Principio Filosófico Modelo Educativo Tecnm
Principio Filosófico Modelo Educativo Tecnm
Principio Filosófico Modelo Educativo Tecnm
El ser humano como persona es un fin en sí mismo, tiene identidad propia, única e irrepetible,
es autónomo y al mismo tiempo interdependiente, es un ser histórico, creador de su cultura,
consciente de si y del Universo, es digno, libre y por tanto responsable de sus actos. Es un ser
en constante evolución y búsqueda del conocimiento, la justicia, la felicidad y autorrealización,
capaz de transformar su entorno y trascender por sus acciones.
El ser humano como sujeto de aprendizaje, pensante y crítico, percibe la educación como
proceso de socialización que contribuye a su formación para la vida, que lo orienta en el ser, el
pensar y el hacer con actitud crítica reflexiva y ética ante la sociedad; que potencia y
perfecciona sus capacidades intelectuales, físicas, emocionales y culturales, y lo impulsa a
adquirir y desarrollar un cúmulo de competencias profesionales que le permitan afrontar y
resolver los problemas de su entorno, realizando procesos mentales y acciones de elevada
precisión y complejidad
El ser humano como ciudadano del mundo, creador de cultura y símbolos, moldea su
identidad y participa en el compromiso colectivo de construir y preservar una sociedad
democrática, justa y equitativa. En consecuencia, erige un estado de derecho, actúa en el
marco de la legalidad, la ética y el respeto a los demás y al medio; tiene un profundo sentido
de identidad y pertenencia nacional y asume su responsabilidad de impulsar un desarrollo
sostenible que respete las raíces multiculturales
En el Informe Delors (1996), se propuso uno de los primeros marcos para determinar las
competencias necesarias en este siglo. Las cuatro perspectivas del aprendizaje descritas en
este informe emblemático (a saber, conocimiento, comprensión, competencias para la vida y
competencias para la acción) siguen siendo puntos de referencia y principios de organización
pertinentes con miras a determinar las competencias para el aprendizaje en el siglo XXI.
Lo que postularon para las ciudades y los Estados los humanistas de todos los tiempos y países,
nosotros debemos lograrlo ahora a escala mundial. Debemos construir una comunidad
humana universal y duradera, basándonos en los valores fundamentales de la humanidad,
primordialmente los recursos del espíritu. Este es el reto del nuevo humanismo, en el que la
UNESCO debe desempeñar una función rectora.
Un ser humano plenamente realizado es aquél que reconoce la coexistencia y la igualdad con
todos los demás, por más lejos que estén, y que se esfuerza por hallar una manera de convivir
con ellos.
Se requiere que todo ser humano sea capaz de participar auténticamente en nuestro destino
común, incluso el más marginado de nosotros.
Exige que logremos la igualdad entre hombres y mujeres, y que ambos sexos tengan el mismo
acceso al conocimiento y el poder.
El ser humano ocupado en una mejor gestión de nuestro entorno natural, mediante la
comprensión y la previsión de los efectos del cambio climático para millones de personas
afectadas por la sequía, la desertización y la elevación del nivel del mar. Entraña la protección
de la diversidad biológica junto con la diversidad cultural.
El ser humano ha llegado a ser más consciente de sí mismo. Ha establecido vínculos más
estrechos; el tiempo y el espacio se han encogido. Los pueblos están cada vez más en contacto
unos con otros, las culturas se entrelazan y las identidades se mezclan.
1) Reconocimiento de la dimensión secular lo cual significa saber que este mundo en el que hemos
nacido está en nuestras manos y se convierte en el ámbito propicio para crecer y desarrollarnos,
relacionarnos con otros seres humanos, cuidar de la naturaleza, el medio ambiente y edificar la ciencia y
la cultura, la política y la economía, el comercio, la diversión y el descanso. Significa en el ser humano
"vivir en el mundo, trabajar en el mundo, construir el mundo, amar el mundo". Es ésta la dimensión
secular que expresa la condición del ser humano en las estructuras temporales, pero siempre abierto a
cualquier aspiración trascendente, si así lo desea.
3) Dimensión ética. La comprensión de la vida de todos los días, implica el interés por las intuiciones
morales universales conectado con la ontología de la persona, con su propia naturaleza inviolable y
sagrada, fuente de sus derechos más legítimos y responsabilidades para consigo mismo y con otros.
4) Dimensión relacional: nadie viene al mundo solo ni vive su vida cotidiana encerrado en su propia
subjetividad. Más bien lo que se da es la intersubjetividad, entendiendo esta expresión como
la comunicación entre personas a través del logos, a través de su pensamiento y lenguaje, de sus afectos
y corazón, intercambiando, mostrando o donando el producto de su esfuerzo y creatividad en el mundo
del trabajo y las relaciones sociales.
6) Dimensión aporética: la vida está tejida de luces y sombras, de alegrías y tristezas, de realizaciones y
problemas. Mas lo relevante de esta dimensión no es quedarse en el problema sino saber resolverlo,
buscar soluciones, ser emprendedor, tener visión y abrir nuevas sendas que otorguen subjetivamente, a
quienes lo enfrentan, la satisfacción de la batalla ganada. Lo relevante aquí es la búsqueda de soluciones
que es el eterno camino de quien busca el crecimiento personal (o institucional), en la vida ordinaria.
8) Dimensión teológica: Para un creyente, este mundo se convierte en el mundo de las solidaridades, de
la búsqueda de la verdad, el bien, el amor, la libertad, la justicia y la paz. Lo que le importa es colaborar
creativa y libremente en la construcción de la ciudad temporal desde el impulso interior de sus propias
creencias. En él (trátese de hombre o mujer de cualquier raza y condición) la articulación entre ciencia y
fe es connatural, por el reconocimiento a la armonía y distinción que se da entre esos saberes que no
son excluyentes sino complementarios en el gran tema del conocimiento humano.