Algas Marinas
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Algas Marinas
https://www.youtube.com/watch?
v=D6ta47JSsWo
CULTIVO DE ALGAS
En la actualidad se recolecta aproximadamente un millón de
toneladas de algas frescas de las que se obtienen extractos
para producir los tres hidrocoloides antes mencionados. Se
producen en total 55 000 toneladas de hidrocoloides por un
valor de 585 millones de dólares EE.UU.
La producción de alginato (213 millones de dólares EE.UU.) se
realiza a partir de extractos de algas pardas, recolectadas en
su totalidad; resulta demasiado costoso cultivar algas pardas
para obtener materias primas destinadas a usos industriales.
La producción de agar (132 millones de dólares EE.UU.) se
realiza principalmente a partir de dos tipos de algas rojas, uno
de los cuales se cultiva desde 1960 o 1970, pero en una escala
mucho más amplia desde 1990, y ello ha permitido la
expansión de esta industria.
La producción de carragenina (240 millones de dólares
EE.UU.) se basaba al principio en las algas marinas silvestres,
en particular el musgo perlado, que es una pequeña alga que
crece en aguas frías con una base de recursos limitada.
Sin embargo, desde los primeros años del decenio de 1970
la industria ha crecido rápidamente a causa de la
disponibilidad de otras algas que contienen carragenina,
cultivadas con éxito en países de aguas templadas con bajos
costos de mano de obra. En la actualidad, la mayor parte de
las algas utilizadas para producir carragenina son cultivadas,
aunque sigue habiendo una pequeña demanda de musgo
perlado y de algunas otras especies silvestres de América
del Sur.
En el decenio de 1960, Noruega fue el primer país en producir
harina de algas, hecha con algas pardas desecadas y en polvo,
que se utiliza como aditivo para piensos. La desecación suele
hacerse en hornos alimentados con petróleo, por lo que el
precio del crudo influye en su costo. Anualmente se
recolectan unas 50 000 toneladas de algas marinas frescas,
con las que se fabrican 10 000 toneladas de harina de algas
por un valor de cinco millones de dólares EE.UU.
El valor total de los productos industriales derivados de las
algas marinas es de 590 millones de dólares EE.UU.
El valor total de todos los productos de la industria de las
algas marinas se estima en 5 600 millones de dólares EE.UU.
EL CULTIVO DE ALGAS ES UNA APUESTA DE FUTURO EN UN MOMENTO EN QUE
SE AFRONTAN RETOS COMO EL CAMBIO CLIMÁTICO.
El cultivo de algas es una actividad típica de Zanzibar
Los biocombustibles de segunda generación son aquellos cuya
producción no compite directamente con cultivos de uso
alimentario, uno de los grandes inconvenientes de la producción
de estos combustibles, que tiene como consecuencia el alza del
precio de alimentos de los que depende una buena parte de la
población mundial. Pero esta no es la única ventaja de las
microalgas con respecto a los cultivos convencionales.
La productividad alcanzada por las microalgas es mucho
mayor que la de estos cultivos, unas 10-15 veces superior por
unidad de área de cultivo, dando una cifra conservadora.
Algunas fuentes hablan de diferencias mucho mayores,
decenas de veces superiores. Esto se debe a la mejor
eficiencia fotosintética de las algas con respecto a las plantas
terrestres. Como consecuencia de lo anterior, se necesita
dedicar menos superficie de cultivo a la producción de
biocombustibles, lo que redunda en una menor competencia
con el cultivo de alimentos.
Pero es que, además, las microalgas crecen en el agua, sin
necesidad de un suelo fértil, y necesitan del concurso de la
luz solar, por lo que pueden producirse en zonas desérticas o
semidesérticas, poco aptas para el cultivo de alimentos, con
lo que la competencia entre ambos tipos de cultivos
desaparecería por completo. También se evitaría la
deforestación masiva para el cultivo de plantas productoras
de aceite, como la que está teniendo lugar el Malasia, en el
caso de la palma. Muchas especies de algas pueden crecer
en agua de mar o incluso en aguas residuales, con lo que el
empleo de agua dulce, un bien escaso a nivel mundial,
tampoco quedaría comprometido.
El cultivo de las microalgas requiere, aparte del agua y la luz
solar, del aporte de CO2 como fuente de carbono, y de otros
nutrientes. Esto representa una nueva ventaja, ya que el
cultivo de microalgas se convierte en un poderoso sistema
de fijar CO2 atmosférico, contribuyendo al control de las
emisiones de este gas de efecto invernadero.
Además, la necesidad de aportar elevadas cantidades de CO2
hace que sea más interesante acoplar los cultivos de
microalgas a fuentes productoras de este gas, como centrales
térmicas, en lugar de dejar que el alga lo capte de la
atmósfera, donde su concentración es mucho menor. De esta
forma, el control de las emisiones de CO2 se uniría al de la
producción de energía renovable.
¿Un escenario idílico? Eso parece, pero, por supuesto, también
hay inconvenientes importantes que hay que salvar. Y el más
importante de todos, cómo no, es la rentabilidad. En la
actualidad, todos los agentes implicados en el desarrollo de
esta tecnología coinciden que el precio del biocombustible
obtenido a partir de los cultivos de microalgas no es
competitivo con el de los combustibles derivados del petróleo,
incluso contando con las ayudas y subvenciones públicas a su
producción.
Parte del problema procede de los elevados costes de
inversión y mantenimiento de los fotobiorreactores, que son
los tubos llenos de algas en suspensión que aparecen en el
anuncio mencionado al principio. Esta tecnología permite un
mayor control sobre el crecimiento de las microalgas, pero el
combustible obtenido es entre 4 y 15 veces más caro que el
que se obtiene con la tecnología alternativa, que es el
crecimiento de las algas en estanques abiertos.
A su vez, estos últimos presentan el inconveniente de la pérdida
de agua por evaporación, pérdida de CO2, menor capacidad de
producción por unidad de área cultivada, así como la posible
contaminación de los cultivos por otros microorganismos,
atraídos por el “bufé libre” que representa el estanque de
crecimiento de algas, continuamente alimentado con
nutrientes.
Podemos concluir que, contrapesando ventajas e
inconvenientes, la producción de biocombustibles a
precios competitivos a partir de microalgas es un campo
“verde”, desde todos los puntos de vista. Pero la
investigación en el mismo, al margen de operaciones de
imagen o de captación de subvenciones, sin duda es
necesaria si algún día pretende llegar a su madurez.
https://www.youtube.com/watch?
v=QyBqYRQIBJI
Las algas marinas como alimento
https://www.youtube.com/watch?
v=TltgwFwV71Y
https://www.youtube.com/watch?
v=1wx0jpp49c0