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TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Son patrones de conducta profundamente
arraigados, persistentes, inflexibles y desadaptativos que entran en conflicto con las normas de la cultura del sujeto que los padece Trastorno paranoide-GA (conductas extrañas o excéntricas)
Patrón de desconfianza y suspicacia general por
el que las acciones o motivos de otras personas se interpretan como maliciosas o humillantes. Trastorno esquizoide-GA
Son personas retraídas y solitarias. Indiferentes
a las posibilidades de relacionarse e intimidar. Inmersas en sus propios pensamientos y sentimientos. No muestran ira o alegría. Soñadores, fantasiosos, sin metas provechosas. Indiferentes a la opinión de otras personas sobre su conducta. Prefieren trabajar en solitario. Esquizotípico-GA
Pensamientos extraños e inusuales.
Comunicación extravagante. Pensamiento mágico. Pensamiento mágico. Creencias extrañas y extravagantes Ilusiones rígidas e inflexibles, escasa capacidad de responder a los sentimientos y expresiones de las personas que le rodean. Emociones inflexibles. Aislamiento social G B (conductas dramáticas, emotivas o inestables) :Trastorno antisocial Sospecha de otras personas. Conducta impulsiva y temeraria. Vandalismo y peleas frecuentes. Ira explosiva. Falsedad y deshonestidad. Mentiras. Frialdad e insensibilidad. Arrogancia. Violación de los derechos de los demás. * Sin remordimientos ni sentimiento de culpa * Manipulación * Proyección de la culpa * Irresponsabilidad *Despliegue de encanto y maquinación * Imprudencia * Promiscuidad sexual y explotación * Actividades desenfrenadas GB:TLP (BORDELINE) Presentan patrón persistente de inestabilidad en las relaciones interpersonales, una autoimagen insegura y cambios de humor; son impulsivas y manifiestan accesos de ira intensos. • Sentimiento crónico de abandono • Desdoblamiento. Signo de «Jekyll y Hyde» (trágica disociación de la personalidad que llevó a Jekyll a la muerte, pero que también podría haberle deparado una vitalidad de una potencia arrolladora.) • Actos de automutilación • Amenazas y gestos suicidas • Incapacidad para posponer la satisfacción de sus necesidades. GB: Trastorno narcisista
«Presunción y cuidado excesivo de la propia
imagen» • Necesidad constante de recibir elogios exagerados y ser admirados. • Le importa poco los sentimientos de los demás. • Puede utilizar a otras personas injustamente para lograr sus propios deseos. GB: Trastorno de histrionismo
Patrón de emotividad generalizada y de
egocentrismo con un carácter demandante de búsqueda de atención. • Se incomodan en las situaciones en que no sean el centro de atención. • Conducta excesivamente dramática y exagerada • Relaciones banales y superficiales • Conducta sexualmente provocativa • Lenguaje melodramático, vacío y vago • Manipulación GC (conductas ansiosas y temerosas):Trastorno de la personalidad por evitación
Son muy tímidos y extremadamente sensibles a los
comentarios negativos de otras personas. Con sentimientos de inadecuación y un malestar intenso en situaciones sociales en las que se encuentren con personas que no sean sus familiares mas próximos. • Sin autoconfianza. Miedo a la crítica o al ridículo • Ansiedad intensa en contextos sociales • Sentimientos de inferioridad. Baja autoestima • Resistente a asumir riesgos a probar cosas nuevas. GC: Trastorno de la personalidad por dependencia
• Manifiestan una necesidad extrema de y constante de ser
cuidados por los demás. Sumisión • Se consideran inútiles e incompetentes. • Si terminan una relación tienen la necesidad imperiosa de comenzar otra. • Incapacidad de tomar decisiones. Dependencia excesiva de otras personas. • Inseguridad y falta de autoconfianza. • Temor extremo a quedarse solos. Ansiedad excesiva. • Sentimientos de incompetencia. Necesidad constante de aseveración. GC: Trastorno obsesivo compulsivo
• Son minuciosos, extremadamente organizados y se
preocupan por el orden y la perfección. • Están obsesionadas con llevar un control estricto y carecen de la flexibilidad necesaria para el compromiso. • Conducta rígida y controladora • Incumplimiento de los plazos. Incapacidad para relajarse • Principios éticos y morales estrictos en extremo • Acaparamiento de objetos. Incapacidad de delegar. Obstinación • Tacañería. Despliegue de emociones superficiales PAE EN PERSONAS CON TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Los cuidados de enfermería se orientarán en función de
si la persona presenta una situación de crisis o presenta la estabilidad suficiente para adquirir conocimientos y habilidades que le ayuden con el manejo de su enfermedad. En el caso de una situación de urgencia se deberá de valorar el riesgo vital y el grado de agresividad (de forma interdisciplinaria). En el caso de una persona estable, se deberá de realizar un proceso de valoración más extenso en las que las intervenciones irán encaminadas a realizar cambios en el estilo de vida. VALORACIÓN • Se deberá lograr una relación de confianza, empatía y acrítica. • Observar la conducta, signos y síntomas. • Valorar los procesos de pensamiento. • Hábitos sociales y relaciones del pasado y presente. • Determinar grado de ansiedad, resistencia métodos de afrontamiento. • Observar presencia de lesiones, cicatrices o cortes. Ideas o planes suicidas. DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA • Aislamiento social R/C patrón de conducta desadaptativo M/P sospecha hacia otras personas. • Deterioro de la comunicación R/C timidez extrema M/P retraimiento social. • Deterioro de la interacción social R/C retracción y soledad selectiva M/P indiferencia hacia los demás. • Desesperanza R/C miedo a nuevas situaciones M/P sentimientos de inutilidad e incompetencia. • Riesgo de violencia auto dirigida R/C conductas de automutilación M/P presencia de laceraciones en miembros superiores. Cuidados de Enfermería en TLP TLP es un síndrome heterogéneo, difícil de delimitar, que se diferencia en sus determinantes etiológicos y en sus formas clínicas y comportamentales de presentación, no sólo de un individuo a otro sino, incluso, de una etapa a otra en la evolución de la misma persona. Son los usuarios en salud mental que más servicios consumen (consultas ambulatorias, urgencias, hospitalización, hospital de día, trabajo social, etc.) En la últimas 2 décadas, la frecuencia en la asistencia a personas con TLP ha aumentado considerablemente. El TLP —también llamado “Trastorno Borderline”— es el que más presenta esta tendencia. Se estima que entre el 30 y el 60% de los pacientes con trastorno de la personalidad tiene TLP. Entre el 1 y el 2% de la población general lo sufre y entre el 18 y el 32% de los pacientes hospitalizados en unidades psiquiátricas. Es más frecuente en mujeres que en hombres con una proporción de 3:1 y se suele detectar entre los 19 y 34 años. En las personas con TLP suele aparecer una marcada predisposición a actuar de un modo impulsivo sin tener en cuenta sus consecuencias Se destaca la importancia de las conductas impulsivas que ponen en riesgo la vida de estas personas, pues se estima que entre el 8 -10% de estos, cometen el suicidio (una frecuencia hasta 50 veces mayor que en la población general) y el porcentaje de comorbilidad con otras condiciones clínicas como la depresión y el abuso de sustancias, es muy alto Existe una inestabilidad respecto a la vivencia de la propia imagen, de las relaciones interpersonales y del estado de ánimo. Hay una alteración de la identidad que se manifiesta con incertidumbre ante temas vitales, como, por ejemplo, objetivos a largo plazo; lo que las conduce a una sensación de vacío y aburrimiento. Pueden presentar manifestaciones explosivas e incluso violentas al recibir críticas o al ser frustrados en sus actos impulsivos, donde pueden producirse también autolesiones y explosiones de violencia, comportamiento amenazante y chantajista Además afectación de la imagen de sí mismo, con alteraciones de la conducta alimentaria; se implican en relaciones intensas e inestables, realizan tentativas y amenazas autolíticas. Sus relaciones interpersonales pasan de la idealización a la devaluación. Es habitual el abuso de sustancias psicoactivas como mecanismo de huida, frecuentes y rápidos cambios de humor, ideación paranoide transitoria, descompensaciones de tipo psicótico de presentación atípica y corta duración Tratamiento del TLP Es uno de los retos más difíciles con el que se enfrentan las disciplinas del campo de la sm. se considera que el tratamiento más eficaz para estos pacientes es la combinación de abordajes psicológicos y farmacológicos, con la finalidad de aliviar los síntomas y las conductas que más alteran su calidad de vida. Los componentes del tratamiento incluyen responder a las crisis y vigilar la seguridad del paciente, establecer y mantener una red de alianza terapéutica, proveer educación acerca del TLP y su tratamiento, coordinando las acciones establecidas por los distintos miembros del equipo de salud, monitorizando el progreso y evaluando la efectividad del plan terapéutico Psicofarmacología La elección de estos medicamentos puede hacerse según la relación entre los síntomas más relevantes y el comportamiento, los afectos o las cogniciones. En general, se considera mejor abordar el tratamiento en el ámbito del comportamiento con inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (fluoxetina, sertralina, venlafaxina) o con eutimizantes (litio, valproato, carbamazepina) y dejar los antipsicóticos para el tratamiento de las afecciones cognitivas (haloperidol, perfenazina, clozapina,olanzapina, risperidona) El tratamiento del TLP es uno de los desafíos más difíciles con el que se enfrenta el personal sanitario y, sobre todo el de enfermería, puesto que cuidar a las personas a las que les han otorgado esta etiqueta diagnóstica es muy complejo desde acompañarlo en esta variabilidad de estados de ánimo que pueden ir desde rabia hasta tristeza, pasando por las ideas y actuaciones suicidas. Estas manifestaciones están en continua fluctuación, su severidad altera gravemente las relaciones interpersonales, la actividad laboral, la calidad de vida . Por eso, desde enfermería debemos comprometernos a acompañar y apoyar a estos seres humanos que sufren, que están intentando llegar a dejar de sufrir. Una forma de organizar las intervenciones de enfermería en personas con TLP desde un centro de salud mental ambulatorio, va a ser mediante la creación de grupos de trabajo. La experiencia grupal puede actuar, de tal forma que llega a modificar nuestros modos habituales de vida. Estamos influenciados por el grupo, y a la vez de forma recíproca, influimos en el mismo. De esta forma el grupo se convierte para los profesionales de enfermería en un instrumento de gran utilidad, que debemos saber manejar sacándole sus máximos potenciales. Como en cualquier actuación de enfermería lo haremos desde le proceso de enfermería, es decir, aplicando primero una valoración, haciendo un diagnóstico, interviniendo con unas acciones y posteriormente evaluando. Es fundamental establecer unas pautas de actuación básicas antes de crear un grupo de intervención en personas con TLP, y así poder seguir una misma línea de trabajo que además facilite la adherencia al tratamiento. Estas pautas son las siguientes: • Establecer una serie de límites al comportamiento del sujeto de atención que favorezcan el autocontrol. • Explicarle que se espera de él. • Favorecer su expresión verbal, que exprese sus sentimientos. • Evitar emplear medidas extremas como la expulsión del grupo. • No aceptar que viole los derechos de otros pacientes. • Observar con quién y cómo se relaciona, con el fin de evitar manipulaciones con otros pacientes, que dificulten el entorno terapéutico. • Hay que explicar siempre cuando, como y donde son inaceptables sus conductas • evitar discutir. • No hay que frustrarse por la falta de apego terapéutico ni desanimarse, sino comprender el duro trabajo cotidiano; una conducta segura y constante le servirá siempre como correcto modelo de referencia. • Es imprescindible la comunicación de información entre todos los profesionales para evitar las diferentes manipulaciones. Es frecuente encontrar en el paciente con TLP alteraciones en varios de los patrones funcionales como Patrón 1 Percepción / Mantenimiento de la salud • Escasa conciencia de enfermedad • Rechazan cualquier intento de ayuda • Incumplimiento terapéutico • Uso de sustancias tóxicas (drogas) Patrón 6 Cognitivo / Perceptivo •Alteraciones de la percepción, atención, timia Patrón 7 Autopercepción / Autoconcepto • Dudas respecto a su autoimagen • Sentimiento crónico de vacío • Inestabilidad anímica Patrón 9 Sexualidad/ Reproducción. • Conductas sexuales inapropiadas • Riesgo de embarazos no deseados • Riesgo de padecer ETS Patrón 8 Rol / Relaciones • Inestabilidad de las relaciones interpersonales• Anomalías en la comunicación en su relación con los demás • Alteraciones conductuales que derivan en disfunción familiar Patrón 10 Adaptación / Tolerancia al estrés • Explosiones de ira • Rotura de objetos o amenazas • Pequeñas agresiones a los cuidadores • Actos autolesivos, desde pequeñas heridas a intentos de autolisis repetidos • Habilidades sociales deficientes • Falta de control sobre la situación actual • Patrones de conducta discordantes con expectativas Una vez detectados los patrones alterados se planifica una intervención de enfermería que puede ser basada en talleres de salud. Puesto que un patrón es la expresión de funcionamiento de “un todo”, las actividades propuestas en un taller determinado van a tener también repercusión en otros patrones diferentes. Se pretende que la persona tome conciencia del funcionamiento de patrón, para posteriormente pasar a modificar las posibles disfunciones. El objetivo no será sólo conseguir un cambio cuantitativo sino un cambio cualitativo en las actitudes de los participantes. • Taller de salud: objetivo principal es proporcionar información para que el paciente adquiera los conocimientos necesarios sobre el proceso de su enfermedad y desarrolle habilidades para controlar su salud. • Taller sobre la medicación: destinado a ofrecer información sobre el tratamiento, sus características, forma de administración, efectos secundarios, etc. Con el objetivo de conseguir un mayor cumplimiento y adherencia al tratamiento. • Taller de asertividad. Conjunto de actividades en las que se abordan valores y creencias como experiencias que dirigen los comportamientos personales. El paciente obtendrá los conocimientos necesarios y desarrollará habilidades sobre la conducta asertiva, agresiva y pasiva, sobre los derechos y deberes personales y para enfrentarse a las normas del entorno. • Taller de relajación. En este taller se enseñará al paciente distintas técnicas de relajación y respiración para el control de la ansiedad e impulsividad • Taller sobre los alimentos: Es una actividad en la que se abordan aspectos referidos a las necesidades metabólicas, los alimentos, su adquisición manejo y preparación, con el fin de que la persona disponga de más conocimientos para su autocuidado. • Taller de descanso y sueño: destinado a potenciar y desarrollar recursos potenciales para favorecer el sueño y el descanso. • Taller sobre la imagen: Es una actividad en la que se abordan, desde distintos puntos de vista, aspectos relacionados con la imagen corporal y así desarrollar conocimientos y habilidades para abordar y aceptar la propia imagen. • Taller de roles: Actividad en la que se reflexiona sobre los roles personales y familiares desde distintos ángulos. La persona aprenderá a desarrollar los principales roles que tendrá que adoptar en las situaciones más comunes de la vida. Cuidados de enf con terapias de 3ª generación: Mindfulness Dada la gravedad y la complejidad del trastorno límite de personalidad, se han desarrollado distintos métodos para abordarlo, entre ellos, el que más destaca por su probada efectividad es la Terapia dialéctico Conductual (TDC), la cual pertenece a las llamadas terapias de tercera generación o tercera “ola” de terapias de conducta. La orientación teórica de este tratamiento es una mezcla de tres posiciones: la orientación conductual, la filosofía dialéctica y la práctica Zen. Dentro de estas teorías tan distintas, la orientación conductual es contrarrestada por la aceptación del paciente extraída del Zen y la práctica contemplativa de Occidente, y el equilibrio de esos dos polos se resuelve por lo que denominan el marco dialéctico, es decir, un tener en cuenta orientaciones que aparecen como contradictorias entre sí y la búsqueda de una síntesis entre ambas . Linehan describe los modelos conductuales de los pacientes como una serie de dilemas dialécticos. Un dilema dialéctico es una dimensión bipolar en la cual el terapeuta tiene la labor de encontrar una posición más equilibrada (síntesis) que supere las anteriores oposiciones (tesis y antítesis). Estos dilemas están representados por un lado por la dimensión “factores-biológicos”, y por otro por la dimensión “entorno-invalidante” (algo que tiene mucho que ver con las series complementarias freudianas). La autora propone tres dimensiones de conductas definidas por polos opuestos: • En una primera dimensión, un paciente TLP puede oscilar entre invalidarse y culparse a sí mismo por su sufrimiento emocional, o bien culpar al resto del mundo por tratarlo injustamente. Así, la conducta suicida puede explicarse tanto como agresión a sí mismo como conducta de petición desesperada de ayuda. • Una segunda dimensión consiste en uno de sus polos en la tendencia biológica a la “pasividad activa”, en la cual el paciente se acerca a los demás para que le den soluciones, y en el otro polo estaría la conducta del paciente que aparenta más competencia de la que realmente tiene, porque su entorno invalidante ha exigido de él en demasía. El propio terapeuta tiende, dependiendo de la posición en que se ubique el paciente, a subestimar o bien a sobreestimar sus capacidades. • Por último, la tercera dimensión tiene en el polo biológico la tendencia del paciente a experimentar la vida como una serie interminable de crisis, y en el otro polo estaría la conducta provocada por el entorno de “aflicción inhibida” (lo que nosotros llamaríamos disociación) por la que el paciente no puede experimentar las emociones asociadas a traumas o pérdidas significativos. Como dijimos, el terapeuta trabaja en la dirección de buscar el equilibrio y la síntesis de los opuestos existentes en el sujeto. La Terapia Dialéctico-Conductual (TDC) trabaja para mejorar 5 áreas, que por otra parte son comunes a todo tratamiento exitoso: 1) mejorar la capacidad de afrontamiento, 2) mejorar la motivación para los cambios, 3) mejorar la generalización de los cambios realizados en un área a otros aspectos de la vida cotidiana, o aquellas modificaciones realizadas en las practicas grupales a situaciones de la vida real, 4) mejorar la capacidad y la motivación del terapeuta, 5) re-estructurar el entorno para apoyar el progreso clínico Dentro de la TDC se incluyen las prácticas de Mindfulness, donde cobra un sentido especial por su capacidad para aliviar el sufrimiento y encontrar sentido a la realidad, además de ayudar al aprendizaje de la regulación de las emociones, algo muy deficitario en estos trastornos Mindfulness es un término inglés que se ha traducido al castellano como: atención o consciencia plena. En cuanto a la dialéctica como persuasión, dentro la relación y el diálogo entre dos personas, se refiere al uso de la persuasión para producir el cambio, basándose para ello en las oposiciones inherentes a la relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta. Partiendo de dos posiciones contradictorias, tanto el paciente como el terapeuta pueden llegar a nuevos significados. La filosofía básica es no aceptar nunca una proposición como verdad final o indiscutible. Pensar en éste tipo de intervenciones nos conduce a verlas como cercanas a la Teoría del Pensamiento Complejo de Edgar Morín. En primer lugar, conciben la situación como una disfunción sistémica, la cual se caracteriza porque se ve una continuidad entre la salud y la enfermedad, y ésta se ve como resultado de causas múltiples, más que de causas simples. De este modo, no hay un único factor que lleve al trastorno sino toda una gama, desde los factores constitucionales, la subjetividad individual, hasta los que resultan de la interacción con el entorno, la subjetividad colectiva (de influencia recíproca) CONCLUYENDO: • El personal de enfermería que trabaje con este tipo de pacientes debe de tener en cuenta que es frecuente que en algún momento surja la transferencia y contratransferencia, y es ahí, donde debemos mantener una neutralidad terapéutica y evitar respuestas no profesionales. • El trabajo junto al equipo interdisciplinar es imprescindible para plantear objetivos terapéuticos, intervenciones y monitoreo • Ayudar a las personas con TLP a construir estrategias eficaces de conducta y habilidades en la resolución de problemas, son elementos claves para mejorar su calidad de vida Los tratamientos son largos y con muchas dificultades en el manejo, con un alto porcentaje de abandono y no adherencia al tratamiento, que oscilan entre el 23% y el 67%, pero con aquellos que se consigue una alianza terapéutica a nivel ambulatorio los resultados obtenidos son alentadores y los pacientes mejoran su sintomatología y su calidad de vida USO PROBLEMÁTICO-ENFERMERIA BAJO EL PARADIGMA REDUCCIÓN DE DAÑOS
La reducción de daños se sugiere como un
cambio de paradigma en atender al uso problemático de drogas, la meta del modelo es disminuir las consecuencias de la dependencia. La Organización Mundial de la Salud, hace hincapié en los servicios de reducción de daños como los programas de jeringas y terapia de sustitución de opioides y protección de los derechos humanos El personal de enfermería, al ser frecuentemente el primer contacto con la persona, además de actuar como eje importante en el trabajo interdisciplinario, dentro de las intervenciones es factible que participe en estrategias de comunicación entre pares, provisión de servicios que mejoren la seguridad de los consumidores, apoyo en el tratamiento médico de sustitución para la dependencia de opiáceos y grupos de ayuda La reducción de daños implica un cambio de paradigma en la manera de entender y responder al uso problemático de drogas legales e ilegales, rechaza la presunción de que la abstinencia es el mejor o el único objetivo aceptable para todos los consumidores problemáticos. De este modo, el modelo acepta pequeños avances en la dirección de reducir el daño, con el fin de facilitar la máxima reducción para una persona en un determinado punto en el tiempo; inherente a este cambio en el foco del tratamiento, está una redefinición radical de la relación entre el cliente y el clínico, un distanciamiento del modelo paternalista asociado a un tratamiento más tradicional en el uso de sustancias (Tatarsky, 2002). La Coalición Internacional de Reducción de daños (Harm reduction Coalition, [HCR]), conceptualiza a la reducción de daños como: “...un conjunto de estrategias prácticas e ideas dirigidas a reducir las consecuencias negativas asociadas con el consumo de drogas [agrega que] es también un movimiento por la justicia social basado en la creencia en, y el respeto por, los derechos de las personas que usan drogas”. Algunos fundamentos acerca del paradigma: a. Se respeta el derecho del individuo a decidir consumir drogas. Ante esto, las funciones de los profesionales y autoridades sanitarias serán facilitar condiciones que reduzcan las consecuencias negativas: físicas, psicológicas y sociales de los usuarios de drogas. b. El consumo de drogas en las poblaciones es inevitable. La proliferación de sustancias en el mundo no ha sido erradicada, incluso se ha aceptado en análisis histórico y sociocultural, que las drogas han sido utilizadas ancestralmente. c. El consumo de drogas en sí mismo no es lo más importante, si no el daño producido. d. En términos estratégicos, resulta más factible y menos costoso incidir terapéuticamente sobre los daños y consecuencias, que en otorgar tratamiento para la modificación del comportamiento adictivo. e. En la aplicación del modelo, no se condiciona ni niega la atención y servicios a los usuarios activos y dependientes: la meta primordial no es la abstinencia ni la desintoxicación, sino la disminución de las inherentes consecuencias de dicha dependencia. La coyuntura entre cuidado de la salud y consumo de drogas exige reflexividad y replanteamiento en torno a los principios disciplinarios que se traducen en concepciones hegemónicas sobre la salud, que no necesariamente representan la realidad experiencial de los usuarios de drogas, por el contrario, los atrapa en nichos donde la ciencia sanitaria les ofrece pocas alternativas efectivas. La experiencia documentada del uso y consumo de drogas, ha demostrado su carácter multifactorial: en la centralidad del fenómeno no se encuentra únicamente la sustancia y sus propiedades dañinas, más allá se advierte la confluencia de factores que en su interacción propician situaciones problemáticas en la salud y la mortalidad de las personas (Antelo & Diz, 2015). La reducción de daños no se opone a la abstinencia de sustancias, es de hecho una de las metas potenciales al finalizar la atención. A diferencia de los métodos comunes, la abstinencia no es una condición requerida ni obligada, lo que da la posibilidad de atender a cualquier tipo de consumidor con disposición al cambio, y de manera pragmática ajustar la atención a la naturaleza y necesidades del usuario, y no que éste se adapte a las exigencias y creencias impuestas por el prestador de servicios sanitarios (Tatarsky, 2002). En la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS) sobre el problema mundial de las drogas, se emitió una resolución firmada por todos los Países miembros. De la cual se pueden destacar los siguientes aspectos (Naciones Unidas, 2016): • Garantizar el uso adecuado de drogas para fines médicos y científicos, lo que se atribuye principalmente a la situación actual de cannabis, que aún no es regulado en todos los países. • Se mantienen como objetivos principales la reducción de la oferta, la demanda y la cooperación internacional, reconociendo la necesidad de un enfoque más amplio e integrador que atienda a las personas, familia y comunidad, incorpore la perspectiva de género y edad en los programas y políticas públicas. • Las autoridades nacionales deben coordinar al sector salud, educativo y de justicia para abordar esta problemática. • Permitir que participen en la formulación y aplicación de programas y políticas la sociedad civil, comunidad científica y académicos. • Abordar las causas y consecuencias del problema de las drogas desde el ámbito social, económico, de salud, derechos humanos, justicia, seguridad pública y aplicación de la ley. • Acabar con las epidemias del sida, tuberculosis y hepatitis viral entre los consumidores de drogas antes de fines del 2030. • Se recomienda se incorporen en cárceles o centros de detención la terapia asistida con medicación, programas relacionados con el equipo de inyección y terapia antirretroviral. La Organización Mundial de la Salud, participó haciendo hincapié en los servicios de reducción de daños como los programas de jeringas y terapia de sustitución de opioides como medidas que han demostrado ser eficaces para reducir la delincuencia. La mayoría de los países se pronunciaron a favor de trabajar en acciones orientadas a la salud y protección de los derechos humanos más que a la penalización de los usuarios. Sin embargo, aún hay países que defendieron su derecho a penalizar e incluso las sentencias de muerte para las personas involucradas en delitos de drogas La reducción de daños fue un tema relevante apoyado por la mayoría de los países miembros, a excepción de Singapur. Las acciones defendidas en este modelo fueron las salas de consumo de drogas y el uso de naloxona (Canadá), terapia asistida con medicación (Estados Unidos), siendo la Unión Europea la que mostró el mayor posicionamiento a favor OBSTÁCULOS • Falta de recursos materiales (jeringas x ej.) • la cultura de “guerra contra las drogas” arraigada a raíz de los esfuerzos por disminuir la oferta, sobre todo en América Latina, donde las políticas se han enfocado en la prohibición del consumo y contrarrestar el narcotráfico Sin embargo, el prohibicionismo no ha disminuido el consumo y los problemas de narcotráfico se han agravado, incrementando los índices de homicidios violentos. • Otra de los inconvenientes para implementar éste u otros modelos es la falta de personal capacitado, no sólo específicamente en adicciones, sino en cualquier problemática de sm. Entre el 76 a 85% de las personas con trastornos mentales graves en países de ingresos bajos, no reciben tratamiento, el gasto anual a nivel mundial en salud mental es menor a dos dólares por persona en países de ingresos altos. Hay 21 trabajadores de salud mental por cada 100.000 habitantes en las Américas y el porcentaje de personal de enfermería que recibió alguna capacitación en atención primaria de salud mental en los últimos dos años con duración mínima de dos días es de aprox. el 3% • Es necesario contar con personal capacitado en materia de adicciones, así como la infraestructura que permita brindar atención de calidad y ampliar la cobertura. En este mismo rubro se resalta la importancia de crear o implementar modelos de atención especializados para menores, personas en conflicto con la ley, incluyendo la perspectiva de género. • Se debe actualizar el marco normativo a fin de que se coordinen las instancias legales con las de salud para evaluar y diseñar políticas públicas orientadas a promover y mantener la salud de la población. El quehacer de enfermería en torno al consumo de sustancias adictivas es muy amplio y ha ido en crecimiento, un ejemplo de ello es en algunos países del continente europeo, utilizando las bases de reducción de daños desafía las creencias de enfermería proponiendo una agencia de cuidado para tratar el consumo de dichas sustancias, reforzando el cuidado a personas con problemas de adicciones mediante su cultura y balance de la realidad Algunos de los programas en que se encuentra en funcionamiento empleando la metodología de reducción de daños se encuentran en Centros Ambulatorios Para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual, Clínicas de Metadona los cuales brindan servicios de prevención, tratamiento, además de otorgar apoyo psicológico, servicios de enfermería y de trabajo social, tanto a las personas afectadas como a sus familiares. Existe la necesidad de la creación de modelos de atención de enfermería que estén acorde a las características y requerimientos de las diferentes poblaciones y riesgos a los cuales se encuentran expuestos los usuarios de drogas lícitas e ilícitas, el personal de enfermería está capacitado para abordar la detección, seguimiento y prevención, mediante servicios de información, educación, sensibilización pública, pronta intervención, asesoramiento, tratamiento, rehabilitación, prevención de recaídas y reinserción social Una de las ventajas de realizar reducción de daños es que su amplitud de trabajo contempla a usuario y no-usuario de drogas, dentro del contexto/entorno; las soluciones claves que se pueden ejecutar son; detección temprana de problemas relacionados con el consumo, ayuda a romper el tabú, intercambio de experiencias, monitoreo de consumo, promoción de la salud y las prácticas saludables, análisis, control y certificación de productos farmacológicos, reconocimiento social del consumo y supervisión de enfermería especializada Como idea final se pueden establecer significativos avances en el modelo de reducción de daños, uno de ellos ha sido la posibilidad de replantear los principios tradicionales de los consumidores de drogas para modificar la manera de atender y brindar los servicios sanitarios desde una visión flexible, realista, integradora y respetuosa. Como tareas pendientes son las de generar más mecanismos de medición de resultados y sensibilizar a los prestadores de servicios sanitarios sobre las experiencias límite de los usuarios y evitar esquemas moralistas que ejercen un tratamiento más punitivo que sanitario, y que refuerza estereotipos. El cambio de enfoque podrá permitir la generación de mayor conocimiento y métodos que exploren y aporten desde una visión adaptada a la problemática de cada persona.