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Caso Mucocele Canino

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MUCOCELE BILIAR CANINO, PRESENTACION DE UN CASO

Permetei P. (1), Pereyra J. (2), Dubin L. (3)


(1)Práctica clínica privada y Dermatología (2) Práctica clínica privada y
Cirugía/traumatología (3) Práctica privada y Ecografía.
INTRODUCCION:
La Enfermedades hepáticas, hepatobiliares y pancreáticas, son patologías que clínicamente
pueden semejarse mucho entre sí, si bien los tratamientos para cada una en particular difieren.
El Mucocele biliar es una patología poco diagnosticada en el perro, pero es cada vez más
reconocida y representa una causa importante de obstrucción biliar. Su causa no está esclarecida aún;
es una forma de colecistitis aguda que se suele observar en animales de mediana a avanzada edad y
suele asociarse con obstrucción biliar, necrosis de la pared biliar y perforación inminente. Se sugiere
que la inflamación estéril o séptica de la vesícula biliar, o los trastornos motrices de la misma
podrían ser predisponentes a dicha patología. Ciertas dislipemias, diabetes y determinadas razas
caninas podrían estar más predispuestas. Todo lo cual conlleva a una gelatinización de la bilis,
(excesiva formación de mucina).
Los signos clínicos puedes ser muy variables, desde silentes totalmente hasta presentar
alteraciones inespecíficas similares a otras tantas enfermedades del tracto gastrointestinal:
pancreatitis, cuerpos extraños, gastritis, ictericia, intoxicaciones varias:
Los análisis sanguíneos suelen ser algo más sugerentes, con GOT, GPT, FAS Y Glóbulos
Blancos normalmente elevados, aunque no son indicativos lineales de la gravedad del caso.
Anorexia, vómitos, diarrea, dolor puntual en la zona de epigastrio, ictericia e incluso fiebre
ondulante, son los más características. A nivel ecográfico se caracteriza por una excesiva
acumulación de moco hipoecoico que ocupa el lumen interno de la vesícula y no es móvil, puede o
no tener estriaciones, la pared puede aparecer engrosada, hiperecoica/hipoecoica debido al edema y/
o necrosis. La evidencia de ascitis local e hiperecogenicidad de la grasa circundante puede sugerir la
existencia de una ruptura y peritonitis biliar.

PRESENTACIÓN DEL CASO:


Se presentó en la clínica una perra castrada, Ovejero Alemán, de nueve años de edad que por
anamnesis se revelaron tratamientos previos por presentar síntomas de malfunción hepatointestinal y
aparente falla renal parcial. Además la perra venía siendo tratada (por ser hipotiroidea) con
levotiroxina (t4L) diariamente.
Al momento del examen el dueño relata que la perra posee síntomas gastrointestinales
crónicos, pero que decayó bruscamente y presenta anorexia de 3 días de curso, decaimiento y emesis
abundante con intolerancia de líquidos. Sospechaba que habría ingerido algún elemento extraño ya
que no la veía defecar.
A la revisación clínica el animal presentaba una deshidratación moderada(4%),con bajo peso
(22 kg), estado de alerta con leve decaimiento, orina concentrada y palpación de abdomen con
consistencia pastosa y leve dolor abdominal. Las mucosas se presentaron levemente ictéricas. Al
tacto rectal se detectó escasa presencia de materia fecal pegada a las paredes de la ampolla rectal. No
se detectó nada relevante a la auscultación cardíaca ni a nivel respiratorio.
DESARROLLO DE ANALISIS CLINICOS:

Se procedió a realizar terapia endovenosa con Solución Fisiológica para rehidratarla,


ranitidina (1mg/kg), Ondansentrón (0,15 mg/kg), Vitaminas y amioácidos en suero. Al mismo
tiempo se realizó extracción de sangre completa obteniéndose estos resultados:

Ante la evidencia de infección con compromiso hepático, se decidió implantar un tratamiento


de triple terapia antibiótica con Metronidazol (13mg/kg), Enrofloxacina (10 mg/kg) y Ceftriaxona
(25mg/kg) sumado al tratamiento hepatoprotector (Hepatone 5 ml/8hs) y al previamente establecido
antiemético.
Se resolvió realizar un estudio ecográfico abdominal, más específico, encontrándose imagen
vesical e intestinal sin particularidades, imágenes de ambos riñones sin particularidades y hallándose
una imagen hepática con signos sugerentes de inflamación y aumento de tamaño relativos. Asimismo
se observó una imagen de vesícula biliar con distención moderada, (50-60 mm), paredes con
engrosamiento hipoecoico evidente, (aprox. 10mm) y contenido en su lúmen ecogénico, sin estrías,
inmóvil y sin presencia de sombra acústica evidente. El tejido adyacente a la vesícula biliar
presentaba aumento de su ecogenicidad. No se observaban linfonódulos hepáticos reactivos. Todo lo
cual resultaba fuertemente estimativo de Mucocele biliar con éstasis
biliar/colecistitis/colangiohepatitis asociadas y probable Peritonitis Biliar. El aumento ecogénico del
tejido adyacente a la vesícula biliar fue sugestivo de posible ruptura.
Imágenes ecográficas obtenidas en el estudio:

Vesícula Biliar transversal Vesicula Biliar longitudinal

Engrosamie
nto anecoico en pared biliar Imagen hepática longitudinal izquierda.

TRATAMIENTO:
Se procedió a estabilizar la paciente con internación y terapia con fluidos endovenoso y
posterior ablación quirúrgica biliar, (Colecistectomía) y ablación parcial de lóbulo hepático central.
La paciente quedó internada posteriormente a la cirugía, unos días con fluidoterapia,
tratamiento con triple terapia antibiótica, (Metronidazol, Enrofloxacina y Ceftriaxona), Tramadol,(2
mg/kg) hepatoprotector y Dexametasona (0,4 mg/kg) a baja dosis. Al aceptar la alimentación vía
oral, se decidió externarla volviendo a controles periódicos y manteniéndose con dieta orientada a
tratamientos hepáticos, Nogastrol (5 ml/8 hs),y se realizó un protocolo con Gentamicina (6 mg/kg)
de 3 días inyectables.
A los 15 días fueron extraídos los puntos y mantuvo tratamiento de protección para el hígado
junto con la dieta específica.
Seis meses después y en su último Análisis Sanguíneo de control, los resultados fueron
alentadores y con la paciente ganando peso.
Se sugirió mantener la dieta estricta para protección hepática y Prednisolona a baja

dosis. perdiéndose el contacto con el animal desde entonces.

CONCLUSIONES;
Si bien este tipo de patologías biliares no son algo muy común de la clínica diaria, forman
parte de un diagnóstico diferencial amplio que como clínicos nos compete realizar y tener en cuenta
ante la presencia de un paciente con signos hepatointestinales y sobre todo la evidencia de ictericia.
Siendo sus síntomas oscuros y semejantes a tantas otras enfermedades, queda clara la importancia de
poder realizar una detallada exploración clínica, análisis sanguíneos complementarios seriados y
diagnósticos de imágenes confiables. Los tratamientos antibióticos de triple terapia son de elección
en estos casos, conjuntamente con los protectores hepáticos. Aunque, ante la sospecha de ruptura o
peritonitis biliar, se justifica la Laparotomía Exploratoria y (de hallarse ruptura biliar),
Colecistectomía y un tratamiento y cuidados intensivos del paciente, así también su seguimiento
nutricional a lo largo del tiempo, dado que el hígado es un órgano que necesita tiempo. Dado que la
perra presentaba de base enfermedad hipotiroidea y alteraciones crónicas hepáticas, no se descarta
que éstos hayan sido los predisponentes del Mucocele Biliar.
BIBLIOGRAFIA:
Jörg M.Steiner (2008) “Gastroenterología en pequeños animales” Multimédica Ediciones
Veterinarias pag. 33-38.
Dominique Penninck, Marc André d’Anjou, (2008) “Atlas de Ecografía en pequeños
animales”,Multimédica Ediciones Veterinarias. Pag.231-236.
Nyland/Mattoon (2002) “Diagnóstico ecográfico en pequeños animales”, Multimédica Ediciones
veterinarias, pag. 121-125.
Richard W. Nelson, G. Guillermo Couto, (2010)”Medicina Interna en Pequeños Animales”, Elsevier
Mosby Ediciones, pag. 552-556.
Hernán fominaya Garcia, (2010) “Atlas de Ecografía clínica abdominal en pequeños animales”,
Intermédica Ediciones, pag. 166-171.

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