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T Personalidad

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TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Son patrones de conducta profundamente


arraigados, persistentes, inflexibles y
desadaptativos que entran en conflicto con las
normas de la cultura del sujeto que los padece
Trastorno paranoide-GA (conductas extrañas o excéntricas)

Patrón de desconfianza y suspicacia general por


el que las acciones o motivos de otras personas
se interpretan como maliciosas o humillantes.
Trastorno esquizoide-GA

Son personas retraídas y solitarias. Indiferentes


a las posibilidades de relacionarse e intimidar.
Inmersas en sus propios pensamientos y
sentimientos. No muestran ira o alegría.
Soñadores, fantasiosos, sin metas provechosas.
Indiferentes a la opinión de otras personas sobre
su conducta. Prefieren trabajar en solitario.
Esquizotípico-GA

Pensamientos extraños e inusuales.


Comunicación extravagante. Pensamiento
mágico. Pensamiento mágico. Creencias
extrañas y extravagantes Ilusiones rígidas e
inflexibles, escasa capacidad de responder a los
sentimientos y expresiones de las personas que
le rodean. Emociones inflexibles. Aislamiento
social
G B (conductas dramáticas, emotivas o inestables) :Trastorno antisocial
Sospecha de otras personas. Conducta impulsiva y
temeraria. Vandalismo y peleas frecuentes. Ira
explosiva. Falsedad y deshonestidad. Mentiras.
Frialdad e insensibilidad. Arrogancia. Violación de
los derechos de los demás.
* Sin remordimientos ni sentimiento de culpa
* Manipulación
* Proyección de la culpa
* Irresponsabilidad
*Despliegue de encanto y maquinación
* Imprudencia
* Promiscuidad sexual y explotación
* Actividades desenfrenadas
GB:TLP (BORDELINE)
Presentan patrón persistente de inestabilidad en las
relaciones interpersonales, una autoimagen insegura y
cambios de humor; son impulsivas y manifiestan
accesos de ira intensos.
• Sentimiento crónico de abandono
• Desdoblamiento. Signo de «Jekyll y Hyde» (trágica
disociación de la personalidad que llevó a Jekyll a la
muerte, pero que también podría haberle deparado
una vitalidad de una potencia arrolladora.)
• Actos de automutilación
• Amenazas y gestos suicidas
• Incapacidad para posponer la satisfacción de sus
necesidades.
GB: Trastorno narcisista

«Presunción y cuidado excesivo de la propia


imagen»
• Necesidad constante de recibir elogios
exagerados y ser admirados.
• Le importa poco los sentimientos de los
demás.
• Puede utilizar a otras personas injustamente
para lograr sus propios deseos.
GB: Trastorno de histrionismo

Patrón de emotividad generalizada y de


egocentrismo con un carácter demandante de
búsqueda de atención.
• Se incomodan en las situaciones en que no sean
el centro de atención.
• Conducta excesivamente dramática y exagerada
• Relaciones banales y superficiales
• Conducta sexualmente provocativa
• Lenguaje melodramático, vacío y vago
• Manipulación
GC (conductas ansiosas y temerosas):Trastorno de la personalidad por evitación

Son muy tímidos y extremadamente sensibles a los


comentarios negativos de otras personas. Con
sentimientos de inadecuación y un malestar intenso
en situaciones sociales en las que se encuentren con
personas que no sean sus familiares mas próximos.
• Sin autoconfianza. Miedo a la crítica o al ridículo
• Ansiedad intensa en contextos sociales
• Sentimientos de inferioridad. Baja autoestima
• Resistente a asumir riesgos a probar cosas nuevas.
GC: Trastorno de la personalidad por dependencia

• Manifiestan una necesidad extrema de y constante de ser


cuidados por los demás. Sumisión
• Se consideran inútiles e incompetentes.
• Si terminan una relación tienen la necesidad imperiosa de
comenzar otra.
• Incapacidad de tomar decisiones. Dependencia excesiva de
otras personas.
• Inseguridad y falta de autoconfianza.
• Temor extremo a quedarse solos. Ansiedad excesiva.
• Sentimientos de incompetencia. Necesidad constante de
aseveración.
GC: Trastorno obsesivo compulsivo

• Son minuciosos, extremadamente organizados y se


preocupan por el orden y la perfección.
• Están obsesionadas con llevar un control estricto y
carecen de la flexibilidad necesaria para el compromiso.
• Conducta rígida y controladora
• Incumplimiento de los plazos. Incapacidad para relajarse
• Principios éticos y morales estrictos en extremo
• Acaparamiento de objetos. Incapacidad de delegar.
Obstinación
• Tacañería. Despliegue de emociones superficiales
PAE EN PERSONAS CON TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Los cuidados de enfermería se orientarán en función de


si la persona presenta una situación de crisis o presenta
la estabilidad suficiente para adquirir conocimientos y
habilidades que le ayuden con el manejo de su
enfermedad. En el caso de una situación de urgencia se
deberá de valorar el riesgo vital y el grado de
agresividad (de forma interdisciplinaria). En el caso de
una persona estable, se deberá de realizar un proceso
de valoración más extenso en las que las intervenciones
irán encaminadas a realizar cambios en el estilo de vida.
VALORACIÓN
• Se deberá lograr una relación de confianza,
empatía y acrítica.
• Observar la conducta, signos y síntomas.
• Valorar los procesos de pensamiento.
• Hábitos sociales y relaciones del pasado y
presente.
• Determinar grado de ansiedad, resistencia
métodos de afrontamiento.
• Observar presencia de lesiones, cicatrices o
cortes. Ideas o planes suicidas.
DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA
• Aislamiento social R/C patrón de conducta
desadaptativo M/P sospecha hacia otras personas.
• Deterioro de la comunicación R/C timidez extrema
M/P retraimiento social.
• Deterioro de la interacción social R/C retracción y
soledad selectiva M/P indiferencia hacia los demás.
• Desesperanza R/C miedo a nuevas situaciones M/P
sentimientos de inutilidad e incompetencia.
• Riesgo de violencia auto dirigida R/C conductas de
automutilación M/P presencia de laceraciones en
miembros superiores.
Cuidados de Enfermería en TLP
TLP es un síndrome heterogéneo, difícil de
delimitar, que se diferencia en sus determinantes
etiológicos y en sus formas clínicas y
comportamentales de presentación, no sólo de un
individuo a otro sino, incluso, de una etapa a otra
en la evolución de la misma persona. Son los
usuarios en salud mental que más servicios
consumen (consultas ambulatorias, urgencias,
hospitalización, hospital de día, trabajo social, etc.)
En la últimas 2 décadas, la frecuencia en la
asistencia a personas con TLP ha aumentado
considerablemente. El TLP —también llamado
“Trastorno Borderline”— es el que más presenta
esta tendencia. Se estima que entre el 30 y el
60% de los pacientes con trastorno de la
personalidad tiene TLP. Entre el 1 y el 2% de la
población general lo sufre y entre el 18 y el 32%
de los pacientes hospitalizados en unidades
psiquiátricas. Es más frecuente en mujeres que
en hombres con una proporción de 3:1 y se
suele detectar entre los 19 y 34 años.
En las personas con TLP suele aparecer una
marcada predisposición a actuar de un modo
impulsivo sin tener en cuenta sus consecuencias
Se destaca la importancia de las conductas
impulsivas que ponen en riesgo la vida de estas
personas, pues se estima que entre el 8 -10% de
estos, cometen el suicidio (una frecuencia hasta
50 veces mayor que en la población general) y el
porcentaje de comorbilidad con otras
condiciones clínicas como la depresión y el
abuso de sustancias, es muy alto
Existe una inestabilidad respecto a la vivencia de
la propia imagen, de las relaciones
interpersonales y del estado de ánimo. Hay una
alteración de la identidad que se manifiesta con
incertidumbre ante temas vitales, como, por
ejemplo, objetivos a largo plazo; lo que las
conduce a una sensación de vacío y aburrimiento.
Pueden presentar manifestaciones explosivas e
incluso violentas al recibir críticas o al ser
frustrados en sus actos impulsivos, donde pueden
producirse también autolesiones y explosiones de
violencia, comportamiento amenazante y
chantajista
Además afectación de la imagen de sí mismo,
con alteraciones de la conducta alimentaria; se
implican en relaciones intensas e inestables,
realizan tentativas y amenazas autolíticas. Sus
relaciones interpersonales pasan de la
idealización a la devaluación. Es habitual el
abuso de sustancias psicoactivas como
mecanismo de huida, frecuentes y rápidos
cambios de humor, ideación paranoide
transitoria, descompensaciones de tipo psicótico
de presentación atípica y corta duración
Tratamiento del TLP
Es uno de los retos más difíciles con el que se enfrentan las
disciplinas del campo de la sm. se considera que el
tratamiento más eficaz para estos pacientes es la combinación
de abordajes psicológicos y farmacológicos, con la finalidad de
aliviar los síntomas y las conductas que más alteran su calidad
de vida.
Los componentes del tratamiento incluyen responder a las
crisis y vigilar la seguridad del paciente, establecer y mantener
una red de alianza terapéutica, proveer educación acerca del
TLP y su tratamiento, coordinando las acciones establecidas
por los distintos miembros del equipo de salud, monitorizando
el progreso y evaluando la efectividad del plan terapéutico
Psicofarmacología
La elección de estos medicamentos puede hacerse
según la relación entre los síntomas más relevantes
y el comportamiento, los afectos o las cogniciones.
En general, se considera mejor abordar el
tratamiento en el ámbito del comportamiento con
inhibidores selectivos de la recaptación de la
serotonina (fluoxetina, sertralina, venlafaxina) o
con eutimizantes (litio, valproato, carbamazepina) y
dejar los antipsicóticos para el tratamiento de las
afecciones cognitivas (haloperidol, perfenazina,
clozapina,olanzapina, risperidona)
El tratamiento del TLP es uno de los desafíos más difíciles
con el que se enfrenta el personal sanitario y, sobre todo
el de enfermería, puesto que cuidar a las personas a las
que les han otorgado esta etiqueta diagnóstica es muy
complejo desde acompañarlo en esta variabilidad de
estados de ánimo que pueden ir desde rabia hasta
tristeza, pasando por las ideas y actuaciones suicidas.
Estas manifestaciones están en continua fluctuación, su
severidad altera gravemente las relaciones
interpersonales, la actividad laboral, la calidad de vida .
Por eso, desde enfermería debemos comprometernos a
acompañar y apoyar a estos seres humanos que sufren,
que están intentando llegar a dejar de sufrir.
Una forma de organizar las intervenciones de enfermería en
personas con TLP desde un centro de salud mental
ambulatorio, va a ser mediante la creación de grupos de
trabajo.
La experiencia grupal puede actuar, de tal forma que llega a
modificar nuestros modos habituales de vida. Estamos
influenciados por el grupo, y a la vez de forma recíproca,
influimos en el mismo.
De esta forma el grupo se convierte para los profesionales de
enfermería en un instrumento de gran utilidad, que debemos
saber manejar sacándole sus máximos potenciales.
Como en cualquier actuación de enfermería lo haremos
desde le proceso de enfermería, es decir, aplicando primero
una valoración, haciendo un diagnóstico, interviniendo con
unas acciones y posteriormente evaluando.
Es fundamental establecer unas pautas de actuación
básicas antes de crear un grupo de intervención en
personas con TLP, y así poder seguir una misma línea de
trabajo que además facilite la adherencia al tratamiento.
Estas pautas son las siguientes:
• Establecer una serie de límites al comportamiento del
sujeto de atención que favorezcan el autocontrol.
• Explicarle que se espera de él.
• Favorecer su expresión verbal, que exprese sus
sentimientos.
• Evitar emplear medidas extremas como la expulsión
del grupo.
• No aceptar que viole los derechos de otros pacientes.
• Observar con quién y cómo se relaciona, con el fin de
evitar manipulaciones con otros pacientes, que dificulten
el entorno terapéutico.
• Hay que explicar siempre cuando, como y donde son
inaceptables sus conductas
• evitar discutir.
• No hay que frustrarse por la falta de apego terapéutico
ni desanimarse, sino comprender el duro trabajo
cotidiano; una conducta segura y constante le servirá
siempre como correcto modelo de referencia.
• Es imprescindible la comunicación de información entre
todos los profesionales para evitar las diferentes
manipulaciones.
Es frecuente encontrar en el paciente con TLP alteraciones en varios de los
patrones funcionales como
Patrón 1 Percepción / Mantenimiento de la salud • Escasa conciencia de
enfermedad • Rechazan cualquier intento de ayuda • Incumplimiento
terapéutico • Uso de sustancias tóxicas (drogas)
Patrón 6 Cognitivo / Perceptivo •Alteraciones de la percepción, atención, timia
Patrón 7 Autopercepción / Autoconcepto • Dudas respecto a su autoimagen •
Sentimiento crónico de vacío • Inestabilidad anímica Patrón 9 Sexualidad/
Reproducción. • Conductas sexuales inapropiadas • Riesgo de embarazos no
deseados • Riesgo de padecer ETS
Patrón 8 Rol / Relaciones • Inestabilidad de las relaciones interpersonales•
Anomalías en la comunicación en su relación con los demás • Alteraciones
conductuales que derivan en disfunción familiar
Patrón 10 Adaptación / Tolerancia al estrés • Explosiones de ira • Rotura de
objetos o amenazas • Pequeñas agresiones a los cuidadores • Actos
autolesivos, desde pequeñas heridas a intentos de autolisis repetidos •
Habilidades sociales deficientes • Falta de control sobre la situación actual •
Patrones de conducta discordantes con expectativas
Una vez detectados los patrones alterados se
planifica una intervención de enfermería que
puede ser basada en talleres de salud. Puesto
que un patrón es la expresión de
funcionamiento de “un todo”, las actividades
propuestas en un taller determinado van a tener
también repercusión en otros patrones
diferentes. Se pretende que la persona tome
conciencia del funcionamiento de patrón, para
posteriormente pasar a modificar las posibles
disfunciones. El objetivo no será sólo conseguir
un cambio cuantitativo sino un cambio
cualitativo en las actitudes de los participantes.
• Taller de salud: objetivo principal es proporcionar información para
que el paciente adquiera los conocimientos necesarios sobre el proceso
de su enfermedad y desarrolle habilidades para controlar su salud.
• Taller sobre la medicación: destinado a ofrecer información sobre el
tratamiento, sus características, forma de administración, efectos
secundarios, etc. Con el objetivo de conseguir un mayor cumplimiento y
adherencia al tratamiento.
• Taller de asertividad. Conjunto de actividades en las que se abordan
valores y creencias como experiencias que dirigen los comportamientos
personales. El paciente obtendrá los conocimientos necesarios y
desarrollará habilidades sobre la conducta asertiva, agresiva y pasiva,
sobre los derechos y deberes personales y para enfrentarse a las
normas del entorno.
• Taller de relajación. En este taller se enseñará al paciente distintas
técnicas de relajación y respiración para el control de la ansiedad e
impulsividad
• Taller sobre los alimentos: Es una actividad en la que se
abordan aspectos referidos a las necesidades metabólicas, los
alimentos, su adquisición manejo y preparación, con el fin de
que la persona disponga de más conocimientos para su
autocuidado.
• Taller de descanso y sueño: destinado a potenciar y desarrollar
recursos potenciales para favorecer el sueño y el descanso.
• Taller sobre la imagen: Es una actividad en la que se abordan,
desde distintos puntos de vista, aspectos relacionados con la
imagen corporal y así desarrollar conocimientos y habilidades
para abordar y aceptar la propia imagen.
• Taller de roles: Actividad en la que se reflexiona sobre los roles
personales y familiares desde distintos ángulos. La persona
aprenderá a desarrollar los principales roles que tendrá que
adoptar en las situaciones más comunes de la vida.
Cuidados de enf con terapias de 3ª
generación: Mindfulness
Dada la gravedad y la complejidad del trastorno límite de personalidad, se
han desarrollado distintos métodos para abordarlo, entre ellos, el que
más destaca por su probada efectividad es la Terapia dialéctico
Conductual (TDC), la cual pertenece a las llamadas terapias de tercera
generación o tercera “ola” de terapias de conducta.
La orientación teórica de este tratamiento es una mezcla de tres
posiciones: la orientación conductual, la filosofía dialéctica y la práctica
Zen.
Dentro de estas teorías tan distintas, la orientación conductual es
contrarrestada por la aceptación del paciente extraída del Zen y la
práctica contemplativa de Occidente, y el equilibrio de esos dos polos se
resuelve por lo que denominan el marco dialéctico, es decir, un tener en
cuenta orientaciones que aparecen como contradictorias entre sí y la
búsqueda de una síntesis entre ambas .
Linehan describe los modelos conductuales de los
pacientes como una serie de dilemas dialécticos.
Un dilema dialéctico es una dimensión bipolar en
la cual el terapeuta tiene la labor de encontrar
una posición más equilibrada (síntesis) que
supere las anteriores oposiciones (tesis y
antítesis). Estos dilemas están representados por
un lado por la dimensión “factores-biológicos”, y
por otro por la dimensión “entorno-invalidante”
(algo que tiene mucho que ver con las series
complementarias freudianas).
La autora propone tres dimensiones de
conductas definidas por polos opuestos:
• En una primera dimensión, un paciente TLP
puede oscilar entre invalidarse y culparse a sí
mismo por su sufrimiento emocional, o bien
culpar al resto del mundo por tratarlo
injustamente. Así, la conducta suicida puede
explicarse tanto como agresión a sí mismo
como conducta de petición desesperada de
ayuda.
• Una segunda dimensión consiste en uno de sus polos en la
tendencia biológica a la “pasividad activa”, en la cual el paciente se
acerca a los demás para que le den soluciones, y en el otro polo
estaría la conducta del paciente que aparenta más competencia de
la que realmente tiene, porque su entorno invalidante ha exigido
de él en demasía. El propio terapeuta tiende, dependiendo de la
posición en que se ubique el paciente, a subestimar o bien a
sobreestimar sus capacidades.
• Por último, la tercera dimensión tiene en el polo biológico la
tendencia del paciente a experimentar la vida como una serie
interminable de crisis, y en el otro polo estaría la conducta
provocada por el entorno de “aflicción inhibida” (lo que nosotros
llamaríamos disociación) por la que el paciente no puede
experimentar las emociones asociadas a traumas o pérdidas
significativos. Como dijimos, el terapeuta trabaja en la dirección de
buscar el equilibrio y la síntesis de los opuestos existentes en el
sujeto.
La Terapia Dialéctico-Conductual (TDC) trabaja
para mejorar 5 áreas, que por otra parte son
comunes a todo tratamiento exitoso: 1) mejorar
la capacidad de afrontamiento, 2) mejorar la
motivación para los cambios, 3) mejorar la
generalización de los cambios realizados en un
área a otros aspectos de la vida cotidiana, o
aquellas modificaciones realizadas en las
practicas grupales a situaciones de la vida real,
4) mejorar la capacidad y la motivación del
terapeuta, 5) re-estructurar el entorno para
apoyar el progreso clínico
Dentro de la TDC se incluyen las prácticas de
Mindfulness, donde cobra un sentido especial
por su capacidad para aliviar el sufrimiento y
encontrar sentido a la realidad, además de
ayudar al aprendizaje de la regulación de las
emociones, algo muy deficitario en estos
trastornos
Mindfulness es un término inglés que se ha
traducido al castellano como: atención o
consciencia plena.
En cuanto a la dialéctica como persuasión,
dentro la relación y el diálogo entre dos
personas, se refiere al uso de la persuasión para
producir el cambio, basándose para ello en las
oposiciones inherentes a la relación terapéutica
entre el paciente y el terapeuta. Partiendo de
dos posiciones contradictorias, tanto el paciente
como el terapeuta pueden llegar a nuevos
significados. La filosofía básica es no aceptar
nunca una proposición como verdad final o
indiscutible.
Pensar en éste tipo de intervenciones nos conduce a
verlas como cercanas a la Teoría del Pensamiento
Complejo de Edgar Morín. En primer lugar, conciben
la situación como una disfunción sistémica, la cual
se caracteriza porque se ve una continuidad entre la
salud y la enfermedad, y ésta se ve como resultado
de causas múltiples, más que de causas simples.
De este modo, no hay un único factor que lleve al
trastorno sino toda una gama, desde los factores
constitucionales, la subjetividad individual, hasta los
que resultan de la interacción con el entorno, la
subjetividad colectiva (de influencia recíproca)
CONCLUYENDO:
• El personal de enfermería que trabaje con este tipo de
pacientes debe de tener en cuenta que es frecuente
que en algún momento surja la transferencia y
contratransferencia, y es ahí, donde debemos
mantener una neutralidad terapéutica y evitar
respuestas no profesionales.
• El trabajo junto al equipo interdisciplinar es
imprescindible para plantear objetivos terapéuticos,
intervenciones y monitoreo
• Ayudar a las personas con TLP a construir estrategias
eficaces de conducta y habilidades en la resolución de
problemas, son elementos claves para mejorar su
calidad de vida
Los tratamientos son largos y con muchas
dificultades en el manejo, con un alto
porcentaje de abandono y no adherencia
al tratamiento, que oscilan entre el 23% y
el 67%, pero con aquellos que se consigue
una alianza terapéutica a nivel ambulatorio
los resultados obtenidos son alentadores y
los pacientes mejoran su sintomatología y
su calidad de vida
USO PROBLEMÁTICO-ENFERMERIA BAJO EL
PARADIGMA REDUCCIÓN DE DAÑOS

La reducción de daños se sugiere como un


cambio de paradigma en atender al uso
problemático de drogas, la meta del modelo es
disminuir las consecuencias de la dependencia.
La Organización Mundial de la Salud, hace
hincapié en los servicios de reducción de daños
como los programas de jeringas y terapia de
sustitución de opioides y protección de los
derechos humanos
El personal de enfermería, al ser
frecuentemente el primer contacto con la
persona, además de actuar como eje importante
en el trabajo interdisciplinario, dentro de las
intervenciones es factible que participe en
estrategias de comunicación entre pares,
provisión de servicios que mejoren la seguridad
de los consumidores, apoyo en el tratamiento
médico de sustitución para la dependencia de
opiáceos y grupos de ayuda
La reducción de daños implica un cambio de paradigma
en la manera de entender y responder al uso
problemático de drogas legales e ilegales, rechaza la
presunción de que la abstinencia es el mejor o el único
objetivo aceptable para todos los consumidores
problemáticos. De este modo, el modelo acepta
pequeños avances en la dirección de reducir el daño,
con el fin de facilitar la máxima reducción para una
persona en un determinado punto en el tiempo;
inherente a este cambio en el foco del tratamiento, está
una redefinición radical de la relación entre el cliente y
el clínico, un distanciamiento del modelo paternalista
asociado a un tratamiento más tradicional en el uso de
sustancias (Tatarsky, 2002).
La Coalición Internacional de Reducción de
daños (Harm reduction Coalition, [HCR]),
conceptualiza a la reducción de daños como:
“...un conjunto de estrategias prácticas e ideas
dirigidas a reducir las consecuencias negativas
asociadas con el consumo de drogas [agrega
que] es también un movimiento por la justicia
social basado en la creencia en, y el respeto por,
los derechos de las personas que usan drogas”.
Algunos fundamentos acerca del paradigma:
a. Se respeta el derecho del individuo a decidir consumir drogas. Ante
esto, las funciones de los profesionales y autoridades sanitarias serán
facilitar condiciones que reduzcan las consecuencias negativas: físicas,
psicológicas y sociales de los usuarios de drogas.
b. El consumo de drogas en las poblaciones es inevitable. La proliferación
de sustancias en el mundo no ha sido erradicada, incluso se ha
aceptado en análisis histórico y sociocultural, que las drogas han sido
utilizadas ancestralmente.
c. El consumo de drogas en sí mismo no es lo más importante, si no el
daño producido.
d. En términos estratégicos, resulta más factible y menos costoso incidir
terapéuticamente sobre los daños y consecuencias, que en otorgar
tratamiento para la modificación del comportamiento adictivo.
e. En la aplicación del modelo, no se condiciona ni niega la atención y
servicios a los usuarios activos y dependientes: la meta primordial no es
la abstinencia ni la desintoxicación, sino la disminución de las
inherentes consecuencias de dicha dependencia.
La coyuntura entre cuidado de la salud y consumo de
drogas exige reflexividad y replanteamiento en torno a los
principios disciplinarios que se traducen en concepciones
hegemónicas sobre la salud, que no necesariamente
representan la realidad experiencial de los usuarios de
drogas, por el contrario, los atrapa en nichos donde la
ciencia sanitaria les ofrece pocas alternativas efectivas. La
experiencia documentada del uso y consumo de drogas,
ha demostrado su carácter multifactorial: en la
centralidad del fenómeno no se encuentra únicamente la
sustancia y sus propiedades dañinas, más allá se advierte
la confluencia de factores que en su interacción propician
situaciones problemáticas en la salud y la mortalidad de
las personas (Antelo & Diz, 2015).
La reducción de daños no se opone a la
abstinencia de sustancias, es de hecho una de
las metas potenciales al finalizar la atención. A
diferencia de los métodos comunes, la
abstinencia no es una condición requerida ni
obligada, lo que da la posibilidad de atender a
cualquier tipo de consumidor con disposición al
cambio, y de manera pragmática ajustar la
atención a la naturaleza y necesidades del
usuario, y no que éste se adapte a las exigencias
y creencias impuestas por el prestador de
servicios sanitarios (Tatarsky, 2002).
En la Sesión Especial de la Asamblea General de
las Naciones Unidas (UNGASS) sobre el
problema mundial de las drogas, se emitió una
resolución firmada por todos los Países
miembros.
De la cual se pueden destacar los siguientes
aspectos (Naciones Unidas, 2016):
• Garantizar el uso adecuado de drogas para fines médicos y científicos, lo que
se atribuye principalmente a la situación actual de cannabis, que aún no es
regulado en todos los países.
• Se mantienen como objetivos principales la reducción de la oferta, la demanda
y la cooperación internacional, reconociendo la necesidad de un enfoque más
amplio e integrador que atienda a las personas, familia y comunidad,
incorpore la perspectiva de género y edad en los programas y políticas
públicas.
• Las autoridades nacionales deben coordinar al sector salud, educativo y de
justicia para abordar esta problemática.
• Permitir que participen en la formulación y aplicación de programas y políticas
la sociedad civil, comunidad científica y académicos.
• Abordar las causas y consecuencias del problema de las drogas desde el
ámbito social, económico, de salud, derechos humanos, justicia, seguridad
pública y aplicación de la ley.
• Acabar con las epidemias del sida, tuberculosis y hepatitis viral entre los
consumidores de drogas antes de fines del 2030.
• Se recomienda se incorporen en cárceles o centros de detención la terapia
asistida con medicación, programas relacionados con el equipo de inyección y
terapia antirretroviral.
La Organización Mundial de la Salud, participó
haciendo hincapié en los servicios de reducción de
daños como los programas de jeringas y terapia de
sustitución de opioides como medidas que han
demostrado ser eficaces para reducir la delincuencia.
La mayoría de los países se pronunciaron a favor de
trabajar en acciones orientadas a la salud y
protección de los derechos humanos más que a la
penalización de los usuarios. Sin embargo, aún hay
países que defendieron su derecho a penalizar e
incluso las sentencias de muerte para las personas
involucradas en delitos de drogas
La reducción de daños fue un tema relevante
apoyado por la mayoría de los países miembros,
a excepción de Singapur. Las acciones
defendidas en este modelo fueron las salas de
consumo de drogas y el uso de naloxona
(Canadá), terapia asistida con medicación
(Estados Unidos), siendo la Unión Europea la
que mostró el mayor posicionamiento a favor
OBSTÁCULOS
• Falta de recursos materiales (jeringas x ej.)
• la cultura de “guerra contra las drogas” arraigada a
raíz de los esfuerzos por disminuir la oferta, sobre
todo en América Latina, donde las políticas se han
enfocado en la prohibición del consumo y
contrarrestar el narcotráfico Sin embargo, el
prohibicionismo no ha disminuido el consumo y
los problemas de narcotráfico se han agravado,
incrementando los índices de homicidios
violentos.
• Otra de los inconvenientes para implementar éste u
otros modelos es la falta de personal capacitado,
no sólo específicamente en adicciones, sino en
cualquier problemática de sm. Entre el 76 a 85% de
las personas con trastornos mentales graves en
países de ingresos bajos, no reciben tratamiento, el
gasto anual a nivel mundial en salud mental es
menor a dos dólares por persona en países de
ingresos altos. Hay 21 trabajadores de salud mental
por cada 100.000 habitantes en las Américas y el
porcentaje de personal de enfermería que recibió
alguna capacitación en atención primaria de salud
mental en los últimos dos años con duración
mínima de dos días es de aprox. el 3%
• Es necesario contar con personal capacitado en
materia de adicciones, así como la infraestructura
que permita brindar atención de calidad y ampliar
la cobertura. En este mismo rubro se resalta la
importancia de crear o implementar modelos de
atención especializados para menores, personas
en conflicto con la ley, incluyendo la perspectiva
de género.
• Se debe actualizar el marco normativo a fin de que
se coordinen las instancias legales con las de salud
para evaluar y diseñar políticas públicas
orientadas a promover y mantener la salud de la
población.
El quehacer de enfermería en torno al consumo
de sustancias adictivas es muy amplio y ha ido
en crecimiento, un ejemplo de ello es en
algunos países del continente europeo,
utilizando las bases de reducción de daños
desafía las creencias de enfermería proponiendo
una agencia de cuidado para tratar el consumo
de dichas sustancias, reforzando el cuidado a
personas con problemas de adicciones mediante
su cultura y balance de la realidad
Algunos de los programas en que se encuentra
en funcionamiento empleando la metodología
de reducción de daños se encuentran en Centros
Ambulatorios Para la Prevención y Atención en
Sida e Infecciones de Transmisión Sexual,
Clínicas de Metadona los cuales brindan
servicios de prevención, tratamiento, además de
otorgar apoyo psicológico, servicios de
enfermería y de trabajo social, tanto a las
personas afectadas como a sus familiares.
Existe la necesidad de la creación de modelos de
atención de enfermería que estén acorde a las
características y requerimientos de las diferentes
poblaciones y riesgos a los cuales se encuentran
expuestos los usuarios de drogas lícitas e ilícitas,
el personal de enfermería está capacitado para
abordar la detección, seguimiento y prevención,
mediante servicios de información, educación,
sensibilización pública, pronta intervención,
asesoramiento, tratamiento, rehabilitación,
prevención de recaídas y reinserción social
Una de las ventajas de realizar reducción de
daños es que su amplitud de trabajo contempla
a usuario y no-usuario de drogas, dentro del
contexto/entorno; las soluciones claves que se
pueden ejecutar son; detección temprana de
problemas relacionados con el consumo, ayuda
a romper el tabú, intercambio de experiencias,
monitoreo de consumo, promoción de la salud y
las prácticas saludables, análisis, control y
certificación de productos farmacológicos,
reconocimiento social del consumo y
supervisión de enfermería especializada
Como idea final se pueden establecer significativos avances
en el modelo de reducción de daños, uno de ellos ha sido la
posibilidad de replantear los principios tradicionales de los
consumidores de drogas para modificar la manera de
atender y brindar los servicios sanitarios desde una visión
flexible, realista, integradora y respetuosa.
Como tareas pendientes son las de generar más
mecanismos de medición de resultados y sensibilizar a los
prestadores de servicios sanitarios sobre las experiencias
límite de los usuarios y evitar esquemas moralistas que
ejercen un tratamiento más punitivo que sanitario, y que
refuerza estereotipos. El cambio de enfoque podrá permitir
la generación de mayor conocimiento y métodos que
exploren y aporten desde una visión adaptada a la
problemática de cada persona.

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