Valentin Garcia Yebra Traduccion Historia y Teoria PDF
Valentin Garcia Yebra Traduccion Historia y Teoria PDF
Valentin Garcia Yebra Traduccion Historia y Teoria PDF
HISTORIA y TEORA
DMASO ALONSO
TRADUCCION:
,
y TEORIA
HISTORIA
EDITORIAL GREDOS, S. A.
NOTA PREVIA
Snchez Pacheco, 81, Madrid.
CLASIF,
FL
FECH
. _ ~
PRO CE D,
65'.3{r
AOQUIB,
J-57' J,-<~ {I
__
.,:e.i.I,L"E.c.tY. __
$-_ .............
'2 "t./t
el
ISBN 84-249-1653-0.
Impreso en Espaa. Printed in Spain.
Grficas Cndor, S. A., Snchez Pacheco, 81, Madrid, 1994. -
6644.
.,
fl .. P8~481
HISTORIA
...
PROTOHISTORIA
DE LA TRADUCCIN
La traduccin ha sido desde hace milenios uno de los procedimientos ms importantes, acaso el ms importante, para la propagacin
de la cultura, para la creacin y el desarrollo de nuevas literaturas y
para el enriquecimiento de las lenguas utilizadas para traducir. Esto
se comprendera muy bien con la simple lectura de una buena historia
de la traduccin. Desgraciadamente, no puede hacerse tal lectura,
porque no existe una buena historia de la traduccin.
No se ha escrito hasta ahora una historia que abarque las principales manifestaciones de esta actividad cultural desde sus comienzos
hasta nuestros das en todas las literaturas. Tal empresa sobrepasa las
fuerzas de cualquier individuo, incluso las de un equipo amplio y bien
concertado. Aqu vamos a limitar nuestro enfoque a lo que pudiramos
llamar protohistoria de la traduccin.
La historia de la que llamamos 'cultura occidental' comienza,
paradjicamente en cuanto al nombre, en el Prximo Oriente. y esta
primera fase de nuestra cultura se nos presenta an muy borrosa. No
existe un corpus de textos ni siquiera aproximadamente completo; de
continuo se estn descubriendo textos nuevos o fragmentos de textos
ya conocidos, que, al ensanchar el horizonte histrico, impiden fijar
sus lmites. Para algunas de las lenguas all utilizadas en los tres
milenios anteriores a nuestra era no hay an diccionarios satisfactorios,
y las gramticas son tambin imperfectas, de suerte que, no pocas
veces, no pueden interpretarse con seguridad los textos descubiertos.
12
Protohistoria de la traduccin
13
14
Los sumerios utilizaron inicialmente la escritura para fines comerciales y administrativos, pero no tardaron en fijar con ella textos
religiosos y literarios que venan transmitindose oralmente. Esto
sucedi antes de la segunda mitad del tercer milenio.
Con los sumerios convivieron en Mesopotamia los acadios, pueblo
semita. Sometidos inicialmente a los sumerios, acabaron hacindose
con el poder en la segunda mitad del tercer milenio. Inferiores culturalmente a los vencidos, los acadios conservaron su propia lengua,
pero aceptaron muchos elementos de la cultura sumeria, junto con el
sistema de escritura cuneiforme, ligeramente modificado. Se documenta
entonces por primera vez una situacin histrica de importancia
decisiva: el pueblo dominado por las armas domina por la cultura a
sus vencedores, dando as lugar a un proceso que nadie ha descrito
con tanta concisin y belleza como Horacio en aquel clebre verso y
medio del libro II de sus Epstolas (1, 156-7) referido a las relaciones
de Grecia y Roma:
Graecia capta ferum victorem cepit et artes
Intulit agresti Latio ...
[Grecia cautiva al fiero vencedor cautiva
e introduce las artes en el agreste Lacio ...]
Protohistoria de la traduccin
15
16
Protohistoria de la traduccin
17
18
Protohistoria de la traduccin
19
20
Protohistoria de la traduccin
21
22
Protohistoria de la traduccin
23
24
Protohistoria de la traduccin
25
26
Protohistoria de la traduccin
27
29
LA TRADUCCIN
I Parece haber sido Leonardo Bruni el primero que us el trmino traducere con
el nuevo significado tcnico, en una carta del 5 de septiembre de 1400, en la que
aparece tambin el nombre de accin traductio. Cfr. Gianfranco Folena, 'Volgarizzare'
e 'Tradurre': Idea e Terminologia della Traduzione dal Medio Evo Italiano e Romanzo
all'Umanesimo Europeo, en La Traduzione. Saggi e Studi, Trieste, 1973, pg. 102.
30
31
3 Bernhard Kytzler, Die Klassiker der romischen Literatur, Dsseldorf, 1985, pgina 58.
32
33
El uso del griego hablado y escrito haba estado vigente desde haca
mucho entre los hombres cultos. Los analistas romanos haban escrito
en griego. Con los griegos se hablaba en su lengua; slo Catn se
sirvi de intrprete. Se redactaban en griego las decisiones del Senado
relativas a los griegos. El padre de los Gracos pronunci el ao 164,
en Rodas, un discurso en griego. Lucio Emilio Paulo slo se reserv,
del botn de Pidna, la biblioteca de Perseo, en la que sus hijos se empaparan de cultura helnica. Los crculos filohelnicos no se contentaban con leer la poesa griega en versiones o adaptaciones latinas;
preferan leerla en griego.
Esta familiaridad con el griego haca innecesaria la traduccin explcita, pero practicaba de continuo la que he llamado traduccin
implcita.
Si hasta la poca de los Escipiones lo que se lea en Roma era
sobre todo la poesa griega, ahora crece el inters por las obras
histricas y tambin por la filosofa. Durante mucho tiempo, los
rRADUCCIN.
34
35
36
POCA DE CICERN
37
38
Traduccin: historia
teora
{,tJ
39
LA POESA
LA POCA DE AUGUSTO
40
Y, en la oda 30 del libro III (vv. 10-14) afirma haber sido tambin el
primero en aclimatar en latn el ritmo eolio: Dicar / ... ex humili
potens / princeps Aeolium carmen ad Italos / deduxisse modos.
Suyo es, finalmente, el consejo a los poetas noveles: ... vos exemplaria
Graeca / nocturna versate manu, versate diurna 12.
La elega del tiempo de Augusto enlaza con la elegea griega por
su forma mtrica y por cierta comunidad temtica. Hay autores que
ven el origen de la elega romana en el epigrama helenstico; otros la
derivan de una elega alejandrina de carcter ertico. Como quiera
que sea, es innegable su base griega. Ovidio (Trist. IV, 10, 51 ss.)
incluye a cuatro poetas en la serie de los elegacos: Galo, Tibulo,
Propercio y l mismo. Se han perdido las obras de Galo; pero su
familiaridad con la poesa helenstica se manifiesta en el hecho de
haber traducido los epilios de Euforin. Propercio menciona a Mimnermo y a Filitas, y se siente orgulloso de ser el Calmaco romano: Ut
nostris tumefacta superbiat Umbria libris, / Umbria Romani patria
Callimachi 1.1
El ms helenizante de los elegacos romanos fue Ovidio. Estudi
retrica en Roma, y ampli su formacin con viajes a Grecia y Asia
Menor, sobre todo con una larga permanencia en Atenas. Son griegos
los ttulos de algunas de sus obras: Heroides, Halieuticon, Metamorphoseis; todas las suyas estn impregnadas de sustancia helnica.
11
Ep. 1, 19,23-25.
41
13
42
14
43
44
45
46
CONCLUSIN
47
pero sin retroceder ante adiciones u omisiones, con frecuencia inevitables, cuando eran traducciones en verso.
Otra poca de gran intensidad traductora fue la ciceroniana y
uugstea, la de mximo esplendor de la literatura romana. La
general propensin a la actividad traductora-resume Ernst Bickel v->,
que no falta en ningn captulo de la historia de la literatura romana,
se exacerba dos veces a lo largo de ella; la intensificacin de esta
actividad afecta en la misma medida a la poca clsica de florecimiento
que a la primera poca arcaica. La poca arcaica no tena modelos
en lengua latina. La traduccin era entonces necesaria. En la poca
clsica parecan speras y desabridas las traducciones antiguas. Convena hacer otras nuevas. Los modelos griegos seguan vigentes.
Traducirlos o imitarlos era el mejor camino para adquirir excelencia.
Las obras originales de los grandes autores latinos estn impreghadas de sustancia helnica. Casi todos ellos se confiesan deudores de
los clsicos griegos. No se trata de traducciones explcitas. Pero la
traduccin implcita est en la base de tales obras. Por la traduccin
mplcita pasa a Lucrecio la doctrina epicrea, suena en Horacio la
IIrica de Alceo, alienta en Virgilio el espritu homrico.
La traduccin explcita o implcita inform la literatura romana
n la epopeya, en la lrica, en el teatro, en la oratoria, en la filosofa.
i hay una gran literatura que se haya desarrollado buscando continua
inspiracin en otra, es la literatura romana, que siempre vio en la
griega su modelo.
1;
49
-4
50
51
setzte) puede llamarse con algn derecho (mit einigem Recht) 'traduccin libre' (freie bersetzung). En mi opinin, repito, Cicern no
fue autntico traductor, sino refundidor o adaptador, y nunca pens
en dar normas a los traductores; se limit a explicar cmo proceda
61 al poner en latn las ideas de los griegos.
Pero el curioso erro r al que se refiere el ttulo de mi ponencia no
est en la imprecisin con que suelen interpretarse, ya desde San
Jernimo, las citadas palabras de Cicern. El error verdaderamente
curioso consiste en que se hayan interpretado y sigan interpretndose
con el mismo sentido que les dio San Jernimo las que Horacio ritm
en los versos 133 s. de su Arte potica:
nec verbum verbo curabis reddere fidus
interpres, ...
52
53
54
o algunos otros que no necesitara releer para reproducirlos exactamente. Y el latn no es mi lengua, ni mi memoria es excepcional. Si
un verso se repite mentalmente con relativa frecuencia, puede recordarse con exactitud durante toda la vida. Nos pasa a todos, por
ejemplo, con canciones aprendidas en la infancia.
No es, pues, inconcebible que Jernimo recordara perfectamente
las palabras de Horacio sin haberlas reledo desde haca muchos
aos. No deja de extraarnos, es cierto, que entienda la expresin
fidus interpres como vocativo; como si Horacio dijese: Fiel traductor,
no procurars verter palabra por palabra. El vocativo sera fideo
Pero Horacio usa aqu el nominativo, que en este pasaje tiene valor
casi predicativo:
No procurars reproducir palabra por palabra [convirtindote
as en] fiel traductor.
55
Traduzco:
Difcil es decir de modo personal cosas comunes; y t puedes
convertir en obra de teatro un canto de la IJada mejor que si
manifestases el primero cosas desconocidas y nunca dichas. La materia
pblica ser de propiedad privada si no permaneces en un crculo
bajo y manido, ni procuras reproducir palabra por palabra como fiel
traductor.
Al escribir estos versos, Horacio no da consejos a traductores,
sino a jvenes poetas: no deben stos buscar a toda costa la originalidad
en lo que dicen, sino en la manera de decirlo. No es fcil tratar con
novedad temas comunes; pero quiz t, joven poeta, puedes escenificar
un canto de la Ilada con ms acierto que si presentaras argumentos
desconocidos, nunca tratados antes por nadie. La materia pblica
pasar a ser tuya si no te quedas en un crculo bajo y trillado, y no
tratas de reproducir el argumento palabra por palabra como fiel
intrprete.
Horacio slo se refiere al intrprete o traductor como trmino
de comparacin: cuando el poeta se decide a tratar un tema conocido,
no debe hacerlo con las mismas palabras de su fuente; si as lo hiciera,
obrara como fiel intrprete, como fiel traductor. Horacio no dice
aqu cmo debe proceder el interpres. Puestos a escudriar el pensamiento horaciano y a indagar en l una norma para el traductor, ms
que un elogio de la traduccin libre, podramos ver la idea de que el
56
57
4 Cit. por Gianfranco Folena, 'Volgarizzare' e 'tradurre': Idea e termino logia della
traduzione dal Medio Evo Italiano e Romanzo all'Umanesimo Europeo, en La
Traduzione. Saggi e Studi, Trieste, 1973, pg. 94.
5 Pgs. 20 sigs.
58
59
60
61
uemplo de dos cosas: de cmo un texto sin contexto puede interpreteme errneamente, y cmo afirmaciones equivocadas se aceptan y se
.ansmiten sin crtica 11.
No es raro hallar en obras impresas, incluso en libros famosos,
rrores garrafales sobre la historia de la traduccin. Hace pocos das
me prest un amigo la edicin anotada del Fray Gerundio de CamllOzas, del clebre leons P. Jos Francisco de Isla, con introduccin
y notas de Russell P. Sebold. A mi amigo le haba interesado mucho
dI captulo VIII del libro IV, en la Segunda Parte, donde se habla con
w.guna extensin de los malos traductores, de que por nuestros
1) cados hay tanta epidemia en estos desgraciados tiempos (en los
cmpos del P. Isla, y tambin en los nuestros). Pensaba mi amigo que
mmbin a m me interesara leer o releer aquel captulo.
El P. Isla estaba familiarizado con la traduccin. Antes de escribir
U Fray Gerundio, haba traducido del francs varias obras: El hroe
spaol. Historia del emperador Teodosio, de Flchier, yel Compendio
dI! Historia de Espaa, del P. Duchesne. Es tambin suya, y famosa,
ln traduccin del Ao Cristiano, del P. Croiset, y la del Gil Bias, de
Lesage, en seis volmenes, muy leda en su tiempo. Pues bien, nuestro
idmirado P. Isla dice sin pestaear, en el mencionado captulo de
-ray Gerundio, que Cicern, Quintiliano y el mismo Julio Csar
nriquecieron la lengua latina con la traduccin de excelentes obras
gregas 12, y que Santo Toms tradujo en latn los libros polticos de
Aristteles, y no le granje menos concepto esta bella traduccin que
~u incomparable Summa Theologica 13. Y no hay en la edicin de
.l ebold ninguna
nota que advierta al lector el cmulo de errores
tlO carcter histrico contenidos en este pasaje.
De las traducciones de Cicern he dicho ya algo. De Quintiliano
y de Csar no conozco ninguna. Pero tanto ellos como Cicern
11
62
63
153l a 1598. Dudo que Huet conociera los comentarios que, hacia
I 03, es decir, casi sesenta aos antes de publicar l la primera
edlcin de su obra, antepuso Gregorio Morillo a la traduccin de La
Iebaida de Estacio comenzada por Juan de Arjona y terminada por
I propio Morillo. Debo el conocimiento de estos comentarios a la
IliUgenciade Julio-Csar Santoyo, que los ha incluido en su Teora y
'ritica de la Traduccin. Antologa, en cuya pgina 73 puede leerse:
'1'Algunosromancistas dicen que Horacio dio ms anchura a este
I mino [de la traduccin], y que el intrprete no est obligado
pdlabra por palabra, tomando aquel verso del arte potica:
Nec verbum verbo curabis reddere fidus interpres.
juris,
64
cambio, plenamente Cspedes al sealar el riesgo de tomar las sentencias de los autores no de sus propios textos, sino de los de otros,
findose de alegaciones ajenas, sin leer ni estudiar los authores en
sus libros enteros.
No quisiera terminar dejando que alguno de mis oyentes pueda
pensar que atribuyo a este error de san Jernimo importancia suficiente
para aminorar su prestigio como traductor y como terico de la
traduccin. 'Quiz resulte demasiado categrica la afirmacin de
Quevedo: Digo, pues, que san Hiernimo no slo es mejor traductor
que todos por ser ms docto en la lengua hebrea, sino porque en una
palabra traduce, ordena, enmienda y declara 16. Pero suscribira, sin
dudarlo un momento, los bellos hexmetros latinos que San Isidoro
escribi sobre uno de los estantes de su librera:
Hieronyme, interpres variis doctissime linguis,
Te Bethlem celebrat, te totus personat orbis 17.
Traduzco:
Jernimo, traductor doctsimo de varias lenguas,
Te celebra Beln,resuena tu nombre por el orbe entero.
Por otra parte, su epstola 57, Ad Pammachium de optimo genere
interpretandi (<<APamaquio sobre la mejor manera de traducir), a la
que se ha llamado Ars poetica de la traduccin, sigue siendo, que .yo
sepa, el primer documento, el primer conjunto de enseanzas escnto
en el mundo occidental sobre cmo debe proceder un traductor. No
digo que no haya sido superado, ni siquiera que todas sus afirmaciones
sean indiscutibles. Pero nadie podr negarle el mrito de la prioridad
temporal. Su autor ocupar siempre un puesto de honor entre los
traductores y entre los tericos de la traduccin.
16 Lgrimas de Hieremas castellanas, ed. W. Wilson y Jos Manuel Blecua,
Madrid, 1953, pg. 96.
17 Cartas de San Jernimo, ed. cit., pg. 21.
NI HIEDRA NI CALABAZA*
I'RADUCCIS. -
66
manera que en todas partes se crea que la planta que haba protegido
del sol a Jons era la calabaza.
Pero he aqu que el Papa Dmaso 1 (por cierto, oriundo de
Espaa, aunque nacido en Roma; el San Dmaso tan venerado por:
nuestro Dmaso Alonso) encomienda a su antiguo secretario Jernirrre'
una nueva traduccin latina de toda la Biblia. Jernimo revisa el
Nuevo Testamento atenindose a los mejores manuscritos griegos. "'t
del Antiguo hace una traduccin nueva, basndose en el original
hebreo. En el referido pasaje de Jons, se aparta de los Setenta y se
adhiere, a pesar de la mala opinin que de l tena, a la traduccin de
quila: Praeparavit Dominus Deus hederam, prepar el Seor Dios
una hiedra, leemos en la Vulgata, nombre que se dio ms tarde a
traduccin jeronimiana.
Rpidamente se difundi por las iglesias de lengua latina la del
Nuevo Testamento. En cambio, la del Antiguo suscit grandes resistencias. Uno de los que se opusieron a ella fue Agustn, obispo de
Hipona, que por dos veces escribi a Jernimo ponindole reparos,
Agustn desaprueba en conjunto que se abandone la Versin de
los Setenta y se acuda al original hebreo. Porque si tu traduccin
-le escribe a Jernimo- comienza a imponerse en la lectura de
muchas iglesias, va a ser muy duro que las iglesias latinas discrepen
de las griegas. Y, aunque la traduccin de Jernimo fuese mas
exacta que las anteriores, quin aguantar que se condenen tantas
autoridades latinas y griegas?.
Con relacin a lo que ahora nos interesa, dice Agustn: Cierto
hermano nuestro en el episcopado resolvi que se leyera habitualmente
tu traduccin en la iglesia que preside. Llam la atencin del pueble
un pasaje del profeta Jons, al que t das una interpretacin muy
distinta de la que estaba grabada desde antiguo en los sentidos y en
la memoria de todos, tal como se vena cantando durante muchas
generaciones. Y tanto se alborot la gente, sobre todo por las invectivas
de los griegos, que te acusaban de falsario, que el obispo (era el de la
ciudad de Ea) se vio obligado a consultar a los judos. stos, por
ignorancia o por malicia, respondieron que los cdices hebreos decan
la
67
Ni hiedra ni calabaza
...
68
la paz del pueblo cristiano. Por su parte, Jernimo saba muy bien
que', en aquel pasaje, el original hebreo no mencionaba la hiedra;
Por qu no cumpli aqu la norma que l mismo haba trazado en su
clebre epstola a Pamaquio sobre la mejor manera de traducir? Ncr
se trata ahora de la traduccin de ningn autor griego, en la que
no se considera obligado a verter palabra por palabra, sino sentid-o
por sentido. Se trata de la Sagrada Escritura, donde hasta el orden
de las palabras es un misterio, al que se debe respeto absoluto,
incluso reverencia. Claro que no poda Jernimo recurrir al prstamo,
de la palabra hebrea ciceion (kikaion, segn transcripcin de otros),
porque nadie la entendera. Pero acaso no haba en latn una palabra
equivalente?
La pugna entre hiedra y calabaza se prolong durante siglos,
Martn Lutero, muy admirador de Jernimo y, como l, gran traducte
de la Biblia, buen conocedor del griego y del hebreo, sigue a pesar-del
todo, quiz influido por el espritu de la Orden religiosa en que sf):.
haba formado, fiel en este punto a Agustn, y pone en su te-xt'a
alemn einen Krbis, una calabaza. Pero, en su mismo siglo,
nuestro Arias Montano dio la traduccin que hoy se acepta commente: ni hiedra ni calabaza, sino ricino. Esta planta rene todas
las cualidades que Jernimo atribuye al ciceion. Y, adems, crece con
rapidez prodigiosa.
VII,
,In lengua internacional de los pueblos islmicos, del mismo modo que
...
70
71
reflejo de la griega.
El mismo fenmeno se repiti cuando las tropas islmicas conlluistaron el Prximo Oriente, y, algunos siglos ms tarde, cuando los
istianos acabaron venciendo a los musulmanes en Espaa y en
Hlcilia. Las fulgurantes conquistas de las tropas rabes llevaron el
I lam, en menos de un siglo, a gran parte del Asia occidental y
ntral, al frica del Norte y a la Pennsula Ibrica. Esta expansin
espectacular ocasion la rpida asimilacin de nuevas corrientes de
I,ensamiento, procedentes sobre todo de las culturas helnica, persa y
nscrita.
Don Ramn Menndez Pidal, en su estudio Cristiandad e Islam,
ncluido en el volumen 1de Espaa y su historia (Madrid, 1957, pgs.
349-356), expone magistralmente la prodigiosa fuerza de absorcin
con que el Islam hizo suyas las ricas culturas de tantos pases: Al
ponerse los musulmanes conquistadores en contacto con las mayores
Ivilizaciones de la Antigedad, al descubrir los tesoros de las grandes
literaturas griega, persa y snscrita, se dejaron penetrar hasta la
mdula por ellas, lo mismo que, en sus orgenes, el Corn se haba
rnpapado de judasmo y cristianismo. Los rabes se asimilaron
vidamente las producciones de todos los pueblos sometidos, y, por
IIU parte, cristianos, sirios, judos, persas, afganos e indios islamizados
iomenzaron desde la segunda mitad del siglo VlII a dar a la lengua del
orn un brillo cultural extraordinario; la corte de Bagdad [...] fue el
centro de la produccin mundial en astronoma, matemticas, filosofa,
historia, filologa y medicina. y esta vibracin intelectual que iluminaba
1 Este del Islam se propag, en el siglo x, al extremo Oeste [...] As,
'1 esfuerzo mental de los ms apartados pueblos se islamizaba y la
ngua rabe se haca eficazmente universal, aunando la produccin
de los cerebros trabajados por las ms grandes culturas de la Antiedad, la del Oriente indico y la del Occidente helnico.
Cuando los rabes se apoderaron de Siria en el cuarto decenio del
iiglo VII, los sirios llevaban casi mil aos en estrecho contacto con la
cultura y con la lengua griegas. Alejandro Magno haba conquistado
IIIl
72
73
I Ph. K. Hitti, El Islam, modo de vida, trad. esp. de Francisco Marcos Marn,
Madrid, Gredos, 1973, pg. 128.
...
74
Traduccin:
historia y teQntJ:
1(1traduccin
75
76
2
3
77
...
78
79
Ilf
80
81
-6
...
82
10
83
irabe.
La latinizacin de la filosofa rabe -expone Hitti- lleg a su
ulminacin con Ibn-Rushd. Su pensamiento dej impronta en la
r tructura de la filosofa medieval juda y cristiana [...] Santo Toms
tI~Aquino utiliz extensamente los escritos de Averroes, puntualizando
11 menudo sus discrepancias. El averrosmo tuvo su puesto en los
Ilunesde estudio de las principales universidades europeas. Su popu[arkad levant las iras de los clrigos, como haba levantado las de
IUBulemas. En 1210, el concejo de Pars prohibi su estudio. En 1231,
una decisin papal hizo lo mismo. Pero, prohibido o no, el pensaIldento racional averrosta desemboc en la corriente universal del
liberalismo ".
11
84
No hemos hablado an de la literatura en sentido estricto, coasderad~ sobre todo como valor esttico, ni de su relacin con la
traduccin.
La literatura es, sin embargo, uno de los campos ms ricos de la
cultura rabe, fecundado por traducciones sobre todo del hindi 'ji del
pelvi, y a su vez dej huella indeleble en las literaturas persa, tu:rea,
urdu y otras. Ejerci tambin influjo perdurable en las literaturas
europeas.
La edad de oro de la literatura rabe fueron los tres primesos
siglos del califato abas (aproximadamente desde el ao 800 al 1bOO).
Pero no nos interesan ahora, en s mismos, ni poetas como .Abu
Nuws, Abu al-Tyyib Ahmad al-Mutanabb, Abu al-'Al al-Ma'arrl
o su seguidor Ibn 'Arab, aunque de los dos ltimos se dice que
influyeron en Dante. Tampoco vamos a detenernos en las obras del
cordobs Ibn Zaydn. Desde el punto de vista de la traduccin nns
interesaran ms otros poetas hispanorabes: Abu al-'Abbs -al..
Tutil, muerto en 1129, a quien se atribuye la forma definitiva de-la
moaxaja, y el juglar errante Ibn Quzmn de Crdoba (m. en 1160),
perfeccionador del zjel. Ambas formas poticas, sobre todo el zjd,
influyeron en la poesa del Norte peninsular, especialmente en el
villancico de las canciones de Navidad. y tambin en la poesa
provenzal. A partir del precedente rabe -afirma Hitti-, el "culte
a la dama" surgi y se extendi por Europa 12.
Pero la poesa se presta a la traduccin directa mucho menos que
la prosa.
La prosa literaria rabe inici una nueva poca con la traduccin
del pelvi, hacia el ao 750, de las fbulas de Bidpai, que se titularon
en rabe Kalila wa-Dimna, nombres de dos chacales que aparecenen
la obra. El traductor fue Abd Allah ibn al-Muqaffa. La obra p&lJsa
era ya una traduccin del snscrito. Tanto el original como la traduecin persa se perdieron. Pero la versin rabe, obra de arte en si
misma, se tradujo a unas cuarenta lenguas asiticas y europeas.
12
85
86
87
y nacionales 16.
* * *
La traduccin enriqueci a los rabes con grandes tesoros de las
ulturas griega, siria, india, persa y otras orientales. La traduccin
.nriqueci a Europa con grandes tesoros de aquellas culturas, asimilndos y transmitidos, con aportaciones propias, por los rabes.
La traduccin es siempre un proceso entre dos lenguas y casi
Icmpre entre dos culturas. En general, se traduce de una cultura ms
Ii a a otra que no lo es tanto. La traduccin no enriquece a la lengua
ya la cultura de la que se traduce, sino a la lengua ya la cultura a la
que se traduce.
rabes y espaoles necesitamos hoy muchas traducciones. Me
usta repetir, acomodndolas a este propsito, palabras que el ms
Iorioso de los gobernantes de la Atenas clsica pronunci en ocasin
lemne: la pobreza -dijo Pericles- no es vergonzoso confesarla;
ms vergonzoso es no huir de ella con el propio esfuerzo.
Tampoco a nosotros debe avergonzarnos confesar que hoy estamos
pn un nivel cultural ms bajo que el de otros pueblos. Lo vergonzoso
8 ra no esforzarnos en remediar esta pobreza, enriqueciendo, mediante
lu traduccin, nuestra lengua y nuestra cultura.
1(,
...
89
CLUNY
..
90
Traduccin: historia y
91
..
TRADUCCIONES
CRNICA
(?) DE LUCANO
EN LA PRIMEM
GENERAL DE ESPAA
93
94
Traduccin:
historia y
95
.1I~
1, 70 y sigo
lnvida fatorurn series surnrnisque negaturn
stare diu.
.. "dado es que los muy altos poderes non pueden en el! estado de su
Ilftl'za / luengo tienpo estar,
(Es el nico de los pasajes citados que apenas amplifica el contenido
111;:1 original. Pero le da un enfoque diferente del que tiene en el
, ntexto, al convertirlo en una especie de mxima de valor universal.
.n los versos inmediatamente anteriores hace Lucano esta pregunta
tJ membre: Qu es lo que empuj a las armas al pueblo enfurecido y
rrebat la paz al mundo? y contesta con un doble sujeto: Invida
Traduccin: historia y
96
97
98
Traduccin: historia
99
y d agora vos, que non catedes por otro ordenamiento / nin por
Ifl en vuestra yda si non por yr muy apriessa, et passad a destaio
.. lant aquellos que van fuyendo; e assi como llegaredes, tan brav?s
vo les mostrad que tamanno miedo tomen ende, que por fuerca se
n de tornar de faz contra vos; / et, que maguer lo quieran, que
11 n puedan morir fuyendo assi como medrosos, ca es vil muert quier
llora qui la toma, quier poral qui la da: por que el que la sujJre cae
111 el/a vilmientre, et el quil mala no lieva ende complido prez; el por
nde / de caras reciban las feridas, el sera meior precio a vos el a
lIos.
(La frase et passad a destaio delant aquellos que van fuyendo,
In ser amplificacin, no reproduce el sentido de raptumque fuga
tmvertite bellum el faciem pugnae.)
IV, 212-231.
immemor o patriae, signorum oblite tuorum,
non potes hoc causae, miles, praestare, senatus
adsertor victo redeas ut Caesare: certe,
215 ut vincare, potes. Dum ferrum, incertaque fata,
quique fluat multo non derit volnere sanguis,
ibitis ad dominum damnataque signa feretis?
Utque habeat famulos nullo discrimine Caesar
exorandus erit? Ducibus quoque vita petita est!
220 Numquam nostra salus pretium mercesque nefandae
proditionis erit; non hoc civilia bella,
ut vivamus, agunt. Trahimur sub nomine pacis.
Non chalybem gentes penitus fugiente metallo
eruerent, nulli vallarent oppida muri,
225 non sonipes in bella ferox, non iret in aequor
100
Traduccin: historia JI
turrigeras classis pelago sparsura carinas,
si bene libertas umquam pro pace daretur.
Hostes nempe meos sceleri iurata nefando
sacramenta tenent; at vobis vilior hoc est
230 vestra fides, quod pro causa pugnantibus aequa
et veniam sperare licet. Pro dira pudoris
funeral nunc toto fatorum ignarus in orbe,
Magne, paras acies mundique extrema tenentes
sollicitas reges, cum forsan foedere nostro
235 iam tibi si! promissa salus.
101
"'1
102
Traduccin: historia y
103
IIl)lro
IV, 273-280.
tela tene iam, miles, ait, ferrumque ruenti
subtrahe: non ullo constet mihi sanguine bellum.
275 Vincitur haud gratis iugulo qui provocat hostem.
En sibi viiis adest invisa luce iuventus
iam damno peritura meo; non sentiet ictus,
incumbet gladiis, gaudebit sanguine fuso.
Deserat hic fervor mentes, cadat impetus amens,
280 perdant velle mori,
104
Traduccin: historia y
105
IV, 319-324.
O fortunati, fugiens quos barbarus hostis
320 fontibus inmixto stravit per rura veneno.
Ros licet in fluvios saniem tabemque ferarum,
pallida Dictaeis, Caesar, nascentia saxis
infundas aconita palam, Romana iuventus
non decepta bibet.
106
107
Oh lujo prdigo
Ildquiere por poco, /
huscados por tierra y
mesa, / aprended con
I bondas
Traduccin: historia y
108
109
u~un epitafio
110
Traduccin: historia y
III
CONCLUSIN
...
112
LA TRADUCCIN EN ESPAA
DURANTE EL REINADO DE JUAN 11*
El siglo xv es, en la cultura espaola, una poca de transicin
ntre la Edad Media y el Renacimiento. Disminuye progresivamente
1influjo francs, muy intenso an en el siglo XIV, sustituido por el de
Italia. Se difunde cad'a vez ms en Castilla la cultura greco-latina,
promovida por el conocimiento de la literatura italiana, que se nos
huba adelantado casi dos siglos en el cultivo de los autores clsicos
lutinos y griegos, y estaba muy impregnada de clasicismo. Dante,
I ctrarca y Boccaccio, no slo como escritores, sino tambin como
ultivadores de la cultura clsica, se convierten en modelo de nuestros
C. critores, que sienten por ellos, y, a travs de ellos, por las literaturas
iega y latina, verdadero entusiasmo.
Podemos distinguir en este siglo tres perodos literarios, coincidentes con los reinados de Juan 11,Enrique IV y los Reyes Catlicos.
n el largo reinado de Juan 11, casi cincuenta aos (1406-1454), al
(Ille Menndez Pelayo llam prtico de nuestro Renacimiento, las
1 tras latinas, y ms an las griegas, se conocen muy imperfectamente,
Iero el entusiasmo que suscitan hace que influyan con mucha fuerza
n nuestra literatura. En el reinado de Enrique IV, el desprestigio de
I realeza y la anarqua de los nobles, que ya haban ensombrecido
pollticamente la poca de Juan I1, estorban el florecimiento literario.
Sobre la traduccin en Espaa antes del siglo xv, cfr. La traduccin en la
cultura espaola, en mi libro En torno a la traduccin, 2.' ed. corregida y aumentada,
pgs. 321-337. Este texto y los dos siguientes, sobre la traduccin en el Siglo de Oro
y a fines del siglo xx, proceden de conferencias en la Fundacin Juan March en la
primavera de 1988.
IMADUCCI". -8
114
Traduccin: historia y
115
116
117
Menndez Pelayo valora as esta empresa de don Enrique: Insen'li:tez sera buscar en esta versin rastro alguno de la poesa del
original. Aun en cuanto a fidelidad, deja harto que desear, as por
descuido y malas inteligencias del traductor, como por las estragadas
lupias que hubo de tener a la vista. Pero merece, no obstante,
ingular consideracin: 1.0, como monumento filolgico que, a la par
[jue nos descubre los progresos de la lengua, acusa el vano y tenaz
empeo de los eruditos para latinizarla desacordadamente, usando
de inversiones extraas y giros y construcciones peregrinas; 2. por la
influencia grande que debi ejercer en el desarrollo de la idea del arte
Clsico entre nosotros; 3., por su antigedad, superior, como antes
,dijimos, a la de todas las interpretaciones francesas y toscanas. [A la
de todas la interpretaciones completas, ha de entenderse]. Gloria es
uta -concluye Menndez Pelayo- que enaltece sobremanera a
nuestra patria y coloca en muy alto punto el mrito de D. Enrique 9.
De su traduccin de la Divina Comedia supone don Marcelino
que estara en prosa, tanto ms cuanto que ni tiempo hubo para
metrificarla, como discretamente ha advertido el seor Amador de
los Ros 10. A Cejador no le cabe duda de que estaba en prosa. Est
-diceen excelente prosa, y admirablemente hecha, y piensa que
I!:S la contenida en un cdice que fue de Santillana y se halla en la
Biblioteca Nacional, al margen del texto italiano, aunque reconoce
que no hay otra seal de ser la traduccin de don Enrique de
Villena, fuera de un siquier, por l tan menudeado, que se lee en la
glosa de un soneto italiano, traducido al fin del cdice ". Aduce
ejador los nueve primeros versos de la Comedia, intercalando,
despus de cada grupo de tres, la traduccin, que, en efecto, parece
muy fiel; en este pasaje, apenas hay ms tropiezos, para nuestro
'usto, que dos duplicaciones sinonmicas para verter selva (cespesura
() silva de rboles) y trattar (ccontar o tractar).
0,
10
118
Traduccin: historia y
13
lbid.
Ibid . pg. 22 de la segunda parte.
119
""1r.~lllla
de
120
Traduccin: historia Ji
121
20
...
122
Traduccin: historia y ,
25
26
27
123
2'
...
124
el reinado de Juan II
125
,n
Don igo Lpez de Mendoza, primer Marqus de Santlllane
Conde del Real de Manzanares (1398-1458), fue como la nelrllfl'nitiiJ.
cin de la cultura en el reinado de Juan II. De l escribi Meil~
Pelayo que, si alguien quiere cifrar en un solo nombre la "'ul
literaria de la poca de Juan 11,difcilmente hallar ninguno qv:t'
bien responda a su intento ni pueda servir de personificacin tan,
cuada, como el de don igo Lpez de Mendoza. y Hernand
Pulgar, en sus Claros varones de Castilla, elogia as su talante: .
tual: Tena gran fama e claro renombre en muchos reynos de
de Espaa; pero reputaba muy mucho ms la estimacin entre'
sabios que la fama entre los muchos.
Saba poco latn y nada de griego; pero en la biblioteca .d~
castillo de Guadalajara tenan puestos de honor Romero, Plal
Aristteles, Tucdides, Tito Livio, Salustio, Sneca, Csar, :.
san Juan Crisstomo. Conoca bien la literatura francesa del.
anterior y la del suyo, as como la catalana y la italiana, y algo de
provenzal. Muy admirador de Dante, Petrarca y Boccaccio. Fue,
suma, gran erudito, y acaso el que mayor empuje dio al estudio de
letras y del Renacimiento italiano, que conoci de cerca en Italia
por cuyo advenimiento a Espaa trabaj ms que nadie.
No tradujo personalmente, que sepamos, ningn libro.
como el Rey Sabio en la segunda mitad del siglo XIII para la tradu .
de libros rabes, fue Santillana en la primera mitad del xv quien
inters puso en que se tradujeran obras de la Antigedad griega
iz
30
126
no haba helenistas. En
como agente destacado
Marqus traducciones
corrieron en castellano
Traduccin: historia JI
Italia se hallaba su pariente Nuo de
a la mira de novedades, encargande
y copias [...]. Gracias a esta labor 00
obras clsicas fundamentales 33.
127
)7
lH
19
40
Traduccin: historia y
128
129
1/1' S.
JUAN DE MENA
No puede llamarse con propiedad traduccin el Omero Romanado de Juan de Mena, que no es sino un compendio de la Iliada
Cejador, o, c., t. 1, pg. 37 de la segunda parte.
Amador de los Ros, o, c., vol. VI, pg. 42.
s 1, pg. 42 de la segunda parte.
.6 Vol. VI, pg. 46.
'3
44
41
42
j~ADUCCIN.
..
130
Traduccin: historio :Y
47
131
49
...
132
Traduccin: historia y
s, Historia de la lengua espaola, 9." ed. corro y aumentada, 2." reirnpr., Motl
133
...
134
Traduccin: historia y ,
LA TRADUCCIN
En agosto de 1492, rendida ya Granada y en vsperas del descubride Amrica, sala de las prensas la Gramtica de la Lengua
Castellana de Nebrija. Uno de los propsitos del autor, segn maniUesta en el prlogo, era fijar el idioma, para que lo que agora i de
I,juadelante en l se escriviere, pueda quedar en un tenor i entenderse
n toda la duracin de los tiempos que estn por venir, como vemos
[uese ha hecho en la lengua griega i latina, las cuales, por aver estado
debaxo de arte, aunque sobre ellas han passado muchos siglos,
rndavia quedan en una uniformidad.
Piensa Nebrija que el espaol se encuentra ya tanto en la cumbre,
liJems se puede temer el descendimiento que esperar la subida. No
estaba acertado en esto. Sin duda el espaol haba recorrido en pocos
tlccenios ms camino que antes en varios siglos. Pero cuatro decenios
ms tarde, en 1535, fecha probable del Dilogo de la Lengua de Juan
e Valds, la rpida evolucin del idioma y el cambio de gusto
Impedan tomar por modelo de buen uso la literatura del siglo xv '.
m ento
EN EL SIGLO DE ORO
136
Traduccin:
historia y
y si, con palabras del propio Nebrija, siempre la lengua fue "V'_U(;l"U~"l
del imperio, el Imperio espaol iba a extenderse a muchos p
brbaros e naciones de peregrinas lenguas [...] que teman HC;'l;_IJ~;')l\UIIIII
de recebir las leyes quel vencedor pone al vencido, e con ellas
lengua, como haba casi profetizado el obispo de vila .
el sentir del mismo Nebrija. El descubrimiento de Amrica abri .
efecto, espacios inmensos para nuestra lengua.
Ya en el primer tercio del siglo XVIel castellano se ha '"'''''.....
_..,
.......
a toda Espaa, convirtindose as en la lengua espaola por
masia. La lengua castellana -escriba Juan de Valds en la O
citada- se habla no solamente por toda Castilla, pero en el reino
Aragn, en el de Murcia con toda el Andaluza y en Galizia,
y Navarra; y esto aun hasta entre gente vulgar, porque entre la
noble tanto bien se habla en todo el resto de Spaa.
La lengua espaola alcanz tambin entonces gran difusin
Europa. En Italia, que en el siglo xv haba ejercido sobre
escritores unilateral influjo, ahora, segn Valds, as entre d
como entre cavalleros se tiene por gentileza y galana saber hab
castellano. Y en Francia, que haba influido en nuestra literatura
en nuestra lengua antes que Italia, suceda lo mismo.
Algo ms tarde, en el mismo siglo, tambin en Flandes, a pesar
la hostilidad latente o declarada, aprendan muchos nuestra
por la necesidad que tienen della, ans para las cosas pblicas
para la contratacin (segn Arias Montano) 2. Hasta en Ingl
senta gran inters por la lengua del enemigo. Respondiendo Japetencia general -dice Lapesa-, fueron muchos los diccionario
gramticas espaoles que aparecieron en el extranjero durante
siglos XVIy XVI!3.
Como del imperio, la lengua es tambin compaera -instru
ya la vez producto- de la creacin literaria. Nunca haban fl
2
3
1.0 traduccin
en el Siglo de Oro
137
138
Traduccin: historia y
139
140
141
JUAN DE JUREGUI
.. .. UTl'i>nTf>
142
Traduccin: historia y
~as'
143
S).
Ms severo se muestra Menndez Pelayo con la traduccin de la
'.rsalia, que, con excepcin del canto VI y algn otro pasaje, hizo
uregui en su segundo perodo, influido ya por el gongorismo. No
mos de celebrar -dicelos hermosos trozos que, en medio de
travagancias inauditas, contiene la Farsalia, y lamentemos al propio
mpo que poeta tan insigne y capaz de haber dado trmino a la
brosa tarea de reproducir en nuestra lengua los primores y atenuar
faltas del cordobs Lucano, cometiera el yerro de dar, en vez de
UlIlltraduccin fiel y ajustada de su modelo, una coleccin de versos
unoros, retumbantes muchas veces, afeados por todos los delirios de
poca, en los que con frecuencia desaparecen las bellezas y con
IlIcuencia ms lastimosa an suben de punto la hinchazn y los
d~l)cctosdel original latino (pg. 258).
...
144
Traduccin: historia JI
~;
I
,
..
C'
~,
1,,11
traduccin en el Siglo de Oro
145
146
Traduccin: historia y
147
148
Traduccin: historia J!
149
E. Traduccin del francs. Introduccin a la vida devota. ComIllJestopor el Bienaventurado Francisco de Sales... Traducido por
d1T1 Francisco de Quevedo ...
Menndez Pelayo la considera preciosa interpretacin de la admIrable Filotea de San Francisco de Sales, que tambin interpretaron
I yzaguirre, Cubillas, Donyage y D. Pedro de Silva; los dos ltimos,
11 ocasiones, con ms fidelidad, siempre con menos elegancia que
uevedr (pg. 109).
El Dr. D. Daniel Poyn, Catedrtico de Francs de la Universidad
Complutense, dirigi hace pocos aos un curso de doctorado que
lI~vopor objeto estudiar esta traduccin quevediana. Se compararon
, S textos de Eizaguirre y de Quevedo entre s y con el original. La
unclusin fue que el texto de Quevedo sigue ms al de Eizaguirre
llUeal de San Francisco de Sales.
VICENTE
MARINER
...
150
Traduccin: historia y
Potica, el12 del mismo mes y ao. Segn esto, slo emple
en traducir la Potica de Aristteles cinco das! Yo he traducido
misma obra, y puedo asegurar que, en cinco das, habra que se};
diligente slo para copiar, escribiendo a mano, como tema
escribir Mariner, la traduccin en limpio.
Pero la mala fortuna de Mariner hizo que de su
produccin slo una parte mnima llegara a imprimirse. y
que la gran masa indita deje de serlo algn da.
Por eso pudo Lope de Vega cantar con justicia en el Laulel
Apolo:
y de Vicente Mariner laurea
151
153
Traduccin: historia y
154
, 7
155
156
Traduccin: historia
157
nes eligen las obras que han de traducirse, desde las lenguas
158
Traduccin: historia
NICA. LA TRADUCCIN
159
160
1:
1,
~I
Traduccin: historio y.
con el12 por 100y el francs tambin con el12 por 100,
occidentales; segn fuentes soviticas, el ingls con el 44 pOI'.
ruso con el 25 por 100, el alemn con el 10 por 100 y el fratitS
el 7 por 100.
Dnde hallar traductores que pongan toda esa masa de
alcance de quienes no conocen las lenguas en que se prodfu::en7
dir que hoy son muchos los cientficos que pueden leer ...
'l!"'''r~
ruso, o alemn, o francs. Pero cuntos pueden leer esas
lenguas, que totalizan alrededor del 90 por 100 de la
cientfica mundial? Por lo dems, aun los que pueden leer 1
extraas prefieren leer en la suya, si piensan que la informaei
llega de modo fidedigno. Ahora bien, el desconocimiento de
de las cuatro lenguas implica la imposibilidad de acceder rh .... .rl'.. "',_
a millones de pginas, entre las que puede haber textos de
vital para una investigacin determinada. Por ejemplo, el dw~ctf'llt:tCI
miento del alemn, que slo participa en la produccin totalde
cientficos con un diez o doce por ciento, supone la carencia-de
a la informacin contenida hoy en ms de 15 millones de pgitias,
se convertirn dentro de diez aos en ms de treinta millones,
Estas consideraciones han movido a los investigadores a
la posibilidad de la traduccin automtica. Los esfuerzos, en
sentido se desarrollaron paralelamente, desde los aos cuarenta"
Unin Sovitica y en el mundo anglosajn. Pero los
fueron insatisfactorios. Ya a fines de 1966, el Automatic L(1,U,",U"
Processing Advisory Commitee, creado en los Estados Unidos
coordinar las investigaciones sobre esta materia, concluy que
preciso abandonar los trabajos. Este reconocimiento del tralCaSGa'Olt
los entusiasmos. Diez aos ms tarde slo funcionaban tres
de traduccin automtica. Las traducciones producidas
siempre la intervencin final del hombre. La utilidad de la
automtica sigue siendo dudosa. Parece poco probable que el
nador pueda, en un futuro previsible, sustituir al traductor
En cambio, puede prestarle gran ayuda mediante 01'(:CH'
mar
mticos o bancos de trminos como los que ya tienen las
L1a'CL .. ' ......
161
"uropeas (DICAUTOM, 1963; EURODICAUTOM, 1973), el Bundesprachenamt del ejrcito de Alemania Federal, la Universidad de
ubec, etc.
Aunque el nmero de traducciones cientficas, tcnicas o documentales haya crecido en este siglo, sobre todo en su segunda mitad,
do manera vertiginosa, la traduccin literaria no corre el riesgo de
desaparecer. Sigue siendo la que proporciona el grueso de las traduciliones que se publican en forma de libro: cerca de 44.000, en 55
ptdses,el ao 1986, segn datos, ya mencionados, de la UNESCO, que,
110f su parte, tiene un ambicioso programa para difundir, en traduciliones, grandes obras de la literatura universal.
La traduccin es, por consiguiente, cada da ms, una actividad
Imprescindible para el desarrollo de la cultura, tanto en el aspecto
dllntfico, tcnico y documental, como en el campo literario y artstico.
e ha dicho, y es verdad, que hemos entrado en la edad de la
t"aduccin. Los traductores son cada da ms numerosos y cada vez
!lItis conscientes de que forman un grupo social importante, no slo
r r su nmero, sino tambin, y sobre todo, por la funcin que estn
llamados a desempear.
Esta conciencia social y profesional ha sacado a los traductores de
111' aislamiento y los ha movido a unirse para defender sus intereses,
tu Hitar el desarrollo de sus actividades y mejorar la calidad de sus
rvicios. En Francia, aparece ya en 1947 la Socit Francaise des
['naducteurs. En 1954 surge en Espaa la Asociacin Profesional
','paola de Traductores e Intrpretes (APEn), y en Blgica la
t'ambre Belge des Traducteurs. En 1955 se crean en Alemania
l' deral el Bundesverbandfr Dolmetscher und bersetzer y el VerluU/ddeutschsprachiger bersetzer literarischer und wissenschaftlicher
erke. El mismo ao se constituye en Gran Bretaa The Translators'
tui/d, yen 1957 The Translators' Association. Entre 1950 y 1960 se
18\\.IIIICCIN.-
11
...
162
'1'
1,/1
163
la sentencia de Catn:
Sat cito, si sat bene.
[Bastante de prisa se hace lo que se hace bastante bien.]
...
164
Traduccin: historia
165
...
166
Traduccin: historia y
167
168
relieve no slo los errores sino tambin los aciertos del tr ......,,",v,,_,.
explicar por qu son aciertos o errores. La crtica de la lH'"U.U'\:o.\>'"VIIIOI
es la crtica de la estructura de la obra traducida. La crtica de
estructura pueden y deben hacerla los crticos habituales, co;n!!l'C~JOI
de la materia tratada en la obra, aunque desconozcan la leilgull
original. La crtica de la traduccin es de otro gnero.
se necesitan aproximadamente los conocimientos requeridos p,ar
buen traductor: el conocimiento de la lengua original, el COllU"J.IJI"".~
de la materia tratada, y, muy especialmente, el conocimiento
do de la lengua en que se ha escrito la traduccin. Y es
naturalmente, confrontar el texto producido por el traductor
texto original. Sin esta confrontacin es imposible advertir
las desviaciones de la traduccin y los aciertos del tradueter,
natural que los crticos habituales no puedan hacer al misma
la crtica de la estructura de la obra y una verdadera critica
traduccin. Precisamente por eso, esta ltima debe incluirse eatre
tareas especficas de los Centros investigadores de la tradueein,
169
1'0.
170
Traduccin: historia y
172
Traduccin: historia y
173
~l
174
Traduccin: historia y
175
..
176
~
\,
177
12
...
178
Traduccin: historia y
179
180
Traduccin: historia y
, JI
181
182
Traduccin: historia JI
183
...
184
Traduccin: historia
185
186
Traduccin: historia y
EL QUIJOTE Y LA TRADUCCIN
188
Quijote y la traduccin
189
190
Traduccin: historia y
n Quijote y
la traduccin
191
192
Traduccin: historia
M Quijote y la traduccin
193
C{l.I
194
p ,
* * *
Hay otro aspecto de la traduccin en el Quijote, que ..sega
nunca ha sido estudiado a fondo, porque a nadie le ha parecido
pueda tomarse en serio. Me refiero al Quijote como tr~u"~.,!",,,.
ficticia. Vale, sin embargo, la pena detenerse aqu unos mOIIlt:;p.tUI.
En el captulo 9 de la primera parte dice Cervantes que lo que
escribiendo no es obra original suya, sino elaboracin de la
195
r~
...
196
m Quijote y
Traduccin: historio
a_
la traduccin
197
198
RQuijote y la traduccin
199
* * *
Veamos, para terminar, algo de lo que en el Quijote se dice, no
la traduccin ficticia, sino de la verdadera.
En el captulo 6 de la Primera Parte, donde se cuenta el
y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librera
nuestro ingenioso hidalgo, censura el cura la traduccin del' ".,,,...furioso, de Ludovico Ariosto, por el capitn Jernimo de Urrea,
le quit mucho de su natural valor. y se extiende este reproche
todas las traducciones de obras en verso: y lo mesmo harn
el cura- todos aquellos que los libros de verso quisieren volver
otra lengua, que, por mucho cuidado que pongan y habilidad
muestren, jams llegarn al punto que ellos tienen en su
nacimiento; es decir, en el original.
.Conocera Cervantes, que saba latn, aquel pasaje de San
nimo, patrono y maestro de los traductores, en la epstola que
200
Traduccin: historia J~
n Quijote y la traduccin
201
202
I
~I
..
'
Traduccin: historia y
EL MADRIGALETE
DE DON QUIJOTE
204
Traduccin: historia
As el vivir me mata,
que la muerte me torna a dar la vida.
Oh condicin no oda,
la que conmigo muerte y vida trata!
As el vivir me mata
Que la muerte me torna a dar la vida!
205
...
Traduccin: historia y
206
en quintillas:
Quando yo pienso al tormento
Que me das, Amor, tan fuerte,
Pensando del mal que siento
Escapar, corro contento
Derecho para la muerte.
Pero ya que llego al passo
Que es puerto de aquesta mar
Penosa, tal gozo amasso
Dentro en m, que no le passo,
Ellalma torna alhentar. (Sic)
Ansi me mata el viuir,
Ansi me abiua la muerte.
[O miseria! [O mal tan fuerte,
Que el viuir puede induzir
Sin que por muerte se acorte! (Sic)
207
entre 1570 y 1575, segn Rodrguez
Bembo.
La traduccin
de
I'11
.
"
208
209
14
...
210
Vase ms arriba, n. 2.
m madrigalete
de don Quijote
211
...
212
213
...
214
Traduccin: historia JI
215
narrador de la escena, es decir, el propio Cervantes, le llama constantemente autor, y no simplemente traductor.
Pero si alguien, abandonando el plano de la autora fingida, pasa
II de la escritura real, y piensa hallarse ante un plagio cervantino,
debe tener en cuenta que el autor del Quijote tena facundia potica
para componer en pocas horas dos docenas o ms de madrigales tan
buenos como ste, en el cual incluso plagia menos de lo que plagi en
la dedicatoria de la Primera Parte al duque de Bjar. Vicente Gaos,
en el volumen III de su amplsima edicin del Quijote (Madrid, 1987,
pg. 17), pone en cursiva lo que en tal dedicatoria es copia literal de
la que Fernando de Herrera haba escrito veinticinco aos antes para
el Marqus de Ayamonte en sus Obras de Garci Lasso de la Vega con
anotaciones (Sevilla, 1580). y resulta que, de un total de doce lneas
y media, Cervantes copia poco ms de cinco. Pero copia no slo las
Ideas sino tambin las palabras.
,
En el madrigalete, que slo son doce versos, mucho ms cortos
que las lneas de la dedicatoria, nicamente copia las ideas, que las
palabras de la traduccin son todas suyas. Y, en cuanto a las ideas,
tampoco las copia por completo, pues a veces, segn hemos visto, se
aparta algn tanto de las de Bembo.
De modo que, si el riguroso censor insiste en hablar de plagio, se
le puede argir que no est en lo cierto, pues se tratara, a lo sumo,
de un semiplagio.
Mrtires de la traduccin
MRTIRES
DE LA TRADUCCIN
217
218
Traduccin: historia :y
y la ms famosa de las
Dimna, traducido del pahlavi o persa medio, hacia el ao 7Stl.
Abd Allah ibn al-Muqaffa. La obra persa era ya una traduccin
snscrito. Tanto el original como la traduccin persa se perdieren.
versin rabe, obra de arte en s misma, se tradujo a unas ou:aro
lenguas asiticas y europeas. El Calila e Dimna renaci as en m',;",..h,d
literaturas por traducciones de la traduccin de otra traduccin.
fbulas, conocidas tambin como Fbulas de Bidpai, han influido
la fabulstica universal gracias a la traduccin de al-Muqaffa,Pero
ste, convertido de la religin de Zoroastro a la de Mahoma, ;UlilU'1
AI-Mansur lo hizo matar por heterodoxo.
William Tyndale fue uno de los grandes traductores ingleses de
Biblia. Naci probablemente en 1494. Desde muy joven estudi6
Oxford y luego en Cambridge. Aprendi en ambas Unl\reJ::!~l~i~QC.
hebreo, latn y griego. y se propuso traducir al ingls el '
Testamento de tal modo que cualquier gan o mozo de IJ'I,M,rIll11'''
pudiera entenderlo. Sospechoso de luteranismo, se traslad _i
burgo en 1524, y luego a Wittenberg para visitar a Lutero, qu
aos antes haba publicado su traduccin alemana del Nuevo "Fe t
mento. Tyndale, despus de fracasar en Colonia, logr imprimir
Worms 6.000 ejemplares de la suya. Buena parte de ellos pasaren
contrabando a Inglaterra. Muchos fueron aprehendidos y
Tambin se intent capturarlo a l; pero huy a Marburgo,
public su traduccin del Pentateuco. Hacia 1530 fij su resi
en Amberes. Abandon esta ciudad en 1533, cuando Enrique
esforzaba por llevrselo a Inglaterra para juzgarlo. Pasado este
regres a Amberes. All lo apresaron en 1535 agentes del
Encarcelado, juzgado por hereja y condenado a muerte, fue 11.. ",,,,, ...
lizado, estrangulado y su cuerpo entregado al fuego.
Pocos aos ms tarde, despus de pasar dos en la crcel, L3
agosto de 1546 era quemado en Pars el humanista, traductor
terico de la traduccin tienne Dolet, acusado de haber
tendenciosamente una frase de un dilogo espurio de Platn,
Axoco. En 369 e 2 argumenta Scrates: La muerte no puedes
vrn
Mrtires de la traduccin
219
as
Louvain-la-Neuve, 1986.
G. Steiner, que no parece conocer directamente la obra de Huet, le dedica on
Alter Babel (1975, pgs. 264-65) dos pginas algo borrosas, basadas en Lon ToAncr,
Pierre-Daniel Huet (1630-1721): Humaniste-Physicien (Bayeux, 1949), que le pareoil
trabajo de aficionado y prolijo, pero es an el nico estudio completo que tenc:D'roll.
(pg. 265, nota).
J Se public en Pars el ao 1661, Apud Sebastianum Cramoisy, Regis et Regjn~.
Architypographum, vi Iacobae, sub Ciconiis. Hubo en 1680 una 2. ed., que en ~I
libro primero no tiene cambios dignos de mencin. Los dos libros ocupan en toral 186
pginas, que llevan antepuestas 15, con el ndice general del libro primero, seguido dd
una serie de poemas laudatorios: un breve epigrama, de tres dsticos (hexmetro + PQI1
221
...
222
Traduccin: historia' J!
223
fUerreDaniel Huet
en
_ ["1>.)
[pg. 18]
224
Traduccin: htstorta-y
225
15
...
226
Traduccin: historia y
Sobre la ambigedad.-Una
palabra [o expresin] admite
interpretaciones. Por qu te inclinas a una de ellas y abandcnas
otra? Por qu le das al lector slo una parte del pensamieate '1
ocultas la otra, y, siguiendo tu propia opinin, no dejas lugar-para
conjetura o para el juicio privado? 4. Debi quedar la cosa en d~lld.
traducirse la expresin ambigua por otra expresin ambigua.
No se permite al traductor [pg. 24] sustituir los juegos de 1.I<lJe,..I.II'.
del autor, sus paronomasias (annominatio), antanaclasis (traduaio, .'
palabras ambiguas, por otras suyas, inventadas por l. Nos
los juegos de palabras del autor; no los tuyos, traductor. QU:~
hacerse? Se debe expresar fielmente la palabra misma; debe
brevemente al margen el pensamiento incluido en la palabra. H
que convencerse de que apenas podr haber alguna traducein,
diligente y cuidadosa que sea, que pueda prescindir de notas y
tencias, con las cuales se reparan en cierto modo el vicio y la ..----..~......
de la traduccin. Esto se debe a la discrepancia de las "''''''''6-\1,,,
(propter linguarum dissensionem).
d) Traduccin de gramticos, historiadores y oradores;-expresiones ambiguas y los juegos de palabras rara vez aparee',b
las obras tericas. Son, en cambio, mucho ms frecuentes'
historiadores y oradores, de los cuales trataremos despus de
dicho algo de los gramticos. 1.0) Gramticos. Su lenguaje, lJei19
preceptos, rechaza todo ornato. Se sigue de aqu que ha de C<_PULJ"."II!I
a los gramticos una traduccin escueta y sencilla (pura et
interpretatio). Lo mismo vale para los dems escritos tcnicos.qpe
limitan con leyes algn arte. 2.) Historiadores. Ha de evitarse q
sean interpolados. Con el hechizo del discurso puede oSCUreee1'8C
verdad, que el traductor debe trasladar entera [pg. 25]. Pgx (1)
parte, es preciso conservar el estilo (character) de todos los
4 Esto recuerda mucho las palabras de Fray Luis de Len en el Prlcgo a
Exposicin del Cantar de los Cantares: ... sin limitarlas [las palabras] a su -.
sentido y parecer, para que los que leyeren la traduccin puedan entender toUg
variedad de sentidos a que da ocasin el original [...] y queden libres para eSC'OlIttf
ellos el que mejor les pareciere.
227
...
Traduccin: historia X
228
* * *
Un adversario ficticio argumenta [pg. 28] en contra de lo'
hasta ahora.
.
1.0) Isaac Casaubon [sostenedor, en el dilogo, de la tesis
defiende Huet] no ha seguido en su traduccin de Polibio, y
menos en la de los Caracteres de Teofrasto, las reglas que iJnp~nc
los traductores: ha seguido a sus autores con cierta libertad, n
estrictamente, aunque siempre de manera fiel.
2.) Las reglas mismas se excluyen mutuamente; pues Il.Q
arte capaz de reproducir el estilo peculiar del autor, si ste be.
traducirse palabra por palabra y si debe conservarse su mismo
y colocacin de las palabras; porque una construccin que suena.
en griego resultar desagradable en latn. Por consiguiente, o
abandonan las palabras y las slabas y su colocacin, o se renuncia
estilo del autor. Las leyes propuestas son ms que
cumplimiento, imposible, por mucho que se esfuerce un tnlQlletOn
pues las lenguas discrepan muchsimo entre s por el nmero
significado de las palabras; por la desemejanza de los gneros, de
casos y de los nmeros; por la flexin y por la abundancia de las
tculos, prefijos y nombres; por el nmero de las conjugaciones;
la multitud de los tiempos y modos; por la variedad de las
por la formacin de las palabras, y, finalmente, por toda su au,;u""I"I.~
tienen abundancia de artculos los griegos y los franceses, ",,,,,rp<,,, .. ,,~
ellos los latinos; todos stos andan muy escasos de conjugaciones,
las cuales abundan los hebreos y ms an los rabes; los
1>lerreDaniel Huet
229
Traduccin: historia y
230
2.
En cuanto a la contradiccin entre las normas diet
Cada lengua tiene su carcter y, por decirlo as, su genio. Porr eso
disposicin de los vocablos que en hebreo puede producir-algo
y magnfico, en latn dar quiz un sonido bajo y humilde, Y I
traductor se empea en conservar ambas cosas de modo que nada
pierda, ser como si Lisipo, al formar en bronce el rostro de AJejalldJll
quisiera reproducir tambin con el mismo arte el color, la ,m,it,VI,n.
de la piel, el calor, el hlito de la boca, el movimiento de los
y de los prpados. Ciertamente sera deseable que pudiramos
guir ambas cosas en la traduccin; mas, ya que esto se puede
pero no conseguir, debemos contentarnos con una de las d'Os.Y
mismo modo que Lisipo, dejando a un lado todo lo que no'
conseguir con su arte, concentraba toda su industria en reproducir
disposicin de las partes, su dimensin y concierto, que es 'lO
sobre todo constituye la semejanza, y, al expresar l:UIUlUl)lIillllll~nI.
esto, mostraba tambin la figura y el carcter del rostro; delmis
modo, el traductor debe buscar ante todo la semejanza en la'_:>'l'lilIl,U'"
cacin y en la composicin de las palabras, pues si sta se rep
diligentemente, se mostrar tambin el estilo peculiar del autor.
pues, al exigir la misma construccin de los vocablos y la lt:lllC.I."lIll1t11
de forma o color, he querido reprimir la insana licencia de !;LI,e;~",l""
traductores que con un solo y mismo estilo, es decir, el suyo
puede ser fcil y difuso o grandioso y apretado, traducen e '
los ms diversos gneros de escribir, y nos imponen libros que
consideran buenos en traducciones que a m me parecen psimas.
Finalmente, no cree Casaubon que se le pueda acusar de ~>""'Tiri'l~It,1
excesiva, pues la adhesin del traductor a las palabras del
queda, en sus normas, condicionada por la propiedad de la 16Hgua
que se usa para la traduccin; es decir, el traductor debe segurr al
autor mientras su lengua lo permita. Por eso no se puede represha
a un traductor latino que no reproduzca los aoristo s griegos 0' lBS
muchas conjugaciones de los hebreos o de los rabes,
231
0)
NORMAS CONCRETAS
1.
Los Setenta. Las desviaciones que se observan en ellos se
deben a corrupcin de los cdices. Aquila, Teodocin, Simmaco,
Hesiquio, Luciano, Eusebio y Pnfilo. Traducciones samaritana,
siriaca, etipica y prsica. Entre las muchas malas latinas, San Agustn
prefera la tala porque conservaba tenazmente las palabras y era
muy clara en los pensamientos (quod verborum tenax erat, et perspicua
sententiis]. San Jernimo hizo dos traducciones [pg. 40]: una del
griego; la otra, del hebreo. De sta y de la antigua tala se form, por
fusin, la Vulgata. De la segunda de Jernimo atestiguan Agustn,
Gregorio e Isidoro que fue preferida a las dems porque sigue tenazmente las palabras (quod verba tenaciter consectetur).
San Agustn, lib. II de Doctrina christiana, cap. 13, 15, dice que,
para conocer el sentido autntico de la escritura, se debe acudir o a
las mismas fuentes: los ejemplares hebreos o griegos, o a traducciones
que se hayan atenido fielmente a las palabras. Expresa su deseo de
0)
232
233
RESUMEN
[pgs. 78 s.]
...
234
e)
Quien cuide los pensamientos de tal modo que descuide las pala
bras, o se dedique de tal modo a las palabras que debilite los pel1.ll
mientos; o, finalmente, siga los pensamientos y las palabras de t
modo que arruine el sabor [= estilo], perder la alabanza y el han
del traductor.
Hay otras tres cosas que no se exigen, pero s se esperan y desea
de un buen traductor:
1:1) que la traduccin sea sumamente clara (ut summa sit
interpretatione perspicuitas);
2.") que sea elegante y armoniosa (elegans et concinna);
3.") que pueda ser leda como una obra original (<X1JTOlpU"S),
n
como la traduccin de una obra ajena.
Si a las tres anteriores aades estas tres ltimas, habrs lograd
una traduccin perfecta (omnibus absolutam numeris).
As, pues, toda la excelencia del traductor consta de seis cualidad
las principales son estas tres: escrupulosa exactitud en los pensamiento I
fidelidad en las palabras, sumo cuidado en el color. Se les alidcs
estas otras tres: eximia claridad, gracia y naturalidad (lo que Jer6nimo
llama vernaculum, y nosotros mholpu,,). Si alguien logra todo
ganar todos los tantos (punctum is omne tulerit).
1
PREFERENCIAS
[pg.
235
...
236
237
...
MI EXPERIENCIA
COMO TRADUCTOR
* * *
Puedo decir que la traduccin me ha atrado con gran ffler1.
desde muy nio. y esto se debe, probablemente, al hecho de C@e,
desde los tiempos ms lejanos de mi recuerdo, siempre he seQJid
gran inters por la comprensin de lo odo o ledo en otras lenguas,
y por la expresin en la ma.
El pueblo donde nac, Lombillo de los Barrios, pertenece a la
zona del Bierzo de habla castellana. Pero a menos de diez kilrnetrs,
en direccin noroeste, est la divisoria entre el castellano y el gal1~-&~.
Cuando yo era nio, con gran frecuencia iban a trabajar a Lombill
gentes de lengua gallega (canteros, serranchines, cordeleros, afiladores),
Me encantaba orlos hablar, y pasaba cerca de ellos todo el tiempo
que poda.
239
240
Traduccin: historia y.
son noventa y cuatro. Despus del ltimo, est escrita la fecha del
de julio de 1939. Estn plagados de faltas. A pesar de todo
esfuerzo prolongado me hizo aprender mucha gramtica y
vocabulario.
En el otoo de 1939 traduje, slo para ejercitarme, sin nt~''''''IA.
de publicar la traduccin, una novela alemana, cuyo ttulo no.
tampoco el nombre de su autor.
Entre febrero y marzo de 1940 aprob en Madrid el Examen
Estado, que daba el ttulo de Bachiller, necesario para los 'estud
universitarios. Por lo avanzado del curso, no pude ya
en la Universidad. Permanec en Madrid todo aquel ao.
Durante el verano, como no tena nada que hacer y andalia
de dinero, pens en ganar alguno traduciendo, con intencin de
blicarla, la Medea de Sneca. Haba comprado en la Cuesta
Moyano un hermoso volumen impreso en 1785, en cuya portada
un grabado que representa, sobre un crculo negro, a Medea en,
carro tirado por dos dragones alados. Sin duda fue esto lo que
movi a traducir la Medea y no cualquiera de las otras nueve trl'!!gec:l
que contiene el volumen. Yo, entonces, no tena preferencia
ninguna, sencillamente porque no las haba ledo.
Decid hacer la traduccin en verso. Desde nio me ha 1;.""""''''''
versificar, aunque nunca he querido publicar mis versos. Cree
slo en dos ocasiones he quebrantado este principio. En un
titulado Masa tcerii. Simposion de Metafore la Brncusi, Bueu
1970, pgs. 300-302, apareci un poema mo titulado Recuento
Rumania, escrito despus de dos viajes a aquel maravilloso pais,
traducido al rumano por el poeta Ion Caraion con el ttulo
Amintirea Romniei, yen el nmero 63 de la revista Estudios \A~I,I'ICl'"".,
mayo de 1970, pgs. 161-164, publiqu otro, titulado Amarilis,
rado en el clebre verso quinto de la primera gloga de Virgillo:
formosam resonare doces Amaryllida silvas.
241
16
242
Traduccin: historia"
a.e
243
8C
244
Traduccin: historia X:
245
246
247
248
el nmero 22 de la Revista de Filosofa, pgs. 379-416, y artculos
aparecieron en Arbor entre 1948 y 1955, aos en que fui redaeter d.
la Seccin Extranjera de dicha revista; casi todos, sin mi firtaa, Ni
siquiera recuerdo sus ttulos ni los nombres de sus autores, ,SalO
tengo separatas de uno titulado Valera en Washington, de f.cyru.
DeCoster (Arbor, n.v 58, pgs. 215-224).
Del francs, en cambio, he traducido bastante. No tanto COJJ1li1 doJ
alemn; pero no poco. Aparte de numerosos artculos publicados.ea
Arbor, una obra de E. Gilson, El realismo metdico (Madrid" 1930)
y otra de L. de Raeymaeker, Filosofa del ser (Madrid, 1954); sta, en
colaboracin con mi mujer, Mara Dolores Mouton.
Mi traduccin ms importante de esta lengua, por su reper.eu$i6n
la ms importante de cuantas he hecho, son los cinco volmenes do
la monumental obra del sacerdote belga Charles Moeller, Littra'!.u",
du XX, siecle et christianisme. Cuando decid traducir y publicar en
Gredos esta obra, el ao 1955, haban aparecido ya los dos prilrtero.
volmenes de la edicin original. Para ganar tiempo, encomend .
traduccin del segundo volumen a mi amigo Jos Prez Riesco, lme
reserv la del primero. Prez Riesco, hombre de gran talento y de-flna
sensibilidad lingstica, hizo una traduccin excelente. Pero, ,en edi~
ciones posteriores, Moeller ampli bastante este volumen, q]lf,len
la primera edicin era notablemente ms breve que el primero, y en
la sexta se aproxima a las 500 pginas. Todas las adiciones fueton
traducidas por m,
En los cinco volmenes publicados (el autor tena previsto eiro,
que cerrara el conjunto; pero muri en 1986, dejando inconclusa-la
obra), Moeller dedica ensayos muy penetrantes y, al mismo tiempo;
muy humanos y muy respetuosos, a una larga serie de autores c,()'n~
temporneos, cuyas obras analiza e interpreta desde un punto; de
vista profundamente cristiano, catlico, pero muy comprensivo 'i
abierto. Poco despus de aparecer en francs los dos primeros yll.
menes corri el rumor de que haban estado a punto de ser incluit\lEl:5
en el ndice de libros prohibidos, que por entonces estaba an vigente.
No s lo que habr en ello de cierto. Es curioso que, aos ms tarde
249
250
Mi experiencia
m'o
como traductor
251
252
Traduccin: historia y
253
254
Traduccin: historia y
255
Volviendo a Aristteles, la traduccin de sus obras es particularmente difcil, por los temas tratados y por el estilo peculiar del
stagirita. De la Metafsica escribi Menndez Pelayo en 1875 que
nunca haba sido traducida al espaol acaso porque su oscuridad y
rido estilo han arredrado a nuestros humanistas. La dificultad de la
Potica es sin duda menor, pero no pequea. Ambas obras pertenecen
1grupo de las llamadas por los primeros comentaristas de Aristteles
esotricas o acroamticas; ambas presentan un carcter fragmentario, a veces inconexo, que es para el traductor causa de no pocas
dificultades,
Afortunadamente, estas dificultades se compensan con ayudas
Queno suele tener el traductor de obras modernas. En primer lugar,
las grandes obras de los autores clsicos -y tal es el caso de Aristteles=- han sido, en general, estudiadas por grandes comentaristas.
a consulta de stos es una gran ayuda. Para la Metafsica tenemos
los comentarios valiossimos de Alejandro de Afrodisias, de Temistio,
de Siriano y de Asclepio. De la Potica no hay ningn comentario
ntiguo directo; pero son tiles, indirectamente, los de Amonio y
stfano al libro Sobre la interpretacin, as como un comentario
annimo y otro de Estfano sobre la Retrica.
Tambin disponen los traductores del griego de buenos diccionarios, tanto generales como especializados. Es difcil llegar a dominar
l griego antiguo de tal modo que se pueda prescindir por completo
,de un buen diccionario. Para traducir a Aristteles, no se puede
aornparar ninguno con el Index Aristotelicus de Hermann Bonitz,
nuevamente publicado por la editorial Walter de Gruyter, en Berln,
el ao 1961. En l se enumeran, y con frecuencia se ejemplifican,
lodos los usos de cada una de las palabras que aparecen en las obras
'de Aristteles.
Es bien conocida la importancia que en la teora y en la prctica
de la traduccin tiene el contexto. El significado de una palabra
obra matiz distinto, se modifica y hasta se altera por influjo de las
palabras que la acompaan, es decir, por el microcontexto. Para
onocer los efectos del microcontexto suele bastar la perspicacia de
256
Traduccin: historia lY
257
17
258
II
TEO RA Y CRTICA
PRECISIONES TERMINOLGICAS
* Palabras pronunciadas en mi investidura de Doctor honoris causa por la Universidad de Len el 16 de noviembre de 1990.
262
Traduccin: historia y
Precisiones terminolgicas
n".",
263
264
Precisiones terminolgicas
265
...
ormacion de traductores
FORMACIN
DE TRADUCTORES
267
268
duo, y menos un pueblo, puede leer todas las lenguas en que hoy
refleja el progreso humano. Por eso el refuerzo de la prot,ina
desarrollo de la traduccin es un objetivo que cualquier "SO)t;lal~"
civilizada que verdaderamente quiera seguir sindolo no puede
de proponerse.
Las autoridades docentes de los pases de lengua espaola
haberlo comprendido. En casi todos se han creado en los
lustros centros universitarios para formar traductores. En
funcionan desde hace aos dos Escuelas Universitarias, y estl\
proyecto otras. Hay, adems, un Instituto Universitario en M
para alumnos ya licenciados. A su creacin creo haber contri
con diversas gestiones y con los artculos periodsticos a que antes
refera. y en l ejerc mi actividad durante los ltimos once aos
mi vida docente.
Con relacin a las Escuelas Universitarias, he manifestado ml'1!
una vez mis dudas de que sus planes de estudio puedan nr,r.n,nl'l'-lnnH
a bachilleres bisoos la formacin requerida para el ejercicio IlHUlll1N1
de la traduccin. Dudo, sobre todo, que en tres o cuatro aos r:
~_
darles el conocimiento terico y la destreza prctica en el manejo
nuestra lengua, imprescindibles para traducir con decoro.
tienen este conocimiento y esta destreza todos los diplomadas
Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores de
Complutense. La experiencia ha demostrado que los estudios d
arrollados en este Centro durante dos aos, a razn de tres
diarias, no bastan para alcanzar la meta propuesta. Habra
dedicar un ao ms a las enseanzas tericas y, sobre todo a
ejercicios prcticos.
Por otra parte, cabe preguntarse: Puede la Universidad ti't'nll.
buenos traductores? Depende de lo que por forman> se entienda,
Universidad no puede formar buenos traductores, ni buenos pr,ofesolllGlt
si por formar se entiende dar la forma definitiva, consolidar
profesor o al traductor perfecto. El traductor, como el profesor
forma, se hace menos imperfecto -la perfeccin es imposible'la prctica duradera, perseverante, atentamente sostenida a lo larg
.'ormacin de traductores
269
ALGUNAS
"
ir~
.~
VENTAJAS
DE LA TRADUCCIN
l.
271
272
Traduccin: historia y
'"1,
273
18
....
274
Traduccin: historia
)1
r.,
~I'
~"
LA TRADUCCIN, CREADORA DE
275
...
276
277
278
3.
279
..
280
I~
l-
281
CONSIDERACIN
FINAL
282
,
l'
I~I
1"
un.
e.
283
..
284
285
...
286
sentir culpable. Lo correcto sera: ... hacer que me sienta culpable.
y quin dice hoy entrenarse, que sera lo correcto cuando -alguiclI
se ejercita a s mismo, en vez de entrenan>? El equipo entrenar
varias horas, o cosas por el estilo, escriben a diario los pe:riQdioo
Segn el Diccionario de la Academia, entrenar es preparar, adieslt
personas o animales, especialmente para la prctica de un deporte"
y entrenador, entrenadora, es la persona que entrena perlio.o:os
animales. Pues bien, si entrenador es el que entrena, y el 'e_~uip
entrena, el equipo ser entrenador.
El verbo to read leer puede significar tambin deeirts )j
ejemplo, en esta frase: The constitution reads asfollows: la eensuiu
cin dice lo siguiente. Pero es un anglicismo descomunal -y lo h
visto en obras de dos fillogos de cierta fama- escribir en espaol
Durante siglos, todos los manuscritos e impresos de X. leyeron
en algunos casos siguen leyendo- que las ninfas ..., Los manusert
leen...; ... con una nota al segundo prrafo que lea...; La Ilota 35
debe leer ahora ....
Podra seguir aduciendo ejemplos y ms ejemplos. Pero no quie
fatigar la atencin de ustedes. Muchas gracias por la que me
prestado. (<<Prestares, en este caso, dan>,conceder
Los ingleses dicen to pay attention; literalmente: pagar atenen;
Espero que a ningn espaol se le ocurra calcar este giro i'r1,1
diciendo pagar atencin, en vez de prestarla.
Muchas gracias de nuevo!
288
Traduccin: historia y
289
-19
290
LAS TRADUCCIONES AL
291
Traduccin: historia y
292
* * *
23. Veamos ahora cules son y cmo funcionan los mecanism;
con que la traduccin moldea y enriquece la lengua que le sirve
medio expresivo.
293
24. Una lengua se enriquece sobre todo por los elementos nuevos
[ue, incorporados a ella, producen su desarrollo. El proceso de
r cuperacin y prdida internas, magistralmente descrito por Horacio
n su Arte potica (vv. 70 s.):
Multa renascentur quae iam cecidere, cadentque
quae nunc sunt in honore vocabula ...
[Renacern muchos vocablos fenecidos,
y otros fenecern, ahora honrados ...]
294
aceite, acbar,' acicate, adalid, adarga, adarme, adelfa, adoqun,
295
etel.e
...
296
Traduccin: historia .Y
~i""",
297
298
Traduccin: historia y
299
...
300
44. Podemos exigir a los traductores los conocimientos
ticos y el virtuosismo de que carecen muchos escritores? S; porq
traductor, el buen traductor, est ms obligado an que el
original a usar con absoluta correccin su lengua. Libre de)
temtico -el tema se le da ya hecho con todo detalle-, el u;nd
puede y debe concentrar su atencin en la forma. Puede y,
enriquecer su lengua sin deformarla.
45. Pero el prstamo, sobre todo en su forma cruda
extranjerismo, tiene siempre algn riesgo, sobre todo el de 00
entendido, o ser mal interpretado, por los lectores que deseen
palabra original. El traductor debe evitar el extranjerismo
que le sea posible. y uno de los recursos para evitarlo puede ser
calco.
46. El calco es una construccin imitadora, que reproduce
significado de la palabra o expresin extranjera con sigo:iiic'6:nt~
la lengua que lo practica. La diferencia entre prstamo y calco
difana en los siguientes ejemplos: ftbol es en espaol prstamo
ingls football, sin ms cambios que el ortogrfico para
nuestra pronunciacin; rascacielos, en cambio, es calco dtd i
skyscraper. Aqu se han cambiado los significantes ingleses, k.
scraper por los significantes espaoles cielo y rascan>,y tambin
sintaxis de la composicin inglesa, que antepone el deterrninadn
determinante, mientras que la espaola antepone el
al determinado. Se ha cambiado tambin el agente, rascador)" por
verbo en tercera persona, rasca, procedimiento seguido p01'
lenguas romnicas para este tipo de compuestos. Tenemos as t;L
rascacielos, equiparable al francs gratte-ciel, italiano gra
portugus aranhaceus. En cambio, el alemn Wolkenkratzer t:'II'"'''rv.
no slo el agente, sino tambin la sintaxis del compuesto io&-Ie&
espaol y el portugus pluralizan el determinado, que en
francs e italiano est en singular.
47. El prstamo y el calco se daban ya en latn, referidos a
a una misma palabra griega: atomus es prstamo, e individuum {y
301
302
303
305
PARA
TRADUCTORES
*
DEFINICIN DE LA TRADUCCIN (COMO PROCESO)
20
...
306
307
308
309
POSIBILIDAD DE LA TRADUCCiN
310
Traduccin: historia JI
311
312
rosario, en el doble sentido de nmero determinado de padrenuestros y avemaras que se rezan, y sarta de cuentas que sirve para ir
contando las avemaras rezadas. Pues bien, he ledo que, en cierta
ocasin, al representarse en la Unin Sovitica el Maria Stuart de
Schiller, la protagonista estuvo saliendo a escena varias semanas con
una guirnalda de rosas colgada del cinturn, porque en las acotaciones
del original alemn, para caracterizarla como mujer catlica muy
devota, casi beata, se deca que deba llevar colgando einen Rosenkranz, es decir, un rosario.
En este caso, las consecuencias de la mala traduccin fueron
simplemente jocosas. Pero he dicho que pueden tambin ser trgicas.
Se cuenta que, poco antes del lanzamiento de la primera bomba
atmica, el Gobierno de los Estados Unidos exigi la rendicin del
Japn mediante un ultimtum. El Gobierno japons respondi que
consideraba la propuesta. Pero, segn la traduccin al ingls,
la rechazaba. Este error de traduccin caus medio milln de
muertos.
Otras veces el disparate de traduccin puede deberse a ignorancia
lingstica y tambin cultural. En una historia de la literatura romana
escrita en alemn se menciona un relato segn el cual un muchacho
cae, a los diez aos de edad, en un sueo profundo, del que no
despierta hasta muchos aos despus. El autor comenta: Es ist eine
Abwandlung eines verbreiteten Motivs (Epimenides, die Siebenschldfer,
der Monch von Heisterbach, Rip van Winkle). La traduccin deca:
Es la adaptacin de un motivo muy difundido (Epimnides, el lirn,
el monje de Heisterbach, Rip van Winkle). El traductor desconoca
el significado de Siebenschldfer, y consult un diccionario alemnespaol. Los dos ms usados en Espaa son el Slaby-Grossmann y el
Langenscheidt. Los dos vienen a decir lo mismo: Siebenschldfer: en
zoologa, lirn, y en sentido figurado, dormiln; en plural (Sagengestalten, es decir, figuras legendarias), los Siete Durmientes. El
bueno del traductor, que sin duda tena prisa, cogi el primer significado que se le ofreca, el lirn, y no se par a leer lo siguiente. Ni
siquiera se dio cuenta de que, siendo Siebenschlafer masculino, die
313
314
315
316
317
318
319
320
1"
A'
",,'
321
,,_
-21
LA TRADUCCIN
323
324
'\
1:
I
I
325
1 traductor conoce el significado lxico y las posibilidades morfolgicas de todas las palabras. Sabe incluso, por el contexto de los
versos anteriores, que el complemento directo de prospexit es
hunc = Daedalum. Prospexit ab ilice son tres palabras morfolgicamente unvocas; perdix, que podra ser nominativo o vocativo, tiene
que ser aqu sujeto de prospexit, y, por tanto, nominativo. Pero los
adjetivos garrula y ramosa tienen aparentemente las mismas posibilidades: nominativo, vocativo o ablativo singular, o nominativo,
vocativo o acusativo neutro plural. Como aqu no hay ningn sustantlvo neutro plural con el que concuerden, las posibilidades quedan
reducidas a las tres del singular. Sin necesidad de recurrir a criterios
no morfosintcticos, se puede excluir el vocativo, porque el nico
"1
~I
"~I'
!,
"
326
327
Luque traduce:
Es el momento, Febo, de acudir a tus ritos.
328
Traduccin: historia
}I
LI,.. _.
~!
I
I
~,
329
330
dijo a sus criados: ... traed el ternero cebado y matadlo ... .EJ hl
mayor dijo a su padre: ... nunca me has dado un cabrito para: ha
fiesta con mis amigos, y al volver este hijo tuyo ... le matas ellerHtf
cebado. Me choc la reiteracin del artculo determinante antepuest
a ternero. La expresin el ternero cebado me pareca rebajar I
categora del padre, al que siempre me haba imaginado C0l')l(:) j.J
gran seor, tan rico como bondadoso; en el simbolismo de la ..>1'''...
nada menos que la representacin de Dios. Me pareca impropio
slo tuviera un ternero cebado, el ternero cebado que m~m.(J,a".
matar para festejar la vuelta de su hijo prdigo.
Como ahora los curas hacen mangas y capirotes de los text
litrgicos, pens que aquello no era ms que una originalidad d
predicador. Al volver a casa consult la Sagrada Biblia, :ver/61l
directa de las lenguas originales, hebrea y griega, al castellano, p
Elono Ncar Fuster y Alberto Colunga, Madrid, BAC, 2." edl1:i
1969. Y, en efecto, aqu pude leer, en el pasaje correspondient
(Lucas 15, 22 ss.): traed un becerro bien cebado y matadle .., 'J ,
padre ha mandado matar un becerro cebado ... le matas un tl'll't!PI,.,..
cebado. Esta versin restableca la imagen de una casa rica, -pofb,UU'JI
de siervos, regida por un gran seor, que, al recuperar al hijo
manda vestirle una tnica nueva, ponerle un anillo y calzarle san4ati
y que se celebre un gran banquete, con msica y coros.
Pero ... la duda, amortiguada por el prestigio de Ncar-Colunga
por mi propio deseo esttico, lata discreta, aunque tozuda.
ocurri consultar una edicin cuatrilinge del Evangelio de .J.v',.".......
Seor Jesucristo, en espaol, ingls, francs y alemn. Madrid,
1972. Contiene una versin espaola de D. Yubero, la versin
editada por la Oxford University Press y Cambridge Uni
en 1961; la versin francesa publicada por ditions Silo en L964
la versin alemana revisada en 1956 por el Rat der
Kirche in Deutschland. Con sorpresa hall en todas estas VI':""""nllll'
el artculo determinante:
esp.: traed el ternero cebado, matadle [yo escribira mat.adloj
tu padre mat el ternero cebado ... t le mataste el ternero cebad
0 ..,
,~
~
1
,l!
~I
331
fr.: amenez le veau gras, tuez-Ie, ... tOI1pere a tu le veau gras .,.
tu fais tuer pour lui le veau gras,
ing.: bring the fatted calf and kill it ... and your father has killed
(he fatted calf ... you kilI the fatted calf for him.
al.: und bringt das Kalb, das wir gemastet haben, und schlachtet's
... dein Vater hat das gemastete Kalb geschlachtet ... hast du ihm das
gemastete Kalb geschlachtet,
Este cudruple testimonio amenazaba con destruir mi imagen del
padre-seor de gran casa y hacienda, y reducirla a la de un labrador
medianamente acomodado, que slo cebaba un ternero y lo reservaba
para alguna ocasin solemne. Mi imagen slo se apoyaba ahora en la
autoridad de Ncar-Colunga y en mi propio deseo. Para solucionar
definitivamente la duda, era preciso acudir a la fuente griega. Y,
desilusinl, el original griego deca: TOV I-lOXovTOV OlH1JTVlas
dos primeras veces, TOV OlH1JTOVI-lOXovla tercera. El padre del
hijo prdigo slo tena, pues, un ternero cebado. El artculo determinante singulariza aqu, y excluye la pluralidad que implicara el
indefinido: el ternero cebado niega que su dueo tuviera ms
terneros cebados.
De dnde haban sacado, entonces, Ncar-Colunga su versin
contraria? sta slo puede explicarse por distraccin de los traductores,
o -lo que es ms probable- por influjo de la versin latina de la
Vulgata: et adducite vitulum saginatum, et occidite ... occidit pater
tuus vitulum saginatum ... occidit vitulum saginatum, Si el Evangelio
segn Lucas se hubiera escrito originalmente en latn, la versin de
N car-Colunga estara tan justificada lingsticamente como las otras,
y estticamente dara a la parbola ms realce. La falta de artculo en
latn producira una ambigedad insoluble. Y la mayora de los
traductores se inclinaran probablemente -por razones estticas y
afectivas- a la solucin contraria al pensamiento del autor. Cuntas
veces la carencia de artculos ocasionar este mismo extravo en la
comprensin de textos latinos?
Con las dificultades de comprensin producidas por la ausencia
de artculo no se agotan las que pueden surgirle al traductor de textos
332
333
334
335
336
Traduccin: histo.rio ~I
337
22
338
Traduccin: historia
)1
339
340
Claro que tambin sera discutible por otros motivos; sobre todo por
la imagen nada virgiliana del campo-tambor.
Finalmente, este verso y medio de las Metamorfosis (VIII, 245 s..'),
en que Ovidio describe de modo insuperable, inasequible a la traduecin, el invento y uso de la sierra:
...jerroque incidit acuto
perpetuos dentes et serrae reperit usum.
341
..
342
Cuatro versos muy logrados, que, sobre todo con el seseo hispan
americano, conservan no poco de la armona imitativa del oIJ
Pero podran traducirse en tres versculos libres, igualando ela ".'
de los hexmetros latinos, y conservando mejor an sus calid:adca:
llmlrDO
343
...
344
de la del traductor, como quera Lutero y quieren muchos tratadist
modernos.
A mi juicio, el problema se plantea con claridad y se reSuely
correctamente en estas palabras de dos excelentes tericos: La enorm
disparidad entre las estructuras superficiales de dos lenguas sirve d
base al dilema tradicional de la traduccin: segn este dil,ema, I
traduccin o es fiel al original y desaliada en la lengua receptora,
tiene buen estilo en la lengua receptora, y entonces es infiel al 0cigimd
Ahora bien [...] debe ser posible hacer una traduccin que .sea
mismo tiempo fiel y de estilo aceptable. Pretendemos incluso.que un
traduccin que no tenga en la lengua receptora un estilo tan corree!
como el texto original [...] no puede ser fiel (Ch. R. Taber y E.
Nida, La traduction: Thorie et mthode, Londres, 1971, pg. 31).
Un ao antes, en la pgina XXVII del prlogo a mi edici
trilinge de la Metafsica de Aristteles (publicada en 1970), ,dllc 10
mismo, ms concisamente: La regla de oro para toda traduccin el
a mi juicio, decir todo lo que dice el original, no decir nada que I
original no diga, y decirlo todo con la correccin y naturalidad qu
permita la lengua a la que se traduce. Las dos primeras n.r:Ji'!
compendian y exigen la fidelidad absoluta al contenido; la tercer
autoriza la libertad necesaria en cuanto al estilo. La dificultad resld
en aplicar las tres al mismo tiempo. Quien sepa hacerlo merecer con
toda justicia el ttulo de traductor excelente.
346
m"
347
6. Por lo que dije antes del estudio del francs, que suele ser en
Espaa bastante ms intenso que el del italiano, es difcil que un
348
349
350
Gua Prctica
la Traduccin Francesa, otra de la Traduccin Italiana y otra tJ,
Traduccin Portuguesa. O bien se podra hacer para 11l;S,
romnicas algo semejante a un trabajo cuya primera parte se nllnlll_
hace ya tiempo en la revista alemana Lebende Sprachen (cuaderao
1976) con el ttulo Falsche Freunde des bersetzers. Vergle_f(;h~"
Gegenberstellung einiger Substantive in Deutsch, Franzos h,
glisch und Russisch; es decir, Falsos amigos del traductor. Cli'lnflnllll.'
tacin comparativa de algunos sustantivos en alemn, francs,
y ruso.
Janeiro.
Tendramos
as para
el espaol
una
lO.
351
352
Traduccin: historia
rienn 'esta craindrehormis la crainteelle mme, produjo la m~!ml)rll_
versin a la que acaso debemos la vida: Como deca con ardo
presidente Roosevelt, el miedo a las hormigas lo crean eU~ ml1I01I_
11. TRADUCCIONES
DISPARATADAS
DELIT.
Me he referido ya a la traduccin de salire por salir, en :vez
subir, en la Divina Comedia. Es comprensible que un traduetor
distraiga y cometa este error en la traduccin de frases coma
cratere salgono nuvole di vapore, o il sole sale: del crter salen
de vapor, el sol sale. Se podra incluso defender estas adu~~_Ojrt.
porque as es como se dice en espaol hablando
Casi es ms natural decir del crter salen que del crter
nubes de vapor, y nadie dice que el sol sube, sino que sale.
353
23
354
Traduccin: historia
y"'"
12.
l'
355
356
357
358
359
20.
Son menos frecuentes que las del francs, porque del italiano se
traduce al espaol mucho menos que de la lengua de Racine. Por otra
parte, son menos llamativas, porque la estructura del lxico y de la
sintaxis del italiano se acerca tanto a la del espaol que el paso de una
a otra apenas causa extraeza. Pero la intrusin de estructuras italianas
en las traducciones espaolas es frecuentsima.
Hace un par de aos levant cierta polvareda la denuncia, en un
largo y documentado artculo, de una traduccin del italiano, muy
elogiada sin embargo por la crtica. La denunciante afirmaba haber
llenado diez y nueve pginas con perlas semejantes a las que all
aduca. Entre stas figuraban:
pagaren contante(por pagaral contado), calcodel italianopagare
a contanti.
360
Traduccin:
historia y lIJor
Problemas de la traduccin
de lenguas romnicas
361
y luego pregunta:
Cosa mi ha indotto dunque durante la notte / ad abbandonare lo
spazio ...
El traductor escribe:
Ayer noche en la cama me haba puesto / por la parte de la derecha
..............................................
y esta maana al despertarme me he encontrado a la izquierda ....
Entonces qu es lo que me ha inducido durante la noche
el espacio ...
I a abandonar
Traduccin: historia IY
362
363
De un peridico madrileo:
El Santo Padre, en su deseo de andar al encuentro tambln
estos grupos, ofrece a los obispos ...
en espaol: es, era, ser alabadopor todos; pero no: viene, vena,
vendr alabado por todos. Por eso, la sangre es, era, ser derramada; pero no: viene, vena, vendr derramada. Nuestro genial
poeta, adems de tener apellido italiano (lo cual podra explicar
algn atavismo lingstico), residi en Italia muchos aos.
21.
Traduccin: historia y
364
SOfl '
365
el
367
368
Traduccin: historia JI
369
24
371
370
2.
Las dems lenguas espaolas sern tambin oficiales en las respectivas Comunidades Autnomas de acuerdo con sus estatutos.
3. La riqueza de las distintas. modalidades lingsticas de Espaa es
un patrimonio cultural que ser objeto de especial respeto y proteccin.
372
373
375
374
el
e'
376
377
378
Traduccin: historia .Y
379
Prez-Barreiro. Aspiraban a aquel premio ms de dos docenas de traducciones hechas a cualquier lengua de Espaa. La mayora de ellas
eran traducciones al castellano; pero las haba tambin al cataln y al
vasco. Una de las de lengua castellana era traduccin de la misma
obra inglesa. Distaba mucho de la calidad de la traduccin al gallego.
No descubro ningn secreto si digo que tuve el honor de formar parte
de aquel jurado, y gran satisfaccin al aconsejar que se otorgara el
premio a la traduccin gallega l.
Que mi opinin contraria, en principio, a las traducciones del
castellano al gallego no es puramente subjetiva y arbitraria, lo veo
Confirmado en un largo y documentado estudio de Joaquim Romau.era y Rami, titulado Traducciones entre lenguas del Estado
spaol y presentado por su autor en las mismas lomadas de la
PHI en 1988.
En lo referente al castellano vertido al cataln, al euskera o al
llego =-dice textualmente al comienzo de la pgina 7-, hay algo
\.lemanifestar previamente: El hecho de que los ciudadanos y ciudadanas que leen en el Estado Espaol conozcan el castellano, hace que
110 sea necesario ni imprescindible traducir las obras a estas lenguas
perifricas. Porque -aadelo .ideal es leer siempre en el idioma
I riginal. Y, adems, el esfuerzo no gastado en esas traducciones
umecesarias podr dedicarse a publicar otras obras ms tiles, y,
ncretamente en el campo de la traduccin, la de obras cuya lengua
riginal no es conocida o familiar para los catalanes, vascos o ga[legos.
Esta actitud es hija del seny cataln, del buen sentido que caracltir.izaa los habitantes del Nordeste de Espaa. Volvamos al No-
reeste.
Qu decir, para terminar, de las traducciones del gallego al
ustellano? Tambin aqu estoy de acuerdo con Romaguera y Rami.
, traduccin de las lenguas perifricas al castellano es mucho ms
1 Podra decir exactamente lo mismo del premio otorgado, algn tiempo despus
escribir yo estas pginas, a la edicin gallega de A Biblia (Vigo, 1989).
380
382
in another
language
(TL), definicin
traducida
as por
ETanol.
2.a)
383
384
Traduccin: historia
385
Todos ustedes saben ... saben todos ustedes quin era Minerva
liara los conciudadanos de Cicern? Por si alguien no tiene de Minerva una nocin precisa, recordemos que era una divinidad romana,
I~ntica a la griega 'AfHvr, hija de Zeus para los griegos, de Jpiter
ira los romanos, diosa de la sabidura, de la inteligencia y de la
386
387
388
389
prctica de la traduccin...
.
Supongamos que alguien quiere rraducir una novela n~I'''',r.lnrl.11a
japonesa. Al lector nativo le parecern del todo normales muenas
las situaciones y conductas reflejadas en la novela; probableJ;Ilente,
sern familiares los nombres propios que aparezcan en ella. ,Al
de esta novela traducida al espaol tales situaciones, tales I,;Ulll!l',1oI\i1k"
le parecern sorprendentes, quiz, ~ncluso c_hocantes, y los
propios le producirn una impresin extrana.
'Qu debe hacer entonces el traductor? Debe conservar en la
duc~in las situaciones y los comportamientos choc~ntes, y.la exl:rtllWII
de los nombres propios? En tal caso, no habr equivalencia tlU1Cl<,QI
La lectura de la novela producir efectos muy d~spares e~ el
nativo y en el lector de la traduccin. Pero, S1 ~e ~ustltl1~n
situaciones, los comportamientos, los nombres proplO~J.apone:scs
situaciones, comportamientos y nombres propios fam1ha~es par
lectores de la lengua terminal, se puede llegar a cam.b1ar ,
novela que resulte otra, no la misma en lengua d.1~erent-e.
entonces una imitacin; no podr ya llamarse traduccin.
390
Traduccin: his(oria
Esto no es, en realidad, nada nuevo. Est ya casi e~ac"'I""reflejado en la definicin de la traduccin por Taber y NiCls,'qu
al principio: la traduccin consiste en reproducir en la lengua rC()CDIOl.
el mensaje de la lengua fuente [es decir, lo dicho en la lengua
por medio del equivalente ms prximo y natural, primero eo 11
se refiere al sentido [y slo aqu puede hablarse de verdaderos el,!
valentes lingsticos] y luego en lo que atae al estilo [y aqllcs~,
hay que recurrir a lo adecuado, a lo ms conveniente].
Esta doctrina tiene una antigedad de siglos. La expres Con 1
claridad, en 1572, Alessandro Piccolomini en la Epistola a i lemJri
modo del tradurre que antepuso a su traduccin latina de lA-PiJ ti
de Aristteles. Piccolomini dice apoyarse en tratadistas anterior I
los que no nombra.
Tales autores, segn Piccolomini, estn de acuerdo e;,q, lo
guiente:
En los escritos que han de traducirse hay que distinguir des CQ
el sentido o pensamiento, lo que se dice, y la elocucin o modo
decirlo. Es preciso que el traductor se esfuerce en conservar amb
elementos, aun sabiendo que no podr conservarlos en igual medid
En cuanto a los pensamientos y conceptos, debe tenerse e
cuenta:
a) Que en todas las lenguas se pueden reproducir con exaotitu
(in tutte le lingue i medesimi interamente trovare, et salvar si p~J,
sono).
b) Que en ellos est la sustancia de los escritos, pues las pmabrl1
se han inventado para los pensamientos, no los pensamientos parra I
palabras (in essi consiste la sostanza degli scritti; essendo trovase l
paro/e per i sentimenti, e non questi per quel/e). Tngase en cuent
que sentimenti, derivado del latn sentire, no significa aqu s!;:nli
mientas, sino ideas, pensamientos: lo que uno piensa o ~iluil!
como verdad en cuanto a algo.
e) Por consiguiente, el traductor est obligado a conservar lo
pensamientos del todo inalterados (fa dibisogno che la salvezza I"'IJ
si conservi sempre schietta, incorrotta, inviolabile, et non puniO
391
392
393
394
Traduccin: historia y
395
La lengua de la traduccin
LA LENGUA DE LA TRADUCCIN
397
398
La lengua de la traduccin
399
primordialmente a los alumnos del Instituto Universitario de Traductores de la Universidad Complutense de Madrid, quise armonizar los
dos puntos de vista, el especulativo y el prctico.
La traduccin entendida como accin o proceso, que es, repito, el
objeto principal de la teora de la traduccin, puede ser un arte;
arte en el sentido de la segunda acepcin que esta palabra tiene en el
DRAE. La traduccin es, en efecto, un acto mediante el cual, valindose
del sonido [o de su representacin escrita; incluyo aqu tambin la
traduccin oral, comnmente llamada "interpretacin"], se expresa
en una lengua lo previamente expresado en otra. El arte de la
traduccin puede ser tambin oficio cuando su practica se convierte
en ocupacin habitual.
Arte u oficio, la traduccin, como la arquitectura, la tauromaquia,
la msica o la cantera, tiene tambin su terminologa, su conjunto de
trminos tcnicos, que manejan, explcita o implcitamente, quienes
la practican y, sobre todo, quienes, aunque no la hayan practicado,
teorizan sobre cmo debe o puede practicarse. En cualquier teora
de la traduccin, y no digamos en cualquier traductologa, tropezar
el lector con trminos como traduccin directa y traduccin oblicua, hipertraduccin:
e hipotraduccin, traduccin interlineal
y traduccin yuxtalineal, Unidadde traduccin, traduccin literal,
traduccin palabra por palabra, prstamo, calco,transposicin,
modulacin, equivalencia, equivalencia dinmica, adecuacin,
invariancia, modulacin, adaptacin, etc.
Se han hecho incluso estudios histricos sobre los muchos trminos
usados en latn y en las lenguas occidentales modernas para designar
lo que hoy solemos llamar traducir y traduccin. A quienes
sientan inters por estas cuestiones histrico-terminolgicas les recomiendo el documentado estudio de Gianfranco Folena 'Volgarizzare'
e 'tradurre'. Idea e termino logia della traduzione dal Medio Evo
italiano e romanzo all'umanesimo europeo, publicado en la obra
colectiva La traduzione. Saggi e Studi. Trieste, 1973, pgs. 59-120.
All puede verse cmo los griegos, para quienes el concepto cultural
400
Traduccin:
historia
y "tf!orla
mu
401
La lengua de la traduccin
vertere, transponere,
exprimere,
interpres,
transferre, translatio y
26
402
Traduccin: histario
11
La lengua de la traduccin
403
404
La lengua de la traduccin
indios pyallup
designan
el salmn,
y los esquimales,
las
di1l0fll
clases de nieve.
La mayor o menor riqueza de una lengua en un campo semffti
determinado se debe al mayor o menor inters de sus hablantes po
el contenido de ese campo. En su libro Lecciones de lingqlstlc'l
espaola, trae Vicente Garca de Diego un ejemplo preciosa, qu
muestra cmo el espaol se ha empobrecido en un sector concreto, I
de la cetrera: Por falta de inters -dice (pg. 201)- hoy tea av
menores de rapia las confunde el espaol, hasta el aldeano, CQD un
nombre genrico, aguilucho, o con un nombre equivocado, milano.
aplicado a cualquiera de estas especies. En cambio, antes, ~l gran
inters de la cetrera buscaba cuidadosamente la distincin de especi
y razas, el azor o esmerejn, el bahar o tagarote, el alforre, etc. l-l
los nombres de esta minuciosa nomenclatura los hemos olvi:ado.
porque al campesino no le interesa de estas aves ms que el_pesiblo
sacrificio de sus gallinas, y le da lo mismo la naturaleza del raptet,
Ah! Pero cmo se deleita y nos deleita Gngora enumerando y
calificando en su Soledad segunda (vv. 737-86):
cuanta la generosa cetrera
desde la Mauritania a la Noruega
insidia ceba alada,
sin luz, no siempre ciega,
sin libertad, no siempre aprisionada:
el nebl, relmpago su pluma,/ rayo su garra;
el sacre, las del noto alas vestido;
el girifalte, escndalo bizarro / del aire;
el bahar, a quien fue en Espaa cuna
del Pirineo la ceniza verde;
la delicia volante
de cuantos cien lbico turbante,
el born;
el aleto, infestador de las aves, en nuestra
Europa nuevo,
405
406
La lengua de la traduccin
407
408
La lengua de la traduccin
409
410
La lengua de la traduccin
411
413
414
415
416
417
27
418
Traduccin: historia y
teorta
419
Es una traduccin tan literal como ha sido posible, pero con las
libertades necesarias. Hay en ella algunos cambios semnticos: en
el primer verso, por dos veces, sustitucin de y,verdadero equivalente
de und, por ante, a fin de evitar la extraeza que producira la
sucesin inmediata de cinco letras aisladas: e ante o y u y a... , donde
la y podra incluso leerse como consonante: oyuya, destruyendo as la
funcin expresiva del texto, con perjuicio incluso para la tercera
intencin que se le reconoce.
420
421
422
Pero mo traducir, conservando su mltiple aliteracin, tan descriptiva, el verso y medio de Ovidio en Metamorfosis VIII, 245 s.:
... ferroque incidir acuto
perpetuos dentes et serraereperitusum?
[... y taj en el hierro agudo / continuos dientes y descubri el uso de
la sierra],
423
424
425
426
traduccin, presenta cinco textos franceses, los tres primeros con las
dos traducciones, semntica y comunicativa, y los dos ltimos con
una sola, sin decir a qu clase de traduccin pertenece.
El primero de los textos franceses se titula Une certaine ide de
la France y es un fragmento de las Mmoires de Guerre. L'Appel,
del general De Gaulle. Newmark lo considera un texto expresivej.
En el segundo fragmento, titulado Le Parti Socialiste, cuyo a_utar
no se menciona, parecen asociarse la informacin y la opinin, come
sucede con frecuencia en ciertos artculos periodsticos, que pueden
adscribirse simult~neam~nte a los ti~o5 informativo y vocativo, El
tercero es un pasaje de A la Recherch du Temps Perdu, de Proust,
de tipo puramente expresivo. Resulta, pues, que los tres tipos de
texto admiten ambas clases de traduccin, si bien Newmark considera
inadecuada la traduccin semntica para el texto periodstico soBre
el Partido Socialista. No dice, en cambio, que la traduccin comunicativa sea inadmisible para los textos de De Gaulle y de Pro\rt.
De las dos traducciones espaolas del texto titulado Le Part
Socialiste parece menos impugnable la semntica. Quiz comparando las dos traducciones inglesas resulte aceptable la preferencia de
Newmark por la comunicativa. He aqu el texto francs, seguido
por las dos traducciones espaolas, 'tal como aparecen en las pginas 323 y 324 del Manual:
Le P. S. revient a la these qu' il Y a une classe dominante, et me!1lune 'minorit' dominante contre une majorit d' 'exploits'. Cene
rsurgence du manichisme, ce 'retour du sacr' sont-ils destins ii
compenser la frustration de certains lments qui avaient t invits.
par le premier secrtaire
se tenir tranquilles pendant l' lection
prsidentielle?
427
resurgimiento del maniquesmo, este "retorno de lo sagrado", a compensar las frustraciones de algunos individuos invitados por el Primer
Secretario a mantenerse tranquilos durante las elecciones presidenciales?
Traduccin comunicativa:
Una vez ms el Partido Socialista Francs esgrime la tesis de que
hay una clase dominante, y ms an, de que hay una minora dominante
en oposicin a una mayora explotada. Es posible que lo que se intente
con el resurgimiento de una idea tan simplista -las cosas no son
blancas o negras-, con este retorno al marxismo clsico, sea compensar
la frustracin de algunos miembros del Partido a los que el lder del
mismo haba "invitado" a permanecer tranquilos durante las elecciones
presidenciales.
Traduccin semntica:
Objeciones a la traduccin comunicativa:
El Partido Socialista Francs est volviendo a la tesis de que hay
una clase dominante, ms an, de que hay una minora "dominante"
frente a una mayora de "explotados". No estar destinado este
428
idea, supone un adversario que responde con razones o ideas contrarias. Aqu no aparece tal adversario.
2.') Sobra la conjuncin copulativa antes de ms an.
3.') Sobran tambin las palabras de que hay despus de ms
an.
4.') Supresin inmotivada de la formulacin interrogativa despua
del primer punto. Desde Es posible que lo que se intente hasta es;fe
retorno al marxismo clsico, se pasa de la traduccin a una parfrasis
explicativa, en que el traductor usurpa el puesto del autor. El autor
no ha dicho que el maniquesmo sea una idea tan si:uplista, ni q{(e
las cosas no son blancas o negras, ni que el retorno de lo sagrados
sea el retorno al marxismo clsico. Quiz lo haya pensado, pero no
lo ha dicho. y poda haberlo dicho, si hubiera querido. El traductor
no debe sustituir lo que el autor ha dicho por lo que pudo decir pero
no dijo.
5.') Tampoco ha dicho el autor que los elementos invitados a
permanecer tranquilos fuesen miembros del Partido. Es probable
que lo fuesen; al menos la mayora; pero quiz no todos. En cualquier
caso, el traductor incurre de nuevo en la explicacin, que no _
propiamente traduccin, y corre el riesgo de equivocarse.
6.') Tampoco es correcta la sustitucin de primer secretario
por lder del mismo, aparte de que ese uso de mismo, segn eJ
Esbozo de una nueva gramtica ..., de la Academia (2.5.8 b), no sl
no es elegante, sino que no pasa de vulgar y mediocre.
7.') Al entrecomillar la palabra invitado se le da un nfasis
que no tiene en el original.
8.') Tambin aqu se pluraliza indebidamente l'lection prsidentielle: las elecciones presidenciales.
En mi Teora y prctica de la traduccin (pg. 385) digo que la
traduccin palabra por palabra puede ser a veces una traduccin
perfecta, aunque es a menudo imposible. Sus inconvenientes y dificultades aumentan con la distancia entre las lenguas original y terminal.
Cuando la traduccin palabra por palabra es posible, suele ser la
429
Crtica de la traduccin
CRTICA DE LA TRADUCCIN
431
432
Crtica de la traduccin
433
28
434
Crtica de la traduccin
435
28
436
5) El tiempo no haba sido hasta entonces simplemente favorable, sino tan favorable, es decir, extraordinariamente favorable. El
adverbio encarecedor (so, tan) no debe omitirse en la traduccin.
6) Se destruye un dato histrico al omitir el adjetivo pequea,
calificativo de escuadra. La tempestad dispers su pequea escuadra.
7) El original no habla de galeras (galleys), sino dernaves
(vessels). El traductor ha sustituido el gnero por una de sus especies.
Se puede calificar de excelente una traduccin que acumula
tantas imperfecciones en slo cuatro lneas, que no constituyen excepcin comparadas con las siguientes?
Dije antes que la parte negativa de la regla de oro de la traduccin:
No omitir, no aadir, no alterar, puede cumplirse con relativa
facilidad en la traduccin de prosa cientfica, y hasta en la de prosa
literaria moderadamente potica; pero que, incluso al traducir esta
clase de textos, slo alcanzan el ideal los buenos traductores, que son
siempre los menos. Qu suceder en la traduccin de poemas en
verso? Aqu, ni los buenos traductores suelen cumplir la citada norma.
Veamos un ejemplo.
En los nmeros 11/ 12 de los Cuadernos de Traduccin e Interpretacin de la EUTI de la Universidad Autnoma de Barcelona, pginas 58-67, public Toms Ramos Orea, asiduo y entusiasta traductor
de poesa inglesa, una traduccin en endecaslabos de la Parte 1del
poema didctico de Alexander Pope, An Essay on Criticism, con el
texto ingls en las pginas pares y la traduccin en las impares.
El poema de Pope est escrito en pentmetros ymbicos, equivalentes, en cuanto al nmero de slabas, a nuestros endecaslabos. y su
traductor ha querido hacer el prodigio de traducir 200 pentmetros
ingleses en 200 endecaslabos espaoles. Ramos Orea es un versificador
habilsimo. Pero toda su habilidad es insuficiente para tal hazaa.
Esto se pone de manifiesto ya en la traduccin del primer pareado:
Tis hard to say if greater want of ski/l
Appear in writing or in judging i/l.
Crtica de la traduccin
437
438
Crtica de la traduccin
439
440
p'or la indicacin Sagengestalten, es decir, figuras legendarias. Bastaba este dato para impedir cualquier vacilacin. Por otra parte, qu
pinta entre personajes legendarios como Epimnides, el monje de
Heisterbach y Rip van Winkle, un lirn, que, adems, pasa adormecido
todo el invierno, pero no decenas de aos? He dicho muchas veces
que los grandes disparates de traduccin suelen ser tambin grandes
faltas de sentido comn.
'"
El segundo texto pertenece a la Philosophische Propiideutik de
Hegel, y dice as: ... zum Beispiel Ajax, als er die Rinder und Schafe
der Griechen im Wahnsinn des Zorns, dass er die Waffen Achils nicht
erhalten halle, todtete. El traductor, que utilizaba una edicin del
siglo pasado, con caracteres gticos, confundi la R inicial de Rinder
(ganado vacuno) con la K de Kinder (nios), y tradujo: ... por
ejemplo yax, cuando, en la locura de su clera por no haber
obtenido las armas de Aquiles, mat a los hijos y las ovejas de los
griegos.
He dicho, incluso por escrito, que el traductor tiene que ser un
lector extraordinario. Es cierto que la R y la K maysculas de la
escritura gtica se parecen, y cualquiera puede momentneamente
confundirlas. Pero lo que no puede hacer un traductor de Hegel,
aunque ello no tenga relacin directa con la filosofa, es desconocer
que los nios griegos no estaban con sus padres en el sitio de Troya.
El conocimiento de la realidad potica de la Jlada habra hecho que
el traductor, al leer Kinder, reflexionara y volviera a leer con ms
atencin esta palabra, productora de tal contrasentido. .
Los errores de traduccin por falta de comprensin del original se
cometen traduciendo de cualquier lengua; tambin traduciendo del
francs. He aqu uno monumental, que puede verse en la pg. 74 de
la traduccin espaola del Dictionnaire encyclopdique des sciences
du langage, de Osear Ducrot y Tzvetan Todorov, publicada en Buenos
Aires en 1974. El texto francs dice: Les linguistes ont peu tudi la
notion d' idiolecte. [...] Plus de renseignements chez les romanciers
(Proust) et les critiques littraires. Traduccin: Los lingistas han
Crtica de la traduccin
441
442
443
Crtica de la traduccin
* * *
Ejemplificar las alteraciones del sentido del original producidas al
expresar su contenido en la lengua terminal requerira ms tiempo
444
del que tenemos. Dar tan slo dos ejemplos: uno, tomado de la
traduccin de un bello poema de un gran poeta francs por un gran
poeta espaol; otro, de la traduccin de unos versos del portugus
Guerra Junqueiro por el poeta espaol Eduardo Marquina.
El ltimo verso de L'heure du berger, de Verlain se abre con
una intensa pincelada luminosa: Blanche, Vnus merg, que contrasta
fuertemente con sus palabras finales: et c'est la Nuit. Juan Ramn
Jimnez, por conveniencia de la rima, invierte los polos, y traduce:
r,
Crtica de la traduccin
44S
Quiero suponer que amigo, en el primer verso, es errata por amigOS.Se evitara as la extraeza que produce el ver tratar de vos a
una sola persona cuando en portugus aparece voces, equivalente al
vosotros espaol, que es el pronombre usado para el tuteo en
plural. No pudo Marquina dejar de comprender, en el segundo verso,
la expresin que nao volta mais, literalmente que no vuelve ms,
que ya no vuelve. Por qu, entonces, traduce: dejando slo
ruinas? No es aventurado suponer que para rimar con las golondrinas que puso en el verso cuarto como desviada traduccin de
pardais, que son pardales, es decir gorriones. Aqu, en cambio,
no se puede descartar el error de comprensin, dada la grandsima
ignorancia que muchos espaoles tienen en lo relativo a pjaros. Pero
dejando slo ruinas es una expresin cargada de pesimismo, de
acento casi trgico, mientras que el original produce una sensacin
de resignada melancola, de suave aoranza del buen tiempo pasado.
En el tercer verso, la inexplicable traduccin de rir, rer, por
erran> es desafortunada. Suprime un elemento importante para el
tono afectivo del poema.
El verso cuarto se aparta ms an del contenido y del tono del
original. El que habla en el poema compara su propia alegra
de antao, y la de sus amigos, con la de bandadas de pardales, de
gorriones, en el mes de junio. La sustitucin de los gorriones por
golondrinas es muy desafortunada. El traductor desconoce, evidentemente, los hbitos de unos y otras. En junio se siega en muchos sitios
la cebada, tanto en Portugal como en Espaa. Para entonces est ya
granado el trigo, y las cerezas, maduras. Los gorriones han sacado las
primeras nidadas, y la abundante prole alborota el campo con revuelos
y pos de continua fiesta. Entre la rapacidad frutal de gorriones y
446
* * *
No queda tiempo para criticar disparidades estilsticas entre la
traduccin y el original. Decirlo todo lo mejor posible, o sea,
decirlo todo como lo dice el original, es sin duda lo ms difcil de
la traduccin. Es lo que hace que toda traduccin sea siempre imperfecta; tanto ms imperfecta, cuanto mayor sea la altura estilstica del
original.
Ejemplificar esto con una traduccin ma, la de un maravilloso
Wiegenlied, una cancin de cuna, de Clemens Brentano. Al traducirla, cre haber salvado no slo el contenido, sino tambin, hasta
cierto punto, la forma potica del original. Pero qu diferencia entre
los versos de Brentano y los de mi traduccin! Escuchen:
WIEGENLIED
Crtica de la traduccin
447
NDICE ONOMSTICO
450
'Ali al-'Abbs al-Machus, 80.
AI-Idrisi, 79.
AI-Juarizmi, 76 s.
AI-Kindi (Alkindius), 82.
Allison Peers, E., 192.
Al-Mmn, 73, 74, 76, 79, 277, 290.
AI-Mansur, 76, 218.
Almazn, V., 377.
Almeida, Juan de, 137.
Alonso, Dmaso, 66, 154, 278, 290,
342.
Alonso de Cartagena, 118 ss.
Alonso Schokel, L., 59 s., 183 s.
AI-Raz, 79.
Al-Zahrawi, 80.
Al-Zarqali (Azarchel o Azarquiel),
78, 111.
Ambruzzi, L., 443.
Amonio, 255.
Anacreonte, 147.
Anaxgoras, 22.
Andrs, E. de, 58 n., 63 n.
Andrnico, L., 30, 40, 46, 274, 287 s.,
307.
Antoco 1, 15.
Antoco de Ascaln, 36, 38.
Apiano de Alejandra, 45, 127.
Apolodoro, 222.
Apolonio de Rodas, 36, 43, 222.
Apuleyo de Madaura, 45, 155, 185.
quila, 65 s., 230.
Aquilio, 222.
Arato, 36, 222.
Areopagita (pseudo), 72.
Argensola, B., 137.
Argensola, L. L., 137.
Arias, V., 374 s., 376 s.
ndice onomstico
Ben Jonson, 193.
Benvenuto de lmola, 128.
Berceo, G. de, 291 s.
Bernanos, G., 249.
Bernardo, San, 291.
Bernardo de Sdirac, 89, 91.
Beroso, 15.
Bertuch, 193.
Besarin, Card., 272.
Bias, 22.
Bickel, E., 47.
Bidpai, 84 s., 218.
Bieler, L., 34 n., 37.
Bjernson, 155.
Blake, W., 154.
Blecua, J. M., 64 n.
Blok, 155.
Boccaccio, 114, 121 s., 127, 131,273,
299.
Bodh, 72.
Boecio, 123, 275.
Boissonade, 334.
Bombard, A., 249.
Bonaventura de Siena, 92.
Bonet, H., 128.
Bonilla y San Martn, A., 193.
Bonitz, H., 255.
Boscn, J., 138, 140 s., 151.
Bouchon, 193.
Bowle, J., 192 s.
Brandenstein, W., 247.
Braulio de Zaragoza, San, 291.
Brecht, B., 249.
Brentano, Cl., 446 s.
Brower, R. A., 59, 385.
Brunetto Latino, 121, 123 s.
Bruni, L., 29, 57, 69,119,121,125,
451
127 s., 130, 175 s., 262, 308,401.
Brunner-Traut, E., 13, 21.
Bruto, 38.
Bchner, K., 37.
Bh1er, K., 416.
Burmann, 326.
Burton, R., 86.
Bustamante, J. de, 137.
Butler, S., 154, 194.
Byron, Lord, 134, 153.
Caldern de la Barca, P., 135, 154,
202.
Calero, Fr., 173 n., 335.
Calmaco, 38, 222.
Callus, D. A., 247.
Camba, J., 378.
Camoens, L. de, 349.
Camus, 154, 249, 367.
Capella, M., 275.
Caraion, 240.
Carlos 1 de Anjou, 79.
Carlos 1 de Espaa, 135, 138, 140.
Carrillo y Sotomayor, L., 137.
Carroll, L., 378.
Casa, Mons. Giovanni della, 145.
Casaubon, l., 221, 228 ss., 233.
Cascales, Fr., 137.
Castillejo, Cr. de, 137.
Catford, J. c., 381.
Catn, 32 s., 163, 190,314,316,324.
Catulo, 39, 148, 222.
Cecilio, 53, 57, 222.
Cejador, J., 114 s., 117, 121, 122 n.,
124 ss., 129.
Cela, C. J., 376, 378.
Celam, P., 155.
452
Cervantes, 86,140,151,162,187-202,
203-215, 216, 304, 377, 398.
Csar, J., 29, 38, 61, 94, 97, 100 SS.,
104 SS., 110, 124, 262, 308, 325,
328 s.
Cspedes, B. de, 63.
Cetina, G. de, 137.
Char, 155.
Charaka, 75.
Chejov, 154.
Ches ter, R. de, 77.
Chesterton, 154.
Cicern, 29, 34, 36 SS., 40, 42 S., 49 SS.,
53, 57, 59 SS., 116, 118, 121, 123,
127, 177, 179, 181,200,222,232,
262, 308, 385 SS., 400.
Cirilo (Constantino el Filsofo), 276,
289,373.
Cirilo de Alejandra, San, 72.
Clarn, 154,206, 210 S., 216.
Clark, 192.
Claudel, P., 245.
Claudio, 43.
Clebulo, 22.
Clitmaco, 33.
Coco, M., 442 s.
Cocteau, 155.
Cohen, J. M., 192.
Coincy, G. de, 291.
Coleridge, 154.
Coln, 433.
Coln Domnech, G., 263.
Colunga, A., 330 s.
Cmodo, 93.
Condestable de Portugal, 374.
Conrad, J., 154.
Conti, 143.
453
ndice onomstico
Dioscrides, 74.
Distante, c., 266 s.
Do19, M., 335.
Dolet, ., 218 s.
Don Duarte, Prncipe, 121.
Don Fadrique, Infante, 277.
Doni, A. F., 85.
Donyage, 149.
Doolittle, H., 155.
Dostoievski, 154.
Dubois, J., 381.
Du Bos, Ch., 249.
Dubournial, 193.
Duchesne, P., 61.
Ducrot, O., 350, 440.
Dunlop, C., 351.
Duque de Bjar, 215.
Durn, M., 126 n.
Duras, M., 249.
Eizaguirre, 149.
Elio Tubern, 34.
Eliot, T. S., 155, 249.
Else, 252.
Emilio, Paulo, 34.
Emilio Paulo, L., 33.
Empdocles, 39.
Eneas Silvio (Po Il), 119.
Ennio, 30 ss., 40, 42, 222, 274, 288,
370.
Enrique IV, 113.
Enrique VIII, 218.
Enrique de Aragn (o de Villena),
115 SS., 124 S., 128.
Enrique de Borgoa, 89.
Enzinas, Fr., 137.
Epicarmo, 222.
TRADUCCiN.
29
Epicuro, 39.
Epicteto, 146 s.
Erasmo, 225.
Escipin el Joven, 33 s.
Escolar H., 253.
Escoto, Duns, 82.
Esenin, 155.
Esfero, 22.
Eslava, H., 188.
Esopo, 42.
Espinosa Plit, A., 340 ss.
Esquilo, 31, 37, 155, 222.
Esquines, 49, 181,222 s.
Estala, 143.
Estfano, 255.
Esteve Forriol, J., 173, 335.
Estienne, H., 62, 221, 232 s.
Estiln, 38.
Estrabn, 22.
Euclides, 75.
Eudoxo, 22.
Euferin, 41, 222.
Eugenio IV (Papa), 119.
Euhmero, 31 s.
Eusebio, 92, 126,231.
Eurpides, 31, 37, 145, 155,222,274.
Eutropio, 92.
Evagrio, 72.
Eximenis, 128.
Fallada, H., 155.
Fanio, R., 222.
Fannio, c., 34.
Farach Ben Salim, 79.
Faulkner, 154.
Fedro, 36, 42..
Feijoo, 143.
454
Felipe el Hermoso, 139.
Felipe, Len, 154.
Ferecides, 22.
Fernndez Flrez, W., 377 s.
Fernando III, 374.
Field, N., 193.
Fielding, H., 194.
Figueroa, Cr. de, 141, 201 s.
Filemn, 222.
Filitas, 41.
Filn de Larisa, 36.
Fitzmaurice-KelIy, J., 193 s.
Flaco, Valerio, 43.
Flchier, 61.
Fletcher, 193.
Floranes, 121.
Flrez Canseco, C., 257.
Florian, 193.
Floro, 92.
Foclides, 146.
Folena, G., 29, 59, 69,175,308,401.
Fonseca, P. de, 273.
Fort, G. von Le, 241, 244 SS., 249,
261.
Foscolo, 153.
Fraenkel, E., 274.
Franciosini, 193.
Francisco 1, 138, 217.
Frank, Ana, 249.
Freire, G., 349.
Frontino, 127.
Frontn, 45.
Fulda, L., 155.
Furio Filo, L., 34.
Furne, 193.
Galeno, 74, 79, 180.
Indice onomstico
Granada, Fray Luis de, 137.
Green, J., 249.
<, Greene, Gr., 249.
Gregorio Magno, 231, 275.
Gregorio Nacianceno, San, 72, 128.
Greimas, A. J., 382.
Grimaldo, 291.
Guarini, 20l.
Guerra Junqueiro, 444.
Guido de Bolonia, 121.
GuilIn, J., 154.
Gutirrez Daz, A., 372.
Gttinger, F., 59.
Gterbock, H. G., 17 s.
Guzmn, Nuo de, 126.
Haecker, Th., 246 S., 318 8.
Hallaeus, A., 22 s.
Hammurabi, 168.
Hamsun, 155.
Hardy, 257.
Hriin al-Rashid, 73.
Hecateo de bdera, 22.
Hegel, 274, 314 S., 440.
Heidegger, 274.
Heinsio, 256.
Henschelmann, 48.
Herrnn Alemn, 112,272 s.
Hermgoras, 35.
Herdoto, 22 S., 26, 32.
Herrera, F. H. de, 137, 215.
Herrero Llorente, V.-J., 94.
Hesodo, 29, 40.
Hesiquio, 231.
Hieroteo, pseudo, 73.
Highet, G., 407.
Hipcrates, 74, 190.
455
Hitti, Ph. K., 19, 73 n., 75 S., 79, 81,
83 ss.
Hochwalder, F., 249.
Holderlin, 375.
Homero, 31, 36,40,47, 124 SS., 131,
155,177,199,222,285.
Hoof, H. van, 154, 159.
Horacio, 14, 30, 35 S., 40, 42, 47,
49s8., 53-60, 63, 70,110,145,151,
190, 200, 232 S., 293, 307, 320.
Hoveden, J., 118.
Hubays ibn al-Hasan, 74.
Huet, P. D., 36, 58, 62, 220-237,
337 s.
Hugo de Semur, 89.
Humboldt, W. von, 405.
Hunayn ibn Ishq, 74 S., 79.
Ibas, 72.
Ibn 'Arab, 84.
Ibn al-Baytar, 81.
Ibn-Gabirol (Avicebrn), 83.
Ibn Quzmn, 84.
Ibn Rushd (vid. Averroes).
Ibn Sina (vid. Avicena).
Ibn Zaydn, 84.
Ibsen, 155.
Imperial, Fr., 114.
Isidoro, San, 92, 129,231,275.
Isla, P. J. F. de, 61 s., 295.
Iscrates, 40.
Ishq, 74.
Jager, G., 382.
Jakobson, R., 276, 289, 385, 416.
424.
"
James, H., 249.
456
Jarvis, 192.
Juregui, J. de, 138, 141 SS., 201 S.,
398.
Jenfanes, 22.
Jenofonte, 26, 34, 36, 49, 57, 232.
Jernimo, San, 20, 29, 46, 48-68, 92,
126, 175, 182, 198, 200, 229, 231,
233, 276, 308, 343, 400.
Jimnez, J. R., 154, 444.
Jonson, Dr., 193.
J ordanes, 92.
Joyce, 154, 375.
Juan 1I, 113, 119, 124, 126, 130.
Juan Alfonso de Zamora, 122.
Juan Clmaco, San, 128.
Juan Crisstomo, San, 124.
Juan de Arjona, 63, 137.
Juan de la Cruz, San, 204.
Juan de Lucena, 139.
Juan de Navarra, 115 s.
Juan de Sevilla, 78.
Judas ben Tibn, 233.
Justino, 92.
Kafka, Fr., 249.
Kainz, F., 416.
Kant, 274.
Kayser, W., 251.
Kilpper, G., 441.
KJoepfer, R., 50, 57.
Kroll, 35.
Lab, L., 155.
Laberio, 120.
Ladmiral, J.-R., 383.
Lane, E. W., 86.
Lanero, J. J., 432, 434.
Traduccin:
historia y teora
fl<$.iceonomstico
Machado, A., 163, 314.
MacNeice, L., 155.
Madariaga, S. de, 183.
Mahoma, 73, 277, 290.
Maiakovski, 154.
Maillot, J., 281, 303, 411, 414.
Maimnides, 233.
Malegue, J., 249.
Malik (Porfirio), 81.
Mallarm, 154 s.
Maln de Chaide, P., 137.
Malraux, A., 249.
Malvezzi, V., 148.
Mambrunus, P., 221.
Mandelstam, 155.
Manser, G. M., 247.
Mantino de Tortosa, 273.
Maran, Gr., 90.
Marcel, G., 249.
Marchena, 143.
Marco Antonio, 34.
Marco Aurelio, 45.
Marcos Marn, F., 73 n.
Margarita de Navarra, 217.
Mariner de Alagn, V., 38, 58, 149 S.,
163.
Marot, Cl., 216 s.
Marqus de Ayamonte, 215.
Marqus de Santillana, 115 S., 123,
124-129, 130, 262, 299, 308, 374,
401.
Marquina, E., 444 s.
Martn de vila, 125.
Martn de Braga, San, 120, 126.
Martn Descalzo, J. L., 249.
Martin du Gard, R., 249.
Martinet, 356.
457
Martnez de Toledo, A. (Are. de TaJavera), 129.
Maslama al-Mayriti, 76, 78.
Maulnier, Th., 249.
Maure, X., 374 ss.
Medrano, Fr. de, 138.
Meja, D., 137.
Mele, E., 206, 210 s.
Melville, H., 154.
Mena, J. de, 70, 129 ss., 262, 308,
401.
Mndez, P., 121.
Mendoza, D. de, 151.
Menandro, 31 s., 222.
Menndez Pelayo, M., 58 n., 113122, 123 n., 124, 126 n., 127 n.,
130 S., 134, 137 ss., 142-149, 153,
202.
Menndez Pidal, R., 71, 77, 85, 92 ss.,
123.
Mesala,43.
Metodio, 276, 289.
Middleton, 193.
Miguel, Obispo de Tarazona, 90.
Mills Vallicrosa, J. M.a, 111.
Mimnermo,41.
Moeller, Ch., 248 ss.
Moerbecke, G. de, 62, 272 s.
Moiss de Aggl, 72.
Moliere, 155, 375.
Moliner, M.a, 384.
Moln de Rodas, 36.
Monti, 153.
Morales, A. de, 137.
Moratn, L. Fdez., 276.
Morel-Fatio, 118.
Morgan, B. Q., 59.
458
Morgenstern, Ch., 155.
Morillo, Gr., 63.
Morreale, M., 140.
Motteux, 192 s.
Mounin, G., 20, 59, 356, 403.
Mouton, M.a D., 248.
Moya, V., 424
Mucio Escvola, Q., 34.
Munio,291.
Muiz, Jimena, 89.
Murciano, c., 442.
Ncar Fuster, E., 330 s.
Navagero, A., 140.
Nebrija, 135 s.
Nepote, 38.
Nergaard, Siri, 60.
Nern, 43, 109 s.
Nevio, 30 S., 274.
Newmark, P., 424 ss.
Nicandro, 40.
Nida, E. A., 178,311,344,381,439.
Niederehe, H. J., 60.
North, Th., 85.
Notker, 275, 289.
Novalis, 154.
Odo de Cheriton, 118.
01ivier de la Marche, 139.
Orbilio, 30.
Ormsby, 192.
Ordez das Seijas, A., 257, 273.
Orosio, P., 92 S., 127 s.
Ortega y Gasset, J., 134, 171,309 SS.,
343,348,373,403,411,441.
Otero Pedrayo, R., 377.
Oudin, C., 193.
S.,
ndice onomstico
Petreyo, 102.
Petronio, 42 s.
Philips, 192.
Phillippson, 36.
Piccolomini, A., 390 s.
Pichois, CJ., 263.
Pilato, L., 131.
Pndaro, 40, 145.
Pirro, 254, 334, 337.
Pisano, L., 77.
Pitgoras, 22, 73.
Pittau, 257.
Planudes, M., 332 s.
Platn, 22, 26, 38, 42, 57, 74, 78,
81 S., 124, 126, 183,218,232,272.
Platn de Tvoli, 90.
Plauto, 31, 53, 57, 222, 332 S., 370.
Plinio, 40, 44, 147.
Plotino, 272.
Plutarco, 45, 147, 200.
Poe, E., 154.
Polibio, 34, 40, 124, 127.
Pompeyo, 94, 98, 100, 102 S., 110.
Pope, A., 155, 285, 436 s.
Prksen, 48.
Portocarrero, P., 145.
Posidonio, 36, 40, 42, 44.
Poyn, D., 149.
Prado, M. de, 202.
Prakken, S. L., 192.
Prescott, W. H., 431 ss.
Propercio, 40 s.
Proust, M., 154, 263, 350 S., 426.
Psamtico 1, 22.
Publio Siro, 120.
Pulgar, H. del, 124.
Putnam, S., 192.
459
Querini, S., 202.
Quesnel, P., 216 s.
Quevedo, F. de, 64, 138, 145-149.
Quintana, 143.
Quintiliano, M. F., 29, 35, 42 SS.,
59 SS., 308, 318, 320, 335 s.
Rabbi Selemoh Halev, 119.
Rab Mos Arragel, 124.
Rabla,72.
Racine, 155, 302.
Raeymaeker, L. de, 248.
Raimundo de Borgoa, 89.
Raimundo de Sauvetat, 89 ss.
Ramos Orea, T., 436 ss.
Ranke, 275.
Reiner, E., 16, 24.
Reiss, K., 48,177,383,416 SS., 422 S.,
441.
Remmio Palemn, 43.
Reyes Catlicos, 113 s., 139.
Reymont, W., 249.
Reynolds, L. D., 42 n.
Riber, L., 173, 175.
Ribera, F., 382.
Riccoboni, 256.
Richardson, 194.
Rilke, 155.
Rimbaud, 155.
Ros, A. de los, 117, 121, 126 n., 127,
131, 139.
Rivadeneyra, P. de, 137.
Roa Bastos, 365.
Rodrguez de Almella, D., 120, 121.
Rodrguez Marn, F., 205 SS., 210.
Rodrguez del Padrn, J., 374.
Rogerio I1I, 79.
460
ndice onomstico
Stene, L., 194.
Streuvels, 155.
Strindberg, 155.
Surez de Figueroa, Cr., 142.
Suetonio, 45.
Susruta, 75.
Taber, 311, 344, 381.
Tiibib ibn Qurra, 75.
Taciano, 289.
Tcito, 44.
Tagore, R., 154.
Tales, 22.
Tmara, Fr. de, 137.
Tamayo de Vargas, 138.
Tasso, T., 141 s., 151,201,304,398.
Teirlinck, 155.
Temistio, 255.
Temstocles, 200.
Tecrito, 40.
Teodoro de Mopsuestia, 72.
Tefilo de Edesa, 73.
Teofrasto, 34, 174, 228.
Terencio, 31, 46, 53, 57, 222, 275.
Teresa de Jess, 204, 209 s.
Tiberio, 43.
Tibulo, 41, 145.
Tieck, 193.
Todorov, T., 350, 440.
Tolmer, L., 220.
Tolomeo de Alejandra, 74 ss.
Toms de Aquino, 61 s., 82 s., 272.
Torbado, M., 245.
Torrente Ballester, G., 377.
Toro y Gisbert, G., 315, 441.
Tourneur, C., 193.
Triolet, E., 154.
461
Tucdides, 38, 124.
Tutmosis III, 21.
Tyndale, W., 218 s.
Ulfilas, 276, 289.
Unamuno, M. de, 154, 204 ss., 249,
367.
Undset, S., 249.
Urraca, Doa, 89.
Urrea, J. de, 198.
Valds, J. de, 135 ss., 141.
Valera, C. de, 137.
Valerio Mesala, M., 39.
Valry, P., 155, 249, 263.
Valle-Incln, 378.
Van Male, 139.
Varrn, 43, 333.
Vasco de Guzmn, 123 s.
Vasconcelos, C. M. de, 210.
Veleyo Patrculo, 92.
Vere Stacpoole, H. de, 154.
Vercors, 249.
Verlaine, 155,444.
Vermeer, H. J., 383,417 s.
Vespasiano, 43.
Viana, Prncipe de, 57, 70, 121, 130,
262, 308, 401.
Viardot, 193.
Vicente Belovacense, 92.
Viloria, S., 432, 434.
Villegas, E. M. de, 138.
Villon, 155.
Vinay, J. P., 407.
Virgi1io, 40, 47, 115, 125, 144 s., 155,
177, 191, 240, 246 s., 254, 275,
462
319,334,337,340,342,348,353
375.
Vives, J. L., 144, 171-186,335.
Vollrnller, 126.
Waggerl, K. H., 245 s.
Wallisfurth, W., 244.
Wandruszka, M., 173,364,383.
Weil, S., 249.
Whitman, W., 154.
Wilde, O., 155.
Wilkins, G., 193.
Wills, W., 59, 397.
S.,
Wilmot, 192.
Wilson, W., 64 n.
Wotjak, G., 60.
Wyle, N. von, 57.
Yanges, Fray D. de, 214.
Yaqut al-Rum, 78.
Yeats, W., 154, 375.
Yepes, Fray D. de, 214.
Yubero, D., 330.
NDICE GENERAL
Pgs.
NOTA PREVIA.......
......
....
HISTORIA
Protohistoria de la traduccin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
28
29
30
" . .. .
32
33
poca de Cicern. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
36
La poesa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
39
La poca de Augusto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
39
41
43
45
Conclusin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
46
48
Ni hiedra ni calabaza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
65
464
ndice general
465
171
69
El Quijote y la traduccin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
187
88
203
Mrtires de la traduccin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
216
220
113
223
114
Sobre la ambigedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
226
116
Norma~ concretas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
231
118
231
119
Resumen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
233
El Marqus de Santillana..
124
Conclusin negativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
234
Juan de Mena. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. . . .
129
Preferencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
234
131
Recomendaciones finales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
236
Conclusin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
132
238
.....
.. ....
. .. ....
l/......
. .. . .....
135
, . . .. . . . . . . . .. . .
Juan de Juregui..
. ..
.. .
..
Francisco de Quevedo
92
138
11. TEORfA y CRfTlCA
141
144
145
Precisiones terminolgicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
261
Vicente Mariner. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
144
Formacin de traductores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
266
Conclusin. . . . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . .. .. . . . . . . .. .. .. .. .
150
270
152
270
157
2.
274
158
3.
161
Realidades y perspectivas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
162
Consideracin final. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
"
278
281
466
La fase de la expresin
304
305
309
310
312
316
322
.
.
Posibilidad de la traduccin
Modos de traducir
345
350
352
354
359
363
P306
G37
366
287
290
381
La lengua de la traduccin
396
412
Crtica de la traduccin
430
ndice de nombres
449
FL-68348