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DESARROLLO RURAL Y COOPERATIVISMO AGRARIO EN ECUADOR Trayectorias Históricas de Los Pequeños Productores en La Economía Global GERMÁN CARRILLO GARCÍA
DESARROLLO RURAL Y COOPERATIVISMO AGRARIO EN ECUADOR Trayectorias Históricas de Los Pequeños Productores en La Economía Global GERMÁN CARRILLO GARCÍA
DESARROLLO RURAL Y COOPERATIVISMO AGRARIO EN ECUADOR Trayectorias Históricas de Los Pequeños Productores en La Economía Global GERMÁN CARRILLO GARCÍA
COOPERATIVISMO AGRARIO
EN ECUADOR
Trayectorias histricas de los pequeos productores en
la economa global
GERMN CARRILLO GARCA
Madrid, 2014
Distribucin y venta:
Edita:
Paseo de la Infanta Isabel, 1
Ministerio de Agricultura, Alimentacin y Medio Ambiente
Secretara General Tcnica
28014 Madrid
Telfono: 91 347 55 51 - 91 347 55 41
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Fax: 91 347 57 22
Diseo, maquetacin, impresin y encuadernacin:
Taller del Centro de Publicaciones del MAGRAMA
NIPO: 280-14-119-8
ISBN: 978-84-491-1392-5
Depsito Legal: M-20615-2014
Datos tcnicos: Formato: 13 x 20 cm. Caja de texto: 10,3x16 cm. Composicin: Una columna.
Tipografa: Times New Roman a cuerpo 10. Encuadernacin: Rstica. Papel: Interior en offset
ahuesado de 90 gramos. Cubierta en estucado semimate de 300 gramos. Tintas a 4/4.
En esta publicacin se ha utilizado papel libre de cloro de acuerdo con los criterios medioambientales de la contratacin pblica.
NDICE
PRLOGO
El estudio realizado por Germn Carrillo sobre una de las organizaciones ms importantes del campesinado de la costa ecuatoriana tiene
de entrada la virtud de llenar uno de los vacos sobre el conocimiento de
la realidad agraria del Ecuador. En efecto, existe una abundante y hasta
casi saturada literatura sobre el campesinado de la sierra que obedece sin
duda a la visibilidad del problema indgena pero en cambio, no existen
muchos estudios sobre el campesinado ubicado tanto en la costa como
en la amazona ecuatoriana. De all que hay que agradecer a Germn por
este magnfico estudio de una de las zonas ms ricas de la costa desde
el punto de vista agropecuario y que suscita una serie de preguntas, hiptesis e interrogantes que seguramente sern abordadas por las futuras
generaciones de investigadores.
Antes que hacer una apologa de esta investigacin, que desde luego el autor se la tiene muy bien merecida, tratar de abrir la discusin
sobre algunos temas relevantes que merecen reflexin, pensando ante
todo en la necesidad de sacar enseanzas para la investigacin agraria
en Ecuador.
En primer lugar quiero destacar el enfoque histrico que subyace
en este trabajo, lo que permite contextualizar los lmites de las polticas pblicas que desde el auge bananero de los aos 50 han demostrado
que estaban ms interesadas en responder a las demandas del mercado
mundial que a las reales necesidades de los cambiantes actores sociales
rurales, en especial el campesinado pobre y el proletariado rural.
La investigacin se concentra en un territorio bastante extenso que
comprende al menos tres provincias: una de la sierra (Azuay), y dos de la
costa (El Oro y Guayas). Lo interesante es que el autor realiza un profundo anlisis del proceso de construccin social de este territorio en base
al estudio de caso de la Colonia Agrcola Shumiral desde los aos 50. En
un perodo que abarca medio siglo, el autor nos muestra el surgimiento
y consolidacin de la UROCAL en el contexto del auge cooperativista
post reforma agraria y que la lleva a constituirse en una de las principales
organizaciones sociales del campesinado costeo, los desafos a los que
se enfrenta en los gobiernos de turno, hasta llegar al momento presente
en donde se abre un perodo de esperanzas y frustraciones.
En este territorio se constata un cambio de actores tanto de aquellos
que ocupan una posicin dominante como de los dominados. Las plantaciones de banano de la United Fruit van a dar paso posteriormente al
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Michael Lwy (2013), La cage dacier, Max Weber et le marxisme wberin, Editions
Stock, Pars.
Por otro, la agricultura familiar para conservar su importancia en el territorio debe necesariamente incorporar valor agregado a su produccin
mercantil (banano y cacao). Esta estrategia de diversificacin productiva, al parecer todava no es la predominante en la organizacin, que
adems necesita mirar ms hacia adentro, es decir al mercado interno que
hacia afuera.
Para los lectores interesados en la suerte de la agricultura familiar en
pases en proceso de transformacin, este trabajo es lectura obligatoria.
Se puede mirar el proceso de poblamiento de territorios frtiles, la historia y la lucha de estas familias campesinas provenientes de la serrana,
su protagonismo en la construccin del territorio, su actual compromiso
con una agricultura alternativa y sus temores frente al futuro. Hay nubarrones en el horizonte pero disponen hasta ahora de una organizacin que
todava puede responder al desafo del productivismo y del crecimiento por el crecimiento, planteamiento que merece ser criticado desde la
prctica de los productores para elaborar una respuesta creativa frente
al discurso equvoco que viene desde el Estado, acompaado de ruidos
lingsticos (como el buen vivir o Sumak kawsay) que disfrazan o disimulan las verdaderas intenciones de quienes pregonan las virtudes del
mercado capitalista.
Luciano Martnez Valle
FLACSO - Ecuador.
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LNEAS PRELIMINARES
El 25 de febrero de 2014 se reunan en Pars, los Ministros de Agricultura o de Desarrollo Rural junto a representantes de la Organizacin
de Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura, con el fin de
proclamar el citado ao como Ao Internacional de la Agricultura Familiar. Del encuentro poltico y de la decisin institucional adoptada,
as como de los trminos empleados en la declaracin formal, se evidenciaban varios aspectos con los que deseara abrir este trabajo. Primeramente, la propia denominacin ministerial a la vez de Agricultura o
de Desarrollo Rural, establece un juego lingstico que no debera pasar
desapercibido: la cuestin agraria (incluyendo en este campo a la reforma
agraria) desterrada, al menos, desde hace tres decenios por el Desarrollo
Rural y toda un pltora de circunlocuciones anunciaban a todas luces las
transformaciones aceleradas y radicales que se haban originado durante
la revolucin verde2, pero que tendran su mximo apogeo a partir de
los aos ochenta, cuando el campesinado firm, de forma voluntaria o
coadyuvada, forzada o irremisible, su acta de defuncin. Sin duda, una
de las transformaciones ms significativas y radicales de mediados del
siglo XX fue la muerte del campesinado. Este punto disruptivo nos
lleva a plantear una segunda cuestin: a qu agricultura familiar se refiere la declaracin citada? Una aguda respuesta la ofrecera Samir Amin
a travs de un interrogante: Es posible imaginar y debatir extensamente
alternativas al modelo de desarrollo de la economa de mercado, y particularmente alternativas en las que siga existiendo la agricultura campesina en el futuro visible del siglo XXI? Las fuerzas motrices de la modernizacin tecnolgica han expulsado, histricamente, grandes masas de
trabajadores agrcolas. A su vez, durante el siglo XIX y parte del XX, la
expansin de las fbricas y despus de los cinturones industriales, fueron
absorbiendo a los desempleados del campo. Pero sta sera la dinmica
de los pases centrales, no la del resto del mundo. Latinoamrica, y particularmente, la regin andina, no experimentaron ese grado de desarrollo
industrial necesario para absorber al campesinado que, continuamente,
emigraba desde las zonas rurales a las periferias urbanas en plena expan2
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sin a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Justo cuando el mundo
rural se transformaba de forma acelerada bajo diferentes modalidades de
reformas agrarias. Sin duda, el rumbo que la historia tomaba tras la segunda guerra mundial, sentara las bases de una ulterior transformacin
sin precedentes. Latinoamrica, con una larga tradicin agrcola, comenzaba a pergear un horizonte tan incierto como transformado.
Ciertamente los cambios suelen estar situados en estratos ms profundos, complejos y temporales. Desde mediados del siglo XIX las oligarquas criollas, surgidas de la Independencia de las repblicas latinoamericanas, abundaron en el proceso concentrador de la tierra, iniciado
en poca colonial. Haciendas, plantaciones y latifundios como formas
de concentracin del poder y de explotacin agropecuaria, se expandan
desde las zonas montaosas de la Cordillera Andina a las tropicales y
fueron acaparando los territorios y a sus pobladores. Las demandas de
los mercados internacionales a finales del siglo XIX entraaran el principio de una divisin internacional de la produccin agraria; las tierras
llamadas baldas seran colonizadas y monocultivadas con cacao, banano, caf, caa de azcar... A fines del ochocientos los caminos de hierro
abiertos por el ferrocarril y las entradas portuarias transformaron buena
parte de los territorios de las repblicas latinoamericanas.
Con este trabajo se pretende enriquecer el debate sobre las trayectorias histricas del campesinado en Ecuador; sobre los procesos polticos,
econmicos, culturales y sociales que reordenaron el escenario rural del
pas andino desde la segunda mitad del siglo XX hasta el primer decenio del presente siglo. Un anlisis que metodolgicamente y de forma
irremisible ha tomado un rumbo transdisciplinar, con el fin de aproximar
debidamente al lector al mundo agrario y por extensin al escenario rural
del campesinado ecuatoriano; el investigador debe por fuerza sumergirse
en las disciplinas que desde la economa hasta la agronoma, la historiografa, la sociologa o la antropologa, muestran un complejo mosaico difcilmente comprensible sin esta transgresin metodolgica. Ahora bien,
esto anterior no debe ser interpretado como una moda acadmica o una
omisin de las herramientas que le son propias al oficio de historiador.
El autor de este trabajo, ha intentado reconstruir una visin global de la
historia agraria reciente de Ecuador, integrando, en la medida de lo posible, como apuntaba Josep Fontana, todas las dimensiones del hombre,
desde su alimentacin hasta sus sueos (Fontana, 1992: 123). No de
otra forma se podra entender una historia del campesinado que no slo
lucha por la tierra, sino tambin se debate con el mercado, al tiempo que
experimenta con nuevas variedades de cultivos ms productivas pero en
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casos menos sostenibles con el medio natural, sometido siempre al mudable orden climtico.
En la primera parte de este libro, en su primer captulo, se presenta
una panormica general del mundo rural latinoamericano, atisbando problemas y vicisitudes; una multitud de nexos existentes entre el espacio
rural y las rutilantes y expansivas ciudades, entre las economas domsticas y el orden transnacional, entre el pasado y el presente. Tras esta vista
se da obertura a un segundo ttulo entregado a una exposicin crtica
de las ideologas y teoras que de una u otra manera han cristalizado el
mundo rural contemporneo del subcontinente, y cuyas expresiones en el
mundo agrario quedaran materializadas en las haciendas y plantaciones,
como universos donde las fuerzas productivas emanaban del colectivo
de trabajadores campesinos e indgenas sometidos, de forma coercitiva
fsica y simblica, a los gamonales o seores de las haciendas serranas,
y a los plantadores de la regin de la costa; aspectos stos desarrollados
en un tercer captulo. Se inicia as, en un cuarto episodio que cierra una
primera parte, la discusin sobre las reformas agrarias expandidas a partir de la segunda mitad del siglo pasado y cuya expresin ms patente
fue precisamente el punto final a los sistemas anacrnicos que se haban
tejido en las haciendas y plantaciones.
Esta primera parte plantea un escenario histrico complejo para los
pequeos productores rurales explorados en un segundo bloque del trabajo; donde se analizan las trayectorias histricas de un colectivo campesino asentado a mediados del siglo XX en las frtiles tierras de colonizacin de la costa austral de Ecuador, entre las provincias de Guayas,
Azuay (en su franja costanera) y El Oro.
Este campesinado deslizado de la Cordillera Andina o migrante de
la regin de la costa, conformar colonias y poblados inducidos por la
demanda de mano de obra en las plantaciones de la fruta tropical. As
en el captulo quinto, centramos nuestro anlisis en los inicios de una de
estas colonias, a partir de la expansin del cultivo de banano en la franja
costea bajo la administracin del presidente Galo Plaza, que propiciar
el citado cultivo de la fruta amarilla, con el consiguiente asentamiento
de fruteras, como la United Fruit Company; momento temprano y seminal en la organizacin campesina que dar lugar a una cooperativa de
segundo grado denominada Unin Regional de Organizaciones Campesinas del Litoral (UROCAL). Cooperativa que, con timidez pero con
persistencia, se ir consolidando tras las reformas agrarias de 1964 y sobre todo de 1973. Cooperativa que adems, estuvo acompaada en su
desarrollo por diversos colectivos voluntaristas de distinta procedencia
17
19
de la Historia como motor del cambio; de un cambio donde las condiciones de vida de los cultivadores del campo latinoamericano sean justas
y reconocidas y no simplemente como modelos de desarrollo obsoletos
del pasado, sino como vas que quedaron obstruidas y que bien pueden y
deben ser consideradas como alternativas a modelos que, en buena medida, han mostrado su incapacidad para generar riqueza y bienestar a
una poblacin cada vez ms numerosa y consciente de las condiciones
polticas que rigen el mundo del presente.
20
ABREVIATURAS
ACDI
AEBE
BM
Banco Mundial
CAAP
CEMAS
Centros para el Mejoramiento de la Alimentacin y la
Salud
CEP
DTR
FAO
FENOC
FEPP
21
FLACSO
FMI
ISI
MAG
ONG
Organizacin No Gubernamental
OSG
PREDII
PRODEL
RIMISP
UBESA
UFCo
UNCTAD
23
PRIMERA PARTE
METAMORFOSIS DEL MUNDO RURAL
Cada vez ms, me parece que tenemos menos capacidad de nombrarnos, estamos dependiendo de referentes que vinieron de fuera y no
realmente de lo que necesitamos. Vamos perdiendo capacidad para relatar lo nuestro, no tenemos palabras para nombrar lo propio, seguimos sin
conocer nuestro propio Ser. Necesitamos apropiarnos con pasin de lo
que hacemos, producir conocimientos propios segn la estadstica del
Banco Mundial algunas economas ya deberan haber muerto y obstinadamente siguen sobreviviendo con alegra y esperanza; con una cotidianidad que es permanente crisis, que es permanente inseguridad pero que
ah est. Queremos coger el desarrollo de nuestra constitucin: el Buen
Vivir. Vas viendo el paradigma que se basa desde abajo cmo romper
el paradigma de la gente unida al mercado?
Testimonio de Hernn Rodas (Paute, Azuay 2010)
25
CAPTULO 1
La transformacin del mundo rural
1.1. Conexiones y problemas
I
La Independencia de las colonias latinoamericanas no tuvo una correlacin temporal necesaria para readecuar un nuevo orden poltico; el
caudillismo espontneo y la formacin de lites blanco mestizas que vivan a la europea en un contexto expansivo y aperturista de los pases del
mundo moderno a mediados del siglo XIX, fueron socavando las estructuras socioeconmicas y concretando redes de dependencia fuertes. El
fin del tributo indgena, celebrado por liberales y conservadores, supuso
entonces una reordenacin de las tierras que pasaban directamente a ser
enajenadas por el Estado y por los hacendados3.
Hacia 1870, las tierras de Amrica Latina cobraban un valor capital
ante la fuerte demanda de los mercados internacionales. Se fueron definiendo reas geogrficas determinadas por su potencial productivo. Argentina y Uruguay se especializaron en la ganadera y en cultivos cerealcolas; Brasil, Colombia, Ecuador, Amrica Central y el Caribe producan y exportaban fruta tropical; Mxico, Per, Chile y Bolivia llevaron
a cabo una importante actividad minera. La dependencia econmica y
poltica generada en este momento conllevara una pesada carga histri3
Desde poca colonial las poblaciones indgenas fueron sometidas a travs de diversas
formas de servidumbre. Sin embargo, la resistencia por parte de las comunidades fue
permanente. En rigor, desde el siglo XVI se produjeron sublevaciones y rebeliones
indgenas y campesinas. Una lucha constante por la defensa de sus derechos de
propiedad consuetudinarios sobre la tierra y el agua, sobre sus universos culturales
y religiosos, formas de intercambio y reciprocidad. Pero, inevitablemente las
sociedades indgenas se fueron transformando y desarticulando, y de una u otra
manera, se articularon al sistema econmico productivo occidental. Progresivamente,
el campesinado, vera restringidas sus condiciones de vida, toda una diversidad de
intercambios y produccin agrcola, vindose forzado a participar compelidamente
en los mercados monetarios, en los trabajos forzados en las minas y sementeras de los
hacendados, o a emigrar a las ciudades, donde se transformaron en el lumpen colonial,
encerrados en sus barrios, cercados y parroquias de indios, malviviendo en psimas
condiciones de servilismo y exclusin Vase Marchena, (2006: 25-26).
27
28
Es un hongo parsito cuyo micelio, vivaz y persistente en las ramas y ramillas de las
plantas afectadas por la enfermedad, provoca la excitacin de sus yemas durmientes
y, como consecuencia se forman ramas anormales que se ramifican intensamente. Las
hojas de estos manojos o aglomeraciones de ramillas, llamadas escobas de bruja,
tienen al principio un color verde claro que destaca del resto del follaje y ms tarde
amarillean, se oscurecen y se caen. Vase Cnovas Garre, P. A. La encina y la tierra
agrcola, Murcia, 2004.
Hay que subrayar que Costa Rica, a partir de la primera mitad del siglo XIX inici
la expansin del cultivo de caf por parte de pequeos productores; estos cafetaleros sentaron las bases de una prosperidad que ira unida a la consolidacin, en
palabras de Tulio Halperin, de una democracia ejemplar en Centroamrica, e incluso del hemisferio, sealar Liisa North. Ciertamente a mediados del siglo XIX
la pequea repblica centroamericana poda ufanarse de tener ms maestros que
soldados. La expansin bananera tambin provoc un desequilibrio tnico al formar dos territorios excluyentes: el altiplano blanco frente una costa aglutinada por
poblacin negra y mulata. Vase, Tulio Halperin (1998); North, L., et al. (2008).
Estudios historiogrficos recientes han constatado la influencia geopoltica norteamericana en la repblica costarricense: en 1948 se firm un convenio entre el
Instituto de Asuntos Interamericanos y el gobierno de Costa Rica, que cristaliz en
el Servicio Tcnico Internacional de Ciencias Agrcolas (STICA). Las actividades
de esta institucin se podan describir como un combate contra la naturaleza,
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Vase al respecto el citado trabajo de Nicols Cuvi (2009) sobre el desarrollo de diferentes misiones agrarias en Ecuador dirigidas por Estados Unidos de Norteamrica desde
finales del siglo XIX. Concretamente, en 1890 la USDA mantena una estacin experimental en Ecuador con el fin de desarrollar diversas explotaciones de caucho y quina.
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Se llama mal de Panam a la enfermedad producida por el hongoFusarium oxysporum f. sp. cubense.Se trata de una de las amenazas, de extensin internacional,
ms graves de las bananeras. Este patgeno, que ataca las races e invade el sistema
vascular de la planta, impide su normal alimentacin y ocasiona una progresiva
deshidratacin, amarillamiento de la hoja, marchitando la planta y provocando su
muerte.
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Los precedentes de las luchas campesinas en la costa del pas andino han sido constantes.
Ya desde 1922 Guayaquil era una ciudad asolada por el hambre, la desocupacin y los
salarios estancados; bajo este panorama el campesinado organiz una huelga general
el 14 de noviembre de ese ao. El gobierno de Jos Luis Tamayo (1920-1924) llev
a cabo una represin brutal contra estos manifestantes: asesinaron a ms de dos mil
trabajadores y arrojaron cadveres a las ras. Moreano, A. (1983: 163-165).
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Es cierto que el nacionalismo populista haba asumido ya en su programa los objetivos, al menos en sus aspectos ms visibles, del ideario marxista leninista que tendra
en la revolucin cubana su punto axial para Amrica Latina. Por ello, se puede considerar que el populismo que se ubica entre la dcada de 1930 hasta finales de los
setenta (por ejemplo, Jos Mara Velasco Ibarra en Ecuador, mantuvo cinco mandatos
con interregnos entre 1933 y 1975); como tambin Juan Domingo Pern, en Argentina
(1943-1955 y 1973-1976) , tuvo mayor preeminencia que el marxismo. En cualquier
caso, la historia de la revolucin, y de la izquierda en general, en la Amrica Latina
del siglo XX, tiene un antes y un despus a partir del triunfo de la revolucin cubana.
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32
de representatividad poltica y de desarrollo de estas economas campesinas precarias. Como se desarrollar en su momento, las reformas
agrarias fueron incompletas, tmidas, e incluso en los casos en los que
se llev a cabo una reforma radical como en el Mxico de Lzaro Crdenas (1934-1940) con ms de veinte millones de hectreas distribuidas
entre el campesinado, al acentuar la pequea propiedad o minifundio, se
produjo un efecto de neolatifundismo, concentrando la tierra en pocas
manos y dejando a millones de campesinos sin tierra. Entre los objetivos
de los gobiernos que sancionaban leyes de reforma agraria, se hallaban la
incorporacin plena del campesinado al mercado nacional, con el fin de
incrementar el desarrollo industrial, elevando la produccin y consumo
interno y las tasas de exportacin. Particularmente en Ecuador la reforma agraria impuls el progreso de una agricultura industrial, antes que
distribuir o fomentar la agricultura campesina. Sin embargo, tambin se
activ el desarrollo de cooperativas con el fin de promover la produccin
a partir de la accin crediticia y asistencia tcnica del Estado15.
II
Una nueva etapa econmica en Ecuador se inici con la explotacin
petrolfera a partir de 1972 bajo la dictadura del general Guillermo Rodrguez Lara (1972-1976); el extractivismo llev consigo un aumento de
los ingresos pblicos demarcando una mayor autonoma entre los grupos
histricos de poder. Se iba consolidando as un desarrollismo en el pas,
que tuvo su manifestacin ms clara en el proceso de discusin de la
Segunda Reforma Agraria de 1973. En dicha Ley se explicitaba que la
productividad y no la redistribucin de la tierra, era el punto sobresaliente y que adems el Estado podra expropiar aquellas tierras que no
fuesen eficientes; punto en el que convergan tanto los pequeos productores como los grandes patrimonios: todos ellos deban mantener fincas
productivas. An as, a los hacendados se les concedi una clusula que
permita un perodo de gracia para elevar su produccin y evitar la expropiacin de sus tierras (Pallars Ayala, 1999: 163). A partir de 1979,
con el gobierno de Jaime Rolds Aguilera principiaba un nuevo periodo
histrico determinado por una crisis econmica, poltica y social que cu-
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33
A partir de 1980 el empleo no agrcola creca a mayor ritmo que el agrcola en toda
la regin. Como han apuntado Luciano Martnez y Hubert De Grammont, la visin
sesgada agronomista no visibilizaba la realidad de este momento en el campo, y desde
luego la sociologa era dirigida por la agronoma. Martnez Valle, L.; Grammont, H.
(Compiladores) (2009: 9-11).
17
El trmino fue utilizado por vez primera por Enrique V. Iglesias: los problemas
derivados de la crisis de la deuda, nos llamaron a principios del decenio de 1980
a alertar desde la Comisin Econmica Para Amrica Latina (CEPAL) sobre la
inminencia de una dcada perdida, la que de hecho y lamentablemente ocurri y
cuyos graves efectos adversos se proyectaron a los mbitos econmico y social de
nuestros pases. Iglesias, (2006: 10).
18
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19
Vanse, Ayala Mora, E. (2008: 114); Larrea, C. (2005: 68-74); Acosta, A. (2009: 42).
20
Como ha expresado Fontana, la fama del delirio de Fukuyama se debi ante todo a
la orquestacin que para su difusin organiz la John M. Olin Foundation, una institucin norteamericana que invierte anualmente millones de dlares para favorecer un
viraje a la derecha en la enseanza de las ciencias sociales Fontana (1992: 7). En otra
posicin, puede verse, Sanmartn, I. (1998, 35-49).
35
Le sera concedido en 1979 junto a Arthur Lewis, particularmente por las investigaciones en el campo agrario.
22
36
III
A mediados de los aos noventa se conclua el corto siglo XX
(Hobsbawm, 1995). Las evidencias del fin de la guerra fra y el inicio de
un nuevo periodo histrico, se constataban en la vieja Europa como en
el resto del mundo. A partir de la dcada noventa las innovaciones tecnolgicas y el capitalismo flexible definan un nuevo modelo de desarrollo. Al parecer la historia del capitalismo haba llegado a un punto de
resignificacin de la clsica relacin entre capital y trabajo. El cambio se
haba instalado social y culturalmente (Arstegui, 2004). Las sociedades
y sus vnculos con el pasado se diluan en el presente, las personas, como
sujetos y colectividades perdan las seguridades del pasado y miraban al
horizonte con miedo e inseguridad.
Era predecible que estos cambios globales influyeran y transformaran
el mundo rural y particularmente la agricultura, no slo en los pases
centrales, sino tambin en los perifricos. El campo francs, modelo de
agricultura familiar en Europa, iniciaba un proceso de declive no tanto
por el lado de la productividad (los insumos qumicos y la tecnologa
agraria se encargaban de generar altas tasas de produccin, incluso a base
37
Como sucede, adems, en el resto de reas rurales de la Europa actual, las cuales estn
experimentando distintas e importantes transformaciones de diverso signo que van desde
el declive agrario y la despoblacin en una zonas, al aumento de la presin urbanizadora
y el deterioro medioambiental en otras. Vanse, por ejemplo, Arriba, R. (2011: 177-192);
Garrabou (2010). En la Europa de 1995 haban censadas 7,37 millones de explotaciones
agrcolas, en 2005 descendan a 5,84 millones; durante ese periodo, Alemania sufra un
reflujo en sus explotaciones de un 9,7 por ciento. Los nuevos pases integrantes de la
Unin Europea, esto es, Bulgaria, Hungra, Polonia y Rumana, sumaban el 53,1 por
ciento de las explotaciones agrarias del viejo continente; por cierto, pases con una larga
tradicin agrcola, colectivizada, estatal o cooperativa. Vase Cazzola (2010: 265-266).
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38
Las repblicas latinoamericanas, con una larga tradicin agropecuaria, llevaban las huellas de una crisis permanente desde haca muchos
aos. Crisis de representacin poltica y social de las masas de campesinos e indgenas que de hecho haban sostenido con su fuerza de trabajo
los sistemas de hacienda y plantacin desde el siglo XIX. Desde los aos
ochenta del pasado siglo, o tal vez antes, los grupos agroindustriales trasformaron aceleradamente el tejido social de las economas campesinas.
Los recientes agronegocios de cultivos no tradicionales para biocombustibles como la soya, el maz o la palma ejercan, en gran medida, una
presin dramtica sobre los territorios y sus poblaciones, como sucedi,
a finales del siglo XIX con la agricultura de enclave.
Un nuevo consenso agrcola mundial, como el que reorden la revolucin verde a mediados del siglo XX entraba en escena. La agricultura modernizada, ya fuese por nuevos agricultores ricos o por transnacionales, haba consensuado junto a organizaciones supranacionales
como el Banco Mundial, la Organizacin Mundial del Comercio o los
intereses de las economas domsticas, bajo el contumaz crecimiento
econmico y la productividad, el asalto a la agricultura campesina26.
El ndice de productividad de la agricultura capitalista modernizada
frente a la tradicional era de 10 a 1 en 1940, a principios del siglo actual constitua una diferencia de 2.000 a 1. O dicho de otra manera, la
agricultura campesina era desplazada radicalmente del mercado global
(Samir Amin, 2003). Pero este desplazamiento no se deba a la constatacin emprica de que la agricultura practicada en pequeas fincas
fuese menos sostenible o ineficiente. Recientes investigaciones presentan a las pequeas explotaciones agrarias incluso ms productivas que
las grandes y tecnificadas plantaciones, si se considera la produccin
total en lugar del rendimiento a partir de un solo cultivo. Esto se deba a que las fincas con policultivos, la gran mayora de las pequeas
propiedades, mermaran las prdidas debido, entre otros aspectos, a los
usos eficientes de los recursos hdricos, la luz y nutrientes orgnicos
(aplicable a las cooperativas tratadas en la segunda parte de este trabajo
que practicaban una agricultura ecolgica).
Adicionalmente, como sostiene Miguel ngel Altieri, en Amrica
Latina, por ejemplo, alrededor de 17 millones de unidades campesinas,
distribuidas en ms de 60 millones de hectreas, esto es, aproximadamente un 34 por ciento de la superficie total cultivada, en explotaciones
de una media de 1,8 hectreas, producan el 51 por ciento del maz, el 77
26
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por ciento de las judas y el 61 por ciento de las patatas para el consumo
domstico27. Sin embargo, el modelo poltico econmico realmente existente, al priorizar la agricultura de grandes explotaciones28 iba a reducir
progresivamente la agricultura sostenida por pequeos agricultores29.
Representativo de esta evolucin, al escribir estas lneas, es la concentracin de tierra en Ecuador en determinados monocultivos de exportacin.
As, el caso del banano, controlado por tres grupos familiares que acumulan ms de 40.000 hectreas; o, superando las 68.000 hectreas, el cultivo
de caa de azcar reducido a no ms de siete haciendas propietarias; y el
monocultivo de palma africana, regentada por cuatro empresas, con ms
de 40.000 hectreas30. Este escenario impulsado por la economa de libre
mercado, estrechaba y exclua al agricultor tradicional, escasamente formado, con limitadas propiedades, sin recursos econmicos, lo que de una
u otra manera, iba a deprimir a numerosas familias obligadas a separase
de algunos de sus miembros para buscar el empleo fuera del pas. Las migraciones fueron el testigo dramtico de este proceso de exclusin, con
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32
Como recordaban diversos informes del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, la expansin urbana propiciada por un elevado crecimiento demogrfico,
resultaba un urbanismo desordenado, intrusivo en los sistemas ecolgicos, elevadas
tasas de contaminacin, carencia de servicios bsicos para las poblaciones, entre otras
afecciones. El caso de la ciudad de Manaos, en Brasil, relativamente poco poblada
haca unas dcadas, pasaba a concentrar en su rea urbana el 99,35 por ciento de los
1.612.475 habitantes del municipio. San Salvador duplicaba en treinta aos su rea
urbana. En los Andes centrales del Per, en la ciudad de Cerro de Pasco, la actividad
minera, remontada al siglo XVII, cobraba especial fuerza durante el siglo XX,
afectando unos ndices de impacto ambiental y social sin precedentes. La dependencia
de este pas andino de la exportacin extractiva era evidente, en 2009 supona el 61
por ciento de sus desemboques.
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Con la emergencia de Amrica Latina en esta ltima dcada surgen con fuerza nuevos
debates sobre desarrollo econmico, social, poltico, como adems una cierta
tendencia a regenerar las ciencias sociales desde marcos tericos apuntalados en y
desde la problemtica del hemisferio Sur. Vase, por ejemplo, Boaventura de Sousa
Santos (2010), o la obra coordinada por Irene Len (2010), con aportaciones del
economista ecuatoriano Alberto Acosta, entre otros citados en este trabajo. Estudios
ya clsicos y que plantean revisiones profundas y crticas de la teora econmica
clsica, vase por ejemplo, Aguilar, A. et al. (1978).
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Las crticas al proyecto extractivista han sido sostenidas tanto por movimientos sociales de diversa ndole, como por el ex ministro de energa Alberto Costa Espinosa.
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Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) (UNEP/LACIG.XVII/4). Ciudad de Panam, 29 y 30 de abril de 2010.
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Conviene recordar que durante las dcadas treinta y cuarenta se produjo un auge del
sindicalismo en Ecuador. La Confederacin de Trabajadores Ecuatorianos (CTE) surga en julio de 1944 y en agosto del mismo ao, la Federacin Indgena Ecuatoriana
(FEI). Ambas fueron las organizaciones que contribuyeron a movilizar a los campesinos para promover una reforma agraria en el campo ecuatoriano.
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Del prlogo al estudio de Luciano Martnez (2003) sobre el caso del cantn La Man,
en la provincia de Cotopaxi, escrito por Francisco Rhon Dvila.
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Uno de los ejemplos ms citados es el desarrollo exitoso de los Tigres Asiticos, esto
es, Japn, Corea del Sur y Taiwn. En los tres casos se llevaron a cabo profundas
reformas agrarias y polticas de Estado intervencionistas. Vanse por ejemplo los
trabajos de Liisa North (2008); Cristbal Kay (2001).
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