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ROSA 2B BIOQ. EXA. Prototipo

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• FASE INTESTINAL. Esta fase tiene dos partes, la excitatoria y la inhibitoria.

Los alimentos parcialmente digeridos llenan el duodeno. Esto desencadena


la liberación de gastrina intestinal. El reflejo enterogástrico inhibe el núcleo
vago, activando las fibras simpáticas causando que el esfínter pilórico se
apriete para prevenir la entrada de mas comida e inhibiendo los reflejos.
• ¿Qué se entiende por digestión? La digestión es el proceso mediante el cual
los alimentos y bebidas se descomponen en nutrientes. Durante todo el
proceso de transformación, que ocurre por hidrólisis, participan numerosas
enzimas. Los nutrientes se usan para fuente de energía. Formar y mantener
células. Alimentar las células para que ocurra. Este proceso se dan dos tipos
de digestiones. Digestión mecánica: La realizan los dientes y la musculatura
del tubo digestivo y en este proceso se rompen en trozos pequeños los
alimentos. Se rompen los enlaces intermoleculares débiles. Digestión
química: Se produce gracias a la saliva, los juegos gástricos y otras
secreciones digestivas que contienen enzimas. Se rompen los enlaces
intermoleculares fuertes.
• Cuáles son los sistemas, órganos o tejidos que participan de la digestión
como están constituidos, y cuáles serían sus funciones de forma particular:
El proceso de digestión en los humanos consta de numerosas etapas e
intervienen numerosos órganos. Inicio digestión: El alimento llega a la boca
y se forma el bolo alimenticio. En su formación actúan los molares y las
glándulas salivales. El bolo viaja hacia la faringe y luego hacia el esófago.
Esófago: El esófago empuja el bolo alimenticio hacia el estómago gracias a
los movimientos peristálticos.
• Estómago: Mediante la acción muscular y los jugos gástricos producidos en
el estómago el bolo se deshace y se inicia la formación del quimo
• Glándulas digestivas: El hígado y el páncreas segregan sustancias (enzimas)
que ayudan a descomponer los alimentos.
• Intestino delgado: El quimo, la bilis y los jugos digestivos llegan al intestino
delgado, aquí se produce la transición del quimo en nutrientes.
• Intestino grueso: Los alimentos que no se han aprovechado se transforman
en heces y son eliminados por el ano.
• Describa la constitución anatómica de los órganos del sistema digestivo. El
aparato digestivo es un conjunto de órganos que tienen como misión
fundamental la digestión y absorción de nutrientes. Para lograrlo, es
necesario que se sucedan una serie de fenómenos a lo largo de las diferentes
partes que lo constituyen. Debemos distinguir entre el tubo digestivo en sí
mismo y las llamadas glándulas anexas.
• Tubo digestivo: El tubo digestivo está formado por la boca, la faringe, el
esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso o colon. En
cada una de estas partes del tubo digestivo tienen lugar los diversos eventos
que permitirán la digestión y la absorción de los alimentos ingeridos.
• Boca: Cavidad que se abre en la parte central e inferior de la cara y por la
que se ingieren los alimentos. En la boca encontramos la lengua y los
dientes. Es aquí donde vierten su contenido las glándulas salivales y tienen
lugar la masticación y salivación de los alimentos. Con la salivación y los
fermentos digestivos que contiene la saliva (amilasa salival) se inicia la
digestión de los alimentos, formándose el bolo alimenticio. Después de estos
procesos se produce la deglución del bolo alimenticio, que es el proceso
mediante el cual éste pasa de la boca y faringe al esófago.
• Faringe: Se comunica con la boca por la parte anterior, y por la parte posterior
con la laringe, de la que está separada por la epiglotis, y con el esófago, al
que derrama el bolo alimenticio.
• La deglución implica una gran coordinación neuromuscular a nivel de la
faringe. Los defectos en estos mecanismos pueden producir el paso de
alimentos a las vías respiratorias o en la nariz, en vez de pasar al esófago.
• Esófago: Conducto muscular de 18 a 26 centímetros de longitud que recoge
el bolo alimenticio una vez terminada la fase bucofaríngea de la deglución.
Mediante una serie de movimientos contráctiles de la pared del esófago, el
bolo alimenticio sigue su curso hacia el estómago. Por lo tanto, el esófago
sólo participa en la progresión ordenada del alimento.
• Estómago: El estómago es una dilatación en forma de J del tubo digestivo,
que se comunica con el esófago a través de los cardias, y con el duodeno a
través del píloro. Ambos, cardias y píloro, funcionan como una válvula que
regula el paso del alimento. El estómago funciona, principalmente, como un
reservorio para almacenar grandes cantidades de comida recién ingerida,
permitiendo así ingestiones intermitentes. El paso del contenido gástrico al
duodeno, que tiene una capacidad volumétrica muy inferior, se produce de
forma controlada por el efecto del píloro.
• En el estómago se encuentran diferentes tipos de células que participan en
la secreción del jugo gástrico. El jugo gástrico contiene ácido clorhídrico y
pepsina, responsables de la digestión gástrica del bolo alimenticio.
• Además, el estómago facilita la trituración de los alimentos y su mezcla con
el jugo gástrico, debido a los movimientos de contracción de sus paredes.
Posteriormente, se produce el vaciamiento hacia el duodeno.
• Una vez mezclado con los jugos gástricos, el bolo alimenticio pasa a llamarse
quimo.
• Intestino Delgado: Conducto de 6 a 8 metros de largo, formado por tres
tramos: Duodeno, separado del estómago por el píloro, y que recibe la bilis
procedente del hígado y el jugo pancreático del páncreas, seguido del
yeyuno, y por la parte final llamada íleon. El íleon se comunica con el intestino
grueso o colon mediante la válvula ileocecal.
• En el intestino delgado continúa la digestión de los alimentos hasta su
conversión en componentes elementales aptos para la absorción; y aquí
juega un papel fundamental la bilis, el jugo pancreático (que contiene
amilasa, lipasa y tripsina) y el propio jugo intestinal secretado por las células
intestinales. Una vez mezclado con estas secreciones, el quimo pasa a
llamarse quilo.
• Las paredes del intestino delgado tienen también capacidad contráctil,
permitiendo la mezcla de su contenido y su propulsión adelante.
• Una vez los alimentos se han escindido en sus componentes elementales,
serán absorbidos. En el intestino delgado se absorben los nutrientes y
también sal y agua. La absorción es un proceso muy eficiente: menos del 5%
de las grasas, hidratos de carbono y proteínas ingeridas se excreta en las
heces de los adultos que siguen una dieta normal. La digestión de las grasas
(lípidos) dela dieta se produce por efecto de las lipasas, originándose
entonces los triglicéridos y fosfolípidos, que se absorben en el yeyuno. Para
que se produzca este proceso, es necesaria la contribución de las sales
biliares contenidas en la bilis. Los hidratos de carbono (almidones, azúcares,
etc.) son digeridos mediante las amilasas salival y pancreática, las
disacaridasas, formándose monosacáridos que son absorbidos en yeyuno /
íleon. Finalmente, la digestión de las proteínas mediante pepsinas y
proteasas (tripsina) da lugar a los péptidos y aminoácidos, absorbidos
también en yeyuno / íleon.
• Colon: Estructura tubular que mide aproximadamente 1,5 m en el adulto. Se
encuentra unido al intestino delgado por la válvula ileocecal y concluye en el
ano. El colon presenta una forma peculiar debido a la existencia de unas
bandas longitudinales y contracciones circulares que dan lugar a unos bultos
llamadas haustras. En el colon distinguimos varias porciones: la primera
porción, el ciego, más ancho que el resto, encontramos el apéndice; el colon
ascendente, que se extiende desde el ciego hasta el ángulo o flexura
hepática; a este nivel el colon gira y cambia de dirección, llamándose colon
transverso. A nivel del bazo encontramos el ángulo esplénico donde el colon
vuelve a cambiar de dirección y pasa a llamarse colon descendente. A nivel
de la pelvis pasa a llamarse colon sigmoide o sigma, en forma de S, con una
mayor movilidad y tortuosidad, y que corresponde a la porción más estrecha
del colon. Finalmente, llegamos al recto, que termina en el conducto anal,
donde tiene lugar la expulsión de las heces en el exterior.
• Cada día llegan al colon entre 1200 y 1500 ml de flujo ileal, y entre 200 y 400
ml son excretados al exterior en forma de materia fecal. La función del colon
es almacenar excrementos durante periodos prolongados de tiempo, y
mezclar los contenidos para facilitar la absorción de agua, sal y ácidos grasos
de cadena corta. Estos últimos se producen durante la fermentación de los
restos de nutrientes no absorbidos en el intestino delgado, mediante las
bacterias de la flora bacteriana colónica, y son indispensables para la
integridad y buena salud de las células del colon.
• Los movimientos contráctiles del colon, o motilidad del colon, presentan
patrones diferentes para cada una de las funciones fisiológicas, y regulan la
capacidad de absorción de líquidos. Por ejemplo, el colon tiene la capacidad
de aumentar la absorción de líquidos hasta 5 veces cuando es necesario,
pero la disminuye si hay un aumento de la motilidad colónica y si se da un
acortamiento del tiempo de tránsito colónico. La flora bacteriana intestinal,
que se encuentra de forma normal en el colon, está formada por billones de
bacterias de cientos de especies diferentes. Los más comunes son
Bacteroides, Porphyromonas, bifidobacterias, lactobacilos, Escherichia coli y
otros coliformes, enterococos y clostridios. Las bacterias intestinales juegan
un papel muy importante en la fisiología del colon, interviniendo en la
digestión de los nutrientes y en el normal desarrollo del sistema inmune
gastrointestinal.
• GLÁNDULAS ANEJAS. Glándulas salivales: Hay tres pares: dos parótidas,
una a cada lado de la cabeza, por delante del conducto auditivo externo; dos
submaxilares, situadas en la parte interna del maxilar inferior, y dos
sublinguales bajo la lengua. Todas ellas tienen la función de ensalivar los
alimentos triturados en la boca para facilitar la formación del bolo alimenticio
e iniciar la digestión de los hidratos de carbono (por efecto de la amilasa
salival).
• Hígado: Glándula voluminosa de color rojo oscuro que produce la bilis, que
se almacena en la vesícula biliar. Durante las comidas la vejiga biliar se
contrae, provocando el paso de bilis en el duodeno, a través del conducto
colédoco. La función de la bilis en el intestino delgado es facilitar la digestión
de las grasas. Por otra parte, el hígado juega un papel clave en las vías
metabólicas fundamentales. Recibe de la sangre proveniente del intestino los
nutrientes absorbidos, los transforma y sintetiza los componentes
fundamentales de todos los tejidos del organismo. El hígado contiene
también numerosas vías bioquímicas para detoxificar compuestos
absorbidos por el intestino delgado.
• Páncreas: Glándula de forma triangular situada inmediatamente por debajo
del estómago y en contacto con el duodeno, y que tiene una función doble:
1) Páncreas exocrino: fabrica el jugo pancreático que contiene las enzimas
digestivas (amilasa, lipasa y tripsina). El jugo pancreático llega al duodeno
por el conducto de Wirsung para participar en la digestión de los alimentos.
• 2) Páncreas endocrino: fabrica varias hormonas que se excretan en la sangre
para llevar a cabo funciones imprescindibles para el organismo. La más
conocida es la insulina, que regula el metabolismo de los azúcares.
• Como está constituido el intestino delgado, como se llama las membranas
donde se absorben los nutrientes: el intestino delgado es un tubo que se
extiende desde el estómago hasta el intestino grueso. Se encuentra alojado
en la cavidad abdominal, y recibe secreciones del páncreas y del sistema
biliar. En la mayor parte de los vertebrados el intestino delgado es el principal
órgano de digestión y absorción del alimento. En los terrestres se subdivide
en tres áreas: duodeno, yeyuno e íleon.
• Una sección transversal del tubo digestivo a la altura del intestino delgado
revela la existencia de cuatro capas principales: mucosa, submucosa,
muscular (muscularis externa) y serosa.
• La mucosa se subdivide en tres láminas. La primera es el epitelio,
denominado también membrana mucosa1, una lámina epitelial interior que
contiene células exocrinas (secretan jugos digestivos), endocrinas (secretan
hormonas) y epiteliales (especializadas en la absorción de nutrientes). La
segunda es la lámina propia, una capa un tanto difusa de tejido conjuntivo en
el que se insertan las células epiteliales de la membrana mucosa. La lámina
propia se encuentra atravesada por finos vasos sanguíneos, conductos
linfáticos y fibras nerviosas. Alberga además el tejido linfoide asociado al
intestino, que es la barrera de defensa inmunitaria frente a los patógenos del
intestino. La mucosa muscular es una fina capa de músculo liso que se
encuentra entre la lámina propia y la submucosa.
• La submucosa es una gruesa capa de tejido conjuntivo, al que debe la pared
del intestino delgado su elasticidad. Contiene vasos sanguíneos y linfáticos
cuyas ramificaciones se proyectan hacia la mucosa y hacia la capa muscular
más externa. La submucosa también alberga una red nerviosa, llamada plexo
submucoso o plexo de Meissner.
• Por el exterior de la submucosa se encuentra la capa muscular. En la mayor
parte del intestino delgado esta capa tiene dos subcapas, una interna,
circular, y otra externa, longitudinal. La contracción de la subcapa interna
provoca la constricción del tubo allí donde se produce, mientras que la
contracción de la exterior provoca el acortamiento del tubo. La contracción
combinada y coordinada de ambas subcapas es lo que produce la mezcla de
los contenidos intestinales y su propulsión a lo largo del tubo. Entre ambas
subcapas se encuentra otra red nerviosa, el plexo mientérico que junto al
plexo submucoso ayuda a regular la actividad intestinal local.
• La serosa es la capa de tejido conjuntivo que cubre el tubo digestivo. Secreta
un fluido seroso de efecto lubricante que previene la fricción entre el aparato
digestivo y los órganos adyacentes. No hay discontinuidad entre la serosa y
el mesenterio que ancla el tubo digestivo a la pared de la cavidad abdominal.
• Las personas adultas ingieren diariamente 70-90 g de proteínas. La digestión
de las proteínas comienza en el estómago por la pepsina que convierte a las
proteínas en grandes polipéptidos. Este enzima funciona solamente a pH
muy ácido. Solo un 10- 20% de proteínas se digiere en el estómago. El resto
en el intestino delgado. La pepsina es especialmente importante por su
habilidad para digerir el colágeno que no es afectado por los otros enzimas.
Ya que el colágeno es un constituyente importante de la carne, es esencial
que sea digerido para que el resto de la carne pueda ser atacado por los
otros enzimas digestivos. Luego el resto de las proteínas es digerido enel
intestino delgado por la acción de enzimas proteolíticos pancreáticos como
la tripsina. Las proteasas pancreáticas son muy activas en el duodeno y
convierten rápidamente las proteínas ingeridas en péptidos pequeños.
Alrededor del 50% de las proteínas de la dieta se digieren y absorben en el
duodeno. El borde en cepillo de las células epiteliales del duodeno y del
intestino delgado contiene, a su vez, diversas peptidasas. El resultado final
de la acción de las proteasas pancreáticas y estas peptidasas son péptidos
pequeños y aminoácidos simples. Estos pequeños péptidos y los
aminoácidos se transportan a través del borde en cepillo de la membrana
apical de las células epiteliales intestinales hacia el citoplasma de las
mismas. La velocidad de transporte de los dipéptidos o tripéptidos suele ser
mayor que la de los aminoácidos aislados. Los aminoácidos son absorbidos
en el ribete en cepillo de las células epiteliales intestinales mediante un
mecanismo de cotransporte dependiente de sodio, similar al que se utiliza
para la absorción de los monosacáridos. Existen 10 transportadores
diferentes para los 31 aminoácidos, de los que siete se localizan en la
membrana del ribete en cepillo y tres en la membrana basolateral. Por su
parte, los péptidos de pequeño tamaño entran en las células epiteliales
utilizando un transportador que no está ligado al sodio sino a los iones H+.
En el citoplasma celular los pequeños péptidos son convertidos en
aminoácidos simples por peptidasas citoplasmáticas. Los aminoácidos
entonces salen de las células epiteliales intestinales por un sistema
transportador de aminoácidos que existe en la superficie basolateral y por la
sangre de la vena porta llegan al hígado que, por consiguiente, solo recibe
aminoácidos simples. Si la comida se ha masticado bien y en una pequeña
cantidad cada vez, alrededor del 98% de las proteínas ingeridas se convierte
en aminoácidos y es absorbida y solo el 2% es eliminada en las heces. En
las personas normales, casi todas las proteínas de la dieta ya están digeridas
y absorbidas en el momento de llegar el quimo a la zona intermedia del
yeyuno.
• DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE HIDRATOS DE CARBONO: El consumo
diario de hidratos de carbono en las dietas occidentales es de unos 250-800
g. Casi todos los carbohidratos de la dieta son grandes polisacáridos o
disacáridos que son combinaciones de monosacáridos. Hay 3 fuentes
principales de carbohidratos en la dieta normal: la sucrosa, disacárido
conocido como azúcar de caña; la lactosa, disacárido de la leche y los
almidones, grandes polisacáridos presentes en casi todos los alimentos. El
almidón vegetal o amilopectina es la 29 principal fuente de hidratos de
carbono en la mayoría de las dietas humanas. La cantidad ingerida del
almidón animal o glucógeno, varía mucho según las culturas. Junto a ellos
se consumen pequeñas cantidades de monosacáridos como la glucosa y la
fructosa. La digestión de los polisacáridos comienza en la boca por la acción
de la amilasa salivar que continúa actuando durante el paso por el esófago y
en el estómago hasta que se inactiva por el descenso de pH, al entrar en
contacto con el jugo gástrico. La amilasa de la saliva puede disociar el
almidón hasta el 50% si se mastica durante un tiempo suficiente y sigue
trabajando en el bolo alimenticio ya que la estratificación en capas
concéntricas en el estómago impide su inactivación. Pero como los
carbohidratos solo pueden absorberse en forma de monosacáridos, los
productos resultantes de la digestión por las amilasas, que son
oligosacáridos, tienen que seguir desintegrándose. Esto lo realizan las
disacaridasas de la membrana de las microvellosidades de las células
epiteliales columnares del duodeno y yeyuno. Todos los hidratos de carbono
son convertidos al final en monosacáridos: fructosa, galactosa y glucosa. La
glucosa y la galactosa son absorbidas, entrando en las células epiteliales por
la membrana del borde en cepillo, en contra de gradiente utilizando un
mecanismo de cotransporte dependiente de sodio, y saliendo de las células
por sus membranas plasmáticas basal y lateral por difusión facilitada,
pasando a la sangre de la vena porta para llegar al hígado. La fructosa no
puede ser transportada en contra de gradiente, de modo que se absorbe
desde la luz intestinal al interior de las células epitaliales mediante difusión
facilitada independiente del sodio. El duodeno y el yeyuno proximal poseen
la mayor capacidad para absorber azúcares, que resulta menor en el yeyuno
distal y el íleon.
• DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE GRASAS. La ingesta diaria de grasas es de
60-100 g. Las grasas más comunes de la dieta son las grasas neutras o
triglicéridos (la inmensa mayoría formados por ácidos grasos de cadenas
largas). También hay pequeñas cantidades de colesterol, fosfolípidos y
vitaminas liposolubles. En el estómago, los lípidos forman grandes gotas de
grasa. Lo primero que pasa cuando las grasas llegan al duodeno es que las
sales biliares recubren las gotas de grasa y éstas se rompen, dividiéndose
en gotitas de grasa más pequeñas que aumentan miles de veces la superficie
de actuación de los enzimas lipolíticos del páncreas. Este proceso se llama
emulsión de las grasas (una emulsión es una suspensión acuosa de
pequeñas gotas de grasa) y permiten el acceso a los triglicéridos de la lipasa
pancreática que los rompe en monoglicéridos y ácidos grasos. De este modo
los movimientos gastrointestinales pueden romper las gotas de grasa en
partículas más y más finas. Si no hubiese bilis, todos los lípidos se unirían
formando un gran globo de grasa, exponiendo la menor superficie posible al
agua. Como las enzimas pancreáticas son hidrosolubles, solo actuarían en
la superficie del globo de grasa expuesta al agua y la digestión de las grasas
sería mínima.
• 30 A su vez, los productos de la digestión de los lípidos, junto con colesterol,
fosfolípidos y vitaminas liposolubles, forman pequeños agregados
moleculares con las sales biliares que se llaman micelas, con la cara
hidrofóbica orientada hacia el interior lipídico de la micela y la cara hidrofílica
hacia el exterior. El tamaño de las micelas es lo bastante pequeño como para
difundir entre las microvellosidades y permitir la absorción de los lípidos por
la membrana plasmática del borde en cepillo de las células epiteliales
intestinales. Una vez dentro del citoplasma celular, los monoglicéridos y los
ácidos grasos se resintetizan de nuevo en triglicéridos en el retículo
endoplasmático liso que, asociados con colesterol y vitaminas liposolubles y
rodeados de fosfolípidos y una lipoproteína forman los quilomicrones que son
expulsados de la células epiteliales intestinales por exocitosis y pasan a los
espacios intercelulares laterales, entrando en los capilares linfáticos ya que
los quilomicrones son demasiado grandes para atravesar la membrana de
los capilares sanguíneos. Los quilomicrones abandonan el intestino con la
linfa, que los transportará a la circulación sanguínea general. El duodeno y el
yeyuno son los segmentos más activos en la absorción de las grasas, de
modo que la mayor parte del total ingerido ya se ha absorbido cuando el
quimo llega al yeyuno medio. Las grasas presentes en las heces normales
no proceden de la alimentación, que se absorben por completo, sino de las
bacterias del colon y de células intestinales exfoliadas. Una vez que sueltan
a los productos de digestión de las grasas, las sales biliares vuelven al quimo
para ser usadas una y otra vez para este proceso de transporte de lípidos en
las micelas, hasta que se reabsorben en el íleon distal y son recicladas por
los hepatocitos cuando llegan al hígado por la circulación enterohepática.

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