Material de Estudio U2
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Introducción
Glosario
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Lección 1 de 7
Introducción
La comprensión de cómo los diferentes órganos y sistemas siológicos responden a las demandas agudas y
crónicas del ejercicio, dependerá en parte del entendimiento de los procesos bioenergéticos que están
relacionados con el ujo de electrones en seres vivos y su relación con la síntesis de ATP.
Como sabemos, el ATP es necesario para la contracción muscular, ya que la transición del descanso al
ejercicio impone un desafío energético que es exclusivo de las células musculares en comparación con la
mayoría de los otros tipos de células. Aunque es difícil de medir directamente, se estima que las tasas de
uso de ATP en estado estable relativo aumentan a ∼1,5 µmol · g de músculo − 1 · s − 1, un aumento de 50
a 100 veces sobre la línea de base.
La concentración de ATP del músculo de los mamíferos es ∼7-8 µmol · g de músculo-1, su ciente para
durar solo unos segundos. La concentración de ATP muscular rara vez disminuye durante el ejercicio,
excepto bajo cargas de trabajo pesadas con agotamiento, mostrando la capacidad de las vías de síntesis de
ATP para mantener el ritmo de la demanda muscular.
Se han estimado algunos factores que condicionan la e ciencia de la bioenergética como el desacoplamiento
de la proteína desacoplante 1 (UCP1) ( gura 1), la cual genera una fuga de protones, lo que aumenta el
gasto energético no productivo entregando calor. Este mecanismo es habitual en los animales que
requieren de periodos de hibernación (Neufer, 2018).
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Lección 2 de 7
Síntesis anaeróbica aláctica de ATP: en esta sección se incluye, en primer lugar, la vía de
fosfágenos o de la fosfocreatina, la cual integra las reservas de ADP (Adenosin Difosfato) y de
fosfocreatina en el músculo. Esta última puede acumularse en mayor cantidad en comparación
con el ATP, por lo que la actividad intensa puede mantenerse por periodos cortos, pero la
fosfocreatina favorece la duración del estímulo intenso por un lapso de alrededor de 10
segundos. La fosfocreatina favorece la fosforilación del ADP gracias a la enzima
creatininkinasa (CK), en donde el grupo fosfato de la fosfocreatina pasa al ADP, re-
sintetizando al ATP (Figura 2). CK es exclusiva del músculo estriado, por lo que se utiliza como
indicador de daño muscular (Peniche y Boullosa, 2011).
En la siguiente imagen podemos ver cómo es el proceso de resíntesis de ATP a partir de fosfocreatina:
Figura 2. Resíntesis de ATP a partir de fosfocreatina (PCr) y ADP. Fuente: Imagen recuperada de
https://www. siologiadelejercicio.com/fosfagenos-intramusculares-y-edad/
La segunda reacción anaeróbica aláctica en donde se sintetiza ATP depende de la enzima adenilato cinasa,
esta utiliza dos moléculas de ADP para formar ATP. En el caso de la reacción mediada por el adenilato
kinasa (AK), el producto que es AMP se utiliza como sustrato para otra reacción (Figura 3).
Figura 3. Resíntesis de ATP de ADP modulada por adenilato kinasa Fuente: Peniche y Boullosa
(2011).
Síntesis anaeróbica láctica de ATP: en esta sección nos encontramos con las vías glucolíticas.
Luego de la contracción de las bras, se fomenta la actividad de la enzima fosforilasa lo que
aumenta la degradación del glucógeno promoviendo la síntesis de ATP. Esta enzima
incrementa su actividad modulada por control alostérico positivo con ADP, AMP y piruvato, lo
que promueve la utilización del glucógeno, ya que cataliza la reacción de glucosa 1-fosfato a
glucosa 6- fosfato, la cual se dirige a la glucólisis en el citosol obteniendo como producto
energético neto 2 ATP. Con la intención de que la actividad glucolítica continúe de forma
regular, se requiere una relación entre el NADH reducido /oxidado y que el piruvato que se
sintetice a partir del glicólisis ingrese a la mitocondria. En caso de que el sistema esté
sobrepasado y que exista acumulación del piruvato en el citosol, la enzima lactato
deshidrogenasa (LDH) cataliza la reacción donde NADH se oxida a NAD+, se consume y el
piruvato se convierte en lactato (Peniche & Boullosa, 2011).
Síntesis aeróbica de ATP: hidratos de carbono, lípidos y proteínas son metabolizados por la vía
oxidativa en la mitocondria para la obtención de ATP. En el caso de la glucosa, esta da origen
al piruvato que luego, por la acción de la enzima piruvato deshidrogenasa, da a lugar a una
molécula de Acetil Coa que comienza el ciclo de Krebs. Por otra parte, los lípidos también
ingresan a la vía oxidativa mediante Acetil Coa. En el caso de las proteínas, los aminoácidos,
luego del proceso de la desaminación se incorporan al ciclo de Krebs. Durante cada ciclo se
sintetizan 12 ATP junto con tres NADH (nueve ATP) y un FADH2 (dos ATP), estos
metabolitos ingresan a la cadena transportadora de electrones en la membrana interna de la
mitocondria. Esta cadena está compuesta por varias subunidades en donde se produce un
ujo de electrones, para que en la última subunidad ingresen protones generando la energía
necesaria para la fosforilación del ADP ( gura 4) (Peniche & Boullosa, 2011). Más detalles
acerca de la obtención de energía aeróbica serán descritos en el video 1.
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Balance energético
La relación entre las calorías ingeridas (alimentos) y las gastadas (actividad física y ejercicio) es conocida
como balance energético. Para entender este delicado equilibrio tenemos que recordar la primera ley de la
termodinámica: “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”.
Hay que agregar que el gasto energético total es in uenciado por una serie de factores, entre ellos se
encuentran:
El gasto energético basal (GEB). Este componente se re ere al gasto de energía mínima
compatible con la vida, en reposo absoluto e incluyendo los diferentes componentes
corporales que representan un porcentaje de este GEB (Figura 6). Debemos considerar que el
GEB es la “energía que se utiliza durante 24 horas mientras está en reposo físico y mental en
un entorno térmicamente neutro”. El GEB dependerá de elementos como: a) tamaño corporal,
ya que a medida que el sujeto tiene mayor altura y super cie, mayor será su GEB en
comparación con una persona de menor altura. b) Composición corporal, este punto puede
explicar un 80% de las variaciones del GEB, ya que a mayor masa muscular del sujeto, mayor
será este. C) Edad, a menor edad mayor será el GEB, ya que se necesitan 5 kcal por gramo
ganado considerando la hiperplasia e hipertro a. D) Sexo, las mujeres presentan GEB desde 5
a 10% más bajos en comparación con varones del mismo tamaño y peso. F) Otros factores
como el estado hormonal (cambios en hormonas tiroideas, embarazo) o el consumo del alcohol
pueden alterar el GEB de manera momentánea (Gil, 2010).
El efecto térmico de los alimentos, que corresponde al 10% del Gasto Energético Total. Es la
energía requerida para digerir, absorber y metabolizar los nutrientes, incluyendo la síntesis y
almacenamiento de proteínas, lípidos y carbohidratos. Es mayor luego de consumir proteínas
e hidratos de carbono, en comparación con las grasas. Las comidas con mostaza o picantes
aumentan el gasto energético en un 33% más que las comidas no picantes y este efecto
puede durar más de 3 horas (Gil, 2010).
La termogenia por actividad, que es la energía consumida durante los deportes o el
ejercicio. A su vez, la energía consumida durante las actividades de la vida diaria se denomina
Termogenia por Actividad no Relacionada con el Ejercicio (NEAT). Es el elemento más variable
en el Gasto Energético Total, de 100 kcal/día en una persona sedentaria o de 3000 kcal/día
en personas muy activas. Algunos elementos que afectan la termogenia por actividad, son: la
edad, ya que a mayor edad esta disminuye; el sexo, porque los varones presentan una
termogenia por actividad mayor; y, por supuesto, la duración y la magnitud de la actividad
realizada (Gil, 2010). La siguiente gura presenta valores alrededor de la contribución
porcentual al metabolismo basal que realizan distintos órganos y zonas:
El balance energético, en condiciones ideales en el humano, se relaciona con la idea de que la cantidad total
de energía ingerida por el organismo debe ser igual a la que desprende un individuo, pudiendo ser expresado
como:
Según ello, el balance energético puede presentarse en tres estados:
Balance energético neutro: en este caso la ingesta es igual al gasto. Se recomienda mantener
este tipo de balance en adultos para que mantengan su peso corporal, como también personas
que hacen deporte cuando se encuentran en periodos de descanso (Peniche y Boullosa, 2011).
Otro elemento que in uye en la determinación del gasto energético total es que muchos deportistas
realizan ejercicio de forma intensa por cierta cantidad de horas, pero el resto del tiempo tienen actividad
sedentaria lo que podría llevar a sobreestimar sus requerimientos energéticos. Detalles acerca de estas
temáticas se reforzarán en el video 2.
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Calorimetría directa: monitoriza la cantidad de calor producido por una persona situada
dentro de una habitación calorimétrica. Para que esta técnica funcione, se emplea una cámara
aislada donde el sujeto pueda descansar o realizar ejercicio; luego se inyecta aire humidi cado
constantemente mientras que el CO2 se absorbe. El calor producido es captado por una
corriente de agua fría que uye constantemente a través de un serpentín. Finalmente, la
diferencia de temperatura entre el agua que entra y sale de la cámara re eja la producción de
calor, el cual indicará el gasto calórico durante ese periodo. Una de las desventajas que tiene
esta técnica es que el sujeto en cuestión no realiza las mismas actividades que hace al aire
libre, además de que se necesita una habitación completa para aplicarla, lo cual es de alto
costo y posee baja utilidad clínica (Gil, 2010).
Agua doblemente marcada: conocido como el estándar de oro para determinar el gasto
energético. Esta técnica se aplicó por primera vez en seres humanos en 1982 utilizándose
para crear una base de datos. Se basa en el principio de que se puede estimar la producción de
dióxido de carbono a partir de la diferencia de eliminación de hidrógeno y oxígeno corporales.
Se entrega agua marcada con óxido de deuterio y oxígeno 18, la velocidad de eliminación de
estos componentes es de 12 horas en muestras de orina, saliva y plasma. Las ventajas de
esta técnica son que permite obtener una medida de consumo energético que incorpora todos
los elementos de GET, GER, efecto térmico de los alimentos y termogenia por actividad. Por
otra parte, la administración es sencilla y la persona puede realizar sus actividades diarias
durante el periodo de medición; ideal para lactantes, niños, adultos mayores y personas en
situación de discapacidad que no pueden tolerar estudios rigurosos. Junto con ello, sirve para
evaluar métodos más subjetivos para la evaluación de ingesta y actividad. Se debe considerar
que la precisión es de 2% a 8%. En cuanto a las desventajas de esta técnica podemos
mencionar el elevado costo de isótopos estables, además se necesita experiencia necesaria
para manejar el espectrómetro de masas por lo que no es práctico para su uso clínico diario
(Gil, 2010).
El balance energético es la relación entre las calorías ingeridas (alimentos) y las
gastadas (actividad física y ejercicio).
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Lección 4 de 7
El cuerpo humano tiene la capacidad de mantener la temperatura corporal, para lo que es fundamental
mantener un adecuado balance hídrico. Los deportistas, dependiendo de la práctica deportiva que ejerzan,
tendrán mayor o menor pérdida de agua, la cual debe ser repuesta, ya que la deshidratación es una de las
causas más comunes de fatiga durante el ejercicio. Por ello, se debe contar con un adecuado plan de
hidratación, sin caer en dé cit o exageraciones del consumo de líquidos.
En esta sección revisaremos puntos relevantes como la importancia del agua, el balance hidroelectrolítico y
sus efectos en la mantención de la temperatura (Peniche, 2011).
El agua corporal se distribuye en líquido intracelular (LIC) y líquido extracelular (LEC). El LIC se encuentra
en mayor proporción; a su vez el LEC, se clasi ca en líquido intersticial (entre las células) y plasma, dentro
de los vasos sanguíneos. La membrana celular separa el líquido intracelular del extracelular, y la pared
capilar separa al líquido intersticial del plasma (Peniche, 2011). El agua se moverá de un lugar a otro en
función de los niveles de electrolitos debido al interés siológico de mantener el medio externo con el
interno.
El sodio presenta mayor concentración en el líquido extracelular, mientras que el potasio está en menor
proporción. Por otra parte, en el líquido intracelular predomina el potasio, con pequeñas concentraciones de
sodio. Las concentraciones de estos en el plasma di eren de sus concentraciones en el líquido intracelular;
en plasma las concentraciones promedio son: sodio 140 mM, potasio 4 mM, calcio 2,4 mM, magnesio 0,8
mM, cloruro 104 mM, bicarbonato 29 mM y fosfato inorgánico 1 mM. En cambio, en el líquido extracelular
son: sodio 12 mM, potasio 150 mM, calcio 4 mM, magnesio 34 mM, cloruro 4 mM, bicarbonato 12 mM y
fosfato inorgánico 40 mM.
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La producción de orina de un sujeto está controlada por varias hormonas. Cuando se genera deshidratación,
gracias a la estimulación de la glándula pituitaria, se activa la hormona diurética (ADH) o también llamada
vasopresina. El efecto neto de esta regulación es una mayor retención de agua, disminuyendo el volumen
de la orina.
Por el contrario, cuando la ADH disminuye, el volumen de orina aumenta, como también su dilución. Por
otra parte, la hormona que regula la reabsorción de sodio por parte del riñón es llamada aldosterona, esto
también promueve una mayor absorción de agua. Esta hormona es liberada gracias al sistema renina-
angiotensina, ya que, al presentarse una disminución del líquido extracelular, el riñón aumenta la síntesis de
renina, la cual, mediante la angiotensina, eleva la secreción de aldosterona. Este mecanismo eleva la
sensación de sed y regula el contenido de agua ante condiciones de desbalance como la deshidratación o la
hiperhidratación y evita cambios fuera de los rangos normales (Peniche, 2011).
En el video que prosigue hablaremos acerca de las condiciones ambientales que in uyen en el control de la
temperatura durante el ejercicio:
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La temperatura del sector central se encuentra normal en condiciones de reposo dentro del rango de 36.5 a
37.5° C. Considerando el nivel de menor temperatura tolerable el de 36° C y el máximo como 38° C; aun
así, el incremento máximo tolerable es de 5° C, a diferencia del decremento máximo que es de 10° C.
El aumento de temperatura, por sobre los rangos recomendados, tiene impacto severo en el rendimiento
deportivo, junto con una serie de consecuencias de menor a mayor gravedad ( gura 10), por lo que las
personas que se ejercitan deben tomar las medidas evitar los efectos negativos de los cambios de
temperatura bruscos sobre el rendimiento y la salud (Peniche, 2011).
Radiación: cuando el cuerpo está a una temperatura mayor que el ambiente se traspasa calor
por medio del aire a objetos que estén en el ambiente a una temperatura menor. Los objetos
que tienen colores claros tienen mayor capacidad de absorber calor versus los que son de
colores más oscuros. En el caso de la piel de humanos, sin importar el color, el porcentaje de
absorción de calor mediante radiación es elevado, alrededor del 97%. Por ello no se
recomienda realizar actividades deportivas con calor sin la protección que brinda la ropa
deportiva.
Aclimatación al calor
El proceso de aclimatación a elevadas temperaturas ambientales es lento y requiere de una exposición
continua. El proceso que permite tolerar mejor el calor ambiental, generando cambios siológicos, se llama
aclimatación. El deportista será capaz de elevar su volumen sanguíneo, al mismo tiempo regular su
capacidad de sudoración, junto con ello la cantidad de sodio contenido en el sudor disminuye, debido a un
aumento de su retención como mecanismo compensatorio para conversar el volumen de líquido
extracelular.
Este proceso se debe comenzar con una exposición al calor, en primer lugar, de 3 horas por día, con jornadas
de ejercicio breves de alrededor de 20 minutos que se irán incrementado cada día. Este proceso tiene una
duración de alrededor de 10 a 14 días. Se debe considerar este periodo de tiempo para viajar antes en caso
de que se presente una actividad de competición formal.
Los principales ajustes siológicos de la aclimatación al calor tienen lugar al término de 10 a 14 días de
entrenamiento en el calor y se reduce el riesgo de golpe de calor por esfuerzo y agotamiento por calor.
A mejor condición física y mayor entrenamiento, el cuerpo humano estará mejor adaptado a realizar
actividad física en ambientes cálidos, ya que aumentará la disipación de calor mediado por un aumento del
volumen sanguíneo y con ello mayor capacidad de sintetizar sudor. Por tanto, el entrenamiento deportivo
regular, independientemente del calor ambiental en que sea realizado, mejorará la tolerancia a condiciones
ambientales extremas.
Los adultos mayores, debido a que tienen menor porcentaje de agua corporal, tienen mayor riesgo de sufrir
desbalances por las altas temperaturas ambientales, como así también los niños. Por ello, ante los primeros
avisos de la falta de agua, como la sed abundante o fatiga, se debe prestar atención a la hidratación antes
que se genere la complicación asociada a una hipertermia. La consecuencia más severa de esto será el
golpe de calor, ya que es potencialmente mortal.
Es difícil separar los efectos de una complicación con otra, pues pueden producirse de manera conjunta o
por separado y están condicionadas por la preparación previa a la actividad física en altas temperaturas
(Peniche, 2011). Las complicaciones más frecuentes son:
Agotamiento por calor. Se presenta cuando el atleta no es capaz de continuar con la actividad
por un aumento intenso de la temperatura que no alcanza a ser un golpe de calor, mediado
especí camente por deshidratación acompañado de pérdida de sodio, potasio y otros
electrolitos. El agotamiento por calor es frecuente en las personas que no se encuentran
aclimatadas a las altas temperaturas: se produce una disminución del volumen plasmático,
producto de la deshidratación causada por la sudoración excesiva. Para recuperarse, es
necesario que el deportista considere por lo menos de 24 a 48 horas de reposo físico,
hidratándose adecuadamente.
Golpe de calor por esfuerzo. Es uno de los efectos negativos del aumento de la temperatura
corporal por sobre los rangos normales, considerando que una temperatura en la zona central
por sobre los 40° C estará relacionada con falla en el equilibrio metabólico, sobre todo cuando
la actividad deportiva tiene una duración mayor de una hora. Por tanto, no se recomienda
realizar actividad física en condiciones que generen fallas en los mecanismos de hidratación,
como cuadros diarreicos, vómitos o infecciones acompañadas de cuadros febriles. Ya que el
golpe de calor es una emergencia médica que puede llegar a ser mortal, se recomienda
asistencia médica que incluya tratamiento con inmersión en agua fría, acelerando la tasa de
enfriamiento lo que disminuirá la magnitud del daño al sistema nervioso central y a los
órganos involucrados.
Para evitar los efectos negativos del calor, es necesario considerar los niveles de sudoración, dependiendo
del tipo de deporte que se realice para considerar la reposición temprana de agua (ver gura 11):
Entrenamiento en verano
(hombres) 1.37 [0.9-1.84]
Básquetbol
Competencia en verano 1.6 [1.23-1.97]
(hombres)
Carrera en
Competencia en invierno
medio 1.49 [0.75-2.23]
(hombres)
maratón
Carrera a
Entrenamiento en verano
campo 1.77 [0.99-2.55]
(hombres)
traviesa
Entrenamiento en verano
Fútbol 1.46 [0.99-1.93]
(hombres)
Entrenamiento (hombres y
Natación 0.37
mujeres)
Entrenamiento en verano
(hombres) 1.98 [0.99-2.92]
Remo
Entrenamiento en verano 1.39 [0.74-2.34]
(mujeres)
Competencia en verano
(hombres) [0.62-2.58]
Tenis 1.6
Competencia en verano [0.56-1.34]
(mujeres)
Competencia en verano
Tenis (hombres propensos a 2.60 [1.79-3.41]
calambres)
Competencia en clima
Triatlón templado (hombres y mujeres)
(ironman) Segmento de bicicleta 0.81 [0.47-1.08]
Segmento de carrera 1.02 [0.4-1.8]
Figura 11. Tasa de sudoración hídricos dependiendo del tipo de deporte. Fuente: Peniche (2011).
Es fundamental evaluar de forma individual los indicadores de hidratación,
enseñar a los deportistas a contabilizar sus pérdidas de agua y, al mismo tiempo,
identi car signos de deshidratación como el sudor salado antes de presentar
calambres.
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Lección 5 de 7
Glosario
S. Minuchin, P. (2011).
Fisiología del ejercicio II:
Cuando la membrana celular sistemas
Repolarización vuelve a su polaridad normal cardiorrespiratorio,
o estable. muscular, sanguíneo y
nervioso. Editorial Nobuko.
p.199.
S. Minuchin, P. (2011).
Adenosín Tri Fosfato. Fisiología del ejercicio II:
Compuesto químico que sistemas
ATP guarda energía en sus cardiorrespiratorio,
enlaces. Contiene tres muscular, sanguíneo y
fosfatos unidos a ella. nervioso. Editorial Nobuko.
p.199.
S. Minuchin, P. (2011).
Fisiología del ejercicio II:
Adenosín Di Fosfato. Es una
sistemas
molécula de adenosina que
ADP cardiorrespiratorio,
contiene solo dos fosfatos
muscular, sanguíneo y
unidos a ella.
nervioso. Editorial Nobuko.
p.199.
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Lección 6 de 7
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Resumen de la unidad
Durante el recorrido de esta unidad, trabajamos sobre la bioenergética asociada al ejercicio, el balance
energético y la termorregulación y ejercicio físico. Al describir con detalle cada uno de estos contenidos,
comprendimos los factores que regulan los sistemas energéticos en el ejercicio y que nos brindan el soporte
biológico para entender las bases de la siología del ejercicio.
En paralelo a lo anterior, revisamos conceptos de balance energético, entendido como la relación entre las
calorías ingeridas (alimentos) y las gastadas (actividad física y ejercicio). Veri camos, también, los
elementos que afectan el gasto energético total y el gasto energético en reposo y cómo estos pueden ser
modi cados.
Por otra parte, estudiamos las técnicas para determinar la tasa metabólica basal, la cual es la más práctica
para utilizar en deportistas y el estándar de oro.
Finalmente, trabajamos sobre los diferentes mecanismos de balance hídrico: termorregulación y ejercicio
físico. Para ello, se consideraron los factores ambientales como el clima y los periodos de adaptación ante
zonas más calurosas. Junto con estos elementos, se establecieron los factores que puede controlar el
deportista para regular su temperatura corporal como el consumo de agua, la ropa que utiliza y la hora del
día seleccionada para el entrenamiento.
Es claro que, para mantener una buena temperatura corporal, independiente de los factores ambientales
adversos, la hidratación es la clave. Para este n, se recomienda seguir con las indicaciones de las guías de
hidratación del American College of Sport Medicine, que consideran el tipo de actividad, su extensión y la
temperatura ambiental al ejecutar el ejercicio.
La hidratación durante la práctica deportiva se basa en la pérdida de peso durante las sesiones de
entrenamiento; de esta manera, se podrán vigilar las posibles pérdidas para reponerlas durante la
competencia. Es fundamental evaluar de forma individual los indicadores de hidratación, enseñar a los
deportistas a contabilizar sus pérdidas de agua y, al mismo tiempo, identi car signos de deshidratación
como el sudor salado antes de presentar calambres.
La pérdida de agua durante una práctica deportiva es en promedio de 0,5 a 0,8 L/h. Para mejorar la calidad
de la hidratación, esta debe contener hidratos de carbono, sodio y electrolitos, considerando que el consumo
mínimo de sodio por día para un deportista debería ser de 2 a 4 gramos por día.
Esperamos que el estudio de esta unidad sea bene cioso para su formación, en conjunto con la bibliografía
recomendada.
Lectura complementaria
Título: Protocolo de hidratación antes, durante y después de la actividad físico-
deportiva
Indicación de lectura: El objetivo de este artículo es establecer las necesidades
hidroelectrolíticas en el deporte y propuesta de un protocolo práctico de hidratación
para la realización de ejercicio físico.
Fuente
Urdampilleta, A.; Martínez-Sanz, J.M.; Julia-Sanchez, S.; Álvarez-Herms, J. Protocolo de hidratación antes,
durante y después de la actividad físico-deportiva Motricidad. European Journal of Human Movement, vol. 31,
julio-diciembre, 2013, pp. 57-76 Asociación Española de Ciencias del Deporte Cáceres, España. Recuperado
de: https://www.redalyc.org/pdf/2742/274229586004.pdf
IR A LA LECTURA
Lectura complementaria
Título: Fluid Needs for Training, Competition, and Recovery in Track-and-Field
Athletes
Fuente:
Casa, D., Cheuvront, S., Galloway, S., y Shirreffs, S. (2019). Fluid Needs for Training, Competition, and
Recovery in Track-and-Field Athletes. Int J Sport Nutr Exerc Metab, 29(2), 175–180. Recuperado de:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30943836/
IR A LA LECTURA
Bibliografía
–
Casa, D., Cheuvront, S., Galloway, S., y Shirreffs, S. (2019). Fluid Needs for Training, Competition, and
Recovery in Track-and-Field Athletes. Int J Sport Nutr Exerc Metab, 29(2), 175–180.
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Gil, A. (2010). Bases siológicas y bioquímicas de la nutrición. (M. Panamericana (ed.); 2a Ed.). Madrid.
Pp. 561-591.
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Neufer, D. (2018). The Bioenergetics of Exercise. Cold Spring Harb Perspect Med, 8(5), a029678.
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Peniche, C., & Boullosa, B. (2011). Nutrición aplicada al deporte (M. G. Educación (ed.). México.
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