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Jornalismo Digital de Terceira Geração
Jornalismo Digital de Terceira Geração
Jornalismo Digital de Terceira Geração
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Índice
Apresentação
por Suzana Barbosa 1
i
ÍNDICE ÍNDICE
ii
Apresentação
Suzana Barbosa
Universidade Federal da Bahia
E-mail: suzana.barbosa@gmail.com
Estrutura do livro
O livro está organizado em três partes. Na primeira delas - O formato da
notícia, a linguagem e os gêneros – os artigos de Concha Edo e de João
Canavilhas (El lenguaje y los géneros periodísticos en la narrativa digital;
Webjornalismo: da pirâmide invertida à pirâmide deitada) apontam os cami-
nhos para a consolidação de uma linguagem mais específica para a narrativa
jornalística no entorno digital. Inclui-se aí a discussão sobre os gêneros, e a
proposição de uma forma particular para a construção da notícia no jornalismo
digital.
Três artigos compõem a segunda parte, intitulada - Blogs, fotografia, o
jornalista e o jornalismo cidadão. No primeiro deles (The News Blog in
2005: Social Journalism at the Eye of the Storm), Jim Hall discute os efeitos
da cobertura feita pelos weblogs quando do Furacão Katrina sobre a mídia dos
Estados Unidos, tentando entender o movimento do que denomina news blog-
ging dentro de um contexto cultural e institucional. Já o texto em co-autoria de
Marcos Palacios e Paulo Munhoz (Fotografia, Blogs e Jornalismo na Internet:
Oposições, Apropriações e simbioses) tenta contribuir para ampliar a caracte-
rização do jornalismo cidadão, realizando uma aproximação dos blogs com a
fotografia digital e assinalando alguns efeitos daí resultantes. Fechando esta
parte, Anabela Gradim aborda os modos como a internet produz impactos no
trabalho dos jornalistas, no artigo WebJornalismo e a Profissão de Jornalista:
alguns equívocos sobre a dissolução do 4o Poder.
Apresentação 3
O formato da notícia,
a linguagem e os gêneros
El lenguaje y los géneros periodísticos en la narrativa
digital
Concha Edo
Universidad Complutense de Madrid
E-mail: c.edo@ya.com
de las cuestiones más importantes que hay que tener en cuenta para
U NA
llegar a describir las características, las categorías y las capacidades de la
narrativa digital es la fragmentación de la audiencia que se produce en Internet.
Hasta ahora los medios se dirigían a grandes grupos de personas más o menos
indefinidos: eran los medios de comunicación de masas y su discurso tenía una
apariencia casi monolítica.
Pero esas dimensiones han cambiado para dirigirse a la personalización,
a los pequeños grupos con entidad propia que reclaman un tipo concreto de
información. Y si es cierto que existen y seguirán existiendo cibermedios con
millones de visitas, cada vez hay más espacios personalizados para los gustos
individuales de los asiduos de la Red. No se puede ya escribir sólo desde la
perspectiva del emisor, del periodista: hay que contar más con el receptor y
facilitar su participación.
Nos encontramos con un modelo de periodismo que, sin perder lo mejor
de una profesión que ha escrito páginas memorables, tiene que contar con que
la información digital es interactiva, pues permite la participación directa e in-
mediata; es personalizada, porque hace posible la selección activa de los con-
tenidos; es documentada, gracias al hipertexto y a los enlaces; está actualizada
porque las noticias se publican en cuanto se producen y se cambia el concepto
de periodicidad; integra todos los formatos periodísticos -texto, audio, vídeo,
gráficos, fotos- en un solo medio que es multimedia; puede aplicar los pro-
cesos que se ejecutan en un ordenador, y requiere una nueva concepción del
diseño que va mucho más allá de la estética y debe, sobre todo, facilitar al
lector la navegación.
mente humana para relacionar ideas, hechos y datos diferentes, y por medio de
links o enlaces incluidos en el texto principal, se facilita el acceso a todo tipo
de archivos.
Así, una de las claves de esta nueva narrativa está en dividir con crite-
rios periodísticos todo el conjunto noticioso y documental en elementos más
pequeños y manejables con los que se pueda facilitar la navegación y la visua-
lización del texto y las imágenes que integran la consulta. Es el propio lector
el que elige cómo quiere enterarse del contenido de los medios, el que decide
la trayectoria y el orden que quiere seguir en un mensaje, o un conjunto de
mensajes por los que puede navegar.
En un primer nivel se ofrece una síntesis completa de esa noticia, general-
mente en la home page, y en los niveles siguientes se hace posible profundizar
desde aspectos muy distintos trayendo a la pantalla diferentes documentos es-
critos o audiovisuales. Para conseguirlo con éxito hay que fraccionar la narra-
ción y volver a unirla desde varias entradas diferentes que permitan las visitas
desde todas las perspectivas posibles (C. Edo, 2003): el inicio, el desenlace,
las imágenes, las voces o el sonido ambiental, los datos numéricos, la recons-
trucción gráfica de los hechos, las opiniones...
Algunos autores recomiendan recurrir al modelo del storyboard cinemato-
gráfico y otros hablan, con un planteamiento exclusivamente hipertextual, del
storytelling. En cualquier caso, aquí el diseño es menos importante que en la
prensa que estamos acostumbrados a leer. Su influencia, según las experiencias
más recientes y las propuestas de los diseñadores, se reduce frente al aspecto
funcional, que gana en consideración sobre lo estético y pasa a primer plano
ante la necesidad de encontrar con rapidez la información.
Una de las mayores dificultades informativas de la portada es la falta de
elementos para determinar la importancia de las noticias. Lo que en un perió-
dico puede ser resaltado con un gran titular, una gran foto o la extensión del
artículo en varias columnas, y en la radio y la televisión enfatizado con la voz,
el orden de los titulares o la espectacularidad, en Internet sólo se puede primar
por el número e importancia de los enlaces o por el lugar que ocupa: las fotos
que se publican en la home son pequeñas y el ancho de los textos es igual para
todos.
Se ha intentado en ocasiones un sistema que consiste en calcular el tiempo
de lectura y dar el número de minutos aproximado para indicar la longitud del
texto, pero no puede considerarse una solución lo suficientemente eficaz. Tam-
bién se podrían añadir un antetítulo o un subtítulo, aunque la red exige síntesis
El lenguaje y los géneros periodísticos en la narrativa digital 9
y eficacia evidente en los titulares; o se pueden preceder los enlaces por iconos
que desvelen si vamos a encontrar texto, documentos, fotos, gráficos o vídeos
y, en casos concretos, se puede aumentar el cuerpo de las cabeceras. Pero nin-
guna de estas posibilidades ha llegado a conseguir, por ahora, el impacto y la
eficacia de las noticias de portada de los papers tradicionales.
De estas tres series, hay una que se puede considerar dominante y que
se constituye en código rector sobre las demás: la serie visual lingüística, el
lenguaje escrito. Y en cuanto a sus características, podemos citar seis: 1)
corrección, 2) concisión, 3) claridad, 4) captación del receptor, 5) lenguaje
de producción colectiva, porque intervienen distintos co-autores con respon-
sabilidad diferente en el texto final, y 6) lenguaje mixto, en el que las series
lingüística, para-lingüística y no-lingüística se influyen entre sí para llegar al
producto periodístico definitivo (J. L. M. Albertos, 1997: 203).
El periodismo en cada una de sus modalidades -escrita o audiovisual- cu-
enta con un sistema de signos propio que responde a las posibilidades técnicas
concretas de cada uno de los medios. Y también se puede hablar de unos
rasgos diferenciales del periodismo audiovisual que se realiza en la radio y
la televisión, pero nos vamos a centrar en los medios impresos porque, hasta
El lenguaje y los géneros periodísticos en la narrativa digital 13
el momento, han sido el modelo del ciberperiodismo, en gran parte por las
limitaciones técnicas de la Red.
Lenguaje múltiple
La verdad es que el espacio informativo digital recuerda todavía demasiado
al periodismo escrito y, sobre todo, a los diarios editados en papel, por lo
que inicialmente su sistema de signos se ciñe a las tres series visuales del
periodismo escrito. Pero con el ritmo que marca la tecnología, va abarcando
los códigos audiovisuales para llegar a ese medio multimedia que todavía no
se ha consolidado como tal pero que veremos en un futuro próximo.
Las publicaciones digitales requieren un lenguaje que asume las caracte-
rísticas ya conocidas -corrección, concisión, claridad, captación del receptor,
lenguaje de producción colectiva y lenguaje mixto-, pero con el matiz parti-
cular de que en los medios on line el lenguaje no es sólo mixto sino verda-
deramente complejo: es, más específicamente, un lenguaje múltiple como ya
he explicado en textos anteriores (C. Edo, 2003). Porque la información que
nos llega a través de Internet - o de cualquier otra red en el futuro-, unifica los
distintos lenguajes en uno sólo y nos lleva a utilizar de forma simultánea todos
los que ya conocemos para producir uno distinto y plural que es unificador y
multimedia.
Esta nueva denominación -lenguaje múltiple- responde al hecho de que,
al valorar el lenguaje del ciberperiodismo, vemos que la series visuales para-
lingüística y no lingüística ya no son exclusivamente un elemento de la página
que completa o refuerza el texto -hasta ahora dominante- mediante un titular,
una foto o un dibujo. Ahora estas dos series se equiparan en importancia con
la netamente lingüística de tal manera que las tres se enlazan en un mismo
nivel. Un lenguaje múltiple en el que también ocupan un lugar relevante los
elementos icónicos.
Así, en el contexto digital ya no es tan nítida la distinción entre prensa
escrita y audiovisual, aunque una y otra dispongan de páginas propias en In-
ternet. Las cabeceras editadas inicialmente en papel, que trasladaron su propio
lenguaje a la red, muy poco después tuvieron que introducir y manejar los có-
digos icónicos y sonoros, hasta ahora exclusivos de la radio y la televisión,
para comenzar a producir contenidos en ese lenguaje múltiple, todavía incipi-
ente, lento y con muchas cuestiones pendientes pero que abarcará mejor todos
los formatos posibles de la tecnología actual y futura.
14 Concha Edo
La corrección gramatical
Las aspiraciones gramaticales de los textos escritos para la pantalla son, en
principio, tan exigentes como las del mejor periodismo impreso. Pero en es-
tos pocos años hemos podido comprobar que los contenidos informativos de
los medios on line no son, en términos generales, los más correctos que se
han publicado. Es cierto que la actualización constante elimina en parte el im-
pacto visual de la impresión en papel y, en cierto sentido, produce un efecto
semejante a la fugacidad de la información radiofónica. Y también que en las
redacciones de los medios digitales la media de edad de los periodistas que
elaboran las informaciones es muy baja. Pero, en cualquier caso, las incor-
recciones gramaticales no hacen sino dañar aún más la credibilidad del trabajo
periodístico que, por circunstancias que no es posible explicar aquí y que todos
conocemos, no está en su mejor momento.
Las indicaciones que, en estos momentos, se pueden hacer respecto a la
corrección de los textos son, entre otras, las siguientes:
• las pautas de acentuación y puntuación no deben sufrir variaciones de
ningún tipo al escribir para la red,
• el esquema sujeto-verbo-objeto, utilizado con toda su simplicidad y efi-
cacia, puede ser la mejor ayuda para conseguir una comprensión rápida
del contenido. Y lo más sensato es prescindir, siempre que sea posible,
de los diferentes modelos de oraciones complejas, lo que cobra mayor
importancia en dos situaciones muy concretas: 1) cuando se escribe para
la home page, y 2) cuando el texto va acompañado de imágenes, gráficos
estáticos o gráficos interactivos que, más que explicaciones, requieren
apenas unas frases que orienten y sitúen al lector en la acción que se
muestra o en el recorrido infográfico.
• una de las cuestiones que pueden suponer cierta confusión es la deter-
minación de los tiempos verbales. Si en el periodismo convencional es
El lenguaje y los géneros periodísticos en la narrativa digital 15
3. el contexto actual,
Pero esta solución, que presentada de una u otra manera, es la que se re-
fleja hoy, no es todavía la que podemos esperar para el ciberespacio. Los
medios, hasta ahora han experimentado desde distintas perspectivas esa frag-
mentación para el reportaje, pero con unas pautas cercanas a los esquemas que
ha impuesto el papel. Hay que cambiarlos. Además, las cifras de acceso y los
recuentos de páginas dicen que sólo los gráficos interactivos -la infografía es
una de las mejores armas de Internet y un elemento clave en el nuevo lenguaje
18 Concha Edo
ble. Pero siempre que exista una mediación del periodista que profesionalice
el resultado que va a aparecer en la pantalla.
Se pueden establecer algunas pautas comunes para unos y otros y es posi-
ble hacer alguna previsión de futuro:
• en casi todos los medios se comprueba que estos artículos no son los
más valorados en cuanto a número de visitas,
Bibliografía
AGENCIA EFE (1995): Manual de español urgente, Cátedra (11a edición),
Madrid.
Introdução
O desenvolvimento dos meios de comunicação social está intimamente rela-
cionado com os avanços que ocorreram nos métodos de difusão. A imprensa
norte-americana, por exemplo, registou um período de franco desenvolvimento
em paralelo com o crescimento dos caminhos-de-ferro norte-americanos, pois
jornalismo que se faz na web, mas este não é o único motivo para que tal se
verifique.
No final da década de 80, a edição electrónica já se tinha generalizado en-
tre a imprensa escrita. Um pouco por todo o mundo, os jornais começaram
a investir em informática e em softwares de edição que lhes permitiam traba-
lhar de uma forma mais rápida e permitindo um fecho de edição mais tardio.
Por isso, no momento em que ocorre o grande boom da Internet, os jornais
já tinham as suas notícias digitalizadas pelo que, quase sem custos adicionais,
avançaram para edições online (Edo, 2002, 103), disponibilizando as mesmas
notícias da versão impressa.
Para além das questões de cariz técnico, as dificuldades económicas tam-
bém têm colocado alguns entraves ao desenvolvimento do webjornalismo. As
estatísticas apresentadas na página anterior permitem concluir que as taxas de
penetração mais altas coincidem com os países mais desenvolvidos, porém,
as questões de ordem económica não se resumem à infra-estrutura de distri-
buição, nem ao número de equipamentos de acesso, pois embora sejam dados
importantes, situam-se ambos no lado da recepção. No sector da emissão,
as dificuldades inerentes à viabilização económica dos meios online levou as
empresas a recorrerem aos conteúdos já existentes e o elemento comum aos
vários meios - imprensa escrita, rádio e televisão - é o texto que serve de base
às notícias. Desta forma, foi com alguma naturalidade que o jornalismo na
web se desenvolveu num modelo muito semelhante ao do jornalismo escrito,
adoptando as mesmas técnicas de redacção usadas na imprensa escrita.
Técnicas de redacção
Desde sempre, as técnicas de redacção jornalística ocuparam um lugar de des-
taque nos cursos superiores de jornalismo. No terceiro quartel do século XIX,
os Estados Unidos iniciavam os cursos superiores de jornalismo, enfatizando o
treino da escrita e da paginação4 . O desenvolvimento posterior virá a conduzir
o jornalismo para o campo das Ciências Sociais, tendo sido criado um campo
de investigação próprio: as Ciências da Comunicação.
Arrumada a discussão académica, persiste a polémica em torno do acesso
à profissão. O Brasil, por exemplo, discutiu recentemente esta questão, tendo
permanecido a obrigatoriedade da licenciatura para aceder ao jornalismo. Já
no caso português é possível ter a carteira profissional apenas com o ensino
4
Traquina, Nelson (2002) Jornalismo, Lisboa: Quimera
26 João Canavilhas
Figura 1
Amostra e Metodologia
Preparou-se uma notícia com 10 páginas web ligadas através de links em menu
e links embutidos9 no texto. A organização da notícia seguiu uma arquitectura
por níveis de informação (fig. 2), com um texto inicial10 contendo 5 links
8
http://www.nybooks.com/articles/546
9
Por “links embutidos” consideram-se os links colocados no próprio corpo do texto
10
O texto aqui referido como “inicial” era, efectivamente, o segundo. Porém, como tinha
apenas um link para “mais informações”, não foi considerado neste estudo, servindo apenas
para anular analisar se os usuários estavam familiarizados com a utilização de hipertexto. Esta
Webjornalismo 29
Figura 2
Resultados
O tratamento dos dados permitiu retirar as seguintes conclusões:
No outro texto de segundo nível com enlace embutido, 67,6% dos utiliza-
dores seguiu esse link para o terceiro nível.
b) 23 % dos leitores tem uma rotina de leitura por nível: seguem o link no
local onde está inserido, regressando de seguida ao texto inicial.
Conclusão
O trabalho de redacção implica jogar com duas variáveis: “dimensão” (quanti-
dade de dados) e “estrutura” (arquitectura da notícia). A correcta manipulação
das variáveis obriga os jornalistas a optarem pelas técnicas de redacção que
mais se adequam às características do meio, dando mais importância a uma ou
outra variável. Compreende-se, pois, que as prioridades do jornalista da im-
prensa em papel sejam diferentes das prioridades do webjornalista: enquanto o
primeiro dá primazia à dimensão do texto, recorrendo a rotinas estilísticas que
permitem “encaixá-lo” no espaço definido, o segundo deve centrar a sua aten-
ção na estrutura da notícia, uma vez que o espaço é tendencialmente ilimitado.
a) Estrutura da webnotícia
Estruturar uma notícia na web implica a produção de um guião que permita vi-
sualizar a sua arquitectura, nomeadamente a organização hierárquica dos ele-
mentos multimédia e suas ligações internas.
“A flexibilidade do meios online permite organizar as informações de acordo
com as diversas estruturas hipertextuais. Cada informação, de acordo com as
suas peculiaridades e os elementos multimédia disponíveis, exige uma estru-
tura própria.” (Salaverria, 2005, 108).
Estas estruturas podem ser lineares, reticulares ou mistas (Dias Noci y Sa-
laverria, 2003, 125-132). No caso da estrutura linear, a mais simples, os blocos
Webjornalismo 31
Figura 3
b) Um novo paradigma
A identificação de 22 percursos de leitura diferentes logo no terceiro momento
de interacção levanta uma questão importante: a aplicação de uma técnica
baseada na organização dos factos pela importância que o jornalista lhe atribui
é a mais aconselhada para o jornalismo que se faz num meio interactivo?
Consideramos que não. Os dados deste estudo aconselham o webjorna-
lismo a adoptar um paradigma diferente daquele que está subjacente à utiliza-
Webjornalismo 33
Figura 4
34 João Canavilhas
Figura 5
Bibliografía
ALBERTOS, José Luís Martinez (2004 – 5a edição) Curso General de Re-
dacción Periodístic. Madrid:Thomson Editores Spain Paraninfo
Textos online
CANAVILHAS, João (2001) Webjornalismo: considerações gerais sobre
o jornalismo na web. Em http://www.bocc.ubi.pt/pag/canavilhas-joao-
webjorn al.pdf
production had arrived. Finally, while most reputable news providers do once
more provide links to sources and alternative views, those links are not nearly
as profligate as they were in first phase of web journalism. The financial model
insists that news providers keep the attention of their audiences for as long, and
over as wide a range, as possible. What seemed clear at the turn of the century
was that, while online news had to show a profit like any other information
commodity, it had brought fundamental changes with it for how we consume,
produce and understand news.
At the end of the age of the mass media, as our condition changed, it be-
came necessary to rethink the ways in which we narrativised our experience –
we needed a new model for news. In 1999 Michael Schudson suggested that
we need a ‘fourth model of journalism. . . in which authority is vested not in
the market, not in a party, and not in the journalist, but in the public’ (Glas-
ser (ed.), 134) Models of public and civic journalisms had existed since at least
the 1970s and had come to be highly influential in the development of the local
press in both America and in some developing economies. Online journalism,
while it had the technical capacity to underwrite that ‘fourth model’ for much
larger and more widely distributed national and potentially global audiences,
was being constrained by its owners and practitioners. Emerging models of
social journalism are undeniably more expensive to implement, not least be-
cause they refuse the idea of the atomised, mass consumer. They insist on the
personal approach.
Our period, the ‘information age’, has seen the appearance of social and
personalised story forms across a range of media; documentary, film/TV, ma-
gazines and comics, literature, electronic games, and the development of forms
in which audiences and individual members of those audiences are co-opted as
co-creators (Reality TV, game-shows etc.) Journalism, particularly online jour-
nalism, has seen these forms proliferate – we first saw them in the 1970s with
New and Gonzo journalism but, by 1999 commentators on journalism were
talking about the ‘New’ New journalism and its proliferation across a range of
social forms, as citizen journalism, public journalism, ezines, and of course,
the blog.
A blog is more than a personalised web page or resume in that it contains
a series of updated posts in the form of a diary or running commentary, often
including information on and links to, other websites. Through a range of devi-
ces including forums and RSS (Really Simple Syndication) it seeks responses
and expansions, at the editorial level, from its readers and associates. Posts
44 Jim Hall
are in chronological order and can include text, images, audio and video. The
development of blogging seems to be closely associated with participatory and
social media such as distributed journalism, open-source journalism, citizen
journalism and we-media. Blogs can and do cover every field of human inte-
rest although, as Graham Lampa has pointed out, many of them are really little
more than the personal web pages of the previous century (indeed he suggests
that the ‘typical blog is written by a teenage girl who uses it twice a month to
update her friends and classmates on happenings in her life’) and two thirds
of them are abandoned almost as they are started (Lampa, 2004). Here we are
concerned with news blogs.
Melissa Wall, in Blogs of War, insists that the blog is ‘a more dynamic
version of a personal website, being updated at least weekly, and sometimes
daily, hourly or even more frequently, with the most recent entries appearing
first. Blogs rely on hyperlinks to other sites to enhance their own posts’ (Wall,
154) It is that enhancement, along with the responses and commentary that
the blog is able to attract, that gives the form its particularity and influence.
(Shirky, 2003) The premises are there for a collaborative information form in
that those responses or comments are, of course, posted by readers.
The blog is also, by definition since it is usually personal, partisan. If we
can consider it a journalism it exists in stark contrast to most traditional forms
of journalism which are detached, neutral (claiming to tell, as they have it,
‘both’ sides of the story), and objective. Blogs, on the other hand, make no
claims about reporting the facts fairly; they are ‘unedited, unabashedly opini-
onated, sporadic and personal’ (Palser). Blogs can be seen as a kind of back
channel of mainstream media in the way they share information ‘under the
radar of traditional media outlets’(Lennon). They foreground all journalism’s
problems with the normative standards of independence, objectivity, and ‘fair
and balanced news’ – those traditional values of the news industry which we
inherited from the news barons and the nineteenth century. Nonetheless the
news blogger shares the same legal responsibility as her mainstream colle-
agues – she is just as subject to the laws, both local and international, which
govern defamation, intellectual property, trade secrets, right of publicity, publi-
cation of private facts and intrusion. In countries such as China and Zimbabwe
the law can make blogging difficult. In such countries and others, if it is seen
as a journalism at all it is regarded as subversive, inaccurate, and potentially
incendiary. In the West we now know that journalist bloggers can be, and on
The News Blog in 2005 45
occasion are, fired from their day-job for blogging. The form implicitly refuses
to accept the received values of news.
Which returns us to the problem of objectivity, which is now generally
seen as an anachronism for contemporary journalism. Its rigidity, excluding
voices beyond the narrowly conventional (the recognised ‘sides’ of the debate
– usually amounting to no more than two), makes the media too easily manipu-
lated by those interested in stifling discussion rather than promoting it. It was
already under scrutiny before the advent of the web and was the first of those
normative standards to fall to the web. It is the gradual dismantling of the his-
torical authority of the news complex that blogging seems to be accelerating.
In the words of William Evans, the founder of Pyra Labs, ‘The blog will help
democratize the creation and flow of news in a world where giant companies
control so much of what people see, hear and read’. He might have added the
words ‘understand’ and ‘believe’.
Through blogging software such as Blogger (released in 1999 by Pyra Labs
and now owned by Google), LiveJournal and Weblogger, the form became ac-
cessible to everyone. Blogger is a simple content management system – blog-
gers just write or paste their work into the right boxes and post. It is no longer
necessary to know how to construct a webpage to get your views on the web.
By 2004 Pyra Labs claimed 1.1 million registered users. Johnson and Kaye
(622) estimated that there were about 3 million blogs (of all kinds) in existence
by 2004 and Zizi Papacharissi (260) estimates that 17% of blogs are concerned
with news or politics. Even allowing for Lampa’s reservations about the ‘blog-
ging iceberg’, the proportion of blogs which rapidly become inactive, this still
leaves a very large constituency of producers. Blogging’s ‘transnational ima-
gined community of millions’ (Lampa) is at present very difficult to quantify
even when we have taken the problem of just what constitutes consumption in
an interactive medium into account.
In July of 2005 the blog search engine Technorati was tracking more than
14.2 million weblogs, containing over 1.3 billion links (Sifry). At that time
80,000 new blogs were being created daily which meant that the blogosphere
was continuing to double every 5.5 months. Technorati’s findings suggest that
about half of all blogs remain active with 13 percent being updated at least
weekly. If Papacharissi’s estimate is correct that leads to a surmise of some
500,000 news sites in addition to mainstream news - the sheer breadth of this
activity allows the blogging movement to challenge the narrow range of topics
and sources featured in mainstream news. Obviously this rate of growth is by
46 Jim Hall
no means equal around the world but Sifry finds it to be exponential in Japan,
Korea, China, France, and Brazil.
As a news carrier the form offers creative freedom (no editor), instantaneity
(which can also be seen as making for ‘disposable’ journalism), interactivity,
and, due to the lack of expensive infrastructure, no marketing constraints. Its
central values seem to be accessibility and accountability; not only is all con-
tent by-lined but there is always the immediate possibility of calling the blog-
ger to account. News blogs, as we have seen, allow journalists their own voices
again. We can identify several different types of news blog along a continuum
which begins with those produced by individual journalists with no affiliations
to other news providers and includes, at the other end, more or less corporate
blogs hosted by, or with close associations to, mainstream news brands. As the
larger disasters of the twenty-first century have shown, for the news brands,
blogs, partly because of the different news values that attach to them, can pro-
vide a powerful platform for covering breaking news. As early as 1998 jour-
nalists of the Charlotte Observer in North Carolina blogged Hurricane Bonnie
and by the time of Katrina in 2005, as mainstream newsrooms were flooded
out of New Orleans, blogs sprang up to take their place. The Guardian, on the
other hand, uses its blog (http://blogs.guardian.co.uk/news/) to host opinion pi-
eces employing ‘a less formal voice than that of. . . [the] newspaper, reflecting
the nature of what is already out there on the net’ (Pritchard). Such ‘branded’
blogs allow news providers to range far beyond their own columns in the at-
tempt to make sense of the world, and indeed to critique their own positions if
necessary.
Can we then be returning to the convention of a partisan journalism as
one which can sit outside of what has, until recently, been the dominant tradi-
tion of a one-way flow of news sanctioned by professional claims of authority
and knowledge? Are there markets for a journalism that emphasises perso-
nalisation and audience participation in content creation? Blogging certainly
produces a more conversational, dialogic and decentralised type of news, one
in which there is little evidence of the daily editorial conference or of any news
agenda. Sometimes it is even difficult to find the news content amidst overvi-
ews, summaries and links to primary sources rather than conventional news
coverage.
Can we regard bloggers, even those who work in the news industry in
their daytime job, as real journalists? There are those who have normalised
the blog as a news medium or genre by broadening or completely removing
The News Blog in 2005 47
day after he published them, were on front pages around the world) are another
case in point (Kick). Kurt Anderson and Andrew Sullivan focus on how the
blogging community has ‘forced the [New York] Times to correct itself many
times over now, which can only help to improve journalism’.
Relations between news blogging and its parent are by no means always
confrontational. The blogosphere also turns out to be a fertile recruiting ground
for the mainstream media. The ‘Baghdad Blogger’ Salam Pax’s weblog Where
is Raed?(Pax) from Baghdad was taken up by the Guardian during the Second
Gulf War and regularly cited in many contexts. Within a few months of being
‘discovered’ the one-time Baghdad architect was employed as a professional
journalist by Guardian Unlimited. This tendency suggests the level of effect
that blogging has had upon mainstream journalism and it confirms what we
have already seen. The mainstream is adopting not only the blog but bloggers
themselves. Notably the first example of a celebrity web journalist being em-
ployed by the mainstream was probably Matt Drudge’s brief association with
FoxNews in 1999. In that case his unwillingness to accommodate the profes-
sional values of the satellite news provider meant that the relationship did not
see out the year.
The blog can be usefully seen as a collaborative news product, as an on-
going conversation. The collaboration here is between mutually transposable
producers and consumers rather than between the professional members of a
news production team. This conflated process is described by Alvin Toffler as
‘prosumption’(Kelly). Bloggers tend to link to other bloggers nearly as fre-
quently as they link to news sources; more than 40% of centre column links
and 71% of sidebar links are to other bloggers. (Wall) That said, Wall also
shows that the bulk of centre column links are still to traditional media provi-
ders.
Gatekeeping (the one-time core professional role) works very differently
online and the traditional gatekeeper role can disappear as blogs link other
journalists and their readers to non-traditional sources as a partial means of
providing accountability and transparency. We have seen the gatekeeper role
reappear in blogs such as SlashDot and blogging networks such as Indymedia
but I suspect more as a way of moderating the sheer amount of content being
pointed at the blog rather than with any qualitative/editorial role in view. Un-
fortunately for those wishing to contribute to a blog debate the effect can be
the same.
50 Jim Hall
Blogs employ story forms that are fragmented and interdependent with
other websites. John Pavlik points out that this new journalism makes many of
our traditional journalistic forms (the inverted pyramid) redundant and that it
forces new relationships between reporters and their readers as well as between
news workers and the news organisations. Blogs do not routinely generate
new or original content, rather they depend on other sources (both primary
and secondary) for their sources and as the basis for their commentary and
annotation. Thus, rather than the ‘grand narratives’ of current affairs they will
serve up small fragments of stories. It is up to the consumer to construct the
story through these fragments including, perhaps predominantly, ones taken
from the mainstream press. In addition to providing this blueprint for their
readers to build news stories upon, blogs can be seen as generators of opinion
and editorial. They provide a framework for understanding the implications of
news; what it means.
The fact of blogs linking mainly to each other ‘in a sort of mutual af-
firmation’ (Wall) produces problems of its own. Partly because readers are
co-creators of content, blogs can come to be seen as more credible than mains-
tream news outlets. They can also be seen as multiperspectival or intertextual
news coverage insofar as they offer a view of the world that is channelled from
many different texts or sources. This can seem much more credible than the
monologic view which the mainstream insists upon. The limitations of that
mutual affirmation remain a huge issue since it is by no means unbiased. The
so-called ‘echo-chamber’ effect that it produces is one very real justification
for mainstream journalism’s suspicion of blogs and bloggers. Once an opinion
has been offered or a fact cited on an A list blog it proliferates rapidly through
the blogosphere, frequently resonating back into the mainstream itself. The
noise generated by the echo-chamber can determine the meaning of the story,
even become the story.
Without the benefit of editors blogs also make an excellent home for cons-
piracy theorists of all kinds and other dubious points of view. They could be-
come a breeding-ground for fundamentalisms and extremisms of every colour.
Clay Shirky argues that such tendencies get filtered out of the blogosphere by
simply being excluded. Blogs thrive when other blogs link to them. Without
those links they find no readers. This view of good information driving out bad
might be overly optimistic however truly dialogic forms can undoubtedly be
self-policing and blogging is far and away the most successful dialogic form
of online journalism (Deuze).
The News Blog in 2005 51
Simon Waldman and others make further important claims (and express
reservations) for the blog. Referring to the blogging of the Asian Tsunami in
his own blog, SimonWaldman.Net, he suggests that the form. . .
In an age when so many people carry with them the means of recording
and transmitting their experience he seems to be proposing a symbiotic relati-
onship between the blogosphere and the mainstream press, one that, for all the
claims made by the bloggers themselves and the counterclaims from traditional
newsrooms, is probably not that far from the truth. Writing in the Observer on
Sunday January 2nd , 2005, Peter Preston makes the point that the disaster had
completely caught the UK press asleep in the middle of its New Year break.
He makes the point, very cogently, that bloggers don’t take breaks. . .
Dan Gilmore, also on the evidence of the Tsunmai bloggers writes that
‘We used to call mainstream journalism the "first draft of history."Now, I’d
argue, much of that first draft is being written by citizen journalists’ (cited in
52 Jim Hall
By the third day after the inundation of New Orleans there were very few
people reporting from the ground. It boiled down to a simple question of lo-
gistics; if you could get enough diesel to keep your generator running you
could continue to report the disaster. One of the most interesting bloggers of
the events in New Orleans was a radio journalist, Daniel Gifford, who blog-
The News Blog in 2005 53
ged as The Interdictor and many of his entries are simply about how, in an
economy that had completely failed, he managed to keep his equipment (and
himself) running. The first entry of the blog, dated 11.05pm, Saturday, August
27th , 2005, reads ‘Hmm. This could actually be a nasty storm.’ (Gifford) and
over the succeeding days, weeks and months the blog faithfully records the
destruction and the painful rebuilding of the city
Steve Outing has suggested that we should now understand news through
a combined professional/citizen journalism. Many of us now routinely carry
cameras, even video cameras with us, as elements of our phones. Much of the
tsunami footage (and there was a lot of it on blogs around the world) was cap-
tured on such devices. Mainstream journalism, as we have seen, had nothing
to compare.
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mentar. Por outro lado, o envio pelo leitor de uma eventual fotografia de um
acontecimento com valor-notícia imediatamente desbordava de tais limites e ia
encontrar guarida nas páginas noticiosas, incorporando-se diretamente à pro-
dução jornalística da publicação.
Nos primórdios da fotografia analógica e do fotojornalismo, contribuições
de leitores eram relativamente raras, dada as dimensões dos equipamentos e
as dificuldades técnicas envolvidas nos processos de captura de imagens e seu
posterior processamento. Elas vão se tornar mais freqüentes com a gradativa
diminuição do tamanho das câmeras e a crescente difusão da fotografia do-
méstica. A fotografia se incorpora definitivamente ao cotidiano dos cidadãos
comuns com a massificação das câmeras Kodak, celebrizadas pelo slogan de
George Eastman: “Você aperta o botão e nós fazemos o resto...”
A partir do início dos anos 90, a evolução da tecnologia digital reconfi-
gurou rotinas e convenções fotojornalísticas. Em 1991, foi lançada a Kodak
DCS100, baseada em um corpo Nikon F 3. Era a primeira máquina digital2 ,
com resolução de 1.3 megapixels, armazenando fotos em um disco rígido de
200 MB.O equipamento era caro (cerca de US$ 30 mil) e somente acessível
a profissionais (Preuss, 2004:8), mas essa realidade seria rapidamente modifi-
cada.
Em 1992, a Apple lançou o primeiro modelo de máquina digital acessí-
vel ao público: a QuickTake 100, a um custo aproximado de US$ 700. Era
o começo da popularização da fotografia digital e da crescente participação
do cidadão comum na cobertura dos fatos de interesse jornalístico. Em 1999
as máquinas digitais já tinham quebrado a barreira dos 2.0 megapixels, com
preços abaixo dos US$ 300 (Preuss, 2004:9). Pela primeira vez, o cidadão
comum não somente podia capturar uma imagem, mas também processá-la
instantaneamente, sem a mediação de laboratórios escuros, lentes e malcheiro-
sos produtos químicos.
A inclusão de câmeras em telemóveis (cell phones) está acelerando a uni-
versalização da foto digital, colocando-a ao alcance de milhões e milhões de
cidadãos em todo o planeta, a um custo inferior ao da fotografia analógica.
Apesar de que esse tipo de quantificação deva ser sempre encarado com cau-
tela, em 2004 calculava-se que havia cerca 300 milhões de câmeras digitais em
2
A câmera digital substitui o filme por um semicondutor especializado de silício chamado
CCD (Charge-Coupled Devices), composto de milhares de elementos fotossensíveis, organiza-
dos em uma grade no formato do visor, que convertem luz em impulsos elétricos, passando a
informação para um conversor analógico que codifica os dados e armazena-os em uma memória
interna à máquina ou em um cartão de mídia externo (ROSE, 1998:31).
Fotografia, Blogs e Jornalismo na Internet 61
uso, sendo que 60% delas acopladas a telemóveis3 . Em 2005, foram vendidos
cerca de 300 milhões de telemóveis equipados com câmeras digitais4 .
A fotografia digital popularizada, a difusão da banda larga e a enorme acei-
tação dos Blogs como forma de produção de conteúdos, estão abrindo novas
possibilidades de participação com a imagem ocupando lugar de crescente des-
taque na consolidação do jornalismo cidadão na Internet.
No contexto da Blogosfera, de um modo geral, a fotografia cumpriu ini-
cialmente um papel predominantemente ilustrativo, geralmente através do re-
curso à clipagem ou indexação de URL de imagens já existentes na Web. Sua
função era “ilustrar” e tornar mais atraentes as postagens5 . Rapidamente, po-
rém, a produção de imagens fotográficas, de caráter jornalístico ou não, passa
a ser elemento cada vez mais importante em alguns Blogs, gerando a neces-
sidade de criação de espaços e ferramentas próprias de disponibilização para
esse material, proveniente principalmente do meio amador.
Em 2002, surgia um novo tipo de plataforma: o Fotolog6 . Sua difusão
foi rápida, gerando uma grande quantidade de sites destinados a publicar e
partilhar fotografias. Com características muito semelhantes às dos Blogs, a
especificidade dos Fotologs está na ênfase à fotografia e não ao texto escrito.
Apresentam seu conteúdo em ordem cronológica reversa - em alguns a di-
ferença é que a última postagem aparece em maior destaque na página -, e
permitem ao visitante do site tecer comentários (guestbook), que são acrescen-
tados logo abaixo do espaço reservado para as mais recentes fotos publicadas.
Inicialmente as postagens eram quase que exclusivamente de fotografias de
cunho amador, fotos íntimas, artísticas, turísticas. Gradativamente o leque de
assuntos se expandiu, acompanhando o aumento do número de usuários7 .
3
Dados da InfoTrends Research Group, citados por Andrew Burt em seu artigo See the world
through cell-phone cameras, disponível em:
http://www.wsdmag.com/Articles/ArticleID/8103/8103.html
4
Dados registrados no Mercury News , de 20 de março de 2006, e baseados em pesquisa
realizada pela empresa Gaertner de Consultoria (Future of camera phones appears brighter,
sharper). Disponível em: <http://www.mercurynews.com>
5
Inicialmente, alguns sites de hospedagem de blogs requeriam o uso de softwares especiais
para a postagem de fotos, tornando o processo lento e pouco atrativo numa ferramenta caracte-
rizada pela agilidade.
66
Em 2002, Adam Seifer, Scott Heiferman e “Spike” criaram um site denominado Foto-
log.net, que permitia ao usuário, com facilidade e gratuitamente, postar suas fotos digitalizadas
com um texto legenda ou com um título reduzido.
7
No Brasil, o fenômeno dos Fotologs fica evidenciado pela grande quantidade de usuários
hospedados no Fotolog.net. Dados de agosto de 2004 indicavam que dos 509 mil flogueiros
62 Marcos Palacios, Paulo Munhoz
Fotojornalismo cidadão
Atualmente, a temática dos Fotologs é tão vasta e variada quanto a dos Blogs,
dificultando a classificação daquele sub-tipo que aqui mais diretamente nos
interessa: o Fotolog jornalístico, voltado exclusiva ou prioritariamente para a
divulgação de informação de atualidade, em seu formato fotográfico8 . Como
não existem sites de hospedagem de Fotologs destinados a abrigar exclusiva-
mente Fotologs jornalísticos, a grande maioria deles fica diluída por entre os
Fotologs pessoais, artísticos, temáticos e profissionais.
Por outra parte, nem todos os Flogs fotojornalísticos tem um caráter “al-
ternativo”, de crítica, vigilância ou contra-informação. Muitos deles estão per-
feitamente incorporados à “grande imprensa” e funcionam apenas como ele-
mentos de complementação e ampliação da informação disponibilizada nos
meios tradicionais de comunicação de massa. Munhoz (2005), partindo de
uma observação sistemática, propôs uma tipologia que busca caracterizar a
forma como as fotografias jornalísticas estão sendo inseridas na Web, através
desse novo tipo de plataforma, dando assim maior visibilidade a um fenômeno
que tende a crescer. Quatro tipos de Flogs jornalísticos foram identificados:
É impossível para a grande mídia, dar as costas à informação que vai sendo
produzido pelo cidadão comum. E se a militância política e social (Indyme-
dia30 ) e o envolvimento com questões profissionais ou de interesses técnicos
(Slashdot31 , Kuro5shin32 ) funcionam como motivações claras para o engaja-
mento e a produção de conteúdos em alguns veículos de caráter alternativo,
igualmente a remuneração financeira pode tornar-se a chave para acesso a esse
imenso potencial participativo aberto pela digitalização e pelas novas tecnolo-
gias de rede. O jornal coreano OhmyNews33 é atualmente o melhor exemplo
de mobilização comercial desses recursos: contando com um corpo mínimo
de repórteres profissionais fixos, a publicação se alimenta de contribuições de
seus mais de 41 mil repórteres cidadãos eventuais34 , que são remunerados por
suas contribuições.
Recentemente o jornal brasileiro O Estado de São Paulo, num reconheci-
mento da contribuição que o cidadão pode dar na cobertura visual dos fatos,
convocou seus leitores a participar de um novo projeto chamado “Foto Repór-
ter”. A idéia é publicar nas páginas de seu jornal material fotográfico, inde-
pendentemente produzido, de caráter jornalístico. O Grupo Estado se propõe,
através de sua agência, a comercializar o material disponibilizado pelo fotor-
repórter cidadão, que será remunerado. Segundo a editora de fotografia da
Agência Estado, Mônica Maia:
Bibliografia
ANDRADE, Antonio Luis Lordelo. Avaliação heurística de usabilidade de
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Fotografia, Blogs e Jornalismo na Internet 77
Jornalismo e Webjornalismo
Jornalismo é a actividade profissional que consiste em apurar, recolher e coligir
informação, redigindo-a sob a forma de notícia que se destina a ser divulgada
junto do público através de um meio de comunicação de massas. A esses
factos que o jornalista colige e edita, apresentando-os sob a forma narrativa
(“o jornalista é um contador de histórias”) dá-se genericamente o nome de
notícia.
Que vem então a ser uma notícia? Por notícia o dicionário entende “re-
latório ou informação sobre um acontecimento recente; aquilo que se ouve
pela primeira vez; assunto de interesse; conhecimento, informação, resumo,
exposição sucinta; breve relação, memória, biografia, escrito sobre qualquer
assunto de interesse; nota histórica ou científica; lembrança; recordação; nova,
novidade”.
É com base no relato de factos deste tipo, relato esse que pode assumir a
forma de qualquer um dos géneros, que os jornais são elaborados. São ingredi-
entes fundamentais da notícia aquilo que é novo ou está oculto e que, demais, é
susceptível de interessar a muitas pessoas. Características essenciais da mesma
são a veracidade, a actualidade e a capacidade de interessar, ponderados pelo
jornalista, na sua função de gatekeeper, de acordo com valores-notícia como a
3. Podem ser jornalistas cidadãos maiores de dezoito anos que provem fa-
zer do jornalismo a sua actividade principal, permanente e remunerada.
Deste trabalho resulta a notícia ou reportagem multimédia, que usa uma com-
binação de textos, fotos, vídeo, áudio, animação e gráficos, apresentados num
formato não linear e não redundante3 que intensifica as possibilidades de es-
colha do leitor.
A interactividade e a possibilidade feed-back por parte do público permi-
tem um apuramento da informação, e no conjunto os profissionais dispõem de
um meio mais plástico e adequado a novas formas de expressão criativa. A
linkagem, mas também a inexauribilidade do espaço disponível possibilitam
a oferta de material informativo com a profundidade que se desejar, porque
alheia a constrangimentos de espaço físico. Além disso, o espaço de pene-
tração de uma notícia alarga-se consideravelmente, pois a web – onde não o
impedem razões económicas (info-exclusão nos países em desenvolvimento)
ou políticas (caso da China) – é um meio de acesso universal.
Reservas a este novo tipo de produto são essencialmente a de critérios de
recrutamento que originem uma classe asséptica, abençoada com o dom ge-
nético da fotogenia, e dominando múltiplos talentos, mas nenhum em profun-
didade. A informação redundaria na mais rematada superficialidade durante
os processos de recolha e tratamento de informação: o oposto do jornalista
de investigação que trata de notícias de ordem superior, de que falava o Prof.
Fidalgo.
que adora, e aos quais tem um acesso muito restrito. No final da minha expo-
sição sobre “que bom vai ser passar a tarde com a menina x”, o miúdo estava
rendido e já só tinha uma dúvida: “E essa menina, mamã, está dentro, ou fora
do computador?”.
Não sabemos para onde tudo isto se dirige, nem onde vai parar. Não sa-
bemos que notícias serão as desta geração que não vê grande diferença entre a
menina estar dentro ou fora do computador.
Bibliografia
AROSO, Inês Mendes Moreira, “A Internet e o novo papel do jornalista”,
www.bocc.ubi.pt
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Jornalismo Digital
em Base de Dados
A resolução semântica no jornalismo online
António Fidalgo
Universidade da Beira Interior
E-mail: fidalgo@ubi.pt
lução semântica. Tal como uma pessoa que trabalha com um computador pode
aumentar ou diminuir a resolução gráfica do monitor de modo a privilegiar a
visibilidade ou a nitidez dos ícones, caracteres e imagens, assim também a re-
solução semântica deverá permitir ao leitor aumentar e diminuir o montante
da informação imediatamente disponível. Desde uma visão sumária pelos tí-
tulos das notícias até à apresentação integral de toda a informação disponível
numa notícia podem e devem mediar camadas intermédias. Aliás, a vanta-
gem do jornalismo online assente sobre base de dados reside em boa medida
na progressão gradual de um leitor ou destinatário pelas sucessivas camadas
semânticas.
medida em que o seu cruzamento com outras notícias, fossem elas de que tipo
fossem, desse origem a novos dados, só acessíveis através desses cruzamentos
de informação. Dito de um modo muito simples, significa que, pelo lado da
classificação externa, a resolução semântica de uma notícia depende dos seus
diferentes contextos, temporal, geográfico, histórico, cultural, social, econó-
mico e espiritual. Cabe à base de dados tornar visíveis esse contextos através
da manifestação das relações efectivamente existentes e possíveis da notícia
com todas as outras notícias.
obra The Language of New Media, lançada em 2001, nos Estados Uni-
N A
dos, o russo Lev Manovich sustenta, de modo pioneiro, que as Bases de
Dados são a forma cultural típica adotada pelos meios digitais para a organi-
zação das informações nas sociedades contemporâneas. Em estudos desenvol-
vidos ao longo dos últimos quinze anos (Koch, 1991; Garrison, 1998; Colle,
2002; Fidalgo, 2003, 2004; Barbosa, 2004, 2006; Machado, 2004 e Machado
et all, 2005) fica evidente, por um lado, a dependência e o processo paulatino
de migração do conhecimento produzido pelas organizações jornalísticas para
Bases de Dados e, por outro, que a plena incorporação destas organizações à
lógica do ciberespaço pressupõe uma adequação de suas estruturas ao formato
das Bases de Dados.
Até meados da década de 90 o foco das pesquisas estava no uso das Bases
de Dados como fontes para a produção de matérias jornalísticas (Koch, 1991;
Garrison, 1998). Desde os primeiros anos deste século a discussão está voltada
para a definição das bases de dados como um novo formato (Machado, 2004)
ou para a definição deste tipo emergente de jornalismo (Colle, 2002; Barbosa,
2004, 2006). Neste artigo, em continuidade a reflexões feitas em outros tra-
balhos (2004, 2005), pretendemos discutir as particularidades das Bases de
Dados como um espaço para a composição de narrativas multimídia no jorna-
lismo digital. Entre outros aspectos, trataremos das relações existentes entre
sistemas de publicação e modelos de narrativa e entre arquitetura da informa-
ção e narrativa; dos elementos constitutivos do roteiro da narrativa multimídia,
das funções exercidas pelos diversos atores sociais envolvidos em narrativas
articuladas em Bases de Dados.
tre outras funções, opera como suporte para a composição de novos modelos
de narrativa. Neste texto, fundamentado no conceito de Base de Dados re-
formulado por Manovich (Manovich, 2001), discutiremos como, no caso do
campo da comunicação, mais do que uma estrutura lógico-matemática, que
possibilita a organização, armazenamento e recuperação de informações indi-
vidualizadas, a Base de Dados aparece para os usuários como uma interface
tipificada no espaço navegável que permite explorar, compor, recuperar e inte-
ragir com as narrativas.
Se na cultura dos novos meios nada obriga que o banco de dados seja ado-
tado como forma cultural única, do ponto de vista da experiência dos usuários,
como sustenta Manovich, uma larga proporção destes objetos funciona como
uma espécie de banco de dados porque são identificados como uma coleção
estruturada de itens que permite uma variedade de operações: ver, navegar,
buscar, intercambiar informações e, compor formas diferenciadas de narrativa
(Manovich: 2001. 219).
A profundidade das conseqüências destas operações para estimular o apa-
recimento de formas distintas de narrativa, como veremos mais adiante, fica
mais evidente quando invertemos a proposição inicial de Monovich de que o
espaço navegável pode ser visto legitimamente como um tipo específico de in-
terface para um banco de dados. Neste caso, pode-se com mais razão ainda
apreender o banco de dados como uma forma cultural particular, que viabiliza
pela primeira vez, que o espaço seja alçado à categoria de suporte, tal como o
áudio, o vídeo, a fotografia e o papel (Bolder, 1991).
Na verdade, na cultura dos computadores, a narrativa em vez de uma sim-
ples sucessão de ações, fica configurada, cada vez mais, como uma viagem
através do espaço constituído pelos conjuntos estruturados de itens organiza-
dos na forma de bancos de dados. No mundo interativo das redes telemáticas,
a narrativa aparece como um conjunto contínuo de ações narrativas e explora-
ções. “Rather than being narrated to, the player herself has to perform actions
to move narrative forward – talking to other characters she encounters in the
world, picking up objects, fighting enemies, and so on. If the player does
nothing, the narrative stops. From this perspective, movement through the
game world is one of the main narrative actions. . . (Manovich:2001. 247)”.
Neste espaço interativo, em que as ações estão articuladas às intervenções
do explorador que incursiona pelo espaço navegável, fica evidente a neces-
sidade de rever alguns postulados clássicos da narratologia como o de que a
descrição interrompe a narrativa (Bal:130), muito apropriados para os mode-
A Base de Dados como espaço de composição multimídia 105
los dos mitos, dos contos, dos romances policiais e do cinema de Hollywood,
mas pouco adequados para interpretar as especificidades de formas narrativas
descentralizadas das ações dos personagens, como as desenvolvidas no cibe-
respaço. “... Stripping away the representation of inner life, psichology, and
other modernist nineteenth-century inventions, these are the narratives in the
original ancient Greek sense, for, as Michel de Certeau remind us, “in Greek,
narration is called ‘diegesis’: it establishes an itinerary (it guides) and it passes
through (it ‘transgresses’). . . ( Manovich:2001, 246)”.
O que se depreende da discussão até aqui é que existe uma necessidade de
atualizar o conceito de narrativa. Ao descrever fatos e ações a narrativa serve
para informar, educar e entreter aos ouvintes, leitores e telespectadores. Nos
manuais de literatura, a narrativa aparece definida como 1) exposição detalhada
de uma seqüência de fatos e 2) representação artística de um evento ou história.
Em qualquer destes conceitos, formulados para definir a narrativa em outros
meios como a voz, o livro, o jornal, o rádio, o cinema ou a televisão, produtos
elaborados para interagir com ouvintes, leitores ou telespectadores, fica patente
a dificuldade de incorporar as ações performadas pelo que Manovich classifica
como atores essenciais na narrativa no ciberespaço: os tele-atores.
Em contraste com a narrativa moderna, em que ouvinte, leitor ou telespec-
tador acompanha a narração (ouvindo, lendo, vendo) sem interferir na lógica
interna das ações, motivada pela psicologia dos personagens – seja ficcional
ou jornalística - o fluxo da narrativa no ciberespaço mais que incorporar de-
pende da intervenção do tele-ator. Na narrativa moderna, ouvir, ler e ver são
ações desconectadas do fluxo da narrativa. Quando acessa um espaço navegá-
vel de uma publicação jornalística no ciberespaço, por exemplo, um tele-ator,
ao eleger como território de exploração um dos muitos módulos disponíveis
e optar por uma, entre as várias linearidades propostas, desenvolve uma ação
que interfere no curso da narrativa, que deixa de ser único como na narrativa
jornalística convencional.
O caráter interativo da narrativa no ciberespaço transforma os desloca-
mentos pelo espaço navegável como um instrumento central da observação,
exploração, narração e, em última instância, da composição da narrativa pro-
priamente dita. Como permanece atrelada às formas narrativas dos meios con-
vencionais, a narrativa jornalística no ciberespaço pouco emprega o espaço
navegável formatado sobre bancos de dados como interface padrão. A pro-
gressiva utilização dos bancos de dados como formato pelas organizações jor-
nalísticas e do espaço navegável como suporte para narrativas interativas passa
106 Elias Machado
dos, que permite partir de uma base previamente programada para gerar um
cibermeio dinâmico.”
Até pouco tempo muito relacionado com exercícios práticos de navegação,
recuperação de informações e uso da web, com a progressiva estruturação dos
cibermeios no formato de bases de dados, defendemos que o conceito de ar-
quitetura da informação necessita ser alargado, deixando de ser simplesmente
associado a busca facilidades de acesso e ao incremento da usabilidade da in-
terface gráfica para ser pensado como um dos elementos estruturadores das
narrativas multimídia no ciberespaço. No atual estágio dos cibermeios, a ar-
quitetura da informação cumpre ao menos três funções, uma mais clássica, de
mapa que indica os percursos para localização da informação, uma mais re-
cente que orienta a busca e recuperação das informações e uma terceira, pouco
estudada até aqui e em que nos centraremos neste tópico, de servir como ele-
mento estruturante na composição de narrativas multimídia.
A distinção feita por Raymond Colle (2002:29) entre Banco de Dados
como as informações armazenadas em uma Base de Dados e Base de Dados
como a estrutura lógico-matemática que permite a estruturação destas informa-
ções, facilita a compreensão da função estruturante na composição de narrati-
vas multimídia desempenhada pela arquitetura da informação. Nos cibermeios
mais adaptados às características do ciberespaço, formatados como bancos de
dados (Machado:2004), uma base de dados funciona como um veículo para a
canalização da produção jornalística, como um condicionante de como se re-
presenta a informação na tela e como instrumento para agilizar a produção de
conteúdos em hipermídia (López, Gago e Pereira: 2003,195).
Todo cibermeio conta com uma estrutura dupla: uma visível, interface grá-
fica e uma estrutura invisível, o motor do sitio web (López, Gago e Pereira:
2003,195). Enquanto a interface gráfica media a interação entre o usuário e o
hardware, o motor do sitio representa os aspectos mecânicos: o software e o
hardware que gera as páginas consultadas pelos usuários do sistema. O ele-
mento essencial desta dupla estrutura são as bases de dados que armazenam
toda a informação, incluindo as estruturas lógico- matemática para a organiza-
ção dos dados e a arquitetura da informação que orienta a consulta, a recupe-
ração da informação e possibilita a composição das narrativas acessadas pela
interface gráfica. “Cuando un periodista crea una noticia para un cibermedio,
en realidad está insertando un registro en una base de datos. Cuando un usua-
rio quiere leer una noticia en su medio preferido, en realidad está consultando
esta base de datos y extrayendo información. Es posible que ni uno ni otro
A Base de Dados como espaço de composição multimídia 109
perciban que tras sus acciones en realidad están manipulando una aplicación,
un software específico de base de datos. . . (López, Gago e Pereira: 2003,197).”
Quando pretendemos discutir a composição distribuída de narrativas mul-
timídia no ciberespaço, como é o nosso caso, necessitamos redefinir alguns as-
pectos deste modelo de estrutura proposto pelos professores da Universidade
de Santiago de Compostela, que permanece muito condicionado pela função
leitor desempenhada pelos usuários dos sistemas jornalísticos. Como sabe-
mos, em sistemas de arquitetura aberta e distribuída um usuário pode cumprir
muitas funções além da de leitor, seja colaborando de forma ativa na produção
dos conteúdos, seja atuando como um ativador do sistema de circulação do
cibermeio. No caso específico da composição de narrativas cabe aqui salientar
que, quando um usuário cria ou acessa uma noticia para ou em um cibermeio,
na realidade, está inserindo um registro ou consultando uma base de dados.
Ao afirmarmos que a arquitetura da informação da informação em ciber-
meios formatados em Bases de Dados cumpre função determinante quando da
composição de narrativas no ciberespaço devemos ter claro que esta função
ocorre em dois momentos distintos e complementares. No primeiro momento,
quando da criação da narrativa pelo (s) autor (es) a arquitetura da informação
exerce uma função muito similar à do roteiro nos produtos audiovisuais, de
orientação para o criador das obras (Gosciola, 2004). Neste caso, das três fun-
ções que cabe a arquitetura da informação, ainda que se deva estar preocupado
com as demais, que são essenciais para a interação com os usuários, a de ro-
teiro é a que mais condiciona o trabalho do criador do design como autor. No
segundo momento, fica mais evidente a diferença que existe entre autor (es) de
uma narrativa no ciberespaço e usuário que a compõe/experimenta. Quando
da interação com uma narrativa, ao contrário do autor, que deve estar muito
preocupado com a função roteiro da arquitetura da informação, que vai possi-
bilitar o conjunto de alternativas de acesso/composição ao usuário, as demais
funções de mapa de orientação e recuperação das informações vem para o pri-
meiro plano.
Com esta distinção, de caráter analítico, porque no processo de produ-
ção/composição/experimentação de uma narrativa interativa no ciberespaço as
três funções desempenhadas pela arquitetura da informação são indissociáveis
e complementares, queremos chamar a atenção para este aspecto muito pouco
estudado até aqui. Se consideradas as três funções, fica mais fácil perceber
que, quando da concepção de uma narrativa interativa, muitas vezes, se não
potencialmente em todas, a meta da narrativa interativa seja mais a criação
110 Elias Machado
No mesmo ano Ribas, 2005 elabora uma classificação que incorpora as ca-
tegorias de forma simples e forma complexa navegável de Almeida, 2005 para
organizar, tomando como parâmetro as classificações de Garcia e de Salaver-
ria, uma tipologia que descreva as formas-padrão da narrativa webjornalística.
Ver Tabela abaixo.
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Introdução
Estudos que avaliam o impacto das novas tecnologias no jornalismo, em geral,
lançam seu foco sobre o jornalismo impresso, e o broadcasting, percebendo
o uso do computador como ferramenta para a melhoria do trabalho nas reda-
ções, maior qualidade do produto entregue ao público e as habilidades requeri-
das dos profissionais para operá-lo em conformidade com softwares e demais
aplicativos. Como forma de jornalismo mais recente, o jornalismo digital1 –
feito no âmbito da internet e que pressupõe a coleta, produção, publicação e
disseminação de conteúdos através da web e também de outros dispositivos
como celulares, PDAs, etc – é a modalidade na qual as novas tecnologias já
1
Neste artigo, optamos por utilizar tal terminologia para caracterizar a nova modalidade de
jornalismo, também denominada como jornalismo online (Hall, 2001; De Wolk, 2001), webjor-
nalismo (Canavilhas, 2001; 2004; Mielniczuk, 2003), ciberjornalismo (Diaz Noci & Salaverría,
2003; Salaverría, 2005), jornalismo contextualizado (Pavlik, 2001; 2005).
não são consideradas apenas como ferramentas, mas, sim, como constitutivas
dessa prática jornalística. O computador, portanto, é elemento intrínseco.
Há uma década, a internet, como uma nova tecnologia e prática social,
caracterizada como um ambiente e sistema de informação, comunicação e
ação utilizada pelos diversos sub-sistemas sociais (Palacios, 2003; Stockinger,
2003), entre eles o midiático, vem sendo povoada por web sites jornalísticos.
Inicialmente, por versões de congêneres impressos, por sites de emissoras de
TV e de rádios para, em seguida, assistir à chegada de produtos eminentemente
digitais, nascidos nas redes e para as redes. Produtos criados não apenas por
empresas de comunicação, mas também aqueles resultantes de fusões entre
organizações de notícias e empresas de informática e telecomunicações.
Gradualmente, os diversos tipos de web sites jornalísticos (edições digitais
de jornais, revistas, emissoras de tevê, agências de notícias, portais, portais
regionais, e, mais recentemente os blogs) vão experimentando narrativas dife-
renciadas, nas quais o uso de recursos hipertextuais - como o link -, associados
ao áudio, ao video, à fotografia, aos gráficos animados para a redação das infor-
mações auxilia na construção e na consolidação de uma linguagem para essa
modalidade, que passa a ter nos usuários (ou no público) importantes colabo-
radores para a formulação dos conteúdos dentro de uma estrutura já descen-
tralizada. Interatividade, hipertextualidade, multimidialidade, personalização,
atualização contínua e em fluxo e a memória (arquivamento) constituem-se os
elementos característicos do jornalismo digital, conforme apontam diversos in-
vestigadores (Palacios, 1999; 2002; 2004; Bardoel & Deuze, 2000; Zamorra,
2002; Salaverría, 2005).
Tomamos 2005 como um ano-marco para essa forma de jornalismo, mo-
mento para avaliações, correções de rota e, também, para a indicação de cami-
nhos, bem como de potencialidades para a prática do jornalismo digital. Neste
artigo, a nossa atenção se volta para o emprego de bases de dados no jorna-
lismo digital de terceira geração - um aspecto que consideramos pujante, pois,
poderá contribuir para gerar especificidades para essa modalidade quanto à sua
produção, à configuração das informações e à apresentação dos conteúdos.
Assim, neste trabalho, procedemos a um mapeamento de conceitos, que,
acreditamos, possam dar conta do que consideramos um novo status para o
emprego das bases de dados (BDs) no jornalismo digital, descrevendo as fun-
cionalidades existentes, e apresentando uma definição operacional, bem como
algumas noções características. A abordagem teórico-conceitual é construída a
partir de estudos no campo do jornalismo, do jornalismo digital (Smith, 1980;
120 Suzana Barbosa
Koch, 1991; Garrison, 1998; Paul, 1999; Herbert, 2000; Reavy, 2001; Hall,
2001; Quinn, 2002; Gunter, 2003; Fidalgo, 2003, 2004a, 2005; Colle, 2002,
2005; Machado, 2004a, 2004b; Lima Júnior, 2004; Quadros, 2004; Pavlik,
2001, 2005; Deuze, 2004, 2005), e no das novas mídias (Bolter & Grussin,
2000; Manovich, 2001). Tal delineamento nos leva à formulação do que cha-
mamos de jornalismo digital em bases de dados.
quisadores como Xosé Lopez Pereira, Manuel Gago e Xosé Pereira (2003) e
Mindy MacAdams (2005), por exemplo.
A linha evolutiva sistematizada em gerações3 - a primeira caracterizada
pela reprodução ou shovelware dos conteúdos e, a segunda, a da metáfora,
com produtos ‘atrelados’ ao modelo do jornal impresso, na qual já se começa
a explorar os recursos oferecidos pela rede, como o e-mail e o link – não é
excludente, ainda que demarque períodos distintos desde 1995 até o momento
atual. Tampouco pode-se precisar o tempo de duração para cada geração, pois,
ainda hoje há vários web sites jornalísticos que operam segundo o modelo da
transposição e da metáfora. De acordo com Pryor (2002), a terceira onda ou,
para nós, terceira geração, inicia-se em 2001, e o seu desenvolvimento está
ainda em processo.
A atribuição de um novo status para as bases de dados como se propõe aqui
leva em conta os estudos de investigadores como Colle, 2002, 2005; Fidalgo,
2003, 2004a, 2005; Machado, 2004a, 2004b; Barbosa, 2004a, 2004b, 2005;
Quadros, 2004; Lima Júnior, 2004, entre outros, preocupados em explicar fun-
cionalidades e potenciais das BDs para o emprego no jornalismo digital. Os
trabalhos desses pesquisadores convergem no sentido de reconhecer nas bases
de dados um formato para o jornalismo digital - o que representaria o diferen-
cial desta modalidade em relação às formas tradicionais de jornalismo.
As funcionalidades das bases de dados para o jornalismo digital são perce-
bidas tanto quanto à gestão interna dos produtos como em relação às mudanças
no âmbito da estruturação das informações, da configuração e da apresentação
da notícia (âmbito da narrativa), assim como da recuperação das informações.
Num produto digital estruturado em bases de dados, as possibilidades combi-
natórias entre os itens ou notícias inseridas podem gerar mais conhecimento
com valor noticioso, produzindo diferentes configurações para as informações
e, inclusive, novas tematizações ou elementos conceituais para a organização
e apresentação dos conteúdos.
3
De acordo com Mielniczuk (2003), a palavra geração é adotada, pois melhor expressa o
conjunto significativo de soluções adotado pelos webjornais, sendo representativo de um deter-
minado período ou estágio da evolução do mesmo.
122 Suzana Barbosa
Remediações e rupturas
Para compreender melhor o novo status ou novo “lugar” para esta tecnolo-
gia da informação no jornalismo presente nas redes digitais, agregamos um
conceito do campo das novas mídias. Trata-se de remediation ou remediação
(Bolter & Grusin, 2000), palavra-chave para a mídia digital, que implica no
reconhecimento do meio anterior, da sua linguagem e da sua representação so-
cial. Entendemos que remediation se mostra apropriado para a nossa pesquisa,
pois permite perceber a ampliação do significado de bases de dados, a partir
da concepção de BDs como forma cultural simbólica na contemporaneidade
(Manovich, 2001), assim como a de formato no jornalismo digital (Machado,
2004a).
Segundo os autores norte-americanos, as inovações trazidas pelas novas
mídias não ocorrem de maneira divorciada em relação aos meios existentes.
Ao contrário, as novas mídias remediam, isto é, melhoram seus predecesso-
res, tanto o jornal, a revista, o rádio, o telefone, a arte, o vídeo, a fotografia,
a comunicação face-a-face, os modos de publicar, assim como a experiência
social e o espaço urbano. A internet, por sua vez, remedia todos os meios,
melhorando-os em muitos aspectos e acrescentando recursos novos, enquanto
a web, especificamente, tem uma natureza remediadora, operando de modo
híbrido e inclusivo (Bolter & Grusin, 2000, p. 198).
As bases de dados, mesmo não sendo um meio de comunicação, um es-
paço visual, social ou urbano, são remediadas, melhoradas, pelo fato de que a
internet vai garantir novas técnicas e linguagens para a sua construção e apli-
cação (Sousa, 2002), de um lado, como sofrerão remediações, ganhando novas
funcionalidades de acordo com os usos e apropriações no jornalismo digital,
modalidade que surge com a tecnologia das redes, da qual a internet é o maior
paradigma. Além disso, os próprios autores observam que as bases de dados
textuais precederam a introdução da web e dependeram dos serviços anteriores
da internet ou mesmo da gravação digital para realizar a remediação do livro
(Bolter & Grusin, 2000, p.201).
Em um sentido, o emprego e a utilização de BDs no jornalismo digital
opera remediações nos sistemas de produção, de obtenção da informação, no
âmbito dos gêneros jornalísticos e da apresentação dos conteúdos, e, em outro,
vai gerar inovações quanto aos modos de fazer jornalismo nas redes digitais,
configurando, então, um cenário de dupla via caracterizado por remediações e
rupturas (Barbosa, 2004b).
128 Suzana Barbosa
A curva do “S”
Barrie Gunter (2003) no seu estudo sobre a evolução dos processos de produ-
ção, publicação e entrega de notícias empregando sistemas eletrônicos, coloca
as bases de dados como agentes fundamentais. De acordo com a sua análise,
a aquisição e o emprego das bases de dados no jornalismo seguiu a clássica
adoção do modelo da curva do “S”, utilizado dentro da teoria difusionista para
observar o desenvolvimento das inovações tecnológicas10 . O autor explica que,
nos Estados Unidos, as observações sobre o uso de BDs online indicam que
elas tiveram uma rápida incorporação por parte dos jornais e também emissoras
de tevê e de rádio, confirmando-as como um padrão crescente, num momento
inicial, que, a seguir, experimentou uma diminuição quanto ao seu emprego,
para voltar a alcançar novo crescimento num momento seguinte.
Na revisão bibliográfica sobre o emprego de bases de dados no jornalismo
é possível confirmar o que diz Gunter e, mais ainda, descobrir que, desde a
incorporação desta tecnologia ao trabalho jornalístico, na década de 70, ela é
vista como um recurso diferencial e inovador. “Foram elas as responsáveis
por trazer as primeiras doses da ’revolução da informação’ para o jornalismo,
no final dos anos 70”, como afirma Nora Paul (1999, p. 109), “e fundaram a
Computer-Assisted Reporting – CAR – Reportagem Assistida por Computa-
dor”.
Os primeiros softwares de bases de dados só foram introduzidos no início
dos anos 80, quando surge a computação pessoal (uso de mainframes e mini-
computadores), que só no início da década de 90 é incorporada de forma mais
abrangente pelas empresas informativas e, assim, os jornalistas passam a dis-
por de mais ferramentas em suas mãos. Os seus até então limitados terminais
(chamados dumb terminals) podem fazer mais agora: escrever histórias, che-
car bases de dados públicas (dos governos) e comerciais (de empresas como
10
Teoria formalizada por Everett Rogers em 1962 no livro Diffusion of Innovations. Roger
mostrou que inovações se propagariam na sociedade numa curva “S”, a partir dos primeiros
utilizadores que selecionariam uma tecnologia e seriam seguidos pela maioria até que esta tec-
nologia ou inovação atingisse um uso comum.
Sistematizando conceitos e características 131
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