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Historia de La Iglesia 4
Historia de La Iglesia 4
Historia de La Iglesia 4
Iglesia 4
FUNDADA SOBRE
ROCA
El sacramento de la penitencia en la
antigüedad
Hay que observar, en primer lugar, que en la
antigüedad la penitencia era una práctica
extraordinariamente frecuente.
Los escritores eclesiásticos hablan a cada momento
de ella. No se cansan de exhortar a la penitencia e
insisten en que ningún pecador debe desesperar
para el bautizado que ha recaído en el pecado
existe aún otro medio de salvación, «una segunda
tabla después del naufragio», como dice san
Jerónimo
Las explicaciones intercambiadas por Cornelio y
Cipriano por el tema de los “lapsi” deberían
bastar para aceptar que la penitencia se podía
hacer varias veces en la vida
Jamás se habla de que constituya una dificultad
el hecho de que uno haya ya recibido
anteriormente la absolución
Lo cierto es que en
el S. IV
La penitencia no estaba aún regulada por
normas generales, todo quedabas sujeto al
arbitrio del obispo
El obispo otorgaba la absolución siempre que
estimara que el pecador daba pruebas de su
disposición
Signos de penitencia eran:
• Ayunos
• Los ritos penitenciales
• Pedir repetidamente la
absolución
• Solicitar la intercesión de
otros fieles
Si los signos exteriores eran
lo bastante evidentes la
absolución era impartida sin
más requisitos
Lo común era que el tiempo
penitencial fuera largo,
generalmente hasta la
siguientes fiesta de pascua.
La confesión pública no era rara, estimada como
signo elocuente de disposición penitencial, pero
nunca hubo obligación de confesar públicamente los
pecados secretos
El hecho de que alguien se sometiera a los ritos
penitenciales no infería la índole de su pecado
Parece que otros fieles tomaban parte en los ritos
penitenciales solo por devoción
Se efectuaba naturalmente una confesión secreta
con el obispo para que este supiera la naturaleza
del pecado y pudiera dar la penitencia
La práctica de la penitencia no había
sido aún sometida a una elaboración
teológica
Los conceptos de pecado venial y
mortal no existían
Tertuliano declara irremisibles tres
pecados;
• Homicidio
• idolatría
• adulterio
San Cipriano nos informa de obispos que se
niegan a absolver la impureza
Desde finales del S.IV encontramos ya una forma de
penitencia que es la penitencia vitalicia o voto
penitencial
Los que hacían el voto eran inmediatamente
absueltos pero se obligaban a vivir toda la vida en
determinadas obras de penitencia entre las cuales
se incluía abstenerse del matrimonio
A esta penitencia se le equiparaba la profesión
monástica a la que se le atribuía la virtud de
perdonar los pecados a manera del bautismo
La polémica por el bautismo de los herejes
En el asunto de los “lapsi” Cornelio y
Cipriano estuvieron de acuerdo
pero al morir Cornelio Cipriano tuvo
diferencias con el papa Esteban
Cipriano defendía que el bautismo
administrado por un hereje no tenía
validez (montanistas)
En Roma se pensaba en los
Novacianos
Sabemos que la embajada enviada por san
Cipriano para arreglar la controversia, firmada
por noventa obispos africanos fue rechazada.
Fueron excluidos de la comunión
Sabemos que el obispo san Dionisio de Alejandría
intentó mediar, pero la medición llegó tarde, el
papa san Esteban murió mártir en el 257
Cipriano volvió a estar en buenos términos con
el sucesor, san Sixto II.
De esta controversia se dedujo que la validez de
los sacramentos es independiente de la dignidad
de l que los administra
La polémica de los dos Dionisios
A la muerte de Sixto II le sucede
Dionisio, que pide cuentas al Dionisio
de Alejandría por el uso de unas
fórmulas cristológicas
Dionisio de Alejandría expresa que
la expresión homoousios no es
bíblica y por esa razón no la ha
usado
El periodo entre el 260 fin
de la persecución de
Valeriano hasta el 303 la
persecución de Diocleciano
fue un tiempo de paz que
aumentó el número de los
cristianos.
A principios del S. IV aumentaba el número de los
cristianos llegando a unos 5 o 6 millones en el
Imperio Romano
Eusebio describe la necesidad de erigir nuevas
Iglesias
El número de sedes episcopales debió llegar casi
al millar
La vida eclesiástica en la antiguedad
La unidad en la Antigua Iglesia: La comunión
COMUNIÓN es la unidad de
los fieles con los obispos y
de los obispos entre si y
con el papa
La unidad en la Antigua Iglesia: La comunión
Está claro, por tanto, que desde los más antiguos tiempos
el obispo de Roma ocupaba una situación especial, que no
se limitaba a ser una prelación de honor, como muchos
creen
Cualquier obispo podía suspender la comunión con otro,
pero a condición de tener detrás de sí a la Iglesia entera, o
sea, cuando estaba seguro de que poseía la comunión con
Roma. En cambio, el obispo romano no necesitaba
apoyarse en nadie, ni lo hacía
El primado papal en la antigüedad
Cuando Víctor excluyó de su
comunión a los obispos del Asia
Menor, Ireneo y otros lamentaron
este paso, pero nadie discutió a
Víctor el derecho a darlo.
Cuando Esteban suspendió la
comunión con Cipriano y con más
de cien obispos de África y Asia
Menor no se conmovió por ello la
sede romana.
Gracias