Blyton, Enid - Los Cinco 02 - Otra Aventura de Los Cinco (R1)
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Otra aventura de
los Cinco
Enid Blyton
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NDICE
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CAPTULO I
VACACIONES DE NAVIDAD
Faltaba slo una semana para la Navidad y las alumnas del colegio
Gaylands estaban sentadas alrededor de la mesa del desayuno, charlando y
haciendo planes para las prximas vacaciones. Ana se sent a la mesa y abri el
sobre de una carta que acababa de recibir.
Mira esto! dijo a su prima Jorgina, que estaba sentada a su lado. Es
una carta de pap, y eso que ayer mismo l y mam me escribieron otra.
Espero que no traiga malas noticias dijo Jorge. La primita no admita de
ninguna manera que la llamasen Jorgina, hasta tal punto, que la misma
profesora la llamaba Jorge. En realidad, pareca un chico, con sus cortos y
rizados cabellos y sus ademanes algo masculinos. Mir ansiosamente a Ana
mientras sta iba leyendo la carta.
Oh, Jorge, no podremos pasar las vacaciones en mi casa! dijo Ana, con
lgrimas en los ojos. Mam est enferma de escarlatina y pap tiene miedo de
que pueda contagiarnos. Qu noticia ms desagradable!
Oh, cunto lo lamento! dijo Jorge. Se senta tan defraudada como Ana,
porque la madre de sta la haba invitado a ella y a su perro Timoteo a pasar las
Navidades en su casa, y le haba prometido llevarla a sitios donde nunca haba
estado, como el circo y el teatro de polichinelas y, adems, haba organizado
una velada magnfica alrededor de un estupendo rbol navideo. Todas sus
ilusiones se haban desvanecido de golpe.
Cualquiera se lo dice a los chicos dijo Ana pensando en Julin y Dick,
sus dos hermanos. Con lo ilusionados que estaban con estas vacaciones.
Bueno qu pensis hacer entonces? pregunt Jorge. No podrais
venir a mi casa? Estoy segura de que a mi madre le gustar volver a veros.
Guarda muy buen recuerdo de las vacaciones que pasasteis all el ltimo
verano.
Espera un momento: deja que acabe de leer la carta, a ver qu dice pap
dijo Ana volviendo a coger el papel. Pobre mam! Ojal no est muy
grave!
Ley un poco ms, y de pronto lanz una exclamacin de alegra. Las otras
chicas de su alrededor esperaban impacientes a que les contara lo que deca la
carta.
Jorge! Pasaremos las Navidades en tu casa! Pero, caramba!, fjate. Nos
pondrn un preceptor! En parte, para que no molestemos demasiado a tu
madre, y, por otro lado, porque Julin y Dick han estado enfermos los dos esta
temporada y andan retrasados en sus estudios.
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eres.
Timoteo, en vista del inadecuado recibimiento, ech a correr hacia el
fregadero y, una vez en l, empez a olfatearlo al detalle. Luego se dirigi al
comedor y despus al gabinete, quedando muy satisfecho al comprobar que
todo ola igual que antes de su partida. Aplic las narices a la puerta del
despacho donde estaba trabajando el padre de Jorge, pero esta vez olisque con
cierta cautela. No tena la menor intencin de introducirse all. Timoteo
adoptaba con el padre de Jorge las mismas precauciones que los chicos. Estaba
tan escarmentado como ellos.
Despus corri escaleras arriba hasta el dormitorio de las chicas. Dnde
estaba su cesta? Ah, all bajo la ventana. Estupendo! Eso quera decir que l
dormira, como siempre, en el dormitorio de las muchachas.
Se meti en la cesta, enroscndose con toda comodidad, mientras mova
expresivamente el rabo.
Qu magnfico estar de vuelta! Era estupendo!
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CAPTULO II
TODOS JUNTOS OTRA VEZ
Los chicos llegaron al da siguiente. Ana, Jorge y Tim fueron a esperarlos a
la estacin. Jorge conduca la tartana con Timoteo sentado tras ella. Cuando lleg
el tren, Ana no tuvo paciencia para esperar a que se parase del todo. Ech a
correr por el andn, buscando a Julin y a Dick por todos los vagones que
pasaban ante su vista.
Por fin los vio. Estaban asomados a una ventanilla del ltimo vagn,
gritando y gesticulando.
Ana, Ana! Estamos aqu! Hola, Jorge! Oh, fjate, all est Tim!
Julin! Dick! grit Ana.
Timoteo empez a ladrar y a dar saltos. Estaba muy emocionado.
Oh, Julin, qu alegra volveros a ver a los dos! dijo Ana dando un
abrazo a cada uno.
Timoteo, de un salto, se abalanz sobre los chicos y empez a lamerlos.
Estaba enormemente satisfecho. Ahora iba a disfrutar de la compaa de todos
ellos, y esto era lo que ms le gustaba. Los tres chicos hablaban
alborozadamente mientras un empleado iba sacando el equipaje. Ana se acord
de pronto de Jorge. No la vea por ningn sitio, aun cuando la haba
acompaado hasta el andn.
Dnde est Jorge? pregunt Julin. Cuando el tren iba parando la vi
aqu desde la ventanilla.
Habr vuelto a la tartana dijo Ana. Dile al empleado que se apresure
en sacar el equipaje, Julin. Vmonos ya! Quiero ir a ver qu est naciendo
Jorge.
Jorge estaba quieta, de pie, con el codo apoyado en el caballito de la tartana
y la mano en la frente. Tena cierto aire de melancola, segn pens Ana. Los
chicos se le acercaron.
Hola, Jorge, vieja amiga! grit Julin dndole un abrazo. Dick hizo lo
mismo.
Qu es lo que te pasa? pregunt Ana, al ver que Jorge no pronunciaba
palabra.
Parece que est muy enfadada! dijo Julin haciendo una mueca
burlona. Animo, Jorgina!
No me llames Jorgina! dijo la muchachita fieramente. Los chicos se
echaron a rer.
Ah, estupendo, est hecha la misma fierecilla de siempre dijo Dick
dando a su prima un amistoso palmetazo en el hombro. Oh, Jorge, qu alegra
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los cinco reunidos. Ellos, por supuesto, consideraban a Timoteo como uno ms
de la pandilla. Siempre los acompaaba en todas las aventuras y pareca
entender todas las cosas que entre ellos se decan.
Me gustara saber qu especie de preceptor ha escogido to Quintn
dijo Dick mientras se limpiaba las uas en el lavabo. Con tal que nos traiga
uno bueno, que sea alegre y simptico y que se haga cargo de que las clases en
tiempo de vacaciones tienen que ser molestas a la fuerza y procure que durante
ellas lo pasemos lo mejor posible... Porque supongo que tendremos clases todas
las maanas.
Bueno, rpido. Quiero tomar el t ya dijo Julin Vmonos abajo,
Dick. No te preocupes, que muy pronto vamos a saber cmo es el preceptor.
Bajaron todos y se sentaron alrededor de la mesa del comedor. Juana, la
cocinera, haba preparado una buena porcin de dulces riqusimos y un gran
pastel. Apenas quedaba nada cuando los chicos terminaron de merendar!
Justamente entonces lleg to Quintn. Pareca muy satisfecho de s mismo.
Estrech las manos a los dos chicos y les pregunt si lo haban pasado bien en el
colegio.
Has encontrado ya al preceptor, to Quintn? pregunt Ana, que haba
notado que los dems iban a estallar de ganas de preguntar lo mismo.
S, ya lo he contratado dijo su to. Se sent en una silla mientras ta
Fanny le serva el t. Me he entrevistado con tres aspirantes, y estaba a punto
de decidirme por el ltimo de ellos, cuando un compaero suyo entr
precipitadamente en la habitacin. Dijo que acababa de leer el anuncio y que
esperaba no haber llegado demasiado tarde.
Y lo contrataste a l? pregunt Dick.
S, efectivamente contest su to. Pareca muy inteligente. Hasta
saba detalles de mi vida y de mi trabajo! Y, adems, tena muy buenas cartas de
recomendacin.
No creo que los nios necesiten saber todos esos detalles dijo ta Fanny
. En resumen: le dijiste que viniese aqu, al final?
Oh, s dijo to Quintn. Es bastante mayor que los otros, que, a mi
parecer, eran demasiado jvenes. Y parece muy sensato e inteligente. Estoy
seguro de que te agradar, Fanny. Es el que ms nos conviene. Creo que me
gustar charlar con l algunos ratos por la noche.
Los chicos no pudieron impedir el sentirse algo alarmados con lo que
haban odo sobre el preceptor. Su to observ, sonriendo, sus cariacontecidos
rostros.
Os gustar el seor Roland dijo. Sabe cmo hay que entrar a los
jovencitos y piensa emplear todas sus fuerzas para que cuando terminen las
vacaciones sepis muchas ms cosas que cuando empezaron.
Los chicos, al or esto, se alarmaron ms todava. Cunto mejor hubiera
sido que, en vez de to Quintn, hubiese sido ta Fanny la que escogiera al
preceptor!
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CAPTULO III
EL NUEVO PRECEPTOR
A la maana siguiente haca un sol esplndido. La niebla marina de los dos
ltimos das haba desaparecido y la isla Kirrin, que estaba situada a la entrada
de la baha, poda verse con toda limpieza. Los chicos se dedicaron a
contemplar admirativamente el castillo que haba en su parte ms alta.
Qu ganas tengo de volver a ir al castillo! dijo Dick. No podramos
intentarlo? El mar parece que est en calma, Jorge.
Por aqu, s. Pero en las proximidades de la isla est bastante alborotado
dijo Jorge. Siempre ocurre lo mismo en esta poca del ao. Estoy segura de
que mam no nos dejara ir hasta all.
Es una isla maravillosa y nos pertenece a todos nosotros! dijo Ana.
T dijiste, Jorge, que la repartiras con nosotros y que todos seramos los
dueos para siempre!
S, es cierto asinti Jorge. Y no slo la isla, sino el castillo, con sus
stanos y todo lo dems. Vmonos ya. Montemos en la tartana. Acabaremos
llegando tarde a la estacin si nos pasamos aqu todo el da contemplando la
isla.
Subieron todos a la tartana y el caballito empez a trotar. A poco, la isla
Kirrin haba desaparecido.
Todas estas tierras pertenecieron a tus antepasados? pregunt Julin.
S, as es contest Jorge. Pero ahora lo nico que nos queda en
propiedad es la isla Kirrin, nuestra casa y la granja Kirrin, que est algo ms
all, en aquella direccin.
Seal con el mango del ltigo. Los chicos pudieron ver, sobre una colina,
una casita-granja muy pulcra y agradable a la vista, rodeada de brezos.
Vive alguien all? pregunt Julin.
Oh, s, un viejo granjero y su mujer dijo Jorge. Los conozco desde que
yo era muy pequea. Siempre se portaron muy bien conmigo. Adems, durante
el tiempo de vacaciones, buscan siempre algn husped, porque ellos no
quieren cobrar nada por cuidar la granja.
Od! El tren est a punto de salir del tnel! Oigo el silbato! Por Dios,
Jorge, date prisa! No vamos a llegar a tiempo!
Los cuatro chicos y Timoteo vieron como el tren sala del tnel, aminorando
poco a poco la velocidad hasta llegar a la estacin. El caballito empez a trotar
ms aprisa. El tiempo apremiaba.
Quin ir al andn a recibirlo? pregunt Jorge cuando la tartana haba
llegado ya a la estacin. Yo no, desde luego. Tengo que quedarme al cuidado
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me tuviese antipata.
Al llegar a casa mostraron al seor Roland dnde estaba su habitacin y
ste se dirigi a ella. Ta Fanny, despus de acompaarlo, volvi a donde
estaban los chicos.
Bien! Parece una persona muy agradable. Resulta gracioso ver a un
hombre joven con esa barba.
Un hombre joven! exclam Julin. Pero si es muy mayor! Lo menos
tiene cuarenta aos!
Ta Fanny se ech a rer.
Es que lo encuentras demasiado mayor para ti? dijo. Bien. Joven o
viejo, estoy segura de que os resultar simptico.
Ta Fanny, nosotros no quisiramos dar clases hasta despus de Navidad
dijo Julin ansiosamente.
Naturalmente que tendris que darlas dijo su ta. Falta todava casi
una semana para la Navidad, y supongo que no creers que hemos contratado
al seor Roland para que se est todo ese tiempo sin hacer nada.
Los cinco suspiraron, descontentos.
Nos hubiera gustado mucho ir de tiendas y ver los escaparates navideos
dijo Ana.
Podis ir por las tardes dijo su ta. Slo daris clases por las maanas
durante tres horas. Eso no os privar de distraeros luego!
En aquel momento el nuevo preceptor bajaba por la escalera, y ta Fanny se
lo llev para que fuera a hablar con to Quintn. Al cabo de poco volvi con la
sonrisa en los labios.
El seor Roland acabar siendo amigo ntimo de tu to dijo a Julin.
Estoy segura de que lo han de pasar muy bien juntos. El seor Roland, al
parecer, entiende algo de la materia en que est trabajando tu to.
Ojal se pasen la mayor parte del tiempo juntos dijo Jorge en voz baja.
Vamos a dar un paseo dijo Dick. Hace un da magnfico. Supongo
que esta maana no tendremos clases, verdad, ta Fanny?
Oh, no dijo su ta. Empezaris maana. Ahora ser mejor que os
vayis a pasear por ah. Pocas veces hace un sol tan esplndido como hoy.
Podemos ir a visitar la granja Kirrin dijo Julin. Parece un sitio muy
bonito. T, Jorge, indcanos el camino.
Est bien dijo Jorge.
Lanz un silbido a Timoteo y ste se le acerc dando saltos. Los cinco
emprendieron la marcha, primero por la carretera principal y luego por una
escarpada senda que remontaba la colina en cuya cima se encontraba la casita
de la granja.
Era muy agradable pasear bajo el sol decembrino. El suelo estaba casi
helado y Timoteo produca singulares ruidos con sus zarpas mientras iba de un
lado para otro alegremente, muy contento de estar de nuevo con sus cuatro
amiguitos.
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CAPITULO IV
UN INTERESANTE DESCUBRIMIENTO
La vieja seora Sanders y los chicos fueron corriendo al vestbulo.
Qu ocurre? grit Julin. Qu ha pasado?
Timoteo empez a perseguir al gato. El gato se subi en el reloj, y, al
quererse subir en l tambin, se apoy en un recuadro de la pared. El recuadro
se desliz y ha dejado al descubierto una cavidad, fijaos!
Es una cavidad secreta! grit Dick, lleno de excitacin, metiendo la
cabeza por la abertura. Caramba! Saba usted que exista aqu esta cavidad,
seora Sanders?
Oh, s dijo la seora. Esta casa est llena de cosas extraas como sa.
Siempre que limpio la pared procuro hacerlo con mucha suavidad para que no
se mueva el recuadro.
Y qu habr dentro? pregunt Julin.
La boca de la cavidad era de una anchura aproximada a la de su cabeza. Se
asom al interior, pero slo pudo ver oscuridad.
Traed una vela! Traed una vela! dijo Ana, excitadsima. No tiene
usted una linterna, seora Sanders?
No dijo la anciana. Pero s tenemos velas. Hay una en la despensa de
la cocina.
Ana fue corriendo a cogerla. Cuando la trajo, Julin la encendi y la
introdujo por la abertura que haba dejado el recuadro. Los otros se agolparon
junto a l, ansiosos de descubrir qu haba all dentro.
Esperad! dijo Julin, impaciente. Hay que hacerlo por turnos! Yo
echar un vistazo primero.
Escudri la cavidad detenidamente, pero no pareca que hubiera all nada
digno de verse. Al fondo, todo estaba oscuro. Le dio la vela a Dick, y
sucesivamente todos los chicos metieron la cabeza por la abertura. La anciana
seora Sanders haba vuelto a la cocina. Estaba acostumbrada al recuadro
movible y no le daba importancia a la cosa!
Ella dijo que esta casa est llena de cosas extraas como sa dijo Ana.
Qu otras cosas habr? Podramos preguntrselo.
Hicieron deslizarse el recuadro en sentido inverso, cerrando la abertura de
la pared, y se dirigieron a la cocina.
Seora Sanders: qu otras cosas raras hay en esta casa? pregunt
Julin.
Hay arriba un armario que tiene doble fondo dijo la seora Sanders.
No os excitis tanto, que no es nada de particular! Y una de las piedras de la
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chimenea es movible y detrs hay como una cavidad oculta. Yo creo que antao
los habitantes de esta casa lo usaran para esconder cosas.
Los chicos al momento estuvieron ante la piedra de la chimenea. Tena una
argolla. Tiraron de ella y pudieron ver la cavidad a que se haba referido la
seora Sanders. Era de reducidas dimensiones, pero no dejaba de ser algo
desacostumbrado y excitante.
Dnde est el armario? pregunt Julin.
Mis piernas estn esta maana muy cansadas para subir escaleras dijo
la granjera. Pero podis ir vosotros solos. Cuando lleguis arriba torced a la
derecha y entrad por la segunda puerta que veis. El armario est al final de
todo. Abrid la puerta y palpad el fondo hasta que notis un pequeo saliente.
Cuando lo encontris, apretad fuerte y veris como aquello se abre.
Los cuatro y Timoteo echaron a correr escaleras arriba lo ms aprisa que
podan, mientras engullan rpidamente lo que les quedaba de los panecillos
que les haba dado la granjera. Realmente, era una maana muy interesante
aqulla!
Por fin encontraron el armario y lo abrieron. Todos a la vez se pusieron a
palpar el fondo. Ana encontr, por fin, el saliente.
Lo he encontrado! grit.
Apret con todas sus fuerzas, pero sus deditos no eran lo suficientemente
vigorosos como para vencer la resistencia del mecanismo que abra la pared
falsa. Julin tuvo que ayudarla.
Se oy un crujido y los chicos pudieron ver en seguida que, efectivamente,
la pared falsa se abra. Detrs se poda ver una especie de cuartucho diminuto,
en el que, a lo sumo, podra caber una persona no muy gruesa.
Es un escondite estupendo dijo Julin. Cualquiera encuentra a
alguien que se esconda aqu.
Voy a meterme dentro. Quiero probar. Podis encerrarme dijo Dick.
Tiene que ser muy divertido.
Se introdujo en el cuartucho que haba tras la pared falsa. Julin cerr luego
sta hermticamente y dej a su hermano sumido en las tinieblas.
Esto s que es una buena encerrona! grit Dick. Qu oscuridad ms
terrible! Abrid, que quiero salir ya.
Dick sali y los otros chicos, por turno, se metieron a su vez en el cuartucho
y fueron sucesivamente encerrados. Ana no lo pas muy bien.
Cuando todos hubieron probado la encerrona volvieron a la cocina.
Es un armario muy curioso, seora Sanders dijo Julin. Cmo me
gustara vivir en una casa que estuviera llena de cosas misteriosas y secretas
como sta!
Podremos volver otro da a examinar el armario? pregunt Jorge.
No, creo que no podr ser, seorito Jorge dijo la seora Sanders.
Esa habitacin donde est el armario la tengo destinada a uno de mis futuros
huspedes.
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Oh! dijo Julin, defraudado. Y les dir usted que el armario tiene
una pared falsa, seora Sanders?
No, no lo har dijo la anciana. Esas cosas slo interesan a chicos
pequeos como vosotros. Los dos caballeros que han de venir aqu no querrn
con seguridad or hablar dos veces del asunto.
Qu raras son las personas mayores! dijo Ana, asombrada. Yo
estara encantada de vivir en una casa con recuadros deslizables y puertas falsas
aunque las hubiera a cientos.
Yo igual dijo Dick. Seora Sanders, me deja volver a registrar la
cavidad secreta del vestbulo? Me llevar la vela.
Dick no hubiera podido explicarse nunca por qu haba sentido el deseo de
volver a manipular el recuadro deslizable. Pero, sencillamente, la idea le haba
venido a la cabeza. Los otros no quisieron acompaarle, pues saban de sobra
que en la cavidad no haba nada digno de verse, salvo la ptrea pared.
Dick cogi la vela y se dirigi al vestbulo. Empuj el recuadro hasta
conseguir que se deslizara. Acerc la vela y ech una nueva ojeada al interior
del hueco. Dentro no se vea nada de particular. Dick sac la cabeza y meti el
brazo, extendindolo lo ms que pudo. Estaba a punto de retirarlo cuando sus
dedos toparon con un agujero que haba en el muro.
Caramba! dijo Dick. Por qu habr un agujero en este sitio del
muro?
Tante cuidadosamente el agujero y sus alrededores con el ndice. A poco
not que haba tocado algo que pareca una palanca pequea. La movi con los
dedos, pero nada ocurri. Luego, con toda la mano, se puso a tirar fuertemente.
La piedra se apart. Dick not sorprendido cmo caa al suelo de la oscura
cavidad produciendo un fuerte estrpito.
Al or el ruido, los otros fueron corriendo al vestbulo.
Qu ests haciendo, Dick? dijo Julin. Has roto algo?
No dijo Dick, con la cara roja de excitacin. Lo que ha ocurrido es
que he metido el brazo en la cavidad y he encontrado una palanquita. Luego, al
tirar de ella, la piedra donde estaba incrustada se ha cado al suelo. Ese es el
ruido que habis odo!
Caramba! dijo Julin intentando apartar a Dick de la boca de la
cavidad. Djame que mire.
No, Julin dijo Dick, contenindolo. Esto lo he descubierto yo.
Esprate a ver si yo puedo encontrar algo en el hueco que ha dejado la piedra.
No es tan fcil hacerlo!
Los otros esperaron pacientemente. Julin a duras penas poda contenerse,
en su deseo de apartar a Dick y tomar l la iniciativa. Dick meti el brazo en
toda su longitud y luego dobl la mano para meterla en el hueco que la piedra
haba dejado al descubierto. Rebusc con los dedos y al final top con algo que,
al tacto, pareca un libro. Con gran cautela y cuidado sac el objeto de su
escondrijo.
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marcas y letras hechos con tinta negra, que a duras penas se conservaban a
pesar de los estragos del tiempo. Pero todo ello resultaba ininteligible.
No es un plano dijo Julin. Parece una especie de clave, o algo por el
estilo. Me gustara entender el significado de estos signos y letras. Podra
tratarse de algn secreto.
Los chicos continuaron contemplando el trozo de lienzo embargados por la
emocin. Era un lienzo muy antiguo y lo que en l haba tena a la fuerza que
ser la indicacin de algn secreto. Cul sera ste?
Fueron corriendo a enserselo a la seora Sanders. Esta estaba ojeando el
viejo recetario y sus ojos brillaban de satisfaccin cuando los levant para mirar
a los excitados chicos.
Este libro es una maravilla! exclam. Me cuesta mucho trabajo
entender la escritura, pero acabo de leer una receta muy buena contra los
dolores. La pienso probar. Me duele la cabeza muchas noches. Ahora, fijaos...
Pero los chicos no estaban dispuestos a escuchar recetas contra el dolor. Lo
que hicieron inmediatamente fue poner el trozo de lienzo sobre la falda de la
seora Sanders.
Fjese, qu es esto, seora Sanders? Lo haba visto antes de ahora?
Estaba metido en una petaca que haba en la cavidad aquella del vestbulo.
La seora Sanders se quit las gafas, las limpi con el pauelo y volvi a
ponrselas. Luego examin el lienzo atentamente. Movi la cabeza.
No. No entiendo lo que esto pueda significar. No tiene sentido para m. Y
eso otro qu es? Parece una petaca vieja. Oh, estoy segura de que le gustara a
mi Juan. Precisamente acaba de comprarse una, pero le cuesta mucho trabajo
sacar el tabaco. sta parece vieja, pero en buen uso todava.
Seora Sanders, se va a quedar tambin con este trozo de tela?
pregunt Julin ansiosamente.
Estaba deseoso de llevrselo a casa y estudiarlo al detalle. Estaba seguro de
que en l se esconda un importante secreto y no poda soportar la idea de
dejarlo en la granja.
Puedes quedarte con l si es que te gusta, seorito Julin dijo la seora
Sanders echndose a rer. Yo ya tengo mi recetario y Juan tendr la petaca. T
puedes quedarte con ese trapo viejo si es que tanto te gusta, aunque me
pregunto para qu lo querrs, porque trapos viejos podrs encontrar siempre
por cualquier sitio. Ah, aqu llega Juan.
Levant la voz y le habl al viejo sordo:
Eh, Juan, aqu tengo una petaca para ti. Los chicos la han encontrado
dentro de la cavidad que hay en la pared del vestbulo.
Juan cogi la petaca y la palp.
Es una petaca muy rara dijo. Pero mejor que la ma. Bien, chicos, no
es que quiera echaros de aqu, pero ya ha dado la una, y lo mejor que podis
hacer es echar a correr para casa a ver si llegis a la hora de comer.
Tiene usted razn! dijo Julin. Vamos a llegar tarde a la comida!
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Adis, seora Sanders, y muchas gracias por los panecillos y tambin por el
trapo este. Nosotros haremos lo posible por descifrar lo que hay escrito en l y
contrselo en seguida. Eh, muchachos! Vmonos ya! Dnde est Timoteo?
Ven aqu, Tim, que tenemos prisa!
Los cinco emprendieron el regreso a toda velocidad. Realmente se haban
retrasado mucho. Andaban tan rpidos, que apenas se dirigan la palabra unos
a otros. Jadeando, dijo Julin:
Estoy deseando saber qu es lo que significan los signos que hay en el
lienzo. No parar hasta averiguarlo. Estoy seguro de que se trata de algn
misterio.
Y si se lo preguntamos a alguien? pregunt Dick.
No! neg Jorge. Se trata de un secreto!
Si a Ana se le ocurre meter la pata y hablar del asunto cuando estemos
comiendo, ya lo sabis: tendremos que darle puntapis por debajo de la mesa
como hacamos el ltimo verano dijo Julin, de buen humor. Pobre Ana: le
cuesta la mar de trabajo guardar un secreto y siempre acaba recibiendo codazos
y puntapis.
No pienso decir ni una palabra dijo Ana, indignada. Y no se os
ocurra darme puntapis por debajo de la mesa. En cuanto noten que grito, los
mayores empezarn a sospechar y acabarn averigundolo todo.
Tenemos planteado un gran problema para resolver despus de la
comida, con este trozo de lienzo dijo Julin. Apuesto a que descifraremos
los signos y las palabras s ponemos en ello toda nuestra inteligencia!
Ya hemos llegado dijo Jorge. No es tan tarde como creamos. Hola,
mam! Espera unos minutos, que vamos a lavarnos las manos. Lo hemos
pasado muy bien.
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CAPTULO V
UN PASEO POCO FELIZ
Despus de comer, los cuatro fueron corriendo escaleras arriba al
dormitorio de los chicos y desplegaron el lienzo sobre una mesilla. En varios
sitios de la tela haba palabras escritas toscamente. Haba tambin una seal
marcada con comps, con una letra E, que a las claras indicaba la direccin Este.
Tambin haba dibujados ocho cuadrados y en la misma mitad de uno de ellos,
una cruz. Era algo realmente misterioso.
Casi dira que estas palabras estn escritas en latn dijo Julin mientras
se esforzaba en hallar su significado. Pero no s qu quieren decir. Y me
parece que aunque pudiera traducirlas no podra descifrar el sentido de la frase.
Ojal conociera a alguien que pudiera traducir frases latinas.
No podra traducirlas tu padre, Jorge? pregunt Ana.
Supongo que s dijo Jorge.
Pero ninguno de ellos era partidario de contar nada al padre de Jorge.
Hubiera echado el lienzo a la basura, o hubiera mandado quemarlo: desde
luego, prohibira que se volviera a hablar del asunto. Los hombres de ciencia
son as de raros.
Y si se lo preguntsemos al seor Roland? dijo Dick. l es profesor.
A la fuerza tiene que saber latn.
Me parece que ser mejor que no le preguntemos nada hasta que no lo
conozcamos mejor dijo Julin, cautelosamente. Desde luego, parece un
seor simptico y alegre, pero nunca se puede saber. Caramba. Por qu no
podramos nosotros descifrar estas palabras sin ayuda de nadie?
Hay dos palabras al principio dijo Dick empezando a deletrearlas.
VIA OCCULTA. Qu crees que puede significar eso, Julin?
Yo creo que eso quiere decir camino secreto o algo parecido dijo ste
arrugando la frente.
Camino secreto! dijo Ana, con los ojos brillantes. Oh, seguro que
significa eso! Un camino secreto! Qu interesante. Y qu clase de camino
secreto es, Julin?
No seas tonta, qu voy a saber yo! dijo Julin. Ni siquiera estoy del
todo seguro que esas palabras quieran decir camino secreto. Es slo una
suposicin ma.
Bueno, pero suponiendo que tengas razn, o sea, que esas palabras
signifiquen camino secreto, esas lneas rectas que hay dibujadas en la tela
significarn la explicacin de por dnde se va al camino secreto o dnde est
dijo Dick. Oh Julin, verdad que es desesperante no poderlo saber seguro?
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juiciosamente.
Julin se sinti apabullado. Con la cara enrojecida, mir a Dick. ste le
apret el brazo cordialmente. Todos saban que Jorge era huraa y
malhumorada, sobre todo con los que no apreciaban a su adorado perro, pero,
de todos modos, pensaban que el seor Roland poda ser un poco ms
comprensivo. Dick se fue atrs con Jorge.
No tengo ninguna necesidad de que me acompaes dijo sta con ojos
relampagueantes. Puedes volverte con tu amigo el seor Roland.
No seas as dijo Dick. El seor Roland no es amigo mo.
Yo no soy de ninguna manera dijo Jorge con voz tensa. He visto
perfectamente cmo os reais y os divertais con l. Ms vale que te marches y
vuelvas a su compaa: te seguirs divirtiendo y riendo. Yo no necesito a nadie:
tengo suficiente con Timoteo.
Jorge, estamos en Navidad. Estamos de vacaciones. Por favor, no te
enfades con nosotros, no nos estropees las fiestas.
A m no me gusta tratar con personas que no quieren a Timoteo dijo
Jorge, obstinada.
Pues, al fin y al cabo, el seor Roland le quiso dar una galleta, e hizo lo
posible para hacerse amigo de l.
Jorge no dijo nada. Su menudo rostro mostraba a las claras que estaba hecha
una fiera. Dick todava intent apaciguarla.
Jorge! Por lo menos, promete no enfadarte hasta que haya pasado el da
de Navidad. Por favor, no nos estropees las vacaciones. Vmonos con los
dems.
Est bien dijo Jorge despus de dudar unos instantes. Lo intentar.
Jorge se reuni con los dems, haciendo esfuerzos por no parecer enfadada.
El seor Roland supuso que Dick haba conseguido apaciguarla y, hablando con
todos, se dirigi a ella tambin. Jorge no ri ninguno de sus chistes, pero, sin
embargo, contest con toda cortesa a las preguntas que le hizo el preceptor.
Es aqulla la granja Kirrin? pregunt el seor Roland cuando pasaban
cerca de la casita de la colina.
S. Es que usted la conoca? pregunt Julin, sorprendido.
No, no dijo el seor Roland con rapidez. Solamente haba odo
hablar de ella, y me estaba preguntando si poda ser aquella casita.
Esta maana hemos estado all dijo Ana. Es un sitio muy interesante.
Entonces empez a mirar a los otros, temerosa de que no quisieran que
contase nada de lo que haban visto en la granja aquella maana.
Julin dud unos instantes. Pero al fin y al cabo, no tena ninguna
importancia hablar de la piedra movible de la chimenea y del armario de doble
fondo. La seora Sanders habra contado con seguridad a otras personas la
existencia de tales rarezas en la granja. Podran muy bien contarle al seor
Roland el descubrimiento que haban hecho del recuadro deslizable del
vestbulo y lo del antiguo recetario que haban encontrado en la cavidad. Claro
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que no dira una sola palabra sobre el viejo lienzo de los misteriosos signos y
letras.
En consecuencia, le cont al preceptor los interesantes descubrimientos que
haban hecho en la casita de la granja. El seor Roland escuch con el mayor
inters.
Es algo muy interesante dijo. Verdaderamente interesante. Dices
que el matrimonio vive solo all arriba?
S, aunque ahora, en Navidad, van a tener dos huspedes dijo Dick.
Dos artistas. A Julin le gustara mucho conocerlos y hablar con ellos. A l le
gusta mucho pintar cuadros.
Sabe pintar realmente? dijo el seor Roland. Pues que me ensee
algunas de sus pinturas. Pero quiz no sea adecuado que moleste a los artistas
esos. Tal vez no les agrade su amistad.
Esta observacin hizo que Julin se sintiera ms obstinado en sus designios.
Decidi que, pasara lo que pasara, l trabara amistad con los dos artistas en
cuanto encontrara la primera oportunidad.
El paseo discurra agradable, en general, aunque la actitud de Jorge no
contribua a ello. Iba muy callada, y, por su parte, Timoteo no se acercaba en
ningn momento al seor Roland. Al llegar a un estanque helado Dick empez
a tirar piedras para que Timoteo las fuese a buscar. Resultaba muy divertido ver
al can resbalar a cada momento, en su intento de correr como si estuviera en
tierra firme.
Todos tiraron piedras y Timoteo las recogi todas, salvo la del seor Roland.
Cuando ste lanz una, el perro le dirigi una mirada inefable y se qued como
si tal cosa.
Pareca como si quisiese decir: Ah, conque tambin usted tira
piedrecitas? Pues bien: muchas gracias. No pienso recogerlas.
Ser mejor que nos volvamos a casa dijo el seor Roland haciendo ver
que la actitud del can no le haba molestado. Tenemos el tiempo justo para
llegar a la hora del t!
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CAPTULO VI
CLASES CON EL SEOR ROLAND
A la maana siguiente los chicos estaban algo desanimados. Clases! Qu
horrible sonaba esa palabra en tiempo de Navidad! Desde luego, el seor
Roland pareca una persona agradable. La noche anterior no lo haban visto
porque se la haba pasado hablando con el padre de Jorge. Los chicos
aprovecharon la oportunidad para descifrar, o, al menos, intentarlo, el
significado de las raras palabras que estaban escritas en el lienzo.
Pero no consiguieron nada. Ninguno de ellos pudo resolver el enigma.
Un camino secreto! Qu querra decir eso? Por dnde haba que ir a ese
supuesto camino secreto? Y dnde estaba? Y por qu tena que ser secreto?
Era desesperante no poder contestar a ninguna de estas preguntas.
En realidad, lo mejor que podemos hacer es preguntarle a alguien que
pueda entender este galimatas dijo Julin. Yo no puedo descifrar esta
escritura.
Se haba pasado la noche pensando en el asunto. No haba conseguido
averiguar nada; y haba llegado la maana de un nuevo da, en la que tendra
que dedicarse a los estudios y clases. Se puso a pensar qu asignatura elegira el
seor Roland. A lo mejor les dara clases de latn, y entonces tendran la
oportunidad de preguntarle qu significaba la frase VIA OCCULTA.
El seor Roland haba visto ya las notas que haba obtenido cada uno en el
colegio y se haba hecho cargo en seguida de cules eran los puntos flacos de los
chicos en sus estudios. Estaban flojos en latn y tambin en francs. Jorge y Dick
estaban flojsimos en matemticas. Necesitaban un impulso. Y a Julin no le
haba entrado an la geometra. Ana era la nica que no necesitaba tomar
lecciones.
Pero si quieres estar con nosotros durante las clases puedes ponerte a
pintar; te dar algunos modelos dijo el seor Roland con sus brillantes ojos
fijos en Ana. La muchachita resultaba simptica al preceptor. No era tan
molesta como Jorge.
Oh, s dijo Ana, muy contenta. A m me gusta mucho pintar. Puedo
pintar flores, seor Roland. Pintar flores para usted, y, sobre todo, amapolas
rojas: creo que eso lo hago bien.
Empezaremos a las nueve y media dijo el seor Roland. Daremos las
clases en el cuarto de estar. Llevaos all los libros y procurad ser puntuales.
A las nueve y media estaban todos los chicos en el cuarto de estar, sentados
alrededor de la mesa y con sus libros escolares delante. Ana haba llevado su
caja de pintura y un tarrito con agua. Los otros la miraban envidiosamente.
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Dichosa Ana, que poda dedicarse a pintar, mientras ellos tenan que fatigarse
estudiando cosas tan arduas como el latn y las matemticas!
Dnde est Timoteo? pregunt Julin en voz baja, mientras esperaban
la llegada del preceptor.
Est debajo de la mesa dijo Jorge desafiante. Estoy completamente
segura de que no molestar. Que nadie hable de l durante la clase. Quiero que
est cerca de m. No pienso dar ninguna clase sin Timoteo conmigo.
No comprendo por qu razn no va a poder estar contigo dijo Dick.
Es un perro muy bueno. Chitn! Ya viene el seor Roland.
El preceptor lleg. Su negra barba pareca ms espesa que nunca. Sus ojos
se destacaban a la plida luz del sol invernal que penetraba en la habitacin.
Orden a los chicos que se sentaran.
Primero quiero echar una ojeada a vuestros cuadernos de deberes, y ver
por dnde vais dijo. T primero, Julin.
Pronto estuvieron todos sumidos en el trabajo. Ana dedicaba toda su
atencin a la pintura de amapolas. El seor Roland miraba el cuadro con
admiracin a medida que lo iba completando. Ana pens una vez ms que el
preceptor era muy simptico.
De pronto se oy un tremendo suspiro que, al parecer, sala de debajo de la
mesa. Era Timoteo, que estaba ya cansado de estarse quieto. El seor Roland
levant la vista, sorprendido. Jorge, al momento, lanz por su cuenta un suspiro
desgarrado, con la esperanza de que el seor Roland creyese que era ella la que
haba suspirado la primera vez.
Pareces cansada, Jorgina dijo el seor Roland. A las once
suspenderemos las clases un rato.
Jorge frunci el ceo. Odiaba que la llamasen Jorgina. Con gran cautela, toc
suavemente con el pie a Timoteo, advirtindole que no volviera a suspirar ni a
hacer ruido de ninguna clase. Timoteo empez a lamerle los pies.
Al cabo de un rato, cuando estaba en el ms profundo silencio, Timoteo
empez a sentir enormes deseos de rascarse violentamente la barriga. Se puso
en pie. Luego volvi a sentarse con gran alboroto y empez a rascarse con gran
furia. Los chicos todos empezaron a hacer ruidos raros para que no se oyeran
los del perro.
Jorge golpe repetidamente el suelo con el pie. Julin se puso a toser y dej
caer al suelo un libro. Dick se dedic a zarandear la mesa y a hablar con el seor
Roland.
Oh, seor, este problema es muy difcil. Realmente es muy difcil! No
hago ms que pensar y pensar, y no consigo entenderlo!
Por qu habis empezado todos de pronto a hacer ruido? dijo el seor
Roland, altamente sorprendido. Deja ya de patear el suelo, Jorgina.
Timoteo, al fin, se recost, quedndose otra vez quieto. Los chicos
suspiraron todos de alivio. Cesaron los ruidos y el seor Roland pidi a Dick
que le dejara el libro de matemticas.
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de los labios. Los tiene demasiado finos. Eso quiere decir que algo malo hay en
l.
Pues yo no lo pienso as dijo Julin. Lo nico que le pasa es que no le
gustan las estupideces, eso es todo. Estoy pensando en ensearle la tela y
preguntarle qu significan aquellas palabras y signos.
Tengo entendido que se trataba de un secreto dijo Dick.
S, ya lo s, pero qu vamos a sacar en limpio de tener un secreto que lo
es para nosotros mismos? dijo Julin. Quiz lo mejor que podemos hacer
sea preguntarle al seor Roland qu significa todo aquello, pero sin ensearle la
tela.
Eso no nos servira gran cosa. Algunas de las palabras ni siquiera las
podemos leer, de tan estropeada como est. Si es que ests decidido a consultar
con el preceptor, lo mejor que puedes hacer es ensearle la tela.
Bien, ya lo pensar dijo Julin mientras se meta en la cama.
Al da siguiente los chicos tuvieron ciase desde las nueve y media hasta las
doce y media. Jorge acudi sin Timoteo. Estaba muy molesta, pero no hubiera
sido bueno ponerse en actitud desafiante y negarse a ir a clase sin el perro.
Ahora que el can le haba negado definitivamente la amistad al preceptor, la
cosa ya no tena gran importancia. El animalito haba demostrado a las claras
que no le interesaba verlo y, por la misma razn, el seor Roland haca bien en
no admitirlo en su presencia; sin embargo, Jorge estaba muy irritada.
Durante la clase de latn, Julin encontr la oportunidad de preguntar
aquello que deseaba saber.
Por favor, seor Roland dijo. Podra decirme qu significan las
palabras VIA OCCULTA?
VIA OCCULTA? dijo el seor Roland contrayendo la frente. S,
significa camino secreto o va secreta. Un camino oculto, o algo por el
estilo. Por qu lo quieres saber?
Todos los chicos estaban odo atento. Sus corazones latan
apresuradamente. Julin tena razn. Aquello significaba que haba un camino
secreto en algn sitio.
Pero dnde? Y dnde empezaba? Y dnde terminaba?
Oh, slo era una curiosidad dijo Julin. Gracias, seor.
Les hizo un guio a los dems. Estaba tan excitado como ellos. Con slo
que pudieran descifrar el resto de los extraos signos, acabaran resolviendo el
misterio. Bien, lo mejor sera volverle a preguntar al seor Roland dentro de
unos das. El misterio acabara resolvindose de una manera o de otra.
El ''camino secreto''! se dijo Julin a s mismo, mientras intentaba
resolver un problema de geometra. El ''camino secreto''. Seguro que
acabaremos descubriendo dnde est.
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CAPTULO VII
INSTRUCCIONES PARA ENCONTRAR EL
CAMINO SECRETO
En los das que siguieron, los chicos apenas tuvieron tiempo de
preocuparse por el camino secreto, porque el da de Navidad se acercaba y
haba muchas cosas que hacer.
Haba que escribir muchas felicitaciones y pintarlas, para envirselas a sus
padres y amigos. Haba adems que engalanar la casa. Fueron con el seor
Roland a coger ramas de acebo y volvieron cargados a casa.
Parecis postales navideas dijo ta Fanny al verlos atravesar la puerta
del jardn con los brazos repletos de ramas y coloreadas frutas. El seor Roland
haba encontrado un grupo de rboles que en la parte ms alta de las ramas
tenan grandes cantidades de murdago, y los chicos haban aprovechado la
ocasin para coger una buena parte. Los frutos parecan perlas verdes.
El seor Roland ha trepado a varios rboles para cogerlos dijo Ana.
Es un magnfico trepador. Lo hace mejor que un mono.
Todos rieron menos Jorge. Ella no rea con nada que se refiriese al
preceptor. Depositaron su carga en el prtico del jardn y fueron a lavarse.
Aquella tarde tenan que engalanar la casa.
Querrs, to, que te adornemos el despacho tambin? pregunt Ana.
To Quintn tena su despacho lleno de extraos instrumentos y tubos de
cristal y los chicos casi nunca se atrevan a meterse all.
No. No quiero que me revuelvan las cosas del despacho dijo
rpidamente to Quintn. No se hable ms del asunto.
To, por qu tienes esas cosas tan raras en el despacho? pregunt Ana
mientras echaba un vistazo por todo el rededor.
To Quintn se ech a rer.
Estoy trabajando en una frmula secreta dijo.
Qu frmula es esa? dijo Ana.
Aunque te lo dijera, no lo entenderas dijo su to. Todas esas cosas
que t llamas extraas me ayudan una enormidad en mis investigaciones, y
todo lo que averiguo gracias a ellas lo pongo en mi libro; y de todo lo que voy
aprendiendo y estudiando sacar una frmula secreta que ser un invento de
gran utilidad cuando haya terminado el trabajo.
T quieres encontrar una frmula secreta y nosotros, por nuestra parte,
queremos averiguar dnde est un camino secreto dijo Ana olvidndose
completamente de que no deba hablar a nadie del tema.
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las palabras y nos descifre las seales. El que le pidamos que use su inteligencia
en descifrar esos enigmas no quiere decir que le revelemos el secreto.
Nunca cre que fueses capaz de ensearle la tela dijo Jorge. Y estoy
segura de que l, una vez le hayas preguntado qu significado tienen esas
palabras y esos signos, no parar hasta enterarse de todo, ya lo vers! Es un
individuo muy entrometido.
Por qu dices eso? Yo no he notado que sea ni un tanto as de
entrometido.
Pues yo le vi ayer registrando el despacho cuando no haba nadie dijo
Jorge. l no me vio. Pero yo estaba agazapada en la ventana con Timoteo.
Estaba fisgoneando por todo lo alto.
Ya sabes lo interesado que est en el trabajo de tu padre dijo Julin.
Qu importancia tiene que estuviera echando una ojeada al despacho? Tu
padre es muy amigo suyo. Lo que te pasa es que no sabes hacer otra cosa que
inventar cosas desagradables contra el seor Roland.
Oh, haced el favor de dejar de discutir dijo Dick. Es Nochebuena.
Basta ya de chillar y decir cosas desagradables.
Justo en aquel momento entr el preceptor en la habitacin.
Hola! Veo que estis muy atareados! dijo, con labios que aparecan
sonrientes bajo el bigote. Acaso encontris muy complicado redactar
felicitaciones de Navidad?
Seor Roland empez a decir Julin. Quisiramos que nos ayudara
usted a resolver un enigma. Hemos descubierto un trozo de tela antigua donde
hay marcados unos signos que no podemos entender. Hay tambin unas
palabras que, al parecer, estn escritas en latn, pero tampoco podemos
interpretar su significado.
Jorge no pudo evitar una exclamacin de disgusto cuando vio a Julin
extender la vieja tela sobre la mesa ante la vista del seor Roland. Se levant y
sali de la habitacin dando un portazo.
Nuestra simptica Jorgina no parece estar esta noche de muy buen
humor dijo el seor Roland, acercndose a la tela. De dnde habis sacado
esto? Parece una cosa muy antigua.
Nadie contest. El seor Roland estudi detenidamente las letras y seales
que haba en la tela y despus profiri una exclamacin.
Ah!, ahora comprendo por qu el otro da me preguntasteis el
significado de aquellas palabras latinas, aquellas que significaban camino
secreto. Estn escritas aqu, al principio de todo.
S dijo Dick.
Todos estaban agrupados en torno del seor Roland, esperando que ste
pudiera descifrar por lo menos algo del misterio.
Slo queremos saber qu significan esas palabras, seor dijo Julin.
Esto es en realidad muy interesante dijo el preceptor mientras segua
examinado la vieja tela. Al parecer se trata de una clave para hallar la entrada
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de un camino secreto.
Eso es lo que nosotros habamos supuesto! dijo Julin con excitacin
. Exactamente lo que habamos pensado. Oh, seor, por favor, tradzcanos la
clave.
Pues bien: estos ocho cuadrados representan los recuadros de un
entrepao de madera, a lo que parece dijo el preceptor, sealando los toscos
cuadrados que haba dibujados en la tela. Esperad un poco, que no es tan fcil
traducir esto. Es algo fascinante. Solum lapideum parles ligneus. Y esto qu
significa?; cellula. Ah, s! Cellula!
Los chicos estaban todos pendientes de las palabras del preceptor. Un
entrepao de madera! Seguramente se trataba de los recuadros que haba en el
vestbulo de la granja Kirrin.
El seor Roland sigui examinando la tela con el ceo fruncido. Luego
encarg a Ana que fuera a pedirle prestada a su to una gran lupa que ste tena
en su despacho. A poco, estaba ya de vuelta con la enorme lupa y los chicos
pudieron observar las palabras a su travs.
Bien dijo el preceptor al fin. En lo que est a mi alcance, esto quiere
decir: Una habitacin orientada al Este; ocho recuadros de madera, uno de
ellos deslizable, que es este que est sealado con una cruz; un suelo de
piedra... S, creo que es eso: un suelo de piedra, y un armario. Todo suena a
cosa extraordinaria y fantstica. De dnde habis sacado esto?
Oh, nos la encontramos dijo Julin despus de una pausa. Seor
Roland, muchsimas gracias. Nosotros nunca hubiramos podido descifrar el
significado de esas letras y signos. O sea que, segn parece, la entrada del
camino secreto est en una habitacin orientada al Este.
Eso parece dijo el seor Roland, volviendo a examinar la tela.
Dnde decs que la habis encontrado?
No podemos decrselo contest Dick. Se trata de un secreto.
No os preocupis. A m podis decrmelo dijo el seor Roland fijando
sus azules y brillantes ojos en Dick. Yo s guardar muy bien los secretos. No
podis haceros idea de cuntos de ellos me confan.
Bien dijo Julin. En realidad, no vemos por qu no vamos a poder
decirle dnde hemos encontrado la tela. La hemos encontrado en la granja
Kirrin, dentro de una vieja petaca. Supongo que el camino secreto no estar
muy lejos de all, pero dnde, exactamente? Y a dnde llevar?
Habis encontrado la tela en la granja Kirrin! exclam el seor Roland
. Caramba, caramba, aquello parece un lugar antiguo y muy interesante. Me
gustara ir un da all para verla de cerca.
Julin enroll la tela y la guard en el bolsillo del pantaln.
Muy bien, muchas gracias, seor dijo. Usted nos ha ayudado a
resolver una parte del misterio, pero nos queda todava encontrar el camino
secreto. Un da, despus de Navidad, lo intentaremos.
Yo ir con vosotros a la granja Kirrin dijo el seor Roland.
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Seguramente os podr ayudar en algo. Claro que eso ser si no os importa que
participe de vuestro fascinante secreto.
Est bien. Usted nos ha hecho un gran favor traducindonos esas
misteriosas palabras dijo Julin. A nosotros nos gustara que usted nos
acompaase, si es que quiere, seor.
S. Nos gustara mucho dijo Ana.
Est bien. Entonces iremos todos a averiguar dnde est el camino
secreto le dijo el seor Roland. Ser muy interesante empezar a palpar la
pared hasta que aparezca la misteriosa abertura...
No creo que Jorge quiera que vayamos all con el seor Roland
murmur Dick a Julin. No le hemos consultado sobre eso. Seguramente no
querr: ya sabes cmo le odia.
S, lo s dijo Julin, molesto. Pero no debemos preocuparnos por eso.
Jorge cambiar seguramente despus de Navidad. No va a pasarse enfurruada
todas las vacaciones!
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CAPTULO VIII
LO QUE OCURRI LA NOCHE DEL DA DE NAVIDAD
El da de Navidad empez del modo ms agradable. Los chicos
despertaron muy temprano y saltaron rpidamente de la cama para coger los
regalos que les haban dejado amontonados sobre las sillas de sus dormitorios.
Pronto qued todo inundado de gritos de felicidad y alegra.
Oh! Una estacin de ferrocarril! Justo lo que yo quera! Quin me
habr regalado esta estacin tan maravillosa?
Una mueca que abre y cierra los ojos! Se llamar Betsy-May.
Vaya, qu libro ms enorme. Trata de aeroplanos. Me lo regala ta Fanny.
Qu acierto ha tenido!
Timoteo, fjate lo que te ha regalado Julin! Un collar rodeado de pas.
Quedars magnfico con l! Ve en seguida a darle las gracias!
De quin es este regalo? Dnde est la esquela? Oh, es del seor
Roland. Qu acierto ha tenido! Fjate, Julin, un cortaplumas de tres hojas.
Entre gritos y exclamaciones pasaron todos alegremente una hora abriendo
paquetes y disfrutando de los regalos.
Cuando los chicos salieron del dormitorio, ciertamente que estaba todo
alborotado y en desorden!
Quin te ha regalado ese libro sobre perros, Jorge? dijo Julin al ver un
magnfico libro dedicado a los canes entre el montn de regalos de Jorge.
El seor Roland dijo Jorge brevemente.
Julin senta curiosidad por saber si su prima aceptara el regalo. Opinaba
que no. Pero la muchachita haba decidido no estropear a los dems el da de
Navidad y no quera ser difcil. Por eso, cuando todos empezaron a darle al
preceptor las gracias por sus regalos, ella se uni a los dems, aunque su
agradecimiento fue expresado torpemente y en voz baja.
Jorge no le haba regalado nada al preceptor, pero los otros s, y ste les
haba dado las gracias muy sincera y efusivamente, dando la impresin de estar
muy contento. Le dijo a Ana que su postal navidea era la ms bonita que hasta
entonces le haban regalado, y ella estaba radiante de contento.
Bien! Es magnfico estar juntos en Navidad! dijo el preceptor cuando
todos estuvieron sentados alrededor de la mesa dispuestos a tomar la suculenta
comida navidea. Quiere que le sirva, seor Quintn? Me gusta mucho
hacerlo.
To Quintn le dio el cuchillo y el tenedor muy satisfecho.
Es una suerte que est usted con nosotros dijo efusivamente. Todos
hemos congeniado mucho con usted. Para nosotros es como un amigo de toda
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la vida!
Realmente, el da de Navidad se presentaba muy bien. No habra que dar
clases, desde luego, y al da siguiente tampoco. A la alegra de los chicos
contribua no poco el magnfico festn que se estaban dando, saboreando ricos
dulces y en la ansiosa espera de que encendieran el rbol de Navidad.
El rbol, una vez encendido, resultaba magnfico. Las luces refulgan en
medio de la oscuridad del vestbulo, lo mismo que los brillantes adornos.
Timoteo se sent ante l y empez a contemplarlo extasiado.
Le gusta tanto como a nosotros dijo Jorge. En realidad, Timoteo estaba
disfrutando aquel da ms que los propios chicos.
Estaban totalmente exhaustos cuando lleg la hora de irse a la cama.
Me voy a dormir en un santiamn dijo Ana dando un bostezo. Oh,
Jorge, qu bien ha resultado todo, verdad? Qu bonito es el rbol de Navidad!
S, todo ha quedado muy bien dijo Jorge metindose en la cama. Ya
llega mam para darnos las buenas noches. Timoteo! Mtete en la cesta!
Timoteo se meti en su cesta, que estaba bajo la ventana. Siempre se meta
en ella cuando la madre de Jorge se acercaba para dar las buenas noches a las
chicas, pero en cuanto sta se marchaba, el can, de un salto, suba a la cama de
Jorge. All era donde dorma siempre, con la cabeza apoyada en los pies de su
amita.
No crees que Timoteo debera dormir esta noche abajo? dijo la madre
de Jorge. Juana dice que se ha hinchado a comer en la cocina, y que debe estar
ahto.
Oh, no, mam dijo Jorge al momento. Cmo va a dormir Timoteo
abajo esta noche? Se llevara un disgusto enorme!
Oh, muy bien dijo su madre riendo. Slo era una sugerencia. Ahora,
a dormir mucho, Ana y Jorge. Es muy tarde y debis de estar muy cansadas.
Acto seguido se dirigi al dormitorio de los chicos y les dio tambin las
buenas noches. Estaban ya casi dormidos.
Dos horas despus todos los de la casa estaban ya en la cama. La casa
qued silenciosa y oscura. Jorge y Ana dorman plcidamente, lo mismo que
Timoteo.
De pronto, Jorge despert sobresaltada. Timoteo estaba lanzando ligeros
gruidos! Tena enderezada su enorme y peluda cabeza, por lo que Jorge dedujo
que estaba escuchando algo.
Qu te pasa, Tim? le susurr. Ana no se haba despertado. Timoteo
continuaba con sus gruidos. Jorge se incorpor y lo sujet por el collar para
indicarle que se callara. Hubiera sido terrible que despertara a su padre.
Timoteo dej de gruir una vez vio despierta a Jorge. La chica estaba
indecisa: no saba qu determinacin tomar. No quera despertar a Ana. Se
hubiera asustado enormemente. Por qu grua Timoteo? Nunca lo haca por
la noche!
Quiz sea mejor que eche una ojeada por ah a ver si todo est
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CAPTULO IX
A LA BSQUEDA DEL CAMINO SECRETO
Al da siguiente no hubo clases. Jorge estaba plida y se portaba muy
comedidamente. A Timoteo lo haban encerrado ya en la perrera del jardn y los
chicos podan or sus tristes lamentos.
Oh, Jorge, cunto siento lo que ha pasado! dijo Dick. Lo que dara yo
porque no te portaras siempre tan violentamente. Lo nico que consigues es
llevarte disgustos y que se los lleve tambin el pobre Timoteo.
Jorge estaba llena de sentimientos contradictorios. Odiaba tanto al seor
Roland, que a duras penas poda soportar verlo, aun cuando cuidaba mucho de
no ser arisca ni rebelde, porque tena miedo de que si mostraba sus
sentimientos, el preceptor le dara malas notas y entonces quizs hasta le
prohibieran ver a Timoteo. Era realmente muy difcil para una naturaleza tan
tempestuosa como la de Jorge tener que comportarse dcilmente.
El seor Roland no le haca el menor caso. Los chicos intentaban meter a
Jorge en sus charlas, pero ella permaneca comedida e indiferente.
Jorge! Hoy vamos a ir a la granja Kirrin! dijo Dick. Ven con
nosotros! Vamos a buscar la entrada del camino secreto. Tiene que estar en
algn sitio de la casa.
Los chicos le haban contado a Jorge lo que el seor Roland haba dicho
sobre el significado de las palabras y los signos del viejo lienzo. Todos se
sentan enormemente interesados por la cuestin, aunque, debido a los sucesos
del da de Navidad, su inters haba disminuido momentneamente.
Desde luego, iremos todos dijo Jorge con aire repentinamente alegre.
Timoteo tambin ir. Quiere dar un paseo.
Pero cuando la muchachita se enter de que el seor Roland iba a ir
tambin, cambi en seguida de pensamiento. Por nada del mundo quera ir de
paseo con el preceptor. Saldra sola con Timoteo.
Pero, Jorge, piensa en lo que vamos a disfrutar buscando el camino
secreto le dijo Julin cogindola por el brazo. Jorge se desasi al momento.
Si va el seor Roland, no ir yo dijo obstinadamente. Los otros
pensaron que sera mejor no insistir. Voy a ir a pasear sola con Timoteo dijo
Jorge. Vosotros podis ir con vuestro querido seor Roland!
Se alej de ellos, junto con el perro. Los otros la miraron pesarosos. Era algo
horrible lo que suceda. Jorge se volva cada vez ms insociable, pero qu iban a
hacerle?
Bueno, muchachos, estis preparados? pregunt el seor Roland.
Podis ir solos a la granja. Yo me reunir con vosotros ms tarde. Antes tengo
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nada.
Y por qu no? pregunt Ana.
Porque las paredes son de piedra, tontina, y lo que tiene que haber son
entrepaos de madera dijo Julin. Usa la cabeza, Ana.
Bien, entonces no tenemos que molestarnos en registrarla dijo Dick.
Fijaos, las otras dos s tienen entrepaos. Las registraremos.
Seguramente pintaron ocho cuadros en el lienzo por alguna razn dijo
Julin mirando otra vez la vieja tela. Creo que es una buena idea averiguar
qu habitacin tiene slo ocho recuadros en el entrepao, ya sabis, debajo de la
ventana o en cualquier lugar determinado.
Era tremendamente emocionante la tarea de inspeccionar las dos
habitaciones. Los chicos empezaron por la ms pequea. Tena las paredes
cubiertas de madera de roble oscuro, pero no haba ningn sitio donde hubiera
exactamente ocho recuadros. Por tanto, los chicos se metieron en la segunda
habitacin.
All, la cubierta de madera de las paredes era distinta. No era tan oscura, no
estaba tan vieja. Los recuadros tambin eran de tamao distinto. Los chicos
empezaron a golpearlos y a comprimirlos, en la esperanza de que alguno de
ellos cediera y dejara al descubierto una cavidad, como haba ocurrido en el
vestbulo el otro da.
Pero quedaron defraudados. No ocurri nada de particular. Estaban
todava enfrascados en su investigadora tarea cuando oyeron pisadas y voces
que provenan del vestbulo. Alguien se asom por la puerta y ech un vistazo
al interior de la habitacin. Era un hombre alto y delgado, con gran nariz que
serva de soporte a unas gafas.
Hola dijo. La seora Sanders me ha dicho que estis buscando un
tesoro o algo as. Cmo os va?
No muy bien dijo Julin cortsmente. Mir al hombre y vio que tras l
haba otro, ms joven, que tena una gran boca y cierta dureza en la mirada.
Supongo que ustedes son los dos artistas dijo.
S, lo somos dijo el primer hombre mientras se introduca en la
habitacin. Y vosotros qu es lo que estis buscando, exactamente?
Julin no tena ningunas ganas de decir nada acerca de lo que estaban
haciendo, pero resultaba difcil no contestar a la pregunta del hombre.
Pues, en realidad, estamos intentando encontrar un recuadro de la pared
que sea deslizable dijo al final. En el vestbulo hay uno as. Y resulta muy
divertido mirar a ver si hay otro en cualquier sitio.
Queris que os ayude? dijo el otro artista metindose a su vez en la
habitacin. Cmo os llamis? Yo me llamo Thomas, y mi amigo, Wilton.
Los chicos charlaron amigablemente con los hombres durante unos
minutos, pero no tenan el menor deseo de que les ayudaran en su bsqueda.
Lo que fuera, queran encontrarlo ellos. Era desconsolador pensar que tal vez
los mayores podran resolver el misterio por su cuenta.
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CAPTULO X
UN CONTRATIEMPO PARA JORGE Y TIMOTEO
A la maana siguiente haba que volver a dar clases sin Timoteo debajo de
la mesa! Jorge acariciaba la idea de no acudir, pero es que iba a conseguir algo
con ello? Tena miedo a las personas mayores. stas podran castigarla del
mejor modo que les pareciera. En realidad, no es que le importara mucho que la
castigaran a ella. Lo que no poda soportar era la idea de que tambin
castigasen a Timoteo.
Plida y sombra, la muchachita no tuvo otro remedio que sentarse a la
mesa con los dems. Ana estaba muy contenta de volver a dar clases. En
realidad, todo lo que representara agradar al seor Roland la pona contenta:
ste le haba regalado por fin la mueca-hada que haba en la parte ms alta del
rbol navideo! Para Ana era la mueca ms bonita que haba visto en su vida.
Jorge se enfurru cuando Ana le ense la mueca. No le gustaban nada
las muecas... Y mucho menos la que el seor Roland haba escogido para
regalrsela a Ana! Pero Ana estaba muy contenta y agradecida, y haba
decidido dar clases, como los dems, con todo su entusiasmo y aprender lo ms
que pudiera.
Jorge se aplic en las clases lo menos que pudo. Slo lo indispensable para
que no la rieran. El seor Roland no demostr gran inters hacia ella ni hacia
su trabajo. Estaba ensimismado con las lecciones de los dems, y entregado en
cuerpo y alma a ensearle a Julin ciertos detalles que ste no acababa de
comprender.
Durante las clases, los chicos podan or los tristes lamentos que profera
Timoteo desde el jardn. Esto los llenaba de congoja, pues a Timoteo lo
consideraban un autentico camarada y lo queran tanto como se queran entre
ellos. No podan soportar el pensamiento de saberlo en la perrera del jardn
pasando fro. Cuando se suspendieron las clases para el almuerzo durante diez
minutos y el seor Roland sali de la habitacin, Julin le dijo a Jorge:
Jorge! Es horrible para nosotros or los lamentos de Timoteo con el fro
que hace ah fuera. Y estoy seguro de que de vez en cuando tose. Voy a hablar
de ello al seor Roland. T debes de estar apenadsima.
S, creo que yo tambin lo he odo toser dijo Jorge abrumada. A lo
mejor se resfra. Y l no tiene la menor idea de por qu le hacemos eso. Debe de
pensar que yo soy terriblemente mala.
La muchacha volvi la cabeza, temerosa de que afloraran lgrimas a sus
ojos. Ella tena a gala no llorar nunca, pero resultaba muy difcil contener las
lgrimas sabiendo que Timoteo estaba a la intemperie pasando fro.
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comprobemos cmo se porta Jorge durante una semana entera. Al fin y al cabo,
un da no significa gran cosa.
Los chicos miraron a su to enormemente contrariados. Les pareci un
hombre dbil y cruel. El seor Roland movi la cabeza.
S dijo. Una semana bastar para ver si Jorge ha mejorado realmente.
Si durante ella Jorgina se porta bien, creo que cambiar la opinin sobre el
perro, seor. Pero, por ahora, entiendo que es mejor que siga viviendo fuera de
la casa.
Est bien dijo to Quintn dirigindose a la puerta. Se par un
momento volvindose hacia el preceptor. Venga luego un rato a mi despacho
dijo. He descubierto cosas nuevas relativas a mi frmula. Ya ver los
progresos que he hecho.
Los tres chicos se miraron uno a otro sin pronunciar palabra. Pareca
mentira que el preceptor hubiera podido convencer a to Quintn para no dejar
que el perro volviese a vivir en la casa. Se haban desengaado de l. El
preceptor lo not.
Siento mucho defraudaros dijo. Pero creo que si os hubiera mordido
a vosotros como me ha mordido a m, y os hubiera tirado al suelo como
tambin hizo conmigo, no tendrais muchas ganas de estar en su compaa.
Sali de la habitacin. Los chicos empezaron a pensar cmo le diran a Jorge
lo que haba sucedido. Ella regres en seguida, impaciente y esperanzada. Pero
cuando vio los cariacontecidos rostros de sus primos se le vino el alma a los
pies.
Es que no dejan que Timoteo vuelva a casa? pregunt al momento.
Qu ha ocurrido? Contdmelo!
Le contaron todo lo que haba ocurrido. El rostro de la muchachita se torn
sombro cuando oy que el preceptor se haba opuesto a la vuelta de Timoteo,
aun cuando su propio padre haba sugerido lo contrario.
Oh! Qu hombre ms bestia! grit. Cmo le odio! Me pagar lo
que ha hecho! Ya lo creo que me las pagar!
Sali rpidamente de la habitacin. Sus primos oyeron como cruzaba el
vestbulo y despus un enorme portazo reson por toda la casa.
Se ha marchado dijo Julin. Apuesto a que ha ido a ver a Timoteo.
Pobre Jorge! Est ms alterada que nunca.
Aquella noche Jorge no poda dormir. Daba vueltas en la cama mientras oa
las toses y los lamentos de Timoteo. El can tena fro, ella estaba segura. Le haba
llenado de paja la perrera en la esperanza de que no sintiera tanto el fuerte
viento norteo, pero el perro tena que soportar a la fuerza la amarga y terrible
noche, ms an, cuando estaba acostumbrado a dormir en su cesta, dentro de la
casa y al abrigo de toda intemperie.
Timoteo volvi a toser, esta vez con voz cavernosa. Era algo que Jorge no
poda soportar. Necesitaba ayudarlo.
Lo meter un rato en la casa y lo frotar con la medicina que tiene mam
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CAPTULO XI
PAPELES ROBADOS
Jorge, por favor, no te portes mal esta maana dijo Julin despus del
desayuno. Ten en cuenta que el pobre Timoteo podr sufrir las consecuencias.
Es que crees que voy a poder portarme bien, sabiendo que el seor
Roland est decidido a que Timoteo no est conmigo durante todo el tiempo que
duren las vacaciones? dijo Jorge.
Bueno: l dijo una semana. No podras intentarlo durante una semana?
No. Cuando terminase la semana el seor Roland dira que haba que
probar otra semana dijo Jorge. No puede tragar al pobre Timoteo. Y a m
tampoco. En lo que a m se refiere, no estoy sorprendida, porque cuando yo me
propongo ser antiptica lo soy de veras. Pero no veo la razn para que odie al
pobre Timoteo.
Oh, Jorge, nos vas a estropear todas las vacaciones si no te portas bien
dijo Ana.
Pues bien: os las estropear dijo Jorge con gesto ceudo.
No veo la razn por la que debas estropearnos a nosotros las vacaciones
adems de estropertelas t a ti misma dijo Julin.
No te preocupes, que no creo que pueda estroperoslas dijo Jorge.
Podris pasarlo de lo mejor. Podis ir a pasear con vuestro querido seor
Roland, jugar con l por las tardes y rer y charlar todo lo que os d la gana. Lo
que haga yo no os tiene que importar.
Eres una chica muy extraa dijo Julin dando un suspiro. Nosotros
te apreciamos y no nos gusta que seas desgraciada. Cmo vamos a pasarlo
bien viendo que Timoteo y t sois desgraciados?
No os preocupis por m dijo Jorge con voz spera. Ahora me voy a
marchar con Timoteo. Hoy no pienso dar clases.
Jorge! Eso no lo puedes hacer! dijeron a la vez Julin y Dick.
S que lo har dijo Jorge. No pienso ir a clase. No puedo soportar
trabajar con el seor Roland desde que se opuso a que Timoteo volviera a vivir
en la casa.
Pero si haces eso te castigarn dijo Dick.
Si las cosas se ponen mal huir de casa dijo Jorge. Huir con Timoteo.
Sali de la habitacin dando un portazo. Los otros quedaron estupefactos.
Qu iba a hacerse con una persona como Jorge? En cuanto le coga odio a
alguien se pona fuera de s, como un caballo desbocado.
El seor Roland entr en la habitacin con los libros debajo del brazo.
Sonri a los chicos.
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CAPTULO XII
JORGE, EN UN ATOLLADERO
Qu es lo que hay? pregunt Jorge cuando estaban todos reunidos.
Ha ocurrido algo de particular?
S, Jorge. Alguien ha robado las tres hojas ms importantes del libro que
tu padre est escribiendo! dijo Julin, jadeante. Y han roto tambin los
tubos de ensayo con los que tu padre estaba haciendo experimentos. El seor
Roland cree que t tienes algo que ver con eso!
El muy bestia! exclam Jorge, con sus azules ojos rezumando ira.
Como si yo fuera capaz de hacer una cosa as! Por qu dice que he sido yo?
Es que dejaste un frasco de aceite en la chimenea del despacho dijo
Ana. Yo no le he dicho a nadie lo que t me contaste que hiciste esta noche,
pero, de todos modos, el seor Roland ha adivinado que fuiste t la que dej
all el frasco.
No les has dicho a tus hermanos lo que hice esta noche? pregunt
Jorge. Bien, de todos modos, no hay mucho que contar, Julin. Se trata de que
o al pobre Timoteo tosiendo fuerte por la noche y, a medio vestir, fui a recogerlo
y lo met en el despacho, donde haba todava fuego en la chimenea. Mam
tiene siempre en el cuarto de bao un frasco con aceite para los resfriados, y yo
se lo apliqu a Timoteo en la garganta pensando que l tambin se curara. Nos
dormimos los dos y nos despertamos alrededor de las seis. Yo tena mucha
prisa, estaba medio dormida y olvid recoger el frasco. Eso es todo.
Y no cogiste ninguna hoja del libro que est escribiendo tu padre, ni
rompiste nada? pregunt Ana.
Claro que no, tonta repuso Jorge, indignada. Cmo puedes
preguntarme una cosa as?
Jorge nunca menta y los chicos la crean siempre a rajatabla, dijese lo que
dijese. La miraron todos, y ella les devolvi la mirada.
Me pregunto quin habr robado esas hojas, entonces dijo Julin. Si
lo supisemos, tu padre dejara de estar reido contigo. A lo mejor es que las ha
guardado en un sitio seguro para no perderlas y luego lo ha olvidado. Y los
tubos de ensayo deben de haberse roto por cualquier causa. Siempre not que
eran muy frgiles.
Veris la regaina que me voy a ganar por haber metido a Timoteo en el
despacho dijo Jorge.
Y tambin por no haber ido a las clases esta maana dijo Dick. En
realidad, has metido la pata, Jorge. Enteramente parece que te has propuesto
que te castiguen.
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Puedo palpar los ocho recuadros hasta topar con el que est sealado en el
lienzo con una cruz pens. Seguramente uno de ellos es deslizable.
Cuando empezaba a probar suerte se volvi a abrir la puerta y su padre
entr en el despacho. Estaba muy serio.
He estado hablando con tu madre dijo. Est conforme conmigo en
que te has comportado muy mal, muy arisca y rebelde. No podemos tolerar que
seas as. Debes ser castigada, Jorge.
Jorge mir ansiosamente a su padre. Con tal que no castigasen tambin a
Timoteo...! Pero, por supuesto, no fue as.
Te irs a la cama ahora mismo para pasarte all el resto del da, y al perro
no lo vers durante tres das dijo su padre. Encargar a Julin que le lleve
la comida y que le d los paseos durante este tiempo. Y si persistes en ser tan
rebelde, Timoteo se ir de casa para siempre. En realidad, tengo el temor de que
ese perro ejerza sobre ti una mala influencia.
Eso no es verdad, no lo es! grit Jorge. Oh, qu desgraciado va a
sentirse s no me ve durante tres das enteros!
No tengo nada ms que decir dijo su padre. Vete en seguida a la
cama y reflexiona sobre lo que te he dicho, Jorge. Estoy muy disgustado por tu
comportamiento durante estas vacaciones. Realmente, haba credo que el trato
con tus primos te haba hecho cambiar, pero, por lo que veo, sigues siendo la
chica extraa de siempre.
El padre abri la puerta y Jorge la atraves muy erguida, con la cabeza
enhiesta. Oy los murmullos de los dems que estaban comiendo. Subi la
escalera y se desnud, metindose en seguida en la cama. Qu desgracia ms
terrible no poder ver a Timoteo durante tres das! Era algo que no poda
soportar! Nadie tena la menor idea de lo que ella quera a Timoteo.
Juana subi al dormitorio con una bandeja y un plato.
Vaya, seorita, qu pena que tenga que quedarse en la cama! dijo
cariosamente. Pero si se porta bien, muy pronto la veremos andar por casa.
Jorge empez a probar la comida. No tena nada de apetito. Se ech en la
cama y empez a pensar intensamente en Timoteo y en los ocho recuadros del
despacho. Sera posible que los signos del lienzo se refirieran a ellos? Se puso a
contemplar la ventana, llena de profundas ideas.
Vaya! Est nevando! dijo de pronto, incorporndose. Lo supuse
cuando vi esta maana el cielo tan plomizo. Y nieva fuerte! Seguramente por
la noche nevar mucho ms todava! Oh, pobre Timoteo! Espero que Julin se
d cuenta de que la perrera est totalmente desguarnecida contra la nieve y
haga algo.
Jorge, en la cama, no haca ms que pensar. Juana volvi y se llev la
bandeja. Nadie ms fue a verla. Jorge estaba segura de que a sus primos les
haban prohibido subir a verla y hablar con ella. Se senta sola y desamparada.
Empez a pensar en las hojas de manuscrito que haba perdido su padre.
Las habra robado el seor Roland? Al fin y al cabo, l estaba muy interesado
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con el trabajo de su padre y pareca entender de ello. El ladrn tena que haber
sido alguien que conociera perfectamente dnde estaban aquellas importantes
hojas del manuscrito. Era casi seguro que Timoteo habra ladrado si alguien
hubiese entrado en el despacho por la ventana, aunque, tambin era verdad, el
can estaba en el extremo opuesto de la casa. Timoteo tena un odo muy fino.
Estoy segura de que ha sido alguien que vive en esta casa dijo Jorge.
De los chicos nadie ha sido, eso es seguro. Y tampoco mam ni Juana. Slo
puede haber sido el seor Roland. Y, adems, yo lo descubr la otra noche en el
despacho cuando Timoteo me despert con sus gruidos.
Se sent de pronto en la cama.
Claro! El seor Roland se empea en que el perro no viva en la casa
porque piensa volver a hacer una incursin por el despacho y tiene miedo de
que despierte a todo el mundo con sus ladridos pens. No quiso de
ninguna manera que volviera a entrar, aun cuando mi padre y todos
compartan mi deseo. Estoy segura de que el seor Roland es el ladrn! Ya lo
creo que estoy segura!
La muchachita se senta muy excitada. Era posible que el seor Roland
hubiera robado las hojas del manuscrito y roto los tubos de ensayo? Cmo
echaba de menos a sus primos! Cuntas ganas tena de hablar con ellos un rato
sobre todas estas cosas!
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CAPTULO XIII
JULIN SE LLEVA UNA SORPRESA
Los chicos estaban echando mucho de menos a Jorge. To Quintn les haba
prohibido subir a su cuarto para verla.
Unas cuantas horas de meditacin tal vez mejoren su carcter dijo.
Pobre Jorge! dijo Julin. Qu desgraciada es! Anda, fijaos cmo
nieva!
La nieve caa abundantemente. Julin se acerc a la ventana y contempl el
paisaje.
Tengo que salir al jardn y ver cmo lo pasa Timoteo dijo. No quisiera
que el pobre se helara. Supongo que estar perplejo, preguntndose qu es la
nieve.
Timoteo estaba, en verdad, perplejo, contemplando cmo iba cubrindose
todo de una capa blanca. Se sent en la perrera sin dejar de observar la cada de
los copos. Se senta muy desgraciado. Por qu tena l que estar en esa perrera,
muerto de fro? Por qu no vena Jorge a recogerlo? Es que su amita ya no le
quera? El perrazo estaba abatido: tan abatido como Jorge.
Se alegr mucho de ver a Julin. Dio un salto y se abalanz sobre l,
lamindole la cara.
Buen perro! dijo Julin. Te encuentras bien? Ahora voy a limpiarte
esto de nieve y ponerte la perrera en otra direccin para que no se metan dentro
los copos. As, ves?, est mejor. No, muchacho, no nos vamos de paseo. Al
menos, por ahora.
El chico le dio unas palmaditas cariosas y le prodig otras carantoas,
pero en seguida volvi a meterse en la casa.
Julin! El seor Roland va a salir l solo a dar un paseo. Ta Fanny est
dedicada a sus ocupaciones y to Quintn trabajando en el despacho. No
podemos aprovechar la ocasin para subir y hacerle a Jorge una visita?
Nos lo han prohibido dijo Julin, dubitativo.
Ya lo s dijo Dick. Pero valdra la pena de arriesgarnos con tal de
darle una alegra a Jorge. Debe de ser terrible para ella tener que estar metida en
la cama sabiendo, adems, que no podr ver a Timoteo durante varios das.
Ser mejor que vaya yo solo, que soy el mayor dijo Julin. Vosotros
dos quedaos en el cuarto de estar y charlad. As to Quintn creer que estamos
todos reunidos abajo. Voy arriba un momento a ver a Jorge.
Muy bien dijo Dick. Dile que no la olvidamos, ni a ella ni a Timoteo.
Julin subi silenciosamente la pequea escalera. Abri la puerta del cuarto
de Jorge y se introdujo en l, cerrndola luego tras s. Pudo ver a Jorge sentada
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CAPTULO XIV
EL CAMINO SECRETO, POR FIN
Los cuatro chicos empezaron a deslizarse escaleras abajo en la oscura
noche. Ninguno de ellos haca el menor ruido. Se metieron en el despacho. Jorge
cerr tras s la puerta con mucho cuidado y encendi la luz.
Lo primero que hicieron fue dirigir la vista a los ocho recuadros que haba
en el entrepao de encima de la chimenea. S: eran exactamente ocho. Cuatro en
una fila y cuatro en la fila de abajo. Julin sac la vieja tela, la extendi sobre la
mesa y todos se pusieron a examinarla.
La cruz est en medio del segundo recuadro en la fila de arriba dijo
Julin en voz baja. Voy a intentar correrlo. Esperaos vosotros!
Se dirigi a la chimenea. Los otros le siguieron, con los corazones latiendo
apresurados y muy excitados. Julin palp y comprimi hacia el centro del
segundo recuadro. Nada ocurri.
Aprieta ms fuerte! Golpalo! dijo Dick.
No me atrevo a hacer mucho ruido dijo Julin pasando los dedos sobre
el entrepao para ver si haba alguna rugosidad indicadora de un resorte o
palanca escondidos.
De pronto, bajo sus manos, el recuadro se desliz suavemente, lo mismo
que haba ocurrido en el vestbulo de la granja Kirrin. Los chicos se sintieron
entusiasmados.
No es lo suficientemente grande para poder meternos dentro dijo Jorge
. No puede ser la entrada del camino secreto.
Julin sac una linterna del bolsillo de su bata, ilumin la cavidad que el
recuadro haba dejado al descubierto y profiri una exclamacin en voz baja.
Hay una especie de palanca con un grueso alambre atado a ella. Voy a
tirar a ver qu ocurre.
Tir, pero no tena fuerza suficiente para mover la palanca, que pareca
estar clavada en la pared. Dick empez a ayudar a su hermano.
Se est moviendo algo dijo Julin. Vamos, Dick, tira fuerte!
De pronto la palanca se separ de la pared, haciendo mover el alambre. Al
mismo tiempo un inefable ruido se produjo debajo de la alfombra, enfrente
mismo de la chimenea. Ana por poco se desmaya.
Julin! Hay algo debajo de la alfombra que se mueve! dijo,
aterrorizada. Lo estoy notando! Debajo de la alfombra, rpido!
La palanca no se poda separar ya ms de la pared. Los chicos dejaron de
tirar y miraron al suelo. Enfrente de la chimenea, bajo la alfombra, algo se haba
movido. No haba duda de ello: la alfombra, en lugar de estar estirada, se haba
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combado.
Una piedra del suelo se ha movido dijo Julin con voz altamente
excitada. Debe de estar en contacto con el alambre y la palanca de aqu.
Rpido! Levantad la alfombra y arrolladla!
Con manos temblorosas los chicos empezaron a enrollar la alfombra. Al fin
vieron lo que haba pasado. Una gran piedra lisa de las que formaban el suelo
haba salido de su sitio, empujada de algn modo por el alambre que estaba
atado a la palanca de detrs del recuadro de la pared. En el lugar donde la
piedra estaba antes se vea ahora un espacio oscuro.
Mirad esto! exclam Jorge en un excitado susurro. Es la boca del
camino secreto!
Estaba aqu, al fin! exclam Julin.
Vamos adentro! dijo Dick.
No! dijo Ana, temblando ante la idea de tener que meterse por aquel
negro agujero.
Julin encendi la linterna y enfoc el oscuro espacio. La piedra, al
deslizarse, haba dejado espacio suficiente para que por l pudiera pasar una
persona.
Supongo que esto ser una va subterrnea que termina fuera de la casa
dijo Julin. Caramba, qu ganas tengo de averiguarlo!
Pues es muy sencillo dijo Jorge. Averigmoslo.
No ahora dijo Dick. Est muy oscuro y debe de hacer mucho fro ah
dentro. No tengo ganas de meterme por el camino secreto a medianoche. No es
que no est deseando explorarlo, pero vale ms que lo dejemos para maana.
To Quintn se pondr a trabajar aqu maana dijo Julin.
l dijo que la maana la iba a dedicar a despejar de nieve la puerta
principal dijo Jorge. Podemos aprovechar la oportunidad para meternos en
el despacho. Es sbado. No tendremos que dar clases.
Est bien asinti Julin, resignado. Tena unas ganas enormes de
explorar el camino en aquel mismo instante. Pero, por Dios bendito!
Dejadme al menos que eche una ojeada a ver si se trata, en realidad, de un
camino secreto! Hasta ahora lo nico que sabemos es que detrs de la piedra
hay una cavidad!
Yo te ayudar a entrar dijo Dick.
Le dio a su hermano la mano para que se apoyara y Julin se introdujo
gilmente dentro de la cavidad, con la linterna encendida. A poco, profiri una
fuerte exclamacin.
Esto es, desde luego, la boca del camino secreto! De aqu sale un
pasadizo que va por debajo de la casa. Es muy estrecho y est muy abajo. Pero
puedo ver que se trata de un pasadizo. Cmo me gustara saber a dnde lleva!
Se estremeci. Haca all dentro mucho fro y humedad.
Acerca la mano, que voy a subir le dijo a Dick. Pronto estuvo de nuevo
en el caldeado despacho.
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CAPTULO XV
INTERESANTES EXPLORACIONES Y
DESCUBRIMIENTOS
Timoteo se meti de un salto en el agujero despus que lo hubo hecho Jorge.
Empez a correr delante de todos, entregndose voluntariamente a la difcil
tarea de explorar un sitio misterioso, oscuro y fro. Las linternas que llevaban
Julin y Dick iluminaban ampliamente el camino que tenan delante.
Por lo pronto, no haba nada particularmente interesante. El Camino
Secreto discurra bajo la casa, estrecho y profundo, tan estrecho, que los chicos
se vean obligados a andar en fila india y a encorvarse a cada momento.
Sintieron todos un gran alivio cuando el pasadizo empez a ensancharse y el
techo a ser ms alto. Era, en verdad, muy cansado tener que andar encorvado
tanto tiempo.
Tienes formada alguna opinin sobre a dnde conduce el Camino
Secreto? pregunt Dick a Julin. Terminar, tal vez, junto al mar?
Nada de junto al mar dijo Julin, que tena muy buen sentido de
orientacin. Por lo que creo, nos estamos dirigiendo directamente a la
carretera principal. Fjate en las paredes: estn llenas de arena y, como sabes, en
la carretera hay arena en abundancia. Espero que la arena no llegue a
acumularse demasiado en algn sitio y nos interrumpa el paso.
Siguieron caminando. El Camino Secreto era recto, aun cuando en
ocasiones formaba alguna curva para sortear partes rocosas.
Qu oscuro y fro est todo! dijo Ana, tiritando. Me alegro de
haberme trado el abrigo. Cuntas millas hemos hecho ya, Julin?
Ni una sola, tonta dijo Julin. Hola! Fijaos all. La arena parece que
impide el paso.
Las dos linternas enfocaron el camino que tenan delante y los chicos
pudieron ver a su luz que un gran montn de arena haba cado del techo.
Julin empez a dar puntapis en la arena.
No es nada de particular. Despejaremos fcilmente el camino. No hay
demasiada arena y, adems, est muy blanda. Voy a seguir dando puntapis.
Despus de un buen rato de puntapis empez a despejarse el camino. El
montn de arena haba dejado en su parte alta un resquicio por donde los
chicos podan pasar, aun cuando muy estrechamente y procurando tener las
cabezas bien gachas, no fueran a darse un golpe contra el techo del tnel. Julin,
una vez arriba, ilumin con su linterna el camino que haba a continuacin y
pudo ver que estaba despejado.
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CAPTULO XVI
LOS CHICOS SON DESCUBIERTOS
Qu podemos hacer? susurr Jorge.
Estaban todos juntos en una de las habitaciones, escuchando.
Ser mejor que volvamos al Camino Secreto dijo Julin.
Oh, no, no po...! empez a decir Jorge.
En aquel momento el picaporte de la puerta empez a moverse.
Quienquiera que lo estuviese manipulando lo haca en vano. No se poda abrir
la puerta. Se oy una exclamacin de enfado y en seguida los chicos
reconocieron la voz del seor Wilton.
Thomas! La puerta de mi dormitorio no puede abrirse! Entrar por tu
cuarto y ver qu le ocurre al picaporte.
S, ser mejor dijo Thomas.
Entonces se oyeron pasos que se dirigan a la puerta de la otra habitacin.
Luego se oy el ruido que produca el picaporte al ser manipulado.
Qu significa esto? pregunt el seor Wilton, exasperado. Esta
puerta tampoco se abre. Estn cerradas las dos!
Eso parece! dijo el seor Thomas.
Hubo una pausa. Luego los chicos pudieron or unas cuantas palabras
pronunciadas en voz baja.
Habr ocurrido algo con los papeles? Nos habrn descubierto?
Estaban en tu habitacin, verdad? dijo el seor Thomas.
Hubo otra pausa. Los chicos se miraron unos a otros. O sea, que los
hombres aquellos haban robado las hojas y, lo que era peor, stas estaban en el
dormitorio. En la misma habitacin donde estaban los chicos! stos empezaron
a mirar agitadamente por todo el rededor, pensando intensamente para
averiguar dnde haba otros sitios que todava no haban registrado.
Rpido! Registremos por todos sitios mientras dispongamos de tiempo!
susurr Julin. Procurando no hacer ruido.
Todos a la vez, los chicos se pusieron a registrarlo todo una vez ms. Cmo
trabajaron! Hasta abrieron los libros que haba sobre la mesa por si entre sus
pginas podan encontrarse los papeles. Pero no encontraban nada.
Eh, seora Sanders! grit Wilton. Ha cerrado usted por casualidad
estas dos puertas? No podemos entrar en nuestros dormitorios!
Dios bendito! dijo la seora Sanders desde abajo. Voy a subir a ver.
Desde luego, yo no he cerrado ninguna puerta!
Una vez ms fueron movidos los picaportes, pero una vez ms las puertas
no quisieron abrirse. Los hombres empezaban a impacientarse.
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CAPTULO XVII
BUEN PERRO, TIMOTEO!
Ana, por favor, ve ms aprisa! exclam Dick, que estaba detrs de ella.
Para la pobre Ana resultaba verdaderamente difcil correr ms. Arrastrada
por Julin y empujada por Dick, estuvo dos o tres veces a punto de caer.
Jadeaba pesadamente y pareca que iba a estallarle el corazn.
Quiero descansar un poco! jade.
Pero no haba tiempo para ello! Los dos hombres se les estaban acercando
corriendo por detrs! Llegaron a la parte del camino ms ancha, all donde
estaba el rocoso banco. Ana lo mir codiciosamente. Pero los chicos no la
dejaron sentarse.
De pronto la muchachita tropez con una piedra y cay pesadamente al
suelo, arrastrando, casi, a Julin. Intent levantarle y empez a gritar:
Me he hecho dao en el pie! Me lo he torcido! Oh, Julin, no puedo
andar!
Lo siento, pequea, pero tendrs que hacerlo dijo Julin, que estaba
apenado por lo que le haba ocurrido a su hermanita, pero que, sin embargo,
pensaba que todos ellos seran atrapados si no se mantena firme. Corre lo
ms que puedas.
Pero ahora le era imposible a Ana llegar muy lejos. Cada vez que apoyaba
el pie en el suelo daba un grito de dolor. Andaba cojeando y tan despacio, que
Dick por poco se le echa encima. Dick ech un vistazo detrs de l y vio la luz
de la linterna de aquellos hombres acercndose ms y ms. Qu hacer?
Me quedar aqu con Timoteo y los detendremos dijo Jorge de pronto.
Toma esos papeles, Dick. Creo que son los que buscbamos, pero no estar
segura hasta que no los vea con buena luz. Los encontr en el bolsillo de un
impermeable que haba en el armario.
Caramba! dijo Dick, sorprendido. Cogi el paquete de papeles y lo
guard en el pecho, debajo del jersey, lo mismo que haba hecho Jorge, pues el
paquete era demasiado grande para que cupiera en el bolsillo del pantaln.
Yo me quedar contigo, Jorge, y los otros dos que sigan adelante.
No. Yo quiero que esos papeles, sin son los de mi padre, estn a buen
seguro. Vete, Dick! Yo tengo suficiente con Timoteo. Lo har ladrar
estrepitosamente. Ya vers cmo resuenan sus ladridos por estas curvas rocosas
del pasadizo.
Pero, y si los hombres llevan revlveres? dijo Dick, dubitativo. A lo
mejor os disparan.
Apuesto a que no llevan dijo Jorge. Mrchate ya, Dick! Los hombres
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en cama, tosiendo a cada momento. Jorge fue arriba y cerr por fuera la puerta
de su cuarto. No tena intencin de que a lo mejor el preceptor saliera de l y
oyese algo de todo lo que tenan que hablar.
Una vez hubieron comido, pronto les pas a todos el fro. Era muy
agradable estar todos reunidos hablando de la aventura que haban corrido y
haciendo planes sobre cmo resolver mejor el asunto y darle fin.
Desde luego, llamar a la polica dijo to Quintn. Y esta noche
meteremos a Timoteo en el despacho para que les d a los dos artistas la
adecuada bienvenida cuando lleguen.
Aquella tarde el seor Roland qued estupefacto y muy irritado cuando vio
que la puerta de su cuarto no poda abrirse, una vez que decidi salir de all e ir
al piso de abajo. La golpe indignadamente durante un buen rato. Jorge,
sonriente, fue al piso de arriba. Les haba contado ya a los otros chicos cmo
haba cerrado la puerta del dormitorio del seor Roland.
Qu es lo que pasa, seor Roland? pregunt con toda cortesa.
Oh, eres t, Jorge? dijo el preceptor. Procura averiguar qu ha
pasado. No puedo abrir la puerta.
Jorge se haba guardado en el bolsillo la llave de la puerta del dormitorio
del seor Roland. Le contest con acento simptico:
Oh, seor Roland, resulta que no hay llave en la cerradura de la puerta
de su cuarto. No puedo abrirla. Har lo posible por encontrarla!
El seor Roland estaba irritado y estupefacto. No poda entender cmo
poda haber desaparecido la llave de la puerta de su cuarto. No tena, por
supuesto, la menor idea de lo que haban descubierto los de la casa sobre sus
actividades. To Quintn se ech a rer, satisfecho, cuando Jorge le cont el
incidente.
Est a buen recaudo dijo. Ahora s que no podr escapar.
Aquella noche todos fueron temprano a la cama. Timoteo qued en el
despacho, guardando la entrada del Camino Secreto. El seor Roland haba
llegado al grado supremo de la irritacin: segua sin poder abrir la puerta de su
cuarto. Haba llamado a voces a to Quintn. Pero slo haba acudido Jorge a su
llamada. Eso no lo poda entender. Ella haba mandado al perro que ladrase a la
puerta del cuarto de l. Esto lo dej ms sorprendido an. Crea que el can no
podra entrar en la casa hasta pasados unos das, segn haba dicho el dueo de
la casa. Cruzaron su cabeza los pensamientos ms dispares y desaforados.
Acaso Jorge, esa fiera de nia, haba encerrado a sus padres y a la cocinera lo
mismo que lo haba encerrado a l? Desde luego, no tena la menor idea de lo
que realmente haba ocurrido.
A eso de la medianoche, Timoteo despert a todo el mundo con locos
ladridos. To Quintn y los chicos corrieron escaleras abajo, seguidos por ta
Fanny y la perpleja Juana. Un singular espectculo apareci ante su vista!
El seor Wilton y el seor Thomas estaban en el despacho agazapados
detrs del sof, aterrorizados por Timoteo, que profera espantosos ladridos.
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Timoteo estaba junto al agujero del suelo y por eso los hombres no podan
escapar por all. Astuto Timoteo! Haba esperado silenciosamente a que los
hombres se metieran en el despacho y empezaran a explorarlo preguntndose
dnde se encontraban y acto seguido se haba puesto en guardia junto al
agujero, evitando la escapada de los intrusos.
Buenas noches, seor Wilton. Buenas noches, seor Thomas dijo Jorge
con acento muy corts. Han venido ustedes a ver a nuestro preceptor, el
seor Roland?
As es aqu donde l vive! dijo el seor Wilton. Eres t la que
estaba este medioda en el pasadizo?
S, y mis primos tambin dijo Jorge. Han venido a buscar los papeles
que le robaron a mi padre?
Los dos hombres permanecieron silenciosos. Comprendan que los haban
atrapado. Despus de una pausa habl el seor Wilton.
Dnde est Roland?
Los llevamos con el seor Roland? pregunt Julin guindole un ojo
a Jorge. Aunque es medianoche, estoy seguro de que se alegrar de verlos.
S dijo su to dndose cuenta de lo que el chico quera hacer en realidad
. Llevoslos arriba. Timoteo, ve t tambin.
Los hombres siguieron a Julin escaleras arriba con Timoteo pisndoles los
talones. Jorge tambin iba detrs, sonriendo. Le dio a Julin la llave. Abri la
puerta del cuarto y los hombres entraron en l justo mientras Julin encenda la
luz.
El seor Roland estaba despierto y profiri una exclamacin de sorpresa
cuando vio a sus amigos.
Antes de que tuvieran tiempo de intercambiar palabras, Julin cerr la
puerta de nuevo y le entreg a Jorge la llave.
Una bonita coleccin de presos dijo. Pondremos al viejo Timoteo a la
puerta para que vigile. Es imposible que se puedan escapar por la ventana, y
aunque as fuera no podran salir de la casa: estamos bloqueados por la nieve.
Todos volvieron a acostarse, pero los chicos difcilmente podan dormir
despus de los ltimos excitantes acontecimientos. Ana y Jorge hablaban en voz
baja y lo mismo hacan Julin y Dick. Haba muchas cosas de que hablar.
Al da siguiente se llevaron todos una sorpresa. Haba llegado la polica!
La nieve no les haba estorbado el paso, pues se haban provisto de esqus. Fue
una gran emocin para todos.
No queremos sacar de la casa a los hombres hasta que no se haya
retirado la nieve, seor dijo el inspector. Pero los esposaremos, no vaya a
ser que nos gasten una jugarreta. Luego cerraremos la puerta y dejaremos al
perro fuera. Tendrn que estar en el cuarto uno o dos das an. Les hemos
procurado suficientes alimentos. Y si encuentran que es poco, no les sentar mal
ayunar algo.
La nieve se derriti dos das ms tarde y la polica se llev al seor Roland
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FIN
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