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Breve Reseña Histórica

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INSTRUMENTOS DE CUERDA FROTADA

Breve reseña histórica: Los primeros instrumentos con arco que aparecen en las
esculturas y las ilustraciones de la Edad Media son vielas y rabeles. La viela de cinco
cuerdas se compone de una tapa y un fondo abovedado pegados sobre aros tallados de
una sola pieza de madera y un mástil separado. El instrumento se sostiene normalmente
apoyándolo sobre el brazo o el hombro, pero también se puede tocar apoyándolo sobre
los muslos. Se trata de un instrumento de música culta que se toca en toda la Europa
cristiana desde el siglo XI hasta el S. XVI.
El rabel se cita por primera vez en el siglo IX (manuscrito del abad Gerbert) pero no
aparece claramente en la iconografía hasta el S. XIV. Se trata de un instrumento en
forma de pera, con tres o cuatro cuerdas, en el que el cuerpo y el mástil están tallados de
un solo trozo de madera. El rabel es un instrumento mucho más popular y se toca hasta
el siglo XVII para acompañar en bailes y verbenas. En algunas regiones de Europa este
instrumento no se ha perdido y permance aun en la tradición musical popular.
La Viola:
La viola es un instrumento mucho más evolucionado que posée seis o siete cuerdas
acordadas en cuarta o en tercera. Está formada por un cofre con aros plegados y de una
tapa abovedada. Su mastil tiene trastes para poder tocar acordes, pero su gran
particularidad es la aparición del alma en el interior del instrumento. El alma permite la
adquisición de una fuerza que los instrumentos de cuerdas frotadas no habian tenido
hasta entonces. Originalmente popular en Italia, donde nace en el siglo XV, se extiende
por toda Europa durante los siglos XVI y XVII. La familia de las violas se utilizaba
principalmente como « consorte », conjunto musical compuesto de tres a siete violas o
en la música de cámara.
Contrariamente a una idea muy extendida, la viola no es un antepasado del violín, sino
que estas dos familias han evolucionado paralelamente durante más de dos siglos hasta
finales del S. XVIII cuando las orquestas se hacen más grandes. Los instrumentos de
resonancias más discretas como la viola, el clavecín o el laud ceden entonces su lugar a
aquellos de timbre más brillante como el violín o el piano.
Las violas construidas en el siglo XVIII tenían unas dimensiones de 38 cm para
combinar su uso con el violín. En esta época aparece la scordatura que se basaba en
afinar la viola más alto de lo normal. A finales de este siglo, se empezaron a construir
violas grandes aunque eran muy escasas. Estas tenían un tamaño de 45 a 47 cm pero
eran todavía de muy baja calidad.
Actualmente, para designar los tamaños de las violas se utilizan las pulgadas (1 pulgada
= 2,54 cm). Hay violas desde 11' (27,9 cm) hasta 16,5' (41,9 cm). Dependiendo de la
edad y altura de la persona ejecutante se elige un tamaño u otro.
Durante el romanticismo, compositores como Weber, Berlioz, Wagner y otros
destinaron sus composiciones a los salones aristocráticos en donde la viola actuaba
como protagonista e intérprete debido a que su tesitura débil limitada por su tamaño no
le permitía hacer frente a las orquestas cada vez mayores y a los auditorios.
INSTRUMENTOS DE CUERDA FROTADA
Posteriormente hubo un período de experimentación por parte de los fabricantes de
viola. En el siglo XIX el modelo de viola tenía alrededor de 41 cm. Este nuevo sonido y
el contraste que tenía en la orquesta inspiraron a muchos compositores como Antón
Rubinstein, Max Reger, Béla Bartók, Benjamin Britten, etc.
El Violín:
El origen del violín es aun hoy tema de polémica. Parece ser que surgió hacia el año
1520 en el norte de Italia, pero los instrumentos más antiguos que se conservan datan de
finales del S. XVI y son obra de luthieres como Gasparo da Salò (1540-1609), Giovanni
Maggini (hacia 1579-1630) de Brescia, o Andrea Amati (hacia 1505-1580) de Cremona.
A finales del S. XVII y principios del XVIII el violín adquiere renombre en los talleres
de los italianos Antonio Stradivarius y Giuseppe Guarneri, ambos de Cremona y del
austriaco Jacob Stainer.
Comparados con los violines modernos, los primeros violines tenían el mástil más corto
y menos inclinado hacia atrás, el diapasón era más corto, la barra de armonía más
pequeña, el puente más plano y las cuerdas eran de tripa. Los primeros arcos también
eran diferentes de los que conocemos hoy.
Las modificaciones esenciales se produjeron en los siglos XVIII y XIX, gracias a
luthieres como Jean-Baptiste Vuillaume (Mirecourt 1798-Paris 1875), para dar al violín
más fuerza y brillo, y adaptar su sonoridad a la música de la época y a las grandes
orquestas románticas.
Considerado originalmente como un instrumento popular, el violín se utiliza para
acompañar bailes y canciones a dos voces. Sin embargo, alrededor del 1600 adquiere
prestigio con óperas como Orfeo (1607) de Claudio Monteverdi o a través de los
músicos del rey de Francia: « Los Venticuatro Violines del Rey » formados en 1626.
Esta ascension del violín continúa durante todo el periodo barroco, principalemente con
obras de numerosos violinistas-compositores: Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi y
Giuseppe Tartini en Italia; y Heinrich Biber, Georg Philipp Telemann y Johann
Sebastian Bach en Alemania.
El violín se convierte en el instrumento protagonista de los principales géneros
musicales de la época: solo concerto (pieza de concierto para violín solo), concerto
grosso, sonata, trio sonata y suite, asi como de la ópera. A mediados del siglo XVIII el
violín se convierte en uno de los instrumentos solistas más populares de la música
européa. Los violines constituyen progresivamente la sección principal de la orquesta.
En la orquesta occidental moderna los instrumentos de la familia del violín siguen
representando más de la mitad de los músicos.
Presente en la música de cámara, las sonatas, sinfonías y conciertos, el violín solista o
en acompañamiento se identifica a la música clásica occidental en su conjunto. Desde
los comienzos del periodo barroco y hasta nuestros días, casi todos los compositores han
escrito para el violín.
El Violoncello:
Al contrario de lo que se suele pensar, los precursores del violonchelo aparecieron en la
primera mitad del siglo XVII en Italia no como descendientes de la viola da gamba
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(‘viola de pierna’), sino que pertenecen a la familia de los violines, y nacieron de la
viola da braccio (‘viola de brazo’), hacia el 1530, apenas unos años después que el
violín. Para la fabricación de estos nuevos instrumentos, usaron características de otros,
como el rabel, aunque este solo tenía tres cuerdas. Está demostrado, además, que no
tuvo nada que ver con la familia de las antiguas violas (como la viola da gamba, por
ejemplo), ni en la construcción, ni en la técnica, ni en la interpretación.
En la primera época, había más instrumentos similares al violonchelo, como por
ejemplo el violón, que se usaba como bajo continuo. Además, había otros como
violonzino o basset, que pertenecerían a la misma familia pero se interpretarían de
distintas maneras o tendrían otros tamaños o número de cuerdas distinto. También
existía la viola d’amore (viola de amor), por ejemplo, cuyo origen es distinto pero que
recuerda al violonchelo en cuanto a su interpretación (con arco) y a su sujeción. Al
principio se sostenía sujetándolo con una cuerda a la cintura, o bien sobre el hombro (da
spalla), o bien entre las rodillas o en el suelo. Había muchos tipos distintos de
violonchelos, desde los tenores, a otros de tamaños mayores, con distintas tesituras y
diferentes formas de sujeción.
A principios del siglo XVIII, Stradivarius normalizó su tamaño, y lo cambió de 80 a 76
cm, muy similar a la talla actual. En la actualidad los violonchelos de Stradivarius son
de los más caros que existen, y ya en su propia época, es posible que los fabricantes de
violines que también fabricaban violonchelos ganaran mucho más dinero con la
construcción de estos instrumentos que con los violines.
El Contrabajo:
No existe unanimidad cuando se trata de decidir de qué instrumento deriva, aunque sí
está claro que a partir del siglo XVIII adquirió entidad propia dentro del grupo de las
cuerdas. Sin embargo, su emancipación en el ámbito musical puede considerarse
ciertamente tardía en relación con otros instrumentos. Quizá todo ello se deba al hecho
que, inicialmente, forma, tamaño, afinación y arco –es decir, los rasgos que lo definían-
eran variables. La viola da gamba, la silueta del violonchelo o la característica forma de
pera constituían algunos de los modelos tipo en los que los luthiers se inspiraban para su
construcción. El contrabajo puede definirse como el quinto instrumento más grave de la
familia de los violines, aunque presenta notables diferencias en relación a ellos.
Su origen se remonta al siglo XVI y fue una evolución de la viola da gamba y del
violone bajo. Su gran tamaño, por aquel entonces mayor que el actual, lo dejó al margen
del cuarteto de cuerda, formado por dos violines, una viola y un violonchelo. Hay quien
afirma que el contrabajo no puede considerarse un verdadero miembro de la familia del
violín. Y es que a finales del siglo XV su forma era la del violone a corde, el miembro
más grande de la familia de la viola, que tenía unas dieciséis cuerdas. A mediados del
siglo siguiente, un intermedio florentino compuesto por Stiggio y Corteggia dedicaba
una de sus partes a un «sotto basso di viola», sin que pueda afirmarse si se trataba de un
solo de contrabajo de viola da braccio o de viola da gamba.
A principios del siglo XVII, el musicólogo Michael Praetorius describió un instrumento
de cinco cuerdas llamado violone. También conocido como contrabajo de viola da
gamba o contrabajo de violón, parece ser el antecedente inmediato del contrabajo actual.
INSTRUMENTOS DE CUERDA FROTADA
La afinación de este enorme prototipo, que medía más de dos metros, era similar a la del
contrabajo actual. Los sonidos que producía eran una octava inferior a los que el
intérprete leía en la partitura, particularidad que se ha mantenido hasta hoy.

Así pues, puede afirmarse que el contrabajo deriva de una combinación de elementos
propios del violín y de la viola da gamba. Del primero conserva, entre otros, las
características aberturas de resonancia en forma de “f”, la inclinación hacia atrás del
mango, el número de cuerdas generalmente cuatro y la terminación en voluta del
clavijero. De la viola da gamba, el contrabajo ha heredado el cuerpo con ángulos
discretos, el adelgazamiento central y los hombros caídos.

Las características físicas que ha presentado históricamente el contrabajo no se reducen


únicamente a las propias de la evolución temporal. Su procedencia geográfica ha
marcado la existencia de diversos modelos que todavía perviven. En general, puede
afirmarse que en Alemania se adaptó la silueta de la viola a la construcción del
contrabajo. El resultado fue un instrumento con los hombros del casco sesgados y el
fondo plano. En Italia, en cambio, se construyeron numerosos ejemplares con esquinas
propias del violín y fondo curvo, a pesar de que siguió manteniendo la silueta de las
violas. Los contrabajos de los siglos XVI y XVII poseían habitualmente cuatro o cinco
cuerdas, aunque en ocasiones podían llegar a tener seis. No fue hasta mediados del
XVIII, en que finalmente se estableció la afinación por cuartas, que el contrabajo
sucedió de forma definitiva a los violones y violas da gambas. A pesar de ello, los
compositores no le prestaron demasiada atención durante esos siglos y en muchas obras,
como las sinfonías (hasta mediados del clasicismo), se limitaba a imitar la parte del
chelo, doblándola a la octava grave. Su gran tamaño, así como las gruesas cuerdas de
tripa, lo hacían poco manejable. Estas cuerdas daban un sonido profundo y estaban
enrolladas en el clavijero, que entonces era de madera de ébano. Posteriormente, la
inclusión de cuerdas más finas hizo posible la reducción del cuerpo del instrumento y,
por consiguiente, facilitó la interpretación.
La situación del contrabajo en el ámbito musical del siglo XVIII distaba mucho de ser
satisfactoria. Esta agonía se prolongó hasta la entrada en escena de Domenico
Dragonetti (1763-1846), que promovió su inclusión definitiva en la orquesta y se
convirtió en el primer virtuoso.
Durante los siglos XVIII y XIX el instrumento ganó notoriedad en los salones de
conciertos de las principales capitales europeas y pasó a ocupar definitivamente un lugar
destacado en el ámbito musical gracias a las innovaciones en la orquestación llevadas a
cabo por Beethoven, Wagner, Chaikovski, cuyas composiciones le concedieron un
mayor lirismo a este instrumento.
En los siglos XVIII y XIX coexistieron tres bajos de cuerda (a menudo afinados en la
(segunda), re (tercera) y sol (tercera)), que sobreviven en la música folclórica de la
Europa del este. Los antiguos bajos de los siglos XVI y XVII tenían cuatro o cinco
cuerdas (excepcionalmente seis).
INSTRUMENTOS DE CUERDA FROTADA

AFINACIÓN POR CUERDA

TESITURA

La Viola

El Violín
INSTRUMENTOS DE CUERDA FROTADA

El Violoncello

El Contrabajo
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Posibilidades técnicas:
Arco arriba, arco abajo
En el arco hay tres partes conocidas como punta, centro y talón. La punta es la que
queda en el extremo superior cuando el arco del violín o la viola está sobre las cuerdas.
El centro es la parte central del arco y la que más tiempo está en contacto con las
cuerdas. El talón es la zona donde el intérprete sujeta el arco y controla el movimiento.
Cuando el arco se frota en las cuerdas desde la punta hasta el talón se llama arco arriba.
Y cuando se frota desde el talón hasta la punta se llama arco abajo y el sonido
disminuye al acercase a la punta.
Pizzicato y sordina
En su forma convencional, el pizzicato se realiza pulsando la cuerda con la yema del
dedo en el diapasón. En la primera cuerda del violín el pizzicato suena muy poco.
Mientras que en instrumentos de cuerda frotada, como el violonchelo o el contrabajo, el
pizzicato suena más.
Vibrato y glissando
El vibrato es un movimiento de oscilación del dedo sobre la cuerda hacia atrás y hacia
delante. Aunque también existe el vibrato de muñeca, de brazo y de yema de dedo.
Contribuye a darle más calor al sonido que al vibrar es más expresivo y agradable al
oído. Se puede hacer más rápido o más lento. Si el compositor busca un sonido plano,
indica en la partitura no vibrato.
El glissando es un desplazamiento del dedo apoyado sobre la cuerda que establece una
conexión entre dos notas distantes. De modo que va pasando por todas notas desde la
primera a la última nota. «Es un recurso para conducir de un sonido a otro», como dice
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Gabriel Lauret. Se pueden realizar glissandos rápidos y lentos, según la distancia a
recorrer en el diapasón.
Trino y armónico
El trino es una especie de adorno que normalmente lo escribe el compositor y lo coloca
encima de las notas. Técnicamente consiste en alternar con rapidez la nota principal con
otra, manteniendo constante la distancia entre los dedos.
El armónico es un recurso para hacer sonidos agudos, más limpios y cristalinos en una
zona más cómoda del batidor. La técnica consiste en rozar ligeramente con el dedo la
cuerda. La ejecución correcta de los armónicos exige una colocación precisa del dedo
sobre la cuerda en el sitio exacto. Si no se ejecuta bien y con la presión adecuada no se
consigue el armónico.
La presión del arco también es muy importante para la correcta ejecución de los
armónicos. Ya que si no ejerce la presión adecuada los armónicos no sonarán. Las
cerdas o crines del arco deben estar planas, para que hagan contacto el mayor número de
crines. Y también debe estar muy cerca del puente para lograr una mayor claridad y
sonoridad más potente de los armónicos. Cuando las cuerdas del instrumento están
nuevas los armónicos surgen con mayor facilidad.
Pianíssimo y fortíssimo
El arco permite mantener un sonido durante más que cualquier cantante. Pero también el
arco puede pasar de un sonido débil, pianíssimo, a un sonido muy fuerte, fortíssimo.
Sul ponticello y sul tasto
En cuanto al lugar de contacto, el arco puede frotar las cuerdas cerca del puente, sul
ponticello, donde el sonido es más intenso, más lleno. Pero también puede alejarse y
frotar las cuerdas cerca del diapasón, sul tasto, cuando se busca un sonido más vacío o
más piano.
Existen distintos posibles puntos de contacto del arco entre el puente y el diapasón.
Aunque actualmente los compositores han aumentado el espacio rebasando esos límites
para frotar el arco con las cuerdas.
Saltellato
Se maneja el arco con saltos sobre las cuerdas.
Martellato
El efecto se produce al presionar con fuerza el arco contra la cuerda, para luego liberarlo
bruscamente, con un descanso entre cada golpe de arco.
Col legno (Con la madera)
Es una técnica de interpretación musical para instrumentos de cuerda frotada cuando
aparece la indicación correspondiente en una partitura. Consiste en golpear o rozar la
cuerda con el dorso del arco, aunque existen más variantes, entre las que se puede
mencionar el Col Legno Battuto y el Col Legno Tratto.
INSTRUMENTOS DE CUERDA FROTADA
Trémolo
Proviene del italiano tremolo, "trémulo, tembloroso". Consiste en la repetición rápida y
continua de una o varias notas de igual duración.

DIFICULTADES TÉCNICAS
En general, la mayor dificultad de los instrumentos de cuerda frotada radica en su
función, ya que son en cierto punto instrumentos melódicos o instrumentos no
habituados a cumplir una función armónica, es así que cuando en ciertos pasajes se
requiere que cumplan con una función creando armonías normalmente se recurre al
divisi o a la división de las notas asignada a alguna cuerda para que cada nota pueda ser
ejecutada, porque de otra forma sería imposible, en otro aspecto otro de sus dificultades
técnicas radicaría en su afinación en 5tas (con excepción de contrabajo que se afina en
4tas) en la cual ciertos intervalos se vuelven prácticamente imposibles de hacer para los
instrumentos, el compositor debe tener especial cuidado al momento de asignarlos de
forma que su idea sea posible en el contexto que necesite y desee plasmar en la
partitura.
En general las dificultades técnicas de estos instrumentos se basan en su método
particular de generar sonido y las cualidades de instrumento melódico que le impiden
realizar funciones de instrumentos armónicos en la mayoría de los casos.
Ya en cuanto a sus funciones en la actualidad se podría decir que todos son capaces de
hacer un rol solista, pero en contexto de ensamble por lo general los violines llevan las
melodías principales o que requieran hacer uso específico del registro más agudo que
sus demás miembros de familia, la viola por otra parte juega un papel vital al dar color a
llos acordes la mayoría del tiempo, aunque esto no le impide realizar funciones
melódicas aunque no sea con la misma frecuencia que los violines, e incluso a veces
esta función la comparte con los contrabajos y violoncellos, en el caso de violoncello
cumple funciones variadas, ya que su registro es idóneo para aquellas melodías que
requieren un registro más grave y además es capaz de cumplir funciones como bajo
continuo como era en los tiempos de periodo barroco junto con el contrabajo, este que
lleva la carga de manejar en su mayoría la línea del bajo que proporciona el balance
armónico, el contrabajo es la base de casi toda la música en la que está involucrado.
En retrospectiva la unión de todos estos instrumentos genera lo que hoy llamamos
orquesta de cuerdas, o sección de cuerdas en las orquestas sinfónicas, e incluso en los
conjuntos de jazz no es raro ver que estos instrumentos cumplan un papel variado, desde
aportar un color diferente al conjunto de instrumentos de viento, generar entradas
potentes por su método de emitir sonido a través del arco o una función melódica o de
colchón armónico, los instrumentos de cuerda como conjunto pueden cumplir casi
cualquier función.

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