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El Deber de Trabajar

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EL DEBER DE TRABAJAR

EL DEBER DE TRABAJAR
Al nacer de cada día,
sacudiendo la pereza,
Al nacer de cada día,
la madre naturaleza
sacudiendo la pereza,
se dedica a la labor.
la madre naturaleza
.
se dedica a la labor.
Canta el ave, sílba el viento,
.
se hace vapor el rocío,
Canta el ave, sílba el viento,
bullen la fuente y el río,
se hace vapor el rocío,
alumbra y calienta el sol.
bullen la fuente y el río,
.
alumbra y calienta el sol.
El trabajo es ley divina;
.
y el hombre que piensa y siente,
El trabajo es ley divina;
esa ley sabía y prudente
y el hombre que piensa y siente,
debe jamás eludir.
esa ley sabía y prudente
.
debe jamás eludir.
Quien huelga, males alcanza;
.
el hogar es torpe y bajo…
Quien huelga, males alcanza;
¡Sólo el fecundo trabajo
el hogar es torpe y bajo…
pudiera hacerme feliz!
¡Sólo el fecundo trabajo
.
pudiera hacerme feliz!
Ved el ejemplo que ofrecen
.
nuestros padres amorosos,
Ved el ejemplo que ofrecen
que se levantan ansiosos
nuestros padres amorosos,
de llenar ese deber.
que se levantan ansiosos
.
de llenar ese deber.
Unos gobiernan los pueblos,
.
cogen otros el arado, s
Unos gobiernan los pueblos,
va a su bufete el letrado
cogen otros el arado, s
y el artesano al taller.
va a su bufete el letrado
.
y el artesano al taller.
Por eso yo, al levantarme,
.
al libro llego afanoso;
Por eso yo, al levantarme,
que el estudio provechoso
al libro llego afanoso;
es mi santa obligación.
que el estudio provechoso
.
es mi santa obligación.
Y quiero cumplir con ella,
.
como cumple el padre mío;
Y quiero cumplir con ella,
como el viento y como el río,
como cumple el padre mío;
como el ave y como el sol.
como el viento y como el río,
como el ave y como el sol.
LA LIMOSNA LA LIMOSNA

Iba Matilde para su escuela Iba Matilde para su escuela


ágil, gustosa de buen humor, ágil, gustosa de buen humor,
cuando un anciano que el hambre cuando un anciano que el hambre
hiela hiela
una limosna le demandó. una limosna le demandó.

Ella, al momento, tocó el bolsillo, Ella, al momento, tocó el bolsillo,


ansiando hacerle la caridad, ansiando hacerle la caridad,
pero la pobre no halló un cuartillo, pero la pobre no halló un cuartillo,
!mortificante contrariedad! !mortificante contrariedad!
¿Qué hizo Matilde? Vaciòle entonces ¿Qué hizo Matilde? Vaciòle entonces
su otro bolsillo, la provisión su otro bolsillo, la provisión
con que pensaba tomar las onces con que pensaba tomar las onces
en el descanso de la lección. en el descanso de la lección.
Y dijo: "almuerza doliente amigo, Y dijo: "almuerza doliente amigo,
siento en el alma no tener más; siento en el alma no tener más;
más si otras veces te hayas conmigo, más si otras veces te hayas conmigo,
mejor provista me encontrarás." mejor provista me encontrarás."
Y siguió andando veloz, contenta, Y siguió andando veloz, contenta,
pues no hay delicia como hacer el pues no hay delicia como hacer el
bien bien
y así dio al cielo muy buena cuenta, y así dio al cielo muy buena cuenta,
y su maestra la dio también. y su maestra la dio también.
Rafael Pombo. Rafael Pombo.
fiesta,
MUSGOS en profusión se mezclan perfumes y colores,
De pocos años ellos, de pocos años ella, con las vibrantes notas de la sonora
son cuatro, y al mirarlos de cerca se adivina orquesta, y el verde gris del musgo con las
que en esos rostros pálidos el sol dejó sus pintadas flores.
huellas,
y en esos pies la punzadora espina. O en el banquete regio, cuando la risa asoma
y tiñe de topacio las copas el champaña,
Treparon de los montes por las tendidas penetrante me llega algún aroma y
faldas, salvaron los abismos, rodearon las aislado de musgos de los riscos y flores de
laderas,y luego descendieron trayendo a las montaña.
espaldas el musgo de los riscos y flores
montañeras. Oh, vuelvo a ver los niños con la pesada
cargasobre su espalda débil al declinar el día,
Así miré a los niños con la pesada carga con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
sobre su espalda débil al declinar el día, parados en la puerta de la floristería.
con los harapos húmedos y la sonrisa amarga
URIBE, Diego. Musgos. Poema.
parados en la puerta de la floristería.

Detuve el paso: el viento, selváticos aromas


al esparcir me dijo de las tupidas breñas,
de los gigantes árboles, de las tendidas
lomas, de las casitas blancas sobre las altas
peñas.

Me dijo de las chozas que oculta la espesura,


de los peligros serios cuando se encrespa el
río, de las tormentas sordas y de la noche
oscura, del viento, de la lluvia, del ábrego, y
del frío.

Y me hizo ver el cielo de vastos horizontes,


y bajo un sol radiante que sus fulgores riega,
con los cansados niños que luchan en los
montes, la turba de los niños que entre los
parques juega.

Y dije al ver perderse la frágil caravana


en la penumbra vaga del horizonte oscuro:
¡qué lote tan amargo para su edad
temprana! son todavía muy niños para
luchar tan duro.

Desde esa tarde, siempre que en la bullente

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