Pastoral Vocacional Jorge Alvarez Calderon
Pastoral Vocacional Jorge Alvarez Calderon
Pastoral Vocacional Jorge Alvarez Calderon
Jorge lvarez
Caldern
COLECCIN
Jorge lvarez
Caldern
PRESENTACIN
El Papa Francisco ha logrado en muy pocos meses generar un clima eclesial esperanzador.
Sus palabras, sus gestos, sus actitudes tan evanglicas, especialmente hacia los ms
desvalidos y empobrecidos por el sistema global de la exclusin y del descarte, nos hacen
VOLVER A JESS.
Cuando la Iglesia deja de ser autorreferencial y se centra en lo nico que la justifica y le da
un sentido a su misin Jesucristo- la Iglesia toda se convierte en una con-vocacin.
En la Asociacin de los Sacerdotes del Prado instituto secular de derecho pontificio para
sacerdotes diocesanos- la claridad y urgencia del Papa Francisco respecto a volver a
Jesucristo y al Evangelio, as como la compasin y ternura que manifiesta por los pobres,
nos sintoniza natural y espontneamente con otras intuiciones: las fundacionales del Prado.
Los TODOS de Antonio Chevrier, sacerdote diocesano de la dicesis de Lyon, Francia, en
el s. XIX, son el alma de la orientacin espiritual y apostlica del sacerdote diocesano en la
escuela del P. Chevrier que sentimos tan cercano y actual a partir de la orientacin pastoral
del Papa Francisco:
Conocer a Jesucristo, es TODO
Tener el Espritu de Dios, es TODO
Evangelizar a los pobres, es TODO
Esta primera Coleccin de Testimonios Vocacionales Fuertes de Sacerdotes Diocesanos de
varias dicesis de Amrica Latina y el Caribe elaborados entre abril y octubre del 2014pretende con sencillez y humildad, pero con alegra y audacia evanglicas, ofrecer un
material para grupos de laicos, de religiosos (as) y sacerdotes diocesanos que nos ayude
a consolidar una cultura vocacional en las Iglesias locales, cuyos pilares sean: Jesucristo, el
Evangelio y los Pobres.
Quiero agradecer sinceramente la participacin de los que se han animado a contarnos su
experiencia de vida. De modo especial tambin agradezco el profesional y cercano apoyo
de la Lic. Mara Estela Fernndez, sociloga mexicana que nos ayud en la maduracin de
la idea, en el diseo del cuestionario enviado a cada participante, en la trascripcin de las
conferencias telefnicas y de va skype y en la elaboracin y revisin de la primera redaccin,
en donde se cuid al mximo, las palabras y expresiones de los autores; posteriormente, ella
reenvi a los autores el texto para su aprobacin o eventual correccin.
Agradezco al Lic. Miguel Angel Gutirrez Chvez que nos ayud en el cuidado de estilo de
los textos y al Lic. Antonio Horta el diseo y formato final de los mismos.
A estos primeros testimonios de: Jess Efrn Hernndez; Jorge lvarez; Emilio Zaragoza;
Hernando Pinilla; Rodolfo Reza; Federico Carrasquilla; Antonio Garca y Juan Olloqui
(hermanos sacerdotes adultos mayores) seguirn otros, tanto de sacerdotes diocesanos
jvenes, como, esperamos, de vocaciones religiosas y de vocaciones de laicos y de laicas
comprometidos con la causa de Jess: el Reino de Dios en la historia de los pueblos,
horizonte de trascendencia.
Fraternalmente:
Manuel Rodrigo Zubillaga Vzquez, Arquidicesis de Mxico
Coordinador del Prado Mexicano.
Coordinador del Comit de los Prados de Amrica Latina y el Caribe.
Mxico, D.F; octubre de 2014.
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Jorge lvarez
Caldern
Jorge pertenece actualmente a la Dicesis de Lima
Sector Este Chosica en Per. Est retirado, acompaa
diversos procesos como asesor y es responsable de
la parte formativa del Prado en Per. Naci en 1930,
se orden como sacerdote en 1959, realiz su primer
compromiso en el Prado en 1993 y su compromiso
definitivo en 2006.
AOS DE FORMACIN
En la UNEC tuve la suerte de encontrar el primer sacerdote
diocesano de mi vida, el P. Gerardo Alarco, ex militante de la Accin
Catlica. Era un sacerdote que haba ido a Francia a formarse y
que no pudo regresar a Lima hasta despus de la Guerra Mundial.
Su primo, P. Jos Dammert, era tambin una vocacin de la AC,
era tambin asesor de los movimientos juveniles de la AC. Esas
fueron las dos personas, cuyo testimonio me marc.
Alarco haba estudiado en Lyon, y ah haba podido estudiar con
profesores que iniciaban la renovacin teolgica, comenzando
por los estudios que no se hacan en latn, sino en francs. l fue
profesor en la Universidad Catlica y asesor de UNEC. Nos inici
al estudio de la Biblia, a una eclesiologa del Reino, temas que
enriquecan muchsimo nuestra espiritualidad.
Esa visin ms amplia, no moralista ni centrada en devociones, fue
lo que nos atrajo ms! l fue mi primer director espiritual. Ah, a eso
de los 17 aos, empec a ampliar mis horizontes, a ver el Evangelio
como un proyecto personal y para el mundo. De esa comunidad
y con ese acompaamiento, yo, mi hermano, Gustavo Gutirrez
(otro uneco) y otro ms -que muri antes de la ordenacin-,
optamos por el sacerdocio.
En esos aos hubo bastantes movimientos polticos con los amigos
de la UNEC, fuimos a las manifestaciones. Mi mundo se ampliaba,
sala de la burbuja, empezaba a descubrir el pas. La UNEC era
una comunidad mixta, primera vez que tena esa experiencia,
adems eran de sectores medios y pobres. Un mundo social nuevo
para m, todo eso, yo se lo deba a la Iglesia! Ah aprend a vivir y
ganar en conciencia, espiritualidad y opcin.
El testimonio de Alarco, fue algo totalmente nuevo para m: si
nunca antes haba pensado en ser religioso a pesar de haber
estado rodeado de ellos en mi infancia- este sacerdote cercano,
que viva con su familia, que sala a cenar con nosotros, me llam
mucho la atencin. Eso era lo que yo deba ser, lo que vi muy
claro en ese momento, era que mi vocacin era ser sacerdote para
formar y acompaar a laicos de la AC y es lo que he hecho toda
mi vida.
El P. Alarco comprendi que la formacin de nuestros seminarios
en el Per era muy tridentina y que el envo a Roma no iba a
contribuir a iniciarnos a la nueva teologa, tom la iniciativa y
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TRAYECTORIA SACERDOTAL
A los 15 das de llegado, Dammert, que era obispo auxiliar del
Cardenal, me llama por telfono: Hemos hablado con el Cardenal
y hemos decidido que asumas la Parroquia de San Juan de
Lurigancho. Yo ni saba dnde quedaba esa parroquia! Pero
inmediatamente fui donde el Cardenal y me enter que era una
parroquia rural al lado de la Lima tradicional, que tena una pequea
invasin de unos dos mil inmigrantes, los dems eran obreros de
haciendas que vivan en los fundos (granjas) de los patrones. Lo
normal era que me instalara en el lugar de los migrantes, as que ah
comenz mi primera experiencia, como Chevrier en La Guillotiere!
Estuve ah de 1960 hasta 1970, diez aos. Yo haba sido ordenado
sacerdote diocesano el 6 de enero de 1959.
Lo que comprend de inmediato, era que tena que ejercer mi
ministerio muy en la lnea de Carlos de Foucauld. Lo primero que
se me planteaba era en dnde instalarme. Cmo ser un sacerdote
pobre con los pobres? Para m era un problema, nunca haba
tenido contacto con ellos, y aunque estaba paralizado trataba
de acercarme a la gente, conocer su vida, sus problemas, sus
bsquedas, todo era muy nuevo.
Al principio regresaba a la casa de mis padres por la noche,
pero despus unos hacendados me ofrecieron una pequea
casa dentro de las haciendas y mis padres me facilitaron una
pequea camioneta. Visitaba la extensa regin de la parroquia,
conoca a los trabajadores de las haciendas y me iba metiendo
ms en el sector pre-urbano de las invasiones, que en esos aos
se llamaban barriadas.
En Lima casi no haba sacerdotes trabajando ah, recin empezaban
a llegar sacerdotes fidei donum4. Recuerdo a un alsaciano de
origen pobre que haba iniciado el trabajo en las barriadas.
Aprovech una reunin de sacerdotes para decirle mi problema, y
me contest sin dudar: "Por qu te complicas tanto? Haz como
yo: anda al mercado, compra unas cuantas caas de Guayaquil y
unas cuantas esteras, las llevas al barrio y ah, en un da tendrs
tu casa. As hice yo, y me fue muy bien". Esta respuesta tajante
nunca la olvidar. Me produjo una crisis fortsima, no me senta
con fuerzas para dar ese paso, qu hacer?
4 Sacerdotes diocesanos fidei donum (don de la fe), enviados por las dicesis
ms antiguas a las Iglesias jvenes de otros continentes como misioneros.
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PERTENENCIA AL PRADO
Aunque parezca mentira, yo no conoc el Prado durante mis estudios
en Lyon, aunque conoc all sacerdotes que luego los supe miembros,
entre ellos, a Federico Carrasquilla, uno de los fundadores del Prado
de Colombia y del Prado latinoamericano. All, tambin, compart
con la Fraternidad Secular Carlos de Foucauld, qu conoca bien
pero que no tena la menor idea que fuera del Prado. Tambin
escuch en Francia a Monseor Ancel en una conferencia sobre
la iglesia y el mundo obrero, era un obispo muy conocido por ser
encargado de la misin obrera en Francia, l me orden dicono.
Fue hasta despus de una asamblea en Medelln, entre el 1979 y
1980, que conoc al Prado, a travs de Pepe Breu, un cataln que
estaba haciendo su ao pradosiano en esa ciudad. El era asesor de la
Accin Catlica Obrera (ACO) de Barcelona, afiliada al Movimiento
Mundial. Tena inters de conocer la coordinacin latinoamericana
y, como hicimos la asamblea en Medelln, vino a participar. Hicimos
muy buena amistad, ese hombre me mostr justamente al tipo de
sacerdote que yo quera ser, por l entr al Prado en 1983.
Tuvimos muchas ideas coincidentes, yo admiraba su sencillez,
inteligencia, cercana a la gente y comprensin profunda del mundo
obrero. Fue muy apreciado por los laicos y dirigentes del Movimiento.
Un da, estando en Per, me dijo que era del Prado, me llam
mucho la atencin y trat de comprender mejor la espiritualidad.
Me identifiqu mucho con todo lo que me deca. Adems, un grupo
de sacerdotes de la agrupacin que habamos formado en 1968,
estbamos preocupados porque la nueva generacin ya no tena lo
que nosotros habamos tenido: la vitalidad del Vaticano y Medelln.
Haba decado mucho por todo el surgimiento de los grupos que no
comprendan ni el Vaticano ni Medelln.
Cmo ayudar al clero joven? Nos pareci que el Prado era una
excelente posibilidad. Tuvimos la suerte que en 1986 el Prado
Latinoamericano realiz su segunda Asamblea, y decidi hacerla
en Lima. He sabido ms tarde que se hizo por sugerencia de Pepe
Breu. Ah tuve contacto con el grupo, conoc a Antonio Bravo y
lo llev a conocer el seminario interdiocesano, reunindolo con
el equipo de formadores. l nos escuch con mucha atencin y
cuando le hicimos la propuesta para que nos enviara alguien del
Prado para integrar el equipo, se alegr mucho, a su regreso a Lyon,
en el siguiente Consejo General del Prado, plante el pedido, y todo
el grupo acept. Nos enviaron pocos meses despus a Lus Hernot,
que en ese momento era de los pocos que quedaban incardinados
al Prado.
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