Acerca Del Nihilismo Martin Heidegger y Ernst Junger
Acerca Del Nihilismo Martin Heidegger y Ernst Junger
Acerca Del Nihilismo Martin Heidegger y Ernst Junger
del nihilismo
PENSAMIENTOCONTEMPORNEO
Coleccin
dirigidaporManuelCruz
ltimosttulospublicados
25
26
27
28
Ernst Jnger
Sobre
la lnea
Martin Heidegger
Hacia la preguntadel ser
Ediciones
I.C.E.
Paids
de la Universidad
Autnoma
de Barcelona
Ttulooriginal:berdicLrzey ZurSemjfrage
Publicado en alemnpor Ernst Klett Verlag,Stuttgart,
y por Vittorio Klosterlnann,Francfort, respectivamente
TraduccindeJosLuis Molinuevo
Cubierta de Mario Eskenazi
l , edicin, 1994
(Juednn
rigurosamente
prnhihdiis,
sinluautorizacin
escrita
deInctilularcs
delCopyright.
lyaiolassanciones
estalalctidaa
enlam
lcycs,
l-.Ircprmltlccitin
totalngmrcial
(le(SLI
obra
porcu.ilquiei'
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comprendidos
larcprograa
y cltnmuniotnt)
infunnitrn,
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leejemplares:
(lvella
l1!(llal1[l)aln]\lllr
n pri-sumo
pillulcnws.
SUMARIO
Nota
del editor
. . . . . . . . . . . . . .
TJQWP
9
La valoracin
del nihilismo
Y en Dostoievski
Su enjuiciamiento
Y pesimista
10.
. Diagnsticos
o u o u
en Nietzsche
optimista . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . .
del nihilismo
Rodean la Nada en los predios. . . . .
La relacin del nihilismo con el caos y la
11.anarqua
. . . . . . . . . .
Que no es tpica de l . . . . . . . . .
12.El
. . . . . . .
nihilismo
como estado de desvanecimiento
. . . . . . . . . . . . . . . .
Y de encantamiento
. . . . . . . . . .
cables . . . . . . . . . . . . . . . . .
16
18
. . . . . . . . . . . . . . .
Con la enfermedad
14.
15
19
22
25
SUMARIO
16 .
49
52
18. Y el Leviatn
56
. . . . . . . . . . . . .
59
20.
61
Oasis en el desierto
. . . . . . . . . .
66
69
degger, el presente volumen aparece con carcter excepcional dentro de la coleccin PensamientoContemporneon- sin introduccin ni ningn gnero de notas.
El texto de Jnger berdie Linie ha sido traducido de la
edicin alemana, Scimtliche Werke, Band VII, Kett-Cotta,
ERNST J NGER
SOBRE
LA LNEA
A Martin Heidegger
en su 60 cumpleaos
En las frases
introductorias
de La voluntad
de poder, Nietzsche se caracteriza como el primer nihilista pleno de Europa, pero que ya ha vivido en s el nihilismo mismo hasta el n que
le tiene detrs de s, bajo s, fuera de s.
Inmediatamente despus viene la observacin
de que, en su trabajo, se anuncia ya un contramovimiento, que en algn futuro reemplazar
A pesar de que han transcurrido ms de sesenta aos desde la concepcin de estos pensamientos, nos siguen estimulando todava, como
proposiciones
que tienen
observadores.
Es decir, el nihilismo
l6
ERNST JNGER
netracin
en el mbito
de destierro
de la catstro
//
Dostoievski
la redaccin
haba
acabado
del Raskolnikov,
veinte
aos
antes
que public
en
SOBRE LA LNEA
17
alemn se fija en la dimensin espiritualconstructiva, y un sentimiento de audacia, de aventura superior, acompaa su mirada. Por el contra-
De modo diferente los dos autores fueron puestos en relacin comparativa con Napolen. Esto
ha tenido lugar de la manera ms seria en un no-
nstico. stees tambin optimista en Dostoievski; no ve el nihilismo como la fase ltima, mortal.
Ms bien, lo tiene por curable y como curable
241
18
ERNST JNGER
precisamente por el dolor. El destino de Raskolnikov da modlicamente el avance del gran cambio en el que estn implicados millones. Se tiene
tambin aqu la impresin de que el nihilismo es
comprendido como fase necesaria dentro de un
movimiento dirigido a metas determinadas.
inmediato
en cada anlisis
de la situacin,
de otra manera y ms
SOBRELA LNEA
19
242
La catstrofe
hardt) como aversina lo que se ve venir, y entonces se vuelven los ojos a imgenes ms bellas,
aunque pasadas. Entonces hay conversiones repentinas al optimismo, y como en Bernanos, la
luz resplandececuando se ha vuelto completamente oscuro. La absoluta superioridad del enemigo se vuelve precisamente en contra de l. En
20
ERNST JNGER
de cacera
tras l.
243
de nimo del rumor nihilista que se fija en guras de horror, como Nabucodonosor y sus mtodos. Se dice de Holofemes que cree ser Clemente
al bastarle las brasas de una y la misma ciudad
para limpiar la espada y preparar la cena. Es
una suerte que los muros y // puertas no tengan
ojos! Se derrumbaran de miedo, si pudieran ver
la crueldad.
que est dirigido hacia fuera. Al primero le importa ante todo proclamar la supremaca de la
sociedad frente a la persona singular. Debe presentarse antes moralmente a la conciencia, El
pueblo es todo, t no eres nada!, y al mismo
tiempo estar siempre presente al espritu como
SOBRELA LNEA
amenaza psquica,
21
temporal sin lagunas del expolio y de la liquidacin. En esa situacin, el miedo consigue mucho
ms todava que la violencia; los rumores son
ms valiosos que los hechos. Lo indeterminado
resulta ms amenazante. Por esa razn se preere esconder el aparato del horror, y sus moradas
se trasladan a los yermos.
Con el terror
exterior
se amenazan
mutua-
el efecto de la
de las
bombas volantes sobre Inglaterra, y que se asemejaba al oscuro anuncio de una catstrofe csmica.
Deben mos-
supremaca fsica e ideolgica, que debe resplandecer sobre las fronteras, aun cuando no haya
acciones en curso. Tampoco son de // seadas; en tal
244
22
ERNST JNGER
en esa tribulacin.
Pues su interior
Pero
antes
de dedicamos
a esa tarea,
ser
soma; LA LNEA
23
del hombre.
Tambin
en lo moral se
En eso radi-
buena
definicin
del
nihilismo
sera
la curacin,
pero s su
colaboran
Consultando
principio,
encontramos
en Nietzsche
la tesis de
que el nihilismo expresa la devaluacin de los supremos valores. Lo llama como estado, normal,
a su actualidad.
ste no es el caso
de los valores
245
24
ERNST JUNGER
en la medida en que la
jerarqua, que de modo inmediato caus el desengao, es vista con odio y rechazada. Slo permanecen los valores orientadores, y por tanto
crticos: los dbiles se quiebran en ello, los ms
fuertes destruyen lo que no se quiebra, y los fortsimos superan los valores orientadores y siguen
como de fuerza.
Es una expresin
perecer increbles, y, bajo este aspecto, la aparicin del nihilismo puede ser, como forma extrema
del pesimismo, una seal favorable.
En Dostoievski
el nihilismo
acta
en el aisla-
como por ejemplo en las semanas que Raskolnikov pasa solo en su cmara mortuoria. // Conduce
a un acrecentamiento
a costa
de la salud.
Puede
desembocar
en un fi-
nal horrible, como se describe en El idiota, a propsito del destino del estudiante Hiplito. Puede
acabar tambin
en suicidio,
como sucede en el
SOBRE LA LNEA
25
No se debe ignorar que hay un parentesco entre las dos concepciones. Progresan en tres fases
anlogas: de la duda al pesimismo, de ah a acciones en el espacio sin dioses y valores y despus a nuevos cometidos. Esto permite muy bien
concluir que ven una y la misma realidad, si bien
desde puntos muy alejados.
La dicultad
de definir
el nihilismo
estriba
en
de la Nada. Se acerca a la
zona en la que tanto la intuicin como el conocimiento desaparecen: los dos grandes medios de
los cuales depende. Uno no se hace de la Nada ni
imagen ni concepto.
repentina,
como si saltara
26
ERNST JNGER
caso de Malraux y Bernanos, se la describe en relacin con el // suicidio abrupto. Existe una certeza
de un reloj en un cadver.
Pues entonces la
del nihilis-
de inmediato
fenme-
nos que aparecen en su compaa o como consecuencia, y que por ello estn entremezclados con
SOBRE LA LNEA
27
Comenzando con el tercero: hoy no nos cuesta mucho, despus de legtimas experiencias, distinguir entre lo nihilista y lo catico. Sin embargo, es importante, pues-hay una decisin entre el
caos y la Nada.
Entretanto, se ha demostrado que el nihilis-
En ellas,
slo se presta atencin a lo que hay que actualizar, y a ese estado corresponde una especie de escritura periodstica de la historia.
Muy estrechamente unido a este trmino, en
248
28
ERNST JUNGER
de s elementos
arcaicos,
el desarrollo
del cambio.
Incluso
all donde
hacen
acto
de presencia como sujeto poltico, y por tanto estn representados por generales, las perspectivas
de xito son menos favorables que all donde partidos
de masas
hacen
dencia a incorporar
avanzar
las cosas.
al movimiento
La ten-
demasiadas
249
SOBRE LA LNEA
conectar.
Por
eso
29
se acomodan
tambin
sin
un crimen.
Entonces
el vencedor
recluta
de entre ellos tropas bajo nuevas banderas. A decir verdad, la confianza no es muy importante,
por ello se refina la coaccin hasta convertirse en
ciencia.
de orden
le colman.
Se conocen
los re-
No se
de sus constelaciones.
slo cuando
Incluso
fracasa
dentro
en una
de las ca-
30
ERNST JNGER
tstrofes es instructivo el ver cun lejos acompaan, casi hasta el final, los elementos de orden.
Esto muestra perfectamente que al nihilismo no
slo le gusta el orden, sino que pertenece a su estilo.
250
Como mximo es pues el caos una consecuencia del nihilisl/mo y en absoluto la peor. Lo decisivo sigue siendo en qu medida la autntica
anarqua est escondida en el caos y por tanto es
fecundidad no ordenada. Se buscar en la perso-
particular la idea del eterno retorno son indicaciones claras de que en Nietzsche el nihilismo no
ha penetrado profundamente. El anarquista tendr a menudo un comportamiento para con la
plenitud y la bondad y en sus mejores tipos se
est
aqu comprendida la del desorden: en lo deshabitado y en lo vivo. Desierto y bosque virgen seran
formas.
En ese sentido
el caos
no es necesario
SOBRELA LNEA
31
Antes bien, se encontrar con un poco de atencin que la salud fsica est unida a l ante
no puede soste-
32
ERNST JNGER
Lo peculiar es, sin duda, que semejantes cclopes y titanes salen de un mundo en el que la
prudencia ha crecido extraordinariamente
y en
el que incluso se quiere evitar el cabestrante. En
medio de los lugares de prosperidad, con sus seguros, seguridades sociales, de asistencia y anestesista, se ve aflorar a tipos cuya piel se ha curtido en cuero y cuyo esqueleto parece vaciado en
hierro. Pudiera haber figuras complementarias
en el sentido
de la teora
de los colores.
La neu-
rastenia general lo exige. Se pregunta por sus escuelas, por sus modelos. Sern realmente distintos.
sociales,
las prisiones
y presi-
252
envilecidos,
das de terror, limpieza y liquidacin. Se ve triunfar aqu a los unos y all a los otros, o tambin,
como en Espaa, equilibrarse mutuamente durante largo tiempo. Lo comn a tales encuentros
es que son enteramente desalmados. El enemigo
ya no es visto como hombre, est fuera de la ley.
La otra fuente la constituyen las guerras de
material de la primera guerra mundial. Ellas
produjeron el hombre forjado a martillo // y, con
l, un nuevo estilo de actuar y una serie de movimientos propios del frente, respecto a los cuales
estaba perpleja la poltica tradicional. Es de prever que la segunda guerra mundial mostrar,
SOBRELA LNEA
33
especialmente en Alemania y Rusia, configuraciones semejantes. En la experiencia y el conocimiento de aquellos aos en el Este, incluido el
tambin
de ir en los rcords
hasta
los
transferido a los talleres; l produce aquellos hroes del trabajo que superan veinte veces el trabajo de un explotado de 1913.
Visto desde ese lado no se puede achacar a la
enfermedad, dcadence o morbidezza. Ms bien,
se ve aparecer hombres que marcan el paso semejantes a mquinas
suben tiburones aqu el ms tierno impresionismo, all acciones explosivas, aqu comprensin sutil y dolorosa, all voluntad y desarrollo de
poder en exceso.
34
ERNST JUNGER
tambin
literariamente,
in-
como Verlain,
Proust, Trakl,
rad es extraa, porque se equilibran en ella resignacin y accin y estn estrechamente unidas.
Pero hay dolor tanto aqu como all, y tambin
Valor. El gran cambio consiste en que la aniquila-
se trastoca
el tema
en resistencia;
se
de nuestra
documentarse
con numerosos
literatura.
Esto puede
nombres
selec
T.E. Lawrence,
nos, Hemingway,
Ren Quinton,
Saint-Exupry,
Berna-
Kafka, Spen-
gler, Benn, Montherlant y Graham Greene. A todos ellos es comn lo experimental, lo provisional
de la actitud y el conocimiento de la situacin pe-
SOBRELA LNEA
35
En esa doble
uencia
espritus.
intervencin
consiste
la in-
254
que el nihilismo sea slo propio de pueblos antiguos. Vive en estos una especie de escepticismo,
que ms bien les hace inmunes. En linajes jvenes y recientes se impondr, una vez aceptado,
mucho ms fuertemente. Atrapa ms poderosamente al mundo primitivo, no separado, no cultivado, que al dotado con historia, con tradicin
y con capacidad crtica. Tales mbitos son tambin
ms difciles
de automatizar.
Por el contra-
rio, las fuerzas primitivas abren brecha en lo injertado. Por eso se topa precisamente all con
una clase de fervor, del cual no slo es presa la
36
ERNST JNGER
hasta
el cual ha avanzado
en los distintos
tcnicos
o economistas,
que se ocu-
nihilistas,
de una frescura
propagan-
fsica. Se la encuentra
en las capas
SOBRELA LNEA
37
sano y lo enfermo a su peculiar modo. En otro lugar Nietzsche emplea la imagen del viento tibio
que es causante de que all donde todava se puede ir a su tiempo, enseguida nadie podr ir ya. La
imagen es buena; el nihilismo recuerda en su violencia destructora y de gran porvenir a un viento
clido que viene de la montaa. Totalmente semejante es tambin la accin sobre los sistemas
los unos se entumecen, los otros se vuelven ac-
. Es sa-
delitos
si han
sido
cometidos
con
el
clido.
10
concomitante,
o los hundimientos
de barcos.
38
256
ERNST JNGER
apropiado. El que hombres con historial criminal se vuelvan peligrosos es menos preocupante
El nihilista
no es un criminal
en sen-
donde
el nihilismo
se convierte
en estado
SOBRE LA LNEA
39
ll
como mxima
es-
lo sin sentido.
en medio
de las corrientes
nihilis-
como la reduccin.
Por su esencia el
amplios tramos, est unida al creciente despliegue de poder y fuerza de penetracin. Esto lo ve-
257
40
ERNST JNGER
a las dimensiones.
Esto
conduce
a sorites
nihilista
la inclinacin
a referir
el mun-
tica expone el mejor medio de desmantelar al adversario, quien no tiene reservas. Pero entonces
el atacado adopta tambin la metodologa. En
eso se funda el rasante espiritual de la reaccin.
12
Entre
esas seales
se cuenta
adems
la desa-
sino tambin
aspecto nihilista.
SOBRE LA LNEA
41
la invencin
con
de m-
al movimiento.
de la desaparicin,tal como apareceen las personalidades, en esa especializacin, pero es exactamente lo contrario, y por eso los medios que se
recomiendan
cales.
no resultan
suficientemente
radi-
42
ERNST JNGER
se devalen
en
Se producen, como bajo un cielo divino inferior, un nmero inabarcable de religiones sustitutorias. Incluso puede decirse que por el destro-
la naturaleza
clticas.
se introducen
de
SOBRELA LNEA
43
vez observamos
el nihilismo
como
estilo.
A menudo
se ha hecho visible
en la historia
inmortales
con
sus consecuencias.
elemental
o en el
y culturas enteraspermanecieronintocadas.Hoy
afecta la desaparicin,que no es slo desaparicin, sino al mismo // tiempo aceleracin, simplicacin, potenciacin e impulso hacia metas
desconocidas, a todo el mundo.
como
su caracterstica
portante
la remisin
del nmero
a la cifra o tam-
la mensurabilidad
Entonces
se le da otro sen-
con la medida externa de una cultura, cuyo sentido comienza a desaparecer.La prostitucin for-
260
44
ERNST JNGER
como
el sueo.
encanta.
Lo as esterilizado
entra a for-
resulta
coche mortuorio,
econmico.
un atrevimiento
motorizar
a un
Un libro
tan macabro
como
el de
gicamente, sino con el // soporte nuclear que subyace a la ideologa. Esto lleva pues consigo una
nueva direccin del espritu y la percepcin de
nuevos
fenmenos.
SOBRE LA LNEA
45
14
No hay que esperar que esos fenmenos afloren de modo sorprendente o cegador. El cruce de
la lnea, el paso del punto cero divide el espectculo; indica el medio, pero no el final. La seguridad est todava muy lejos. En cambio, ser posible la esperanza. La presin baromtrica ser
mejor a pesar de la amenaza externa, y esto es
ms favorable que si cayera habiendo todava
perspectivas de seguridad.
Hay que suponer todava menos que los fenmenos se darn a conocer enseguida como teolgicos, si tomamos la palabra en sentido estricto.
Hay que suponer, ms bien, que se harn visibles
en aquellos campos con los que hoy la fe tiene estrecha relacin, y por tanto, con los del mundo
de cifras. Y de hecho hay que reconocer que, en
los lmites en los que se tocan las matemticas y
las ciencias
de la naturaleza,
estn en marcha
mas.
Sinduda,
conellonovamos
ms
alldelestilo de taller, aunque una diferencia significativa
relampaguea. En lo esencial, el paisaje de taller,
tal como lo conocernos,
46
ERNST JNGER
de ciudades
la demolicin
alcan-
concreta
de los
hechos
el nihilismo
se acerca
La cabeza
est ms all de la l-
e indefensos.
SOBRELA LNEA
47
Lo increble de los poderes y de los medios puede deducirse de que de ahora en adelante est en
juego la totalidad. A eso se aade la comunidad
tratados.Esto podra ser favorecidopor el surgimiento de una tercera potencia, por medio de la
263
48
ERNST JNGER
15
Qu hacer en semejante situacin? Son incontables los que cavilan sobre esta pregunta. Es
el tema de nuestro tiempo. Tampoco faltan respuestas. Por el contrario, es su pluralidad la que
confunde. La salud no viene porque todos se conviertan
Las
en doctores.
verdaderas
causas
de nuestra
situacin
plicacin precipitada. Esto apenas alcanza a derivaciones secundarias. Pudiera ser que juzgramos
demasiado
favorablemente.
Podra
ser
tambin que la cercana de la catstrofe nos confundiera la visin y que fases ms tardas de la
poca aportaran luz en su conjunto. Esto sera
entonces una seal de que el nihilismo se acerca
a su final. Tal vez ya dentro de poco se le ver en
contextos completamente distintos.
Del mismo
modo, el conocimiento
de los me-
264
La incertidumbre,
la osada, el miedo, le
SOBRE LA LNEA
49
a preocuparse
16
I-Iay que mencionar todava respecto a la ptica una circunstancia que al inexperto en esas
latitudes le tiene que parecer perturbadora e incluso increble: a saber, que al cruzar el meridiano cero las viejas cifras ya no concuerdan y hay
que
comenzar
una
nueva
cuenta.
SO
ERNST JNGER
qua, la nobleza, el ejrcito, el pas. Pero all donde todo resbala se pierde el punto de arranque.
En correspondencia, se ve a los jvenes conservadores pasar de las teoras estticas a las dinmicas: buscan al nihilismo
265
en su propio
campo.
Esto es una seal de que las cosas han progresado extremadamente desde los das del viejo prusiano Marwitz. Entonces todava poda tenerse la
impresin de que nicamente estaba en llamas
un almacn, un edificio de explotacin. Para //
grandes y extensos incendios se exigen otros preparativos.
se mueve
sobre
la lnea
crtica.
Con ello
la mutacin
en el de los con-
SOBRE LA LNEA
51
valores se funden y donde el dolor ocupa su lugar. Entonces avizora de nuevo contornos que se
insinan. Exigen ante todo vista aguda; slo
del futuro
sistema de
coordenadas.
Tambin es posible una ptica en la cual la lnea aparezca como seal de profundidad, como
en las excavaciones. Se dirige hacia el orden al
despejar el escombro de las pocas, y derribar las
construcciones de los fellah. Con esa intencin se
ve a espritus fuertes servirse de la violencia ni-
del desierto
conduce
a nuevas
fuen-
52
ERNST JNGER
que hay que dar hoy a personas, obras e instituciones. Se formula as: en qu medida han pasado la lnea?
17
a muchos,
e incluso
se encuentran
todava
SOBRELALNEA
S3
tiempo en suspenso:esto es previsible. El instante en que se pase la lnea, traer una nueva donacin del Ser, y con ello comenzar a resplandecer
A ello se aadirn
nuevas fiestas.
nihilista, en el cual sin duda no slo es ms lcido sino tambin ms digno estar al lado de las
pusie-
267
54
ERNST JNGER
Esto signicara
perpetuar la escla-
vitud, en la que se consumen millones, y que sobrepasa los horrores de la antigedad, pero sin
su luz.
particulares avancen hacia imgenes que son capaces de una interpretacin teolgica, sobre todo
tendrn que guardar de una interpretacin apresurada; los resultados hablan inmejorablemente.
A los experimentos se les plantean ahora nuevas
preguntas. Esto trae tambin nuevas respuestas.
Para su recapitulacin no bastar la Filosofa.
La carencia ser perceptible al menos all
donde basta el servicio divino, en el ncleo orto-
SOBRE LA LNEA
S5
a una discusin
entre
ella incluso las mismasplumas que precisamente se ocuparon todava con la descripcin del superhombre o del ltimo hombre.
Estos tres hechos: la inquietud metafsica de
tos positivos de rango superior, que pueden oponerse con justicia a un enjuiciamiento de la situacin puramente pesimista o dirigido hacia la
desde 1918.
269
56
ERNST JNGER
en el confort.
Como Nietzs-
monstruos.
ven-
SOBRE LA LINEA
57
jas, slo para participar en accionesproblemticas. Ya caen las sombras de nuevos conflictos
elemental
queseesconde
en l. Estomejorasu
dedespliegue
depoder,dominioespacial
y velo-
delLeviatnennuestrapoca.Esilusorio;eneso
residesu poder.La muerte que promete,esiluso-
ria, ypor esomstemiblequela delcampodebatalla. Tampocofuertes guerrerosestna su altura, su misin no va ms all de las ilusiones. Por
rior a la apariencia.
Si seconsiguieraderribar al Leviatn,tendra
que ser rellenado el espacio as liberado. Pero el
270
58
ERNST JUNGER
majantepostura.Por esemotivo, all dondevemos caer una copia del Leviatn, crecen nuevas
La misma dificultad hace imposible en el interior de los Estados impedir los abusos que se
271
quelos propiosdspotas.
l amalas ideologas
quietistasy las propaga,aunqueslo seaen los
otros.
ha pagado el di-
SOBRE LA LNEA
S9
reaccionar frente al proceso simplementeignorndolo. Exige un comportamiento poltico tanto ms urgente, cuanta mayor falta de protec-
metas
la cua]nuevamente
sepuedeesperaruna mayor
proteccin y vida libre de los pueblosy de las patrias.
272
60
ERNST JNGER
segundo caso es todava ms evidente la coaccin universal. El miedo domina a todos, aunque
SOBRE LA LNEA
61
20
la duda y se aprovechande ella han llegadodespus a la posesin del poder y ahora la duda es
para ellos sacrilegio.Exigen para s y sus doctrinas y sus Santos Padres una adoracin
como nun-
nos no tienen ningn miedo de aquellosque hablan. Esto pudiera ser posible todava en los buenos viejos tiempos
Mucho
273
62
ERNST JNGER
el mximo peligro: que el hombre pierda el miedo. Hay mbitos en la tierra en los que se persigue la palabra metafsica como hereja. Que
toda veneracin de hroes y toda gran gura hu-
SOBRE LA LNEA
63
bito del Leviatn, crean un espacio no controlado por l. Eros triunfar siempre como verdadero mensajero de los dioses sobre todas las
invenciones
titnicas.
Nunca
fallar
cuando
se
sean mencio-
la tcnica.
Libera
de la f-
errnea consiste en que esa aniquilacin es puntual y siempre tiene que ser aumentada. El sexo
no contradice sino que corresponde en lo orgnico a los procesos tcnicos. En ese nivel est tan
prximo
a lo titnico
como al insensato
derra-
contradictorios all donde desbordan ya sea hacia el amor, ya sea hacia el sacricio.
Esto nos
hace libres.
El Eros vive tambin en la amistad, que frente a la tirana experimenta las ltimas pruebas.
Aqu se la acrisola y pone a prueba como el oro
e incluso
la
hay una gran vigilancia. Pensamientos y sentimientos quedan encerrados en lo ms ntimo; in-
64
275
ERNST JNGER
La creacin
de las musas,
es decir, de la
esto hace el acto gensico consciente. Suelen referirse a ello corno una prdida, pero se debera
ver ah ms bien el estilo de la poca. En toda
creacin de las musas, en cualquier campo en
que tenga lugar, se esconde hoy un aadido crtico de racionalidad y autocontrol sta es precisamente su credencial, su distintivo temporal, en
el que se reconoce la autenticidad.
La ingenui-
dad est hoy a niveles distintos que hace cincuenta aos, y cae precisamente en el crculo de
la repeticin mecnica lo que quiere forzar el
sueo. Tenemos hoy que convertir al espritu
consciente en instrumento que salva. Es para nosotros la materia de lo indecible, y sus imgenes
SOBRE LA LNEA
se dejan tambin
hasta lo eternamente
te en la limitacin
65
vlido. Lo autntico
consis-
estotrae consigoel
que es menos alegre. La superacin y dominacin espiritual del tiempo no se reejar en que
mquinas perfectas coronen el progreso, sino en
Experimentar
lo mismo
el hombre
276
66
ERNST JNGER
tnicos no slo domina el mal estilo, sino que tiene que ser contado tambin necesariamente el
hombre de las musas entre los enemigos ms im-
21
277
SOBRELA LINEA
67
como ocurre con toda posesin recibida. El pensar tiene que buscar otras seguridades y recuerda
otros, ms alejados motivos, como los de la Gno-
sis, los presocrticos, los eremitas que se asentaban en la Tebaida. Aparecen nuevos y, sin embargo, antiqusimos
leit-motivs,
lo determinado
e in-
68
ERNST JNGER
Y, de hecho, lo experimental
pertenece tam-
bin a los caracteresde esepensar ste es el estilo que caracteriza no slo a la pintura, no slo a
la ciencia, sino tambin a la existencia de la per278
sona singular. Buscamos mutaciones, // posibilidades, entre las cuales la vida deba ser en un nuevo
En llevadero, soportable, y tal vez feliz. El experimento cientfico con sus preguntas se dirige a
la materia.
Todos
nosotros
conocemos
las inau-
SOBRE LA LNEA
69
Lo que permite sin duda suponer que a los mtodos ya desde el comienzo les eran inmanentes
otras metas que las previstas.
Ahora estamos en lo no medido. Aqu es menor la seguridad, con mayor esperanza de ganancia. Senderosdel bosque [Holzwege] es una bella, socrtica palabra para ello. Indica que nos
encontramos separados de las carreteras seguras
y dentro de la riqueza en lo no separado. Junto a
ello se incluye la posibilidad del fracaso.
22
Deberamos pues cargar con el reproche y no detenemos con aquellos que sin descanso estn a la
bsqueda de culpables. Quien menos conoce la
poca es quien no ha experimentado en s el increble poder de la Nada y no sucumbi a la tentacin. El propio pecho: esto es, como antiguamente en la Tebaida, el centro del mundo
de los
279
MARTIN
HACIA
LA
HEIDEGGER
PREGUNTA
DEL
SER
PRLOGO
el ttulo.
Era:
Sobre La lnea.
Segnla tradi-
la pregunta por el ente en cuanto ente. Es la pregunta de la metafsica. La respuesta a esta pregunta se remite siempre a una interpretacin
del
a Qu es metafsica, que
SOBRE LA LNEA
74
386
MARTIN HEIDEGGER
usted me dedic en ocasin semejante. Entretanto, su contribucin Sobre la lnea apareci, ampliada en algunas pasajes, en edicin aparte. Es
un enjuiciamiento de la situacin que vale para
el cruce de la lnea, pero que, sin embargo no
se agota en la descripcin de la situacin. La lnea
se llama tambin el meridiano cero (pg. 49).
Usted habla (pgs. 39 y 51) del punto cero .// El
cero apunta a la Nada, y precisamente a la vaca.
All donde todo auye hacia la Nada reina el
nihilismo. En el meridiano cero se aproxima a su
consumacin. Recogiendo una interpretacin
de Nietzsche,
usted entiende
el nihilismo
como
cero
tiene
como
meridiano
su zona.
entre
dos
edades
del
mundo.
La
lnea
del nihilismo
sucumbe
en la
nihilismo
consumado.
En
el ttulo
de su es-
75
sobre slo en el significado del: de, cep. Tratan de la lnea misma, de la zona del nihilismo
corresponden. Aqulla incluye a sta. sta depende de aqulla. Con ello no le digo nada especial. Usted sabe que un enjuiciamiento de la situacin del hombre respecto al movimiento del
esencial
suficiente.
en mu-
387
76
MARTIN HEIDEGGER
388
de la cultura
bilidades
de una
curacin
77
inmediatamente
efi-
otro.
de la lnea pueda
del nihilismo,
el
que pueda aspirar siquiera a tal cosa, ser problemtico para un pensamiento previo. Tiene
que intentarse de otro modo una explicacin de
la lnea. La renuncia as expresada a una denicin parece abandonar el rigor del pensar: Pero
tambin podra acontecer que slo aquella renuncia ponga al pensar en el camino de un esfuerzo, que permita experimentar de qu ndole es
el rigor idneo del pensar. Esto no puede nunca
decidirse
desde
el tribunal
de la ratio.
No es en
de huida
hacia
lo irracional.
78
MARTIN HEIDEGGER
de lo racional
e irracional.
No obs-
del ente
en totalidad.
Pero
a ellas
les
y exposicin,
de
390
80
MARTIN HEIDEGGER
En el invierno
El tra-
universal
la consideracin
de la historia
mundial.
Se le-
de comentario
mencionado.
Se debe
que espero poder decir en esta carta algunas cosas ms clara y libremente. La nota dice:
La obra de Ernst Jnger, El trabajador, tiene
peso porque logra, de un modo distinto a Spengler, proporcionar lo que no fue capaz hasta ahora toda la literatura
nietzscheana,
a saber, una
ello; por el contrario: en lugar de digna de preguntarse en sentido autntico, se vuelve esa metafsica en comprensible de suyo y aparentemente superua. //
Como ve usted, la pregunta crtica piensa en
un sentido cuyo seguimiento sin duda no pertenece al crculo temtico de las descripciones que
lleva a cabo El trabajador. Mucho de lo que sus
descripciones hicieron ver y por primera vez expresaron, lo ve y dice hoy cualquiera. Adems, La
pregunta por la tcnica debe a las descripciones
de El trabajador un estmulo duradero. Respecto
a sus descripciones cabe anotar que no slo
pintan algo real ya conocido, sino que hacen accesible una nueva realidad, por lo que se trata menos de nuevos pensamientos o de un nuevo
sistema... (El trabajador, prlogo).
Todava hoy, como no poda ser menos,
se recoge lo fecundo de su decir en la descripcin bien entendida. Pero la ptica y el crculo
visual que guan el describir no estn determinados ya, o no lo estn de modo adecuado,
como
antes. Pues usted no participa ya en aquella accin del nihilismo activo, que tambin en El trabajador es pensada en sentido nietzscheano en la
direccin de una superacin. Sin embargo, el notomar-parte no signica en absoluto: estar fuera
del nihilismo,
mxime
constatables
de las
diversas
for-
391
82
MARTIN HEIDEGGER
actos
retirados
del
movimiento
nihilista.
Al
contrario: me parece que esas obras quedan, porque, en la medida en que hablan el lenguaje de
nuestro siglo, puede prenderse de nuevo en ellas
la discusin todava no conseguida con la esencia
del
nihilismo.
Mientras
conversacin a finales de la pasada dcada. Yendo de paseo por un camino del bosque nos paramos
392
en un sitio
donde
se desviaba
un sendero
del
por motivos
que
de modo suficiente-
mente claro los motivos de mi propuesta. Entretanto lleg a la sazn el tiempo de decir algo sobre ello.
del nihilismo
se
ha vuelto ms patente en su irresistibilidad multiforme que devora todo. Ninguna persona inteligente querr an negar hoy que el nihilismo en
las formas ms diversas y escondidas es el estado normal
de la humanidad
(vase Nietzsche,
los intentos
tra el nihilismo
exclusivamente
re-activos
con-
de lo anterior.
Buscan
a la restaura-
la salvacin
en la hui-
Usted escribe (Sobre la lnea, pg. 59): La movilizacin total ha entrado en un estadio que supera en amenazas todava al pasado. Sin duda el
alemn ya no es su sujeto, y por ello erece el peligro de que se le comprenda como su objeto.
Aun ahora sigue usted viendo, y ciertamente con
razn,
la movilizacin
total
como
un carcter
393
84
MARTIN HEIDEGGER
El total
de la existencia
huma-
normal
se realiza
slo
la consuma-
cin. Aqul es una consecuencia de sta. Consumacin signica la concentracin de todas las
posibilidades esenciales del nihilismo, que en
conjunto y aisladamente siguen siendo difcilmente penetrables. Las posibilidades esenciales
del nihilismo slo se dejan pensar si pensamos
de nuevo su esencia. Digo de nuevo, porque la
esencia del nihilismo precede, y por tanto perdura en, los fenmenos nihilistas aislados, y los
concentra en la consumacin. Sin embargo, la
consumacin del nihilismo no es ya su nal. Con
la consumacin
del nihilismo
comienza
slo la
espejismo inevitable. Quiz aparezca sbitamente ante nosotros la lnea-cero bajo la forma de
una catstrofe planetaria. Quin la cruza entonces? Y qu pueden las catstrofes? Las dos guerras mundiales
ni han detenido
del nihilismo
ni lo han desviado
el movimiento
de su direccin.
en el dilo-
394
86
MARTIN HEIDEGGER
forma. l caracterizael esquemade la obra. Usted entiende forma [Gestalt] primero en el sen-
tido de la Psicologa de la forma de aquella poca, como un todo que comprende ms que la
suma de sus partes. Podra considerarse en qu
medida esa caracterizacin de la forma se sigue
derno, por tanto tampoco ninguna representacin regulativa de la razn en sentido de Kant. El
ser en reposo sigue siendo para el pensar griego
puramente
distinto
(diferente)
entonces, mirando
desde el ente hacia el Ser,
como la trascendencia,
es decir, como lo metaf-
sico. Pero la diferenciacin no es ninguna separacin absoluta. Lo es tan poco que en el presen-
es fuente
de sentido
esenciales
humana:
La
naturaleza
huma-
396
88
MARTIN HEIDEGGER
dentro
de la metafsica
de la volun-
un hombre
aislado?
humana
como
el fundamento
de la ob-
dada a menu-
89
secularizado,
el hombre
como crea-
del hom-
que permite
primero
una
representa-
de un fundamento
normativo.
Pero,
metafsica
de sentido
del hombre
como
es la consecuencia
fuente
ltima
de
de
Conforme
a ello, se transforma
la
sta es dentro de la metafsica por razones esenciales ambigua. All donde esa ambigedad no se
tiene
en cuenta
se extiende
una confusin
incu-
rable, que puede valer como caracterstica del representar metafsico todava hoy usual.
397
90
398
MARTIN HEIDEGGER
se transforma
cuando en su mbi-
como
fuente
de dacin
de sentido.
La tras-
representar
de lo real.
metafsico
a la luz de la voluntad
el
de
91
poder ms decididamente del mbito biolgicoantropolgico, que confundi con demasiada intensidad el camino nietzscheano, lo que puede
atestiguar un apunte como_el que sigue: Quines se mostrarn entonces como los ms fuertes?
(en el ascenso de la doctrina del eterno retorno
de lo mismo)..., hombres,
que son conscientes
de su poder y que representan con orgullo consciente la fuerza alcanzada del hombre
(Voluntad
de poder, n. 55, final). Dominio es (El trabajador, pg. 192) hoy slo posible como representacin de la forma de el trabajador, que plantea
la exigencia de validez planetaria. Trabajo en
sentido supremo y que impera en toda la movilizacin es representacin de la forma de el trabajador (o.c., pg. 202). Pero el modo y manera cmo la forma de el trabajador comienza a
penetrar el mundo es el carcter total del trabajo (o.c., pg. 99). Casi idntica sigue despus
(o.c., pg. 150) la proposicin: La tcnica es el
modo y manera en que la forma de el trabajador
moviliza
el mundo.
Inmediatamente
antes
va la observacin
deci-
de la tcnica.
miento
inmediato,
tcnico
A travs
del
rendi-
nunca
esa relacin
esencial.
Esta
con-
399
92
MARTIN HEIDEGGER
siste en la relacin
con el carcter
total
del traba-
es
idntico
de
93
de la tcnica
as determinada
a mbitos
todava ms originarios?
Con demasiada facilidad pudiera sealarse
que en sus exposiciones sobre la relacin entre el
carcter total de trabajo y la forma de el trabajador, un crculo grapa lo determinante (el trabajo)
y lo determinado (el trabajador) en su relacin
mutua. En lugar de valorar esa referencia como
prueba de un pensar ilgico, tomo el crculo
como seal de que aqu queda por pensar el orbe
de un todo, en un pensar sin duda, para el que no
puede ser nunca la regla una lgica sujeta a la
libertad
de contradiccin.
proviene
del acontecimiento
de la
400
94
MARTIN HEIDEGGER
esencial de la {St-Soc
y de la forma? Surge,para decirlo
formalmente,
la esencia de la forma
en el
95
402
96
MARTIN HEIDEGGER
que ellas slo codeterminan la realidad, el carcter total de trabajo de todo lo real, en la medida
en que ellas mismas ya estn determinadas por
l? Los conceptos estn sin duda para el comprender ah. Pero el representar moderno de lo
real, la objetivacin, en la que se mueve anticipadamente el com-prender, sigue siendo en general
un ataque a lo real, en cuanto se le exige a ste
que se muestre en el crculo visual del prender
representante. La exigencia lleva consigo en el
mbito del com-prender contemporneo-moderno el que la realidad com-prendida, de improviso, y sin embargo, durante largo tiempo desatendida, pase al contraataque, que sorprenda de
repente, y a pesar de Kant, a la ciencia de la naturaleza moderna, y que slo pueda explicarse
esa sorpresa mediante descubrimientos propios
dentro del proceder cientfico como un conocimiento asegurado.
Es cierto que no puede derivarse
tamente
la relacin
de indeterminacin
97
la presenciaquiebra(anonada),
sin aniquilar
nunca. En cuanto que la Nada anonada se con-
tafsicoconocetambinconceptos.
Sinembargo,
stosno son slo respectoal grado de generalidad distintos de los conceptos cientficos. Kant
ha sido el primero en ver esto con toda claridad
(Kritik derreinenVemun A 843,B 871).Los conceptos metafsicos son en esencia de otra clase,
en cuanto que lo que comprendeny el comprender mismo siguen siendo lo mismo en un sentido
98
MARTIN HEIDEGGER
dor aqullanueva
enla quetodavaseocultael
aparecerprincipesco?Tambinpara el mbito
de la lnea cruzada lo importante
es la seguri-
pg. 106: En el dolor se prueba la forma, entonces usted se mantiene, por lo que veo, en la
estructura fundamental
que las palabras fundamentalesdolor y forma hablen en un sentido cambiado, pero toda-
blementelyogestemparentadocon
que
como intensivo de
signica el congregarntimo. Entonces el dolor sera lo congregante en
lo ms ntimo. El concepto hegeliano de concepto y su esfuerzo correctamente
entendido
405
100
MARTIN HEIDEGGER
transformacin
de
de preguntas
del nihilismo
slo de manera
que em-
101
plicacin de la esencia del Ser. Slo por ese camino puede explicarse la pregunta por la Nada.
Pero la pregunta por la esencia del Ser se extingue
si no abandona el lenguaje de la metafsica, porque
el representar metafsico impide pensar la pregunta por la esencia del Ser. //
Podra resultar obvio que la transformacin
del decir, que medita sobre la esencia del Ser, tiene otras exigencias que la sustitucin de una vieja
terminologa por una nueva. El que presumiblemente un esfuerzo para aquella transformacin
siga siendo torpe durante largo tiempo, no es
motivo suficiente para dejarlo. Hoy est especialmente
cercana
la tentacin
de estimar
la discre-
a la discusin
decisiva
de todo.
406
102
MARTIN HEIDEGGER
407
invertir es siempre un hacer capcioso. La solucin que quisiera ofrecer sigue estando enredada
en la pregunta que ha invertido. Su frase dice
que lo que es real, por tanto lo real, es decir, el
ente comienza a relampaguear, // porque el Ser
nuevamente se dona. Por eso, preguntamos ahora ms adecuadamente, si el Ser es algo por s
y si adems y a menudo tambin se dona a los
hombres.
Presumiblemente
es la donacin
mis-
sin embargo, nada. Imperan casi ms apremiantemente sobre el hombre, de modo que le arrastran consigo, aspiran su esfuerzo y actuacin y,
finalmente,
los absorben
HACIALA PREGUNTA
DELSER
103
otra
vez en relacin
con
el Ser.
Pero
en sentido
de necesitar,
determina
por s. El discurso sobre el Ser persigue el representar // de una perplejidad a la otra, sin que
se pueda mostrar la fuente de este desconcierto.
Pero todo va inmediatamente, al parecer, en
la mejor direccin, si no descuidamos adrede lo
408
104
MARTIN HEIDEGGER
pensado hace mucho tiempo: la relacin-sujetoobjeto. Dice que a cada sujeto (hombre) le pertenece un objeto (Ser) y a la inversa. Cierto; si no
y hombre.subjetividad y objetividadsefundan ya
por su parte en una peculiar apertura del Sery
de la esencia humana. Ella estabiliza el representar en la distincin de los dos como objeto y
sujeto.stavaledesdeentoncescomoabsolutay
confina al pensar en un callejn sin salida. Una
posicin del Ser, que quisiera nombrar a el
es en cuanto tal, oyente, porque pertenece a la orden que llama, a la pre-sencia. ste siempre lo
mismo, la copertenencia de llamada y escucha,
sera entonces el Ser? Qu digo? Ya no hay
Ser en absoluto, si intentamos imaginar plenamente Ser, tal como impera como destino, a
saber, como presencia, que es el nico modo de
HACIALAPREGUNTA
DELSER
105
de ambos se descubri
como insuficien-
ya decir, que el Ser y el hombre sean lo mismo en e] sentido de que ellos se copertenezcan;
del nihilismo
consumado
cir, de aquel Ayog,cuya esenciano es capaz nunca de experimentar la Lgica y Dialctica que
proviene de la metafsica.
Dependedel Serla palabra nombra ahora por un instante aquella mismidad problemtica, en que la esencia del Ser y la esencia del hombre se copertenecen, depende del Ser que en
la correspondencia para con l nuestro decir fracase y slo quede lo que de manera excesivamente precipitada se sospecha con la etiqueta mstica? O depende de nuestro decir que no lo hable
todava porque todava no es capaz de adaptarse
a una correspondencia para la esencia del Ser?
Se deja al capricho de los dicentes, qu lenguaje
409
106
MARTIN HEIDEGGER
de su esencia?
107
sta mientras
tan-
de la mano.
Pero sigue siendo una ganancia cuando experimentamos que aquello para lo que debe valer
una buena definicin,
sta se vuelve
guiente//:el
a saber, del
411
108
MARTIN HEIDEGGER
slo
a veces
sale
al encuentro
de los
necesitando
la
de ella. El hombre
memoriadel Ser,perodel
es en su esencia
la
Estosignica:que
Igual queel
as tendratambinque ser
109
entonces el hombre
no slo est
ms
all
hu-
mana pertenece ella misma a la esencia del nihilismo y, por tanto, a la fase de su consumacin.
El hombre, en cuanto aquella esencia usada en el
y estoquiere
de la lnea. l mismo
tanto
ms
reflexionamos
ms desaparece
sobre
esta imagen
la lnea
inmediata-
En
el escrito
Sobre
la lnea
da usted
una
des-
412
1 10
MARTIN HEIDEGGER
una caracterstica
fundamennihilistas
la reduccin:
La
Pero usted
aade
con razn:
Esto no
constatable
dentro
te en una produccin del Ser, a saber, en el despliegue de la voluntad en la voluntad incondicionada de la voluntad. La desaparicin, la ausencia,
111
no mismo sevuelve metafsica. Las representaciones metafsicas del ente pueden ser expuestas
histricamente
en su sucesin
como un acontecer. Pero este acontecer
no es la historia
del Ser,
sino que ste impera como el destino del sobrepasar. Que y cmo hay el Ser del ente es la
meta-fsica
en el sentido
indicado.
414
1 12
MARTIN HEIDEGGER
resistencia
consecuencia
si tenemos
de l la esencia
en cuenta
del nihilismo
que a
no es
esconde
en s misma
el nihilismo.
Segn esto, habra que buscar la zona de la lnea crtica, es decir, la localidad de la esencia del
nihilismo consumado, all donde la esencia de la
colocar no desapareceel
l 13
nica
realidad.
de la Nada anonadante).%'
queda fuera de un
modo
extrao.
Se esconde.
Se mantiene
en un
ocultamiento que l mismo se oculta. Sin embargo, en semejante ocultar consiste la esencia del
olvido experimental al modo griego. No es al final, es decir, desde el comienzo
de su esencia,
415
1 14
MARTIN HEIDEGGER
tanto,
el olvido
no slo invade,
como
de su esencia.
El olvido
pensado, el ocultamiento
todava no desocultadadel
416
correctamente
de la esencia (verbal)
escondetesoros
miento CAKTGI-zta)
va dirigido el recuerdo. Recuerda aquello sido que no ha pasado, porque lo
no pasado permanece en toda duracin, que pro-
longa el acontecimientodel
La torsin
de la metafsica
es torsin
se orienta
del olvi-
hacia la esencia
l 15
inmediato
la torsin
de la metafsica
como
de la esencia
torsionada
de la meta-
417
l 16
MARTIN HEIDEGGER
1 17
brepasar del Ser sobre el ente como una de aquellas preguntas, que se tienen que clavar ellas mismas en el corazn, no para que el pensar muera
de ello, sino para que viva transformado. Cuando
yo intent explicar la pregunta Qu es metafsica? sucedi un ao antes de la aparicin de su
tratado
La movilizacin
total,
no buscaba de //
418
1 18
MARTIN HEIDEGGER
tie-
del hombre
// est con-
1 19
da Vinci
escribe:
La Nada no tiene
ningn centro y sus lmites son la Nada Entre las grandes cosas que se encuentran entre nosotros es el Ser de la Nada la mxima. (Diarios y
anotaciones.
De los manuscritos
italianos
tradu-
de
420
120
MARTIN HEIDEGGER
del nihilismo.
a las ciencias
a reexionar
so-
bre el que ellas necesariamente, y por eso siempre y en todas partes, topan con lo enteramente
121
Ser del ente, puede pensarse el No del ente, aquella Nada que con igual originariedad es lo mismo
que el Ser.
la direccin
fundamental
de
las ciencias a las que se dirige, tiene que sucumbir a la informacin de que aqu se expone una filosofa de la Nada (en el sentido del nihilismo negativo).
Los malentendidos aparentemente todava no
extirpables de la pregunta Qu es metafsica?
421
122
MARTIN HEIDEGGER
nuestra
marcha
histrica:
nos
con toda la consistencia
dentro
del
movede la
nihilismo
consiste
en el olvido
del
Ser.
les (forma,
valor, trascendencia).
//
es decir, la torsin
del olvido
contra
la fuerza
iluminadora
de las im-
su esencia.
en el dominio
de la voluntad
de la Volun-
HACIALA PREGUNTA
DELSER
123
corresponder antes que nada cuando lo olvidamos y esto quiere decir aqu: lo despreciamos.
Pero de esemodo no prestamos atencin a lo que
el nihilismo.
El camino
de
forma
articiosa.
El
hacia
atrs
nombra
aqu la direccin hacia aquella posicin (el olvido del Ser) desde la que recibe y mantiene ya la
metafsica su origen.
Conforme a este origen le queda prohibido a
la metafsica el experimentar en cuanto metafsica nunca su esencia; pues para el sobrepasar y
dentro de l se muestra al representar metafsico
el Ser del ente. Apareciendo de semejante manera reivindica propiamente al representar metafsico. No es extrao que ste rechace el pensamiento de que se mueve en el olvido del Ser. //
Y sin embargo, una meditacin suciente y
perseverante gana la visin: la metafsica no permite nunca por su esencia al habitar humano el
establecerse propiamente en la localidad, es decir, en la esencia del olvido del Ser. Por ello tiene
el pensar y poetizar que volver all donde, en cierto modo, siempre ya ha estado y sin embargo
423
124
MARTIN HEIDEGGER
an no construy.
mortales. Tiene que contentarse con edificar junto al camino que trae la vuelta a la localidad de la
torsin de la metafsica y por ello permite recorrer lo destina] de una superacin del nihilismo.
Quien se atreve a hablar as, y adems en es-
ayuda. Camina siempre a travs de la ambigedad de la palabra y sus giros. La ambigedad del
decir
no consiste
en absoluto
en una mera
acu-
125
del nihilismo
afecte
ineludiblemen-
elevar a una
424
12 6
MARTIN HEIDEGGER
dida para el lenguaje europeo y el asitico oriental, vale ante todo para el mbito de su posible
dilogo. Ninguno de los dos puede por s abrir o
fundar
ese mbito.
Nietzsche, en cuya luz y sombras todo contemporneo con su con l o contra l piensa y
crea, oy un mandato que exige una preparacin
del hombre para la aceptacin de un dominio de
una des-com-posicindel
425
Comparadacon
que se armen.
a la consideracin
histrica.
pensar:
HACIALA PREGUNTA
DELSER
127
y de su tor-
se dedica
nicamente
a llamar
la atencin
cordialmente.
426
Jnger Heidegger
Acerca del nihilismo
wwwpaidoscom
ll
9 788449 300295
Wo
Eskmnzi
46028