El Oficio de Escribir, Construcción de La Figura Poética en Emily Dickinson
El Oficio de Escribir, Construcción de La Figura Poética en Emily Dickinson
El Oficio de Escribir, Construcción de La Figura Poética en Emily Dickinson
Lit. Inglesa
I.S.P.Dr. J.V.G
Pablo Carrazana
Instituto superior de formación docente Joaquín V. González
Lit. Inglesa
El oficio de escribir, construcción de la figura poética en Emily Dickinson
En una primera lectura de los poemas de Emily Dickinson es posible observar un rasgo de
hermetismo. Nos encontramos así con una poesía difícil de asir, que se escapa en imágenes y
un ritmo atravesado por quiebres e interrupciones. Sin embargo estas imágenes no son
gratuitas ya que a través de la infinidad de poemas escritos y publicados póstumamente es
posible reconstruir senderos de lecturas, caminos de poemas atravesados por inquietudes
tanto del orden de lo natural como de lo filosófico. Es por ello que la pregunta que más
llamará la atención es aquella que gira en torno a la labor de la poeta. ¿Para qué se escribe?
¿Para quién se escribe? ¿Qué significa escribir? Vislumbrar el lugar del poema y la poeta en
la visión de mundo propia de Emily Dickinson e inscripta dentro de la sociedad puritana
estadounidense de siglo XIX es lo que se propone este trabajo.
Una de las características que permite vincular los poemas seleccionados es la imágen del
trabajo. Es en estos poemas donde se equipara la acción de escribir con la acción de trabajar
ya que si en el primer poema se define el rol de poeta: “ Es aquel/ Que extrae asombrosos
sentidos/ de los significados más comunes” (448); los poemas restantes continúan
contribuyendo a la comparación trabajo/poesía que se construye dentro del poema. Es decir
que desde ese lugar las palabras ya no son algo abstracto vinculados al orden de lo intelectual
sino que escribir también implica un esfuerzo físico en donde “Ella manejaba sus bellas
palabras como Espadas-” (479) o incluso hay toda una construcción del poema como
producto final del trabajo de un carpintero “Yo me hice -Carpintero-/...Mis Herramientas
Rostro -Humano- adoptaron-” (488). Se presenta así todo un campo semántico que unifica
los poemas bajo la idea de una acción que interviene en el mundo real (se podría incluso decir
que interviene en el mundo de los “significados comunes”) frente a una vieja idealización del
poema como algo sagrado. Así la voz del poema pareciera estar afirmando que la poesía está
presente incluso hasta en los actos más triviales, en donde el poeta se convierte en un
desvelador de imágenes, alguien que da luz pero no a manera de revelaciones que puedan ser
del orden moral o profético religioso o una verdad absoluta, sino para contemplar el mundo
circundante o la pobreza eterna.
Es así como este desvelar del mundo real no se da en un tono profético o moral ya que si
tenemos en cuenta los últimos versos del poema 448, ”A Él -para Él- una fortuna-/ Ajena -al
tiempo-” h ay que comprender que el pronombre personal de primera persona refiere al poeta
del cual se habla en el poema, quien a su vez es nombrado como portador de una riqueza que
no se devalúa. Es decir el poeta comparte su fortuna/poema y por lo tanto su visión del
mundo que lo rodea frente a un público que no es ajeno a ello sino que, al pertenecer la
fortuna al orden de lo común o banal, se preguntan: “si no fuimos Nosotros/ Quienes las
capturamos -antes-”. Se interrumpe el vínculo donde el poeta era el iluminador de la razón
Pablo Carrazana
Lit. Inglesa
I.S.P.Dr. J.V.G
A modo de síntesis el recorrido a través de los cuatro poemas permite pensar diferente
modos de concepción de una poesía que fue concebida secretamente pero que albergaba todas
las inquietudes y reflexiones en torno al quehacer poético. Es posible afirmar que estos
poemas se inscriben bajo un parámetro de carácter reflexivo que busca poner en cuestión en
qué consiste definitivamente la función de la poesía.
448
Éste era un Poeta -Es aquel
Que extrae asombrosos sentidos
de los significados más comunes-
Y una Esencia tan fuerte
De Imágenes, el Desvelador-
El Poeta -Él es-
El que Nos da Derecho -por Contraste-
A la Pobreza Eterna-
449
Morí por la Belleza -pero apenas
En la Tumba yacía
Cuando a Uno que murió por la Verdad dejaron
En la Estancia contigua-
479
Ella manejaba sus bellas palabras como Espadas-
Qué brillo desprendían-
Y cada Una descubría un Nervio
O hacía alardes con un Hueso-
488
Yo me hice -Carpintero-
En tiempos sin alarde
Mi Cepillo -y yo, juntos trabajamos
Antes de que viniera el Arquitecto-