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Revolucion Verde

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Introducción

El tema de la revolución verde y su impacto en la agricultura se convirtió en la fuente por


excelencia del sustento humano, la producción mundial ha sufrido un sin número de cambios en los
últimos años influidos por el uso de agroquímicos y fertilizantes. A medida del siglo XX surgió un
aumento en la producción agrícola y este supero el aumento actual que se tenía de población y a esto se
le llamo “revolución verde”. Esta fue una renovación en la manera de producir fuentes de comercio
esta se basaba en la producción del monocultivo y donde se utilizaron con mayor proporción los
fertilizantes y plaguicidas y esto trajeron consigo el incremento masivo de muchos cultivos importantes
causando así una revolución en el sector productivo.
Desde la época de los primeros pobladores, la agricultura se convirtió en la fuente por
excelencia de sustento humano creciendo exponencialmente a través del tiempo y proliferándose como
el medio por excelencia de comercio y alimento.
La producción agrícola mundial ha sufrido un sin número de cambios en los últimos dos siglos
potenciando así el uso de agroquímicos y fertilizantes adecuados a la globalización. Se consideraba que
el papel del sector agrícola era el de ayudar al desarrollo industrial, que era el elemento esencial de la
estrategia de crecimiento, por lo cual se dio uno de los mayores avances en el sector productivo y
económico (FAO, 1996).
En principios de siglo XX surgió un aumento profundo de la producción agrícola que superó
con creces incluso el número de aumento en la población, a este movimiento se le conoció como
Revolución Verde
La “Revolución Verde” fue una renovación en la manera de producir las principales fuentes de
comercio agrícola, la cual se produjo entre 1940 y 1970 en Estados Unidos. Esta se basaba en la
producción a través del monocultivo, es decir una hectárea de tierra destinada únicamente a un solo
tipo de cultivo, en donde se utilizaron con mayor implicación fertilizantes y plaguicidas, así como la
aplicación de grandes cantidades de agua
Todo esto trajo consigo el incremento masivo de cultivos importantes como el maíz, arroz y
trigo, causando una revolución total en el sector productivo, tanto para el productor como para el
exportador. Partiendo de las conceptualizaciones anteriormente mencionadas, apreciaremos en este
trabajo, diferentes temáticas acerca de cómo, cuándo y por qué se dio esta “Revolución Verde”, así
como los beneficios y perjuicios, Consecuencias, objetivos, que trajo consigo en la producción agrícola
internacional.

Impacto sobre la revolución verde sobre los progresos agrícolas sustentables desde su
implementación
Inicios de la revolución verde, como todo acontecimiento grande en la historia, tuvo un proceso
de pruebas y experimentaciones, todo esto impulsado por la necesidad de poder tener más en
situaciones de crisis y necesidad agrícola en el mundo (FAO, 1996).
Así es el caso durante la segunda guerra mundial, pues se apreció que la alimentación de los
países desarrollados no puede depender de la estabilidad política (o de la cosecha) de unos pocos
países, por eso las grandes corporaciones estadounidenses ven como un buen negocio la extensión de
los cultivos a otros países. Pero para que el incremento de los costes de transporte fuese compensado, la
productividad de la tierra debía de ser mayor (FAO, 1996).
La revolución verde trató de presentarse como la solución del problema. Norman E. Borlaug fue
el genetista de la Fundación Rockefeller que impulsó la aplicación de los avances científicos a la
agricultura, partir de 1944. Las primeras semillas que lograron fueron unos trigos de espiga grande,
pero con un grano de mayor peso, por lo que se doblaban con mucha facilidad, comprometiendo la
producción. Las investigaciones posteriores se encaminaron a conseguir una variedad de trigo, con una
caña resistente. También tuvieron que encontrar una variedad resistente a la roya, de la que enfermaban
fácilmente las nuevas variedades (Iánez, 2007).
Uno de los primeros países en realizar pruebas con semillas mejoradas en laboratorio, fue
México quienes sembraron semillas de trigo cubriendo el 9% de la producción total. Todo esto trajo
consigo un impacto que causó que 10 años después estas mismas semillas fueran parte del 90% de los
cultivos totales (Agroptima, 2016).
Estas mismas pruebas se realizaron con maíz. Las nuevas variedades de maíz se introdujeron
también en México, en 1967, en una extensión de 100.000 hectáreas. Aunque no dio los resultados
esperados. Las dificultades de adopción de las nuevas semillas parece que se debió a que en el valle de
Puebla la mayoría eran pequeños agricultores, que no tenían el capital suficiente para renovar su
explotación. En realidad se limitaban a prestar las tierras para los experimentos (Blogspot, S.f).
Además, de la Fundación Rockefeller la otra institución que impulsó la revolución verde fue la
Fundación Ford a través del International Rice Research Institute (IRRI), instalado en Los Baños (cerca
de Manila, Filipinas). Sus investigaciones se orientaron a conseguir nuevas variedades de arroz. Las
primeras aparecieron en 1962. De las 7.000 hectáreas iniciales se pasaron a más de 10 millones a
comienzos de la década de los 70 (Agroptima, 2016).
Al principio los países favorecidos por tal acontecimiento fueron los de mayor poderío en
América. Sin embargo será cuando la revolución verde llegue a los países desarrollados cuando alcance
su transcendencia mundial, la que le daría el impacto histórico que resalto (Agroptima, 2016).
El término “Revolución Verde” se utilizó para denominar el importante incremento de la
producción agrícola que se dio entre 1940 y 1970, con el científico estadounidense, Norman Borlaug,
considerado por algunos como el padre de la agricultura moderna, por cada aporte al campo que llevo a
cabo y transformó la manera de cosechar y producir (FAO, 1996).
Desde 1944 este científico estudió el trigo y las royas determinando diferentes patologías y
características de la misma, todo esto llevado a cabo en México, específicamente en Sonora. El
desarrollo agrícola que se inició en Sonora, México, dirigido por Norman Borlaug en 1943, había sido
juzgado como un éxito por la Fundación Rockefeller la cual trató de propagarlo a otros países. Fue uno
de los creadores del programa cooperativo entre la Secretaría de Agricultura Mexicana y la Fundación
Rockefeller. Logró una enorme trascendencia al desarrollar variedades enanas de trigo, de alto
rendimiento, amplia adaptación, resistentes a enfermedades y con alta calidad industrial sembradas por
primera vez en 1963. Con estas variedades, México incrementó notablemente su producción y en poco
tiempo fue adoptado por países como India, Pakistán, Turquía, Túnez, España, Argentina, China que se
beneficiaron de tecnología desarrollada en México (FAO, 1996).
El avance de estas tecnologías ha provocado graves desequilibrios ambientales y ha favorecido
a la agricultura del tipo industrial, altamente concentrada, con una base en el sector de proceso
productivo-industrial, que ha afectado a millones de campesinos que trabajan de manera interna en sus
tierras (Iánez, 2007; Enciclopedia, 2012).
Norman Borlaug se le puede considerar responsable de que haya tantos seres humanos con
acceso suficiente a alimento como nunca en la historia y como reconocimiento de su obra gano el
Premio Nobel de la Paz en 1970 y extendieron los principios de la filogenética a otros cultivos
alimentarios básicos habiendo iniciado la Revolución Verde (blogspot, S.f).
Ésta consistió en utilizar variedades mejoradas de maíz, trigo y otros granos, cultivando una
sola especie en un terreno durante todo el año (monocultivo), y la aplicación de grandes cantidades de
agua, fertilizantes y plaguicidas. Con estas variedades y procedimientos, la producción es de dos a
cinco veces superior que con las técnicas y variedades tradicionales de cultivo (Solicam, Sf).)
Cada experimento que llevó a cabo Borlaug, creó las bases para la agricultura moderna, siendo
uno de los mayores pioneros en las formas actuales de producir. La motivación de Borlaug fue la baja
producción agrícola con los métodos tradicionales en contraste con las perspectivas optimistas de la
revolución verde con respecto a la erradicación del hambre y la desnutrición en los países
subdesarrollados. La revolución afectó, en distintos momentos, a todos los países y puede decirse que
ha cambiado casi totalmente el proceso de producción y venta de los productos agrícolas (FAO, 1996).
Esta revolución adaptó y transformó la agricultura y se extendió el método a todo el mundo. En
las décadas posteriores se vio un notable aumento en la producción, año tras año, campos enormes se
sembraron con una única variedad de cultivo (FAO 1996).
La esencia de la revolución verde es el aumento del rendimiento por superficie, es decir
conseguir mayor producción por cada hectárea cultivada. La mejora genética de las variedades de
plantas de cultivos mediante las semillas VAR, la mejora del rendimiento de los suelos a través de los
fertilizantes y los riegos, el control de plagas de insectos y enfermedades de las plantas con todos sus
insumos. En teoría la idea es buena, pero al ponerla en práctica se descubren sus deficiencias, las cuales
más adelante explicaré detalladamente (Agroptima, 2016).
Las semillas VAR son semillas modificadas genéticamente para dar un rendimiento mayor. Sin
embargo para que se de ese máximo rendimiento necesitan unos determinados insumos, abonos
especiales (químicos), agua y pesticidas, además es necesario eliminar las malas hierbas (herbicidas)
que compiten por la tierra, combatir la plagas viejas y nuevas y asegurar el regadío. Frecuentemente, si
faltan algunos de los insumos, la cosecha cae por debajo del rendimiento habitual. Esto implica que la
producción agrícola necesita grandes capitales (Iánez, 2007).
Sin embargo, esta revolución sería una fuente necesaria para la economía de la época, lo que
llevaría a su expansión mundial, ya que producían más que antes y los perjuicios que trae consigo
resultaron pocos ante la necesidad de este cambio prometedor que produjo una estabilidad y amplitud
económica en el sector agrícola (FAO, 1996).
La agricultura que aplica el paquete tecnológico impulsado por la Revolución Verde se
denomina actualmente agricultura convencional, diferenciándose de la agricultura tradicional (anterior
a la misma). La Revolución Verde de las décadas del 40 - 70, subordinó la agricultura al capital
industrial y eliminó métodos tradicionales de manejo ecológico de suelo, manejo de la materia
orgánica, abonos verdes, cobertura permanente de suelo, control biológico de plagas, variedades
adaptadas a cada condición de suelo y clima, etc. Estas prácticas sustentaban los sistemas productivos y
alimentaban a la población hasta la aparición del “nuevo” paquete tecnológico en donde fueron
sustituidas y consideradas atrasadas e inviables, por lo que poco a poco se adaptaron a ese método
(Agroptima, 2016).

Los Beneficios
Hay que reconocer que la Revolución Verde ha sido un factor esencial en evitar hambre en el
mundo. Se considera que el aporte energético mínimo por persona es de 2200 kcal/día. Según la FAO,
en los años 60 el 56% de la población mundial vivía en países con menos de esa cifra, mientras que a
mediados de los 90 ese porcentaje había caído a sólo 10%, y eso a pesar del aumento de personas y de
los conflictos en muchos de esos países. (Blogspot, S.f))
Los beneficios que aporta la Revolución verde son evidentes, pero también sus inconvenientes,
como es el caso del daño al medio ambiente, así como la energía necesaria para desarrollar este tipo de
agricultura (Blogspot, s.f).
También las ventajas son muchas, entre ellas, que ha salvado la vida a muchas personas, que sin
estas nuevas técnicas no hubieran sobrevivido. La introducción de variedades mejoradas, el riego y
el empleo de plaguicidas y fertilizantes minerales en los cultivos básicos, unido a la inversión en
infraestructuras institucionales y la realización de programas de investigación, han incrementado la
productividad en el sector agrícola. Una muestra importante de esto es el cultivo del arroz y el trigo en
Asia (Iánez, 2007).
No necesariamente se usan nuevas tierras de cultivo, sino que se trata de incrementar el
rendimiento por superficie, es decir, obteniendo más producción por cada hectárea cultivada, y todo
ello con la aplicación a las plantaciones de fertilizantes y pesticidas químicos, productos herbicidas e
innovadoras técnicas de riego (FAO, 1996).
Para alcanzar el objetivo de aumentar la productividad por unidad de superficie y de trabajo será
necesario recurrir a muchos de los instrumentos tecnológicos de la revolución verde ya existente,
adaptado a las necesidades de la población rural expuesta a la inseguridad alimentaria. Ello permitirá a
los agricultores que viven en tierras fértiles o de alguna manera, aprovechables, aprender a aumentar la
productividad agrícola de manera sostenible. También se intenta atraer a un mayor número de
agricultores pobres hacia una agricultura sostenible de elevada producción basada en un uso
considerable de insumos como medio de mitigar la pobreza y de aumentar la seguridad alimentaria en
las zonas rurales. La revolución verde tiene también en cuenta a los agricultores de las zonas más
marginales y a los que, en el futuro próximo, no podrán beneficiarse de una mayor utilización de
insumos (Agroptima, 2016).
Se debe tener en cuenta que:

· El aumento de la producción alimentaria debe proceder ante todo de las zonas mejor dotadas,
con objeto de reducir la necesidad de seguir destinando a la agricultura tierras marginales y
fácilmente degradables;
· gracias a las experiencias de la revolución verde, se dispone de tecnologías y conocimientos que
pueden adaptarse a nuevas zonas, con otros cultivos, así como a la ganadería y a la pesca;
· la intensificación sostenible en zonas más fértiles no sólo ayudará a mitigar la situación de los
agricultores más pobres sino que contribuirá a contener los precios de los alimentos en
beneficio de los sectores pobres de la población urbana y de los campesinos pobres sin tierras;
· es probable que una mayor atención a la creación de tecnologías y entornos propicios para las
zonas menos fértiles, donde se encuentra gran parte de la población pobre y privada de
seguridad alimentaria, ofrezca nuevas oportunidades de aumentar la producción de alimentos,
reducir la pobreza y disminuir los riesgos de degradación ambiental (FAO, 1996).

Los Perjuicios

Acerca de la Revolución Verde supuso un cambio de paradigma en las prácticas agrícolas de


numerosas zonas del mundo, y que se basa en enfoques genéticos (nuevas variedades de ciertas plantas,
especialmente cereales) y de nuevas prácticas agrícolas. Pero ha mostrado una serie de efectos
indeseables (Iánez, 2007).
La disponibilidad de suelo es ya muy escasa. Prácticamente se está arando toda la tierra
adecuada del mundo. El uso de terrenos adicionales no rinde lo suficiente, y además en muchos casos
habría que roturar territorios de alto valor ecológico que sustentan una biodiversidad de la que la
humanidad podría sacar más provecho mediante usos alternativos y sostenibles (FAO, 1996).
La tasa de incremento de productividad se ha frenado en los últimos tiempos, de modo que en el
periodo 1989-1990 fue de sólo 0.5%.Se calcula que para el 2020 la demanda global de arroz, maíz y
trigo se incrementará un 40% (un 1.3% anual). Con los actuales incrementos anuales se podría en
principio satisfacer esa demanda, pero al parecer, esa tasa interanual no es fácil que se mantenga así
demasiado tiempo con las técnicas actuales. De hecho, los incrementos por hectárea han bajado desde
el 2.2% anual en el periodo 1967-1982 hasta el 1.5% entre 1982 y 1994 (Iánez, 2007).
Hay que reconocer un hecho: los actuales rendimientos de las variedades en uso están cerca del
máximo teórico. Para darse cuenta de esto, hay que pensar que por meras cuestiones de viabilidad
fisiológica, la planta sólo puede dedicar un porcentaje al producto cosechable (en este caso, el grano).
Esto es lo que mide el índice de cosecha (Iánez, 2007).
Otro dato de perjuicio es que el acceso al agua es uno de los principales factores limitantes. Las
mismas prácticas agrícolas recientes hacen gran uso de agua. Entre 1961 y 1996 las zonas irrigadas
pasaron de 139 a 263 millones de hectáreas, permitiendo el cultivo de regiones áridas y las cosechas
múltiples en climas monzónicos. En la actualidad el 40% de la producción mundial procede de tierras
irrigadas, por ello es necesario un cambio pronto en este ámbito (Iánez, 2007).
Además, los países en desarrollo tuvieron que depender cada vez más de productos
agroquímicos producidos por multinacionales. Por otro lado, se gasta cada vez más energía, procedente
mayoritariamente de los combustibles fósiles (Iánez, 2007).
Como observamos las ventajas de la Revolución Verde son equivalentes a sus problemáticas, a
pesar de ello este “movimiento” sentó las bases de la agricultura moderna, y aunque esa revolución
como tal industrializó el sector productivo, también expandió en casi el 200% la producción anual de
muchos países que cuentan con estos métodos y que lo han mejorado con los años para llevar una
mayor estabilidad productiva a su país o incluso a los demás países a los que exportan estos cultivos
(Iánez, 2007).

Consecuencias

Una consecuencia de esta Revolución verde es que los agricultores y profesionales del cultivo
van a necesitar cada vez más fertilizantes y plaguicidas, para conseguir resultados similares, porque la
dependencia de los abonos químicos no ayuda al mantenimiento de la fertilidad natural del suelo.
Además, los productos plaguicidas van a crear plagas cada vez más resistentes.
Los beneficios que aporta la Revolución verde son evidentes, pero también sus inconvenientes,
como es el caso del daño al medio ambiente, así como la energía necesaria para desarrollar este tipo de
agricultura.
A modo de ejemplo, para mover la maquinaria agrícola se precisa combustible, para la
fabricación de fertilizantes y pesticidas petróleo, y más combustible para la distribución de alimentos,
etc.
También las ventajas son muchas, entre ellas, que ha salvado la vida a muchas personas, que sin
estas nuevas técnicas no hubieran sobrevivido.
La introducción de variedades mejoradas, el riego y el empleo de plaguicidas y fertilizantes
minerales en los cultivos básicos, unido a la inversión en infraestructuras institucionales y la
realización de programas de investigación, han incrementado la productividad en el sector agrícola.
Una muestra importante de esto es el cultivo del arroz y el trigo en Asia.

Objetivos de la nueva Revolución verde

Entre las metas que la agricultura del siglo XXI debe alcanzar, está el desarrollo de nuevas
técnicas de cultivo, con más eficiencia en el uso de agua, la generación de plantaciones resistentes a la
sequía, a las plagas, a la salinidad, con mejores cualidades nutritivas y cada vez menos dependientes de
los productos agroquímicos.
Otro aporte muy interesante sería el desarrollo de plantas que pudiesen crecer en suelos ácidos y
con metales, así como aminorar las pérdidas pos-cosecha, e incrementar las mejoras en la calidad del
producto, tanto fresco, como procesado. Las prácticas agrícolas deben ser menos dañinas y agresivas,
con un eficiente aprovechamiento del agua, menores necesidades de labores, y con una mayor precisión
de estas.

¿El final de la Revolución Verde?

Así pues, la Revolución Verde, tal como la conocemos, está dando síntomas de haber llegado al
final de su ciclo. Dando por supuesto que no se puede (ni es conveniente) ampliar la superficie
cultivada, dado el problema de la escasez cada vez mayor de agua, y dado que las variedades de esta
revolución están llegando al límite de su productividad, tendremos que hacer un esfuerzo sobrehumano
para seguir aumentando productividades por otros medios, y salvaguardando la viabilidad ecológica de
los ecosistemas agrarios y silvestres. La innovación tecnológica será clave en esta tarea, y dentro de
ella habría que lograr una nueva revolución verde, entendiendo por tal nuevas maneras de aprovechar el
potencial de los genomas vegetales (y de otros organismos) para aumentar la producción de alimentos
sin dañar el ambiente ( FAO, 1996):
· Nuevas técnicas de cultivo, más eficientes en el uso de agua y de insumos externos.
· Desarrollo de plantas capaces de crecer en suelos ácidos y con metales (por ejemplo,
recientemente se están desarrollando plantas resistentes a aluminio, metal abundante en suelos
tropicales).
· Plantas resistentes a sequía, a salinidad, etc.
· Plantas resistentes a plagas.
· Plantas menos dependientes de aplicación de productos agroquímicos.
· Plantas con cualidades nutritivas mejoradas
El problema es cómo lograr estos objetivos sin afectar más a los equilibrios ecológicos. La
agricultura del futuro debe ser compatible con los ideales de la agricultura ecológicamente sostenible,
pero con la idea de que para el año 2030 habrá que alimentar a más de 7000 millones de personas.
Recientemente se están obteniendo variedades de plantas más resistentes a plagas o capaces de
crecer en entornos hostiles (como las plantas tolerantes a aluminio), aunque con esto en realidad no se
incrementa el rendimiento potencial, sino que se lo está protegiendo. Cada vez es más difícil que las
inversiones en investigación clásica de mejora redunden en un equivalente incremento de
productividad. Actualmente los investigadores biológicos llevan varios años implicando en un
laborioso proceso de obtención de nuevas variedades de arroz que se pretende combinen multitud de
rasgos útiles: mayor densidad de panículos portadores de grano, resistencia al taladro del tallo, etc.
(Iánez, 2007).
Todo lo anteriormente mencionado nos abre la puerta a un sin número de posibilidades para
nuestro presente y sobre todo el futuro productivo. Todos sabemos que el tiempo y los años agotan
nuestros recursos pero con estas medidas que resultan ser viables para progresar, podemos mejorar y
ampliar el cultivo empleando los recursos que tenemos de manera adecuada sin sobre explotarlos
(Iánez, 2007).
Recordemos que el futuro sector productivo depende de lo que hagamos el día de hoy, utilizar
materiales más orgánicos para producir y adecuarse a las nuevas tendencias biológicas de cultivo
podría ser la salida a una inminente reducción drástica de nuestros recursos y podría ser la clave para
que las generaciones futuras no carezcan de lo que hasta hoy tenemos gracias a aquella revolución
verde del siglo XX (Solicam, S.f).

Conclusión

La revolución verde fue trascendental para el avance del sector productivo de las naciones más
importantes del mundo y posteriormente las subdesarrolladas.
A pesar de su gran importancia, la revolución verde trajo consigo consecuencias que deterioran
nuestros recursos y el medio ambiente. Es necesario dar un nuevo impulso a la revolución verde con el
fin de atender las necesidades legítimas de las personas expuestas a la inseguridad alimentaria, tanto a
nivel nacional como familiar.
La manera en que podemos retomar esta gran revolución actualmente, es siguiendo las bases
que actualmente están experimentando, al usar la biotecnología buscando así salvaguardar nuestros
recursos y proteger el futuro productivo. Es nuestro deber tomar medidas dentro de lo que podamos y
así como retomamos las pautas de la revolución verde y de las prácticas actuales, así mismo no olvidar
las maneras tradicionales de cultivar que no le hacen daño a nuestra madre tierra; así podremos evitar
una caída del sector productivo y rescatar todo lo que se ha perdido para que nuestros recursos duren
más de lo estimado.

Bibliografía

 http://portal.amelica.org/ameli/jatsRepo/394/3941755011/html/index.html
 https://www.fao.org/3/w2612s/w2612s06.htm
 https://www.lavanguardia.com/natural/cambio-climatico/20190211/46360229642/agricultura-
sostenible-superar-revolucion-verde-libro-fao.html
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 https://www.agroptima.com/es/blog/la-revolucion-verde/
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mundial sobre la alimentación. Roma. Disponible en:
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 Agroptima. (2016). La Revolución verde. Agroptima. Consultado en:
https://www.agroptima.com/es/blog/la-revolucion-verde/
 Romero J. (2012). La revolución verde. AGROECOLOGÍA UTN. Ibarra. Disponible en
http://agroecologiautn.blogspot.com/
 Enciclopedia. (2012). Comienzos de la revolución verde. De la enciclopedia Libre Universal en
Español. Disponible en: http://enciclopedia.us.es/index.php/Comienzos_de_la_revoluci
%C3%B3n_verde

República Bolivariana De Venezuela


Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria
Universidad Politécnica Territorial Del Oeste De Sucre Clodosbaldo Russian
Bases Legales Que Regulan El Recurso Agua Y Suelo
En Venezuela Actualmente

Realizado por:
Armando Padrón C.I.:10.946.735
Materia: Gestión Agroecológica
Profe: Feliz Barreto

Cumana, diciembre 2021


Introducción

Antes de abordar el tema, es necesario hacer algunas acotaciones, como el Derecho


Administrativo y el Derecho Ambiental constituyen una de las ramas de las ciencias jurídicas en
constante evolución, si bien su estructura básica actual permanece inalterada, anclada en la
construcción liberal del Estado. La doctrina administrativa y ambiental así concebida resulta incapaz
de resolver innumerables problemas de las administraciones modernas, por lo que debe acudir a
aspectos parciales de muchos de ellos, como la definición constitucional de derechos y garantías, la
conceptualización del ambiente como derecho humano y deber constitucional, el medio ambiente
como bien o interés colectivo, la delimitación e incorporación y distinción entre distintos tipos de
bienes ambientales como objetos de protección, distinción entre individuo y sociedad y, en
consecuencia, distinción de los intereses jurídicamente relevantes en interés público e interés
privado.
La adopción de modelos economicistas de desarrollo sostenida a nivel mundial, así como el
impacto que los mismos generan sobre los sistemas físico-naturales y socio-culturales que conforman
el ambiente, han llevado a reflexionar sobre la necesidad de revisar el modelo de interrelaciones que se
ha establecido con la naturaleza y el enorme deterioro que estas interacciones han generado a escala
planetaria, continental, regional, nacional y local.
Venezuela cuenta con un marco legal e institucional constituido por una serie de leyes y
reglamentos e instituciones normativas en apoyo al Ministerio del Ambiente y de los Recursos
Naturales (MARN), órgano rector de la política forestal, el que está encargado de la supervisión de la
implementación de los planes de manejo que se desarrollen en las áreas boscosas del país.
Se puede ver que en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se establece que
toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro,
sano y ecológicamente equilibrado. Asimismo, es una obligación fundamental del Estado, con la activa
participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de
contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies
vivas, sean especialmente protegidos, de conformidad con la ley.
Por otra parte, la CRBV reconoce un conjunto de derechos ambientales, entre los cuales
se encuentra el derecho a disfrutar de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado y la
obligación a cargo del estado de garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de
contaminación donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono y las especies
vivas sean especialmente protegidas (artículo 129).

Bases legales que regulan el recurso agua y suelo en Venezuela actualmente

La suntentabilidad de los recursos suelo y agua son de vital importancia para el


incremento o mantenimiento de niveles de producción de alimentos y otros subproductos, que
satisfagan las necesidades del hombre hoy día; pero la sobre explotación o el uso inadecuado
de estos, puede comprometer su uso por parte de las próximas generaciones, pudiendo
imposibilitárseles que ellos también satisfagan sus propias necesidades. El proceso de
desertificación se ha extendido a escala planetaria, y no es más que el resultado de mala praxis
sobre los recursos productivos suelo y agua, por lo que existen sólidos esfuerzos internacionales
para luchar contra la creciente improductividad de los suelos y contaminación de los cuerpos de
agua. Son estas preocupaciones las que hacen necesaria para implantar leyes que sean necesarias
para su protección
El derecho ocupa un significativo papel en la protección y uso racional del suelo y el agua y
consecuentemente, debe tributar al perfeccionamiento de las políticas para lograr su aprovechamiento
óptimo y su ordenación sostenida al mejorar y reforzar los sistemas de evaluación, planificación y
control integral de sus usos. Las instituciones y mecanismos de coordinación deben propiciar que se
compatibilicen los diversos intereses económicos y sociales que concurren en la explotación y
ocupación del mismo, con la adopción de decisiones para su protección.
Los instrumentos legales, reguladores del uso del suelo y el agua, deben tener la flexibilidad
necesaria para adecuarse a las realidades emergentes de cada región del país y los planes de
ordenamiento territorial y urbano deben perfeccionarse a fin de tributar a una utilización adecuada de
este bien a partir de su clasificación y calificación. Se precisa que el ordenamiento se sostenga en un
régimen jurídico, que integre y supedite su uso y destino a las disposiciones del planeamiento, en
relación con las prescripciones urbanísticas y el sentido social del ejercicio del derecho de propiedad.
Por lo expuesto, el ordenamiento se configura en la actualidad como una función pública,
teniendo en cuenta los complejos emergentes y los problemas que esta disciplina tiene que enfrentar en
relación con el adecuado uso del suelo, como soporte de todas las actividades humanas, sería imposible
materializarlo sin una creciente, protagónica y activa participación de la administración, depositaria de
los intereses generales, es decir, tiene que realizarse con y por el derecho, bajo la tutela de la
administración.
Cabe mencionar que en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su
Artículo 127 menciona que “Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el
ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y
colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. El
Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos,
los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica. El
genoma de los seres vivos no podrá ser patentado, y la ley que se refiera a los principios bioéticos
regulará la materia. Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la
sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde
el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente
protegidos, de conformidad con la ley.
Por tal motivo en el artículo: 11, 156, 304 de la Constitución dispone de ordenamientos con
respecto al suelo y en los artículos 11, 156, 178, 304, se disponen ordenamientos legales referentes al
agua en el territorio venezolano
Debe señalarse, además, en materia de aguas, la Constitución reservó en forma exclusiva al
Poder Nacional (federal) la competencia en materia de conservación, fomento y aprovechamiento de
“los bosques, suelos, aguas y otras riquezas naturales del país” (art. 156,16); y de políticas nacionales y
legislación en materia de ambiente, aguas, y ordenación del territorio; lo que sin embargo no excluye la
posibilidad de políticas estadales y municipales en la materia (Art. 156,23)
En el Código Civil distinguía entre aguas del dominio público y aguas susceptibles de propiedad
privada. Sin embargo, en la práctica y en sus efectos jurídicos esta “nacionalización”, En el Código, en
efecto, sólo había una declaratoria general de que los ríos, lagos y demás bienes semejantes son del
dominio público, permitiendo tanto la existencia de aguas de propiedad privada como la apropiabilidad
ex lege de aguas públicas. Con la Constitución de 1999, por tanto, se inicia la reforma del régimen de
las aguas en Venezuela, la cual sin embargo, se había venido planteando desde hacía varias décadas
En la Ley Orgánica Del Ambiente en su Artículo 1° tiene establecido que: “La presente Ley
tiene por objeto establecer dentro de la política del desarrollo integral de la Nación, los principios
rectores para la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente en beneficio de la calidad de la
vida”.
En su artículo 3º deja establecido que: “...2. El aprovechamiento racional de los suelos, aguas,
flora, fauna, fuentes energéticas y demás recursos naturales, continentales y marinos, en función de los
valores del ambiente; 3. La creación, protección, conservación y mejoramiento de parques nacionales,
reservas forestales, monumentos naturales, zonas protectoras, reservas de regiones vírgenes, cuencas
hidrográficas, reservas nacionales hidráulicas; refugios, santuarios y reservas de faunas silvestres,
parques de recreación a campo abierto o de uso intensivo, áreas verdes en centros urbanos o de
cualesquiera otros espacios sujetos a un régimen especial en beneficio del equilibrio ecológico y del
bienestar colectivo,…”
De la Ley de Sanidad Nacional los artículos 27 y 65, que hacen referencia a el tratamiento de
las aguas para el consumo humano, de las aguas servidas y de las aguas de playas, balnearios y
piscinas.;
En la Ley Forestal de Suelos y de Aguas de Gaceta Oficial N° 1.004 Extraordinario de fecha 26
de enero de 1966 regirá la conservación, fomento y aprovechamiento de los recursos naturales que en
ella se determinan y los productos que de ellos se derivan, los cuales el tema de los suelos son
mencionados en los artículos: 3, 4, 5, 19, 51, 61, titulo VI de los suelos, artículos 82, 83, 84, 85 y
respecto al agua en los artículos: 2, 4, 5, 19, 23, 51, título VII, De las Aguas los artículos 89 al 95, 122
Del Reglamento de la Ley Forestal de Suelos y de Aguas de Decreto N° 2.117 de fecha 12 de
abril de 1977, mediante el cual se dicta la Reforma Parcial del Reglamento de la Ley Forestal de Suelos
y de Aguas, publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 2.022 Extraordinario de
fecha 28 de abril de 1977, en su Artículo 2 establece que; “ La intervención del Estado en todas las
materias a que se refiere la Ley Forestal de Suelos y de Aguas y este Reglamento, corresponde al
Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables y estará a cargo de las siguientes
dependencias y funcionarios que prestan el servicio forestal”
Y deja establecido que se debe de cumplir y hacer cumplir las disposiciones de la Ley Forestal
de Suelos y Aguas, las de este Reglamento y las de los Decretos y Resoluciones Gubernamentales,
solicitando para ello, en caso necesario, el apoyo de las autoridades civiles y militares de la
Jurisdicción, en los artículos 10, 14, 30, 32, 64, 66, 69, 85, 99, titulo XI de los suelos, del 173 al 182,
titulo X de las aguas de los artículos 183 al 192
En cuanto a la Ley Orgánica Del Ambiente de Gaceta Oficial De La República Bolivariana De
Venezuela 22 de diciembre de 2006 No. 5.833 Extraordinario, en los artículos 3, 55, 56, 61, 62, 63,
66, 80, 114 esta Ley establece las disposiciones y los principios rectores para la gestión del
ambiente, en el marco del desarrollo sustentable como derecho y deber fundamental del Estado
y de la sociedad, para contribuir a la seguridad y al logro del máximo bienestar de la
población y al sostenimiento del planeta, en interés de la humanidad. De igual forma, establece las
normas que desarrollan las garantías y derechos constitucionales a un ambiente seguro, sano y
ecológicamente equilibrado.
Ley De Aguas, Esta Ley tiene por objeto establecer las disposiciones que rigen la gestión
integral de las aguas, como elemento indispensable para la vida, el bienestar humano y el desarrollo
sustentable del país, y es de carácter estratégico e interés de Estado.
En Venezuela se han establecidos diversas leyes para la protección, regulación, la conservación,
fomento y aprovechamiento de los recursos naturales que en ellas se determinan una declaración de
utilidad pública sobre la protección de las cuencas hidrográficas, las corrientes y caídas de agua, los
suelos, los parques nacionales, monumentos naturales, zonas protectoras, reservas de regiones vírgenes
y reservas forestales. Establece toda una serie de controles de la explotación y utilización de los
recursos naturales renovables a través del otorgamiento de permisos, concesiones y contratos y de
sanciones en caso de incumplimiento de sus disposiciones. Están fundamentalmente dirigida a la
protección forestal y abunda en lo referente a los parques nacionales, zonas protectoras, cuencas
hidrográficas, reservas forestales, aprovechamiento forestal e incendios de vegetación. Es igualmente
importante en lo que concierne a usos y actividades a realizarse en parques nacionales, reservas
forestales, zonas protectoras, monumentos naturales, figuras presentes en el sector.
Conclusión

En el caso particular de Venezuela, un ejemplo de lo planteado por La Organización de Estados


Iberoamericanos (1996), al hacer referencia a la Educación Ambiental (EA), sostiene que: “En la
comunidad de naciones que constituye hoy Iberoamérica (España, Portugal y América Latina), los
problemas ambientales y su relación con el desarrollo sostenible ocupan un lugar preferente. De ahí que
los jefes de Estado y presidentes de Gobierno hayan mostrado en las Cumbres Iberoamericanas una
constante preocupación por la Educación Ambiental de los ciudadanos (p. 1).”. Consciente de esta
situación se plantea como objetivo analizar la incorporación de la EA en el contexto de la Ley Orgánica
del Ambiente (LOA), aprobada en diciembre de 2006, en el marco de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela promulgada en 1999.
El trabajo realizado constituye un aporte de particular importancia para la difusión del
conocimiento de la normativa legal que regula la Educación Ambiental (EA) en el país. Sobre todo por
constituir la Ley Orgánica Ambiental LOA (op. cit), un instrumento legal de promulgación
relativamente reciente, pues data como ya se ha mencionado de diciembre de 2006: razón por la cual su
difusión es de particular importancia en ámbitos educativos formales y ciudadanos no formales.
Así mismo al analizar los principales problemas ambientales en la presente investigación se
encuentra su justificación en la relevancia práctica y metodológica que se deriva del estudio. Por
contener orientaciones explicitas sobre las leyes y normativas en el área del suelo y agua en distintos
escenarios y por la posibilidad que apertura de reflexionar sobre las implicaciones didácticas que los
lineamientos contenidos en estas Leyes permitirían generar para asegurar el cumplimiento de sus
objetivos y fines en el ámbito de la gestión ambiental y el desarrollo sustentable.
La importancia del suelo y el agua para la vida del hombre no admite discusión, es un
ecosistema y un recurso natural insustituible, no renovable y un factor esencial para el desarrollo. El
uso de este bien se asocia a cuestiones vitales para el ser humano y a problemas globales, como los
medios ambientales, la solución del déficit habitacional, la seguridad alimentaria y también los que se
relacionan con el urbanismo y la existencia de entornos que posibiliten a las personas desarrollar una
vida digna.

Bibliografía
· Ley Forestal De Suelos Y Aguas, Gaceta Oficial N° 1.004 Extraordinario de fecha 26 de enero de
1966.
· Ley Orgánica Del Ambiente Gaceta Oficial N° 31.004 del 16 de Junio de 1976.
· Ley Orgánica Del Ambiente, Gaceta Oficial De La República Bolivariana De Venezuela
Caracas, Viernes 22 De Diciembre De 2006 No. 5.833 Extraordinario.
· Ley Orgánica de Aguas y la Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y de
Saneamiento, ambas vigentes desde 2007.
· Los bienes ambientales en la legislación venezolana. Una aproximación conceptual, Belkis Cartay
Angulo 11-05-2010.
· https://www.fao.org/3/j2628s/J2628S19.htm
· http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1010-29142009000200006
· https://observatoriop10.cepal.org/es/instrumentos/constitucion-la-republica-bolivariana-venezuela
· Reglamento de la Ley Forestal de Suelos y de Aguas, Decreto N° 2.117 de fecha 12 de abril de
1977, mediante el cual se dicta la Reforma Parcial del Reglamento de la Ley Forestal de Suelos y
de Aguas, publicado en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 2.022 Extraordinario de
fecha 28 de abril de 1977.
· Suelos Conservación De Suelos Y Aguas, Producción Agrícola Vegetal Ingeniería Agronómica,
Antonio Veiga, Guanare, Enero 2006

República Bolivariana De Venezuela


Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria
Universidad Politécnica Territorial Del Oeste De Sucre Clodosbaldo Russian
La Agricultura Agroecológica Vs. La
Industrializada

Realizado por:
Armando Padrón C.I.:10.946.735
Materia: Gestión Agroecológica
Profe: Feliz Barreto

Cumana, diciembre 2021


Introducción

La agricultura fue inventada hace aproximadamente 10.000 años durante lo que hoy se conoce
como revolución neolítica. Desde aquel momento el hombre ha tratado de modificar los procesos
naturales a fin de obtener los alimentos y fibras que necesita para satisfacer algunas de sus necesidades
básicas; a lo largo de todo este periodo ha ido cambiando progresivamente el modo de vincularse con la
naturaleza y ha incorporado un sinnúmero de innovaciones tecnológicas y productivas. No obstante, y a
pesar de que este proceso ha sido progresivo y sostenido, la tasa de los cambios a través de los cuales
se produjo la transformación e intensificación de la agricultura, no ha sido constante a lo largo de la
historia. Los cambios se aceleraron después de la revolución industrial del siglo XVIII, pero
fundamentalmente a partir de la revolución verde” de mediados del siglo XX. En realidad, la
transformación de la actividad agropecuaria se correlaciona con la aparición de otros procesos globales
que en esa misma época se produjeron en la sociedad; en particular, la emergencia, desarrollo y
profundización del capitalismo en el mundo.
Este proceso de intensificación permitió pasar en muy poco tiempo de una agricultura elemental
y rudimentaria que se asemejaba bastante a la de sus orígenes neolíticos, a otra extremadamente
sofisticada que se parece cada vez más a los procedimientos que dominan en la industria. A este nuevo
tipo de agricultura, algunos han dado en llamarla agricultura industrial, es decir, un tipo de producción
agropecuaria de alto rendimiento, basada en el uso intensivo de capital (tractores y maquinarias de alta
productividad) e insumos externos (semillas de alto potencial de rinde, fertilizantes y pesticidas
sintéticos). Este enfoque de la producción agropecuaria también se conoce como agricultura de la
Revolución Verde, de altos rendimientos, de altos insumos externos o moderna.

La Agricultura Agroecológica Versus La Industrializada

La producción agroindustrial se encuentra en plena expansión principalmente en los países del


Sur (como Argentina, Paraguay, Brasil o Indonesia), su crecimiento involucra el control de todas las
partes del proceso, desde la producción de semillas – principalmente modificadas genéticamente- hasta
su distribución y comercialización en los países del Norte.
El alto uso de insumos (pesticidas y fertilizantes agroquímicos) contribuye de forma importante
a generar calentamiento global. Las dinámicas del mercado especulativo internacional basado en las
exportaciones agroindustriales han contribuido al aumento de los precios de los alimentos en todo el
mundo.
La agricultura agroecológica es la implementación o puesta en marcha de esta estrategia. La
agroecología proporciona a las agriculturas llamadas ecológicas una base científica.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) entiende
que la agroecología es al mismo tiempo una ciencia, un conjunto de prácticas y un movimiento social:
- Como ciencia agroecológica estudia la interacción entre los distintos componentes del exosistema.
- Como conjunto de prácticas, intenta obtener sistemas agrícolas sostenibles, con una producción
estable y optimizada de alimentos.
- Como corriente social, promueve la justicia social, refuerza la cultura y la identidad de los
entornos rurales y fortalece sensiblemente su economía.
La agricultura tradicional está siendo crecientemente cuestionada, oponiéndosele argumentos
agroecológicos que para muchos resultan de validez dudosa por “maniqueos” o “ideologizados”. Aquí
hacemos explícitos los principales postulados en pugna para clarificar las desavenencias más
frecuentes, intentando separar los datos objetivos de las tomas de posición más subjetivas. Analizamos
la efectividad de aumentar la producción para reducir el hambre y la pobreza, los peligros del uso de
agroquímicos sintéticos, la necesidad de intensificar el uso de la tierra (disputa land sparing vs. land
sharing), la conveniencia de ampliar la diversificación del paisaje en parcelas y unidades productivas
de menor tamaño y más controladas, y los costos ambientales y sociales de la expansión del área
cultivada y el uso de organismos genéticamente modificados. Argumentamos que las principales
diferencias entre estas visiones o posturas no se dan en los argumentos científicos, sino que se
relacionan con el rol que se pretende que juegue el sector agropecuario, tanto en cada jurisdicción
como en el país en su conjunto, y la consiguiente canalización de los esfuerzos de investigación,
desarrollo y extensión. Creemos que esta polarización no es necesaria, y de hecho es contraproducente
para que se den muchos cambios necesarios y algunos de ellos muy urgentes. Concluimos con una
invitación a usar el término ideología en su sentido más amplio y útil (el de cómo debiera ser el mundo)
y no como un tabú o fin de las discusiones, sino como el punto de partida para repensar en conjunto los
sistemas de producción.
Las innovaciones tecnológicas iniciadas a mediados del siglo XX, conocidas como la
Revolución Verde, uniformizaron los sistemas de producción a escala planetaria y permitieron que la
producción agrícola creciera a la par de la población mundial (Pellegrini y Fernández, 2018). Casi
desde su inicio, se percibió la falta de sustentabilidad de este modelo “productivista” basado en un
elevado uso de insumos dependientes del petróleo y de otros recursos no renovables (Feldman y Biggs,
2012). La FAO, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de eliminar
el hambre y reducir la pobreza, ha resaltado recientemente la necesidad de nuevas tecnologías que
satisfagan las necesidades de las poblaciones más desfavorecidas a la vez que protejan el ambiente
(FAO et al., 2018).
Sin embargo, aunque es relativamente fácil aceptar la necesidad de cambios profundos en el
modo de producir alimentos (como lo plantean, por ej., Godfrey, 2011 y GOS, 2011) es mucho más
difícil ponerse de acuerdo acerca de la dirección concreta a seguir. En este sentido, aunque con
importantes diferencias dentro de cada una, parece haber dos líneas principales de pensamiento. Por un
lado, hay quienes están convencidos de que los cambios necesarios ya están en marcha en el contexto
del paradigma actualmente predominante (que llamaremos agricultura industrial), y que con buenas
prácticas dirigidas hacia una mayor sustentabilidad se alcanzarán esos objetivos. Por otro lado, hay
quienes tienen una visión diametralmente opuesta, encarnada en la agroecología, que postula que el
gradualismo no es suficiente, y que hace falta una transformación mucho más profunda de los sistemas
de producción, e Incluso de la tenencia de la tierra.
Agroecología significa cosas diferentes en diferentes países (Wezel et al., 2009), y también para
distintas personas y grupos. En sentido amplio, es la aplicación de principios ecológicos para el manejo
de los agroecosistemas, a lo que nadie parece oponerse. En sentido estricto, entre nosotros es una
crítica al modo predominante de producción actual que va más allá de lo académico, y que se plantea
como un enfoque alternativo que incluye la integración de ciencias y otros sistemas de conocimiento
para guiar la investigación, la práctica y la acción social (Méndez et al., 2017). Este último aspecto es
el que consideran como propios, por ejemplo, los movimientos englobados en La Vía Campesina
(https://viacampesina.org), la organización más extendida e internacionalmente visible. La
agroecología tiene algunos puntos de contacto, pero también muchas diferencias, con la agricultura
orgánica, que aquí no discutiremos pero que, al igual que el paradigma agroindustrial, puede incluir
grandes escalas y formas de producción altamente demandantes de insumos.

Agricultura industrial Agroecológica


No convencional herencia de la revolución Visión alternativa, énfasis en lo
verde verde, lo justo
-Mayor producción de alimentos no
-La agricultura moderna nos está permitiendo significa comida para todo el mundo,
alimentar más gente que nunca, tarde o 800 millones de personas todavía
temprano se beneficiara todo el mundo. carece de una alimentación que les
permita conducir una vida activa y
Hambre y -Malthus estaba equivocado; la población y el saludable
población estándar de la vida puede seguir creciendo. -La capacidad de carga sustentable no
solo es finita, sino que ya ha sido
ampliamente superada
-la Biotecnología esta y seguirá obrando -los OGM deben suprimirse –los
milagros (…siempre aparece una solución riesgos son demasiados altos.
tecnológica)
Biotecnología -la protección de la propiedad intelectual es -10 compañías privadas controlan
crucial para asegurar investigaciones en más de 2/3 de las ventas de semillas
biotecnología.
-se necesita cobertura legal.

-No existe alternativa a la agricultura -solamente el cultivo orgánico o


industrial; cualquier otra opción alienta el agroecológico es sustentable; los
regreso a un pasado idealizado que nunca problemas de la implementación a
existió, ahora es cuestión de buenas practicas gran escala de la revolución verde son
ya inaceptables.
-prioricemos la producción, la gente necesita -prioricemos la conversación de los
comer; el uso de insumos industriales permite de los ecosistemas; para poder vivir la
Intensificación y liberar tierras para conversar. gente necesita un planeta que
uso de la tierra funcione.
-no hace falta desarrollar nuevos cultivos, -la respuesta a la pérdida de
basta con mejorar los actuales biodiversidad y soberanía alimentaria
está en la diversificación de la
-las parcelas de mayor tamaño y uniformidad producción
permiten reducir los costos y aplicar -las parcelas de menos tamaño
tecnologías bien desarrolladas. mejoran el arraigo. Permiten manejos
más adecuados y tienen mayor
rendimiento.
-Aun si fuese cierto que está agotándose el -la solución a la crisis energética esta
petróleo, ya se desarrollaran energías en incrementar el consumo de
alternativas prácticas para reemplazarlo. alimentos productivo localmente y
Energía con bajos niveles de insumos.
-los biocombustibles son la parte del
-los biocombustibles son parte de la solución a problema de alimentar económica y
la escasez de energía. sustentablemente el planeta.

-el único modo de avanzar es con más ciencia -con el “business as usual” lo único
motorizada por la respectiva de ganancia. que estamos globalizando es el
Lassez faire? -la pregunta es cómo producir (el mercado hambre
¿Dejar de hacer? define que producir) -la pregunta es qué, y para quiénes
producir.

Ambas afirmaciones en el Cuadro, fila I, pueden ser verdaderas. Bien distribuidos, los alimentos
que se producen mundialmente son suficientes, pero hay un escandaloso problema de distribución o
‘acceso’, como eufemísticamente se lo llama (FAO, 2018). Las desigualdades sociales son enormes, y
las que hay entre grupos dentro de cada país pueden ser tan grandes como las que hay entre países
(Firebaugh, 2006). Esto subraya la fragilidad de los argumentos en favor de los aumentos en
productividad por sobre otros tipos de acciones (Feldman y Briggs, 2012). Hace tiempo que la mayoría
de los alimentos se han transformado en commodities, es decir se han mercantilizado; pero durante este
siglo, además, se han financializado, acentuando la desigualdad de distribución de ingresos en perjuicio
de los productores (Carolan, 2018). Lo que es anti-intuitivo es que la proporción de pobres es mayor
en el campo, adonde se producen los alimentos, que en los centros urbanos (para América Latina,
alrededor de 50 vs. 25%, respectivamente; CEPAL 2018).
Hay dos problemas globales adicionales, no mencionados en el Cuadro, uno relacionado con la
cantidad y otro con la calidad de los alimentos. El primero es el desperdicio de comida, el que es muy
alto (cercano al 30%) y en parte puede enfrentarse con agro-logística (Viglizzo, 2017; Carolan, 2018).
El otro es que estamos dejando atrás un mundo con demasiadas personas que no cubren las calorías
necesarias y entrando a otro con demasiadas personas que las cubren con alimentos pobres en
nutrientes, lo que sumado al consumo excesivo de productos de origen animal y procesados ha
derivado en un aumento de la obesidad, enfermedades cardiovasculares, y diabetes (Gordon et al.,
2017; Willett et al., 2019).
Para muchos los retos que enfrentan la agricultura y la producción de alimentos en el mediano y
largo plazo son inmensos ya que la estrategia de desarrollo agrícola tiene que centrarse en aumentar la
producción de alimentos y tenerlos disponibles para una población en crecimiento y, al mismo tiempo,
revertir la degradación ambiental. Por esta razón, la apuesta hoy está en la agroecología como una
respuesta a los estragos provocados por la “Revolución Verde” y como estrategia viable para
abandonar las prácticas actuales que conducen a la degradación de los recursos naturales -erosión del
suelo, la desertificación, inundación y salinización, contaminación de aguas superficiales y
subterráneas, y pérdida de la biodiversidad- que, de continuar, generará serias restricciones ambientales
a la capacidad de la tierra para alimentar futuras generaciones.
La agroecología es una alternativa que busca romper con la visión mecanicista y reduccionista
que el ser humano tiene sobre la naturaleza. Se trata de una nueva forma de vivir, de revalorizar las
prácticas e innovaciones campesinas para la producción de alimentos saludables libres de
agroquímicos. De esto depende nuestra supervivencia.
La agricultura industrial o convencional, tiende a grandes extensiones de monocultivos con uso
intensivo de pesticidas y fertilizantes químicos. Al contrario que en los cultivos ecológicos, en cuanto
al rendimiento, por norma general, las explotaciones convencionales generan más producción que sus
homólogas orgánicas.
Aunque la agricultura ecológica puede ser útil para las zonas menos productivas (sobre todo, si
se ofrecen incentivos a los agricultores para que coordinen su actividad, junto con el máximo beneficio
para la vida silvestre en un área y la restauración de hábitats), no es sostenible promover la agricultura
ecológica como el mejor o único método para la agricultura. Si un país promoviese la agricultura
ecológica como única opción, se vería en la necesidad de importar alimentos del exterior. Para
satisfacer las demandas futuras de la producción de alimentos, habrá que mantener la agricultura más
productiva de la forma más intensiva posible, aplicando con precisión el agua y los fertilizantes en
cantidades adecuadas y combinando varios tipos de cultivos de forma que se protejan unos a otros ante
agresiones como plagas, inundaciones o épocas de sequía.
La agricultura ecológica será más interesante cuando alcanza un rendimiento alto y se utiliza la
tierra con un valor bajo para la vida silvestre. Mientras que la agricultura industrial será una mejor
alternativa cuando los rendimientos orgánicos son bajos y se separa de la vida silvestre de alto valor.
La agricultura ecológica puede proporcionar nutrientes para que la población de todo el mundo
logre una dieta equilibrada (las proteínas deberían tener un mayor origen vegetal, lo que obligaría a
mucha gente a cambiar su dieta, y en particular, habría que consumir más frutas y verduras), pero no
puede producir la misma cantidad de alimentos que la agricultura industrial, ni cubrir la demanda actual
de las dietas occidentales, ricas en proteínas animales.
El sector agrario es muy importante para el desarrollo de la humanidad, reducir el hambre y la
pobreza. Los gobiernos de los distintos países deben invertir más en la agricultura, con políticas
públicas que sienten las bases en el campo

Conclusión
La agricultura implica una visión del todo de la relación entre la biota, su producción y el
ambiente integral. Esto implica la creación de sistemas de producción integrados, humanos, ambiental
y económicamente sustentables.
Los retos que enfrentan la agricultura y la producción de alimentos en el mediano y largo plazo
parecen inmensos; la estrategia de desarrollo agrícola debe centrarse en aumentar la producción de
alimentos y tenerlos disponibles para una población incrementada, y simultáneamente debe revertir la
degradación creciente de recursos y el número de personas que viven bajo la pobreza extrema. Las
estrategias para el desarrollo tecnológico en la agricultura necesitan dirigirse a los temas anteriores de
tal modo que eviten las frustraciones del pasado; la estrategia más viable y confiable parece ser la
agroecología.
El concepto de sustentabilidad es útil para entender los conceptos de agricultura agroecología y
agricultura industrial porque recoge un conjunto de preocupaciones sobre la agricultura, concebida
como un sistema socioambiental. La comprensión de estos tópicos requiere entender la relación entre la
agricultura y el ambiente global, pues el desarrollo rural depende de la interacción de subsistemas
biofísicos, técnicos y socioeconómicos. Este enfoque más amplio permite entender la problemática
agrícola en términos relativo a la agricultura.
Cabe destacar, sin embargo, que la diversidad observada en estos sistemas no parece ser sólo el
resultado de una decisión consciente y planificada; es también una consecuencia directa de las
condiciones de producción dominantes en sus explotaciones, en especial la gran heterogeneidad
ambiental presente en estos sistemas agrícolas, la baja productividad del trabajo que caracteriza a las
paleotecnologías por ellos utilizadas y el carácter eminentemente artesanal de la producción. En otras
palabras, la diversificación productiva no es sólo un objetivo del diseño de estos sistemas a fin de
disminuir el riesgo productivo y garantizar la seguridad alimentaria, sino también una consecuencia de
las condiciones en que tiene lugar el proceso productivo.

Bibliografía

- Agroecología Y Agricultura Industrial: ¿Dos Culturas Irreconciliables?, Roberto J. Fernández1,


Pablo Rush2, M. Cristina Plencovich
- Agricultura orgánica versus agricultura industrial. Su relación con la diversificación productiva
y la seguridad alimentaria, agroalim v.16 n.16 mérida jun. 2003
- Agricultura industrial vs agroecología, ambiente y hábitat 16 abril, 2020.
(https://www.notasperiodismopopular.com.ar/2020/04/16/agricultura-industrial-agroecologia/)
- “Agroecología: Un Enfoque Sustentable De La Agricultura Ecológica”,
(https://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-104576/5.%20Agroecología.%20Un
%20enfoque%20sustentable%20de%20la%20agricultura%20ecológica%20(%20Stephen
%20Gliessman%20et%20al.).pdf)
- http://agronomiayambiente.agro.uba.ar/index.php/AyA/article/view/101/94
- Agroecología vs. Agricultura Convencional, por Guillermo Ortega, Base Investigaciones
Sociales, Asunción, Diciembre 2009, Agroecología y sustentabilidad; Jesús Gastón Gutiérrez
Cedillo*, Luis Isaac Aguilera Gómez, Carlos Ernesto González Esquivel, Centro Universitario
Temascaltepec, Universidad Autónoma del Estado de México; Facultad de Ciencias,
Universidad Autónoma del Estado de México.
- http://agronomiayambiente.agro.uba.ar/index.php/AyA/article/view/101/94

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