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Enfermedades Respiratorias

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República Bolivariana de Venezuela

Misión Médica Cubana en Venezuela


Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad de las Ciencias de La Salud “Hugo Chávez Frías”
Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria
A.S.I.C. San Jacinto, CDI India Caribay
Mérida, estado Bolivariano de Mérida.

Tema: 2. Enfermedades
respiratorias
Infecciones respiratorias agudas bajas.

Br.: Quintero, S. Jhoama, A.


C.I. V.- 26.373.340.
PNF MIC 4to año.
Junio, 2.021.
CRUPS INFECCIOSOS AGUDOS
Son procesos inflamatorios que afectan a la laringe, la tráquea y los
bronquios.
Constituyen un síndrome obstructivo laríngeo caracterizada por: una tos
áspera, ronca a menudo acompañada de respiraciones ruidosas de tono
grave generalmente durante la inspiración y que indican una obstrucción de
las vías aéreas bajas extratorácicas se acompaña además de afonía o
ronquera que indica una inflamación de las cuerdas vocales.
CLASIFICACIÓN
Según su ubicación por encima o debajo de la epiglotis se diferencian en
infecciones de tipo altas o bajas:
1. IRA altas:
a) No complicadas:
− Rinofaringitis aguda.
− Faringoamigdalitis con ulceraciones o vesículas.
− Faringoamigdalitis con exudados o membrana.
b) Complicadas:
− Adenoiditis.
− Otitis media.
− Absceso periamigdalino y retrofaríngeo.
− Sinusitis.
2. IRA bajas:
a) No complicadas:
− Crup infeccioso:
• Laringitis espasmódica.
• Epiglotitis.
• Laringitis aguda.
• Laringotraqueitis.
• Laringotraqueobronquitis.
− Bronquitis y traqueobronquitis.
− Bronquiolitis.
− Neumonías:
• Neumonía lobar.
• Bronconeumonías.
• Neumonías intersticiales.
b) Complicadas:
− Atelectasia.
− Empiema.
− Absceso pulmonar.
− Mediastinitis.
− Pericarditis.
− Neumotórax.
− Edema pulmonar no cardiogénico.
− Traqueitis bacteriana.
− Otras complicaciones: artritis, osteomielitis, sepsis generalizada,
etc.
INFECCIONES RESPIRATORIAS AGUDAS BAJAS
NO COMPLICADAS
LARINGITIS AGUDA:
Es la inflamación aguda de la laringe, generalmente viral, que comienza en
la nasofaringe y se disemina hacia la laringe, donde el edema inflamatorio
causa diferentes grados de obstrucción. Es una enfermedad de niños
pequeños, sobre todo por el reducido diámetro de las vías aéreas, con
mayor incidencia en el segundo año de vida.
ETIOLOGÍA:
La causa puede ser infecciosa o no infecciosa; la infecciosa viral es la más
frecuente, en 80 % de los casos, sobre todo por los virus parainfluenza tipo 1
(40 %), le siguen en orden de frecuencia el tipo 3, tipo 2 y el VSR (12 %) y
enterovirus (Echo, Coxakie A9 y B5).

Rara vez las bacterias producen esta entidad y es Hemophilus influenzae tipo
b (Hib) el principal agente, que origina con mayor incidencia la epiglotitis.
CUADRO CLÍNICO:
Es una enfermedad propia de niños menores de 5 años, en general está
precedida, desde 2 o 3 días antes, por una infección viral, aunque en algunos
niños puede aparecer más bruscamente con fiebre que varía de ligera a
elevada.
Su severidad depende del grado de obstrucción laríngea, por lo que pueden
presentarse cuadros ligeros, moderados y severos, según la coloración, el
grado de retracciones, el estatus mental, la intensidad del estridor y el
murmullo vesicular:
− Ligeros. Se caracterizan por coloración normal, sensorio normal, estridor
inspiratorio solo audible con estetoscopio, tiraje alto ligero o ausente y
murmullo vesicular normal.

− Moderados. Presenta un grado mayor de obstrucción laríngea, aumenta la


frecuencia respiratoria y el tiraje, el estridor es audible sin estetoscopio, el
murmullo vesicular puede estar disminuido y el paciente está ansioso y
pálido.

− Severos. La ronquera y tos perruna son intensas, el estridor muy alto y en


casos extremos puede dejar de oírse, el tiraje es marcado, generalizado, hay
disnea y postración, el murmullo vesicular está más disminuido; puede
aparecer cianosis, si no se actúa a tiempo.
DIAGNÓSTICO POSITIVO:
Las manifestaciones clínicas y los antecedentes son suficientes para
establecer el diagnóstico, no obstante, deben indicarse algunas
investigaciones para determinar la causa:

− Endoscopia. Hay inflamación, enrojecimiento y edema de la zona


subglótica, de la tráquea e incluso los bronquios.
− Hemograma. Si la causa es viral revela leucopenia y linfocitosis, y si es
bacteriana, leucocitosis con neutrofilia.
− Hemocultivo. Debe realizarse para determinar el origen bacteriano.
− Eritrosedimentación. Se presenta acelerada en las laringitis agudas de
causa bacteriana.
− Exudado nasofaríngeo. Se indica si se sospecha C. diphteriae.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
Debemos realizarlo con las laringitis de causa alérgica, el edema
angioneurótico, la aspiración de cuerpo extraño y la difteria.

COMPLICACIONES:
Se presenta entre 0 y 15 % de los casos virales y las más frecuentes son las
infecciones secundarias bacterianas sobreañadidas, que producen otitis
media, neumonía, traqueobronquitis supuradas y cuadros sépticos, cuando
la causa es bacteriana.
TRATAMIENTO:
Se indica:
− Vapor (humidificación).
− Epinefrina racémica (mezcla de epinefrina D y L a partes iguales): de 0,25 a
0,75 mL de solución al 2,25 % en 2,5 mL de solución salina fisiológica, cada
20 min.
− Adrenalina isómero l, 5 mL y solución fisiológica (1:100).
− Dexametasona: de 0,15 a 0,6 mg/kg, por v.o., i.v. o i.m. (dosis única o
continuada, según evolución, a razón de 0,5 mg/kg/dosis cada 6 a 12 h). La
dosis máxima es 10 mg.
− Budesonida: 2 mg en nebulizaciones, dosis única o cada12 h.
− Intubación endotraqueal. Se realiza en casos de crup grave que no
responde al tratamiento o ante la evidencia de insuficiencia respiratoria.
− Antibióticos. Solo ante cuadros de infección bacteriana comprobada.
EPIGLOTITIS:
Se presenta con más frecuencia en niños del sexo masculino, entre 2 y 5
años.

CUADRO CLÍNICO:
A veces está precedida por IRA desde pocas horas antes.
Se caracteriza por su inicio abrupto, fiebre alta, dolor de garganta, estridor,
disfagia, falta de aire, disnea, ansiedad, salivación, toxicidad, voz opacada,
posición trípode cuello extendido y taquicardia.
TRATAMIENTO:
Se basa en:
− Terapia antimicrobiana con cefalosporinas de segunda o tercera
generación: cefuroxima: 150 mg/kg/día, cefotaxima 200 mg/kg/día o
ceftriaxona 100 mg/kg/día, durante 7 a 10 días por vía i.v., o cloranfenicol
más ampicilina, 25 mg/kg/dosis cada 6 h.
− Mantener vía aérea artificial (un calibre menor). Duración de la
intubación 2 a 3 días.
− Profilaxis. Se indica a los contactos tratamiento con rifampicina a razón de
20 mg/kg/día, dosis máxima 600 mg/día.
LARINGITIS ESPASMÓDICA:
Es similar a las laringitis virales. Constituye la forma más común de crup,
causada por edema de la subglotis, en la que puede no haber una infección
directa viral. Se plantea que una infección previa por el virus sienta las
bases para una reacción de hipersensibilidad a una exposición posterior a
este; en algunos pacientes también se consideran importantes ciertos
factores alérgicos y psicológicos.
Es más frecuente en niños de 1 a 3 años de edad, en el sexo masculino, con
una predisposición familiar de 15 % de los pacientes.
CUADRO CLÍNICO:
Comienza bruscamente en la noche (puede estar precedido por una IRA) en
un niño que se acuesta aparentemente bien, sin fiebre y despierta con tos,
ronquera, respiración ruidosa, ansioso, sudoroso y pálido; a la auscultación
solo aparece el estridor inspiratorio. El paciente mejora durante el día, pero
mantiene la tos perruna ligera y ronquera, cuadro que se repite de 2 a 3
noches seguidas, con tendencia a recurrir en otras ocasiones. La evolución,
por lo general, es favorable y no necesita ingreso, pero a veces pueden
presentarse cuadros más severos con cianosis intermitente.
TRATAMIENTO:
Se plantea que el uso de difenhidramina puede ser beneficioso por su
efecto sedante y antihistamínico aunque no hay consenso sobre su
aplicación.
Está contraindicado el uso de sedantes e ipecacuana, debido al peligro de la
broncoaspiración por vómitos.
LARINGOTRAQUEOBRONQUITIS:
Es una afección inflamatoria de la laringe, tráquea y los bronquios de todos
los calibres, cuya causa principal es viral y en muy raros casos, bacteriana.
Es un cuadro mucho más grave que la laringitis.
CUADRO CLÍNICO:
Es una enfermedad propia de niños pequeños, que comienza con una
laringitis, luego la infección desciende rápidamente a la tráquea y los
bronquios y ocurre un proceso inflamatorio obstructivo bajo. O sea, al
cuadro de laringitis (tos perruna, ronquera, tiraje alto y estridor
inspiratorio) se añade el traqueobronquial dado por: tiraje generalizado,
hipersonoridad pulmonar generalizada, estridor inspiratorio y espiratorio,
estertores roncos, sibilantes, subcrepitantes gruesos, medianos y finos, y
espiración prolongada. Cuando existe infección bacteriana son evidentes el
estado tóxico-infeccioso, la cianosis y la hiperpirexia.
COMPLEMENTARIOS:
Se indica:
− Radiografía de tórax. Pueden presentarse signos de hiperventilación
pulmonar y áreas de atelectasias.
− Hemograma, eritrosedimentación y hemocultivo (con igual criterio e
interpretación que en la laringitis).
PRONÓSTICO:
En los cuadros ligeros y moderados el pronóstico es bueno, sobre todo en
los de origen viral. Cuando la causa es bacteriana, el proceso es grave y
debe aplicarse el tratamiento antibacteriano adecuado de inmediato.

COMPLICACIONES:
Las principales complicaciones son: atelectasia, bronconeumonía,
deshidratación hipertónica, émbolos sépticos a distancia (artritis,
meningitis y pericarditis).
TRATAMIENTO:
Se basa en las mediadas siguientes:
− Ingreso del paciente.
− Hidratación oral, si el cuadro es ligero; si hay dificultad respiratoria
marcada debe suspenderse la alimentación oral, debido al peligro de
broncoaspiración, y comenzar hidratación parenteral.
− Oxigenoterapia.
− Antibioticoterapia, si se sospecha la causa bacteriana: cefotaxima,
rocephin, cefuroxima en la dosis adecuada.
− Intubación. Se indica si el cuadro es muy grave, con iguales criterios a los
señalados en la laringitis.
BRONQUITIS AGUDA:
Es la inflamación de las membranas mucosas de los conductos bronquiales.
Afecta principalmente los bronquios mayores, extrapulmonares, incluyendo
tráquea. Se corresponde con la bronquitis corriente del adulto. De manera
habitual es de curso benigno. Es casi siempre un trastorno leve.
ETIOLOGÍA:
Las causas más frecuentes de bronquitis aguda son las infecciones virales.
Los virus representan más de 90 % de los casos de esta afección. Se
identifican entre los más frecuentes: Myxovirus (virus de la gripe,
parainfluenza, VSR, virus del sarampión), Adenovirus, Rinovirus,
Micoplasma, y menos frecuente la psitacosis. Se observa compromiso
bronquial secundario en las infecciones por virus Coxsackie y Echo virus, en
la poliomielitis, en la infección por varicela, herpesvirus y citomegalovirus.
CUADRO CLÍNICO:
Los síntomas más comunes de la bronquitis aguda son los que se plantean a
continuación, sin embargo, cada niño puede experimentarlos de una forma
diferente.
Pueden incluir:
− Goteo nasal, generalmente antes de que comience la tos.
− Malestar (molestias generales en todo el cuerpo).
− Escalofríos.
− Fiebre moderada.
− Dolores musculares y de espalda.
− Dolor de garganta.
DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico de la bronquitis se basa fundamentalmente en el examen
físico y los antecedentes médicos del niño. Es posible también que se
realicen diferentes exámenes para excluir otras enfermedades como, por
ejemplo, la neumonía o el asma:

− Radiografía de tórax. Generalmente es normal, si no existe alguna


complicación asociada como neumonía.
− Hemograma. Sus resultados varían según la causa; en general es normal.
− Cultivos de esputo. Puede ser normal o resultar positivo, si existe
infección bacteriana asociada.
− Pruebas pulmonares. Por lo general no son necesarias.
TRATAMIENTO:
No existe tratamiento específico, la mayoría de los pacientes se recuperan
sin complicaciones aunque no se traten. No se recomienda la supresión de
la tos, pues puede aumentar la supuración. No es recomendable el uso de
antihistamínicos porque resecan las secreciones, tampoco los antibióticos,
a excepción de que exista una infección secundaria bacteriana
comprobada. El tratamiento sirve principalmente para aliviar los síntomas y
puede incluir:
− Analgésicos como, por ejemplo, el acetaminofen (para la fiebre y el
malestar general).
− Incremento de la ingestión de líquidos.
− Humidificación. Un humidificador de vapor en la habitación podría
resultar útil.
BRONQUITIS CRÓNICA:
Es la inflamación prolongada de los bronquios, que se reconoce
clínicamente como la producción crónica de expectoración mucosa, por lo
general con tos, durante tres o más meses consecutivos en 2 años sucesivos
y sin evidencias de otra enfermedad respiratoria.
CUADRO CLÍNICO:
Entre las manifestaciones clínicas, el síntoma principal es la tos
acompañada de expectoración o no. El niño suele quejarse de molestias
dolorosas en el tórax y es característico que estos síntomas empeoren por
la noche.
La exploración física es parecida a la de la bronquitis aguda, y en ocasiones
puede haber sibilancias intensas.
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO:
Dependen del tratamiento realizado y de que pueda erradicarse o no
cualquier proceso subyacente. Las complicaciones son las de la enfermedad
de base.
TRATAMIENTO:
Cuando se descubre la causa subyacente de la bronquitis crónica debe
tratarse del modo adecuado. El tratamiento de la alergia puede ser útil,
aunque no se descubra ningún proceso asociado. El uso de antibiótico por
vía oral o inhalado es ineficaz.
Los broncodilatadores como salbutamol y aminofilina pudiesen ser
beneficiosos en algunos pacientes para tratar la bronquitis crónica. Estos
medicamentos broncodilatadores ayudan a respirar mejor. Si los síntomas
no responden con estos fármacos, se puede valorar el uso de esteroides
por vía oral o inhalados.
BRONQUIOLITIS:
Esta es una IRA que afecta a los bronquiolos terminales la cual aparece en
los dos primeros años de
vida, con una incidencia máxima a los 6 meses de edad. Es más frecuente
en el invierno y al comienzo de la primavera, y se presenta en forma
epidémica.
ETIOLOGÍA:
Su origen es viral en más de 95 % de los casos, y el VSR es el más frecuente
(70 %), seguido por virus
parainfluencia humano tipo 3, Mycoplasma pneumoniae y algunos tipos de
adenovirus, los cuales pueden estar asociados a complicaciones a largo
plazo como la bronquiolitis obliterante. No existen pruebas de que las
bacterias causen esta enfermedad.
FISIOPATOLOGÍA:
La bronquiolitis aguda se caracteriza por la obstrucción bronquiolar
causada por el edema, la acumulación de moco, los residuos celulares y por
la invasión de las ramificaciones más pequeñas de los bronquios por los
virus, lo cual provoca un aumento de la resistencia de las pequeñas vías
respiratorias al flujo aéreo en ambas fases de la respiración, sobre todo en
la espiración, al producirse un mecanismo valvular que causa precozmente
atrapamiento del aire e hiperinsuflación. Puede aparecer atelectasia
cuando la obstrucción es completa.
El desequilibrio como consecuencia entre la ventilación y la perfusión causa
hipoxemia, que aparece de manera precoz en la evolución de la
enfermedad. La retención del dióxido de carbono es más rara, aunque
puede verse en los pacientes más graves, esto empeora la polipnea.
CUADRO CLÍNICO:
Se caracteriza por síntomas de IRA que evoluciona con secreciones nasales
y estornudos, estado que dura alrededor de 48 h y puede acompañarse de
poco apetito y fiebre de 38 a 39 ºC. El desarrollo gradual de la dificultad
respiratoria como expresión del cuadro de obstrucción bronquial con
hiperinsuflación se acompaña de tos sibilante, disnea e irritabilidad. En los
enfermos leves los síntomas desaparecen entre 1 y 3 días. En los pacientes
más graves los síntomas pueden aparecer en pocas horas y su evolución es
prolongada.
COMPLEMENTARIOS:
− Exploración radiográfica. Demuestra la hiperinsuflación pulmonar y el
aumento del diámetro antero-posterior del tórax.
− Hemograma. El recuento y la fórmula leucocitaria suelen estar dentro de
límites normales. No suele encontrarse la linfopenia que acompaña de
manera habitual a muchas enfermedades virales.
− Cultivos de muestras nasofaríngeas. Revelan una flora bacteriana normal.
Los virus pueden aislarse en las secreciones en las primeras 72 h, con la
técnica de detección de antígenos (por ejemplo, inmunofluorescencia) o
por cultivos.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
− Insuficiencia cardiaca congestiva y miocarditis.
− Cuerpo extraño en la tráquea, sobre todo en mayores de 8 meses.
− Tos ferina.
− Intoxicación por compuestos organofosforados y ácido acetil salicílico
(ASA).
− Fibrosis quística.
− Bronconeumonías bacterianas asociadas con hiperinsuflación pulmonar.
EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO:
La fase más crítica de la enfermedad es durante las primeras 48 a 72 h
después de comenzar la tos y la disnea.
Pasado este periodo la mejoría se produce rápidamente y a menudo de
modo sorprendente. La recuperación es completa en unos días. La tasa de
mortalidad es inferior a 1 %. Los lactantes que padecen de alto riesgo
tienen mayor morbilidad y mortalidad.
COMPLICACIONES:
Las de mayor importancia que pueden presentarse son las siguientes:
neumonías, atelectasia, OMA, insuficiencia respiratoria aguda, edema
pulmonar, deshidratación, neumotórax, bronquiolitis obliterante,
insuficiencia cardiaca y neumomediastino.
Un considerable porcentaje de lactantes con bronquiolitis tiene
hiperreactividad de las vías respiratorias más adelante, al final de la
infancia. La relación entre estos dos procesos es controversial.
TRATAMIENTO:
- Los lactantes con dificultad respiratoria deben ser hospitalizados, aunque
solo está indicado un tratamiento de sostén.
- Como medida general, debe mantenerse la lactancia materna. No se
recomienda la humidificación ni la fisioterapia.
- La oxigenoterapia es la medida fundamental en casos moderados y
severos.
- Los broncodilatadores no son importantes, ya que aunque existe un cierto
grado de broncoespasmo, hay poca respuesta clínica y las reacciones
colaterales pueden ser de consideración en niños pequeños.
- Entre las medidas específicas se desaconseja el uso de antibióticos, los
cuales solo tendrán indicación en presencia de otitis media o neumonías
bacterianas.
- El uso de ribavirin, medicamento antiviral contra el VSR.
PREVENCIÓN:
Es difícil de prevenir, ya que no se dispone de una vacuna efectiva. Los
niños lactados por su madre tienden a sufrir formas más ligeras. El virus
también puede trasmitirse a través de las manos, por lo que se recomienda
el lavado frecuente de estas.
NEUMONÍA:
Es una inflamación del parénquima pulmonar causada principalmente por
la agresión de microorganismos (virus y bacterias), aunque también se
produce por causas no infecciosas: por aspiración (de alimentos, cuerpos
extraños, hidrocarburos y de sustancias lipoideas), reacciones por
hipersensibilidad y las neumonitis inducidas por fármacos o por radiación.
EPIDEMIOLOGÍA:
- Es una causa importante de morbi mortalidad infantil.
- En países en vía de desarrollo, se estima que causa unos 4 millones de
muertes a nivel mundial.
- Su incidencia en niños menores de 5 años es aproximadamente de 34 a 40
por cada 1000 niños, y en niños mayores de 5 años es aproximadamente
del 11 a 16 por cada 1000 niños.
FISIOPATOLOGÍA:
1. Barreras anatómica.
2. Barreras mecánicas.
3. Respuesta inflamatoria.
4. Respuesta inmunitaria especifica.

RESPUESTA CELULAR:
Intervienen en la función de macrófagos.
1. información.
2. Estimulación de fagocitosis.
3. Células T citotóxicas. Las células B y los macrófagos son células
efectoras.
CLASIFICACIÓN SEGÚN SU ETIOLOGÍA CAUSAL:
ETIOLOGÍA SEGÚN SU GRUPO ETARIO
EDAD AGENTE ETIOLÓGICO
RN, Menor a un Mes Estreptococo del grupo B
E. Coli
Klebsiela
S. Pneumoniae
H. Influenzae
Citomegalovirus
L. Monocytogenes
1-3 1. Virus respiratorios: VSR, Parainfluenza,
Influenza, Adenovirus, Citomegalovirus
2. Chlamydia trachomatis
3. Streptococcus pneumoniae
4. Staphylococcus aureus
5. Bordetella pertussis, H. Influenzae, M.
Pneumonie, U. urealyticum
ETIOLOGÍA SEGÚN SU GRUPO ETARIO
EDAD AGENTE ETIOLÓGICO
4 meses a 4 años 1. Virus respiratorios
2. Streptococcus pneumoniae
3. Streptococcus pyogenes
4. Mycoplasma pneumoniae
5. Staphylococcus aureus
6. Mycobacterium tuberculosis
7. Haemophilus influenzae, Bordetella
pertussis
5 años – 15 años 1. Mycoplasma pneumoniae
2. Streptococcus pneumoniae
3. Virus respiratorios
4. Chlamydophila pneumoniae
5. Mycobacterium tuberculosis
6. Moraxella catharralis
7. Haemophilus influenza B
CLASIFICACIÓN ANATOMOCLÍNICO:
1. Neumonía lobar.
2. Bronconeumonía.
3. Neumonía instersticial.
NEUMONÍA LOBAR:
Es más frecuente en adultos y niños mayores, aunque puede presentarse a
cualquier edad.
Puede deberse a diversos microorganismos, pero, en general, son las
bacterias las más frecuentes, en particular el Str. pneumoniae
(neumococo), aunque también pueden ser producidas por el H. influenzae
tipo b (cuya incidencia ha disminuido con la utilización de la vacuna contra
esta bacteria) o la K. pneumoniae (con tendencia a producir neumonías en
los lóbulos superiores, sobre todo el derecho, con abscedación rápida y una
discreta reacción pleural); más raramente intervienen otros agentes
infecciosos.
CUADRO CLÍNICO:
Pueden comenzar de manera brusca o son precedidas por un cuadro
“catarral” inespecífico, y que comienza con fiebre de intensidad variable,
hasta más de 40°C (axilar), tos, al principio seca y después húmeda, punta
de costado en el sitio afectado al respirar u otras veces una punta de
costado abdominal que en las neumonías lobares inferiores derechas se
puede manifestar en el cuadrante inferior derecho del abdomen y simular
una apendicitis, o cuando hay inflamación de la pleura diafragmática en las
neumonías bajas, por irritación del frénico, producirse dolor en el hombro
del mismo lado de la lesión.
COMPLEMENTARIOS:
- El hemograma presenta leucocitosis con neutrofilia; en los más graves,
además, hay desviación a la izquierda y gránulos tóxicos.
- La aspiración endotraqueal o la punción torácica bajo control
ultrasonográfico.
- Las “pruebas rápidas” para determinar antígenos de algunas bacterias en
sangre y orina ayudan a sospechar el microorganismo; son más efectivas en
las infecciones por H. influenzae tipo b.
- Las gasometrías no están indicadas, excepto cuando se producen
complicaciones sistémicas.
- Las radiografías de tórax (frontal y lateral) demuestran la existencia de una
zona radiopaca por condensación inflamatoria que toma un lóbulo o
segmento.
EVOLUCIÓN:
Con un tratamiento adecuado y precoz, es habitualmente favorable si no
existen factores de riesgo. La fiebre debe desaparecer en 48 a 96 h de
iniciado el antibacteriano, al igual que debe haber una mejoría franca de las
manifestaciones clínicas, aunque las radiografías pueden mantenerse
positivas a veces varias semanas y hasta 3 a 6 meses, pero con mejoría
progresiva.
COMPLICACIONES:
TRATAMIENTO:
NEUMONÍA INTERSTICIAL:
La mayoría de ellas son producidas por virus, aunque otros
microorganismos pueden causarlas como las Chlamydia trachomatis o
pneumoniae, Mycoplasmas pneumoniae o Neumocistis jirovecii. Las
estructuras más afectadas en estas neumonías son el tejido intersticial
pulmonar y los tabiques interalveolares.
CUADRO CLÍNICO:
Varían según la edad y, habitualmente, son más severas en niños pequeños.
Con frecuencia comienzan como un “cuadro catarral” inespecífico: rinorrea,
obstrucción nasal, orofaringe enrojecida, anorexia y tos seca. Puede haber,
a veces, conjuntivitis.
COMPLEMENTARIOS:
- El hemograma suele ser normal, aunque puede existir leucopenia o
leucocitosis con predominio de neutrófilos; la eritrosedimentación suele
estar normal o poco elevada y la proteína C reactiva (PCR) normal o
ligeramente aumentada.
- Los estudios microbiológicos pudieran ayudar a establecer el
microorganismo productor.
- En las radiografías de tórax puede encontrarse una hiperaereación
bilateral acompañada de opacidades o no, en un campo pulmonar o en
ambos, reforzamientos peribronquiales o en bandas; otras veces, se
presentan infiltrados pequeños difíciles de diferenciar de microatelectasias.
DIAGNÓSTICO:
Se basa en las manifestaciones clínicas y radiológicas. A veces, es necesario
un lavado broncoalveolar (LBA) o una biopsia pulmonar. Los estudios
microbiológicos pueden ayudar a determinar el agente causal.
EVOLUCIÓN:
Además del agente causal y la edad, pueden influir otros factores de riesgo
como el estado nutricional o inmunológico.
Muchas veces, la evolución es satisfactoria, con desaparición total o casi
total del cuadro clínico en alrededor de 3 semanas, aunque las imágenes
radiológicas pueden persistir por varias semanas más.
Una minoría presenta gravedad en aumento con polipnea y tiraje
progresivos, empeoramiento rápido del cuadro clinicorradiológico y muerte
por insuficiencia respiratoria.
Otras veces el proceso pasa a ser crónico.
COMPLICACIONES:
Las más frecuentes son por infección bacteriana secundaria, aire
extraalveolar (neumotórax, neumomediastino y enfisema subcutáneo) o
atelectasias. El edema pulmonar no cardiogénico se puede presentar por
una administración excesiva de líquidos por vía intravenosa.
TRATAMIENTO:
Como en toda IRA no complicada se tendrán en cuenta: las medidas
generales, locales (incluyendo la utilización, discutida, de agonistas beta-2
adrenérgicos como el salbutamol, bromuro de ipratropio o ambos),
medidas específicas según el microorganismo diagnosticado, e innecesarias
o hasta perjudiciales.
BRONCONEUMONÍA:
Son más frecuentes en lactantes y escolares, aunque pueden ocurrir a
cualquier edad y ser producidas por diferentes microorganismos.
CUADRO CLÍNICO:
Están precedidas por un cuadro respiratorio inespecífico alto (“catarral”) de
horas o pocos días de evolución. Aparece fiebre de intensidad variable, con
polipnea, con tiraje o sin él (esto último plantea un cuadro más grave) y tos.
EVOLUCIÓN:
Depende de la existencia de factores de riesgo o no, la edad,
microorganismo productor, tiempo de evolución anterior del cuadro,
diagnóstico precoz, tratamiento utilizado anteriormente, calidad del
cuidado médico y no médico (sobre todo familiares) y facilidades
existentes.
COMPLICACIONES:
Intratorácicas
• Pulmonares
− Pleurales:
Pleuresía purulenta o empiema.
Pioneumotórax, con o sin fístula broncopleural.
Neumotórax.
Engrosamiento pleural.
Pleuresías exvacuo (abiertas al exterior); son hoy excepcionales.
− Pulmonares propiamente dichas:
Abscesos pulmonares.
Fístula broncopleural.
Neumatoceles posinfecciosos.
Edema pulmonar no cardiogénico.
Reactivación de un foco tuberculoso.
Neumopatía crónica secundaria a una neumonía aguda.
− Bronquiales:
Atelectasias.
Bronquiectasias.
Bronquitis crónicas.
Hiperreactividad bronquial (discutida).
Colapso piógeno broncopulmonar de William y O’Reilly.
• No pulmonares (mediastinales o cardíacas):
− Mediastinitis.
− Miocarditis.
− Endocarditis.
− Pericarditis, con derrame o no; con o sin de engrosamiento pericárdico.
− Neumomediastino.
− Adenopatías mediastinales, medianas o grandes.
Extratorácicas
• Íleo paralítico.
• Dilatación gástrica aguda.
• Deshidratación hipertónica.
• Hiponatremia, hipoglucemia y quetosis de ayuno (sobre todo en
desnutridos o recién nacidos).
• Shock séptico.
• Otitis media aguda.
• Sinusitis.
• Edema pulmonar no cardiogénico.
• Conjuntivitis purulenta.
• Localizaciones a distancia: meningitis, absceso cerebral, osteomielitis,
artritis supuradas, celulitis, septicemias y otras.
TRATAMIENTO:
CLASIFICACIÓN SEGÚN SU EPIDEMIOLOGÍA:
- Adquirida en la comunidad.
- Nosocomial.
CLASIFICACIÓN SEGÚN PRESENTACIÓN CLÍNICA:
CRITERIO TÍPICA ATÍPICA
CLÍNICO - Comienzo abrupto - Comienzo insidioso
- Tos, expectoración - Tos seca, fiebre y disnea
purulenta, fiebre y disnea - Dolor no pleurítico
- Dolor pleurítico - No consolidación
- Consolidación - Síntomas
- Síntomas pulmonares extrapulmonares: cefalea,
malestar general y diarrea
RADIOGRÁFICO Patrón consolidación alveolar Disociación clínico radiológico
y patrón intersticial
PARACLÍNICO Leucocitosis No leucocitosis
Neutrofilia Linfocitosis ocasional
FACTOR ETIOLÓGICO Streptococcus pneumoniae Virus: VSR, parainfluenza,
adenovirus
Bacterias: Mycoplasma
pneumoniae, chlamydia
pssittaci, chlamydia
trachomatis, chlamydia
pneumoniae
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