estable-
cimientos hortícolas poseen apenas el 21% de la superficie total, lo
que significa quintas de entre 0,5 y hasta 2 has.
ii) las interrelaciones entre empresas, esencialmente intrasectoriales;
ya se hizo referencia en el apartado anterior a las relaciones entre
empresas, sobresaliendo las que ocurren en un mismo nivel o esla-
bón de la cadena.
iii) el impacto sobre la economía y la sociedad local; el aporte que rea-
liza el sector hortícola en la economía platense fue para el año 2010
de 340 millones de peso, representando ello el 81% del Valor Bruto
de la Producción primaria (Lauría, 2011). Paralelamente, la deman-
da de mano de obra, si bien fuertemente subestimada en los releva-
mientos censales, es significativa.
120 Matías García | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
iv) una demanda de políticas de protección y consolidación del SPL pro-
venientes de fuerzas sociales (agentes económicos y políticos) hacia
las administraciones públicas. Si bien históricamente se trató de un
sector invisibilizado, las exigencias hacia el sector público existen.
Por ejemplo, sería difícil de explicar la férrea defensa del uso del sue-
lo que distinguió a La Plata del resto de los partidos del Cinturón
Hortícola Bonaerense, lo que le permitió no sólo afrontar el natural
avance urbano, básicamente bajo la modalidad de countries, sino que
a la vez, como ecuación de suma cero, fue un puntal para comenzar a
producir para zonas en donde la oferta se reducía, acorde al avance ur-
bano sobre las zonas rurales intensivas (Ver Le Gall y García, 2010).
Reflexiones finales
Huellas n° 20 (2016) | Capacidad competitiva y dinamismo en la horticultura de La Plata... (pp. 100-124) 121
El caso de la horticultura en La Plata muestra una evolución que se ase-
meja a la de otros aglomerados hortícolas existentes en el mundo, siendo el
concepto de Sistemas Productivos Locales el que en la actualidad mejor se
adapta a describir e interpretar su dinámica.
Particularmente, la concentración de empresas hortícolas de La Plata
genera en forma constante una serie de innovaciones tecnológicas que son
corregidas y/o ajustadas por los productores, y difundidas en forma efi-
ciente y rápida por las ventajas de cercanía, diálogo y cooperación carac-
terístico de los aglomerados económicos. Paralelamente, la prevalencia de
PyMEs le otorga flexibilidad al aglomerado productivo. Dicha flexibilidad
y la constante innovación se retroalimentan, generándose un mayor valor
que busca ser apropiado por diversos agentes, puja que se traduce en nuevas
innovaciones, prueba de métodos, técnicas y especializaciones productivas
que hacen del sector un espacio muy dinámico y altamente competitivo.
Lejos de resultar esto una conclusión, se sugiere que sea entendido como
una invitación a profundizar la discusión en pos de la adaptación de un enfo-
que que mejor explique la realidad de la horticultura en La Plata. Todo ello
con el propósito y el convencimiento que el entendimiento de una realidad
posibilita su interpretación y permite su eventual transformación.
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Artículo
6
Caracterización de la agricultura de
proximidad al área metropolitana de
Santa Rosa-Toay (La Pampa, Argentina):
aportes para la discusión sobre
soberanía alimentaria
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2007
Resumen
El concepto de soberanía alimentaria irrumpe en la actualidad como cues-
tionamiento político al concepto de seguridad alimentaria, noción asocia-
da al modelo dominante de agricultura y alimentación. A inicios de los 90’
una serie de movimientos sociales alternativos se han organizado en el
movimiento agrario transnacional La Vía Campesina, declamando que la
actual crisis es producto de la globalización de un modelo neoliberal de
agricultura de características capital-intensivo e industrial. La transfor-
mación del medio rural y el profundo proceso de urbanización que se está
dando en todo el mundo, plantea desafíos importantes en materia de sobe-
ranía alimentaria. El trabajo tiene como objetivo realizar un análisis sobre
el rol que las agriculturas de la ciudad cumplen en relación con elementos
claves de la soberanía alimentaria en torno al concepto de proximidad.
El estudio se realizó sobre el área metropolitana Santa Rosa-Toay ubica-
da en la región pampeana argentina. El diseño metodológico contempló
un enfoque mixto. Se realizaron encuestas y relevamientos de campo, se
utilizó Google Earth como herramienta de mapeo, y software libre para el
procesamiento de la información en un SIG. Entre los resultados obtenidos
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 125
están la construcción de mapas temáticos y la profundización conceptual
sobre los alcances del concepto de agricultura de proximidad.
Abstract
The concept of food sovereignty arises today as a political challenge to
the concept of food safety, which is a notion associated with the dominant
model of agriculture and feeding. In the early 1990s a number of alterna-
tive social movements were organized into the transnational agrarian mo-
vement La Vía Campesina. They argued that the current crisis is the result
of the globalization of an agriculture neoliberal model of capital intensive
and industrial characteristics. The transformation of the rural areas and
the worldwide urbanization process pose important challenges with res-
pect to food sovereignty. This article aims at analyzing the role of city
farming in relation to key elements of food sovereignty around the concept
of proximity. The study was conducted on the metropolitan area Santa
Rosa-Toay located in the Argentinian pampas. The methodological design
was based on a blended approach. Questionnaires and field surveys were
conducted, Google Earth was used as a mapping tool, and free software
was used for processing information through GIS. The results obtained in-
clude the production of thematic maps and the conceptual deepening on
the scope of the concept of proximity agriculture.
Key words: food safety, urban and peri-urban agriculture, local producers,
mapping.
Resumo
O conceito de soberania alimentaria aparece na atualidade como questio-
namento político ao conceito de segurança alimentaria noção associada
ao modelo dominante de agricultura e alimentação. Nos começos de 1990
uma série de movimentos sociais alternativas tem se organizado em um
movimento agrário transnacional La Via Campesina, declamando que a
atual crise é produto da globalização de um modelo neoliberal de agricul-
tura de características de capital intensivo e industrial. A transformação
do meio rural e o profundo processo de urbanização que está se desenvol-
vendo em todo o mundo apresenta desafios importantes no que diz respei-
to à soberania alimentaria. Este trabalho tem como objetivo realizar uma
analise sobre o papel que realizam as agriculturas da cidade em relação
com os elementos chaves da soberania alimentaria em torno ao conceito
de proximidade. O estudo realizou-se sobre a área metropolitana de Santa
Rosa- Toay, na região pampeana da argentina. A metodologia considerou
um enfoque misto. Realizaram-se enquetes e levantamento de campo,
utilizou-se Google Earth como ferramenta de mapeio e software livre para
126 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
o processamento de informações em um SIG. Entre os resultados obtidos
estão a construção de mapas temáticos e o aprofundamento conceitual
sobre os alcances do conceito de agricultura de proximidade.
Introducción
4 La Política Agraria Común (PAC) surgió a principios de los años 60, en los inicios de la CEE
(precursora de la Unión Europea), con el objetivo de conseguir la seguridad alimentaria en la
Europa de posguerra, que se enfrentaba a problemas de abastecimiento. En sus inicios sus ob-
jetivos fueron aumentar la productividad agrícola, para proporcionar a los ciudadanos un sumi-
nistro estable de alimentos a precios asequibles, y asegurar unas condiciones de vida justas para
los agricultores (http://ruralmedia.eu/pac/). Según la definición más aceptada, existe seguridad
alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus pre-
ferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana (FAO, 1996).
5 La Vía Campesina es el movimiento internacional que agrupa a millones de campesinos y
campesinas, pequeños y medianos productores, pueblos sin tierra, indígenas, migrantes y tra-
bajadores agrícolas de todo el mundo. Defiende la agricultura sostenible a pequeña escala
como un modo de promover la justicia social y la dignidad. Se opone firmemente a los agro-
negocios y a las multinacionales que están destruyendo los pueblos y la naturaleza (La Vía
Campesina, 2011).
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 127
ejes de debate y reflexión: principalmente el político y el económico. Vale
agregar que dicha situación acontece, además, en un escenario en el que se
registra una acelerada tendencia hacia la urbanización de la sociedad. Son
cada vez menos las personas que habitan en las áreas rurales: en la actuali-
dad, más de la mitad de la población del mundo habita en ciudades. No sólo
se verifica una tendencia al aumento del número de habitantes urbanos a
escala global sino que, a su vez, las pequeñas ciudades y núcleos dispersos
pierden población, mientras las ciudades de mayor tamaño y las intermedias
crecen aceleradamente y concentran población (Naciones Unidas, 2014). En
este contexto, se reconoce el ámbito urbano como territorio donde se procesa
el conflicto planteado por los movimientos y organizaciones sociales en ma-
teria de acceso a los alimentos (Barthel et al., 2013).
El presente trabajo tiene como finalidad reflexionar en torno a la agri-
cultura que se desarrolla en las ciudades6, y cómo la puesta en valor de
distintas formas de dicha agricultura de proximidad se relaciona con el
concepto de soberanía alimentaria. Para ello, se realizó un estudio sobre
el área que conforma la región metropolitana de Santa Rosa, capital de
la provincia de La Pampa, integrada por las localidades de Santa Rosa y
Toay. El trabajo de relevamiento fue producto de un proceso generado por
la demanda de actores pertenecientes a diversas instituciones con represen-
tación en la provincia de La Pampa78.
6 En este punto, el presente trabajo se diferencia de las tendencias que circunscriben la cuestión
del abastecimiento alimentario a un tema netamente urbano y que promueven cultivar las
ciudades o bien la autosuficiencia de las ciudades (Mougeot, 2006). Se intenta construir una
mirada sinóptica, multi-escalar de la ciudad, como parte vital integrante e interdependiente de
una región, donde se constatan capacidades relacionadas con la provisión de bienes y servi-
cios a la sociedad.
7 Véase apartado: Delimitación del caso de estudio y tratamiento metodológico.
8 Desde un punto de vista metodológico, se realizó un relevamiento de los espacios donde se
practica la agricultura en áreas urbanas y periurbanas de Santa Rosa. La herramienta a través
de la cual se realizó un primer reconocimiento fue el Google Earth (Taylor y Lovell, 2012).
Posteriormente, se realizaron entrevistas estructuradas (encuestas) y semi-estructuradas a los
agricultores que permitieron un análisis cualitativo y volcar la información a un SIG de soft-
ware libre. Parte de los resultados obtenidos se han sintetizado en mapas temáticos que se
incluyen en la presente publicación.
128 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ajustaron al marco de la seguridad alimentaria. Como se ha mencionado,
durante la crisis alimentaria de los años 2007 y 2008 gana protagonismo la
voz de quienes denunciaban que el término seguridad alimentaria no con-
tenía cuestiones esenciales para generar cambios en el sistema global de
producción de alimentos. Los movimientos y organizaciones sociales de
base, reivindicaban una política agraria basada en procesos colectivos, en
la inclusión de las minorías y en la “horizontalización” de los mecanismos
de diseño y ejecución de esas políticas. El concepto de soberanía alimen-
taria procura realizar un cuestionamiento de determinados aspectos consi-
derados reduccionistas y que están contenidos en el concepto de seguridad
alimentaria. Se centra en el derecho humano a la alimentación; supone una
confrontación frente a un sistema alimentario mundial caracterizado por la
elevada concentración económica y presencia de empresas multinaciona-
les; se atribuye la representación de los sectores más oprimidos y se pre-
senta como una opción crítica a las estrategias de la agricultura de mercado
y a un capitalismo sin límites éticos.
La noción de soberanía alimentaria expresa “el derecho de los pueblos
a definir sus propias políticas sustentables de producción, transformación,
comercialización, distribución y consumo de alimentos, garantizando el
derecho a la alimentación de toda la población” (K. de Gorban et al., 2011:
20). La diferencia sustancial radica en postular el derecho a las naciones
y las personas a controlar sus propios sistemas alimentarios, incluidos sus
propios mercados, modos de producción, la perspectiva cultural y ambien-
tal de la alimentación (Wittman et al., 2011). Es así que no sólo apunta a
la cuestión de solucionar el problema del hambre sino que se propone la
construcción de un sistema alimentario diferente al actual.
Algunos de los aspectos que el concepto de soberanía alimentaria pone
de relieve son los cambios y transformaciones que se han desarrollado en la
relación campo-ciudad. Por un lado, toma nota de los cambios en las for-
mas de producir que se registraron en las áreas rurales como producto de
los cambios tecnológicos acaecidos luego de la Segunda Guerra Mundial,
cuando la industria inicia una abrupta expansión en todas sus dimensiones
(Schumacher, 2011). Dentro de esta etapa, en el campo de la agricultura se
desarrolla la denominada Revolución Verde, que se corresponde con el de-
sarrollo y aplicación masiva de nuevas tecnologías para la producción de
alimentos. Los paquetes tecnológicos –de mecanización, utilización de agro-
químicos y adopción de ingeniería genética– tuvieron un fuerte impacto en
la productividad, pero no contribuyeron a resolver los problemas sociales y
especialmente no evitó que actualmente transitemos por una crisis ecológica
a nivel planetario (Rockström et al., 2009, Schumacher, 2011, Foster et al.,
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 129
2010). Concretamente, en materia de acceso a los alimentos “a pesar del
masivo incremento en la producción de alimentos que hemos tenido al mo-
mento, mucho mayor al crecimiento de la población, hoy más de un millón
de personas padecen hambre debido al incremento de la pobreza y dificultad
para comprar alimentos” (Wittman, 2011: 93). En este sentido, en los países
más desarrollados y dentro de las ciudades más importantes del mundo, exis-
te una situación de desigualdad social que se traduce en que muchas personas
no tienen garantizado el acceso a los alimentos (Morgan y Sonnino, 2010)9.
Además de encontrarnos con un sistema alimentario que no puede asegurar la
provisión de alimentos para toda la sociedad, desde la perspectiva ecológica
el planeta se encuentra con sus mecanismos de regulación seriamente afec-
tados, en este aspecto las agriculturas de formas industriales parecen llevarse
la mayor responsabilidad (Rockström et al., 2009). El actual sistema alimen-
tario mundial industrial y globalizado se está resquebrajando, y volcando sus
mayores impactos a las comunidades más vulnerables del planeta.
Los cambios tecnológicos, económicos y sociales de los procesos pro-
ductivos de mediados del siglo XX han generado un desplazamiento ma-
sivo de población rural a las urbes. Se considera que entre los años 2005
y 2006 más de la mitad de la población mundial pasó a residir en ciu-
dades (Naciones Unidas, 2014). Por lo tanto, en el marco de sociedades
crecientemente urbanizadas, las ciudades devienen en escenarios centrales
de resolución de los conflictos vinculados con agricultura y alimentos. En
el caso de Argentina, y a pesar de ser un país con una fuerte producción
agropecuaria y agroindustrial, se han interpuesto importantes barreras que
interfieren en el desarrollo de una relación campo-ciudad interdependiente
y equilibrada (Sienrra, 1946), tal como se declama en el concepto de so-
beranía alimentaria. Las familias rurales han protagonizado una intensa
migración a las ciudades desde mediados del siglo XX, quienes buscaron
refugio y condiciones de vida más dignas en los intersticios y bordes de las
ciudades, o migraron desde el interior hacia las grandes capitales más in-
dustrializadas. Independientemente del papel que han jugado las ciudades
en el desarrollo de la humanidad, como base de la civilización, y su rol en
los procesos de adaptación y domesticación de las especies para conformar
una cultura agrícola (Soja, 2008); debe considerarse que los movimientos
migratorios del campo a la ciudad adquirieron un carácter masivo, compo-
niendo una secuencia vertiginosa que se tradujo en el desplazamiento de
población que había construido sus lazos de arraigo a una tierra y con una
130 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
cultura determinada que le permitía, inicialmente, satisfacer sus necesida-
des y las de sus familias con los recursos del lugar.
Considerando una escala global, se ha consolidado una racionalidad
social, económica y ambiental que concentra el poder y el uso de los recur-
sos, dificultando a amplios sectores pauperizados, el acceso a los benefi-
cios que se obtienen de la naturaleza. Estos procesos generan importantes
migraciones de población rural, que se suman a los refugiados de la po-
breza, de conflictos ambientales, de conflictos armados y de la violencia
política. Esto explica en gran medida el crecimiento acelerado de las me-
trópolis urbanas, localizadas principalmente en los países más pobres. En
sincronía con este proceso de escala global, estas transformaciones se ma-
nifiestan como un avance del fenómeno denominado de agriculturización
o de agronegocios; que consiste en el desarrollo de un sistema integrado de
producción a escala industrial con fines de exportación10. Se conforma por
una red de empresas que se complementan en toda la cadena, con fuerte
desarrollo tecnológico y biotecnológico protagonizado por firmas multina-
cionales (Cabo, 2011). En este punto, resulta central el rol que cumplen las
ciudades en las actuales etapas de globalización capitalista.
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 131
En este sentido, la producción o consumo local es la manifestación de
la proximidad de una actividad productiva y de muchos otros procesos
vinculados que suceden cerca. Pero ¿Qué tan cerca o próximo debe estar la
producción o el consumo para considerarse local o no local? ¿Cuáles son
las condiciones de esa proximidad?
En gran medida lo local transmite en primera instancia la idea de un
atributo fuertemente vinculado a lo espacial –distancias físicas–, atributo
fundamental de las agriculturas que se practican en áreas urbanas y pe-
riurbanas. Definir una distancia que exprese los límites físicos de lo local
y de lo que no lo es, se convierte en una tarea sumamente difícil desde
perspectivas más complejas, ya que lo local será dependiente del contexto:
en determinadas situaciones lo local puede equivaler a una escala regional,
como por ejemplo: productos que provienen de localidades más pequeñas;
y en otros casos, lo local puede involucrar a una explotación localizada al
final de una calle, si se considera un contexto barrial.
Al establecer el límite entre el área local y la escala subsiguiente pueden sur-
gir diferentes interpretaciones. Las dificultades para definir lo local son impor-
tantes en el caso de la agricultura, que se caracteriza por constituir redes de alta
imbricación espacial, tal como lo demuestran casos como el de la soja, que se
produce en Brasil y Argentina, se exporta y se utiliza en Europa principalmente
para producir carnes locales. El desafío consiste en reconocer múltiples com-
ponentes o dimensiones para definir una situación de proximidad en materia
de agricultura y alimentos, a través de la construcción de un localismo global o
cosmopolita13. Aceptando la complejidad de perspectivas, se procurará indagar
en cuestiones generales que están involucradas en la situación de proximidad
para el caso de estudio. A tal fin, con los datos que se obtuvieron y tomando en
cuenta algunas clasificaciones propuestas para un caso europeo (Willis, 2012),
se establecerán criterios que ponen de relieve las particularidades de la agricul-
tura que se desarrolla en el área metropolitana Santa Rosa-Toay.
132 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de su delimitación, vale señalar que se registra una continuidad del tejido
urbano así como flujos socio-económicos cotidianos. Esta unidad física y
funcional representa el 36% de la población total de la provincia (INDEC,
2010). Esta unidad, constituye una ciudad donde se registra una dinámica
socio-económica de importancia, que se manifiesta particularmente por el
crecimiento relativo de la localidad de Toay (ver cuadro N°1).
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 133
En este marco, se acordó generar información primaria a través de un pro-
ceso de rastreo que incluyó varias técnicas y métodos a ser implementados de
forma conjunta: entrevistas a informantes claves, reconocimiento visual en te-
rreno, relevamiento a través de reuniones técnicas y un trabajo que se realiza-
ría con los mismos productores a través del método Snow Ball (Valles, 2000).
Mediante el uso de Google Earth, se localizaron e identificaron espacios con
actividades de agricultura y se relevó la información respecto a localización y
superficie de 123 unidades de producción, reconocidas a través de los diver-
sos métodos de rastreo. De esta forma, se generó un archivo formato KML,
lo que permitió incorporar los datos a un Sistema de Información Geográfica
(SIG). Las localizaciones obtenidas se verificaron posteriormente a través del
trabajo de campo, donde se realizaron entrevistas estructuradas (encuestas) a
los referentes de las unidades productivas, llegando al 54% del total locali-
zadas. Además se realizaron entrevistas semi-estructuradas y se estableció el
análisis cualitativo como método que posibilitaría obtener información rela-
cionada con aspectos complejos de las explotaciones agrícolas, difíciles de
categorizar en una entrevista estructurada. Las entrevistas semi-estructuradas
se realizaron sobre una muestra de selección gradual, donde se tuvo en cuenta
una serie de criterios asociados a una selección de casos típicos, conjuntamen-
te con un criterio de conveniencia (Flick, 2004).Muchos agricultores/ras, aun-
que manifestaban su acuerdo a recibir la visita, no deseaban ser entrevistados.
Algunos declararon no querer hablar ni ser grabados (a pesar de declararse
confidencialidad de los datos) por temer a una exposición de su situación de
precariedad legal o informalidad. Al solicitarle la entrevista, un agricultor ex-
presó: “prefiero que ni se enteren que estoy produciendo”.
134 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
registros y prácticas que exige la normativa vigente, especialmente aque-
llas bajo orbita municipal, pues ello es condición necesaria para poner en
valor el origen de las producciones. De acuerdo a los datos representados
en el mapa (ver figura N°1), se puede observar que las unidades de menor
escala tienen más problemas con la legalización de sus producciones o, en
todo caso, se encuentran restringidas para ser formalizadas por determina-
dos aspectos contenidos en normas que intentan erradicar la informalidad;
coincidentemente son aquellas explotaciones que se encuentran más próxi-
mas a áreas urbanas. Cabe aclarar que muchas veces cuentan con algún tipo
de registro (municipal, provincial o nacional), pero mantienen prácticas de
producción y comercialización al margen de las normativas.
Referencias:
No conocen-No poseen: son las unidades donde sus referentes manifestaron no estar ins-
criptos ni registrados en ningún tipo de registro y que desconocen totalmente con cuales
deberían poder cumplir o ser exigidos
Conocen-No poseen: son las unidades donde sus referentes manifestaron no estar inscriptos
no registrados en ningún tipo de registro aunque conocen total o parcialmente con cuales
deberían cumplir o ser exigidos.
Conocen-Poseen: son las unidades donde sus referentes manifestaron estar inscriptos o
registrados en algún tipo de registro y conocen total o parcialmente con cuales deberían
cumplir o ser exigidos.
Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Maphttps://www.openstreetmap.org/
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 135
En el área de estudio no se encontraron producciones que tengan una
denominación local, ni tampoco que exista una normativa que se ajuste a
tales situaciones. El gobierno provincial intentó implementar en los últi-
mos años una programa basado en normas BPA (Buenas Prácticas Agrí-
colas), pero no se superó la instancia de pruebas pilotos como el Sello de
Calidad Producto de La Pampa (Ministerio de la producción Gobierno de
La Pampa, 2011). En este sentido, resulta dificultoso el establecimiento
de una denominación de origen cuando las producciones no se encuentran
registradas15, manteniéndose ocultas del control de los organismos que se
encargan de hacer cumplir la normativa vigente.
15 “O no nos sirve la normativa a nosotros o nosotros no servimos al modelo, hay que verlo como
se quiera, pero….así no podemos. Entonces tenés que hacerlo todo ilegalmente, no te queda
otra. Como todos, yo miro acá para el costado y están todos haciendo lo mismo. Pero ¿De
quién es el problema entonces? ¿El problema es de todos los productores que hacen las cosas
mal o desde el estado no se acercan con normativas que abarquen a esos productores y no que
los dejen afuera? Porque la verdad es que los productores van a seguir produciendo, los que
hacen lechones van a seguir haciendo, lo van a seguir vendiendo de esa manera. Lo mejor se-
ría poder tener una normativa que permita a ese productor vender ese lechón legalmente y que
entonces todos podamos estar registrados con nuestras producciones, que se pueda hacer. Hay
cosas que son ridículas para nuestra escala, para otra escala son lógicas, pero para la nuestra
no sirve” (Agricultor, área metropolitana Santa Rosa-Toay).
136 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
cias de 28 y 45 kilómetros, coincidentes con la periferia de localidades
próximas de menor envergadura. Por ejemplo, al este la localidad de
Anguil, al sur de Ataliva Roca y al norte de Winifreda. Sin embargo, a
pesar de la diversidad de interpretaciones sobre los límites a establecer,
la gran mayoría de las unidades de producción fue localizada dentro del
espacio contiguo al área metropolitana Santa Rosa-Toay. Las razones
de los informantes para justificar esa íntima relación con la ciudad se
fundamentaron en mayor parte por el tipo de producciones (en general
producciones intensivas), que no se desarrollan tradicionalmente en el
ámbito rural. Se trata de producciones que se adaptan a espacios más
reducidos, con productos más perecederos y que requieren de una alta
frecuencia de viajes para su distribución (ver figura N° 2). Complemen-
tariamente, se pudo observar que en los criterios de selección estaban
presentes las particularidades de la escala (conceptualizaban estas for-
mas como pequeños productores, pequeños agricultores), la diversidad
de productos en la unidad de producción y también las estrategias de
comercialización.
Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Maphttps://www.openstreetmap.org/
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 137
Los servicios que presta la agricultura de proximidad
a la ciudad y “lo local” como el ámbito donde se
desarrollan los intercambios comerciales
16 “La erosión del suelo o su desaparición bajo edificios y vertederos no producen una mera
indisponibilidad temporal de ese suelo, sino más bien lo hacen improductivo, de forma que,
incluso si se llevasen a cabo todos los esfuerzos recomendados por la ciencia, necesitaría
siglos para recuperar su capacidad de soportar la actividad humana, por no hablar de formas
más orgánicas de agricultura” (Mumford, 1956: 11).
138 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
representan una alternativa17 en la generación de bienes y servicios para las
comunidades (FAO, 2012).
Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Maphttps://www.openstreetmap.org/
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 139
al trabajo realizado con las unidades productivas encuestadas, se puede
observar que la modalidad de venta a pedido18 representa una categoría
que prevalece sobre las demás (ver figura N°4). Dentro de esta categoría
existe una gran diversidad de estrategias que abarcan los distintos tipos
de relaciones que los productores establecen con los consumidores o co-
mercios locales19.
Fuente: elaboración propia en base a utilización de software libre www.qgis.org y acceso a las
capas del proyecto Open Street Map https://www.openstreetmap.org/
18 “Hay dos formas…una es que hay ciertos grupos familiares de Santa Rosa que saben que
producimos y vienen y compran. Una vez por semana. ¡O se lo llevo yo! Es como una relación
cercana. Ellos me dicen: “Tal día preparáme el pedido”… y yo se lo preparo. Un kilo de toma-
te, zapallito, lechuga, qué se yo, y se lo pongo en una bolsa y listo. No es que vienen y hacen
una compra directa. Yo ya les tengo el pedido hecho… o se los llevo a la casa” (agricultor/a
área metropolitana Santa Rosa-Toay).
19 “Esto se comercializa todo en Santa Rosa… Nosotros, como empezamos con uno, que era
poca cantidad, empezamos con rotisería, braserías, casa de comidas…no un supermercado o
una verdulería que vende mucha cantidad de lechuga, por ejemplo, porque nosotros íbamos
teniendo de a poca cantidad, entonces…con esos negocios es poca lechuga…todos los días o
una o dos veces por semana” (agricultor/a área metropolitana Santa Rosa-Toay).
140 Pablo V. Ermini, Beatriz Giobellina y Andrés Barsky | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Consideraciones finales
20 “Cuando te decía del centro de consumo es porque es como hasta hoy, y nosotros para hacer
una producción alternativa, para poder competir con producciones industriales que se basan
en la cantidad de un producto, que no importa como sea, pero si es mucho es bárbaro, para
competir con eso vos precisas un mercado especial. La gente tiene que venir a buscar nuestros
productos por cómo es…y vos cuanto más gente tengas, más posibilidades de encontrar perso-
nas con ese gusto. Al margen de que, después, vos vayas generando conciencia y vayas inten-
tando contagiar más gente. Ya de arrancada vos tenés una ciudad más grande y un porcentaje
de esa población que está buscando lo que vos querés vender, entonces las posibilidades son
mayores” (agricultor/a área metropolitana Santa Rosa-Toay).
Huellas n° 20 (2016) | Caracterización de la agricultura de proximidad al área metropolitana de Santa Rosa... (pp. 125-143) 141
zación que asume la agricultura de proximidad podrían constituir un insumo
que oriente la política pública y ponga en valor las formas económicas soli-
darias que se dan en un marco de economía popular. En este sentido, resulta
clave visibilizar cuáles son las producciones de proximidad, para integrar
las formas urbanas y periurbanas de agricultura en las políticas públicas que
se proponen incidir sobre la dinámica económica del territorio. Profundizar
sobre las relaciones existentes que definen esa proximidad, en diálogo con
los elementos claves de la soberanía alimentaria, es crucial para abordar la
complejidad que implica la sustentabilidad del sistema alimentario local y
regional. La ciudad y su entorno de proximidad componen una red de re-
laciones que involucran a las personas que compran, venden y proveen de
alimentos a la población. Estas personas, comercios, localidades, ciudades y
región dependen unas de otras, y esta interdependencia beneficia la calidad
de vida de las comunidades. De una forma similar a como Born y Purcell
(2006) proponen la teoría de la redes para superar lo que ellos denominan la
trampa local, y proponen la escala como estrategia y no como una meta a
lograr; aquí se propone comprender las diversas formas de agricultura y sus
interrelaciones como una continuidad territorial, donde la ciudad, lugar de
densidad social, puede ser un espacio con límites no precisos, pero con un
importante impulso que logre fortalecer la soberanía alimentaria.
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Artículo
7
Dinámica socio espacial de los Balcanes.
Una mirada geográfica de su historia
@ [ mbkraser@hotmail.com ]
Cita sugerida: Kraser, M. (2016). Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada
geográfica de su historia. Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geografía, EdUNLPam:
Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2008
Resumen
Al abordar problemáticas sociales actuales del continente europeo como
los nacionalismos, no pueden ser consideradas sin contextualizarlas como
procesos que han caracterizado la historia y conformación de las socieda-
des europeas. Al respecto, el presente escrito realiza una recopilación y
análisis del aporte de distintos autores para desarrollar uno de los hechos
bélicos que ha marcado el siglo XX: las guerras en los Balcanes. La com-
prensión del abordaje de las mismas radica en el análisis multicausal de
los conflictos, dado por condiciones étnicas y religiosas principalmente,
pero no menos relevantes han sido los factores políticos, económicos, his-
tóricos y el contexto internacional. Asimismo, el análisis de lo ocurrido
permite avanzar en el pensamiento crítico, debido a la comprensión de las
presiones internacionales que actuaron como catalizadoras de las guerras.
La fragmentación de la antigua Yugoslavia conformó países que no encuen-
tran salida a la crisis económica que viven hace años, por lo cual los senti-
mientos nacionalistas van conformando el escenario de la yugonostalgia.
144 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Socio-spatial dynamics in the Balkan area.
A geographical gaze/approach of its history
Abstract
Addressing current social problems of the European continent such as
nationalism, cannot be considered without setting them in the proper
context, analyzing the processes that have characterized the history and
formation of European societies. In this regard, this paper gathers and
analyses the contribution of different authors to describe one of the mil-
itary events that characterized the twentieth century: the wars in the
Balkan area. Understanding the same approach implies understanding the
multi-causal analysis of conflicts, given mainly by ethnic and religious con-
ditions, as well as by the no less important political, economic, historical
and international factors. Also, the analysis of events can advance critical
thinking, due to the understanding of international pressures that acted as
catalysts of the wars. The fragmentation of the former Yugoslavia resulted
in countries that are not out of the economic crisis experienced for years,
so nationalistic feelings are shaping the scene of the “Yugonostalgia”.
Resumo
Ao abordar as problemáticas sociais atuais do continente europeio como os
nacionalismos, devemos considerar que tais processos têm caracterizado a
historia e a conformação das sociedades da Europa e não podem ser con-
siderados como fatos isolados ou descontextualizados. A respeito disso,
este trabalho escrito realiza uma recopilação e análise da colaboração de
diferentes autores para desenvolver um dos fatos bélicos que tem marcado
o século XX: as guerras dos Bálcãs. A compreensão da abordagem das mes-
mas radica em uma analise multicausal dos conflitos, produto de condições
étnicas e religiosas principalmente e também por fatores políticos, econô-
micos, históricos e o contexto internacional. Também, a análise dos acon-
tecimentos permite avançar no pensamento crítico devido à compreensão
das pressões internacionais que atuaram como catalizadores das guerras.
A fragmentação da antiga Iugoslávia constituiu países que não encontram
saída às crises econômica que vivem a muitos anos motivo pelo qual os
sentimentos nacionalistas vão conformando o cenário da Iugoslávia.
Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 145
Consideraciones introductorias
146 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
los imperios Otomano y Austro-Húngaro. El enfrentamiento entre estos
últimos dio inicio a las Guerras Balcánicas del siglo XX. Los conflictos bé-
licos que marcaron el inicio y fin del pasado siglo modelaron ese extremo
del continente europeo, conformando lo que distintos analistas denominan
el polvorín balcánico (Girón, 2003) (Figura 1).
Fuente: Elaboración propia, Ma. Belén Kraser (2016) sobre Ferreira, M. (2015).
Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 147
pacio, pero en el caso de la ex Yugoslavia las acciones llevadas a cabo
la transforman en genocidio (Stavenhagen, 2010). En el desarrollo de las
Guerras Yugoslavas, las víctimas no eran consecuencia de la guerra como
muertes por bombardeos, sino que eran el objetivo principal por su perte-
nencia étnica. Al respecto, los desplazamientos forzados, las matanzas, los
campos de concentración y exterminio y, los campos de violación siste-
mática de mujeres, son estrategias planeadas, con lo cual lo cometido son
crímenes contra la humanidad como lo define la resolución de Naciones
Unidad del año 1948 como categoría de genocidio (Kullashi, 1995).
Finalmente, luego del desmembramiento de la antigua Yugoslavia se
aborda el período actual, de la recomposición de las identidades como paí-
ses luego de las independencias, que se desarrollan entre la integración de
la Unión Europea y la crisis económico financiera de la misma. Este pano-
rama pone en evidencia la añoranza de las seguridades sociales durante el
mandato de Tito. Se configura así en los Balcanes un sentimiento nostálgi-
co hacia ese régimen comunista que historiadores (Derens, 2011; Ferreira,
2015) y periodistas (Estepa, 2013) han denominado “yugonostalgia”. Sen-
timientos que no dejan de resguardar los nacionalismos que aún perviven
en esa región del mundo, donde “los analistas vaticinan más guerras en los
Balcanes para las próximas décadas” (Sánchez Hernández, 2005: 71).
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Tanto los eslavos, como los búlgaros y rumanos (también situados en la
península) profesaban el paganismo. Ambas particiones del Imperio Romano
rivalizaron para evangelizarlos. En el siglo IX Roma integró a los eslavos y
croatas, mientras que Bizancio se ocupó del Sur de los Balcanes, quienes lue-
go siguieron la Iglesia Ortodoxa a partir del siglo XI. De ese modo, la etnia
eslava que ocupó los Balcanes, mediante los antagonismos tribales constitu-
yó países rivales en los que además se establecieron diferencias religiosas.
En el siglo XIII los tártaros de la Horda de Oro unidos por Gengis Khan
arrasaron los territorios de Eslovenia, Croacia y Eslavonia, lo cual favoreció
a los serbios para extender sus fronteras hacia Albania, Macedonia y la actual
Krajina de Croacia (Martínez Cuartero, 2013). Los serbios, en 1371 en la
batalla de Kosovo Polie cayeron ante los otomanos musulmanes arribados
desde Anatolia, quienes permanecieron por cinco siglos (Casanova, 2004).
En el siglo XVIII comenzó el declive del Imperio Otomano, acentuado
en el siglo XIX por los colonialismos europeos y, los nacionalismos y exi-
gencias de independencia de los estados balcánicos que fueron alentados
por Rusia y el naciente Imperio Austro-Húngaro para reducir el poderío
Otomano. Asimismo, Gran Bretaña y Alemania apoyaron las intenciones
independentistas para tratar de evitar que Rusia avanzara sobre los Balca-
nes y lograra acceso a puertos sobre los mares Negro y Adriático. La pri-
mera rebelión se produjo con la Guerra de Independencia de Grecia (1821),
posteriormente la del Reino de Serbia (1878) y más tarde las de Montene-
gro, Rumania y Bulgaria (Inalcik y Quataert, 1994).
En 1908 el Imperio Austro-Húngaro anexó por declaración la provincia
otomana de Bosnia-Herzegovina, para que no fuera ocupada por los ser-
bios. Los territorios de Albania y Macedonia permanecieron bajo el control
Otomano. Las tensiones de dominación sobre los territorios dieron inicio
a principios del siglo XX a las Guerras Balcánicas en dos episodios. El
primer enfrentamiento se efectuó en 1912, denominado como la Primera
Guerra Balcánica, donde la conformación de la Liga de los Balcanes o Liga
Balcánica de Serbia, unió a Serbia, Bulgaria, Montenegro y Grecia para
enfrentar a los otomanos (Inalcik y Quataert, 1994).
Mediante esta Liga, en realidad tanto Serbia como Bulgaria pretendían
anexar los territorios otomanos de Macedonia. La guerra finalizó en 1913 con
la derrota otomana y el Tratado de Londres con el cual los ganadores se repar-
tieron el territorio macedónico (Inalcik y Quataert, 1994). No obstante, pronto
inició la enemistad entre los países aliados, debido a las ansias expansionistas.
En paralelo Albania se declaró principado musulmán independiente
(1912) y Austria-Hungría lo apoyó para evitar el dominio de Serbia e impe-
dir su acceso al mar. Rusia pretendió actuar de mediadora en las intenciones
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expansionistas, pero Bulgaria rechazó la mediación, con lo cual Rusia apo-
yó desde entonces a Serbia mientas que Austria-Hungría mostró su apoyo
a Grecia y Rumania. Para pretender ostentar poderío militar Bulgaria atacó
a Serbia y a Grecia, dando inicio a la Segunda Guerra Balcánica en 1913,
pero estos países junto con sus aliados y apoyados por Turquía (los otoma-
nos que hasta hacía pocos meses habían sido sus enemigos) contraatacaron
y tras un mes de guerra Bulgaria debió aceptar su derrota perdiendo amplio
territorio que Serbia se anexó mediante el Tratado de Bucarest (Inalcik y
Quataert, 1994).
En 1914 Croacia había perdido su independencia, Eslovenia no había
conseguido ser un Estado independiente bajo el control alternativo de Italia
y Alemania y, el Reino de Serbia era un deseo expansionista para la Rusia
imperial de los Zares. Además el príncipe heredero del Imperio Austro-Hún-
garo, Archiduque Francisco Fernando, pretendía anexar Serbia a su dominio
porque consideraba que para pacificar los Balcanes era necesario integrar a
la mayor parte de los eslavos dentro de una misma entidad política (Inalcik y
Quataert, 1994). En su visita a Sarajevo el Archiduque fue asesinado y este
factor inmediato desencadenó la Primera Guerra Mundial.
La organización secreta nacionalista serbia La Mano Negra planificó el
asesinato. Ante este hecho, el Imperio Austro-Húngaro impuso una serie de
condiciones a Serbia, pero de igual manera sólo un mes después declaró la
guerra y bombardeó su capital, Belgrado. Serbia fue apoyada en la defensa
por Francia y Rusia. La desconfianza de Alemania sobre el poder ruso hizo
que apoyara a Austria-Hungría.
En este contexto, Alemania invadió Bélgica para avanzar contra Fran-
cia y por este hecho Gran Bretaña, histórica aliada de Serbia, ingresó en
el conflicto para defender a la neutral Bélgica. En 1917 Estados Unidos
respaldó la alianza franco-ruso-británica, a la vez que la Revolución Bol-
chevique de Octubre se apoderó del gobierno en Rusia. La guerra finalizó
en 1918 con la derrota de Alemania, Austria-Hungría y sus aliados turcos.
La permanencia de estas alianzas luego reaparecerá en contiendas futuras
en la Segunda Guerra Mundial y en las Guerras Balcánicas de fin de siglo.
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del Acuerdo de Corfú, Tratado de Versalles y Tratado de Saint Germain2
(Banac, 1988), con la denominación Reino de serbios, croatas y eslove-
nos al que se anexó Bosnia-Herzegovina. El Rey Alejandro I en 1929 lo
rebautizó institucionalizando el nombre de Yugoslavia (Banac, 1988), que
significa unión eslava o país de los eslavos del sur.
El mismo, se diseñó como “Estado tapón” para responder a los intere-
ses franceses y británicos en los Balcanes, a la vez de dar fin al Imperio
Austro-Húngaro que mediante una monarquía dual con enfrentamientos
había gobernado desde Viena (1867-1919) conocido como la cárcel de las
naciones (Sánchez Hernández, 2005).
El nuevo Estado fue aceptado debido a que “los serbios creen cumplida
su misión histórica de unir a todos los eslavos del sur en un solo Estado,
y los croatas y eslovenos se sienten satisfechos por librarse del yugo aus-
tro-húngaro” (Sánchez Hernández, 2005: 54). Considerar que los pueblos
balcánicos eran uno sólo es mencionado por distintos autores como utopía
imposible, ya que la única vinculación era la vecindad, a la vez que los
serbios mostraron liderazgo desde el comienzo.
En 1921 la mayoría serbia empezó a evidenciar su idea de conformar la
Gran Serbia y dictó una Constitución autoritaria; el gobierno prohibió los
partidos políticos de la oposición (Partido Comunista y Partido Campesino
Croata) y segregó a las minorías no eslavas. En 1928, un diputado monte-
negrino mató al líder parlamentario de los croatas Radic debido a sus ideas
anticentralistas. Ante este contexto, el Rey Alejandro I proclamó una dicta-
dura monárquica que suprimió las garantías constitucionales y el Congreso
y, diseñó una nueva división administrativa que no respetaba divisiones
étnicas, religiosas o lingüísticas (Sánchez Hernández, 2005).
Los croatas reaccionaron al centralismo serbio monárquico creando
la organización armada Upstachi ó Ustacha, movimiento nacionalista de
corte fascista-falangista que desarrolló acciones terroristas y proclamó la
Gran Croacia y en 1934 asesinó al Rey Alejandro I, cuyo sucesor abolió la
dictadura y concedió cierta autonomía a los croatas (Sánchez Hernández,
2 El Tratado de Versalles (1919) firmado entre los países Aliados y Alemania finalizó oficial-
mente la Primera Guerra Mundial. Entró en vigencia en 1920 y a él se vinculan tratados pre-
vios y posteriores como el Acuerdo de Corfú (1917) y Saint Germain (1919). Durante la Gran
Guerra exiliados serbios y croatas establecieron un movimiento nacional yugoslavo radicado
en París que sentó las bases para crear un nuevo país que se pacta en el Acuerdo o Declaración
de Corfú (1917) afirmando que serbios, croatas y eslovenos constituyen un solo pueblo y
tienen el objetivo de crear un Estado yugoslavo donde reinaría la dinastía serbia y en la que
Croacia tendría un estatuto de autonomía (Girón, 2003). El Tratado de Saint Germain (1919)
firmado entre Austria y los Aliados da por finalizado el Imperio Austro- Húngaro y obliga a
reconocer al Reino de serbios, croatas y eslovenos (Ortega Terol, 1996).
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2005). Pese a las inconformidades Yugoslavia se mantuvo unida en el pe-
ríodo entreguerras.
Durante la Segunda Guerra Mundial Yugoslavia fue invadida por las
tropas alemanas en 1940, a quienes se alió la organización Upstachi. La
alianza les permitió proclamar el Estado Nacional Croata (que incorporó
los antiguos territorios del Reino de Croacia, Eslavonia, Bosnia-Herzego-
vina y dividió Eslovenia para cederla a Alemania e Italia) bajo una dicta-
dura de orientación nazi (Sánchez Hernández, 2005).
Mientras que Montenegro se convirtió en un protectorado de Roma y
Macedonia quedó bajo el dominio de Albania, aliada a las potencias del Eje
comandado por Alemania, Italia y Japón3. A la vez que los serbios, mayori-
tariamente soldados del ejército yugoslavo, reaccionaron conformando los
Chetniks, organización nacionalista centralista y monárquica, que se enfren-
tó sangrientamente a las tropas alemanas y sus aliados upstachis. Además de
estos grupos, es necesario destacar la relevancia de los guerrilleros comu-
nistas denominados Partisanos liderados por Tito, quienes para el final de la
guerra prácticamente en solitario con algo de apoyo de la URSS liberaron a
Yugoslavia y se hicieron del poder (Sánchez Hernández, 2005).
El Mariscal Tito, Josip Broz, fue un comunista antifacista formado en la
década de 1930 durante la Guerra Civil Española. Conformó la República
Socialista Federal de Yugoslavia con la pretensión de establecer una fede-
ración balcánica independiente de la influencia soviética. Para evidenciar
su distanciamiento junto con los dirigentes Nerhú de India y Nasser de
Egipto formó el “Bloque de los No Alineados” a los que se sumaron otros
países. Por lo cual el bloque comunista retiró su apoyo económico para
derrotarlo, aunque no tuvo éxito y Tito mantuvo el poder y la unión de
Yugoslavia hasta su muerte en 1980.
El régimen denominado “comunismo light” (Sánchez Hernández,
2005) mantuvo una economía socialista centralizada y planificada pero
mixta, que permitía iniciativas privadas en forma de cooperativas agrícolas
e industriales, esto hizo que no fuera mal visto por el Occidente capitalista,
a la vez permitía el desplazamiento de personas, recibía turistas y publica-
ciones extranjeras.
Su autoridad le permitió neutralizar la hegemonía serbia y lograr equi-
librio entre las repúblicas instaurando un sistema de presidencia rotativo
mediante el argumento de necesidad de unión ante la posible invasión de la
URSS (Sánchez Hernández, 2005). El sistema de presidencia fue aprobado
en la Constitución de 1947 y estableció liderazgo compartido de nueve
3 El Eje y sus países asociados en la contienda se enfrentó a los Aliados comandados por Fran-
cia, Polonia y Reino Unido, además de sus países asociados.
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miembros, integrados por Tito, un representante de cada una de las seis
Repúblicas (Eslovenia, Croacia, Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina
y Macedonia) y uno de cada provincia autónoma (Kosovo y Voivodina)
(Casanova, 2004).
A las seis Repúblicas, dos provincias autónomas y cinco naciones (es-
tablecidas en la Constitución de 1947 como eslovenos, croatas, serbios,
montenegrinos y macedonios) hay que añadir que se hablaban tres lenguas
(serbocroata, esloveno y macedonio), coexistían tres religiones (ortodoxa,
católica y musulmana) y se empleaban dos alfabetos (latino y cirílico) (Ca-
sanova, 2004). En ese “rompecabezas” Tito persiguió el objetivo de convi-
vir en unidad y fraternidad (Casanova, 2004).
No obstante, no logró eliminar los odios nacionalistas que se acentuaron
en la Segunda Guerra Mundial entre las Repúblicas y tampoco pudo crear
un sentimiento nacional yugoslavo. Tras su muerte, las demandas de mayor
poder por parte de Serbia se acrecentaron y una década después de la muerte
del dirigente Tito, la región se sumergió en una cruenta guerra civil.
El desmembramiento yugoslavo:
las Guerras Balcánicas de fin de siglo
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el líder serbio Slobodan Milosevic (segundo líder de Yugoslavia tras el pre-
sidente Stambolic) inició la proclamación del nacionalismo. Al vincular a él
a los serbios de Kosovo comenzó a tener el apoyo de todo el pueblo serbio y
logró gestar un golpe de mando en el partido comunista que le posibilitó ser
presidente en 1987, para un año más tarde eliminar la autonomía de Kosovo
y tutelarlo desde Belgrado (Sánchez Hernández, 2005).
En 1989 Milosevic públicamente comenzó a “impartir” el sentimiento
nacionalista. En la conmemoración de la batalla de Kosovo Polie (conside-
rada el origen de la nación serbia) el dirigente emitió el mensaje de lograr
la Gran Serbia étnicamente pura (Sánchez Hernández, 2005). Desde en-
tonces la propaganda y la difusión de mensajes subliminales en televisión
jugaron el mismo papel de cohesión y fomento del odio que los medios de
comunicación jugaron en la Alemania de Hitler.
A nivel internacional, el contexto propició el desarrollo del conflicto
bélico que durante los años siguientes se desarrolló en la región. Con la
caída del Muro de Berlín en 1989 se evidenció el fracaso del comunismo
en la región (Sánchez Hernández, 2005), lo cual provocó en Yugoslavia el
fin de la veneración del partido comunista. A la vez que con el inicio de la
fragmentación del bloque de la URSS, desapareció el mito de la necesidad
de unión yugoslava ante el temor de una posible invasión soviética.
En ese contexto, en las elecciones regionales el partido comunista per-
dió y en cada una de las regiones ganaron los nacionalismos. Eslovenia, la
nación mejor posicionada económicamente de Yugoslavia, después de un
referéndum declaró su independencia en 1991 y en junio de ese año las tro-
pas federales atacaron dando inicio a las Guerras Yugoslavas4. El dirigente
serbio Milosevic intervino las cúpulas militares para posicionar jerárquica-
mente personal serbio, con lo cual tuvo el apoyo para poder avanzar en el
territorio de las distintas naciones (Kullashi, 1995).
La consecuencia inmediata de la declaración de independencia fue la
Guerra Relámpago que duró sólo doce días (recordada como la “guerra
de los diez días”), tras lo cual Belgrado aceptó la derrota, dando paso así a
la apresurada intervención sobre Croacia que también se había declarado
independiente (Sánchez Hernández, 2005). Eslovenia había preparado la
resistencia militar para defenderse, a la vez que había gestionado la media-
ción internacional para poner alto al fuego (Ferreira, 2015).
En el panorama internacional, en 1991 cuando se produjeron los prime-
ros movimientos militares, Estados Unidos estaba finalizando la Guerra del
Golfo Pérsico en Oriente Medio con lo cual manifestó que no se involucraría
4 Macedonia ese mismo año también declaró su independencia, que sería reconocida interna-
cionalmente en 1993, sin entrar en conflicto bélico con Yugoslavia (Ferreira, 2015).
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en un problema que era de Europa. En principio sólo abogó por mantener la
unidad de Yugoslavia y trató de lograr un acuerdo mediador que fracasó.
En referencia al propicio contexto mundial, otra veracidad es que el
papel geoestratégico de Yugoslavia como “Estado tapón” a los deseos ex-
pansionistas de la URSS dejó de ser relevante para Europa, con lo cual las
posibilidades de un conflicto bélico fueron subestimadas. Conjuntamente
la “Europa de los Doce” que conformaba la Unión Europea, decidió usar
el enfrentamiento para probar su Política Exterior y de Seguridad Común
(PESC), la cual evidenció su fracaso en las negociaciones y demostró que
no poseía un ejército que pudiera intervenir (Sánchez Hernández, 2005).
La tardía intervención de Estados Unidos en la contienda puede ser
entendida como una estrategia donde una vez más en la historia reciente
midió su liderazgo militar con Europa. No puede ser obviada además la
necesidad que la región fuera pacificada, por la presencia de oleoductos y
gasoductos que atraviesan la región.
Asimismo, Alemania tuvo injerencia cuando aún sin posicionamientos
oficiales de otros países reconoció unilateralmente las independencias de
Eslovenia y Croacia (pese a que los requerimientos de la ONU de respetar
minorías étnicas en las mismas no habían sido considerados). Hecho que
alentó la independencia de Bosnia-Herzegovina y el pronto reconocimien-
to por otros países.
La postura alemana demostró la permanencia de su antagonismo con-
tra Francia, país que inicialmente minimizó las intenciones expansionistas
serbias y le envió armas para mantener la alianza franco-serbia de 1914 y
hacer contrapeso a la histórica alianza germano-croata, hasta que rompió
vínculos por la brutalidad del conflicto (Sánchez Hernández, 2005).
El siguiente episodio fue la Guerra de Croacia, que la enfrentó contra Ser-
bia desde julio de 1991 a febrero de 1992 (con rebrotes hasta 1995 en paralelo
a los enfrentamientos en Bosnia-Herzegovina y en 1998, se suele hablar de las
Guerras Croatas). Distintos analistas mencionan que Croacia no había tenido
la preparación que Eslovenia para defender su independencia. Además, no era
un territorio homogéneo desde su etnicidad, por lo cual la minoría serbia (que
constituía el 12% de la población de Croacia en 1991) agrupada en la región
de Krajina, Eslavonia Occidental y Eslavonia Oriental5, no aceptaron la inde-
pendencia croata y se organizaron como República Serbia de Krajina apoyadas
por Serbia, el Ejército Federal Yugoslavo y las agrupaciones paramilitares Ti-
gres de Arkan y Águilas Blancas de Vojslay Saselj (Ferreira, 2015).
5 Conocidas como bolsas serbias producto del éxodo que el Imperio Austro- Húngaro patrocinó a
comienzos de siglo XX trasladando serbios de Kosovo a Croacia como contrapeso a los turcos
y los espacios vacíos de Kosovo fueron ocupados por albaneses (Sánchez Hernández, 2005).
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Los grupos paramilitares eran parte de las denominadas Fuerzas de De-
fensa Territorial, integradas por civiles armados con formación militar que
junto con el Ejército Federal Yugoslavo fueron la estrategia que Tito man-
tuvo como preparación para defensa ante una posible invasión soviética
(Sánchez Hernández, 2005). A diferencia de Eslovenia, donde las fuerzas
tenían un objetivo y enemigo en común, en Croacia había división entre
partidarios de la independencia y defensores del centralismo.
El gobierno de Croacia reemplazó a serbios por croatas en los cargos
públicos e instauró la moneda y la bandera de la Segunda Guerra Mun-
dial (considerada fascista por los serbios). Con ello Milosevic se fortaleció
al alimentar el odio rememorando las matanzas de serbios por la alianza
germano-croata, en imágenes constantemente difundidas en televisión. El
pedido de ayuda a los países de Europa Occidental y Estados Unidos por
Croacia sólo fue respondido con un embargo de armas a Yugoslavia.
Los serbios unidos desbordaron las posibilidades de defensa croata.
Es recordado como emblema de la tragedia la matanza en la localidad de
Vukovar6 en Eslavonia Oriental. A comienzos de 1992 entre las partes se
firmó un alto al fuego con el Plan Vance, tiempo en el que las fuerzas
croatas se reorganizaron y retomaron las hostilidades, aunque Serbia co-
menzaba a centrar su objetivo sobre Bosnia-Herzegovina (Ferreira, 2015).
Finalmente Serbia reconoció la independencia de Croacia, cediendo las
regiones de Krajina y Eslavonia Oriental, en las cuales los serbios debieron
emigrar o admitir la soberanía croata (Sánchez Hernández, 2005).
En el territorio de Bosnia-Herzegovina se concentraba la mayor can-
tidad de musulmanes descendientes de los otomanos en Yugoslavia, los
que constituían el 40% del total de población del país. Milosevic y el lí-
der croata Franjo Tudjman, durante la guerra de Croacia se reunieron en
secreto para repartirse Bosnia-Herzegovina. Cuando Estados Unidos y la
Unión Europea reconocieron la independencia del país, en 1992 ante una
marcha en Sarajevo en defensa de la paz, la independencia y el manteni-
miento de una Bosnia multiétnica, los francotiradores de Karadzic, el líder
de los serbo-bosnios, dispararon a la multitud (Sánchez Hernández, 2005).
Desde el inicio de la guerra, gran cantidad de muertes fueron por accionar
de francotiradores.
Serbia inició la guerra mediante ataque y asedio a la ciudad de Saraje-
vo. Los musulmanes mostraron resistencia formando las Milicias de Re-
6 Hacia fines de 1991 la ciudad fue sitiada por los serbios del ejército oficial y paramilitares,
luego de tres meses lograron tomar el control y llevaron adelante la limpieza étnica, para lo
cual violaron a las mujeres y apresaron a los heridos del hospital, los trasladaron y ejecutaron
aproximadamente a 200 personas (History Channel, 1998).
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sistencia Musulmano-Bosnias, a la vez que Bosnia Occidental era atacada
por Croacia. Desde el interior del país los serbios habían sido organizados
por Karadzic para unir por la fuerza a Serbia los territorios bosnios donde
había serbios. El objetivo era limpiar cualquier vestigio de religión musul-
mana, por lo cual se destruían mezquitas, cementerios y se enviaba a los
musulmanes a campos de concentración; a la vez que el odio era instaurado
por revistas científicas y literarias (Kullashi, 1995).
Para lograr el genocidio se les pagaba a los francotiradores por cada
musulmán muerto. En los campos de concentración se produjeron muertes
por tortura física, enfermedades e inanición y, las violaciones sistemáticas
incluso a niñas menores de diez años. Esto era permitido bajo la mirada de
las potencias occidentales, puesto que se aplicó la teoría del Departamento
de Estado de los Estados Unidos, donde se decía que para terminar con un
incendio forestal se debía dejar arder (History Channel, 1998).
En 1993 el Plan Vance Owen pretendía establecer cantones étnicos en
Bosnia. Como las presiones económicas internacionales complicaban el
mantenimiento de Serbia, Milosevic obligó a Karadzic a aceptarlo, pero
este lo rechazó ya que para ese momento tenían bajo control el 70% del
territorio bosnio. Para complicar la situación los croatas también intensifi-
caron sus ataques sobre Bosnia desde el Sur, donde había una minoría croa-
ta, siendo emblemático el ataque en la ciudad de Mostar y la destrucción
de su puente Otomano del siglo XVI con intención de borrar los vestigios
monumentales de su ocupación (History Channel, 1998).
En 1994 en un acto terrorista los serbios explotaron un proyectil en un
mercado de Sarajevo. Ese hecho provocó el ingreso a la guerra por parte de
los países de Europa Occidental y Estados Unidos, quien obligó a la OTAN
a amenazar a los serbo-bosnios con bombardeos (History Channel, 1998).
Estados Unidos formó una alianza para frenar a los serbios acordando una
Federación Musulmano-Croata. Como resistencia, los serbo-bosnios al
mando de Karadzic atacaron convoys de la ONU, por ello Milosevic les
impuso sanciones para demostrar que mantenía su liderazgo.
La ONU concentró a la población musulmana en “Zonas de Seguri-
dad”, aunque en realidad era difícil su protección sin la preparación y orga-
nización para protegerlas. En 1995 la Guerra de Bosnia estaba en un “pun-
to muerto”, donde la ONU estaba presente y los serbios controlaban gran
parte del territorio, pero la situación no terminaba, por lo cual Karadzic
atacó Zonas de Seguridad (siendo el más sangriento el ataque a Srbrenica7)
y capturó Cascos Azules. La ONU comenzó a centrarse en la seguridad de
7 En 1995 la Zona de Seguridad de Srbrenica fue tomada por los serbios y asesinaron a más de
siete mil musulmanes ante la presencia de la Comunidad Internacional con los Cascos Azules
Huellas n° 20 (2016) | Dinámica socio espacial de los Balcanes. Una mirada geográfica de su historia (pp. 144-162) 157
su personal, a la vez que la OTAN bombardeó almacenes militares serbios
para medir fuerzas (Sánchez Hernández, 2005). Con estos hechos el com-
plejo sistema de pedidos de autorización para que la OTAN bombardee,
que dio lugar a matanzas cometidas por los serbios, entró en crisis y París
alentó que Europa diera paso a Estados Unidos para que se ocupara del
conflicto.
Estados Unidos intervino con el Acuerdo de Dayton que pactó el alto al
fuego. Como resultado de la guerra, Bosnia-Herzegovina fue dividida en
partes casi iguales entre la República Serbia de Bosnia (República SRPS-
KA que incluye Srbrenica, por lo cual pareciera que justifica la limpieza
étnica) y la Federación Musulmano-Croata (Sánchez Hernández, 2005).
Milosevic pactó con Estados Unidos controlar que los serbo-bosnios res-
peten el acuerdo, pero poco tiempo después atacó a Kosovo.
Distinto fue el desarrollo de los acontecimientos en la Guerra de Kos-
ovo (1998- 1999), donde Estados Unidos prontamente incitó a la OTAN a
intervenir, con el respaldo de países europeos. Luego de la supresión de su
autonomía en 1988 los albaneses de Kosovo vivían un apartheid bajo el
control de la minoría serbia; no obstante se mostraron pacíficos hasta 1998
(Sánchez Hernández, 2006).
Puede considerarse que en Kosovo los enfrentamientos no fueron in-
terétnicos, sino intencionales a modo de guerrilla por el UCK (en albanés
Ejército de Liberación de Kosovo, en español ELK, que se había gestado
en las zonas rurales y se movía en comando atacando civiles y militares
serbios en las carreteras). Su objetivo era incentivar el accionar del ejér-
cito de Belgrado y así dejar ante el mundo a los serbios como asesinos y
conseguir una pronta intervención internacional para iniciar el camino de
independencia (Sánchez Hernández, 2006; Kullashi, 1995).
Milosevic envió tropas y los albano-kosovares dejaron sus casas como
refugiados, una imagen que transmitida en las cadenas televisivas del mun-
do ayudó al UCK a obtener el apoyo internacional. La OTAN bombardeó
Belgrado y Milosevic retiró las tropas. Tiempo después, analistas interna-
cionales dieron cuenta que esta retirada de tropas por parte de Milosevic
fue una estrategia, puesto que los días posteriores esos lugares fueron ocu-
pados por el UCK y así las tropas serbias retornaron a enfrentarlos (Sán-
chez Hernández, 2006).
Iniciado el año 1999, el UCK asesinó policías y militares serbios en la
localidad de Racak con la intensión que los serbios se vengaran y así fue
que los serbios realizaron la Matanza de Racak. Luego de la matanza, en el
holandeses de la ONU que no pudieron mostrar resistencia; los cuerpos fueron encontrados en
fosas comunes (Sánchez Hernández, 2005).
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Castillo de Rambuillet cercano a París, la OTAN con Estados Unidos y los
países europeos iniciaron la negociación entre serbios y albano-kosovaros.
Estados Unidos años más tarde reconoció que el acuerdo fue una provo-
cación para Serbia (debido a la autonomía que concedía a Kosovo) para
poder iniciar los ataques contra Belgrado, en la que fue la única guerra
totalmente aérea de la historia (Sánchez Hernández, 2006).
De marzo a junio de 1999 la OTAN ganaba la guerra aérea al bombar-
dear puntos seleccionados de Serbia y Belgrado; mientras que los serbios
provocaban matanzas y expulsiones en tierra de los albano-kosovares, que
debían ser refugiados en los países europeos (Sánchez Hernández, 2006).
En un inicio la guerra se alargó puesto que los serbios parecían tener infor-
mación de los lugares que serían atacados, por lo cual preparaban su defen-
sa aérea. Tiempo después un diplomático francés reconoció haber filtrado
información. Luego que los serbios perdieron a su informante el comienzo
del fin de la guerra se inició.
Cuanto más duraba la guerra aérea, por el costo económico y la peli-
grosidad, más tensa se hacía la relación al interior de la OTAN y por ello
se permitió la entrada de Rusia para la negociación (Sánchez Hernández,
2006). A diferencia de lo pensado por Milosevic, Rusia no lo apoyó y por el
contrario constituyó la implementación del Plan de Paz Conjunto de Rusia
y la OTAN, que estableció que el proceso de paz sería siempre supervisado
por la ONU y Kosovo seguiría formando parte de Yugoslavia. Finalmen-
te, Kosovo de facto proclamó su independencia en el año 2008 (Ferreira,
2015). La antigua Yugoslavia terminó su proceso de secesión con la inde-
pendencia de Montenegro mediante referéndum en el año 2006.
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llamado comunismo suave de Tito, que no privaba de ciertas libertades y
aseguraba certezas sociales como vivienda, salud, educación y empleo (Es-
tepa, 2013). Seguridades perdidas con el ingreso al capitalismo, es decir a
la economía de mercado, producto del proceso en paralelo de la fractura de
la antigua Yugoslavia y la caída del régimen comunista. El pasado se cubre
de un relato en el que se manifiestan bondades de antaño, tales como la
convivencia y coexistencia pacífica entre las etnias y, pese a que los serbios
tenían algunos beneficios, al final se vivía mejor que ahora con la agravada
crisis económica (Estepa, 2013).
La yugonostalgia además se sustenta en la postura que la democracia no
funciona, por el descreimiento respecto a los políticos que son considerados
elites interesadas en el dinero. Pareciera que es una postura cultural más
que política (Derens, 2011), que no implica el regreso a la conformación de
Yugoslavia sino que remarca las diferencias y las ideologías que perduran
en esos países, en los que además de las distinciones étnicas y religiosas,
las divisiones políticas y las desigualdades económicas mantienen enemis-
tado, aunque de manera simbólica, a distintos grupos de la sociedad.
Reflexiones finales
160 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
El abordaje de estos conflictos en el avance del pensamiento crítico
invita a debatir sobre el “por qué” de hechos de tal crueldad cuando las
potencias mundiales luego de 1945 acordaron evitarlos. Como también re-
flexionar el papel que desde entonces adquieren las “guerras televisadas”
para la “Imposición de la Paz” por medios bélicos, pacificación que justifi-
ca como necesario y legal el accionar de las potencias militares en distintas
partes del mundo en el transcurso de este siglo XXI.
En el contexto actual es el concepto de yugonostalgia el que contribuye
al debate. Puesto que si bien en la actualidad simplemente pareciera ser un
sentimiento de añoranza hacia el pasado, hacia las seguridades sociales que
el régimen comunista brindaba, en la realidad no se sabe aún cuán profun-
do puede ser, ni tampoco las acciones que puede conllevar si constituye un
factor de cohesión entre los grupos. Distintos especialistas dan cuenta que
en el futuro podrían ocurrir nuevos conflictos en la zona balcánica, debido
a que los resentimientos y malestares pueden permanecer solapados du-
rante tiempo indefinido, pero cuando algún medio de unión, como podría
ser incluso la denominada yugonostalgia, aglutina seguidores y exacerba
los nacionalismos, los distintos factores vinculados que en el artículo se
han tratado pueden hacerse presentes para una vez más en la historia de la
región quebrar la paz.
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162 María Belén Kraser | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Artículo
8
El abordaje del avance de la frontera
agrícola desde la mirada de dos libros
de texto de educación secundaria
@ [ meliacosta24@gmail.com ]
Cita sugerida: Acosta, M. (2016). El abordaje del avance de la frontera agrícola des-
de la mirada de dos libros de texto de educación secundaria. Revista Huellas Nº 20,
Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.
unlpam.edu.ar/index.php/huellas
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2009
Resumen
El presente trabajo tiene como objetivo analizar y comparar dos propues-
tas editoriales de libros de texto para el tercer año de la Educación Se-
cundaria acerca del avance de la frontera agrícola en la Argentina. Ambas
expresan los puntos de vista de autores de origen académico, fundamen-
talmente de la disciplina geográfica y otras Ciencias Sociales. El propósito
es analizar si se evidencia la relación entre los saberes propuestos por el
curriculum provincial, las propuestas editoriales y las perspectivas de los
autores que estudian la problemática. A partir de esta premisa, ¿será posi-
ble la enseñanza y el aprendizaje de la temática desde diversas posturas y
enfoques a partir de la geografía social y crítica y, a su vez, que recupere
los lineamientos de la Ley de Educación Nacional (LEN)? En relación al
propósito planteado es fundamental propender a una mirada integral que
atienda la interpretación de las lógicas territoriales de los sujetos sociales.
Ello posibilitará la comprensión de las diversas miradas y las múltiples
dimensiones económico-productivas, políticas, socio-demográficas, cultu-
rales y ambientales, que entran en juego en el proceso de sojización del
campo argentino.
Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 163
Approaching the advance of the agricultural border
as presented by two High School textbooks
Abstract
This paper aims at analyzing and comparing two textbooks designed for the
third year of High School as regards the way in which they approach the ag-
ricultural border advance in Argentina. Both textbooks express the points
of view of academic writers, mainly from the field of Geography but also
from other Social Sciences as well. Our purpose is to analyze whether the
relationship between the type of knowledge proposed by the curriculum of
the province of La Pampa and the proposals introduced by the textbooks
through the authors’ perspectives is made evident. Departing from this
premise, then, we can introduce the following question: Will it be possible
to teach and learn this topic from different perspectives and approaches
based on the tenets of Social and Critical Geography, taking into account
what the National Law of Education (LEN) prescribes? In reference to the
proposed aim it will be of crucial importance to promote a comprehensive
approach which might lead to a better understanding of the territorial
logic of the social subjects. This will in turn lead to understand the differ-
ent points of view and the multiple dimensions: economic-productive, po-
litical, socio-demographic, cultural and environmental which play differ-
ent roles in the process of soybean production in Argentina’s rural areas,
known in Spanish as “sojización.”
Resumo
Este trabalho tem como objetivo analisar e comparar duas propostas edi-
toriais de livros de texto para o terceiro ano da Educação Secundária sobre
o avance da fronteira agrícola na Argentina. Ambos expressam os pontos
de vista de autores de origem acadêmico, fundamentalmente da disciplina
geografia e outras Ciências Sociais. O propósito é analisar se manifesta a
relação entre os saberes propostos no Curriculum provincial, as propostas
das editoriais e as perspectivas dos autores que estudam a problemática. A
partir da premissa será que é possível o ensino-aprendizagem da temática
desde diversas posturas e enfoques, da geografia social e critica e, por
sua vez, que recupere as ações propostas na Lei de Educação Nacional
(LEN)? Em relação com isto é que se propõe um olhar integral que atenda a
interpretação das logicas territoriais dos sujeitos sociais. Isso possibilitará
a compreensão dos diversos olhares e das múltiplas dimensões econômico-
produtivas, políticas, sóciodemográficas, culturais e ambientais que en-
tram em jogo no processo de sojização do campo argentino.
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Introducción2
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a) uno tendiente a miradas conservadoras liberales que consideran ne-
cesaria la modernización económica dejando actuar libremente el
mercado y sin intervención pública;
b) otras perspectivas utilizan discursos tecnologizantes, los cuales
plantean que la incorporación de nueva tecnología puede minimizar
los daños ambientales y,
c) los discursos institucionalistas que sostienen que mediante la gene-
ración de políticas públicas y nuevas instituciones pueden atenuarse
los impactos de la expansión (Comerci, 2015: 69).
Por otro lado, “El corrimiento de la frontera agropecuaria dentro del es-
pacio pampeano y fuera de él es analizado críticamente desde los enfoques
ambientalistas” que consideran necesario analizar el avance desde pers-
pectivas sociopolíticas y ecológicas, desde discursos que enfatizan en un
paradigma “ecológico, agroecológico, y centrado en el conflicto” (op. cit,
70). A partir de esta premisa, ¿será posible la enseñanza y el aprendizaje
de la temática desde diversas posturas y enfoques a partir de la geografía
social y crítica y a su vez, que recupere los lineamientos de la LEN?
En relación al propósito planteado es fundamental propender a una mi-
rada integral que atienda la interpretación de las lógicas de los sujetos so-
ciales. Ello posibilitará la comprensión de las múltiples dimensiones econó-
mico-productivas, políticas, socio-demográficas, culturales y ambientales,
que entran en juego en el proceso de sojización del campo argentino. En
este contexto, cabe indagar sobre las intencionalidades en la presentación
de los temas a abordar en los libros de texto y debe considerarse que,
A partir de este postulado, se debe tener en cuenta que los libros de texto
constituyen solo una herramienta de trabajo, el rol protagónico lo adquiere
el docente en la toma de decisiones y en la elección, en su uso o abuso en
función de su práctica profesional. El proceso de enseñanza y aprendizaje
debe revelar la realidad tal cuál es con sus tensiones, conflictos, luchas de
poder, y no manifestar una visión sesgada que favorezca sólo los intereses
166 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de los sectores hegemónicos. Como sostiene Fernández Caso, el trabajo de
saberes clave como:
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la década de 1990 en detrimento de los cereales y del ganado, proceso
conocido como “agriculturización”. El fin de la convertibilidad, el aumento
del precio internacional de la oleaginosa y la incorporación de tecnología,
son los principales factores que explican el avance de la frontera agrícola
hacia espacios extrapampeanos. Como consecuencia, se constituyó hasta la
actualidad en una fuente de divisas muy importante para el país. Además,
en los últimos años se ha incrementado la demanda internacional del poro-
to de soja y sus derivados como harinas, aceites, pellets, cuyos principales
mercados de exportación son China e India, y en menor medida, Europa.
En este circuito productivo participan toda clase de agentes económicos
que establecen múltiples relaciones entre ellos. La producción comienza
a crecer y se instala un complejo agroindustrial que vincula a los produc-
tores, proveedores de materias primas, contratistas, empresas industriales,
exportadores, transportistas, comercios, entre otros (Reboratti, 2010).
Sin embargo, esta expansión del cultivo de la soja en el país, llamado
proceso de “sojización”, trae aparejado consecuencias ambientales y socia-
les que lo convierten en una producción discutida por diversos sectores y
defendida por otros.
Algunos de los interrogantes que guían el análisis son: ¿Por qué crece y
se expande el cultivo de la soja? ¿Para quiénes se produce soja? ¿Qué es el
proceso de monocultivo sojero o sojización del campo argentino? ¿Cuáles
son las consecuencias e impactos que ocasiona su producción? ¿Qué rol
cumplen los diversos sujetos sociales en este “circuito productivo”?¿Qué
debates y conflictos se generan en torno a esta problemática?
Reboratti (2010) explica que a partir del incremento de la demanda ex-
terna se produce un aumento del valor de los commodities. A partir de aquí,
se incorporaron al escenario económico “los nuevos productores” que han
encontrado un contexto económico y político favorable para la incorpo-
ración de prácticas productivas en espacios con condiciones ambientales
propicias y la utilización de tecnología aplicada.
La aparición de nuevos actores sociales modifica la estructura produc-
tiva que provoca un reemplazo de los cultivos tradicionales, un avance
desmedido de la agricultura en áreas pampeanas y además, el desplaza-
miento del stock ganadero hacia áreas extrapampeanas lo que causa una
disminución y una relocalización de los mismos hacia las denominadas
áreas marginales y “espacios de borde” (Comerci, 2015).
En relación a lo mencionado, los productores ganaderos debieron, en
algunos casos, utilizar métodos como el engorde a corral en superficies
pequeñas como feedlots, que requieren de una alta inversión para poner en
marcha ese tipo de producción.
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Las “nuevas agriculturas” (Reboratti, 2010) demandan de la utilización
de un paquete tecnológico que incluye a las semillas genéticamente modi-
ficadas, a la que no todos los productores pueden acceder y que, además de
la obtención de la semilla RR, requiere de la obtención de maquinarias y
del agroquímico o herbicida “glifosato” que es el único que puede combatir
las malezas y plagas que compiten con la soja.
El sistema conocido como “agronegocios” (Teubal, 2006) vincula al
complejo agroexportador, grandes productores sojeros, las empresas mul-
tinacionales proveedoras de semillas transgénicas, entre otros sujetos como
los pools de siembra. En este sentido, estos fondos de inversión, que cuen-
tan con capitales de orígenes diversos para arrendar campos, tienen por ob-
jeto aumentar la productividad de las tierras e incrementar su rentabilidad
con la puesta en producción de grandes extensiones.
A partir de este razonamiento, el complejo agroindustrial cobró impor-
tancia ya que aglutinaba productores y comercializadores de insumos, fa-
bricantes de aceites, transportistas, entre otros. Los productores cuentan
con dos destinos para su producción: vender los granos a las aceiteras o
comercializar la exportación con las empresas multinacionales. El boom
del modelo sojero supone una “agricultura sin agricultores” (Teubal, 2006)
y nuevas formas de lógicas empresariales con la incorporación de mega-
productores que implica la incorporación de servicios terciarizados en re-
lación a información y marketing, y el arrendamiento y compra de tierras
a expensas de los pequeños productores y campesinos. El ámbito rural se
convierte, por lo tanto, en un “desierto verde” (Gras y Bidaseca, 2010) con
pueblos y campos despoblados, sin familias ni trabajadores rurales, que
engrosan las listas de desocupados, aumentan la brecha social, generan
mayor pobreza en espacios urbanos y provocan profundas fragmentaciones
en los territorios.
Entre las consecuencias de este proceso se pueden mencionar: la trans-
formación de un modelo tradicional en uno basado en el “agrobusiness”,
la disminución de la agricultura familiar, la creciente dependencia del pro-
ductor agropecuario de las empresas transnacionales por la adquisición del
paquete tecnológico, y la pérdida de soberanía alimentaria (Teubal, 2006).
En estas relaciones desiguales de poder que manifiesta el proceso de
“sojización” entre los diversos sujetos, se suscitan conflictos y tensiones
en los territorios,
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Estado. Como resultado de las disputas por el uso del suelo y el destino
de la renta, se han incrementado los conflictos. La crisis política entre el
Estado y los sojeros por el incremento de las retenciones no generó ningu-
na medida que limitara la producción de soja ni el control de los grandes
productores (Comerci, 2015: 144).
170 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
vas tierras para la producción suponen profundas transformaciones en las
prácticas productivas que generan resistencias y luchas por parte de los di-
versos sujetos y configuran profundas desigualdades territoriales. Por otro
lado, los lineamientos productivistas, institucionalistas y tecnologizantes
justifican este proceso expansivo bajo el enfoque de un discurso moder-
nizador que esconde y naturaliza relaciones desequilibradas de poder y el
orden desigual establecido entre los sectores del agro argentino.
Respecto a las líneas de investigación de las instituciones agropecua-
rias, Gras y Hernández (2013) manifiestan que éstas aluden a una “revo-
lución paradigmática ”relacionada con una “agricultura innovadora” que
se desarrolla en la segunda mitad de los ’90. El modelo del agrobusiness
revela una multiplicidad de dimensiones involucradas como los cambios
tecnológicos, productivos, sociales e identitarios que se articularon en una
dinámica particular de modo que terminaron por reconfigurar el mundo
rural argentino.
A nivel productivo, se impuso de manera progresiva un “modelo soje-
ro” que reemplazó parcialmente cultivos tradicionales de la región pam-
peana como el trigo y el maíz. Estas lógicas de producción impusieron
nuevas formas de organización del trabajo y de apropiación de los recursos
(Gras y Hernández, 2013).
(…) Esto constituyó una inflexión a nivel de los procesos productivos (in-
troducción a la siembra directa, tecnologías de precisión, uso de semillas
transgénicas, etc.) y también se innovaron radicalmente los procesos de
gestión (nuevas tecnologías de la comunicación e información, profesiona-
lización de la administración, organización de empresas en red, integración
con la industria, modo de almacenamiento de los granos, lógicas de comer-
cialización de los insumos, etc.) (Gras y Hernández, 2013: 18).
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camiones, agroquímicos, y todo lo relacionado con la producción. También
movió a la construcción y el consumo, la venta de vehículos y el uso de
servicios en las provincias” (Diario Clarín, 13 de febrero de 2004). Asi-
mismo, en otro artículo, en este caso del suplemento Clarín Rural, titulado
“Destacan que la soja local tiene un futuro promisorio”, también se aprecia
un claro discurso productivista y tecnologizante. Por un lado, se enfatiza
la cada vez mayor productividad del cultivo, que ante igual superficie au-
menta su rendimiento. Por otro lado, este proceso se asienta sobre nuevas o
mejoradas técnicas y prácticas agronómicas, pero sobre todo en desarrollos
genéticos y biotecnología. Del mismo modo, el discurso oficial presente en
la nota a través de representantes de la Asociación de la Cadena de la Soja
(ACSOJA), señala los usos no solo comestibles e industriales (lecitina,
biodiesel, lubricantes) de sus derivados sino también otras propiedades:
“Aquí el beneficio no es solo ambiental, sino que también se da en cuanto
a propiedades que el aceite de soja tiene para el mejor funcionamiento de
ciertas máquinas (…) Consumir más soja tiene beneficios para la salud
humana, en aspectos cardiovasculares, como en la prevención del cáncer
[sic]” (Fuentes, E. en Suplemento Clarín Rural, 21 de mayo de 2015).
Evidentemente, se observan diferentes discursos más allá de sus mati-
ces, unos más críticos, otros productivistas, sobre el modelo sojero y sus
implicancias en los diversos aspectos atinentes a su producción. El debate
está planteado y los argumentos en torno al monocultivo de la soja siguen
generando fuertes controversias en los distintos sectores.
172 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
gestionan y construyen el territorio”, presenta un saber4 específico sobre
“La comprensión y explicación de la organización de los espacios rurales
en la Argentina, caracterizando las actividades económicas primarias y los
circuitos productivos regionales, atendiendo especialmente a los distintos
actores que en ellos participan” (Materiales Curriculares, 2009: 46).
En función de “La construcción social de los ambientes y las problemá-
ticas ambientales” el saber específico que involucra la problemática de la
soja en Argentina se relaciona con,
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Como manifiesta Gurevich (2011):
(…) las decisiones que toma el profesorado en la selección del libro de texto
están centradas básicamente en sus criterios sobre el tipo de conocimiento
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que contiene el libro, sobre el protagonismo que le otorga en su enseñanza
(…) y sobre el protagonismo que concede al alumnado en su aprendizaje. En
estos tres ámbitos incide hoy el currículo por competencias (Pagés, 2009: 2).
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este sentido, la FAO estima que para 2050, la producción agrícola mundial
deberá crecer un 60% por encima de 2005-2007. Aquí, se prescinde la in-
formación que la población Argentina sólo consume el 5% de la soja que se
produce en el país y que se destina más de la mitad de las tierras cultivables
a la exportación hacia países asiáticos y europeos que consumen el 95% de
la producción. Este dato debe ser problematizado, desde la perspectiva de
conceptos como seguridad y soberanía alimentaria.
Por otro lado, y bajo el título “La notable expansión de la frontera agrí-
cola en la Argentina”, se señala:
(…) el nuevo perfil exportador que fue adquiriendo la Argentina en las úl-
timas décadas fue acompañado de una notable expansión de la producción
agrícola. Los aumentos de la producción agrícola provienen generalmente
de tres fuentes principales: la expansión de la superficie bajo cultivo (…), el
aumento de la intensidad de los cultivos (…), las mejoras en el rendimien-
to (…) (Santillana, 2013: 194).
176 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
empresarios, el Estado y pequeños productores y comunidades indígenas
que habitan las tierras hoy revalorizadas y demandadas para la producción
de soja (Santillana, 2013: 195).
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teresantes, tales como los efectos ambientales y la salud de las personas,
la escasez relativa de puestos de trabajo y la idea subyacente de conflicto
inherente al modelo sojero, para comprender de manera más acabada las
diversas posturas y discusiones en torno a la producción de soja, y funda-
mentalmente las denominadas “posturas críticas”, se debieran visibilizarlas
voces de sujetos sociales tales como grupos campesinos, pueblos indíge-
nas, organizaciones ambientalistas, entre otros.
Por último, se presenta el tratamiento de la problemática como un estu-
dio de caso bajo el título “Ambiente y soja en las llanuras argentinas”. En
él se propone trabajar sobre las nociones de los estudiantes en relación a
lo abordado en el libro y se lo intenta problematizar a partir de la premisa,
“soja y medioambiente, una relación a construir”. Si bien se propone como
novedosa la utilización de tecnología para llevar adelante el “proyecto de
investigación” deja en claro que existen dos perspectivas contrapuestas, “en
esta propuesta de ideas se vinculan tanto aspectos naturales como sociales”.
La propuesta de la editorial Estrada presenta 14 capítulos organizados
en cuatro bloques. Esta editorial plantea, en las primeras páginas una orga-
nización específica “para aprovechar este libro” en el que se muestran los
capítulos divididos en ejes temáticos y las “herramientas” para comprender
los procesos geográficos.
Particularmente en el apartado denominado “La valorización y el apro-
vechamiento de los recursos naturales”, se realiza un análisis sobre el apro-
vechamiento de los recursos agrarios en la región pampeana. En él se men-
cionan las condiciones que ostenta el área para la producción: “presencia
de extensos relieves llanos, lluvias suficientes, climas templados y suelos
fértiles y ricos nutrientes”. Esta descripción, con una cierta mirada uni-
dimensional puede llevar a observaciones simplistas que omitan análisis
más complejos e integrales que involucren las múltiples variables en juego
de la producción sojera: que gracias a las condiciones físico-naturales de
su llanura, la Argentina se convirtió en uno de los grandes productores de
granos del mundo, tanto de cereales como de oleaginosas. En este aparta-
do se menciona que a partir de la década del ’90, se produjo un aumento
desmedido de las superficies cultivadas en detrimento de la ganadería y de
otras actividades agrarias de las áreas “extrapampeanas”. Además, sostiene
que a través de la “modernización agraria” se han producido incrementos
de rendimientos y de productividad por hectárea sembrada. Esta moderni-
zación en el agro se vio estimulada por la incorporación de agroquímicos,
semillas transgénicas, maquinarias y técnicas de cultivo como la siembra
directa. Asimismo, se hace mención a las prácticas inadecuadas del suelo
a partir del siglo XX. En este sentido, el “avance de la frontera agrícola
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hacia zonas tradicionalmente ganaderas”, proceso denominado “agricul-
turización”, profundizó el “monocultivo” que causó el agotamiento de los
suelos por el consumo exacerbado de nutrientes. Una imagen que ilustra
una superficie cultivada con soja posee un epígrafe que comenta el avance
de la oleaginosa en las últimas décadas, proceso conocido como “sojiza-
ción”, que no sólo se dio en el área pampeana sino que se extendió hacia
áreas “extrapampeanas”.
Por su parte, en el capítulo denominado “Los problemas ambientales en
Argentina”, se trata en un apartado sobre las prácticas en el manejo de los
suelos. A diferencia de la utilización de las prácticas mixtas (ganadería y
agricultura)que permitían cierta estabilidad en la calidad de los suelos a fin
de lograr la “sostenibilidad” del ambiente, la incorporación masiva de la
soja provocó efectos nocivos para el medioambiente:
Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 179
parte de las empresas agropecuarias, con el apoyo de los poderes políticos
locales. Además, la subsistencia de las familias campesinas se ve afectada,
ya que se basa en la obtención directa de materiales para la construcción de
viviendas, forraje para el ganado, leña, etc. (Estrada, 2014: 97).
180 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
flictos sociales protagonizados por campesinos, pequeños productores,
pueblos originarios, colonos y agricultores familiares”, sin considerar el
rol relevante de las empresas multinacionales y los grandes productores
como parte principal del conflicto, así como tampoco se mencionan las
intencionalidades que poseen sobre el control de los recursos naturales y la
tenencia de la tierra. También se destaca que en las áreas extrapampeanas
el avance de la frontera ha significado un aumento de las situaciones de
violencia, contaminación, intentos de desalojo, entre otros, y menciona las
posturas críticas que alegan las ideas de protección de la biodiversidad, el
modo de vida campesino e indígena, la defensa de las culturas originarias,
y políticas públicas, entre otros aspectos.
En la sección “Entrevista”, se reproduce una nota a Mariano Iscaro,
geógrafo y becario doctoral en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Uni-
versidad Nacional de Mar del Plata. En ella relata los resultados sobre su
investigación acerca de las transformaciones producidas en los pueblos
rurales pampeanos, sobre todo los del sudeste bonaerense en relación al
avance del nuevo modelo de producción basado en el agronegocio. Es in-
teresante el análisis sobre la pobreza rural y la expulsión de la población
que no adopta como metodología de trabajo el agronegocio por no poder
acceder a ciertas pautas de producción.
Posteriormente, en el capítulo denominado “El sector primario en la
economía Argentina”, nuevamente se describe “La expansión de la soja en
el campo argentino”, “La producción y exportación de soja en la Argenti-
na” y “La causa de la expansión de la soja” a modo de descripción de la
cuestión.
Para finalizar, resulta pertinente destacar nuevamente dentro de la sec-
ción “Entrevista”, las palabras de Adriana Villa, profesora e investigado-
ra de temas vinculados a la enseñanza de la Geografía. Aquí, comenta la
importancia de la enseñanza de las actividades productivas en el aula y
ante la consulta sobre su opinión respecto al proceso de “sojización” de la
economía agraria de Argentina relata que
Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 181
En relación a lo expuesto en las páginas precedentes sobre las propues-
tas editoriales, se observa la intencionalidad de llevar adelante una práctica
innovadora en el aula que contribuya a la comprensión del proceso de ex-
pansión de la frontera agrícola desde diversas perspectivas de análisis para
favorecer el aprendizaje basado en la resolución de problemas. Aunque se
logra parcialmente el abordaje crítico que inspiran las actuales corrientes
en Geografía o que sugieren los nuevos diseños de los materiales curricu-
lares. Asimismo, el predominio de información descriptiva y, en algunos
casos, repetitiva, contribuye de manera relativa al proceso de construc-
ción significativa de los conocimientos. Sólo en algunas ocasiones se pre-
sentaron los conflictos y tensiones, pero no se profundizó desde múltiples
posturas y perspectivas, en las que estuvieran presentes todas las voces,
fundamentalmente aquellas de los sujetos más postergados, marginados y
excluidos de este sistema de producción.
Queda claro entonces que las propuestas editoriales realizan una presen-
tación general de la problemática, a veces cercana a los discursos producti-
vistas y tecnologizantes. En este sentido, es el docente el actor fundamental
que debe problematizar los procesos para lograr aprendizajes relevantes en
sus estudiantes, y los libros de texto solo son un tipo de fuente de infor-
mación que necesariamente debe ser complementado con otras miradas, y
documentos que enriquezcan el análisis y abordaje de la problemática del
avance de la frontera agraria en la Argentina.
182 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
gos específicos de la actividad lúdica de gran interés y utilidad en la ense-
ñanza: 1) su alto valor motivador, 2) la capacidad para agilizar la actividad
mental del sujeto al impulsarle a actuar de forma placentera y 3) la fuerte
incidencia que tiene en el desarrollo de destrezas y en la potenciación de
valores y actitudes (Marrón Gaite, 1996: 46).
Huellas n° 20 (2016) | El abordaje del avance de la frontera agrícola desde la mirada de dos libros de texto... (pp. 163-186) 183
Consideraciones finales
184 Melina Ivana Acosta | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
oralidad de los estudiantes y la toma de posición crítica y reflexiva ante una
determinada problemática, sino que también estimula la visibilización de
las distintas miradas que entran en juego en los diversos conflictos y pujas
de relaciones de poder.
Además, la mayor parte de la oferta editorial en la actualidad es produ-
cida desde la centralidad que le otorga su lugar de edición. Por lo tanto, se
puede observar que los libros de texto representan de manera parcial los
curriculum prescriptos de las provincias, elaborados a partir de los acuer-
dos federales y los NAP. Como consecuencia de ello, la pluralidad de voces
se halla representada de manera desigual. Por consiguiente, el curriculum
propuesto en La Pampa, cuya construcción y diseño resulta innovador a las
tradicionales formas de enseñar y abordar la geografía escolar en el aula,
no se encuentra representado en las propuestas editoriales.
Para finalizar, referimos a las palabras de Michael Apple (1993) sobre
los libros de texto y las propuestas editoriales, concebidas como el resulta-
do de un proceso constante de luchas y relaciones de poder entre diversos
grupos y sectores sociales. El autor reflexiona que educación y poder van
de la mano, y representan el:
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Artículo
9
Dinámicas socio-económicas del agro
pampeano actual y espacios locales:
una propuesta de análisis
Estefanía Hüter1
Universidad Nacional de Quilmes – CONICET
@ [ estefaniahuter@gmail.com ]
Cita sugerida: Hüter, E. (2016). Dinámicas socio-económicas del agro pampeano ac-
tual y espacios locales: una propuesta de análisis. Revista Huellas Nº 20, Instituto de
Geografía, EdUNLPam: Santa Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.
ar/index.php/huellas
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2010
Resumen
En las últimas décadas se han producido transformaciones en el agro que
plantean desafíos para pensar las dinámicas actuales que lo atraviesan;
entre otras cosas, en relación al modelo productivo que se ha conformado,
a los procesos por los que han atravesado los diversos agentes directamen-
te vinculados a la actividad, a las dinámicas socio-económicas que se des-
pliegan vinculadas al agro y a su impacto en los espacios locales. En este
trabajo se reflexiona sobre lo ocurrido en el agro argentino, más particu-
larmente pampeano, en relación a tales problemáticas. Se comenzará por
considerar algunos procesos de cambio ocurridos en el agro a nivel global;
para analizar luego las tendencias dominantes del agro pampeano, que
permiten afirmar la conformación de un nuevo modelo de desarrollo agra-
rio. Luego, tomando en cuenta diversos antecedentes, se realiza una pro-
puesta conceptual para abordar el problema de las dinámicas territoriales
de los actores agrarios en sus aspectos económicos y su incidencia en los
espacios locales. Dinámica que no ha sido estudiada específicamente desde
esta perspectiva que pone énfasis en los elementos económico-productivos
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 187
implicados en las construcciones, deconstrucciones y reconstrucciones de
los territorios, apelando para ello a la noción de circulación del capital de
los actores agrarios; y que resulta un punto relevante para comprender los
procesos que se despliegan hoy en el desarrollo agrario.
Abstract
In the last decades, transformations in the rural sector set out challenges
to think the current dynamics that underlies it; among other things, re-
lated to the production model that has been defined, to the processes that
different stakeholders directly related to the activity have gone through,
and to the socio-economic dynamics linked to the rural sector that unfold
and their impact on local spaces. This paper reflects on what has happened
in rural Argentina, particularly in the Pampas Region, in relation to these
problems. The paper starts by considering some transformation processes
that have taken place in the rural sector at a global level to analyse,
then, the dominant trends of the rural sector in the Pampas region that
allow us to affirm that a new model of agricultural development has been
introduced.
On the basis of various antecedents, the paper will then present a con-
ceptual proposal to address the problem of the territorial dynamics of the
rural actors, the economic aspects and their incidence on local spaces.
This dynamics has not been studied specifically from this perspective, and
emphasizes the economic-productive elements implied in the construc-
tions, deconstructions and reconstructions of territories, resorting to the
notion of capital circulation of the rural actors which constitutes a rel-
evant point to understand the processes that emerge today in agricultural
development.
Key words: rural Pampas region- rural social actors- socio-economic dy-
namics- local spaces.
Resumo
Nas últimas décadas têm se produzido transformações no agro que apre-
sentam desafios para pensar as dinâmicas atuais que o atravessam, entre
outras coisas, em relação ao modelo produtivo que se conformou, em re-
lação aos processos que têm atravessado os diversos agentes diretamente
relacionados com as atividades, às dinâmicas socioeconômicas que estão
relacionada ao agro e ao seu impacto nos espaços locais. Neste trabalho,
reflexiona-se sobre os acontecimentos no agro argentino, particularmente
pampeano, em relação a tais problemáticas. Começaremos por considerar
alguns processos de mudança acontecidos no agro a nível global para logo
depois analisar as tendências dominantes do agro pampeano que permitem
afirmar a conformação de um novo modelo de desenvolvimento agrário.
Depois, levando em consideração os antecedentes, realizou-se uma pro-
188 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
posta conceitual para abordar o problema das dinâmicas territoriais dos
atores agrários em seus aspectos econômicos e suas repercussões locais.
Dinâmica que não tem sido estudada, especificamente, a partir desta pers-
pectiva e que põe ênfase nos elementos econômicos produtivos envolvidos
nas construções, desconstruções e reconstruções dos territórios apelando,
para isso, à noção de circulação do capital dos atores agrários e que re-
sulta um ponto relevante para compreender os processos que se desenvol-
vem, hoje, no agro.
Introducción
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 189
Transformaciones globales en el agro
190 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
hecho posible una mayor flexibilización, coordinación e integración de los
eslabones de la cadena agroalimentaria; emergiendo el actual modelo domi-
nante de producción agropecuaria, donde también el capital adquiere mayor
capacidad para localizar y deslocalizarlos procesos productivos (Etxezarreta,
2006;Kay, 2007), inmerso en una competencia global de fuerte volatilidad
(Gutman y Gorenstein, 2003; Delgado Cabeza, 2010).
Si la conformación del actual régimen agroalimentario tuvo como con-
dición de posibilidad la reforma neoliberal, la apertura comercial y finan-
ciera y el achicamiento del rol regulador del Estado(especialmente en La-
tinoamérica), sería interesante analizar qué ha ocurrido en Argentina (que
encuentra algunos paralelismos con otros países de la región) a partir del
cambio en el clima político y en el quiebre discursivo en torno al “con-
senso neoliberal”, cuyos momentos de inflexión ocurrieron a inicios de la
década del 2000. En nuestro país, con el impulso de la política devaluacio-
nista (2002) y del aumento de los precios internacionales de los productos
del agro dirigidos a exportación (particularmente la soja), diversos autores
consideran que habría existido una profundización de algunas tendencias
que venían desarrollándose en el agro; aunque existan disidencias respecto
a cómo interpretarlas en el marco del modelo de desarrollo que plantean
para Argentina3. A su vez este sería un buen punto de partida para reflexio-
nar sobre las transformaciones y continuidades que pudieran encontrarse
en el modelo de desarrollo agrario en el marco del clima político inaugu-
rado recientemente en Argentina (así como en varios países de la región),
con un nuevo giro neoliberal.
3 Es decir, este análisis podría servir como punto de partida a otras reflexiones en torno a cómo
fue posible que, pese al clima político de ruptura que se configuró en la última década en
América Latina, en términos del modelo de desarrollo agropecuario hubo una profundización
de algunas tendencias existentes (indagación que podría conectarse con el análisis del rol que
ha tenido el agro en la configuración de los modelos de acumulación de Latinoamérica).
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 191
a la especialización en un cultivo de fuerte demanda internacional: la soja.
Todo ello contribuyó conformar un agro cada vez más concentrado, que fa-
voreció el surgimiento de nuevos actores y la reconversión o expulsión de
otros (Sili y Soumoulou, 2011; Grosso et al, 2013; Pengue, 2009;Reboratti,
2010). El modelo de producción agropecuario que se fue configurando se
expandió rápidamente, subsumiendo a otras lógicas productivas bajo diná-
micas hegemónicas4.
Para intentar una caracterización más precisa del actual modelo de de-
sarrollo agrario en la región pampeana se partirá de retomar y sistematizar
elementos que varios autores coinciden en señalar como definitorios (aun-
que interpretándolos desde diversas perspectivas): el cambio tecnológico y
organizacional en la producción agropecuaria, y las transformaciones en los
actores que participan directamente en los esquemas socio-productivas.
4 En este trabajo se propone pensar estas tendencias como parte de un modelo de desarrollo
agrario particular, atado fuertemente a la demanda externa e hiperespecializado en función
de ella; y salirse así de la encerrona que plantean algunos intelectuales sobre el debate “pro o
anti” soja (como Solbrig y Adamoli, 2008).
192 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Así como ocurrió con la producción de soja, paradigma del nuevo mo-
delo, se tendieron a conformar “paquetes tecnológicos” en las distintas
producciones agrícolas (Bisanget al 2010). La aplicación de innovaciones
tecnológicas supuso una mayor incorporación de insumos externos para
la producción y una redefinición del tipo y lugar del conocimiento. Fue
cobrando cada vez más centralidad la incorporación de conocimiento com-
plejo muchas veces codificado en reemplazo del saber-hacer de los propios
productores;otorgándose mayor relevancia a los saberes profesionales y,
sobre todo, a los proveedores industriales de insumos, poseedores del co-
nocimiento codificado (bajo la forma de activos patentables) (Bisang et al.,
2010;Balsa et al., 2014; Gras y Hernández, 2013).
En la ganadería vacunatambién ocurrieron transformaciones en las últi-
mas décadas, diferentes respecto a la agricultura debido a la naturaleza del
proceso y a cierto desfasaje temporal. A partir de los años ’70 y ’80 hubo
un mejoramiento tecnológico en la implantación de pasturas y verdeos con
ventajas en la oferta forrajera, y, más tarde, la difusión del alambrado eléc-
trico y de la confección de rollos de heno permitieron una mejor gestión
del forraje. Se inició un proceso de intensificación en la ganaderíaque se
profundizó recién en los años 2000, al difundirse la artificialización y com-
plejización de la gestión de la nutrición animalcon la práctica de suple-
mentación dietaria, acompañada en ciertos casos por el confinamiento en
corrales de engorde(Albaladejo y Champredonde, 2011). Paulatinamente,
también en la ganadería fue teniendo mayor relevancia el asesoramiento
técnico en la gestión del proceso productivo, más aún en actividades de
engorde, por cambios en las regulaciones y en los manejos productivos
(Albaladejo y Champredonde, 2011).
Es posible advertir entonces que en las últimas décadas tanto en la agri-
cultura como en la ganadería, dos actividades predominantes en el agro
pampeano, ocurrieron procesos de intensificación del proceso productivo,
con mayor incorporación de insumos externos y conocimientos técnicos;
y, en consecuencia, aumentaron los costos fijos que deben movilizarse para
producir.
Por otro lado, ocurrió también un cambio en el manejo de las explota-
ciones agropecuarias, una transformación en la lógica organizacional del
proceso productivo, expandiéndose la desverticalización de actividades
de la mano de un modelo de gestión que requiere especializaciones pro-
ductivas. Se involucró a una mayor y más variada gama de agentes en
la producción, coordinados mediante vínculos contractuales con diverso
grado de formalización. Se generaron así formas más flexibles de asumir
la producción con lógicas temporales más acotadas,conformando una or-
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 193
ganización en red (Gras y Hernandez, 2013; Delgado Cabeza, 2010;Bisang
et al 2010, 2013; Balsa et al., 2014).Tal idea de “organización en red” no
debe ocultarlastendencias a la concentración que existen en algunos nodos,
con capacidades diferenciales de apropiación de las mejoras sistémicas de
productividad y ganancias generadas por la trama en su conjunto, además
de cierta volatilidad en sus estrategias en función de cambios en el entor-
no económico y político-regulatorio (Gutman y Gorenstein 2003; Gras y
Hernández, 2013).
Con todo, en términos generales el modelo agrario que se fue desarro-
llando intensificó dinámicas concentradoras, con la novedad de que se des-
plegaron tendencias hacia la concentración de la producción y no sólo de
la propiedad de la tierra (Grosso et al., 2013; Balsa et al., 2014; Albaladejo,
2013), e indujo una (mayor) dependencia respecto a actores ubicados por
fuera de la producción: proveedores (transnacionales) de insumos, deman-
da global (externa), agentes financieros.
Los rasgos que fue adquiriendo el agro argentino en las últimas décadas
redimensionaron la participación de los diversos actores sociales agrarios,
tanto por transformaciones en el peso relativo de cada uno de ellos como
por el surgimiento de nuevas figuras. En función de los objetivos de este
trabajo, se caracterizarán brevemente a los agentes que tradicionalmente
han sido considerados por la bibliografía académica como “productores”5
de la región pampeana, y también se mencionarán otros agentes que están
directamente asociados al modelo productivo actual: contratistas, rentistas6
y asalariados7.
Entre las empresas de producción agrícola algunos autores señalan la
existencia de una serie de megaempresas, que se distinguen por sus enor-
mes volúmenes de actividad (Balsa et al., 2014; Gras y Hernández, 2013).
Estas empresas en general (aunque no exclusivamente) siguen el modelo
de organización productiva en red, por lo que tienden a desarrollar la pro-
ducción en tierras arrendadas y a tercerizar las labores, basando su estruc-
tura en la coordinación y gestión de recursos y actores (Bisang et al, 2010;
5 Se hace referencia a las personas físicas o jurídicas que asumen la gestión y los riesgos de la
actividad productiva, independientemente de su relación con la tierra (Lódola y Fossati, 2004).
6 Incorporar a estos dos agentes resulta necesario para comprender los rasgos que han adquirido
los esquemas socio-productivos que se movilizan en el agro actual.
7 Para los trabajadores asalariados sólo se realizarán algunas consideraciones en el siguiente
apartado.
194 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Gras y Hernández, 2013) y adoptan estrategias de diversificación territo-
rial a nivel regional (Balsa et al, 2014; Gras y Hernández, 2013). Por otra
parte se destaca la presencia de grandes y medianas empresas que, con una
menor diversificación territorial, tienden a organizarse a partir de un nú-
cleo inicial de tierras en propiedad a las que suman otras vía arrendamien-
to; e implementan cambios para reducir el peso del capital fijo, tercerizan
labores, pero en mucha menor medida que las anteriores. Las empresas
medianas, además de tener menor capacidad relativa de acumulación y ex-
pansión, se distinguen por la importancia que en general sigue teniendo la
familia como equipo de trabajo y porque estos responsables realizan tareas
de seguimiento y control cotidiano de las labores productivas (Balsa et al.,
2014; Gras y Hernández 2013)8.
Teniendo en cuenta lo anterior es posible afirmar que existe una trama
empresarial relativamente heterogénea; que está igualmente atravesada por
tendencias hacia la concentración productiva y hacia la externalización de
tareas (Grosso et al 2013, Gras y Hernández 2013), en busca de mayor
capacidad de reacción frente a situaciones cambiantes.
Los contratistas o prestadores de servicios agrícolas, si bien no cons-
tituyen una figura nueva en el agro argentino, se han vuelto más signifi-
cativos a raíz de los cambios en la organización productiva. Se trata de
proveedores especializados de servicios agrícolas con equipos propios, que
operan en un mercado fuertemente competitivo (Bisang et al., 2010), con
un esquema de costos que no controlan (mano de obra, combustibles, ma-
quinaria) y un mecanismo de ingreso (pago fijo o porcentaje) cuyos precios
tampoco controlan (Bisang et al., 2010), lo que los coloca en una situación
de relativa subordinación (Grosso et al., 2013). Según algunos autores tal
situación es justamente la que facilita la incorporación y difusión de inno-
vaciones, ya que para asegurar/acrecentar beneficios los contratistas deben
rotar el capital semi-fijo a alta velocidad y, para ello, deben utilizar y ac-
tualizar sus equipos al máximo (Bisang et al., 2010, 2013). Para otros esa
misma situación facilita que algunas empresas agrícolas refuercen su poder
negociador frente a los contratistas (Balsa, 2013).
Los rentistas, propietarios de tierras que en vez de producir las colo-
can en el mercado de alquileres, fueron cobrando mayor importancia en
8 Dentro de las empresas agrícolas es necesario considerar la existencia de los pools de siembra,
que cobraron importancia en las últimas décadas. Si bien varían en tamaño, en general tienden
a estructurar las operatorias de grandes empresas (agrícolas), y tienen una fuerte capacidad de
captar capitales extra-agrarios con el fin de lograr réditos más o menos rápidos. Como organizan
la producción en base a vínculos contractuales, tienen gran flexibilidad, pudiendo cambiar de
producción y/o de región e incluso retirarse fácilmente de la actividad (De Martinelli, 2008).
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 195
función del proceso de concentración de la producción desplegado en esta
nueva etapa, que supuso una creciente separación entre propietarios de tie-
rras y empresas productoras, generándose para estas una menor inmovili-
zación de capital fijo (Grosso et al., 2013, Bisanget al 2010). Para algunos
autores el rentismo les permitiría a los pequeños terratenientes integrarse
al modelo transfiriendo el riesgo a los operadores del sistema (Bisang et
al., 2010, Reboratti, 2010). Pero, aun reconociendo que ciertos pequeños
y medianos propietarios puedan haber obtenido ingresos considerables en
las últimas décadas, resulta indispensable destacar que estos agentes es-
tarían en una posición de mayor dependencia respecto a variables que no
controlan (precios de la tierra vinculados a precios de los commodities,
negociaciones con actores de mediana o gran escala), sin tener la opción
de volver ellos mismos a la producción por haberse descapitalizado (Balsa,
2013), quedando así desplazados de la producción.
Por otra parte, los productores familiares9, agrupados ya en una catego-
ría de por sí heterogénea, a partir de los noventa atravesaron un fuerte pro-
ceso de diferenciación. En el contexto de una significativa tendencia a la
concentración de la producción, los imperativos para aumentar en escala y
productividad tuvieron distintos efectos sobre estos actores. Algunos aban-
donaron la producción, porque sus tierras fueron rematadas judicialmente
(por endeudamiento), las vendieron, o bien las cedieron en arrendamiento
(Grosso et al 2013, López Castro, 2012). Entre los que continuaron en la
producción también es posible identificar diferentes situaciones, pero en
general tendieron externalizar algunas etapas de la producción y a otorgar
mayor importancia a tareas de gestión (Balsa et al, 2014). Sin embargo,
algunos “persistieron” manteniendo lógicas familiares, situación en gran
medida posibilitada por la implementación de esquemas productivos y de
captación de ingresos diversificados (López Castro, 2012). Otros, en cam-
bio, atravesaron procesos de reconversión productiva y organizativa, des-
plazándose hacia esquemas empresariales; tendieron a expandir su escala
(vía arrendamiento de tierras) y a profesionalizar la gestión de la explo-
tación e incrementar el uso de mano de obra externa (Gras y Hernández,
2013; Grosso et al., 2013).
Teniendo en cuenta los procesos por los que atravesó el agro y su impac-
to en los diversos actores involucrados en la producción, es posible afirmar
que se fue consolidando un sistema con una fuerte lógica concentradora,
196 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
una expulsión de la producción de un número importante de explotaciones
de tamaños medios y pequeños, en muchos casos familiares. Este proceso
se viene acentuando desde hace varias décadas, más allá de las diferencias
entre los diversos períodos político-económicos. A inicios de la década del
2000 cambió la estructura de precios relativos del agro y, con el incremento
en los precios de los commodities, se generó un aumento de la rentabilidad
global del sector, mejorando significativamente los niveles de ingresos de
los productores que se habían mantenido en la actividad. Sin embargo con-
tinuaron aumentando los costos productivos, por el gran peso de insumos
externos y por el aumento del precio de la tierra, lo que dificultaba para
pequeños y medianos productores expandir su escala (Balsa el at., 2014);
es decir, si bien algunos sectores accedieron a ganancias extraordinarias,
no se revirtieron las condiciones excluyentes en la producción agraria.
A partir de estas caracterizaciones sobre los actores sociales del agro ar-
gentino actual, en la siguiente sección se desarrolla una propuesta concep-
tual para profundizar el análisis sobre las vinculaciones socio-económicas
que estos actores tienden a establecer con los espacios locales.
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 197
de competitividad genuina no tiene por fin considerar efectos distributi-
vos, pero cabe preguntarse si aún en tales términos las producciones del
agro que han crecido en las últimas décadas posibilitan tal competitividad
para Argentina cuando estas producciones son fuertemente dependien-
tes de la demanda internacional, factor sobre el que el país tiene poco
control. Asimismo, resulta necesario preguntarse, entre otras cosas ¿qué
paradigma de desarrollo agrario abre en la actualidad este esquema socio-
productivo agrario? ¿qué tipo de agentes logran insertarse en el modelo
y cuáles de ellos se colocan en posiciones de decisión tales que pueden
reafirmar su interés frente a otros actores y a contextos cambiantes?; y,
para ir acercándonos al problema que aquí nos interesa, ¿en qué medida
y de qué formas las lógicas económicas que despliegan estos actores se
vinculan a los espacios locales (llamados por algunos autores “espacios
de producción”)?, ¿qué tipo de “desarrollo local” promueve (o posibilita)
el actual modelo dominante de producción agropecuaria? Plantear tales
interrogantes nos permite acercarnos a la pregunta más general sobre a
qué modelo de desarrollo abona el crecimiento de las rentas vinculadas al
agro y si él supone mayor bienestar para la mayoría de la sociedad, ahora
y en el largo plazo.
No se buscará resolver aquí cada uno de estos interrogantes, que se
hallan además interconectados y respondidos parcialmente por los antece-
dentes sistematizados a lo largo del trabajo, sino que en este apartado se es-
bozará una línea de análisis que puede ser de utilidad para estudiar el actual
modelo de agro dominante en términos de las lógicas socio-económicas
que él despliega en los espacios locales10.
Hasta el momento se han desarrollado pocos estudios respecto a las
vinculaciones que los actores sociales agrarios establecen con los espacios
locales. Y la mayoría de las investigaciones referidas a esta cuestión han
puesto más énfasis en aspectos de orden simbólico por sobre los mate-
rial/económicos; analizan aspectos identitarios y culturales de los actores
del agro que contribuyen a establecer diversos vínculos con tales espacios
(Cloquell et al., 2013; Bidaseca y Gras, 2010).
Y los estudios que de alguna forma analizan para la región pampeana,
junto con la dimensión simbólica, la inserción económica que mantienen
aquellos actores respecto a los espacios locales (como los trabajos de Bustos
Cara y Sili (1994), Sili (2005), Varesi (2010), Champredonde y Albaladejo
(2011), Hernández (2012), Albaladejo (2013), Gras y Hernández (2013),
10 Esto puede abonar la discusión en torno a cómo el agro actual se vincula a las localidades
pequeñas y medianas de la región pampeana, frente a la tesis sostenida por algunos autores
respecto a la dinamización de estas localidades en las últimas décadas.
198 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
entre otros), al hacerlo no han estudiado en detalle la influencia diferencial
que tendrían sobre esos espacios las lógicas productivas y económicas de
cada uno de los actores que componen la estructura social agraria actual,
sino que se han basado en analizar a un actor agrario en particular o a un
tipo de producción específica11; o, en algunos casos, este no ha sido el ob-
jeto de estudio principal por lo que sólo se mencionan algunas tendencias
percibidas (como en Balsa et al., 2014, Grosso et al., 2013).
Estos trabajos no han abordado la problemática en los términos que aquí
se plantearán, pero es posible tomarlos como antecedente para identificar
algunos primeros indicios respecto a cómo impactarían en los espacios lo-
cales las lógicas socio-económicas que despliegan los agentes vinculados
directamente a la producción en el agro12 (o los procesos de reproducción
del capital vinculados al agro); dimensión que, al igual que toda práctica,
sin dudas se haya vinculada al “horizonte simbólico” de los actores.
Para las grandes empresas de producción agropecuaria su reproducci-
ón no dependería de relaciones sociales y económicas localizadas territo-
rialmente: pese a que necesariamente localicen los procesos productivos,
tal localización no es fija sino que tiende a ser más bien eventual; así, su
dinámica económica y el imaginario que movilizan anclan en el horizonte
global (Gras y Hernández 2013; Grosso et al 2013). Estos actores no reali-
zan necesariamente transacciones comerciales en las localidades cercanas
a los (eventuales) espacios de producción, sino que las efectuarían a través
de su centro administrativo, lugar hacia donde también transfieren sus ga-
nancias (Giberti [2003] citado en Albaladejo y Champredonde, 2011: 126-
127). En la vorágine por mantenerse competitivos, para ganar en costos y
eficiencia, y acompañados por un discurso empresarial con fuerte difusión
y aceptación, este “desprendimiento” de lo local tendería a desarrollarse
cada vez más también en productores empresarios medianos: aunque con
menor capacidad de movilidad, tenderían a desvincularse de los espacios
locales incluso como horizonte de referencia simbólica (Gras y Hernández
2013, Grosso et al 2013). La aceptación más o menos acrítica e irreflexiva
de un discurso en torno al agro que vincula la producción agropecuaria a la
idea del agronegocio y a los productores a la figura de “empresarios inno-
vadores”, también ha tenido su influencia en los productores familiares. La
11 Para la región extrapampeana se desarrollaron algunos estudios referidos a esta temática desde
el enfoque de los “circuitos productivos” (Rofman, 1999), que intenta reconstruir las tramas
productivas y el comportamiento de todos los agentes intervinientes en alguna producción
determinada, considerando secundariamente tanto la incidencia de estos procesos sobre áreas
geográficas específicas como el desarrollo de otras producciones (Tadeo, 2010).
12 Se mencionan sólo los indicios que se han podido sistematizar, pero no existen aún estudios
específicos que hayan abordado esta problemática para los diversos agentes.
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 199
agricultura familiar, tradicionalmente considerada de fuerte anclaje local
(material y simbólico), ha atravesado transformaciones en los vínculos que
establece con tales espacios: si bien estos productores tienden a habitar
espacios cercanos a la explotación (aún habiendo disminuido fuertemente
la residencia rural) y continúan teniendo un horizonte de referencia vin-
culado a tal espacio y realizando transacciones comerciales con agentes
locales, también estarían empezando a desarrollar cierta movilidad en la
remuneración a los factores productivos (de la mano del desplazamiento
hacia lógicas más empresariales) (Grosso et al., 2013; Cloquell et al., 2013;
Balsa et al., 2014).
Por otra parte, mientras que la figura del rentista se encontraría más
vinculada a las dinámicas locales y/o regionales, por lo general su po-
sibilidad de “dinamizar” la economía (de localidades pequeñas y media-
nas) resulta limitada debido a que no tienden a derivar sus rentas hacia
inversiones productivas (agrarias y no agrarias) sino más bien hacia el
mercado financiero o inmobiliario (Balsa et al 2014; Gras y Hernández,
2013). Aunque sus rentas se hayan vinculadas a la actividad productiva,
se encuentran en verdad en una situación de exclusión de la producción.
En contraste, los contratistas sí reinvierten en la producción agropecuaria
y se hallarían en cierta conexión respecto a las dinámicas locales. Sin
embargo, se encuentran en una situación de relativa vulnerabilidad por
su rol de prestadores de servicios altamente capitalizados en un mercado
fuertemente competitivo, y esta situación, junto con las características de
su actividad, impulsan a una fuerte movilidad que los vincularía y desvin-
cularía de diversos espacios locales (Grosso et al., 2013). Por su parte, los
trabajadores asalariados permanentes se ha considerado que tradicional-
mente tienen dinámicas con fuerte anclaje en los territorios locales13.Estos
actores se hallan en un proceso de retracción particular. Las innovaciones
(de producto y de proceso) en el agro han reducido los requerimientos de
mano de obra directa, al tiempo que ha habido un desplazamiento en las
exigencias de capacitación de los trabajadores: desde capacidades gené-
ricas hacia calificaciones específicas y complejas (Gutman y Gorenstein,
2003; Villulla 2015; Delgado Cabeza, 2010). La tendencia a la expulsión
de mano de obra directamente vinculada a la producción agropecuaria14,
habría tenido también repercusiones en las economías locales (Neiman,
13 Se hace referencia a los trabajadores permanentes, los de carácter temporal presentan otras
dinámicas particulares de cada actividad/región y que exceden los objetivos del trabajo.
14 Hay que sumar que en el medio rural continúa siendo relevante (y se profundizó en algunos
sectores) la contratación de mano de obra temporal, combinada con diferentes modalidades de
flexibilización y precariedad laboral (Gutman y Gorenstein 2003; Neiman, 2010).
200 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
2010); y, a su vez, la mayor incidencia del contratismo en la realización
de trabajo directo y en la contratación de trabajo asalariado, habría redun-
dado en una mayor movilidad de los trabajadores asalariados, aún cuando
ellos sean permanentes (Villulla, 2015).
Si algunos autores sostienen que la reducción en el número total de
productores y asalariados vinculados directamente al agro fue compensada
a través de empleos en otros eslabones de la cadena agroindustrial y en la
dinamización de localidades establecidas como centros de servicios agro-
pecuarios (Solbrig y Adamoli 2008, Bisang et al 2010,2013); a grandes
rasgos, esto resulta discutible si consideramos que los indicios menciona-
dos sobre la evolución del agro en las últimas décadas señalan un fuerte
proceso de exclusión de la producción así como el gran peso que han co-
brado los actores más concentrados de la cadena agroindustrial para guiar
el proceso productivo y lograr una apropiación diferencial de la renta; y,
en el marco del esquema productivo en red, con gran capacidad para des-
localizar recursos (capital fijo y variable, y renta), desvinculándolos de los
espacios de producción (entre otros: Grosso et al 2013; Gras y Hernández
2013; Reboratti 2010).
Aquello indicaría que existiría en el agro cierto desacople entre la pro-
ducción y los espacios locales (Gras y Hernández, 2013), proceso que
algunos autores han considerado como de desterritorialización (Delgado
Cabeza, 2010), pero que aquí se prefiere interpretar como el posible desar-
rollo de una territorialidad particular, para así resaltar no la desvinculación
entre procesos económicos y espacios locales, sino un uso y valoración del
espacio específico donde se tendería a conformar un exiguo enraizamiento
y articulación del capital con lo local. Y esta tendencia pareciera ser una ca-
racterística general del actual modelo agropecuario dominante, más allá de
sus diversas traducciones nacionales y locales, ya que diversos autores han
señalado el fenómeno de la movilidad de las actividades productivas en el
agro, afirmando que cada vez más la agricultura se hallaría desvinculada de
su base social y ecológica (Marsden, 1997).
Pero para complejizar esta discusión, en razón de los escasos análisis
desarrollados hasta el momento y la perspectiva desde los que se han rea-
lizado, es necesario conocer más en profundidad las dinámicas económi-
cas de la producción agropecuaria y las vinculaciones (en sentido amplio)
que en aquel aspecto se establecen con los espacios locales. Es decir, para
poder estudiar el agro actual pensándolo no sólo como modelo productivo
sino también en tanto el modelo de desarrollo agrario que efectivamente se
ha ido estableciendo como hegemónico, se cree que es necesario profun-
dizar una línea de análisis referida a los aspectos materiales-económicos
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 201
o económico-productivos movilizados por los actores agrarios y cómo a
partir de ellos se generan diversos vínculos con el espacio local, contri-
buyendo al despliegue de determinadas dinámicas territoriales; es decir,
lógicas de uso, ocupación y valoración de los espacios geográficos (Man-
çano Fernandes, 2010).
En principio cabe remarcar que las investigaciones hasta ahora realiza-
das no se han nutrido de las discusiones conceptuales desarrolladas en el
ámbito de la geografía económica en torno los espacios locales, las relacio-
nes entre lo local y lo global, y los estudios territoriales.
Desde fines del siglo XX y principios del XXI, diversos estudios sobre
procesos de desarrollo local realizados desde la sociología y la economía
han incorporado de alguna forma la noción de territorio, surgida en la geo-
grafía (Abramovay, 2006). Sin embargo, en tales análisis (y también en las
formulaciones desde la gestión pública) han tendido a predominar lo que se
ha llamado las “posiciones localistas”, que tienden a abandonar cualquier
perspectiva que haga referencia a las cuestiones estructurales de la lógica
capitalista de acumulación, y defienden, en cambio, la capacidad irrestricta
de la escala local para generar procesos de regulación; para, mediante la
cooperación entre diversos agentes locales, poniendo énfasis en elementos
cognitivos, culturales e identitarios, movilizar las “potencias endógenas”
y engendrar procesos virtuosos de desarrollo socio-económico insertos en
las dinámicas globales15 (Brandao, 2007). Pero en la etapa actual de mun-
dialización, en que el capital (de la mano de transformaciones tecnológicas
y organizacionales) ha logrado un mayor aprovechamiento de la diversidad
social y material debido a su gran capacidad de movilidad y flexibilidad,
se hace aún más preciso estudiar la expresión espacial del proceso de acu-
mulación de capital; y, como afirma Brandao (2007), pensar los espacios
locales y su relación con los procesos de acumulación de capital.
Frente a aquellas concepciones resulta necesario entonces sostener
propuestas de análisis alternativas, que resalten los aspectos estructurales-
económicos que conforman el orden social capitalista y la importancia del
conflicto (efectivo o potencial) y de las relaciones de fuerzas entre diversos
grupos sociales, para poder comprender más cabalmente lo que sucede en
los espacios locales.
15 En algún sentido, las nociones de desarrollo y territorio “virtuosos” que sostienen desde estas
posiciones son cercanas a las que subyacen en los análisis de Bisang, Anlló y Campi (2010,
2013) y Bisang y Gutman (2005), para quienes, como se mencionó más arriba, el hecho de que
los espacios locales se hallen insertos en lógicas globales supondría, por sí mismo, un punto
de partida (o de llegada) para el desarrollo socio-económico de tales espacios y de todos los
agentes que de diversa manera habitan en él.
202 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
En ese sentido, es relevante recuperar una perspectiva crítica sobre el
territorio para analizar los procesos de desarrollo local; y considerar enton-
ces que el territorio constituye un ámbito de construcción social, resulta-
do del ejercicio de relaciones de poder, donde los diversos actores tienen
una capacidad diferencial para ejercer o mantener su control o dominio
(Santos 1994, Haesbaert 2011; Mançano Fernandes 2010). Asimismo, la
construcción del territorio implica, al mismo tiempo, una dimensión sim-
bólica, una forma de control simbólico por parte de algunos grupos socia-
les sobre el espacio, y una dimensión más concreta o material, del orden
de lo político-económico (Haesbaert, 2011). Es decir, el territorio puede
ser considerado como un espacio producido socialmente en el marco de
relaciones estructurales a través de prácticas concretas y también mediante
ideas o conceptos (Manzanal 2007); producto de la historia colectiva. Si
entonces el territorio es visto como un espacio definido y delimitado por
y a partir de relaciones de poder; es posible considerar que en un determi-
nado espacio existan territorialidades en disputa, algunas dominantes pero
“conviviendo” con otras, más o menos subordinadas, en contradicción y
lucha (Manzanal, 2014).
Asimismo, acorde a esta perspectiva, sería necesario analizar más en
profundidad y en un espacio concreto qué mecanismos materiales operan
en la construcción de un territorio, imprimiéndole características particu-
lares al espacio local concreto, entendiendo que todo proceso de desarro-
llo se localiza espacialmente y para así resaltar las interdependencias que
existen entre procesos sociales y económicos en diversas escalas (Brandao,
2007; Manzanal, 2014).
Retomando entonces estas concepciones con el interés de enriquecer y
profundizar el análisis sobre las lógicas socio-económicas del actual mo-
delo de agro dominante y, particularmente, sobre las vinculaciones que en
aquel aspecto se establecen con los espacios locales, se plantea la impor-
tancia de volver a formular algunas preguntas básicas en torno al sistema
social actual, al modelo de acumulación (pensando en este caso en las di-
námicas que atraviesan al agro). Para ello se considera que podría ser útil
retomar el esquema marxista clásico sobre el proceso de acumulación, que
distingue la esfera de la producción y la de la circulación.
Para analizar los aspectos material-económicos de las dinámicas te-
rritoriales que despliegan los actores sociales del agro se propone estu-
diar especialmente la última fase del ciclo de reproducción del capital,
la esfera de la circulación, que ha sido la menos estudiada para el caso
del agro. Esto permitirá dar cuenta de las vinculaciones (en sentido am-
plio, es decir, incluyendo desvinculaciones) económicas que la produc-
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 203
ción agropecuaria actual sostiene con los espacios locales. Creyéndose
pertinente realizar este análisis para todos los tipos de esquemas socio-
productivos a fin identificar si existen diferencias entre ellos, tenden-
cias dominantes e incluso tensiones entre las prácticas de los diversos
actores.
Se propone entonces que, para conocer las dinámicas material-económi-
cas que se ponen en juego de manera directa en la producción agropecuaria
actual, resulta necesario analizar, por una parte, el ciclo de la producción, es
decir las formas de organizar la producción o los esquemas socio-producti-
vos actuales, tanto los que se consideran directamente asociados al modelo
hegemónico de agro, como aquellos que pueden considerarse insertos de
una forma menos evidente (parcialmente insertos) y los que puedan ser
considerados como modelos persistentes (asociados a modelos anteriores)
o alternativos. Y, por otra parte, se propone estudiar las dinámicas de cir-
culación del capital que tales esquemas ponen en marcha, a partir de las
prácticas de adquisición y venta de bienes y servicios y las de canalización
de las rentas rurales que movilizan los actores directamente involucrados
en la producción agraria; es decir, dentro del ciclo de reproducción del ca-
pital, al considerar los circuitos de circulación, se debería hacer referencia
a las trasmutaciones formales, los intercambios en el mercado que median
al proceso de producción, y también al consumo individual de aquellos
agentes (Marx, 1987[1894]).
A partir de ello será posible analizar cuáles serían los vínculos materia-
les, especialmente económicos, que se generan con los espacios locales;
y en tal tarea no se deberá perder de vista que esto supone determinadas
representaciones sobre los espacios, construcciones simbólicas. Por lo
que, aunque no sea el objetivo principal del planteo, resultará necesario
considerar también cómo perciben los propios actores del agro esta arti-
culación, ya que el ámbito de las percepciones subjetivas constituye un
elemento significativo en la construcción del mundo y resulta imposible
analizar las prácticas de los actores sin considerar este aspecto al menos
de manera exploratoria; la esfera económica no funciona de manera to-
talmente autónoma respecto de las demás esferas de la vida social, de las
determinaciones no económicas de las prácticas de los actores (Grano-
vetter, 1985).
Con todo ello se propone entonces un abordaje concreto para analizar
las vinculaciones del agro actual con los espacios locales, poniendo énfasis
en los aspectos económicos y apelando para ello a la noción de circula-
ción del capital de los actores agrarios. De esta forma, se colocará en el
centro del análisis a tales actores, sus lógicas productivas y económicas,
204 Estefanía Hüter | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
para considerar cómo ellos despliegan posiblemente diferentes lógicas de
ocupación y valoración de los espacios locales16.
Consideraciones finales
16 Un trabajo de este tipo implica hacer un recorte espacial concreto tal que, sin perder compleji-
dad en el planteo, posibilite su indagación empírica; y, para analizar las dinámicas territoriales
del agro actual, se considera posible realizar un recorte espacial prefijado de “lo local” tratán-
dolo a nivel de distrito. Este recorte puede justificarse por las más obvias razones operativas;
pero además podría considerarse que para el caso del agro es particularmente significativa la
posibilidad de reflexionar en torno a cómo impacta localmente el modelo de desarrollo que
él sostiene, ya que esta producción (de manera potenciada frente a otras) requiere de recursos
naturales localizados, y la manera en que ellos se pongan a jugar en las diversas configu-
raciones socio-productivas y el tipo de vínculos que a partir de ellas se generen, impactan
directamente sobre las dinámicas que configuran lo “local”. Conocer entonces las dinámicas
que determinan y configuran “lo local” en un distrito, como menor unidad administrativa del
Estado, podría constituir un primer paso en la posibilidad de disputa en torno a los modelos de
desarrollo local (en este caso, del agro).
Huellas n° 20 (2016) | Dinámicas socio-económicas del agro pampeano actual y espacios locales... (pp. 187-208) 205
gicas de ocupación y valoración de los espacios locales, diferentes relacio-
nes sociales y distintos paradigmas de desarrollo, que pueden ponerse en
juego y disputarse [en] un mismo espacio geográfico, y que pueden ir o no
acompañados de una disputa discursiva. Es decir, este trabajo pretende ser
un aporte al análisis de una dinámica que, si bien ha sido mencionada en
diversos estudios, no ha sido estudiada específicamente, al menos no desde
esta perspectiva que pone énfasis en los elementos económico-productivos
que están implicados en las construcciones, deconstrucciones y reconstruc-
ciones de los territorios17.Y así será posible colaborar en la comprensión
de las dinámicas territoriales asociadas al modelo de agro actualmente he-
gemónico, las tensiones (o no) entre ellas; punto que está en discusión en
el debate sobre el agro actual, ya que parte del discurso que acompaña los
cambios en el agro (de grandes empresas, asociaciones de productores, e
incluso de algunos investigadores, entre otros agentes) señalan que una
potencialidad que tendrían los nuevos esquemas productivos sería generar
dinamismo y crecimiento en las economías locales.
Analizar estos aspectos puede contribuir asimismo a comprender las
lógicas de funcionamiento de los espacios locales y cómo en ellos se ex-
presan distintos modelos de desarrollo y proyectos socio-políticos, paso
que resulta necesario para poder plantear transformaciones (desde refor-
mas dentro del modelo actual hasta transformaciones más radicales en el
modelo societal).
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Artículo
10
Las diversas concepciones sobre el
espacio rural: un estudio de caso sobre
las repercusiones de la geografía
escolar en educación secundaria
@ [ diegar4@alumni.uv.es ] | [ diegogarcia56@hotmail.com ]
Cita sugerida: García Monteagudo, D. (2016). Las diversas concepciones sobre el es-
pacio rural: un estudio de caso sobre las repercusiones de la geografía escolar en
educación secundaria. Revista Huellas Nº 20, Instituto de Geografía, EdUNLPam: Santa
Rosa. Recuperado a partir de: http://cerac.unlpam.edu.ar/index.php/huellas
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2011
Resumen
Las representaciones sociales del medio rural son objeto de debate en un
contexto de cambios sociales, económicos y culturales para estos espa-
cios en el ámbito occidental. A partir de un método comparativo hemos
analizado las representaciones sociales del medio rural de estudiantes de
cuarto curso de educación secundaria. Hemos escogido un centro experi-
mental rural (IES Nº1 de Requena) y dos centros de contraste: urbano (IES
San Vicente Ferrer de Valencia) y periurbano (Colegio Pléyade de Torren-
te). Mediante la interpretación de los resultados de las encuestas y de los
esquemas mentales, se ha demostrado que la ubicación del centro escolar
es un factor que influye en las percepciones sociales del alumnado. Las
similitudes y diferencias respecto de la práctica social y el espacio vivido
explican las concepciones reales (centro experimental) o idílicas (centros
de contraste) sobre el medio rural.
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 209
Different conceptions of the rural space: a case study regarding
the effects of the geography taught at High School level
Abstract
Social representations of rural areas are discussed within the context of
social, economic and cultural changes operated on these areas in the Wes-
tern world. Applying a comparative methodology we have analyzed the
social representations of the rural sector present in students of fourth
year of high school. For this purpose we chose a rural experimental cen-
tre- Requena’s IES No. 1- and to introduce a contrast, we chose other two
centres: an urban one- IES San Vicente Ferrer in Valencia- and a suburban
one –the Pléyade Torrente College. From the interpretation of the results
of the surveys and of the students’ mental schemas, it has been shown
that the location of the school is a factor which influences the social per-
ceptions of students. The similarities and differences regarding the social
practices and the lived space account for the real conceptions (experimen-
tal centre) or idyllic ones (contrast centres) about the rural areas.
Resumo
As representações sociais do meio rural são objeto de debate em um con-
texto de mudanças sociais, econômicas e culturais para estes espaços no
âmbito ocidental. A partir de um método comparativo analisamos as re-
presentações sociais do meio rural de estudantes de quarto ano de edu-
cação secundária. Escolhemos um centro experimental rural (IES Nº1 de
Requena) e dois centros de contraste: urbano (IES San Vicente Ferrer de
Valencia) e periurbano (Colégio Pléyade de Torrente). Através da interpre-
tação dos resultados das enquetes e dos esquemas mentais, conseguimos
demostrar que a localização do centro escolar é um fator que influencia
nas percepções sociais do grupo de alunos. As similitudes e diferenças a
respeito da prática social e o espaço explicam as concepções reais (centro
experimental) ou idílicas (centros de contraste) sobre o meio rural.
210 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Introducción2
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 211
en el caso de las representaciones del alumnado del centro experimental.
Como veremos en el apartado dedicado a la presentación de resultados, las
referencias de este alumnado a la actividad económica cuentan con una
representación real que se acompaña de habitantes que trabajan tanto en la
agricultura como en la ganadería.
212 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
que los sujetos construyan un pequeño modelo explicativo y evaluativo del
entorno, a partir de un discurso, que le permite otorgar un sentido y le guía
para funcionar en la vida social, contribuyendo en la resolución de proble-
mas, conflictos y nuevas incertidumbres.
Para comprender las representaciones sociales de los sujetos, la teoría
de las representaciones sociales ha utilizado las técnicas de la geografía
de la percepción y del comportamiento. Esta corriente epistemológica
comenzó a desarrollarse en la década de 1960 con un método definido
y aplicable que se apoyaba en los mapas mentales, a partir de los apor-
tes de la psicología social y el psicoanálisis (Vara, 2008). Durante las
siguientes décadas se desarrollaron investigaciones con un enfoque más
humanista, que tuvo como marco predilecto el espacio urbano. Todos
esos planteamientos metodológicos fueron sintetizados por Pozo (1999)
y los estudios sobre percepción y comportamiento se diversificaron con
otras orientaciones temáticas, que pueden reducirse a la sociología de
la geografía. Como ejemplo, podemos citar el estudio de Jorge Hermo-
silla (1999) sobre el perfil de los clientes de los hipermercados de la
provincia de Valencia (España), mediante la realización de dos mil cien
encuestas.
Las técnicas principales de la geografía de la percepción y del compor-
tamiento (encuestas, esquemas mentales y entrevistas) han sido aplicadas
al conocimiento de las representaciones sociales. El primer momento en
el que dicho enfoque epistemológico tuvo una aplicación académica y
profesional en el ámbito educativo fue con el desarrollo del Proyecto Gea
Clío3. En la práctica escolar, los docentes disponen de diversas fuentes
para trabajar, investigar y hacer aflorar las representaciones del alum-
nado. El motivo fundamental es que las concepciones específicas con-
dicionan tanto el aprendizaje individual como el de los grupos de clase
(Souto, 2013). El trabajo metodológico docente incluye conocer cómo
los alumnos aprenden el espacio geográfico. En el actual contexto de sa-
turación informativa es interesante conocer cómo los alumnos se forman
y expresan las ideas espontáneas. Así, el docente puede estimular a su
alumnado para descubrir los intereses subyacentes en la presentación de
3 Es un proyecto de innovación surgido entre 1985 y 1990, que reunió a docentes de educación
secundaria y universitaria que no estaban satisfechos con los contenidos de geografía e his-
toria elaborados por las editoriales españolas. Sus miembros se han centrado en la creación
de materiales curriculares para los niveles de educación secundaria y bachillerato. El enfoque
disciplinar parte del estudio del espacio geográfico subjetivo, en plena consonancia con la
geografía de la percepción y del comportamiento, con la finalidad de que el alumnado com-
prenda las problemáticas sociales y ambientales. En la actualidad es el único proyecto de
renovación pedagógica que sigue activo en España.
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 213
los espacios geográficos desde una perspectiva pretendidamente acrítica,
como si la representación que aparece en los medios de comunicación o
en Internet fuese natural (Souto y García Monteagudo, 2015). De hecho,
son frecuentes las referencias literarias y publicitarias que consideran el
medio rural como escenario de promoción de determinadas imágenes y
productos.
En síntesis, la manera de operar con las representaciones sociales re-
quiere de los métodos que han sido utilizadas por la Geografía de la Per-
cepción y del Comportamiento. Por un lado, ya que permiten aproximarnos
a la concepción del espacio complejo, como un eslabón superior en el que
confluyen las percepciones individuales y la información que nos llega a
partir de otras fuentes (estadística, medios de comunicación, informes de
empresas). Por otra parte, las representaciones sociales nos permiten com-
prender la epistemología de los modelos pedagógicos y psicológicos, como
ocurre con el constructivismo. Esta corriente es relevante para la enseñanza
de la geografía, al ofrecerle un método para graduar la secuencia de activi-
dades. Así, la escuela de la percepción y del comportamiento es importante
para graduar los aprendizajes estructurales del medio (localización, situa-
ción y orientación) y las valoraciones del espacio vivido (Souto y García
Monteagudo, 2015).
214 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura Nº 1.
Localización a escala municipal de los centros de educación secundaria
Fuente: Elaboración propia. Las abreviaturas corresponden a IES 1 Requena (E), IES San Vicen-
te Ferrer de Valencia (C1) y Colegio Pléyade de Torrente (C2).
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 215
Rodríguez, 2012), hasta los 751 del presente curso 2015/2016. El alumnado
proviene fundamentalmente de la ciudad de Requena y la docencia se desa-
rrolla en educación secundaria (21 grupos) y bachillerato (4 grupos), además
de ciclos formativos de grado medio y superior (Administración, Administra-
ción y Finanzas, Atención Sociosanitaria y Educación Infantil). Pese a ello,
el alumnado está vinculado con alguna de las 26 aldeas del municipio de Re-
quena. Tanto la capital municipal (la villa de Requena, el desarrollo urbano,
el Archivo Municipal…) como el entorno rural (sierras de El Tejo, parques
naturales, museos rurales…) son aprendidos a través de salidas de campo.
Sobre este montante de alumnado, hemos tomado una muestra de 26
estudiantes (11 varones y 15 mujeres) de cuarto curso de educación secun-
daria. Si el número total de estudiantes en este último curso de educación
secundaria es de 95 alumnos, respecto de las 125 personas empadronadas
en el municipio de Requena con una edad media de dieciséis años, po-
demos decir que la muestra del centro experimental es moderadamente
representativa. La estructura sociodemográfica de las aulas es un indicador
del panorama social y económico del municipio. El 11,2 % de la población
municipal es extranjera, cuyo origen es fundamentalmente de los países de
la Unión Europea y de América del Sur. La inmigración ha reactivado el
crecimiento vegetativo, cuyo saldo negativo acusa una estructura demográ-
fica marcada por el envejecimiento de la población. La población urbana
se ocupa fundamentalmente en los servicios de la ciudad de Requena y los
habitantes de las pedanías son mayoritariamente agricultores dedicados a
tiempo completo en sus explotaciones.
Para comparar la situación del anterior centro experimental, hemos aña-
dido un instituto de educación de secundaria que se ubica en la ciudad de
Valencia. Esta ubicación es la antítesis de lo que hemos desarrollado para el
caso del IES Nº 1 de Requena, la principal razón por la que hemos elegido
este centro urbano. Se trata del IES San Vicente Ferrer, ubicado en el barrio
de Gran Vía (distrito de L´Eixample) desde 1933. El alumnado proviene de
la ciudad de Valencia, especialmente de los barrios de Ruzafa, “Pla del Re-
mei” y de otros pertenecientes a los distritos de “El Pla del Reial” y “Ciutat
Vella”. El número total de alumnos es de 390, y la docencia se desarrolla
en horario de mañana en educación secundaria (273 alumnos distribuidos
en 10 grupos) y bachillerato (117 alumnos distribuidos en 4 grupos corres-
pondientes a las modalidades de bachillerato científico, y humanidades y
ciencias sociales), en cuyas aulas la presencia de alumnado de procedencia
extranjera se sitúa en torno al 5 %.
Las características sociales y económicas del barrio nos permiten co-
nocer el perfil de la muestra de estudiantes seleccionados en este centro
216 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de educación secundaria. El barrio fue construido tras la demolición de las
murallas de la ciudad de Valencia en 1868. Se construyeron fincas de pisos
de estilo modernista en las que se albergaron clases sociales con un alto
nivel de vida, como resultado del deterioro urbano del centro de la ciudad
de Valencia. La instalación de este perfil social de sus habitantes influyó en
la construcción de centros de enseñanza privados, a excepción del IES San
Vicente Ferrer que es el único de carácter público del barrio. La población
del barrio era de 11.512 habitantes en 20154, de los que el 64,7 % proceden
de la ciudad de Valencia. El 10 % proviene de otras comarcas valencianas,
especialmente de la Ribera Alta y Ribera Baja, La Safor y la Meseta de
Requena. Este dato es importante ya que da cuenta de los referentes rurales
en los que se han basado algunos de los alumnos en sus representaciones
pictóricas.
En los casos concretos de los 27 alumnos (11 varones y 16 mujeres) en-
cuestados de cuarto curso de educación secundaria, la presencia de alum-
nado extranjero es ligeramente superior a la media del barrio (6,2 %). Si
la mayoría de los extranjeros provienen de los países de la Unión Europea
y de América del Sur, en esta aula la proporción de estudiantes latinoame-
ricanos y asiáticos es buen reflejo del incremento de población de estos
países en los últimos años. La totalidad de alumnos encuestados supone el
50,9 % del alumnado en ese curso, y el 25-30 % de todos los habitantes de
dieciséis años del barrio de Gran Vía al que pertenece el centro.
El segundo centro de contraste es el Colegio Pléyade de Torrente (Va-
lencia), cuyos docentes se han mostrado favorables a la realización de en-
cuestas y esquemas mentales en el único grupo de cuarto curso de edu-
cación secundaria. Es un centro concertado localizado en el Vedado de
Torrente, cuya procedencia del alumnado es fundamentalmente de la zona
homónima de urbanizaciones y chalets donde se localiza dicho centro, y de
otros municipios cercanos y vinculados con la dinámica rural como Picaña,
Catarroja, incluso Chiva. Esta ambivalencia de origen es un factor diferen-
ciador en las representaciones pictóricas del medio rural que han realizado
los estudiantes encuestados.
Las características sociales y económicas del conjunto municipal de
Torrente, sin embargo, no pueden ser directamente traspuestas al contexto
escolar de este centro educativo. La población de este municipio era de
80.107 habitantes (INE, 2015), y se ocupa fundamentalmente en el sector
4 Los datos de población (estructura demográfica, inmigración interior y exterior…) han sido
consultados en la ficha estadística municipal del barrio de Gran Vía que ofrece la web del
ayuntamiento de Valencia. Fuente: http://www.valencia.es/ayuntamiento/webs/estadistica/
inf_dtba/2015/Districte_02_Barri_3.pdf (Última consulta 9 de junio de 2016).
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 217
servicios (57, 4 %), siendo la agricultura una actividad de menor importan-
cia por ocupar al 3 % de la población activa. La población inmigrante supo-
ne el 11,5 % y procede del norte de África y de América del Sur. En menor
medida son habitantes de los países de la Unión Europea; no obstante, la
presencia de población inmigrante en este centro ronda el 1,5 %.
Por lo que respecta a las características escolares, el centro viene im-
partiendo docencia desde 1989 bajo la modalidad empresarial de coope-
rativa, cuyos miembros asociados son los responsables de desarrollar las
líneas generales del proyecto curricular de enseñanza. En el presente curso
2015/2016 cuenta con 13 unidades (una por cada curso académico) que
albergan a 355 alumnos: 87 estudiantes de segundo ciclo de Educación In-
fantil, 175 de Educación Primaria y 93 de Educación Secundaria. La mues-
tra de 14 estudiantes de cuarto curso de educación secundaria representa el
3,7 % de alumnado del centro y el 2,6 % sobre la población de 16 años del
municipio de Torrente. Aunque esta representatividad es moderadamente
óptima, el criterio más importante es la ubicación del centro, al que por
otra parte, hemos concedido menor importancia por ser el segundo centro
de contraste.
En síntesis, podemos decir que las características anteriores que hemos
señalado para los tres centros de educación secundaria, nos han permitido
distinguir entre el alumnado de procedencia rural, urbana y periurbana.
Como hemos sintetizado en el cuadro siguiente (Cuadro 1), la totalidad de
la muestra comprende 67 estudiantes de cuarto curso de educación secun-
daria.
218 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
ca y escolar elegida para la toma de datos referentes a las representaciones
sociales del medio rural en el ámbito escolar.
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 219
como conectan la realidad social y económica de las zonas rurales que el
alumnado considera como referentes y si la posición de la mujer la perci-
ben como relevante a pesar de que es casi inapreciable en los libros de texto
de educación secundaria actuales.
La segunda técnica son los esquemas mentales. Se trata de una herra-
mienta cualitativa de recogida de datos que se ha venido empleando en la
geografía de la percepción y del comportamiento desde la década de 1960.
El desarrollo de los esquemas implica la realización de un dibujo sobre un
espacio concreto, en nuestro caso sobre el espacio rural. El alumnado fue
incluyendo todos aquellos elementos que consideró oportunos, sin consul-
tar ninguna fuente oral o documental.
Desde el punto de vista didáctico hemos encontrado tres razones que
convierten a los esquemas mentales en una herramienta de trabajo educa-
tiva. Primero, los mapas mentales son una fuente de información que nos
proporciona claves sobre la percepción social que tienen sobre un deter-
minado espacio, en nuestro caso, acerca de su concepción sobre el espacio
rural. Segundo, los mapas mentales son una herramienta de diagnóstico es-
pacial que nos permite descubrir y valorar los elementos representados por
el alumnado acerca de su percepción y los motivos por los que interactúan
sobre el mismo de una manera determinada. Tercero, los mapas mentales
son una técnica de aprendizaje que permite construir nuevos conocimien-
tos espaciales. Sobre este último factor, no podemos omitir que se están
desarrollando herramientas para trabajar las percepciones sociales median-
te los Sistemas de Información Geográfica (Buzai, 2011) lo que permite
trabajar la competencia digital en las aulas de educación secundaria, al
mismo tiempo que se refuerzan aspectos como la localización y la orien-
tación geográfica.
Por último, el proceso de análisis de los datos combina los enfoques
cuantitativos y cualitativos. Los datos cuantitativos resultantes de las en-
cuestas han sido tabulados y trabajados mediante un fichero Excel en el que
hemos elaborado un conjunto de gráficos de barras y tablas que sintetizan
la información más relevante en cada una de las siete preguntas que com-
ponen este cuestionario. Por otro lado, los datos cualitativos comprenden
el análisis de los esquemas mentales a dos maneras: a nivel macro y a nivel
micro. En el primer caso hemos obtenido unas unidades de muestreo co-
rrespondientes a los textos que el alumnado ha utilizado para explicar sus
representaciones. En el nivel micro, las unidades de registro son las cate-
gorías obtenidas del análisis de los esquemas mentales. Estas unidades han
sido la base para establecer subcategorías y temas de análisis que vamos a
presentar en el siguiente apartado.
220 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
La presentación de resultados:
homogeneidades y heterogeneidades
en la percepción escolar del medio rural
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 221
en los dos centros de contraste. Una gran parte de los estudiantes recurren
al término “pueblo” en sus explicaciones y lo caracterizan con atributos
como cultivos, animales, casas, poca población; en menor medida han do-
tado a las representaciones de aspectos simbólicos. Un ejemplo de este
simbolismo lo hemos mostrado en la Figura 2 y ha sido expresado por un
estudiante del IES San Vicente Ferrer de la siguiente manera: “Representa
la serenidad. Un hombre descansa sobre un árbol; hay ausencia de estrés.
He querido destacar el paisaje, que sin duda transmite mucha calma”.
222 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
de contraste, expresan el reclamo de la población urbana por la naturaleza
y el medio ambiente, que pueden encontrar en los espacios rurales. Esta
percepción social mayoritariamente urbana se ha consolidado en paralelo a
la difusión de dicha política que resalta el patrimonio. La sociedad urbana
se ha vuelto más exigente con las características de los destinos turísticos,
reclama el ocio y valora los espacios naturales, patrimoniales y paisajísti-
cos por contraposición a las experiencias vividas en los centros urbanos.
Frente a esta concepción idílica del medio rural, el alumnado del IES
Nº 1 de Requena ha recurrido a su espacio vivido como representación pic-
tórica del mundo rural. A su vez, se pueden distinguir las representaciones
que consideran elementos naturales que se insertan en el paisaje urbano, de
otras que únicamente se han centrado en elementos morfológicos de la ca-
becera municipal. En un segundo grupo de representaciones, el alumnado
ha considerado la periferia comarcal como modelo de espacio rural, ya sea
con localidades pertenecientes al municipio de Requena, Utiel o incluso
del límite con otras comarcas del interior de la provincia de Valencia.
Aunque en todas las representaciones sobre la ciudad de Requena apa-
recen elementos naturales, sobre todo los árboles de la Avenida Arrabal, es
posible hacer una distinción entre aquellas en las que predomina el espacio
urbano de las que han destacado con mayor profusión la visión natural de
esta localidad. En el primer caso, la gran parte de elementos pertenecen al
ensanche urbano de la ciudad requenense. Los esquemas mentales mues-
tran nítidamente tramos de la Avenida Arrabal, comprendida entre las dos
fuentes principales (Fuente de los Patos y Fuente de Colores) que asumen
una función de hitos urbanos para los estudiantes que las han representado
en sus dibujos (Figura 3). En ese espacio o nodo de representación, según
nuestra interpretación de la clasificación de Pocock (Morales, 2012), apa-
recen los principales edificios que dan servicio tanto a los habitantes de la
ciudad de Requena como a sus pedanías. Se trata de los bares y quioscos,
las tiendas y la biblioteca municipal. Estos servicios que hemos clasificado
dentro de la categoría de edificios sociales y cívicos, no cuentan con una
percepción valorativa por parte de los estudiantes. En cambio, el castillo y
el Monumento Universal a la Vendimia6 representan hitos fundamentales
para algunos estudiantes, que los han representado con bastante profusión
de detalle en sus esquemas mentales. Estos dos elementos urbanos tienen
6 Es obra del arquitecto Ricardo Coso y del escultor Esteve Edo. Fue inaugurado en 1972 y se
ubica en la confluencia de la Avenida Arrabal con la plaza Juan Grandía, en la que se localiza
el IES Nº1 de Requena. Está construido en piedra noble y bronce, y tiene dieciocho metros
de altura. Es el único monumento con carácter universal dedicado a la vendimia, desde que la
Oficina Internacional del Vino de París, le reconociera dicho título.
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 223
en común su ubicación céntrica en la trama urbana de la ciudad de Reque-
na, por lo que suelen ser un punto de referencia para organizar el tiempo
de ocio del alumnado. Muy próximo al castillo y dentro del casco histórico
de la ciudad, otros estudiantes han representado dos elementos urbanos
como son la misma Plaza del Albornoz7 y la iglesia de El Salvador8. Por
otra parte, la visión natural se circunscribe a la representación de los ár-
boles plantados en la Avenida Arrabal y, en menor medida, los que se han
desarrollado junto a la estación del ferrocarril de la ciudad de Requena. En
ambos casos, estas especies arbóreas son aspectos lineales que separan los
espacios peatonales de los espacios de tránsito de los vehículos y de los
trenes, respectivamente. Otro caso de carácter puntual, ha sido la represen-
tación de las montañas pertenecientes a la sierra del Tejo, que se aprecian
desde la parte más alta del barrio histórico de la Villa.
7 Es una plaza renacentista que toma su nombre del coronel don José Ruiz de Albornoz, que de-
fendió a la ciudad de Requena de las tropas carlistas de Gómez y Cabrera en 1836. Su acceso
a través de la cuesta del Castillo y su carácter central en el barrio de la Villa, son dos factores
que explican su categoría como hito urbano.
8 Esta iglesia arciprestal y monumento nacional es el único templo católico abierto al público. Su
conexión con la plaza anterior y el ensanche de la ciudad, la han convertido en un segundo hito
urbano de referencia para el alumnado del centro experimental que suele visitarlo con sus docen-
tes cuando realizan trabajos de campo en el Archivo Municipal de Requena, situado en frente.
224 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
En segundo lugar, las localidades de la periferia comarcal han sido elegi-
das como modelo de representación rural. La mayoría de los dibujos mues-
tran la dualidad entre el espacio dedicado a la agricultura y el espacio urbano.
Las parcelas han sido dibujadas y diferenciadas entre sí y del espacio urbano
mediante líneas nítidas o elementos naturales que separan ambos espacios. El
dinamismo de los dibujos incluye la representación de agricultores y ganade-
ros, además de tractores y maquinaria agrícola. La infraestructura ganadera
más representada han sido los corrales para la cría del ganado. Por su parte,
el interior de las localidades rurales incluye la representación de la plaza cen-
tral, cuyos habitantes suelen aparecer en un contexto de ocio. En definitiva,
esta representación del espacio rural aldeano ha sido sintetizada por uno de
los estudiantes diciendo que es “un pueblo rural de nuestros contornos, que
representa ese pueblo requenense-manchego” (Figura 4).
Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 225
en esta investigación. Las imágenes generadas en la mente de los estudian-
tes es un reflejo de la cultura escolar y social en la que están inmersos por
lo que una parte del núcleo central de representaciones emana del contexto
familiar y de su percepción sobre el medio rural en la actualidad. De esta
manera, la ausencia de problemas sociales y económicos del medio rural
que hemos revelado en esta investigación, puede ser tratada en las aulas
de educación secundaria si existe un compromiso compartido entre los do-
centes y las familias de los estudiantes para reconocer la importancia que
tienen los espacios rurales en la época actual.
Consideraciones finales
226 Diego García Monteagudo | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
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Huellas n° 20 (2016) | Las diversas concepciones sobre el espacio rural: un estudio de caso... (pp. 209-227) 227
Reseñas
sección
bibliográficas
Para una didáctica con Dirigido principalmente a lectores
perspectiva de género educadores que desempeñan sus tareas en
las aulas o coordinando grupos de docen-
Ana María Bach (coordinadora) tes y estudiantes de carreras afines a estas
cuestiones. El desarrollo de los diferen-
Editorial: Miño y Dávila, Universidad Nacional tes capítulos invita a otros profesionales
de General San Martín; San Martín, Provincia
comprometidos con el tema a seguir su
de Buenos Aires (2015), 269 pág. (ISBN 978-84-
15295-88-4). lectura y ser parte del debate.
En el capítulo 1, “Género, estereoti-
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2012 pos y otras discriminaciones como puntos
ciegos” cuya autora es la coordinadora de
este libro, Ana María Bach, se realiza una
revisión teórica que se remonta a los orí-
genes de los conceptos de feminismo, pa-
triarcado, género, androcentrismo y sexis-
mo. Así mismo, se pone en tensión el rol
de la escuela como institución social que
puede actuar manteniendo el statu quo o
promoviendo cambios en la sociedad.
Mabel Alicia Campagnoli es la autora
del capítulo 2, “¡Andá a lavar los platos!
Androcentrismo y sexismo en el lengua-
je”. Su propuesta consiste en analizar las
múltiples concepciones y complejidades
del concepto de patriarcado. Se busca vi-
sibilizar los procesos y estrategias de do-
minación violentas que se establecen de
modo jerárquico entre los sexos, y de esa
manera diseñar herramientas de cambio en
Esta obra está estructurada en seis la sociedad. Se debate en torno a la dimen-
capítulos -independientes, pero relaciona- sión simbólica del patriarcado, enunciada a
dos entre sí- por un equipo de docentes través de una violencia invisible y tramita-
investigadores especialistas en el tema da a partir de una institución particular: el
de género y, a la vez en alguna didáctica lenguaje. “El concepto de violencia moral
especial. El objetivo de esta publicación permite hacer visible una violencia psicoló-
no sólo es proveer de bases teóricas para gica, que por su invisibilidad y capilaridad,
implementar una didáctica con perspec- es la forma corriente y eficaz de subordi-
tiva de género, sino también cuestionar nación y opresión de género, socialmente
los lentes teóricos, siendo capaces de aceptada y validada” (Bach, 2015: 69).
visibilizar discriminaciones para con las Asimismo, la autora propone una interpre-
mujeres, en particular, y para con otros tación de los efectos simbólicos de andro-
grupos vulnerables, en general. En todos centrismo y sexismo, desarrollando cada
los capítulos se ofrece una primera parte una de sus manifestaciones.
dedicada a la exposición teórica, seguida Graciela Tejero Coni es la autora del
de actividades sugeridas y recursos para capítulo 3, “Aspectos histórico-antropo-
resolver en el ámbito escolar. lógicos de la sexualidad”. La autora alude
232 Reseñas bibliográficas | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Los chacareros de Trenel, sujetos sociales y la construcción de te-
La Pampa. Construcción social rritorialidades atravesadas por tensiones y
del territorio, fragmentación y desiguales relaciones de poder.
desplazamientos identitarios El objetivo medular de la investiga-
ción plantea reconocer el complejo en-
Shmite, Stella Maris tramado que se manifiesta en el departa-
mento Trenel a partir de las relaciones que
EdUNLPam - Colección Libros Académicos de se establecen entre el triángulo analítico
Interés Regional. Abril de 2016, Santa Rosa, La
conformado por la categoría de territorio
Pampa, 336 páginas (ISBN 978-950-863-247-0).
y los conceptos de identidad y el de cha-
careros como sujeto social colectivo con
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2013
prácticas y estrategias particulares que
se modificaron a lo largo del tiempo. Los
debates teóricos en torno a los estudios
rurales y el trabajo de campo fueron los
insumos fundamentales para comprender
la dinámica territorial rural de Trenel.
Estas transformaciones en el cam-
po productivo y tecnológico en el agro
pampeano deben entenderse en clave in-
terpretativa de procesos estructurales más
amplios y complejos que intervienen en
dimensiones políticas, económicas y cul-
turales de alcance global y con impactos
en las escalas nacional y local, en profun-
da vinculación y reconstrucción perma-
nente.
El libro se organiza en seis capítulos
más dos apéndices que indagan, el prime-
ro en aspectos teóricos como el abordaje
del territorio a partir de los aportes de la
Geografía Cultural, el concepto de capital
social, entre otros, y el segundo desanda
El libro presentado por la Dra. Stella en las estrategias metodológicas emplea-
MarisShmite es el resultado de su Tesis das durante la investigación.
Doctoral en Estudios Sociales Agrarios “La construcción social del territorio
de la Universidad Nacional de Córdoba, desde la perspectiva geográfica”se deno-
cuyo Director fue el Dr. Javier Balsa, mina el capítulo 1. Con un matiz teórico,
quien entre otros libros, publicó “El des- en los párrafos se desarrollan y revisitan
vanecimiento del mundo chacarero”y co- categorías estructurantes de la disciplina
dirigida por el Dr. Guillermo Neiman. y de las ciencias sociales como territorio,
El denominado espacio agropecuario territorialidad, lugar, sujetos e identidad,
de la provincia de La Pampa, inserto en para finalmente abordar los conceptos de
las dinámicas productivas de la región desplazamiento identitario y fragmen-
pampeana aunque con sus propias lógi- tación territorial a la luz de los cambios
cas que le otorgan rasgos particulares, se en los modos de vida tradicionales de los
caracteriza por la heterogeneidad de los espacios rurales. Por último, se plantea un
234 Reseñas bibliográficas | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
careros (…). La expresión territorial de legitimación mediante lógicas de apropia-
esta reconfiguración es el despoblamiento ción territorial.
rural y con ello el cambio de residencia Territorialidades en procesos de cons-
de los chacareros (del campo al pueblo), trucción que ponen de manifiesto el des-
el cierre de escuelas rurales, junto con plazamiento de la identidad chacarera en
situaciones coyunturales graves como los albores del siglo XXI por territoriali-
las inundaciones que afectaron la región” dades particulares de otros sujetos agra-
(Shmite, 2016: 167). La educación de los rios que se destacan por la tecnologiza-
hijos, la accesibilidad a los centros urba- ción, innovación y empresarización de los
nos, la doble residencia y los nuevos hábi- modelos de producción agropecuarios.
tos vinculados a formas cotidianas de vida El libro “Los Chacareros de Trenel”
urbana constituyen factores decisivos de contribuye de manera significativa a los
estas transformaciones. debates en torno a los espacios rurales de
Por último, el capítulo 6, denominado la región pampeana, a partir de sus intere-
“Tierra y producción a partir de la última santes abordajes teóricos, y la interpreta-
década del siglo XX”, aborda el periodo ción sobre la construcción de diversas te-
que inicia en 1990, decenio caracterizado rritorialidades en un contexto de cambios
por los lineamientos neoliberales de las socio-culturales, productivos y tecnoló-
políticas económicas en el país. La autora gicos que influyen en las prácticas de los
destaca para este periodo los fuertes cam- sujetos del mundo rural en una compleja
bios consolidados en esta década como la trama de relaciones de poder.
disminución de EAP, el despoblamiento
rural acelerado, la mayor visibilización Prof. Gustavo Gastón Pérez
de sujetos agrarios como contratistas, Prof. en Geografía
rentistas y arrendatarios, en un contexto Departamento e Instituto de Geografía
de profundización de la concentración y Facultad de Ciencias Humanas
acumulación del capital. Específicamente, Universidad Nacional de La Pampa
en el caso investigado, Stella Shmite con-
cluye en la manifestación de transforma-
ciones que incluyen los desplazamientos
identitarios de los chacareros, que a pesar Referencias bibliográficas
del sentimiento de apego a su “lugar” (la
BALSA, J. (2006). El desvanecimiento del mundo
chacra), a su tierra, y la conservación de
chacarero. Transformaciones en la agricultu-
racionalidades y estrategias de persisten- ra bonaerense 1937-1988. Bernal: Universi-
cia, experimenta profundos cambios que dad Nacional de Quilmes.
producen tensiones con sus trayectorias, BALSA, J. y LOPEZ CASTRO, N. (2011). La
pautas culturales y simbolismos, que son agricultura familiar moderna. Caracteriza-
el resultado de las relaciones de poder en- ción y complejidad de sus formas concretas
tre los sujetos. en la región pampeana. En López Castro, N. y
Prividera G. (comp.) Repensar la agricultura
La reflexión que comparte la autora familiar. Aportes para desentrañar la com-
alude a la conformación de nuevas terri- plejidad agraria pampeana. Buenos Aires:
torialidades que traccionan entre una te- Ciccus.
rritorialidad chacarera tradicional y nue- LOPEZ CASTRO, N. (2012). Persistencia en los
vas construcciones identitarias. En este márgenes. La agricultura familiar en el su-
sentido, la identidad chacarera expresó doeste bonaerense. Buenos Aires: Ciccus.
una cotidianeidad particular con un fuerte
sentido de pertenencia que posibilitó su
de tesis
Identidad, patrimonio y tradición: además de haber construido -y continuar
tensiones y disputas en la cons- haciéndolo- una particular concepción
trucción de la “pampeanidad” acerca de lo que significa y representa la
“pampeanidad”.
Tesis de Doctorado. Universidad Nacional de Para dar cuento de ello, trabajamos
Buenos Aires (UBA). Mención Antropología
con las versiones de cuatro colectivos,
aunque con la suposición de que las mis-
Autora: Daniela Noemí Bassa
mas coexisten con otras representaciones,
Directora: Dra. Mónica Rotman discursos y acciones de otros grupos so-
Título obtenido: Doctora de la Universidad Na- ciales que no forman parte de esta inves-
cional de Buenos Aires. Mención Antropología.
tigación. El escenario pampeano supone,
Defensa pública: 18/11/2013.
de este modo, un complejo entramado de
interpretaciones y de prácticas sobre la
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2014
realidad, que dependiendo de las situacio-
nes y de los referentes esgrimidos, se ar-
ticulan de diferentes maneras, coinciden,
disienten o incluso se ignoran.
En función de lo expuesto, analizamos
las concepciones y las prácticas acerca de
la identidad pampeana (“pampeanidad”),
sustentadas por la Asociación Pampeana
de Escritores (APE), la Fundación Chadi-
leuvú (FUCHAD), las asociaciones tradi-
cionalistas y las comunidades indígenas
ranqueles.
Se tuvieron en cuenta dos asocia-
ciones que se conformaron para trabajar
en pos de salvaguardar intereses provin-
ciales, relacionados con el ámbito de las
letras y la cultura en el caso de la APE,
y de los recursos naturales -hídricos par-
ticularmente- en el caso de la FUCHAD.
Pero que, en ambos casos, han incluido,
en sus discursos y accionar, la problemá-
La construcción de la identidad provin- tica identitaria y patrimonial como una
cial supone un intrincado proceso saturado preocupación central.
de contradicciones, discontinuidades y ten- Se escogieron, además, las asociacio-
siones. Se observan y distinguen una mul- nes tradicionalistas y las comunidades in-
tiplicidad de relatos y prácticas que remiten dígenas ranqueles, que se han conformado
a aquello que diversos sujetos sociales in- a partir de situaciones y de la selección de
tentan definir como los rasgos o caracterís- referentes en los cuales, si bien la provin-
ticas distintivas del “ser pampeano”. cia surge como una marca de pertenencia,
El objetivo general de la tesis consiste no representa el principal elemento aglu-
en analizar las representaciones, los dis- tinador que permite estructurar su iden-
cursos y las prácticas de distintos colec- tidad. En tal sentido, nuestro interés se
tivos sociales, los cuales poseen una sig- centra en analizar cómo se ha producido
nificativa trayectoria en la realidad local, tal situación, así como examinar el rol y la
240 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
generador de subjetividades y prácticas nes de los diversos colectivos sociales
homogéneas o similares, supone una hete- que en ella se desenvuelven y que la inter-
rogeneidad de aprehensiones y atribucio- pretan y definen a partir de distintos dis-
nes de significados. La marca provincial cursos y la conforman como una realidad
actúa como agente conformador de iden- particular.
tidad, representa un eje central de interés Pretendemos, con esta investigación,
y preocupación en los casos analizados de aportar al conocimiento del campo vincu-
la Asociación Pampeana de Escritores y la lado con la construcción de las identida-
Fundación Chadileuvú; pero no adquiere des, focalizando en aquellas provinciales.
el mismo carácter entre las Asociaciones Procesos que se constituyen en espacios
Tradicionalistas y las Comunidades Indí- de debates, tensiones y disputas donde
genas Ranqueles, para las cuales el refe- confluyen y se actualizan viejos y nuevos
rente identitario principal, remite a otros referentes en tanto intentos para aprehen-
tópicos, quedando subsumido en ellos la derlas y definirlas.
condición de provincianía. Además, contribuir a una discusión
El territorio pampeano es objeto de que en nuestra provincia ha sido y con-
narrativas identitarias, patrimoniales y tinúa siendo relevante y objeto de impor-
políticas, donde los diferentes sectores, tantes disputas entre colectivos sociales
en interacción, pugnan por poner en va- que pugnan por definir, construir, dar con-
lor sus propios elementos, enfatizando o tenido y forma a una identidad provincial
solapando dimensiones que generan per- con referentes que distingan y caracteri-
tenencia, produciéndose contrastes y con- cen al habitante de estas tierras.
vergencias en función de sus intereses, de
las posiciones que ocupan y del poder que
ejercen en el espacio social.
Los procesos identitarios son dinámi-
cos y se transforman con el tiempo, los
contextos y las situaciones que los sujetos
sociales atraviesan. Las identidades no
son inmóviles sino que se re-significan.
La “pampeanidad” no está representada
unívocamente por la versión de un colec-
tivo en particular sino que los referentes
seleccionados y los relatos construidos en
torno a ellos, varían según el grupo que
pugna por instalarlos legítimamente como
el discurso auténtico sobre “la identidad
pampeana”.
A partir de lo analizado, entendemos
que el territorio pampeano ha sido y es
construido históricamente por los di-
versos grupos que lo conforman, y que a
través de sus representaciones, narrativas
y prácticas enfatizan o silencian determi-
nados aspectos y realidades. La provincia
está constituida por diferentes relatos que
remiten a objetivos, intereses e intencio-
242 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Figura 1. Localización de la Región Pampeana según Labragaet al., 2010.
Zonificación de la región pampeana según su régimen pluviométrico (1960-2010).
Figura 2. Evolución anual de precipitación para el período 1960-2010, en cada sub región.
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Tabla 1. Variación de los parámetros morfométricos en las lagunas estudiadas. PM.
Parámetros Morfométricos, A. Área, P. Perímetro, LMT. Longitud máxima total,
OLMT., orientación de la LMT, Amax. Ancho máximo, Amed. Ancho medio, DLC.
Desarrollo de línea de costa.
Laguna PM Año Seco Año Normal Año Húmedo
A (km2) 2,1 3 3,1
P (km) 12 14,8 14,9
LMT (km) 2,8 3,7 3,9
La Limpia OLMT NE-SW NE-SW NE-SW
Amax (km) 1,4 1,5 1,6
Amed 0,8 0,8 0,8
DLC 2,3 2,4 2,4
A (km2) 5,5 5,6 5,8
P (km) 11,1 11,1 11,3
LMT (km) 3.7 3.6 3.7
Blanca OLMT NW-SE NE-SE NW-SE
Amax (km) 2,7 2,8 2,7
Amed 1,5 1,6 1,6
DLC 1,3 1,3 1,3
A (km2) 27 32,6 33,1
P (km) 26,7 30,7 38,2
LMT (km) 9,4 9,2 10
Chascomús OLMT N – SE N-SE N-SE
Amax (km) 4,9 4,9 5
Amed 2,9 3,5 3,3
DLC 1,4 1,5 1,9
A (km2) 109,2 211,1 386,7
P (km) 81,9 77,8 139,1
LMT (km) 11,7 25,3 36,3
La Picasa OLMT NW-SE SW-NE SW-NE
Amax (km) 11,1 16 17,4
Amed 9,3 8,3 10,7
DLC 2,2 1,5 2
A (km2) 61,6 62,8 68,2
P (km) 42,7 42 49,5
LMT (km) 13,9 14 15,1
Chasicó OLMT NW-SE NW-SE NW-SE
Amax (km) 7,9 8,3 8,3
Amed 4,4 4,5 4,5
DLC 1,5 1,5 1,7
A (km2) 3,4 5,2 5,4
P (km) 8,7 9,4 10,3
LMT (km) 3,1 3,6 3,8
La Petrona OLMT E-W E-W E-W
Amax (km) 1,9 2,1 2,2
Amed 1,1 1,4 1,4
DLC 1,3 1,2 1,3
Fuente: Elaboración propia.
246 Reseñas de tesis | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
Diálogos
sección
Diálogos
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/huellas-2016-2016
250 Diálogos | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
presenta tres lógicas que actúan en el desarrollo de las ciudades: la lógica
política (el lugar del Estado y el conjunto de políticas públicas); la lógica
de la acumulación del capital y la lógica de las demandas sociales.
Las tres son lógicas contradictorias, compiten entre sí: las demandas
sociales por mejorar el hábitat; los privados por mejorar la renta y el Es-
tado por optimizar recursos. Se generan conflictos, por lo tanto, cada de-
cisión que tomemos en Santa Rosa implica conflicto. Ese conflicto no es
una disfunción, la idea no es evitar el conflicto sino construir escenarios
democráticos donde expresar esos conflictos de disputa. Estas tres lógicas
construyen tres ciudades distintas, aunque conviven a través de vasos co-
municantes.
La segunda cuestión que plantea el expositor como desafío en América
Latina, es la incorporación de la perspectiva de los Derechos Humanos, no
como agregado sino como punto focal. La referencia al Consenso de Mon-
tevideo en 2013 pone en escena esta perspectiva en todos los ámbitos de la
planificación en territorios de desigualdad. Algunos principios aplicables
a políticas de desarrollo territorial con perspectiva de derechos: justicia e
igualdad socio espacial, patrones de producción y consumo sostenibles, en-
foque de género ,interculturalidad, inclusión / cohesión social, prevención
de riesgo, participación democrática y acceso a la información, protección
ambiental y recursos naturales y seguridad democrática, colaborarían en el
fortalecimiento de las políticas públicas.
La tercera consideración que plantea Resse es revisar el concepto de de-
recho a la ciudad y advierte la necesidad de romper con la dicotomía entre
hábitat urbano y rural al proponer junto a otros especialistas la idea de de-
recho a un hábitat digno. El derecho a un hábitat digno implica un enfoque
ampliado e integrado frente al tradicional abordaje segmentado (derecho al
agua, a la tierra, a la vivienda, etc.). Por lo tanto, es un derecho colectivo
que implica el acceso universal a la tierra, la vivienda, las infraestructuras
básicas, los equipamientos sociales, los servicios y los espacios de trabajo
y producción, en un marco de respeto de los rasgos culturales y simbólicos
de la comunidad y de la preservación del ambiente.
En ese sentido, el autor propone tres postulados para pensar una polí-
tica de desarrollo territorial. El primero advierte que los mecanismos de
mercado no pueden garantizar el uso sostenible y equitativo del suelo ni la
reproducción de la ciudad en los mismos términos. La calificación diferen-
cial del suelo en términos del mercado produce un proceso extendido de
segregación socioespacial. Entendiendo que el principal producto es la ex-
clusión y la segregación, también es el principal problema y necesariamen-
te la política pública tiene que intervenir. El centro de preocupación de las
252 Diálogos | Huellas n° 20, ISSN: 0329-0573 (impresa) / 2362-5643 (en línea)
con un crecimiento sostenido, aun así acrecentó las penurias con el suelo
urbano. Estas paradojas ocurren porque necesitamos un Estado y una nor-
mativa que opere con el suelo. En Argentina, la tierra fue la base de apro-
piación de las élites. Esa estructura se forjó a partir de 1800 familias que
se quedaron con 42 millones de has. En la matriz de la sociedad argentina
está la apropiación de la tierra agraria originalmente y hoy es sobre la tierra
urbana, por eso es difícil ponerle límites. Los loteadores hicieron ciudad en
el conurbano de Buenos Aires y los servicios de trenes y colectivos fueron
las bases de esa urbanización. El loteo era abierto y se vendían los lotes
más cercanos a las estaciones, las terminales y reservaba terrenos de frente
para valorización a futuro. Había sobreoferta de lotes y la preocupación no
era el suelo sino completar la casa.
En los ochenta surgen factores que cambian este proceso. La Ley
8912/77 de uso del suelo de Buenos Aires, prohíbe el loteo sin servicios,
de esta maneralos operadores debían hacer loteos con servicios y así termi-
naron con los loteos populares.
La nueva trama se configura durante la dictadura militar, con la construc-
ción de las autopistas, adoptando un modelo norteamericano basado en el
transporte individual. El contexto social vinculado con el empobrecimiento,
el agotamiento de las condiciones generales urbanas que sostenían implíci-
tamente las operaciones como el fin de los boletos de trenes subsidiados, el
encarecimiento de los boletos de colectivos fueron algunos de los factores
concurrentes que se sumaron a la violencia institucional que provocó la erra-
dicación de villas, donde de 224.000 habitantes se redujeron a 16.000 entre
1976 y 1981. Se instala el concepto de que “la ciudad es para quien se la
merezca” (Cacciatore, Intendente de la ciudad de Buenos Aires)
Asociado a la crisis con las medidas económicas de este período, se
produce el fenómeno de la gran toma de tierras, al sur de Buenos Aires y
La Matanza. También aparece asociado a la construcción de las autopistas,
el proceso de transformación de los clubes de campo en nuevas formas de
urbanizaciones cerradas de la periferia, siguiendo el modelo de suburba-
nización norteamericana. La situación de ilegalidad no refiere solo a tie-
rras tomadas también a los countries, como refiere el investigador Horacio
Torres “no se podía lotear ya que no cedían las calles, eran asentamientos
informales de ricos”.
Con la sanción del Nuevo Código Civil se le da entidad a los consorcios
inmobiliarios. Los impactos van más allá de lo urbano, se dinamizan en
cluster de barrios privados que afectan las superficies de frutihorticultura,
desplazando familias y con ello la insostenibilidad de la las superficies de
agricultura familiar ante el valor que adquiere el suelo.
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Se considera que esta ley debe contener cuatro partes fundamentales:
Principios, objetivos y directrices de la política territorial nacional; Com-
ponentes del Sistema de Ordenamiento Territorial Nacional; Derechos y
deberes de los habitantes e Instrumentos de Política Territorial.
Los Principios, basados en la Constitución y pactos internacionales que
la integran como: -La función social de la propiedad (inciso 1 del artículo
21 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos);-La prevalen-
cia del interés general sobre el particular está vinculada con las limitacio-
nes que se impone a la propiedad en base al interés general (artículo 17 CN
y artículo 2.611 del Código Civil);-La distribución equitativa de las cargas
y los beneficios del proceso de urbanización se apoya en el principio cons-
titucional a la igualdad (artículo 16 de la CN).
Una Ley Nacional de Ordenamiento Territorial con los principios,
objetivos y directrices expuestos no puede ser una ley meramente decla-
rativa. Es por ello que se hace necesario definir una serie de instrumen-
tos de política territorial, que permita a las provincias y los municipios
contar con herramientas para dar mayor sustento al desarrollo de sus
políticas.
Los instrumentos propuestos son: Derecho de preferencia del poder pú-
blico; Subdivisión parcelaria, edificación o utilización obligatoria; Grava-
men especial (al suelo ocioso) progresivo en el tiempo; Contribución por
mejoras; Participación de los Municipios en la valorización de inmuebles
generados por acciones urbanísticas; Otorgamiento oneroso del derecho
de construir; Operación urbana mixta; Reajuste de terrenos; Evaluación
de impacto urbano y del entorno; Preservación de ámbitos urbanos, como
principios rectores.
Asimismo las políticas de vivienda y hábitat que se implementan se
encuentran regidas por los siguientes principios: el derecho a la ciudad y a
la vivienda; la función social de la propiedad; la gestión democrática de la
ciudad; zonas especiales de interés social y el reparto equitativo de cargas
y beneficios de la urbanización. Sobre este último punto recae uno de los
problemas que enfrentan los municipios: crecimiento urbano disperso, re-
tención de suelo, presión para lotear en la periferia, demanda por servicios
imposible de satisfacer.
La ciudad es un escenario de disputas como advertíamos al inicio del
artículo, la gestión territorial se realiza siempre en un contexto de poder
compartido, esto supone la existencia de conflictos entre intereses contra-
dictorios y en algunos casos antagónicos. Por lo tanto entre las principales
demandas se plantea la construcción e institucionalización de canales de
participación y consenso.
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