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La Depresión Infantil
La Depresión Infantil
La Depresión Infantil
MENTAL
Básicamente los niños pueden padecer tres tipos de trastornos del ánimo:
la depresión mayor
la distimia –tristeza menos intensa pero de mayor duración–
el trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva.
3. hábitos higiénicos:
insomnio, tanto porque le cuesta mucho dormirse o porque se despierta a menudo
hipersomnia, duerme en exceso
disminución del apetito, con o sin ganancia de peso adecuada o incluso pérdida
come demasiado y gana peso concesiva facilidad
ha perdido interés por su aspecto físico y el cuidado de su persona
4. rendimiento escolar:
dificultades para concentrarse y completar sus tareas
le cuesta en exceso tomar decisiones
siempre está inseguro en sus respuestas, aún cuando están bien
muy sensible al fracaso y al rechazo
absentismo escolar frecuente
peleas con sus compañeros
no participa del juego en el patio
Aconsejaría evitar frases como «son cosas de niños», «ya se le pasará», «tiene
que aprender»…
Sin duda es un niño y tiene que aprender, pero ¿qué tal si le ayudamos? Ese es
el papel del adulto, la mayoría de las veces no se le va a pasar sin más…
Hay que hablar con el niño. Hablar es muy difícil, muchas veces tenemos prisa
por dar nuestra opinión y olvidamos lo verdaderamente importante de la
conversación: escuchar.
Necesitamos saber cuales son sus sentimientos, preocupaciones, las cosas que
pasan en casa o el colegio que le causan malestar. Vamos a abordar
una conversación íntima, hagámoslo en un lugar íntimo y prestándole toda
nuestra atención. Hay que evitar interrumpirle mientras se explica y también el
«interrogatorio acusatorio» o el tono de superioridad. Debe comprender que
queremos ayudarle a superar sus dificultades, que no vamos a juzgar ni a castigar.
Intentaremos ganarnos nuestra autoridad desde la confianza mutua y el
respeto.
Aún cuando creamos que ya hemos entendido lo que le pasa, no nos precipitemos
en dar una opinión. Antes reconstruyamos su historia con nuestras propias
palabras para que comprenda que realmente queremos entender. Sobre todo en
los adolescentes, antes de darles nuestra opinión es bueno preguntarles
si quieren oírla.
En ocasiones puede ser bueno buscar el apoyo de otro adulto que aporte al niño
otras perspectivas válidas para nosotros.
Debemos acudir al pediatra.
Muchos síntomas de los que hemos visto más arriba pueden estar causados por
un problema médico. Y además en muchas ocasiones también puede ser
necesaria la atención psicológica o la prescripción de algún fármaco. Los adultos
debemos superar los miedos y tabúes sobre los problemas de salud mental.
Ignorarlos o banalizarlos no los hará desaparecer, muchas veces los hará
empeorar.
Resumen final.
Vemos que la depresión en la infancia es más frecuente de lo que podríamos
pensar, que los niños sufren y que puede tener consecuencias graves, tanto
para su desarrollo como persona como para su salud física y mental.
Los síntomas y signos de depresión pueden ser debidos a otros problemas o, por
el contrario, otros problemas acabar causando una depresión.