Fundamentacion Tecnologica
Fundamentacion Tecnologica
Fundamentacion Tecnologica
OBJETIVOS
Dotación e infraestructura
Naturaleza de la
Tecnología
Primero a Tercero
Cuarto y Quinto
Sexto y Séptimo
Octavo y Noveno
Decimo y Once
COMPETENCIA & DESEMPEÑO
Los proyectos pedagógicos realizados en el aula, las salidas de campo, la visita de
expertos y la experimentación con diversos elementos y artefactos de la realidad local,
contribuyen a la construcción de conocimientos integrados, motivan la imaginación de
los estudiantes y crean condiciones de aprendizaje significativo. PISTAS PARA
MAESTROS EXPLORADORES E INNOVADORES
Proyectos transversales en todas las áreas Dado que la tecnología está presente en
los diferentes contextos de la actividad humana, las niñas, los niños y los jóvenes tienen
la oportunidad de aproximarse crítica y creativamente
Ferias de la ciencia y la tecnología . En estos espacios de encuentro y divulgación de
proyectos escolares, los estudiantes pueden sentirse interesados por un aspecto de la
tecnología como objeto de estudio. Las ferias pueden ser el primer escenario para
estimular y compartir la creatividad de nuestras nuevas generaciones.
Análisis de situaciones sociales y naturales. Las situaciones del entorno relacionadas
con la tecnología, son fuentes de reflexión y aprendizaje muy valiosas para identificar
sus efectos en el mejoramiento o el deterioro de la calidad de vida de los miembros de la
comunidad local, del país y del mundo .
FUNDAMENTACION FILOSOFICA
3. La idea del ser: "la capacidad de captar el ser". La idea del ser sólo puede ser innata,
necesaria y universal, no procede de las sensaciones; no deriva de la idea del "yo", que
es idea de un ser particular; no es producto de abstracción; no proviene de espíritu
finito, que no puede producir un objeto universal; y, no es creada por Dios en el acto de
percepción.
4. La realidad: (que para Hegel era producida), se manifiesta en el ser ideal, real y
moral. Un árbol existente es el ser real; un árbol pensado es el ser ideal; ambos
relacionados. Gnoseológica y lógicamente el ser ideal tiene primacía; ontológicamente,
la primacía pertenece al ser real, pues tenemos ideas porque existen cosas.
CONTENIDO
"La verdad no es una meretriz que se eche al cuello de quien no la quiera: posee una
belleza tan altiva que ni siquiera aquel que lo sacrifica todo a ella, puede estar seguro de
obtener sus favores" Schopenhauer.
1. DIAGNÓSTICO
Tal procedimiento de enseñanza de ayer y hoy, recuerda las críticas al saber libresco
formuladas: 1) por Francisco Rabelais (1494-1553) en la novela Gargantúa y
Pantagruel, pues el gigante Gargantúa había recibido una educación puramente
mnemónica y verbal y se había convertido en un inepto mamarracho medio imbécil, y
2) por Michel de Montaigne (1533-1592) quien condenó a cuantos concebían la
educación como el arte de amueblar el cerebro y rellenar la memoria. Hoy, no es posible
llenar los oídos de los escolares con enseñanzas librescas, que embotan la cabeza de
cada estudiante, que no ejercitan la actividad del discípulo, ni sus fuerzas espirituales, ni
menos les orientan para que ellos descubran, por sí mismos, las cosas que se les enseña.
2. FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS
Si distinguimos que una cosa es la "luz" de la mente y otra la mente que razona,
entenderemos que el razonar es obra del hombre que aplica el ser ideal al ser real, es
decir, es búsqueda humana que implica una responsabilidad totalmente personal sobre el
éxito de la investigación. Y si recordamos que el realismo, la idealidad y el moralismo
son las constantes esenciales en la historia del pensamiento, podremos establecer como
fundamentos filosóficos, los siguientes:
3. La idea del ser: es "la capacidad de captar el ser" donde quiera que esté, es "la luz de
la razón" connatural al hombre y quien (durante los esfuerzos y los riesgos de su
búsqueda) aplica al material que le ofrece su experiencia de la realidad; es la forma del
conocimiento, es decir, el elemento constante que forma parte de todas nuestras
cogniciones. Pero, ¿cuál es su origen?; por el camino de la exclusión, se demuestra que
la idea del ser sólo puede ser innata, necesaria y universal, pues: 1º no procede de las
sensaciones, que únicamente nos ponen en contacto con contenidos particulares y
contingentes; 2º no se deriva de la idea del "yo", porque tal idea (al igual que las demás)
es la idea de un ser particular; 3º no es un producto de la abstracción o la reflexión, ya
que dichas operaciones consisten en analizar y distinguir aspectos particulares de cosas
que ya existen; 4º no proviene del espíritu de un sujeto finito, porque un sujeto finito no
puede producir un objeto universal; y, 5º no es creada por Dios en el acto de la
percepción, porque Dios quedaría reducido a servidor de los hombres en cada acto de
conocimiento.
Por tanto, la idea del ser o "ser ideal", es la forma de la mente y la luz de la razón.
Entonces, todo conocimiento es la síntesis de dos elementos: la forma (que es la Idea del
ser, indeterminado) y la materia (ofrecida por la experiencia sensible, que traza las
determinaciones del ser). Pero, al preguntarse: ¿Cómo es que todos los hombres
conocen la idea del ser, desde que nacen? Agustín de Hipona, san Buenaventura,
Rosmini, entre otros, respondieron que, por disposición eterna de Dios y con carácter
innato, todos los hombres poseen aquella idea de ser que actúa como fundamento de sus
conocimientos específicos.
Y Dante Morando afirma que "al igual que la fuente de la luz no es luz, al igual que el
maestro no es la doctrina que enseña, del mismo modo el ser ideal no es Dios. Dios es el
ser real por excelencia, mientras que el ser presente en la mente desde nuestro
nacimiento es el ser ideal, que sólo posee una existencia mental. Empero, puede decirse
que es divino, en el mismo sentido en que se dice que la verdad es divina, porque posee
los caracteres de necesidad y universalidad, que sólo convienen adecuadamente a Dios y
que únicamente proceden de él" (citado por Giovanni Reale, 1992).
4. La realidad: la realidad es conocida por el ser ideal (no producida, como decía
Hegel). Pensar el ser en un modo universal, quiere decir pensar aquella cualidad que es
común a todas las cosas, sin prestar la mínima atención a las demás cualidades
genéricas, específicas o propias. Los modos fundamentales del ser son: el ideal, el real y
el moral. Un árbol realmente existente es el ser real; un árbol pensado es el ser ideal;
pero ambos están relacionados, porque el ser ideal es el medio para conocer el ser real.
Gnoseológica y lógicamente el ser ideal tiene primacía (llegamos a las cosas desde las
ideas); pero ontológicamente, la primacía pertenece al ser real, pues tenemos ideas
porque existen cosas.
Además, si los seres no son el ser, sino que solamente lo tienen, ellos no se lo dan, sino
que lo reciben, consecuentemente, también ellos presuponen la existencia de un Ser
Supremo. Y el orden metafísico es: 1º Ser Supremo, Ser absoluto; 2º ser ideal, que el
Ser Supremo abstrae autocontemplativamente de sí, y participa a todo entendimiento
humano, desde el nacimiento, como idea de ser indeterminado; 3º ser real, realidad
objetiva creada; y, 4º el ser moral, cuya competencia es adecuar la realidad (que es
limitada y finita) a la idealidad del ser (que es infinita) y armonizar los dos modos de
ser: ideal y real. En la moralidad, el sujeto concreto (real) tiende a la perfección ideal
del ser universal.
La naturaleza humana es la integración que resulta del alma y del cuerpo personalmente
unidos. El alma es ese principio que tiene el sentido del propio cuerpo y del ser, por
tanto, sensitivo e intelectivo a la vez; sujeto de sensibilidad y sujeto racional en cuanto
aplica el ser ideal a las sensaciones. El alma se siente ante todo a sí misma, y está
siempre toda idéntica en la sucesión de las diversas operaciones. Cuando la conciencia
de sí se une a la vida espontanea e inconsciente del alma, se define como yo
(autoconciencia). El yo es la sustancia inteligente, en cuanto autoconsciente.
3. CONSECUENCIA PEDAGÓGICA
Por tanto, el verdadero humanismo (en educadores y pedagogos) debe poseer vivo el
sentido de la necesidad de injertar la visión cristiana de la vida en el tronco de la virtus
griega, lo que precisamente implica la búsqueda de una educación personal con una
impronta profundamente moral y nítidamente religiosa.