Edu Soma y Edu Danza Lea Kaufman
Edu Soma y Edu Danza Lea Kaufman
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Guía Teórica
Índice
Taller __________________________________________________________ 1
El Cuerpo Consciente _____________________________________________ 3
La Educación Somática ___________________________________________ 4
El Método Feldenkrais® ___________________________________________ 5
Moshe Feldenkrais _____________________________________________________ 6
Modalidades del Método Feldenkrais® ____________________________________ 7
Autoconciencia a través del Movimiento® ________________________________________ 7
Integración Funcional® _______________________________________________________ 9
“La mano es un órgano para acariciar” _____________________________ 10
Autoconciencia: el DARSE CUENTA _______________________________ 11
Feldenkrais® y las artes escénicas __________________________________ 13
Estrategias somáticas ____________________________________________ 14
Bibliografía en español ___________________________________________ 15
El Cuerpo Consciente
Tú estás ahora sentado leyendo estas páginas. ¿Eres conciente de la manera en que
estás sentado? ¿Tienes las piernas cruzadas? ¿Descansas más el peso del cuerpo de un
lado de la pelvis que del otro? ¿Dónde tienes los hombros? ¿Está tu cabeza en el centro o
inclinada hacia un lado? ¿Se mueve tu cabeza a medida que avanzas en el texto? Lleva tu
atención a tu respiración. ¿En qué momento inhalas y en qué momento exhalas?
Tú eres conciente de estar leyendo estas líneas, pero ¿eres también conciente de cómo
lo haces? Mientras lees, tal vez no seas conciente de tu postura y los movimientos
involucrados en esta lectura.
Thomas Hanna, precursor de la nueva somática, definió a ésta como “el arte y la ciencia
de los procesos de interacción sinergética entre la conciencia, el funcionamiento
biológico, y el medio ambiente”.
Dice el psicólogo quebense Yvan Joly, entredador del Método Feldenkrais®, que "el arte de
la ciencia de los educadores somáticos no reside en la patología y la sintomología, la
etiología y la sanación, sino en el proceso de aprendizaje sensomotor, el desarrollo del
potencial kinestésico y descubrimiento, dento del movimiento, de las mejores opciones
estratégicas".
El Método Feldenkrais®1
Así, se aprovecha el poder del cerebro de mejorar la salud y el bienestar corporal, ya que
el método aborda directamente a quién comanda todo movimiento: el sistema nervioso.
1
"Feldenkrais®, Método Feldenkrais®, Integración Funcional® y Autoconciencia a Través del
Movimiento® son marcas registradas y de uso exclusivo de maestros certificados que han realizado
un entrenamiento profesional en el Método Feldenkrais®"
Al practicarlo, el alumno aprende a actuar en el mundo con el mínimo esfuerzo y la
máxima eficiencia, viviendo así una vida más placentera y confortable, con mayor
creatividad y espontaneidad.
El Método Feldenkrais® propone una concepción sistémica, ecológica del ser humano, en
donde se utiliza el movimiento, para mejorar la acción de la persona.
Moshe Feldenkrais
En 1940, cuando los alemanes invadieron Paris, huyó a Inglaterra. Allí trabajó en el
departamento científico del Almirantazgo inglés. Sus problemas de la rodilla se acentuaron
y, al no darle la medicina tradicional una opción de recuperación, empezó a trabajar
consigo mismo, obteniendo resultados notables y comenzando así a desarrollar el método
que llevaría su nombre.
Al término de la Segunda Guerra Mundial volvió a Israel. A finales de los años cincuenta su
obra comenzó a ser conocida en Europa y USA. De 1969 a 1971 formó a los primeros trece
profesores en su método. En 1974 impartió un entrenamiento profesional en Esalen, USA,
y en 1980 otro en Amherst, USA.
Ha trabajado en todo el mundo con las más diversas personas, desde artistas famosos
como J. Menuhin o Peter Brook, políticos, como el Primer Ministro de Isarael, David Ben
Gurion, hasta recién nacidos con parálisis cerebral, y todo tipo de personas interesadas en
aprender más de si mismos y mejorar.
Murió en 1984.
“Se dirige la atención del alumno para que pueda apreciar hasta el más mínimo detalle
que se escapaba a su conciencia, mejorando la facultad de diferenciación, de tal forma que
es capaz de apreciar mejor los detalles de sí mismo y de su entorno, para ser conciente de
qué hace, no de qué dice o cree hacer.” (Feldenkrais, 1975)
El alumno, durante una lección de Autoconciencia a Través del Movimiento®, realiza los
movimientos sólo dentro del rango de su propia comodidad, sin forzar, haciendo
únicamente el mínimo esfuerzo requerido, respetando sus propios limites, quedándose en
el espacio en el cual la calidad de su movimiento es placentera y estéticamente agradable
para sí mismo. De esta forma, poco a poco a lo largo de las sesiones, el alumno aprende a
tratarse con amor y respeto.
La práctica del Método nos ayuda a observar las funciones básicas del movimiento,
funciones como flexión, extensión, rotación, etc. El desarrollo y la combinación de estas
funciones nos permite realizar otras más complejas, como caminar, saltar, sentarnos, etc.
Así, si mejoramos las funciones básicas, podemos mejorar cualquier función que hagamos
en la vida cotidiana construida sobre éstas. Por eso el Método proporciona aprendizaje
tanto a un atleta de alto rendimiento como a una persona con dificultades neurológicas, a
un artista o a un oficinista.
Integración Funcional®
Nos dice Diana Romano: “Se trata de observar, mediante los toques, la disponibilidad que
presenta el alumno para los movimientos: por ejemplo, cómo gira la cabeza, cómo
conectan su pierna con su cadera, o la columna con la cabeza, cómo respira. Es decir, se
verifica la fluidez en las funciones, con el objetivo de evaluar cuales de ellas no se
encuentran lo suficientemente desarrolladas, y poder, entonces, trasmitirle a la persona,
también con las manos, la información que posibilite esas conexiones que deben ser
potenciadas”
En palabras del propio Feldenkrais: “La Integración Funcional recurre a los más antiguos
elementos de nuestro sistema sensorial: el tacto, las sensaciones de empuje y de
presión; la calidez de la mano, la suave caricia que proporciona. La persona se concentra
en percibir el tono muscular decreciente, la respiración cada vez más profunda y regular,
la soltura abdominal y la mejor circulación en la piel. Percibe los esquemas más primitivos,
conscientemente olvidados, y recuerda el bienestar de un niño en crecimiento”.
“La ley física de Weber-Fechner afirma que la reducción de los estímulos permite
aumentar la sensibilidad del sistema nerviosos. Con esta idea rectora, los toques suaves en
el esqueleto permiten establecer una conexión sensorial muy potente con dicho sistema.
El aumento de la sensibilidad coincide con el incremento de la libertad perceptiva, y esto
contribuye a la creación de un espacio privilegiado para el aprendizaje” (Romano, 2003)
De esta manera, si percibimos más, podemos observar mejor cómo hacemos lo que
hacemos, y así poder cambiar lo que se necesite para hacer lo que queramos hacer.
De este modo, cuando en una clase nos damos cuenta de cuál es la manera más fácil,
cómoda y segura de doblarnos, o de girar para alcanzar un objeto, o de estar de pie, la
adoptamos para nuestra vida cotidiana, no haciendo uso de la voluntad de cambiar, sino
de la elección conciente de qué es lo mejor, lo más acorde a nuestro potencial humano.
¿Y qué entendemos por acción exitosa? Una acción que sea congruente con nuestra
intención, en donde todo nuestro ser vaya en la misma dirección, sin tensiones
innecesarias, ni motivos cruzados, ni esfuerzos extras. Una acción que nos permita
concretar nuestros más anhelados sueños.
Feldenkrais® y las artes escénicas
Estractos de Movement for Actors de Alan Questel. Publicado originalmente en Allworth
Press, NYC, en julio de 2002. Reimpreso con autorización de Allworth Press. Traducción de
Ernesto Cortés para Movimiento Inteligente autorizada por el autor. Publicado en español
en la revista Memorias de Teatro nro 4, por la Fundación Festival de Teatro de Cali, Cali,
Colombia, enero 2009.
Además de las posibilidades de desarrollo personal que ofrece a todo el mundo, este
método tiene varias aplicaciones significativas para el actor, siendo la primera “la afinación
del instrumento”. La mayoría de los actores gastan una buena cantidad de tiempo
poniéndose en forma o aprendiendo a moverse de la manera en que piensan que deberían
(o peor aún: como alguien más piensa que deberían). Este tipo de entrenamiento tiene su
lugar, pero ofrece una comprensión muy limitada de lo que realmente está disponible para
nosotros en términos de verdaderamente afinar nuestro instrumento. La manera en que
nos usamos a nosotros mismos está tan intrínsecamente relacionada con nuestros hábitos
que entre más nos ejercitamos, más nos convertimos en lo mismo. Cuando adoptamos un
estilo particular de movimiento, tendemos a “vestirnos” con éste, y muy a menudo a
necesitar una buena cantidad de energía para mantenerlo. Al final, de hecho comenzamos
a reducir nuestro rango expresivo.
En mi idea, “afinar el instrumento” es prepararse para actuar en cualquier obra. Tal vez
sea aún más certero decir que esto es ser capaz de ser cualquier tipo de instrumento,
según la necesidad que se presente. El cuerpo, como una fuente de expresión, es tan
reconocible por otros que podemos ver la silueta de alguien a la distancia y saber quién es.
Lo que queremos es la habilidad de producir un cambio lo suficientemente significativo
que no seamos reconocidos – y al mismo tiempo ser capaces de habitarnos
completamente a nosotros mismos.
Estrategias somáticas
Ir lento
El ir lento nos permite identificar los patrones de movimiento. Podemos
así darnos cuenta de cómo hacemos lo que hacemos e interrumpir la
acción si es molesta o si desvía de la atención. Cuando estamos
aprendiendo, ir lento es fundamental para reforzar el aprendizaje.
Prestar atención
La atención es la herramienta fundamental del método Feldenkrais (y
también de muchas prácticas de desarrollo personal y espiritual). El
ingrediente de la atención en el movimiento es lo que permite que no
sean solo movimientos “del cuerpo”, sino que se acceda al cerebro y a
toda la persona.
Introducir variaciones
Vivimos, nos movemos, nos conducimos en base a nuestros patrones. Son
necesarios para la vida, pero si estamos demasiado apegados a ellos
nuestro cerebro “se apaga”. Al introducir variaciones, despertamos,
involucramos partes de nosotros olvidadas, y nos llenamos de vitalidad.
Sin esfuerzo
Cuando algo toma mucho esfuerzo, es porque no estamos haciéndolo de
manera orgánica. Sin embargo, la nuestra es una cultura del esfuerzo, y así
hemos sido educados. Tenemos que re-entrenarnos para diferenciar la
fuerza justa del esfuerzo innecesario que solamente agota y desgasta.