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Vida de San Leon Magno

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VIDA Y OBRAS

Su Vida
San Len Magno, llamado as

por la grandeza de sus obras


su santidad, es el Pontfice
ms importante de su siglo.
Se desconoce el lugar y
fecha de su nacimiento, pero
se sabe, que
recibi una
esmerada
educacin
y
hablaba muy correctamente
el idioma nacional que era el
latn.

Segn el "Liber Pontificalis

probablemente , se dice que


naci en Toscana, aunque l
reivindica
a
Roma
por
patria suya. Romano, en
todo caso, por su educacin y
su carcter, form parte del
clero de la ciudad, donde
muy pronto goz de una gran
autoridad. Simple aclito, fue
encargado en el ao de 418
de llevar un mensaje de Sixto
(el futuro Papa) al obispo de
Cartago, Aurelio.

En el ao de 430, el clebre monje Juan Casiano,

obedeciendo la orden que se le haba dado de


escribir un tratado sobre la Encarnacin contra la
doctrina de Nestorio, se diriga a Len como al
archidicono de Roma, calificndolo ya de
ornamento de la Iglesia y del santo ministerio.
Durante el pontificado de Sixto III (422-40), Len
fue enviado a la Galia por el emperador
Valentiniano III para mediar en una disputa y
provocar la reconciliacin entre Acio, principal
comandante militar de la provincia, y el principal
magistrado, Albino. Esta comisin es una prueba
de la gran confianza puesta por la corte imperial
en el diestro y capaz dicono.

Sixto III muri el 19 de agosto de 440, mientras Len

estaba en la Galia, y ste fue elegido como sucesor


suyo. De vuelta en Roma, Len fue consagrado el 29
de septiembre del mismo ao, gobern la Iglesia
romana durante los siguientes veintin aos.
El objetivo principal de Len fue mantener la unidad
de la Iglesia. No mucho despus de su elevacin a la
Silla de Pedro, se vio obligado a combatir
enrgicamente las herejas que amenazaban la
unidad de la iglesia, incluso en occidente. Len
haba averiguado, a travs del obispo Sptimo de
Altinum, que en Aquilea, los sacerdotes, diconos y
clrigos que se haban adherido a Pelagio, haban
sido admitidos a la comunin sin una renuncia
explcita de su hereja.

El

papa
censur
grandemente
este
procedimiento y orden que se convocara un
concilio provincial en Aquilea, en el que a
tales personas se les exigira abjurar
pblicamente del pelagianismo y suscribir a
una confesin inequvoca de Fe. Este pastor
celoso emprendi ms aun vigorosamente la
guerra contra el maniquesmo, ya que sus
adeptos, que haban sido conducidos desde
frica por los vndalos, se haban establecido
en Roma y haba establecido all con xito una
comunidad secreta de maniqueos.

El

obispo
de
Roma
enseaba personalmente
a
su
pueblo.
Dej
numerosos
sermones,
homilas
con
ocasin
delas
fiestaslitrgicas,
refutaciones
de
las
herejas,
exhortaciones
morales
y
serias
advertencias contra los
abusos y peligros de la
poca: diversiones del
circo, astrologa, etc.

Restaur

y quiz reconstruy
totalmente las baslicas de Letrn,
de San Pedro, deSan Pablo; y luego
las diversas Iglesias destruidas o
daadas durante el saco de Roma
por los vndalos (ao 455).
En el curso de sus 21 aos de
pontificado, San Len consagr a
l85 obispos para unos 200 obispos
de
provincias
suburvicarias,
regiones
de
Italia
o
islas
directamente dependientes de la
Sede romana sin la mediacin de
un metropolitano.

En la concepcin de Len de sus deberes como

pastor supremo, ocup un lugar prominente el


mantenimiento de una estricta disciplina
eclesistica.
Esto
fue
particularmente
importante en un momento en que, los
continuos estragos de los brbaros, estaban
introduciendo el desorden en todas las
condiciones de vida y estaban violndose
seriamente las normas morales. Len us su
mayor energa en el mantenimiento de esta
disciplina, insisti en la observancia exacta de
los mandatos eclesisticos y no dud en
reprender cuando fue necesario

Desde el principio de su pontificado

dio muestra de poseer grandes


cualidades para ese oficio. Predicaba
al pueblo en todas las fiestas y de l
se conservan muchos sermones, que
son verdaderas joyas de doctrina. A
los que estaban lejos los instrua por
medio de cartas. Se conservan varias
cartas escritas por San Len Magno,
finalmente,
muri
el
10
de
noviembre del ao 461, dejando un
legado de mucha historia por sus
obras y su santidad.

OBRAS.

EPSTOLA A FLAVIANO
En el campo eclesial, su Epstola a Flaviano,

dirigida al Patriarca de Constantinopla, tuvo


una importancia decisiva en las definiciones
del Concilio de Calcedonia (451), donde se
conden la hereja monofisita, que
haba
llegado a difundirse mucho por Oriente.
Adems de esta larga carta dogmtica (una
de las ms famosas en la historia de la
Iglesia), San Len redact otras muchas.

Su epistolario comprende 173 cartas, en

su mayor parte escritos dogmticos,


disciplinares
y
de
gobierno.
Es
caracterstico de sus su estilo conciso y
elegante, que une a la brevedad una gran
riqueza de imgenes.
Esta preocupacin por exponer la verdadera
doctrina cristiana se refleja en sus
Homilas, predicadas al clero y al pueblo
romano con ocasin de las principales
fiestas del ao litrgico. Para San Len, el
ciclo litrgico tiene una importancia
capital en la vida cristiana. La liturgia
es como una prolongacin de la vida

Los cristianos, configurados con el

Seor por medio de los sacramentos,


deben imitar la vida de Jesucristo en
el ciclo anual de las celebraciones.
De las noventa y siete homilas que
nos han llegado, nueve corresponden
al ayuno de las tmporas de
diciembre, que ms tarde formaran
parte del Adviento, y doce a
la
Cuaresma. El resto se centran en los
principales acontecimientos del ao
litrgico: Navidad, Epifana, Semana
Santa,
Pascua,
Ascensin
y
Pentecosts.
No
faltan
algunas
predicadas en la fiesta de los Santos
Pedro y Pablo y de San Lorenzo.

El

Papa
Sergio,
subraya la integridad
doctrinal de San Len.
Sus
escritos,
sus
cartas atestiguan la
rectitud del dogma;
las almas piadosas los
veneran,
la
turba
impa
les
teme.
Refugi este len, y
los corazones de los
venados temblaron de
miedo; pero las ovejas
siguen las rdenes de
su Pastor.

Sus caractersticas.
Desdeoso de la cultura profana, San Len no es

tampoco un exgeta que trate de profundizar el


sentido de la Escritura. Muy alejado igualmente de
las especulaciones teolgicas de un San Agustn
por ejemplo, el santo Pontfice se asigna por tarea
el recordar e inculcar la doctrina catlica
tradicional: Que se guarde la regla de la
antigedad. Sin temor de no enunciar ms que
principios elementales y lugares comunes, o de
repetirse, no sin cuidar su forma sin embargo, a fin
de conmover la sensibilidad para tocar los
corazones y abrirlos as a verdades a menudo
austeras, habla sobre todo como moralista.

Hombre de fe.
San Len sabe por la fe que el hombre ha sido

creado a la imagen de Dios, imagen


transformada por el pecado de Adn, y
restaurada por la Redencin de Cristo: En
este punto, el fiel sabe ms cuando ve en el
fondo de su corazn que cuando contempla
las maravillas del cielo (Sermn 27, 6).
Orculos de los profetas, milagros del
Salvador, testimonios de los Apstoles no
son motivos suficientes para fundar nuestra
Fe sobre una certeza? (Sermones 5l, 52, 53,
54, 56, 57, 59, 60, 6l, 7l, 73).

Contra las herejas.


En la lucha con Nestorio y Eutiques, San Len es llevado,

sin hacer sin embargo una exposicin didctica, a


precisar el pensamiento catlico sobre la Encarnacin y
sobre todos los puntos del dogma que se le relacionan:
necesidad de un Hombre-Dios, para realizar una
Redencin eficaz del gnero humano perdido por el
pecado de Adn; unidad de Persona y dualidad de
naturaleza en Cristo; Virginidad perpetua y Maternidad
divina de Mara.
Esta doctrina, esparcida en sus sermones y en su
correspondencia, es ms explcita y ms concentrada en
su famosa Carta a Flaviano, que de cierta manera haca
or la voz del Papa en el concilio de Calcedonia.

Moralista.
insiste en la cooperacin del alma humana, el

ejercicio de la libertad y el esfuerzo constante


de ascesis para luchar contra los vicios
inherentes a la naturaleza corrompida y
observar los preceptos del Declogo siempre
en vigor, para venir luego a seguir los
consejos y los ejemplos de Cristo, que dice a
todos: Haced lo que yo amo, amad lo que yo
hago (Sermones 38, 99).

Sobre los sacramentos.


Sobre los Sacramentos no

hay tratados de la pluma de


San Len, sino descripciones
y
exhortaciones
para
recordarnos su nocin y su
eficacia, al mismo tiempo
que nos ensean los ritos
propios de su administracin
en aquella poca.
Bautismo:
El
Bautismo
tiene por objeto devolverle
al hombre la inocencia
perdida
por
el
pecado
(Sermones 24-26; Carta l24).

La

Eucarista: La
Eucarista es a la vez
la comunin del
Cuerpo y la Sangre
de Cristo (Sermn
54) y el verdadero
holocausto ofrecido
a Dios (Sermn 58),
el Sacramento, o
signo sensible de la
Pasin
y
de
la
muerte del divino
Salvador (Sermones
59, 9l; Carta 9).

El orden: El Sacramento del Orden tiene

tres grados: el episcopado, el sacerdocio,


el diaconado. Nadie puede ser promovido
a un grado superior sin haber pasado por
los inferiores (Carta l2, a los Obispos de
Mauritania). Las ordenaciones se harn en
Domingo; las preceder una vigilia de
oracin y de ayuno (Carta a los Obispos
de Viena). La ordenacin requiere que los
sujetos sean dignos, de costumbres
honestas, idneos para ejercer el santo
ministerio, de condicin libre. San Len
condena como un abuso la elevacin a las
sagradas rdenes de esclavos an no
liberados (Carta 4, a los Obispos de
Campania y de Toscana).

La Iglesia universal: tal es el objetivo de la

poltica de San Len: y l sabe que l mismo


es el Obispo de la Iglesia universal, no por
ambicin personal, sino para el mayor bien de
la Iglesia misma, bien que se identifica con la
unidad, condicionada a la vez por la estrecha
cohesin y la entera subordinacin de todos
los obispos del mundo al Obispo de Roma,
como natural es que el cuerpo obedezca a la
cabeza (Cartas 86, l04, ll2, l24, l49).

Sobre el Imperio. En la poca de San Len, el poder

imperial era catlico, favorable a la expansin de la


Iglesia, celoso a menudo por la defensa de la
verdadera Fe, pero con una tendencia ms o menos
marcada a irrumpir en el dominio espiritual, a
confundir los dos poderes, a veces a acapararlos y a
poner a la Iglesia en tutela.
Cuando l vea a los prncipes sinceramente dedicados
a la causa de la Verdad, San Len no ahorra elogios
que los asimilan a los auxiliares del sacerdocio y de la
santidad (Cartas ll5, ll6 al Emperador Marciano; ll7,
l34, l43, l54, a Juliano de Kos).

Jerarqua Episcopal. Aunque los obispos estn

dotados del mismo poder y gozan de prerrogativas


idnticas en virtud del Sacramento de la Orden;
aunque tienen una cierta autonoma en el gobierno
de sus respectivas dicesis, la administracin de una
Iglesia extendida ya en regiones alejadas y pueblos
diversos, exige una reparticin en provincias y en
distritos, algo as como en el Imperio Romano. Los
obispos de una regin estn sometidos a la autoridad
de un metropolitano; y las regiones dependen de la
sede primacial o patriarcal de la provincia. Esta
divisin nunca es en detrimento de la unidad. De
todos los puntos de la tierra, y en todos los grados de
la jerarqua, las iglesias y sus obispos estn en
comunin con Roma y el Papa (Carta 80, l30).

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