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Lauretta Bender

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Rafael Urdaneta
Cátedra: Evaluación II
Prof.

Biografía de Lauretta Bender

Realizado por:

Sección:

Maracaibo, Agosto 2017


Lauretta Bender (1897 – 1987) fue una psiquiatra infantil estadounidense cuyo
prestigio internacional se debe a su Test Gestáltico Visomotor, más conocido
como Test de Bender o B.G. El test contaba con la participación de su esposo,
el psicoanalista austríaco Paul Schilder, quien se había radicado en los
Estados Unidos a principios de la década de 1930. Bender y Schilder
trabajaban en la Clínica Bellevue de Nueva York y él falleció atropellado por un
auto, en 1940, cuando salía de la maternidad donde ella había dado a luz.

Pasó tiempos difíciles en sus primeros años en la escuela, llegando a repetir


tres veces el primer curso. Hubo quien pensó que sufría cierto grado de
retraso, pero su padre detectó que era disléxica y la ayudó a superarla. Es por
esto que Bender comenzó a interesarse en el desarrollo de los trastornos del
lenguaje y problemas de aprendizaje, y sus causas, cuando estaba en tercer
grado, en torno a la edad de ocho años. Debido a que su letra era tan pobre y
su lectura era tan lento, era considerada por las autoridades escolares a ser
ligeramente retrasados, y trató de obligarla a volver a segundo grado. Su
padre, sin embargo, impidió que este movimiento, ya que era consciente de
que las habilidades de lectura y escritura de Lauretta necesitan apoyo, no
castigo.

Se licenció en medicina en la Universidad Estatal de Iowa en 1926, donde


escribió su primera publicación científica: `Hematological Studies on
Experimental Tuberculosis of the Guinea Pig`.

Bender empezó trabajando en el Hospital Bellevue en 1930 y acabó siendo


nombrada psiquiatra jefe en la división de Psiquiatría Infantil en 1934, cargo
que ostentó durante 21 años consecutivos. Buena parte de sus métodos aún se
usan actualmente en el campo de la psicología, y más concretamente en el
diagnóstico de desórdenes mentales en los niños.

A diferencia del resto de especialistas en su mismo campo, Bender sí


consideró el factor de la raza como un aspecto que podía influir en las
habilidades mentales, se decía comúnmente que los afroamericanos estaban,
en este sentido, menos evolucionados que los caucásicos, y por ello lo estudió,
aunque sus resultados no fueron concluyentes. No obstante, siguió
considerando la raza como uno más de los factores que conformaban lo que
una persona era.

Sobre sus métodos terapéuticos, era partidaria del uso del electroshock en
niños, pues observó resultados positivos en aquellos que sufrían esquizofrenia.
Por contra, a diferencia de Freud, creyó que la hostilidad mostrada por los
pequeños no era necesariamente por haber recibido malos tratos sino por
frustración ante problemas físicos o de su entorno. También creyó que el arte
era una manera efectiva de diagnosticar desórdenes mentales de los infantes,
como concluyó basándose sobre todo en el seguimiento de los dibujos de una
niña de 6 años que, antes de ser abandonada, sufrió abusos sexuales, cosa
que se dedujo a través de sus bocetos. No obstante, su principal contribución al
campo de la psicología fue el Test Guestáltico Visomotor de Bender, pues éste
permitía realmente diagnosticar el tipo de desorden mental que se sufría o
descartar la presencia de semejante condición con sólo copiar 9 figuras
geométricas en una hoja en blanco.

El Test Gestáltico Visomotor de Bender fue elaborado por Lauretta Bender,


psiquiatra norteamericana, entre los años 1932 y 1938. En sus inicios, fue
conocido popularmente como `B.G. ` por `Bender Gestalt`, dado que la autora
se inspiró para su confección en los principios teóricos de la Gestalt. El test
recibe la denominación de viso-motor, en cuanto ésas son las dos capacidades
fundamentales implicadas en su ejecución.

Bender empleó como material una serie de 9 diseños carentes de significación


en láminas de 12x16 centímetros, construidos anteriormente por Wertheimer
para un estudio sobre configuración visual, especialmente de las leyes de la
percepción. Entonces, mostraba los diseños a los sujetos y les pedía que los
reprodujeran gráficamente a mano alzada sobre una hoja en blanco sin trazos
ni puntos de referencia, tarea que el individuo realizaba teniendo la figura a la
vista durante su reproducción. Desde el punto de vista psicológico, se trataba
de la organización de una serie de movimientos articulados en función de una
totalidad percibida visualmente.

Con ello, se mide cualitativamente tanto la madurez como las perturbaciones


en la adecuación perceptivo-motora, es decir, la dinámica constructiva del nivel
representativo y operativo que funciona sobre los mecanismos perceptivos y
motores.

Las figuras, de forma aparentemente simple para un adulto, fueron presentadas


a niños, adultos psiquiátricamente normales, oligofrénicos y otros enfermos
mentales, y con ello se pudo observar que determinados cuadros psiquiátricos
determinan una organización distinta de las formas, siendo hasta capaces de
convertirse `per se` en pautas diagnósticas de los mismos. A raíz de esto, el
test se puede usar para distinguir el daño orgánico cerebral respecto de la
afasia, por poner algún ejemplo.

Para Bender la esquizofrenia era el resultado de un retraso madurativo en


relación con las pautas gesellianas y por lo tanto un trastorno del desarrollo
que, por medio de la ansiedad, se transforma en un cuadro psicótico
indeterminado que abarca la totalidad de la sintomatología primaria que se
presenta en un niño. La relación de causalidad entre la sintomatología primaria
y la secundaria que exponía Bender no tenía respaldo experimental y la
sintomatología terciaria expuesta por ella es vaga e imprecisa porque se limita
a exponer algunas posibles patologías. De este modo, las especulaciones de
Lauretta Bender desarrollaron una concepción – que irradió al mundo partir de
la psiquiatría infantil estadounidense, por la que cualquier rasgo que se
apartara “del desarrollo o la conducta normal” del niño justificaba un
diagnóstico de esquizofrenia.

El diagnóstico de “gatillo fácil” de Bender fundamentaba sus crueles e infames


tratamientos. Como ya vimos consideraba caprichosamente que la
esquizofrenia era un trastorno de la maduración y por lo tanto impulsaba una
maduración prepotente mediante la brutal estimulación eléctrica
(electrochoques) y psicofármacos que según ella la estimulaban. La
investigación científica no solamente no confirmó los presupuestos de Bender
sino que los desmintió reiteradamente, cosa que ella se negó a reconocer
hasta su muerte.

Otra de sus pruebas fue durante una prolongada actuación en el John Hopkins
Hospital y la infame Clínica Bellevue de Nueva York, Lauretta Bender aplicó
electroshocks (TEC: terapia electro convulsiva) y drogas experimentales a
cientos de niños de entre 3 y 12 años de edad. Muy pocas voces se levantaron
entonces en la comunidad psiquiátrica para denunciar las prácticas bárbaras e
irracionales de “la reina del electroshock”. Denuncias fundadas como la de
León Eisenberg (1922-2009), prestigioso psiquiatra infantil, colega de Bender
en el John Hopkins, que en 1957 reveló que los tratamientos no solamente no
curaban sino que empeoraban a los niños causándoles daños irreversibles, no
fueron tenidas en cuenta. Mientras que en el Bellevue Hospital, el Dr. Bender
administró la terapia electro convulsiva a 100 niños, (entre ellos estaba Ted
Chabasinski, no un activista de los derechos humanos).
"Bender, que conmocionó a 100 niños, el menor de los cuales era 3, abandonó
el uso de la TEC en la década de 1950.

Durante la década de 1960 la unidad de Creedmoor Hospital de niños era un


nido de víboras verdadera bajo la supervisión de Lauretta Bender. Los niños
sensibles fueron "entrevistados" por Bender en frente de todo el personal. Su
análisis de su comportamiento se hizo en frente del grupo reunido grande y el
niño a sí mismo como si el niño no pudo escuchar. Ella se realizó una "prueba
de diagnóstico" en la que participaron los niños la celebración de la cabeza de
un niño de pie y con cuidado girándolo. Supuestamente los niños
esquizofrénicos se dejarían llevar en la dirección de la presión y los niños
normales se resistirían. No es sorprendente que esa tarde se demostró que esa
teoría era una tontería.

Es por esto que Lauretta Bender es mejor conocida como la co-creadora de su


Prueba Gestalt Motor Visual descrito en su monografía de 1938, una prueba de
Visual Gestalt motor y su uso clínico, no como un pionero en el uso de la TEC
en los niños. Ese trabajo fue desacreditado por los investigadores que
encontraron que los niños que trataban no mostraron mejoría o empeoraron".

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