Manejar Los Celos PDF
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LOS CELOS
MANUAL PRCTICO
Basado en las Investigaciones de Ayala Malach Pines Los celos, dnde est el lmite?
El monstruo de ojos verdes o la sombra del amor? Aquel que no est celoso no est enamorado. SAN AGUSTN Los celos son el dragn del paraso: el infierno del cielo: y la ms amarga de las emociones porque est asociada con la ms dulce. A. R. ORAGE, ON LOVE "Me encontr agazapado en los arbustos siguiendo con la vista cada uno de los movimientos que se traslucan a travs de las cortinas de la ventana de su habitacin iluminada. Saba que su novio estaba all y esa certeza me provocaba un dolor insoportable. Era una fra noche de invierno, y de vez en cuando lloviznaba. Me dije a m mismo: 'S que soy un adulto sano, responsable y controlado. Qu es lo que me est pasando? Me he vuelto totalmente loco?'. Y sin embargo segu agazapado en esos arbustos durante horas. No me fui de all hasta que las luces de la habitacin se apagaron. Algo ms fuerte que yo me mantuvo hipnotizado, con la vista fija en la luz y en ella. Nunca en mi vida me sent tan cerca de la locura." "Aunque saba que nuestra relacin estaba terminada todava experimentaba sentimientos muy fuertes por l. Un da lo vi en la tienda a la que solamos ir a hacer las compras cuando vivamos juntos. Estaba con una rubia platinada tipo Los ngeles, de sas que se pasan horas eligiendo su atuendo. Estaba maquillada a la perfeccin y cada pelo de su cabeza estaba donde deba estar. Yo saba que mi aspecto era el de una vagabunda, tena la nariz congestionada por un resfro, y el pelo grasoso y sin lavar. Creo que simplemente enloquec. Fui hasta l, le di un rodillazo en las pelotas, le romp el sombrero que tena en la mano y sal corriendo. Me met en su auto -que por alguna razn haba quedado abierto- y comenc a llorar sin poder contenerme. Nunca haba llorado de esa manera en mi vida. Pens que estaba perdiendo la cabeza." El hombre del primer prrafo y la mujer del segundo describen experiencias intensas que tienen varias cosas en comn. Son experiencias extremas y no habituales, entraan una prdida de control y desembocan en la sensacin de estar volvindose loco. Estos son, justamente, tres rasgos caractersticos de los celos.
He planteado esta pregunta a casi mil personas y recib tantas definiciones como personas interrogu. Las definiciones personales que acabo de transcribir, por ejemplo, fueron propuestas por reclusos que cumplan condenas de prisin por haber cometido crmenes relacionados con los celos. Es evidente que no podemos dar por sentado sin ms que todo el mundo sabe lo que son los celos; por eso, me gustara aportar la siguiente definicin: Los celos son una respuesta a lo que se percibe como una amenaza que se cierne sobre una relacin considerada valiosa o sobre su calidad. Los celos son una respuesta compleja que tiene componentes internos y externos. El componente interno de los celos incluye ciertas emociones, pensamientos y sntomas fsicos que a menudo no son visibles para el mundo externo. Las emociones asociadas con los celos pueden incluir dolor, ira, rabia, envidia, tristeza, miedo, pena y humillacin. Los pensamientos asociados con los celos pueden incluir re sentimiento ("Cmo pudiste haberme mentido as?"), autoincriminacin ("Cmo pude haber sido tan ciego, tan estpido, tan confiado?"), comparacin con el rival ("No soy tan atractiva, seductora, inteligente, exitosa."), preocupacin por la propia imagen ante los dems ("Todo el mundo sabe y se re de m."), o auto-conmiseracin ("Estoy completamente solo en el mundo, nadie me ama.") Entre los sntomas fsicos asociados con los celos se puede mencionar la afluencia de sangre a la cabeza, manos que tiemblan y transpiran, dificultades para respirar, retortijones de estmago, sensacin de desvanecimiento, taquicardia, y problemas para conciliar el sueo o para dormir. El componente externo de los celos es ms claramente visible para el mundo externo y se expresa en distintos tipos de comportamientos: por ejemplo, hablar abiertamente del problema, gritar, llorar, esforzarse por ignorar el tema, usar el humor, tomar represalias, dejar a la otra persona o recurrir a la violencia. El hecho de que en los celos se pueda distinguir tanto un componente interno como un componente externo tiene mucha importancia para el modo de hacerles frente. Aun cuando podamos modificar en cierta medida el componente interno, tenemos un control relativamente pobre sobre l, especialmente en lo tocante a nuestras respuestas emocionales y fsicas: "Me gustara mostrarme sereno y racional, pero el dolor es demasiado grande". "Estaba ah de pie como un idiota, ruborizado, y no poda hacer nada para evitarlo." De alguna manera tenemos ms control sobre nuestros pensamientos. En realidad, la premisa de la teora cognitiva, de la que hablaremos ms adelante, es que podemos cambiar nuestros sentimientos cambiando nuestros pensamientos. Tenemos mucho ms control sobre el componente ex terno de los celos que sobre el interno. No siempre nos damos cuenta de esto (y aun cuando nos demos cuenta no siempre queremos admitirlo), pero podemos decidir hablar sobre nuestros sentimientos, remos de todo el asunto, abrir nuestros corazones, sufrir en silencio y secretamente o en voz alta y visiblemente, dejamos arrebatar por la ira, salirnos de la relacin, inspirarle celos a nuestro compaero o romper platos. Volveremos a este punto ms adelante, durante la discusin de las diversas tcnicas para hacer frente a los celos. Por ahora, baste decir que si usted se est sintiendo abrumado por los celos conviene que recuerde que si bien no estamos en condiciones de controlar completamente lo que sentimos cuando estamos celosos, al cambiar nuestros pensamientos podemos evitar que ese complejo de sentimientos nos controle a nosotros. Ms an, tenemos un control significativo sobre lo que decidimos hacer con respecto a nuestros celos. La respuesta celosa se desencadena cuando se percibe una amenaza a una relacin. La amenaza percibida puede ser real o imaginada, del mismo modo que la relacin misma puede ser real o imaginada. Si un hombre piensa que su es posa est interesada en otros hombres, aun en el caso de que la amenaza sea producto de su propia imaginacin desatada, va a responder ponindose intensamente celoso. (Volveremos a este ejemplo cuando analicemos los celos normales y los anormales.) Por otra parte, si una mujer tiene una relacin estrecha con otro hombre pero el esposo se siente seguro en su matrimonio y no se considera amenazado por esa amistad, no es probable que responda ponindose celoso. Una pareja con la que trabaj hace poco representa un buen ejemplo de cmo los celos pueden aparecer como respuesta a una amenaza imaginada. El esposo, un hombre de aspecto comn y corriente que se cas con una mujer muy hermosa trece aos menor que l, estaba convencido de que todos los hombres que miraban a su esposa la deseaban. Como no se senta seguro de su propio atractivo, cada vez que ella sala de la casa lo asaltaba el terror de que conociera a algn otro hombre y lo dejara. Su esposa le era fiel y estaba comprometida con su matrimonio; cuan do se conocieron a ella le encant el hecho de que l la pusiera en un pedestal, y la intensa
atraccin que senta por ella. Sin embargo, con el tiempo descubri que los celos de su marido se hacan cada vez ms molestos y sofocantes. Cuando la pareja acudi a m en busca de ayuda, ella plante que necesitaba alejarse de l, no porque careciera de atractivos, ni tampoco porque hubiera conocido a un hombre ms atractivo, sino porque la forma en que l la celaba le resultaba sofocante. Otra pareja nos aporta un ejemplo de cmo el no percibir una situacin como una amenaza puede actuar como un amortiguador contra los celos. En este caso el marido era un swinger. * Se llama as en los Estados Unidos a las personas afectas al sexo grupal o los intercambios de parejas sexuales. En los pases de habla castellana se ha popularizado el uso del trmino en ingls (N. del T). Le encantaban las fiestas con intercambios de parejas sexuales e incluso las orgas, pero a su esposa no. Durante aos sola ir a estos encuentros sexuales solo, costumbre de la que su esposa estaba perfectamente enterada. Si bien a ella la idea de la promiscuidad sexual le disgustaba, aceptaba el hecho de que esto era algo sumamente importante para su esposo y que l no lo haca con el propsito de poner en entredicho su matrimonio ni su relacin con ella. Despus de aos de este arreglo, la esposa tuvo un amoro. La actitud que adopt el esposo fue hacerse amigo del amante y aceptarlo como parte de la familia. Afirmaba que el amante no era una amenaza para su matrimonio. Por aadidura, el hecho de que su esposa tuviera un amante lo haca sentirse ms libre para continuar sus propias hazaas sexuales. Aun en caso de que pongamos en duda la afirmacin del esposo de que no estaba celoso, es evidente que su respuesta a lo que para la mayor parte de las personas es un poderoso desencadenante de los celos fue muy moderada. La relacin que desencadena la respuesta celosa tiene que ser considerada valiosa. Y puede serlo de diferentes maneras. Si una mujer no puede soportar a su esposo y ste slo le inspira sentimientos de repugnancia, no es probable que la revelacin de que est involucrado en un amoro le provoque, en y por s misma, demasiados celos. Sin embargo, para esta mujer, perder a su esposo por otra mujer puede constituir una amenaza para su imagen pblica, su nivel de vida y su estilo de vida en general. El matrimonio puede no ser afectivamente valioso para ella, pero puede tener un valor econmico o social. El siguiente es uno de esos casos. Pone en evidencia que el potencial para los celos puede existir en una relacin que slo tiene un valor superfluo, incluso despus de que la relacin ha terminado. Una mujer rica que estaba desesperada por liberarse de su matrimonio logr por fin su propsito, con un gran coste financiero. Pero aunque tuvo que dejarle la casa a su esposo, estaba contenta de haberse librado de l. Tiempo despus, una noche en que pasaba en su auto por delante de la casa, vio la sombra de una mujer proyectada en una cortina y se sinti atravesada por unos celos tremendos. Perciba acaso una amenaza a su matrimonio? Obvia mente no, porque el matrimonio se haba disuelto. Su matrimonio era afectivamente valioso para ella como relacin amorosa? Obviamente no, ya que era ella la que ms se haba empeado y sacrificado para librarse de l. Sin embargo, cuando vio la sombra de la mujer sinti celos. Los celos, como sabemos, son una reaccin a lo que se percibe como una amenaza que se cierne sobre una relacin valorada o sobre su calidad. La mujer estaba respondiendo a la amenaza que se cerna sobre la percepcin que ella tena de su relacin con su esposo. En su mente ella se vea como superior a su esposo y consideraba que tena ms poder en la relacin que los una. Despus de todo, no fue ella la que lo ech a l de su matrimonio y de su vida? Y ahora aquel despreciable vago ya haba encontrado otra mujer con la que vivir mientras ella todava estaba sola. Lo que la enfureca todava ms era que ellos dos estaban "dentro" y ella "fuera" de la casa "de ella". La otra mujer apareca como una amenaza, pero no para su matrimonio tal cual haba sido sino ms bien para su percepcin de su matrimonio. Este ltimo ejemplo nos permite apreciar la complejidad de la respuesta que representan los celos. Como mujer rica que era, experimentaba posesividad (se trataba de "su" marido y "su" casa), exclusin (ellos estaban "adentro" y ella estaba "afuera"), competitividad (su esposo tena a alguien y ella no), y envidia (quera tener una relacin como la que l tena). Para algunas personas, el componente ms fuerte de los celos es el temor a ser abandonado: "Se va a enamorar de ella, me va a dejar, y yo me voy a quedar sola". Para otras el componente primario es el desprestigio: "Cmo pudiste humillarme delante de todo el mundo flirteando abiertamente con esta puerca'?". Algunos sienten que el aspecto ms doloroso es la traicin: "Cmo pudo alguien en quien yo con fiaba mentirme y traicionarme as'?".
Para otros, el componente primario es la competitividad: "Si se enamor de l es porque debe ser mejor amante que yo", o bien "Cmo pudo enamorarse de esta porquera?". Y estn tambin aquellos para quienes el componente primario es la envidia: "Ojal yo fuera tan esbelta y guapa como ella", o "tuviera tanto xito profesional como l". Cuando uno describe una situacin de intensos celos suele confundir su respuesta con la magnitud de la amenaza que la situacin realmente presenta. Es posible, por ejemplo, que uno reaccione como si el flirteo "escandaloso" de su compaero en la fiesta implicase que ste lo va a abandonar por aquella otra persona cuando en realidad lo que el flirteo provoca es cierta molestia. Cuando uno analiza la amenaza con realismo ("Qu probabilidad existe de que su marido vaya a abandonarla por esta otra mujer?"), la intensidad de los celos que se experimentan invariablemente disminuye.
Celos y envidia 4
Al definir los celos es importante distinguirlos de la envidia. A pesar de que en el uso cotidiano la confusin entre ambos es frecuente, los celos y la envidia son psicolgicamente muy diferentes. Por lo general, la envidia involucra a dos personas. La persona envidiosa quiere algo que le pertenece a la otra persona, y no quiere que esa otra persona lo tenga. El objeto de la envidia puede ser el compaero de la otra persona, una buena relacin, un rasgo deseable como la belleza o la inteligencia, una posesin, el xito o la popularidad. Los celos, en cambio, involucran por lo general a tres personas. La persona afectada por los celos est respondiendo a lo que percibe como una amenaza que un tercero representa para una relacin que ella considera valiosa. Esto es vlido aun en el caso de que el tercero exista slo en la imaginacin de la persona celosa. La envidia y los celos estn en sintona con dos de las condiciones ms bsicas de la existencia humana. La envidia est conectada con el no tener. Los celos estn conectados con el tener. La gente tiende a confundir la envidia con los celos, pero no a la inversa. Le dira usted a su marido que al verlo con su antigua novia siente envidia o que se pone celosa? Dira que est celosa de una amiga que acaba de heredar una fortuna, o que la envidia? Si usted es como la mayora las personas se describira en ambos casos como celosa, aun que lo que realmente siente en el segundo caso es envidia. Si esta transposicin ocurre con frecuencia, es porque la envidia tiende a estar cargada de una connotacin ms negativa: resulta menos mitigada por el amor que los celos. En tanto que los celos son una respuesta a una amenaza que se cierne sobre una relacin Considerada valiosa, la envidia es una expresin de hostilidad hacia alguien a quien se percibe como superior y un deseo que apunta no slo a la posesin de esa ventaja sino a la destruccin de ese superior. Las diferentes actitudes hacia los celos y la envidia se han estudiado en muchos pases. Una investigacin que compara las reacciones a los celos y a la envidia en siete pases (Hungra, Irlanda, Mxico, Holanda, la Unin Sovitica, Yugoslavia y Estados Unidos) muestra reacciones semejantes a los celos y a la envidia en todos ellos. Silos celos y la envidia son tan diferentes, por qu la gente los confunde con tanta frecuencia? Parte de la razn reside en el hecho de que la respuesta Celosa incluye, en muchos casos, un componente de envidia. Por ejemplo, es probable que un hombre que est celoso porque su esposa est teniendo un amoro con su mejor amigo, sienta envidia del xito que su amigo tiene con su esposa. Por otra parte, los celos y la envidia se originan en etapas diferentes de nuestro desarrollo psquico. Como veremos ms adelante, al analizar las races inconscientes de los celos, stos se originan primordialmente en las experiencias emocionales que los nios tienen durante la etapa edpica, alrededor de los tres aos de edad. La envidia, por su parte, se origina mucho antes, durante las primeras semanas de vida del nio. Segn Freud, durante la etapa edpica los nios experimentan los primeros indicios de sexualidad Sus impulsos sexuales se dirigen hacia la persona ms cercana del sexo opuesto En el caso de un nio, la madre. En el caso de una nia, el padre. El nio quiere que la madre sea para l. Desgraciadamente, tiene un competidor muy fuerte: el padre. El competidor es ms grande y ms fuerte y tiene adems otras ventajas de modo que el nio "pierde" la competencia. (A travs de un proceso similar, la nia "pierde" al padre a manos de la madre.) Cuando el nio se vuelve adulto, cada vez que por obra de un tercero se cierne una amenaza sobre una relacin sentimental valorada, la antigua y dolorosa herida vuelve a abrirse y se experimenta como celos. La envidia, segn la analista de nios Melanie Klein, se desarrolla durante el perodo que va desde el nacimiento hasta el primer ao de vida y es una respuesta a la dependencia e indefensin totales del nio respecto de la madre. "Des de el comienzo de su vida el nio acude a la madre para satisfacer todas sus necesidades", escribi Melanie Klein. El pecho materno, hacia el cual estn dirigidos los deseos del nio, es sentido instintivamente no slo como una fuente de nutricin sino como la fuente de la vida misma. No obstante, en la primera relacin del beb con la madre se introduce inevitablemente un elemento de frustracin, porque "aun en el caso de que se sienta satisfactoriamente alimentado, ello de ninguna manera reemplaza la unidad prenatal con la madre". La frustracin e indefensin que el nio hambriento experimenta son las races de la envidia. El beb "envidia" a su madre por el poder que ella tiene de alimentarlo o privarlo del alimento. En su frustracin, quiere devorar la fuente de su alimento y del poder de ella: el pecho.
Aun en el caso de que no aceptemos la idea de Melanie Klein de que el beb "envidia" el poder que su madre tiene de alimentarlo, podemos s aceptar la idea de que ese primer vnculo con la madre contiene los elementos fundamentales de la futura relacin del beb con el mundo. Si el vnculo es amoroso y satisfactorio, el beb desarrollar un sentido bsico de seguridad y confianza hacia la gente. Si el vnculo no es ni amoroso ni satisfactorio, se desarrollarn una inseguridad y una envidia pro fundamente arraigadas y el beb se convertir con el tiempo en un adulto envidioso. Cada vez que la envidia se desencadena en un adulto de esas caractersticas, las heridas de la primera infancia se reabren con todo su poder destructivo. Melanie Klein piensa que los celos se basan en la envidia, pero que de todos modos son muy diferentes de ella. La distincin que ella establece entre ambos es similar a la que planteamos aqu: "La envidia es el sentimiento de enfado porque otra persona posee y disfruta algo deseable, y el impulso envidioso apunta a despojarla de ese algo o echarlo a perder". Los celos, por su parte, conciernen a la relacin de la persona con por lo menos otras dos personas, "y se relacionan principalmente con un amor que el individuo siente que le corresponde y le ha sido arrebatado, o bien est a punto de serle arrebatado". La envidia, segn la describe Melanie Klein, es una emocin anterior, ms primitiva y ms destructiva que los celos. Es diferente del deseo que impulsa a los celos, en el que se trata de proteger la relacin o de recuperar al ser ama do. Cuando en una situacin de celos hay un componente de envidia ste se manifiesta como impulso de destruir a la persona que goza de la ventaja envidiada, sea sta el rival o el amado, que tiene el poder de hacernos felices y prefiere no ejercerlo.
plumas, y la liber en el basural de la ciudad. Le la historia en el peridico y con posterioridad se la o repetir una y otra vez, con gran regocijo, a mujeres que se identificaban con la venganza de la esposa abandonada. Lo cierto es que tendemos a mostrarnos ms comprensivos con la gente que comete crmenes "con la sangre caliente" motivada por los celos que con la gente que comete crmenes a sangre fra motivada por la codicia. Podemos sentir una cierta identificacin con el amante traicionado que "con sum su venganza" y se atrevi a hacer algo que la mayora veramos como una venganza merecida contra nuestro compaero infiel o contra el intruso que nos rob el corazn de nuestro compaero. En ciertos pases hasta la ley trata los "crmenes pasionales" con relativa lenidad. En un caso famoso que ocurri hace algunos aos en Italia, un hombre que sospechaba que su esposa le estaba siendo infiel compr un revlver y se fue en su coche desde Roma, donde viva, a Miln, donde tena motivos para sospechar que su esposa estaba con su amante. Lleg a Miln, descubri a su esposa y a su amante en la cama, los mat a tiros, y en el juicio fue declarado inocente sobre la base de que habra cometido el crimen en estado de emocin violenta. Son los celos una forma de locura? Volviendo a los ejemplos presentados al comienzo de esta seccin, podemos preguntarnos: est sano un hombre que se agazapa entre los arbustos en medio de una noche lluviosa para espiar a una mujer? Qu diramos de una mujer que le da un puntapi a un hombre en la entrepierna, o de la que cubre a otra mujer con brea y plumas? Qu diramos de un hombre que mata a dos personas en un ataque de celos? Tal como lo ponen en evidencia estos ejemplos, los celos merodean la zona gris que se extiende entre la salud mental y la locura. Algunas reacciones a los celos son tan naturales que una persona que no las demuestra parece en cierta forma "no normal". Pensemos, por ejemplo, en un hombre cuya esposa acaba de informarle que se ha enamorado de otro hombre y responde: "Qu maravilloso para ti, querida". Otras reacciones parecen tan excesivas que no es necesario ser un experto para saber que son patolgicas. Un ejemplo clsico es el del hombre que sospecha de su amante y fiel esposa y la espa permanentemente, escucha sus conversaciones telefnicas, busca manchas en su ropa interior, verifica los kilmetros recorridos por su coche para detectar viajes clandestinos, le hace visitas sorpresivas y, a pesar de su probada fidelidad, sigue sospechando de ella y sufre tremendos celos. Si bien las respuestas de estos dos esposos parecen completamente diferentes la una de la otra, hay una semejanza importante entre ambas. Las dos son inadecuadas. En el primer caso, el esposo no responde a una amenaza real que se cierne sobre su matrimonio: su esposa podra dejarlo por el otro hombre. En el segundo, el esposo est respondiendo con celos cuando en realidad no hay una verdadera amenaza. Los psiclogos clnicos consideran que en ambos casos se trata de conductas anormales que indican ciertos desrdenes de la personalidad." Ms adelante analizar las races de este tipo de reacciones tan extremas de celos. Para una gran mayora de las personas, aun cuando produzcan un dolor y una afliccin tremendos, los celos constituyen una experiencia ntima que no llega a derivar en una accin violenta. La mujer a la que me refer antes cuyo esposo, de quien est separada, comenz a salir con la mejor amiga de ella poco despus de la separacin, dijo: "Durante el da fantaseo con ir al apartamento de ella con un mazo y romper cosas: muebles, discos, ventanas. Puedo or claramente el ruido de los vidrios al romperse... En cierta forma es tas fantasas tienen para m un efecto sedante, aunque s que nunca las realizar." Podemos considerarla una reaccin apropiada? Qu diramos si la otra mujer no fuese su mejor amiga? O si ella supiese de que su esposo la haba dejado a causa de esa "mejor amiga"? Y qu diramos si, en lugar de imaginar la destruccin a mazazos, la perpetrase realmente? Cuanto ms una reaccin parece derivar (en palabras de Freud) "de la situacin real" y ms proporcionada parece "a las circunstancias reales", ms "normal" es. Freud y los terapeutas que adhieren en la actualidad al enfoque psico-dinmico diferencian los celos "normales" de los "delirantes". Los celos normales tienen como base una amenaza real a la relacin. Los celos delirantes, por su parte, persisten a pesar de la ausencia de cualquier amenaza real o incluso probable. El marido que sospecha de su esposa y la espa a pesar de que ella le es fiel y leal es un buen ejemplo de celos delirantes.
Por qu alguien "elegira" sufrir los indecibles padecimientos de los celos si no hubiera fundamentos para ello en la realidad? Una explicacin, a la que me referir ms adelante, es que a travs de los celos la persona est tratando de enfrentar un trauma infantil de traicin no resuelto. Luego me referir a otra explicacin que se centra en las interacciones de la pareja que ayudan a mantener vigente un problema de celos de ese tipo. Posteriormente me referir a una tercera explicacin que ve las races del problema de los celos en conductas que fueron aprendidas en algn momento de los comienzos de la vida, y que persisten a pesar de que ya no son adecuadas. A a distincin entre amenaza real e imaginaria, se suele agregar otra entre la reaccin adecuada ("normal") y la in adecuada ("anormal") a la amenaza que provoca los celos. En una seccin posterior me ocupo de la forma en que se experimentan y se expresan los celos sentimentales en diferentes culturas, veremos que lo "normal" es simplemente lo que en una cultura determinada es aceptado como la reaccin adecuada. Ms all de cun anormal pueda parecerle a uno una determinada reaccin a los celos, existe la posibilidad de que ella sea considerada normal en alguna otra parte, o lo haya sido. Otra distincin que se hace entre los celos normales y los anormales tiene que ver con el efecto que ambos tienen sobre las relaciones. Mientras que los celos normales son una reaccin defensiva que puede salvar un matrimonio, los ce los anormales son una obsesin destructiva que daa a las personas y las relaciones entre ellas. En lugar de poner el acento en la connotacin negativa y enjuiciadora que se deriva del uso corriente de la palabra anormal (es decir, patolgico, mrbido, loco, enfermo), es ms provechoso pensar lo normal como un trmino estadstico que describe lo que es tpico o promedio. Las personas experimentan reacciones de celos tan variadas como lo son las diferentes caractersticas fsicas y emocionales que poseen. Una vasta mayora cae en el rango intermedio y son definidas como normales. Una pequea minora cae en la parte ms baja de la escala y son definidas como de respuestas anormalmente bajas. Una minora similar a esta ltima cae en la parte ms alta de la escala y son definidas como de res puestas anormalmente altas. Pensemos en un rasgo como la altura, por ejemplo. La mayora de las personas son de altura "normal", un pequeo porcentaje son "anormalmente" bajas y una minora similar son "anormalmente" altas. Lo anormal en este caso no significa loco o enfermo, sino simplemente los extremos ms alto y ms bajo de la escala. Lo mismo que se puede decir de la altura, el peso, fuerza o la belleza, se puede decir de los celos. La mayora de las personas estn en la zona intermedia (es decir "normal") de la escala de los celos. Los pocos que estn en extremo superior de la escala, aquellos que ven una amenaza aun cuando no exista ninguna, son "anormalmente" celosos; los pocos que estn en el extremo inferior de la escala, aquellos que no ven una amenaza aunque sta sea evidente, son "anormalmente" no celosos. Esta afirmacin es ms que una distincin semntica. Demasiado a menudo las personas afectadas por los celos estn tan conmovidas por la intensidad de sus emociones por las cosas que se sorprenden haciendo o deseando hacer -como espiar a una ex amante o soar despierto que se destruye una casa a mazazos- que llegan a la conclusin: "Debo estar loco!". Esta conclusin no es muy til y muy probable mente sea adems incorrecta. La mayora de las personas "normales" sienten celos intensos cuando una amenaza se cierne sobre una relacin que valoran. Esto no significa que no haya casos de celos anormales, sino que son muy pocos. Si omos hablar tanto de ellos es precisamente porque estn realmente fuera de la zona de lo "normal" y, por lo tanto, resultan particular mente fascinantes. La mayora de los casos de celos anormales comparten uno de los siguientes rasgos, o ambos: (a) no estn relaciona dos con una amenaza real a una relacin valorada sino con algn disparador interno del individuo celoso; y (b) la reaccin de celos resulta dramticamente exagerada o violenta. Dicho esto, me gustara sealar tambin que algunos cientficos sociales, cuyos puntos de vista presentar ms adelante, rechazan de plano la nocin de celos anormales aplicada al individuo. Creen que lo que es normal o anormal est determinado por la cultura, y que el individuo poco tiene que hacer a ese respecto. Si le preocupa saber si usted o su compaero son "anormalmente celosos", el cuestionario sobre los celos que aparece posteriormente pueden resultarle particularmente tiles. En este ltimo se plantean una serie de preguntas destinadas a ayudarle a diagnosticar sus propios celos (o los de su compaero). Por lo dems, responder al cuestionario sobre los celos puede ser interesante aun cuan do usted no tenga un problema de celos.
Titul esta primera seccin "El monstruo de ojos verdes o la sombra del amor?" Ahora que hemos visto algunas de las formas extremas que los celos adoptan como, en palabras de Shakespeare, "el monstruo de ojos verdes", podemos pasar a analizar los celos como la sombra del amor.
Evoque ahora el momento ms antiguo de su vida que pueda recordar. (Puede ser til pensar en una casa en la que vivi o en un acontecimiento determinado que haya quedado fijado en su memoria.) Quin le cuidaba? Quin le ense el significado del amor? Fue su madre, su padre, un herma no mayor, un abuelo? Quin ms fue importante en su infancia? Trate de recordar lo ms que pueda de estas personas, no en la forma en que son ahora sino como eran cuando usted tuvo contacto con ellas en su infancia. Cules eran sus rasgos ms importantes, buenos y malos? Cul era la caracterstica ms notable de la relacin entre ellos? Qu era lo ms importante que le daban a usted? Qu era lo que usted ms quera y no obtuvo? Se eran infieles unos a otros? Eran celosos? Los rasgos positivos y negativos de las personas que nos criaron son los ladrillos con los que se construye nuestra imagen sentimental. Pero si bien nuestra imagen sentimental est influida por nuestra madre, nuestro padre y las otras personas que nos educaron, hay una diferencia importante entre los rasgos positivos y negativos que ellos exhiben. Los rasgos negativos tienden a ejercer una influencia mayor sobre nuestra imagen sentimental. La razn que explica esto no es (como ha sugerido un psiclogo) que elegimos casarnos con nuestra peor pesadilla, sino que son rasgos con los cuales todava tenemos "cuentas pendientes". Si el padre de una nia le fue infiel a la madre, su infidelidad se convertir en un componente importante de la imagen sentimental de la nia. Si la madre de un nio sola tener ataques de celos, stos se convertirn en un componente importante de la imagen sentimental de ese nio. Cuando somos adultos buscamos una persona que se adecue significativamente a nuestra imagen sentimental. Cuando conocemos una persona as, proyectamos nuestra imagen internalizada sobre ella. Esta es la razn por la cual, cuando nos enamoramos, solemos decir: "Siento como si le conociera de toda la vida". Esta es tambin la razn por la que tan a menudo nos sentimos sorprendidos cuando el encanto se acaba. Es como si no viramos a la persona sino solamente la proyeccin de nuestra propia imagen sentimental. La persona que se adecua a nuestra imagen sentimental es tambin la persona que en mejores condiciones est de ayudarnos a resolver nuestros traumas infantiles. Por ejemplo, aunque la lgica parecera indicar que una mujer cuyo padre era infiel buscara un hombre de cuya fidelidad no hubiera dudas, por lo general no es eso lo que ocurre. De hecho, lo ms frecuente es que una mujer de esas caractersticas se enamore de playboys parecidos a su padre, no porque necesite repetir su trauma infantil, sino porque slo un hombre que se parece a su padre puede darle lo que no obtuvo de l. La paradoja es que ella se casa con un hombre as porque se parece a su padre, y sin embargo lo que ella quiere con desesperacin es que no se comporte como se comportaba su padre. Quiere que l -un hombre sexualmente atractivo, propenso a flirtear y en torno a quien las mujeres se arremolinan todo el tiempo- sea un marido fiel y le d la seguridad que no tuvo cuando era nia. Aun cuando esto no ocurra, al repetir su trauma infantil en la edad adulta con una cierta medida de control sobre su propia vida, puede lograr -y a menudo ocurre asun efecto curativo. Los efectos de una imagen sentimental no siempre son tan directos y sencillos. Un nio que fue testigo de la infidelidad de su madre puede elegir para casarse a una mujer cuya cualidad ms positiva sea su fidelidad. Cmo podr entonces "trabajar" sobre su trauma infantil? Una posibilidad se ra que sospeche que su fiel esposa le es infiel. La comprobacin reiterada de su inocencia lo ayuda a curar su herida. Y le demuestra que a diferencia de su padre l es el nmero uno para su esposa. Dado que la persona que elegimos para enamorar nos tiene una influencia tan importante en nuestra vida interior, el descubrimiento de esa persona es un acontecimiento crucial. Cuando nos enamoramos y nuestro amor es correspondido nos sentimos plenamente felices. Estamos seguros de que hemos encontrado nuestra "alma ge mela". La soledad desaparece. El amor le da un sentido a toda nuestra vida. Cuando alguien le da un sentido a toda nuestra vida la amenaza de perder a esa persona puede ser devastadora. Justamente los resultados de una reciente investigacin acerca del amor y los celos demuestran que las personas que cargan de un sentido existencial de esa magnitud a sus relaciones amorosas tienden a ser particularmente sensibles a la amenaza de perderlas) Casi todos tenemos algn conflicto irresuelto que arras tramos desde la infancia. Algunos tenemos ms, otros me nos. Para algunos estos conflictos son serios y problemticos, para otros no tanto. Los experimentamos como vulnerabilidades, inseguridades o temores. Cuando nos enamoramos y nuestro amor nos es retribuido, estas vulnerabilidades, inseguridades y miedos parecen desvanecerse. Somos amados a pesar de nuestras imperfecciones. Nos sentimos completos, nos sentimos seguros. Pero cuando este amor resulta amenazado, los miedos y las inseguridades que creamos que haban desaparecido para siempre retornan con toda su fuerza. Si esta persona a la que amamos -la persona que pensbamos que nos amaba a pesar de nuestros defectos- est a punto de dejarnos por otra, entonces ya no hay la menor esperanza para nosotros! Ya no nos sentimos seguros ni
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si quiera de las cosas que antes ambamos en nosotros. La sombra que proyecta la posible prdida de ese amor es tan intensa como lo era su resplandor. Como veremos en una prxima seccin, aun aquellos que crecieron rodeados de amor y relativamente sin problemas, y cuyos conflictos irresueltos son pocos, reaccionan a la amenaza o a la prdida real del amor en una forma anloga. Lo ms probable, sin embargo, es que esa reaccin sea adecuada y proporcionada a la situacin. Puesto que estas personas tuvieron que enfrentarse con traumas infantiles menos abrumadores, su imagen sentimental se basa en los rasgos ms positivos de quienes los criaron y en las experiencias de amor que ellos mismos vivieron que observaron entre sus padres. Cuando conocen a alguien que se adecua a esa imagen sentimental internalizada tambin ellos se enamoran y sienten que han conocido a esa persona de toda la vida. Pero en lugar de sentir que son amados a pesar de todos sus defectos se sienten amados por las cosas que aman en ellos mismos. Estas personas no dependen con tanta desesperacin de este amor como aquellos que tratan de superar un trauma infantil; es menos probable que perciban una amenaza si sta no existe, y una amenaza real les resulta menos abrumadora. De todos modos, tambin reaccionan ponindose celosas cuando un tercero amenaza una relacin sentimental que les interesa profundamente. Si hasta las personas maduras que tuvieron una infancia feliz experimentan celos, podemos suponer entonces que todo el mundo siente celos en algn momento de su vida. Habida cuenta de los orgenes de los celos que analizamos antes, sta parece ser una conclusin lgica. Todos fuimos nios alguna vez, y como consecuencia de ello arrastramos determinadas vulnerabilidades y temores. Por muy amorosos que hayan sido nuestros padres, todos nos quedamos con hambre alguna vez y tuvimos ocasin de sentir miedo de ser abandonados. Del mismo modo, alguna que otra vez hemos tenido que competir por el amor exclusivo de un padre o de alguien que nos cuidaba y hemos perdido. Puesto que estas experiencias son universa les, los psiclogos afirman con Freud que los celos son universales. No es necesario que los celos sean el monstruo de ojos verdes que destruye a las personas y sus relaciones. La posibilidad de reconocerlos como la sombra del amor les da a las parejas la oportunidad de examinar dos preguntas fundamentales: . Cul es la esencia de su amor? Qu es lo que los atrajo mutuamente en un primer momento, y qu es lo ms importante que la relacin les ha aportado a cada uno de ustedes? . Cul es la sombra que se proyecta sobre su amor cuando est amenazado? Cul es la amenaza o la prdida ante la que reacciona la persona celosa? Aun cuando los celos no estn fundados en la realidad, en qu se centran? En una prdida del amor? De prestigio? De valoracin de s mismo? Los celos han sido caracterizados como una erupcin que puede ser superada slo a travs de una toma de conciencia. A medida que la conciencia nos permite desplazarnos hacia el ncleo de nuestros celos, descubrimos expectativas infundadas, proyecciones, envidia, prdida de la autoestima, y temores e inseguridades infantiles. No son cosas "agradables" de descubrir. De hecho, pueden ser tan desagradables que alguna gente se esfuerza por no verlas. Lamentablemente, ni eludir un problema ni desterrarlo de nuestra conciencia lo hace desaparecer. Una estrategia mucho ms eficaz para resolver un problema de celos es el anlisis franco y honesto de las cuestiones que de l surgen. Un anlisis de esas caractersticas no slo puede ayudar a la persona celosa a mitigar lo que percibe como una amenaza. Tambin puede ser til para mejorar la relacin y profundizar el compromiso mutuo de los miembros de la pareja. La seccin siguiente es una buena oportunidad para realizar un anlisis de ese tipo.
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. durante una fiesta, su compaero se dedica a flirtear y pasa buena parte del tiempo bailando ntima mente y comportndose provocativamente con alguna otra persona? . su compaero dedica mucho tiempo, durante una fiesta, a bailar con otra persona? . su compaero se pasa un largo tiempo durante una fiesta conversando con otra persona?
. estn en una fiesta y despus de un rato usted se da cuenta de que no sabe dnde est su compaero? . atiende el telfono de su casa y el que llama dice: "perdn, nmero equivocado", o simplemente cuelga? . llama por telfono a su compaero y la lnea est ocupada?
Si usted es como las otras personas que respondieron, debera sentir ms celos en la primera situacin, cuan do su compaero se comporta ms provocativamente. No debera sentir celos en las tres ltimas situaciones: cuan do el telfono est ocupado, cuando alguien corta la comunicacin al atender usted o cuando no sabe dnde esta su compaero durante una fiesta. Si estas ltimas situaciones le provocan celos, usted es una persona "anormal mente" celosa. sta puede ser una condicin temporaria provocada por el descubrimiento reciente de un amoro o tambin una condicin ms permanente. Si la primera situacin no le provoca celos usted es una persona "anormalmente" no celosa. La mayora de las personas que respondieron esta pregunta se sintieron celosas incluso en situaciones me nos extremas que aquella en que su compaero bailaba ntimamente con otra persona; para muchos, ese comporta miento es una razn suficiente para abandonar la relacin y no simplemente la fiesta. Ver que el compaero de uno pasa mucho tiempo durante una fiesta bailando con otra persona ("slo porque l, o ella, baila tan maravillosamente, y por ninguna otra razn") es suficiente para poner celosas a la mayora de las personas. Lo mismo vale para el caso en que uno ve que su compaero pasa mucho tiempo durante una fiesta conversando con otra persona ("slo porque l, o ella, trabaja en la misma empresa y resulta polticamente conveniente"). Si usted se encuentra en una situacin as, y su compaero "no puede entender" por qu usted est haciendo semejante escndalo por un baile o una conversacin "inocentes", puede consolarse (y explicrselo a su compaero) con la certeza de que la mayora de las personas habran reaccionado del mismo modo. Dicho de otro modo, usted no es una persona "anormalmente" celosa. Analicemos algunos otros de los desencadenantes ms comunes de los celos. Sentira (o siente) usted celos cuando su compaero...
. tiene un (o una) amante? . tiene un amigo (o amiga) ntimo que es soltero (o soltera) y est disponible? . tiene un amigo (o amiga) ntimo? . se relaciona con personas solteras y disponibles? . expresa su aprecio e inters por una persona a la que ha conocido casualmente? . expresa su admiracin por un desconocido atractivo que ve pasar? . expresa su admiracin por una estrella del cine o la televisin?
Cuando es ms probable que la gran mayora de las personas se pongan celosas es cuando su compaero tiene un amoro. Se trata de una buena razn: las investigaciones dan a entender que la mayora de los matrimonios en los que hay un amoro terminan en divorcio. Un amoro es una amenaza importante para una relacin ntima, y los celos que desencadena reflejan eso. La admiracin por una estrella del cine, en cambio, no provoca celos a la mayora de las personas. Si usted siente celos aun en esa situacin, es una persona "anormalmente" celosa. Si usted no siente celos ni siquiera cuando su compaero tiene un (o una) amante, o ya no valora la relacin o bien es una persona "anormalmente" no celosa. Sin duda, la situacin que es ms probable que provoque celos es aquella en la que el compaero tiene un (o una) amante. Pero resulta que aun en este caso hay diversas variantes. De qu magnitud seran los celos que usted experimentara si...
. su compaero le anuncia que l, o ella, se ha enamorado de otra persona y est considerando la posibilidad de abandonarle?
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. su compaero tiene un amoro importante y prolongado? . su compaero tiene un amoro, pero le asegura que es resultado de su necesidad de variacin y no afecta de ninguna manera su relacin? . su compaero est abierto a experiencias sexuales ocasionales y las tiene con frecuencia? . descubre que hace poco su compaero tuvo una relacin ocasional "de una noche"? . descubre que su compaero tuvo un amoro hace muchos aos, cuando ustedes dos ya eran una pareja? . descubre que su compaero tuvo un amoro hace muchos aos, antes de que ustedes dos fueran una pareja? . descubre que su compaero tuvo un amoro hace muchos aos, cuando ustedes dos ya eran una pareja, con una persona que ahora est muerta? . descubre que su compaero tuvo un amoro hace muchos aos, antes de que ustedes dos fueran una pareja, con una persona que ahora est muerta?
Todas las personas que respondieron a estas preguntas dijeron que los celos ms intensos correspondan a la situacin en la que su compaero les anuncia que l (o ella) se ha enamorado de otra persona y piensa abandonarla. Esta es la pesadilla que desencadena los celos ms intensos, aun en aquellas situaciones en que este tipo de amenaza no se plan tea. La razn es obvia: esta situacin representa la peor amenaza posible a una relacin de amor considerada valiosa: su final no querido, no esperado y doloroso. En uno de mis talleres, una mujer cont lo que haba ocurrido cuando se encontr en esta precisa situacin. "Mi esposo lleg a casa una noche con aspecto muy sombro. Cuando le pregunt cul era el problema, dijo que se haba enamorado de otra mujer, que haba estado teniendo un amoro con ella durante cierto tiempo, y que finalmente haba decidido dejarme e irse a vivir con ella. Yo me enfurec. Le salt encima y empec a pegarle en la cara con las manos. l es mucho ms gran de y fuerte que yo, pero no hubo caso, no pudo detenerme. No par hasta que me di cuenta de que su cara estaba llena de sangre." Aos despus del incidente todava no lo haba superado. Cuando lo cont en el taller temblaba y sollozaba, y todava no lograba comprender cmo ella, una persona sensata, serena y no violenta poda haber hecho lo que hizo. Sin embargo, los profesionales saben que en la situacin que vivi esta mujer es en la que ms altas son las probabilidades de que se produzca una reaccin violenta. La persona que es abandonada por otra siente que la empujan contra la pared y que no dispone de ningn recurso para impedir la inminente catstrofe. La violencia es una respuesta a la frustracin, al dolor, la rabia y la desesperacin. (Volveremos sobre este punto ms adelante, durante el anlisis de la relacin entre los celos sentimentales y la violencia.) A la mayora de las personas interrogadas el solo hecho de contemplar la posibilidad de que su compaero las abandonara les resultaba intolerable. Otras situaciones relacionadas con algn amoro en curso -incluso una aventura ocasional de una noche- tambin provocaban muchos celos. En cambio, un amoro que tuvo lugar muchos aos atrs, especialmente si ocurri antes de que fueran una pareja, despertaba pocos celos o no los provocaba en absoluto. La razn? Este tipo de amoro ya no plantea una amenaza a la relacin. En las raras ocasiones en que ello ocurre -como en el caso de la esposa que no para de contarle a su nuevo marido cun maravilloso era su difunto esposo-, lo ms probable es que desencadene celos. Esto es as a pesar de que la "otra persona" ya no significa una amenaza "real" para la relacin. Una relacin pasada puede provocar una amenaza "percibida" aun en el caso de que no haya una provocacin tan obvia. Una mujer describi los celos que sinti cuando vio por primera vez a la ex esposa de su marido: "Estbamos en el estadio, sentados, esperan do que empezara el partido de ftbol, cuando mi marido dijo, "Ah est Meg", y seal a una mujer que estaba sentada del otro lado del pasillo. Sent que la sangre se me iba a la cabeza y pens que me desmayaba. El hecho de que el divorcio hubiese sido terrible y que hubiese ocurrido antes de estar juntos nosotros no significaba nada para m en ese momento. Lo nico que poda pensar es que haban sido novios en la secundaria, algo que nosotros nunca pudimos ser, y que l haba estado locamente enamorado de ella en aquellos das de su juventud."
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Aun un amoro que tuvo lugar muchos aos atrs con una persona que ahora est muerta puede provocar celos en su momento a pesar del hecho obvio de que esa persona no puede significar una amenaza real, porque la persona muerta plantea una amenaza a la calidad de la relacin. Un ejemplo muy ilustrativo de una situacin de ese tipo es el que se describe en el cuento corto de James Joyce, El muerto. Despus de una esplndida cena familiar de Noche buena, Gabriel siente deseos de hacer el amor con su esposa Gretta. Pero ella est ensimismada en algo; una cancin que alguien cant en la reunin le record a un joven que cono ci en su adolescencia. Gabriel, que quiere hacerla salir de ese estado de nimo poco propicio para hacer el amor, siente una punzada de celos: "Al hacerle la pregunta trat de mantener el tono fro pero cuando habl le sali una voz tmida e indiferente. "-Supongo que estabas enamorada de este Michael Fury, Gretta -dijo. "-Lo pasaba muy bien con l en ese entonces -replic ella. "Lo dijo con una voz opaca y triste. Gabriel, que ahora senta cun vano sera tratar de llevar la a hacer lo que l quera, le acarici una mano y dijo tambin con tristeza: "-Y de qu muri tan joven, Gretta? Tuberculosis? "-Creo que muri por m -respondi ella. "Un vago terror se apoder de Gabriel al es cucharla, como si en ese momento en que se haba esperanzado con salir airoso de la situacin, un ser impalpable y vengativo se alzara ante l, reuniendo fuerzas para atacarlo desde su vago mundo. Sin embargo, logr liberarse de l gracias a un esfuerzo de la razn y sigui acaricindole la mano. La razn le dice a Gabriel que no hay nada que temer. Sin embargo, sabe perfectamente bien que Fury, el muerto, lo ha derrotado en la batalla por el amor de Gretta. As como una relacin del pasado todava puede plantear una amenaza, sitas circunstancias en las que se descubre un amoro resultan ser penosas pueden entraar una amenaza adicional no slo para la relacin en s misma sino tambin para la imagen que los otros tienen de la pareja. De qu magnitud seran los celos que usted experimentara en cada una de las siguientes situaciones? No se sentira celoso en absoluto? Sentira celos moderados? Se sentira sumamente celoso? Una vez ms, todas stas son situaciones que realmente ocurrieron. Usted descubre que su compaero tiene un amoro y...
. Su compaero acta con suma indiscrecin, estalla un escndalo en medio de una gran fiesta, usted se encuentra colocado en el papel del amante traicionado y se espera que reaccione. . Su compaero acta con suma indiscrecin, estalla un escndalo, usted se encuentra colocado en el papel del amante traicionado y se entera de todo estando solo. . Todo el mundo menos usted lo sabe desde hace tiempo pero nadie ha dicho nada. . Todo el mundo lo sabe. . Slo usted y unos pocos y fieles amigos ntimos lo saben. . Su compaero acta con mucha discrecin, los nicos que lo saben son los tres implicados, y ellos dos saben que usted lo sabe. . Su compaero acta con mucha discrecin, nadie ms lo sabe, y su compaero no sabe que usted sabe.
De acuerdo con las respuestas de los interrogados, el peor desencadenante de los celos no es la situacin en la que estalla un escndalo en medio de una gran fiesta. Una mujer que se encontr en esta situacin describe as la experiencia:
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"Yo quera irme de la fiesta, y como no poda encontrar a mi marido, decid irme sola. Fui a buscar mi abrigo con otros invitados que tambin se disponan a partir. Abr la puerta del dormitorio donde habamos dejado los abrigos con los otros invitados pisndome los talones. All, encima de la pila de abrigos, estaba mi marido follando con la puerca con la que haba estado flirteando toda la noche... Sent que la sangre me suba a la cabeza y me empezaron a temblar las rodillas. Pero saba que todo el mundo me estaba mirando y esperando mi reaccin. As que me limit a decir: 'Adis, querido. Me voy a casa', y me fui." La serenidad con la que reaccion le dio a esta mujer la posibilidad de mantener la situacin bajo control. sta y otras experiencias similares indican que, en general, las personas prefieren minimizar sus reacciones de celos en pblico. La expresin valiente que adoptan les ayuda a controlar sus reacciones, en cierta medida al menos, y manejar mejor sus celos. Cuando usted descubre que su compaero tuvo duran te aos un amoro del que todo el mundo estaba enterado menos usted, no tiene la presencia de nimo que una actuacin pblica como la mencionada puede procurarle. Un hombre que pas por esta experiencia devastadora la describe as: "Estuvimos casados treinta y siete aos y yo estaba seguro de que el nuestro era un matrimonio maravilloso. Un da volv a casa temprano y descubr a mi esposa en el dormitorio con un hombre a quien yo consideraba uno de mis mejores amigos. Para m fue devastador. Luego descubr con horror que esto haba estado sucediendo desde haca varios aos y que todos nuestros amigos y conocidos lo saban pero nadie haba dicho nada. Me sent traicionado y humillado. Me los imaginaba hablando a mis espaldas, rindose de m..." El hombre senta que hubiera sido ms fcil soportar la situacin si slo hubieran estado enterada de ella las tres personas implicadas. Uno podra argir que un amoro que ha durado aos no plantea una gran amenaza a un matrimonio, especialmente si todos, entre ellos el compaero infiel, han tratado de protegerlo manteniendo esa relacin en secreto. Aunque el descubrimiento de la "puerca encima de los abrigos" puede ser ms molesto en ese momento preciso, un amoro secreto que se ha prolongado en el tiempo representa una amenaza mucho ms grave. De todos modos, ambos incidentes soca van los cimientos de la confianza en el matrimonio. Por qu nuestra reaccin a situaciones "pblicas" de esa naturaleza es tan extrema? La razn es que estas situaciones amenazan la imagen pblica de nuestra relacin. Hemos sido socializados para creer que la gente se enamora de su "alma gemela" y vive con ella, y slo con ella, "y son felices para siempre". Parte del dolor relacionado con el des cubrimiento de que nuestro compaero est teniendo un amo ro proviene de la toma de conciencia de que ya no podernos aplicarnos esa imagen idealizada a nosotros mismos. Cuando hay otra gente que est enterada del amoro, la imagen que los dems tienen de nuestra relacin queda destruida. El hecho de que los dems lo sepan nos priva de la opcin de simular ante el mundo que "todo marcha bien".
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. alguien que usted conoce personalmente, en quien confa y considera un amigo? . un miembro de la familia? . su mejor amigo y confidente? . alguien a quien usted conoce personalmente y a quien envidia?
La mayora de las personas que respondieron esta pregunta dijeron que una persona por la que tenan baja estima y que no conocan personalmente era la que menos celos les provocaba. La "puerca encima de los abrigos" es un ejemplo. Una camarera del bar de un hotel con la que su esposo tuvo una aventura de una noche es otro ejemplo. Tener baja estima por esta clase de personas y no conocerlas personalmente son dos elementos que ayudan a reducir la amenaza que implica para la parte traicionada el hecho de que su compaero est involucrado con alguna de ellas. Es importante sealar, no obstante, que aun esta clase de personas desconocidas y "de baja estofa" despiertan celos en alguna medida. Todos los interrogados coincidieron en que el "tercero" que ms celos les provocara sera alguien a quien conocieron personalmente y a quien envidiaron: alguien a quien consideraron ms brillante o ms atractivo que ellos mismos, o bien ms exitoso en aquello en que a ellos les hubiera gustado serlo. El amoro del compaero con este tipo de persona produce la amenaza que se percibe como ms importante, porque si uno piensa que esa persona es mejor que uno, por qu no lo pensara su compaero?
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Los celos pueden ser una experiencia sumamente dolorosa, pero hacerlos cesar no es fcil. Pregunta: puede usted dejar de estar (sentirse, pensar, actuar) dominado por los celos? Decididamente s? Slo hasta cierto punto? Decididamente no? La mayora de las personas pueden lograrlo, pero slo hasta cierto punto. Cuando uno est en medio de una crisis de celos, esto resulta particularmente difcil. Ms adelante encontrar una seccin que aporta sugerencias acerca de cmo lograrlo. Jane deca que no poda dejar de estar celosa. Por mucho que lo intentara no poda dejar de pensar en la otra mujer: en cmo luca en el teatro con su vestido escotado en la espalda, en cmo sonaba su voz en el contestador automtico ("tan artificialmente alegre"), en cmo deba de haberse comportado con su marido (libre, atrevida). Jane no poda evitar que su mente volviera una y otra vez sobre cada uno de los detalles del amoro. Jane slo pudo sobreponerse a sus intensos celos a travs de la terapia. As fue como lleg a comprender que ella hizo su parte para facilitar aquel amoro al mantener se distante e inaccesible en circunstancias en que su esposo necesitaba apoyo y quera demostrarse a s mismo su virilidad. Tambin comprendi que el amoro de su esposo slo explicaba en parte su obsesin con la otra mujer. Sus pensamientos y sentimientos estaban relacionados con su propia desilusin a propsito de las elecciones que haba hecho en la vida. La otra mujer tena una carrera exitosa y haba logrado muchas de las cosas que Jane habra querido lograr. Como mujer libre e independiente que era, su rival poda darse el lujo de acudir al teatro vestida con un atuendo escandalosamente sexy. Tambin poda hacer otras cosas (como andar en amoros) que Jane, como mujer casada y ama de casa con todas sus responsabilidades familiares, nunca podra darse el lujo de hacer. Jane dedicaba su vida a su esposo y sus hijos. Nunca tena tiempo para sus intereses personales y sin embargo su dedicacin pareca no tener un reconocimiento. Una vez que Jane comprendi las races de su obsesin pudo orientar la energa que pona en movimiento a sus celos hacia el descubrimiento de nuevos modos de darle sentido a su propia vida.
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eligen compaeros y participan en la construccin de relaciones en tas que es muy probable que los celos se desencadenen a me nudo. Una vez establecida la relacin, ambos compaeros tienen que estar en connivencia para que un problema de celos se mantenga vigente. Cree usted en la monogamia para usted? Ocurre que la mayora de las personas creen que la monogamia es el mejor tipo de relacin. Aun aquellos que no la practican lo creen. Si bien aquellos que practican la exclusividad en sus relaciones ntimas tienden a ser ms celosos que aquellos para quienes la exclusividad no es tan importante, las personas mongamas tienden a buscar compaeros que piensen como ellos y en consecuencia tienen relaciones en las que resulta improbable que se desencadenen los celos. Si la conexin entre la creencia en la monogamia y los celos no parece obvia, sealar una conexin mucho ms obvia entre lo que hacemos a los dems y lo que tememos que puedan hacernos a nosotros. Le ha sido usted sexualmente infiel a su compaero alguna vez? (Nunca? Una vez? Muy pocas veces? Muchas veces? Todo el tiempo?) Es probable que cuanto ms infiel haya sido usted, ms celoso sea. Cuantas ms mentiras haya dicho, ms sensible se torna su odo a las mentiras, y a veces las oye aun cuando no hayan sido pronunciadas. Cuantas ms intrigas haya urdido para poder estar con su amante, ms sospechas le despertarn ciertas situaciones que podran ser intrigas de ese tipo. Los "celos proyectados" derivan de la infidelidad que uno mismo comete o bien de impulsos a ser infiel que han sido reprimidos. Ha fantaseado alguna vez con involucrarse sexualmente con alguna otra persona que no sea su compaero? La mayora de la gente ha tenido fantasas de ese tipo alguna vez. Lo que resulta revelador es que aquellos que fantasean ms a menudo con estar con alguna otra persona son tambin los que se describen a s mismos como ms celosos. Como se sienten atrados hacia otros y posiblemente tienen pensamientos ligados a amoros salvajes, dan por su puesto con toda naturalidad que su compaero tambin tiene esos pensamientos. Como piensan a veces en fugarse con un amante apasionado, estn seguros de que su compaero tambin lo piensa. La proyeccin de sus propios impulsos sobre su compaero los hace ponerse celosos. Los celos pueden proyectarse sobre otras personas adems de sobre el propio compaero. De hecho, ciertos individuos que se describen a s mismos como celosos tienden a pensar que hay ms gente celosa en la poblacin global que lo que creen las personas que se describen a s mismas como no celosas. Por aadidura, las personas que se describen a s mismas como celosas prefieren que sus compaeros sean celosos y en general tienden a ver a los celos como una caracterstica positiva de la personalidad. Son propensos, por ejemplo, a considerar los celos como una reaccin normal que acompaa al amor, o como una respuesta instintiva a una amenaza. Son menos propensos a verlos como un defecto. Es posible que aquellos que consideran que no pueden controlar su reaccin de celos necesiten creer que los celos no son un rasgo negativo. La necesidad de justificar sus propios celos es tan grande que les impide ver el efecto negativo que los celos pueden tener sobre las relaciones ntimas. En realidad, cuanto ms se describan estas personas como celosas, ms propensas estaban a terminar sus relaciones ntimas a causa de sus propios celos.
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De las personas que yo investigu, la mayora afirma ron haber sido ms celosas en la adolescencia. Es
posible que durante este perodo tormentoso, todas las experiencias, en tre ellas los celos, sean ms intensas. Tambin es posible que los adolescentes sean ms propensos a sentir el temor de perder a su amado porque en esa etapa de la vida las relaciones se caracterizan por una falta de compromiso mutuo. Los interrogados acusaron niveles decrecientes de ce los despus de la adolescencia (menos durante la juventud que durante la adolescencia, y menos durante la edad adulta que durante la juventud). Hay varias formas de interpretar estos datos. Es posible que a lo largo del tiempo las personas desarrollen mejores estrategias para hacer frente a los celos. Es posible que, con la experiencia, eviten relaciones en las que resulta probable que los celos se desencadenen a menudo. Es posible que con la edad la mayora de las personas adquieran ms seguridad en ellas mismas y estn as menos propensas a sentirse amenazadas por ciertos desencadenantes de los celos. Es posible que con el paso del tiempo la mayora de las parejas desarrollen un cierto grado de seguridad en su relacin y estn entonces menos propensas a ver los incidentes desencadenantes de celos como amenazas importantes. Y es posible que la creciente apertura que se observa en la sociedad en general y en la institucin del matrimonio en particular haya causado una decadencia generalizada de los celos. El hecho de que las personas que eran ms celosas que otras en la infancia tambin tiendan a ser ms celosas que otras en etapas posteriores de la vida sustenta la nocin de que las personas tienen predisposiciones estables a los celos. Ese gnero de predisposicin es influida por la constelacin familiar. Los psiclogos del desarrollo sitan las races de los celos de los adultos en la rivalidad entre hermanos. El patrn psicolgico de reaccin a los factores desencadenantes de los celos en pocas posteriores de la vida, sostienen, est determinado por las primeras experiencias de celos del nio cuando su deseo de disponer con exclusividad de la madre es amenazado por un hermano. De acuerdo a mis investigaciones, cuanto ms herma nos varones mayores tena una persona, mayor era su pro pensin a ser celosa. Cuantos ms hermanos menores tena, menor era su propensin a ser celosa. El nmero de hermanas no estaba relacionado con los celos. Esto sugiere que la presencia de un hermano no es en y por s misma un factor desencadenante de los celos. El factor desencadenante tiene que ser un hermano que est en una posicin ventajosa (un hermano varn mayor tiene ventajas tanto desde el punto de vista de la edad como del sexo en nuestra sociedad patriarcal). Los celos en la edad adulta estn influidos por la envidia que uno siente en la infancia por las ventajas de que goza el hermano y por el tringulo de celos que se establece en ese perodo con ese hermano y la madre. Si realmente tenemos una predisposicin a los celos, podemos esperar que en algn momento la gente que nos rodea lo advierta. Y as ocurre. La mayora de los que le conocen bien le consideran una persona celosa? Cuanto ms celoso sea (o considere que es), ms alta ser la probabilidad de que la gente que le conoce bien le considere una persona celosa. El tormento de los celos es difcil de ocultar. Si es difcil ocultarles nuestros celos a aquellos que nos conocen, mucho ms difcil es ocultrselos a nuestros compaeros ntimos. Ellos no slo son los que probablemente ms provocarn nuestros celos sino tambin sus testigos privilegiados. La gente tiene menos propensin a mostrar una conducta celosa en pblico o en relaciones ocasionales que a hacerlo en las relaciones ntimas. Una razn obvia es que es ms probable que los celos aparezcan en una relacin ntima que en una relacin ocasional menos valorada. Otra razn es que por lo general la conducta celosa suele ser considerada socialmente inaceptable en nuestra cultura. Las personas con quienes usted ha tenido una relacin de intimidad le consideran celoso? Cuanto ms celo so se sienta usted mayor ser la probabilidad de que su compaero lo considere celoso (mucho ms an que las otras personas que le conocen bien). La razn parece bastante simple: usted es celoso, y su compaero, no puede evitar advertirlo y "decirlo tal cual es". Correcto? No necesariamente. Tambin es posible que cuanto ms lo considere celoso su compaero ms propenso est usted a considerarse celoso. Su compaero puede decirle que usted es celoso por muchas razones, de las cuales slo una es que usted es verdaderamente celoso. Otra razn, como vimos, es que l, o ella, tenga fantasas en las que se ve involucra do sexualmente con otras personas, o tenga amoros rea les, y le haga pensar a usted que es excesivamente celoso para disculpar su propia conducta.
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Cuando pregunt a mis entrevistados qu era, segn pensaban ellos, lo que provocaba los celos, una de las respuestas ms comunes fue "la inseguridad personal". Algunas personas, y tambin algunos investigadores, creen que los celos son una parte de la personalidad de una persona, y que aquellos que son inseguros en general tambin son inseguros en sus relaciones ntimas, y que esa inseguridad se manifiesta como celos) Suena bastante sencillo, no es as? Sin embargo, la explicacin que ocup el segundo lugar fue: "Los celos son el resultado del temor a resultar desprestigiado". Tercera en la escala fue: "Los celos son el resultado de la debilidad de la relacin". La cuarta fue: "Los celos son el resultado de sentirse excluido y dejado de lado". El temor a resultar desprestigiado, el sentimiento de exclusin y los problemas de la relacin no son partes estables de la personalidad de una persona. Se relacionan ms bien con la dinmica de una situacin o relacin especficas. Esto nos retrotrae a la nocin (presentada anteriormente) segn la cual los celos siempre son resultado de una interaccin entre una cierta predisposicin y un cierto acontecimiento desencadenante. La predisposicin a los celos est relacionada con otras caractersticas de la personalidad tales como, por caso, la inseguridad. Si la predisposicin habr de manifestarse o no, depende de la relacin misma: de los problemas que se presenten en las relaciones que se entablan con otras personas as como de la confianza y el nivel de seguridad que los compaeros tengan en cada relacin. En definitiva, que la predisposicin a los celos se manifieste o no depende tambin en parte del estado mental en que usted se encuentre en ese momento y que puede no tener nada que ver con los celos. Cmo describira usted su estado mental? Cuanto mejor sea su estado mental menores sern las probabilidades de que sufra los tormentos de los celos. Pero, por supuesto, si usted est inmerso en una crisis de celos, eso no tendr el mejor de los efectos sobre su estado mental. Cmo describira usted su estado fsico? Un pobre estado fsico, en menor medida que el estado mental, tambin se asocia con una tendencia ms pronunciada a experimentar celos. Cuanto mejor sea su estado fsico en general, menores sern las probabilidades de que los celos lo dominen. A diferencia de los datos que se refieren a los primeros antecedentes de los celos en nuestra infancia, con respecto a los cuales poco es lo que podemos hacer, s es posible en cambio traducir los datos acerca de la correlacin entre nuestros estados mental y fsico y los celos a recomendaciones especficas. En razn de que ms adelante hay una seccin dedicada a diversas tcnicas para hacer frente a los celos, en este momento recuerde simplemente que si usted se siente atormentado con frecuencia por los celos, una forma de prepararse para enfrentar el problema es mejorar su salud mental y fsica en general. Puede mejorar su salud mental acudiendo a una terapia, aprendiendo tcnicas de relajacin, o haciendo cosas que lo hagan sentir bien. Cuando usted se siente mejor psicolgicamente, la probabilidad de que sus celos lo dominen es mucho menor, aun cuando otros de los factores que influyen en la situacin no hayan cambiado. Anlogamente, si usted mejora su estado fsico, su capacidad para hacer frente a todas las tensiones de su vida, entre ellas los celos, mejorar. Si a usted le gusta bailar, por ejemplo, ponga msica con mucho ritmo y baile quince minutos todos los das, especialmente cuando est deprimido. Eso tendr un efecto positivo tanto en su estado de nimo como en su estado fsico, lo que probablemente le ayude a manejar ms eficazmente sus celos.
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"Cuando lo veo flirteando con una mujer atractiva -los ojos le brillan y tiene una ex presin radiante- me recuerda lo guapo que es. Siento una punzada de celos, pero no es un sentimiento desagradable. Hasta podra decir que en cierta medida me agrada. Le agrega emocin a nuestra relacin, es como una forma de coqueteo. Me da la certeza de que no debo dar por descontado su amor... Si me mantengo serena es porque me siento segura de su amor, y s que cuando lleguemos a casa vamos a hablar de aquella otra mujer, y nos vamos a rer de todo el episodio." Los celos son como la pimienta. selos con moderacin y le agregarn sabor a la relacin. Pero usados en demasa pueden quemar. De hecho, en uno de mis estudios acerca del agotamiento del matrimonio descubr que cuanto ms intensos eran los celos que experimentaban las personas en su relacin, ms probable era que sta se agotara) Con los celos moderados parece verificarse lo contrario.
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Pero aunque ser una "persona celosa" puede servir para disculpar ciertas conductas inaceptables ("Es por eso que no quiero que bailes con nadie ms que yo"; "Es por eso que tuve una rabieta"), a la larga provoca ms problemas que los que resuelve. La razn: reduce enormemente nuestra libertad de accin y nuestra capacidad de hacer frente a los factores desencadenantes de los celos. Dicho esto, vuelvo ahora a la pregunta planteada al comienzo de esta seccin: Es usted una persona celosa? Sea cual fuere su respuesta, probablemente est interesado en aprender algo acerca de las races inconscientes de sus celos, que son el tema de la prxima seccin. Las races inconscientes de los celos sentimentales
"Quien despierta a los perversos demonios que habitan imperfectamente domados un alma humana y quiere combatirlos, ha de hallarse preparado a no salir indemne de tal lucha." SIGMUND FREUD Los celos son normales y universales
Segn Freud los celos son universales no porque sean innatos sino porque son inevitables. Nadie puede escapar a ellos porque se originan en dolorosas experiencias infantiles que todos compartimos. Estos traumas infantiles universales vuelven a experimentarse cada vez que se despiertan nuestros celos en la edad adulta. Puesto que todo el mundo los experimenta, los celos son, por definicin, normales. Freud describe los celos como "uno de esos estados afectivos, como la tristeza, que hemos de considerar normales. De este modo, cuando parecen faltar en el carcter y en la conducta de un individuo, deducimos justificadamente que han sucumbido a una enrgica represin y desempean, en consecuencia, en su vida anmica in consciente un papel tanto ms importante." En la perspectiva de Freud, si uno no experimenta ce los cuando una relacin importante est siendo amenazada, hay algo en uno que no est del todo bien. Es semejante a no sentir tristeza cuando muere alguien que a uno le interesa mucho. Lo ms probable es que una respuesta as signifique que uno est esforzndose por reprimir sus sentimientos u ocultrselos a los dems, adems de a uno mismo. Cincuenta y seis aos despus de la publicacin del trabajo de Freud sobre los celos, un psiquiatra llamado Emil Pinta public un artculo titulado Pathological Tolerance (Tolerancia patolgica). Describe un sndrome clnico por el cual una persona que debera responder ponindose celosa no lo hace. Pinta cita varios casos en los que un esposo o una esposa aceptaron una relacin sexual entre su compaero y una tercera persona. En un caso, John (de veinticinco aos) estaba casado con Sharon (de treinta y tres). Michael (de diecisiete), un desertor de la secundaria que en un principio haba sido con tratado para ayudar con las faenas de la granja, viva con ellos y se haba convertido en el amante de Sharon. sta insista en que amaba a los dos hombres y que no deseaba optar por uno de ellos. A John no le gustaba nada tener otro hombre en la casa hacindole el amor a su esposa, pero era renuente a marcharse o a presionar a Sharon para que se decidiera entre l y Michael. En otro caso, Lana (de veintisis aos) estaba casa da con Jack (de treinta y dos). Durante el ao previo al comienzo de su terapia, otra mujer, Marilyn (de treinta y dos aos) vivi con ellos en su casa y comparti sexualmente a Jack. Marilyn y Jack trabajaban durante el da, y Lana se quedaba en la casa cuidando a los dos hijos que Marilyn tena de un matrimonio anterior. Lana se describi a s misma diciendo que se senta "no valorada e incomprendida" por Jack, Marilyn y los nios. La razn primor dial por la que comenz la terapia fue "para lograr que los chicos me obedezcan". Era consciente de que su relacin con Jack y Marilyn era emocionalmente destructiva, pero se negaba a contemplar la posibilidad de marcharse o de insistir en que Marilyn se fuese. Pinta sugiere que la dinmica de la tolerancia pato lgica es idntica a la de los celos patolgicos. Volveremos a la dinmica de la tolerancia patolgica (y a los dos tringulos) despus de examinar la dinmica de los celos patolgicos. Por ahora, creo que la mayora de las personas estara de acuerdo con Pinta en que, tanto en el caso
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de John como en el de Lana, hay algo que no es demasiado "normal" en su falta de celos y en el conjunto de la relacin en la que estn inmersos. Un sndrome clnico similar a la tolerancia patolgica es el escotoma psicolgico (ceguera), la incapacidad para advertir o interpretar correctamente situaciones que para virtualmente cualquier otra persona son desencadenantes obvios de los celos. Un ejemplo de escotoma psicolgico que tal vez usted recuerde del principio uno es el del esposo cuya esposa flirtea con todo hombre que se le cruce y se va a la cama con cualquiera que se lo proponga, y el esposo es el nico que no lo sabe y ni siquiera lo sospecha. Una mujer que se involucr sexualmente con un hombre cuya esposa pareca estar sufriendo de escotoma psicolgico describe as esta extraa experiencia: "Estbamos bailando tan provocativamente -prcticamente 'hacindolo'- que creo que no haba nadie en la fiesta que no se diera cuenta de que algo estaba pasando. Nadie salvo su esposa, que charlaba con sus amigas y de vez en cuando nos dispensaba una sonrisa. S que a ella no le gusta bailar, y el esposo dice que tampoco le gusta el sexo, de modo que cuando su marido lo est 'haciendo' con otras mujeres, ella simple mente no lo advierte. Y como l insiste en que necesita tener sexo todos los das y para ella una vez cada tres meses es ms que suficiente, es mucho lo que no ve. Quin sabe, tal vez se sien te aliviada de que alguien est haciendo el 'trabajo sucio' por ella."
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. Tristeza, el dolor causado por el pensamiento de que se est perdiendo a alguien a quien uno ama. . La comprensin dolorosa de que no podemos tener todo lo que queremos, aun cuando lo queramos con la mayor intensidad y merezcamos tenerlo. . Sentimientos de enemistad contra el rival exitoso. . Una mayor o menor dosis de autocrtica que nos hace sentir responsables de nuestra prdida.
"Aunque los calificamos de normales", agregaba, "estos celos no son completamente racionales, esto es, nacidos de circunstancias actuales, proporcionados a la situacin real y dominados sin residuo alguno por el yo consciente." En otras palabras, aun en los celos normales -los que experimentamos todos- siempre hay algunos componentes irracionales. La razn es que los celos "demuestran poseer profundas races en lo inconsciente, y continan impulsos muy tempranos de la vida afectiva infantil". Como usted recordar del anlisis de los celos y la envidia hecho al principio, Freud crea que los celos arraigan primordialmente en acontecimientos infantiles asociados con el conflicto edpico. Esto ocurre durante la etapa flica, cuando el nio tiene alrededor de tres aos. En esta etapa, el rgano sexual se convierte en el centro de inters y placer para el nio. Como los rganos sexuales de nios y nias son diferentes, los conflictos por los que tienen que pasar son diferentes. Segn la famosa frmula de Freud, "La anatoma es el destino". Los nios pasan la mayor parte del tiempo con miembros de su familia. En consecuencia, los miembros de su familia son los objetos de amor e identificacin ms accesibles. Es natural que sus primeros impulsos sexuales se dirijan hacia alguien de la familia. Los impulsos sexuales vienen acompaados de animadversin contra la persona que el nio percibe como un rival. La rivalidad es la raz del complejo de Edipo en los nios y del complejo de Electra en las nias. Edipo y Electra son hroes trgicos de la mitologa griega. Edipo, sin saberlo, mata a su padre y se casa con su madre. Electra amaba a su padre y odiaba a su madre, que lo traicion y provoc su muerte. Para vengar la muerte de su padre, Electra convenci a su hermano de que matara a la madre de ambos. Segn Freud, todos los nios experimentan de alguna manera el dolor de Edipo y de Electra. El nio se "enamora" de su madre, la nia se "enamora" de su padre. Pero ambos se enfrentan a un rival formidable: el nio a su padre, la nia a su madre. El nio teme la ira de su padre si descubre que su hijo desea a su esposa. El modo de superar esta angustia es identificarse con el padre y convertirse en un hombre como l. La nia envidia la ventaja de que goza la madre y se sobrepone identificndose con ella. La tristeza, el dolor de la prdida, la impotencia, la toma de conciencia de que no pueden obtener todo lo que quieren, la animadversin contra el rival exitoso que los nios experimentan cuando "pierden" en este original tringulo, quedan grabados en sus psiquis y reaparecen en la edad adulta cuando se encuentran inmersos en un tringulo semejante.
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puede luego servirse de las percepciones que delatan los impulsos inconscientes anlogos de la otra persona y justificarse entonces con la re flexin de que aqulla no es probablemente mucho mejor." Los celos que nacen de esa proyeccin, dice Freud, tienen un carcter casi delirante. (El delirio es una creencia que persiste aun cuando no tenga fundamentos en la realidad.) No obstante, los celos proyectados, a diferencia de los delirantes, casi siempre pueden ser tratados mediante una terapia psico-dinmica. Cuando la persona celosa comprende que sus celos son producto de sus propios impulsos reprimidos hacia la infidelidad y que su compaero es una persona fiel, esa percepcin suele ser suficiente para resolver el problema de celos. En el caso de los celos delirantes, la solucin no es tan fcil. Los celos delirantes son una forma de paranoia. Tambin tienen su origen en impulsos hacia la infidelidad que fueron reprimidos, pero segn Freud, en estos casos el objeto es del mismo sexo que la persona celosa. (Como veremos ms adelante, los psicoterapeutas actuales tienden a disentir con Freud en este punto.) Freud deca que todos somos en alguna medida bisexuales. Los nios, antes de la etapa edpica, se sienten atrados por el padre del mismo sexo adems de por el padre del sexo opuesto. Estos sentimientos son reprimidos, pero pueden volver a surgir bajo la forma de atraccin consciente o inconsciente hacia el rival en los celos adultos. Este tipo de atraccin homo sexual, segn Freud, es el rasgo primordial de los celos delirantes. En una tentativa por defenderse de impulsos homosexuales demasiado fuertes, el hombre celoso dice, en efecto, "No soy yo quien lo ama, es ella". Como el impulso homosexual produce mucha ms angustia que el impulso heterosexual, es ms probable que la defensa contra l implique una grave distorsin de la realidad. Como ejemplo de los celos delirantes Freud presenta el caso de un joven cuyo objeto de celos era su esposa, una mujer intachablemente fiel. Los celos de este hombre se manifestaban en ataques que duraban varios das y aparecan regularmente al da siguiente de que hubiera tenido relaciones sexuales con la esposa. La conclusin de Freud es que despus de haber satisfecho su libido heterosexual, los componentes homosexuales que tambin resultaban estimulados por el acto sexual "se manifestaban en el ataque de celos". Los ataques de celos se basaban en gestos "imperceptibles para toda otra persona, en los que poda haberse transparentado la coquetera natural de su mujer, totalmente in consciente". Ella haba rozado distradamente con la mano al hombre que estaba a su lado, haba inclinado demasiado su rostro hacia l, o haba sonredo con gesto ms amable que el que sola dedicarle a su esposo en la intimidad. El esposo estaba particularmente atento a todas estas manifestaciones del inconsciente de su mujer y saba cmo interpretarlas. En esto se pareca a las personas que sufren paranoia, a quienes nada de lo que hacen los dems les resulta indiferente, e interpretan cada gesto, por mnimo que sea -una risa contenida, una mirada indiferente, un escupitajo en el suelo- como dirigido personalmente a ellas. Nuestro marido celoso perciba la infidelidad de su esposa en lugar de la propia. Por la va de prestar la mxima atencin a la infidelidad de ella magnificndola al extremo poda mantener inconsciente la suya. Del mismo modo, el odio que el paranoico perseguido ve en los otros es un reflejo de sus propios impulsos hostiles hacia ellos. Como es de suponer, Freud encuentra las razones que explican los celos delirantes del esposo en los primeros acontecimientos de su infancia. La juventud del marido estuvo dominada por un fuerte apego a su madre. De los muchos hijos que esta mujer haba tenido, l, que era de claradamente el favorito, desarroll unos celos marcada mente "normales" hacia ella. Cuando se comprometi para casarse, su deseo de una madre virginal se expres en dudas obsesivas acerca de la virginidad de su novia. Estas dudas desaparecieron despus del casamiento. En los primeros aos de su matrimonio los celos brillaron por su ausencia. Luego, se involucr en un prolongado amoro con otra mujer. Cuando el amoro termin empez a sentirse celoso una vez ms. Esta vez se trataba de celos proyecta dos, que le permitan aliviar la culpa que senta por su propia infidelidad. El hecho de que su padre tuviera poca in fluencia en la familia combinado con "un trauma homo sexual humillante en la pubertad" representan para Freud las races de una fuerte atraccin sexual que este hombre senta por su suegro, que con el tiempo se convirti en una "plena paranoia celosa". La mayora de los psiclogos clnicos que se dedican a trabajar con personas que tienen un problema de celos coinciden con Freud en que los celos pueden variar en su nivel de patologa en un arco que va desde los celos normales a los delirantes. Tambin coinciden con Freud en que los celos delirantes son una forma de paranoia y en
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que son los ms difciles de tratar y curar. Muchos no coinciden, en cambio, en que los celos delirantes sean primordialmente producto de impulsos reprimidos a la homosexualidad. Un ejemplo del uso que un psicoanalista actual est haciendo de los conceptos de Freud acerca de los celos nos lo proporciona el anlisis del doctor Pinta a propsito de la dinmica de la tolerancia patolgica.
Celos persistentes a pesar de que es evidente que no hay nada que los justifique en la realidad. Sentimientos y conducta adecuada al delirio. Duracin del delirio de al menos una semana. Incoherencia, alucinaciones o delirios bizarros (por ejemplo, delirios de control, transmisin de pensamiento). Inexistencia de perturbacin orgnica que pueda explicar el delirio.
En palabras ms simples, los celos no se basan en la realidad pero no obstante persisten. Cuando esto le ocurre a alguien a quien usted ama o a quien est muy ligado, nada de lo que diga o haga convencer a esa persona de que usted es inocente. Lo mejor que se puede hacer en un caso as es pedir ayuda profesional. Un ejemplo registrado en el libro de casos que acompaa al manual DSM-III nos ayudar a aclarar estos criterios. Una exitosa, y hermosa, diseadora de interiores de treinta y cuatro aos es llevada a la clnica por su esposo de treinta y siete aos, un destacado abogado. El esposo se queja de que en los ltimos tres aos su esposa le ha estado haciendo acusaciones cada vez ms estridentes de infidelidad. Ha hecho todo lo que estaba a su alcance
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para convencerla de su inocencia pero nada de lo que dice o hace logra conmover su conviccin. Un anlisis cuidadoso de los hechos revela que efectivamente no hay pruebas que permitan suponer que el esposo ha sido infiel. Cuando se le pregunta a la esposa cules son las pruebas que tiene, contesta con vaguedades y expresin misteriosa, pero de todos modos sigue absoluta mente segura de que est en lo cierto. Dice que puede adivinarlo en la mirada distante de su esposo, y se siente terrible mente insultada por la sugerencia de que la deslealtad es producto de su imaginacin. La mujer no tiene alucinaciones, hace bien su trabajo y no tiene dificultades para pensar, aparte de su conviccin acerca de la deslealtad en cuestin. Como las pruebas parecen indicar que las quejas de infidelidad de la esposa son infundadas, la conclusin es que sus celos deben de ser delirantes. El hecho de que no tenga alucinaciones y su discurso est bien organizado permite pensar que su delirio no es un sntoma de esquizofrenia sino de paranoia. Como suele ocurrir en la paranoia, el dao que esta mujer sufre debido a su delirio no afecta su funciona miento cotidiano fuera de la relacin con su esposo. Veamos los criterios para el diagnstico de los celos en un caso me nos extremo.
Sam y Amalia
Amalia cont: "Los celos de Sam suelen estallar cuando estamos haciendo el amor. Aparecen a menudo. Sbitamente, siento que l se retrae. La primera vez que ocurri no supe qu pensar. Estbamos en Pars, pasndola de maravilla. De pronto, cuando estbamos haciendo el amor, se detuvo y me apart con violencia... Ahora ya s lo que eso significa. Le disgusto fsicamente. No puede tocarme. Mi cuerpo le resulta repulsivo. Cuando habla de mi cuerpo dice que me imagina teniendo sexo con otros hombres con los que estuve involucrada en el pasado. Me imagina haciendo con esos hombres las mismas cosas que nosotros cuando estamos haciendo el amor. Dice que puede verme jugando con el pene de otro hombre, o imaginar al hombre besando mis pezones, ese tipo de cosas. Piensa que el sexo que yo tena con otros hombres era indecente, y eso le hace yerme indecente, barata, despreciable, indigna de alguien puro y sano como l. "Cuando tuvo su ltimo ataque de celos bram: 'Todas las mujeres son putas, excepto Mary'. Mary es su ex esposa. A m me dice que no la amaba. Casi nunca tenan sexo. Mary dependa de l para todo: nunca le puso gasolina al coche (que slo ella conduca) porque no saba qu hacer cuando entraba a una gasolinera. Cuando iba de compras, l la segua en su motocicleta, pagaba y acarreaba las bolsas. Por qu se qued con ella diez aos? Porque estaba seguro de que le era fiel. Mary no poda arreglrselas si no tena un hombre cerca. No poda arreglrselas sin l." El matrimonio de los padres de Sam haba sido muy poco comn. Su madre -una mujer excepcionalmente hermosatuvo un amoro con otro hombre durante muchos aos. Su padre, a quien Sam describe como pasivo, dbil, impotente y celoso, tambin tuvo sus amoros durante el matrimonio. Cuando Sam tena quince aos, l y su hermano fueron a comprarle a su madre un regalo para el da de la madre. Sam vio a su madre en la parada del autobs, esperando. Ella no se dio cuenta. l se qued observando y vio cmo un coche enorme que se acercaba se detena junto a ella. La puerta del coche se abri. Su madre subi. Sam pudo ver cmo su madre besaba al hombre del coche. Despus, volvi a ver muchas veces aquel coche enorme aparcado cerca de la casa cuando su padre no estaba. Saba muy bien que no deba entrar. Por las maanas, despus de que su padre se iba, el hombre sola llamar por telfono. Su madre se llevaba el telfono al bao y mantena largas conversaciones erticas con su amante mientras Sam escuchaba a travs de la puerta. El padre de Sam debe haber descubierto el amoro, porque un da apareci con un revlver mientras su esposa tomaba el caf con sus amigas. Comenz a vociferar: "Te voy a matar, eres una puta!" Sam estaba en la casa en ese momento y tuvo que rescatar a su madre de la furia de su padre. Despus de la escena de celos, su padre sufri un colapso y tuvo que ser hospitalizado por lo que pareca ser un ataque cardaco. Sam -el sempiterno salvador de la familia- fue quien lo llev al hospital.
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Cuando tena diecisis aos, Sam se enamor de una muchacha hermosa a quien l describe como "del tipo barato". Nunca fue a la cama con ella, a pesar de lo cual sufri celos tremendos. Su primera experiencia sexual fue con una vecina, una mujer casada mucho mayor que l. No amaba a esta mujer y no sinti celos por ella. Tampoco amaba a Mary, a quien conoci a los diecisiete aos. Pero Mary pareca amarlo y necesitarlo mucho, y no era del tipo de las que le provocaban celos, de modo que se cas con ella. Vale la pena sealar que la hermana de Sam, que es diez aos mayor que l, est infelizmente casada con un hombre grosero que tiene frecuentes ataques de celos en el curso de los cuales la golpea. Ella tiene muchos amoros, pero sigue con l, con lo que replica la infidelidad de su madre y revive los berrinches de celos de su padre. Cuando Sam conoci a Amalia, haba estado separado de su esposa pero todava no se haba divorciado de ella. Aunque seguro de que era desdichado en su matrimonio, amaba a sus dos hijos y se resista a abandonar completa mente la seguridad que le daba la familia. Pero Amalia es una mujer atractiva y encantadora (ocho aos mayor que l), y Sam se enamor de ella como nunca antes se haba permitido enamorarse de nadie. Cuando conoci a Sam, Amalia se dijo que era el hombre con quien quera casarse. Nunca lo haba pensado con respecto a ningn otro hombre, y haba salido con muchos. Antes de Sam, Amalia no haba sido precisamente selectiva para elegir a los hombres. Lo nico que esos hombres parecan tener en comn era que no estaban disponibles, fuese porque estaban casa dos o bien porque eran inasequibles desde el punto de vista afectivo. Aquello no le vena nada mal a Amalia. Como haba crecido junto a un padre y una madre que haban tenido una relacin simbitica sofocante, valoraba su libertad e in dependencia. Las cosas comenzaron a cambiar despus de su cumpleaos nmero treinta y cinco. Amalia decidi que quera tener una familia. Estaba preparada para ello y Sam era el hombre que haba estado esperando. Su romance fue apasionado. Sam iba a la casa de Amalia todos los das despus del trabajo y se pasaban horas haciendo el amor con desenfreno, dulzura y pasin. El sexo nunca haba sido tan excitante para Sam ni tan dulce para Amalia. El viaje a Pars fue el punto culminante de su romance. Sam siempre haba querido conocer Pars, de modo que para l era un sueo realizado. Para Amalia lo ms importante era la oportunidad de estar juntos las veinticuatro horas del da, y Pars era simplemente un adicional maravilloso. El pasar todo el tiempo juntos la hizo darse cuenta de que aquello era lo que ella buscaba. Le dijo a Sam que quera casarse y tener un hijo. Este fue el teln de fondo del primer ataque de celos de Sam. Amalia rememora as el episodio: "Me dice que slo nos casaremos cuando con fe plenamente en m. Le preocupan ciertos la dos oscuros mos responsables de mi pasado y que podran volver a surgir en el futuro. Puesto que fui infiel en el pasado yndome a la cama con ex amantes mientras sala con otros hombres, qu garanta tiene l de que no voy a volver a ser infiel? Despus de cada ataque de celos se siente culpable y mortificado y se deshace en disculpas. Me dice que espera que yo tenga la fuerza y la paciencia para hacer frente a sus ce los. Me pide que lo ayude a superarlos. Sabe que es su problema y que yo no tengo nada que ver, pero que cuando sus celos estallan, no puede controlarlos. "Trato de tranquilizarlo de todas las maneras imaginables. Le aseguro que nunca disfrut del sexo con nadie tan maravillosamente como con l. Le digo que mi vasta experiencia con otros hombres debera de hacerlo sentirse seguro, por que lo he elegido a l y lo amo como nunca antes haba amado a nadie. Puesto que tuve todas esas experiencias sexuales ocasionales s cmo son y no tengo el ms mnimo deseo de volver a pasar por ellas. En realidad, le digo, soy yo la que debera estar preocupada, porque l ha tenido tan pocas relaciones sexuales que podra ser que todava tuviera curiosidad y en algn momento quisiera experimentar. Para m, todo eso es asunto terminado. "Pero nada de lo que le digo parece importar le. Sabe que lo amo pero no puede comprender mi pasado. Cmo pude haber hecho lo que he hecho? Son cosas que no parecen coincidir con la persona que l cree conocer. El hecho de que haya pasado por esas experiencias lo lleva a des confiar de m. La amenaza que esto representa para l es tan inmensa que nada de lo que digo la conjura." Amalia quiere saber de dnde vienen los celos de Sam, y, lo que es ms importante, qu se puede hacer para curarlos. Dejemos por un momento la historia de Sam y Amalia, y analicemos estas preguntas desde la perspectiva psicodinmica.
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Est condenado inevitablemente a quedar situado en un lugar de segunda categora". Es significativo que los tres hombres hayan descrito a sus padres como individuos pasivos, muy trabajadores y sufridos. Podemos agregar a la lista la descripcin que hizo Sam de su padre como pasivo, dbil e impotente. No es necesario que el adolescente sea testigo presencial del acto sexual de su madre para que el trauma ocurra. El hecho de descubrir su infidelidad (en la forma en que Sam lo hizo) o de verla flirteando abiertamente con otros hombres puede ser suficiente. La furia que el joven experimenta cuando descubre la infidelidad de su madre es enorme, lo mismo que su necesidad de reparar el trauma. Cmo lo consigue? Una forma es casarse con una mujer que nunca ser infiel, y luego acosarla permanentemente con acusaciones de infidelidad infundadas. Para cada uno de estos hombres, la esposa fiel re presenta a su madre tal como ella debera haber sido en sus fantasas infantiles. Pero acusan a sus esposas de ser infieles como sus madres lo fueron en la realidad. Las acusaciones permiten repetir la escena del trauma infantil, pero esta vez con un final diferente. Se supone que las constantes protestas de fidelidad de la esposa ayudan a reparar la terrible realidad de la traicin materna. Sin embargo, ningn gesto tranquilizador es suficiente porque el trauma fue ciertamente enorme, la esposa no es la madre y la situacin, de hecho, no es la misma. Esto ayuda a explicar por qu las personas que sufren celos delirantes evitan las situaciones que podran procurarles pruebas positivas de sus sospechas. En realidad no quieren creer que su compaero les ha sido infiel. Al contrario, quieren estar convencidas de que a diferencia de sus padres y de la situacin que vivieron en la infancia, esta vez ellas son el "nmero uno" para su fiel compaero. La eleccin de una esposa fiel y la prctica de acosarla con acusaciones infundadas es una de las maneras en que un hombre puede intentar superar el trauma que le provoc la traicin de su madre. Otra forma es elegir una compaera infiel que le proporcionar amplias oportunidades de enfrentarse con el trauma infantil. En este caso los celos no son delirantes: derivan de una situacin real. Sin embargo, no estn bajo completo control del yo consciente. Representan una "compulsin a la repeticin", una necesidad irracional de revivir una experiencia traumtica. En un caso as, la persona adulta busca situaciones en las que parece dominar conflictos y traumas de la infancia reprimidos, aun cuando los verdaderos conflictos sigan estando reprimidos. No todas las personas que sufren celos delirantes tienen un progenitor que fue sexualmente infiel cuando ellas eran adolescentes. Otra causa mencionada en la literatura cientfica es la falta de gratificacin, o el exceso de ella, por parte de los padres en los primeros aos de vida, que dejan a la persona en una situacin en la que siente la necesidad crnica de que el amor de los otros la engrandezca y de desconfiar de sus rivales. (El trmino clnico es narcisismo). Este tipo de personas se involucran en relaciones sentimentales para reafirmar su autoestima. Al hacerlo reviven inconscientemente su infancia. Otra causa de los celos delirantes descubierta durante el tratamiento de cinco mujeres es la identificacin con la mayor libertad y oportunidades de que goza el esposo. La identificacin las conduca a tener vvidas fantasas en las que su esposo seduca a otras mujeres, o en las que ellas mismas actuaban como sus esposos en el acto de seduccin. Segn sus terapeutas, la necesidad de las mujeres de identificarse con sus esposos era producto de su baja autoestima, que puede estar relacionada con la posicin subordinada de la mujer en nuestra sociedad patriarcal. En los hombres, otra causa de los celos delirantes relacionada con la autoestima es la pequeez real o su puesta del pene. El trabajo clnico con los hombres que sufren este problema indica que se sienten en desventaja respecto de otros hombres en la lucha por conseguir y mantener una compaera. Su sensacin de ineptitud -que tambin es corriente entre los esposos impotentes, las es posas frgidas, los hombres mayores casados con esposas jvenes y las mujeres poco agraciadas casadas con hombres guapos- es caldo de cultivo para el advenimiento de los celos delirantes. El alcoholismo tambin puede contribuir a los celos delirantes. Segn algunos psicoterapeutas, los delirios de celos que aparecen en el alcoholismo y la paranoia son des encadenados por cambios qumicos en el cerebro y poco tienen que ver con los acontecimientos que se desarrollan en el entorno de la persona, sea en la infancia o en la situacin actual. En consecuencia, el tratamiento que se recomienda para estos casos es farmacolgico, es decir una terapia con medicamentos. Otros terapeutas creen que la mejor manera de tratar los celos delirantes es con una combinacin de terapia con medicamentos y psicoterapia.' Sin embargo, la mayora de los terapeutas que adoptan
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una orientacin psicodinmica coinciden con Freud en que los celos delirantes son una defensa, o el producto de una defensa, contra recuerdos reprimidos y que por lo tanto as deberan ser tratados a travs de una psicoterapia individual. Ahora que hemos explorado algunas de las teoras acerca de las races inconscientes de los celos podemos volver a Sam y Amalia.
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infidelidad? Alguno de sus padres se ha mostrado inusualmente celoso? Alguna vez ha sido testigo de una violenta explosin de celos entre sus padres? La segunda pregunta es: qu gratificaciones secretas obtiene usted cuando los celos le dominan? Qu funcin cumplen los celos para usted? Le procuran una afirmacin del amor y la fidelidad de su compaero? Obligan a su compaero a comportarse de una manera ms reservada o "considerada" cuando estn juntos en pblico? Le permiten proyectar sus propios impulsos hacia la infidelidad? Son una forma de castigarse a s mismo? Son su modo de permitirse incurrir en fantasas sexuales?
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Otra de las crticas est dirigida a la tendencia a poner demasiado el acento en el papel que las experiencias infantiles desempean en la aparicin de un problema de celos y no lo bastante en las fuerzas que operan en la actualidad, sobre todo en la dinmica de la relacin.
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entero cambia. Cuando el esposo se retrae, la esposa responde con un intento de acercamiento. Cuando la esposa intenta acercarse el esposo responde retrayndose. La respuesta de uno de los compaeros proporciona el estmulo al otro: l se retrae porque ella se acerca demasiado o ella se acerca porque l se retrae? En un sistema marital, segn el enfoque sistmico, es imposible que uno de los miembros de la pareja sea total mente pasivo. Aun cuando usted no responda a algo que hizo su compaero, como por ejemplo culparlo injustamente de ser infiel, su falta de respuesta transmite a su compaero un mensaje cargado de significado. Roles como el de vctima y el de victimario se consideran producto de una decisin arbitraria en la que participan ambos miembros de la pareja. Por ejemplo, si un esposo desempea el papel del villano infiel, es probable que el terapeuta considere que la esposa est contribuyendo a ello, u obteniendo algo del papel de vctima traicionada. Un objetivo de la terapia es cambiar ese tipo de definiciones arbitrarias. Un cambio en la forma en que una pareja percibe una secuencia de acontecimientos (por ejemplo, qu precedi al conflicto que pueda ayudar a explicarlo) puede cambiar la dinmica de la pareja. Los terapeutas sistmicos consideran que los celos son causados por pautas de interaccin destructivas que se re fuerzan a s mismas y no por acontecimientos del pasado del individuo. Cuando una pareja acude a la terapia y describe las locuras que hace la esposa debido a sus celos patolgicos, lo ms probable es que el terapeuta pregunte qu elemento de la conducta del esposo la hizo comportarse de ese modo. Otra pregunta que el terapeuta podra plantear tiene que ver con la respuesta del esposo, que podra reforzar la conducta celosa de la esposa. Cuando la esposa identifica el amoro del esposo como el problema central, es probable que el terapeuta le pregunte qu podra haber hecho ella para dar lugar a que su esposo tuviera un amoro, y qu hizo en res puesta a ese amoro. Aun en los casos en que es una sola de las personas que forman la pareja la que experimenta celos, los terapeutas sistmicos piensan que los celos cumplen una funcin en el sistema que constituye la pareja. Se considera que sntomas como los amoros o los celos son formas de comunicacin. La historia de Dave y Lillian ilustra cmo un amoro puede ser una forma de comunicacin.
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La mujer sexista que hay en m espera que un hombre sea ms fuerte y firme, y ms exitoso econmicamente que yo. Alguien dentro de m quiere que yo sea una pequea nia en cantadora y delicada.., protegida por un hombre grande, poderoso, exitoso que la arrolla con su podero, su seguridad, su xito sin fisuras. Debo admitir que mi expectativa es que un esposo sea exitoso y que Dave no lo es. Aun que no pongo conscientemente como condicin para mi amor que l tenga xito en su carrera, estoy segura de que en un nivel afectivo me siento profundamente decepcionada. Me he preguntado si esta decepcin est detrs de mi falta de inters sexual por l... La dependencia econmica de Dave es el quid de mi enfado y mi decepcin... Todo el tema del fracaso los hombres deberan tener xito; mi padre fue un fracasado suscita en m una enorme energa afectiva y genera su propia dinmica. El efecto de lo que Lillian perciba como el fracaso de Dave en su carrera tuvo una manifestacin sexual concreta: Dave es relativamente bajo. Tambin es muy delgado. Yo soy bastante delgada pero ms maciza que l. Nunca pens para nada en ello, pero ltimamente he estado deseando un hombre corpulento. Dave est maravillosamente dotado en lo sexual y nunca nadie me ha hecho gozar como l. Pero ltimamente he sentido que su cuerpo no era suficientemente grande y pesado. Siento que necesito alguien grande y fuerte encima de m cuando estoy haciendo el amor. Me siento decepcionada cuando me doy cuenta de que puedo abarcar fcilmente su delgado cuerpo con mis brazos. Me siento como una madre/compaera que da consuelo cuando lo que quiero es sentirme como una ninfa aplastada por un hombre enorme, vigoroso y apasionado, sumido en el frenes que le despierta mi belleza. Lillian no siempre se ha sentido decepcionada por el tamao de Dave. En realidad, ha sido a la inversa. Me pregunto por qu, despus de ms de diez aos de casados, de pronto me siento decepcionada y fra ante la delgadez y la baja estatura de Dave. Sola encantarme la forma en que armonizaba conmigo, con mi tamao. Me gustaba el hecho de que no fuese arrollador. Yo estaba in tentando expresarme a m misma y alcanzar confianza y poder en el mundo por m misma. Estaba cansada de ser arrollada por hombres egocntricos. Dave era, y es, el hombre ms maravilloso, amoroso, protector y generoso que he conocido en mi vida. Yo amaba su cuerpo, que no ha cambiado ni un gramo ni un centmetro. En qu he cambiado, y por qu? Esta decepcin corporal est basada en la que su fracaso me provoca en el plano afectivo? He mezclado la pequeez de su cuerpo con lo escaso de sus ingresos? Desaparecer esta decepcin corporal cuando Dave encare una nueva carrera y tenga xito en ella? La excitacin sexual entre nosotros se encender en ese momento? A pesar de la intensidad de su decepcin y su furia, Lillian no poda discutir abiertamente sus sentimientos con Dave. Valoraba la seguridad que le procuraba su matrimonio y tena miedo de que si expresaba abiertamente sus verdaderos sentimientos Dave pudiera contrariarse y enfadarse tanto que decidiera abandonarla. De modo que bloque sus sentimientos negativos. Sin embargo, es imposible bloquear los afectos selectivamente: una vez que uno se cie un escudo afectivo, inhibe con l todos los afectos. En consecuencia, cuando Lillian reprimi su enfado tambin reprimi sus sentimientos de amor y su pasin. Aunque no reconoca su fracaso en el negocio inmobiliario, Dave estaba preocupado por su futuro financiero. Que ra proteger a Lillian de los temores que l mismo senta, y de sus sentimientos de inseguridad e ineptitud, sentimientos provocados por su dependencia no masculina de los ingresos de Lillian. Dave no poda admitir esos sentimientos ni ante s mismo. De modo que los bloque, bloqueando con ellos su pasin. Lillian describe los resultados: Debe ser tpico, los sntomas del problema saltan a la vista en el dormitorio. Ya no me sien to sexualmente atrada ni excitada por Dave. l dice que todava se siente atrado por m y que la falta de entusiasmo viene de m, ms que de l pero su forma de hacer el amor es tan previsible y tan medida que tal vez la falta de entusiasmo sea compartida. No tengo quejas acerca de sus ganas de hacerlo, de la frecuencia, de su dulzura o su consideracin y su entrega en el momento de hacer el amor. Me refiero a la falta de creatividad, de verdadera excitacin, de pasin. Y yo no hago nada por introducir estos elementos por mi cuenta, porque ya no siento ni pasin ni la fuerte atraccin que sola sentir. No estoy motivada para mostrar sentimientos que no estoy sintiendo, aunque alguna simulacin de mi parte quizs podra poner en movimiento la pelota. Simplemente es algo que no quiero obligarme a hacer. En ese punto el sexo apasionado se convirti en algo muy importante para Lillan
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Puede ser que yo ya no sea la misma persona que se enamor hace ms de diez aos? Des de luego, hoy tengo necesidades muy diferentes de las que tena cuando conoc a Dave, hace una dcada. Soy una mujer de treinta y cinco aos (no tengo hijos, tengo una carrera exitosa) y como tal siento que el sexo apasionado (o la falta de l) es mucho ms importante para m que antes. Ya no estoy dedicada a construir una carrera. Disfruto de mi trabajo y me siento exitosa. Pienso que sta es la edad en que se supone que una mujer llega al pico de su sexualidad, tal vez es por eso por lo que deseo el sexo apasionado de una manera que no era habitual en m. Segn Lillian el aburrimiento que le produca el sexo con su marido fue lo que precipit su amoro ilcito. Pero es evidente que el aburrimiento era slo una pequea par te de la historia. Todo comenz durante una fiesta en la que Dave seal a Lillian un hombre de barba y aspecto mugriento que vesta una camiseta toda rota y le dijo: No es el hombre de aspecto ms repugnante que has visto en tu vida?. Un rato antes, Dave haba odo al hombre hablar acerca de su propia hija adolescente en trminos lascivos, lo que no hizo ms que acentuar la imagen negativa que su aspecto transmita. Poco tiempo despus Lillian decidi tener un amoro con este hombre. Hace unos seis meses me involucr con un hombre que desat en m una pasin que yo no saba que era capaz de sentir. Durante aos me limit a suponer que yo no era una persona con una orientacin muy sexual. Aunque Dave y yo habamos tenido relaciones sexuales mucho ms excitantes antes de casarnos y durante los primeros aos del matrimonio, en los tres aos anteriores a mi amoro con este otro hombre nuestras relaciones sexuales no haban sido apasionadas. Aunque mi amoro fue con un hombre loco y desconocido a quien ya no tengo ningn inters ni deseos de ver, en ese momento despert en m sentimientos muy intensos, tanto que me fue imposible ocultar lo que estaba viviendo. La conducta de Lillian pudo haberle facilitado a Dave, que sostena que no era ni un poquito celoso, el descubrimiento del amoro. Pero l se neg a tomar nota de las seales que ella dejaba caer aqu y all. De modo que Lillian comenz a hacer que las seales fueran ms obvias y visibles hasta que l finalmente se dio por enterado y respondi, por primera vez desde que exista la relacin, con una tremenda exhibicin de celos. Sus interrogatorios le permitieron a Lllian hablar acerca del amoro, algo que secretamente ella tena muchos deseos de hacer. De hecho, el hacrselo saber y ponerlo celoso eran las principales razones por las que se haba embarca do en aquel amoro. Las indiscreciones en que incurr despertaron las sospechas de Dave y termin contndole, en etapas y con lujo de detalles, todo el episodio extramatrimonial. Dave estaba herido en lo ms hondo. Su in finita confianza en m se evapor y dijo que haba perdido totalmente la capacidad de confiar. No le servira de nada divorciarse de m y tratar de encontrar otra mujer de la que pudiera fiarse porque haba perdido la capacidad de fiarse plenamente de otra persona. Si yo a quien l amaba y de quien se fiaba tan plenamente poda traicionarlo de esa manera, cualquiera podra hacerlo, en cualquier circunstancia. Nunca antes se haba sentido tan celoso y no quera volver a sentirse as nunca ms. Una vez que Dave se enter del amoro y se puso celo so como corresponda, Lillian perdi de inmediato el inters en el otro hombre. Me sent tan cerca de perder a Dave que mis sentimientos volvieron a inclinarme hacia l con tremenda fuerza. Ya no importaban el otro hombre ni el amoro, lo nico que quera era reparar el dao que haba hecho al hombre que amo, mi esposo. Estaba dispuesta a besar le los pies durante los prximos diez aos si era necesario para reconquistar su amor y su confianza... para recuperar el vnculo y el bien estar que yo haba roto. Tan intenso era el deseo de corregir mi error y ser una buena esposa en el futuro (y de mantener vivo su amor y la necesidad que l senta de m, y su percepcin de mi amor por l que convenc a Dave de que me diera otra oportunidad. La terapia fue parte del intento de Lillian y Dave de corregir el error y darle a su matrimonio una nueva oportunidad. El trabajo que hicieron como pareja fue alimentado por Lillian y lo que ella expres como su deseo apasionado de curar los celos y el sufrimiento de Dave y reparar el dao que haba hecho... y de no perder al hombre que haba ama do todos estos aos y al que todava amo tanto. Como suele ocurrir cuando se analiza un amoro en forma abierta y sin ponerse a la defensiva, Lillian y Dave tomaron conciencia de que el amoro fue, antes que nada, una forma de comunicacin. El amoro le permiti a Lillian
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comunicar a Dave sentimientos de los que estaba demasiado avergonzada hasta para admitirlos ante s misma, y que tema demasiado comunicar directamente a Dave. No hay duda de que el amoro tuvo ms que ver con lo que senta por Dave que con lo que senta por el otro hombre, sobre todo porque el otro hombre ya no me despierta el ms mnimo inters. Ahora que no acto en la forma tpica en que uno se comporta cuando est viviendo un amoro, estn saliendo a la superficie sentimientos que Dave me inspira y que antes no me permita experimentar. Tal vez el amoro fue una forma de hacer algo para impedirme conocer lo que estaba sintiendo por Dave, puesto que son sentimientos peligrosos. Experimentaba clera, resentimiento, decepcin, preocupacin, miedo. Estoy empezando a ver el amoro como una excusa para no tener que experimentar esos sentimientos. En una sesin eminentemente emotiva y lacrimgena, despus de recibir mucho aliento, y con mucho esfuerzo por parte de ambos, finalmente Lillian y Dave abrieron sus corazones el uno al otro. Analizaron todos sus sentimientos, a pesar de lo muy negativos y embarazosos que les resultaban. El resultado fue un enorme alivio. Lillian pudo hablar a Dave de su clera y su resentimiento. Dijo que tena miedo de que si expresaba su clera y su decepcin (la visin que tena de estas emociones era la de un monstruo que guardaba celosamente en su armario), pasara algo terrible y todo su mundo se vendra abajo. Dave pudo admitir sus celos, a pesar de su creencia de que eran una res puesta negativa y vergonzosa. Lillian descubri que a pesar de lo que para ella eran sentimientos terribles Dave todava la amaba, y le encant el haber podido detectar aquello que la haba estado perturbando. Despus de entender que los celos son una respuesta de proteccin a lo que se percibe como una amenaza que se cierne sobre una relacin que uno valora, Dave pudo compartir sus celos y sus inseguridades financieras con Lillian y descubrir que lo que ella senta por l no sufra alteraciones debido a ello. El alivio afectivo que experimentaron durante esta exploracin mutua vino acompaado de un vigoroso re surgimiento de la antigua pasin. Y, como reconocieron ambos, el sexo nunca ha sido mejor que ahora. La discusin abierta tambin les permiti a Dave y Lillian afrontar sin subterfugios el delicado tema del dinero y llegar a una solucin que satisfizo a ambos. Dave sigui trabajando en bienes races y al mismo tiempo inici su capacitacin en una nueva carrera que le garantizara ingresos seguros y estables. Entre tanto, decidieron alquilar una parte de su casa lo que les ayud a conjurar en alguna medida sus problemas financieros. El caso de Lillian y Dave ilustra cmo un amoro puede ser una forma de comunicarse con el compaero. En palabras de Lillian: El amoro debera ser visto como una comunicacin dirigida a Dave antes que como una incapacidad para contener mis impulsos. Yo necesitaba comprobar qu estaba sintiendo por Dave, y al tener un amoro estaba tratando de comunicarme con l, sobre todo por la forma obvia en que me comport. El caso ilustra tambin varios puntos clave del enfoque sistmico. En sus aos de casados, Dave y Lillian crea ron un sistema donde la regla tcita era que Dave era quien aportaba el dinero en forma estable a la economa familiar. Cuando Dave cambi esta pauta establecida rompi la regla. Lillian lo castig teniendo un amoro y rompiendo con ello la regla de la fidelidad. Los celos de Dave, para l una experiencia inusual, y el temor de Lillian a que l la dejara los llevaron a la terapia. La terapia no se centr ni en las races inconscientes de los celos de Dave ni en la infidelidad de Lillian sino en las reglas que gobernaban al matrimonio. Como producto de esta exploracin Lillan y Dave pudieron llegar a un acuerdo y aceptar un cambio de reglas que ambos consideraron razonable. A lo largo de la terapia, el amoro y los celos que ste desencaden fueron tratados como un problema de la pareja. La terapia puso en evidencia que Dave y Lillian desempea ron, cada uno a su modo, un papel activo en el proceso que condujo al amoro, y al mismo tiempo un papel igualmente activo en el intento de salvar su matrimonio cuando percibieron que una amenaza se cerna sobre l. El tratamiento del amoro y de los celos que ste desencaden como un problema de la pareja, permiti a Dave y Lillian restablecer la con fianza y transformar el acontecimiento traumtico en una experiencia de crecimiento.
El factor desencadenante ms comn en los casos ms extremos de celos es un amoro ilcito. Recordar usted que al tratar el tema comentamos que virtualmente todas las personas a las que se les pregunt acerca de ello dijeron que se sentiran muy celosas si descubrieran que su compaero estaba viviendo un amoro ilcito. Cmo debera tratarse para este tipo de celos para que resultara constructivo y favoreciera el crecimiento? Si bien en estos casos los celos parecen ser una respuesta justificada, no slo provocan un dolor insoportable al individuo sino que adems tambin pueden ser destructivos para la relacin, y en algunos casos pueden llevar incluso a la violencia. Los terapeutas sistmicos consideran el amoro en el contexto de la relacin como un todo. El amoro no es algo que simplemente ocurri al compaero infiel, sino la afirmacin de que ocurri algo importante que involucra a ambos miembros de la pareja. En un libro dedicado al tratamiento del conflicto en el matrimonio, Philip Guerin, Leo Fay, Susan Burden y Judith Gilbert Kautto sealan que los amoros casi siempre representan la externalizacin de un proceso disfuncional que se est desarrollando dentro de la familia. El enfoque que ellos proponen para el tratamiento de los amoros, y que muchos terapeutas sistmicos comparten, se centra en el logro de tres objetivos: 1. 2. 3. Discernir el papel desempeado en el proceso por cada esposo. Cambiar el comportamiento de ambos esposos. Restablecer la confianza en la relacin marital.
El caso que sigue ilustra este enfoque sistmico. Se trata de una mujer llamada Jane, que descubri que su esposo de treinta y cinco aos, Dan, haba tenido un amoro. El descubrimiento de un amoro es doloroso para los dos miembros de la pareja. Hace estallar una crisis en la que el funcionamiento cotidiano se altera gravemente. La primera necesidad que se le present a Jane fue aprender a organizar sus tareas, y fijar prioridades en sus responsabilidades cotidianas para poder resolver las cosas ms esenciales. Luego, para minimizar el impacto afectivo del amoro, tanto Jane como Dan se vieron ante la necesidad de comprender el papel que cada uno haba desempeado, la funcin que ste cumpla en el matrimonio y el proceso que haba conducido a l. Comprender estas cosas no significa que las personas no han de hacerse responsables de su conducta. Dan tuvo un amoro, Jane no. De todos modos, los dos eran responsables del estado de su matrimonio. Puesto que con frecuencia un amoro se considera un pecado imperdonable es importante que los dos miembros de la pareja siten el amoro en el con texto ms abarcador de su matrimonio. Muchas veces un amoro es un refugio para huir de un problema de la relacin o de un padecimiento que afecta la vida personal. Para discernir la funcin que cumpla el amo ro de Dan era necesario comprender el estado de cosas anterior. Dos problemas parecen particularmente significativos: una operacin de cncer de prstata a la que Dan tuvo que someterse antes del amoro, y la dedicacin excesiva de Jane a la hija de ambos. La operacin de cncer de prstata fue traumtica para Dan. No slo lo oblig a enfrentarse a su propia mortalidad, sino que lo llev a cuestionarse su aptitud sexual, algo que nunca antes se haba cuestionado. Necesitaba con desesperacin el apoyo de Jane, pero Jane estaba demasiado preocupa da por el reciente divorcio de su hija como para darse cuenta. Se quedaba con su hija durante semanas enteras y cuando estaba en su casa se lo pasaba hablando por telfono. De hecho, la primera vez que Jane acudi a la terapia fue para hablar de los problemas maritales de su hija y averiguar cul sera la mejor forma de ayudarla a resolverlos. Durante los meses que siguieron a la operacin se abri una brecha afectiva entre Jane y Dan. Los dos se sentan abatidos pero eran incapaces de compartir sus sentimientos. El amoro, con una mujer muy atractiva diez aos menor que l, ayud a Dan a obtener la tranquilidad afectiva y sexual que necesitaba. Todo comenz en una ocasin en que Jane estaba fuera de la ciudad. Dan tena que asistir a una cena de negocios y no le gustaba la idea de ir solo. Le pareci natural invitar a una mujer que trabajaba en un despacho cercano al suyo a que lo acompaara. Despus de la cena ella lo invit a una copa en su apartamento y Dan redescubri lo maravilloso que era hablar con alguien que le prestaba toda la atencin del mundo y que se comportaba como Jane lo haba hecho durante la mayor parte de su vida de casados. El hecho de que una mujer joven y sexy lo encontrara todava atractivo y deseable le resultaba estimulante. Con ella se sinti ms vivo sexualmente que en mucho tiempo, ms viril, ms interesante.
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Mientras el amoro se mantuvo en secreto, Dan vio satisfechas sus necesidades afectivas y sexuales, y Jane se sinti libre para seguir dedicndose intensamente a la hija de ambos. Cuando un llamado telefnico annimo de una vigilante secretaria del despacho de Dan inform a Jane del amoro, Dan le puso fin de inmediato. Le dijo a Jane que lamentaba lo que haba hecho y el dolor que le haba causado. Lo que ms quera en el mundo era olvidar todo el asunto. Pero Jane estaba inconsolablemente celosa y no le daba tregua. Bombardeaba a Dan con preguntas acerca del amoro, revolva sus cajones y los archivos de su des pacho, no poda dejar de pensar en el asunto y oscilaba entre la furia, la humillacin y la desesperacin. Sus celos hicieron que volviera a la terapia. Al principio de mi trabajo con Dan y Jane alent a Jane a hablar acerca de los sentimientos que haba experimentado desde el descubrimiento del amoro. Era importante legitimar la confusin afectiva en la que ella se encontraba inmersa sin convertir por ello a Dan en el villano. Acosar a Dan pidindole detalles no haca ms que agravar la confusin afectiva de Jane y era importante que ella pusiera fin a los interrogatorios. Logr hacerlo centrndose en su propio rol en el matrimonio y el amoro. Una vez que tanto Jane como Dan comprendieron la funcin que el amoro cumpli en su matrimonio y el papel que cada uno desempe para que sucediera, y una vez que pudieron hablar abiertamente acerca de l, comenz la ardua tarea de restablecer la confianza en el matrimonio. Muchas parejas, aliviadas porque la crisis ha pasado, abrigan la esperanza de que el tiempo se encargar de curar las viejas heridas y abandonan la terapia antes de alcanzar este difcil e importante objetivo.
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celoso con el problema de celos. La pregunta es particularmente importante si los celos han sido un problema para la relacin durante un lapso prolongado. Uno de los descubrimientos ms comunes al trabajar con parejas en las que uno de los esposos es anormalmente celoso es que el esposo no celoso tiene una buena razn, psicolgicamente hablando, para permanecer en la relacin. Como lo ilustra el caso de Darryl y Lucy, a veces esa razn es tan importante que el esposo no celoso se toma el trabajo de alimentar los celos del otro. Lucy provocaba los celos de Darryl en un intento de ocultar un problema sexual. En otros casos, las discusiones basadas en los celos pueden ser aprovechadas para distraer la atencin de otros problemas de los esposos, de la relacin, o de ambas instancias. Adems de ocultar otros problemas, los celos tambin pueden cumplir una funcin positiva; en dosis moderadas pueden agregarle emocin a la relacin. Como veremos en la seccin acerca de los celos en las relaciones abiertas, a los swingers, por ejemplo, les gusta mirar a su compaero mientras tiene relaciones sexuales con alguna otra persona. La explosin de celos que sienten alimenta su inters sexual por sus compaeros. Otras parejas disfrutan del drama que producen los celos. Ambos miembros de la pareja identifican el drama con la pasin, y mantienen viva la pasin en la relacin contribuyendo a que se produzcan escenas de celos. Un caso de este tipo es el del amante celoso que es un hombre de negocios exitoso y viaja con frecuencia al extranjero. Como no puede soportar la idea de que su novia se quede en casa sola la lleva con l en casi todos sus viajes. En las raras ocasiones en que esto no es posible hace frecuentes llamadas telefnicas des de el otro lado del Atlntico a la casa de ella, o de sus amigos, e incluso a restaurantes, para tratar de controlarla. La novia, que es una mujer de aspecto no muy agracia do, creci en una familia pobre. Adora los viajes al extranjero y la atencin que su amante celoso le presta. Para alimentar esos celos se entrega a sembrar pequeos indicios acerca de hombres con los que tuvo algn encuentro mientras l estuvo ausente. Sin embargo, cuando l le hace visitas sor presa para controlarla, siempre la encuentra charlando inocentemente con un grupo de amigos o con una amiga. Cuan do eso sucede, y sucede a menudo, ella lo acusa de ser patolgicamente celoso. Tienen una pelea terrible y luego hacen el amor con pasin. Este esquema ha estado funcionando durante ocho aos, y no se avizora un final ni para los celos ni para la pasin. Los miembros de una pareja como sta pueden tratarse con furia pero lo cierto es que les encanta el drama que sus celos desencadenan. Difcilmente acudan a una terapia con motivo de los celos, y cuando se encuentran con un compaero que no es celoso o infiel, ese compaero les resulta aburrido. Los celos mantienen encendido el fuego sexual en la relacin. Es innegable que los celos producen excitacin y pueden hacer que la vida se torne ms interesante. Adems, pueden hacer que su compaero parezca ms deseable. Si el hombre de negocios que acabo de describir no contemplase a su novia con los ojos cargados de celos sino como el resto del mundo, ella perdera sin duda mucho de su atractivo. Algunas personas alimentan los celos del compaero cuando sienten que ste est dando por descontado su amor. Algunas lo hacen porque les procura una sensacin de poder sobre su compaero celoso. Otras lo hacen como una forma de venganza, usando a su compaero celoso para curar su ego, herido por esta relacin o por una relacin anterior. En todos estos casos, no basta con que uno de los miembros de la pareja quiera crear un problema de celos. Es necesario que los dos estn en connivencia para que el problema de celos se mantenga vigente en la relacin. sta es la razn por la cual, segn el enfoque sistmico, la mejor forma de tratar los celos es considerarlos como un problema de la pareja, aun en el caso de que uno de los miembros sea anormalmente celoso. Trabajar los celos como un problema de la pareja permite lograr cambios ms rpidos porque requiere que los dos participen del tratamiento. En el caso de Lucy y Darryl, por ejemplo, qu habra sucedido si Darryl hubiera acudido a la terapia individual para hacer frente a sus celos anormales? Sin duda la terapia se habra centrado en la sensacin de ineptitud sexual de Darryl, que era la causa de sus celos. Cambiar esa sensacin requiere un proceso lento y prolongado. Cambiar el patrn destructivo de la relacin que contribuye a que aparezca un problema de celos puede aliviar el problema mucho ms rpidamente. Si usted est en una relacin con un compaero anormalmente celoso, probablemente le cueste aceptar la idea de que usted tambin juega un papel activo en la vigencia del problema de celos. Es mucho ms fcil culpar al
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compaero que hacerse cargo de la responsabilidad que a uno le cabe en la configuracin de la relacin que comparte. Sin embargo, a la larga, culpar al compaero no es la mejor solucin. Hacerse cargo de la responsabilidad, que no es lo mismo que aceptar una culpa, significa que uno ejerce cierto control sobre el problema. Si uno acepta que aport lo suyo para crear el problema, puede obtener un cierto alivio de la certeza de que tambin puede jugar un papel activo en resolverlo.
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hacan sentirse segura. Leonard era el padre amoroso que ella nunca tuvo. Ahora, siente que su actitud protectora no es otra cosa que posesividad, y que su preocupacin revela celos patolgicos. Ser el centro de su mundo ya no la hace sentir segura, porque ese mundo se ha transformado en una jaula. Ann y Leonard crearon un crculo vicioso en el que Ann responda a los ce los de Leonard retrayndose y l responda a su creciente retraimiento con ms celos.
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la situacin. Pero Dean se negaba a prometerlo. Consideraba que las sospechas de Melanie eran infundadas y sus interrogatorios le resultaban intolerables. Basta de esta locura, dijo. Melanie tiene un problema y es ella la que tiene que resolverlo. Como ambos se mantenan firmes en sus posiciones, les ped que invirtieran los roles y que me explicaran cada uno la posicin del otro. La tarea les result difcil a los dos. Melanie tuvo gran des dificultades para expresar en todo su alcance el resentimiento y la furia de Dean ante sus sospechas. Dean tuvo problemas para expresar en toda su magnitud lo herida que estaba Melanie y cunto desconfiaba de l. Era como si Dean y Melanie tuvieran antenas hipersensibles, l para captar los celos de ella y ella para captar su posible infidelidad. Una vez que ambos comprendieron en toda su magnitud lo que senta el otro pudieron centrar sus esfuerzos en bajar el volumen de sus respectivas respuestas. Dean acept decirle a Melanie la verdad acerca de sus aventuras amorosas, reales o posibles, con otras mujeres. A cambio de ello, Melanie prometi fiarse de l, dejar de sospechar de cada mujer con la que l tena algn contacto y poner fin a sus interrogatorios. Aunque esta solucin puede parecer demasiado simple para que funcione, en este caso funcion. Melanie dej de ser una persona celosa. La ltima vez que habl con Dean y Melanie, dos aos despus de que sellaran su pacto, no haban vuelto a tener problemas con los celos. Una razn por la que el pacto funcion fue que intentaron resolver el problema juntos. Otra razn fue la buena voluntad de Melanie, que acept fiarse ciegamente de la palabra de Dean. Una vez que lo prometi, ella qued convencida de que l nunca ms volvera a mentirle. Esto no significa que todas las personas celosas dejarn de serlo en el momento preciso en que su compaero o compaera prometen ser veraces en cuanto a sus relaciones amorosas con otras personas. Otras parejas pueden necesitar soluciones diferentes. El desafo es, en cada caso, descubrir la solucin que funciona. Los tericos sistmicos Paul Watzlawick, John Weakland y Richard Fisch dan un ejemplo de la forma en que se activa un sistema de celos, y de cmo se mantiene y se perpeta. Una esposa se siente excluida de la vida de su esposo y comienza a hacerle preguntas. El esposo siente que los interrogatorios de su esposa son una intrusin, y entonces se retrae. Ese retraimiento hace aumentar la angustia y las sospechas de ella, de manera que sus esfuerzos por averiguar se tornan ms persistentes y desesperados. Los celos y las sospechas de ella hacen crecer el resentimiento de l y lo llevan a distanciarse y retraerse an ms. Esposo y esposa se encuentran atrapados en una situacin sin salida. La esposa (en este caso el compaero celoso) se da cuenta de que si sigue interrogando a su marido probablemente lo empuje a retraerse enfadado o a dar una respuesta forzada tratando de tranquilizarla que, en ltima instancia, no la tranquilizar en absoluto. El esposo (en este caso el compaero no celoso) se da cuenta de que su retraimiento aumenta la desconfianza y los celos de la esposa pero al mismo tiempo tienen miedo de que la revelacin de cualquier informacin pueda exacerbar el problema. En otros casos, el esposo puede ser el compaero celoso y la esposa, el no celoso. Sea como fuere, el sistema celoso se activa, se mantiene y se perpeta conforme a un esquema similar. Los terapeutas sistmicos Won-Gi Mi, Stefanie Wilner y Miranda Breit proponen una tcnica que puede ayudar a una pareja cuando se presenta este problema de doble vnculo. Han llamado a esta tcnica Honestidad escrupulosa. Se le sugiere al compaero no celoso que sea inquebrantablemente honesto en cada detalle de la vida cotidiana y que le proporcione al compaero celoso la mayor cantidad posible de informacin. Este flujo incesante de informacin ayuda a que se disipe la angustia del compaero celoso, que se haba sentido excluido y sospechaba que estaban ocurriendo acontecimientos supuestamente clandestinos. En otra tcnica, llamada Dar vuelta la tortilla, se le pide al compaero no celoso que represente el papel del celoso. La atencin y el renovado inters que esto conlleva le facilitan al compaero celoso recobrar la perdida confianza en s mismo, y le permiten al no celoso volver a apreciar las cualidades ms positivas de su compaero.
Tcnicas del enfoque sistmico que usted puede emplear para hacer frente a los celos
La tcnica de la inversin de los papeles que utilic con Dean y Melanie, en la que se le pide a cada compaero que describa los puntos de vista del otro, es un buen punto de partida para comenzar a emplear el enfoque sistmico como forma de explorar su problema de celos. Puede ayudarlos a usted y a su compaero a entenderse mejor el uno al otro, y a darse cuenta de cmo ambos contribuyen a la creacin y el mantenimiento del problema de celos.
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Otra tcnica que se usa en esta gua es la llamada reformulacin. La reformulacin requiere operar un cambio en la percepcin de un sntoma, un problema o una accin iluminndolos desde otro ngulo. Esto puede lograrse reformulando el significado de la funcin o de la conducta. En lugar de tratar el amoro de Lillian como una terrible traicin, la pareja aprendi a verla como una forma de comunicacin. Anlogamente, la descripcin de los celos de Darryl se hizo a la luz de la funcin que cumplan en el matrimonio. Este tipo de reformulacin ilumina el problema, sea ste la infidelidad o sean los celos, desde un ngulo menos problemtico. El lenguaje peyorativo que se emplea para describir los celos suele insuflarle vida al problema. En lugar de usar palabras como patolgicos o irracionales uno puede describir los celos como una respuesta que tiende a proteger a una relacin valorada por uno de una amenaza que se cierne sobre ella. Otro modo de reformular el problema de los celos es describirlo como un tema que concierne a la relacin ms que como un problema del compaero celoso. El paso siguiente es discernir qu funcin cumplen los celos para cada miembro de la pareja y qu est haciendo cada uno para mantener vigente el problema. La conciencia compartida de lo que estn haciendo para alimentar el problema de celos, y de qu es lo que tiende a desencadenar la respuesta no deseada de su compaero, suele ayudar a romper el crculo vicioso. La terapeuta familiar Gayla Margolin seala: En general, cuanto ms saben los esposos acerca de cmo se desarrollan sus problemas, ms capaces son de manejarlos. Todo lo que se necesita es que uno de los esposos se abstenga de actuar conforme al papel que tiene asignado: de ese modo, se anula la posibilidad de que el ciclo se renueve. Sin embargo, la doctora Margolin advierte que el solo hecho de que la pareja haya logrado romper una pauta preestablecida no significa que la pauta no va a reaparecer. Es por eso que recomienda la instauracin de determinados rituales que sirvan como indicios para la nueva secuencia de comportamiento elegida, por ejemplo, combinar citas semanales para evaluar cmo anda el matrimonio. El desarrollo de nuevas formas de comunicacin tambin puede ayudar a eliminar las pautas anteriores. El lenguaje del enfoque sistmico, que pone el acento en los procesos interpersonales ms que en la patologa individual, suministra nuevas formas de comunicacin. Carlos E. Sluzki, uno de los principales tericos sistmicos, seala que los celos son un guin interpersonal dirigido y actuado por dos actores. Los personajes que participan en los guiones de los celos suelen sentirse total mente atrapados por el argumento a pesar de que, sin saber lo, son tambin sus coautores, dice Sluzki. El objetivo de la terapia sistmica es ayudarlos a descubrir argumentos alter nativos, guiones diferentes que los hagan conscientes de que son los dueos de sus vidas.
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Ron y Carol
Cuando Carol conoci a Ron, ste estaba divorciado desde haca varios aos y se haba dedicado a ser un swinger para tratar de disfrutar todo lo que se haba perdido en los veintisis aos en que haba estado casado. Poco tiempo despus de que empezaran a salir, qued claro para los dos que en la relacin haba algo especial. Carol le dijo a Ron que no estaba interesada en ser un miembro ms de su harn. Si quera tener una relacin conmigo, afirmaba, tena que ser slo conmigo. Ron acept, y le ha sido fiel. Esto, sin embargo, no le impidi mantenerse en contacto con sus novias anteriores. Carol describe as los crecientes problemas que esto provoc: Sus novias lo llaman da y noche, sin importarles que ahora Ron est viviendo conmigo. Cuando me atrevo a decir algo acerca de sus llamados telefnicos o acerca de las visitas que les hace, me ataca acusndome de ce losa, exigente e irrazonable. Ha prometido no tener relaciones sexuales con nadie ms que conmigo y dice que ha cumplido su promesa. Qu ms quiero? La razn principal por la que decidimos venir a este taller fue que ambos sentamos la necesidad de trabajar sobre este problema, al que Ron sigue refirindose como mi problema de celos. La otra razn fue pasar una semana juntos en Esalen. [En el Instituto Esalen, en Big Sur, California, se desarrollan una gran variedad de talleres.] Ron ha estado aqu antes y me ha contado que era uno de los lugares ms hermosos que ha visto en su vida. Con eso, por lo menos, estoy de acuerdo. Cuando llegamos aqu ayer, lo primero que hicimos fue ir a la conserjera para registrar nos. De pronto, una mujer llamada Wendy a quien Ron conoca de una de sus visitas anteriores se abalanz sobre l y le dio un abrazo de bienvenida realmente fuerte. Despus empez a masajearle el pecho con un movimiento circular. Yo vea cmo los crculos se ha can cada vez ms grandes, y cmo su mano se desplazaba cada vez ms hacia abajo, y me qued ah, de pie, preguntndome hasta dnde se propondra llegar con esa mano. Mientras se produca todo este toqueteo yo segua ah de pie, como una estpida. El ni si quiera se molest en presentarme. No creo que tuviera que decir: Wendy, te presento a Carol, la mujer que amo y con la que estoy viviendo en este momento. Simplemente podra haberme tomado del hombro para dar a entender que somos una pareja, que ya no es el soltero picaflor que era cuando ellos dos se conocieron. Pero se limit a quedarse donde estaba, disfrutando sin ningn disimulo del sensual masaje en el pecho que ella le estaba dando. Cuando estuvimos solos en la habitacin le dije cmo me senta, pero se lo dije sin alterarme. Ron dijo que ver a Wendy a quien no vea desde haca mucho tiempo y que le gustaba mucho, lo excit tanto que se comport groseramente, y que lo senta. Acept su disculpa y pens que ah terminara todo. Deb haberlo pensado mejor. Hoy, despus del almuerzo, desapareci. Lo busqu por todas partes. Al final, despus de unas dos horas, apareci en nuestra habitacin y me dijo que haba tenido una entrevista con Wendy. Sent que la sangre me suba a la cabeza. Qu significa, exactamente, una entrevista? Por qu no llamarla una cita, que es lo que fue? Y por qu tiene una cita con Wendy en la semana en que decidimos estar juntos para trabajar sobre nuestra relacin? Ron tena una perspectiva diferente de estos acontecimientos: Yo haba estado casado muchos aos, y el mo no fue un matrimonio feliz. Mi esposa y yo nos pusimos de novios en la secundaria, as que ninguno de los dos tuvimos experiencia con otras personas antes de casarnos. Aunque en los ltimos aos de nuestro matrimonio prcticamente no tuvimos vida sexual, siempre le fui fiel a mi esposa. Supongo que no soy de los que engaan a sus esposas. Despus del divorcio, que dicho sea de paso no fue iniciativa ma, descubr a las mujeres. Tambin descubr que amo a las mujeres. Tuve varias novias. Todas ellas saban que yo estaba viendo tambin a otras y lo aceptaban. Comprendan que no estaba preparado para una relacin mongama. Adems, cada una de ellas saba que cuando estaba con ella, estaba plenamente con ella. S cmo darme a las mujeres, y me encanta hacerlo. De modo que ellas aceptaban lo que tena para darles. Todos los pasbamos realmente bien. Despus, lleg Carol a mi vida. Muy poco despus de empezar a vernos regularmente comprend que sta habra de ser una historia muy diferente. Cuando Caro! me pidi que dejara de ver a otras mujeres acept. Para m fue un sacrificio tremendo. Si acept hacerlo fue por Carol, porque realmente ella me importa mucho. Pero todas aquellas mujeres con las que durante mis aos de soltero haba entablado relaciones muy estrechas y que se haban convertido en amigas ntimas seguan estando ah. Se supona que iba a botanas nada ms que porque ahora estaba viviendo con alguien? Le he explicado esto a Carol cientos de veces, pero ella se niega a entenderlo. No le he dado motivos para ponerse celosa, pero eso no hizo que las cosas cambiaran. Es una persona celosa, eso es todo, y nada de lo que yo diga o haga la har cambiar. Siento que el sacrificio que he hecho por la relacin es mucho mayor que el que ha hecho Carol, y le he demostrado que ella me importa. Pienso que su pedido de que no vea a otras mujeres es injusto e irrazonable.
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Wendy es una amiga muy querida, a quien no vea desde hace mucho. No hubo nada de malo en que me encontrara con ella. Nos sentamos a charlar en su habitacin y la puerta estuvo abierta todo el tiempo. Siento que no hice nada incorrecto. Es por eso que habl de una entrevista: eso justifica la escena que Carol est haciendo?. Era evidente que a Ron y Carol esta discusin les resultaba familiar: tan familiar, de hecho, que en realidad no se estaban oyendo el uno al otro. Creo que entendemos la forma en que cada uno de ustedes est viendo la situacin, dije. Pero no estoy segura de que ustedes estn viendo la perspectiva del otro con la misma claridad. Tal vez orlo de boca de alguna otra persona podra ayudarlos. Me dirig entonces al grupo y pregunt si alguien se senta suficientemente familiarizado con el conflicto que Ron y Carol estaban discutiendo como para poder plantearlo con sus propias palabras. Se ofrecieron Jim y Susan, que no son una pareja. Les ped que se sentaran frente a frente en el centro de la habitacin y que plantearan las posiciones de Ron y Carol lo mejor que pudieran. Sin vacilar un momento Jim y Susan continuaron la acalorada discusin. Para todos los dems fue como si la discusin de Ron y Carol nunca se hubiese interrumpido. Si yo y la relacin te importramos de verdad, no andaras dedicndole tiempo a otra mujer. Y mucho menos aqu, y esta semana. El hecho de que esta vez no te hayas ido a la cama con ella no cambia para nada las cosas, dijo Susan. Te he dado ms que lo que le he dado a cualquier otra mujer en mi vida, pero no es suficiente. Nada es suficiente para ti. Eres celosa, exigente e irrazonable. Lo prximo que me pedirs es que me deshaga de mi bicicleta, porque me quita tiempo para estar contigo, respondi Jim. Ron y Carol estaban oyendo, atnitos. Suena eso como algo que ustedes dos podran haberse dicho?, pregunt Carol. Esto es increble, dijo Ron. Es como si Jim estuviera dentro de mi cabeza. Susan lo est diciendo an mejor que yo, agreg Carol. Es porque estoy hablando por experiencia propia, dijo Jim. No puedo decirte cuntas veces he tenido esta conversacin yo misma, declar Susan. Veamos si alguien ms ha tenido una experiencia similar. Si sienten que pueden hablar por Carol o por Ron, por favor nanse a Jim y Susan. En pocos minutos ms los veintin participantes del taller de celos estaban sentados en el centro de la habitacin. Las mujeres, cerca de Susan. Los hombres (excepto uno que no cesaba de cambiar de lugar y de posicin durante la discusin), cerca de Jim. La discusin continu: las voces se alza ron y creci la emotividad. Las mujeres: Si uno quiere tener una relacin verdaderamente ntima resigna parte de su libertad. Bien lo vale!. Los hombres: Quin eres t para decir que lo vale? Si resignas tu libertad eres un prisionero. En una buena relacin la confianza debe ser mutua. No hay por qu tener al otro prisionero. Lo que pasa es que ustedes, las mujeres, son celosas! Las mujeres: Ustedes piensan que nosotras somos celosas porque queremos proteger la relacin. Y qu pasa con ustedes cuando creen que la relacin est amenazada? Son tan celosos como nosotras, si no ms. Todo lo que nosotras pedimos son algunas garantas. Si dejamos que las cosas sean como ustedes quieren no habra relacin, o peor, habra una relacin que no valdra la pena tener!. A Ron y Carol les qued claro que no estaban solos en su problema de celos. Como tantos de nosotros, Carol y Ron suponan errneamente que la causa de su problema era alguna deficiencia innata de la personalidad del otro. Ron le echaba la culpa a los celos de Carol. Carol le echaba la culpa a lo mujeriego que era Ron. Or a los hombres y las mujeres del grupo ayud a Ron y a Carol a desmontar la falacia de la singularidad, es decir la suposicin errnea de que lo que nos est ocurriendo es algo que nos ocurre exclusivamente a nosotros y que nadie ms lo experimenta de la misma manera. La cuestin ya no se planteaba como T ests actuando desconsideradamente, sino ms bien como Los hombres y las mujeres miran las relaciones desde puntos de vista diferentes y eso puede provocar problemas.
Los enfoques diferentes que los hombres y las mujeres tienen en las relaciones
Lo que al grupo le qued claro fue que el problema tena menos que ver con los celos de Carol o de cualquier otra mujer, que con la diferencia bsica en la forma en que los hombres y las mujeres ven las relaciones ntimas. El psiclogo Bernie Zilbergeld describe uno de los aspectos de esta diferencia: Con independencia de qu otra cosa est haciendo ella, con independencia de cun exitosa sea en su carrera, lo habitual es que sea la mujer quien toma
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ms seriamente la relacin y quien advierte cmo est funcionando. Ella es la que quiere esclarecer en qu estado est y hacia dnde se dirige. Ella es quien advierte los problemas y los plantea. Anlogamente, la psiquiatra Jean Baker Miller apunta que para las mujeres el sentido de s mismas y de su propia dignidad est fundado en su capacidad para crear y mantener relaciones. No todos los hombres responden como Ron, y no todas las mujeres responden como Carol. A veces es el hombre el que quiere una relacin comprometida mientras la mujer quiere libertad para ver a otros hombres. En ese caso, es el hombre el que es rotulado como celoso. Pero en general la diferencia entre hombres y mujeres tiende a manifestarse de una forma similar a la que adopt en el grupo al que me refer aqu. Se relaciona con una diferencia en la forma en que los hombres y las mujeres consideran el sexo y la intimidad. Los anlisis realizados en distintos estudios que han investigado las diferencias entre los hombres y las mujeres indican que la diferencia en el significado que se le asigna al sexo podra ser la ms marcada de todas las diferencias de gnero. A continuacin intentar presentar un resumen de sus conclusiones. Por lo general, en la relacin de las mujeres con el sexo predominan el afecto, la cercana, lo ntimo. Los hombres, por su parte, relacionan el sexo con logros personales, con la aventura, el control o la pura liberacin fsica. Ella dice: Despus de todo un da en que casi no nos hemos dicho una palabra, cmo puedes esperar que tenga ganas de hacer el amor?. l dice: Hacer el amor es un modo de acercarnos. Despus de que aflojemos la tensin haciendo el amor y nos sintamos ms cerca, podemos hablar. Para las mujeres, seala la sociloga Lillian Rubin, el sexo satisfactorio casi siempre se da en el contexto de una relacin carga da de afectividad. A los hombres les resulta ms fcil separar sexo de afectividad. Para ella, el contacto afectivo por lo general debe preceder al encuentro sexual. Para l, la cercana afectiva puede nacer del contacto sexual. Cuando ella habla de contacto suele referirse a la intimidad que nace de la expresin verbal, de los sentimientos y pensamientos compartidos. Para l, el contacto fsico es la esencia de la intimidad. Es importante conocer estas diferencias porque, como vimos en el caso de Ron y Carol, afectan la forma en que nos manejamos con los celos. En mi trabajo clnico he descubierto una y otra vez el valor de decir a las parejas que su problema de celos es compartido por la gran mayora de los hombres y las mujeres. Como sucedi con Ron y Carol, cuando las parejas descubren que otros tambin experimentan ese problema, dejan de buscar defectos a su compaero. Cuando se torna evidente que como la gran mayora de los hombres y las mujeres ellos tienen diferentes formas de disfrutar la intimidad, gran parte de la energa que se empleaba en culpar al otro y protegerse a uno mismo de los ataques queda liberada y puede usarse para hacer frente al problema en mejores condiciones. Otra importante interaccin que se dio entre Carol y Ron durante e! taller ilustr uno de los principales puntos que mencion anteriormente: la conexin entre lo que primero nos atrajo de nuestro compaero y la causa primor dial de nuestra posterior tensin o la aparicin de los celos en el seno de la relacin. Qu fue lo que te atrajo de Carol cuando se conocieron?, pregunt a Ron. Bueno, obviamente es una mujer muy hermosa, muy sexy, respondi Ron. Tambin es clida e inteligente. Pero lo ms importante para m fue que era una mujer fuerte e independiente que pensaba por s misma. No me gustan las mujeres dbiles y dependientes. Y qu fue lo que te atrajo a ti de Ron cuando lo conociste?, pregunt a Carol. Primero, me atrajo su aspecto. Me encantan los hombres delgados, altos y de cabello cano; Ron es flaco, muy alto y tiene un hermossimo cabello cano. Pero me sent an ms atrada por su calidez y su ternura que por su aspecto. El realmente sabe cmo hacer que una mujer se sienta especial, ms que ninguno de los otros hombres que he conocido en mi vida. De modo que te sentiste atrada por l porque es bien parecido y sabe cmo relacionarse con una mujer, y ahora te sientes afligida porque resulta atractivo a otras mujeres y sabe cmo relacionarse con ellas, repliqu. Un poco injusto, no? Y t, Ron, te sentiste atrado por Carol porque es fuerte e independiente y piensa por s misma, pero ahora ests disgustado porque quiere que la relacin sea como ella cree que debera ser una buena relacin. Las mujeres fuertes y que piensan por s mismas tienden a tener ideas propias tambin acerca de las relaciones.
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La primera vez que seale que tendemos a sentirnos ms afligidos por un aspecto del carcter o la conducta de nuestro compaero que en un primer momento nos result lo ms atractivo, relacion ese proceso con la nocin de nuestra imagen sentimental. La persona por la que nos sentimos atrados la persona de la que nos enamoramos y con la que decidimos comprometernos se ajusta de una manera significativa a nuestra imagen sentimental internalizada. Esa imagen sentimental est influida principalmente por nuestros padres, que son nuestros primeros modelos de amor. En menor medida, la definicin que nuestra cultura nos proporciona acerca de cmo son un hombre o una mujer atractivos tambin influye en dicha imagen. Segn el enfoque socio-biolgico, que en esta seccin analizar con cierto detalle, esta definicin de la atraccin est relacionada con nuestra historia evolutiva, en la que los hombres y mujeres que hemos considerado atractivos fueron aquellos que tuvieron la mejor oportunidad de criar a su descendencia y ofrecerle lo que necesitaba y, as, tuvieron la mejor posibilidad de transmitir sus genes a las generaciones futuras. En otras palabras, los estereotipos culturales en torno de la atraccin que influyen sobre todos nosotros se basan en las capacidades de reproduccin. Ejemplos de ello seran un busto gran de en las mujeres, y el cuerpo alto y musculoso en los hombres. (Por cierto, Papel describi a Carol, que tiene busto grande, como una mujer muy sexy; Carol, como muchas otras mujeres, dijo que le gustaban los hombres altos.) Por qu un busto grande es atractivo en una mujer? Porque, dicen los sociobilogos, sugiere que la mujer tiene los atributos necesarios para alimentar a un beb. Por qu la altura y el cuerpo musculoso son atractivos en un hombre? Porque, dicen los sociobilogos, sugieren que el hombre tiene los atributos necesarios para ser protector y un buen sostn econmico.
Despus de contestar esta pregunta para usted mismo, contstela como cree que lo hara su compaero. Despus, si le interesa saberlo y puede preguntrselo pdale a su compaero que la responda l tambin dos veces (una para
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l o ella misma y otra para usted). Con seguridad, la comparacin de las cuatro respuestas le resultar interesante y posiblemente incluso sorprendente. Si los celos son un problema en su relacin, esto puede resultar una buena apertura para analizarlos. Cuando en una de mis investigaciones se plante esta pregunta a 285 hombres y 283 mujeres, hubo varias diferencias entre las respuestas de hombres y mujeres, aunque hubo muchas ms semejanzas que diferencias. Tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, la respuesta ms frecuente a los celos fue hablar acerca de ello (38 por ciento de los hombres y 30 por ciento de las mujeres). Hablar es, obviamente, la mejor respuesta. El hallazgo de que los hombres dicen hablar ms a menudo que las mujeres contradice el estereotipo del hombre callado y la mujer charlatana. Sin embargo, confirma los hallazgos de muchas investigaciones que demuestran que en realidad los hombres tienden a hablar ms que las mujeres. Entre las mujeres, la segunda respuesta ms frecuente (26 por ciento) fue tratar de ignorar el asunto. Esta res puesta fue mucho menos frecuente entre los hombres (18 por ciento). Al parecer, una mujer tiene mayor capacidad o fuerza de voluntad que un hombre para ignorar la cuestin cuan do su compaero est despertando sus celos. El enfoque socio-biolgico, que desarrollo en el prximo apartado, pro pone una explicacin para ello. Si bien la probabilidad de que den a entender a su compaero que se sienten heridos es similar para hombres y mujeres (el 25 por ciento de los hombres y el 24 por ciento de las mujeres), las formas en que lo hacen tienden a ser diferentes. Entre las mujeres, las respuestas tienden a incluir el llanto, el enfurruamiento y el mostrarse heridas. En cuanto al hombre, es ms probable que exprese sus sentimientos ata cando, dicindole a su compaera directamente que lo ha herido y exigindole que deje de hacerlo. Para casi todos los hombres y mujeres interrogados, estas tres respuestas hablar, ignorar y decir que se sienten heridos representaron la mayora del total de las respuestas mencionadas (el 81 por ciento de los hombres y el 80 por ciento de las mujeres). Slo un pequeo porcentaje de hombres y mujeres se describieron a s mismo gritando, escapndose, o recurriendo a la violencia a causa de los celos. A pesar de que estos porcentajes son pequeos, vale la pena sealar que las mujeres mencionaron haber empleado ms agresiones verbales que los hombres, mientras que tres veces ms hombres que mujeres mencionaron como respuesta el recurso a la violencia fsica. Esto tambin confirma hallazgos de otras investigaciones. Un estudio reciente, que investig las razones de la violencia en las citas, encontr que era ms frecuente que los celos provocaran una respuesta violenta durante una cita entre los hombres que entre las mujeres. Hombres y mujeres responden de diferente manera al descubrimiento de que sus compaeros estn teniendo un amoro. Los hombres tienden a estallar de clera, que en casos extremos se expresa violentamente, y a abandonar la relacin. Las mujeres, por su parte, tienden a responder con depresin, culpndose a s mismas, e intentando recuperar al hombre. Es posible, por ejemplo, que hagan esfuerzos por volverse ms atractivas o por despertar los celos de su compaero. Una interpretacin de las diferencias entre las respuestas masculinas y las femeninas es que los hombres son ms proclives a proteger y mantener su autoestima, mientras que las mujeres se esfuerzan ms bien por mantener la relacin). Cuando analizan los amoros que han tenido sus compaeros, hombres y mujeres tienen preocupaciones diferentes. La mayora de los hombres parecen interesados en los detalles sexuales y ms tcnicos de la experiencia y en compararse con su rival: Cmo era de grande su pene?. Cuntas veces te hizo tener orgasmos? Es mejor o peor que yo en la cama? Las mujeres, por su parte, tienden a interesarse ms por el significado de la experiencia para el futuro de la relacin: La amas?. Te sientes ms unido a ella que a m? Las mujeres tienden tambin a preocuparse ms por el dao que el amoro puede haber provocado a la intimidad de la relacin. Las preguntas que con ms frecuencia las obsesionan son del tipo de Qu le dijiste de m?, Le revelaste algn detalle ntimo nuestro? Las mujeres se sienten terriblemente traicionadas cuando se enteran de que su compaero ha revelado una informacin tan privada. Una explicacin de estas diferentes reacciones a los celos tiene que ver con los diferentes papeles sexuales de hombres y mujeres. Las mujeres son ms proclives que los hombres a considerar la relacin como central para su identidad y procuran encontrar en ella un sentido que abarque su vida entera. En razn de que las mujeres tienden a valorar ms la relacin que los hombres, y a ser ms habilidosas para los vnculos interpersonales, tienen ms propensin a actuar como un monitor de la relacin (el guardin de la relacin), y a asumir el papel de un especialista en lo afectivo capaz de comprender los sentimientos y de ayudar a ocuparse de ellos.
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Mientras que las mujeres tienden a orientarse ms hacia la relacin, los hombres tienden a identificarse con sus papeles profesionales. Lillian Rubin observa que cuan do uno le pregunta a una mujer Quin eres? lo ms probable es que ella mencione primero sus papeles de madre y esposa, aun en el caso de que sea una profesional exitosa, y slo despus (si es que lo hace) su papel profesional. Cuando esa misma pregunta se le hace a un hombre, lo ms probable es que comience por referirse a lo que hace para ganarse la vida, y slo despus (si es que lo hace) a sus papeles como esposo o padre. Esta diferencia en el nivel de participacin de hombres y mujeres en sus respectivas relaciones ayuda a explicar por qu las mujeres son ms propensas a tratar de mejorar la relacin despus de un amoro, en tanto que los hombres se muestran ms inclinados a la negacin o a abandonar la relacin. Un hombre puede decidir apelar a la negacin o resistirse a reconocer la amenaza en lugar de ignorarla conscientemente y minimizarla, que es algo que es ms probable que hagan las mujeres. La razn es que si l advierte un problema tendr que hacer algo para resolverlo y resulta que est demasiado ocupado como para hacerse cargo de eso. Otra diferencia entre hombres y mujeres, relacionada con sus diferentes niveles de participacin en sus respectivas relaciones, es la mayor propensin de las mujeres a inducir los celos. El psiclogo Greg White estudi a personas que admitan que inducan intencionalmente los celos en sus compaeros amorosos. White descubri cinco motivos para inducir los celos: obtener una recompensa determinada, como podra ser la atencin del compaero; poner a prueba la fuerza de la relacin; tomar venganza porque el compaero est viendo a alguna otra persona; reforzar la autoestima, y castigar al compaero. El mtodo ms popular para inducir los celos result ser mencionar o exagerar la atraccin que se siente por otra persona, seguido por el flirteo, el aceptar citas con otras personas, fabricar rivales y hablar acerca de antiguos compaeros amorosos. En sus respuestas, las mujeres mostraron ser ms propensas a inducir intencionalmente los celos que los hombres, y tambin a inducir los celos si se sentan relativamente ms involucradas en la relacin. La explicacin de White es que las mujeres tienden a usar un poder indirecto (basado en la manipulacin) y personal (basado en la interaccin ms que en recursos concretos como el dinero, por ejemplo). La explicacin de White se centra en la diferencia de poder entre hombres y mujeres. Parte del supuesto de que las mujeres inducen los celos porque tienen menos poder que los hombres en nuestra sociedad patriarcal. El enfoque socio-biolgico, por otro lado, parte del supuesto de que todas las diferencias entre hombres y mujeres, entre ellas las diferencias en sus respuestas a los celos, son innatas y producto de la evolucin a travs del mecanismo de la seleccin natural. Mientras que en los enfoques psicodinmico y sistmico las diferencias entre hombres y mujeres son un tema secundario, en el socio-biolgico esas diferencias son un problema fundamental.
El enfoque socio-biolgico
La evolucin de las diferencias entre los sexos fue uno de los temas centrales de la teora de Charles Darwin. Segn la teora, a medida que machos y hembras ascienden en la escala evolutiva las diferencias entre ellos se hacen ms notorias, tanto desde el punto de vista biolgico como desde el de la conducta. Los machos se tornan ms agresivos y ms inteligentes. Las hembras se ligan ms a la crianza. Las crecientes diferencias entre los sexos son producto de la seleccin natural. Un organismo en condiciones de sobrevivir y de reproducirse es un organismo evolutivamente superior. Los que ganaron en la lucha por la posesin de las hembras fueron los machos ms agresivos e inteligentes, que pudieron as transmitir sus caractersticas a la generacin siguiente. Esos hombres fueron tambin los mejores cazadores, gracias a lo cual pudieron proteger y alimentar mejor a sus mujeres y su progenie. Por razones similares, los hijos de las madres ms dedicadas a la crianza tuvieron mejores oportunidades de sobrevivir y transmitieron las caractersticas de estas mujeres a la generacin siguiente. Darwin tambin hall una razn evolutiva para explicar los celos. Segn su razonamiento, los celos eran una defensa instintiva (o, segn la definicin que propuse antes, una respuesta protectora) del lazo que una a la pareja. Los sentimientos y las conductas asociados con los celos servan para aumentar la probabilidad de que la pareja permaneciera unida y replicara sus genes. El hecho de que los celos aparecieran tambin en los animales era para Darwin una prueba de que los celos son heredados. Los modernos sociobilogos tambin consideran que los celos cumplen una importante funcin en la supervivencia gentica, Los machos que se mantienen siempre en guardia respecto de sus rivales sexuales se sienten ms inclina dos a criar su propia progenie que la de sus rivales. En consecuencia, la probabilidad de que transmitan sus propios genes es mayor.
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En la lengua inglesa en espaol el uso es poco comn, un hombre cuya esposa ha cometido adulterio es llamado cuclillo. El empleo del trmino se debe a una identificacin con el pjaro de ese nombre que pone sus huevos en un nido ajeno. Nunca se usa esta palabra para referirse a una mujer cuyo esposo ha cometido adulterio. Por qu? Porque una mujer no puede ser engaada de la misma manera que puede serlo un hombre: no se la puede hacer desperdiciar su inversin paterna en un parsito. La nocin de inversin paterna, un concepto clave en sociobiologa, se refiere a la energa que consumen los padres para tener y criar su descendencia. El riesgo sociobiolgjco que enfrentan los hombres de ser corneados como se dice ms comnmente en espaol , explica por qu en la mayora de las sociedades humanas hay una asimetra en las leyes que regulan la castidad: si bien el adulterio est prohibido para ambos sexos, por lo general la mujer es ms severamente penalizada que el hombre. Un esposo apache, en la poca anterior a las reservaciones, poda golpear a su esposa adltera, matar a ella y a su amante, o cortarle el extremo inferior de la nariz para que quedara tan fea que nadie ms volviera a quererla. Una esposa apache cuyo marido cometiera adulterio slo poda apartarse de la relacin, intentar recuperar a su marido, o, a lo sumo, divorciarse. En la mayora de las culturas conocidas, un esposo puede castigar a su esposa ms severa mente y disolver el matrimonio ms fcilmente que la esposa. Las estadsticas de homicidios muestran tambin que los hombres no se toman los cuernos a la ligera. Como es ms difcil que las mujeres corran el riesgo de ser engaadas respecto a sus descendientes, las cosas para ellas son diferentes. Para las mujeres lo que tiene valor en lo tocante a la supervivencia no es necesariamente un marido fiel sino ms bien una relacin de pareja estable con un hombre encariado con ella y dispuesto a ser el sostn de su familia y protegerla. As, las hembras ms capaces de mantener un vnculo de pareja son las que ms probabilidades tienen de transmitir sus genes. En razn de esos diferentes riesgos evolutivos, los celos de los machos se centran en las amenazas sexuales en tanto que la clave de los de las hembras es el mantenimiento y mejoramiento de la relacin. Como vemos, los sociobilogos consideran los celos como una respuesta comprensible, que slo puede caracterizarse como irracional si uno dirige su atencin al individuo que los experimenta. Desde la perspectiva de los genes de ese individuo los celos son extremadamente racionales. Pensemos, por ejemplo, por qu debera ser una preocupacin para un hombre el compartir a su compaera con otros si ello no afectara la satisfaccin de sus propias necesidades. Desde esta perspectiva puramente racional no hay absolutamente ninguna razn que justifique las escenas de celos y los asesinatos provocados por celos. Pero cuando se considera la situacin desde la perspectiva de la supervivencia gentica de ese hombre, hay una razn ms que buena para justificar sus celos. Ellos son una res puesta al peligro de que sus genes eventualmente no lleguen a transmitirse a las futuras generaciones. Para una mujer, que siempre est segura de que el beb que anida en su vientre lleva sus genes, los celos se centran en otro tipo de amenaza, a saber, en la posibilidad de quedarse sin un hombre que se ocupe de ella y de su beb. Por qu debera ser motivo de preocupacin para un hombre que los encantadores, amorosos y fieles nios que est criando no sean suyos? La razn es que la seleccin gentica sigue la regla de la aptitud inclusiva. Todos nosotros hemos nacido porque nuestros padres y los padres de nuestros padres se comportaron de modo tal que garantiza ron que sus genes pasaran a nosotros. Desde la perspectiva de la sociobiologa, los celos no slo son un componente del sexo, sino tambin de la inversin que se hace en la prole. Tanto en los hombres como en las mujeres, los celos nacen de una necesidad de exclusividad: en los hombres es la necesidad de la exclusividad sexual, en las mujeres la del cuidado, el sostn econmico y el compromiso. Segn los sociobilogos, a la mujer no le importa demasiado que el hombre con quien est casada disemine su semen por ah en relaciones sexuales ocasionales. Lo que le importa muchsimo ms es que disemine por ah su compro miso. Para demostrar esta afirmacin, el sociobilogo David Buss pregunt a hombres y mujeres cun contrariados se sentiran si descubrieran que su compaero tena relaciones sexuales, o bien un profundo vnculo afectivo, con alguna otra persona. Los resultados de su estudio revelan que el 60 por ciento de los hombres se senta ms contrariado por la idea de una relacin sexual, mientras que el 84 por ciento de las mujeres se sentan ms contrariadas por la idea de un vnculo afectivo profundo. La sociobiloga Ada Lumpart pregunt a hombres y mujeres, como parte de un estudio acerca de la vulnerabilidad (que en el estudio fue definida como el temor a ser abandonado y la disposicin a aceptar una conducta agresiva del propio compaero): Qu hara usted si descubriera que su compaero le es infiel?
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Lumpart descubri que las mujeres que tenan el nivel ms alto de vulnerabilidad dijeron cosas tales como: Lo aceptara. Qu otra cosa podra hacer? Las mujeres que tenan un nivel medio de vulnerabilidad dijeron cosas como, Le dara un ultimtum: ella o yo. Las mujeres que tenan bajo nivel de vulnerabilidad dijeron: Lo abandonara. Segn las conclusiones del estudio, la vulnerabilidad no era una caracterstica innata de la personalidad de las mujeres sino un producto de las circunstancias de vida. La vulnerabilidad era baja cuando la mujer no tena hijos, ms alta cuando tena hijos pequeos y otra vez baja cuan do los hijos ya haban abandonado el hogar. La vulnerabilidad de los hombres era similar a la de las mujeres antes de que nacieran los hijos, pero descenda con el nacimiento de los hijos y volva a subir despus de haber invertido tiempo y energa en ellos. Despus de que los hijos abandonaban el hogar, la vulnerabilidad de hombres y mujeres volva a ser similar. Los celos no son simtricos, aseguran los sociobilogos. En las mujeres estn dirigidos a la capacidad del hombre para satisfacer las necesidades econmicas y hacerse cargo de la madre y los hijos. En los hombres, estn dirigidos a la capacidad de la mujer de quedar embarazada y dar a luz. Durante la charla de reconciliacin despus del descubrimiento de un amoro es probable que un hombre diga en un intento de desestimar la amenaza que implicaba para la relacin: Fue algo meramente fsico. No senta nada por ella. (En otras palabras: No me compromet con ella.) La mujer, en cambio, es probable que diga: Fue un amor platnico. l nunca me toc. Estas explicaciones (consciente o inconscientemente decididas) reflejan las diferentes fuentes de angustia que el amoro hace surgir en los hombres y las mujeres. La explicacin inversa un hombre que justifica un amoro como un amor platnico, y una mujer que lo hace asegurando que se trataba de algo meramente fsico es mucho menos comn. En un relevamiento acerca de los distintos tipos de matrimonio que existen en el mundo se determin que de 554 sociedades en las que hay alguna clase de matrimonio, slo 135 practican la monogamia. La mayora de las sociedades practican la poligamia. En estas sociedades, los esposos pueden tener dos o ms esposas al mismo tiempo; casi no hay casos conocidos en los que dos hombres compartan de buena gana a la misma mujer. La poliandria es decir la prctica segn la cual una esposa tiene dos o ms esposos, existe solamente en cuatro de las 554 sociedades. En culturas que practican la poligamia, como por ejemplo Indonesia, muchas mujeres estn dispuestas a compartir un esposo acaudalado con otras mujeres antes que tener una relacin exclusiva con un hombre pobre. Para que una situacin as se presente, la sociedad debe tener un bajo umbral de pobreza y brechas econmicas insalvables, para que de ese modo sea posible que un hombre acaudalado compense la carencia de exclusividad. En el Himalaya y en la India del norte, zonas ambas donde la vida es difcil, la poligamia se practica a veces entre hermanos y primos. Cuando es imposible determinar con certeza la paternidad, los varones consideran como sus herederos a los hijos de sus hermanas, invirtiendo as en un pariente conocido que ser el encargado de transmitir sus genes. Adems de la informacin recogida por los antroplogos acerca de las diferentes formas de casamiento que existen en el mundo, los sociobilogos recurren a pruebas provenientes de muchas otras fuentes, algunas ya mencionadas. Entre ellas estn las analogas con el mundo animal (partiendo del supuesto de que si los celos de los animales estn genticamente controlados entonces los de los humanos tambin lo estaran); la existencia de diferencias entre los hombres y las mujeres en cuanto a las formas en que responden a los celos; el hecho de que los celos del macho a menudo conducen al conflicto y la violencia; pruebas de orden antropolgico tales como la represin masculina casi universal de la sexualidad femenina; e informes psicolgicos y antropolgicos acerca de las preocupaciones de los hombres con respecto a su paternidad. De todo lo dicho hasta aqu, queda claro por qu los sociobilogos piensan que los hombres y las mujeres deberan responder en forma diferente al descubrimiento de que su compaero ha tenido un amoro. Para un hombre, respuestas como la furia, los ataques, el tomar venganza o abandonar a la mujer que lo traicion son todas razonables desde una perspectiva evolutiva. La traicin no slo afecta a la situacin concreta sino tambin a las futuras generaciones. Un hombre engaado que no abandona la relacin podra estar ocupndose del bienestar de los descendientes y los genes de algn otro hombre. Desde una perspectiva evolucionista, la mujer que ha sido traiciona da se enfrenta a una amenaza menos grave. El hecho de que su esposo est prodigando su semen por ah
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no es una amenaza a su propia descendencia y sus genes, en la medida en que permanezca en la relacin y siga hacindose cargo de proveer a su bienestar. As, la motivacin (consciente o inconsciente) de la esposa es apartar a su marido de la otra mujer y mantenerlo ligado a ella y a la familia. Si bien los sociobilogos consideran que los celos son innatos, su enfoque puede ayudar a eliminar la falacia de la singularidad, es decir la suposicin errnea de que cada problema de celos es singular, y contribuir por lo tanto a los esfuerzos por hacer frente al problema. Uno de los ejercicios de taller que utilizo para ejemplificar esto, es un sociodrama basado en el tema de los ce los. Comienzo por dibujar una lnea imaginaria que atraviesa la habitacin. En un extremo de la lnea est la postura de que una relacin ntima debe ser mongama: No es posible amar de verdad a ms de una persona. Los celos son norma les y naturales cuando su compaero muestra inters en otra persona. En el otro extremo est la postura segn la cual amar a ms de una persona no slo es posible sino tambin natural: Los celos no son naturales, sino aprendidos, y por lo tanto pueden desaprenderse. Si usted ama de verdad a alguien, quiere ver feliz a esa persona, aun si tiene que compartirla con alguien ms. Les pido a dos voluntarios del grupo que defiendan cada uno una de estas dos posturas extremas. Despus, invito al resto del grupo a participar y buscar un punto a lo largo de ese continuo que se ajuste a la postura de cada uno. Lo que inevitablemente ocurre es similar a lo que les ocurri a Ron y Carol en la dramatizacin que describ antes. La mayor parte de las mujeres del grupo se arraciman en torno del extremo monogamia de la lnea de los celos, en tanto que la mayora de los hombres lo hacen en torno del extremo el amor debera ser libre, con lo que demuestran la exactitud del argumento bsico de la sociobiologa. Cuan do las parejas descubren que su conflicto de celos es experimentado por la mayora del resto de los hombres y las mujeres de una manera similar, y que realmente ello tiene sentido desde la perspectiva evolucionista, pueden dejar de echarse la culpa mutuamente, dejar de sentirse culpables y dedicar sus energas a tratar de hacer frente al problema.
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Una esposa que crea alternativas para s misma fuera del matrimonio y es menos dependiente de su marido afectiva, social y financieramente tiene menos probabilidades de quedar atrapada en el papel del compaero celo so. Una pareja cuyos miembros acaban de entrar en la cincuentena nos aporta un ejemplo de este tipo de inversin de papeles. La esposa, Laura, ha sido ama de casa desde la poca en que naci su hijo mayor y hasta que el menor termin la escuela secundaria. En ese momento sinti que poda darse el lujo de hacer algo por s misma, de modo que volvi a estudiar y obtuvo una licenciatura en administracin. Con la ayuda de sus altas calificaciones y excelentes recomendaciones de sus profesores consigui un buen trabajo en una importante compaa farmacutica. All, su entusiasmo y su contraccin al trabajo le granjearon una promocin tras otra. Pronto estaba administrando la filial estatal de la compaa, lo que implicaba que viajaba a menudo, que conocera gente interesante y volvera a su casa tarde. Su esposo, Adam, era gerente tcnico de una pequea compaa industrial, y no haba avanzado mucho en su carrera durante esos aos. Aproximadamente para la poca en que Laura comenz a ascender aceleradamente, l comenz a sentirse aburrido de su trabajo, frustrado y enfadado. En el preciso momento en que a ella le resultaba de enorme importancia todo lo que estaba haciendo, l comenz a preguntarse: Qu sentido tiene todo esto?. Si bien ninguno de los dos reconoca el cambio, ahora Adam necesitaba a Laura ms que lo que ella lo necesitaba a l, y se senta muy amenazado por las personas con las que ella se vinculaba en su trabajo. Cada vez que Laura llegaba tarde a la casa, lo que ocurra con frecuencia, Adam quera saber dnde haba estado, con quin, qu haban hecho y de qu haban hablado. Al principio, Laura trat de ser paciente y comprensiva. Siempre que poda, llamaba a Adam para avisarle que iba a llegar tarde y le explicaba en detalle lo que iba a hacer durante su ausencia. Tambin se esforzaba por ignorar el tono hostil de Adam cuando la interrogaba. Pero despus de un tiempo comenz a perder la paciencia y a sentirse molesta por los celos de su marido. Lo estaba pasando de maravilla en su trabajo y no haca nada que justificara sus celos y su grosera. Cuanto ms satisfecha se mostraba Laura con su mundo externo al matrimonio, y ms insatisfecho se senta Adam con su propio mundo, ms celoso se volva. No se fiaba de las explicaciones de Laura, y segua sintindose herido y excluido aun cuando saba que ella haba pasado una velada con sus amigas. Lo cierto es que l estaba excluido de su mundo precisamente cuando ms la necesitaba. Segn la socio-biologa no haba absolutamente ninguna razn para que Adam estuviera celoso. Primero, Laura se encontraba con sus amigas, de modo que no haba ninguna posibilidad de que le pusiera los cuernos. Segundo, Laura ya haba pasado la menopausia, de modo que no haba ninguna posibilidad de que pudiera quedar embarazada con los genes de algn otro hombre. Por aadidura, haban terminado de educar a sus hijos, y l tena la misma certeza que cualquiera a propsito de su supervivencia gentica. Desde el punto de vista del poder, sin embargo, haba una buena razn para que Adam estuviera celoso. A lo largo de la vida que haban compartido l haba sido siempre el hombre de la familia, y como tal, haba tenido ms poder que Laura. Ahora, repentinamente, sus papeles se haban in vertido y l era el que tena menos poder en la relacin. Adam, que es un hombre apuesto, masculino, exitoso, respondi a la amenaza que perciba a la calidad de su relacin con Laura en una forma tradicionalmente femenina. Se deprimi, se enfurru, se compr ropa nueva (con la esperanza de que Laura se diera cuenta), y trat de ponerla celosa encontrndose con amigas sin que ella estuviera presente. El nico problema fue que a Laura esto no le import en lo ms mnimo, e incluso lo alent a que viera a sus amistades ms a menudo. Adam tuvo que comprender que en la medida en que estaba haciendo cosas para provocar una respuesta de Laura segua dependiendo de ella. Tambin tuvo que tomar conciencia de que en la base de sus celos haba sentimientos de impotencia y dependencia. Para superar su dependencia, Adam volvi a tomar contacto con gente con la que se senta a gusto pero con la que haba dejado de verse. En razn de que Laura se haba hecho cargo de mantener los vnculos sociales durante el matrimonio, cuando algunos de los amigos y colegas de Adam no le gustaban se las haba arreglado para evitar el contacto social con ellos. Ahora que Laura tena su propio mundo social, Adam pudo elegir a la gente que quera tener como amigos sin depender de aquellos con quienes l y Laura se vean como pareja.
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No fue nada fcil para Adam, que a lo largo del matrimonio haba dejado en manos de Laura la tarea de ocuparse de lo social. De hecho, la sociabilidad de Laura y su inagotable energa fueron las cosas que ms le atrajeron de ella cuan do se conocieron. Cada vez que llamaba a alguien, tena miedo de descubrir que la persona se mostrara sorprendida y no precisamente contenta de orlo despus de tanto tiempo. Pero lo que tema nunca ocurri. Cuando Adam comenz a involucrarse ms con sus propios amigos, intereses y actividades le encantaba escalar, por ejemplo, de modo que se asoci al Sierra Club y comenz a escalar montaas con regularidad dej de percibir el trabajo de Laura como una amenaza. Una creciente satisfaccin con su propia vida y una sensacin de poder cada vez mayor en el seno de la relacin dieron como resultado una disminucin de los celos.
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Otra crtica se dirige al intento de los sociobilogos de vincular los celos humanos con los celos animales, a partir del supuesto de que ambos son producto de la programacin gentica. En realidad, sostienen los crticos, no hay investigaciones empricas que permitan vincular di rectamente los celos con un gen determinado. Por aadidura, la nocin socio-biolgica de que los ce los son naturales y reflejan algn tipo de imperativo biolgico es peligrosa. Puede justificar respuestas inaceptables a los celos, como la violencia. Como veremos ms adelante, hay una larga tradicin de tolerancia hacia los hombres que matan a sus amantes y rivales basada en la creencia de que estos hombres no pueden evitar lo que hacen. Es mucho menos probable que este imperativo biolgico sea esgrimido para defender a las mujeres celosas. La nocin de que hombres y mujeres estaran programados para responder a los celos en formas determinadas tambin puede usarse como excusa para no trabajar en la solucin de un problema de celos.
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evitar que nos sintamos celosos cuando percibimos que una amenaza se cierne sobre una relacin que nosotros valoramos. La conclusin de que los celos son universales es corroborada tambin por algunas investigaciones recientes. En un estudio se compar a nios ingleses y holandeses con nios que vivan en una aldea aislada en el Himalaya. El estudio revel que los nios de ambos grupos eran conscientes de las situaciones que provocan los diversos afectos, entre ellos los celos. En otro estudio, se pregunt a estudiantes de Hungra, Irlanda, Mxico, Holanda, Rusia, Estados Unidos y Yugoslavia acerca de determinadas situaciones susceptibles de despertar sus celos. Los resultados indicaron que para casi todos, los besos, el flirteo y el acercamiento sexual entre su compaero y un tercero provocaban una respuesta de celos. Muchos menos celos provocaban el hecho de que su compaero bailara con otros, los abrazara o tuviera fantasas sexuales con ellos. Hubo, sin embargo, algunas diferencias culturales relacionadas con respuestas especficas. Hemos visto que tambin Freud crea que los celos eran universales. A diferencia de los psiclogos transculturales que basan su conclusin en pruebas muy variadas recolectadas en muchas sociedades diferentes, Freud bas su conclusin en pruebas que recogi de las profundidades inconscientes de la psiquis humana. Crea que los celos son universales porque tienen sus races en experiencias infantiles que todos compartimos. Valdra la pena sealar, no obstante, que Freud no slo crea que los celos son producto de la mente de un individuo aislado, sino tambin que la cultura contribuye a su desarrollo. Segn Freud, los celos se agravan en una cultura que adora a un dios monotesta que proclama: No tendris ningn otro Dios ms que yo... porque Yo, el Seor vuestro Dios, soy un Dios celoso. Los celos tambin se agravan en una cultura que defiende ideales como el del matrimonio mongamo y el de un yo racional y reprimido. Una cultura as nos alienta a desear la exclusividad en el amor, lo que torna difcilmente aceptables nuestras propias infidelidades y las del otro, sean reales o imaginadas. Aunque algunas culturas pueden mitigar los dolores de los celos, Freud no imaginaba una civilizacin donde la gente pudiera sentirse completamente libre de este malestar. La socio-biologa tambin defiende la nocin de que los celos son universales. Tal vez usted recuerde que Darwin consideraba que los celos son una defensa innata del vnculo que une a la pareja, y que evolucionaron a travs de la seleccin natural para aumentar la probabilidad de que la pareja pudiera mantenerse unida y reproducirse.
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En realidad, afirma Clanton, uno puede tener una alta autoestima en general, pero a pesar de ello sentirse inseguro y vulnerable en determinadas situaciones. Alguien que tiene una alta autoestima puede de todos modos experimentar celos si una relacin que valora se encuentra amenazada. Ms an, es por lo menos plausible pensar que sean los celos los que causan la baja de la autoestima y no a la inversa. Los relevamientos transculturales, que muestran que la autoestima juega un papel mnimo o nulo en la explicacin de los celos en diversas culturas, corroboran la postura de Clanton. En el caso de Sam y Amalya, es posible que la intensa y perturbadora experiencia de los celos ayudara a disminuir la buena opinin que Sam tena de s mismo. La conviccin de que los celos son un defecto personal reforz su mala opinin, punto de vista que se vio reflejado en la actitud de Amalya hacia sus celos. La conciencia de la influencia de la cultura sobre nuestra experiencia de los celos nos hace menos propensos a adoptar puntos de vista errneos y potencialmente perjudiciales para nosotros mismos. Adems de tornarnos ms conscientes de las influencias culturales que operan sobre nuestros celos, la psicologa social que se ocupa principalmente de la interaccin entre los individuos y su medio social tiene otra importante con secuencia para la tarea de hacer frente a los celos. Puede ayudar a los individuos y a las parejas a ver su problema de celos desde una perspectiva nueva y ms manejable. Hay dos tipos de explicaciones o atribuciones para los acontecimientos: la disposicional (relacionada con los rasgos estables de la personalidad de la persona o personas involucradas en el acontecimiento) y la situacional (relacionada con las circunstancias especiales en las que el acontecimiento sucedi). Aquel que se describe a s mismo como una persona celosa explica sus celos en trminos disposicionales. Cuando tiene ciertos sentimientos, pensamientos y sntomas fsicos que aparecen como respuesta a una situacin que desencaden sus celos, dice: Estoy experimentando estos sntomas porque soy una persona celosa. En otras palabras: as es como soy, y no se puede hacer nada para cambiar eso. Otra persona que experimenta el mismo conjunto de sntomas como respuesta a una situacin similar puede explicar las cosas en trminos situacionales: Estoy experimentando estos sentimientos de celos porque la persona con la que me he casado ha tenido un amoro. Las personas que explican sus celos en trminos situacionales dejan abierta la posibilidad de responder en forma diferente en una situacin diferente. Cuando se sien ten excluidas porque su compaero est flirteando con un desconocido bien parecido tienden a atribuir sus celos a esa circunstancia concreta y en consecuencia concentran sus esfuerzos en tratar de modificarla. Las personas que explican los celos en trminos disposicionales estn menos motivadas para el cambio, porque para ellas el cambio significa la tarea virtualmente imposible de convertir a una persona celosa en una persona no celosa. Cuando un individuo o una pareja acuden a la terapia, lo ms frecuente es que el rtulo disposicional persona ce losa ya est instalado. El objetivo tpico que imaginan para la terapia es cambiar a la persona celosa para que deje de serlo. Para plantear un desafo a esta atribucin disposicional, le hago a la persona celosa preguntas como: Ha sido usted celoso en todas sus relaciones?, o Ha sido usted siempre tan celoso en esta relacin?. La respuesta a estas preguntas es casi siempre no. Aun en el caso de que la persona recuerde slo un ejemplo de conducta celosa atpica, ello significa que no es una persona celosa sino alguien cuyos celos se desencadenan ms fcilmente en algunas situaciones que en otras. El desafo siguiente es identificar qu ocurre en esta relacin o situacin especfica que hace que esta persona se ponga celosa. Por difcil que parezca esta tarea, es mucho ms fcil que transformar a una persona celosa en una no celosa. La tarea de pasar de una atribucin disposicional del problema de los celos a una atribucin situacional se realiza formulando con detenimiento preguntas como: Qu sucede en esta relacin o en esta situacin especfica que desencadena sus celos? En qu otra relacin, o en qu momento de la actual, ha estado usted menos celoso? Qu suceda en aquella otra relacin, o aquel otro momento, que lo haca sentirse ms seguro y menos proclive a responder ponindose celoso? Se puede ensayar otra yeta preguntando por la percepcin que la pareja tiene de las normas relacionadas con la fidelidad y los celos, para averiguar si el problema de ce los est vinculado con una diferencia en la comprensin que puedan tener de estas normas. Estos tipos de preguntas son diferentes de las que plantean: Por qu soy una persona celosa?, o Cmo puedo dejar de ser celoso?. Al tratar los celos como un conflicto situacional la pareja se motiva para trabajar en conjunto para cambiar la situacin de modo que resulta menos probable que los celos se desencadenen.
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Si de hecho la persona ha sido sumamente celosa en todas las anteriores relaciones ntimas y durante todas las etapas de la relacin actual, el rtulo persona celosa podra parecer apropiado. Sin embargo, sigue siendo improbable que l o ella hayan sentido grados iguales de celos en todas las relaciones y todas las situaciones. La persona puede tratar de descubrir qu situaciones le incrementan los ce los y qu situaciones se los disminuyen, para despus hacer un esfuerzo por evitar las primeras y buscar las ltimas.
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Las diferentes estrategias tienen una eficacia variada. Algunas como hablar del problema con su compaero en un clima abierto y honesto, o aprender cosas acerca de usted mismo para comprender su respuesta celosa, casi siempre son provechosas. Otras, tales como los actos de violencia, tienen casi siempre efectos desastrosos. Otras ms, se que dan a mitad de camino y sirven nada ms que para postergar lo inevitable. Tomar pastillas para dormir, acudir al alcohol y consumir drogas ilegales son algunos de los ejemplos ms negativos de esta ltima categora. Si una estrategia concreta para hacer frente al problema es provechosa o desastrosa es algo que se puede determinar atendiendo a sus consecuencias. Como producto de las acciones que usted emprendi para responder a los celos, se ha incrementado su conciencia de s? Tiene ahora una mayor comprensin de la perspectiva de su compaero? La relacin, considerada como un todo, les parece ms amorosa, armoniosa y satisfactoria a los dos? Si la respuesta es no, la tcnica que utiliz para hacer frente al problema no ha sido provechosa. En el resto de esta seccin presentar diferentes estrategias para hacer frente a los celos. Tal vez usted ya conozca algunas de ellas y las haya usado. Otras probablemente le resultarn novedosas, y acaso le parezcan adecuadas. Ahora bien, aunque piense que una determinada tcnica o ejercicio no son apropiados para usted, no los rechace de antemano. Cuantas ms estrategias tenga en su arsenal, en mejores condiciones estar para hacer frente al problema.
Es imposible hacer frente adecuadamente a un problema si no se tiene conciencia de que el problema existe. Hay personas que juegan al escondite con el problema y tratan de no pensar en l. Cuando hay un amoro ilcito, el compaero traicionado casi siempre est enterado, al menos en alguna medida, pero a veces decide no saber. Otras personas que son conscientes de su problema de celos tienden a pensar que los celos han aparecido por su culpa (simplemente soy una persona celosa). Esta reaccin no evidencia una verdadera conciencia del problema, porque no consigue situar a los celos en el contexto de la relacin y de la situacin especfica que los desencaden. El proceso de tomar conciencia tiene dos partes: una consiste simplemente en darse cuenta de que existe un problema; la otra es la capacidad de reconocer que el problema es una funcin de una determinada dinmica que se verifica en la relacin o en la situacin especfica, antes que un fallo de la persona celosa. Una vez que reconocemos esto, el ncleo de los esfuerzos por enfrentar el problema se traslada de Qu es lo que anda mal en m como persona que me lleva ponerme tan celoso? a Qu puedo hacer para modificar la situacin para que mis ce los no aparezcan tan fcilmente?. Para llevar a cabo esta modificacin debemos estar dispuestos a asumir la responsabilidad de modificar la relacin o la situacin. Esto suele ser bastante difcil. De todos modos, el solo hecho de asumir la responsabilidad de llevar a cabo una modificacin en una situacin difcil ya es de por s teraputico, porque reduce los efectos debilitadores del sentimiento de desamparo. Cuando tomamos conciencia de que en la relacin existe un problema, y asumimos la responsabilidad de tratar de modificarla (en lugar de esperar que sea nuestro compaero quien la modifique), el tercer paso inevitable es alcanzar cierta claridad en cuanto a qu es preciso hacer y qu es lo que se puede hacer. En medio de una crisis de celos, la mayora de las personas no discriminan fcilmente entre lo que pueden modificar de la relacin o la situacin y lo que no. Hay quienes suponen que todo se puede modificar: en ellos, en sus compaeros y en las relaciones. Cuando descubren de la peor manera que esto no siempre es as, se sienten desesperanzados e impotentes y comienzan a pensar que no es posible modificar nada. Tambin hay gente que piensa desde el primer momento que nada es
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modificable. Estos in dividuos nunca intentan modificar nada. As es la vida, dicen. Esta frase hecha puede reducir en alguna medida su estrs, pero tambin les impide buscar activamente los cambios positivos. Lo cierto es que en una relacin hay cosas que no se puede modificar, o que sera sumamente difcil hacerlo, por ejemplo las personalidades bsicas de ambos miembros de la pareja. Pero muchos factores de una relacin o una situacin provocadora de celos que operan como desencadenantes determinadas conductas por ejemplo pueden ser modificadas con ms o menos esfuerzo. La ventaja ms importan te de alcanzar alguna claridad es que nos capacita para distinguir entre aquellos aspectos de la relacin o la situacin que pueden ser modificados y aquellos que no. Esto nos permite canalizar nuestros esfuerzos hacia aquellos puntos en los que existe una mayor probabilidad de realizar progresos signficativos. Los celos han sido caracterizados como una erupcin de afecto que slo puede ser trascendida mediante la toma de conciencia. A medida que nos internamos con plena con ciencia en el ncleo de nuestros celos, podemos descubrir cosas tan desagradables como expectativas infundadas, proyecciones, temores e inseguridades. Tomar conciencia de que ellas existen en nosotros es el primer paso que debemos dar para vencerlas. En una crisis de celos, lo primero que es preciso de- terminar es qu es lo que se anida en el corazn de los celos que lo atormentan. Miedo a la prdida? Sentimientos de humillacin? Sentimiento de exclusin? Alguna otra cosa? Cul es el pensamiento ms doloroso asociado con los celos que se le presenta? Le duele enterarse de que su esposa ha tenido una experiencia maravillosa con otra persona y usted ha quedado excluido? Se siente humillada porque su esposo ha flirteado toda la noche con una mujer despampanante y todos los que estaban en la fiesta lo vieron? O experimenta una terrible y dolorosa sensacin de prdida porque sabe que ha perdido a su compaero y, con l, la relacin? Sin duda, el sentirse excluido es doloroso, pero no tanto como la prdida de una relacin amorosa. Las personas que no se toman el trabajo de aclarar qu es lo que ms las hiere pueden responder a un incidente trivial como si hubieran perdido la relacin. Una vez que ha identificado el ncleo de sus celos, es necesario que discierna por qu est respondiendo del modo en que lo est haciendo. Es a consecuencia de su sensibilidad o de una amenaza real a la relacin? Aunque usted tenga una cierta propensin a los celos, es importante que evite juzgarse como una persona celosa en lugar de considerarse ms bien una persona con predisposicin a los celos. La predisposicin puede ser producto de su historia familiar, de su entorno cultural, o de lo que le haya ocurrido en sus relaciones ntimas anteriores. Despus de que ha esclarecido para usted mismo qu es exactamente lo que est experimentando y por qu, puede pasar a examinar las diferentes opciones que se le presentan para hacer frente al problema.
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Atac fsicamente a su compaero? Le dio puetazos, lo ara o le arroj platos? Dej a su compaero, temporalmente o para siempre? Sufri en silencio y a escondidas, para que ni su compaero ni nadie se enteraran de su sufrimiento? Sufri en silencio pero visiblemente (poniendo cara triste y suspirando) cada vez que estaba en presencia de su compaero? Cundo pens en la situacin trat de encontrarle el lado divertido? Hizo un chiste sobre la situacin dirigido a su compaero o a otras personas? Reflexion acerca del papel que jug usted en la situacin y evalu racionalmente cmo se senta o qu tema perder?
Inclu la pregunta Cmo hace frente a los celos? en dos estudios diferentes. En uno de ellos, 285 hombres y 283 mujeres recibieron una lista de siete estrategias y se les pregunt cul de esas estrategias era ms probable que usaran cuando se sentan celosos. La respuesta elegida con ms frecuencia fue: Hablo de ello con mi compaero. La menos elegida fue: Respondo con violencia. stos son los porcentajes de las respuestas, en orden decreciente: Hablo de ello con mi compaero (34 por ciento). Le hago saber a mi compaero que me siento herido (25 por ciento). Trato de ignorar el tema (22 por ciento). Grito (7 por ciento). Me escapo (5 por ciento). Respondo de alguna otra forma (5 por ciento). Respondo con violencia (1 por ciento).
El problema con estos porcentajes es que nos revelan solamente la estrategia primaria a la que apela la persona, cuando lo cierto es que en muchos casos se apela a diferentes estrategias en momentos diferentes e incluso simultneamente. En el segundo estudio, se pregunt a 103 hombres y mujeres si emplearon o no cada una de una lista de diecisis estrategias que se les hizo conocer previamente. Una vez ms, la discusin racional fue una de las dos estrategias ms frecuentes, en tanto que la segunda fue Reflexiono acerca del papel que jugu en la situacin y evalo racionalmente cmo me siento o qu temo perder. En este grupo, la violencia fsica tambin fue la estrategia mencionada con menor frecuencia. stos son los porcentajes de las personas que respondieron s cuando se les pregunt si apelaban a una estrategia determinada para hacer frente a los celos extremos: Reflexiono acerca del papel que jugu en la situacin y evalo racionalmente cmo me senta o qu tema perder (80 por ciento). Apelo a la discusin racional (79 por ciento). Recurro a ataques verbales (69 por ciento). Empleo el sarcasmo (56 por ciento). Acepto la situacin (55 por ciento). Lloro (44 por ciento). Me mantengo en un silencio sepulcral (42 por ciento). Sufro en silencio pero visiblemente (36 por ciento). Trato de encontrar el lado divertido de la situacin (36 por ciento). Evito el tema (33 por ciento). Tomo represalias, despertando los celos de mi compaero (33 por ciento). Abandono a mi compaero (29 por ciento).
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Sufro en silencio y a escondidas (27 por ciento). Hago un chiste al respecto (26 por ciento). Apelo a la negacin (18 por ciento). Recurro a la violencia fsica (7 por ciento).
En dos estudios diferentes, con dos grupos de personas diferentes y preguntas diferentes, la estrategia ms frecuentemente mencionada para hacer frente a los celos fue la discusin racional, y la menos frecuente la violencia. Significa esto que realmente la gente es ms propensa a hablar de los celos en forma racional, o a reflexionar acerca del papel que jug en la situacin? No necesariamente. Lo ms probable es que hayan respondido de acuerdo a lo que saben que es la forma ms aceptable de conducirse con respecto a los celos, con independencia de que realmente acten as o no. Si yo le pidiera a usted que recordara los celos ms intensos que experiment en su vida, y despus le preguntar cmo le habra gustado responder a la situacin que desencaden esos celos, lo ms probable es que me dijera que habra tenido una discusin racional y serena con su compaero o que habra reflexionado en la situacin y en el papel que usted jug en ella. Tambin es bastante probable que usted haya actuado de una manera algo diferente, lo que explica en parte que siga recordando el episodio como la experiencia ms extrema de celos que vivi. El hecho es que hablar con su compaero y reflexionar acerca del papel que usted jug son sin duda las mejores estrategias para hacer frente a los celos, porque son las que cuentan con las mayores probabilidades de producir resultados positivos. La cuestin es cmo hacerlo. Puesto que es difcil pensar claramente y comparar opciones cuando uno est inmerso en una crisis afectiva, lo mejor es apartarse temporalmente de la persona y la situacin que desencadenaron los celos. De ser posible, mrchese de la ciudad. Es importante actuar con independencia y pensar, con o sin la ayuda de un amigo o un profesional. Una vez solo, es conveniente considerar algunos interrogantes. Si bien se trata de preguntas que ya fueron mencionadas en esta seccin y en diferentes partes de esta gua, vale la pena repetirlas: Primero, qu es exactamente lo que lo est poniendo celoso? El hecho de que l est saliendo sin usted? Qu ella parece pasarla mejor con l que con usted? Que l tuvo un amoro? Segundo, qu es lo que ha anidado en el corazn de sus celos? Envidia de su rival? Temor a una prdida? Temor al abandono? Humillacin? Una amenaza a la relacin? Una amenaza a su ego? Tercero, por qu est experimentando ese componente especfico de los celos con tanta intensidad? Se relaciona con una antigua experiencia que pudo haber vivido en su infancia? Qu relacin tiene esa antigua experiencia con lo que est experimentan do ahora? La amenaza actual, podra estar relacionada con lo que le result ms gratificante del amor de su compaero al comienzo de la relacin? Una vez que haya identificado su papel en el problema de celos, considere cules son las opciones con que cuenta para responder al mismo. Considere tambin cmo podra responder su compaero a cada una de esas opciones, y qu es lo que usted quiere que suceda. Si lo que ms quiere es que vuelvan a estar estrechamente unidos, atacar a su compaero no es la mejor estrategia. Es probable que si expresa su amor y su dolor los resultados sean mucho ms positivos. La mejor forma de lograr ese objetivo es una discusin abierta y respetuosa que les d a usted y a su compaero la oportunidad de describir sus sentimientos y explicar todo aquello que sea necesario explicar sin atacarse. Una forma de hacerlo es que cada uno dedique exactamente cinco minutos a exponer un tema (nada ms que uno!) mientras el otro escucha y trata de entender. El que escucha slo puede intervenir para pedir una aclaracin, y al cabo de los cinco minutos debe repetir lo principal de la argumentacin. Su resumen deber contar con la aprobacin del que habl. En todas las conversaciones podrn evitar la aparicin de sentimientos hirientes y contraataques si usted y su compaero siguen cuidadosamente los siguientes tres pasos:
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1. 2. 3.
Describa lo que piensa que el otro est sintiendo. (Creo que cuando estoy contigo en una fiesta te sientes incmodo.) Describa lo que usted est sintiendo. (Me siento excluido cuando tienes largas conversaciones con otras personas, sobre todo cuando ests hablando con una persona atractiva del sexo opuesto.) Exprese claramente qu es lo que quiere. (Me gusta ra mucho que me incluyeras en algunas conversaciones.)
Cuando la situacin es demasiado explosiva para cualquier tipo de conversacin, piense en la posibilidad de que cada uno escriba lo que quiere decir al otro, bajo la forma de una carta de amor. Si se siente sobrepasado por los celos y piensa que puede llegar a hacer alguna locura, recuerde la importante distincin entre lo que siente y lo que hace. Aun en caso de que sienta que est loco, no tiene por qu actuar como un loco; aun en caso de que sienta que ha perdido el control, no tiene por qu actuar de ese modo. De hecho, los terapeutas conductistas piensan que es posible modificar nuestros sentimientos cambiando los pensamientos o las acciones asociadas con ellos. No siempre nos damos cuenta, o estamos dispuestos a admitir, que tenemos una amplia variedad de opciones para responder cuando estamos en una situacin de celos. Podemos mostrarle a nuestro compaero cun importante es la relacin para nosotros; podemos apartarnos de la situacin o de la relacin: podemos ignorar lo que est sucediendo; podemos mostrarle a nuestro compaero cunto estamos sufriendo; podemos tomarlo a risa, podemos hacer un escndalo; o podemos hablar con nuestro compaero de nuestros sentimientos y deseos.
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En los talleres dedicados a los celos uso una variante de este ejercicio, en la que la consigna es rememorar la experiencia ms intensa de celos que uno ha vivido. Si usted quiere probar este ejercicio... Si usted quiere probar este ejercicio, acustese en el suelo en la posicin que le resulte ms cmoda posible. Imagine que est en su lugar preferido (puede ser una parte de la casa o un exterior); es un da de sol y usted est relajado y feliz. Inspire profundamente e imagine que est llevando serenidad y bienestar a cada una de las clulas de su cuerpo. Cuando expulse el aire, imagine que todos los sentimientos de malestar, tensin y dolor lo abandonan. Concntrese en relajar cada parte de su cuerpo por separado, comenzando con las puntas de los pies y ascendiendo lentamente hasta llegar a la cara y la cabeza, hasta que termine por sentirse completamente relajado. Ahora, vuelva las pginas del libro de su historia personal hasta llegar al incidente que desencaden en usted los celos ms extremos. Trate de recordar la mayor cantidad de detalles que pueda. Quines eran las personas que participaron? Qu aspecto tenan? Qu fue exactamente lo que pas? Cundo? Dnde? Cul fue su respuesta? No trate de evitar el dolor, la furia, el pnico. Deje que estos lo inunden. Sienta el dolor durante un minuto, despus respire hondo, haga que su mente vuelva lentamente al presente, e incorprese hasta quedar sentado. Apunte todos los detalles de aquella experiencia que pueda recordar. (En los talleres, los que participan en este ejercicio les cuentan a los otros esos detalles.) Para un terapeuta conductista, la acumulacin de este tipo de detalles es un paso esencial del tratamiento. La segunda parte de este ejercicio comienza de la misma manera que la primera. Acustese en el suelo e imagine que est en su lugar preferido. Se trata de una hermosa playa? De un arroyo en el bosque? Imagine que est echado all y que el sol calienta suavemente su cuerpo. La maravillosa sensacin que procura la relajacin ha vuelto a instalarse en usted. Ahora, imagine que el sol no slo lo calienta, sino que sus rayos le transmiten energa y vigor. Se siente fuerte y controla la situacin. Ha pasado el tiempo desde aquella vez en que vivi su experiencia de celos ms intensa, y durante ese tiempo usted ha aprendido ms acerca de usted, y acerca de las relaciones. Usted es ahora ms sabio, ms experimentado y ms poderoso. Sienta su poder y su sabidura internos. Afrrese a ellos como si fueran un escudo o un arma mgica. En este momento usted est listo para remontarse en el tiempo y volver a vivir su experiencia de celos ms intensa. Imagine que le ha sido dada la oportunidad de volver a ese episodio y revivirlo en la forma que usted quiera. Recuerde que ahora est pertrechado con sabidura, experiencia y poder. Qu hace usted? Cmo responde esta vez? En la misma forma en que respondi aquella vez, porque fue una experiencia que le ense mucho, a pesar del dolor? O de otro modo, del modo en que tantas veces dese haber respondido: con serenidad, con elegancia, y con un control absoluto de s mismo y de la situacin? En los talleres, despus de que los participantes han completado este ejercicio de imaginacin guiada, se les da la oportunidad de intercambiar sus experiencias y compartir lo que han llegado a comprender. Si usted hace el ejercicio por su cuenta, asegrese de apuntar tanto sus experiencias como lo que ha llegado a comprender. Si al revivir su experiencia ms extrema de celos decidi responder de una manera diferente a la del pasado, recuerde que la capacidad para responder de una manera nueva est dentro suyo. Las sensaciones de poder, de experiencia, de sabidura, de control, son una parte suya. Puede recurrir a ellas en cualquier momento, aunque en las situaciones de estrs esto requiera un mayor esfuerzo. El prximo ejercicio tiene como objetivo convencerlo de que sta afirmacin es cierta. Tome una hoja de papel y dblela longitudinalmente en dos. Escriba una letra A en la parte superior de uno de los lados y una B en la parte superior del otro. Rememore los pensamientos que acudieron a su mente durante la primera parte del ejercicio. Escriba todas las que haya recordado en la parte de la hoja identificada con la A. A continuacin, rememore todos los pensamientos que tuvo durante la segunda parte del ejercicio. Escriba todos los que haya recordado en la parte identificada con la B. Ahora despliegue la hoja y compare las dos columnas. Repita las frases de la columna B una y otra vez, todos los das, de modo que la prxima vez que los celos lo golpeen le resulten familiares y pueda recurrir fcilmente a ellas.
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sufrir, ms bien lo aburra. Y pudo reanudar los contactos de trabajo con su ex amada y su nuevo compaero sin sentir ningn malestar. Otro caso que Wanderer trat fue el de un agente de bolsa que acudi a la terapia porque senta la necesidad de dejar de ser celoso. Deca que sus celos le haban hecho perder varias novias. La ltima, que le gustaba realmente mucho, era especialmente buena y comprensiva. La prdida le provocaba un enorme sufrimiento y crea que se haba producido por su culpa: Un da la vi salir de un cine con un abogado amigo de ella y mont una escena terrible. Se enfad mucho, y me dijo que no poda tener una relacin con alguien que se conduca de ese modo. Su PMIT revel que para l la peor escena era imaginar que su novia lo dejaba por aquel abogado amigo. Se le ense a relajarse y se le indic que simultneamente viera en su imaginacin esta terrible escena una y otra vez. Despus de varias sesiones de terapia volvi a ver a su novia con el mismo abogado. Esta vez actu con calma. Se acerc a ellos y los salud con un corts: Hola, cmo estn?. Su novia qued tan impresionada por el cambio que observ en su conducta que lo llam y comenzaron a salir otra vez. En ambos ejemplos, comenta Wanderer, la exposicin repetida a la escena dolorosa cortaba su conexin con la respuesta celosa y la sustitua por una nueva conexin entre la escena y una sensacin de aburrimiento. El ejercicio de honestidad escrupulosa que mencion en el anteriormente es otra versin de la terapia de implosin) En esta tcnica se le pide al miembro no celoso de la pareja que inunde al compaero celoso narrando en detalle todo lo que le ocurri durante el da. El relato inunda con informacin al compaero celoso y lo ayuda a disipar la angustia y la inseguridad. Otra versin de la terapia de implosin usada especficamente para el tratamiento de los celos es la tcnica de la vaca holandesa que me fue explicada por la terapeuta Tsafy Gilad. Gilad emple esta tcnica para tratar el problema de celos de una pareja de mediana edad. Los celos se convirtieron en un problema despus de que la esposa descubri que su marido haba tenido un amoro que dur un ao. Aunque ya haca tiempo que haba terminado, la esposa no poda dejar de pensar en l. Durante la terapia la pareja comprendi que el descubrimiento del amoro le haba resultado a la esposa devastador para la sensacin de seguridad que le ofreca el matrimonio. La seguridad era lo que haba buscado cuando se cas, y era lo ms importante que el matrimonio le haba aportado. Para recuperar la sensacin de seguridad perdida, ella quera saber dnde se encontraba su esposo mientras no estaba con ella, porque pensaba que de esa manera no se preocupara por la posibilidad de que estuviera con la otra mujer. Se le pidi al esposo, que estaba dispuesto a hacer lo que fuese para salvar el matrimonio, que llamara a su esposa por telfono a intervalos no mayores de una hora a donde estuviese: en la casa, en el trabajo, con amigas o de compras. El arreglo implicaba que la esposa tena que decirle a su marido dnde estara para que l pudiera localizarla. La tcnica se llama informalmente la vaca holandesa, porque las llamadas telefnicas cumplen la misma funcin que las campanas que llevan las vacas holandesas colgando del pescuezo: le permiten al dueo saber dnde estn en todo momento y en consecuencia no se necesita cerca. Despus de varias semanas de esta ordala la esposa ya no aguantaba ms. Comenz a sentir pavor ante las llamadas telefnicas que se haban convertido en una intrusin en su vida. Pero a su esposo no le molestaban. Mucho tiempo despus de que ella dijera que ya no las soportaba, l segua dispuesto a cumplir lo pactado. Aunque no est claro si la tcnica ayud o no a la esposa a recuperar la confianza en su marido, sin duda ayud a cortar la conexin entre la ausencia temporal del marido y los celos de la esposa, y los sustituy por una conexin entre sus llama das telefnicas y el fastidio.
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Un contrato no es exigible cuando una de las partes ha sufrido coercin o teme repercusiones negativas en el caso de no cumplirlo. Es lo que ha sucedido en este caso. Cuando Jack acept mantener una relacin exclusiva conmigo, crey que deba consentir mis condiciones o me perdera. Cuando se produjo la primera violacin al contrato, yo envi un mensaje ambiguo: odio cmo ests actuando, pero nunca te odiar a ti, as que te perdonar y dejar esto atrs y reanudar nuestra relacin. Una vez ms, exig la condicin de un acuerdo segn el cual permaneceramos exclusivamente comprometidos el uno con el otro, y agregu que la verdad es esencial para el mantenimiento de la relacin. Una y otra vez se ha repetido la secuencia: promesa, traicin, perdn, zalamera, cuestionamiento, doloroso y desagradable para los dos, pero finalmente los dejbamos de lado. Jack pudo haber llegado fcilmente a la conclusin de que yo estaba profiriendo amenazas en vano para dejarlo o para pedirle que se vaya. Vio hasta qu punto yo estaba afligida, pero vio tambin que poda volver a levantarme y comportarme como si nada hubiera pasado. Cuando lleg a casa a las cinco de la maana y fue honesto y confes que haba estado toda la noche con una mujer, mi comportamiento no cambi. La secuencia estaba tan instalada que ni siquiera entonces cumpl con mis amenazas de poner fin a la relacin. Capeamos esas tormentas. Puesto que l valora su libertad por encima de cualquier otra cosa, estuvo dispuesto a soportar estos enfrentamientos dolorosos porque saba que pasaran y que l podra seguir llevando una vida como la que quera. Pensaba que me contaba las mentiras necesarias para preservar ese estilo de vida con la intencin de que yo no me sintiera herida ms que para protegerse a s mismo, y puesto que sus amoros no tenan nada que ver con el amor que senta por m, me las revelaba para as estabilizar nuestra vida de pareja. Despus de que cada miembro de la pareja ley la defensa del otro, estn en mejores condiciones de comprender el punto de vista del otro en la situacin que desencaden los celos y mejor dispuestos a hacerlo. sta es una versin de la tcnica de inversin de papeles que mencion anteriormente, en la que los compaeros se turnan para describir cada uno el punto de vista del otro. La base de las defensas escritas y de las tcnicas de inversin de papeles es la capacidad de actuar como si, lo que resulta evidente tambin en una tercera tcnica, llamada Simular. En esta tcnica, se le pide a la persona celosa que se comporte como si l o ella no estuviera celoso. El supuesto subyacente unos de los supuestos bsicos del enfoque conductista es que si una persona celosa puede controlar su comportamiento celoso y actuar de una manera no celosa, puede aprender a percibirse a s misma como una persona no celosa. Adems, al comportarse de una manera no celosa podr despertar ms fcilmente una respuesta ms favorable por parte de su compaero no celoso. Como sealan los terapeutas sistmicos, el comportamiento celoso, con sus demandas de atencin, su insistencia en los interrogatorios, sus quejas, y la recriminacin de culpas, suele provocar una re accin negativa por parte del compaero. Al comportarse ms razonable y positivamente con el otro, a pesar de los sentimientos que impulsan a lo opuesto, las parejas pueden revertir la espiral descendente en que los sume la relacin.
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Tanto en la tcnica de Simulacin como en la de Dar vuelta la tortilla, se le pide a uno de los cnyuges que acte diferente a como es su costumbre (es decir, que imite la conducta del otro cnyuge) como una forma de cambiar la dinmica que caracteriza al problema de celos. El siguiente ejercicio tiene la finalidad de lograr que ambos miembros de la pareja trabajen juntos en la solucin del problema de celos. Para realizar este ejercicio cada uno de ustedes deber utilizar tres hojas de papel. En la parte superior de la primera, escriba el encabezado: Conductas que me despiertan celos o Conductas celosas que me alteran los nervios. Debajo de este encabezado, si usted es el cnyuge celoso, confeccione una lista de todas las cosas que hace su compaero que le provocan celos; si usted es el cnyuge no celoso, pondr en la lista las cosas relacionadas con los celos que hace su cnyuge y que lo hacen sentirse enfadado, frustrado, acorralado o herido. Por ejemplo, un punto de la lista del cnyuge celoso puede ser: Cuando te derrites con cualquier mujer que te encuentras por la calle despus de haber sido desagradable conmigo. Un punto del cnyuge no celoso puede ser: Tus sospechas ante cualquier mujer con la que me tropiezo por casualidad. En la parte superior de la segunda hoja, escriba: Las necesidades que fundamentan mis celos (si usted es el cnyuge celoso) o Las necesidades que fundamentan mi irritacin (si usted es el cnyuge no celoso). Debajo de este segundo encabezado escriba las diferentes necesidades que considere el ncleo de sus celos o su irritacin. Por ejemplo, en el ncleo de los celos desencadenados al verlo actuar con dulzura con otras mujeres puede haber una necesidad de sentir que usted es especial, que usted es la nia de sus ojos. En el ncleo del enfado por las sospechas de ella puede haber una necesidad de sentir que uno es digno de confianza. En la parte superior de la tercera hoja escriba: De seos. Bajo este encabezado registre qu es lo que podra hacer su compaero para satisfacer sus necesidades. No pida cosas demasiado generales como Que me hagas sentir especial o Demustrame que te fas de m. Pida cosas concretas y especficas que su compaero est en condiciones de hacer, cosas que tengan un significado especial para usted. Por ejemplo: Llvame a cenar a un lugar romntico o Dime que te fas de m. Observe que ambos ejemplos son frases positivas: cosas que hacer y no cosas que evitar. Observe tambin que ambos ejemplos implican comportamientos observables, que son el ncleo del enfoque conductista. Despus de confeccionar sus respectivas listas de de seos, repsenlas y fijen un orden de importancia asignndole una puntuacin de uno a diez a cada deseo considerando que diez puntos significa muy importante y un punto de menor importancia. Por ejemplo, cun importante es que su esposo la lleve a cenar a un lugar romntico? Cuntos puntos le dara? 8?, 6?, 3? Cun importante le resulta que l baile con usted una pieza lenta en una fiesta? Es ms o menos importante? Cun importante es para usted que su esposa le diga que se fa de usted? Una vez que ambos han fijado el orden de importancia de sus pedidos, intercambien las listas, analicen los de seos de su cnyuge y luego fijen un orden de importancia en trminos de sus dificultades para satisfacerlos. En este caso, el pedido ms difcil de satisfacer tendr diez puntos y el menos difcil un punto. Cun difcil le resulta decirle a su esposo que se fa de l? 8?, 6?, 3? Cun difcil le resulta a usted llevar a su esposa a cenar a un lugar romntico? 9?, 5?, 2? Es importante subrayar que los pedidos no son exigencias, y no deberan ser expresados o entendidos como tales. Son deseos. Cuando su compaero satisface su deseo le est haciendo un regalo, y debera ser percibido y recibido de ese modo. Si ustedes tienen un problema de celos y estn tratando de superarlo traten de darse todas las semanas al menos tres de estos regalos el uno al otro. Probablemente no sea fcil. Si fuera fcil ya lo habran hecho antes. Puede ser que a usted le resulte difcil darle a su compaero lo que pide. Puede que le resulte difcil mirar a su compaero a los ojos y decirle que se fa de l cuando en lo ms hondo de su corazn no es as, ya que al fin y al cabo es por eso por lo que usted responde ponindose celosa cuando l acta demasia do amigablemente con otras mujeres. No tiene que darle necesariamente los regalos que en su lista tuvieron la puntuacin ms alta. Comience con los que tienen puntuacin ms baja, los que le resultan menos difciles. A medida que la relacin se torna ms amorosa y ganan en confianza, le resultar cada vez ms fcil darle a su compaero tambin los regalos ms difciles. En ltimo trmino, una observacin acerca de los su puestos. Uno de los supuestos ms dainos para las relaciones de pareja es que algo que se pide carece de valor. (Si tengo que pedirlo qu clase de regalo es?) Otro supuesto peligroso es que los regalos que su compaero quiere son las mismas cosas que usted quiere. El ejercicio que acabo de proponer puede ayudarles a liberarse de es tos supuestos y darse el uno al otro lo que realmente cada uno
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quiere. De este modo, ambos obtendrn ms gratificaciones de la relacin. Recuerde que obtener el mximo de gratificaciones posibles al menor coste es una de las metas de la terapia de parejas conductista. Una evaluacin del enfoque conductista de los celos Una de las contribuciones ms importantes del enfoque conductista es su valorizacin de la conducta observable y la nocin de que los celos son una respuesta aprendida que puede desaprenderse. Las tcnicas y ejercicios conductistas a las que he hecho referencia en esta seccin parten del supuesto comn de que si modificamos nuestro comportamiento (aun cuando al principio slo estemos representando papeles) podemos modificar nuestros sentimientos y actitudes. Las tcnicas conductistas pueden ser muy eficaces, y requieren mucho menos tiempo que la psicoterapia de orientacin psicodinmica. Una de las principales crticas al enfoque conductista (similar a la que se plantea al enfoque sistmico) es que se desentiende del papel que juegan las experiencias infantiles y los procesos inconscientes en el desarrollo de un problema psicolgico como los celos. Segn los terapeutas de orientacin psicodinmica, si no se tienen en cuenta las experiencias infantiles y no se procura traer a la conciencia los procesos inconscientes, no hay modo de curar el problema de celos. Estas crticas consideran que las modificaciones que se verifican mediante las tcnicas conductistas son superficiales y temporales. Los conductistas, por su parte, creen que esa comprensin no es necesaria para lograr un cambio perdurable de la conducta. Los conductistas se centran en el comportamiento observable, lo que permite que sus intervenciones sean susceptibles de estudio, y lo cierto es que han demostrado ser eficaces.
Las estrategias para hacer frente a los problemas y los enfoques tericos
Las estrategias que presento en esta seccin estn inspiradas fundamentalmente en el enfoque conductista. No obstante, a lo largo de esta gua me he referido tambin a ejercicios y estrategias inspirados por otros enfoques tericos de los celos. El enfoque psicodinmico que considera que los celos ocurren en la mente del individuo celoso, fue el que inspir el ejercicio llamado Los celos como la sombra del amor. Recuerde que antes expliqu que este ejercicio requiere acudir a la introspeccin con la finalidad de establecer una conexin entre los celos y las experiencias de la infancia. El enfoque sistmico, que considera que los celos se presentan en la dinmica de una relacin especfica fue la inspiracin para el ejercicio de la inversin de papeles, que requiere que ambos compaeros participen en la solucin del problema de celos. El enfoque psicosocial que considera que los celos estn primordialmente influidos por la cultura, fue la inspiracin para el pasaje de una atribucin disposicional a otra situacional. El enfoque 50 que piensa que los celos son innatos y resultan configurados por fuerzas evolutivas, fue la inspiracin para el sociodrama de la relacin, una tcnica cuyo propsito es desmontar la falacia de la singularidad y descubrir la naturaleza universal de los celos. El enfoque conductista, al que me refer en esta seccin, fue la inspiracin para una variedad de tcnicas y ejercicios orientados a ayudar a los individuos y las parejas a aprender nuevas formas de responder a los factores desencadenantes de los celos. Cada uno de estos enfoques y estrategias pueden ayudarnos a comprender nuestros celos y a hacerles frente con ms eficacia.
Una ltima palabra acerca de las formas de hacer frente a los problemas
Los ejercicios propuestos en esta seccin parten del supuesto de que los dos miembros de la pareja quieren librarse de su problema de celos. Este supuesto puede resultar cierto o no. Tal vez, a pesar de que pueda parecer lo contrario, el problema de celos cumpla una funcin importante en su relacin, una funcin que acaso usted preferira no reconocer. Si es as, existe la posibilidad de que las estrategias aqu recomendadas para hacer frente a los problemas no den resultado, y tal vez le convenga considerar la opcin de pedir ayuda a un profesional. No obstante, los ejercicios que les dan una oportunidad de aprender acerca de ustedes mismos y de su compaero, y que aumentan las gratificaciones que se procuran el uno al otro, slo pueden ser beneficiosos para la relacin, y por lo tanto, vale la pena intentarlos. Aun en el caso de que los ejercicios recomendados en esta seccin no resuelvan por completo su problema de celos, seguramente les permitirn aumentar su conocimiento de sentimentales ustedes mismos y contribuirn a su crecimiento como personas y como pareja.
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a. Los celos son un signo de amor inducir al compromiso. b. Los celos son un instrumento para compromiso.
c. Los celos aportan emocin a relaciones anodinas. d. Los celos les ensean a las personas a no dar por descontado el amor del otro. e. Los celos hacen la vida ms interesante. f. Los celos hacen que las relaciones sean ms duraderas. g. Los celos hacen que nuestro compaero (o compaera) parezca ms deseable. h. Los celos nos hacen sentir vivos. i. Los celos nos hacen examinar nuestra relacin. Les present estas afirmaciones a 103 hombres y mujeres y les ped que les dieran una puntuacin a cada una de acuerdo con la escala recin propuesta. Lo que sigue es la medicin promedio del acuerdo que les mereci cada frase, en orden descendente: Los celos nos hacen examinar nuestra relacin: 4,7 Los celos les ensean a las personas a no dar por descontado el amor del otro: 3,1 Los celos son un signo de amor: 3,0 Los celos son un instrumento para inducir al compromiso: 2,8 Los celos hacen que nuestro compaero (o compaera) parezca ms deseable: 2,6 Los celos aportan emocin a relaciones anodinas: 2,4 Los celos hacen la vida ms interesante: 2,3 Los celos nos hacen sentir vivos: 2,3 Los celos hacen que las relaciones sean ms duraderas: 1,5 Entre los que respondieron, la afirmacin que suscit mayor acuerdo es la de que los celos son positivos por el hecho de que nos obligan a examinar nuestra relacin. Sin embargo, como podemos ver por el promedio (4,7), estuvieron de acuerdo slo hasta cierto punto. El mismo puntaje (4,7) obtuvo una frase que describe un efecto negativo de los celos y con la que los que contestaron estuvieron menos de acuerdo: que los celos nos hacen sentir culpables. Estuvieron mucho ms de acuerdo con las afirmaciones acerca de los otros efectos negativos de los celos:
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Los celos provocan abatimiento afectivo: 5,9 Los celos someten a tensin las relaciones: 5,9 Los celos pueden bloquear el pensamiento y distorsionar los afectos: 5,9 Los celos hacen perder un tiempo valioso: 5,8Los celos provocan malestar fsico: 5,5 Los celos restringen la libertad del compaero: 5,2 Los celos pueden desembocar en violencia: 5,0 Los celos pueden provocar vergenza en el plano social: 5,0 Los celos alejan a nuestro compaero: 4,8 El acuerdo acerca de los efectos negativos de los celos no mostr necesariamente una correlacin con el nivel de celos de la persona que responda. En otras palabras, el hecho de que la persona se percibiese como celosa o no celosa no influy en su medicin de los efectos negativos de los celos. Por otra parte, el acuerdo acerca de los efectos positivos de los celos mostr una correlacin significativa con la autopercepcin: cuanto ms celosa se consideraba a s misma la persona, ms probable era que se manifestara de acuerdo con los efectos positivos de los celos. Esto significa que mientras que todo el mundo est de acuerdo en los efectos negativos de los celos, slo las personas que se perciben a s mismas como celosas estn de acuerdo en que tienen efectos positivos. Esto tiene varias explicaciones posibles. Podra ser que las personas que se perciben a s mismas como celosas quieran describir los celos asignndoles una carga positiva. Del mismo modo, podra ser que las personas que perciben los celos como una experiencia ms positiva estn en condiciones de admitir ms fcil mente que sienten celos. Tambin es posible, desde luego, que las personas que tienen una experiencia traumtica con los celos necesiten convencerse de que stos dieron lugar a algo positivo. La ltima posibilidad es que, puesto que las personas que se describen a s mismas como celosas tienden a experimentar celos con ms frecuencia, tienen ms ocasiones de descubrir sus efectos positivos. Si bien cada una de estas cuatro explicaciones tiene algo de cierto, en lo que queda de esta seccin adoptar el enfoque sugerido por la ltima explicacin, es decir, que es posible que los celos den lugar a algo bueno. Analicemos ms en detalle qu es eso bueno que puede aparecer.
Los celos les ensenan a las personas a no dar por descontado el amor del otro
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El amor romntico no es una llama eterna. Si no se le aporta combustible, tarde o temprano la llama se extingue. En el primer momento, cuando nos enamoramos y nuestro amor es correspondido nos sentimos afortuna dos por el hecho de que una persona tan maravillosa nos retribuya nuestro amor. Cuando no sabemos con certeza si nuestro amor es correspondido o no, la inseguridad y la duda intensifican nuestras emociones. Estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para que esa persona maravillosa nos ame. Sin embargo, ocurre demasiado a menudo que cuan do nos sentimos seguros del amor y el compromiso de nuestro compaero empezamos a dar por descontado este amor. Pedimos cosas que no habamos pedido durante las primeras etapas de la relacin, y que nunca les pediramos a otras personas. Nuestro compaero se convierte en la nica persona en nuestra vida que se supone que comprende las presiones que sufrimos en el trabajo, o nuestra dedicacin absorbente a los hijos, o a los amigos, o a las tareas comunitarias. A quin puedo pedirle que sea comprensivo y me apoye si no es a mi esposo?, preguntamos con todo derecho. Tener que soportar una tensin permanente en el trabajo, con los hijos, con un padre, en las actividades voluntarias, les da por cierto a todas es tas preocupaciones una prioridad respecto del matrimonio. Ninguna relacin sentimental puede resistir este tipo de asedio por mucho tiempo. Darlo por descontado erosiona al amor. Paradjicamente, la amenaza de un compromiso con un tercero interrumpe este compromiso prioritario con la gente ajena a la relacin y vuelve a poner en foco a la pareja. De pronto la seguridad de que contamos con el amor y el compromiso de nuestro compaero tambalea y volvemos a preguntarnos: Me ama? No me ama?
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compromiso. Esto podra explicar tambin por qu las mujeres tratan de despertar celos ms a menudo que los hombres.
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El hombre haba expresado varias veces que se senta atrado por Stacy, sin que ella se diera por aludida. Esta fue la verdadera razn por la que la agredi y la acus de frialdad. Ahora lamentaba en grado sumo el dolor que le haba causado y haca todo lo posible por consolarla. Cuando la sesin lleg a su fin y el resto de los miembros del grupo, entre ellos Ben, sali de la habitacin, l todava segua abrazndola y acaricindole la espalda. El consuelo que este hombre le brindaba fue adquiriendo un cariz cada vez ms sexual. Ambos estaban afectivamente excitados por los acontecimientos que haban ocurrido en la sesin, y fsicamente excitados por el estrecho contacto en que haban entrado. Las caricias y besos fueron volvindose cada vez ms apasionados. Finalmente, hicieron el amor all mismo, sobre la alfombra. Como no lo haban planeado, ninguno de los dos us anticonceptivos. Ben estaba furioso. Haba visto el acercamiento fsico entre Stacy y el hombre, y se puso sumamente celoso. pudiste hacerme esto a m?, le reproch. El ncleo de su ira no era que Stacy hubiera tenido sexo con otro hombre, que era lo que l le haba estado diciendo que quera que hiciera. Lo que objetaba era su descuido en punto a la anticoncepcin. Me lastimaste ms que cualquier otra mujer en toda mi vida, dijo con tono acusador, a m, que confi en que protegeras mis sentimientos. Stacy, con las lgrimas rodndole por las mejillas, replic que ella no haba tenido la menor intencin de lastimar los sentimientos de Ben. Sin embargo, se mantuvo con tozudez en su postura: no lamentaba lo que haba hecho, y aquella haba sido una experiencia maravillosa. Mientras procesbamos la experiencia con Ben y Stacy y analizbamos los celos de l y los sentimientos conflictivos de ella, les pregunt si el incidente haba aportado algo positivo. No me sorprendi escuchar a Ben declarar, con enorme perplejidad: Despus, cuando hicimos el amor, fue la relacin ms apasionada de cuantas tuvimos. Fue increblemente intensa y excitante. No entiendo por qu. Entretanto Stacy, todava llorando, asenta con la cabeza. La razn de que su relacin sexual fuera tan excitante fue que se dio en el contexto intensamente afectivo de una crisis de celos. Tanto para Ben como para Stacy la seguridad en una relacin en la que ambos estaban comprometidos haba sufrido un fuerte golpe. La percepcin que tenan de s mismos y del otro cambi repentinamente. Ben, que hasta ese momento se perciba a s mismo como una persona no celosa, experiment muchas de las emociones asociadas con los celos: ira, envidia, rivalidad, traicin, miedo a la prdida y a resultar excluido. Stacy, que hasta ese momento se perciba a s misma como la que tena el problema de celos, no slo se sinti identificada con el sufrimiento de Ben sino que adems vivi la experiencia para ella nueva, intensa y excitantes de ser deseada por dos hombres atractivos. La historia de Ben y Stacy no es poco comn. He visto muchos casos similares en los cuales uno de los miembros de la pareja insista en abrir la relacin porque el sexo se haba vuelto aburrido, pero que se escandalizaba y se pona celoso cuando el se involucraba realmente con otra persona. Para sorpresa de ambos, la dolorosa conmocin contribua a revivir la pasin sexual en la relacin de la pareja. El sexo apasionado depende de la excitacin afectiva, y los celos, como bien sabemos, pueden ser sumamente excitantes en el plano afectivo. Sin embargo, los celos no siempre desembocan en sexo apasionado. La persona celosa puede sentir terror ante la perspectiva de perder la relacin, y la angustia es la anttesis de la pasin. Esto es lo que tiende a ocurrir cuando los celos son un problema crnico en la relacin. Cuando una relacin est fuertemente arraigada en sentimientos de confianza y seguridad, una crisis de celos temporaria puede recordarles a ambos miembros de la pareja cun importantes son el uno para el otro. Para aquellos que dan por descontado el amor del otro, o cuya relacin se ha tornado aburrida y anodina, los celos pueden restituir a la relacin el lugar de prioridad nmero uno para la pareja. Aun cuando estos cambios estn asociados con el lado negativo de los celos pueden intensificar los sentimientos entre los miembros de la pareja y mejorar as la experiencia sexual. Por otra parte, cuando los celos son un problema que se prolonga en el tiempo amenazan la urdimbre de seguridad y confianza sobre la que se funda una relacin. Un ejemplo es un matrimonio en el que el esposo dice que ama a su esposa pero tiene permanentemente amoros extramatrimoniales. La esposa reacciona a los amoros con berrinches de celos pero sigue en el matrimonio. Lo mejor que puede pasar con este tipo de problema de celos es que se convierta en una ocasin para analizar la relacin y el papel que cada miembro juega en ella: Por qu eligi casarse con alguien que est interesado en otras personas? Por qu se queda en una relacin que no satisface sus necesidades? Acaso satisface otras necesidades, por ejemplo la de vivir en una situacin continuamente
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dramtica? Este tipo de autoanlisis, como vimos en la seccin anterior, es ms beneficioso si conduce a una accin constructiva. La pregunta que importa plantearse es: Qu puede hacer uno para cambiar las cosas?
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estudiante de su curso. Senta que este hombre, a diferencia de Alan, era su igual. Compartan metas semejantes y poda hablar con l de cosas de las que nunca haba podido hablar con Alan. Alan se sinti terriblemente herido por el amoro de Linda y reaccion ponindose tremendamente celoso. El amoro fue particularmente doloroso para l porque le arrebat lo que le resultaba ms gratificante en el amor de Linda: el hecho de que lo aceptara como un igual. El amante de Linda era alguien con quien Alan se sen ta incapaz de competir; senta que no era ni bastante hombre ni bastante compaero para ella. Aquello haba cortado las alas que el amor de Linda le diera. Ahora ella comparta con otro lo que l consideraba una intimidad an mayor que la que tena con l: la intimidad de las mentes. El dolor que Alan senta era insoportable. Para ayudarse a superar el dolor Alan empez a ir a jugar al tenis varias veces por semana. Su apostura y su notable destreza lo convirtieron en un compaero de juego deseable. Despus del tenis, el grupo sola ir a una cafetera cercana. Alan se descubri conversando con las atractivas mujeres con las que haba estado jugando tenis. A diferencia de Linda, estas mujeres parecan apreciarlo, compartir sus valores y disfrutar de su compaa. No tard demasiado en enredarse sexualmente con una de ellas, y despus con otras dos ms. Estas relaciones, de carcter predominantemente sexual, le devolvieron la confianza en s mismo. Ahora le tocaba a Linda experimentar el dolor de los celos. Para entonces su propio amoro haba terminado. Su compaero de estudios haba retomado una relacin compro metida con otra mujer; su amoro con Linda result ser mera diversin. Linda estaba destruida. Haba fracasado con un hombre que era su igual. Esto reforz su creencia en que cualquiera a quien ella considerara deseable a la larga no la querra. Aoraba la seguridad que le daba el amor de Alan, pero ahora Alan estaba prodigndoles su amor a otras mujeres. Linda no poda soportarlo a pesar de que consideraba que esas mujeres eran unas estpidas. Los celos de Linda estaban focalizados en lo ms importante que el amor de Alan le procuraba, aquello cuya posible prdida era lo que ms temor le inspiraba ahora: el sentimiento de pisar terreno seguro. Si perda el amor de Alan no valdra la pena seguir viviendo. Linda se entreg a cortejar otra vez a Alan, apelando a todos los encantos que saba que lo atraeran. Alan estaba encantado, y feliz de volver a estar con ella. Sus encuentros con mujeres que eran menos liberadas que Linda, sin embargo, le hicieron tomar conciencia de que necesitaba un hogar: no el tipo (le hogar que le proporcionaba Linda, sino un hogar verdadero y completo con una comida caliente esperndolo al volver del trabajo. Decidieron contratar un ama de llaves a quien le facilitaran como vivienda una de las habitaciones libres a cambio de que limpiara y cocinara. Esa ama de llaves fue Gail. Gail era nueva en la ciudad y prcticamente no tena un centavo. El arreglo al que haba llegado con Alan y Linda, que le aseguraba un techo adems de trabajo, le pareci ideal. Era una mujer trabajadora, y las tareas de limpieza y cocina que el puesto requera no eran ningn problema para ella. El nuevo arreglo funcion de maravilla para todos. Alan senta que ahora la casa era un verdadero hogar. Le gustaban tanto lo que Gail cocinaba como su pulcritud. Algunas noches en las que Linda se quedaba a estudiar en la biblioteca, l y Gail se sentaban a la mesa de la cocina y conversaban. Gail, que tena una historia de relaciones problemticas con los hombres, descubri que Alan se le asemejaba. Se hicieron buenos amigos. Al igual que Alan, Linda apreciaba tener una casa limpia y ordenada y encontrarse siempre con magnficos manjares. Ella y Gail tambin se estaban haciendo buenas amigas. Los tres parecan estar contentos y felices con el arreglo, que se cancel slo porque Gail decidi que haba llega do el momento de regresar a su ciudad natal. Tras la partida de Gail, Alan y Linda descubrieron que su presencia haba estado ocultando un creciente alejamiento entre ellos. Linda volvi a quejarse de las carencias intelectuales de Alan, y Alan volvi a sentir que ste no era el hogar que l deseaba tener. Decidieron una separacin a prueba y Linda se mud a un apartamento del mismo edificio. A pesar de la separacin siguieron vindose. Cuando Linda decidi un viaje de una semana para asistir a una convencin profesional, Alan resolvi abandonar l tambin la ciudad. Result que los parientes a quienes se propona visitar vivan muy cerca de la ciudad natal de
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Gail, de modo que la llam por telfono y le propuso que se encontraran. El encuentro fue ms emotivo y movilizador que lo que ninguno de los dos se figuraba. Ambos descubrieron cunto significaban realmente el uno para el otro. Alan le cont a Gail que l y Linda se haban separado y contemplaban seriamente la posibilidad de divorciarse. Gail se haba cuidado de no expresar lo que senta por Alan por lealtad a Linda: despus de enterarse de los planes de divorcio dio rienda suelta a sus sentimientos. Lo que no haba ocurrido en todo aquel tiempo durante el cual haban vivido bajo el mismo techo ocurri ahora: se hicieron amantes. Alan sinti que esta vez haba encontrado una mujer verdaderamente perfecta para l. Eran muy parecidos. Se senta cmodo, a gusto, y todo era muy diferente de aquella eterna lucha en la que se debata su matrimonio. Gail, por su parte, tambin senta que haba encontrado su alma gemela. A diferencia de los hombres que haba conocido en el pasado, Alan era un amigo y un alma gemela. Poda hablar con l. Poda confiar en l. Y ahora que l y Linda estaban separados poda permitirse sentir pasin por l, algo que nunca antes se haba permitido experimentar. Alan le dijo a Linda que quera el divorcio, y que Gail ira a vivir con l apenas regres del viaje. Linda, que haba estado buscando un compaero ms apropiado para ella, se sinti invadida por los celos. Fue el padecimiento ms terrible, devorador y doloroso que experiment en su vida. Se senta traicionada por Alan y por Gail. Llam a Gail por telfono y entre sollozos y gritos le dijo: Cmo puedes hacerme esto a m? Y yo que crea que eras mi amiga!. No es algo que hice yo, le respondi Gail. De todos modos t ibas a divorciarte de Alan. Yo no tuve nada que ver con los problemas entre ustedes dos. La brutalidad de la agresin verbal de Linda fortaleci an ms la decisin de Gail de permanecer en la relacin con Alan. Linda no tena consuelo. No poda aceptar que haba perdido a Alan a manos de una mujer a quien quera y en quien confiaba. Lloraba sin parar, y estaba dispuesta a pro- meterle a Alan lo que quisiera. Lo amenaz: No los dejar en paz. No los dejar hacer el amor. Me voy a parar frente a la ventana, voy a gritar, voy a tirarles piedras. Cuando Gail aparezca le voy a destrozar la cara. Alan fue paciente y comprensivo. Cuando ella lloraba, l la abrazaba. Sin embargo, se mantuvo firme en su decisin de darle una oportunidad a la relacin con Gail. En el camino del aeropuerto a la casa Alan empez a hablarle a Gail de casamiento y de hijos. Gail tuvo que frenarlo y recordarle que antes de decidir que iban a tener una familia deban averiguar si podan vivir juntos como pareja. Pero el entusiasmo de Alan era contagioso. El idilio entre Alan y Gail fue ms breve que lo que nadie habra podido anticipar. Casi inmediatamente despus de que se instal en casa de Alan, Gail sinti un cambio de actitud en l. Al principio trat de ignorarlo, pero pronto la situacin se tom intolerable y el enfrentamiento inevitable. Qu te est pasando?, pregunt ella, temerosa de or la respuesta. Esto no est funcionando para m. No es como me figur que sera, replic Alan. Cmo puedes decir eso si no he estado aqu ms que dos das?, dijo Gail. Tienes que darnos una oportunidad para hacerlo funcionar. Lo siento. Creo que todo esto es una gran equivocacin, dijo Alan sin alterarse, y se march. Gail se derrumb. Esto era una pesadilla hecha realidad. Esto era exactamente lo que la haba hecho evitar las relaciones con hombres hasta ese momento. Cmo haba permitido que Alan perforara sus defensas? Por qu pens que el ser almas gemelas poda garantizar algo? Qu iba a hacer? No poda volver a su casa, sera demasiada humillacin. No poda quedarse. Tal vez sera mejor terminar con todo de una buena vez. La vida no mereca la pena de ser vivida con tanto dolor. Cuando son el telfono Gail vacil, pero pensando que Alan podra haber cambiado de opinin otra vez, levant el tubo. Era Linda. Gail haba llamado a Linda por telfono varias veces des de su llegada. Le haba dejado mensajes en la casa y en la facultad, pero Linda no le haba devuelto las llamadas. Ahora, en el momento de su mayor desesperacin, estaba en la lnea.
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Linda saba lo que estaba pasando porque Alan le haba contado el vuelco de su corazn al minuto de que ocurriera. Ahora que tena otra vez a Alan, poda permitir- se ser comprensiva con el sufrimiento de Gail. Conoca ntimamente ese sufrimiento. Las dos mujeres comenzaron a hablar. Una vez que empezaron les result difcil parar. Las dos tenan tanto de qu hablar, haba tanto que necesitaban decirse y aclararse... De pronto Linda dijo: Tengo libre este fin de semana. Qu te parece si nos vamos a esquiar? Sera una buena ocasin para charlar de todo lo que nos preocupa. Gail no poda imaginar nada mejor. En el hotel, Linda y Gail pudieron cambiar impresiones. Qu le haba dicho Alan a Gail para convencerla de que su relacin con Linda era cosa del pasado? Qu le haba dicho a Linda en ese preciso momento para mantenerla atada a l? Dos mujeres haban sido traicionadas por el mismo hombre deshonesto e indigno: y pensar que casi logra ponernos una contra la otra. Llevadas por la excitacin que les provocaba la recuperacin de su amistad y la experiencia de compartir el dolor que cada una haba sentido, comenzaron a ponerse efusivas. En la atmsfera romntica del hotel, los abrazos, las caricias y los besos fueron volvindose cada vez ms apasionados. Finalmente, hicieron el amor. Para ambas, aquella fue su primera relacin sexual con una mujer. El amor que Gail senta por Linda no lo haba sentido nunca antes por ninguna otra persona. Nunca se haba abierto a un hombre en la forma en que lo haba hecho con Linda. Nunca se haba sentido tan comprendida. Adoraba a Linda. Quera cuidarla. Se fue a vivir con ella y comenz otra vez a limpiar el apartamento y a cocinarle sus platos favoritos. Si Linda quedaba agotada por su jornada de trabajo en los tribunales, Gail iba a buscarla con el coche y la llevaba de regreso a casa. Mientras esto ocurra, los celos consuman a Alan, que comenz a hacer lo que Linda y Gail describieron como locuras. Apareci en el apartamento de Linda despotrican do, arroj ropa de ella por la ventana y las insult a los gritos dicindoles que eran unas guarras sucias y asquerosas. Ahora le tocaba a l sentirse traicionado, rechazado y abandonado por dos mujeres que amaba y a quienes consideraba sus mejores amigas. Pero tambin senta que estaba compitiendo contra algo que lo superaba, que no alcanzaba a comprender. Slo los perversos hacan el tipo de cosas que Linda y Gail estaban haciendo. Cmo era posible? Cmo podan hacrselo a l? Aunque lo sentan por Alan, Linda y Gail se sentan unidas en su condicin femenina frente a este hombre al que ambas haban amado, en quien haban confiado y por quien se sentan traicionadas. La alegra de compartir su amor, sus sufrimientos y su poder como mujeres aliment la relacin de Linda y Gail por un tiempo. De todos modos, aquello no constitua una base suficiente para una relacin a largo plazo, sobre todo para Linda. Pronto comenz a aorar la seguridad que le brindaban los brazos de Alan. Los brazos de Gail no eran lo suficientemente fuertes para hacerla sentirse segura, para conjurar sus te mores e inseguridades. Finalmente, Linda volvi con Alan. Ahora Gail se enfrentaba otra vez a la experiencia de los celos. En esta ocasin no estaba celosa de Linda porque sta tuviera a Alan, sino de Alan porque tena a Linda. La prdida del amor de Linda fue para ella mucho ms dolorosa que la prdida del amor de Alan. Gail nunca se haba permitido ser tan vulnerable con un hombre como lo haba sido con Linda. La prdida fue devastadora. Aunque se mostr solidaria y comprensiva con Gail, Linda tena claro que lo que ms quera era que su matrimonio funcionara. Con el transcurso del tiempo descubri que se le haca cada vez ms difcil manejar el sufrimiento y la dependencia emocional de Gail. Le sugiri que iniciara una terapia y le ofreci ayuda para pagar el tratamiento. En el curso de la terapia, Gail logr comprender su obsesin por Linda y las razones que explicaban por qu sus relaciones con los hombres eran tan problemticas. Un ao y medio despus se fue a vivir con otra mujer, con quien tiene ahora una relacin satisfactoria. Sin embargo, todava se senta profundamente apegada a Linda y quera ser parte de su vida. Cuando Linda tuvo su beb, Alan, el mdico y Gail estuvieron con ella en la sala de partos.
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Alan, por su parte, lleg a comprender el impacto que su falta de educacin formal tuvo sobre su imagen de s mismo y sobre su relacin con Linda, y decidi inscribirse en la universidad, algo con lo que haba soado toda la vida.
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era mucho ms poderosa para Gail que para Linda, porque Alan, con quien Linda tena una relacin similar, era fsicamente ms fuerte y ms capaz de hacerla sentirse segura. Cuando Linda volvi con Alan, los celos de Gail se centraron en la prdida del vnculo ntimo que las dos haban compartido. Estaba segura de que nunca ms volvera a establecer un vnculo de esta naturaleza. Con el tiempo descubri que si bien no poda establecer un vnculo as con un hombre poda tenerlo con otra mujer. El anlisis psicodinmico de la relacin entre Alan, Linda y Gail pone el acento en las necesidades inconscientes que sus respectivos celos hacen surgir y en las experiencias infantiles que estn en las races de sus celos y su amor. La consideracin de los celos como una cuestin de pareja (en sus tres permutaciones) es un ejemplo del enfoque sistmico. En el caso de Linda y Alan, por ejemplo, se enamoraron porque cada uno representaba una parte que al otro le faltaba (Linda era las alas de Alan, y Alan las races de Linda). Con el tiempo, no obstante, la parte que al otro le faltaba se convirti en una fuente de repetidos conflictos. Cada uno quera lo que el otro menos estaba en condiciones de darle: Linda quera que Alan llegara a ser ms intelectual, y Alan quera que ella se dedicara menos a su carrera. Cuando Alan y Linda reconocieron este patrn destructivo pudieron trabajar en el desarrollo de las partes que a cada uno le falta ban. A Linda, la maternidad le procur una oportunidad particularmente gratificante de desarrollar sus races. A Alan, la posibilidad de asistir a la universidad le dio una oportunidad de desarrollar sus alas. Una vez que se entregaron a desarrollar sus partes faltantes ya no dependieron del otro para procurrselas. Desde el punto de vista sociobiolgico, las diferencias entre las relaciones de Linda con Gail y con Alan ilustran la diferencia caracterstica entre la reaccin masculina a los celos y la femenina. Cuando los celos se apoderaron de ellas, Gail y Linda se sintieron devastadas y reaccionaron con tentativas desesperadas orientadas a salvar la relacin. La reaccin de Alan, en cambio, fue la tpicamente masculina: con furia y agresividad, protegiendo a su yo ms que a la relacin. Para la perspectiva psicosocial, la necesidad del tro de relaciones mongamas exclusivas refleja el valor norteamericano de la monogamia. En otra cultura, el tro podra haber encontrado una solucin bajo la forma de una familia triangular. En una sociedad polgama Alan podra haberse casado con Linda y con Gail. Los celos son una reaccin culturalmente aceptada a muchas de las situaciones narradas en esta historia. Ninguna de las reacciones de celos descritas habra ocurrido en una cultura como la de todas. Para volver a la definicin de los celos que propuse antes, pienso que la mayora de los lectores estarn de acuerdo en que cada vez que Alan, Linda y Gail experimentaron celos, cada uno estaba reaccionando a lo que perciba como una amenaza que se cerna sobre una relacin que ellos valoraban. Los celos, como lo ilustra esta historia, son una respuesta compleja sometida a muchas influencias: experiencias infantiles, la dinmica propia de las relaciones, respuestas aprendidas, normas culturales y diferencias propias de cada uno de los sexos.
Post Scriptum
La crisis de celos le ense a Linda a no dar por des contado el amor de Alan, y tambin le aport un incentivo para comprometerse con la relacin: ambos, efectos positivos. Si bien su matrimonio nunca haba sido anodino, los celos le aportaron tanta excitacin que una vez que la crisis pas tanto Linda como Alan estuvieron en condiciones de disfrutar un poco de paz y tranquilidad. Puesto que ya no necesitaban los celos para que la vida fuera ms interesante, Linda y Alan se adentraron en un perodo relativamente sereno para la relacin. En lugar de apelar a los celos para alimentar su pasin e intensificar las emociones en su relacin, pudieron concentrar las energas en su pequeo hijo y disfrutar, por lo tanto, de algo positivo y prometedor. Alan es un padre afectuoso que hizo la cuna del beb y sus primeros juguetes con sus propias manos. Linda valora la ayuda y la dedicacin de Alan. Ella tambin adora a su hermoso nio y ha descubierto que puede ser una buena madre. Par Linda la maternidad es una experiencia rica y gratificante Al ocuparse activamente de su problema de celos, Alan y Linda tomaron conciencia de sus respectivas necesidades y vulnerabilidades. Los dos estn haciendo grandes esfuerzos para actuar con sensibilidad frente a estas necesidades. Aun que no siempre lo logran, la atmsfera que reina en su pequea familia es en general de calidez y amor. Linda lo sintetiza as: Todo esto nos ense a Alan y a m cuan importantes somos el uno para el otro. Decidimos dejar de lastimarnos y simplemente gozar de todo lo bueno que tenemos. Y eso es lo que hacemos
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Gail, que comenz una terapia como consecuencia de la crisis de celos, ha hecho importantes descubrimientos acerca de s misma que le han posibilitado vivir una vida ms sincera y satisfactoria. Como mujer introvertida que creci en una familia obrera, el anlisis de s misma era algo que antes nunca haba contemplado como posibilidad. La terapia le dio la oportunidad de examinar su relacin con Linda y de descubrir las races de su problema para relacionarse con los hombres. De no haber sido por la crisis suscitada por sus celos, probablemente habra seguido evitando este proceso doloroso pero en ltima instancia provechoso para ella. Puesto que ya no perciba a Gail como una amenaza a su relacin con Linda, Alan no objet su presencia en la vida de ambos. Con el tiempo, recuper parte de los clidos sentimientos que Gail le inspirara. Linda sigue manteniendo una estrecha amistad con Gail. No fueron los celos en s mismos los que provocaron estos cambios positivos en Alan, Linda y Gail. Los cambios se produjeron por la forma en que hicieron frente a sus celos. En lugar de tratarlos como una experiencia traumtica de la que tenan que desembarazarse lo ms pronto posible los aprovecharon como una oportunidad para crecer.
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http://www.inteligencia-emocional.org/cursos-gratis/celos/index.htm
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