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Bell Hooks - Devorar Al Otro
Bell Hooks - Devorar Al Otro
Bell Hooks - Devorar Al Otro
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Este es el dilema agudo de la teora: que el deseo se expresams plenamente slo donde estn
presentes aquellos inmersos en sus deleites y tormentos, que ste triunfa ms
completamente sobre otras preocupaciones humanas en los lugares resguardados de la
vista. As, paradjicamente, slo cuando estn ocultos salen a la luz los secretos del deseo,
son ms honestas y activas las imposiciones hegemnicas y sus inversos, las evasiones y
subversiones, y se exhiben ms intensamente las identidades y disyuntivas entre la
pasin sentida y la cultura establecida.
JoanCocks
The Oppositional Imagination
* Tomado de Black Looks: Race and Representation, Boston, MA, South End Press,
1992.
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dir los lmites raciales dentro del campo de lo sexual es la que erradica el temor
de que uno debe siempre ajustarse a la norma de permanecer "seguro". La
diferencia puede seducir precisamente porque la imposicin dominante de
la igualdad es una provocacin que aterra. Como sugiere Jean Baudrillard en
Estrategias fatales:
La provocacin -al contrario de la seduccin, que permite que entren en juego algunas cosas y
aparezcan en secreto, duales y ambiguas- no te permite ser libre; te convoca a revelarte
tal como eres. Siempre es un chantaje mediante la
identidad (y, por ello, un asesinato simblico, ya que nunca eres eso, salvo precisamente cuando
ests condenado a serlo).
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Para estos jvenes y sus amigos, coger era una manera de confrontar
al Otro, as como una manera de transformarse, dejar atrs la "inocencia"
blanca y entrar al mundo de la "experiencia". Como suele suceder en esta
sociedad, estaban convencidos de que la gente no blanca tena ms
experiencia de vida, era ms mundana, sensual y sexual porque era
diferente. Conseguir un pedacito del Otro, en este caso tener encuentros
sexuales con mujeres no blancas, se consideraba un ritual de
trascendencia, un movimiento hacia un mundo de diferencias que
transformara, un rito de transicin aceptable. El objetivo directo no era
slo poseer sexualmente al Otro, sino que el encuentro los cambiara de
alguna manera. "Naturalmente", se consideraba que la presencia del Otro,
el cuerpo del Otro, exista para servir a los fines de los deseos del hombre
blanco. Al escribir acerca de cmo se recupera la diferencia en Occidente
en "The 'Primitive' Unconscious of Modern Art, or White Skin, Black
Masks", Hal Foster recuerda a los lectores que Picasso consideraba los
objetos tribales que haba adquirido como "testigos" ms que como "modelos". Foster critica esta ubicacin del Otro y subraya que tal reconocimiento "dependa de la instrumentalidad": "As, a travs de la
afinidad y el uso, lo primitivo se pone al servicio de la tradicin
occidental (que despus se considera en parte como su productor)". Una
crtica parecida puede hacerse de las tendencias actuales de deseo sexual
interracial y el contacto iniciado por hombres blancos. Se apoderan
instrumentalmente del cuerpo del Otro de otra raza, como terreno
inexplorado, una frontera simblica que ser terreno frtil para su
reconstruccin de la norma masculina, para afirmarse como sujetos
deseosos transgresores. Convocan al Otro para que sea tanto testigo como
participante en esta transformacin.
El hecho de que los muchachos blancos hablen abiertamente acerca de
su deseo de muchachas (o muchachos) no blancos anuncia pblicamente
su ruptura con un pasado de supremaca blanca que habra articulado ese
deseo slo como tab, secreto, vergenza. Ellos consideran que su voluntad
de nombrar abiertamente su deseo por el Otro es la afirmacin de un
pluralismo cultural (su impacto en la preferencia y la eleccin sexuales). Al
contrario de los hombres blancos racistas que a lo largo de la historia
violaban los cuerpos de mujeres negras o de color para afirmar su posicin
como colonizadores/conquistadores, estos jvenes no se consideran racistas,
eligen transgredir los lmites raciales dentro del campo sexual no para do
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minar al Otro, sino ms bien para que ste acte sobre ellos, de modo
que experimenten un cambio totalmente radical. Para nada conscientes de
los aspectos de sus fantasas sexuales que los vinculan irrevocablemente a la
dominacin racista colectiva de los blancos, creen que su deseo de contacto
representa un cambio positivo en la actitud de los blancos frente a los no
blancos. Creen que no estn perpetuando el racismo. Para ellos, la
indicacin ms potente de ese cambio es la expresin franca del anhelo, la
declaracin abierta del deseo, la necesidad de una relacin ntima con los
Otros ms morenos. El asunto es cambiar mediante esta convergencia de placer y Otredad. Uno se atreve -y acta- de acuerdo con la suposicin de
que explorar el mundo de la diferencia, el cuerpo del Otro, proporcionar
un placer mayor y ms intenso que ninguno de los que existen en el mundo
comn del grupo racial propio y conocido. Y aunque estn convencidos de
que el mundo conocido permanecer intacto aunque uno se aventure fuera
de l, tienen la esperanza de volver a entrar distintos a ese mundo.
La tendencia actual de "nostalgia imperialista" (definida por Renato
Rosaldo en Culture and Truth como "nostalgia, que suele encontrarse bajo el
imperialismo, en que la gente lamenta la desaparicin de lo que ellos
mismos han transformado" o como "un proceso de aoranza por lo que uno
ha destruido, que es una forma de mistificacin") suele oscurecer las
estrategias culturales contemporneas desplegadas no para lamentar, sino
para celebrar el sentido de una continuidad del "primitivismo". En la
cultura de masas, la nostalgia imperialista toma la forma de volver a
realizar y a ritualizar de distintas maneras el viaje colonizador imperialista
como una fantasa narrativa de poder y deseo, de seduccin por parte del
Otro. Esta
aoranza se origina en la creencia atvica de que el espritu de lo
"primitivo" reside en los cuerpos de Otros morenos cuyas culturas,
tradiciones y estilos de vida, de hecho, pueden cambiar irrevocable
mente mediante el imperialismo, la colonizacin y la dominacin
racista. Este deseo de hacer contacto con esos cuerpos considerados
Otros, sin voluntad aparente de dominar, mitiga la culpa del pasa
do, y hasta toma la forma de un gesto desafiante en que se niega la
responsabilidad y la conexin histrica. De modo ms importante,
establece una narracin contempornea en que el sufrimiento im
puesto por estructuras de dominacin sobre los designados como
Otros se desva por un acento sobre la seduccin y el anhelo en que
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laalteridad:reconociendo al otro
Una y otra vez Tshembe debe aclararle a Charles que el contacto de sujeto a
sujeto entre blancos y negros que seala la ausencia de dominacin, de
una relacin entre opresor y oprimido, debe surgir a travs de la eleccin
mutua y la negociacin. Al expresar simplemente su deseo de contacto
"ntimo" con los negros, los blancos no erradican la poltica de dominacin
racial, ya que se manifiesta en la interaccin personal.
El reconocimiento mutuo del racismo, su impacto en quienes estn
dominados y en quienes dominan, es el nico punto de vista que hace
posible un encuentro entre razas que no se base en la negacin y la
fantasa. Porque la realidad siempre presente de la dominacin racista,
de la supremaca blanca, es la que hace proble
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mtico el deseo de los blancos de tener contacto con el Otro. Esta realidad
suele ser la ms disfrazada cuando aparecen representaciones del contacto
entre blancos y no blancos, entre blancos y negros, en la cultura de masas.
La publicidad es un campo en que han tenido gran impacto la poltica de
diversidad y su insistencia consiguiente en una representacin inclusiva.
Ahora que complicados estudios de mercado revelan el grado en que
consume productos la gente pobre y materialmente desvalida de todas las
razas y grupos tnicos, a veces en una cantidad desproporcionada a sus
ingresos, resulta ms evidente que se puede recurrir a estos mercados con
la publicidad. Los estudios de mercado revelaron que los negros compran
ms Pepsi que otros refrescos y de pronto vemos ms comerciales de Pepsi
con imgenes de negros.
El mundo de la moda tambin ha llegado a comprender que la venta
de productos aumenta con la explotacin de la Otredad. El xito de los
anuncios de Benetton, que se han convertido en un modelo para varias
estrategias publicitarias con sus imgenes racialmente diversas, resume
esta tendencia. Muchos anuncios que se centran en la Otredad no hacen
comentarios explcitos, ni dependen nicamente de mensajes visuales, pero
el catlogo de este otoo de Tweeds proporciona un ejemplo excelente de la
manera en que la cultura contempornea explota las nociones de Otredad
con imgenes visuales y texto. La portada del catlogo muestra un mapa de
Egipto. Insertada en el corazn del pas, por as decir, est una foto de un
hombre blanco (del tipo de Out of Africa) con un nio egipcio en los brazos.
Atrs no hay un paisaje de Egipto como ciudad moderna, sino siluetas
algo borrosas que parecen chozas y palmeras. En las pginas interiores, el
ejemplar cita los comentarios de Gustave Flaubert tomados de Flaubert in
Egypt. A lo largo de setenta y cinco pginas, Egipto se convierte en un
paisaje de sueos, con un trasfondo de gente de piel ms morena,
escenografa para resaltar lo blanco, y la aoranza de los blancos de
habitar, aunque slo sea por una poca, el mundo del Otro. La primera
pgina dice:
No quisimos que nuestro viaje estuviera lleno de fotos de una tierra antigua. Ms bien
queramos redescubrir nuestra ropa en el contexto de una cultura diferente. Sera posible nos preguntamos- expresar nuestro estilo de una manera des
acostumbrada, rodeado por colores egipcios, texturas egipcias, y baado en una antigua luz
egipcia?
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sexual de los cuerpos de mujeres blancas) es la pieza clave del racismo. Una
vez que Mooney puede aceptar y vincularse con Stone sobre la base
falocntrica de su posesin y "deseo" mutuos respecto de Chris, su vnculo
homosocial posibilita la hermandad y erradica el racismo que los ha
mantenido separados. Es significativo que la vinculacin patriarcal
funcione como mediadora y como base para erradicar el racismo.
En parte, esta pelcula ofrece una versin del pluralismo racial que
desafa al racismo al sugerir que la vida del hombre blanco ser ms rica,
ms placentera, si acepta la diversidad. Pero tambin ofrece un modelo de
cambio que an deja intacto al patriarcado capitalista de la supremaca
blanca, aunque ya no se base en la dominacin coercitiva de los negros.
Insiste en que el deseo del hombre blanco debe estar sostenido por el
"trabajo" (en este caso el corazn) de un Otro moreno. Desde luego, la
fantasa es que este trabajo ya no se exigir mediante la dominacin, sino
que se dar voluntariamente. No debe sorprender que muchos negros
consideraran que esta pelcula es "racista". El negro joven, deseable,
guapo e inteligente (de quien se dice mediante su propio autorretrato
que est "muy bien equipado") debe morir para que el hombre blanco
ms viejo pueda recuperar su potencia (cuando despierta del transplante
encuentra una rplica de un inmenso pene negro entre sus piernas) y ser
ms sensible y carioso. Torgovnick recuerda a los lectores en Gone Primitive
que un elemento central de la fascinacin occidental con el primitivismo es
su acento en "superar la enajenacin del cuerpo, restituir el cuerpo y, por
lo tanto, el yo, en una relacin de armona plena y suave con la
naturaleza y el cosmos". Esta conceptualizacin de lo "primitivo" y el
hombre negro como su representante esencial es lo que se escenifica en
Heart Condition. Un punto dbil en el trabajo de Torgovnick es que se niega a
reconocer cun profundamente afianzada est la idea de lo "primitivo" en
la mente de la gente comn, lo cual modela los estereotipos racistas
contemporneos y perpeta el racismo. Cuando sugiere la autora que "nuestra propia cultura rechaza en general la asociacin de lo negro con la
sexualidad y la irracionalidad desenfrenadas, con decadencia y corrupcin,
con enfermedad y muerte", slo podemos preguntarnos cul es la cultura
que ella considera la suya.
Las pelculas como Heart Condition hacen que la cultura y la vida de los
negros queden como teln de fondo, escenografa para narra
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vehculo que les permita articular ese dolor. El rap niega este dolor al presentar
narraciones que tratan sobre todo del poder y el placer, que abogan por la
resistencia contra el racismo pero apoyan el falocentrismo. Es cierto que las
condiciones de sufrimiento y supervivencia, pobreza, privacin y carencias
caracterizaban los sitios marginales de donde surgieron el breakdance y el rap.
Descritos como "rituales" por los participantes en las comunidades urbanas
pobres de no blancos donde primero se dieron, estas prcticas ofrecan un
medio para que los individuos consiguieran reconocimiento y voz pblicos.
Gran parte del dolor psquico que experimentan los negros todos los das en
un contexto de supremaca blanca es provocado por fuerzas opresoras
deshumanizadoras, fuerzas que nos hacen invisibles y se niegan a
reconocernos. Michael H. (al comentar el estilo del libro de Stuart Ewen, All
Consuming Images) tambin habla de este deseo de atencin, diciendo que el
breakdance y el rap son una manera de decir "escuchen mi historia, mi vida,
mis romances". La msica de rap proporciona una voz pblica para los
jvenes negros a quienes se suele callar y a quienes no se hace ningn caso.
Surgi en las calles, fuera de los lmites de una domesticidad conformada
e informada por la pobreza, fuera de los espacios cerrados en que el cuerpo de
los jvenes negros deba ser contenido y controlado.
En sus primeras etapas, el rap era "cosa de hombres". Los jvenes
negros y morenos no podan bailar breakdance ni cantar el rap en conjuntos
habitacionales apretados. La creatividad masculina, expresada en el rap y el
baile, requeran espacios amplios y abiertos, fronteras simblicas donde el
cuerpo poda hacer lo suyo, expandirse, crecer y moverse, rodeado por una
multitud de espectadores. El espacio domstico, igualado a la represin y la
contencin, as como a lo "femenino", se combata y se rechazaba para
que surgiera un paradigma patriarcal afirmador de la masculinidad
competitiva y su acento en la proeza fsica. Como resultado, mucha
msica de rap est llena de sexismo y misoginia. El relato pblico de vidas de
hombres negros narrado por la msica de rap habla directamente a la
dominacin racista blanca y contra ella, pero slo sugiere indirectamente
la enormidad del dolor del hombre negro. Al construir el cuerpo
masculino negro como sitio de placer y poder, el rap y los bailes asociados
con esa msica sugieren vibracin, intensidad y una alegra insuperable
de vivir. Bien podra ser que vivir al borde, tan cerca de la posibilidad de
ser "exterminado" (eso sienten mu
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Bibliografa*
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