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Marx
Marx
Marx
Manifiesto Comunista
O. Biografía de Marx (1818- 1883).
Filósofo alemán.
Quería ser abogado y se fue a estudiar Derecho a la Universidad de Berlín que estaba muy
alborotada por nuevas ideas sobre el hombre, etc. Allí, su interés por la Filosofía le lleva a dedicarse
a ella y abandonar el derecho.
En la zona más industrializada de Alemania, trabajó en el diario Gaceta Renana, pero le censuran y
tuvo que dejar el periódico.
Se casó y emigró a París, donde contactó con grupos revolucionarios socialistas y comunistas. Se
hizo amigo de Engels quien fue su colaborador inseparable y mecenas.
Tras vivir en varias ciudades, llegó a Londres, donde vivió hasta su muerte. Tomó contacto con la
miseria y humillación de los trabajadores. Él y su familia soportaron también pobreza y
enfermedad, ayudándoles Engels.
1. El manifiesto comunista.
La Liga de los Comunistas era una asociación de trabajadores al principio alemana y luego
internacional que, dadas las condiciones políticas en 1847, era secreta. También se llamaba la “Liga
de los Justos” porque se reunían para charlar de política y mantenerse en contacto con los “hombres
justos” de otros países.
Esta Liga quería derrocar a la burguesía, el gobierno del proletariado, y establecer una sociedad sin
clases ni propiedad privada.
Marx y Engels pertenecían a esta liga.
En 1847 hubo un congreso de la Liga en Londres en el que encargaron a Marx y a Engels escribir
un programa teórico y práctico del partido comunista. Así, escribieron el Manifiesto. Ambos
prepararon los borradores pero el texto final lo escribió Marx. Se publicó por primera vez en 1848,
aunque legalmente no se publicó hasta 1872. Se tradujo a muchos idiomas, pues fue muy solicitado.
En cuanto al título de la obra, primero se llamó Manifiesto del Partido Comunista porque en el
s.XIX “partido” significaba tendencia, corriente política o de opinión, con lo que era el Manifiesto
de la corriente “comunista”. Pero como querían que el Manifiesto fuese de todos los proletarios, se
suprimió en el título la palabra “partido” y se dejó como hoy se conoce: Manifiesto Comunista.
Se llamó Manifiesto porque frente a los burgueses que llamaban al comunismo “fantasma” (para así
insultar llamando comunista a cualquier adversario político y señalar que el comunismo es un
cuento fantástico que da miedo), Marx quiere manifestar al público clara y abiertamente de forma
palpable, evidente, qué sostienen los comunistas.
Se llamó Comunista porque en 1847 los socialistas eran –según Marx-, los partidarios de sistemas
utópicos o charlatanes que pretendía mejorar la sociedad sin dañar al capitalista y al capital, sin
hacer una revolución violenta, buscando el apoyo de intelectuales cultos burgueses, no siendo los
socialistas proletarios, y siendo admisibles los socialistas en la sociedad burguesa; mientras que los
comunistas eran los proletarios que exigían una revolución violenta, y que creían que la
emancipación (liberación) la tenían que conseguir luchando, y, claro, eran inadmisibles en la
sociedad burguesa.
Esta obra, se difundió mucho: cuanto más se extiende la industria, más desean los obreros
comprender el mundo, y más demandan el Manifiesto.
Marx quiso que la lectura fuese un arma de lucha de los proletarios: que les sirviese para
comprender la historia y discutir con sus compañeros, y para que esa comprensión (teoría) les
llevara a la acción (práctica), a la revolución. Con otras palabras, el Manifiesto es una llamada
directa a los trabajadores y defiende la postura comunista según la cual la liberación de los obreros
la deben protagonizar los obreros. Sus argumentos (teorías) llevan a adoptar una postura contra la
sociedad capitalista por su injusticia y desigual reparto de la riqueza (reparto que es indecente), esto
es, lleva a la práctica, a la revolución de los obreros al tener conciencia de clase.
El estilo del Manifiesto es animado y directo, para ser leído en voz alta, para agitar a los obreros y
que estos tengan armas (argumentos) para discutir con sus compañeros. Su estilo es así, breve,
sintético, sin casi matices (para que no confundiesen los matices con dudas o ambigüedades), va a
lo esencial.
En concreto, los capítulos II y III tienen el estilo de propaganda política. El capítulo II repite
términos y expresiones para remarcar los contenidos más importantes, dar continuidad y cohesión al
texto, despertar entusiasmo, pasión o valor y llevar así a la acción. En el capítulo III, Marx hace una
crítica irónica, burlona, corrosiva y mordaz a sus adversarios políticos, dando armas a los
proletarios contra ellos. Así, usa un vocabulario más rebuscado y sonoro, con expresiones
lapidarias, para ridiculizarlos.
Actualidad:
¿Para qué leemos hoy el Manifiesto Comunista?
Es cierto que las medidas revolucionarias que propone en el Capítulo II son a veces de difícil
aplicación, según las circunstancias históricas.
En cuanto a la conquista del poder político por el proletariado que propone en el Capítulo II, el
mismo Marx se percató de que era algo difícil de conseguir dado lo que había ocurrido con la
Comuna de París.
Además, la crítica que hace a muchos socialistas hoy no tiene aplicación porque no existen los
mismos partidos políticos.
Sin embargo, sí tuvo mucho sentido en la época histórica en que se escribió. Pero no sólo lo vemos
para entender ese momento histórico sino porque su crítica al capitalismo continúa siendo válida,
y sigue siendo una respuesta a las preguntas de nuestro tiempo.
Veremos la repercusión que tuvo la filosofía de Marx más adelante.
3. Filosofía de Marx.
3.1. El ser social del hombre
El ser humano ha de trabajar (producir sus medios de vida) para vivir, y se asocia con otros hombres
para trabajar mejor. Así, el trabajo es el medio por el que el hombre se relaciona con la naturaleza y
con otros hombres. Es, pues, lo que caracteriza su vida, su esencia, lo que le define (frente a los
animales).
3.4. Ideología
En Marx la palabra “ideología” tiene connotaciones peyorativas (negativas).
Tiene dos sentidos peyorativos en Marx:
A) Falsa conciencia, mentira que se ha inventado la clase dominante para explotar a la
dominada, visión deformada y deformante de la realidad que intenta ayudar a los
explotadores para que puedan seguir explotando (para que las cosas no cambien), visión
sobre la realidad que oculta la verdad y, así, paraliza la acción (impide que con la acción se
cambie el mundo).
Para Marx son ideologías, por ejemplo, las filosofías que sólo tratan de comprender el
mundo sin intentar transformarlo, es decir, las filosofías que son teoría sin práctica (la
filosofía de Marx no sería pues ideología porque es teoría que mueve a la acción). También
es ideología, por ejemplo, la religión (“el opio para el pueblo”) pues es un invento del poder
que paraliza la acción en esta vida justificando el sufrimiento del pobre y prometiéndole una
vida mejor en el más allá que no existe.
B) Fetichismo de la mercancía, esto es, ideología de los capitalistas al presentar la mercancía
como un fetiche (como un objeto de adoración, de culto, como si fuese un Dios o tuviese
poderes).
La ideología en el sistema capitalista que se han inventado los capitalistas para mantener su poder
político y económico es: a) “el dinero recibido por el proletario (su salario) equivale al valor de su
fuerza de trabajo”. Esto, dice Marx, no es verdad, pues le pagan menos de lo que vale su fuerza de
trabajo y el capitalista se queda con el trabajo acumulado (plusvalía) que no le paga. b) “La riqueza
engendra riqueza”. Esto no es verdad, dice Marx, sino que la riqueza viene de explotar al proletario.
c) “La ley de la oferta y la demanda (la competencia), las leyes económicas que determinan el
precio de los productos y, en fin, el orden económico es natural e inmutable”. Para Marx, no es
natural e inmutable sino que el precio lo fijan los capitalistas pensando sólo en su beneficio, etc. y
se puede y se debe cambiar. d) Sin propiedad no habría estímulo para trabajar con lo que los
trabajadores se volverían holgazanes. Marx contesta que los holgazanes son los capitalistas pues no
trabajan. e) Nuestras nociones de justicia, educación, familia y patria son naturales, eternas,
racionales, buenas. Marx responde que son históricas y pasajeras. Actualidad: hoy sectores
conservadores de nuestra sociedad afirman que sólo hay un modelo de familia verdadero, una sola
definición de familia: la suya (padre, madre e hijos), rechazando otros modelos como familia
monoparental, de homosexuales, etc. Otros sectores más abiertos de ideas, sin embargo, los
aceptan y apoyan.
A esta falsa conciencia se le opone la conciencia de clase, en la que conocimiento y acción se unen.
En cada etapa histórica llega un momento en que mientras evolucionan las fuerzas productivas (Ej.
la burguesía y los medios de producción y transporte al final de la época feudal) no cambian las
relaciones de producción, limitando entonces éstas (con su plasmación en leyes, ej. –siguiendo el
caso anterior- leyes sobre impuestos y aduanas) el desarrollo de las fuerzas productivas (en el
ejemplo el desarrollo de la burguesía y el libre comercio). Otro ejemplo: en el capitalismo, entran en
contradicción los proletarios y el avance en máquinas, etc. (las fuerzas productivas) con las formas
de organizar la apropiación de los bienes y la división del trabajo (relaciones de producción).
Esa contradicción o descompensación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción
es el motor de la historia, lo que mueve la historia, lo que hace que progresemos, ya que provoca
una crisis y la crisis junto con elementos cognitivos (con la toma de conciencia de clase de los
explotados) provoca una revolución que originará otra etapa histórica con otro modo de producción.
Marx llama crisis a un momento crítico, decisivo que puede tener un resultado positivo (mejora) o
negativo (empeoramiento, extinción o muerte), pero que siempre significa una violenta ruptura con
la situación anterior; como hemos visto, guarda relación con los cambios y evolución de una etapa
histórica.
El caso es que esta contradicción se manifiesta en las luchas de clases, pues en cada etapa histórica
hay dos clases sociales con intereses antagónicos por la propiedad y con relaciones conflictivas
sobre la forma de organizar el trabajo que, por tanto, entran en lucha: primero latente, luego
manifiesta. Esta lucha porque una clase explota a la otra, conducirá a una revolución y a una nueva
etapa, por lo que la lucha es necesaria para el progreso histórico.
Así, la historia es la historia de las luchas de clases por la propiedad y consta de etapas en las que
la clase dominante EXPLOTA a la dominada.
Marx y Engels no contabilizan como historia a la no escrita, i. e., la prehistoria, etapa en la que,
como sabían por estudios de arqueología y de antropología, que se basaban en muestras materiales,
hubo algunas sociedades comunistas estructuradas por familias y, por ser comunistas, sin clases ni
luchas de clases. Cuentan sólo como historia la escrita, o sea, la de las sociedades de las que
tenemos información a partir de documentos escritos.
Con la disolución de las comunidades primitivas empieza para Marx la historia con la división de la
sociedad en clases separadas al surgir la apropiación privada de la producción.
En la historia Marx distingue las siguientes etapas:
1) En la Antigüedad, Estado esclavista. Clases: hombres libres (amos) y esclavos. Por ejemplo,
en Roma hubo patricios, nobles, plebeyos y esclavos.
2) En la Edad Media, Estado feudal. Clases: señores y vasallos. Hubo señores feudales,
vasallos, siervos, artesanos, aprendices…
3) En la sociedad moderna, Estado capitalista. Más polarizada que ninguna etapa en dos clases
enfrentadas por la propiedad: capitalistas (tienen la propiedad) y los proletarios (sin
propiedades). Las otras clases no son tan importantes: la clase media (pequeña burguesía)
tiende a desaparecer (a convertirse en proletaria) por no poder competir con sus pequeñas
empresas con la alta burguesía que puede producir en las grandes industrias a menor coste y
por tanto vender más barato o porque los pequeños negocios no pueden comprar nuevas
tecnologías; y también hay lumpemproletariado (mendigos y ladrones que no trabajan y que
tienden a dejarse gobernar por la burguesía contra el proletariado; carecen de conciencia de
clase). Como en las anteriores sociedades, la moderna lleva en su mismo modo de ser los
elementos contradictorios que causarán su desaparición o superación. Por ello, es preciso
analizar a fondo su funcionamiento para acelerar sus contradicciones para pasar a otra etapa
que, según Marx, será mejor y la definitiva.
Según Marx, la última etapa de la humanidad será (futuro) la sociedad comunista, sociedad que
superará las luchas de clases porque en ella no habrán clases sociales porque no habrá propiedad
privada.
Actualidad: es evidente que el proletariado no ha hecho en todo el mundo la revolución y que
aún estamos (según muchos) en la etapa capitalista aunque con muchas características
distintas al capitalismo del s. XIX. ¿Siguen las luchas de clases? Si hay clases, ¿cuáles son?
¿Dónde está la explotación? ¿Quiénes son los explotados en occidente? ¿Los jóvenes con
trabajos basura? ¿Los inmigrantes? ¿Explota el Norte al Sur? ¿Será el capitalismo la última
etapa de la historia?
En definitiva, pues, el materialismo histórico es la filosofía de Marx que afirma que son las
condiciones MATERIALES de la sociedad las que:
a)deciden en gran medida la SUPERESTRUCTURA. De esta forma, la infra y la
superestructura se relacionan, no tienen una historia independiente la una de la otra, se influyen
mutuamente, y la que más peso tiene sobre la otra es la infraestructura (la base económica,
material). Si la sociedad fuese un edificio, la infraestructura sería su base sólida, y la
superestructura su tejado elegante y elaborado y su fachada sostenida por la base. La
superestructura es pues el reflejo de la base pues las ideologías las inventa la clase dominante
para asegurarse su dominio económico. No son pues principalmente las “ideas” las que
construyen la sociedad y mueven la economía sino al revés: la realidad económica condiciona
fuertemente (pero no determina) la mentalidad de las personas de cada etapa histórica, haciendo
que elaboren unas determinadas leyes, modo de gobierno, vida social, etc.
Por ejemplo, en las viejas sociedades campesinas, por su modo de producción que tenía que ver
con quién heredaba la granja, eran los padres los que decidían con quién se casarían sus hijos.
Así, son los nuevos elementos materiales que aparecen en una sociedad los que suscitan la
aparición de nuevas ideas que parece que son las que la revolucionan, pero en realidad el peso
en ese cambio lo tiene la infraestructura.
En el cambio de superestructura no sólo influye la infraestructura sino que también la clase
explotada debe tener los elementos congnitivos necesarios que le permitan tomar conciencia de
clase y cambiar la sociedad.
b) deciden la evolución histórica, i. e., crean los cambios impulsando a la historia hacia
adelante, hacia el progreso pues, como hemos dicho, el motor de la historia son las
contradicciones entre fuerzas productivas y relaciones de producción que terminan
necesariamente en la revolución que lleva a otra etapa. La historia es así teleológica.
El materialismo histórico (la filosofía de Marx) es un elemento indispensable para la revolución
pues los proletarios, al conocer la historia y su situación, sabrán que antes las cosas cambiaron y
tienen la esperanza de que vuelvan a cambiar y, dada su situación (pauperismo, es decir,
empobrecimiento del proletariado), se animan a hacer la revolución.
3.9. Revolución
Como ya hemos dicho, las crisis económicas de las sociedades capitalistas llevarán a la revolución
si (condición) los proletarios toman conciencia de clase y se agitan políticamente. Si no se da esta
condición (elemento cognitivo) quizás la crisis de lugar a la barbarie o a la destrucción de las clases
beligerantes (proletarios y capitalistas).
Marx estaba convencido de que efectivamente los proletarios tomarían conciencia de clase, se
organizarían de forma internacional ( Marx y Engels eran de la A.I.T, o sea, asociación internacional
de trabajadores) y harían la revolución en los países capitalistas en poco tiempo.
Intentó acelerar esa revolución fomentando la toma de conciencia de clase de los obreros con sus
escritos.
Decía que la revolución debía ser violenta, esto es, por la fuerza (pues los burgueses no cederían
nunca pacíficamente sus privilegios), abierta (clara), radical, total, completa, brutal. Y sería una
revolución contra la sociedad burguesa, capitalista, contra la propiedad privada.
Afirmaba que después de la revolución vendrían dos fases:
1ª) Dictadura del proletariado o conquista de la democracia: período de transición, en el que aún
perdurarían rasgos de la sociedad anterior, hacia el comunismo.
Se trata de que el proletariado gobierne (tenga el poder político) produciéndose así un cambio
político que debe ir seguido en la siguiente fase de un cambio social (eliminar la sociedad clasista).
El proletariado en el poder cambiará las relaciones de producción con cautela: de forma paulatina y
teniendo en cuenta las circunstancias de cada país.
Medidas generales que tomará el proletariado en el gobierno para conseguirlo: violar por la fuerza
el derecho de propiedad de los burgueses (acabar con su propiedad burguesa y hacerla comunitaria
con el fin de acabar con el trabajo alienado), acabar con las leyes burguesas, centralizar los
instrumentos de producción en manos del Estado proletario, centralizar los transportes, educación
pública y gratuita para todos los niños enseñándoles los principios de cooperación y solidaridad y a
no ser egoístas ni desear la acumulación privada, abolir el trabajo de los niños, abolir el derecho a la
herencia (para que los burgueses no puedan acumular tanto capital; es un ataque a la propiedad
burguesa), confiscar la propiedad a emigrados y rebeldes (comentario: esta medida no es propia
sólo del comunismo sino que la han tomado en la historia todos los regímenes. Ejemplos: CarlosIII
al expulsar a los jesuitas, Franco con las propiedades de sindicatos y de los partidos republicanos),
expropiar la renta de la tierra (o sea, la renta que se obtiene de la propiedad y que antes se la
apropiaban rentistas y terratenientes; no se trata pues de expropiar los productos de la tierra), fuertes
impuestos, obligar a todos a trabajar.
Estas medidas serán decisiones políticas del proletariado que alcanzarán a toda la sociedad.
Pretenden mejorar las condiciones de vida del proletariado.
Actualidad: estas medidas, con alguna excepción significativa, han sido hoy (s. XX y XXI)
asumidas por las sociedades capitalistas occidentales llamadas del Estado del Bienestar. Por
ejemplo: en épocas de crisis se suelen subir los impuestos para amortiguarla, pagan más impuestos
los que más tienen, con los impuestos pagamos servicios públicos, centralizamos para regular la
evolución económica y disminuir sus efectos negativos, tenemos educación pública y gratuita para
todos los niños (aunque quizás influye hoy más en la educación la TV y la publicidad al servicio de
empresas que las escuelas públicas en las que se cumplen los contenidos a impartir en clase que
marcan las leyes hechas en democracia y donde participan en su organización también padres y
estudiantes). El caso es que en nuestros días, algunas de las medidas propuestas por Marx parecen
normales pero en el s. XIX los capitalistas las tachaban de peligrosas para la libertad. También es
cierto que, a partir de la década de los ochenta del s. XX, la corriente neoliberal trata de
desactivar muchas de estas medidas, apoyando (y a veces consiguiendo) la privatización de
servicios públicos, recortando conquistas de los trabajadores, etc. Y, claro está, en el Tercer Mundo
(el Sur) los derechos propuestos por Marx para los trabajadores siguen considerándose una utopía
imposible de conseguir.
2ª) Comunismo: desaparece el Estado entendido como organización política al servicio de la clase
dominante (es decir, como violencia organizada por una clase para dominar al resto; instrumento
político para ejercer el poder sobre toda la sociedad; poder político) y, en su lugar, hay una
sociedad comunista, es decir, sin clases sociales y, por tanto, sin luchas. Una sociedad en la que el
hombre se realiza libremente al trabajar. En la que, como ha conseguido a través de la educación
que desaparezca el egoísmo y la rivalidad como motores de la economía, el Estado comunista es
sólo un organismo más de la administración de la riqueza social, que distribuirá según el principio
de que cada cual rinda según su capacidad y reciba según su necesidad. La propiedad no es privada
(capitalista) sino comunitaria. No hay desigualdad, ni injusticia, ni explotación.
3.10. Comunismo
En Marx tiene dos sentidos:
A) el de segunda etapa tras la revolución arriba descrita
B) el sentido de movimiento (corriente, tendencia) obrero que pensaba que las transformaciones
políticas eran insuficientes para solucionar los problemas de la sociedad, necesitándose para
ello una transformación radical de la sociedad que sólo podría llegar tras una revolución
violenta protagonizada por el proletariado. Marx y Engels pertenecían a esta corriente.
Apoyan a otros partidos que se opongan a la burguesía y sean revolucionarios. Dicen que el
principal obejetivo es abolir la propiedad privada. Trabajan para lograr la unión de los
proletarios. Declaran abiertamente sus objetivos.
Anarquistas, comunistas y socialistas dicen que persiguen mejorar las cosas para los proletarios,
pero se diferencian en lo siguiente:
Los socialistas aseguran que ese objetivo se puede conseguir vía pacífica, sin revoluciones
violentas.
Anarquistas y comunistas ven necesaria la revolución violenta, pero mientras los comunistas
defienden que, tras la revolución, primero se debe instaurar una dictadura del proletariado que
luego de paso a la sociedad comunista, los anarquistas creen que, tras la revolución, se debe
instaurar sin pasar por la dictadura del proletariado la sociedad sin clases.
Marx, además, señala que los comunistas se diferencian de los otros partidos políticos obreros
en que:
a) en la teoría, son las que mejor comprenden la historia, y dentro de la historia los que mejor
comprenden el capitalismo y el movimiento obrero, y son las que tienen las ideas más
avanzadas.
b) En la práctica, son los más decididos, destacando en las luchas y haciendo valer en ellas los
intereses de todo el proletariado.
c) a diferencia de los otros partidos, sus ideas no son ideologías inventadas sino explicaciones
de los hechos, i. e., son científicas.
En cuanto a la relación de los comunistas con los otros partidos de oposición a la burguesía en la
época de Marx, Marx señala que los comunistas les apoyan. Pero “partido” en el s. XIX no hacía el
sentido actual: asociación política organizada jerárquicamente con un programa y afiliados. Así los
partidos a los que apoyan los comunistas son secciones dentro de organizaciones que son
revolucionarias contra los regímenes vigentes. En Alemania (donde la industrialización iba más
lenta), primero los comunistas apoyaban a los burgueses contra la monarquía absoluta para que se
instaurase la sociedad burguesa capitalista y entonces pudiese llegar también allí la instauración del
proletariado unido como clase que hiciese la revolución contra los burgueses.
Marx expone las objeciones que hacen los capitalistas a los comunistas y las desmonta(refuta).
Veámoslas:
1) Los capitalistas sostienen que los comunistas quieren acabar con el derecho a la propiedad.
Marx responde:
a) que las leyes sobre la propiedad han cambiado a lo largo de la historia y pueden volver a
cambiar.
b) Que no son los comunistas los que acabarán con la pequeña propiedad burguesa de la clase
media sino la alta burguesía por la competencia.
c) Que el origen de la propiedad burguesa es la explotación del proletariado mediante el trabajo
asalariado, por lo que debe ser abolida, transformada en comunitaria para beneficio de todos
los obreros. Además, para que los capitalistas tengan derecho a la propiedad, se lo niegan a
la inmensa mayoría (los proletarios) puesto que obtienen la propiedad de la explotación de
los obreros.
2) Los capitalistas dicen que los comunistas quieren abolir el derecho a la libertad.
Marx responde: sí, pero el derecho a la libertad de comprar y vender que tienen los
capitalistas, el trapicheo, el comercio poco claro e irregular que “vende la moto” a los
trabajadores al decirles que su salario es justo porque es lo que vale su trabajo, cuando no es
verdad.
3) Los capitalistas dicen que los comunistas quieren abolir la educación.
Marx responde: sí, pero la educación burguesía que sólo da un gran aprendizaje a sus hijos
burgueses mientras que al trabajador le da sólo el aprendizaje sencillo que requiere para
trabajar con máquinas; la educación burguesa con su ideología fruto de querer mantener sus
privilegios.
4) los capitalistas dicen que los comunistas quieren abolir la familia.
Marx responde: sí, pero en el sentido de que hay que arrancar a los niños de las familias y
llevarlas (a todos) a escuelas estatales para que no les eduque la ideología de la clase
dominante y para que no trabajen y no sean una mercancía más; y también para acabar con
la prostitución burguesa de la mujer (el matrimonio burgués es sólo un contrato comercial, y
el burgués puede acceder a su esposa, a seducir a otras esposas burguesas o a las
trabajadoras o recurrir a la prostitución “no oficial”), i. e., acabar con que la mujer sea
propiedad del hombre y un mero instrumento para que el varón se reproduzca y se garantice
la herencia de su propiedad a sus hijos. Eso sí, para Marx esta lucha de la mujer frente al
varón debía aplazarse pues decía que era prioritaria la revolución proletaria contra la
burguesía. Actualidad: será más adelante el movimiento feminista el que luche contra la
explotación de la mujer por el varón. Además, el hecho de que Marx hablase de una
“comunidad de las mujeres” y no de una “comunidad de los hombres” hace que se le tache
de androcéntrico.
5) Los capitalistas dicen que los comunistas quieren abolir la patria.
Marx responde que los obreros no tienen patria porque sus intereses no están defendidos por
las leyes en las sociedades capitalistas (o sea, porque los obreros no tienen poder político) y
porque los intereses del proletariado (como los del capitalismo) son iguales en todo el
mundo, por lo que su lucha no ha de ser patriótica sino internacional.
6) Los capitalistas dicen que los comunistas quieren abolir las verdades eternas.
Marx responde que entienden por verdades eternas su ideología, y que no son verdades eternas sino
mentiras inventadas por los capitalistas para mantener su hegemonía.
a) Socialismo feudal.
Lo defienden parte de la aristocracia francesa e inglesa.
Decía no defender sus intereses sino los de los obreros, acusando a la burguesía de
explotarles. Su arma para ello era escribir panfletos, libros, artículos, etc. En ellos no
exponen abiertamente su ideología sino que denuncian la situación del proletariado y a la
vez dicen que en la Edad Media no había proletarios sino pobres que vivían mejor al
estar protegidos por la aristocracia pues los aristócratas les daban limosnas.
Crítica de Marx: las limosnas no son la solución. El pueblo se da cuenta y no les sigue.
Los aristócratas también explotaban al pueblo en la Edad Media Los socialistas feudales
son reaccionarios porque intentan volver a la Edad Media. Y, además, eso no se puede
hacer.
Al socialismo feudal se unió el socialismo clerical (cristianismo), igual que en la Edad
Media los nobles y los curas estaban unidos.
El socialismo clerical se inspira en el cristianismo primitivo y habla contra la propiedad
privada, el matrimonio, etc. Predica la caridad, limosna, mortificación de la carne, el
ascetismo (vivir con poco), etc.
AGRADECIMIENTOS:
A mi alumna Paula Villalba por su colaboración y paciencia.