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Hambre Ansiedad

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¿HAMBRE?, ¿ANSIEDAD?

¿APETITO? – ALIMENTACIÓN Y
HABITOS SALUDABLES.
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NOMBRE Y PERFIL
PROFESIONAL
OBJETIVO GENERAL

Transmitir a los asistentes la importancia


de saber distinguir entre Hambre, Apetito
y Ansiedad y como poder manejar estos
síntomas.
TABLA DE CONTENIDO

1. Que es hambre
2. Que es apetito
3. Que es ansiedad o fatiga
4. Como responder y controlar
¿ HAMBRE ?

La palabra “hambre” se refiere al estado


general de carencia de alimentos e
inseguridad alimentaria que afecta a todos
los grupos de población. La desnutrición es
el resultado fisiológico del hambre y/o la
enfermedad y se manifiesta en un amplio
déficit de macro y micro nutrientes.
APETITO
Se conoce como apetito al deseo que surge por instinto y que
genera la intención de satisfacerlo.

El apetito se asocia a las ganas de hacer algo.


Hambre Fisiológica

El hambre es la necesidad de comer,


desencadenada por la falta de
energía, y puede ser de dos
tipos: Hambre fisiológica, que es una
sensación física y no está relacionada
con alimentos específicos.
Hambre fisiológica:

Está basado en el instinto de


alimentarnos para obtener los nutrientes
que nuestro organismo necesita para
sobrevivir y funcionar correctamente.
Esta hambre se caracteriza porque:

➢ Es gradual, la vamos sintiendo poco a


poco, y contempla varias opciones de
alimentos, es decir, no es el deseo de
comer un alimento concreto.

➢ No nos genera culpa ni tristeza y,


además, responde a las señales de
saciedad, es decir responde a las
hormonas que genera nuestro cuerpo
para regular el hambre.
La grelina es la hormona que hace
desarrollar la sensación de hambre
partiendo del estómago con
movimientos de tripas, rugidos, etcétera;
y la leptina desarrolla la sensación de
saciedad.

La leptina, producida por el tejido


adiposo, inhibe las ganas de comer,
mientras que la grelina es una proteína
sintetizada por el duodeno y estómago
que despierta la sensación de apetito.
Hambre emocional
El hambre emocional es esa hambre que
tenemos debido a una respuesta a emociones,
al estrés o bien por aburrimiento. Generalmente
es debido a que no sabemos gestionar estas
situaciones de otra forma que no sea comiendo
y confundimos estos sentimientos con apetito sin
ser conscientes de ello.
Se caracteriza por:

➢ Una gran necesidad de comer que


aparece repentinamente, de forma
impulsiva e incontrolada.

➢Y acabamos experimentando un
sentimiento de culpa ya que el hecho
de haber comido, principalmente
alimentos poco saludables, no ha
satisfecho la necesidad real que
teníamos, que no era hambre sino otro
tipo de necesidad.
Cuánto cuesta saciarlas:

El hambre fisiológica es fácil de saciar.


Pero el hambre emocional no se puede
saciar con alimentos ya que no es un
hambre real.
¿Cómo diferenciar el hambre emocional y el hambre fisiológica?

➢Cómo aparecen?

✓El hambre fisiológica aparece de forma gradual, poco a poco.


De este modo es más sencillo planificar lo que vamos a comer, de
modo que tenemos un control y podemos hacer elecciones más
saludables y adecuadas.

✓En cambio, el hambre emocional aparece repentinamente y de


forma intensa ya que busca satisfacerse inmediatamente.
¿Como cambiar estos hábitos?

Nuestra alimentación se basa


principalmente en conductas que
llevamos años realizando, y nos
resulta muy complicado cambiar
estos comportamientos debido a
que se han convertido en nuestros
hábitos.
La FAO (Food and Agriculture Organization of the United
Nations) define los hábitos alimentarios como: “conjunto
de costumbres que condicionan la forma como los
individuos o grupos seleccionan, preparan y consumen los
alimentos, influidos por la disponibilidad de estos, el nivel de
educación alimentaria y el acceso a los mismos”.
Podemos considerar que un hábito se caracteriza por la siguiente
secuencia :

señal conducta recompensa.

A su vez, como ya se ha comentado, esta secuencia se activa


automáticamente.
1.Lo primero que tienes que hacer es aceptar la responsabilidad
de que sí que tienes control sobre ti mismo y sobre tus conductas .
2. Piensa en todos aquellos hábitos alimentarios que
tienes actualmente, tanto los que consideras que
son saludables como los que no, y ve escribiéndolos
uno a uno en la libreta.
❖Una vez escritos, decide cuales de ellos te gusta tener y cuáles
querrías cambiar.

❖Los hábitos que quieres cambiar, medita y escribe cuándo


se producen estos hábitos, cuáles son las señales que
activan las conductas y también en cómo te sientes cuando
realizas estas conductas.
❖Lo más importante es recordar que
para hacer un cambio en tus hábitos
alimentarios tienes que tener el
convencimiento .

❖Tu entorno tiene que ver con que


comas mejor o peor, por lo tanto, a la
hora de cambiar tus hábitos, se trata
de adecuar tu ambiente para que te
sea más fácil conseguir el cambio que
quieres ver, ya que es mucho más fácil
cambiar el entorno antes que
cambiarte a ti.
Aunque tengas muchos hábitos que quieras cambiar, no te
preocupes. Empieza por uno y ve poco a poco, el primer paso
en todo cambio es reconocer que tienes algún mal hábito. ¡El
camino puede ser largo, pero la recompensa es mayor!
Recordemos que este sistema de recompensa
cerebral, es activado mayoritariamente por
alimentos ricos en sal, azúcares y grasas.

El hambre emocional podría activarse,


por ejemplo, debido a que nos
sentimos tristes (señal), lo que nos
llevaría a comer descontroladamente
(acción), y nos haría sentir bien
momentáneamente (recompensa).
Si esta sucesión de acciones las llevamos a cabo a lo largo del
tiempo, se acaban convirtiendo en un hábito en el que
recurrimos a la comida para saciar problemas emocionales. Y si
sucede muy seguido lo más probable es que lleguemos a
desarrollar problemas de sobrepeso u obesidad.
Para intentar romper con este hábito
lo primero que tenemos que hacer
es reconocer cuál es la señal que no
lleva a hacer la acción de comer e
intentar sustituir la comida por otra
acción que nos produzca la misma
recompensa.

Por ejemplo, hacer ejercicio


físico nos activa el sistema de
recompensa, dándonos una
sensación de calma y
tranquilidad.
Cada persona tiene diferentes
acciones que les activan el sistema
de recompensa, de modo que debes
encontrar cuál es tu acción
determinante, leer un libro, dar un
paseo, prepararte un buen baño…
Recuerda:
1.El hambre emocional, es un condicionante que puede alterar nuestra salud, por lo
que debemos aprender a controlarla.

2. El hambre fisiológica es normal, pero no debemos excedernos.

3. Hay actividades que pueden producirnos buenas recompensas.

4. Nunca olvidemos que los hábitos alimentarios saludables, son definitivos para
nuestra condición de salud normal y calidad de vida.

5. Si no logramos identificar nuestras fallas no dudemos en pedir ayuda. Es normal y


una excelente solución.
En esta charla aprendimos, que sea
el hambre que sea, no debemos
dejarnos llevar por nuestros instintos y
que si ponemos en práctica todo lo
que acá hemos aprendido, nuestra
salud tanto física como emocional se
verá beneficiada, por consiguiente
nuestro entorno familiar y laboral.

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