Historia de La Ciencia
Historia de La Ciencia
Historia de La Ciencia
FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE INGENIERÍA GEOLÓGICA
“HISTORIA DE LA CIENCIA”
Curso
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTIFICA
Docente
VÁSQUEZ BAZAN FERNANDO
PRESENTADO POR:
MEJÍA ESTELA, Yuly Marisol
MENDOZA RUIZ, Ezkibel
MENDOZA SALDAÑA, Gian Frederich
MERCADO CHÁVEZ, Alex Enrique
MERLO VÁSQUEZ, Elmer
1. LA CIENCIA EN LA PREHISTORIA
Es imposible precisar cuando nace la ciencia, sin embargo, se admitirá la ciencia como
un conocimiento y aprovechamiento de las cosas. En el Paleolítico se habla del fuego
como el primer gran descubrimiento, también de creación de objetos para cazar, tales
como el arco y las flechas; expresión por medio de pinturas rudimentarias; asociación de
la muerte con un misterio: La creencia de un mas allá, al que se le debía un ritual sagrado.
En el Neolítico se deja atrás la vida nómada, los hombres viven en poblados, debido al
asentamiento se vuelven diestros en la siembra, comienzas a utilizar telares y cerámica;
reemplazan la caza por la ganadería y domesticación. ( Mina , 2016)
1.3. MESOPOTAMIA
Arquitectura: Construían sin mortero y cuando un edificio ya no era seguro o no
cumplía su tarea se derribaba y volvían a construir el mismo emplazamiento
Astronomía: Se interesaban mucho en el estudio de las estrellas y el cielo y la mayoría
ya podía predecir eclipses y solsticios. ( Mina , 2016)
Matemáticas: Comenzaron a usas el sistema de numeración decimal. Y más adelante
comenzaron a emplear el sistema sexagesimal. ( Mina , 2016)
Escritura: Las tierras arcillosas entre los dos ríos permitieron la primera forma de
escritura conocida: la cuneiforme, con un alfabeto de signos uniformes. ( Mina ,
2016)
1.5. INDIA
Matemáticas: El sistema numérico indio da los primeros indicios de la notación
decimal del valor de la posición en el año 595 dc. La primera aparición segura del
cero es en el 876 d.c. y la primera aparición de los nueve signos del sistema decimal
es del 662 d.c. ( Mina , 2016)
Química y medicina: La fuente del pigmento de carbono que posee tinta de India
llamada musí, fue utilizada en la antigua India en el siglo cuarto antes de cristo; India
también es pionera en el desarrollo de las primeras cirugías plásticas. Y a través de
procesos químicos de destilación y purificación crearon los perfumes. ( Mina , 2016)
LA ANTIGUA GRECIA
Representante máximo del atomismo antiguo, de antes del siglo V a.C. consideraba que
la materia se componía de átomos, en tanto solo existen átomos y su movimiento. Los
átomos determinaban tanto la generación como la muerte de las cosas. El alma incluso,
estaba también compuesta por átomos. Para Demócrito, los principios de la realidad de
las cosas eran el lleno y el vacío. El lleno, se suponía compuesto por un número infinito
e indivisible de átomos que careciendo de determinación cualitativa presentaban sí
diferencias cuantitativas (Anonimo, 2011).
Los grandes artífices de la misma fueron los griegos clásicos, quienes llegaron a escribir
numerosos tratados científicos que fueron la base del interés de los romanos por el estudio
de la naturaleza, sobre todo en las tierras orientales, donde dominaban el latín y el griego.
Sin embargo, los romanos no hicieron lo mismo, sino que se limitaron, en el mejor de los
casos, a traducir o resumir las obras helenísticas clásicas.
Tras la caída del imperio romano, en los primeros tiempos de la Alta Edad Media, todo
ese interés se perdió durante siglos, debido en gran medida a la división del continente
europeo entre Oriente y Occidente, quedando este último sin acceso a los tratados
originales en griego, con lo que la ciencia se vio sumida en un profundo abandono.
Carlomagno fue el primero que trató de cambiar este orden de cosas, y se rodeó para ello
de eruditos que, aunque procedentes en su mayoría del clero, mostraron interés por la
antigüedad clásica en todas sus facetas. Alcuino, pilar fundamental de la reforma
intelectual llevada a cabo por Carlomagno, trató de recuperar el saber clásico y centró sus
programas de estudio a partir de las siete artes liberales, distribuidas en dos grupos: el
trivium y el quadrivium; el primero incluía las materias literarias (gramática, retórica y
dialéctica), mientras el segundo se correspondía con las enseñanzas científicas
(aritmética, geometría, astronomía y música). La creación de escuelas en las que se
impartían las enseñanzas basadas en esta organización permitiría, con el paso de los
siglos, la aparición de las Universidades y, mediante el desarrollo de la lógica o dialéctica,
el interés por la indagación especulativa, que llevaría a la Escolástica.
El impulso acabó por confirmarse hacia el siglo XII, cuando al anterior interés carolingio
se sumó el contacto con el mundo árabe, proveniente de Oriente, el cual había tenido
acceso directo al conocimiento griego clásico y estaba científicamente más avanzado.
Uno de los primeros escolásticos fue el obispo de Lincoln Robert Grosseteste (1168-
1253), considerado como el fundador del pensamiento científico en Oxford, y que realizó
estudios sobre astronomía, geometría y óptica; partiendo del pensamiento aristotélico,
propugnaba por extraer de las observaciones particulares una ley universal, a partir de la
cual se pudieran prever situaciones particulares, señalando la necesidad de utilizar
experimentos para verificar teorías.
Alumno suyo fue el franciscano Roger Bacon (1214-1294), quien establece unas pautas
a seguir en lo que se conoce como el método científico, un ciclo repetido de observación,
hipótesis, experimentación y verificación independiente de los hechos naturales; destacó
en el campo de la mecánica, la geografía y la óptica. El interés de ambos por esta última
materia posibilitaría los posteriores avances en la astronomía y la medicina, tras la
invención del telescopio y el microscopio, amén de la generalización de las gafas en el
siglo XII.
Un paso más avanzado se consiguió con el franciscano Duns Scoto (1266-1308), quien
contestó las teorías de Tomás de Aquino y Alberto Magno, estableciendo la separación
entre razón y fe; según él, la fe no podía llegar a ser comprendida por la razón, de manera
que la filosofía debía separarse definitivamente y ser independiente de la teología. Para
concluir, uno de sus discípulos acabó por señalar uno de los principios fundamentales de
la ciencia. Se trata de Guillermo de Ockham (1285-1350), quien iba a establecer la base
de lo que sería más adelante el método científico y el reduccionismo en la ciencia: según
él, para explicar un hecho hay que escoger siempre la explicación más sencilla de entre
todas las que sean igualmente válidas; esto es lo que se conoce como la Navaja de
Ockham. Entre sus seguidores cabe citar a Jean Buridan (1300-1358) y Nicolás Oresme
(1323-1382), quienes avanzaron en el conocimiento de las leyes de la física como el
movimiento de los objetos en caída libre (Buridan, con lo que fue el precursor de las leyes
de la dinámica de Galileo y de Newton), o la astronomía (Oresme señaló la posibilidad
de que en el espacio existieran otros mundos habitados).
Todos estos autores fueron anteriores a la peste negra que asoló Europa en las
postrimerías del siglo XIV. Ésta tuvo un efecto muy negativo en la innovación intelectual
y científica a finales de la Edad Media, por lo que el interés por el conocimiento científico
no se recuperaría de forma clara hasta el período posterior, ya con el Renacimiento.
(Bravo)
4. LA CIENCIA EN LA EDAD MODERNA
En “La época de la imagen del mundo” (1938), Heidegger encuentra los elementos para
hablar de una “interpretación tecnológica de nuestra era”; y de una “técnica mecanizada”
como lo característico de los tiempos modernos, fenómeno cuya esencia es idéntica a la
de la metafísica moderna. En este trabajo, se cuestiona la modernidad en cuanto devenir
del Ser y la relación del mismo con el mundo, y en tanto que en ella se ha dado el olvido
del ser a favor del ente. (Habermars, 2000)
Durante los tiempos del Humanismo y el Renacimiento, los estudios científicos cobraron
gran importancia. Surgió un gran interés por las investigaciones en matemática, botánica,
zoología, astronomía, medicina, historia, física, y demás ramas científicas.
La ciencia no era autónoma, sino que debió construir paulatinamente su independencia.
Tuvo que despegarse del ámbito religioso, que frenaba los adelantos que se opusieran
eran al dogma. Cada ciencia se preocupó por el problema del conocimiento: ¿Es posible
conocer? ¿Cómo puede adelantar el conocimiento en cada rama científica?
A partir del siglo XV, aproximadamente, se operó un cambio radical en la concepción del
mundo, que culminaría en los siglos XVI y XVII con una revolución científica. El logro
más importante de la generación que estableció las bases de la nueva ciencia fue darle
una mayor importancia al lenguaje matemático, comprender que era el empuje científico
por excelencia. En adelante no se buscaría la comprensión de la naturaleza por la
reservación inmediata sino por las estructuras matemáticas y mecánicas. Comprendieron
que el universo no se movía por “carácter divino”, como se pensaba en el Medievo.
La imprenta, introducida en Europa a mediados del siglo xv, trajo consigo el desarrollo
de la industria del papel. Mediante la palabra escrita y las ilustraciones, la industria
editorial contribuyó a la divulgación de la cartografía y de los tratados técnicos, como los
de agricultura, de metalurgia y de arte militar.
Con los aportes de los árabes, la ciencia náutica se había enriquecido de forma
considerable. El Almagesto, manual cosmográfico debido al alejandrino Ptolomeo, las
obras de Aristóteles sobre el espacio celeste y las del cardenal francés Fierre d’Ailly -que
hablaban de la posibilidad de dar la vuelta al mundo por mar, y que eran conocidas por
Colón- alumbraban nuevas teorías en numerosos campos de la ciencia.
Desde el punto de vista histórico (C. Carman, 2007) considera que, el Siglo XIX se
caracteriza, fundamentalmente por dos acontecimientos de distinto orden, que marcaran
la especulación filosófica de este siglo. Por un lado, en el orden económico, la Revolución
Industrial, por otro, en el orden social, las transformaciones políticas.
El siglo XIX va a ser testigo de una de las transformaciones económicas más importantes
en la historia de la civilización europea. Dicha transformación se ha denominado
"Revolución Industrial". Primeramente, en Inglaterra y más tarde en otros países del
continente se pasa de unas estructuras económicas, basadas principalmente en la
agricultura y el comercio, a otras en las que la industria manufacturera ocupa un lugar
predominante. El maquinismo sustituye al sistema de producción artesanal; la fábrica al
taller artesano (C. Carman, 2007).
Estamos ante un siglo verdaderamente agitado: “el siglo de las revoluciones”. Comienza
con doshechos que sacuden el continente: la Revolución Francesa y las conquistas
napoleónicas. El Congreso de
Comienzan una serie de revoluciones (1830, 1848, 1871) que se inician en Francia y se
extienden por toda Europa. Los impulsos revolucionarios proceden del liberalismo, los
movimientos democráticos, el socialismo y el anarquismo. Los intentos de contención
estarán representados por el tradicionalismo, la Iglesia católica y la propia burguesía
conservadora. Al mismo tiempo, otro movimiento recorre el continente: el nacionalismo
que hacia fin de siglo deriva en imperialismo colonialista (C. Carman, 2007).
El siglo XIX supuso el final del absolutismo y muchos Estados europeos lograron
constituciones democráticas. El mapa europeo cambió. Alemania se convirtió en una
poderosa nación frente a Austria y