Epistemology">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Praxis en La Historia. La Teoría Del Conocimiento en El Marxismo-Leninismo - Carlos Augusto Cullen

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 17

PRAXIS EN LA HISTORIA

La teoría del conocimiento en .el marxismo-leninismo

Por C. CULLEN, S. �· (San Miguel)

"El problema de la relación entre el pensar y el ser, entre el es­


píritu y la naturaleza, problema supremo de tod.a la filosofía" 1•
"El libro Materialismo y empiriocriticismo inicia una nueva eta­
pa, una etapa leninista, en la filosofía del marxismo" 2•
·
Aventurarse a recorrer los supuestos gnoseológicos-metafísicos
del marxismo-leninismo es una tarea atrayente, a la vez que necesaria
para comprender el fenómeno histórico-ideológico del marxismo-leninis-.
mo. No hace falta ponderar la importancia y la urgencia de una tal.
comprensión. Basta abrir los ojos y ver a tantos hombres y pueblos
que viven y. actúan desde estos supuestos. Además, en un momento tan
"nerviosamente activo" como el nuestro_, es importante reflexionar so­
bre una teoría: del conocimiento, donde es -precisamente- esta praxis
humana la que tiene la primacía desde el triple punto de vista psico�
lógico, crítico y metafísico.
La presente nota quiere ser una contribución en este sentido. Pre­
tendemos mostrar los rasgos más sobresalientes de la teoría marxista­
leninista del conocimiento, como los plantea Lenin en su obra funda­
mental: Materialismo y empiriocriticismo 3•

1 Federico Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica


alemana, en Marx-Engels, Obras escogidas, Bs. As., Cartago, 1957, p. 691.
.2 Varios, V. l. Lenin. Biografía, Montevideo, Pueblos Unidos, p. 184.
3 El libro estuvo terminado en octubre de 1908, pero fue publicado
recién en mayo de 1909, con el subtítulo: Notas críticas acerca de una fi­
losofía reaccionaria (cfr. ídem, 1p.p. 177-187). Nuestro método de trabajo ha
sido fundamentalmente exegético. Por razones de brevedad sólo citamos den­
tro del cuerpo del artículo los textos más significativos, remitiendo al
lector, en las notas, a los textos paralelos. Citaremos según la edición he­
cha en Montevideo, por Ediciones Pueblos Unidos, 1962. Abreviaremos:
MEC, p. . . .
Para una visión más de conjunto de la teoría marxista-leninista del
con9cimiento, recomendamos la obra de J. de Vries, Die erkenntnistheorie
des dialektischen Materialismus, München, 1958, y la monografía del pro­
fesor Blakeley, Soviet Theory of Knowledge, en la colección "Soviética",
Dordrecht, 1964, que completa a De Vries con las últimas fuentes soviéticas.
De los clásicos del marxismo hemos tenido especialmente en cuenta las Tesis
sobre Feuerbach de Marx y los libros fundamentales de Engels, el Anti­
Dühring y Ludwig Feuerbach.
136 -

I. - ORIGEN Y PUNTO DE PARTIDA DEL CONOCIMIENTO

"Es ciertamente un modo de concebfo:- que parece dificil de rebatir


por vía de simple argumentación. Pero los hombres antes de argumen­
tar habían actuado. "En el principio era la acción". Y la acción huma­
na había resuelto la dificultad mucho antes de que las cavilaciones
humanas la inventasen. «The proof of the pudding is the eating» (La
prueba del budín es el comerlo) . . . " 4•
En el principio era la acción"- Esta frase qe Engels puedé ser­
virnos de pórtico para nuestra incursión en la epistemología marxista­
leninista. El hombre que despierta en el paraíso original, o el hombre
que se sacude sus últimos restos simios se- encuentra enfrentado con ·

una realidad, que no es para él un "objeto" de contemplación, sino un


"material" para ser' transformado y utilizado. "No se trata de con­
templar el mundo -dijo Marx,- sino de transformarlo" 6•
Por consiguiente, no es la "curiosidad" el rasgo típico del hom­
bre, sino la "técnica", la "utilización". No es su actitud primera al
pensar ("initium philosophandi") la admiración, sino que -más pro­
saicamente- aparece el dominio, la transformación. En el principio
era la acción, el trabajo, la lucha del hombre con la naturaleza. Y esta
acción, este trabajo, esta lucha, fueron mostrando al hombre su po­
der espiritual, su interrelación con los demás hombres.
Así, en el principio, no es tanto el horno sapiens, que gusta y sa­
borea sus conocimientos, sino el horno oeconomicus, que administra y
desarrolla sus fuerzas 6•
Y así nos ponemos ya en la base de la teoría marxista del cono­
cimiento: la PRAXIS, la acción, el trabajo, la lucha, la transformación
de las cosas para ir descubJ"iendo y liberando al hombre y a los hombres
(la sociedad), a lo largo de la HISTORIA. Aquí adivinamos la primacía
del materialismo histórico en las intuiciones más ricas y originales
del marxismo. Veamos, a esta luz, algunos textos de Lenin, donde éste
explica la parquedad de Marx y Engels al tratar el problema gnoseo­
lógico:

4 MEC, p. 111.
6 Cfr. Tesis 11 de Marx sobre Feuel'bach. En esto consiste la crítica
de Marx a la filosofía y a la religión, que es el punto de partida de su
sistema. Cfr. Calvez, La pensée de Karl Marx, París, 1956, '.PP· 139-158.
Cfr. el Prólogo a la crítica de la Economía Política de Marx, donde mues­
tra su itinerario intelectual, y su gran descubrimiento: "no es la concien­
cia del hombre, la que determina su ser, sino el ser social es lo que deter­
mina su conciencia" (Marx-Engels, o. c., p. 240). Aquí se insinúa toda la
dialéctica entre fuerzas de productividad y relaciones de producción, entre
base y superestructura, puntos capitales del sistema marxista.
6 Desde un punto de vista psicológico pueden consultarse las agudas

reflexiones de E. Spranger, Formas de vida, Bs. As., 1946, capítulos I (el


homo theoreticus) y II (el homo oeconomicus) de la segunda parte.
137

. "Marx y Engels, habiendo superado a Feuerbach y tras haber ad­


quirido la madur·ez en la lucha contra los tramposos, pusieron, natu­
ralmente, su máxima atención en la terminación del edificio del mate­
rialismo, es decir, en la concepción materialista de la historia y no en
la gnoseología materialista; . . ' 7•
Aquí encontramos la explicación del punto de partida "práctico"
de la epistemología. La gran intuición de Marx está en esta línea del
materialismo histórico. Es la situación del hombre explotado, esclavi­
zado y alienado, que hay que tratar de liberar, descubriendo las causas
de su situación. Por eso hay una finalidad primere y "humanista" en
todo el edificio marxista: la liberación· del hombre. Por eso hay tam­
bién un vuelco hacia la acción, hacia la "praxis", porque no se trata
de contemplar y compadecer a este hombre-esclavo, sino que hay qué
transformarlo en el hombre-libre, dueño de sí, consciente y plenamente
realizado. Podría_mos esquematizar este itinerario de la siguiente
manera:

Marx. aspira (realización de la Marx combate (crítica de la re­


filosofía, superación de alie­ ligión, de la filosofía y la po�
naciones) lítica)
liberación del hombre - evasión del hombre
a través de una praxis fe­ - por una contemplación estéril
cuanda
y una acción transformadora - y una aceptación resignada

Curiosamente esta primera intuición, al ser sistematizada y desa­


rrollada por sus seguidores, tendrá un alcance gnoseológico muy im­
·

portante. Tratemos de esquematizar (siguiendo a Lenin) las categorías


antitéticas que desprendieron los intérpretes de Marx, en el campo
epistemológico:

- materia-naturaleza - espíritu-ideologías
. - dialéctica - metafísica
- realismo ("materialismo") - idealismo 8•

1 MEC, p. 368-9; cfr. MEC, p. 167.


s Es evidente que Lenin depende en esto de Engels. Nos parece indis�
pensable hacer aquí alusión al texto clásico de Engels en el comienzo del
capítulo II de su Ludwig Feuerbach. "El gran problema cardinal de toda
la filosofía, especialmente de la moderna, es el .problema de la relación en­
tre el pensar y el ser. . . el problema de la relación entre el pensar y el
ser, entre el eS"píritu y la naturaleza, problema supremo de toda la filo­
sofía" (o. c., p. 691). Un análisis detenido de este texto nos muestra cómo
hay una estrecha vinculación entre el Jlrclblema gnoseológico y el metafísico.
138

Nos parece importante presentar esta trayectoria del pensamien­


to marxista-leninista (que está pidiendo una profundización mayor!!)
porque podremos descubrir aquí, en el punto de partida, la grandeza
.Y la miseria de una filosofía ·que se basa en· estos presupuestos gno­
seológicos. La alienación real del hombre concreto han llevado a una
crítica de la religión y de la filosofía, que no han sabido resolver el
problema fundamental de la relación entre pensar y ser. La solucióh
·es una coherente opción metafísica: el monismo materialista. Lenin
la hace, y lo expresa claramente:
"En Ludtwig Feuerbach encontramos la exposición siguiente de las
ideas de Feuerbach y de las ideas de Engels: El mundo material
( «Stofflich») y perceptible por los sentidos, del que formamos parte
también los hombres, es lo único real; nuestra conciencia y nuestro
pensamiento, por muy desligados de los sentidos que parezcan, son el
producto ( «Erzeugnfa») de un órgano material, físico: el cerebro. La
materia no es un producto del espíritu, y el espíritu mismo no es más
que el producto supremo de la materia. Esto es : naturalmente, mate­
rialismo puro . . . La materia es lo primario; el pensamiento, la con­
. ciencia, la sensibilidad son productos de un alto desarrollo. Tal es la
teoría materialista del conocimiento adoptada espontáneamente por las
ciencias naturales" 9•
Pero esta opción no es sólo en el sentido "crítico", es decir, un vuelco
sobre el realismo contra el idealismo, sino además una opción meta­
física: es el ESPÍRITU lo que queda eliminado, es el MONISMO MATERIA­
-LISTA lo que se acepta. Sólo existe la materia, y la materia es lo
· único ,real:
"La unidad real del mundo consiste en su materialidad, que no
tiene su prueba precisaménte en unas cuantas frases de prestidigita­
dor, sino en el largo y penoso desarrollo de la filosofía y de las Cien­
cias Naturales " io.

·Dialécticamente estructurado el texto presenta en continuidad ló gi ca e his-


tórica el siguiente esquema:
.pensar ser
alma mundo exterior
espíritu naturaleza
creador eternidad del ser exterior
idealismo materialismo.
·Creemos que esta cohesión interna del pensamiento de Engels y de sus
seguidores no ha sido suficientemente vista por algunos críticos. Cfr.
Wetter, El materialismo dialéctico, Madrid, 1963, p.p. 326-342, y nuestro
- r.omentario en este mismo número de Strómata. .
9 MEC, pp. 8-6, 71. Cfr. MEC, pp. 21-22, 37, 48, 89, 91, 177.
10 MEC, p. 185. Cfr. MEC, p. 89.
139

Dualismo gnoseológico: Sin embargo hay un dualismo. El pensa­


miento se presenta como distinto del mundo exterior. Más aún, como
abarcando a este mundo. Pero el contraste es sólo gnoseológico. Es el
problema de ver qué es lo primario, si la conciencia o la materia. Fuera
de estos límites la contradicc!ón es relativa 11•
"El pensamiento y la materia tienen a lo menos esto de común:
que existen'. .. El pensamiento de Dietzgen, mal expresado, es que la
diferencia entre la materia y el espíritu es· relativa, no excesiva . . .

Es una confusión pretender que en la noción de materia hay que in­


cluir también el pensamiento .. . puesto que con tal inclusión pierde
sentido el contraste· gnoseológico entre la materia y el espíritu, entre
el materialismo y el idealismo. . . Que este contraste no deba ser «ex­
cesivo», exagerado, metafísico, es cosa que no ofrece duda alguna" 12•
Teoría de la copia, o el reflejo: Y salvando este firme monismo
metafísico y este firme dualismo gnoseológico nace la teoría del reflejo,
quizás el aporte más original de Lenin a la teoría del conocimiento
marxista. El conocimiento consiste en una reacción cerebral frente a
los estímulos externos. El hombre refleja la realidad. Nuestra con­
ciencia es una imagen sensible de la realidad. Hay un "cambio de sus­
tancias" 13 entre el organismo y el mundo exterior.
El "esse" no se define por lo "inteligible'', sino· por lo "reflejable".
No es lo capaz de ser penetrado (intus-legere) en su significación, sino
lo que es capaz de imprimir su sello en el cerebro humano.
"Si es dada, es preciso un concepto filosófico para esta realidad
objetiva, y este concepto está establecido hace tiempo, hace muchísimo
tiempo, este concepto es el de materia. La materia es una categoría
filosófica que sirve para designar la realidad objetiva, que es dada al
hombre en sus sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada: por
nuestras sensaciones y que existe independientemente de ellas . . . La
teoría materialista del conocimiento, dice Dietzgen, se reduce al re­
conocimiento del hecho de que el órgano humano del conocimiento no
emite ninguna luz metafísica, sino que es un fragmento de la natura­
leza. La capacidad cognoscitiva no es un manantial sobrenatur . al de
la verdad, sino un instrumento semejante a un espejo, que refleja las
cosas del mundo o la naturaleza" 14•
·La representación sensible es una "imagen" de la realidad, no es
la realidad misma. Y esta imagen es un reflejo objetivo, aunque no
"exhaustivo". La realidad tiene más profundidad que el reflejo de ella
en nuestra conciencia. Volveremos sobre esto, al hablar de la dialéctica
de la ve:i:dad. Nos interesa señalar aquí, los problemas de interpreta-
n MEC, p. 155.
12 MEC, pp. 268-272.
13 Cfr. Blakeley, Soviet Theory of Knowledge, pp. 29-35.
14 MEC, pp. 134-135, 271. Cfr. MEC, p. 259.
140 -

c10n que trae consigo la palabra rusa "sovpadenie" (coincidir) . No se


trata, explica Lenin, de una "identidad", sino de una "correspondencia".
Es una clara distinción entre Ja realid,ad de la cosa fuera de la mente,
y el modus mentis de representarse la cosa 15•
Sensaciones: El origen de los reflejos no es otro que las sensacio­
nes. Más aún, las sensaciones son las imágenes del mundo exterior (los
"reflejos") que existen dentro de nosotros 16• La conciencia no es una
"elaboración" sobre la base de los datos sensoriales. Es un "reflejo".
Reflejo progresivo (por el eterno movimiento de la materia) :y que
invita cada vez a la transformación de la realidad.
"Y es de por sí claro que estas imágenes mentales no surgen de
otra manera más que de las sensaciones . . . La sensación es una ima­
gen de la materia en moviemiento. Nada podemos saber ni de las for­
mas de la sustancia, ni de las formas del movimiento, si no es por
nuestras sensaciones; las sensaciones l?On suscitadas por la acción de
la materia en movimiento sobre nuestros órganos de los sentidos" 17•
Es muy importante e interesante (teniendo sobre todo en cuenta
lo dicho más arriba sobre el "itinerario" marxista) la aplicación de
esta teoría del reflejo a la concepción materialista de la histo.ria. Quizás
aquí encontramos la interpretación más rica.
"La conciencia social refleja al ser social, tal es la doctrina de
Marx. El reflejo puede ser una copia aproximadamente verdadera de
lo reflejado, pero es absurdo hablar aquí de identidad. Que la con­
ciencia en general refleja al ser, es una proposición general de todo
materialismo. Y no es posible no ver su conexión directa e indisoluble
con la tesis del materialismo histórico, según la cual, la conciencia
social refleja al ser social" 18•
Lenin hablará de que la tarea más alta de la ·!iumanidad es cono­
cer este ser social, para adaptar la conciencia social a sus leyes y a su
desarrollo lo más perfectamente p osible 19•

15 Cfr. MEC, p,p. 116-117. Cfr. Blakeley, o. c., .pp. 18-27.


16 Cfr. MEC, p. 89.
11 MEC, pp. 31, 337. Cfr. ME C, p. 44.
i s MEC, pp. 361-362. Cfr. MEC, p. 363.

19 T()(!o el pensamiento y la acción de Lenin tienen su origen aquí. Si


J
·

hay un prototipo de político-teórico es -a no dudarlo-- Lenin. Su acción


revolucionaria "es una filosofía pragmática y política de la sociedad y de 1
la historia, pero planteada y fundamentada en una ontología y una teoría
del conocimiento". Son las conclusiones de H. Lieber, en su excelente ar-
tículo: Der Leninismus als philosophisches System, en Universitiitstage,
1961, Marxismus-Leninismus, �schichte und �stalt, Be rlín, pp. 32-50.
Cfr. sobre el tema: A. Thiesen, Lenins politische Ethik, nach den Prinzi-
pien seiner politischen Doktrin, y nuestro comentario en este mismo nú-
mero de Stromata. Los mismos comunistas insisten en esta idea, cfr. la
biografía arriba citada de Lenin, pp. 365 ss.
- 141

II. - MATERIALISMO Y REALISMO. LA LUCHA CONTRA


EL IDEALISMO Y EL AGNOSTICISMO

Todo el libro es una lucha abierta contra toda forma de idealis­


mo y de agnosticismo. Se trata de confrontar las posiciones de los
"nuevos" idealistas (sobre todo los "machistas" rusos) con el auténtico
materialismo dialéctico. Es ciertamente loable este esfuerzo por "acep­
tar" el mundo exterior 20•
Para Lenin todas las corrientes filosóficas, en definitiva, se dife­
rencian en este punto primero: o se sigue una vertiende idealista, o
una materialista. Y todos Jos problemas que se planteen en el pensa­
miento pueden reducirse a esta alternativa primaria.
"Las dos líneas fundamentales de las concepciones filosóficas que­
dan aquí consignadas con la franqueza, claridad y la precisión que
distingue a los filósofos clásicos de los «inventores de nuevos» sistemas
en nuestro tiempo: el materialismo: reconocimiento de los «Objetos en
sí» o fuera de nuestra mente; las ideas y sensaciones son copias o
reflejos de estos objetos. La doctrina opuesta (el idealismo): los ob­
jetos no existen fuera de la mente; Jos objetos son combinaciones de
sensaciones . . . Tenía razón Engels cuando decía que lo importante no
es saber a cuál escuela -de entre las numerosas- del materialismo o
del idealismo adhiere éste o el otro filósofo, sino saber si se toma como
primario la naturaleza, el mundo exterior, la materia en movimiento,
o el espíritu, la razón, la conciencia, etc." 21•
Es interesante cómo insiste Lenin en la espontaneidad del "sen­
tido común" para aceptar este punto de vista materialista:
"Dicho de otro· modo: los hombres se acostumbran a situarse en el
punto de vista materialista, a considerar las sensaciones como el re­
sultado de la acción de los cuerpos. . . El materialismo pone conscien­
temente en la base de su teoría del conocimiento Ja convicción "inge­
nua" de la humanidad 22•
Cuida, también, Lenin de traer en apoyo del "materialismo", eomo
opuesto al idealismo, a las ciencias naturales. Precisamente muchas de
1as opiniones combatidas en el libro provienen del campo de la "nueva"
física, que parece tentar una vía idealista: la "desaparición de la ma­
teria" (hecha energía), la ley de Ja "indeterminación", etc. Lenin ex­
plicará el real "idealismo" de muchos físicos contemporáneos, por
.su ignorancia de la dialéctica, de la relatividad de nuestro conocimien­
to, que no tiene nada que ver con la negación de la verdad objetiva.
Es un problema de "límites del conocimiento''. No es que desaparezca

20 Cfr. varios, Biografía de Lenin, pp. 177-187, y Wetter, o. c., pp.


142-144.
21 MEC, p p. 13-14, p. 177.

22 MEC, pp. 33, '65. Cfr. MEC, p. 55.


142 -

la materia. Simplemente se borran los límites de nuestros viejos cono­


cimientos.
"Porque la única propiedad de la materia con cuya admisión está
ligado el materialismo filosófico, es la propiedad de ser ·una ·realidad•

objetiva, la de existir fuera de nuestra conciencia" 23•


Lenin asocia --como todos los que se sitúan en el monismo mate­
rialista- el "idealismo" con todas las formas de "fideísmo", y con
todos los sistemas espiritualistas. El razonamiento de Lenin, frente al
"fideísmo", es el siguiente: si admitimos que el mundo exterior, que
las cosas no existen independientemente de nuestra conciencia, dejamos·
abierta la puerta a todas las "ilusiones" de la mente, a todos los argu­
mentos para admitir la existencia de cosas y seres que no nos vienen
de la realidad exterior, sino que son fruto de nuestra imaginación. Y
-siempre la intuición "histórica" detrás- queda lugar para todas las
alienaciones, para la explotación que hacen los "profesores de filosofía"
y todas las formas de "clericalismo" de las clases más ignorantes. El
fideísmo (donde Lenin engloba, injustamente, toda forma de religión,
y todas las "ideologías") se convierte así en una filosofía "partidista"
de clase, al se·rvicio de los intereses de los explotadores 24•
" . . . no es posible dejar de ver tras la escolástica gnoseológica del
empiriocriticismo, la lucha de los partidos en filosofía, lucha que en
definitiva expresa las tendencias y la ideología de las clases enemigas
de la sociedad contemporánea . . " 23•
.

Creemos descubrir una lucidez total en el planteo de Lenin. Es


consecuente. Ve claramente que admitir el "espíritu" (ahora en sen­
tido ontológico) lo va,a llevar necesariamente a Dios. Y el recurso es
disfrazaT el realismo de "materialismo". Reducir la realidad a los da­
tos puramente sensoriales. Confundir el problema "crítico", del origen
de nuestro conocimiento, con el "metafísico", de la admisión de la
realidad completa 26• Perrnítasenos citar un texto algo largo, pero que
muestra muy claramente el "itinerario" del pensamiento de Lenin:
"La filosofía que enseña que la naturaleza física es en sí misma
un derivado, es una filosofía puramente clerical. . . Si la naturaleza es
un derivado, de suyo se comprende que no puede derivar más que de
algo que sea más grande, más rico, más vasto, más potente que la na­
turaleza, de algo que existe, pues para «p:roducir» la naturaleza, hay
que existir independientemente de la naturaleza. Luego existe algo
fuera de la naturaleza y que, además, produce la naturaleza. En ruso
ese algo se llama Dios. Los filósofos idealistas siempre se han esfor-

23 MEC, p. 288. Cfr. MEC, pp. 287-280, B99-400, 389-390, 392.


24 Cfr. biografía citada de Lenin, pp. 178 s.
25 MEC, p. 400. Cfr. MEC, pp. 303, 391, 39 5, 386-7.
26 Cfr. el texto ya citado de Engels, en Obras escogidas, p. 691, y la.

nota de comentario.
- 143:

zado por modificar este último término, por hacerlo más abstracto,
más nebuloso, y al mismo tiempo, para mayor verosimilitud, acercarlo
a lo psíquico, como «complejo inmediato», como lo inmediatamente dado,

que no necesita prueba alguna. Idea absoluta, espíritu universal, vo­


luntad universal, sustitución universal de lo píquico, que es colocado
como base de lo físico: todo ello es una y la misma idea, sólo que bajo
diferentes formulaciones" 27•
Vale la pena saborear este texto: La primitiva lucha -en la que
estábamos del lado de Lenin 28- por combatir todo idealismo y agnos­
ticismo, se convierte en una lucha por combatir toda realidad que no
sea la "sensible'', la reflejada por el movimiento de la materia.
"No puede haber lugar para tales ideas (de Dios, libre albedrío,
inmortalidad del alma) exclusivamente, es una filosofía que enseña que
sólo existe el ser sensible, que el universo es la materia en movimiento,
que el universo exterior que todos y cada uno conocemos, el físico, es
la sola realidad objetiva; esto es, la filosofía del materialismo" 29•
j Ahora comprendamos la tragedia del monismo materialista! ¡ Y
ahora admiramos la consecuencia d e esa primera postura y opción
frente a la realidad!
El kantismo: Detengámonos ahora en la crítica al kantismo que
hace Lenin. Por de pronto, nos advierte Lenin, Kant puede ser atacado
desde la derecha (idealismo consecuente) como desde la izquierda. Es
decir, tiene el pensamiento de Kant una dualidad:
"La filosofía de Kant es una anfibología (dualidad) ; es al mismo
tiempo materialismo e idealismo, y en esa doble naturaleza se. encierra
la Clave de su esencia" 30•
Esta observación es interesante. Kant admite la "realidad" de la
"cosa en sí", pero no admite su cognoscibilidad. El idealista le reprocha
la concesión al realismo que supone el admitir la existencia del "nou­
menon". El materialista (realista) le reprocha la concesión al idealis­
lismo de que sólo podamos conocer Jos "fenómenos", y que debamos
necesariamente crearnos a priori un "objeto", que no corresponde a
la .realidad. Nos parece, con todo, algo simplista la interpretación de
Kant. Lenin no parece darse cuenta, en el fondo, cuánto depende su

27 MEC, p. 251.
2s Es interesante recordar aquí la lucha de la Iglesia, por esta misma
época, contra las formas de fideísmo y agnosticismo que implicaba el moder­
nismo. Curiosamente, Pío X deduce todo lo contrario de Lenin: "Qua vero
ratione ex agnosticismo, qui solum est in ignoratione, ad atheismum scien­
tificum atque historicum modernistae transeant . . . ". Pascendi, AAS, XL
(1907), p. 597, cfr. pp. 593-642. Puede consultarse Poulat, E., Histoire,
dogme et critique dans la crise moder'ltiste, Tournai, 1962.
29 MEC, p. 240. Cfr. MEC, pp. 249, 254, 258.
so MEC, p. 219.
144 -

pensamiento del kantismo. No olvidemos que la única realidad que ad­


mite la "razón pura" es la sensible.
Consecuente con su crítica a Kant, Lenin se convierte en acén·imo
defensor de la causalidad (reflejo de los movimientos de la materia,
y de ninguna manera categorías a priori de la mente), de la cosa en sí
(como realmente existente y absolutamente cognoscible para el hom­
bre); de las leyes del pensamiento, como reflejo de las formas de exis­
tencia real de los objetos 31•
Es decir, en definitiva, aparece siempre Lenin como un acérrimo
defensor del realismo (aunque a él no le guste emplear este nombre).
Pero de un realismo limitado, cercenado, por una injusta restric­
ción de su objeto.
"Observemos aquí que el término .realismo se emplea en oposición
al idealismo. Yo, siguiendo a Engels, solamente uso en este sentido la
palabra «materialismo», y considero esta terminología como la única
justa, particularmente en vista de que· el término «realismo» está ma­
noseado por los positivistas y demás confusionistas que vacilan entre
el materialismo y el idealismo" 32 •• No hay posibilidad de tercer cami­
no. Y esto, en la mentalidad de Lenin, significa un exclusivismo total :
o sólo se admite la materia, o sólo se admite el espíritu y se niega la
realidad. El "partido del término medio" es el más despreciable de
todos. Y sabemos en qué piensa Lenin cuando habla de este "partido" 33•
Ya por los textos aducidos podemos darnos cuenta de una de las
dificultades mayores en el estudio de la obra de Lenin: su ambigüedad
terminológica. Hay una verdadera imprecisión en su lenguaje filosó·
fico. Hay un deseo de "simplificar" la realidad, que lleva a sacrificar
muchos elementos de ella. El intento de Lenin es un gran grito realista.
Su libro es un libro combativo. Pero este esfuerzo "realista", por los
supuestos metafísicos·gnoseológicos en que se apoya, se convierte, pa·
radojalmente, en una mutilación de la 1·ealidad. Por querer salvar el
"mundo exterior" y su eterno movimiento, cae -trágicamente- en el
-0lvido del mundo interior y su eterna ansia de "reposo" plenificante.
Nos da la impresión que el hombre que conoce en estos supuestos es
un producto abortivo de la larga noche del quinto día de la creación.
Faltan a este hombre, el "soplo" participante del sexto día, y. el "re·
poso" atrayente del séptimo.
No resistimos a la tentación de insinuar una pista interesante de
estudio, que nos ha sugerido la meditación de dos textos, uno de Feuer·
bach, citado por Lenin, y el otro del mismo Lenin, refutando a Mach:

31 Cfr. MEC, pp. 19, 77, 102·103, 118, 153, 164-167, 173, 178, 214·215,
219-220.
32 MEC, pp. 54-55.
3a Cfr. MEC, pp. 380-381.
- 145

"El ser humano no es un YO abstracto, sino un hombre o una


mujer, y la cuestión de saber si el mundo es una sensación equivale
a esta otra: ¿es otro ser humano mi sensación, o nuestras relaciones
prácticas demuestran lo contrario?" 34•
"Porque si es «ociosa» la hipótesis de la existencia del mundo ex­
terior . . . también será ociosa y superflua, ante todo, la «hipótesis» de
la existencia de otro hombre. Existo sólo yo, y todos los demás hom­
bres, así como todo el mundo exterior, caen en la categoría de «núcleos»
oCiosos" 35•

Se introduce aquí la experiencia interpersonal en el problema del


conocimiento. Podríamos preguntarnos, si, siguiendo en la misma línea
de fidelidad a la. realidad, no podría plantearse la pregunta en esta
forma: el conocimiento que tengo yo de otra persona (que reconozco
distinta de mí) ¿es sólo el reflejo de una materia en movimiento, que
acciona sobre mis sentidos? Creemos que sería muy pobre responder
que sólo es eso (no olvidemos que el conocimiento, en la experiencia
interpersonal, lleva consigo el amor) 36• Quizás haya, por esta vía una
salida al "monismo materialista".

III. - LA DIALECTICA DE LA VERDAD

El problema es claramente planteado:


"1) ¿Existe una verdad objetiva, es decir, puede haber en las
representaciones mentales del hombre un contenido que no dependa
del sujeto, que no dependa ni del hombre ni de la humanidad?
2) "Si es así, las representaciones humanas que expresan la ver-_
dad objetiva, ¿pueden expresarla de una vez, p or entero, incondicio­
nalmente, absolutamente, o sólo aproximadamente, relativamente? Es­
ta segunda cuestión es la cuestión de la correlación entre verdad ab­
soluta y verdad relativa" 117•
Respecto al primer problema, el de la verdad objetiva, creemos
que hay bastante dicho en los puntos anteriores (sobre todo en la
teoría del "reflejo" y en la refutación al idealismo y al agnosticismo).
Con todo, insinuamos algunos textos 3ª.

En el segundo problema, el más interesante, vemos claramente

34 MEC, p. 149.
s5 MEC, p. 34-35.
36 "Le parfait intelligible est esprit vivant, la parfaite -connaissance est
identique a l'amour", tdice el P. Rousselot al comienzo de su artículo ".Syn­
these aperceptive et philosophie de l'amour", Revue de Philosophie, ler.
mars, 1910. Aquí sólo insinuamos dónde puede llevar una profundización
de las tesis marxistas en esta dirección. Cfr. Nedoncelle, Vers une philo­
sophie de l'amour, Paris, 1946, Lavelle, "De l'Acte", Paris, 1946.
37 MEC, p. 126.
as Cfr. MEC, pp. 130, 134, 143.
146

una inspirac1on en Engels, que es frecuentemente citado (sobre todCJ


en "Anti-Dühring" 39). Lenin asimila completamente las concepciones
de Engels en esta materia. Por eso preferimos dar las citas como las
traduce el mismo Lenin.
a) el a,bsoluto como inevitable: si el hombre piensa no puede
dejar de encontrarse con el absoluto, de la misma manera que el
hombre que actúa. El ser y el valor absoluto aparecen -no podía
ser dé otra manera-, al menos como horizontes del pensar y del ac­
tuar, en el marxismo-leninismo.
"Otra vez volvemos a encontrarnos con aquella contradicción con
que tropezamos más arriba entre el carácter - que necesariamente
hemos de representarnos como absoluto-- del pensamiento humano
y su realidad en una serie de hombres individuales de pensamiento
limitado, contradicción que sólo puede resolverse a lo largo de un
proceso infinito . . . de las generaciones humanas. En este sentido el
pensamiento humano es a la par soberano y no soberano. . . así pues,
el conocimiento humano es, por su naturaleza, capaz de darnos, y
nos da en efecto, la verdad absoluta, que resulta de la suma de ver-'
dades relativas" 4º.

Lo grandioso del materialismo dialéctico parece consistir, para


Lenin, en que logra, en una perspectiva materialista, anti-espiritua­
lista, mantener la presencia del Absoluto o de lo Absoluto. Es una
prueba más de la inevitabilidad del Absoluto para el hombre, abierto
al ser y al valor.
"Pero es incondicionada la existencia de esta verdad (objetiva,
absoluta), es incondicionado el hecho de que nos acercamos a ella" 41•
b) el absoluto como inagota,ble: es la realidad misma que siempre
descubre matices nuevos. Nuestros conocimientos son relativos, por­
que el objeto es infinito (la materia) y está en eterno movimiento.
"Podemos -dice Dietzgen:- ver, oír, oler, tocar e indudable­
mente también conocer la verdad absoluta, pero ésta no entra por
entero ("geht nicht auf") en el conocimiento. . . Sólo relativamente
podemos conocer la naturaleza y sus partes; pues cada parte, aun­
que es solamente una parte relativa de la naturaleza, tiene, sin em­
bargo, la naturaleza de lo absoluto, el carácter de la totalidad de la
naturaleza en sí («des N aturganzen an sichl)), que el conocimiento
no puede agotar" 42,
El átomo -dirá Lenin en otra parte- es inagotable, como lo es
el electrón, como es infinita la naturaleza, pero existe, y ésta parece

39 Cfr. Engels, A.nti-Dükring, Buenos Aires, 1957, pp. 79-90.


40 MEC, p. 139, p. 141.
n MEC, p. 142.
42 MEC, p. 141. Cfr. MEC, pp. 142-143, 290.
- 147

ser la realidad absoluta. Hay, sin duda, un volcar el absoluto del


espíritu (que se niega ut tale) a la naturaleza, que como totalidad
es el receptáculo de lo absoluto 43•

c) el absoluto como inalcanzable: es "incondicionado" que nos


acercamos a esa verdad absoluta. Es un acercarnos, un "eterno e in­
finito acercarnos". Recordemos la frase de Engels: "sólo puede re­
solverse a lo largo de un proceso infinito, en la sucesión .-para no­
sotros, al menos, prácticamente inacabable- de las generaciones hu­
manas". Es la humanidad completa, como sujeto, la que alcanza el
absoluto: "la soberanía del pensamiento se realiza a través de una
serie de hombres pensantes de un modo muy poco soberano" 44•
"Todos los límites de la naturaleza son convencionales,· relativos,
movibles, expresan la aproximación de nuestra inteligencia al cono­
cimiento de la materia" 45•
Es propio de lo dialéctico, dentro del materialismo. Permitir
conjugar esta "vocación soberana" (meta histórica final), con la
.ejecución concreta y limitada de cada caso. Es el gran mérito de
Engels ,que supo "aprovechar" la intuición genial de la dialéctica
hegeliana, desnudándola de su idealismo 4".
Esta marcha incansable hacia el absoluto nos impide caer en el
"dogmatismo". Pero el convencimiento de que el absoluto "existe",
de que cada vez es más conocido, nos impide caer en el agnosticismo
o idealismo. Esta caguedad y esta precisión de la dialéctica de la ver­
dad-absoluta-relativa, es señalada por Lenin, justamente, como su
mayor grandeza :
" .. . justamente es la bastante «vaga» para impedir que la ciencia
se convierta en un dogma, en el mal sentido de la palabra, en una
cosa muerta, paralizada, osificada; pero' al mismo tiempo, es lo bas­
tante «precisa», para deslindar los campos del modo más resuelto e
irrevocable, entre nosotros y el fideísmo, el agnosticismo . . " 47•
.

Hagamos una observación más sobre los términos. Lo que se mues­


tra como lo más metafísico (más allá de la experiencia concreta) de la
teoría del conocimiento marxista-leninista, es decir: la dialéctica, que
permite absolutizar la materia en su inmanencia, al darle eternidad y
necesidad en su movimiento, es opuesta -precisamente- a la metafí­
sica, entendida como "fideísmo", como loca admisión de "esencias in­
mutables" 48•
Digamos, para terminar este punto, cómo esta dialéctica de lo ab-

43 Cfr. texto citado de Engels, en Obras escogidas, .p. 691.


44 MEC, p. 189.
•5 MEC, p. 312-313. Cfr. MEC, p. 348.
4<> Cfr. MEC, p. 346.
47 MEC, p. 142.
4s Cfr. MEC, pp. 57-58, 72, 288.
148 -

soluto nos da la seguridad de una "seriedad" en la pos1c10n que estu­


diamos. En la práctica sabemos que muchos marxistas leninistas to­
man contacto con el Absoluto, tan exigente que les pide -muchas ve­
ces- la misma vida. Creemos que en esta afirmación del Absoluto
inevitable, inagotable, inalcanzable, está presente y viva una afirma­
ción implícita de Dios, más auténtica -quizás- que muchas de nues­
·tras limitaciones "conceptuales" del Dios que nos trasciende. Y en el
fondo, esta dialéctica gnoseológica de la verdad relativa y absoluta
no es sino una expresión de la honda experiencia metafísica, que su­
pone el reconocimiento de nuestra contingencia.

IV. - LA PRAXIS, CRITERIO DE VERDAD

La verdad es presentada como éxito. Cuando las cosas "salen",


cuando nuestra acción no tropieza ni desmiente lo que habíamos pen­
sado, estamos en la verdad. Aquí Lenin se inspira, naturalmente, en la
famosa segunda tesis sobre Feuerbach de Marx 49: el problema de la
verdad es un problema práctico. La opción por la práctica es la única
consecuente con los supuestos materialistas. Engels, continuamente ci­
tado por Lenin, interpreta esta "práctica" en un sentido bien concreto:
"Si estas percepciones fuesen falsas, lo sería también nuestro jui­
cio acerca de las posibilidades de emplear la cosa de que se trata, y
nuestro intento de emplearla tendría que fracasar forzosamente . .. "
"El pensamiento del hombre es «económico» cuando refleja con justeza
la verdad objetiva, y el criterio de esta justeza es la práctica, el expe­
rimento, la industria"50•
s'e trata de una comprobación experimental, industrial. Fijémonos
cómo predomina siempre la tendencia del materialismo histórico ( ! !) 51•
Curiosamente la "praxis" se presenta como un criterio ambiguo ( ! !).
Tanto el idealismo como el materialismo pueden cobijarse bajo la pala­
bra "experiencia" 52•
Veamos, por otra senda, la inspiración "histórica" (materialismo
histórico) de la teoría de la praxis como fundamento y criterio de la
verdad. Se trata del problema de la necesidad y de. la libertad. Preci-
· Samente es la práctica la que va liberando al hombre de la "ciega ne­
cesidad 53, al mostrarle la exactitud del conocimiento.

Cfr. Marx-Engels, Obras escogidas, IJl'P· 712-713.


49
MEC, p. 111, p. 182. Cfr. MEC, pp. 115, 145-146, 65, 221.
50
51 Cfr. MEC, pp. 2, 5, 207.
52 Cfr. MEC, pp. 160-161, 149, 324-325, 382-383. .
53 El momento de esta liberación, su forma, es la sociedad comunista,
que --en el fond0- es una nueva expresión de esa "cuasi-categoría" huma­
na que es la escatología. La humanidad actual; con todas sus contri¡,diccio­
nes, está "in via", anhelando una "patria", un p araíso, donde no haya
- 149

"En Engels, toda la práctica humana viva hace irrupción en la


'
teoría misma del conocimiento, proporcionando un criterio objetivo de
Ja verdad: en tanto que ignoramos una ley natural, esa ley, existien-
. do y obrando al margen y fuera de nuestro conocimiento, hace de
nosotros los esclavos de la «ciega necesidad». Tan pronto como cono­
cemos esa ley, que acciona (como repitió Marx millares de veces)
independientemente de nuestra voluntad y de nuestra conciencia, nos
hacemos dueños de la naturaleza. El dominio de la naturaleza, que
se manifiesta en la práctica de la humanidad, es el resultado del re­
flejo objetivo y verdadero en la cabeza de los hombres, de los fenó­
menos y procesos de la naturaleza, y constituye la prueba de que di­
cho reflejo (dentro de los límites de lo que nos muestra la práctica)
es una verdad objetiva, absoluta, eterna" 54•
El texto puede servirnos de recapitulación y de puente p ara nues­
tra reflexión final. Digamos, de paso, la dependencia de Hegel en la
concepción de la libertad: "ser libres es ser conscientes de la ne­
cesidad" 55•

CoNiCLUS1ÓN: PRAXIS EN LA HISTORIA

El conocer n:o es, en esta perspectiva, un AGERE, sino un FA­


CERE 56, No se trata de perfeccionar un sujeto, que es espíritu, una

potencia por una forma que la actúa. Sino que se trata de ir hacia la
materia exterior para transformarla y usarla. La praxis se hace poie­
sis. No es el hombre "agente" ·lo que en realidad interesa, sino lo
hecho, como capaz de liberar al hombre de todas sus alienaciones e
ilusiones. En el fondo, no' es la lucha de un Espíritu por desarrollarse
y objetivarse, sino más bien la lucha de uha Materia, que quiere de­
cirse a· sí misma. Y. Hegel queda invertido 57: la naturaleza no es ya

Y•
contradicciones de clases, donde queden superadas las alienaciones del
hombre, 1donde ya no haya esclavos de la "ciega necesidad". Cfr. las inte­
resantes reflexiones del P. Rahner en el coloquio de Salzburgo (1965), así
como las opiniones de Garaudy, Mury, y otros comunistas, sobre el proble­
ma del futuro.
54 MEC, p. 205.
55 Cfr. MEC, pp. 202-205.
5{¡ "Differt autem facere et agere: quia, ut dicitur (IX Metaph. 8
1050 a/23, fin) cfactio» est actus transiens in exteriorem materiam, sicut
aedificare, secare et huiusmodi; •r.agere» autem est actus :permanens in ipso
¡¡.gente, sicut videre, velle, et huiusmodi. .. " (S. Thomas S.Th. I II 57-4).
Es sabido que Santo Tomás cambia un poco los términos, pero mantiene
siempre la distinción. Cfr. De Finance, Étre et Agir, París, 1945, pp. 209-
211, con sus notas.
57 Cfr. Marx, prólogo a la segunda edición alemana del primer tomo
de El ca,pital, en Marx-Engels, Obras escogidas, p. 311 .

\:J�e.d C�tólino de Córdoba


813Ll0If.CA
150

una etapa del espíritu, de la idea absoluta, sino que ahora· el espíritu
es el grado más organizado de la materia, de la naturaleza.
Y la "praxis" (en el sentido marxista) es el conocimiento : una.
acción que no es perfección del. sujeto-espíritu (actio), sino que es
una transformación del objeto-materia (factio), para uso y liberación
de un hombre-historia, que se pierde en el anonimato de los "muchos",
y se encuent ra en lo difuso de lo "eterno".
No es, pues, un "espíritu en el mundo" 58, sino un "accionar li­
berador" en la historia. Es una visión humanista, y ésta es su gran­
deza; pero es una visión sólo humana, y ésta es su miseria. El gran
aporte es querer liberar al hombre, por una acción humana en el
tiempo. La gran aporía es no saber cómo llenar esa sed de Dios que
tiene el hombre, su real ansia de absoluto, de Absoluto con mayús­
cula y con nombre: una Persona. Pensamos que el gran eror marxista­
leninista es no ser consecuentes hasta el fin con su intuición soterio­
lógica, o, quizás, en ser demasiados consecuentes con su opción por
·

un monismo-materialista.
El cristiano no niega la praxis. Dios es Amor, y sólo en el amor
(como criterio de nuestra Verdad !!) conocerán los hombres Ja .filia­
ción divina 59• El cristianismo no niega .la historia. Dios se hizo "his­
toria'', y sólo en la historia, como proceso progresivo hacia Dios,
conoceremos y encontraremos a Dios. Pero nuestra "praxis" no es un
éxito: un producir obras, cuyo reflejo es nuestra conciencia. No.
Nuestra "praxis" es una real actio, es un enriquecimiento y un per­
feccionamiento de un sujeto espiritual, que, como tal, está abierto al
Absoluto y llamado por El. Para nosotros' la verdad es un ádito, es
una entrada silenciosa en la corriente amorosa de las .interioridades,
de las personas.
S.i el marxismo es un llamado a la liberación del hombre, un lla­
mado a la acción, creemos que sólo puede ser entendio -en sus su­
puestos- como un "volcarse a las cosas", y un esperar que el reflejo
de esas cosas vaya conduciendO' y liberando al hombre. Si el cristia­
nismo es un llamado a la liberación del hombre, un llamado también
a la "acción", creemos que sólo puede entenderse -auténticamente
comprendido- como "tender a las cosas'', como un perfeccionamiento
del individuo, en sus relaciones personales, es decir espirituales, aun­
que de espíritus encarnados.
En definitiva, creemos que el conocimiento, en la perspectiva
marxista, es un FACERE, y el hombre un factor, cuya mayor gran­
deza consiste en reflejar en su conciencia las obras de sus manos. Es

58 Tomamos la expresión de Karl Rahner, Espíritu en el mundo. Me­


tafísica del· conocimiento finito según Santo Tomás, Barcelona, 1963.
· 59 Cfr. Jo., XIII-35, toda la primera epístola de San Juan.
.- 151

un espíritu (conciencia) hecho a imagen y semejanza de la materia,.


Y esto en sentido ontológico. En nuestra perspectiva, en cambio, el
conocimiento es uri agere, y el hombre un "actor". Es decir, no es
sólo volcarse a la materia exterior, sino que es "fieri quodammodo
omnia", acercarse al misterio íntimo de las cosas, golpear suavemen­
te en las capas más profundas de la persona. Es un espíritu hecho a
imagen y semejanza de la Persona de un Dios, del Absoluto inagota­
ble e inalcanzable, del Creador atrayente y finalizante de la acción
humana. Creemos que el conocimiento no es una "poiesis" (donde
interesa el "éxito") , sino una auténtica "praxis", donde el hombre
se juega y se realiza.

También podría gustarte