Modernismo y 98
Modernismo y 98
Modernismo y 98
El auge del positivismo del último tercio del XIX, que entierra el idealismo romántico, no da
respuesta a los problemas vitales de esta sociedad en crisis.
Se produce un claro cuestionamiento de todo lo racional, como se refleja en las dos más
grandes teorías de este arranque del XX, el Evolucionismo y la Relatividad.
Todo ello produce un clima de incertidumbre vital en el hombre, que siente cuestionadas
todas sus escalas de valores y su concepto de la moralidad: crisis de la razón, triunfo del
relativismo.La religión ya no es el soporte o el referente de la civilización, no es suficiente el
concepto de fe en el más allá.
Esta crisis del Positivismo y del optimismo Racionalista favorece la rápida difusión de un
movimiento filosófico de amplia repercusión estética, el Existencialismo.
El acceso a la vida es la Voluntad, como principio. La Voluntad produce insatisfacción y
dolor, y su única posible liberación viene a través del ascetismo, del alejamiento.
Esto produce un profundo pesimismo, reforzado por la concepción de la vida como
sufrimiento, dolor y tragedia, como una voluntad ciega.
Sólo los seres superiores pueden sobreponerse y representar la voluntad de poder y vida. Por
ello, las actitudes débiles deben ser rechazadas.
Los inspiradores ideológicos serán Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard.
LA GENERACIÓN DEL 98
”La tendencia de todo arte moderno es refinar las sensaciones y acrecentarlas en número y en
intensidad. Hay poetas que sueñan con dar a sus estrofas el ritmo de la danza, la melodía de la
música y la majestad de la estatua. Su origen debe buscarse en el desenvolvimiento progresivo de los
sentidos, que tienden a multiplicar sus diferentes percepciones y corresponderlas entre sí formando
un solo sentido.”
Valle Inclán
EL MODERNISMO EN ESPAÑA
Movimiento de corta duración, en el que las innovaciones seguidas por los escritores se
sumaban a las preocupaciones nacionales, transformando las inquietudes iniciales.
Tiene sus antecedentes en el posromanticismo (Bécquer, Rosalía, Zorrilla...), aunque la
influencia principal es hispanoamericana, de donde procede la corriente principal,
generalizada con la llegada de Rubén Darío.
Además de las características de la poesía, presentes en autores como los Machado, Juan
Ramón Jiménez, Salvador Rueda o Francisco Villaespesa, se desarrolla también en otros
géneros:
o La Prosa, con descripciones preciosistas, paisajes simbólicos, interiores
profusamente decorados, plasmación de todo tipo de sensaciones, con un vocabulario
exquisito lleno de neologismos; Valle Inclán y Gabriel Miró.
o El Teatro, con innovaciones que atendían esencialmente a la parte externa y
decorativa. La escenografía, la temática histórica y la versificación sonora priman
sobre el contenido. Recoge la tradición romántica y regresa a los temas tradicionales,
históricos y heroicos. El representante más claro es Eduardo Marquina, junto con
Valle Inclán.