Bazin - Carta de Siberia
Bazin - Carta de Siberia
Bazin - Carta de Siberia
Chris Marker es, tal vez se recuerde, el autor de los textos de Bibliothèque Nationale
[Biblioteca Nacional] y Les Statues meurent aussi [Las estatuas también mueren] (que
el público sólo ha podido ver hasta el momento a medias, pues ha sido cortada por la
censura). Estos textos incisivos, contundentes, en los que una afilada ironía juega al
escondite con la poesía, bastarían para conferir a su autor un lugar destacado en el
ámbito de la producción de cortometrajes, el sector más vivo del cine francés. Como
autor de los textos de los films de su amigo Resnais, con quien se entiende de maravilla,
Chris Marker ya había renovado profundamente la relación habitual del texto con la
imagen. Pero su ambición era a todas luces más radical: se proponía realizar sus propias
películas.
¿Cómo presentar Lettre de Sibérie? En primer lugar como lo que no es, constatando que
no se parece en absoluto a ningún film de tipo (de “tema”) documental de los que hasta
ahora hemos visto. Pero ahora hay que intentar decir lo que es. Objetiva y llanamente,
este film es el reportaje cinematográfico de un francés que tiene el privilegio de visitar
Siberia con total libertad, siguiendo un itinerario de varios miles de kilómetros. A pesar
de que ya se han visto, desde hace tres años, algunos reportajes filmados por viajeros
franceses en Rusia, Lettre de Sibérie tampoco se parece a ninguno de ellos. Para intentar
captar de forma más precisa su naturaleza, propondré esta definición aproximada: Lettre
de Sibérie es un ensayo en forma de reportaje cinematográfico sobre la realidad
siberiana del pasado y del presente. O aún mejor, adaptando la fórmula que Vigo
aplicaba a À propos de Nice [A propósito de Niza], “un punto de vista documentado”,
diré que es un ensayo documentado por el film. La palabra que importa aquí es
“ensayo”, entendida en el mismo sentido que en literatura: un ensayo a la vez histórico y
político, aunque escrito por un poeta.
Mejor aún, el elemento primordial es la belleza sonora, y es desde ella desde donde la
mente debe saltar hacia la imagen. El montaje se hace oído al ojo. Debido a la falta de
espacio, sólo daré un ejemplo de ello, por otra parte el más logrado. Chris Marker nos
presenta un documento significativo y a la vez bastante neutro: una calle de Yakoutsk.
Vemos pasar por ella un autocar y a unos obreros trabajando en la reparación de la
calzada; por último un tipo de cara un tanto patibularia, en todo caso poco favorecido
por la naturaleza, cruza por casualidad por delante de la cámara. Chris Marker decide
entonces comentar esta imágenes, más bien anodinas, desde dos puntos de vista
opuestos: primera el del simpatizante comunista, al término del cual es peatón
desconocido aparece como un “pintoresco representante de las regiones boreales”,
peatón que en la versión reaccionaria se transforma en “un inquietante asiático”.
Inteligencia y talento
Aún me queda por informar al lector, para completar la idea que puede hacerse de esta
empresa sin precedentes, de que Chris Marker no se limita a usar documentales
filmados in situ, sino que emplea todo el material fílmico útil a su objetivo: y no sólo,
naturalmente, documentos de carácter estático (grabados, fotos, etc.), sino también
dibujos animados, sin dudar, por otra parte, en decir, a la manera de McLaren, las cosas
más serias del modo más cómico (como en la secuencia de los mamuts). Sólo hay un
denominador común a todo este despliegue de recursos: la inteligencia. La inteligencia
y el talento. Precisemos, para ser justos, que la fotografía es de Sacha Vierny, la música
de Pierre Barbaud, y que el texto está excelentemente dicho por Georges Rouquier.
Esta traducción fue extraída de Chris Marker: Retorno a la inmemoria del cineasta,
volumen editado con motivo de la exposición y programación audiovisual que con el
título Chris Marker tuvo lugar en la Fundació Antoni Tàpies, Barcelona (4 diciembre
1998-24 enero 1999) y en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Sevilla (4 marzo
– 4 abril 1999). Valencia, Ediciones de La Mirada, 2000.