Materialismo Dialético Segundo Lefebvre
Materialismo Dialético Segundo Lefebvre
Materialismo Dialético Segundo Lefebvre
Eugenio Werden
EL MATERIALISMO DIALÉCTICO
SEGÚN HENRI LEFEBVRE
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EL MATERIALISMO DIALÉCTICO SEGÚN HENRI LEFEBVRE
Libro 206
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Eugenio Werden
Colección
SOCIALISMO y LIBERTAD
Libro 1 LA REVOLUCIÓN ALEMANA
Víctor Serge - Karl Liebknecht - Rosa Luxemburgo
Libro 2 DIALÉCTICA DE LO CONCRETO
Karel Kosik
Libro 3 LAS IZQUIERDAS EN EL PROCESO POLÍTICO ARGENTINO
Silvio Frondizi
Libro 4 INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA PRAXIS
Antonio Gramsci
Libro 5 MAO Tse-tung
José Aricó
Libro 6 VENCEREMOS
Ernesto Guevara
Libro 7 DE LO ABSTRACTO A LO CONCRETO - DIALÉCTICA DE LO IDEAL
Edwald Ilienkov
Libro 8 LA DIALÉCTICA COMO ARMA, MÉTODO, CONCEPCIÓN y ARTE
Iñaki Gil de San Vicente
Libro 9 GUEVARISMO: UN MARXISMO BOLIVARIANO
Néstor Kohan
Libro 10 AMÉRICA NUESTRA. AMÉRICA MADRE
Julio Antonio Mella
Libro 11 FLN. Dos meses con los patriotas de Vietnam del sur
Madeleine Riffaud
Libro 12 MARX y ENGELS. Nueve conferencias en la Academia Socialista
David Riazánov
Libro 13 ANARQUISMO y COMUNISMO
Evgueni Preobrazhenski
Libro 14 REFORMA o REVOLUCIÓN - LA CRISIS DE LA SOCIALDEMOCRACIA
Rosa Luxemburgo
Libro 15 ÉTICA y REVOLUCIÓN
Herbert Marcuse
Libro 16 EDUCACIÓN y LUCHA DE CLASES
Aníbal Ponce
Libro 17 LA MONTAÑA ES ALGO MÁS QUE UNA INMENSA ESTEPA VERDE
Omar Cabezas
Libro 18 LA REVOLUCIÓN EN FRANCIA. Breve historia del movimiento obrero en Francia
1789-1848. Selección de textos de Alberto J. Plá
Libro 19 MARX y ENGELS
Karl Marx y Friedrich Engels. Selección de textos
Libro 20 CLASES y PUEBLOS. Sobre el sujeto revolucionario
Iñaki Gil de San Vicente
Libro 21 LA FILOSOFÍA BURGUESA POSTCLÁSICA
Rubén Zardoya
Libro 22 DIALÉCTICA Y CONCIENCIA DE CLASE
György Lukács
Libro 23 EL MATERIALISMO HISTÓRICO ALEMÁN
Franz Mehring
Libro 24 DIALÉCTICA PARA LA INDEPENDENCIA
Ruy Mauro Marini
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EL MATERIALISMO DIALÉCTICO
SEGÚN HENRI LEFEBVRE
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Eugenio Werden 1
Buenos Aires, 1952
Segunda Edición: 1958
ÍNDICE
Prólogo por Silvio Frondizi
Introducción
Capítulo I
Estudio de la contradicción dialéctica
Introducción
La contradicción dialéctica en Hegel
El materialismo histórico
El materialismo dialéctico
La doctrina en su unidad
Capítulo II
Estudio de la producción del hombre
El hombre
El producto
Las actividades de integración
Sector dominado y sector no dominado
El determinismo físico
El determinismo social
El hombre total
Apéndice
1
Aunque aun no ha sido demostrado y hasta ahora permanece como un “mito urbano” de
la izquierda rioplatense, múltiples opiniones coinciden en señalar que el pseudónimo
Eugenio Werden hace referencia a Milcíades Peña durante sus años juveniles.
13
Eugenio Werden
Henry Lefebvre
Le Materialisme Dialéctique, p. 94
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PRÓLOGO
15
Eugenio Werden
INTRODUCCIÓN
18
EL MATERIALISMO DIALÉCTICO SEGÚN HENRI LEFEBVRE
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Eugenio Werden
II
Muchas doctrinas y pseudo doctrinas pretenden en la actualidad La
categoría de concepciones del mundo, pero sólo tres de ellas pueden
considerarse tales a la luz de los conceptos expresados: el cristianismo,
el individualismo y el marxismo.
La concepción cristiana fue expresada con la mayor nitidez y rigor por
los grandes teólogos católicos. Reducida a lo esencial, se define por la
afirmación de una jerarquía estática de los seres, de los actos, de los
valores, de las formas y de las personas. En la cúspide de la jerarquía
se encuentra el Ser supremo, el puro espíritu, el Señor, Dios.
Esta doctrina que busca ofrecer, efectivamente, una visión de conjunto
del universo, fue formulada ya durante la Edad Media. Poco han
agregado los siglos ulteriores a la obra de un Santo Tomás. Razones
históricas la hacían especialmente adecuada a las condiciones sociales
medievales. Es. por lo tanto, la concepción medieval del mundo la que
aun se nos propone como válida.
La concepción individualista apareció al final del medioevo, durante el
siglo XVI. En los cuatro siglos transcurridos muchos pensadores la han
formulado en sus diversos matices. El individuo (ya no la jerarquía) es
la realidad esencial. Posee en sí, en su fuero interno, la razón. Entre lo
individual y lo universal –la razón– existe una unidad, una armonía
espontánea. También entre el ínteres individual y el interés general,
entre los derechos y los deberes, entre la naturaleza y el hombre. A la
teoría pesimista de la jerarquía (inmutable en su fundamento y
justificada por un más allá puramente espiritual) el individualismo
opone una teoría optimista de la armonía natural de los hombres y de
las funciones humanas.
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III
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IV
Todos los elementos arriba considerados, múltiples y complejos, se
vuelven a encontrar en el materialismo dialéctico, pero hubo, induda-
blemente, una contribución original de Carlos Marx. ¿Cuál fue ésta?
Primeramente, los audaces descubrimientos del pensamiento humano
de los siglos XVIII y XIX ya detallados, permanecían dispersos y
aislados. Cada doctrina era limitada y tendía a fijarse en un sistema
incompleto y unilateral, ejemplo: el materialismo, inspirado en las
ciencias de la naturaleza, desarrollado en Francia, tendía hacia el
mecanicismo, reduciendo la naturaleza a elementos materiales siempre
y en todas partes idénticos a sí mismos. Al contrario, la teoría
hegeliana de las contradicciones tendía a fijarse en un idealismo
abstracto que definía todas las esas por la presencia en ellas de la
contradicción en general. Los trabajos de los economistas se habían
detenido precisamente allí donde para proseguir el análisis era
necesario tomar en cuenta las clases sociales redescubiertas por los
historiadores. Los socialistas, incapaces de dar un fundamento teórico
y práctico a sus aspiraciones, seguían siendo utopistas que imaginaban
una sociedad ideal. El genio de Marx le permitió captar todas esas
doctrinas en sus vinculaciones hasta entonces ocultas y ver en ellas la
expresión, fragmentaria pero inseparable, de la civilización industrial
moderna, de sus problemas y de la nueva luz que lanzaban sobre la
naturaleza y la historia de los tiempos nuevos. Supo romper tocias las
compuertas, liberarlas de sus limitaciones, aprehenderlas en su
movimiento profundo. Aun en los casos de oposición contradictoria
–materialismo e idealismo–, aun en los casos da autocontradicción
–los historiadores que descubrieron las luchas de clases en la
Revolución Francesa eran más bien reaccionarios; Hegel mismo derivó
hacia un callejón sin salida–, fue capaz de resolver las contradicciones
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Eugenio Werden
V
Determinados así los elementos del pensamiento filosófico y científico
moderno que confluyeron en el materialismo dialéctico y los rasgos
más notables de su reelaboración por Marx, siguiendo de muy cerca el
análisis hecho por Lefebvre en Le Marxisme, recordemos que la
magnitud del genio de Marx se expresó no solamente en la tarea
personal que fué capaz de cumplir, sino en el grado de desarrollo y de
precisión que supo hacer alcanzar a ese precioso instrumento de
conocimiento que es el método dialéctico “puesto sobre sus pies”. Ésa
es tal vez la más valiosa herencia que dejó a lo posteridad dentro de
un patrimonio de impresionante riqueza.
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VI
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Capítulo Primero
ESTUDIO DE LA CONTRADICCIÓN DIALÉCTICA
INTRODUCCIÓN
5
Recordemos que el conocimiento humano tiene un carácter histórico, que todo
conocimiento ha sido adquirido y conquistado a partir de la ignorancia y siguiendo un largo
y difícil camino. Toda la inmensa labor del pensamiento humano consiste en un esfuerzo
secular por pasar de la ignorancia al conocimiento. (Cfr. Logique formelle, Logique
dialectique, p. 16).
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La lógica formal procura determinar las leyes que rigen las operaciones
intelectuales independientemente del contenido experimental, particular
y contingente, de toda afirmación concreta. El pensamiento formal
presume que no obedece sino a su pura identidad consigo mismo Dice:
“A es A. Si A es B y B es C, A es C”. En realidad, la lógica formal nunca
consigue llegar a prescindir totalmente del contenido, su posibilidad se
reduce a desprender un fragmento de éste, adelgazarlo, hacerlo más y
más abstracto, pero sin poder llegar nunca a desprenderse totalmente
de él por cuanto opera sobre juicios determinados –es decir, con un
contenido– por más que los considere como pretextos intercambiables.
Además, tan pronto como se propone un juicio determinado, por
ejemplo, el árbol es verde, se plantea “A es B”, es decir, se introduce
un contenido, una diferencia, no se permanece en la identidad y la
repetición formal.6
La relación del contenido con la forma en la lógica formal está, pues,
mal definida, y es discutible. En consecuencia queda abierto un
problema esencial que plantea una exigencia: ¿cómo unir la forma y el
contenido? Puesto que fracasó el formalismo, ¿no será necesario
6
Generalmente la lógica formal de la identidad se vincula con la metaf ísica del ser. La
identidad no se concibe solamente como una forma pura, sino como una propiedad interna
y esencial, objetiva, del ser. De la identidad en el pensamiento se pasa a la identidad
objetiva que es el tipo de existencia de toda substancia real. El ser, todo ser, es idéntico a
sí mismo y así se define. Se considera a la identidad al mismo tiempo como forma y como
contenido, como su propio contenido. Ese aspecto del aristotelismo fue aislado y
desarrollado por la filosofía posterior. Hasta llegar a Leibniz el pensamiento occidental
realizó un esfuerzo heroico pero vano para llegar al contenido a través de la forma, para
pasar lógicamente del ser pensado al ser existente, en una palabra, para “deducir” el
mundo.
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Esta palabra (aufheben) –dice Hegel– tiene dos sentidos. Significa conservar, guardar y,
al mismo tiempo, cancelar, hacer cesar. Es imposible encontrar un equivalente perfecto
tanto en francés como en castellano. Lefebvre optó en consecuencia por traducirlo por
depasser, depassement; nosotros optamos por superar, superación.
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ser no es –el no ser es; son el uno por el otro. En el pensamiento como
en la realidad se transforman sin cesar el uno en el otro. Están
envueltos en un proceso, comprendidos en el Devenir. El devenir en
general es el tercer término que nace de la contradicción en la cual el
primer término es el ser despojado de todo contenido y, por lo tanto, sin
presupuestos.
El devenir en general es la primera existencia determinada, el primer
concreto, del cual el puro ser y la pura nada son los elementos
abstractos. El devenir es devenir de algo, de un ser; y en el devenir, la
nada es el fin de aquello que es, pasaje y transición a otra cosa, limite,
desaparición y creación, virtualidad y nacimiento. Dialécticamente
unidas, las abstracciones vuelven a encontrar la concreción, vuelven a
entrar en la unidad semoviente que había sido rota por el
entendimiento abstracto.
“...En ningún lugar, ni en el cielo, ni en la tierra, hay nada que no
contenga en sí tanto el ser como la nada”.
El fin de una cosa, su límite, la terminación hacia la que tiende por su
naturaleza interna, por lo tanto también su más allá, forman parte de la
cosa.
“El ser de las cosas finitas, como tal, consiste en llevar dentro el
germen de su desaparición; la hora de su nacimiento es también
la hora de su muerte”.
Toda negación es, así, para la afirmación inicial e inmediatamente
planteada, el punto, de partida de nuevas determinaciones. En el ser y
en el pensamiento la negatividad es creadora. Ninguna realidad puede
permanecer en sí, es decir aislada y separada, inmune al devenir,
inmóvil en la posesión del ser. Toda existencia determinada es relación:
“Un ser determinado, finito, es un ser que se refiere a otro; es un
contenido que está en una relación necesaria con otro contenido,
con el mundo entero...”.
Toda existencia determinada está, pues, comprometida en el movimiento
total y constreñida a salir de sí misma. Es lo que es, pero en sí, en su
corazón, lleva el infinito. En su determinación, es el ser determinado a
no ser aquello que es, es decir, a no permanecer siendo tal. El otro
término, el segundo, es tan real como el primero, en el mismo plano;
nivel y grado de la realidad, en la misma esfera del pensamiento. Niega
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Esto explica que haya “advenimiento y desaparición”, es decir, devenir real. La teoría de
la gradualidad o de la pura continuidad suprime el devenir cuando supone que lo que
desaparece continúa en realidad existiendo, aunque imperceptible, y que lo que nace,
existía ya, aunque en forma de minúsculo germen. En el devenir real, lo justo se convierte
en lo injusto y la virtud excesiva se convierte en vicio; un Estado que crece cuantitativa-
mente (población, riquezas) cambia de naturaleza, de estructura, de constitución; puede
derrumbarse interiormente a causa de la constitución misma que antes de su expansión
causaba su prosperidad y su fuerza.
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Como momentos aislables, exteriorizables, como determinaciones que debían ser
planteadas en sí mismas, por lo tanto negativamente, para ser sucesivamente negadas y
vueltas a llevar al verdadero infinito de la Idea.
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EL MATERIALISMO HISTÓRICO
Una larga y profunda investigación filosófico-científico-política determinó
que tanto Marx como Engels pasaran de la jurisprudencia a la
economía, del liberalismo al socialismo y del idealismo hegeliano a un
materialismo desarrollado. Es este último aspecto el que nos interesa.
47
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12
Ver Apéndice, nota A.
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13
En realidad, es natural que un ser viviente y natural posea los objetos de sus deseos y de
su ser. Esos objetos no son su alienación. Al contrario, está alienado al no poseerlos, está
alienado al ser dominado por un mundo “ajeno”, aunque éste haya nacido de sí mismo y
sea igualmente real en consecuencia. En esa alienación el hombre sigue siendo un ser real
y viviente y esto obligado a superarla por medio de una “acción objetiva”. La crítica de la
fenomenología y de la teoría de la alienación se abre, pues, sobre un humanismo positivo
–que supera y une idealismo y materialismo– y uno teoría positiva de la alienación
humana.
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Pero con sólo haber demostrado que el mundo religioso no es más que
una proyección ilusoria del mundo terrenal, propuso al pensamiento
alemán un problema de fundamental importancia: ¿cómo nacen esas
ilusiones en las cabezas de los hombres?, problema que señaló el
camino para una concepción materialista del mundo.14
19
Esa alienación puede ser superada, pero solamente si se reúnen ciertas condiciones
prácticas. En primer lugar debe llegar a ser insoportable y oponer masas desprovistas de
propiedades a un mundo existente de riqueza y cultura. En segundo lugar debe existir un
alto grado de desarrollo de la potencia humana para que la abolición de la alienación
universalice la riqueza, la abundancia y el poder y no la privación.
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Tampoco la teoría económica estaba todavía completamente elaborada y menos aún
sistematizada. De ella solamente habían aparecido ensayos fragmentarios y polémicos.
Para Marx las categorías económicas eran el resultado de una comprobación empírica y
permanecían separadas y todavía mal definidas (en Miseria de la Filosofía se confunde
trabajo y fuerza de trabajo). La teoría de la plusvalía, de la supreproducción y las crisis, con
sus consecuencias políticas sólo será elaborada después de las crisis económicas de 1848
y 1857.
61
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24
Lefebvre subraya también, y con razón, dada su importancia, el siguiente texto del
artículo citado: "Este método arranca de las relaciones fundamentales más simples que
encontramos, de hecho, históricamente; es decir, de las relaciones económicas" y agrega:
"responde así por adelantado a ciertos marxistas simplistas y a la mayor parte de los
críticos del marxismo, porque de él resulta que las relaciones económicas no son las
únicas relaciones, sino las más simples, es decir, aquellas que se vuelven a encontrar
como "momentos" de las relaciones más complicadas.” “Según la interpretación corriente
–prosigue Lefebvre– el materialismo dialéctico considera Las ideas, las instituciones, las
culturas –la conciencia– como uno construcción ligera y sin importancia, sobre una
substancia económica, única sólida. En realidad, el verdadero materialismo es completa-
mente diferente. Determina las relaciones prácticas inherentes a toda existencia humana
organizada y las estudia como condiciones concretas de existencia de los estilos de vida ,
de las culturas. Las relaciones, momentos y categorías simples están implicadas –histórica
y metodológicamente– en las determinaciones más ricas y mas complejas, pero no las
agotan. El contenido dado es siempre una totalidad concreta y ese contenido complejo de
la vida y de la conciencio es la verdadera realidad que se trata de alcanzar y de aclarar. El
materialismo dialéctico no es un economismo. Al contrario, analiza las relaciones y luego
las reintegra en el movimiento total". "El sólo hecho de que sean relaciones implica –dice
Engels en el citado artículo– la existencia de dos elementos frente a frente. Cada uno de
esos elementos es considerado en sí mismo; de ese examen fluye el género de su relación
mutua, de su acción y su reacción recíproca. Se producirán antagonismos que exigen una
solución... Estudiando esa solución veremos que ha sido obtenida mediante la creación de
una nueva relación, de la cual tendremos que desarrollar los dos términos opuestos".
25
Cfr. Le Marxisme, p. 32; "Las ideas que nos hacemos sobre las cosas –el mundo de
las ideas– sólo es el mundo real, material, expresado y reflexionado en la cabeza de los
hombres. Las ideas son edificadas o partir de la práctica y del contacto activo con el
mundo exterior por un complicado proceso en el cual entra toda la cultura".
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26
Introducción a la Crítica de la Economía Política. Sobre el método consultar en el
Apéndice, nota B.
27
Y no, como creía Hegel, producto del concepto que se genera a sí mismo, por encima de
la percepción y de la representación.
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El desdoblamiento "valor de uso-valor de cambio" se desarrolla, pues, en una dialéctica
complicada, en la cual encontramos nuevamente las grandes leyes descubiertas por Hegel:
unidad de las contradicciones, transformación de la cualidad en cantidad y viceversa, etc.
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Marx comenzó sus grandes estudios económicos por una “Crítica de la Economía
Política”. La palabra “crítica” debe ser entendida en todo su significado. La economía
política debe ser criticada y superada, como la religión.
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LA DOCTRINA EN SU UNIDAD
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Las ciencias de la naturaleza estudian polaridades y oposiciones naturales, físicas,
biológicas, etc. Utilizan la "astucia del concepto" para analizar y modificar las calidades
por medio de las cantidades, sin poder nunca superar esas oposiciones. La ciencia
social, por el contrario, examina las oposiciones para superarlas. Ambas ciencias son
específicamente creadoras, cada una con sus métodos y sus fines. Pero, sin embargo,
las leyes de la realidad humana son absolutamente diferentes de las de la naturaleza y la
articulación dialéctica de las categorías fundamentales puede, pues, tener validez
universal.
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Capítulo Segundo
ESTUDIO DE LA PRODUCCIÓN DEL HOMBRE
EL HOMBRE
objetiva que un cuerpo tiene de un objeto exterior a él, indispensable para la propia
integración y para la manifestación de su ser. El sol es el objeto de los plantas, un objeto o
ellas indispensable, un objeto que les mantiene con vida; igualmente, la planta es objeto
del sol, como manifestación de la fuerza vivificante del sol, de la fuerza esencial objetiva
del sol.”
34
Cfr. ídem, pág. 178: “Un ser que no tenga la propia naturaleza fuero de sí, no es un ser
natural, no participo del ser de lo naturaleza. Un ser que no tenga un objeto fuera de si, no
es un ser objetivo. Un ser que no sea él mismo objeto en lo confrontación de un tercero... ,
no se comporta objetivamente, su ser no es objetivo.
Un ser no objetivo es un no ser.
...Pero un ser no objetivo es un ser irreal, no reprehensible con los sentidos, solamente
pensado, es decir, solamente imaginado, un ser de la abstracción.”
35
Cfr. Le Matérialisme Dialectique, II, p. 101: “En esa experiencia fundamental la naturaleza
se determina para nosotros como exterioridad de los elementos, pero, como decía Hegel,
lo más exterior es, al mismo tiempo, lo más interior.”
36
“La pasión es una fuerza esencial del hombre que tiende enérgicamente hacia su objeto”.
En esta frase de Marx se sitúa a la pasión en su verdadero lugar y se da la razón por la
cual no puede rechazarla la razón. El apasionado obtiene sus fuerzas del seno de las más
profundas energías vitales y naturales.
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EL PRODUCTO
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Es decir, que fuera de la relación que los une, no hay ni objeto ni sujeto. La
determinación de ser sujeto o de ser objeto solamente tiene sentido en el seno de la
relación sujeto-objeto, puesto que, por sí mismos, ambos elementos sen igualmente
objetivos y su carácter depende de la función que cumplan dentro de la relación , función
intercambiable que depende de la etapa del análisis en que se encuentra el observador.
Esta no quiere decir que la relación sea meramente pensada, abstracta. Existe también en
la realidad concretamente como contradicción.
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38
Por ejemplo, en el lenguaje, o como mercancía sujeta a evaluación social cuantitativa.
39
Todo lo dicho se aplica también en casos complicados como son la fabricación de un
artículo manufacturado, la realización de una experiencia de laboratorio, etc.
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40
El punto de partida de la abstracción no está, pues, en el pensamiento, sino en la
actividad práctico. La capacidad de abstraer es un poder práctico.
41
Lefebvre esboza una clasificación de los instrumentos distinguiendo: 1) Instrumentos que
permiten separar fragmentos de la naturaleza. Tienen un carácter destructivo, abstrayente,
en relación a la estrecha interdependencia de los fenómenos naturales (pico, martillo,
flecha, cantidad, cualidad, espacio geométrico, etc.); 2) Instrumentos que sirven para
conservar los fragmentos separados, protegiéndolos en su aislamiento, orientando los
determinismos substraídos a la naturaleza (pintura, recipientes, sustantivos); 3) Instru-
mentos que sirven para dar forma a los fragmentos aislados.
87
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42
Cfr. Le Matérialisme Dialectique, II, p. 107: “La técnica es el conjunto de gestos y
operaciones que miran a un resultado –conjunto que se constituye después en serie
determinada, aislado ella misma, determinante y determinada al mismo tiempo,
exactamente igual que un instrumento o un objeto.”
43
De ahí los descubrimientos, que tanto sorprenden o los etnólogos, de coexistencia de
técnicas exactas e interpretaciones fantásticas. La misma incongruencia se suelo encontrar
aún hoy en relación a ciertas técnicas materiales e intelectuales, misterio de la
“inspiración”, etc.
44
Cfr. ídem, II, p. 108: “Se descubre lo que se es en lo que se hace”.
45
Así –explica Lefebvre–, un pintor ensaya primeramente y se descubre en sus primeras
tentativas; perfecciona después su técnica y modifica su manera. Sería absurdo suponer
que ese pintor pudiera desarrollar su talento y adquirir conciencia de él sin pintar
efectivamente. La pintura no es para él un simple pretexto, una manifestación ocasional de
un talento preexistente e interior. Sin embargo, ésta es lo hipótesis formulada por el
idealismo o propósito del espíritu.
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46
Cfr. Le matérialisme dialectique, p. 109: “El análisis del producto aislado puede ser
relacionado con el análisis filosófico del entendimiento o Verstand. La producción de los
objetos cislados que separa esos objetos, determina aspecto y propiedades, contiene los
caracteres principales del Verstand como actividad intelectual que aisla y define, que
procura expresar la significación particular de los objetos y llegar a ser una técnica de
pensamiento (gramática, técnica del análisis, lógica formal). El entendimiento es la función
de lo distinto, del individuo, del instante, de la práctica en la escala individual y del objeto
aislado, de la finalidad práctica.”
47
Lefebvre subraya aquí que la mentalidad primitiva y la intuición conservan una conciencia
viva de esa totalidad y que por eso cuando se representan objetos o series de fenómenos
necesitan reintegrar esos productos en la totalidad.
48
Muchos sofismas nacen de semejante tentativa. 1° a veces se busca el principio de la
integración en la actividad humana reduciéndola a una suma mecánica de operaciones
abstractas o o una técnica especial: lo lógica formal. Por ese camino –seguido por el
idealismo clásico–, la filosofía se condena a considerar in abstracto, o sea, aisladamente, y
por lo tanto, con vicio de falsedad, algunas operaciones especiales de la actividad, cuando
se trota, justamente, de aprehender lo concreto y la totalidad. 2° otras veces se busca la
totalidad en un "más acá" de la actividad que abstrae, omitiendo esa actividad y alcan-
zando, imaginariamente, un estado anterior, al nivel de los intuiciones confusas y de la
mentalidad primitiva. Esa forma del pensamiento “intuitivo”, magistralmente criticada por
Hegel en el prólogo de su Fenomenología del Espíritu, olvida los datos del problema.
Aunque arranca de un problema planteado por la existencia de una actividad productora
abstrayente y por la exigencia de una unidad superior, niega, pura y simplemente, a la
actividad que abstrae. De tal modo, el intuicionismo, el primitivismo y el totalismo grosero
presentan una curiosa mezcolanza de refinamiento intelectual y sumario antiintelec-
tualismo.
49
El aislamiento de un objeto de la naturaleza –su identidad lógica consigo mismo–, sólo
puede ser un límite inalcanzable, un fin último que nuestra actividad jamás logrará
completamente, pese a sus mayores esfuerzos. En la realidad un objeto sólo es separado y
consolidado según algunos de sus aspectos y por intermedio de otro objeto que tampoco
es completamente aislable: una casa que me abriga, un árbol en el jardín, un campo en
que crece el trigo. Por otros múltiples aspectos sigue sumergido en el movimiento del
mundo. Por eso, el pensamiento que considera consumado el aislamiento y la consoli-
dación de los objetos incurre en el error del mecanicismo: hoce una suma en lugar de una
integración, una suma de productos tomados como si fueran seres naturales, como si
mediante esa suma se volviera a encontrar la naturaleza.
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Cfr. Le Materialisme Diatectique, p. 115: “Los instrumentos no son una forma impuesta
desde afuera a la naturaleza, como podrían serlo categorías abstractas. No son una prisión
para el hombre, uno muralla entre él y la naturaleza. Una selva tropical o una tempestad en
alta mar es lo cósmico puro. El hombre apresado por esas fuerzas es el hombre impotente
y aislado, extraño a la naturaleza por ser una victima de la naturaleza. Pero un paisaje
humanizado –una casa en ese paisaje, con apropiado estilo– muestra al hombre en la
naturaleza y reconciliado con ella justamente por medio de su apropiación.”
55
La vida natural está orgánicamente limitada en los animales, reducida a algunas
tendencias elementales que responden a necesidades igualmente elementales y que
desaparecen inmediatamente de satisfechas. La vida natural se intensifica en el hombre
por la diversificación y progreso infinito de las tendencias y las necesidades.
92
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56
Cfr. en Logique Formelle, Logique Dialectique, pp. 98 y ss., cómo llega la ciencia a
enunciar una ley como lo de la caída de los cuerpos. Ver apéndice del presente volumen,
nota C.
57
Todo pensamiento es movimiento. El pensamiento que se detiene deja... productos:
obras, textos, resultados ideológicos, verdades... El movimiento del pensamiento transcurre
entre dos polos determinados, opuestos y enlazados (abstracto y concreto, absoluto y
relativo, inmediato y mediato, inducción y deducción, análisis y síntesis, etc.). Las parejas
de términos polares en cuestión, los términos opuestos, designan momentos, fases del
pensamiento que éste recorre en su movimiento y que están indisolublemente unidas. Cfr.
id., p. 59. Para la relación abstracto-concreto, es sumamente importante y esclarecedor el
análisis que hace Lefebvre y que puede consultarse en el apéndice de este volumen, nota
D.
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58
Por lo tanto mata y rompe. Sin embargo, aprende asi a apoderarse de lo real, viviente y
móvil. Esto solamente puede lograrlo si continúa indefinidamente su tarea. Esa
contradicción interna obliga a la actividad a superarse. El análisis no concluye jamás.
59
Cfr. Logique Formelle, Logique Dialectique, p. 88-93. El análisis de esta oposición
también se encontrará en el apéndice de este volumen, nota E.
60
Por ejemplo: la acción del aire en la caída de los cuerpos. Las causas “sutiles” siempre
existen en número ilimitado; representan la acción de la totalidad de la naturaleza sobre el
objeto en consideración.
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61
Cuando se cultiva un árbol, por ejemplo, el movimiento objetivo solamente es protegido y
dirigido.
62
En las construcciones teóricas de la mecánica y de la física o en construcciones
materiales, tales como las máquinas, es posible observar esos equilibrios.
63
Cfr. Le Materialisme Dialectique., p. 122: “La actividad productiva contiene la siguiente
contradicción, la más profunda de todas: la doloroso oposición entre el poderío del hombre
y su impotencia –entre lo que constituye lo vida del hombre y lo que constituye su muerte–.
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EL MATERIALISMO DIALÉCTICO SEGÚN HENRI LEFEBVRE
El hombre se ve separado a cada momento de lo que lo hace ser y que todavía no logra
dominar. Su esencia se hallo así vitalmente amenazada, disociada, arrancada de la
existencia. Muere, espiritual o materialmente.”
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Las magias son, al mismo tiempo, 1° interpretaciones de la practica. El primitivo
responde a la pregunta: ¿por qué so obtiene tal resultado con tal acción?; 2° extensiones
ilusorias, pero tranquilizadoras, del poder de la técnica a las realidades amenazadoras y
desconocidos; 3° proyecciones de la conciencia humana sobre el mundo y 4° explora-
ciones poéticas y a menudo prácticas de lo desconocido, como en el caso de la medicina,
la alquimia, etc.
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EL MATERIALISMO DIALÉCTICO SEGÚN HENRI LEFEBVRE
Por todo eso puede verse cuán difícil es defender la razón en el terreno
del puro racionalismo. O la razón es una fuerza viviente, una actividad
que lucha por vencer dominando al mundo y al hombre, un poder
creador de orden y de unidad, o es una forma impotente, destinada a
dejar el lugar a interpretaciones míticas que fetichizan los elementos de
la naturaleza o los productos sociales o ambos a la vez (suelo, raza,
Estado,..). Si la razón pretende permanecer como interioridad pura,
cae inevitablemente bajo la autoridad exterior.
EL DETERMINISMO FÍSICO
EL DETERMINISMO SOCIAL
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EL HOMBRE TOTAL
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La acción política se sirve de las fuerzas en presencia y, por lo tanto, actúa siempre en
beneficio de las más poderosa de ellas.
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72
Cfr. Man. Econ. Fil. de 1814. Dice Marx: “El objeto que el trabajador produce: su producto,
se le opone como un ser ajeno, como un poder independiente (…) Como en la religión la
actividad espontánea de la fantasía humana, del cerebro humano y del corazón humano
obra sobre el individuo como si fuera independiente del individuo, es decir, como actividad
ajena, divina o diabólica, de lo misma manera la actividad del trabajador no es su actividad
espontánea. Pertenece a otro, es la pérdida de si mismo (… ) el trabajo, la actividad vital, la
vida productiva misma, aparece al hombre sólo como un medio para la satisfacción de una
necesidad, de la necesidad de la conservación de su existencia física...” “...La vida misma
aparece únicamente como medio de vida”
73
K. Marx. Crítica de la Economía Política
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74
K. Marx Miseria de la Filosofía.
75
No puede dejarse de observar cuan sintomático es la constante atribución Marx del vicio
del “economismo absoluto”. Como vemos todo su esfuerzo tiende precisamente a la
superación del “homo economicus”, creación práctica del proceso real de la economía
capitalista y punto de partida teórico de la economía burguesa.
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K. Marx, Man. Econ. Fil. 1844
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Archivo Marx-Engels, t. III.
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APÉNDICE
A) TEORÍA DE LA ALIENACIÓN
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Además, los bienes sin los cuales el ser humano no subsistiría ni una
hora pero que, sin embargo, no son “él”, se encuentran inseparable-
mente unidos al ejercicio de sus funciones y potencias. La libertad no
puede consistir en la privación de bienes, sino, por el contrario, en su
multiplicación.
La relación del hombre con los bienes no es, pues, esencialmente, una
relación de servidumbre; el hombre no es esclavo de su riqueza, salvo
en una sociedad donde esos bienes se escamotean a las masas
humanas y son acaparados por una clase social, so capa de una
organización y un fetichismo adecuados.
La relación del ser humano con los fetiches difiere, por lo tanto, de su
relación con los bienes. La relación dialéctica del hombre con los
bienes se resuelve normalmente y en todo momento, con una toma de
conciencia del hombre como vida propia y goce apropiado de su vida,
como potencia sobre la naturaleza y sobre la propia naturaleza. Pero la
relación del hombre con los fetiches se manifiesta como desprendi-
miento y pérdida de sí mismo. Esa relación es lo que el marxismo
llama alienación.
El conflicto sólo se puede resolver por la destrucción de los fetiches,
por la supresión progresiva del fetichismo y por la recuperación
humana de las fuerzas que los fetiches vuelven contra el hombre; sólo
se puede resolver por la superación de la alienación. La historia
humana aparece así, ahora, con toda su complejidad. Es un proceso
natural en el cual el hombre no se separa de la naturaleza y crece
siempre como un ser de la naturaleza. Pero es el proceso de un ser
que lucha contra la naturaleza y va conquistando, a través del conflicto
y por medio de una lucha interminable, a través de contradicciones,
obstáculos, crisis y saltos sucesivos, grados cada vez más elevados de
poder y de conciencia. El hombre se hace humano creando un mundo
humano. En y por su obra se hace a sí mismo, sin confundirse con ella,
pero, sin embargo, sin separarse de ella. La producción activa por el
hombre de su propia conciencia interviene en el proceso natural de su
crecimiento, pero sin quitarle ese carácter de proceso natural, hasta el
momento en que, por un salto decisivo, el ser humano llegue a ser
capaz de organizar consciente y racionalmente su actividad”.
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D) ABSTRACTO Y CONCRETO
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E) ANÁLISIS Y SÍNTESIS
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FIN
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