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El Picudo Blanco 1 (Tripa) PDF

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ediciones

impresin:

http://elpicudoblanco.blogspot.com

publidisa
direccin y promocin:

La revista de expresin
creativa en la cultura decadente

Diseo de portada y letras:


Elisabeth Castro Martnez

Diseo logo libro y arreglos:


Modesto Toms Saavedra
(Elche, 1979)

colaboradores:
Alicia Garca Nez
Federico Crow
Elisabeth Castro Martnez
Francisco J. Gmez Rodrguez
David Montero Lpez
Germain Droogenbroodt
Ana Gmez Penalva
Vernica Pedemonte
Marta Petite
lvaro Fuentes Rocamora
Sergio Martn
Antonio Zapata Prez
Juan Jos Morillas Diez
Miguel Pastrana de Almeida
Elisabeth Castro Martnez
Jess Gravn Snchez
Flix Gonzlez Moreno
Hector Jos Savery Soto
Siracusa Bravo Guerrero
Inma Vidal Lagua
Eva Mara Palenzuela Martnez
Julio Castell Alonso
Carmen Reche Carrillo
Antonella Rojas Auda
Gustavo Faro
Conchita Rivera Toribio
Jos Esteve Rico Sogorb
Pedro Vicente Agull
Eloy Bohan
Manuel Valero Gmez
Salvador E. Troncoso Curivil
Pedro J. Serrano
Alfredo Jimenez
Jos Manuel Sanrodri

Presentacin
Este primer nmero confeccionado con ese cario espumoso del descorche de
una botella de hojas, caprichosamente escogida para mostrar esa amalgama de
bombillas encendidas sobre su luz de ceniza, distinta luz de cada fuerza adoptiva
e ilusionada de cada creador interminable que ensea sus pequeas porciones
intravenosas de uno mismo. Este primer nmero que no tiene ms presentacin
que la que da sus pginas hundidas, de ese realismo inmerso en la adopcin
alternativa que ha reunido cual espejo, ha cada persona con inquietudes, que se
marchaban por las sendas perdidas de quien al final no son descubiertos por ese
duende censurador de las letras y de la lneas, guardin de los castillos de naipes
y seor del triste traje. Este es el escaparate que deja ver las vsceras de cada
creador porque el picudo blanco es un coleptero curculinido camalenico
(escarabajo gorgojo), de tamao pequeo, entre dos y cinco milmetros, y de
color blanco nacarado que lo hace inconfundible. Su larva perfora galeras de
ms de un centmetro de longitud en los hojas de los libros, las revistas, los
peridicos, etc... Cuando se ven afectadas por la plaga, sufren amarilleamiento y
marchitamiento, pudiendo llegar a producirse la muerte de la palabra que hay
escrita. El control de esta plaga es complicado y por el momento, a falta de
mtodo seguro, acaba con la eliminacin de todas las hojas que lleven algo escrito
y las que se sospechan que pudieran escribirse, pero tambin se come las lneas,
las ilustraciones, los trazos...
Esta plaga se extiende como consecuencia del letargo que sufren los libros de no
ser ledos, hay quienes piensan que la similitud que existe entre el libro de la
historia interminable del escritor alemn, Michel Andreas Helmut Ende (12 de
Noviembre de 1929 al 28 de Agosto de 1995) y el afable husped, no es mera
coincidencia y cada ao en nuestra cultura empobrecida, los libros quedan
cadveres a merced de la alimentacin variada del insecto que devora
incansablemente desde poesa hasta ensayos, novela, teatro, libros infantiles...
la situacin es mucho ms grave de lo que se crea. Aunque tambin se descubri
en una posterior investigacin, que la vacuna contra este plaga era innecesaria,
pues el picudo blanco a pesar de lo que se pueda creer no era daino, pues
realmente este escarabajo simptico lo que intentaba hacer era introducirse en la
cultura con grandes dosis de conocimientos y cmo nadie nunca le hizo caso,
tuvo que convertirse en una plaga que engullira la palabra escrita y los dibujos,
as fue, como se le rescat del olvido encontrando el antdoto de la palabra escrita
en voces nuevas, de los dibujos con trazos inesperados y en definitiva, el encuentro
entre el creador y el que observa la creacin con su breve suministro de atencin.

Fotografa Artstica:
Josep Manel Snchez
depsito legal:
ISSN

Es causa mayor que (yo) me desasista de existencias


que el ciclo desusado de la vida me derribe
de das, horarios y otras series de veranos
malhadados y entonces me redima
hasta otras luces que crea ya arrumbadas.
As yo apuntando en lgubres minutas
el paso de los tiempos y mentiras
y reglamentos temporales anotando
S, yo, que no s de engaos,
que se me dan mal las cuentas,
las balanzas y otras notas importantes
Es justo y de cumplimiento obligado que yo me haga ya mayor
como todos los adultos de mis aos
y me intoxique de una vez de esto que es la vida
msera y diaria.

Alicia Garca Nez


(Elche,1981)

Federico Crow
(Buenos Aires, 1978)
3

LA CHICA DEL CARTEL


Te veo con esa sonrisa tan clara, tan profiden y pienso que todos mis sueos son quimeras.
Si pudiera conocerte de manera personal, en cuerpo y alma mortal, en una fiesta, en una
celebracin social, en un encuentro cultural de lo que fuera, pasaras directamente de m.
Tus ojos esgrimiran una mirada rpida para ipso facto fusilarme.
Veras a un tipo normal, ni muy alto ni muy bajo, ni muy gordo o flaco, tampoco superlisto
ni rematadamente tonto. Moreno, de mediana estatura y ojos oscuros, nariz algo grande,
labios finos y poco culo. Este ltimo detalle lo observaras en una primera ojeada rpida y
es probable que te incomodara. Un hombre a quien no se puede agarrar por detrs es un
hombre
poco
interesante. Bah!, diras,
uno de tantos y
tantos.
Nada digno de
resear en tus pupilas y yo
me sentira otra
vez defraudado y otra
experiencia
desamparada. Una nueva
historia de amor
truncada desde el inicio.
Por tu parte.
Cuando tu mirada se
cruzara con la
ma y abrieras levemente tu
sonrisa a mis
expectativas,
uno
empezara
a
construir
con
sigilo
castillos
de
arena. Las cosas que
podramos hacer
juntos...los viajes, las
e s c a p a d a s
inesperadas, las noches
romnticas a la
vera de la playa, las
conversaciones a
media tarde, los besos
apasionados, las
caricias embriagadoras.
Todo se ira a la
mierda cuando te viera al
fondo de la fiesta
besando a otro, cogindote
de su mano,
acercndote a su cuerpo,
hablndole al
odo
y
t
rindote
compulsiva.
Tu
sonrisa
traicionera me habra
engaado o tal
vez uno quera creer lo
improbable. Que
tu mirada sensual me
invitara a entrar
al jardn de tu vida. Un edn
vetado para un
simple mortal que nunca
podr aspirar a
tus besos.
Me fui y te dej
plantada en mitad de la
calle, antes que
lo hicieras t conmigo. Ah
te quedas, guapa,
con tu sonrisa clara y tu
m i r a d a
embrujada. A ste no le
engaas con tus
luces dentales. Hasta ms
ver, preciosa y
distante como el metal.

Ilustracin de la Mujer
David Montero Lpez
(Madrid. 1978)

Francisco J.Gmez Rodrguez


(Elche. 1966)

Amanecer
Lentamente
igual como se escribe un poema
surge de la nada
el amanecer
se desprende del silencio
y otorga luz
por todas partes aparece el verde
vitico para el sol
que de la tierra
no aparta otra oscuridad
salvo la noche.

OH, mar que lloras,


bsame suave mi figura
dibjame en tu piel danzante
abrzame con tus olas
rodame de espuma blanca
mame hasta matarme
con tu exceso de amor,
con tu fuerza de desarme,
(quien no quisiera morir de amor?)
Ana Gmez Penalva
(261106}

Cuestin de lxico
DAGERAAD
Traag
zoals een gedicht zichzelf schrijft
ontstaat de dageraad
uit het niets
ontdoet zich van de stilte
en brengt licht
alom duikt op het groen
teerspijs voor de zon

Si digo libertad me pones los grilletes.


Si dices libertad oigo libre comercio.
Tu corazn slo tiene un hueco
en un punto cardinal leonardiano
debajo de tu ombligo.
Te tomas la libertad por tu mano?
Me tomo mi libertad por mi boca.

Vernica Pedemonte
(Montevideo)
Actualmente vive en Cdiz

die van de aarde


geen ander duister neemt
dan de nacht.

Germain Droogenbroodt
(Rollegem, Blgica)
Actualmente vive en Altea (Alicante)

Marta Petite

Telepata urbana
Ese chico de enfrente me acaba de pedir un poema, lo mir y segu hacia
delante;
cmo poda saber que necesitaba escribir?, no lo entenda!, suspir y me di la
vuelta para hablar con l, pero mi sorpresa fue que me recit el poema que
tena en mente:
Cerezas desplomadas
Tus ojos tristes
Caminan cansados
Sin apenas rer
Quiero coser tu roto
Y arreglar el atardecer
Grabar sin ms este momento
Y perderme en los consejos de los duendes

No me lo poda creer lo que estaba pasando, llegue a mi casa, me tumb y me


tap la cabeza y no supe ms de aquel chico tirado en el suelo.

lvaro Fuentes Rocamora


(Elche,1981)

Sergio Martn

UN DA EN EL ASEO

La impronta de un ovoide blanco cncavo es un


excusado que no podemos eludir, pues a diario
asistimos a su concurso placentero.
En una ocasin tuve la saludable intencin de pernoctar todo un da encerrado en el
cuarto de bao, rodeado de azulejos color lapislzuli y mobiliario sanitario inmaculado.
A tal fin, introduje abundantes provisiones de alimentos, consistentes en latas de
conservas variadas, pan de molde, dos piezas de fruta, una botella de rioja, un termo
de caf hirviendo y la cubertera necesaria para la comodidad culinaria.
El tiempo pasa en cualquier parte: En el trabajo agotador de una fbrica de buuelos
de viento, de compras con la familia por Carrefour, en tertulias con amigos pasados
de copas.Por qu no subsistir como una monja macho, enclaustrado en un
entraable habitculo
rectangular de seis metros
cbicos?
De
todas
maneras, convivir con los objetos
ms ntimos que puedas
frecuentar a lo largo y ancho de
tu vida no es una locura
sino una normalidad ineludible,
como ineludible es cagar.
Todas las posturas que
se despliegan en el servicio son
actos
de
soledad
fisiolgica y esttica. De ellos
sobresale el de la
ablucin de manos, pies, rostro,
nuca y pelvis. El agua
apacigua el exceso de energa,
produciendo la sensacin
de un orgasmo dosificado en
infinitos instantes; como
el resto de actos menores, como
son la miccin y la
defecacin.
Adanle
la
deglucin y el sistema
ser perfecto.
Si
saben
obser var,
comprobarn que todos los
procesos biolgicos se
pueden consumar en este sencillo
reducto imprescindible:
crculo completo de vida.
Aliviar la tripa, despus
de
haber
comido
suculentamente, sobre la
esmaltada taza de piedra
dolomtica, es un goce excesivo para los mortales, porque ningn mortal es capaz de
resistir veinticuatro horas contemplando un retrete, por muy fontanero que sea. Y yo
pregunto: Acaso defecar no es el final ms placentero de todas las funciones
orgnicas?. Cranme, la deyeccin, tras toda una cohorte de platos de fina loza
cargados brbaramente, obtiene su plenitud en el lechoso contacto para traseros
sibaritas. Cuando el excremento se desprende, el individuo adquiere un rostro
beatfico, actitud de santo bien cagado; y un silencio ceremonial slo interpelado
por el chapoteo del agua remansada al impacto de la pulida pieza. Ya dije que en el
cuarto de aseo discurren los acontecimientos ms importantes de nuestras vidas; y
que intercalados entre los aparatos de higiene corporal se transforman en arte.
El sumidero excretor es una analoga de la muerte; todo lo que alimenta al mundo
humano es engullido por l. El acto de morir es el acto de excretar. Y es que estar
encerrado veinticuatro horas a cal y canto, da la escalofriante sensacin de habitar
un sepulcro egipcio. Te sientes un faran en trnsito hacia el otro lado de la vida, con
todas las comodidades y ofrendas alimenticias que te permitan resistir hasta que
aparezca la barca que te eleve hacia ese sol de los espejos dorados y calientes. Espejos
por donde ves el paso lento del engranaje del tiempo que hace girar con sus dientes
minsculos tus clulas; y escuchas el goteo de la cisterna cmo se transforma en
hmedas interpretaciones de Bach; y la improvisada taberna de sanitarios se convierte
en una majestuosa catedral acristalada con mrmol florentinoY concluye mi encierro
memorable, despertando a la cotidianeidad y al tedio de las insoportables obligaciones
horarias; a las angustias de las muchedumbres y urgencias, manicomio de las afueras.
Antonio Zapata Prez
Ilustracin de Juan Jos
(Elche,1952)
Morillas Diez (Elche, 1984)

TU BELLEZA CONDUCE
A Elena, mujer atemporal.
Tu belleza conduce de nuevo a tu hermosura,
es seguro camino de aqul que busca y halla.
Perderte y encontrarte, todo es una batalla
de amor y ms amor, de amor y de tortura.
Vuelves en otra imagen de idntica frescura,
vuelves sin haberte ido y sin que nadie vaya;
regresas de mi lado y el universo estalla
vulneradas sus reglas; en ti su ley no dura.
Sin forma, que es tu forma; sin nombre, que es tu
nombre;
quien crea en el futuro, escarbe y desescombre:
de los muros del tiempo por dentro sombra creces.
Porque por vez primera de nuevo apareces,
si es el hombre animal que en la piedra dos veces
tropieza, a dios gracias, gracias doy por ser hombre.

Miguel Pastrana de Almeida

(El Puerto de Santa Mara, Cdiz, 1975)

Una copa de fuego en tu rostro.


Qu cosa ms extraa comer sentimientos,
masticarlos como si fueran chicle
para luego mandarlos al pozo recndito
que formamos cada uno dentro del cuerpo,
sin haber probado su sabor exacto.
Qu extrao digerir tu mirada,
encerrar tu voz en mi boca
y desnudarla poco a poco
hasta poder sentirla deshecha por la lejana.
Qu extrao encender un cigarrillo
y que el humo dibuje la ciencia exacta
que perfila tu figura.
Qu extrao tocar ese humo
y creer que eres t enlazada
de materia inerte.
Qu extrao esta multitud de sensaciones
agolpndose en mi garganta:
El Puerto, Algarve, Madrid:
uma taa de fogo e rosto.

Jess Gravn Snchez


(Puerto de Santa Mara (Cdiz),1983)

Elisabeth Castro Martnez


(Granada, 1982)
8

Lo ms dulce y lo ms amargo
Un rey orden cierto da a su visir: Corre y consigue para m una comida tan dulce que no
tenga par en la tierra ni en el mar! El visir sali por el ancho mundo, degust todos los
alimentos y los manjares ms dulces y sabrosos y, finalmente, compr una lengua muy
tierna. De vuelta en palacio, la cocin con primor y la present al rey como el plato ms
dulce y exquisito. El monarca qued satisfecho, pues, ciertamente, la lengua saba a gloria.
Despus de degustar el rico plato, el rey orden de nuevo a su visir: Sal de nuevo y
treme algo que sea tan amargo como no haya otra cosa semejante en todo el mundo!
El visir sali y compr de nuevo una lengua, la cocin y la present a su rey. El monarca
qued sorprendido: Me trajiste una lengua como lo ms dulce del mundo. Y ahora que
pido de t lo ms amargo, me vuelves a traer una lengua!
El visir le pregunt al rey: Seor, hay en el mundo algo ms dulce que una lengua? Y
hay algo en el mundo que sea ms amargo que una lengua?
Una sola palabra puede salvar una vida y protegerla, puede hacer bien a un alma y curar
heridas. Y otra sola palabra basta para matar y enfermar, para destruir y sembrar amargura
en derredor. Nuestra lengua puede producir la dulzura del amor y puede provocar la
amargura del odio y del rencor. Una revista como EL PICUDO BLANCO contiene muchas
palabras para el bien o para el mal, para destruir o edificar. Por mi parte, deseo utilizar la
palabra para crear y hacer bien.
Un hombre sabio escriba hace dos mil aos: La lengua es un miembro pequeo, pero
se jacta de grandes cosas. He aqu, cun grande bosque enciende un pequeo fuego! Y la
lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua est puesta entre nuestros miembros,
y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creacin, y ella misma es inflamada
por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del
mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningn hombre puede
domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal...De
una misma lengua proceden bendicin y maldicin. Esto no debe ser as. Acaso alguna
fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

Flix Gonzlez Moreno


(Bollullos del Condado (Huelva), 1953)
Actualmente vive en Elche (Alicante)

VIII Microclima
Ahora todo me parece mucho ms fro (sin ti)
me muevo por inercia, sin vida.
Slo respiro humo, y me molesta.
Mis pulmones tambin te echan de menos.
Y no fumo.

XXV

Hector Jos Savery Soto


(Caracas (Venezuela),1975)

Soy feliz.
Estoy llena, completa.
Sudo,
reboso por los poros;
lloro,
reboso por los ojos;
y ahora mismo ...
... tambin me estoy meando,
reboso.
Siracusa Bravo Guerrero
(Sevilla, 1983)

Respir
Respir y no encontr nada
mas su respiro se volvi aire
para el aire que habita en su pulmones.
Respir y no sinti descanso
mas su respiro se convirti
en piedra pesada para el alma.
Respir y permaneci callado
mas su respiro se sinti mudo
para las nubes que emigran en las madrugadas.

Inma Vidal Lagua


(Alicante, 1977)

Respir, simplemente respir,


para dejar de hacerlo
en alguna maana glida de precipitada agona.

recuerdo cicatrices
y un olor fluorescente de cadver
y tan solo recuerdo

Eva Mara Palenzuela Martnez


(Santander, 1975)

he nacido del pnico


del pnico a morir indefinido
del pnico a olvidar que haba muerto
he nacido
injerto de tu vientre
plantado por tus manos de teca centenaria
en su cartografa slida
he nacido de tus labios
de su magia y su acecho
que despiertan durmientes
de la nube que se instala entre tus ojos
cuando preparas la lluvia
y el olor de la tierra se extiende por tu cuerpo
y tus dedos gotean
impacientes
y tu risa destruye las paredes del mundo
y un ritmo de mbalaj se escurre de tus piernas
y te irrumpe el olvido
y el tiempo se desata y
huye
al fin y al cabo
que es el tiempo sino huir
y qu el amor
sino abrazar la muerte.

Julio Castell Alonso


(Madrid, 1963).

10

NI GORDA NI FLACA: FEA


Haba una vez, una mujer que estaba gordita. A ella
no le importaba, se encontraba bien, y era feliz.
Un da, empezaron a llegarle rumores sobre ella. La gente deca que estaba gorda:
Pobrecilla, tan joven y tan gorda, como siga as, se pondr horrible.
Los comentarios no dejaban de llegarle. Es ms, los recibi de su propia madre: Hija,
deberas ponerte a dieta, como no te controles llegar un da en que te arrepentirs.
Empez a coger complejo y decidi ponerse a dieta.
Le result muy difcil acostumbrarse a comer lo que le marcaban y casi siempre estaba de
mal humor. No poda dejarse la dieta, porque enseguida volva a engordar.
Era tal el mal humor y la depresin en la que cay, que los mdicos le recomendaron que
se hiciera una reduccin de estmago.
Ella, as lo hizo. Al cabo de un ao, consigui encontrarse bien. Su cuerpo se fue
adaptando y adelgaz.
Consigui volver a sentirse feliz. Era fantstico, toda la ropa de antes, le estaba
grandsima!
Un da, iba por la calle, y se encontr a una antigua compaera de trabajo, que, tras
saludarla muy efusivamente, le dijo: Pero chica, que delgada ests! Es que ests
enferma?
Para ella aquello fue como echarle un jarro de agua fra por la cabeza.
Una vez ms, su madre le dijo:
Sabes?, me han preguntado que
si es que ests enferma, que te ven
muy delgada.
No cogi complejo, su miedo
a engordar la hizo caer en una
depresin.
Un da, al volver su marido del
trabajo, la encontr muerta, se
haba suicidado.
En la mano tena una carta
que deca: Para vivir la vida as,
prefiero morir.
A veces, no nos damos cuenta de
lo crueles que podemos ser con
nuestras pretendidas gracias. Hay
personas
que
son
felices
dicindoles a los dems los
defectos que tienen. As creen que
tapan los suyos propios. Dejemos
que cada uno viva su vida como
quiera.
Dejemos de desear tener un cuerpo como el de esa modelo que sale el la tele, que para
ese momento la han maquillado y peinado tan perfectamente que nos provoca tanta envidia:
Eso sin olvidarnos de los sacrificios que tienen que hacer para conservar su cuerpo en
perfecto estado; sin arrugas y sin un gramo de ms. Pero eso tampoco es nuestro problema,
ella vive de su cuerpo y si es feliz as, pues mejor para ella.
Tambin haba que preguntarle a esa modelo si es feliz o ya no le queda ms remedio que
tirar para delante. Habr de todo, unas sern felices y otras no tanto.
No pretendamos que los dems sean lo que ni nosotros llegamos a ser.
Una vez le que si no tienes nada bonito que decirle a una persona, es mejor que no le
digas nada, ni siquiera un cumplido.
Ilustracin de
Carmen Reche Carrillo
Antonella Rojas Auda
(Cllar (Granada),1957)
11
(Valparaiso, Chile)
Actualmente vive en Ibi (Alicante)

ZONAS OSCURAS
Peregrino imprudente
que promueves el camino a travs de tu mente,
huye del precipicio y la negrura,
y no te acerques a las zonas oscuras
que all no encontrars jams la luz
que alumbre tu sendero.
Slo hay oscuridad eterna
y aciagos agujeros, tan
profundos,
como un tnel sin salida.
Insectos y alimaas se
alimentan
de la ignorancia, la vanidad
y la soberbia
y engendran soledad y
desaliento.
Escapa peregrino!, camina
por la luz
en la grata compaa del
amor,

Gustavo Faro
(Uruguay, 1959)

de la ilusin y de la sabidura,
pues llegars al final de tu destino
saturado de luz y de alegra.
Peregrino indolente: nunca te acerques
a las zonas oscuras de tu mente!

Conchita Rivera Toribio


(Madrid, 1926)
Actualmente vive en Elche (Alicante)

La Vida es como una vieja alfombra,


por mucho que la sacudas de maana,
nunca la dejars totalmente vaca de polvo.

IX
...La noche sabe a jazz,
oscura como el alma sombra
de quien suea despierto.
La noche sabe a whisky,
a barras empapadas
de sudores y alcohol.
La soledad me reconforta:
la noche siempre sabr a jazz,
a sudor y alcohol....

II
La magia de un poeta es,
hacer bailar su pluma al son de la msica
que sale de su alma.
Por eso, mi msica es desgarradora.
Por ello, mi pluma se desahoga
bailando enloquecida a un ritmo frentico...

Josep E. Rico Sogorb


(Elche)

12

13

MADRE SLO HAY UNA (O DOS)


Rafael era un hombre de mediana edad, de mediana estatura, de mediana cultura...
pero de entera bondad. Viva en una ciudad de la costa, en Bari, con su esposa (que,
cuentan, era una mujer muy bella y moderna) y un hijo de dos aos. La mujer de
Rafael proceda de Miln, de donde vino a Bari debido al traslado al sur de la empresa
en la que trabajaba.
Un da vino la abuela, la madre de Rafael, a quedarse unos das con ellos a ayudar
un poco en la casa ya que mi nuera siempre est fuera por su trabajo y mi hijo es un
desastre cuidando del nio y la casa.
Al principio todo fue bien pero poco despus la buena seora empez a inmiscuirse
en las conversaciones del matrimonio e incluso en las cuestiones conyugales. Ya te
deca la mma que esta milanesa no era una chica para ti y no me hiciste caso, hijo
mo, no sabe hacer nada en la casa y apenas ve al nio. Las chicas ejecutivas no son
mujeres ni madres, son como cerebros de hombre metidos en cuerpo de mujer, una
especie de monstruas... sola espetarle a su hijo al quedarse a solas con l.
Un da Ins, la esposa de Rafael, le dijo a su marido que ya no aguantaba ms la
situacin. Rafito mo, si no fuera por m os morirais de hambre t y mi nieto ya que
esa pelandrusca no sabe cocinar, a saber dnde estar a estas horas, deberas tener
ms carcter y ponerte en tu lugar fue lo que Ins escuch en el grabador que ella
escondi en casa para espiarles. Fue la gota que colm el vasl. O ella o yo le grit en
tono de desafo a su confuso marido, l no supo qu decir y no dijo nada Ella, la
abuela, era el problema, seguro. O tal vez no, tal vez la que sobraba all era ella? Das
despus Ins abandon la casa para no volver Te podas acostar con ella, ya slo te
falta eso, pedazo de Edipo!, inmaduro! Te puedes quedar tambin con tu hijo le
escupi a la cara al marcharse. Eso ocurri, segn me contaron, un da de otoo de
hace 20 aos en el que Rafael y su pequeo haban perdido en un momento, sin hacer
nada (o tal vez por eso, por no hacer nada para remediarlo) a una eficiente ejecutiva
que les atiborraba de comida basura a los dos y les regateaba mimos ( viajaba mucho
y llegaba siempre tarde a casa y muy cansada para artes amatorias con ellos) y, en
cambio, sus estmagos y su hogar haban ganado una mam como las de antes (era
de las de antes) que no saba el significado de la palabra Edipo ni falta que le haca
pero que, en cambio, era una experta en la buena gastronoma de la abuela y en
mimos para con ellos, hombres (padre e hijo) destetados precozmente y obligados
a dejar de ser nios en un mundo moderno en el que nadie los haba adiestrado para
dar el salto al exterior y fueron expulsados sin su permiso de un paraso llamado
universo materno.
Tambin me contaron que el nio creca a la vez que su mam-abuela envejeca.
Creci y , segn cuenta mi padre, (Rafael Vittorini,) crec hasta hacerme mayor y ...
despedirme de ella, de esa buena vieja madre.
A veces voy al cementerio a llevarle un ramo de magnolias blancas a Victoria Tamaro,
mi mam vieja, la que tan dulcemente me malcri dndome todo lo que una mam
moderna y culta no hubiera permitido nunca. A Ins , mi otra madre, la que dicen que
me pari con epidural y me daba biberones para que no se le estropearan las pechos,
la que dicen que se emborrach de triunfo profesional; no s si hoy debera perdonarla
o pedirle yo perdn a ella por haber entrado en su vida. Existi Ins? Existe? Mi padre
me cont que muri en un accidente de avin al poco de abandonarnos y no qued de
ella ni rastro. Algunas veces pienso en la probabilidad de que pap me mintiera y que
ella vive todava, en este caso debera odiarla? La verdad es que no lo tengo del todo
claro. Lo cierto es que yo no la recuerdo, no tengo en mi mente la imagen de una madre
joven como la de todos. Tengo memorizados en mi piel los besos recibidos asociados a
una arrugada cara encantadora y tierna pero nunca joven y guapa. No sabra definir con
exactitud las emociones extraas y contradictorias que este hecho ocurrido en mi
infancia me produce ahora, sobre todo a la hora de ligar con las chicas. A veces no lo

quiero reconocer, o no soy consciente plenamente


de ello pero el caso es que no me atraen las chicas
ms bellas, modernas y cultas (las ms cotizadas
por todos), es complicado de explicar pero es una sensacin en la que, como si un sexto
sentido me previera de que a esas chicas nunca podr besarle los pechos y que no me
acariciarn con verdadera ternura. Ya se que eso es una estupidez que a nadie contara
pero algo as a veces siento. A pesar de la educacin recibida hoy no me considero un
retrgrado e intelectualmente entiendo y apruebo que las mujeres modernas de este
siglo XXI hayan avanzado y sean tan distintas de sus bisabuelas.
Ahora pap es vctima del alzheimer, ha olvidado casi todo. Pero el da en que yo le
enseo el ramo de magnolias para el cementerio, entonces sonre y me dice, con los
ojos humedecidos, son para ti, mam, t si que me quisiste y las enfermeras, esas
otras mams santas que lo cuidan, lo ven emocionarse y le acarician el rostro, entonces
parece sentirse bien, casi como en la seguridad del tero materno que todos hemos
perdido por crecer, por la dichosa mana de crecer.
Pedro Vicente Agull
(Elche, 1956)

Y ahora, yo contesto
al huracn de imgenes que ha pasado ante m,
mi bro me abandona
para volver con mpetu ms tarde
cuando los detectives y las putas
follan en los asientos traseros de los coches,
en las habitaciones oscuras de los burdeles
o bajo los tenderetes donde toca la orquesta,
y el protagonista con gafas de nmada,
cruza desiertos y ciudades
buscando su nombre.
Pasaba su experiencia vital
en una partida de poker a tres bandas
con la miseria y la muerte
ganando en el ltimo momento
gracias al comodn de la literatura
de vuelta al mundo bajo tierra
sigue pegado el da a su atad
da que trae letras y esperanza,
da eterno de paz ya lejos de este infierno
mil hojas nos lo traen por saber cuntos aos
las portadas se lucen en los escaparates
gritan un slo nombre: Roberto Bolao.

Eloy Bohan
(Lugo, 1957)

14

Antonia XXI

Silva n19
La bota ajada dentro del camino
y de la anciana recogiendo flores
de color limn sobre su regazo.
La imagen de la lluvia
en la boca de cada esquina, manso
caminar, manso andar.
Y es verdad que el sueo advierte llanto,
y es verdad que el llanto posterga al sueo;
verdaddice el poeta;
que la tierra hmeda sabe a tu cuerpo,
que las manos vrgenes tiemblan fro
dueas de toda ausencia,
que el silencio se rompe
por los tejados y por tu recuerdo,
que la soledad tarde
avisa y pronto olvida.
verdaddice el poeta;
que la hiedra verde se enreda en tus ojos,
que los altos cipreses siempre envidian
el calor de tu sombra,
que el bullicio se rompe
por la boca saciada de tu sangre,
que la tempestad fuerte
comienza y suave termina.
verdaddice el poeta;
que verdad son tus labios,
que verdad son tus besos,
que verdad el alma ma despierta
toda noche tu pelo acariciando,
que verdad el obscuro amanecer
hablando con la luna
pasa por no morir la dulce muerte.
verdaddice el poeta;
que verdad son tus labios,
que verdad son tus besos,
que verdad son mis versos
en la pgina ms negra del alba.

Manuel Valero Gmez


(Alicante, 1986)

Neones
Una a una
se encienden las luces en las calles
el invierno tibio de cama compartida
perdi dos cero
contra el temporal que diluy el caf
humeante.
Es la hora de la siniestra partida
despeinada
cuando los peones juegan a rey.
Flotamos sobre rieles magnticos
con el as de corazones clavado en el
tablero.
Es una larga noche en Antonia XXI
desde que comenzamos a respirar
licores
desde que perdimos la inocencia
jugando a escondernos en el
subterrneo
desde que cay en nuestras manos el
espermicida
y arrojamos nuestra suerte como un
pual de dados.
(Las ventosas en Antonia
acostumbran chupar la sangre cuando
se pierde).
Son la 5:30 AM
y es cada vez ms insoportable clonar
dinosaurios.
Se termina el juego
se quema el dioxirraptor.
Hemos perdido el trabajo de treinta
minutos en un segundo
se nos fue la vida en el juego de
ilusiones
nos toc la muerte
escap el tiempo en arrebatos de cartas.

Salvador Ernesto Troncoso Curivil


(Santiago de Chile, 1975)

15

Sabes que acabar pidiendo perdn


por todas mis putas verdades, que slo fueron mas,
dentro de veinte, o quizs treinta aos,
dependiendo tanto de ti, como del prozac
o como del paal de una gran absorcin.
Te considerar como a una diosa
que danza en el humo de su cigarro,
porque seguirs felizmente enganchada a l,
y como a una diosa, como no puede ser menos,
te pedir el ltimo coito
para que te ras en mi cara, y dances, la danza
de los siete cuernos con los dedos doblados
en un signo inequvoco de amor.
Pues donde hubo amor
siempre queda un gesto, por muy cabrn que sea,
que te invita a vivir. A morir con dignidad
sobre la arena de reloj que est cayendo.
Sabes que acabar poco antes de la parca
arrodillado ante ti, sin criterio previo, de
una primavera recin estrenada, recitando a Neruda
como ese animal agotado que te mira con sus ojos
que perdieron su luz, sumiso en el mrmol. Muerto
por la propia inhalacin de un beso sin oxgeno
de costumbre.
Pues donde

Pedro J. Serrano
(Pinoso, 1963)
Actualmente vive en Elche (Alicante)

hubo amor
siempre
queda el
azar, tan
canalla,
que te invita
a vivir...

Ilustracin
de
Alfredo
Jimenez

16

EN EL OMBLIGO DE...
En el ombligo versan, las palomas de viento
cerillas blancas, sobre la bveda celeste,
y vuelan, en los comienzos; ledas en las exfoliadas
porque a travs del ombligo, atisba la otoada.
Espigan las rimas desde las fachadas
por las calles acolchadas que protegen los hierros
desnutridos desages de palabras
destellos huecos en el bandullo del espejo,
solamente en el ombligo se dibuja la nada
y de l, la tinta que muestra estos versos
aquellos, que salen sin centelleos de la caverna,
mueca del guio etreo que del plectro llena de besos.

Marta Petite

Jos Manuel Sanrodri Limorte-Crcoles


(Alicante, 1975)
Actualmente vive en Elche (Alicante)

17

Federico Crow
(Buenos Aires, 1978)

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